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Introducción

“Un proceso de paz es un esfuerzo para lograr un acuerdo que ponga fin a la
violencia, así como para implementarlo, mediante negociaciones que pueden
requerir la mediación de terceros”. Con esta definición inicial quiero destacar la
idea de que un “proceso” no es momento puntual, sino un conjunto de fases o
etapas alargadas en el tiempo, en las que intervienen todos los actores afectados,
en un esfuerzo colectivo para en un momento determinado alcanzar acuerdos que
permitirán acabar con la situación anterior, dominada por la violencia y el
enfrentamiento armado, para dar paso mediante el diálogo y el consenso a pactos
o acuerdos que pongan fin a la violencia física, y mediante la implementación de
los acuerdos, iniciar una nueva etapa de progreso y desarrollo que permita
superar igualmente las violencias estructurales que propiciaron el surgimiento del
conflicto.
1 - Nancy Monzón -
Acuerdo de paz
Guatemala vivió un conflicto armado interno, en el cual se manifestaron actos de
crueldad, desprecio a la vida y a la dignidad de la población guatemalteca, a
través de métodos han causado horror, por lo que el país ha buscado formas de
no repetición y una justicia de transición.
Después de 36 años de conflicto armado interno que vivió la población
guatemalteca, finalmente el 29 de diciembre de 1996 se llevó a cabo en
Guatemala la firma de la paz firme y duradera entre la Unidad Nacional
Revolucionaria Guatemalteca (URNG) y el Estado de Guatemala, acontecimiento
que puso fin al conflicto.
Los Acuerdos de Paz son una docena de acuerdos que fueron suscritos por el
Gobierno de la República de Guatemala y la Unidad Revolucionaria Nacional
Guatemalteca -URNG-, entre 1991 y 1996, para alcanzar soluciones pacíficas a
los principales problemas que generó el Conflicto Armado Interno.
En palabras más simples, son los acuerdos que pusieron fin a la guerra y
decretaron la paz entre el Ejército de Guatemala y la Guerrilla, un conflicto que
azotó al país durante más de tres décadas.
La firma del acuerdo final y definitivo se llevó a cabo el 29 de diciembre de 1996
en el Palacio Nacional de la Cultura. El enfrentamiento empezó en 1960 y dejó un
saldo de 250 000 entre muertos y desaparecidos.
Un informe divulgado en 1998 por el sacerdote Juan José Gerardi Conedera
determinó que más del 90 por ciento de las masacres que se registraron en la
guerra y que dejaron miles de muertos fueron cometidas por el Ejército de
Guatemala.
Aunque el conflicto se inició y se reprodujo esencialmente por razones internas, el
ámbito internacional de la guerra fría hizo que se vinculara a la lucha entre
superpotencias. De esta forma los gobiernos que se sucedieron en el poder
durante esa etapa, inclusive los autoritarios, contaron con el respaldo de los
Estados Unidos y sus aliados, en tanto que las organizaciones revolucionarias
fueron apoyadas por las naciones del campo socialista. En la década de los años
80 del siglo pasado, el inicio del proceso de cambios mundiales que condujo a la
desintegración de la Unión Soviética y el fin de la guerra fría, hizo posible los
procesos de Contadora y Esquipulas, los cuales posibilitaron negociaciones que
afrontaron exitosamente la conflictividad centroamericana, generando a su vez
procesos duales de democratización y pacificación al interior de los países.
Los cambios internacionales hicieron posible las negociaciones de paz. Pese a
que la guerra duraba ya décadas, no se había planteado estratégicamente una
negociación. La naturaleza autoritaria del Estado había imposibilitado concebir una
salida política, a la par que la persistencia de las ideologías y la guerra fría, daban
a los contendientes, cualquiera que fuera la correlación militar, los apoyos
externos y la convicción en la posibilidad de la victoria final, para continuar la
lucha.
