Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
DESARROLLO DE LA GUERRA
La revuelta de Franco triunfó en Galicia, la Meseta norta,
Navarra y Aragón, pero no en las grandes ciudades ni en los
centros industriales. En Andalucía la situación fue muy difícil
para los franquistas sublevados, por lo que la victoria de la
derecha en Sevilla constituyó una sorpresa.
España quedó dividida en dos, sin que fuera claro quien
Cartel de los republicanos
sería el vencedor. Las tropas de Marruecos – las más
españoles que ataca a algunos
selectas del ejército franquista – cruzaron el estrecho de
de los sectores que apoyaron a
Gilbratar, y de Andalucía pasaron a Extremadura y Toledo,
los franquistas.
hasta quedar a las puertas de Madrid.
En octubre, Franco fue nombrado jefe del Estado y unificó
toda la zona nacional bajo su mando. El ataque de los rebeldes derechistas por tres frentes como
Madrid – entre noviembre y marzo de 1937- resultó infructuoso. Ante la imposibilidad de romper el
cerco de la capital. Franco trasladó su ejército al norte, donde, entre marzo y octubre de 1937, fue
ocupando lentamente el territorio adversario, sin que los contraataques republicanos consiguieron
impedirlo.
En diciembre de 1937 tuvo lugar la batalla de Teruel: una ofensiva republicana tomó la ciudad; que
finalmente fue recuperada. En abril de 1938, las tropas de Franco llegaron al Mediterráneo por
Valencia, dividendo el territorio republicano, lo que hizo más difícil la resistencia.
Entre julio y noviembre de 1938 tuvo lugar un hecho crucial: la batalla del Ebro. Esta terminó con la
derrota del ejército republicano y permitió a Franco avanzar hacia Cataluna y ocuparla totalmente en
febrero de 1939.
Aunque los republicanos pretendían seguir resistiendo, en marzo el Frente Popular se descompuso.
El día 28 fue tomado Madrid y el día 1 de abril de 1939 Franco anunció su victoria total.
LA INTERVENCIÓN EXTRANJERA
La guerra civil española se convirtió en motivo de inestabilidad internacional. En Londres se creó un
Comité de no intervención que propició la marginación de los países europeos del conflicto, pero casi
todos incumplieron sus recomendaciones. Los republicanos recibieron la ayuda de Francia, la URSS
y las Brigadas Internacionales, y la España de Franco obtuvo el apoyo de Italia y Alemania.
Para cada uno de los dos bandos ese apoyo fue decisivo, pero la gran ventaja de los franquistas fue
que contaron con ayuda mucho más generosa en términos militares y económicos de Italia y
Alemania.
ACTIVIDADES
Hitler impuso una política exterior agresiva. En marzo de 1938 invadió Austria. Su próximo paso
fue reclamar a Checoslovaquia el territorio de los Sudetes, que tenía una numerosa población
alemana. Debido a que Checoslovaquia era aliada de Francia y Rusia, las exigencias de Hitler
podían encender la guerra. Con la finalidad de evitar tal enfrentamiento, Mussolini y los jefes de
gobierno inglés y francés (Chamberlain y Daladier) que dejó a Checoslovaquia abandonar a su
suerte y entregó el territorio de los Sudetes a Alemania en setiembre de 1938.
En contra de lo que se esperaba, Hitler manifestó nuevas exigencias territoriales, al igual que la
Unión Soviética. Con ello, el inicio de la guerra se hacía inevitable.
El Fûhrer, continuando con su política del espacio vital, reclamó a Polonia la entrega del puerto de
Danzig y una zona que uniera la Prusia Oriental al resto de Alemania, Polonia, respaldada por
Inglaterra, se negó a la humillante exigencia. Al haberse asegurado la no agresión de Rusia
mediante la firma del pacto. Hitler se lanzó sobre Polonia (1° de setiembre de 1939). Dos días
después, Inglaterra y Francia decidieron declararle la guerra a Alemania.
Ella no ayudó mucho a los polacos. La Unión Soviética invadió Polonia oriental en virtud del pacto
firmado. En menos de un mes, la resistencia polaca fue destrozada y el país repartido entre los
agresores.
En la primera fase de la guerra, Alemania y sus aliados (Italia y Japón) consiguieron victorias tan
espectactulares que llegó a parecer que podían imponerse a sus adversarios.
El frente occidental
Tras la ocupación de Polonia, los alemanes procedieron a aplicar la estrategia conocida como
blizkrieg. Esta les aseguró la ocupación de Dinamarca y Noruega en abril de 1940, y en mayo las
tropas alemanas estaban listas para el gran avance sobre occidente. Para ello fue decisivo el
avance sobre Holanda y Bélgica – países neutrales -, para sorprender a los ejércitos franco –
británicos situados en la frontera franco – alemana. Así se produjo el derrumbamiento del ejército
francés, considerado hasta ese entonces como el más potente de Europa. Aunque parte de las
tropas británicas consiguieron reembarcar en Durkerque, parecía que el destino de la guerra ya
estaba decidido.
