Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
CUATRIENIO 2017-2021
LAUDES Y ORACIÓN DEL MARTES DE LA OCTAVA DE PASCUA
Monición:
Hermanas nos llenamos de gozo en el Señor por su Pascua gloriosa, esta es la fiesta
más importante para todos los católicos, ya que con la Resurrección de Jesús
adquiere sentido toda nuestra religión. Cristo triunfó sobre la muerte y con esto nos
abrió las puertas del Cielo. Cuando celebramos la Resurrección de Cristo, estamos
celebrando también nuestra propia liberación. Celebramos la derrota del pecado y de
la muerte. En la resurrección encontramos la clave de la esperanza cristiana: si Jesús
está vivo y está junto a nosotras, ¿qué podemos temer?, ¿qué nos puede preocupar?
Cualquier sufrimiento adquiere sentido con la Resurrección, pues podemos estar
seguras de que, después de nuestra vida en la tierra, llegaremos a una vida nueva y
eterna, en la que gozaremos de Dios para siempre.
Martes: La Búsqueda
Invocación al Espíritu Santo Escuchado. “El Espíritu del Señor está sobre mí”.
HIMNO: semitonado
¡Cristo ha resucitado! Cristo es nuestra esperanza,
¡Resucitemos con él! nuestra paz y nuestra vida.
¡Aleluya, aleluya! ¡Aleluya, aleluya!
Ant. Cristo ha resucitado y con su claridad ilumina al pueblo rescatado con su sangre.
Aleluya
1
Aquí estamos, Señor Jesús: Unidas en Queremos un corazón con aire fresco
tu búsqueda, aquí estamos en alas de de la mañana. Queremos un corazón al
libertad. Aquí estamos, Señor Jesús, soplo del Espíritu.
unidas como amigas.
Señor Jesús ábrenos el corazón a la
Señor Jesús estamos unidas y a pie escucha, ábrenos el corazón, desde la
descalzo. Unidas con ganas de hacer soledad, desde le silencio, ábrenos el
camino, de hacer desierto, unidas como corazón al contacto de tu Palabra,
un solo pueblo, como un racimo. ábrenos el corazón al soplo de tu
Espíritu.
Danos, Señor Jesús la fuerza de
caminar unidas, danos, Señor Jesús la Queremos Señor entrar dentro de
alegría de sabernos unidas. nosotras, queremos peregrinar al
interior de nuestras vidas, queremos
Danos Señor Jesús el gozo de la hacer camino hacia el desierto del
hermana al lado. Danos Señor Jesús, corazón, queremos poner la tienda en el
la paz de los que buscan el grupo. centro de nosotras mismas.
Nos has dado un deseo: el de buscarte, Señor Jesús, descúbrenos el rostro del
el de tenerte a ti, como busca la flor al Padre. Señor Jesús, descúbrenos la
sol y el agua al mar. fuerza arrolladora de tu Espíritu. Señor
Jesús, comunícanos tu presencia
Tú has puesto en nuestro corazón, resucitada. Señor Jesús, enséñanos a
deseos de más allá, has puesto caminar unidas a ti.
caminos de libertad, de trascendencia.
Unidas en tu búsqueda, Señor, Señor
Queremos Señor Jesús, recorrer la de los encuentros a pie descalzo, en
aventura de orar, de orar unidas, en una oración sincera. Señor de los caminos,
aventura apasionante. Señor de los misterios, aquí estamos
sabiendo que Tú estás con nosotras.
Señor Jesús: Queremos un corazón
vacío, desinstalado. Queremos un Porque Tú, Señor te manifiestas al que
corazón desnudo, despojado y pobre. te busca, porque Tú, Señor, eres la
fuerza del que te encuentra.
2
Ant. Cristo ha resucitado y con su claridad ilumina al pueblo rescatado con su sangre.
Aleluya
Ant. Infunde Señor el deseo de dar la vida por nuestros hermanos más débiles, como
tú la has dado. Aleluya.