Con los cambios mundiales y el inicio de la transición a la democracia, se
configuró para las partes de la guerra la clásica situación de “ventana para
negociación”, con la toma de conciencia de la imposibilidad de obtener los
objetivos políticos buscados por medios militares y la perspectiva de que si el
enfrentamiento continuaba, el balance de poder podría empeorar, en particular
para los insurgentes. Por otra parte, el entorno internacional, se había tornado
favorable a una solución política.
El último gobernante del periodo autoritario, el general Romeo Lucas García fue
derrocado por un golpe militar en marzo de 1982. Le sucedieron dos gobiernos
militares más y en 1984 tuvieron lugar elecciones para Asamblea Constituyente, la
cual elaboró una ley fundamental que entró en vigor en 1985. Ese mismo año se
realizaron elecciones libres y competitivas y el primer presidente de la transición a
la democracia, Vinicio Cerezo, asumió el poder en enero de 1986.
Ese gobernante, quien fue uno de los impulsores del proceso de
Esquipulas,propició el primer encuentro oficial con la URNG, llevado a cabo en
Madrid en 1987. Durante el mismo se precisaron los criterios de las partes: el
gobierno, argumentando que ya se había restaurado la democracia, ofrecía a la
guerra posibilidad de dejación de armas, amnistía y reinserción a la vida civil.
(agenda corta). Los revolucionarios propusieron alto al fuego y pláticas sobre
reformas estructurales que atenderían las motivaciones de la guerra (agenda
larga). Pese a que es usual que al inicio de una negociación los que participan
coloquen demandas maximalistas, que conforme se avanza en las conversaciones
se van modificando, durante el resto del tiempo de gobierno del Presidente Cerezo
a posición oficial no cambió.
Es posible que ello se haya debido al precario equilibrio que mantenía el orden
democrático con grupos de presión ligados al pasado: inclusive el Presidente
Cerezo debió afrontar dos intentos de golpe de Estado. Estos grupos no
aceptaban la necesidad de solución política al conflicto y menos aún, que se
discutieran posibles reformas económicas y sociales. [Monteforte 1997]
La posibilidad de paz se mantuvo vigente, empero, debido a que la Comisión
Nacional de Reconciliación (CNR) creada a partir de las recomendaciones de
Esquipulas y presidida por el entonces obispo Monseñor Rodolfo Quezada Toruño,
organizó encuentros de la URNG con representaciones de la sociedad civil. Este
ciclo, conocido como el “ciclo de Oslo”, involucró a la misma CNR, los partidos
políticos, las Iglesias, los empresarios, académicos y grupos populares. Su
principal resultado fue obtener respaldo de la mayoría de entidades participantes
(con excepción de los empresarios) a la posición de que la negociación debería
incluir a la agenda larga. [Jonas, 2000]
2 - Wilson Cupil -
La fase preliminar:
Esta fase creó las condiciones iniciales para la negociación. El eje sobre la
naturaleza del proceso, si el mismo incluiría la agenda corta (temas operativos) o
la larga (sustantiva). Para los insurgentes, la posibilidad de aceptar la solución
política al conflicto estaba ligada a la segunda posibilidad, ya que ella permitiría
obtener por medios negociados, algunos de los objetivos del proyecto
revolucionario, lo que se denomina “el segundo mejor objetivo” en teoría de la
negociación. Para los actores sociales no participantes, la oportunidad de convertir
la paz en un espacio para cambios estructurales resultó igualmente atractiva. Sin
embargo, el gobierno no estaba en condiciones de aceptar ese esquema, dado el
balance aún precario de poder entre los gobernantes civiles y la influencia de
actores militares y civiles opuestos a la negociación sustantiva.
En 1990 asumió el poder el segundo presidente de la transición, Jorge Serrano, el
cual había participado en el proceso de Oslo. Serrano buscaba impulsar la
negociación y para ello inició su gestión con cambios en los mandos militares, con
lo que estableció su autoridad, y aceptando la agenda larga para negociar.
