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El

Nido del Águila:


Casi Dos Siglos de Agresión Yankee

J. A. Gómez Giménez

“Agradecemos al Gobierno de Estados Unidos la eficaz cooperación prestada


por sus fuerzas militares para mantener el orden en la ciudad de Panamá
durante los disturbios ocurridos en el presente mes”.

Horacio Alfaro. Secretario de Relaciones Exteriores del Gobierno de


Rodolfo Chiari. (1.925).


El Principio

I
mperialismo estadounidense o Imperialismo Yanqui, término
utilizado para referirse al expansionismo que por cualquier vía ha utilizado el
gobierno en turno estadounidense a lo largo de la historia universal y a la
actual influencia política, cultural y económica de los Estados Unidos de
América a escala mundial.
Dicho expansionismo se ha fundado en doctrinas como la del
Destino Manifiesto, la Doctrina Monroe, el Corolario Roosevelt, el Gran
Garrote, la Doctrina de seguridad nacional, entre otras, y hechos como la
conquista del Oeste, la guerra mexicana, las guerras bananeras, la guerra
Hispano-Cubano-Estadounidense, la guerra de Vietnam, el bloqueo
estadounidense contra Cuba, la guerra de Afganistán, entre otros conflictos
bélicos, que han hecho del imperialismo yanqui un elemento aceptado por la
comunidad internacional.
El término que mejor define la política exterior estadounidense es la
agresión, desde su nacimiento como país soberano en 1.776, y ha demostrado
profunda vocación expansionista, evidenciada en los gobiernos de Thomas
Jefferson, y con mayor definición en la presidencia de James Monroe con su
famosa doctrina América para los Americanos, o más exactamente América
para los estadounidenses.
El Siglo XIX es tiempo de consolidación de la economía
estadounidense y de su política interna con la guerra de secesión entre 1.861 y
1.865, pero esto no los apartó del ideal expansionista, ya manifestado sobre
Luisiana y la Florida, pero que se profundiza con la anexión de los hasta
entonces estados mexicanos de Texas y California, ricos en minerales como el
petróleo.
Fue Simón Bolívar quien con mayor visión se percató de esta
agresiva política exterior estadounidense, puesta de manifiesto en los
preparativos del Congreso de Panamá en 1.826, con su idea de consolidar la
integración de los países recién liberados del dominio español sin involucrar a
los Estados Unidos en dicho Congreso. El boicot estadounidense se hizo
presente en la derrota de ese plan integracionista latinoamericano. Para 1.829
es más clara la percepción de Bolívar sobre el país del norte al decir:
"Los Estados Unidos parecen destinados por la
providencia a plagar a la América de hambre y
miseria en nombre de la libertad".

Precisamente, la mayor desviación de este proyecto fue la


constitución del Panamericanismo en 1.890.
Igualmente expresó José Martí:
“Los Estados Unidos se han palpado los hombros
y se los han hallado ancho. Por violencia
confesada, nada tomarán. Por violencia oculta, a
caso. Por lo menos, se acercarán hacia todo
aquello que desean. Al istmo lo desean. A
México, no lo quieren bien...”.

La era del imperialismo conllevó incorporar a América Latina en la


economía capitalista mundial. Este proceso transformó todo el subcontinente,
debido a que, por un lado, consolidó el perfil agro-minero exportador de su
economía; y por el otro, dicha orientación profundizó las diferencias
regionales en función de las diversas vías nacionales a través de las cuales se
llevó a cabo. En esta era despertaron las expresiones de búsqueda de una
identidad latinoamericana y nacional, recortada frente a los imperialismos que
la amenazaban.
Las apetencias económicas europeas, en el período de crecimiento
económico industrial y de expansión a nuevos territorios, encuentran en
América Latina espacio propicio para obtener materias primas y un mercado
creciente donde colocar productos de elaboración industrial. Frente a este
escenario, las oligarquías locales incrementaron la producción agrícola y
minera para exportar sobre la base de la estructura de los grandes latifundios o
haciendas, de las cuales eran propietarias.

Fue así como consolidaron un modelo de crecimiento económico
basado en la especialización productiva, la explotación extensiva y la
dependencia de los mercados exteriores. Ese contexto propició que las
oligarquías olvidasen las viejas disputas faccionales y coordinasen desde el
Estado las tareas necesarias para definir una economía orientada hacia el
exterior. Esto suponía integrar el territorio nacional y avanzar sobre nuevas
tierras y sumarlas a la producción exportable.
Del mismo modo había que solucionar el problema de la escasez de
mano de obra y la necesidad de contar con capital e infraestructura para
agilizar la producción y comercialización. Las primeras tareas podían ser
encaminadas con la gestión estatal que incluía administrar la violencia por
parte del Estado, necesaria para reducir o incorporar las poblaciones
originarias al área de influencia de la economía europea.
En algunos casos fue importante fomentar la inmigración, porque las
inversiones requeridas para el transporte y la comercialización aseguraron a
las economías imperiales algo más que el papel de compradores. Así, el capital
gringo se posicionó mediante la inversión en ferrocarriles y el control del
sistema financiero, como presencia tutelar del crecimiento de las economías de
los países latinoamericanos y de la orientación de sus élites gobernantes.
La consolidación de una estructura estatal integró el territorio
nacional y definió las bases institucionales para el funcionamiento del modelo
primario exportador. Este proceso tuvo diferentes ritmos y etapas en los
diversos países del continente porque donde la demanda internacional
coincidía con las posibilidades de los suelos, las oligarquías negociaron o
impusieron su predominio sobre otras facciones, y consolidaron el poder del
Estado por alianzas con el capital extranjero, que financió con préstamos
inaugurando una larga historia de endeudamientos.
De acuerdo al tipo de producto primario que la región ofrecía, era
necesario ocupar regiones que habían permanecido al margen incluso en los
siglos de dominación colonial. En el caso de México y Argentina, la
consolidación del poder estatal estuvo ligada al sometimiento de las
poblaciones originarias con campañas militares que exterminaron poblaciones
enteras, como el caso de la Conquista del Desierto, del presidente argentino
Julio A. Roca.
A través de una excursión militar hacia lo que se denominaba
desierto, el Estado incorporó a la economía nacional, orientada a la
exportación de productos demandados por los centros industrializados, como
lana, carne o cereales, miles de kilómetros de la Patagonia. La especialización
productiva que produjo el modelo agro minero exportador hizo que los
sectores encargados del control del Estado fuesen élites provenientes de las
regiones más favorecidas por esa redefinición de la economía.
En Brasil, la demanda de los mercados internacionales reorientó el
predominio de la actividad económica a las regiones del sur, que avanzaban
gracias al café y la ganadería, sobre las tradicionales producciones de azúcar y
algodón. Las oligarquías que comandaron el proceso de consolidación de los
Estados Nacionales, se abrían paso con excursiones hacia territorios fuera del
alcance estatal. Las consignas de orden y progreso o paz y administración son
lemas característicos que sintetizaban la ideología positivista que sustentaba la
acción modernizadora en lo económico, pero conservadora en lo político.
El control del aparato estatal y la exclusión política y social de las
mayorías, consolidaron el orden oligárquico, aún así, no siempre las
oligarquías lograron acuerdos para neutralizar viejas disputas faccionales, ni
en todos los países el Estado consolidó una estructura controladora del
territorio para transformarlo a la nueva orientación de la economía. En algunos
casos, regiones enteras quedaron al margen siendo poco valoradas en términos
económicos, o porque el crecimiento capitalista las desechó.
En otros casos se conformaron economías de enclave donde las
empresas de capitales extranjeros controlaban la producción, comercialización
y abastecimiento de los productos consumidos por los trabajadores, tal caso la
explotación de azúcar en las islas del Caribe, el salitre en el norte de Chile, la
minería boliviana y el azúcar en el norte peruano. Donde el Estado no tenia
presencia, la exploración de nuevos territorios quedó en manos de
emprendedores que construyeron sus propias riquezas.
Pero en los años finales del siglo XIX asoma en el continente la
sombra imperialista.
La presencia de Estados Unidos se hizo más potente a partir de su
protagonismo en disputas por mercados de capital y fuentes de materias
primas. La emergente potencia imperial del norte procuró posicionarse desde
principios del siglo XIX como hermano mayor de sus débiles vecinos, para
resguardarlos de recaer en las garras coloniales. El marco ofrecido por la
Doctrina Monroe invocaba el principio soberano de América para los
americanos, pero establecía la incumbencia estadounidense en el ámbito
continental.
Estados Unidos impulsaba en la era del imperialismo, una traducción
de su liderazgo continental mediante la promoción de Conferencias que
unieran a los Estados Americanos. La primera de esas reuniones, convocada
en Washington, en 1.889, evidenció la intención estadounidense de propiciar
acuerdos comerciales y unificar normas jurídicas para potenciar su entrada
económica en el continente, en el marco de su proyecto panamericano.
Ese promover una organización a escala continental sería reafirmado
con gestiones para dirimir conflictos entre países latinoamericanos y viejas
potencias imperiales europeas, que conservaban su presencia en el continente.
La gestión diplomática en las disputas entre Venezuela y Gran Bretaña por el
límite de Guyana, en 1.897, sería un antecedente para que Estados Unidos
interviniera en el proceso de independencia de dos islas que eran los últimos
bastiones del viejo imperio español.
Cuba, emporio colonial, constituía un espacio estratégico en el área
del Caribe, de singular interés para los estadounidenses. De allí que Estados
Unidos ofreciera, además de la diplomacia, apoyo militar a los ejércitos
rebeldes que luchaban por la independencia. La declaración de guerra a
España, en 1.898, tras el incidente con un barco estadounidense, decidió el
retroceso del colonialismo ibérico, e inauguró la era del imperialismo yanqui
ocupando Cuba y Puerto Rico, botines de la Guerra ganada.
Cuba declaró su independencia formal, pero la enmienda Platt,
incorporada al texto constitucional de la nueva República, cedía a Estados
Unidos parte del territorio y el derecho a la intervención. Las iniciativas
vinculadas al proyecto panamericano no se detuvieron y se organizaron nuevas
reuniones rebautizadas Conferencias Interamericanas, a inicio del siglo XX
acentuando la estrategia estadounidense de intervenir en el continente con
menos diplomacia y más garrote.
Esa impronta de la política exterior era el espíritu del llamado
Corolario Roosevelt de la Doctrina Monroe, a través del cual el presidente
estadounidense Theodore Roosevelt admitía la necesidad de propiciar una
política más agresiva de defensa continental, frente a la debilidad de muchos
gobiernos al enfrentar amenazas de las potencias extracontinentales.
El desorden financiero de los Estados de América Latina,
supuestamente los colocaban en situación de debilidad frente a los acreedores
europeos, lo cual fue considerado motivo de intervención. El hecho es que
detrás de esa política de protección continental había intereses imperialistas
estadounidenses. Esto se pondría de manifiesto en la independencia de
Panamá en 1.903.
Estados Unidos había negociado con Colombia la sesión de una parte
de su territorio, considerado propicio para construir un canal interoceánico. El
fracaso de los intentos diplomáticos hizo que Roosevelt, con apoyo de los
ejércitos independentistas, garantizara la cesión a Estados Unidos del territorio
donde, luego de declarar la independencia, comenzaría a construirse el Canal.
La invocación del Corolario Roosevelt fue pretexto para el
desembarco de marines norteamericanos en Santo Domingo en 1.905, frente a
la amenaza de un levantamiento armado opositor y de una intervención en
Cuba, amparada en la enmienda Platt, en 1.906. Esos hechos desplegados bajo
la política del garrote consolidaron la presencia de Estados Unidos en el
Caribe, acompañando el incremento de inversiones estadounidenses, y la
especialización de las economías caribeñas en la producción de alimentos para
exportar a su protector.
La conexión entre la política exterior y los intereses económicos
estadounidenses se hizo más explícita en el gobierno de William Taft, (1.909-
1.913). Su política exterior hacia América Latina conocida como Diplomacia
del Dólar, se fundaba en la idea que no sólo era una amenaza la presencia de
otras potencias, sino también la influencia de actores económicos ajenos al
continente.
Por eso ordenó intervenciones en Honduras, Haití y Nicaragua, entre
1.909 y 1.912, para asegurar el predominio de las empresas de origen
norteamericano.
Con la llegada al gobierno del primer presidente demócrata en la era
del imperialismo, Thomas Woodrow Wilson, (1.913-1.921), surgen
expectativas en torno a la proclamación del fin de las políticas agresivas hacia
el continente. Las acciones de los marines desmintieron los discursos
democráticos. El primer escenario de una nueva intervención norteamericana
sería el vecino del sur, al que ya le habían arrebatado medio siglo antes una
parte de su territorio: México.
El desembarco en el puerto de Veracruz, en 1.914, justificado por la
detención de tropas norteamericanas en Tampico, produjo una reacción
defensiva por el gobierno de Victoriano Huerta, surgido de la Revolución
iniciada en 1.910. Las tropas estadounidenses permanecieron 6 meses en
Veracruz, pero la respuesta mexicana expresaba un principio de
autodeterminación y rechazo a la intervención de Estados Unidos que se
extendía en buena parte de los países del continente.
Centroamérica fue escenario principal de la influencia imperialista
con un nuevo desembarco de tropas estadounidenses en Haití, en 1.916,
ocupación que duraría 18 años; en República Dominicana, la intervención ese
mismo año controlaría el país durante 8 años. La agresiva política imperialista
en el continente creó una expresión latinoamericanista, que empezaba a estar
más asociada con un contenido antiimperialista.
Desde que Estados Unidos ejerce una propia y autónoma política
exterior, reclama la competencia política exclusiva para el continente
americano, esto es el monopolio transfronterizo en la vigilancia del orden en
las Américas. Tras independizarse de la soberanía británica, Estados Unidos
contribuyó con apoyos interesados a la sustitución de la soberanía colonial
europea, entregando América a los americanos, y definió la región entera
como unidad política por naturaleza que luego tendría que proteger contra
cualquier intromisión desde fuera.
Si hace falta, velan por la unidad política de esta gran región
haciendo uso de la violencia, de modo que, según la perspectiva
estadounidense, la región tiene su centro gravitacional donde residen la mayor
riqueza y la primera fuerza militar. El derecho de los gobiernos
estadounidenses a la representación en materia política de su hemisferio fue
seguido por el acaparamiento económico del resto de las Américas,
protagonizado por los capitalistas de Estados Unidos.
Con sus dólares compraron, compitiendo con los antiguos dueños
coloniales de Europa y recientes actores interesados, materias primas de todo
tipo, minerales y productos agrícolas, convirtieron las tierras en plantaciones y
zonas de minería y sacaron esas mercancías exóticas para ganar mucho dinero,
tanto en su país como en el mundo.
América Latina suministra y quienes consiguen dólares con este
negocio, la clase exclusiva de terratenientes y los políticos corruptos de
siempre que se enriquecen como nunca, sirven como mercado de consumo
para mercancías estadounidenses. El fin del imperio colonial de empresas
como United Fruit y la nacionalización de minas y fuentes de petróleo no
significaron el final de ese circuito económico en el continente.
Si bien hoy las naciones latinoamericanas se presentan, menos como
mini-Estados en el Mar Caribe, como soberanos del mercado mundial con
cálculos y economías autónomas, los productos con los que se quieren unir a
la economía internacional del dólar, siguen siendo en su mayoría recursos
naturales con los que se prestan como proveedores, y los dólares adquiridos a
cambio engrosan las cuentas bancarias de pocos empobreciendo a muchos, a
los de siempre, a los pobres.
El hecho que la gran mayoría de la población nacional quede
excluida de este negocio carece de importancia para sus beneficiarios, hablen
español o inglés. Los políticos de América Latina con simpatías para su
pueblo o con un proyecto nacional de carácter ambicioso nunca se han
conformado con este tipo de economía nacional. Al llegar al poder, intentan
activar el desarrollo nacional y tanto la idea como su planificación la deducen
del modelo de las naciones cuyos comerciantes saben sacar provecho de sus
países.
Se embarcan en una acumulación capitalista a nivel nacional, un
comercio con extensión nacional que funcione por sí solo, condicione al
pueblo y proporcione riqueza y poder al Estado. En la medida que la élite
nacional del dinero deje que desear, fracase en fomentar el capitalismo o se
conforme con menos, toma las cartas en el asunto el poder de Estado con su
mando sobre el comercio y el medio de pago de la nación, haciendo uso del
poder para la creación de dinero-crédito.
Es así como nuestros políticos suelen abrirles la puerta de nuestros
países a nuestros amigos gringos.
En este aspecto, el gran socio norteamericano no tiene objeción
alguna a dichas medidas por cuanto su entorno comercial con la extensa oferta
de mercancías encuentra mayor demanda en nuevas dimensiones. Los
comerciantes ven la oportunidad que aprovechan con mucho gusto, de
participar con sus inversiones en dólares en la acumulación capitalista a nivel
nacional impulsada por el Estado con su fuerza y soberanía monetaria.
No dudan en patrocinar con poderosas ofertas de financiación los
grandes proyectos de ambiciosos políticos desarrollistas. La superintendencia
en Washington no ve nada malo en que ciertas potencias que forman parte de
su hemisferio planifiquen, calculen, realicen negocios y contraigan deudas,
pensando en su propio bien nacional Estados Unidos está interesado en que,
según sus criterios para la economía mundial moderna, también se gane dinero
en América Latina de manera libre, sin obstáculos, con todo y por todos.
Pero también aprueba que los Estados se esfuercen en ese sentido;
que busquen socios comerciales en el resto del mundo y que actores de fuera
inviertan en el negocio latinoamericano. Los responsables en Washington y
sus multinacionales están seguros que superarán a sus competidores en los
mercados latinoamericanos de mercancías, crédito y capital.
Total.
Al final de cada día se calcula y se saldan las cuentas en dólares.
Y se gana también en esa moneda.
Entonces, para la superintendencia del Norte siempre queda algo que
hacer: vigilar, controlar, procurar orden, fomentar la buena conducta o
extorsionarla.

Los Antecedentes

La Doctrina del Guardián



L
a tristemente célebre Doctrina Monroe fue anunciada por el
presidente de los Estados Unidos (1.817 a 1.825) James Monroe, durante su
mensaje al Congreso el 2 de diciembre de 1.823:
"Juzgamos propicia esta ocasión para afirmar,
como un principio que afecta a los derechos e
intereses de los Estados Unidos, que los
continentes americanos, en virtud de la condición
libre e independiente que adquirieron y conservan,
no pueden ser mas considerados, en el futuro,
susceptibles de colonización por ninguna potencia
europea".

