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INICIA PROCESO LABORAL—DEDUCE PRETENSIÓN DE

CONDENA AL PAGO DE REMUNERACIONES E


INDEMNIZACIONES— OFRECE PRUEBA CONFESIONAL Y
DOCUMENTAL—FORMULA RESERVA DE CASO FEDERAL.-

Sr. Juez:
FABIÁN NICOLÁS MAXIMILIANO MEDERO, letrado
apoderado, M.P. N° 9920, C.U.I.T. N° 20-31458127-0, constituyendo
DOMICILIO PROCESAL en calle BELGRANO N° 1224 de esta
ciudad, me presento ante V.S. y respetuosamente digo:
I
PERSONERÍA
Con poder apud acta que acompaño, debidamente munido de las
formalidades de ley, acredito que soy representante del Sr., C.U.I.L. N° x-
xx-x, argentino, de años de edad, de estado civil soltero, de profesión
obrero de la construcción y con DOMICILIO REAL en calle de esta
ciudad.
II
OBJETO
En cumplimiento de sus expresas instrucciones vengo a deducir
pretensión para que V.S. condene a, C.U.I.T. N° x-xxx-x, con domicilio en
calle, de esta ciudad, a pagar la suma que surge de la liquidación infra
practicada o lo que en más o en menos resulte de las probanzas de autos y/o
de vuestro prudente y elevado criterio. Todo lo anterior en mérito a los
fundamentos fácticos y jurídicos que paso a exponer.
III
HECHOS
1) La relación laboral
1.1. La Sra. LAZARTE inició la relación laboral de dependencia
para SUPERMAX S.A. el //2008. La demandada explota supermercados
contando con varios establecimientos en la ciudad.

1.2. La categoría de la Sra. LAZARTE varió durante la ejecución del


contrato, siendo, al momento de su finiquito, la de Auxiliar especializado
“A”.

1.3. Respecto de la jornada de la trabajadora, cabe efectuar las


siguientes precisiones. En los primeros meses de la relación, laboró en
media jornada. Luego, al poco tiempo, a partir del tercer mes, su jornada
pasó a ser completa y así se mantuvo hasta la conclusión del vínculo.
Laboró seis días a la semana, con un franco semanal, en un horario de 14 a
23 hs.

1.4. La mejor remuneración mensual, normal y habitual de la


trabajadora durante la relación laboral fue de $ 18.187,16. Conformada por
$ 15.401,98 de básico, $1.386,17 de adicional por antigüedad y $1.399,01
de adicional por presentismo (todo conforme la escala vigente a partir del
mes de abril del año 2017).

1.5. Sin perjuicio de lo antes relatado, la vinculación entre las partes


se mantuvo en buenos términos por varios años. La trabajadora siempre
prestó sus servicios con esmero en todo ese tiempo. Sin embargo, las cosas
habrían de cambiar para ella.

2) El despido. Su falta de justificación

2.1. La demandada, como ya antes se dijo, pretendió extinguir el


contrato de trabajo por justa causa.
2.2. Alegó que el día 28/05/2017, la trabajadora pretendió apropiarse
de manera ilegítima de una cierta cantidad de pan, valiéndose para ello de
la maniobra de consignar una etiqueta con un código de barras que arrojase
un importe menor que el correspondiente al que resultaría de la cantidad de
pan que efectivamente ella se llevaría.

2.3. Los hechos vertidos por la patronal fueron falsos. En su


oportunidad, la actora se excusó en términos informales, dado que no le
dieron alternativa real para un descargo de manera previa a tomar la
decisión. Además, la misma fue atemorizada en relación a que se iba a
efectuar una denuncia penal en su contra.

2.4. La verdad de los hechos fue distinta, y en su oportunidad, fue


expuesta por la trabajadora. Tal defensa, sin embargo, no tuvo el menor
efecto, dado que no le fue creída.

2.5. Era común, que al terminar sus turnos, los trabajadores


realizaran compras en el establecimiento del supermercado. Así también, a
ellos, se les hacían en algunos casos ciertos descuentos sobre productos que
de otro modo se habrían de echar a perder.