En abril de 1991 se reunieron las representaciones de las partes, en la ciudad de
México. Por el gobierno asistió la Comisión Nacional de Paz (COPAZ)ente creado
para esa finalidad, dirigida por funcionarios civiles con participación de militares, y
por parte de la URNG sus principales comandantes y asesores.
Dicha reunión acordó el procedimiento y temario de las conversaciones. Para lo
primero se acordó un formato en que actuaría como tercera parte la CNR,
dirigiendo los debates Monseñor Quezada, con observación de un delegado de
Naciones Unidas. Para lo segundo se constituyó la agenda con temas operativos
(cese al fuego, reincorporación de la URNG a la vida política, cronograma de
cumplimiento) y sustantivos (democratización y derechos humanos, reformas
económicas y sociales, derechos e identidad de los pueblos indígenas,
reasentamiento de las poblaciones desarraigadas por el conflicto, fortalecimiento
del poder civil y función del ejército en una sociedad democrática, reformas
constitucionales y electorales).
La segunda ronda de negociaciones se efectuó en julio del mismo año en la
ciudad mexicana de Querétaro. Allí se consensuó el primero de los resultados, el
llamado “Acuerdo de Querétaro”, una declaración de principios democráticos cuya
importancia radica en que, por primera vez desde que se inició el conflicto, ambas
partes coincidieron en definir el concepto de democracia que aceptaban.
En esa etapa no se avanzó más, si bien en octubre de 1992 el gobierno, después
de haber negociado directamente con las representaciones de los refugiados en
México, firmó con ellos un convenio estableciendo las bases para el retorno de
cerca de 40 000 personas que habían buscado protección en territorio mexicano
durante el conflicto. Se interpretó el movimiento como parte de una estrategia
gubernamental para hacer avanzar la pacificación, sin sumar legitimidad a los
insurgentes.
El siguiente tema, los derechos humanos, estaba siendo trabajado con dificultad y
lentitud, cuando en mayo de 1993 el Presidente Serrano, enzarzado en una
intensa lucha de poder con el Congreso de la República y el Organismo Judicial,
dio un golpe de Estado, suspendiendo la vigencia de la Constitución y de los
poderes de Estado. La URNG, ante esa situación, se retiró de las conversaciones.
La primera fase de las negociaciones:
La misma se hizo posible por la decisión de gobierno de aceptar los temas
sustantivos, lo que significó a la vez un fortalecimiento de la autoridad civil. La
agenda acordada integró los asuntos operativos destinados a poner fin al
confrontación armado, con un catálogo ambicioso de problemas estructurales e
históricos, a los cuales se buscaría solución. El formato de las conversaciones se
articuló solamente sobre actores internos, ya que el papel de Naciones Unidas era
de observador. Empero, aún no se habían dado las condiciones para la
maduración de los entendidos. El Acuerdo de Querétaro, con toda su importancia,
significaba un enunciado de principios, sin embargo, los puntos de derechos
humanos que ya implicaban compromisos no lograron ser resueltos. La confianza
entre las partes todavía no se había formado y las misma no se habían decidido
entre considerar estratégicamente o meramente tácticamente la posibilidad de la
paz.
El golpe, conocido como “serranazo” fracasó y el Congreso de la República
designó como Presidente a Ramiro de León Carpio, quien venía fungiendo como
Procurador de los Derechos Humanos. Las conversaciones de paz se retomaron
en México y en enero de 1994 se firmó un Acuerdo Marco para la reanudación de
las negociaciones con el siguiente contenido:
 Se ratificó el temario anterior, aunque con otro ordenamiento
 Se solicitó a Naciones Unidas que designara a un moderador en calidad de
representante del Secretario General. Fue nombrado el Sr. Jean Arnault.
 Se acordó crear una mesa paralela, la Asamblea de la Sociedad Civil, bajo
la dirección de Monseñor Rodolfo Quezada. Este espacio daba oportunidad
a representaciones de la sociedad civil, de discutir los mismos temas de la
agenda y hacer propuestas a las partes.
