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ganadería
La química definida por RAE es “la ciencia que estudia la estructura, propiedades y
transformaciones de la materia a partir de su composición atómica”. De forma
común se podría decir que es la encargada de estudiar todos los aspectos
compuestos de una materia.
La química se emplea desde hace muchos años en todos los aspectos de la vida.
Sin embargo se podría decir que la agricultura y la ganadería son los principales
beneficiarios de su utilización. Desde que se aplica en estos campos se han
reducido drásticamente los costes de producción y el volumen del producto obtenido
se ha incrementado de forma espectacular.
La química se aplica en los campos por medio de abonos orgánicos. Los mismos
permiten el crecimiento de diferentes plantas proporcionándoles los nutrientes
necesarios para una correcta maduración. La producción que se obtiene es mucho
mayor que si no se utilizaran estos abonos. Por lo tanto se podría decir que la
química permite obtener una mayor cantidad de alimentos naturales tanto para el
consumo humano como animal.
Por otro lado la química, o mejor dicho todo tipo de preparados vitamínicos,
ecológicos y nutricionales derivados de ella evitan enfermedades, plagas y
malformaciones de las diferentes especies vegetales y animales. Un abono regular
en los campos es necesario para mantener sana la cosecha. Los animales tendrán
menos enfermedades y riesgos si toman un preparado vitamínico suministrado con
la comida. Por tanto, la química resulta esencial para desarrollar sustancias
específicas para mejorar la calidad y la salud de estas especies.
La química también es capaz de mejorar la calidad del agua. Esto resulta de vital
importancia en naciones donde el agua está contaminada. Por ejemplo, la
clorificación de la misma en dosis adecuadas mata todo tipo de gérmenes y la hace
apta para el consumo humano y animal. Los filtros químicos posibilitan por otro lado
obtener un agua más pura con un pH neutro cuando se trata de regar plantaciones
ecológicas.
En resumen, la química es esencial para obtener unos campos agrícolas más sanos
y unos animales mejorados. Con su aparición ha empezado a mejorarse la calidad
de la vida humana y a solucionarse enfermedades incurables como el cáncer. La
química es el futuro y es fundamental estudiar su correcta aplicación para sacar
todo el provecho posible.
La agricultura depende, en gran medida, de la Industria Química Orgánica, a través de la
producción de fertilizantes nitrogenados, plaguicidas y reguladores del crecimiento vegetal.
Los fertilizantes están basados fundamentalmente en productos inorgánicos (amoniaco,
nitrato de amonio y sulfato de amonio) aunque incluyen también productos orgánicos como
la urea. Los reguladores del crecimiento, que se utilizan para mejorar el enraizamiento y el
volumen de las plantas, constituyen sólo una pequeña parte de los productos agroquímicos.
En cuanto a los plaguicidas constituyen la parte más importante de la Industria Agroquímica.
“En Japón, las geishas usaban lápices labiales hechos a partir de pétalos aplastados
de cártamo para pintarse las cejas y la comisura de los ojos al igual que los labios.
También usaron como base de maquillaje barras de cera bintsuke, una versión más
suave de la cera depiladora de los luchadores de sumo. Pasta blanca y polvos
coloreaban el rostro y la espalda, el ojo se delineaba con rouge, que también definía
la nariz. Los dientes se coloreaban con pintura negra para la ceremonia cuando las
Maiko (aprendices de geisha) se graduaban y se volvían independientes”.
Rubores
Polvos faciales
Base de maquillaje(liquido, cremoso)
Correctores faciales
Lociones faciales
Cremas para manos y cuerpo
Lociones para manos y cuerpo
Talcos para los pies
Mascaras faciales
Lápices labiales
Brillo labial
Protectores labiales
Delineadores labiales
Base de esmalte
Cremas para uñas
Suavizante de cutículas
Esmalte
Removedor de esmalte
Oleo para uñas
Brillos para las uñas
Desde un punto de vista químico, los alimentos tienen la siguiente composición (en tipos de
compuestos químicos):
A pesar de que la superficie de terreno cultivado es mucho menor que hace dos siglos, tenemos
alimentos suficientes para alimentar a los habitantes de un problema superpoblado. La razón es
que el terreno agrícola es ahora mucho más productivo, es capaz de producir mayores
cosechas y estas no se pierden por culpa de las plagas.
