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Consumidores de Seguros
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Fecha de entrega:
23 de Mayo de 2019
I
1
WIEVIORKA, MICHEL, ¨ESTADO, EMPRESARIOS Y CONSUMIDORES¨, Fondo De Cultura Económica, México,
1980 ,P. 34 Desde la crítica sociológica se ha observado, por ejemplo: los trabajos acerca de la defensa del
consumidor reflejan ya sea directamente las preocupaciones del poder, ya sea directamente la preocupación a
veces marcada del reformismo para justificar, glorificar o contribuir al florecimiento de un movimiento de
consumidores concebido como un contrapoder ante estas fuerzas del mal que son los industriales o de los
comerciantes.
1
La Constitución de Ecuador ha franqueado la protección del consumidor por vía del
derecho Constitucional en consideración de sus necesidades, respeto a su dignidad,
seguridad, salud y resguardo de sus intereses económicos. Así mismo refuerza la idea de
que existe un desequilibrio en la relación consumeril, refuerza la posición de dependencia
de los consumidores ante las fallas e imperfecciones que caracterizan el mercado.
2
consumidor se autoabastece a partir de sus propios principios, mientras que la de
subsistema denota una dependencia dentro del sistema general del derecho privado2.
2
MOSSET ITURRASPE, JORGE, ¨Defensa Del Consumidor¨ Rubiznal – Culzoni Santa Fe. 1998. p. 23 y SS.
3
FRUSTAGLI, SANDRA A. ¨contrato de consumo y prescripción de la acción por vicios redhibitorios¨ JA 2004 –
II. FASC. N° 6.
4
¨teorías general del contrato y el derecho del consumidor¨. la ley, 1998 D – 1285.
BRIZZIO, CLAUDIA R.
5
CÓDIGO CIVIL ECUATORIANO. Art. 1561.- Todo contrato legalmente celebrado es una ley para los
contratantes y no puede ser invalidado si no por su consentimiento mutuo o por causas legales
6
DIEZ – PICAZO. ¨Fundamentos Del Derecho Civil Patrimonial ¨ vol. 1 p. 126.
3
de un proceso de negociación entre los contratantes en pie de igualdad así, una vez que los
contratantes han manifestado de manera libre y válidamente su voluntad no pueden en
principio desvincularse de los derechos y obligaciones vinculados.
4
intervino el Estado con la finalidad de restablecer la justicia conmutativa y proteger al
pueblo de la relación.
Se debe de anotar que la transición de las reglas civilista de los contratos a la actual
protección del contrato de consumo se debe a tres factores: las estandarización de los
contratos, la contratación colectiva y la institucionalización del contrato como un aspecto
de política económico social, en efecto la Ley de Defensa del Consumidor ha tratado de
cambiar y adaptar la realidad social y la necesidad de equilibrar la desigualdad de las
partes, entre sus principales manifestaciones esta ley contiene la formulación de cláusulas
obligatorias creadas para dar respuestas a los intereses del polo más débil, lo que dará lugar
a un contrato más justo. Se revela así que en el contrato de orden civil la igualdad de las
partes es una ficción.
Es propio de la naturaleza del contrato de consumo una reglamentación que importa una
restricción a la libertad de auto regulación en aspectos tales como el de compensar la
asimetría informativa, prevenir contra tácticas comerciales abusivas, imponer un contenido
mínimo del contrato, establecer deberes de comportamiento a lo largo de todo el trayecto
del acuerdo, prohibir la procedencia de cláusulas abusivas, o someterlos al control de la
autoridad de aplicación.
Al propio tiempo, y sin perder de vista que el régimen del contrato de consumo se
estructura a partir de la necesidad de recomponer la inferioridad jurídica del consumidor,
entendido como sujeto dentro del mercado, la tendencia parece no agotarse ahí para pasar a
comprender la protección del individuo particular. Todo lo anotado permite concluir que la
protección al consumidor, produce un quiebre de las reglas civilistas que orienta el
contrato, y colocando al contrato de consumo como un contrato protectorio, direccionado
por el principio favor-debilis.