Ant. Infunde Señor el deseo de dar la vida por nuestros hermanos más débiles, como
tú la has dado. Aleluya.
Momento de silencio.
Padre Nuestro.
Concluyamos nuestra oración con las palabras que Jesús enseñó a sus discípulos:
El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. Amén.
Ángelus:
Reina del cielo, alégrate, Aleluya,
porque el Señor a quien mereciste llevar. Aleluya,
Resucitó según su Palabra Aleluya,
ruega al Señor por nosotras Aleluyas.
Oración:
Oh Dios que, por la resurrección de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo te has dignado
alegrar al mundo, concédenos por la intercesión de la Virgen María, su madre, alcanzar
los gozos de la vida eterna. Amén.
El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
“Resucitó de la muerte, resucitó del lugar del que nadie esperaba nada y nos espera
al igual que a las mujeres para hacernos tomar parte de su obra salvadora”.
Y por ello invitó a tomar parte del anuncio de la resurrección porque “este sostiene
nuestra esperanza y la transforma en gestos concretos de caridad”. “Él resucitó y con
él resucita nuestra esperanza y creatividad para enfrentar los problemas presentes,
porque sabemos que no vamos solos”.
Hoy a nosotras consagradas nos pide vivir plenamente la fe pascual y proclamar con
la vida que Jesús está vivo en medio de nuestras comunidades y apostolados. Con
alegría y fe comencemos nuestra celebración Eucarística.
Salmo responsorial
En el Señor está nuestra esperanza. Aleluya.
Preces:
Oremos al Padre por medio del Espíritu Santo, que da fuerza a la Palabra para penetrar
en el corazón y realizar la conversión de vida que lleva a la comunión con Dios y con
los hermanos y digámosle:
5
Espíritu Santo consolida nuestra fe en Jesús resucitado, ayúdanos a profundizar
en este misterio primordial que es fuente de salvación de todos los hombres y
mujeres. Oremos.
Espíritu Santo traspasa nuestro corazón con la Palabra de Jesús nuestro amigo
y Maestro, infunde en nosotras lo que necesitamos para ser verdaderas hijas
de Dios y proclamar su Reino. Oremos.
Oremos
Señor Dios nuestro, acepta las súplica que te hemos presentado, apiádate de nosotros
según tu gran misericordia, y derrama tus bondades sobre todo tu pueblo, que de ti
espera las riquezas de tu gran misericordia. Tu que vives y reinas por los siglos de los
siglos. Amén.
LAUDES Y ORACIÓN
MIERCOLES DE LA OCTAVA DE PASCUA
Himno: cantado
6
Toda la tierra te alabe Señor Todos los reyes del mundo Señor
te alabe la luna y el sol se postren ante tu esplendor
toda la tierra te alabe Señor exulten el cielo, la tierra y el mar
las estrellas te rindan loor. y estallen en una canción.(2)
¡Aleluya, aleluya!
ha llegado ya el reino de Dios
¡ha vencido el cordero!
ha triunfado con armas de amor.(2)
Señor Jesús, el camino está delante de deslumbrado, Tú estás vivo y toda vida
nosotras, a veces difícil e incierto, ahí encuentra en ti su fuente y su
Tú nos llamas, sean cuales realización, su sentido y su fecundidad.
sean nuestros estados de ánimo.
Ven Señor a compartir con nosotras la,
Sabemos que es más fácil el camino mesa, queremos tu presencia
cuando no estamos solas, nos regalas resucitada dentro de nuestras
tu presencia resucitada y la de nuestras comunidades.
hermanas.
Tenemos hambre de tú Palabra, de
Ven, Señor Jesús, a mezclarte en pan, de Vida, de alegría… Enséñanos a
nuestro camino, a enseñarnos a ser alimento para los demás, como tú
discernir los acontecimientos, a mismo lo eres para todos y todas.
profundizar en el significado de lo que
nos pasa, a dar impulso a nuestras Quédate con nosotras, camina con
vidas. nosotras, danos Vida para llevar la
Buena Noticia a nuestros hermanos, de
En la profundidad de nuestra noche, la que tú estás vivo y quieres quedarte
noticia de tu Resurrección nos ha entre nosotras.