Bajo ese nuevo esquema, el 29 de marzo siguiente se firmó el Acuerdo Global
sobre Derechos Humanos en México, siendo especial en el mismo el que se
estableció un mecanismo inmediato de verificación por parte de Naciones Unidas,
la MINUGUA. En Oslo, Noruega, el siguiente junio, se convinieron los Acuerdos
para el reasentamiento de las poblaciones desarraigadas, temática que ya había
sido parcialmente resuelta mediante los entendidos de 1992, así como el Acuerdo
que creó a la Comisión de Esclarecimiento Histórico. Este segundo entendido
originó problemas internos a la URNG, ya que se levantó oposición a lo que se
interpretaba como una posición de concesiones excesivas al Gobierno en materia
del mandato de la comisión de la verdad.
Pero el impulso continuó con la firma en marzo de 1995, del documento sobre
identidad y derechos de los pueblos indígenas, en la ciudad de México. A partir del
mismo se originó un nuevo “empantanamiento” en torno al tema: reformas
económicas y sociales y agrarias. Dado que esos asuntos estaban en el centro de
las desigualdades sociales del país, se dificultó lograr un entendido y el proceso
atravesó por coyunturas complejas. Finalmente se inició la campaña electoral y en
ese ambiente ya no se tomaron decisiones. En enero de 1996 asumió el poder el
cuarto presidente del periodo democrático, Alvaro Arzú.

3 - Nicodemo Santay-
La segunda fase de las negociaciones :
Se alcanzó la maduración del proceso. La legitimidad democrática del Estado se
fortaleció al fracasar el golpe de Estado. La legitimidad de la negociación se
acrecentó mediante la creación de mecanismos de participación de la sociedad
civil y la intervención de Naciones Unidas como “tercer actor”, lo que añadió un
elemento de apoyo y presión positiva; los cuatro Acuerdos firmados, todos ellos
sustantivos, se referían a algunos de los problemas centrales de la sociedad.
Ambas partes hicieron concesiones importantes y afrontaron en su caso el costo
político de las mismas, como sucedió a la URNG. Se hizo evidente la formación de
un concepto estratégico sobre la paz para las partes; considerarla posible, mejor
alternativa y conducirla tratando de obtener el “segundo mejor objetivo”.
En el primer año del nuevo gobierno el decurso se aceleró. El Presidente Arzú se
reunió directamente con la insurgencia, lo que contribuyo a la consolidación de
confianza, a lo que añadió igualmente las conversaciones directas de las partes,
sin agenda, bajo el auspicio de la Comunidad de San Egidio. Así también
encuentros, que se mantuvieron secretos, entre mandos del Ejército de Guatemala
y de la URNG. Reunida de nuevo la mesa oficial se logró finalmente firmar el
acuerdo sobre temas socio económicos y agrarios en mayo de 1996.
Las decisiones que en relación al texto final aceptó la URNG, incrementaron las
discrepancias internas, ya que algunos militantes, entre ellos el cuerpo de
asesores, estimaban que se estaba concediendo demasiado al gobierno.
El siguiente 19 de septiembre concluyó el tratamiento del punto relativo al
fortalecimiento del poder civil y función del ejército en una sociedad democrática.
Aunque el asunto, que involucraba la desmilitarización, habría sido complejo de
arribar a consenso en otras circunstancias, fue eficazmente gestionado mediante
concesiones mutuas. A continuación los restantes acuerdos se fueron firmando en
rápida sucesión.
 El 4 de diciembre se concluyó en Oslo, Noruega el alto al fuego definitivo;
 El 7 del mismo mes en Estocolmo, Suecia los entendidos sobre reformas
constitucionales y electorales;
 El 12 en Madrid, las bases para la incorporación de la URNG a la legalidad,
el 29 en Guatemala, el cronograma de cumplimiento.
 Y finalmente ese mismo día en horas de la tarde, el documento
final “Acuerdo para la Paz Firme y Duradera”, en el marco de una solemne
ceremonia con asistencia de numerosas delegaciones internacionales.