La Doctrina Monroe reafirma la postura estadounidense contra el


colonialismo europeo en el continente americano, inspirándose en la política
de aislamiento de George Washington, según la cual: "La Europa tenía un
conjunto de intereses elementales sin relación con nosotros o que nos
concierne muy remotamente y por eso sería imprudente mezclarnos en sus
conflictos". (Discurso de Despedida del presidente Washington el 17 de
septiembre del año 1.796); y desarrolló la idea de Thomas Jefferson, según la
cual: "América tiene un hemisferio para sí misma", lo que era interpretado
como que veían al continente americano como su propia nación.
La Doctrina Monroe, tal como se resume en la frase "América para
los americanos", se considera el embrión del pan-americanismo, que mejora el
aislamiento de los Estados Unidos, favoreciendo el crecimiento de su
hegemonía en América Latina. El pensamiento de la Doctrina Monroe, se
resume en tres puntos:

* No crear nuevas colonias en América, debido a que todos los países


americanos, siendo libres e independientes, no podían sujetarse a la
dominación de potencias europeas.
* No intervenir en los asuntos internos de los países americanos.
* Estados Unidos no intervendría en los conflictos relacionados con
los países europeos, como guerras entre dichos países y sus colonias.

Por esos días, la Doctrina Monroe era una seria advertencia no sólo
para la Santa Alianza, sino también a Gran Bretaña, de la cual se habían
independizado. Su efecto inmediato fue la defensa de los nuevos Estados
americanos a nivel moral, por cuanto los intereses económicos y la capacidad
política y militar de los Estados Unidos no superaban la región Caribeña.
A pesar de esto, dicha doctrina ayudó a impedir los planes de
recolonización europea en América y permitió a los Estados Unidos ampliar
sus fronteras al oeste, diezmando las tribus indígenas que habitaron esa región.
Esta expansión en el continente americano se inspiró en el Destino Manifiesto,
y dio inicio a la política expansionista norteamericana en el continente.
El Destino Manifiesto es el pensamiento que expresa la creencia que
el pueblo Estadounidense fue elegido por Dios para controlar el mundo, por lo
cual el expansionismo norteamericano es el cumplimiento de la voluntad del
creador. En tanto, la Santa Alianza era el tratado personal firmado en
septiembre de 1.815 tres meses después del Congreso de Viena por los
monarcas de Rusia, Austria y Prusia, el Zar Alejandro I, Francisco I y
Federico Guillermo III, respectivamente.
Su naturaleza era netamente política pero sus firmantes se guiaron
por principios de carácter religioso por cuanto profesaban la religión cristiana
y tuvo como objetivo primordial mantener el status quo absolutista en Europa
tras la caída del imperio Napoleónico e impedir el surgimiento y propagación
de movimientos revolucionarios o liberales.
La doctrina Monroe es pieza fundamental de la política exterior
estadounidense en relación a Latinoamérica y la concepción misma de dicha
política exterior de Estados Unidos según la cual cualquier intento de
colonización o intervención de una potencia europea en territorio del
continente americano será respondido por ellos, que no tolerarán ninguna clase
de intromisión en la zona.
De allí la expresión "América para los americanos".
Pero olvidan que AMÉRICANOS somos todos los que habitamos
este hermoso continente.
Esta obra de James Monroe si bien se anunció en 1.823, recibió
oficialmente esta designación tres décadas después. Si bien es una doctrina
Monroniana, sus autores materiales fueron otros, destacando John Quincy
Adams, en ese momento Secretario de Estado de Monroe. Un par de hechos
históricos son la causa inmediata de la proclamación de esta doctrina.
Por un lado, la reciente independencia de las colonias de Portugal y
España en Latinoamérica con excepción de Cuba y Puerto Rico. Estados
Unidos quería evitar que las potencias europeas ocupasen el vacío dejado por
Lisboa y Madrid y que las Américas se convirtieran en campo de batalla de
intereses europeos. Primeramente, la doctrina de América para los americanos
iba dirigida a la Santa Alianza, cuyo principal objetivo era hacer valer los
derechos monárquicos de los borbones españoles en los países que
recientemente habían declarado su independencia de España.
Por otro lado destacaba la declaración de Rusia el 4 de septiembre de
1.821 proclamando su soberanía sobre la América Noroccidental, esto es, la
actual Alaska. Según la proclamación, Rusia prohibía a todos los barcos
navegando bajo pabellón de otra nación que atracasen o se acercaran a las
costas de Alaska, sino que también rechazaba la posibilidad que navegasen a
menos de cien millas de dichas costas.
La doctrina Monroe fue bien recibida en Inglaterra, que en plena
expansión industrial buscaba acceso libre a los mercados de las nuevas
repúblicas latinoamericanas, y también por éstas, que veían en la Declaración
una garantía frente a los europeos expansionistas. Sin embargo, al momento de
su proclamación, la doctrina Monroe era poco más que simples intenciones.
Por esa época Estados Unidos carecía tanto de poder político como
militar para imponerla a la fuerza.
Aunque el fin original de dicha doctrina era evitar la expansión
colonialista europea, en la práctica se convirtió en una herramienta para
justificar la expansión hacia el oeste de Estados Unidos y sus intervenciones
militares, económicas y/o políticas en Latinoamérica. Son ejemplos de la
aplicación de esta doctrina:

1) Expansión a Texas, junto a la doctrina de Destino Manifiesto.


2) Intervención en la guerra de la independencia de Cuba.
3) Expansión a Hawái.
4) Crisis de Venezuela de 1.895 sobre los territorios de la Guayana
disputados con Inglaterra.

Y junto a su complemento, la doctrina conocida como Corolario


Roosevelt, sirvió para justificar intervenciones en Latinoamérica durante los
años de la Guerra Fría.
La Doctrina Monroe no se aplicó en un caso flagrante de
intervención de los poderes europeos en América, hasta 1.862 cuando los
franceses impusieron a Maximiliano en México como emperador. Estados
Unidos estaba en plena Guerra de Secesión y el presidente Abraham Lincoln
tenía otros objetivos prioritarios.
Durante el Congreso de Verona, celebrado en 1.822 y que suele
interpretarse como la última reunión de la Santa Alianza europea, se decidió
ayudar a restablecer el absolutismo en España, facilitando que Fernando VII
recuperase el poder con la ayuda de los Cien mil hijos de San Luis que dieron
fin al trienio liberal, previa una nueva ocupación militar francesa de España
desde abril a octubre de 1.823.
Los Cien mil hijos de San Luis, fueron una fuerza militar que Francia
envió a España para devolverle su trono al rey Fernando VII por cuanto el rey
francés Luis XVIII estaba interesado en dar fin a la etapa liberal de España
que Riego instauró en 1.820. Dijo el monarca francés:
“Cien mil franceses están dispuestos a marchar
invocando el nombre de san Luis para conservar
en el trono de España a un Borbón, para preservar
ese hermoso reino de su ruina y reconciliarlo con
Europa”.

En Gran Bretaña, temiendo una ofensiva absolutista franco-española


en las repúblicas hispanoamericanas que en el trienio liberal español
consolidaron su soberanía, el ministro de exteriores, Jorge Canning, propuso al
embajador norteamericano en Londres, Ricardo Rush, una declaración
conjunta para detener la potencial intervención.
Cuando Monroe estableció la Doctrina que llevaría su nombre, las
repúblicas latinoamericanas recién nacidas, o se encontraban en pleno parto
como Perú y Bolivia, no la vieron como la herramienta de injerencia y
dominación en la que se convertiría a lo largo de los dos siglos siguientes. La
Doctrina Monroe fue interpretada como una declaración de apoyo a las
independencias recién conquistadas por los criollos desde México a la
Argentina, si bien esta ilusión duró pocos años.
El origen de la declaración se encuentra en el temor estadounidense a
una nueva expansión europea en el continente latinoamericano. En 1.823 la
mayor parte de la Latinoamérica colonial se había librado del dominio español
y portugués, viéndose reducido los primeros a sus bastiones en las zonas que
se convertirían en las repúblicas de Perú y Bolívar que luego se llamaría
Bolivia.
La Santa Alianza ese mismo año entró por los Pirineos en la
Península Ibérica para restaurar el absolutismo como sistema de gobierno
español. Para los territorios independizados de América Latina esa
restauración incluía volver al absolutismo en América, cuyos estados eran
débiles política y militarmente. Para Estados Unidos significaba un nuevo
periodo expansionista europeo que haría peligrar su consolidación interna
como Estado, objetivo para el cual se habían dotado de una política exterior
aislacionista con respecto a Europa, a fin de marcar sus propios tiempos en
materia política, así como su objetivo expansionista hacia el occidente, que al
momento de su independencia se encontraba ocupado por indígenas.
Uno de los motivos de la independencia estadounidense fueron los
acuerdos tomados por Gran Bretaña con las tribus del interior, que impedían a
los colonos extenderse hacia esas tierras. Un nuevo periodo expansionista
europeo cortaría esas aspiraciones, porque de acuerdo a la legalidad
internacional de la época los territorios no ocupados o reclamados eran libres
de tomarse por cualquier nación con capacidad para ello y, las comunidades
indígenas no eran consideradas dueñas legítimas del territorio en virtud de su
salvajismo.
Igualmente, la acción de la Santa Alianza, implicaba peligro para los
intereses comerciales ingleses porque a pesar que el gobierno británico no
había reconocido la independencia de las repúblicas latinoamericanas,
mantenía tráfico comercial con ellas, y constituían parte importante de la
provisión de materias primas necesarias para su desarrollo industrial, y servían
como mercado para las manufacturas realizadas en las islas británicas.
Parecía existir una coincidencia de intereses entre Gran Bretaña,
Estados Unidos y las repúblicas latinoamericanas para salvaguardar la
independencia de las últimas. Sin embargo, varios aspectos deben atenderse
antes de llegar a dicha conclusión.
Lo primero era las relaciones de poder mantenidas entre estas tres
naciones. A Gran Bretaña no le interesaba mantener un estado de dominación
completo, es decir, anexionarse territorios independizados como nuevas
colonias aunque eso no significase que no trataría de hacerlo en determinadas
circunstancias, sino una dominación económica que mantuviese la
independencia formal de las repúblicas.
Esto se concretaba en las Declaraciones de amistad y comercio
firmadas como requisito para reconocer el estatus de independencia y que eran
tratados de libre comercio por los cuales se abrían las fronteras
latinoamericanas a productos manufacturados ingleses impidiendo el
desarrollo industrial de las antiguas colonias. La industrialización que Estados
Unidos había alcanzado en el Norte, permitía evitar esa relación vertical con
Gran Bretaña al tiempo que obligaba a la búsqueda constante de fuentes de
materias primas y mercados para sus industrias en plena expansión.
Para Estados Unidos, era necesario expandir más su industria antes
de lanzarse a una política imperialista fuera de Norteamérica. América Latina,
al cumplir su papel de suministradora de materias primas para la metrópoli o
para su socio comercial británico, se encontraba con una debilidad que
estrechaba su margen de acción independiente en la política exterior: su
objetivo casi único en ese momento, era garantizar su independencia formal.
La segunda cuestión era la capacidad real de los implicados por
satisfacer sus pretensiones. Las repúblicas latinoamericanas no contaban con
margen de acción política, diplomática o económica y su fortaleza militar,
remedos de ejércitos regulares, se encontraban en conflicto con la metrópoli o
incubando nuevos conflictos fratricidas.
Estados Unidos no tenía capacidad para hacer efectiva la declaración
América para los americanos en el plano militar, lo cual quedó demostrado
diez años antes con su derrota ante Gran Bretaña por el control de Canadá. Los
diplomáticos colombianos y brasileños que, dos meses después de la
declaración de Monroe, trataron de formalizar una alianza con los
estadounidenses lo comprobarían, al negarse estos a tal acuerdo.
Tan solo Gran Bretaña, controlando efectivamente los mares, era
capaz de impedir una reconquista española de sus antiguos territorios; al
mismo tiempo, en Europa solo Francia, que dirigía las acciones militares de
los Cien Mil Hijos de San Luis para restaurar el absolutismo en España, tenía
capacidad para realizar tal reconquista. Pese a los rumores circulantes en
ambos continentes en ese sentido, Francia no tenía interés en realizar dicha
empresa y exponerse a un conflicto con Gran Bretaña y salvar los dominios
españoles a cambio de Cuba y otra isla cedida por España, que era lo que se
rumoraba.
De ese modo, la Doctrina Monroe difícilmente podía ser algo más
que un farol de la política estadounidense del momento garantizando su propia
consolidación como Estado. La propia doctrina sería convenientemente
olvidada durante las intervenciones británicas en Latinoamérica sucedidas en
las décadas siguientes: la extensión de la Honduras Británica y la ocupación de
las islas Malvinas (1.833), y el establecimiento del protectorado sobre los
indios Misquito en Nicaragua (1.841).
A mitad del siglo XIX, con Estados Unidos en plena capacidad de
expandirse y crear su patio trasero, la Doctrina Monroe fue rescatada y
convenientemente interpretada como herramienta de extensión imperialista de
la nueva potencia regional. La doctrina de Monroe se convierte en ortograma
político estadounidense ante el exterior y fue necesario transformarla y
adaptarla a las nuevas realidades políticas e históricas.
En su mensaje al Congreso en diciembre de 1.904, el presidente
Teodoro Roosevelt proclamó el Corolario Roosevelt, enmienda a la doctrina
de Monroe, determinada por la crisis de pagos de deuda a bancos europeos por
parte de algunas naciones americanas y los intentos de utilizar la fuerza por
parte de potencias europeas para obtener el pago. Según Roosevelt, los
Estados Unidos podían intervenir en las naciones del hemisferio para controlar
ese mal crónico, ejerciendo de policía internacional, la conocida política del
Big Stick.
El gran garrote.

Por no carecer de vaciedad teológica ni ideológica el proyecto


expansionista e imperial estadounidense hacia América y el mundo es la razón
para explicar porqué casi dos décadas del siglo XXI, ese país es la primera y
única potencia del mundo. Desde sus inicios como nación independiente tras
la Revolución Norteamericana del 4 de julio de 1.776, que los liberó del
dominio de Gran Bretaña, comenzaron a desdibujar el lugar de primacía que
ocuparían en el mundo.
La Doctrina Monroe, enunciada inicialmente como respuesta a la
amenaza de la restauración monárquica en Europa y la Santa Alianza, con sus
transformaciones y adaptaciones a lo largo del tiempo, representa la política
exterior norteamericana, desde el aislacionismo del nuevo continente al veto
de las pretensiones de las naciones europeas de intervenir en América. En
virtud de ella los Estados Unidos interpretarían como peligrosa para su paz y
seguridad toda tentativa del Viejo Mundo de recuperar o extender su
influencia sobre el continente americano.
Iniciando el siglo XX Estados Unidos afirmó su destino manifiesto y
el presidente Roosevelt emitió el Corolario de 1.904, afirmando que, si un
país americano situado bajo la influencia de los Estados Unidos amenazaba o
ponía en peligro los derechos o propiedades de ciudadanos o empresas
estadounidenses, el gobierno de Estados Unidos estaba obligado a intervenir
en los asuntos internos del país desquiciado para reordenarlo, restableciendo
los derechos y el patrimonio de su ciudadanía y sus empresas.
Este corolario era una carta blanca para la intervención de Estados
Unidos en América Latina y el Caribe. De la estructuración del mensaje de
Monroe, el cual consta de dos partes, se desprenden los verdaderos objetivos
de la doctrina:
a) Impedir cualquier intento de colonización o
recuperación de ex-colonias. En el mensaje
leemos: “… los continentes americanos, por la
condición libre e independiente que han asumido
y mantienen, no serán considerados en adelante
como sujetos a futura colonización”.
b) Dejar claramente establecida la llamada
“doctrina de las dos esferas” y la advertencia a
Europa que se mantenga dentro de su esfera. En el
mensaje, leemos: “En las guerras que han
sostenido las potencias europeas en asuntos que
sólo a ellas corresponden, nunca hemos
intervenido, ni se compadece con nuestras normas
el obrar de otro modo… No nos hemos
inmiscuido, ni lo haremos, en las colonias o
dependencias que ya poseen algunas naciones
europeas.
Pero tratándose de los gobiernos que han
declarado y mantenido su independencia y la cual
hemos reconocido… no podríamos contemplar la
intervención de ninguna potencia europea que
tendiera a oprimirlos, o a controlar de cualquier
otro modo, sino como demostración de
sentimientos pocos amistosos hacia los Estados
Unidos…
Es imposible que las potencias aliadas extiendan
su sistema político a cualquier parte del continente
americano sin poner en peligro nuestra paz y
felicidad… Por consiguiente no nos es posible
contemplar con indiferencia cualquier forma de
intromisión”.