5
b) Principios propios fundamentales del contrato de consumo
Sin afectarse los principios clásicos del contrato en general, como el de autonomía de la
voluntad de las partes ( con sus limitaciones), buena fe7, licitud del objeto y de la causa,
ejercicio regular de los derechos, equivalencia de las prestaciones, garantía, etc., existen
reglas propias del marco normativo que rigen la contratación del consumidor. Estas surgen
como elaboraciones que responde a criterios especiales y privativos del sistema de
consumo, pero también a un fenómeno de afinamiento de los principios del ordenamiento
privado (microsistema contractual)8.
“Este principio ha sido acuñado históricamente a partir del favor debitoris, como un
modo de atenuar las obligaciones pecuniarias cuando el centro del sistema jurídico estaba
puesto sobre la persona, en la época que era posible ejercitar la fuerza sobre el deudor y su
familia, pudiendo el acreedor obligarlos a trabajar para sí10.
Dentro del Código Civil Ecuatoriano no hay una norma que establezca una condición
más beneficiosa para el suscriptor del contrato de consumo pero dentro del TÍTULO XIII, que
7
CÓDIGO CIVIL ECUATORIANO. Regula el principio de buena fe contractual en el Art. 1562 y señala que: “ Los
contratos deben ejecutarse de buena fe, y por consiguiente obligan, no sólo a lo que en ellos se expresa, sino
a todas las cosas que emanan precisamente de la naturaleza de la obligación, o que, por la ley o la
costumbre, pertenecen a ella”.
Dentro del mismo cuerpo Legal se distinguen los elementos propios de la esencia del contrato y se estiman en
el Art. 1461:”Para que una persona se obligue a otra por un acto o declaración de voluntad es necesario: Que
sea legalmente capaz; Que consienta en dicho acto o declaración, y su consentimiento no adolezca de vicio;
Que recaiga sobre un objeto lícito; y, Que tenga una causa lícita. La capacidad legal de una persona consiste
en poderse obligar por sí misma, y sin el ministerio o la autorización de otra.
8
ZENTNER, DIEGO HERNÁN. “Contrato De Consumo”. Segunda edición actualizada y ampliada. Editorial La
Ley. 2016. pp., 66 y ss.
9
JOHN FINNIS, “Ley natural y derechos naturales “(Buenos Aires: Abeledo Perrot, 2000). P.315.
10
LORENZETTI, RICARDO. “Consumidores” (Santa Fe: Rubinzal-Culzoni Editores, 2003). P. 13.
6
trata sobre la interpretación de los contratos, establece una serie de reglas con las cuales se
puede dirimir el conflicto de interpretación contractual, en particular se puede aplicar por
analogía en artículo 1582 que establece la fórmula de interpretación de las clausulas
ambiguas. Así establece “No pudiendo aplicarse ninguna de las reglas precedentes de
interpretación, se interpretarán las cláusulas ambiguas a favor del deudor”.
De otro lado, la Ley orgánica de Defensa del Consumidor del Ecuador, en su artículo
1, capítulo I, de los Principios Generales que textualmente manifiesta: “…En caso de duda
en la interpretación de esta Ley, se la aplicará en el sentido más favorable al consumidor.”
Lo que hoy se conoce como “favor debilis” vinculado a una situación contractual, se
concibe como una reformulación del clásico “favor debitoris” basado en la mera posición
obligacional del deudor, previsto como pauta interpretativa de las relaciones negóciales, al
advertirse la falta de correspondencia necesaria entre los términos “acreedor-poder” y
“deudor-debilidad”11. Esta nutación al “favor debilis” es una dinamización que ya había
sido advertida por la doctrina civilista12.
Es preciso asumir que el mercado no es capaz de corregir las fallas, estructurales que lo
caracterizan Sin una intervención regulatoria qué tienda favorecer a quienes se encuentran,
en una posición de inferioridad en la actividad negocial.