Después de la derrota francesa, Hitler trató de someter a Gran Bretaña mediante los bombardeos
aéreos y la presión sobre su imperio colonial. Sin embargo, el primer ministro británico Winston
Churchill mantuvo su voluntad de resistencia y, ayudado económicamente por Estados Unidos,
acabó venciendo en la botella aérea.
Para asegurar el éxito del futuro ataque Soviética. Alemania dirigió su estrategia a consolidar la
posición de sus fuerzas en los Balcanes y en el centro de Europa. Entre noviembre de 1940 y
marzo de 1941 se incorporaron al Eje Hungría, Rumania y Bulgaria. En cuanto a Yugoslovaquia y
Grecia, éstas fueron aplastadas en 1941 por el ejército alemán, que llegó incluso a ocupar Creta
gracias a sus tropas aerotransportada.
La Unión Soviética había estado siempre en la mira de Hitler. En junio de 1941, Alemania decidió
unilateralmente romper su alianza con Rusia. A mediados de ese mes inició la gran ofensiva
contra la URSS, con el objetivo de derrotarla mediante un ataque relámpago conocido como
“operación Barbarroja”. En principio pareció posible, porque los alemanes llegaron a fin de año a
40 kilómetros de Moscú. Sin embargo, el retraso de la campaña, la inmensidad del territorio y la
táctica rusa de la “tierra arrasada” (consistente en incendiar las tierras que iban a ser ocupadas
por los enemigos para dejarlos sin provisiones), acabarían por impedir la victoria alemana. Hitler
debió congelar su ofensiva durante todo el invierno y en verano de 1942 reinició las acciones.
LA GUERRA EN EL PACÍFICO
El ascenso de un clan militarismo al entorno del emperador Hirohito, en octubre de 1941, con
claros objetivos de expansión territorial (el sudeste asiático y el área del Pacífico), despejó el
camino para el ingreso de Japón en la guerra. El Pacífico, era considerado por Estados Unidos
como un área de influencia propia, a partir de las posesiones insulares que tenía desde finales del
siglo XIX. Por esta razón, Japón y Estados Unidos se convirtieron tácticamente en enemigos, lo
que se hizo al poco tiempo.
Hasta mediados de 1942, la ofensiva estuvo en manos japonesas y culminó con la conquista de
Guam y de Filipinas, en abril de 1942, luego de derrotar al general Mac Arthur. La invasión de
Nueva Guinea era el primer paso para otros objetivos a corto plazo; la conquista de Australia y la
progresión hacia las costas norteamericanas del Pacífico. Sin embargo, las respuestas
norteamericanas produjo el primer viraje de la guerra en esta zona. La victoria norte en Midway
cerró la ruta de las islas Hawia y el estancamiento japonés en Nueva Guinea alivió la presión
sobre Australia. A partir de 1943, coincidiendo prácticamente con la primera derrota alemana en el
frente oriental alemán, se iniciaba la reconquista americana con la victoria en la batalla de
Guadalcanal, en febrero de 1943, frente a las fuerzas japonesas.
ACTIVIDADES
Trabaja con el texto y los documentos.
1. Piensa y responde:
¿Qué factores impidieron la victoria de Alemania en Unión Soviética?
¿Qué hechos desencadenaron que EE.UU. entrara a la guerra?
El avance aliado
Era cuestión de tiempo que se produjera la victoria aliada. Como ya se ha señalado, el primer gran
ataque aliado se produjo en el Pacífico. La superioridad aérea estadounidense salió victoriosa en el
Mar del Coral y desarticuló el sistema de aprovisionamiento japonés.
Mussolini fue rescatado por los alemanes, quienes ocuparon el país y frenaron el avance de las
tropas aliadas, dejándolas estancadas cerca de Nápoles. El Duce, por su parte, creó una efímera
república en el norte de Italia.
El tercer frente
La situación en Italia hizo evidente la necesidad de un tercer frente en Europa occidental que
asegurase la penetración anglonorteamericana hacia Alemania. Las tropas aliadas al mando del
general Eisenhower desembocaron en las costas francés de Normandia el 6 de junio de 1944. Fue la
operación Overlond, una de las mayores movilizaciones de hombres y estrechos bélicos de la historia.
Vencida la primera resistencia alemana, los aliados penetraron en el corazón de Francia. El 15 de
agosto, un nuevo desembarco aliado en las cosas de Provenza facilitó la liberación de Francia y la
retirada de los alemanes más allá del río Rin, como posible frontera natural defensiva. El fracaso de la
contraofensiva alemana en las Ardenas durante la segunda quincena de diciembre de 1944 selló el
último intento de recuperación alemana en el frente occidental.
a partir de los ríos Oder y Neisse. En segundo lugar, los continuos ataques anglonorteamericano
desde la orilla izquierda del río Rin alcanzaron su máxima intensidad desde finales de marzo.
Ambas operaciones hacían presagiar el final de la guerra. Una primera señal se obtuvo cuando al
resistencia italiana logró derrotar a la fuerzas leales a Mussolini, quien fue ejecutado en abril de 1945.