4 - Mynor Escobedo -
La fase de cierre
Las partes ya arribaron al convencimiento de la necesidad de la paz y de que por
medio de ella alcanzarán el “segundo mejor objetivo”. Se configura una situación
dialéctica en que las partes continúan tratando de avanzar al máximo sus objetivos
particulares en la mesa de negociación, al mismo tiempo que ya no están
dispuestos a abandonar el decurso o que el mismo no concluya. Eso explica la
velocidad con que se tomaron acuerdos en esta fase y la superación de los
obstáculos, algunos de ellos graves, de último momento.
Doce acuerdos
1. Acuerdo marco sobre democratización para la búsqueda de la paz por
medios políticos (Querétaro, México. 25 de julio de 1991).
El Acuerdo marco sobre democratización para la búsqueda de la paz por medios
políticos o Acuerdo de Querétaro fue el primero de los doce Acuerdos de Paz
suscritos por el Gobierno de la República de Guatemala y la Unidad
Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG), para alcanzar soluciones
pacíficas a los principales problemas que generaron el Conflicto Armado Interno.
Este enfrentamiento duró más de treinta años y dejó un saldo en muertos y
desaparecidos que supera las 200 000 personas (Comisión para el
Esclarecimiento Histórico.
La importancia del Acuerdo de Querétaro radica en que contiene una declaración
de principios democráticos que expresan un tipo de democracia aceptable para el
Gobierno y la URNG. Según el Perfil de Gobernabilidad de Guatemala (2005, p.
132), este documento sirvió de marco general o de base para la negociación de
los demás Acuerdos de Paz.

2. Acuerdo global sobre derechos humanos (México, D.F., 29 de marzo de


1994).
El Acuerdo global sobre derechos humanos (AGDH) fue el segundo de los doce
Acuerdos de Paz suscritos por el Gobierno de la República de Guatemala y la
Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG), para alcanzar soluciones
pacíficas a los principales problemas que generaron el Conflicto Armado Interno .
Este enfrentamiento duró más de treinta años y dejó un saldo en muertos y
desaparecidos que supera las 200 000 personas.
El Acuerdo global sobre derechos humanos se firmó el 29 de marzo de 1994, en
México, D.F., y forma parte del Acuerdo de paz firme y duradera (APFD), el cual
concluyó el proceso de negociaciones de paz que duró alrededor de una década y
fue suscrito el 29 de diciembre de 1996.
En el Acuerdo global sobre derechos humanos, el Gobierno y la URNG reconocen
la importancia de las instituciones y entidades nacionales dedicadas a la
protección y promoción de los derechos humanos, así como la conveniencia de
fortalecer y consolidarlas. En consecuencia, acuerdan que el Gobierno debe
(“Acuerdo global”, 1997, p. 222-232):

5 -Perucho-
3. Acuerdo para el reasentamiento de las poblaciones desarraigadas por el
enfrentamiento armado (Oslo, Noruega, 17 de junio de 1994).
El Acuerdo para el reasentamiento de las poblaciones desarraigadas por el
enfrentamiento armado -también conocido como ARPD- fue el tercero de los doce
Acuerdos de Paz suscritos por el Gobierno de la República de Guatemala y la
Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca -URNG-, para alcanzar soluciones
pacíficas a los principales problemas que generaron el Conflicto Armado Interno.
Este enfrentamiento duró más de treinta años y dejó un saldo en muertos y
desaparecidos que supera las 200 000 personas (Comisión para el
Esclarecimiento. El Acuerdo para el reasentamiento de las poblaciones
desarraigadas por el enfrentamiento armado se firmó el 17 de junio de 1994, en
Oslo, la capital de Noruega, y forma parte del Acuerdo de Paz Firme y Duradera
-APFD-, el cual concluyó el proceso de negociaciones de paz que duró alrededor
de una década y fue suscrito el 29 de diciembre de 1996.