Ant. Cristo ha resucitado y camina con nosotras. Aleluya.
7
Señor resucitado, Mi amor y mi Tú estás aquí, Resucitado y
esperanza, Danos el gozo de la vida en resucitador, lleno de vida desbordante.
ti. Íbamos de camino, Pensábamos en Buscarte a ti, no es encontrarte en el
quién nos movería la piedra del sepulcro, sino en la vida.
sepulcro.
No te buscamos para ponerte flores en
Pensábamos por el camino lo difícil de la tumba, sino para que resucites en
quitar obstáculos, Y llegamos al nosotras lo que está muerto.
amanecer. El sol parecía dentro del
sepulcro vacío, La sorpresa nos llenó y
nos encandiló de una alegría y gozo Tú eres amor, El amor que da la vida,
desbordantes. Resucitó de veras mi El amor que llena de gozo, Señor
amor y mi esperanza. resucitado y vivo, el gozo de nuestra
existencia, descúbrenos que la cruz es
Y te seguimos buscando entre los el camino, que la vida es el destino; y
muertos, y creemos que eres una haznos comprender que por el
tumba, cuando nadie jamás podrá bautismo todo ser humano está herido
atarte ya de manos y pies, pues tú eres de Resurrección y de vida.
la vida, La vida verdadera, el gozo de
mi espera.
Este pasaje nos muestra a dos seguidores de Cristo que han perdido el rumbo en su
vida. Habían seguido a Cristo con gran ilusión, pero después de ver al Maestro
crucificado, todas sus esperanzas se habían esfumado, dejando vacío su corazón.
Todos pasamos por momentos así en nuestra vida, crisis de fe, momentos en los que
no vemos con claridad lo que nos pasa. ¿Qué nos enseña el evangelio para esos
momentos?
Con facilidad nos sentimos identificados con estos dos discípulos. Son muy
semejantes a nosotros, muy humanos: han visto el aparente fracaso de Cristo, y
reaccionan como hubiésemos reaccionado nosotros mismos: abandonando todo y
volviendo a su vida tranquila, cómoda, de Emaús. Habían visto los milagros de Cristo,
habían gozado de su presencia, habían saboreado sus enseñanzas, tal vez incluso
habían repartido los panes en la multiplicación de los panes. Pero ahora… Todo había
acabado. Cristo estaba muerto y bien muerto. Nosotros esperábamos… Regresan a
8
su tierra, pero regresan vacíos, insatisfechos; en el fondo, saben que les falta algo, o
mejor, les falta Alguien por quien vivir. ¡Qué humano es el Evangelio! Y sobre todo,
¡qué bien conoce Cristo el corazón humano! Sabía que el desánimo, el cansancio en
nuestra vida, los momentos oscuros, nos asaltan en cualquier momento. Y quiso
enseñarnos que también en esas circunstancias Él sigue cerca de nosotros, nos habla,
nos anima, nos escucha y nos ama.
9
como los discípulos de Emaús, que descubres a Jesús cuando tú también partes el
pan con el necesitado?
Compartir en binas.
Oración final:
Señor, sabemos que siempre estás a nuestro lado, que caminas con nosotras, que tu
Palabra, las Escrituras y en nuestras buenas acciones y actitudes en comunidad, son
muestra de que nos hablas y te seguimos, y cuando reconocemos estas buenas
acciones y actitudes en nuestras hermanas es cierto que el corazón arde y se inflama
de alegría, ayúdanos a seguir este camino, a permanecer en el, que solo así
llegaremos a tu Reino. Amén.
ANGELUS PASCUAL
V./ Alégrate, Reina del cielo; aleluya.
R./ Porque el que mereciste llevar en tu seno; aleluya.
V./ Ha resucitado, según predijo; aleluya.
R./ Ruega por nosotros a Dios; aleluya.