Era momento de iniciar el cerco final de Berlín.
El 25 de abril, tanto las tropas anglonorteamericanas como las soviéticas entraron en Torgau, a su
centenar de kilómetros de Berlín. Tras una dura resistencia del ejército alemán. Hitler abdicó el 30 de
abril – cediendo su cargo al general Doéniz – y se suicidó. La capitulación de Berlín el 2 de mayo
antes las tropas soviéticas y la creación de un último gobierno de Reich presidio por el almirante
Doêniz marcaron el fin de la guerra en Europa. Los días 7 y 8 de mayo se firmó la capitulación
incondicional de Alemania.
La rendición japonesa
Después de la conquista de Guadalcanal por las tropas norteamericanas instaladas en el Pacífico, la
iniciativa bélica pasó a Estados Unidos cuya enorme pujanza industrial y tecnológica fue decisiva. En
a Conferencia de Washington de mayo de 1943 quedó diseñada la estrategia norteamericana sobre la
base de dos ofensivas paralelas. Al norte, se apuntaba direcciones sobre Japón desde las islas
Gilberto, Marshall y Marianas; al sur, la ofensiva se dirigió desde Nueva Guinea hacia las isla Sonda y
Filipinas.
El avance norteamericano fue lento, pero constante, y logró vencer la tenaz resistencia japonesa. De
isla en isla, las tropas norteamericanas fueron aproximándose al archipiélago japonés con dos
batallas decisivas: Iwojima, en febrero de 1945, y Okinawa, en abril. Luego, los principales centros
industriales de Japón quedaron situados bajo el radio de acción de los bombarderos
norteamericanos. Por el sur, la progresión norteamericana tuvo su momento culminante en la batalla
de Filipinas, que se prolongó desde octubre de 1944 hasta la primavera siguiente.
LA BARBARIE ORGANIZADA
Durante los años de la expansión nazi, la Europa ocupada estuvo
subordinada a los intereses alemanes. Se creó un discurso político
justificativo del orden nazi que postulaba construcción de una
Nueva Europa dependiente de Berlín.
En Francia, por ejemplo, ocuparon una zona en la que se hizo propaganda nazi, pero permitieron la
existencia de una Francia colaboracionista relativamente independiente; con unas instituciones
dictatoriales- pero menos radicales – cuyo capitán fue Vicky y que estuvo al mando del general
Petain. En Dinamarca y en Hungría siguieron existiendo instituciones parlamentarias.
Los alemanes, por otro lado, tuvieron un apoyo popular real en algunas naciones oprimidas que no
habían obtenido hasta el momento de independencia, como Croacia y Eslovenia. Sin embargo, hubo
otros países en los que nació muy pronto la resistencia armada contra el ocupante, como Rusia,
Grecia y Yugoslavia. En muchos hubo que esperar hasta 1943 y 1944 para que hubiera una
sublevación contra el ocupante. Así sucedió en Francia, donde al comienzo de la resistencia
desempeñaron un papel importante los exiliados españoles.
La expansión nazi se tradujo en una subordinaria económica a Alemania que resolviera a la par el
esfuerzo bélico y el espacio vital del pueblo alemán. A través de la administración directa y del ejército
o de la constitución de gobiernos colaboracionistas, toda la Europa ocupada fue económicamente
explotada en materias primas, productos alimenticios y fábriles y mano de obra. Este último caso
representó el traslado forzoso a Alemania de millones de trabajadores de toda Europa.
La “coprosperidad” japonesa
En Asia, Japón basó su expansión territorial en la liberación de los pueblos sometidos al yugo de la
colonización occidental y logró un apoyo importante en algunas zonas desde la India a Filipinas.
Cuando el apoyo popular cesó, fue necesario el uso de la represión indiscriminada y violenta.
Aún así, algunos líderes – como Sukano, en Indonesia – colaboraron con los japoneses. China, en
cambio, siempre tuvo una decidida resistencia armada contra Japón, dividida en dos sectores: uno
comunista, dirigido por Mao Tse Tung, y otro nacionalista, que contó con una importante ayuda
norteamericana.
El orden nazi se fundamento desde sus inicios en una violenta represión, con dos grandes
componentes, el político y el racial. En los meses previos a la guerra, los nazis determinaron que
todos los judíos debían identificarse con un brazalete blanco con la estrella de David y comenzaron a
controlar sus movimientos.
En enero de 1942 la situación se hizo aún más grave para los judíos, puesto que Hitler aprobó la
“solución final de la cuestión judía”, lo que significaba la práctica del exterminio masivo.
El holocausto
El sistema de los campos de concentración y de exterminio fue el espacio físico par ala práctica del
exterminio de las minorías étnicas. Allí fueron asesinados o explotados hasta la muerte millones de
personas, no sólo judíos, sino también soviéticos, polacos, comunistas y gitanos.
