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VOTO DE CASTIDAD

LA SEDUCCION POR EL QUE TRASPASARON

INTRODUCCION

El voto de castidad es la consagración total a ese Señor y a su causa –


contemplados en los pobres y en todos los que sufren- por cuyo cariño uno se
desprende de cualquier tipo de amor de pareja (renunciando conscientemente a
las expresiones afectivo-genitales típicas de esa relación). La castidad es un “don” y
no es un modo de vida mejor que otros.

Este voto no tendrá más razón de ser que el encontrarse seducido por Dios para
manifestar el cariño entrañable, con dedicación apasionada, al Señor,
encontrando en el rostro de los empobrecidos, de los enfermos, de los presos, de
todos los que sufren la marginación y la injusticia. El voto de castidad debe
entenderse en primer lugar, como la experiencia de ser seducidos por el Dios de los
pobres. Aquí debe quedar claro que la seducción tiene que ver con la libertad de
cada uno, no es una imposición.

Psicológicamente el celibato es una seducción por la cual uno es llevado e invitado


insistentemente desde dentro a cambiar algo valioso humanamente por otra cosa
que en ese momento se presenta como de más valor, quedando esta invitación,
con todo, en el ámbito del misterio, de lo que no acaba de comprenderse.

La castidad siempre ha sido contemplada como problema. Más del 80% de las
salidas de jesuitas (1995) tienen que ver con problemas afectivos-sexuales. Con
todo, el celibato es un don de Dios para la construcción de su Reino, y exige un
“querer” entender y actuar según ese entender.

San Ignacio en las Constituciones, no dice mucho acerca de este voto, es más no
pide interpretación pues se cree que el voto es demasiado claro: La castidad debe
ser perfecta, en cuerpo y espíritu.

“La vida de votos nos lleva, por tanto, a constatar ante qué Dios hemos hecho los
votos”

“Los votos… Causan heridas pero no es masoquismo, porque esa herida nos lleva a
sanar”

“Si la cruz no es el referente, esto se convierte en un viaje de frustración”

“En los actuales estilos de Vida Religiosa no es verdad que los votos, por el hecho de
profesarlos públicamente, nos hagan mágicamente más solidarios, disponibles,
comprometidos… Esto es pensamiento mágico”
OBSTÁCULOS PARA COMPRENDER EL CELIBATO:
FACTORES DEBILITADORES DE LA VOLUNTAD

1. EL CONSUMISMO EXACERBADO

Vivimos hoy en un mundo asediado por el consumo, el lujo, por la necesidad


compulsiva de comprar y tener. Se privilegia el “tener” frente al “ser”. El tener se
identifica con el placer. Placer fácil, a toda costa, conquistado por el dinero y el
poder. No el placer humano y plenificante del que estamos llamados a gozar. Este
consumismo no acepta la renuncia de ninguna cosa, por lo tanto el celibato se ve
como una enorme estupidez y carece de atractivos.

Este consumismo se da más en las sociedades más desarrolladas donde existen los
fenómenos socioeconómicos del paro y el desempleo, al perderse el incentivo del
esfuerzo humano, se tiende una sociedad que se esfuerza poco, y se tiene a vivir
por inercia. Aunque es un obstáculo propio del Primer Mundo, nada quita que
también se lo viva en el Tercer Mundo.

2. EL AMBIENTE MACHISTA DEL MUNDO LATINO

El machismo genera en el hombre la experiencia de que se es hombre en la


medida en que se ejercite libremente la sexualidad, esto conlleva a que el ejercicio
del poder y la dominación sean vistos como un atractivo fuerte. En culturas
oprimidas y reprimidas, las personas adoptan esa misma represión y opresión
considerando “inferiores” a las mujeres (sensibilidad, menor fuerza corporal, etc.).
Esto dificulta la comprensión del celibato. Por ejemplo, la cultura indígena en
Ecuador no concibe la idea del varón soltero, y la mujer es considerada no tanto
como una compañera sino como una servidora (quehaceres, el varón siempre
camina unos pasos delante que su mujer…)

3. EL MUNDO DE LA DROGA

La droga no distingue país, clase social, ideología o religión, esto va minando a


mucha juventud que es valiosa y podría orientarse de otra manera. Esto crea un
clima de mentira, delincuencia, orgías y desenfrenos que debilitan la voluntad y que
restan obviamente vocaciones a la radicalidad y el servicio.
4. DEFICIT AFECTIVO: EL AMBIENTE FAMILIAR