Esto marcó el nacimiento de una diplomacia usamericana, resultado


de la toma de conciencia posterior a los acontecimientos revolucionarios que
dieron origen al nacimiento de Estados Unidos como nación independiente y
detuvo una doble amenaza: la de los rusos que trataban de extenderse por la
costa del Pacífico y excluir todos los navíos extranjeros al norte del paralelo
51, y la de las potencias de la Santa Alianza, susceptibles de socorrer a España
en sus posesiones americanas.
Fue recibida con entusiasmo en Estados Unidos, pero en Europa pasó
inadvertida o provocó exasperación porque las potencias europeas no tenían
intención de intervenir en la América española. Por lo tanto fue letra muerta
durante 20 años. La doctrina, con relación a Latinoamérica, se tradujo en una
política de no-alianza sistemática, es decir, negativa a intervenir en el
Congreso de Panamá de 1.826.
Las aplicaciones de la doctrina comienzan verdaderamente a fines
del siglo XIX cuando se transformó en ofensiva y sirvió para justificar las
anexiones usamericanas.
Desde la declaración de independencia de los Estados Unidos de
América en 1.776 y el final de la Guerra de Independencia en 1.783, el joven
país asumió su vocación de evolucionar y convertirse en potencia regional. La
Revolución Francesa y las Guerras Napoleónicas permitieron a la nueva
nación americana disponer de un margen de tiempo para organizarse
internamente y plantear su proyección internacional desde una posición más
estable.
En 1.812, aprovechando las circunstancias que mantenían al Reino
Unido ocupado en Europa, Estados Unidos lanzó una ofensiva en los
territorios británicos de Canadá para anexionar esa región limítrofe. La derrota
estadounidense en dicha contienda y los acontecimientos que ocurrirían en
esos momentos en Iberoamérica orientaron la política transfronteriza hacia el
sur.
El Imperio español estaba en decadencia y la hegemonía de otras
potencias europeas, especialmente Gran Bretaña, era palpable. La ocupación
napoleónica del país abrió las puertas del comercio de Hispanoamérica a otras
naciones, favoreciendo al Reino Unido. Ante la presencia británica en las
colonias españolas, Estados Unidos parecía la única potencia capaz de
competir por la hegemonía en la influencia de la zona.
Frente a esta situación y el inicio de las guerras independentistas en
América Latina, se desencadenaría lo planteado en la Doctrina Monroe. En la
Europa que el Liberalismo amenazaba con la primacía del Absolutismo como
sistema político, los monarcas, para evitar el triunfo liberal, forman la Santa
Alianza para intervenir los países donde existiesen focos revolucionarios.
En 1.823, bajo mandato de dicha sociedad, los Cien Mil hijos de San
Luis intervinieron España restaurando el régimen absolutista de Fernando VII.
Ante el rotundo éxito, los países de la Santa Alianza plantean la posibilidad de
enviar una expedición militar para devolver al Imperio español sus colonias en
el continente americano. La posibilidad que las naciones absolutistas
interviniesen en el Nuevo continente alarmó a Estados Unidos, que temían un
escenario regional rodeado de enemigos comerciales e ideológicos y que
podría acabar con territorios del Caribe y Sudamérica en manos de potencias
mucho más fuertes que los decadentes Imperios Ibéricos.
La idea a seguir era muy clara.
Los Estados Unidos se opondrían a la ampliación de la influencia
política y comercial de las naciones Europeas en las colonias Americanas, y
rechazarían el intercambio de territorio entre estados como consecuencia de
asuntos internos entre las casas reales europeas. La intervención de la Santa
Alianza quedó como amenaza por cuanto los Imperios Austriaco y Ruso
carecían de intereses en Iberoamérica, y el resto de naciones del Viejo
Continente ansiaban obtener el derecho de libre comercio con dicha región.
La principal potencia europea, Gran Bretaña, no veía con buenos
ojos promover que otros estados como Francia se establecieran en América. A
pesar de ello, la idea que Latinoamérica fuese cuestión primordial para la
seguridad nacional y el desarrollo de Estados Unidos había calado en el
planteamiento político de la nación. La posición de neutralidad inicialmente
adoptada por el gobierno respecto a la independencia de sus vecinos del sur,
sería progresivamente dejada de lado, a favor de una aptitud favorable al
reconocimiento de las naciones emancipadas del Imperio Español.
Esta línea de actuación tendente a contrarrestar toda influencia
europea en el continente continuaría evolucionando hasta que, en 1.823, en su
discurso ante el Congreso, el presidente Monroe sintetizará en los siguientes
puntos su doctrina:
1º “Los continentes americanos (…) no deben ser
considerados ya como objeto de futuras
colonizaciones por parte de las potencias
europeas.”
2º “El sistema político de las potencias aliadas es
esencialmente distinto (…) del de América (…)
Cualquier tentativa de ellas para extender su
sistema a cualquier porción de nuestro hemisferio
sería considerada por nosotros como peligrosa
para nuestra paz y seguridad.”
3º “No hemos intervenido, ni en adelante
intervendremos en las colonias o independencias
actuales de cualquier potencia europea (…) En las
guerras entre potencias europeas por cuestiones
propias de ellas no hemos tomado nunca parte
alguna, ni interesa a nuestra política que la
tomemos.”

A partir de ese momento, la política exterior estadounidense quedaría


marcada por el conocido lema América para los americanos respecto a la
intervención Europea en el nuevo continente, y por la política de no
intervención en las guerras de las naciones europeas, ejemplarizado en la
resistencia a la entrada en las dos guerras mundiales en el siglo XX.
A lo largo de los siglos XIX y XX, Estados Unidos incrementaría su
papel de potencia en América Latina, manifestándose en su papel en los
conflictos que tuvieron Venezuela o la República Dominicana con países
europeos, en la construcción del Canal de Panamá o la intervención en la
Guerra de Cuba.
Estas intervenciones, con el pretexto de abanderar la emancipación
de los nuevos países, reportó a la administración estadounidense grandes
beneficios y consolidó su presencia en la región. El desarrollo de las
relaciones internacionales de la potencia americana tras la Segunda Guerra
Mundial, cambió el rol de su papel en Iberoamérica, pasando de valedor de la
independencia de las naciones americanas frente a naciones exteriores a
guardián del sistema capitalista frente a la expansión del comunismo a raíz del
éxito de la Revolución Cubana.
La doctrina Monroe resumida en “América para los americanos” es
muy bonita, en el papel. El problema es que en la práctica, Estados Unidos
creen que los únicos americanos son los estadounidenses, de manera tal que
acomodan las fichas del tablero a su conveniencia. La doctrina ha cambiado
un poco su sentido, y la bella frase “América para los americanos” fue
reemplazada por “AMÉRICA PARA LOS ESTADOUNIDENSES”.

América Latina: Desde el siglo XIX, patio trasero del imperialismo


norteamericano

L
a guerra de independencia de los Estados Unidos de América,
culminó a finales del siglo XVIII, y ayudó a cohesionar la nueva clase
burguesa norteamericana, a definir el Estado nación, y acelerar el paso del
desarrollo capitalista. Del mismo modo consolida el modo capitalista de
producción y la necesidad de extensión del mercado, lo cual conlleva que la
burguesía norteamericana perciba como enemigos a vencer, tanto en el terreno
económico, como en el político-militar, a las potencias colonialistas europeas
presentes como fuerzas dominantes, en ese entonces, en el continente
Americano.
En el contexto de la dinámica capitalista que Estados Unidos plantea
con la doctrina Monroe, prepara el argumento diplomático para respaldar los
procesos de independencia de los Estados latinoamericanos, pero en los
hechos, es una amenaza a los viejos colonizadores, en tanto que, con la
declaración: “América para los americanos”, la burguesía norteamericana
define al continente americano como territorio de su dominio, marcando desde
entonces a América Latina como su “patio trasero”.
Se evidencia que el dominio estadounidense en el continente, se debe
a las dificultades económicas presentes en América Latina, que impiden la
dinámica de acumulación que conduce con la misma velocidad y
características presentes en el norte, pero además, ese retraso tiene que ver con
las diversas dificultades políticas, que impiden la cohesión de la burguesía y la
conformación de un proyecto que permita consolidar los Estados-nación
latinoamericanos.
Ante ese grado de dispersión a mediados del siglo XIX, en gran parte
del territorio latinoamericano existían conflictos internos desgarrando el tejido
social e impidiendo que el sistema capitalista avance destruyendo los vestigios
de las formas antiguas de producción. En la comprensión del retraso que
provocan esos conflictos en el desarrollo de la historia, Engels en su texto
“Los Movimientos revolucionarios de 1.847”, escribe:
“Hemos presenciado también, con la debida
satisfacción, la derrota de México por los Estados
Unidos. También esto representa un avance. Pues
cuando un país embrollado hasta allí en sus
propios negocios, perpetuamente desgarrado por
guerras civiles y sin salida alguna para su
desarrollo (...) cuando este país se ve arrastrado
forzosamente al progreso histórico, no tenemos
más remedio que considerarlo como un paso dado
hacia adelante. En interés de su propio desarrollo,
convenía que México cayese bajo la tutela de los
Estados Unidos...”

Entonces, cuando parecía que ya teníamos bastante, surge la Política


del gran garrote como expresión de la decadencia capitalista.
De manera tal que, el desarrollo capitalista estadounidense y el
retraso del resto del continente posibilita que desde la fase expansiva del
capitalismo se afirmen los lazos de dominio del Tío Sam y así, a fines del siglo
XIX, los Estados Unidos amplían su extensión territorial invadiendo
militarmente el territorio mexicano, y afirmado su dominio en Puerto Rico y
Cuba con el tratado de París de 1.898.
Dicha tendencia se refuerza cuando el sistema capitalista entra en
fase de decadencia, la cual se define en las primeras décadas del siglo XX. Esa
tendencia justifica su derecho a invadir los territorios latinoamericanos que
considere están en peligro y por la propiedad de ciudadanos norteamericanos,
aplica el Corolario Roosevelt, exponiendo abiertamente su actitud
amenazadora y belicista, confirmada en la extensión de su dominio económico
y militar, por ejemplo en Panamá y su canal interoceánico.
Estados Unidos quedó fuera de la Primera Guerra Mundial en 1.914,
pero consolidaron su poderío en América. Su participación en la segunda de
estas guerras conlleva el aumento de su poder a escala mundial, fortificando su
dominio en el accionar del bloque occidental expresado en la Guerra Fría.
En esta fase de las pugnas imperialistas concentradas en la lucha de
bloques EUA-URSS, la vigilancia y actitud de agresión hacia sus aliados, los
pequeños imperialistas latinoamericanos, no deja de exponerse que vigila con
especial atención que fuerzas imperialistas del bloque opositor, URSS, no se
entrometan en el continente. En esa vertiente surgen la Organización de los
Estados Americanos OEA, programas como la Alianza para el Progreso, pero
también la estructura de la Escuela para las Américas, fundada en 1.946 en
Panamá para el entrenamiento militar y enseñanza de la tortura a soldados
latinoamericanos, las incursiones militares a Guatemala en 1.954, Dominicana
en 1.965, Granada en 1.983, entre otras, sin olvidar la larga lista de golpes de
Estado comandados por los Estados Unidos en el sur de América durante los
años 70’s.
Si estas acciones eran justificadas por los Estados Unidos aduciendo
el peligro del bloque soviético, cuando éste se desploma, el nuevo orden de
paz augurado no llegó a América Latina ni al resto del mundo por cuanto
cualquier país puede ser atacado en cualquier momento por cualquier
circunstancia sin previo aviso. Del mismo modo existen iniciativas como el
Plan Colombia, por medio del cual el Tío Sam, refrenda su poder en nuestro
lado del continente.
Con la caída del bloque estalinista, a diferencia de lo difundido por la
burguesía, no dejó un reino de paz sino la pérdida de argumentos para
aglutinar a las fuerzas imperialistas en un bloque, lo cual hace prevalecer la
tendencia del enfrentamiento continúo entre todos, sin tener un marco
duradero para la cohesión. En ese nuevo orden el liderazgo de Estados Unidos,
es cuestionado y presionado por diversas fuerzas imperialistas, al grado que
tienen presencia en América Latina, osando violar el patio trasero del Tío
Sam, el nido del águila.
Desde la caída del bloque del Este han proliferado expresiones anti-
EUA dentro de la misma burguesía de Latinoamericana. No sólo ha sido
Fujimori y su apertura al imperialismo japonés, también el EZLN sostenido
por diversas fuerzas imperialistas Europeas, el apuntalamiento del capital
europeo en Cuba, y en los últimos tiempos los gobiernos de corte socialistas
bolivarianistas, se han convertido en un problema para Estados Unidos, no
porque su gobierno afrente las relaciones de producción capitalistas, sino por
convertirse en resistencia a las fuerzas imperialistas que rivalizan con los
Estados Unidos.
Ante la amenaza continua de sus rivales imperialistas, Estados
Unidos pretende recobrar su liderazgo por medio de golpes de mano, como en
Irak, y aunque América Latina no tiene el mismo nivel de conflicto, de
estrategia política, militar o económica como el medio oriente, y no requiere,
por tanto, acciones de la misma magnitud, no deja de ser considerada la
necesidad de reforzar su dominio.
Por eso, con el Plan Colombia Pl-Co, pretende refrendar su dominio
en el conjunto del continente. Inicialmente, en 1.998, fue llamado Plan de
desarrollo del sur de Colombia.
De esta forma, teniendo como pretexto el combate al narcotráfico y
la guerrilla colombiana, que salían de su control y abriendo pautas para el
apoyo o intervención del capital europeo, el gobierno gringo implementó un
proceso de militarización para recordar a la burguesía de la región cuál es la
alineación política que debe seguir, porque esta presencia militar es una
amenaza viva para las expresiones anti-EUA.
No es posible llevar a una acción con gran cantidad de efectivos
militares, sólo hay destacados oficialmente 500 soldados gringos en Colombia.
En tanto tiene centrada su atención y el uso del mayor número de sus fuerzas
militares en el medio oriente, Estados Unidos utiliza a militares de Colombia,
Ecuador, Perú y Panamá, en una unidad militar que busca mantener bajo
control el cono sur, abriendo el cerco a partir de Colombia.
U.S.A te USA, solían decir Pablo Dagnino y su amigos.
Este proyecto militar expresa la desesperación del capital
norteamericano por recuperar el terreno perdido o en peligro de perderlo, y
expone la barbarie alcanzada por el capitalismo que no sólo activa
bombardeos a poblaciones civiles en niveles mayores a los realizados en El
Salvador durante su enfrentamiento con la guerrilla en los 80’s, sino que
fumiga para eliminar cultivos de coca y amapola con productos químicos de
alta nocividad, lo cual ha llevado al desplazamiento de una numerosa masa de
población, agudizando su proceso de pauperización.
Algunos articulistas han señalado que se arroja de forma
indiscriminada Fusarim Oxysporum, el cual, dicen, provocó el Ébola en
África.
La aplicación del Pl-Co, lleva una dinámica relativamente lenta pero
continua, que no se ha detenido a las impugnaciones que fuerzas imperialistas
europeas han hecho de éste. En octubre del 2.000, el vocero de la Unión
Europea UE, Renaud Vignal, en abierta crítica al proyecto norteamericano
decía:
“El plan Colombia no es mi plan... La expresión
del gobierno francés y de la UE sobre el plan
Colombia, es que no es nuestro asunto”.

En la II Cumbre América Latina, el Caribe y la Unión Europea


ALCUE, 2.002, de forma sutil, las fuerzas imperialistas europeas externaban
su crítica al Pl-Co, llamando a una Solución Negociada. Ante esto, Estados
Unidos está alerta, por lo cual se adelanta a cubrir los flancos que pueden ser
motivo de duda a su proyecto o de descontento en las filas de la burguesía
latinoamericana.

En la misma III ALCUE, el ausente gobierno estadounidense hace


notar su presencia por el anuncio que el gobierno mexicano, tradicionalmente
cumplidor del papel de su hombre de confianza en América Latina, establece
un acercamiento con sectores de la guerrilla colombiana, principalmente con
el ELN para negociar el desarme y no con las FARC, que han tenido mayor
cercanía con la UE, al grado que cuando se llevan la mesa de diálogo, en el
2.000, la UE está de acuerdo en discutir con la guerrilla el uso de su apoyo
financiero, lo cual anula fuerzas dispersas a su control, pero al mismo tiempo
prepara el terreno para un mejor desarrollo de su aventura militar.
Siendo Latinoamérica territorio tradicionalmente controlado
políticamente por Estados Unidos, requiere, para que así continúe, reforzar las
medidas militares que detengan las posiciones radicales que alimentan
sentimientos antiestadounidenses, como señala el informe de marzo 2.004 del
militar J. Hill, jefe del Comando Sur.
Frente a esto, el proletariado no puede tomar partido por alguna de
las fuerzas imperialistas en disputa ni involucrarse en la defensa de la nación.
La única alternativa de los trabajadores ante la acelerada barbarie guerrera en
Latinoamérica y el mundo, es combatir al verdadero causante de los males de
la humanidad: el capitalismo.
Pero hay que ver cómo y cuánto amamos el capitalismo.
Este proceso de dominio es producto de la naturaleza depredadora
del capitalismo y carece de solución dentro de éste, por eso son falsas las ideas
nacionalistas y dependentistas que postuló la escuela económica
latinoamericana impulsada por la ONU a través de la CEPAL, en las décadas
de los 60’s 70’s y que aún hoy es utilizada por el aparato izquierdista del
capital.
Aún en la preparación de la Segunda Guerra Mundial, Estados
Unidos conduce o permite de forma complaciente, usando el término con el
que reclama el gobierno británico, la expropiación petrolera en México que
afectó a empresas gringas, principalmente al Grupo Sinclair Pierce,
despojando también a empresas de origen británico, y por medio de la política
del buen vecino se conecta la producción petrolera de México en la economía
de guerra de Estados Unidos.
Para intervenir en América Latina, el Caribe y cualquier parte del
mundo, los Estados Unidos utilizan pretextos para encantar a la opinión
pública internacional y local, y se complementan con obedientes lacayos
criollos para llevar a cabos sus propósitos. La excusa en el siglo XIX fue el
colonialismo inglés, francés y español. Debían estar lo más lejos posible de
sus joyas en América Latina.
A mediados del siglo XX la excusa sería la amenaza comunista, de
manera tal que, quienes osaran ser parte de la órbita soviética serían tratados
como manzana podrida a la que debían por todos los medios frenar su
putrefacción para no contaminar a otros. Al caer la Unión Soviética, actual
Rusia, en 1.991 o como lo denominan los ideólogos capitalistas: la caída del
Muro en 1.989, se iniciaría la búsqueda de nuevas excusas para poder
intervenir donde había que hacerlo y proseguir sus planes de dominación,
ahora desembarazados de la amenaza soviética, obstáculo principal a sus
propósitos dentro del siglo XX.
A partir del 2.001, tras el incidente de las Torres Gemelas, se
comenzó a utilizar y manipular el concepto del Terrorismo. A partir de esa
fecha todo lo que fuese en contra de los intereses del imperialismo
norteamericano, sería catalogado de terrorista. Es así como hoy los grupos
revolucionarios de resistencia, como las FARC-EP, entrarían al saco de los
terroristas y los países que se abstuvieran de obedecer sus políticas, o de no
cooperar, serían acusados de tener vínculos con el terrorismo.
Pero como en América Latina no explotaban bombas cada mes ni
existían las bombas humanas, ni había presencia del islamismo radical, era
necesario encontrar una excusa más local y así buscarle pareja al Terrorismo, y
no era desconocida porque estaba siendo antes utilizada: el “Narcotráfico”.
Hoy en día ambos fenómenos están casados en América Latina y el Caribe.
Si el objetivo imperialista no encuentra Terrorismo sobre el cual
actuar, encontrará Narcotráfico, y si no encuentra Narcotráfico encontrará
Terrorismo, o ambas cosas a la vez. Son las formas que tiene Estados Unidos
para intervenir dentro del continente latinoamericano e implantar sus políticas
imperiales. Donde haya amenaza a sus intereses ellos estarán implícita o
explícitamente.
¿En qué lugar de Latinoamérica no han estado?...
¿En qué lugar de Latinoamérica no han dejado sus características
huellas?...
¿Dónde ha dejado de anidar el águila?...

Los Hechos

L
a siguiente es una cronología de las intervenciones y creación de
bases militares que Estados Unidos ha sembrado en América Latina.
Presentados así, año por año, otorga una idea más concreta y real acerca de la
magnitud de la política imperialista a través de la utilización de la fuerza
militar, no solo en la anexión territorial sino también de sus socios, a veces
cómplices y otras títeres de sus planes de dominación.