V./ Gózate y alégrate, Virgen María; aleluya.
R./ Porque ha resucitado Dios verdaderamente; aleluya.
Oremos: Oh, Dios, que por la resurrección de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, te has
dignado dar la alegría al mundo, concédenos que por su Madre, la Virgen María,
alcancemos el gozo de la vida eterna. Por el mismo Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
Gloria al Padre…
Monición de entrada:
Hermanas “Cuando una comunidad se muestra disponible a la escucha de la
Palabra de Dios, que está presente en la Escritura, y pone en la Eucaristía el centro
de su propia vida llega gradualmente a la fe y tiene la experiencia del Señor
10
resucitado.” Vivamos este encuentro de amor con aquel que hemos reconocido en la
fracción del pan.
Salmo responsorial
Cantemos al Señor con alegría. Aleluya.
Monición Evangelio:
La Pascua no es para los perfectos: fue Pascua para los discípulos
desanimados de Emaús. También nosotras podemos experimentar alguna vez la
desesperanza de los dos discípulos. Cristo Resucitado sigue haciendo camino con su
pueblo y con todos los pueblos, y siempre hace ademán de seguir adelante. Jesucristo
vive la comunión con el Padre Dios y también la vive con la humanidad, compartiendo
con nosotras nuestros gozos y esperanzas, nuestras tristezas y angustias. Se hace
compañero del toda persona para darle sentido a su caminar por la vida; ilumina los
acontecimientos con su Palabra y comparte su Pan.
Preces:
Oremos a Cristo Resucitado, que camina al lado de su pueblo, que entra en su vida y
le proporciona palabras que reconfortan y fortalecen su fe. Confiadamente digámosle:
11
Jesús, que con la ayuda de tu Palabra sepamos iluminar y transformar la cruz,
señal de muerte, en señal de vida y esperanza, así lo que impide ver, se
convierta en luz y fuerza a lo largo del camino. Oremos.
Oremos
Señor y Dios nuestro fortalece, la fe de tu Iglesia, alienta su esperanza por la
Resurrección de tu Hijo y bendice su caridad, tu que vives y reinas ahora y siempre y
por los siglos de los siglos. Amén
Monición:
Este día nuestra comunidad se reúne para agradecer la presencia de Cristo vivo y
resucitado. Hoy, con los ángeles y los santos del cielo a través de nuestra alabanza
matutina aclamación con gozo todas juntas: “Eres digno, Señor y Dios nuestro de
recibir el poder y la riqueza, la sabiduría, la fuerza, y el honor, la gloria y la alabanza”
Con gran alegría de estar reunidas en torno al Señor resucitado, digámosle:
12
no defrauda, en la caridad que no espera recompensa. Espíritu de verdad, que
conoces las profundidades de Dios, memoria y profecía de la Iglesia, dirige la
Humanidad.
Espíritu de comunión, alma y sostén de la Iglesia, haz que la riqueza de los carismas
personales y congregacionales contribuya a la unidad por un mundo más fraterno. A
Ti, Espíritu de amor, junto con el Padre omnipotente y el Hijo unigénito, alabanza,
honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén
Ant. Se presentó Jesús en medio de sus discípulos y les dijo “La paz este con ustedes”.
Aleluya.
Danos tu paz: (A coros)
Danos, Señor aquella paz extraña, que Como un canto escondido; que llega en
brota en plena lucha, como una flor de plena muerte, como el beso esperado.
fuego; que rompe en plena noche.
13
Danos la paz de los que andan siempre, Aquella paz del pobre, que ya ha
desnudos de ventajas, vestidos por el vencido el miedo. Aquella paz del libre,
viento de una esperanza madura. que se aferra a la vida. La paz que se
comparte en igualdad fraterna.
Ant. Se presentó Jesús en medio de sus discípulos y les dijo “La paz este con ustedes”.
Aleluya.
Ant. Vean mis manos y mis pies, soy yo en persona, tóquenme. Aleluya.