4. Acuerdo sobre el Establecimiento de la Comisión Para el Esclarecimiento
Histórico de las violaciones de los derechos humanos y los hechos de
violencia que han causado sufrimientos a la población guatemalteca (Oslo,
Noruega 23, de junio de 1994).
Es obligación del gobierno y un derecho de todos velar por nuestra seguridad y
tener en cuenta las victimas que desgraciadamente tiene que ser un medio para
fomentar una cultura y respeto.
5. Acuerdo sobre Identidad y Derechos de los Pueblos Indígenas - México,
D.F. (México), 31 de marzo de 1995
El Acuerdo Sobre Identidad y Derechos de los Pueblos Indígenas -AIDPI- fue el
quinto de los doce Acuerdos de Paz suscritos por el Gobierno de la República de
Guatemala y la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG), para
alcanzar soluciones pacíficas alConflicto Armado Interno. Este enfrentamiento
duró más de treinta años y dejó un saldo en muertos y desaparecidos que supera
las 250 000 personas.
El Acuerdo sobre identidad y derechos de los pueblos indígenas fue firmado el 31
de marzo de 1995, en México, D. F., y forma parte delAcuerdo de Paz Firme y
Duradera (APFD), el cual concluyó el proceso de negociaciones de paz que duró
alrededor de una década y fue suscrito el 29 de diciembre de 1996 (Procuraduría
de los Derechos Humanos, 2001).
De acuerdo con Condore (2007, p. 48), el Acuerdo sobre identidad y derechos de
los pueblos indígenas es el acuerdo que ha motivado mas reacciones de rechazo
–tanto en la sociedad civil y política, como en las esferas de gobierno–, tal como lo
evidencia la negativa de población guatemalteca a aprobar las propuestas de
reformas a la Constitución Política de la República de Guatemala durante la
Consulta Popular de 1999.
6. Acuerdo sobre Aspectos Socioeconómicos y Situaciones Agrarias
(México, D.F. 6 de mayo de 1996).
La disponibilidad y la solidaridad de los guatemaltecos son basadas en el
desarrollo para un bien común que busca la unidad y justicia para demandas de la
población y para lograrlo se necesita el dialogo para llegar a un acuerdo de paz
social para una solución de necesidades. Y más que todo dar a conocer los
privilegios y beneficios para el desarrollo del país.
7. Acuerdo sobre Fortalecimiento del poder Civil y Función del Ejercito en
una Sociedad Democrática (México, D.F. 19 de septiembre de 1996).
Es esencial que los ciudadanos del país se sometan a la participación que hace
posible el crecimiento económico de todos los sectores y dirigirse a una fuente de
inversiones y proveedores públicos con servicios para un bien común para la
unidad revolucionaria del país, con sistemas de justicia la cual la conforma el
organismo legislativo, ejecutivo y judicial.
-Nicodemo-
8. Acuerdo sobre el Definitivo Case al Fuego (Oslo, Noruega 4 de diciembre
de 1996).
Con la participación de todos los guatemaltecos y un sistema democrático que
asegure la conciliación y la equidad socioeconómica de una nación pluricultural,
multiétnica y multilingüe. El desplazamiento y la concentración del ejército de
Guatemala ubicando en ciertas posiciones estratégicas fortaleciendo la seguridad.
9. Acuerdo sobre Reformas Constitucionales y régimen Electoral
(Estocolmo, Suecia 7 de diciembre de 1996).
Es todo aquello que nos ayuda a estar dentro de las reglas de plena convivencia
democrática de estricto respeto a los derechos del pueblo. Respetar y promover
idiomas de lenguas mayas, y el fortalecimiento la seguridad.
10. Acuerdo sobre bases para la Incorporación de la unidad Revolucionaria
Nacional Guatemala a la Legalidad (Madrid, España 12 de diciembre de
1996).
Este es un acuerdo que se basa en la seguridad y el factor de interés cuando el
pueblo tiene un objetivo de compromiso de un sistema democrático sin
exclusiones, también se cuentan con servicios a largo plazo y asegurar la igualdad
de condiciones culturales, sociales y económicas.