Fuera del dominio nazi, era poco lo que se sabía con respecto a las atrocidades que ocurrían en
estos campos. Fue a partir del ingreso de las tropas rusas en Polonia, y de camino a las fronteras
alemanas, que se descubrieron los primeros campos de concentración (Treblink) y se contrastó el
asesinato de millones de personas. Lo mismo sucedió con las tropas aliadas cuando penetraban en
Alemania y fueron haciendo descubrimientos cada vez más numerosos y macabros. Dachau,
Auschwitz, Mauthaussen, Buchenwadl y Bergen Belsen son nombres que han pasado ya a la historia
con una gran carga de sufrimientos. Si bien se habla del holocausto judío (se calcula que cinco
millones de judíos murieron en campos de concentración), muchos olvidan a los esclavos, a los
gitanos y a los prisioneros que sufrieron igual suerte, incluso alemanes opuestos al régimen nazi. El
mundo horrorizado descubrió los extremos salvajes a las que puede llegar una ideología totalitaria.
Pérdidas humanas
La cifra de muertos como consecuencia de la Segunda Guerra Mundial ha sido una de las mayores
que ha dejado una guerra en toda la historia y, aunque es difícil de precisar, su monto total puede
situarse alrededor de sesenta millones de personas. En esta cifra hay que incluir un elevado número
de civiles no combatientes muertos como consecuencia directa de ella. La dificultad para dar cifras
definitivas nace de la mortalidad, como consecuencia de los sufrimientos, el hambre y las
enfermedades padecidos en estos años.
Cambios territoriales
Japón perdió sus posesiones en el Pacífico y en China y quedó reducido tan sólo al archipiélago que
lleva su nombre. Además, durante mucho tiempo permaneció ocupado militarmente por los
estadounidenses.
Repercusiones económicas
La situación de Europa era desoladora. Los bombardeos habían destruido ciudades enteras, y la red
de comunicaciones, eje de la economía europea - había desaparecido. En el centro de Europa
escaseaba el petróleo, y la producción industrial había descendido una quinta parte con respecto a la
preguerra. Por otro lado, los campos llenos de minas y bombas resultaban inservibles para la
agricultura. Además, había una gran escasez de alimentos: una comisión de la futura ONU calculó
que unos cien millones de europeos se alimentaban con menos de 1 500 calorías diarias. La
recuperación económica tardaría mucho en llegar, y en la vida de los europeos quedó marcado el
recuerdo del enorme esfuerzo empleado en la reconstrucción.
Consecuencias Políticas
Las estructuras políticas de preguerra habían quedado obsoletas. En el curso de la contienda había
emergido nuevas realidades sociales – sobre todo en los países ocupados como la resistencia.
La organización de la paz
respuesta a todo ello fue el Plan Marshall (1948), un conjunto de grandes créditos abiertos a todos los
Estados europeos para llevar a cabo la recuperación de sus medios productivos e infraestructuras.
La URSS prohibió a los Estados de su órbita participar en el Plan Marshall, creando como
contrapartida, el Consejo de Asistencia Mutua Económica (CAME o COMECON), cuyo fin era la
coordinación económica de todos los países comunistas.
ACTIVIDADES
Por su parte, un sobreviviente japonés escribió acerca del macabro espectáculo: “veía desfilar delante
de mí sombras humanas que parecían una procesión de fantasmas. Algunos expresaban un dolor
indescriptible y avanzaban con los brazos separados del cuerpo y balanceando los antebrazos (...)
Las calles, silenciosas, estaban pobladas sólo de cadáveres. Esta masa inmóvil tenía el aspecto de
haber sido congelada por la muerte en medio de su huida. Otros yacían tendidos en el suelo con los
miembros desmenuzados, como si algún gigante los hubiera precipitado desde lo alto de una
montaña. Hiroshima ya no era una ciudad, sino un desierto de fuego. Hacia levante y hacia poniente
todo había sido devastado.
Investiga
- ¿Cuáles son los objetivos de los movimientos pacifístas? ¿Qué medios utilizaban para lograr
estos objetivos? ¿Estás de acuerdo con estos medios? ¿Por qué?
REPASA LO ESENCIAL
Completa el siguiente mapa conceptual.
detonante de la guerra
causas frentes de batalla
El manifiesto antagonismo entre las potencias occidentales y la URSS, desembocó en una «guerra fría» que
significó el enfrentamiento de los dos bloques, el comunista y el capitalista. Utilizaron para ello a terceros, a fin de
evitar la confrontación directa que, con la posesión de arsenales nucleares, hubiera significado la destrucción a
escala universal. Aunque el escenario europeo fue pródigo en tensiones, en realidad ya había sido repartido en
zonas de influencia en Yalta-Potsdam. Los aspectos cruentos de la guerra fría se desarrollaron en otros
continentes, sobre todo en Asia, que no habían sido objeto de reparto y donde las superpotencias se esforzaban
por mantener gobiernos adictos.
Pero además de los conceptos ideológicos, contaban otras consideraciones más pragmáticas, como asegurar el
dominio en las respectivas zonas de influencia.