Cada vez son más notorias las crisis matrimoniales (divorcios, separaciones, unión
libre), esto en los jóvenes genera situaciones de creciente inestabilidad afectiva que
se tornan obstáculos para la vivencia del celibato. Se presenta el caso de llenar
vacíos, jóvenes con poco amor recibido, buscarán compensarlo afuera y esto
conlleva a relaciones inestables, crisis de identidad sexual, etc…

5. EXPERIENCIAS SEXUALES TRAUMATIZANTES

Las heridas sexuales son un lastre para la vivencia de la castidad:

 Precocidad sexual que conduce a la impotencia en la edad adulta.


 Juegos sexuales que provocan crisis de identidad.

A esto se suma el juicio moral impuesto –erróneo muchas veces-, que suele añadir
culpabilidad religiosa o simplemente humana a todo lo anterior. El sujeto se sentirá
incapaz, “indigno”, sucio, etc… y esto le pone en duda su vivencia de este voto.

6. EL IDEAL DE LA PAREJA COMPROMETIDA

El factor debilitador del sujeto no es algo negativo, sino un ideal, un ideal en pareja.
Conocer parejas que vivan bien su matrimonio puede dejar las puertas abiertas a
experimentar por este lado. No podemos negar que este caso pueda ayudar a
discernir y clarificar nuestra vocación. El problema radica en idealizar esta situación
de pareja encontrándole solo los atributos positivos sin ver las dificultades y
problemas (que seguro existirán), para que cuando la “encuentre” cambiar de
frente y hacer la batalla por el Reino desde la vida matrimonial.

7. EL BOMBARDEO DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN SOCIAL

Los medios nos presentan costumbres tremendamente erotizadas (como la


pornografía) y tienden a desacreditar los retos del mundo de hoy. De este modo, los
“medios” tienden a “tentar” y a debilitar la voluntad presentando mundos irreales
hedonistas.
LO ABERRANTE E INCOMPRENSIBLE DEL CELIBATO

El “castrarse”, es algo humanamente difícil de justificar y explicar. En algunas


culturas es considerado pecado.

La castración, en el mensaje de Jesús, tiene tres dimensiones:

 La primera, en la que no interviene la libertad —"los que nacen castrados"—.


Esta dimensión Jesús no la toma como punto de partida para el celibato "por
el Reino".
 La segunda, los que "se castran" libremente para consagrarse a su rey,
tampoco la considera Jesús como celibato "por el Reino".
 La tercera —"los que se castran por el Reino"—, en la que Jesús, por un lado,
asume el valor del "acto de libertad" como renuncia al ejercicio de la
sexualidad para consagrarse a un bien superior.

Pero, por otro lado, ¡Jesús jamás asume la castración como un acto físico! (Un
ejemplo claro de la mala interpretación de esta declaración de Jesús lo tenemos en
el caso de Orígenes, quien fue condenado por la Iglesia, por haber asumido el acto
físico de la castración).

1. UNA REALIDAD ABERRANTE EN ISRAEL

“Siete cosas condena el cielo y la primera de ellas es hombre que no tiene mujer”
(Dicho judío). Simplemente el celibato no se comprende en Israel.

En otras religiones del mundo antiguo, en las cuales se practicaba legalmente la


castración sexual, los “castrados” eran vistos como personas sagradas. En Israel, en
cambio el “castrado” era un profano.

A pesar de esta mentalidad en Israel, en la Biblia se registran algunas circunstancias


que dan cabida al celibato como el caso de Jeremías que su carisma personal
reveló lo más propio del profeta: la desinstalación total.

Ya más cerca al tiempo de Jesús, se encuentra la secta de los esenios en la que


practicaban el celibato por su condición sacerdotal (servicio continuo y constante
disponibilidad). El mismo Juan Bautista fue un ejemplo de hombre célibe, solidario y
adusto.
2. EL ESCANDALO QUE PROVOCO JESUS

Según González Faus, ha existido la hipótesis de que, en la época de su vida pública


(Jesús), debía ser más bien viudo. Según dicha hipótesis, el argumento del silencio
autoriza concluir que Jesús no tenía mujer durante el tiempo de su ministerio público.
Pero no autoriza a concluir que no la hubiese tenido nunca: más bien, supuesto lo
que era el mundo judío, hay que presuponer lo contrario. Cuando Jesús mandó a
los apóstoles de dos en dos, es posible que los haya mandado a cada uno con su
esposa. En Israel nadie los habría aceptado como maestros si no hubieran sido
casados.