2.6. Lo que en verdad sucedió fue lo siguiente. La trabajadora avisó a


un supervisor que habría de separar una bandeja de pan para efectuar la
compra del mismo al terminar su turno. Así, la retiró y la dejó apoyada en
un lugar apartado fuera del alcance de los clientes. Las bandejas tenían los
panes apoyados en ellas, venían cubiertas por un film y sobre éste tenían
colocada una etiqueta con un código de barras con los datos del precio del
producto por kilogramo, del pesaje y del precio según el concreto peso que
tenía la bandeja. Luego, al acabarse las bandejas en las góndolas, una
compañera de trabajo que se retiraba antes que la actora, le pidió si ésta no
le daba dos panes. Ante el pedido, y ante el buen trato que mediaba entre
los compañeros de trabajo, la demandante le dijo que habría de darle la
mitad. Su compañera le respondió que no, que ella sólo quería dos piezas.
Sin perjuicio de lo dicho por su compañera, la actora desarmó la bandeja
(cosa que no era infrecuente en la empresa, ante situaciones parecidas) y,
sin que llegase a conformar dos iguales, le puso unos cuantos panes a su
compañera en la nueva bandeja. Luego de ser acusada de todo lo que antes
se expuso (2.2.), la trabajadora alegó que no estaba segura de lo ocurrido,
que de modo alguno su intención era pagar menos y apropiarse de unos
panes adicionales (!). Ofreció pagar la diferencia y explicó que quizás
cuando armó la bandeja (vale decir, que cuando de la bandeja originaria
hizo dos, la que le dio a su compañera, y que ésta pagó sin problemas, y la
suya) pudo, por una inadvertencia involuntaria, haber invertido las
etiquetas (para éstas, había una balanza especial que usaban los
trabajadores donde cargan el código del producto, lo pesaban y la máquina
arrojaba la etiqueta con el precio), vale decir, haber puesto la
correspondiente a la cantidad de pan, inferior, que llevó su compañera, y
que habría pagado de más, en la suya y viceversa. Pero de manera enfática
dejó en claro que esa no fue su intención. Que se trató, en su caso, de un
simple pero infortunado error, una simple inadvertencia.

2.8. Esta parte entiende que, en materia de los principios jurídicos


atinentes para resolver caso, la justica exige que se consideren los
siguientes lineamientos de corrección para el ejercicio de las facultades
sancionatorias de la empresa (rectius, del empleador): a) El principio in
dubio pro reo; y b) más allá de lo que se pueda llegar a concluir en materia
de la existencia o no, vale decir, de la prueba o no, de un entuerto
imputable (un incumplimiento a las obligaciones contractuales, se diría en
el concreto contexto), el principio de la proporcionalidad entre la falta y la
sanción.