La guerra fría alimentó un estado de tensión permanente entre Estados Unidos y la URSS, apoyados
por los aliados de cada una de ambas potencias. Entre ambos bloques se alzó así lo que Churchill denominó en
1946 Iron Courtain, cortina de hierro, concepto traducido al español como telón de acero. Hubo, sin embargo, un
punto a partir del cual se detenía la escalada de tensión: el de una guerra abierta, que todos temían el empleo de
la bomba atómica (de la que dispuso la URSS a partir de 1949). Los conflictos habidos desde 1945 tuvieron,
pues, un alcance limitado y se evitó llegar a situaciones sin posible marcha atrás, como las que condujeron a los
desastres de 1914 y 1939.
La crisis entre los aliados fue anterior a la finalización de la contienda, pues la cordialidad aparente que presidió la
Conferencia de Teherán, en noviembre de 1943, se empezó a disipar durante 1944, a medida que los avances de
los ejércitos demarcaban las futuras zonas de expansión política. El descubrimiento de las fosas de Katyn, en
Polonia, donde fueron encontrados los cuerpos de 10.000 oficiales polacos ejecutados por los comunistas para
partir el espinazo de un futuro ejército de aquel país, aumentó el recelo hacia los soviéticos. La Conferencia de
Yalta, en febrero de 1945, sirvió para debatir sobre la guerra en el Pacífico, la cuestión polaca y la ocupación de
Alemania. En el primer punto se llegó fácilmente a un acuerdo, por el que la URSS ocuparía las islas Kuriles. El
tema de Polonia fue más complejo, aunque Roosevelt y Churchill obtuvieron de Stalin garantías sobre unas
futuras elecciones democráticas. Respecto a Alemania y Austria se acordó su partición en cuatro zonas de control
que corresponderían a Estados Unidos, la URSS, Gran Bretaña y Francia. En Yalta triunfó el deseo del presidente
estadounidense de mantener unidas las tres potencias participantes, pero Churchill se dio cuenta de que Stalin
tenía enormes ambiciones respecto a Polonia. La Conferencia de Potsdam, en 1945, pudo ser salvada cediendo
los occidentales en el tema de Polonia.
La fundación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) fue la gran esperanza de la posguerra. Las
potencias aliadas firmaron el documento fundacional en San Francisco el 25 de junio de 1945. Los soviéticos
consiguieron un triunfo diplomático al obtener representaciones propias para Ucrania y Bielorrusia. Las cinco
grandes potencias, Estados Unidos, la URSS, Gran Bretaña, Francia y China, obtuvieron el reconocimiento de su
supremacía al ser designadas miembros permanentes del Consejo de Seguridad con derecho de veto.
Alemania se convirtió en el tema más complejo en las relaciones entre los aliados. Los occidentales querían
establecer un estado de carácter democrático y federal, mientras que los rusos se inclinaban por el
mantenimiento de la división territorial. Los soviéticos empezaron a desmantelar las industrias germanas en su
zona de ocupación, mientras que los estadounidenses se llevaban a su país a los científicos alemanes y se
hacían con sus patentes. Esta especie de reparto aumentó los recelos.
Pero en Europa no sólo estaba planteada la cuestión alemana. La península de Istria y su ca pital, Trieste, eran
reclamadas por Yugoslavia a costa de Italia, y al fin se llegó a un compromiso sobre su internacionalización. En
Grecia, las elecciones de mayo de 1946 dieron el triunfo a los monárquicos, lo que provocó la sublevación del
Frente de Liberación Nacional, dominado por los comunistas. De este modo se encendió una guerra civil. El
nuevo presidente de Estados Unidos, Harry S. Truman (1945-1953), deseaba convertir el Danubio en una vía de
libre circulación, pero la URSS exigía convenios con los países ribereños, mayoritariamente dominados por sus
respectivos partidos comunistas.
También hubo puntos de fricción en Asia a propósito de Irán, China y Japón. Pero el proble ma más destacado fue
la instalación de gobiernos comunistas en los países ocupados por el Ejército rojo, ya que se estaba formando un
bloque de orientación pro-soviética. El 5 de junio de 1947 el secretario de Estado norteamericano, ge neral
George Marshall (1880-1959), anunció en una conferencia celebrada en la Universidad de Harvard que Estados
Unidos desarrollaría un plan de ayuda para la reconstrucción de Europa, al que podrían acogerse todos los
países, con la única condición previa de tener sistemas de gobierno democráticos: era el Plan Marshall. La
respuesta del responsable de los Asuntos exteriores soviéticos, Molótov, fue muy violenta.
Más grave fue la crisis de Berlín. Como los occidentales continuaban actuando independientemente en sus
zonas, los soviéticos respondieron abandonando las sesiones del consejo interaliado que administraba la antigua
capital alemana, dividida ahora en cuatro sectores.