1) 1.801 a 1.805. Guerra Estados Unidos-Trípoli, conocida como Guerra


Berébere. El Rey de Trípoli y sus aliados de Túnez y Argel declaran la guerra
a Estados Unidos, que no quería seguir pagando el tributo por el paso de sus
embarcaciones.
2) 1.815. Expedición naval contra la regencia de Argel, dirigida por el
Comodoro Stephen Decatur, quien obliga al Rey Omar a firmar un tratado que
finaliza los ataques de embarcaciones estadounidenses por los corsarios
beréberes.
3) 1.817. El presidente estadounidense James Madison ratifica el Acta de
Neutralidad que prohibía la provisión de armamentos y la preparación de
expediciones en apoyo a las fuerzas latinoamericanas. En contraste, mantuvo
abierto sus puertos y territorios al comercio con la Monarquía española.
4) 1.818. Dos barcos estadounidenses: el Tiger y el Liberty, violan el bloqueo
establecido en el Río Orinoco por las fuerzas de Simón Bolívar. Trataban de
entregar un cargamento de armas a las fuerzas realistas españolas. Fueron
capturados y hundidos. En respuesta, el gobierno estadounidense envió al
político Baptis Irvin; quien inició un ácido y ofensivo intercambio de cartas
con Bolívar reclamándole una indemnización por la destrucción de ambos
barcos.
5) 1.846-1.848. Invasión Estadounidense a México. Estados Unidos de
América declaró la guerra a México el 13 de mayo de 1.846. Ese año el
ejército de Estados Unidos ocupó las provincias mexicanas de Alta California
y Nuevo México. Al año siguiente el General Winfield Scott ocupa la capital
de México. El Tratado de Guadalupe Hidalgo, firmado el 2 de febrero de
1.848 por el diplomático estadounidense Nicholas Trist, finaliza la guerra y da
a su país control indiscutible sobre Texas, estableció la frontera entre Estados
Unidos y México en el Río Grande o Bravo, y cedió a los yankees los actuales
estados de California, Nevada y Utah, y partes de los actuales Colorado,
Arizona, Nuevo México y Wyoming.
Apenas sería la primera intervención estadounidense en México.

Todo comenzó por un problema de fronteras, como suele pasar. El


territorio conocido como la República de Texas era un estado independiente,
un tercer país entre Estados Unidos y México que no reconocía como
independiente este territorio, y Estados Unidos aceptó adhesionar la República
de Texas a su territorio nacional. El presidente estadounidense James Knox
Polk envió al ejército a vigilar la frontera entre Texas y México, que estaba en
el Río Nueces, pero realmente las órdenes eran traspasar ese río y llegar al Río
Bravo, que ya no era territorio de la República de Texas, sino de México.
Al internarse las tropas estadounidenses en territorio mexicano,
fueron atacados, y se inició la guerra. Ante el ataque de defensa del ejército
Mexicano, Estados Unidos decide magnificar el conflicto y ataca varios
frentes: desde el Oeste, por el territorio de la Alta California y el Océano
Pacífico, y por Nuevo México, estado mexicano en aquel momento.
Los territorios de Nuevo México, Alta California, Baja California y
los estados de Coahuila, Veracruz, Puebla y el Estado de México fueron
ocupados por el ejército de Estados Unidos. A los puertos marítimos de otros
estados se les aplicó un bloqueo naval. En 1.847 el General Winfield Scott
entró desde el puerto de Veracruz en el corazón de México y ocupó la capital,
Ciudad de México.
En febrero de 1.848 se firmó el Tratado de Guadalupe Hidalgo,
dando fin a la guerra e intentó contentar a ambas partes con las nuevas
fronteras. El gobierno de México redujo su frontera considerablemente. Pero
las ansias imperialistas y expansionistas de Estados Unidos eran tales que, en
proposición vergonzosa e irrespetuosa ante México, el estadista Samuel
Houston propuso que la nueva frontera estuviera en San Luis Potosí, lo que
hizo que México perdiera más del 70 % de su territorio.
Finalmente no se realizó esa división y la frontera quedó establecida
tal y como sigue hoy en día: a la altura de la ciudad de El Paso. El Tratado de
Guadalupe Hidalgo dio a los Estados Unidos el control indiscutible sobre
Texas, estableció el Río Bravo del Norte o Río Grande como línea divisoria
entre Texas y México, y estipuló la protección de los derechos civiles y de
propiedad de los mexicanos que permanecieron en el nuevo territorio
estadounidense.
Estados Unidos aceptó patrullar su lado de la frontera y los dos
países acordaron dirimir futuras disputas bajo arbitraje obligatorio. La
conocida Censión mexicana significó para México perder más de 2.100.000
km² de tierra, es decir, el 55 % de su territorio de entonces. El fin de la guerra
pareció contentar a ambos países, pero cuando el Senado estadounidense
ratificó el Tratado, eliminó el Artículo # 10, que garantizaba la protección de
las concesiones de tierras dadas a los mexicanos por los gobiernos de España y
México.
También debilitó el Artículo # 9, que garantizaba los derechos de
ciudadanía de los mismos.
Surge entonces la segunda intervención en México en 1.914.
No contentos con el saqueo territorial de la Intervención en 1.846,
Estados Unidos desembarcó en el puerto de Veracruz sin declaración de guerra
contra México. La excusa fue el irrelevante Incidente de Tampico. Rotas las
relaciones entre ambos países, España se hace cargo de los intereses
mexicanos en Washington y las repúblicas de Argentina, Brasil y Chile
ofrecieron mediar en el conflicto, siendo aceptados por los Estados Unidos y
México.
Las Conferencias de Niágara Falls dirimieron el conflicto y
finalmente la diplomacia evita las armas y apacigua las ansias estadounidenses
por invadir otros países.
Pero aún faltaba la tercera intervención en México en 1.917.
Tres años después Estados Unidos vuelve a adentrarse en territorio
mexicano. El presidente estadounidense Woodrow Wilson envió tropas
encabezadas por el General John “Black Jack” Pershing para capturar al líder
revolucionario Pancho Villa. Durante 11 meses, los 10 mil soldados de la
expedición de Pershing recorrieron los desiertos del inmenso estado de
Chihuahua.
Pershing fracasó en su misión y quiso atacar al ejército mexicano.
Pancho Villa desapareció en el extenso territorio mexicano y nunca fue
capturado. Las tropas norteamericanas, derrotadas, regresaron a Estados
Unidos.
6) 1.853 y 1.854. Japón. El comodoro Matthew Perry obliga a Japón a abrir
sus fronteras al Occidente con el Convenio de Kanagawa en 1.854. El
contralmirante Perry utiliza la fuerza de disuasión de su flota naval hacia las
autoridades de Naha, en la isla de Okinawa, que le concede la gestión de una
concesión minera, las islas de Bonin, y facilidades comerciales.
7) 1.854. La marina yanqui bombardea y destruye el puerto nicaragüense de
San Juan del Norte. El ataque ocurre tras un intento oficial de cobrar
impuestos al yate del millonario estadounidense Cornelius Vanderbilt, quien
había conducido su nave a dicho puerto. El bombardeo facilitó el camino a los
planes de William Walker.
8) 1.855. El aventurero estadounidense William Walker, operando en interés
de los banqueros Morgan y Garrison, invade Nicaragua y se proclama
presidente. Durante sus dos años de gobierno invadiría a los vecinos países El
Salvador y Honduras, proclamándose jefe de Estado en ambas naciones.
Walker restauró la esclavitud en los territorios bajo su ocupación.
9) 1.898. Estados Unidos declara la guerra a España cuando los
independentistas cubanos derrotaron a la fuerza militar colonial. Las tropas
norteamericanas ocupan la Isla de Cuba, desconocen a los patriotas y España
es obligada a ceder a Estados Unidos los territorios de Puerto Rico, Guam,
Filipinas y Hawai.
Filipinas.
La Ocupación estadounidense de Filipinas desde 1.898 hasta 1.946,
comienza tras la adquisición del Archipiélago por parte de los Estados Unidos
que lo compra a España tras el desenlace de la Guerra hispano-estadounidense.
La Guerra filipino-estadounidense concluye con la creación en 1.935 del
Estado Libre Asociado de Filipinas y tras la ocupación japonesa de las
Filipinas durante la Segunda Guerra Mundial, se produce la independencia
Filipina.
10) 1.901. Fuerzas estadounidenses de ocupación hacen incluir en la
Constitución de la nueva República de Cuba la Enmienda Platt, por medio de
la cual Estados Unidos se arrogaba el derecho de intervenir en los asuntos
cubanos al estimarlo conveniente. Cuba fue forzada al arrendamiento perpetuo
de un área del territorio nacional para el uso de la Marina de Guerra
estadounidense: La Base Naval de Guantánamo.
11) 1.903. Estados Unidos estimula la segregación de Panamá, entonces parte
de Colombia, y adquiere derechos sobre el Canal. Años después, el ex
presidente Theodore Roosevelt, diría: "Yo tomé la Zona del Canal mientras el
Congreso debatía.". A Colombia se le pagó la ridícula suma de $ 25 millones
en compensación.
12) 1.904. Se promulga en Panamá la Constitución Nacional. Tiene un
apartado que contempla la intervención militar norteamericana cuando
Washington lo crea necesario. Se inicia la construcción del Canal de Panamá y
más adelante, Estados Unidos llenará la zona de bases militares y en 1.946
fundará la Escuela de las Américas, por cuyas aulas pasarán casi todos los
dictadores de América Latina.
13) 1.904. La infantería de marina estadounidense desembarca en República
Dominicana para sofocar un levantamiento armado opositor. Un año después,
a propósito de la intervención en ese país, el Presidente Theodore Roosevelt
declara que Estados Unidos sería el gendarme del Caribe.
14) 1.906. Las inversiones estadounidenses en Cuba, que en 1.885
representaban 50 millones de pesos cubanos, alcanza la cifra de 200 millones.
En agosto de ese año estalla una insurrección contra el presidente títere
Estrada Palma, quien solicita la intervención militar de Estados Unidos. Los
norteamericanos desembarcan y designan como interventor a William Taft.
15) 1.907. Estados Unidos consigue que el gobierno dominicano le otorgue la
recaudación de los ingresos aduanales, estatus que se mantendría durante 33
años.
16) 1.908. Tropas estadounidenses intervienen Panamá. En la próxima década
lo hará cuatro veces más.
17) 1.910. Los marines yanquis ocupan Nicaragua para sostener el régimen de
Adolfo Díaz.
18) 1.911. Para proteger a ciudadanos estadounidenses, el presidente William
Taft ordena el desplazamiento de 20 mil soldados a la frontera sur y ocho
buques de guerra frente a las costas de California.
19) 1.912. Los marines estadounidenses invaden Nicaragua y comienzan una
ocupación hasta 1.933. Ese mismo año 1.912, el Presidente Taft declara: "No
está distante el día en que tres estrellas y tres franjas en tres puntos
equidistantes delimiten nuestro territorio: una en el Polo Norte, otra en el
Canal de Panamá y la tercera en el Polo Sur. El hemisferio completo de hecho
será nuestro en virtud de nuestra superioridad racial, como es ya nuestro
moralmente".
20) 1.914. La Marina de Estados Unidos bombardea la ciudad portuaria de
Veracruz, por la detención de soldados norteamericanos en Tampico. El
gobierno mexicano se disculpa, pero el presidente Woodrow Wilson ordena a
la armada atacar Veracruz. Cien soldados mexicanos, varios cadetes de la
Escuela Naval y grupos civiles resisten con heroísmo. Hay 300 muertos. Los
ocupantes permanecen durante varios meses.
21) 1.915. Los marines ocupan Haití para restaurar el orden estableciendo un
protectorado hasta 1.934. El secretario de Estado, William Jennings Bryan, al
informar sobre la situación haitiana comentó: "Imaginen esto: negros hablando
francés".
La ocupación comenzó el 28 de julio, cuando 330 Marines
desembarcaron en Port-au-Prince bajo la autoridad del presidente de Estados
Unidos Woodrow Wilson, para salvaguardar los intereses de corporaciones de
su país. Terminó el 1 de agosto de 1.934, cuando Franklin D. Roosevelt
reafirma el acuerdo de separación de agosto de 1.933.

El último contingente de marines partió el 15 de agosto de 1.934,


luego de una transferencia formal de autoridad a la Garde. Entre 1.911 y
1.915, una serie de asesinatos políticos y exilios forzados vio la presidencia de
Haití cambiar seis veces. Varios ejércitos revolucionarios llevaron a cabo esta
serie de golpes de Estado. Cada uno estaba formado por cacos, bandidos o
campesinos de las montañas del norte, a lo largo de la porosa frontera
dominicana, que fueron reclutados por las facciones rivales políticos bajo las
promesas de dinero, que sería pagado luego de una revolución triunfante, más
la oportunidad de saquear.
Estados Unidos estaba inquieto por el papel de la pequeña
comunidad alemana en Haití, que ascendían a 200 habitantes en 1.910 y
ejerció desproporcionadamente el poder económico. Nacionales alemanes
controlaban el 80 % del comercio internacional del país, se apropiaron y
operaban los servicios públicos en Cap Haitien y Port-au-Prince, el muelle
principal y un tranvía en la capital, además de construir el ferrocarril que
servía en la Plaine de Cul-du-Sac.
La comunidad alemana estaba más dispuesta a integrarse en la
sociedad haitiana que cualquier otro grupo de extranjeros blancos, entre ellos
los franceses que eran más numerosos. Algunos alemanes se casaron con las
familias mulatas más destacadas de la nación, evitando así la prohibición
constitucional sobre la propiedad de tierras por parte de extranjeros. También
sirvieron como principales financiadores de las revoluciones innumerables de
la nación, flotando préstamos a altas tasas de interés a las facciones políticas.
En un esfuerzo por limitar la influencia alemana, en 1.910-1.911 el
Departamento de Estado apoyó un consorcio de inversionistas
estadounidenses, reunidos por el National City Bank of New York, en adquirir
el control de la Banque National d' Haïti, el único banco comercial y de la
tesorería del gobierno en toda la nación. En febrero de 1.915, Jean Vilbrun
Guillaume Sam estableció una dictadura, pero en julio, tras una nueva revuelta
que masacró a 167 presos políticos que provenían de familias de la élite, Sam
fue linchado por una turba, en Port-au-Prince.
Se alega que un levantamiento popular contra Sam amenazaba los
intereses comerciales estadounidenses en el país, tales como la HASCO.
Debido a esos intereses y la posibilidad de la cacos-supported anti-American,
Rosalvo Bobo emerge como presidente, y el gobierno estadounidense decide
actuar para preservar su dominio económico sobre Haití.
La orden específica del Secretario de la Armada al comandante
invasor, Almirante William Bundy Deville, era proteger los intereses
estadounidenses y extranjeros, sin embargo, para evitar la ocupación pública
fue considerada como misión de restablecer la paz y el orden y no tenía que
ver con las negociaciones diplomáticas en el pasado o el futuro. El 17 de
noviembre de 1.915, U. S. marines capturaron Fort Riviere, un bastión de los
rebeldes Cacos.
El gobierno haitiano había recibido grandes préstamos de bancos
americanos y franceses en las últimas décadas y fue creciendo cada vez más
hasta ser incapaz de cumplir su pago de la deuda. Si un gobierno anti-
estadounidense prevalecía bajo el liderazgo de Rosalvo Bobo, no habría pago
de la deuda y se negaría las inversiones norteamericanas.
En mes y medio de ocupación, representantes Estadounidenses
controlaron las aduanas de Haití y las instituciones administrativas como
bancos y el tesoro nacional. A través de la manipulación, el 40 % de la renta
nacional se utiliza para aliviar el pago de la deuda a los bancos americanos y
franceses. A pesar de las grandes sumas de dinero por los bancos en el
extranjero, esta decisión económica ignora los intereses de la mayoría de la
población haitiana y congela el crecimiento económico que el país necesitaba.
El National City Bank aumentó el porcentaje de propiedad sobre el
BNRH hasta 40 %; se vinculó la moneda haitiana, el Gourde, al dólar
estadounidense; y se controló la política de endeudamiento. Los
estadounidenses se hicieron con el control de las aduanas y del ministerio de
finanzas, de forma que cualquier préstamo o pago debía contar con la
aprobación del Departamento de Estado de Estados Unidos. Un préstamo de
40 millones de dólares otorgado desde Estados Unidos en 1.918 acabaría por
certificar la dependencia financiera con éste país.
Los gringos fomentaron una economía de vuelta a las grandes
plantaciones orientadas a la exportación. Impusieron por ley en 1.928, la
posibilidad de expropiar pequeñas propiedades en provecho de los grandes
empresarios norteamericanos, así como la venta de tierras agrícolas del Estado
a compañías yanquees. En ese proceso 14 empresas estadounidenses acumulan
más de 108.640 hectáreas, la quinta parte de las tierras de cultivo del país.
Las plantaciones de bananas, sisal o caña de azúcar, junto al café,
ocupan las tierras que debían asegurar la soberanía alimentaria haitiana, para
reforzar un modelo neo-colonial que sitúa a Haití en el sistema capitalista
mundial como proveedor de materias primas. Los estadounidenses recuperan
también la explotación minera que los colonos españoles abandonaron casi
tres siglos atrás.
Las autoridades estadounidenses impusieron un régimen de opresión
y represión en el país, ejecutando al líder de los Cacos, Charlemagne Péralte.
Miles de campesinos fueron asesinados o desaparecidos bajo la ocupación
norteamericana. Según estimaciones oficiales de Estados Unidos fueron algo
más de 3 mil. Otros cuentan que superaron los 10 mil muertos bajo ocupación
americana.
A raíz de una matanza en 1.929 de diez campesinos Haitianos en Les
Cayes, al sur del país, por parte de los marines, se levantaron voces en Estados
Unidos contra la ocupación en Haití. En 1.930 el opositor a la ocupación
militar estadounidense, Sténio Vincent, fue escogido presidente de Haití por la
Asamblea Nacional, y en agosto de 1.934 Roosevelt ordena el retiro de las
tropas de Haití.
Tras 19 años de ocupación, Estados Unidos asentó su posición como
principal socio económico y comercial del país, que dejó políticamente en
manos de Sténio Vincent. Éste, a pesar de oponerse a la ocupación, mantuvo
buenas relaciones con el gobierno Estadounidense y con el gobierno dictatorial
de Rafael Trujillo en la vecina República Dominicana.

22) 1.916. Marines ocupan República Dominicana y permanecen allí hasta


1.924. Los acontecimientos que darían el impulso final a la intervención
norteamericana fueron:

• El impasse del gobierno de Juan Isidro Jimenes con Estados Unidos, al no


aceptar algunas de las medidas que pretendían hacerle asumir, entre ellas, la
aprobación expresa del contralor norteamericano.
• Levantamiento de generales horacistas en el norte.
• La ocupación militar estadounidense de Haití en 1.915.
• Aumento del poder de Desiderio Arias, quien siendo secretario de Guerra y
Marina se rebeló contra Jimenes en abril de 1.916.