3. EL CELIBATO COMO SEDUCCION

El celibato sólo se comprende desde la persona de Jesús, es la seducción por el que


traspasaron; la seducción no es un término necesariamente negativo, la seducción
es algo que apasiona, que atrae, que introduce al misterio, la consecuencia de
esta seducción es no poder encontrar sosiego en otros amores, se ha saboreado el
amor apasionado de Dios y hay una sensación de que los otros, por maravillosos
que sean, no terminan por llenar.

Es una solidaridad con los que son forzados a vivir solos y sin familia porque no han
podido, tantos pobres psíquicamente, porque han perdido su capacidad; tantos
torturados, exiliados, refugiados, enfermos.

El celibato, por todo lo anteriormente dicho, es algo duro. Es algo que sólo se puede
comprender dentro de un proceso, y que, como sucede también en los otros votos
(y mucho más), va a suponer mucho de psiquismo, primero ya sanado y luego
maduro. De ahí que en ese batallar puedan contemplarse fallas y caídas. Estas
deben considerarse no como excusa pero sí como realidad. Es difícil saber manejar
el propio psiquismo en condiciones "normales", y mucho más en estas excepcionales
del celibato. Ahora bien, no se puede olvidar que el celibato es un milagro de la
seducción de Dios en beneficio del Reino. Perder esta perspectiva es entrar en el
mundo del desliz y de las fallas sistemáticas. Este milagro se provoca cuando el
Señor desencadena en nosotros su "seducción" para realizar "las buenas obras" a su
manera y experimentamos ya eso como "incapacidad" para ser llenados por otros
amores.
FENOMENOLOGIA DE LAS FALLAS EN LA CASTIDAD

Mucho podemos aprender de las fallas de la castidad por cuanto nos revelan
elementos que debemos tener en cuenta en la guarda del voto, ya que se van a
presentar casos difíciles y caídas. Estos dos casos se van a presentar al menos el
primero ya que seguimos siendo humanos.

Las caídas en base a tres aspectos:

 Los sujetos
 Las experiencias y;
 El signo de ellas.

1. DIVERSOS SUJETOS-TIPO FRENTE A LA TENTACION:

1.1 El previamente experimentado

 Descripción: Relaciones afectivo sexuales normales a su edad. Aparente


dominio de situaciones.
 Supuesto: Psiquismo sano.
 Ventaja: Tranquilidad por su experiencia pasada.
 Treta: “Aquellas solo fueron experiencias juveniles”.
 Excursus: La precocidad:
Las relaciones precoces son alabadas en muchas culturas. Los niños con
iniciaciones sexuales tempranas inducidas por adultos y/o experimentadas
con ellos, producen una experiencia de impotencia sexual.

1.2 El inexperto

 Descripción: Cierto candor e ingenuidad, también virtud y generosidad en


haberse guardado casto por algún ideal.
 Supone: Castidad (gracia de Dios), pero tal vez algo de represión sexual.
 Ventaja: Autodominio. Desea menos.
 Treta: Por el propio impulso sexual, unido a la curiosidad, añora la ocasión.
 Excursus: Las represiones sexuales:
Visiones negativas del sexo, relaciones punitivas con la imagen de Dios, o
simplemente moralistas que pueden llegar a bloquear la sexualidad. Como
cualquier represión puede explotar en el momento menos pensado.

1.3 El que está al acecho

 Descripción: Experimentado o inexperto. Espera la oportunidad.


 Supuesto: No ha asimilado el voto.
 Ventaja: Ninguna.
 Treta: Justificar su postura. Vivir con los deseos ocultos.
 Excursus: La sublimación y la represión:
Sublimar es desplazar una energía instintiva hacia otro objeto de valor. Pero
el cambio de finalidad y de significado que sufre la sexualidad no la anula.
La represión ahoga, niega y/o rechaza el instinto imponiéndole lecturas
negativas de todo tipo. Puede estallar.