Desde el análisis económico del derecho cuyo presupuesto de la elección racional del
sujeto no han preparado lo suficiente en este aspecto; la vulnerabilidad afecta
necesariamente ese presupuesto y debe ser tomada en cuenta al momento de examinar las
asignaciones de los bienes por el mercado.
11
LORENZETTI, RICARDO. “El Derecho Privado Como Protección Del Individuo Particular”. Cit. P. 87.
12
La regla favor debitoris es un precepto residual, que debe ser entendido en el sentido de protección de la
parte más débil en un contrato. En caso de que en el contrato no exista una pare notoriamente más débil, la
interpretación debe favorecer la mayor débil, la interpretación debe favorecer la mayor equivalencia de las
contraprestaciones” ( x Jornadas Nacionales de Derecho Civil, Corrientes. 1985. Comisión Nº2).
7
En este sentido, el principio “in dubio pro consumidor” reconoce la debilidad
estructural y genética --sin descartar tampoco los presupuestos de vulnerabilidad
coyuntural-- del consumidor contratante, que tiene su parangón, entre otras situaciones
análogas, con la del trabajador en su relación jurídica con el empleador y que
históricamente le valió la tutela de orden público que les dispensara el legislador con la ley
de contrato de trabajo.
La norma citada confluyen fijar una regla de interpretativa de la ley, de alcance general
es uno de los preceptos que más genuinamente trasunta la naturaleza protector el
ordenamiento de consumo.
13
WAJNTRAUB, JAVIER H.
“Protección Jurídica Del Consumidor”. p.. 45
14
GARDELLA, LORENZO A. “ La equidad en el derecho del consumo”, en tutela procesal del consumidor y del
usuario, JA, número especial, 26/04/00.
8
Orgánica De Defensa Del Consumidor, según el cual uno de los fines de la organización
política y social es “afianzar la justicia”, lo que proporciona al operador un criterio para
arribar a soluciones que consulten los bienes fundamentales del hombre.
Desde un enfoque más dogmático, la equidad es una verdadera fuente del derecho de la
que se sirve el órgano judicial para rectificar, interpretar e integrar la ley en caso concreto.
Se hace presente de manera continua, pero adquiere una importancia particular cuando la
aplicación de una norma legal en principio justa, puede conducir a un resultado irrito, no
querido por el legislador, si se aplicara literalmente15.
15
“La Equidad En El Derecho Del Consumidor”. cit. 1997-B-1140.
BREBBIA, ROBERTO H.
16
GARDELLA, LORENZO A.“la equidad en el derecho del consumo”.
17
ALVAREZ, GEORGINA I. “ La equidad en los contratos de consumo: máxima de protección”. DJ, 2002-3-433.
9
El que no se coloque al consumidor en situaciones vergonzantes, vejatorias o
intimidatorias (estándar general)
En el nivel más acotado, a través del valor “confianza” se pretende resguardar las
legítimas expectativas depositadas por el consumidor en el proceso declarativo de voluntad
emitido por la persona.
10
contractuales a la celebración misma, así como la ejecución de las prestaciones y las
consecuencias por negociables.
Por ello, es que resulta imprescindible tornar una inversión de los roles tradicionales del
mercado, si tomamos en cuenta que la regla (“caveat emptor”) presuponía una posición
activa del adquirente frente al comerciante, en la que se le imponía la carga de recabar los
elementos de juicio suficiente acerca de la transacción. Ahora es el empresario quien se
encuentra en una situación menos confortable que lo obliga a suministrar los conocimientos
técnicos o informaciones necesarias (“caveat venditor”), en procura de una verdadera y
libre voluntad del consumidor.