11. Acuerdo sobre el Cronograma para la Implementación, cumplimiento y
verificación de los Acuerdos de Paz (Guatemala 29 de diciembre de 1996).
Se implementa una agenda de los acuerdos de paz la supervisión de los mismos.
Como consiguiente se busca soluciones y desarrollo de los guatemaltecos y un
sistema de justicia que resuelva educación, salud y seguridad ciudadana.
- Nancy Monzón-
12. Acuerdo de Paz Firme y Duradera (Guatemala 29 de diciembre de 1996)
.Como resultado se logre una política en la cual los problemas se resuelvan con
dialogo y no con enfrentamiento y un poco de tolerancia ente los guatemaltecos
valorar el esfuerzo se hace a un cese de violencia. El Acuerdo de Paz Firme y
Duradera fue el último de los Acuerdos de Paz suscritos por el Gobierno de la
República de Guatemala y la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca
-URNG- el 29 de diciembre de 1996 , dando fin oficialmente al Conflicto Armado
Interno. Este documento integra todos los acuerdos suscritos a partir del Acuerdo
marco sobre democratización para la búsqueda de la paz por medios políticos,
para alcanzar soluciones pacíficas a los principales problemas que generó la
guerra civil en el país centroamericano. El enfrentamiento duró 36 años y dejó un
saldo en muertos y desaparecidos que supera las 250 000 personas .El punto de
partida para la búsqueda de la paz fue la suscripción del Acuerdo de Esquipulas II,
el 7 de agosto de 1987, por los presidentes de Guatemala, El Salvador, Honduras,
Nicaragua y Costa Rica, para definir el procedimiento que permitiría establecer la
paz firme y duradera en Centroamérica, con base en la Declaración de Esquipulas
y el Acta de Contadora para la paz y la cooperación en Centroamérica . El temario
general y el procedimiento a partir de los cuales se llevó a cabo la negociación de
los Acuerdos de Paz fueron definidos en el Acuerdo de México, suscrito el 26 de
abril de 1991.
Los presidentes de Guatemala que participaron en la negociación de los Acuerdos
de Paz, que contemplan 300 compromisos específicos, son Vinicio Cerezo
Arévalo, quien gobernó de 1986 a 1990, Jorge Serrano Elías, de 1991 a 1993,
Ramiro de León Carpio, de 1993 a 1996, y Álvaro Arzú Irigoyen, de 1996 a 2000
¿Para qué una cultura de paz?
El desarrollo pleno de una cultura de paz está integralmente vinculado a:
a) La promoción del arreglo pacífico de los conflictos, el respeto y el
entendimiento mutuo y la cooperación internacional;
b) La promoción de la democracia, el desarrollo de los derechos humanos, las
libertades fundamentales, el respeto y cumplimiento universales de éstos;
c) La posibilidad de que todas las personas a todos los niveles desarrollen
aptitudes para el diálogo, la negociación, la formación de consenso y la solución
pacífica de controversias;
d) El fortalecimiento de las instituciones democráticas y la garantía de la
participación plena en el proceso de desarrollo.
e) La erradicación de la pobreza y el analfabetismo y la reducción de las
desigualdades entre las naciones y dentro de ellas;
f) La promoción del desarrollo económico y social sostenible;
g) La eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer
promoviendo su autonomía y una representación equitativa en todos los niveles de
la adopción de decisiones;
h) El respeto, la promoción y la protección de los derechos del niño:
i) La garantía de la libre circulación de información en todos los niveles y la
promoción del acceso a ella;
j) El aumento de la transparencia y la rendición de cuentas en la gestión de los
asuntos públicos;
k) La eliminación de todas las formas de racismo, discriminación racial, xenofobia
e intolerancia conexas;
l) La promoción de la comprensión, la tolerancia y la solidaridad entre todas las
civilizaciones, los pueblos y las culturas, incluso hacia las minorías étnicas,
religiosas y lingüísticas.

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