Ant. Vean mis manos y mis pies, soy yo en persona, tóquenme. Aleluya.
Los discípulos, por su parte, contaron lo que les había pasado en el camino y cómo
habían reconocido a Jesús al partir el pan.
Todavía estaban hablando de esto, cuando Jesús se apareció en medio de ellos y
les dijo: «La paz esté con ustedes.»
Atónitos y llenos de temor, creían ver un espíritu, pero Jesús les preguntó: « ¿Por
qué están turbados y se les presentan esas dudas? Miren mis manos y mis pies, soy
yo mismo. Tóquenme y vean. Un espíritu no tiene carne ni huesos, como ven que yo
tengo.»
Y diciendo esto, les mostró sus manos y sus pies. Era tal la alegría y la admiración
de los discípulos, que se resistían a creer. Pero Jesús les preguntó: « ¿Tienen aquí
algo para comer?» Ellos le presentaron un trozo de pescado asado; él lo tomó y lo
comió delante de todos.
14
Reflexión:
Preguntas bíblicas: ¿Por qué se espantan?, ¿Por qué surgen dudas en su interior?
“Aterrados y llenos de miedo creían ver un fantasma”
Para discernir
¿Qué de nuevo le aporta a mi vida la experiencia de la resurrección de Jesús?
¿Necesito poner a prueba la veracidad de Dios pretendiendo ver para creer?
¿En qué cosas me doy cuenta que tengo que abandonarme a la fe porque los
criterios del mundo me ofrecen otra cosa?
Silencio contemplativo
Ángelus: cantado
Reina del cielo alégrate, aleluya,
porque el Señor, a quien mereciste llevar, aleluya.
Resucitó según su palabra, aleluya
Ruega al Señor por nosotros, aleluya.
Oración: Oh Dios que por la resurrección de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo te has
dignado alegrar al mundo, concédenos por la intercesión de la Virgen María, su madre,
alcanzar los gozos de la vida eterna. Amén.
El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. Amén
Monición de entrada:
Hoy Jesús nos ofrece su paz, la paz autentica, nos ofrece vivir en armonía y es que no
puede haber mejor manera de construir la paz sino es a través de la entrega de la vida,
desde la convicción que vale la pena vivir, no solo de comportamientos buenos, sino
de actitudes evangélicas. Iniciemos nuestra celebración Eucarística
15
Monición al Evangelio:
Jesús, el Resucitado, desea la paz a sus discípulos. La paz es el signo de la
reconciliación, de la amistad compartida. Jesús recuerda y explica una vez más las
Escrituras a sus discípulos y les confía la misión de la reconciliación. El Señor está hoy
en medio de nosotros, preside nuestra asamblea, y nos saluda con la paz.
Escuchemos la proclamación del Evangelio.
Preces:
Oración
Señor Dios, que nos has proporcionado el remedio de nuestros males por el misterio
pascual, colma a tu pueblo de tus dones celestiales, para que alcance la perfecta
libertad y llegue a gozar plenamente en el cielo de la alegría que ya ha comenzado a
gustar en la tierra. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
16
LAUDES Y ORACION DEL VIERNES DE LA OCTAVA DE PASCUA
17
Eres clemente y compasivo con el que Mis ojos están fijos en ti y esperan tu
te busca, Señor; tardo a la cólera y salvación. Mis manos se alzan hacia ti y
grande en el amor; eres bueno. esperan tu alimento. Mi corazón está
abierto ante ti y espera tu ternura. Mis
Mi vida tiene experiencia de tus pies caminan hacia ti y busco llegar a
ternuras y tus caricias; tu perdón y tus brazos.
compasión han sido la delicia de mi
corazón. Tú eres justo, Señor, en todos tus
caminos y senderos; eres amoroso y
Yo te doy gracias, Señor, con todo lo entrañable con la persona que te
que has creado; me uno a tus quiere; estás cerca de los que te buscan
discípulos, Señor y te digo que eres y aún no te encuentran, y te manifiestas
entrañable; tus huellas de bondad a los que te invocan de verdad.
habitan en el corazón de nuestra tierra
y tu paciencia y mansedumbre son Tú realizas el deseo del corazón que te
prueba de tu amor. ama y cumple tu palabra; tú escuchas el
clamor del que confía y espera tu
Tu Reino, Señor, es Casa común para liberación; tú guardas la vida del ser
todo el que te ama; tu Reino, Señor, es humano que te escucha y ama; tú eres
Casa común para el ser humano que Dios de la gloria y das tu vida, tu amor y
ama a su hermano. lealtad.