Cuando los aliados occidentales anunciaron que en sus tres zonas se reimplantaría el marco ale mán, respaldado
por un banco central único, el Ejército rojo suspendió las comunicaciones terrestres entre las zonas occidentales
y Berlín, ciudad rodeada completamente por la demarcación soviética. El bloqueo, iniciado el 24 de junio de 1948,
duró más de un año. Estados Unidos organizó un puente aéreo que llevó a la capital alimentos y combustible
para evitar la rendición de los sectores occidentales. Fue una operación humanitaria y política que demostró que
las democracias no estaban dispuestas a claudicar ante las ambiciones soviéticas.
Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia coordinaron sus zonas en Alemania, favoreciendo la celebración en
Bonn de una asamblea de representantes de los parlamentos territoriales. De esta reunión nació, en mayo de
1949, la República federal de Alemania. En agosto se convocaron elecciones generales que dieron el triunfo a los
cristianodemócratas: a la presidencia de la república accedió Theodor Heuss (1888-1963) y a la jefatura del
gobierno (cancillería), Konrad Adenauer (1876-1967). Este último fue el responsable directo de la reconstrucción
de Alemania.
Por su parte, los soviéticos desarrollaron en su sector un proceso semejante, del que nació la República
democrática alemana. La existencia de dos Estados alemanes fue uno de los princi pales símbolos de la guerra
fría.
El temor al expansionismo soviético provocó una serie de alianzas entre los occidentales. En 1948 Gran Bretaña
y Francia consolidaron su amistad mediante el Pacto de Dunkerque. Poco después, estas mismas potencias
llegaron al Pacto de Bruselas, por iniciativa de los socialistas belgas, comprometiéndose en la defensa de los
estados del Benelux (Bélgica, Holanda y Luxemburgo). Además, la reelección de Truman facilitó una mayor
cooperación con los aliados europeos occidentales, plasmada en la constitución, el 4 de abril de 1949, de la
Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN; en sus siglas inglesas, NATO). La respuesta soviética a este
bloque político y militar fue el establecimiento de una serie de acuerdos políticos y militares con sus aliados,
plasmados posteriormente, en 1955, en la formación del Pacto de Varsovia, en el que prevaleció la teoría de la
«soberanía limitada», lo que implicaba un sometimiento de los países miembros a las directrices emanadas des-
de Moscú. Únicamente Yugoslavia, liberada por los guerrilleros comunistas dirigidos por Josip Broz Tito, adoptó
una política I independiente y acabó abandonando el bloque soviético.
LA GUERRA DE COREA
Tras la expulsión de los japoneses de la península de Corea, ésta fue dividida en dos territorios separados por el
paralelo 38. En Corea del Norte se estableció un gobierno comunista, Kim II Sung, p mientras que en Corea
del Sur del Norte, con L el poder quedó en manos de un ejecutivo nacionalista. El 25 de junio de 1950 los
norcoreanos, mandados por el dictador Kim Il Sung, iniciaron la invasión del Sur. El Consejo de Seguridad de la
ONU condenó esta acción y llamó a la intervención internacional contra ella. La URSS no interpuso el veto porque
su delegado estaba ausente como señal de protesta por la presencia del representante de la China nacionalista
(Taiwan), cuando ésta había sido derrotada militarmente por los comunistas (recuérdese que en 1949 se había
creado la República popular china, con el dictador Mao Zedong al frente, en tanto Chiang Kai-shek, apo yado por
los estadounidenses, había establecido un gobierno en la citada isla de Taiwan). Ante la crisis coreana, Truman
movilizó las tropas estadounidenses estacionadas en Japón y a la VII Flota.
El jefe de las fuerzas estadounidenses fue el general MacArthur, que dejó a los norcoreanos ocupar la mayor
parte de Corea del Sur, para sorprenderles mediante un desembarco en la retaguardia. Tras cortar las líneas de
los comunistas, los estadounidenses avanzaron hacia el norte, rebasando el paralelo 38, lo que provocó la
intervención de China.
Los enormes contingentes del ejército chino empujaron hacia el sur a los estadouniden ses. MacArthur solicitó
permiso para utilizar bombas atómicas contra los chinos. Truman no quiso arriesgarse a una nueva guerra
mundial, por lo que destituyó a MacArthur. La guerra continuo, convirtiéndose en uno de los característicos
conflictos lo residente de Colea calizados de la guerra fría. in dirigente chino. nalmente, y debido al equilibrio
de fuerzas, se llegó en 1953 al
armisticio de Panmunjon, que , mantuvo la separación en el paralelo 38.
LA FASE DE ESTABILIZACIÓN
V j El llamado «empate atómico» contribuyó a la solución del conflicto coreano, pues la URSS pudo disponer en
1949 de su primera bomba atómica y de la de hidrógeno en 1953. Había,
pues, un «equilibrio del terror» en el que las dos grandes potencias eran las primeras interesadas en frenar
cualquier conflicto que estallase entre sus respectivos aliados. Los problemas no habían desaparecido, pero
quedaban amortiguados.