La química ha jugado un papel muy importante en este mayor rendimiento agrícola;
proporcionando sustancias químicas que mejoran las cosechas (abonos, fertilizantes),
supresores de plantas no productivas (herbicidas selectivos), protectores de plagas (plaguicidas,
pesticidas) y aditivos para cosechas (quelantes de cationes).
Todas estas sustancias químicas tienen un papel beneficioso para el ser humano si se usan en la
dosis adecuada (la que necesita la cosecha); si se usan en exceso, lo que no se necesita va a los
distintos ecosistemas provocando problemas medioambientales.
Además, la química también ayuda a conocer las características del suelo, lo que permite una
agricultura más racional. La química proporciona productos que cuidan la salud de nuestro
ganado y acuicultura (nuestra principal fuente de proteínas) y purifica y potabiliza el agua.
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También es importante destacar que actualmente podemos conservar los alimentos más
tiempo y no dependemos, como en el pasado, de un consumo estacional y rápido. Esta
situación permite racionalizar mejor la distribución de alimentos. Aunque en la antigüedad ya
se conocían alguna manera de conservar alimentos (salmueras, salazones, ahumados, etc.),
estos métodos modificaban su sabor y propiedades. Actualmente disponemos de sustancias
químicas más versátiles y con mejores propiedades para conservar alimentos durante más
tiempo. Los conservantes son un tipo de aditivos alimentarios.
Un aditivo alimentario es una sustancias que se añade a los alimentos, sin propósito de cambiar
su valor nutritivo, principalmente para alargar su periodo de conservación, para que sean más
sanos, sepan mejor y tengan un aspecto más atractivo. Los aditivos se clasifican según su
función en:
La industria petroquímica emplea ante todo como materias primas básicas las
olefinas y los aromáticos obtenidos a partir del gas natural y de los productos de
refinación del petróleo: el etileno, propileno, butilenos, y algunos pentenos entre
las olefinas, y el benceno, tolueno y xilenos como hidrocarburos aromáticos.
Sin embargo, en algunos casos, la escasa disponibilidad de estos hidrocarburos
debido al uso alterno que tienen en la fabricación de gasolina de alto octano ha
obligado a la industria a usar procesos especiales para producirlos.
Por lo tanto, si se desea producir petroquímicos a partir de los hidrocarburos
vírgenes contenidos en el petróleo, es necesario someterlos a una serie de
reacciones, según las etapas siguientes:
1. Transformar los hidrocarburos vírgenes en productos con una reactividad
química más elevada, como por ejemplo el etano, propano, butanos, pentanos,
hexanos etc., que son las parafinas que contiene el petróleo, y convertirlos a
etileno, propileno, butilenos, butadieno, isopropeno, y a los aromáticos ya
mencionados.
2. Incorporar a las olefinas y a los aromáticos obtenidos en la primera etapa otros
heteroátomos tales como el cloro, el oxígeno, el nitrógeno, etc., obteniéndose así
productos intermedios de segunda generación. Es el caso del etileno, que al
reaccionar con oxígeno produce acetaldehído y ácido acético.
3. Efectuar en esta etapa las operaciones finales que forman los productos de
consumo. Para ello se precisan las formaciones particulares de modo que sus
propiedades correspondan a los usos que prevén. Algunos ejemplos de esta
tercera etapa son los poliuretanos, los cuales, dependiendo de las formulaciones
específicas, pueden usarse para hacer colchones de cama, salvavidas, o
corazones artificiales. Las resinas acrílicas pueden servir para hacer alfombras,
plafones para las lámparas, prótesis dentales y pinturas.
Otro caso típico es el del acetaldehído que se produce oxidando etileno y que
encuentra aplicación como solvente de lacas y resinas sintéticas, en la fabricación
de saborizantes y perfumes, en la manufactura de pieles artificiales de tintas,
cementos, películas fotográficas y fibras como el acetato de celulosa y el acetato
de vinilo.
Esta clasificación tiene numerosas excepciones, a veces, por ejemplo, se reduce
el número de etapas para hacer el producto final. Es necesario mencionar otros
productos que se consideran petroquímicos básicos sin ser hidrocarburos, como el
negro de humo y el azufre. Éstos se pueden obtener del gas natural y del petróleo.