Me siento feliz, Señor, al saberme Alabado seas, mi Señor, en mis
miembro de tu Familia; mi orgullo, noches y en mis pruebas;
Señor, es pertenecer a la Comunidad
de creyentes. Alabado seas, mi Señor, en los días
de luz y alegría;
Tú eres fiel en todas tus palabras;
¡gloria a ti, Señor! Alabado seas, mi Señor, cuando todo
me sale al revés;
Tú eres fiel en todas tus acciones:
¡gloria a ti, Señor! Alabado seas, mi Señor, cuando la
vida me sonríe.
Tú eres fiel en la alianza con los
hombres: ¡gloria a ti, Señor! ¡Amén, Aleluya: a ti la gloria y la
alabanza por siempre!
Tú eres fiel como un amigo
verdadero: ¡gloria a ti, Señor! ¡Amén, aleluya: a ti honor y la acción de
gracias!
18
LECTURA PARA LA REFLEXIÓN
¡ALELUYA. CRISTO RESUCITÓ. ALELUYA! Dentro de esta Octava de Pascua el
Evangelio de hoy, nos presenta uno de los encuentros del Resucitado con sus
discípulos; se trata de la “pesca milagrosa”, tercera aparición de Jesús a Pedro y otros
discípulos reunidos junto al lago de Tiberíades. Desde este relato, hoy fijamos la
mirada en estos “pescadores de hombres” que intentaron pescar toda la noche.
¿Cuántas veces en la vida nos empeñamos en hacer las cosas a nuestra manera?
¿Cuántas veces “tiramos las redes” y no obtenemos nada nada de lo verdaderamente
importante? Sin embargo, la historia no termina así… en algún momento llega Jesús
siempre llega y nos habla… Lo importante es acoger su Palabra y convertirse a ella;
así lo hicieron aquellos experimentados pescadores: que más allá de su lógica,
obedecen a un extraño que manda hacer algo que contrasta con su experiencia. El
resultado: Se encuentran con el mar de alegría, y con el alimento que reconforta. Jesús
sigue presente hoy como ayer al borde del lago de nuestra vida, de nuestra historia.
¿Te aconteció alguna vez que te han pedido echar la red por el lado derecho del barco
de tu vida, contrariando toda tu experiencia, tu proyecto o planes? ¿Has obedecido?
¿Echaste la red?
Silencio contemplativo
El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. Amén.
19
Monición de entrada:
Celebremos unidas la alegría de ser invitadas al banquete de esta Eucaristía
que el mismo Jesús a preparado y nos lleva de la mano a través de cuatro pasos:
primero el de la reconciliación, romper el círculo vicioso de tirar las redes a la izquierda,
el segundo estar abiertas a la obediencia de la Palabra; el tercero estar dispuestas
para el gran banquete y el cuarto hacer el ambiente de convivencia que se presta para
que nosotras como sus discípulas nos sentemos al lado del Maestro que nos invita a
comer de lo que El mismo ha preparado.
Salmo responsorial
Jesucristo, el Señor, vive para siempre he intercede por nosotros ante el Padre.
Oremos con toda confianza.
- Para que los gobernantes trabajen constante y eficazmente por la paz y la justicia.
Roguemos al Señor.
20
- Para que Cristo resucitado reavive la esperanza de todos los que sufren enfermedad,
pobreza o cualquier tipo de injusticia. Roguemos al Señor.