En mayo de 1.916 comienza el desembarco de marinos
estadounidenses. El 16 de mayo tomaron Santo Domingo y a fines de julio los
principales puestos militares del país estaban en sus manos. El 29 de
noviembre el Capitán H. S. Knapp publicó la proclama oficial de la ocupación.
Las medidas del Gobierno militar norteamericano en la República Dominicana
fueron:
A) En cuanto a control militar y policial: Para sustituir a las antiguas fuerzas
armadas agrupadas en la Marina de Guerra y en la Guardia Republicana del
período de Ramón Cáceres, los interventores instauraron en 1.917 la Guardia
Nacional, organismo de represión cuya finalidad era combatir de manera
eficiente cualquier intento de sedición. Los dominicanos que integraron sus
filas eran casi todos de extracción humilde o desempleados, y fueron
entrenados según los reglamentos de la Infantería de Marina de los Estados
Unidos, de la que terminaron convirtiéndose en una prolongación.
Es de este cuerpo del orden, luego nombrado Policía Nacional y
convertido posteriormente en Ejército Nacional, de donde emergería la figura
del dictador Rafael Leonidas Trujillo.
B) En las Rentas Internas, contabilidad y registro de tierras: En 1.918 fue
creada la Dirección General de Rentas Internas, para regular la aplicación y el
cobro de los impuestos a la producción manufacturera nacional. También se
incorporó un moderno sistema de contabilidad pública y otro para el registro
de tierras.
C) En Obras públicas: La necesidad de tener un mayor control militar sobre el
país hizo que las autoridades interventoras desarrollasen un plan de
construcción de carreteras que comunicase las regiones y facilitara la real
unificación política del país. En 1.922 se inauguró la carretera Duarte entre las
ciudades de Santo Domingo y Santiago. La carretera hacia el este llevó desde
Santo Domingo hasta San Pedro de Macorís, mientras que la que va al sur se
prolongó desde la Capital hasta Azua.
Esta red que fue completada poco tiempo después de finalizada la
ocupación, había sido planeada e iniciada en la época de la presidencia de
Ramón Cáceres. Otras obras consistieron en el acondicionamiento de muelles
y edificios de aduanas, el establecimiento de un sistema de
telecomunicaciones y edificaciones educativas y sanitarias.
D) En cuanto a Educación: Se estima que para 1.916 más del 90 % de la
población dominicana era analfabeta. Una de las primeras disposiciones del
gobierno de ocupación fue promulgar una ley estableciendo la obligatoriedad
y gratuidad de la educación primaria para los niños de 7 a 14 años, y la
creación del Consejo Nacional de Educación, encargado de la supervisión
general de instrucción pública.
Se instalaron numerosos planteles escolares primarios en las zonas
rurales pero en contrapartida, se le prestó escasa atención a la educación
secundaria, se cerró la Universidad de Santiago y se dio categoría de instituto
a la Universidad de Santo Domingo.
E) En Salud pública y sanidad:

• Limpieza de las ciudades y pueblos, mercados y mataderos, instalación de


letrinas.
• Creación de la Secretaría de Estado de Sanidad y Beneficencia.
• Creación de un Laboratorio Nacional.
• Regulación de la práctica médica, farmacéutica y oficios afines.
• Ejecución de programas de vacunación.
• Control de la preparación y venta de alimentos.
• Prohibición de la prostitución.
• Llegada de profesionales de la salud de Estados Unidos y Puerto Rico. De
acuerdo a las autoridades de ocupación, en 1.917 apenas ejercían en República
Dominicana 95 doctores y licenciados, muchos de los cuales presentaban muy
mala preparación.
• Construcción de tres hospitales.

Pero también se llevó a cabo la Danza de los Millones.


La Primera Guerra Mundial ocasionó el aumento de la demanda de
azúcar, tabaco, café y cacao dominicanos, elevando su precio en el mercado
internacional. La mayor capacidad de compra de los dominicanos incrementó
la demanda de artículos manufacturados importados e incidió en el proceso de
urbanización y modernización que experimentaron la ciudad de Santo
Domingo y pueblos como Santiago, La Vega, San Pedro de Macorís y Puerto
Plata.
Dicha efervescencia económica vivida especialmente entre 1.918 y
1.921 es conocida como la Danza de los Millones, la cual llegaría a su fin con
la caída estrepitosa de los precios de los productos dominicanos en el mercado
internacional, lo que cual sumió al país en una nueva crisis.
F) Nuevos empréstitos. Las inversiones realizadas por el gobierno de
ocupación se sustentaron, de una parte, en los fondos aduaneros que le
correspondían al Gobierno dominicano y fueron retenidos por las autoridades
estadounidenses como mecanismo de presión desde el impasse con el
presidente Jimenes; y de otra, en nuevos préstamos autorizados por el
Departamento de Estado bajo el escudo de la Convención de 1.907.
En 1.922, la deuda Dominicana ascendía a casi 15 mil millones de
dólares. Los líderes políticos y hombres de negocio dominicanos manifestaron
su desacuerdo, alegando que un gobierno extranjero no tenía derecho a
endeudar al país.
A pesar de la censura y el desarme, hubo rebeldes que se
mantuvieron contra la autoridad extranjera. Los Gavilleros operaban al este
del país y eran, en gran medida, campesinos despojados de sus tierras en el
apogeo de la industria azucarera de capital extranjero, iniciado a fines del siglo
XIX e incentivado en los primeros quince años del siglo XX.
Se escondían en las zonas montañosas y atacaban con el método de
la guerra de guerrilla, contando con la colaboración de la población de la
región e incluso con la de los administradores de los ingenios que, para evitar
la quema o asalto de sus campos, bodegas y bateyes, les suministraban dinero
y comida. Sólo pudieron ser afectados seriamente cuando las operaciones en
su contra contaron con el concurso de los soldados dominicanos de la Guardia
Nacional.
En 1.922 aceptaron una amnistía general ofrecida por el gobierno de
ocupación bajo el entendido que se instauraría el Gobierno Provisional
dominicano acordado en el Plan Hughes-Peynado de ese año. Sus líderes más
importantes fueron Vicente Evangelista, Ramón Natera, Martín Peguero, José
Piña, Luciano Reyes, Pedro Tolete, Marcial Guerrero y Félix Laureano.
Tuvo carácter urbano y se estructuró sobre la base de las distintas
iniciativas de la clase intelectual dominicana que expresaba su preferencia por
un país libre con revoluciones a un país ocupado con una paz impuesta. El ex
presidente de la República Francisco Henríquez y Carvajal viajó por varios
países de América Latina denunciando la ocupación, falta de libertades,
censura, cortes militares de justicia y torturas sufridas por los dominicanos.
En 1.919 fundó una Comisión Nacionalista Dominicana que operaba
en Washington y pretendía que el Departamento de Estado de los Estados
Unidos modificara su política en el país y nombrara un Junta Consultiva que
preparase leyes para asegurar la transición a un nuevo gobierno civil
dominicano. Los líderes obreros dominicanos de la Federación Americana del
Trabajo, exigieron al presidente estadounidense rectificación de su política en
Santo Domingo.
La Unión Nacional Dominicana creada en 1.920, presidida por Don
Emiliano Tejera, exigía la desocupación pura y simple. La integraban Américo
Lugo, Fabio Fiallo, Pelegrín Castillo, Enrique Apolinar Henríquez, Max
Henríquez Ureña, César Tolentino y otros.
La defensa del restablecimiento de la soberanía dominicana se
expresó a través de manifestaciones culturales: discursos, libros, cartas, obras
de teatro, editoriales, entre otras. Hasta los juegos de béisbol celebrados entre
dominicanos y equipos formados por los marines estadounidenses sirvieron
para canalizar el rechazo a la autoridad opresora.
El Plan Hughes-Peynado, de 1.922, surge ante la crisis económica
desencadenada en 1.921, las campañas a escala nacional e internacional en
contra de la intervención y la elección de un nuevo presidente norteamericano
favorable a la salida de las tropas de ocupación, propiciaron la celebración de
dicho acuerdo que sentó las bases para volver a la independencia de República
Dominicana.
Se llamó así por los nombres de los negociadores: Francisco J.
Peynado, por la parte dominicana, y el secretario de Estado Charles Evans
Hughes, por los Estados Unidos. El mismo estipulaba:

• Instalación de un Gobierno Provisional electo por los principales líderes


políticos dominicanos y el Arzobispo de Santo Domingo.
• Preparación y organización de elecciones por parte del mencionado Gobierno
Provisional.
• Reconocimiento de los actos legales del gobierno militar que hubiesen
creado derecho a favor de terceros.
• Reconocimiento de la validez de las emisiones de bonos de los empréstitos
contratados durante los años de ocupación.
• Reconocimiento de las tarifas aduaneras establecidas por el gobierno militar
en 1.919 y que favorecían más de 945 productos estadounidenses.
• Vigencia de la Convención Domínico-Americana de 1.907 hasta que la
República Dominicana pagase su deuda externa, quedando los
norteamericanos en control de las aduanas y con el derecho de autorizar o no
cualquier futuro endeudamiento público del país.

Juan Bautista Vicini Burgos asumió como presidente provisional en


octubre de 1.922, y las elecciones constitucionales se celebraron el 15 de
marzo de 1.924, resultando electo el candidato Horacio Vásquez por el Partido
Nacional. En agosto de ese año concluyó la evacuación del ejército de
ocupación.

23) 1.917. Guantánamo. Al llegar los españoles, esta región era habitada por
aborígenes taínos, caracterizados por ser ceramistas y agricultores, fueron
también uno de los grupos más rebeldes en su rechazo al conquistador
español. Se considera esta región iniciadora de las luchas contra el
colonialismo.
El poblado se fundó en el año 1.796 con el nombre de Santa Catalina
de Guantánamo, en el centro del Valle de Guantánamo, región fértil en la que
se establecieron trapiches e ingenios azucareros, que aprovechaban la
existencia de tres ríos de importancia económica: el Bano, el Jaibo y el Guaso.
Durante la Guerra de los Diez Años las tropas del general Máximo Gómez
trataron infructuosamente de invadir el Valle en dos ocasiones.
El 4 de diciembre de 1.870 alcanza la categoría de villa y comienza
un amplio desarrollo gracias a su posición estratégica con relación al comercio
del café cultivado en las montañas cercanas, el azúcar y otros productos
agrícolas.
El 24 de febrero de 1.895 Guantánamo se incorpora a la guerra de
independencia cuando Pedro Agustín Pérez organiza el alzamiento en la finca
La Confianza en las afueras de la ciudad. Durante la Intervención de Estados
Unidos de 1.898 a 1.902, la bahía cercana a la ciudad llama la atención al
gobierno interventor por sus grandes potencialidades estratégicas para el
control militar del Caribe occidental.
La Enmienda Platt, ley del Congreso estadounidense, impuesta a la
primera Constitución cubana a principios del siglo XX, bajo amenaza que de
no aceptarse, la isla permanecería ocupada militarmente, estableció la
obligación de ceder territorio para instalaciones militares a Estados Unidos y
no tardó en llevarse a la práctica esa exigencia.
En diciembre de 1.903, Estados Unidos toma posesión hasta que lo
necesitasen de la bahía de Guantánamo, por medio de un tratado. Desde
entonces y hasta la Revolución cubana, más de medio siglo después, fue
centro de influencia estadounidense, y estímulo por la presencia de ciudadanos
de ese país. El gobierno cubano considera el enclave ilegal y desde 1.960 se
niega a recibir el simbólico pago anual del arriendo de 5 mil dólares.
Don Pedro Manuel Pérez regaló terrenos para la Iglesia y La Plaza de
Armas que estaban destinados a los ejercicios de las tropas españolas. Eran
pequeños caminos de tierra que conducían a la iglesia; más tarde se
construyeron los paseos de cemento y los jardines en forma rectangular con
pequeños muros de piedra alrededor.
Otro lugar muy importante en la historia de la localidad es el Parque
24 de febrero. Los terrenos donde radica los cedió Don José Rafat en 1.841 y
en ellos se proyectó la Plaza Isabel II, siendo Isabel II reina de España y su
nombre de pila era María Luisa. En el centro del parque se levantó una base en
la que colocaron piezas de moneda y pergaminos con inscripciones y fechas.
Dicha base estaba destinada a recibir la estatua de la Reina que nunca
llegó. Esta plaza también se llamó Plaza de la Constitución. Nunca fue
cementada por los españoles.
24) 1.918. Guerra civil Rusa. La intervención aliada fue una expedición militar
multinacional lanzada en 1.918, al final de la Primera Guerra Mundial.
Temerosos del bolchevismo, catorce países aliados intervinieron en la Guerra
Civil Rusa al lado de las fuerzas del Movimiento Blanco antibolchevique que
antes habían perdido la Revolución de Octubre en 1.917.
Las operaciones cubrieron un enorme territorio y sus objetivos
iniciales eran rescatar a la Legión Checoslovaca, asegurar los suministros y
armamentos en los puertos rusos y restablecer el Frente Oriental contra la
Alemania imperial. A pesar del apoyo aliado, el Ejército Rojo derrotó al
ejército blanco que trataba de volver a imponer la impopular monarquía
absoluta del zarismo con armas extranjeras, por lo que tenía pocos partidarios
rusos.
Pero en 1.920, debido a que la intervención tuvo poco apoyo popular
en los países aliados y en Rusia y no hubo verdadera estrategia político-militar
o debido a la mediocridad militar del Ejército Blanco, los aliados se retiraron
de la Campaña del Norte de Rusia y la Intervención aliada en Siberia. Los
japoneses siguieron ocupando partes de Siberia hasta 1.922.
A los Aliados les preocupaba el hundimiento del frente oriental y de
Rusia, y la situación de las grandes cantidades de suministros en los puertos
rusos, que los Aliados temían podrían ser requisados por los alemanes o caer
en manos de los bolcheviques. También preocupó a los Aliados el desembarco
en abril de 1.918 de una división de tropas alemanas en Finlandia, y se temió
que capturasen el ferrocarril Múrmansk-Petrogrado y los estratégicos puertos
de Múrmansk y Arcángel.
Otros temores Aliados eran que la Legión Checoslovaca fuese
destruida y la amenaza del bolchevismo, cuya naturaleza preocupaba a
muchos Gobiernos Aliados. Ante esta situación los Gobiernos británico y
francés decidieron realizar una intervención militar en Rusia. Tenían tres
objetivos:

a) Evitar la captura por parte de bolcheviques o alemanes de material de


guerra acumulado en Arjángelsk.
b) Iniciar el ataque para rescatar a la Legión Checoslovaca, desperdigada a lo
largo del ferrocarril transiberiano.
c) Resucitar el Frente del Este derrotando al Ejército bolchevique, con ayuda
de la Legión Checoslovaca y una fuerza ampliada antibolchevique rusa y,
acabar con la propagación del comunismo y la causa bolchevique en Rusia.

Con un número de tropas por debajo de las necesarias, británicos y


franceses pidieron al presidente Wilson proporcionar soldados para la
campaña de intervención. En julio de 1.918, en contra del parecer del
Departamento de Guerra de Estados Unidos, Wilson envía 5 mil soldados del
Ejército en la campaña llamada Fuerza Expedicionaria Americana del Norte
de Rusia, también conocida como Expedición Oso Polar, que fueron enviados
a Arjángelsk, mientras 8 mil soldados organizados en la Fuerza Expedicionaria
Estadounidense en Siberia, fueron enviados a Vladivostok desde las Filipinas
y Camp Fremont, en California.
Ese mismo mes, el Gobierno de Canadá acordó con el Gobierno
británico enviar una fuerza combinada del Imperio Británico, que incluía
tropas de Australia y la India colonial. Los japoneses, concentrados en su
frontera norte, enviaron la mayor fuerza militar, 70 mil soldados.
Establecieron un Estado títere en Siberia, y los mandos del Ejército del
Imperio japonés vieron la situación en Rusia como una oportunidad para
finalizar el problema fronterizo del norte de Japón, considerado de seguridad
nacional.
El Gobierno de Japón era intensamente hostil al comunismo.
El Reino de Italia creó el Corpo di Spedizione con tropas alpinas
enviadas desde la península y ex-generales de la Italia irredenta, fuerzas del
antiguo Imperio austrohúngaro reclutadas en la Legione Redenta Italiana.
Instalaron su base en la concesión italiana de Tianjín, con 2.500 soldados.
Rumanía, Grecia, Polonia, China y Serbia enviaron pequeños contingentes de
tropas para participar en la intervención.
Mientras tanto, en Panamá los marines ocupan la provincia de
Chiriquí, para mantener el orden público. El doctor Ciro Luis Urriola es uno
de esos breves y casi desconocidos presidentes que ha tenido la República de
Panamá. Su gobierno sería poco recordado, a no ser porque durante esos
cuatro cortos meses en el poder, el 28 de junio de 1.918, el país fue ocupado
por segunda ocasión en la era republicana por las tropas estadounidenses.
Siendo segundo designado a la Presidencia, actual Vicepresidencia,
accedió a la primera magistratura del país a la muerte, a los 50 años, del
presidente Ramón Maximiliano Valdés, el 3 de junio de 1.918. Como presagio
de los conflictos y problemas que tendría por delante, el periodo de Urriola
empezó entre fuertes rumores que la muerte de Valdés fue un envenenamiento
fraguado por los gringos.
Esto fue desmentido en una nota publicada en La Estrella de Panamá,
en la que los doctores Alfonso Preciado y Augusto S. Boyd, ante el juez
primero del circuito y bajo la gravedad del juramento, aseguraban que Valdés
había muerto de afección cardíaca y no envenenado.
Entre el 7 y 14 de julio se realizan elecciones municipales y
legislativas.
La composición de la Asamblea era vital para los intereses políticos,
en una época en que los diputados elegían al presidente de la República. Uno
de los temas que más dividía a la opinión pública era un proyecto de reformas
constitucionales que reposaba en la Asamblea desde los tiempos de Valdés,
dirigido a cambiar los requisitos para ser considerado candidato.
La reforma permitía a los nacidos en Colombia, que hubiesen
residido en el país tras la separación, podían acceder a ese puesto. Para
muchos, la medida tenía nombre y apellido: Eusebio A. Morales, quien, al
igual que Valdés, era un liberal aferrado a la doctrina y opuesto al estilo
caudillista del ex presidente Belisario Porras.
La situación se volvía tensa a medida que se acercaban las
elecciones. Se hacían amenazas contra la estabilidad del país. La oposición
presionaba y surgían voces que intentaban dar a entender que Panamá no debía
ser libre. Sometido a grandes presiones, Urriola optó por cancelar las
elecciones por medio del Decreto No. 80 del 20 de junio de 1.918.
Furiosos y preocupados, los políticos Pablo Arosemena y Ricardo
Arias enviaron un memorándum al encargado de Negocios de Estados Unidos
en Panamá, William Jenning Price, solicitando que ese país tomase cartas en el
asunto. En el memorándum, Arias y Arosemena sostenían que la medida de
Urriola era inconstitucional y obedecía a sus deseos de perpetuarse en el
poder.
Los firmantes pedían a Estados Unidos restablecer el orden
constitucional previniéndole al Gobierno de Panamá el deber de verificar las
elecciones en las fechas que la ley señala. Arias y Arosemena recordaban que
el Artículo # 136 de la Constitución facultaba al Gobierno estadounidense para
ello. Siguiendo los consejos de sus amigos panameños, el 25 de junio, Price
notificaba a la Cancillería panameña que el discutido decreto no era
constitucional y sería conveniente su derogación.
Pero Urriola no derogó el decreto y el 28 de junio, a las 2:00 p. m.,
soldados del cuerpo de marines estadounidenses, procedentes de un buque
anclado en la costa y de la Zona del Canal, entraron en las ciudades terminales
para garantizar la paz en ambas ciudades. En los días siguientes, las tropas
estadounidenses asumían el mando del país publicando medidas como la
prohibición de la prostitución y el servicio de las cantinas.
Se rumoraba que era un plan de los panameños emborrachar y
contagiar con enfermedades venéreas a los soldados.
El día 2 de julio, Urriola deroga el Decreto No. 80, esperanzado que
con esa medida se retirarían las fuerzas invasoras del territorio nacional. Sin
embargo, la medida no bastó para lograr la retirada. El 4 de julio, el Coronel
W. D. Anderson, del Ejército norteamericano, toma control de las principales
ciudades, anunciando que el gobierno de Estados Unidos supervisará las
elecciones en toda la República, incluyendo las ciudades de Panamá y Colón.
Pero la ciudadanía no estaba contenta.
En muchas partes del país, sobre todo en la capital, se activaban en
horas de la noche las alarmas de incendio, alertando de la inconformidad que
reinaba entre la población. El 7 de julio se efectuaron elecciones para elegir
nuevos diputados. De acuerdo a reportes del Tribunal Electoral, las elecciones
se celebraron en todo el país en medio de escandalosos fraudes.
A muchos electores se les impidió votar y a otros, convenientemente
se les permitió hacerlo en varias mesas de votación. El domingo siguiente, 14
de julio se llevan a cabo elecciones municipales. Esa noche, la muchedumbre,
cantando la Marsellesa, se volcó al Palacio presidencial para manifestarle su
apoyo en momentos de humillación nacional. El 28 de julio, tropas yanquis
ocupan las provincias de Chiriquí y Veraguas, alegando que lo hacían para
garantizar la seguridad de los ciudadanos estadounidenses en el istmo.
Las provincias de Veraguas, Panamá y Colón fueron liberadas de la
presencia de los soldados extranjeros, pero en Chiriquí permanecieron dos
años más con eventos traumáticos. En la capital, días antes de la toma de
posesión de la nueva legislatura, los norteamericanos convocan a los diputados
electos a una reunión para recomendarles la forma en que debían elegir a los
nuevos designados a la Presidencia de la República por el bienio 1.918-1.920.
Una vez instalada la nueva Asamblea, el 13 de septiembre, los
diputados desconocen las recomendaciones estadounidenses y eligen a
Belisario Porras (Primer Designado), Pedro Antonio Díaz (Segundo
Designado) y Ernesto Tisdel Lefevre (Tercer Designado). Durante ese periodo
legislativo, la Asamblea aprobó que las próximas elecciones presidenciales y
de diputados se hiciera por voto directo, el mismo día y por el mismo período
de cuatro años.