1.4 Los que se sostienen y crecen en la prueba

 Descripción: Siente y experimenta como todos los demás. Aprende a ser fiel
en lo poco.
 Supuesto: Conocimiento personal. Espíritu de oración. Pasión por el Reino.
 Ventaja: Capacidad de entrega.
 Treta: ¿Resistirás siempre?
 Excursus: Procesos de curación y de crecimiento personal:
La vida de célibe supone, además de la gracia de Dios, un “subiecto”. El
célibe tiene que crecer constantemente a nivel personal, agrandando su
“pozo” y fecundándose de él. Este va a poder experimentar lo que es el
amor en su máxima expresión humana y que es análogo, es decir, que
puede encontrarse vivido en diversas situaciones. El célibe tendrá que
renunciar al amor de pareja sublimando en amor a los más necesitados y a
los amigos en el Señor, más aún seducido por la presencia en ellos del Señor.

1.5 El que se convierte en solterón

 Descripción: Aparentemente sin problemas de castidad. Tiende a ser esclavo


de cosas y/o personas. Es quisquilloso, y de ordinario con fallos en la pobreza.
 Supuesto: Traumas y heridas. Cerrazón. Pretende no involucrarse con nadie,
para no “depender”.
 Ventaja: Ninguna
 Treta: Convertirse en juez de los otros.
 Excursus: La masturbación:
Suele ser uno de los rincones de la vida de la solteronería. No quiere decir
que toda masturbación se inscriba en este ámbito, ya que hay otras
explicaciones de este fenómeno. En la adolescencia es considerado
“normal” debido a las tensiones de la introducción en lo misterioso
sexualmente. Pero, ya en la madurez, puede expresar diversas causas:
a) Situaciones emocionales de miedo, ansiedad, despecho.
b) Situaciones vicariales: Típica del que no puede (física o moralmente) realizar
el coito. Significa que no ha terminado de integrar y sublimar su situación en
el caso del célibe.
c) Situaciones del placer solitario, prefiere masturbarse antes que
comprometerse.
Tres preguntas básicas para la pastoral de la masturbación:

 ¿Qué siento al masturbarme?


 ¿Qué imágenes la acompañan? (Aclarar fenómenos de identidad sexual o
de dependencia).
 ¿Con qué frecuencia? (Establecer la presencia o no de la compulsividad).

Lo típico de la masturbación en el mundo del celibato es que se dé por situaciones


vicariales.

2. LAS DIVERSAS EXPERIENCIAS DE CAIDA


De ordinario es sujeto que cae es el que está “al acecho”.

2.1 El amor idílico

 Descripción: Se aprende a amar por primera vez. Encuentro con “el amor de
su vida”.
 Supuesto: Herida no sanada (buscador empedernido de amores). O
aprendizaje de amor (madurez).
 Babilonia: El apostolado, la Universidad, grupo de estudio, grupo de amigos.
 Redes y cadenas: Tobogán del amor, ceder ante los pasos pequeños.
 Treta: Silencio, no separación. “Sólo somos amigos”.
 Solución: Trilogía: corte, oración asidua y claridad de conciencia. Trabajar la
voluntad, ser fiel en lo poco.
 Excursus: Amor o necesidad:
Una vez trabajadas las heridas y los traumas, la persona, puede comenzar a
sentirse libre. Pero si no, va a confundir atracción, gusto y necesidad de amor.
Ser libre me da capacidad de amor.

2.2 Los “affaires” sexuales

 Descripción: Relaciones sexuales que pueden ser a) puntuales o b)


frecuentes (con la misma persona o varias).
 Supuesto: Haberse expuesto. Sea por reivindicar heridas o por experimentar la
novedad-curiosidad o por afán de conquistar. Se cosifica a la mujer y al sexo
ya que no hay amor. Entonces la pobreza, con la consagración a la lucha de
los empobrecidos, no es lo dominante.
 Babilonia: Mentiras a la comunidad. Mal uso del dinero.
 Redes y cadenas: Pasión desatada y pérdida de voluntad.
 Treta: Silencio. “Es una necesidad”, “Sigo siendo hombre”.
 Solución: Romper a la Babilonia y darse a la trilogía. Esto puede terminar de
dos modos: quedarse en la VR con un gran desgaste, o parar saliendo de
ella, por ejemplo, a causa de un posible hijo.
 Excursus: La asimetría sexual:
En los varones es más probable que se establezca una relación sexual más
descomprometida, sólo por el gusto de realizarla. Pero en la mujer existe un
conjunto de elementos que le hacen entrar a la relación sexual más
comprometida.