2.9. a) el in dubio pro reo. En el contexto del derecho contractual


laboral, se presenta como una especificación del principio in dubio pro
operario. La incidencia del orden público y su parcial desplazamiento de la
disponibilidad mediante la voluntad autónoma (libertad contractual o de
configuración) distancian en parte al contrato de trabajo del negocio (vale
decir, de las situaciones ad hoc, lo moldeado para el caso o lo artesanal) y
lo acercan al status (situaciones estandarizadas, prototípicas, se diría).
Dentro de las incidencias o repercusiones de este segundo orden, se
encuentran la de los límites a las facultades sancionatorias del empleador.
La patronal puede castigar. Debe, sin embargo, castigar culpas (se usa el
término con buena cuota de elipsis, porque, como se sabe, lo culpable
presupone un hecho imputable como obra propia que es antijurídico o no
justificado a la luz del derecho como unidad) reales, no así inexistentes o
meramente conjeturales o presumidas (las tristemente célebres “penas de
sospecha”, que llevan en sí una inversión del onus probandi, en un todo
incompatibles con un estado que sea de derecho, y que respete la dignidad
del hombre como persona moral). Entonces, en trance de decidir respecto
de un hecho que se atribuye al trabajador como un incumplimiento del
contrato de trabajo que podrá traer aparejada sanciones, el empleador debe
ponderar, ante todo, la existencia del hecho (su acontecer real) y su calidad
(su relación circunstanciada de modo, tiempo, lugar y sujeto/s). Debe
valorar todos los elementos de juicio a su disposición, incluida entre éstos
la explicación que sobre el evento dé el operario. Si de todo ese caudal, no
surge sin lugar a dudas razonables (lo que es decir, sin inexistencia en el
caso de hipótesis concurrentes y alternativas plausibles) la culpabilidad del
trabajador por el supuesto hecho, debe abstenerse de aplicar sanción alguna
respecto del mismo. Podrá sí, según las particularidades del caso, aplicar
una sanción por un hecho distinto, generalmente anterior o concurrente,
que se interprete como un incumplimiento y en virtud del cual derivó la
situación de incertidumbre, pero esto último, en caso de concurrir tales
circunstancias, obviamente tendrá por regla general una gravedad y por lo
tanto una sanción sustancialmente menor. La trabajadora se excusó
diciendo que no sabía lo que había sucedido, que quizás cometió un error al
pesar y colocar las etiquetas en las bandejas, como antes se explicó, pero
nada de ello motivó a la patronal a, como se dice, “evacuar sus citas”, a
verificar con elementos de descargo si esa posibilidad era factible. Pese a la
gravedad de la determinación aplicada (la extinción misma del contrato,
con la contundencia que en general ello tiene para una persona que se
sostiene con su salario), con ligereza, adoptó una posición de simple
desconfianza y de incredulidad. Vale decir, es obvio, que la pura
corroboración objetiva del hecho, esto es, la diferencia del precio que
marcaba la etiqueta con el que correspondía a la cantidad (peso) del pan
que portaba la bandeja, no basta. A ello se le debía adunar la ponderación
de la actitud subjetiva de la operaria en el evento, a los efectos de dilucidar
si era válido poder efectuarle un reproche culpabilístico por el evento o, en
su caso, la gravedad del mismo. La trabajadora se excusó informalmente, la
empresa no quiso entender ni averiguar sobre razones, se apresuró, y como
quien siempre dispuesto está a pensar lo peor, sin reflexionar demasiado
respecto de las consecuencias, consecuencias que son para personas de
carne y hueso y muchas veces también para sus familias, tomó sin más la
decisión más grave, aplicó el suplicio más elevado del escalafón de entre su
arsenal, el despido.
2.10. b) La proporcionalidad entre la gravedad de la falta
(incumplimiento) y la gravedad de la sanción aplicada. Más allá de todo lo
anterior, y sea cual sea la conclusión a la que se llegue, existe un segundo
escollo para la corrección de la decisión tomada por la empresa, para la
consideración del despido como justificado. Hablamos, ante todo, V.S., de
una trabajadora de prácticamente diez años de antigüedad sirviendo para la
empresa. Nunca antes, en una década, dio algún indicio de falta de
honradez o de cometer algún hecho que denote una falta de respeto a la
propiedad de su empleador. Invariabilidad de la causa mediante, el hecho
que se pretendió hacer pasar como un despido justificado fue el acaecido
concretamente ese día. No se lo relacionó con hechos anteriores del mismo
tenor, de modo tal que no se lo deba ponderar en sí propio sino en el
contexto de una sucesión de hechos en el mismo sentido. Es a ese particular
y específico acontecer, a su afirmación, a lo que hay prestarle atención.
Hablamos, guste o no, de unas pocas piezas de pan. Hablamos de una
trabajadora de diez años de antigüedad (9 años, x meses y xx días). Como
se dijo, la trabajadora rechaza el hecho de que se considere como
intencional lo de la falta de coincidencia el precio en el evento. Sin que esté
segura, da una explicación de lo que pudo haber sucedido. Pero más allá de
ello, y si en definitiva se concluye por no creerle, dentro de sus facultades
sancionatorias, la parte empleadora contaba con un abanico de medidas que
podía haber aplicado respetando la proporcionalidad entre lo que creyó un
incumplimiento y el castigo a aplicar (verbigratia, una amonestación o
unos cuantos días de suspensión). Sin perjuicio de que se niegan
rotundamente los hechos, no parece sensato decir que resulta razonable,
que resulta justo, aplicar la guillotina para quien se apropia de una uva que
para quién lo hace de una considerable cantidad de dinero. Desdén en
términos morales merecerán las dos conductas. La aplicación de medidas
prácticas, como son las jurídicas (más allá de su indudable portación de
valor y de su sentido ético-social), idénticas no es justa, no es sensata, no
es, en definitiva, razonable.

2.11.c) Conclusión:

a. De modo alguno deben tenerse por probados los


hechos afirmados por la empresa demandada, en los términos
que esta pretende tenerlos por acreditados (vale decir, como
una maniobra de poner una etiqueta inadecuada para pagar
menos… ¡Unas piezas de pan!).

b. Se pudo sí, si así se lo consideraba, aplicar una


sanción por otro hecho (el de por su negligencia al armar la
bandeja, el no hacerlo bien, y con ello eventualmente pagar un
monto menor y perjudicar así patrimonialmente a la empresa –
solicitamos licencia a V.S. por la insistencia, pero otra vez,
insistimos, por la suma contextualmente irrisoria de unas
pocas piezas de pan−), pero ello, claro está, con una sanción
sustancialmente más leve.

c. Sin perjuicio de todo lo anterior, vale decir, más


allá de la capital cuestión de la prueba del hecho, en una
comparación objetiva entre incumplimiento y sanción,
teniendo en cuenta la poca entidad relativa del perjuicio
patrimonial, cabe concluir, desde la más elemental sensatez,
que la máxima de las sanciones, la ultima ratio de las medidas
sancionatorias, esto es, el despido, se muestra como
desproporcionado para el caso, por más voluntario o
intencional que se pueda llegar a reputar el hecho.
3) El intercambio epistolar