25) 1.919. Honduras. El 11 de septiembre los marines estadounidenses


invadieron una vez más Honduras, en un acto de agresión militar. El pretexto
fue enviar una fuerza militar al país a fin de mantener el orden en una zona
neutral ante movimientos políticos contrarios a los intereses norteamericanos.
Se trataba de movimientos políticos de guerras intestinas, la primera
guerra civil de Honduras o la llamada Revolución del 19, conflicto armado
que tuvo lugar en la república ese año. El informe de las fuerzas invasoras no
aclara qué se debía entender por zona neutral en la Honduras invadida. Esa fue
la quinta invasión estadounidense a Honduras desde 1.903.
Solo en el primer cuarto del siglo XX se realizaron siete invasiones
militares: 1.903, 1.907, 1.911, 1.912, 1.919, 1.924 y 1.925, mientras la United
Fruit Company y la Standard Fruit Company dominaban el sector clave de
exportación de bananas y sociedades tenedoras de tierras y vías ferroviarias,
las tropas estadounidenses ocuparon el país cuando les venía en gana so
pretexto de invadir para defender las transnacionales.
En 1.919, el presidente hondureño Francisco Bertrand Barahona,
elegido para gobernar entre 1.916-1.920, era reacio a permitir elecciones libres
para elegir a su sucesor, intentando colocar a su cuñado, el doctor Nazario
Soriano en la presidencia, y su sucesión estaría asegurada. Pero los candidatos
políticos de los otros partidos se aliaron para detener sus pretensiones.
El presidente enfrentó la oposición del gobernador de Tegucigalpa,
general Rafael López Gutiérrez, quien organizó una fuerza y buscó apoyo de
los gobiernos de Nicaragua y Guatemala. Bertrand respondió y buscó apoyo
del gobierno de El Salvador, estallando la primera guerra civil de Honduras.
La pretensión del presidente Bertrand llegó tan lejos que indicó que habían
sido lanzadas acusaciones en contra del empresario estadounidense Samuel
Zemurray de provocar los levantamientos.
Zemurray fue un empresario de la explotación bananera que se
instaló tempranamente en Honduras, e incluso en 1.910 se involucró en la
política interna hondureña para imponer presidentes. Por ejemplo, este
personaje hizo colocar nuevamente al depuesto presidente Manuel Bonilla,
derrocado en 1.907, contratando a los mercenarios estadounidenses Guy
"Machine Gun" Molony y Lee Christmas para formar una tropa dotada de
armas modernas con las cuales Bonilla retomase el gobierno.
Zemurray ayudó a Bonilla a regresar de incógnito a Honduras.
Cumplido el plan de llegada de Bonilla a suelo hondureño a
mediados de 1.910 provocó la deseada revuelta que, un año más tarde, repuso
a Bonilla en el poder. Durante su mandato las transnacionales norteamericanas
obtuvieron generosas concesiones de tierras en la Costa norte. Agradecido a
Zemurray, Bonilla autorizó concesiones de tierras e impuestos bajos, a quien
desde muy joven cargaba el apodo de Sam the Banana Man, y terminará
siendo el más importante hombre de la United Fruit Company.
En la primera mitad del siglo XX la economía de Honduras fue
dominada por empresas estadounidenses como United Fruit Company,
Standard Fruit Company y Cuyamel Fruit Company, que establecieron
enormes plantaciones de banano a lo largo de la costa norte. Estas compañías
hicieron rápidamente del banano, el principal producto de exportación del país
a cambio de grandes concesiones por parte de los gobernantes de la época.
De esa forma, el capital extranjero, la vida en las plantaciones de
banano y los gobernantes conservadores, determinaron la política Hondureña
hasta mediados del siglo XX. Decidido a evitar un levantamiento y proteger
los intereses económicos, incluyendo las explotaciones bananeras por la
Compañía Cuyamel Fruit, Vacarro Brothers and Company, y United Fruit
Company y las concesiones mineras de Rosario Mining Company de Nueva
York, el presidente estadounidense Woodrow Wilson ordenó a un contingente
de marines ocupar tierras hondureñas.
Debido al auge de las empresas transnacionales estadounidenses
operantes en el país desde el siglo XIX, el presidente hondureño debía ser una
figura débil y manejable a sus antojos. Era importante que nada les perjudicase
como la creación de un sindicato de trabajadores de tales empresas o el
decreto de leyes que favorecieran a los empleados o que les incrementasen sus
impuestos operacionales o la prohibición de adquirir los terrenos que
deseasen, entre otras.
Durante la presidencia de Wilson la política del garrote aplicada con
frecuencia y predilección en América Central como hoy en casi todo el
mundo, no necesitaba argumentos ni razones. Así, se marcó a sangre y fuego
la presencia yanqui en esta parte del continente, estableciendo su supremacía
en la región.
26) 1.920. Guatemala. La Semana Trágica de 1.920 fue un movimiento cívico
ocurrido en Guatemala la semana entre el 8 y el 14 de abril de ese año,
encabezado por los jefes del Partido Unionista, líderes estudiantiles y
dirigentes obreros, que combatió al presidente, licenciado Manuel Estrada
Cabrera, que rehusó entregar el poder luego que la Asamblea Nacional
Legislativa lo declarase mentalmente incapaz para gobernar y designara al
ciudadano Carlos Herrera y Luna presidente interino.
Dio lugar al primer Gobierno conservador desde el triunfo de la
Reforma Liberal en 1.871, pero la falta de experiencia política de los
conservadores que se habían aglutinado en el Partido Unionista, la habilidad
de liberales cabreristas, principalmente de Adrián Vidaurre, para mantenerse
en el Gobierno y la presión de la United Fruit Company para que el nuevo
Consejo de Ministros reconociera las concesiones que les había otorgado
Estrada Cabrera, hicieron que el mandato de Herrera terminase en diciembre
de 1.921, con un golpe de Estado dirigido por José María Orellana, ex jefe del
Estado Mayor de Estrada Cabrera, patrocinado por la compañía frutera.
27) 1.921. Costa Rica y Panamá. La Guerra de Coto fue un conflicto bélico
surgido entre Panamá y Costa Rica ocurrido entre el 20 de febrero de 1.921 e
inicios de marzo de ese año; cuando una fuerza expedicionaria dirigida por el
coronel Héctor Zúñiga Mora, ocupó en nombre de Costa Rica la localidad de
Pueblo Nuevo de Coto, un caserío en las márgenes del río del mismo nombre
que pertenecía al distrito de Alanje, en la provincia panameña de Chiriquí; la
invasión se justificó porque no se tenía una frontera definida entre Costa Rica
y Panamá.
Esta ha sido la única guerra que ha tenido Panamá como nación
independiente. La invasión encendió el nacionalismo en ambas naciones. En la
capital San José y el resto de Costa Rica se organizaron voluntarios y fuerzas
regulares para defenderse de los panameños. En Panamá, la provincia de
Chiriquí, se organizó de la misma manera para defender el acto de invasión.
Aunque Panamá ganó la guerra en el aspecto bélico, cedió ese
territorio por presión de Estados Unidos, bajo el Fallo White a pesar que toda
la población de esa área, cerca de mil habitantes, era panameña. El resultado:
armisticio; pérdida de Pueblo Nuevo de Coto y el oeste de la cuenca del
Sixaola por parte de panamá.
La frontera entre Panamá y Costa Rica no estuvo bien delimitada
desde la época colonial. En 1.573, Felipe II de España suscribió un contrato
con el capitán Diego de Artiesa y Chirinos, estableciendo el límite con Costa
Rica y al sur se extendía al ducado de Veraguas, oeste de Panamá, pero los
límites del ducado nunca fueron definidos con claridad y con el paso del
tiempo dicho territorio cambiaba de extensión.
En ocasiones se refería al cabo Gracias a Dios entre Honduras y
Nicaragua como límite entre Norteamérica y Sudamérica; en otras el límite se
ubicaba sobre la actual provincia de Veraguas. En 1.821, Panamá se libera del
yugo español y decide unirse a la Gran Colombia. En 1.836 se produjo la
llamada Usurpación Colombiana, en que este país se adueñó del territorio que
actualmente es la provincia de Bocas del Toro, que pertenecía a Costa Rica y
que no pudo hacer nada al respecto.
En 1.856, 1.865 y 1.873 se realizaron tratados limítrofes, pero no
fueron ratificados por ambos gobiernos. En 1.880, Colombia se apoderó de
Cocales de Burica, por tal motivo, el 25 de diciembre de 1.880, representantes
de Costa Rica y Colombia, someten a arbitraje esta demarcación limítrofe al
Rey Alfonso XII de España, pero el tratado fue desconocido por Colombia.
En 1.896, en Bogotá, se firma una nueva convención arbitrada por el
entonces presidente de Francia, Emile Loubet. El 11 de septiembre de 1.900 se
emite el Fallo Loubet, que no fue aceptado por Costa Rica por perjudicar a ese
país y otorgar a Colombia más territorio disputado, en especial la cuenca del
río Sixaola.
En 1.905, luego de separarse Panamá del territorio colombiano, se
intentó firmar un tratado con el nuevo gobierno panameño, pero no fue
ratificado por éstos. En 1.914 se hicieron nuevas negociaciones, donde el
arbitraje fue realizado por el fiscal general de Estados Unidos. Se conoció
como el Fallo White, dictado el 12 de septiembre de 1.914, donde el gobierno
panameño mostró descontento con la resolución, ya que dicho fallo
beneficiaba a Costa Rica.
El statu quo se mantuvo por muchos años hasta el inicio de la guerra,
la cual se libró en dos lugares. Primero en Pueblo Nuevo de Coto y los
alrededores del río Coto en el sector del Pacífico. En esa área las fuerzas
costarricenses sufrieron la derrota. El segundo escenario fue el Atlántico, al
oeste de la provincia de Bocas del Toro, y sin enfrentamientos, los
costarricenses obtuvieron la victoria.
El 22 de febrero, fuerzas panameñas al mando del capitán Juan B.
Grimaldo, del teniente Francisco Benítez y del subteniente Joaquín Amaya,
con entre 50 y 60 policías provenientes de David, partieron en tren hacia La
Concepción, para continuar a La Pita, Divalá y Progreso, y viajar a pie hacia
Coto. Los chiricanos organizaron en David la Primera Compañía de
Voluntarios de David, que partiría cuando el tren volviera de La Concepción; y
al mando del coronel Laureano Gazca partió de La Concepción un contingente
llamado Los 13 voluntarios de Bugaba.
Dentro del país había problemas con obtener armas para defenderse
por dos razones: la disolución del ejército panameño comandado por el
general Esteban Huertas en 1.904, por temor a un golpe de Estado; y la
exigencia de las autoridades estadounidenses de entregar armas de largo
alcance. Se hizo en 1.915, pero el presidente Belisario Porras conservó
secretamente 50 fusiles en el edificio de la Presidencia con sus respectivas
municiones; con ese arsenal y otras armas, Porras ordenó la movilización
general para la guerra no declarada.
El presidente nombró al general Manuel Quintero Villareal, veterano
de la Guerra de los Mil Días, jefe de las fuerzas policiales que irían a Chiriquí.
La madrugada del 23 de febrero, 53 policías y cuatro oficiales partieron del
Muelle Inglés en la ciudad de Panamá en el vapor Veraguas al mando de
Quintero y en compañía del gobernador de la provincia de Panamá, Rodolfo
Estripeaut.
Tras 44 horas de travesía, el general Quintero y sus tropas llegan a
Rabo de Puerco, hoy Puerto Armuelles. Quintero establece su centro de
operaciones y ordena la partida de los policías en un tren de la Panama Sugar
Company hacia Progreso para proseguir a pie hasta Coto. Dicha tropa estuvo
al mando del subteniente Justiniano Mejías, con orden de tomar Coto por
todos los medios necesarios.
Cada uno de los hombres iba armado con una carabina Springfield
calibre 30 y dos fornituras de 60 tiros cada uno. Luego de atravesar a pie
varios ríos, pantanos y otros obstáculos, los 53 oficiales y voluntarios llegaron
el 26 de febrero en el río Lagarto, con los policías que venían de David y los
13 voluntarios de Bugaba, quienes estaban armados de machetes y dos
escopetas.
Todos quedaron al mando de Mejías.
Todos llegaron a Coto al amanecer del 27 de febrero.

Mientras los panameños se organizaban para cumplir sus órdenes,


dos costarricenses que recorrían el lugar fueron capturados. Para mayor
sorpresa uno de ellos resultó ser el coronel Zúniga Mora, jefe la expedición de
Costa Rica, y el otro era el coronel Daniel González. Ambos aseguraron que
estaban de cacería. Mejías exigió a Zúniga Mora la rendición del
destacamento; los expedicionarios costarricenses no tuvieron más remedio.
Los panameños habían recobrado Coto sin combate, tenían a los ticos
como prisioneros y se reforzaron con más fusiles y municiones. Mejías temía
la llegada de refuerzos costarricenses por el río Coto, por lo que ordenó
explorar el lugar, ubicar a los centinelas y tomar posiciones entre los bosques
y manglares. En la tarde del 27 se acercaba la motonave La Sultana con tropas
costarricenses que arengaban ánimos a su país y a su presidente Julio Acosta,
confiados que el destacamento de Zúñiga Mora los iba a recibir.
Al toque de corneta los panameños abrieron fuego de fusiles y a los
pocos minutos la motonave encalló y sus tripulantes se rindieron resultando
cinco muertos, nueve heridos y 54 prisioneros. Se dispuso que los heridos y
prisioneros fuesen llevados en La Sultana hacia Rabo de Puerco. Un grupo de
chiricanos al mando del coronel Gazca, tuvo la misión de tomar la nave y
partir en la mañana del 28 de febrero para navegar por el Golfo Dulce hasta
llegar al destino.
La mañana del 1 de marzo arribó el navío costarricense La Estrella
ignorando lo ocurrido y tuvo un desenlace similar al de La Sultana. En la
lucha hubo 27 muertos, muchos heridos y gran cantidad de armas cayeron en
manos panameñas, distribuyéndose entre la Primera Compañía de Voluntarios
de David.
Al atardecer de ese día llegaba otro navío, La Esperanza, con 56
soldados y voluntarios, ignoraban que no los esperaban los hombres de Zúñiga
Mora, el desconocimiento fue tal, que cuando llegaron, en la proa del navío se
colocó un fonógrafo tocando las notas del himno nacional de Costa Rica; esto
comenzó un tiroteo matando al que usó el fonógrago.
Daniel Herrera comandaba el navío, creyó que era una equivocación
pero no fue así y siguió el tiroteo dejando como resultado 16 muertos, entre
ellos el propio Herrera, numerosos heridos y 46 prisioneros. El 2 de marzo los
prisioneros costarricenses fueron llevados a Rabo de Puerco, algunos a David
y otros a la isla de Taboga. Muchos más panameños, provenientes de todo el
país, llegaron a Rabo de Puerco para pelear en Coto, pero la contienda había
terminado.
En Bocas del Toro, la situación era completamente diferente.
Con ayuda del ferrocarril de la United Fruit Company, unos mil
soldados costarricenses bien armados y dirigidos por oficiales veteranos
ocuparon sin lucha Guabito, Almirante y Changuinola el 4 de marzo. Los
panameños de esa área se quedaron esperando los refuerzos desde la capital
con sus armas y, superados en número y armamento no tuvieron más opción
que replegarse.
Desde el 4 de marzo la guerra toma un giro inesperado.
En la bahía de Charco Azul, en Chiriquí, apareció el acorazado
Pennsylvania con órdenes de proteger a los ciudadanos e intereses
estadounidenses en la zona. Igualmente apareció el crucero Sacramento en la
costa atlántica el 5 de marzo. Estados Unidos exigió a ambos países el cese de
hostilidades y el retiro de las fuerzas beligerantes. Sin más opciones, los
hombres de ambos mandos abandonaron sus posiciones.
En David los expedicionarios panameños fueron recibidos como
héroes por la población y un homenaje similar recibieron en la capital el
general Quintero y sus hombres del presidente Porras y la ciudadanía. Panamá
fue obligada por Estados Unidos a aceptar el fallo White y ceder la región de
Coto a Costa Rica, los problemas limítrofes entre ambos países fueron
superados definitivamente con la firma del tratado Arias-Calderón Guardia en
1.941.
28) 1.922 a 1.941. China. Las relaciones entre Estados Unidos y China se
refieren a las Relaciones Internacionales entre los Estados Unidos de América
y la República Popular China. La mayoría de los analistas describen esa
relación como compleja y polifacética. Estados Unidos y China, usualmente,
no son ni aliados ni enemigos; el gobierno estadounidense no considera a
China como adversario, sino como competidor en ciertas áreas y socio en
otras.
La Dinastía Qing estableció las primeras relaciones diplomáticas
oficiales modernas a finales del siglo XIX. Después de la Revolución de
Xinhai, la recién formada república de China mantuvo relaciones diplomáticas
con los Estados Unidos. Durante la Segunda Guerra Mundial, China fue uno
de sus aliados cercanos. En la fundación de la República Popular China con su
gobierno de influencia comunista en 1.949, los Estados Unidos no
reconocieron de manera inmediata el gobierno recién establecido.
Hasta enero de 1.979, Estados Unidos reconoció la república de
China en la Isla de Taiwán como el gobierno legítimo chino, pero no mantuvo
relaciones diplomáticas con ella en el continente. A mediados de la Guerra
Fría, la ruptura chino-soviética favoreció a Estados Unidos para establecer
relaciones con China en el continente y usar ésta como contraataque a la
Unión Soviética y su influencia. Después de enero de 1.979 el gobierno
estadounidense cambió el reconocimiento de Taipéi a Pekín, así como sus
relaciones diplomáticas.
Las relaciones entre China y Estados Unidos generalmente se han
mantenido estables con periodos de tensión, sobre todo después de la
Disolución de la Unión Soviética, la cual eliminó a un enemigo común y
marcó el comienzo de un mundo caracterizado por el dominio estadounidense.