- Tú que por Cristo nos reconciliaste contigo, danos la paz a nosotros y a todos los
hombres del mundo. Roguemos al Señor.
A ti, Padre misericordioso, te suplicamos que acojas benigno las oraciones que te
presentamos unidos a Jesucristo Resucitado, Señor nuestro, que vive y reina contigo
por los siglos de los siglos. AMÉN.
Monición:
En estos días celebramos con alegría el gran misterio de la resurrección de
Cristo. Se trata de una alegría auténtica, profunda, que se basa en la certeza de que
Cristo resucitado ya no muere más, sino que vive y actúa en la Iglesia y en el
mundo. Con este gozo que nos inunda a cada una y por su presencia siempre amorosa
iniciamos nuestra alabanza.
Himno:
Tú eres el que vives, el Hijo de Dios
vivo, bandera desplegada de la vida, Tú eres nuevo mundo y luz de mi
que llamas a vivir, oh Dios, contigo. destino; tú eres sacramento que se abre
y das el cielo al dar el Pan divino.
Tú eres el que amas y el Padre es tu
latido; envueltos en tu amor, que es Tú eres la alabanza, el gozo
nuestro triunfo, ¡oh!, déjame sentir que desmedido; enciende con el ósculo de
soy querido. amor a quien hiciste esposa en el
bautismo.
Tú eres el que estás y marcas el
camino; condúcenos, Pastor de la Tú eres paz y gloria, retorno y paraíso;
Alianza, tú que llevaste al pueblo tu Nombre con el Padre y el Espíritu
peregrino. santificado sea por los siglos. Amén.
21
Ant. Hermanas digamos llenas de alegría, ¡Jesús ha Resucitado!. Aleluya.
Salmo del apóstol: proclamado un verso por las salmistas y otro por la asamblea
alternado.
22
Mensaje de Resurrección del Papa Francisco a las consagradas
Hermanas:
Han nacido para dar testimonio de que la resurrección de Cristo está en la base de la
vida cristiana, para anunciar la necesidad de la resurrección personal y apoyar a la
comunidad en su misión al servicio del Reino de Dios. En estrecha relación con el
carisma del Instituto, Dios las ha elegido para ser «Testigos de la presencia del Señor
resucitado: de la comunidad al mundo». Quiero detenerme en tres expresiones.
Una segunda reflexión es esta: María Magdalena y las otras que van al sepulcro
(cf. Lucas 24, 1-8) son mujeres “en salida”: abandonan su “nido” y se ponen en camino,
saben arriesgarse. El Espíritu las llama también a ustedes, hermanas de la
Resurrección, a ser consagradas en camino, un Instituto “en salida”, hacia las
periferias humanas, allí donde es necesario llevar la luz del Evangelio. Las llama a ser
buscadoras del rostro de Dios allí donde se encuentra: no en las tumbas “¿Por qué
buscan entre los muertos al que está vivo?" (v. 5), sino donde Él vive: en la comunidad
y en la misión.
Los que creen en el Resucitado tienen el valor de “salir” a llevar la Buena Nueva de la
Resurrección, asumiendo los riesgos del testimonio, como hicieron los apóstoles.
¡Cuántos son aquellos que esperan esta alegre noticia! No es lícito privarles de ella. Si
23
la Resurrección de Cristo es nuestra mayor certeza y el tesoro más preciado, ¿cómo
no correr a anunciarlo a los demás?
Resucitadas para hacer resucitar, liberadas para liberar, formadas a nueva vida para
generar nueva vida en todos los que encontramos en nuestro camino. Esta es su
vocación y la misión de todas las hermanas que han experimentado al Resucitado. «
¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo?» (Lucas 24, 5). Que en sus
corazones resuene constantemente esta palabra. Les ayudará a salir de los momentos
de tristeza y les abrirá a horizontes de alegría y esperanza. Les permitirá volcar las
piedras de los sepulcros y les dará la fuerza para anunciar la Buena Noticia en esta
cultura tantas veces marcada por la muerte. Si tenemos el valor de bajar a nuestros
sepulcros personales y comunitarios, veremos cómo Jesús es capaz de hacernos
resucitar de ellos. Y esto nos hará redescubrir la alegría, la felicidad y la pasión del
primer amor al cual optamos.