Un factor muy importante en estos cambios fue la llegada al poder de nuevos líderes. Stalin murió el 5 de marzo
de 1953, acabando su feroz dictadura cuando, al parecer, se disponía a emprender otra serie de purgas. Durante
unos meses hubo un enfrentamiento entre los principales mandatarios soviéticos, y al cabo triunfó el sector más
moderado, representado por Nikita Jrushchov (1894-1971) como secretario general del PCUS, y Gueorgui
Malénkov (1902-1988) como primer ministro. El todopoderoso jefe de la policía política estaliniana, Lavrenti Beria,
fue ejecutado. En Estados Unidos, en las elecciones de 1952, triunfó el candidato republicano, el ge neral Dwight
Eisenhower (1953-1961), héroe de la Segunda Guerra Mundial, sin experiencia política y alejado del ala derecha
de su propio partido, a pesar de que uno de sus representantes de dicha ala extrema, John Foster Dulles (1888-
1959), obtuvo el cargo de secretario de Estado. Dulles fue el protagonista de la política denominada «del borde
del abismo», consistente en emplear la amenaza nuclear para disuadir a cualquier posible agresor. También
estableció la «teoría del dominó», según la cual si los comunistas tomaban el control de un país era factible que
caye
sen en su órbita los estados vecinos. Esta visión justificaba el apoyo a cualquier gobierno, independientemente de
su respeto a los usos democráticos, con tal de que se opusiera a los comunistas.
El armamento nuclear y la proliferación de misiles portadores de estos ingenios se convirtieron en
un lastre para las economías de las dos grandes potencias, sobre todo para la URSS. En efecto, al dedicar una
parte desproporcionada de su presupuesto a defensa y a aquellos capítulos susceptibles de aplica ción militar, la
calidad de vida de la población se mantuvo muy baja y, a la vez, se impedía el verdadero avance tecnoló gico al
descuidar sectores que si de momento, y directamente, no tenían una vertiente estratégica, a la larga acabaron
por marcar las diferencias entre países avanzados y países con carencias en materia de tecnología propia. La
URSS presentaba un esquema productivo característico de un país poco desarrollado: exportaba materias primas
e importaba productos acabados. Los principales clientes de sus manufacturas eran países atrasados, pero no
podían colocarlas en las naciones avanzadas de Occidente. Mientras los países afroasiáticos pudieron pagar por
sus importaciones, la economía soviética fue próspera. En los años por venir, este esquema se rompería, con las
peores consecuencias para el país y para todo el sistema comunista. Otro factor de desarrollo para la URSS fue
la incorporación a su órbita de países con tradición industrial y tecnológica, como Alemania oriental o
Checoslovaquia.
En diciembre de 1953 Eisenhower propuso que dentro de la ONU se organizase una Agencia internacional de la
Energía atómica, para emplear esta última con fines pacíficos.
En este clima destacó la negociación de un tratado de paz con Austria, que a partir de 1955 se convirtió en un
estado soberano y neutral del que se retiraron las potencias ocupantes. En Europa occidental empezaron a surgir
organismos de cooperación económica y política, como el Consejo de Europa y la Comunidad europea del
Carbón y el Acero, gérmenes del futuro Mercado común. La distensión fue muy clara cuando, tras el bombardeo
por los comunistas chinos
de algunas islas que protegían Taiwan, Eisenhower y su jefe de estado mayor, el general Ridgway, se opusieron a
posibles represalias por temor a una guerra de grandes dimensiones.
Los acontecimientos del canal de Suez fueron paralelos a la crisis de Hungría. Ésta fue la más grave de las
ocurridas en el bloque soviético como consecuencia de la desestalinización. En el XX Congreso del PCUS,
celebrado entre el 14 v el 25 de febrero de 1956, Jrushchov criticó la dictadura de Stalin, condenó el culto de la
personalidad y propuso reformas económicas y una política exterior basada en la coexistencia pacífica.
Inmediatamente, se produjeron cambios en las cúspides de los partidos comunistas de los países del bloque
soviético. Los viejos estalinistas fueron sustituidos por personajes más en consonancia con los nuevos tiempos.
En Polonia estalló una revuelta popular, reprimida por el ejército, pero que permitió el desplazamiento de los
sectores más duros por el moderado Wladislaw Gomulka, que con gran habilidad consiguió de los soviéticos
cierta autonomía. Estos acontecimientos animaron un levantamiento en Budapest, el 23 de octubre. Algunos
comunistas y los opositores al sistema reclamaron el regreso al gobierno de Imre Nagy. Éste se on Gamal Abdel
hizo con el poder, abandonó el a visita realizada Pacto de Varsovia, reclamó la pto. retirada del
Ejército rojo de Hungría y propuso la formación de una partido socialdemócrata. Jrushchov, que era partidario de
una relativa autonomía de los países comunistas respecto a la URSS, temió que la disidencia húngara fuese el
inicio de la desintegración del bloque soviético. El 4 de noviembre los rusos invadieron Hungría, y Nagy fue
detenido y ejecutado. La repercusión de estos sucesos en los partidos comunistas occidentales fue considerable,
y muchos de ellos empezaron a marcar distancias con Moscú, a fin de no comprometer sus resultados electo-
rales, dada la impopularidad de la intervención en Hungría. Jrushchov se vio obligado a dar marcha atrás y a
devolver el poder a los estalinistas húngaros. Aun así, nada volvió a ser igual en Hungría, y bajo la dirección de
Janos Kadar, el país fue flexibilizando sus estructuras políticas y económicas para acabar convirtiéndose, a partir
de los años 60, en el «menos comunista» de los países de la órbita soviética.