29) 1.924. Honduras. La Segunda guerra civil de Honduras o Revolución


Reivindicatoria fue el conflicto armado más cruel e intenso que tuvo lugar en
la república Hondureña. El general Rafael López Gutiérrez, asumió la
presidencia como candidato por el Partido Liberal de Honduras y figura de la
Primera Guerra Civil de Honduras de 1.919; pero pretende entronizarse en el
poder.
Las elecciones generales para presidente se realizarían normalmente.
Los candidatos eran el doctor Juan Ángel Arias Boquín por el
Movimiento Arismo del Partido Liberal de Honduras, el doctor Policarpo
Bonilla ex presidente de la nación y candidato del Partido Liberal
Constitucional y el general Tiburcio Carias Andino, candidato del Partido
Nacional de Honduras.
López Gutiérrez, no conforme con los resultados, ordena que el
Congreso Nacional no resuelva fallando a favor del virtual ganador que sería
Carias Andino al obtener la mayoría de votos y por ser el aspirante del Partido
Nacional. El 30 de enero se da por fracasado el plan de arreglo entre el Partido
Liberal y el Partido Nacional, dichas conversaciones fueron conocidas como
Plan Paz Barahona,
Al no haber convenio se retiran Tiburcio Carías y Juan Ángel Arias y
junto los diputados partidarios de los dos candidatos, 15 cariístas y 18 aristas,
quienes debían elegir en el Congreso Nacional al doctor Miguel Paz Barahona
como Presidente del país. El general Tiburcio Carias Andino abandona
secretamente la ciudad de Tegucigalpa a las 19:00 horas, junto a varios amigos
suyos armados, esto se interpretó como señal de guerra, durante la misma
noche gente sale de la capital para incorporarse en las filas de la recién
conformada Revolución.
El 31 de enero fue el último día de Gobierno Constitucional.
El Congreso nacional celebró una sesión en la tarde, con asistencia
del Cuerpo Diplomático, pero no hay quorum suficiente y a las 17:00 horas se
levanta la sesión; más tarde, se celebra otra para ver si a última hora se puede
elegir Presidente o un Designado presidencial, pero tampoco hay quorum y a
las 21:00 horas se clausura definitivamente el Congreso Nacional, sabiendo de
tales acontecimientos el general y aún presidente Rafael López Gutiérrez se
auto proclamó dictador el 1 de febrero.
Los opositores, tanto del Partido Liberal y Partido Nacional, ven en
López Gutiérrez una amenaza para la democracia Hondureña y a la seguridad
nacional, ya que el General comanda y maneja a su antojo las Fuerzas
Armadas. El 1 de febrero salen hacia El Salvador importantes personalidades
sociales, políticas y ejecutivas de Honduras, entre ellas el empresario Don
Santos Soto y familia, en esa época el hondureño más rico; el Ingeniero Héctor
Medina Planas, el Licenciado José María Matute, el señor Raúl Toledo López
que había renunciado del cargo de Comandante Militar y Gobernador Político
de Tegucigalpa, el señor F. Alfredo Medrano, el Licenciado Guillermo
Moncada R., el general Dionisio Gutiérrez que había renunciado del cargo de
Ministro de Guerra y Marina y otros oficiales como el general Jacobo Galindo,
el general Joaquín Medina Planas, el general Ramón Alvarado Mendieta, el
coronel Ricardo Lardizábal, entre otros muchos, debido a que al lugar de San
Juancito se ha hecho presente un fuerte contingente de tropas revolucionarias
al mando del General J. Inocente Triminio Osorio, que salió de Tegucigalpa en
la noche del 30 y reunió un grupo de trescientos seguidores del Barrio Viera.
En 1.920, el gobierno hondureño se hacía fuerte con el poder armado
aéreo, los cuales tuvieron sus escenarios en la Primera Guerra Mundial, por
eso compró su primer aparato aéreo británico, un Bristol F.2B matriculado H-
9.3 Asimismo se adquirieron más aeronaves entre 1.921-1.923 los cuales
fueron piezas fundamentales en esta nueva guerra civil.
Mientras, López Gutiérrez declara el estado de sitio y moviliza sus
tropas.
La infantería de marina estadounidense invade Honduras para mediar
en un enfrentamiento civil. Un militar hondureño asume el gobierno
provisional. Honduras ocupa el primer lugar mundial en la exportación de
bananas, pero las ganancias son para la United Fruit Company.

30) 1.925. Panamá. Tropas del ejército norteamericano ocupan la ciudad de


Panamá para acabar con una huelga y mantener el orden. El Movimiento
Inquilinario de 1.925 es uno de los sucesos más estudiados de la historia
panameña, del cual se desprenden varios aspectos de interés, pues no solo fue
la primera gran demostración del poder insurreccional de las masas citadinas
sino también, claro ejemplo de cómo la falta de comprensión y mal manejo de
los problemas puede terminar en derramamientos de sangre y avergonzar a las
futuras generaciones.
Cuando las clases populares clamaban por un alto al alza
indiscriminada de los precios de los arrendamientos, las autoridades
desestimaron sus reclamos tachando al movimiento de subversivo. En lugar de
resolver el problema quisieron sofocarlo, ocasionando pérdida de vidas y la
segunda intervención de tropas estadounidenses desde el incidente de la
Tajada de Sandía, en 1.856.
Movimientos inquilinarios similares al de Panamá se dieron en las
primeras décadas del siglo XX en Inglaterra, Estados Unidos, España, México
y Chile. En la mayoría de los casos fueron impulsados por dirigentes
socialistas y anarquistas, en torno a conflictos de clase que surgían en el nuevo
tejido social generado en el crecimiento acelerado de las ciudades.
En este país, la explosión de inquilinos de octubre de 1.925 fue
desencadenada por la Ley # 29 del 11 de febrero de 1.925, destinada a
reformar el Código Fiscal. El gobierno de Rodolfo Chiari, heredó una
situación económica difícil, producto de grandes inversiones realizadas por
Belisario Porras y la inflación posterior a la Primera Guerra Mundial, razón
por la cual se impuso un cambio en el gravamen de la propiedad urbana, que
pasó del 2 % sobre la renta bruta probable anual, a un cinco por mil sobre el
valor catastral de la propiedad.
Era previsible que los propietarios no quedasen satisfechos con este
cambio que gravaba por igual propiedades comerciales y no comerciales y
hacía imposible que fuese productivo tener negocios en Panamá. La mayoría
de los propietarios decide traspasar el aumento fiscal a los inquilinos,
afectando a las grandes masas de trabajadores y personas de pocos ingresos
que habitaban caserones alquilados.
Estas viviendas, construidas a fines de siglo XIX para albergar
trabajadores que llegaban para la construcción del Canal, estaban ubicadas
principalmente en los barrios de El Chorrillo, San Miguel, El Marañón, en la
ciudad de Panamá, y Rainbow City y Folk River, en Colón. Eran casas de
propiedad privada, formadas por setenta o más cuartos, separados por delgadas
paredes y una rejilla para la ventilación, un par de excusados y baños
comunes.
Las mayoría de las viviendas era de madera y techo de zinc,
insalubre e incómoda, pero eso no impidió que los caseros elevasen los
alquileres entre 25 % y 50 % desde enero de 1.925 desalojando a quienes no
pudieran pagar. En esas circunstancias se creó la Liga de Inquilinos y
Subsistencia, como parte del Sindicato General de Trabajadores, movimiento
que de junio a octubre asumiría una poderosa organización de seis mil
miembros.
La liga recibe apoyo de numerosos exiliados residentes en el país,
entre ellos el anarquista español José María Blásquez de Pedro, los socialistas
peruanos Luis Francisco Bustamante, Nicolás Terreros y Esteban Patlevitch, el
socialista colombiano Carlos Manuel Céspedes y la anarquista polaca Sara
Gratz, quienes prestaron su experiencia para organizar a las masas.
Pero el movimiento también tenía figuras panameñas, como los
socialistas Domingo Turner, Diógenes de la Rosa, Gabino Sierra Gutiérrez,
Manuel Lucio Rodríguez, Carlos Sucre, Samuel Casis, Manuel Garrido y
Eugenio Cossani.
Cuando la Liga Inquilinaria inició una serie de mítines de protesta,
muchos, como el encargado de Negocios de Estados Unidos en Panamá, Dana
Munro, adujeron no se trataba de una aflicción real, sino esfuerzos de
agitadores comunistas extranjeros. Sin embargo, después de ser desterrados
Blásquez de Pedro y otros cabecillas, en el mes de septiembre, el movimiento
continuó con igual fuerza.
Al no conseguir resultados de sus exigencias, la Liga pidió, a partir
del 1 de octubre, una huelga de no-pago. Para el día 10, se convino realizar un
mitin masivo en la Plaza de Santa Ana. Anteriormente se habían realizado
unos veinte mítines, pero en esta ocasión, el alcalde de la ciudad de Panamá,
Mario Galindo, consideró que las reuniones que habían venido dándose
atentaron contra el orden público y prohibió la reunión prevista.
No obstante, los inquilinos estaban decididos.
El mismo 10 de octubre repartieron volantes citando a la población a
las 8 de la noche, en Santa Ana. Los grupos se formaron a tempranas horas
con animosidad, al saber que algunos miembros de la organización habían sido
encarcelados y que un inquilino de apellido Sánchez fue golpeado por un
policía. Cuando llegaron a la plaza esa noche, como fue advertido por
Galindo, la encontraron rodeada de policías, lo cual no impidió que la
enardecida multitud tomara el lugar.
Temerosos por la reacción de las autoridades, desde lo alto de un
quiosco, los líderes del mitin intentaban imponer orden cuando llegaron
refuerzos de la Policía, dirigidos por el comandante Ricardo Arango, segundo
jefe de la institución quien subió al quiosco y amenazó a Sierra Gutiérrez con
su revólver para que bajase.
-¡Dispare si quiere!-
Gritó Sierra, abriendo su saco con ambas manos en un gesto
dramático que enfureció al ya molesto oficial de policía, que disparó al piso,
hiriendo a un señor de apellido Jaén, que murió al día siguiente. La policía
disparó y la multitud se dispersó, mientras Sierra Gutiérrez, Diógenes de la
Rosa, Samuel Casis y Rodríguez, permanecían en el sitio.
Allí seguían cuando llegaron el alcalde Galindo, el gobernador
Archibaldo Boyd y Eduardo Chiari, quienes a punta de pistola, apresaron a los
organizadores, terminando el mitin, con resultado de cuatro muertos y 7
heridos. Entre las autoridades no hubo heridos, pero sí el convencimiento que
el poder y belicosidad de las masas eran un peligro potencial para el orden
constituido.
Se organizó el Primer Batallón de Voluntarios, para combatir la
intransigencia de los inquilinos, para el que abrieron inscripciones en el
Consejo Municipal, como si se tratase de una guerra civil. Hasta los Soldados
de la Independencia se ofrecieron. Pero no era suficiente para el gobierno, que
adoptó una medida extrema: invocar el artículo # 136 de la Constitución y
solicitar a Estados Unidos intervenir para restablecer el orden público.
El 12 de octubre, pasada la una de la tarde, bajo el comando del
General Williams Lassister, entraban en territorio nacional las fuerzas
norteamericanas.

“Con rítmico taconeo que oprimía el corazón y


nublaba los ojos, un ejército de soldados en traje
de campaña, con cascos de los usados en la guerra
europea, entraban bayoneta calada, sudorosos, al
hombro la mochila, y al cinto el revólver”,
describía un diario local.

Los soldados ocuparon el Parque de Santa Ana y el de Lesseps,


donde levantaron sus tiendas de campaña, instalaron hilos telefónicos y
cocinas. Asombrados por los hechos, desde la cárcel, los líderes del
movimiento detenidos enviaron al proletariado panameño un manifiesto, que
terminaba con una cita del general estadounidense George Washington:

-¡“Es preferible que las llanuras estén cubiertas de


cadáveres antes que habitadas por esclavos”!-.

La ocupación duró nueve días, hasta el 23 de octubre.


El presidente Chiari asume la defensa de los inquilinos, exigiendo a
los propietarios rebajar el alquiler a 10 % menos de la tarifa vigente en enero
de 1.925. Sin embargo, los años siguientes continuaron aumentando hasta un
50 % y 75 % sobre los precios de entre 1.920 y 1.924, hasta que en 1.932,
coincidiendo con la crisis económica mundial, el problema volvería a estallar.
Uno de los eventos más bochornosos en torno al Movimiento
Inquilinario de 1.925 fueron las palabras del secretario de Relaciones
Exteriores, Horacio Alfaro, que el 30 de octubre agradeció al gobernador de la
Zona del Canal por la eficaz cooperación prestada por las fuerzas militares de
Estados Unidos para mantener el orden en la ciudad de Panamá durante los
disturbios ocurridos en el presente mes.

31) 1.926. Nicaragua estaba en pugna por el poder entre el Partido Liberal y el
Partido Conservador, y el 24 de diciembre, apoyados por 16 buques de guerra,
5 mil infantes de Marina yanqui invadieron el país centroamericano para
proteger sus intereses en la zona, desarmaron a la Guardia Nacional y
ocuparon el país. La diplomacia consiguió que Adolfo Díaz, del Partido
Conservador, accediese a la jefatura del Estado.
Augusto César Sandino, 1.895-1.934, creó un ejército popular para
combatir a los ocupantes extranjeros, y entre 1.926 y 1.933 encabezó la lucha
del pueblo. Un capitán de los marines lo exhortó a rendirse y el prócer
nicaragüense le respondió:
-¡Yo quiero patria libre o morir!-.
Estados Unidos realiza esta intervención por el Este, Nueva Segovia,
donde el Mayor Harold H. Utley quien había asumido el Comando de la
Marina, desplazó todas sus unidades y efectivos desde la Costa Este-Norte
extendiéndose al Centro y Sur de Nicaragua pero su mayor fue por el Este.
A fines de Enero de 1.928 al dominar militarmente la Zona Este,
Utley se reúne con su Primer Teniente Merrit A. Edson en un encuentro
secreto militar, en el cual se elaboran planes de ataque para aplastar a Sandino
y sus seguidores. La Zona Este fue el área de entrada y dominio de los
norteamericanos desplazando varias unidades navales desde el Sur-Este de los
Estados Unidos.
Colombia empezó a vivir tensiones cuando ocurrió la triste y
sangrienta Masacre de las Bananeras, la peor injusticia de tipo social cometida
en ese tiempo a trabajadores Colombianos, causando problemas de tipo
político con Estados Unidos por la penosa masacre en la que estaba
involucrada la United Fruit Company Norteamericana pero el aparente roce se
calmó y las cosas se enfriaron.
La alegría comenzó cuando el Presidente Conservador Miguel
Abadía Méndez logra la firma y oficialización del Contrato firmado entre
Nicaragua y Colombia, Barcenas-Esguerra de 1.928 donde Colombia tomaba
posesión legal de las Islas San Andrés y Providencia, cayos e islotes y
territorio marítimo. En esa época se logran acuerdos importantes pero surgen
brotes de violencia.
La posición política de Colombia fue neutral y justa teniendo en
cuenta los eventos que se vivían en aquel entonces, con Estados Unidos
continua una política normal y de crecimiento y lo de las Bananeras murió con
el tiempo y quedó en la historia patria.
32) 1.927. La Batalla de Ocotal ocurrida el 16 de julio en la ciudad de Ocotal,
Nueva Segovia durante la ocupación militar de Nicaragua por los Estados
Unidos de América, fue una acción bélica que enfrentó a 300 rebeldes
liberales dirigidos por el General Augusto C. Sandino contra 42 Marines
yanquis y 50 guardias nacionales de Nicaragua, atrincherados en los cuarteles
de dicha ciudad, comandados por Gilbert D. Hatfield, Capitán USMC.
El 4 de mayo en la villa de Tipitapa, el General José María Moncada
en calidad de delegado del Presidente Provisional Juan Bautista Sacasa, firma
con Henry L. Stimson, enviado del gobierno estadounidense, el Pacto del
Espino Negro para dar fin a la Guerra Constitucionalista de Nicaragua. El
primer acuerdo de dicho pacto exigía la entrega simultánea de las armas de las
dos partes a la custodia de los americanos.
El sexto punto señalaba la continuación temporal en el país de una
fuerza de marinos para la garantía del cumplimiento de lo anterior. Todos los
generales del Ejército Liberal Constitucionalista aceptaron dicho acuerdo,
menos el General Augusto C. Sandino, jefe liberal constitucionalista que
operaba en los departamentos de Nueva Segovia y Jinotega.
El Capitán Gilbert D. Hatfield establece comunicación por correo
con Sandino y le exige la entrega de las armas o atenerse a las consecuencias
de su rebeldía al desconocer el pacto. La aviación de la marina estadounidense
es decisiva en el resultado del combate, donde los rebeldes fueron derrotados
con 56 muertos y casi 100 heridos; mientras que los Marines estadounidenses
y sus aliados nicaragüenses, solamente sufrieron siete bajas: 1 Marine muerto
y 1 herido; 5 Guardias Nacionales heridos.
La primera operación aérea de bombardeo organizado en cuadrillas
duró 40 minutos y fue un éxito que permitió al Mayor Ross E. Rowell ser de
los primeros aviadores de la Armada en recibir la Cruz de Vuelo Distinguido y
la Medalla por Servicio Distinguido de la Armada; mientras que al Teniente
Hayne D. Boyden le fue otorgada la primera.
La victoria permitió a Hatfield ser condecorado con la distinción
militar Cruz de la Armada o Navy Cross, otorgada por el Presidente de los
Estados Unidos de América. Los 5 mil marines salieron de Nicaragua en enero
de 1.933, luego de seis años de lucha. Esta cantidad fue la mayor
concentración de tropas estadounidenses fuera de su territorio antes de la
Segunda Guerra Mundial.
33) 1933. En República Dominicana comienza la dictadura de Rafael
Leónidas Trujillo, un militar surgido de la Guardia Nacional, fomentada y
entrenada por Estados Unidos.
34) 1.932. El Salvador. La flagrante intervención económica, política y militar
de Estados Unidos en los asuntos internos de El Salvador es de extraordinaria
significación, no sólo para el propio país centroamericano y su área
circundante, especialmente Nicaragua, sino para el mundo entero.
Semanas antes de su asesinato, a manos de quienes hoy se ven
favorecidos por el intervencionismo norteamericano, monseñor Romero,
arzobispo mártir de San Salvador, dirigía una carta al presidente Carter,
exigiéndole no enviar ayuda militar a la Junta militar demócrata cristiana. La
razón de esa exigencia era doble: la ayuda militar representaba un
intervencionismo que impedía se manifestase libremente la voluntad del
pueblo oprimido salvadoreño y, por otra parte, traería mayores sufrimientos y
represión porque multiplicaría los miles de víctimas que ya se estaban dando.