24
vivo y joven el primer amor, que es Jesús. Esperanza: sabiendo que Jesús está con
nosotros y guía nuestros pasos como guio los pasos de nuestros fundadores.
¿A qué te compromete éste mensaje que nos dirige el Papa Francisco? ¿Te
sientes verdaderamente portadora del mensaje de Resurrección?
Silencio contemplativo
Canto final
En la mañana de Resurrección
caminan al sepulcro donde está el Redentor.
Se preguntan al marchar: ¿Quién moverá,
quién abrirá la tumba donde está el Señor?
En la mañana de Resurrección
vivimos la esperanza de un futuro mejor.
Ser testigos del Señor exige cambiar, exige luchar,
por un mundo de justicia y paz.
Monición:
Hermanas hoy concluimos nuestros Ejercicios Espirituales que nos han fortalecido
como a los discípulos en cada una de las apariciones de su Maestro y nos invitan a
ser portadoras de éste mensaje de salvación que hemos escuchado en el transcurso
de estos días. Han sido momentos de gracia donde el Señor se nos ha manifestado
de diferentes formas a través de su palabra y en los tiempos de meditación exhortados
25
por las palabras del padre Juan Pablo Patiño, a quien en éste día de manera especial
ponemos en las manos del Señor para que siga derramando bendiciones en su vida.
Salmo responsorial
Monición de la segunda lectura del Apocalipsis del apóstol San Juan: 1, 9-11. 12-
13. 17-19
Las personas que escuchaban a los apóstoles, al principio les costaba creer, pero poco
a poco se iban uniendo a los apóstoles, formando cada vez un grupo más numeroso
de los que creían que Jesús era el Cristo, es decir, el Hijo de Dios, el que con su
Resurrección nos ha salvado, nos abre las puertas de una Vida Nueva. Escuchemos.
La Pascua nos lleva a ser personas nuevas, personas con la suficiente fuerza para
seguir trabajando junto a los más humildes y débiles de la sociedad; para salir de
nuestras comunidades como nos invita el Papa Francisco, de la comodidad para llevar
y acercar el amor de Dios a todos nuestros hermanos y hermanas.
Unidos como creyentes oremos a Dios, por intercesión de Aquel que ha resucitado de
entre los muertos, Cristo, nuestro Señor, diciendo:
Escúchanos Señor
26
1. Por la Iglesia extendida por toda la tierra, para que siga anunciando la Gran Noticia
de la Resurrección de Jesús, oremos.
2. Por todos aquellos que en nuestra sociedad necesitan de nuestro auxilio en sus
necesidades, para que, movidos por la alegría de la Pascua, seamos nosotros los
instrumentos que Dios utilice para llevarles ese sustento, oremos.
3. Para que al compartir nosotros este día el Banquete Pascual, signo de unidad y
fraterno amor, establezcamos más esos lazos de hermandad, en nuestras
comunidades, oremos.
4. Por todas las personas que nos dan testimonio de tu bondad a pesar de sus
adversidades, dolores, soledades y enfermedad; míralos con bondad pues su ejemplo
nos llama a Resucitar.
5. Para que los pastores del Pueblo de Dios, los ministros de la Palabra, los
consagrados y los fieles laicos vivamos el Evangelio con espíritu profético y convicción
orante… Oremos
6. Otorga, por la presencia de Cristo resucitado, el gozo y alegría a las que celebramos
este domingo para que toda nuestra vida sea ofrecida como una ofrenda de gozo y
alabanza... Oremos
Celebrante:
Tú que eres el Viviente y el Resucitado, el que vive para siempre, mira a tu pueblo que
confía en Ti y que hoy te suplica, bendice sus intenciones y dale tu paz para que te
confiese como su Dios y Señor. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén
27