11
En este sentido la Constitución del Ecuador en el Art. 52 establece lo siguiente:
12
defectuoso, mediante un sistema de responsabilidad adecuado a la problemática del
consumo, a través del sistema de responsabilidad objetiva. El Ecuador recoge el principio
de responsabilidad en la Constitución en su Art. 54 estableciendo lo siguiente:
II
La regla general es que los contratos están direccionados por la libertad contractual
atendiendo a la forma como se produce el acuerdo entre las voluntades, los contratos se
clasifican en contratos de libre discusión y contratos de adhesión.
Un contrato es de libre discusión es aquel en que las partes estipulan libremente sus
diversas clausulas, características resaltadas con la expresión grè à grè. Los contratos de
adhesión constituyen el tipo normal de contratos en el derecho; es la resultante de una
discusión entre las partes, de un verdadero regateo en que una propone una cosa y el otro
algo distinto. Ordinariamente los contratos son el resultado de la libre discusión de las
partes. Contrapuesto a los contratos de libre discusión están los contratos de adhesión,
aquellos en los cuales no hay discusión posible entre las partes y que se fermenta mediante
la aceptación lisa y llana por una de ellas, de las condiciones señaladas por la otra. Mientras
en los primeros cada uno propone algo, siendo modificado por la otra lo que uno ofrece y
luego se llega a un acuerdo, en los contratos de adhesión una de las partes impone a la otra
la ley del contrato, cuyo único papel es aceptarlo o rechazarlo19.
19
ALESSANDRI Y SOMARRIVA. “Las fuentes de las obligaciones”. Editorial Nascimento. Santiago de Chile.
2016. Pág. 17.
13
se sigue que adherir a un contrato implica carecer del poder de negociación suficiente en
relación del profesional, único modo en que puede entenderse que el contratante, ante la
necesidad de contratar, no tenga otra elección que aceptas las clausulas unilateralmente
dispuesta.
Pues bien tal es la situación que atrapa comúnmente a los consumidores y
usuarios20. Los contratos celebrados por consumidores requieren una manifestación
adhesiva de estos para la formación del consentimiento, por lo que admiten ser catalogados
como contratos de adhesión .Puede decirse que el contrato de consumo importa una
subcategoría inmersa dentro de la estructura contractual de adhesión.
20
STIGLITZ, RUBEN S. “Contratos Civiles Y Comerciales”. Abeledo –Perrot. Buenos Aires. 1988. Tomo I. p.
251.
14
3. Enviar al consumidor cualquier servicio o producto sin que éste lo haya
solicitado. En tal hipótesis, se entenderán como muestras gratis los bienes y/o
servicios enviados;
4. Aprovecharse dolosamente de la edad, salud, instrucción o capacidad del
consumidor para venderle determinado bien o servicio;
5. Colocar en el mercado productos u ofertar la prestación de servicios que no
cumplan con las normas técnicas y de calidad expedidas por los órganos
competentes;
6. Aplicar fórmulas de reajuste diversas a las legales o contractuales;
7. Dejar de fijar plazo para el cumplimiento de sus obligaciones, o dejarlo a su
único criterio; y
, 8. El redondeo de tiempos para efectivizar el cobro de intereses, multas u otras
sanciones económicas en tarjetas de crédito, préstamos bancarios y otros similares.
15
BIBLIOGRAFÍA:
(Directrices de las Naciones Unidas para la protección del consumidor. Nueva York y
Ginebra, 2001. Recuperado de: https://unctad.org/es/Docs/poditcclpm21.sp.pdf
BRIZZIO, CLAUDIA R. ¨teorías general del contrato y el derecho del consumidor¨. la ley,
1998.
GARDELLA, LORENZO A. “La equidad en el derecho del consumo”, en tutela procesal del
consumidor y del usuario, JA, número especial, 26/04/00.
JOHN FINNIS, “Ley natural y derechos naturales “(Buenos Aires: Abeledo Perrot, 2000).
LORENZETTI, RICARDO. “El Derecho Privado Como Protección Del Individuo Particular”.
MOSSET ITURRASPE, JORGE, ¨Defensa Del Consumidor¨ Rubiznal – Culzoni Santa Fe. 1998.
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Leyes
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