2.3 Relaciones que rompen la opción, pero son humanamente plenas

 Descripción: Amor verdadero y además relación sexual. Es prohibida porque


se da contra el voto, pero humanamente es plena.
 Supuesto: Don del amor. Un olvido momentáneo de las exigencias del Reino.
 Babilonia (aquí experimentada como Jerusalén): Requiere mucho
discernimiento el hecho de verificar que lo bueno en sí ya no es bueno para
mí. “Todo amor es de Dios, si nos amamos viene de Él”.
 Redes y cadenas: El amor pleno tiene una capacidad infinita de atracción.
Pensar que ese amor se puede vivir con mayor intensidad con el sexo.
 Treta: Olvidar el compromiso previo con Dios y los necesitados. Replantearlo
todo como si ya estuviese fuera.
 Solución: Milagro de Dios. La eficacia de la “trilogía” depende de la rapidez y
rigidez con que se ponga en práctica. Al final de la experiencia, si se
permanece en la VR supone un crecimiento notable en la madurez humana
y cristiana. En caso de salida, (no siempre), el sujeto debe mantenerse fiel a
su compromiso familiar.
 Excursus: El compromiso por el Reino y el celibato:
Existe una íntima relación entre mi ser célibe y el trabajo por el Reino. Al hacer
votos se contrae un compromiso (Reino) y todo lo que venga después no lo
nulifica. Si un hermano/a ha tenido una relación humana plena, no debe
descuidarse a la persona afectada. Quizás, el cuerpo social, la congregación
debe jugar un papel activo y eficaz.
No debemos olvidar que la única razón por la que estamos en la VR no es “mi
razón”, sino la razón de Dios, que se dio junto con la confirmación de la
vocación. Nunca hay que olvidar el amor primero.

2.4 Los amantes conflictivos

 Descripción: el caso del “affaire”, pero con algo de amor y fidelidad.


 Supuesto: Falta de compromiso total de ambas partes. “Sí, pero…”
 Babilonia: Mentiras a la comunidad, fallos en la pobreza.
 Treta: Silencio. No tomar en cuenta el mal provocado en la “pareja”. No
saber qué hacer pero tampoco pide ayuda.
 Solución: Trilogía, con énfasis en la separación física. Si no se supera la causa
(inmadurez, inseguridad, etc.) se tenderá a reincidir.
 Excursus: La coartada de la “debilidad”:
No se acepta la falla, por ser débil uno se excusa. Se presenta como una
“treta de segunda semana”. Me presento como pecador pero no para
cambiar mi actitud, sino para justificarla.
2.5 La solteronería

 Descripción: Actos típicos del solterón; apego a las cosas, quisquilloso, no


ajustarse a una estructura.
 Supuesto: Cerrazón, traumas, miedo. El Reino no dice nada.
 Babilonia: Su mundo. (Cuarto, cosas, ocupaciones, hobbies).
 Treta: no percatarse siquiera de que se peca contra este voto.
 Solución: No es fácil por la situación de tibieza del sujeto.
 Excursus: La obediencia y la castidad:
Mucho tiene que ver la obediencia con la castidad. La obediencia me hace
partícipe de un cuerpo en misión. Lo clave de todo estos es la palabra
“cuerpo”. Es mi cuerpo el que debe inscribirse en el cuerpo social. Por eso,
cuando por lo que sea, mi cuerpo está enfermo (y la solteronería, por
ejemplo, es una gravísima enfermedad) es el cuerpo social, por medio del
superior, el que me debe sacar de esa dolencia física espiritual.

2.6 Algunas consecuencias

 En todos estos casos influye mucho la edad:

a) Juventud.- Mayor fogosidad, pero por otra parte mayor capacidad de


heroísmo y no es el tiempo para grandes compromisos afectivos.
b) Madurez.- Deseos fuertes de paternidad, pero mayor control y dominio.
c) Vejez.- Temor de que pronto todo se acabe, pero se es más “sabio”. El
declive en la potencia sexual también se deja sentir.

 También influye el sexo:

a) Mujeres.- Menopausia. Límite que tiende a provocar ansiedad. Se


terminan las posibilidades de ser madre.
b) Hombres.- Se comienza a querer vivir una segunda oportunidad.
Comportamiento de adolescente.

 Todas las caídas suponen cosas previas:

a) Apartarse del poder seductor de Jesús (descuidando oración y


compromiso).
b) Descolgarse de la vida comunitaria.
c) Descuido del trabajo apostólico.
d) Falta de transparencia.
3. SIGNOS DE LAS EXPERIENCIAS

La mayoría de las veces el signo de todas estas experiencias es lo heterosexual,


aunque en algunas relaciones, la tendencia puede ser de tipo homosexual. La
homosexualidad no se cataloga como una “desviación”.