Carta documento correo argentino oblea CD remitida el //

TCL formulario oblea CD impuesto el //

Carta documento correo argentino oblea CD remitida el //

4) Los conceptos reclamados

4.1. Las indemnizaciones derivadas del despido:

4.2. El incremento del art. 2 de la ley 25.323 por verse la trabajadora


obligada a litigar:

IV
LIQUIDACIÓN
La presente liquidación, realizada a valores del mes del distracto,
ostenta el carácter de estimativa y se efectúa a los fines del reclamo. La
misma se sujeta, en definitiva, a lo que en más o en menos resulte de las
probanzas de autos y del prudente criterio de V.S. Las referencias de
cálculo, a los efectos de posibilitar acabadamente el control de la contraria,
son las siguientes:
 Fecha de ingreso: 25/03/2008.
 Fecha de egreso: 12/06/2017.
 Antigüedad: 9 años, dos meses y 19 días.
 Categoría: auxiliar especializado “A”, CCT 130/75 de
empleados de comercio.
 Jornada: completa.
 Mejor remuneración, mensual, normal y habitual
devengada: $ 18.187,16. Conformada por: $ 15.401,98 de
básico + $1.386,17 de adicional por antigüedad + $1.399,01
de adicional por presentismo.
RUBRO MONTO
1) Indemnización sustitutiva de preaviso $ 36.374,32
2) Incidencia del SAC sobre la indemnización sustitutiva de preaviso $ 3.031,19
3) Integración del mes del despido $ 10.912,30
4) Incidencia del SAC sobre la integración del mes del despido $ 909,36
5) Indemnización por despido $ 163.684,44
6) Indemnización del art. 2 de la ley 25.323 $ 107.455,80
TOTAL $ 322.367,41

Observaciones:
 Para los meses se utilizó un promedio de 30 días.
 Tal como fuera peticionado supra, con más los intereses
moratorios desde que cada crédito fue exigible.
 Asimismo, en cuanto a los intereses, con su respectiva
capitalización al momento de notificarse la demanda (art.
770 inc. b del CCCN).
V
DERECHO
La pretensión se sustenta en el art. 14 bis de la C.N, en la LCT, ley
25.323, CCT 130/75 y la doctrina y jurisprudencia aplicables al caso.
VI
PRUEBA
1) CONFESIONAL
Solicito se cite a la parte demandada a absolver posiciones en
virtud del pliego que oportunamente será acompañado.
2) DOCUMENTAL
Acompaño:
a) Poder apud acta.
b)
c)
d)
e)
f)
En poder de la demandada:
i) Se intime a la demandada en los términos de los arts. 34 inc. d)
de la ley 3540 y 388 del C.P.C.C., a acompañar el libro especial del art. 52
de la LCT con toda la documentación respaldatoria de los respectivos
asientos.
j) En los mismos términos del punto anterior, se intime a la
contraria a acompañar a estos autos la planilla de horarios del art. 6 de la
ley 11.544
VII
RESERVA DE CASO FEDERAL
En razón de involucrar la pretensión objeto del presente proceso
derechos y garantías constitucionales, como ser las que dimanan de los arts.
14 bis, 17 y concordantes de nuestra Constitución Nacional, se deja hecha
en forma expresa la reserva de caso federal para la eventualidad de ser
necesario recurrir al remedio extraordinario.
VIII
PETITORIO
Por todo lo expuesto, a V.S. pido:
1) Me tenga por presentado y por parte en el carácter invocado.
2) Por constituido el domicilio procesal y por denunciado el
domicilio real de mi mandante.
3) Por ofrecida la prueba documental y confesional.
4) Se reserven los documentos originales en caja fuerte del
juzgado y se exima a esta parte de acompañar copias para traslado de los
mismos en razón de la difícil situación económica que atraviesa el actor
(art. 73 ley 3540).
5) Por hecha expresa reserva de caso federal.
6) Por presentada formal demanda, se la admita y se corra traslado
de la misma a la contraria por el plazo y bajo los apercibimientos de ley.
7) Oportunamente, se haga lugar a la pretensión declarándola
fundada y se condene a la demandada a pagar la suma de PESOS xxxx
($xxxx) o lo que en más o en menos resulte de la prueba y/o de la
prudencia de V.S., con más la debida actualización monetaria que pudiere
corresponder y/o intereses (como mejor proceda en derecho al tiempo del
fallo a los efectos de preservar el poder adquisitivo de los créditos
alimentarios y de resarcir los perjuicios irrogados por la mora).
8) Con costas.

SERÁ JUSTICIA.-

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