La invasión de Hungría provocó un recrudecimiento de la guerra fría. La ONU condenó la intervención soviética.
La respuesta de las dos grandes potencias fue un regreso a la carrera atómica. En 1957, la URSS puso en órbita
el primer satélite artificial, el Spútnik, un gesto propagandístico que hizo creer a muchos en la superioridad
tecnológica de los comunistas y que, en cualquier caso, sirvió de estímulo para que Estados Unidos, en los años
siguientes, se lanzara a una carrera por aventajar a sus adversarios en el terreno espacial y también para
reafirmar su poderío militar.
Las tensiones se agudizaron, pues, como lo demuestran los acontecimientos del Líbano, el mar de China y Berlín.
Así, en julio de 1958 los marines estadounidenses desembarcaron en el Líbano para sostener a un gobierno
aliado frente a una posible revolución de carácter nacionalista. En el Extremo Oriente se produjeron incidentes
entre unidades de la marina de guerra china y de la VII Flota de Estados Unidos en las cerca nías de Taiwan,
considerada por los comunistas como una parte de China. En Berlín planeó la amenaza de un nuevo bloqueo.
La tensión tuvo un giro inesperado por acontecimientos internos de las dos grandes potencias. En la URSS
Jrushchov apartó de sus cargos a Malénkov, Molótov y otros antiguos estalinistas y, en 1958, provocó la dimisión
del primer ministro, Nikolái Bulganin, asumiendo personalmente la dirección del gobierno. Conviene precisar que,
a diferencia de los tiempos de Stalin, estas purgas fueron incruentas, y que en no pocos casos a los afectados
por ellas se les envió a un retiro propio de privilegiados. En Estados Unidos, Foster Dulles falleció en mayo de
1959, dejando a Eisenhower con las manos libres en política exterior. En estas circunstancias se produjo la visita
de Jrushchov a Estados Unidos, en cuyo transcurso se llegó al acuerdo de celebrar en 1960 una cumbre en
París. Poco antes de iniciarse la reunión, fue derribado un avión espía estadounidense sobre territorio soviético,
lo que frustró el espíritu de concordia.
La Administración Kennedy inició su trayectoria cometiendo un grave error en política exterior: el intento de
invasión de Cuba en abril de 1961. Un grupo de exiliados cubanos apoyados por los servicios de inteligencia
estadounidenses, como la CIA, debía desembarcar en bahía Cochinos y derribar el régimen instaurado por Fidel
Castro en 1961, y que había derivado al comunismo y la colaboración con la URSS. a Este fracaso llevó a
Kennedy a acelerar el programa llamado Alianza para el Progreso, que pretendía acabar con la política respecto a
América latina mantenida desde Theodor Roosevelt hasta Foster Dulles, y consistente en el intervencionismo mi-
litar. Con esta nueva política, Estados Unidos apoyaría a los regímenes democráticos, otor garía créditos a largo
plazo, ayuda técnica y programas de John E Kennedy, intercambio y procuraría entre esttabilización de los
precios y la reforma agraria.
Kennedy también tuvo que hacer frente a problemas surgidos en otros con tinentes. En Asia favoreció la
neutralización de Laos y mantuvo cierta distancia respecto al problema de Vietnam, aunque durante su mandato
va aparecieron los primeros técnicos estadounidenses en lo que sería el anuncio de una posterior intervención
masiva. En el caso alemán mezcló la energía con la prudencia, y cuando los soviéticos amenazaron nuevamente
Berlín, acudió a esta ciudad y pronunció un discurso del que se hizo famosa la frase Ich bin ein Berliner, «yo soy
berlinés», pero rechazó las propuestas apocalípticas del alcalde Willy Brandt. Incluso, se reunió en Viena con
Jrushchov, con quien llegó a un acuerdo para favorecer la distensión.
CRONOLOGÍA
1945 Fundación de la ONU.
1946 Juicios de Nuremberg.
1947 Plan Marshall.
1948 Bloqueo de Berlín y puente aéreo. La Yugoslavia de Tito se separa del bloque soviético. 1949 Primera
bomba atómica soviética.
1950-1955 Guerra de Corea.
1952 Revolución egipcia.
1953 Muerte de Stalin.
1955 Creación del Pacto de Varsovia.
1956 Crisis de Suez y de Hungría. XX Congreso del PCUS: desestalinización.
1957 La URSS Lanza el primer satélite artificial.
1960 Comienzo de la presidencia de John F. Kennedy.
1962 Crisis de los misiles cubanos.
1963 Asesinato de Kennedy.