3.1 La complejidad de la estructura psicológica

Todos los hombres tenemos ciertos componentes de femineidad biológica y


psíquica que establecen un balance en nuestra estructura total. Lo mismo sucede
con la mujer. Estos "ingredientes" producen, aunque sea en pequeña escala; una
serie de comportamientos que pueden ser más o menos fustigados por el entorno
cultural, con lo cual se acentúan o se reprimen los mismos. La ideología machista
reprime ciertos efectos de nuestro psiquismo complejo y compuesto
(femenino/masculino) y, en este caso, se producen miedos, ansiedades o
curiosidades que pueden convertirse en uno de los caminos a experimentar por la
vía homosexual o lesbiana.

3.2 El origen del dinamismo homosexual

A la complejidad natural de los factores bisexuales en la persona, de ordinario se


añaden experiencias "homosexuales", en la infancia, en la adolescencia, que
pueden potenciar el ingrediente de atracción por el mismo sexo. Pero pueden
presentarse, también, experiencias homosexuales traumáticas que generan —como
en el caso heterosexual— comportamientos compulsivos u obsesivos.

La homosexualidad ya no se concibe como fenómeno “anormal” ya que hay


personas que la viven en plenitud. Es que cada vez es más creciente el número de
autores que niegan que la tendencia homosexual sea algo reversible. Este carácter
permanente, en la mayoría de los casos, hace que se trate la tendencia con
nuevas perspectivas. De allí también la importancia de que el sujeto que
experimenta preponderantemente esta tendencia tenga que hacer un acto de
decisión por asumir una identidad que —culturalmente, y a veces religiosamente—
está estigmatizada. Esta "decisión personal" hará que varíen las maneras de
acompañar psicológica y espiritualmente a una persona.
3.3 La pastoral homosexual

Hay que saber ayudar a integrar este dinamismo. Primeramente hay que establecer
si en realidad se da este dinamismo homosexual o se trata simplemente de la
complejidad de la sexualidad.

Rango Descripción Porcentaje de Porcentaje de


contactos contactos
homosexuales heterosexuales
0 Exclusivamente 0 100
heterosexual
1 Heterosexual, con solo 1-25 75-99
incidencias de
homosexualidad.
2 Heterosexual, con más que 26-49 51-74
solo incidencias de
homosexualidad.
3 Bisexual 50 50
4 Homosexual, con más que 51-74 26-49
solo incidencias de
heterosexualidad.
5 Homosexual, con solo 75-99 1-25
incidencias de
heterosexualidad.
6 Exclusivamente homosexual 100 0

En esos casos de irreversibilidad todo tratamiento o pastoral que invite o exija este
"regreso" estará necesariamente colocando en un atolladero a la persona y
agravando su situación.

La homosexualidad se vuelve problema cuando tales impulsos se convierten en una


constante fuente de ansiedad, depresión, erosión de autoestima, conflicto interno
profundo y angustia. Hay un conjunto de "recomendaciones" para tratar la
tendencia homosexual, sobre todo cuando sí hay una bisexualidad, tendencial o
actualizada, en la práctica. Se puede reforzar la identidad biológica, cuando:

 Hay "motivación" para reforzarla;


 Se tienen menos de 35 años;
 Hubo interés heterosexual en el pasado;
 Hay muestras de un patrón de comportamiento masculino/femenino.

Existe también un conjunto de "preventivos" que podría evitar el desplazamiento de


la identidad biológica hacia la orientación homosexual. Hay que evitar:

 Sentimientos de rechazo o fracaso en lo masculino;


 Competencia en los signos masculinos, de manera que provoquen ansiedad;
 Frecuencia de pornografía homosexual, o de lugares donde ésta se ejerce;
 Relación con mujeres dominantes; y
 Cansancios fuertes.

3.4 La homosexualidad y la vocación religiosa

El porcentaje de religiosos homosexuales es más alto de lo que uno se imagina. La


historia, por su parte, ha demostrado que grandes figuras de la humanidad han
sublimado mucho de sus tendencias homosexuales en una actividad que ha
brindado algunas de las mejores energías y creatividad a la historia.

La dificultad reside cuando la tendencia homosexual se vive de forma conflictiva.


Lo que se exige en el voto es el celibato; es decir la renuncia a entregarse de
manera preponderante, como actitud, a la pareja y la familia, y, por supuesto, la
renuncia a cualquier ejercicio descontrolado de la genitalidad. Esto se le exigirá
tanto al heterosexual como al homosexual. Lo que hay que determinar en cada
caso concreto es si hay posibilidades de que una persona viva así, sin frustraciones,
en la vida religiosa.

Si el sujeto puede sublimar sus afectos e instintos en un servicio y en una entrega a


los empobrecidos y a la misión de hacer posible el Reinado de Dios, sería un sujeto
apto para la vida religiosa, precisamente porque además de la adecuada práctica
de la sublimación se le ha regalado el don de la seducción cristiana que Jesucristo
ejerce en él por el Reino.

Dificultades específicas para una vocación con tendencia presuntamente


homosexual:

 Si la edad del candidato hace suponer que su sexualidad no está aun


maduramente asumida, es mucho más difícil su maduración en un ambiente
de encuentro continuo con personas de su mismo sexo.
 Carga existencial mayor. Es y será un apersona estigmatizada a nivel social,
cultural y religioso.
 Tentación de una caída “sin trascendencia” (no hay hijos, no se tiene que
vivir con alguien de afuera, etc.)
 Vergüenza impuesta. Poca posibilidad de compartir los deseos y ansias.
 Hay que tener en cuenta que la homosexualidad femenina tiende a ser un
fenómeno más seductor, y que puede establecer más dependencias. Por
otra parte, entre mujeres, hay un clima de mayor permisividad en las
expresiones afectivas que puede encubrirla más.

Con todo esto, no quiere decir que sea imposible llevar una vocación con
tendencia homosexual. Pero, al que tiene este dinamismo se le deben pedir
requisitos del tipo de los siguientes:

 Dado el ambiente machista de nuestras sociedades, y teniendo en cuenta la


prioridad del servicio apostólico, no se puede admitir –es norma oficial en la
Compañía- declaraciones públicas al respecto.
 Debe mostrar gran capacidad de trato con mujeres y niños.
 Debe poder ser capaz de tener amigos, amigas y confidentes. Que en la
vida comunitaria no sea factor de desunión sino de presencia positiva.
 Tiene que ser muy diáfano en la conciencia. Hablarlo muy claramente con
superiores y acompañantes espirituales.

4. LAS REGLAS DE ORO DEL CELIBATO, A MANERA DE


CONCLUSION
En lo referente a la castidad el mejor criterio es prevenir “Babilonias”: fiestas, alcohol,
salidas a solas, etc. Hay que aprender a ser fiel en lo poco. No tener que llegar al
“punto de alarma”.

Una norma muy practicada por Ignacio, para momentos especialmente difíciles,
era la famosa "regla del compañero". Sí por acaso tengo que estar cerca de la
persona amada, lo que tengo que hacer —si quiero evitar más complicaciones— es
hacerme acompañar de un hermano que me convalide en mi decisión.

De manera concreta diríamos:

 No puedo ser ingenuamente "amigo" de la que me gusta o me atrae.


Tampoco debo serlo de aquella a quien le gusto o atraigo. Lo primero se
hace obvio, aunque difícil. Lo segundo es por guardar justicia respecto a las
expectativas de la pareja y para no tener una "ocasión al alcance de la
mano", de la que me podría aprovechar en un momento dado, sobre todo,
en las horas difíciles.
 No puedo ser ingenuamente "amigo" de la que ha sido mi "amante", si es que
no ha mediado mucho tiempo entre la relación anterior y el presente. Es
volver a comenzar de nuevo.
 La “trilogía”. Sin corte no puede ganarse la libertad por optar por lo que Dios
nos pide. La oración tiene una importancia crucial. (“La oración será una
piedra en el zapato que no nos dejará proceder a nuestras anchas; de allí su
fuerza”) Finalmente, la claridad de conciencia es lo que en definitiva ayuda
a no confundirse más, a tomar las decisiones, y a la capacidad de usar
medios eficaces para implementarlas, además testimonia que la vocación se
da en un cuerpo apostólico y que es precisamente el cuerpo quien da fuerza
y defiende en los momentos en donde personalmente ya no se podría.

“Para vivir una vida íntegra, uno debe preguntarse con realismo si
este o aquel influjo o práctica fortalece o debilita la castidad y su
testimonio público”

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