La carta de monseñor Romero, pública, leída en una de sus


multitudinarias homilías, no gustó en el vaticano. La cinta de la homilía fue
enviada el mismo día por el Departamento de Estado a la Secretaría de Estado
del Vaticano y, sin embargo, mereció una carta del secretario de Estado, Cyrus
Vance, a nombre del presidente Carter, alabando la intención del arzobispo y
se prometía cautela para que no se materializaran los peligros del
intervencionismo y matanzas escondidas tras la ayuda norteamericana.
Monseñor Romero recibió la comunicación antes de su asesinato
pero no recibe la carta oficial firmada por Cyrus Vance, que la entregó el
embajador White, para hacerla llegar al arzobispado cuando ya el destinatario
había sido asesinado.
La Iglesia en su conjunto no ha cambiado de actitud desde entonces.
Monseñor Rivera y Damas, sucesor de Romero en la archidiócesis
reitera que esa ayuda militar no debe continuar, porque en lugar de resolver los
problemas los agravan y radicaliza. Lo mismo solicita tanto el episcopado
estadounidense como el canadiense, entre otros.
Esos grupos religiosos conocen a fondo dos puntos esenciales, uno
de derecho y de razón: que más vale la vida de miles de salvadoreños y sus
derechos fundamentales que los intereses políticos y militares de Estados
Unidos. Otro de hecho: que el apoyo militar norteamericano se traduce en la
matanza inmisericorde de no menos de 8 mil víctimas inocentes, que no tenían
que ver con enfrentamientos militares.
Esto hace que la ofensiva diplomática de Estados Unidos, para
justificar una mayor intervención en El Salvador, so pretexto de una
intervención de países comunistas, sea una farsa. El que ha intervenido desde
siempre y en apoyo de regímenes totalitarios del área ha sido Estados Unidos.
Somoza y el somocismo son resultado de intervenciones norteamericanas y
todavía son añorados por buen número de políticos republicanos.
La caída de Arbenz y su Gobierno moderado de izquierda y el inicio
del terrible calvario guatemalteco, del que España ha sido víctima en un alto
número de sacerdotes ejemplares y en el ataque a su Embajada, son fruto de la
intervención norteamericana en favor del coronel Castillo Armas. Lo mismo
debe decirse de los sucesivos fraudes electorales que impidieron el acceso
democrático al poder en El Salvador de una oposición de centro-izquierda.
Luego de la batalla de Morazán, en la que estuvo el embajador
norteamericano, al sentir la preparación militar de los guerrilleros, cambian de
táctica. Esto se acrecienta con la llegada de Reagan y Haig. Se supo de una
reunión secreta en Londres, previa a la ofensiva diplomática, en que se decide
emprender la ofensiva diplomática y se habla de reconstruir las pruebas.

Valoran más el peligro de un Gobierno democrático-revolucionario,


propiciado por el Frente Democrático Revolucionano y el FMLN, que el
terrible costo de vidas humanas, torturas, exilios, negación de los más
elementales derechos humanos, la destrucción de la convivencia social, la
paralización de la vida social y económica, entre otras. Y de poco sirven las
intenciones, porque están los hechos para hacer claro dónde está la verdad.
35) 1.933. Estados Unidos abandona Nicaragua y deja el control del país a
Anastasio Somoza y su Guardia Nacional.
36) 1.934. En Nicaragua es asesinado César Augusto Sandino, quien había
depuesto las armas. El asesinato fue ordenado por Somoza, con la complicidad
del embajador norteamericano Arthur Bliss Lane.

37) 1.937. Trujillo ordena limpiar la zona fronteriza, donde se encontraban


miles de Haitianos que habían huido de la ocupación estadounidense y
trabajaban en condiciones de semi-esclavitud, en las plantaciones azucareras.
Trujillo consideraba la invasión haitiana una amenaza política, económica y
cultural a la sociedad dominicana. La policía y soldados de Trujillo
masacraron 30 mil haitianos entre el 28 de septiembre y el 8 de octubre en
diferentes poblaciones fronterizas.
La frontera fue cerrada por orden de Trujillo el 5 de octubre, y los
haitianos que no consiguieron cruzar a su país, fueron exterminados. Haitianos
y Dominicanos comparten herencia genética y color de piel, por lo que ante la
dificultad de distinguir a los invasores Haitianos de los autóctonos
dominicanos, Trujillo ordena a su ejército exigir a cada persona que
encontraran a su paso que pronunciara la palabra Perejil.
La Masacre del Perejil fue uno de los hechos más brutales y
desconocidos de la historia del Caribe. Los únicos haitianos que no fueron
exterminados trabajaban en las grandes haciendas de empresas o millonarios
norteamericanos. La propiedad del imperio no se toca ni dentro ni fuera de sus
fronteras, incluidos sus esclavos.
P-E-R-E-J-I-L.
Su pronunciación equivocada costaba la vida.
Y le costó a 30 mil inocentes, con cuya desaparición, Trujillo da por
terminado el problema haitiano. Las protestas se multiplicaron en Haití y las
denuncias internacionales, incluyendo al aliado Estadounidense, obligaron a
Trujillo a asumir el pago de una indemnización a Haití por la Matanza. El
precio de 30 mil vidas fue de 750 mil dólares. La indemnización a las víctimas
fue reducida por Trujillo a 525 mil dólares, pero el dinero nunca llegó a su
destino, los familiares de los haitianos asesinados.
38) 1.941. En Panamá es depuesto el presidente Arias por un golpe militar
liderado por Ricardo Adolfo de la Guardia, quien primero consultó su plan con
el Embajador de Estados Unidos. El Secretario de Guerra Henry Stimson
declaró al respecto: "Esto fue un gran alivio para nosotros, porque Arias había
sido muy problemático y muy pro-Nazi".
39) 1.946. Estados Unidos abre en Panamá la tristemente célebre Escuela de
las Américas, para la formación de militares del hemisferio. Allí se formaron
los principales protagonistas de las dictaduras militares en Brasil, Argentina,
Uruguay, Chile, Centroamérica y otros países.
La crisis de Irán.
También conocida como la crisis de Irán y Azerbaiyán y la crisis
irano-soviética, siguió al final de la Segunda Guerra Mundial y derivó de la
negativa de la Unión Soviética a ceder territorio iraní ocupado en la guerra, a
pesar de las reiteradas garantías ofrecidas durante la ocupación. En 1.941 Irán
había sido invadido y ocupada por las potencias aliadas del ejército rojo
soviético en el norte y por los británicos en el centro y sur de manera conjunta.
Irán fue utilizado por estadounidenses y británicos como ruta de
transporte para proporcionar suministros vitales a los esfuerzos de guerra en la
Unión Soviética. En agosto de 1.941, Estados Unidos era una nación neutral y
no había entrado como beligerante en la Segunda Guerra Mundial. Por lo
tanto, el bloque conocido como Los Aliados fueron principalmente, con
Polonia y Francia ocupada por Alemania en 1.939 y 1.940 respectivamente, el
Reino Unido y la Unión Soviética, de reciente formación de la alianza luego
de la invasión alemana de los territorios de la Unión Soviética occidental en
junio de 1.941.
A raíz de la ocupación de Irán, las fuerzas aliadas acordaron retirarse
seis meses después del cese de las hostilidades. Este plazo llegó a principios
de 1.946, y los soviéticos, permanecieron en Irán y las fuerzas iraníes pro-
soviéticas locales proclamaron la separatista República Popular de
Azerbaiyán. A fines de 1.945, además de la República Popular de Azerbaiyán,
la República de Mahabad también llegó a existir.
La alianza de los kurdos y las fuerzas armadas de Azerbaiyán,
apoyados y formados por la Unión Soviética, desencadenan una batalla con las
fuerzas iraníes, lo que resulta en 2 mil víctimas. Una negociación del primer
ministro iraní Ahmad Qavam y la presión diplomática sobre los soviéticos por
Estados Unidos llevó a la retirada soviética. La crisis es uno de los primeros
conflictos en la creciente Guerra Fría para el momento.
40) 1.947. Estados Unidos comienza a imponer paulatinamente el Tratado
Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR).
41) 1.947. La Guerra civil griega transcurrió entre 1.941 y 1.950, y fue el
primer caso de una insurrección comunista tras la Segunda Guerra Mundial,
por lo que se considera el primer conflicto bélico de la Guerra Fría. La victoria
de las fuerzas anticomunistas del gobierno condujo a Grecia a entrar en la
OTAN y ayudó a definir el equilibrio estratégico en el mar Egeo y los
Balcanes en la Europa de la posguerra.
La guerra civil enfrentó a la población conservadora y las fuerzas
armadas del gobierno monárquico, apoyadas por Estados Unidos y Reino
Unido, contra los comunistas griegos y los miembros de la organización más
grande de la resistencia antifascista que había combatido contra la ocupación
de Grecia por parte del Eje: el ELAS, Ethnikos Laikos Apelevtherotikos
Stratos, ENLP Ejército Nacional de Liberación Popular, cuya dirección estaba
controlada por el Partido Comunista Griego KKE.
Al término de la ocupación nazi de Grecia existía un clima de
enfrentamiento y acusaciones mutuas de terrorismo por parte de ambos
bandos. El KKE no quiso participar en las elecciones propuestas por los
conservadores y patrocinadas por los británicos en septiembre de 1.946 y se
negó al desarme, lo cual condujo al estallido de un conflicto armado.
42) 1.948 a 1.986. Después de la guerra, el 4 de julio de 1.946, Estados Unidos
concedió la independencia a Filipinas. Tras obtener la independencia, Filipinas
destacó como país avanzado y desarrollado de Asia, pero en las décadas de la
post-guerra, el desarrollo se ralentizó por el escaso crecimiento económico y la
corrupción generalizada, entre otros factores.
En abril de 1.946 se celebraron elecciones ganadas por Manuel
Roxas, quien se convirtió en el primer presidente de la República
independiente de Filipinas. Sin embargo, su economía continuó dependiendo
de Estados Unidos. Además, un pacto de asistencia militar se firmó en 1.947,
concediendo a los estadounidenses un contrato de arrendamiento por 99 años
sobre bases militares designadas en el país. El contrato de arrendamiento se
redujo a 25 años a partir de 1.967.
Roxas murió de un ataque al corazón en abril de 1.948, y el
vicepresidente, Elpidio Quirino, fue elevado a la presidencia. Fue candidato a
presidente en 1.949, derrotando a José P. Laurel ganando un mandato de
cuatro años. Con apoyo de Estados Unidos, Ramon Magsaysay fue elegido
presidente en 1.953, prometiendo reformas económicas radicales, avance de la
reforma agraria, medidas polémicas como el reasentamiento de la población
pobre del norte, tradicionalmente católica en zonas musulmanas.
Magsaysay era muy popular entre la gente del pueblo, y su muerte en
un accidente de avión en 1.957 supuso un duro golpe para la moral nacional.
Carlos P. García asumió la presidencia y fue elegido a un nuevo mandato de
cuatro años tras las elecciones de noviembre de ese mismo año. Su gobierno
hizo hincapié en el tema nacionalista de los filipinos primero, argumentando
que el pueblo debía tener la oportunidad de mejorar la economía del país.
Su gobierno fue perdiendo apoyo popular debido a temas de
corrupción a medida que su gestión avanzaba. Diosdado Macapagal fue
elegido presidente en las elecciones de 1.961, derrotando a García, que se
presentó a reelección. La política exterior de Macapagal buscó estrechar las
relaciones con las naciones vecinas de Asia, en particular con Malasia e
Indonesia.
Las negociaciones con Estados Unidos sobre las bases militares
provocaron un sentimiento anti-estadounidense. La celebración del Día de la
Independencia de Filipinas fue cambiada del 4 de julio al 12 de junio, para
conmemorar el día en que Emilio Aguinaldo declaró la independencia de
España en 1.898. Macapagal se presentó a reelección en 1.965, pero fue
derrotado por su antiguo compañero de partido, el presidente del Senado
Ferdinand Marcos, que había pasado al Partido Nacionalista.
Marcos fue el primer presidente filipino no hispanohablante, si bien
su hispanofilia fue luego reconocida. Al principio de su presidencia, inició
ambiciosos proyectos de obras públicas e intensificó la recaudación de
impuestos, lo que condujo al país a una relativa prosperidad económica en la
década de 1.970. Fue reelegido en 1.969, convirtiéndose en el primer
presidente de Filipinas que conseguía un segundo mandato.
Durante su segunda legislatura, la economía se ralentizo, y alegando
una creciente ola de anarquía y la amenaza de una insurgencia comunista,
declaró ley marcial el 21 de septiembre 1.972. Gobernando por decreto limitó
la libertad de prensa y otras libertades civiles, cerró el Congreso y los medios
de comunicación, ordenó el arresto de líderes de la oposición y activistas
militantes, incluidos sus más acérrimos críticos, como los senadores Benigno
Aquino Jr., Jovito Salonga y José Diokno.
Marcos afirmó que la ley marcial era preludio a la creación de una
nueva sociedad, basada en nuevos valores sociales y políticos, tanto él, como
sus allegados, e incluso su propia esposa, Imelda Marcos, participaron en la
corrupción rampante. En 1.983, el líder de la oposición Benigno Aquino Jr. fue
asesinado en el Aeropuerto Internacional de Manila al regresar a Filipinas
luego de un largo periodo de exilio.
Este evento inició la animosidad popular contra Marcos con una
sucesión de eventos, que culminó en las elecciones presidenciales de febrero
de 1.986. Toda la oposición se unió para apoyar a la viuda de Aquino, Corazón
Aquino. Debido a la estrecha relación entre Estados Unidos y Marcos, el
gobierno estadounidense continuó apoyándole a pesar de la corrupción masiva
y los abusos de los derechos humanos.
La pacífica y nada sangrienta Revolución Popular logró desbancar a
Marcos, quien voló a Hawái en un helicóptero militar de Estados Unidos,
donde se exilió el resto de su vida. De esa manera regresó la democracia al
país y se instaló a Corazón Aquino como presidenta el 25 de febrero de 1.986.

43) 1.950. Desde 1.910 la península de Corea estuvo ocupada por Japón, pero
tras el final de la Segunda Guerra Mundial y la rendición incondicional del
Imperio Japonés, Estados Unidos divide la península coreana en dos,
quedando el Norte ocupado por las tropas soviéticas y el Sur por tropas
estadounidenses. En 1.948 fracasa la celebración de elecciones libres
estableciendo el Norte un gobierno comunista.
El 1 de octubre de 1.949, triunfa la revolución comunista China y
Stalin decide recuperar terreno en Asia aprobando el ataque de Corea del
Norte a Corea del Sur. El 25 de junio de 1.950, Corea del Norte invade Corea
del Sur, con tropas al mando de Kim Il-sung, movilizando 100 mil hombres y
utilizando equipamiento soviético, arrasaron a las fuerzas surcoreanas que se
replegaron en el Perímetro Pusan, siendo este el primer conflicto armado serio
de la Guerra Fría.
Estados Unidos y la Organización de las Naciones Unidas acuden en
ayuda de Corea del Sur para repeler el ataque. El comandante MacArtur, al
mando de las fuerzas de la ONU dirige la batalla de Incheon, arriesgada pero
exitosa operación armada, provocando la retirada norcoreana hacia el norte y
capturando 135 mil soldados que no pudieron huir. El objetivo de recuperar
Corea del Sur estaba logrado, pero la idea de dejar toda Corea al mando de
Syngman Rhee, hizo que MacArthur empujase a los norcoreanos más allá del
paralelo 38.
Tenía órdenes de ser muy cauteloso con la frontera con China, pero
no obedeció.
La República Popular China y la Unión Soviética apoyaron a Corea
del Norte en la contienda. China advirtió a las fuerzas de la ONU que
reaccionaria si sobrepasaban el rio Amnok, y Mao buscó apoyo soviético
diciendo a Stalin que si Estados Unidos ocupaba toda Corea tendrían la
plataforma perfecta para atacar China. La ayuda Soviética se limitó a apoyo
aéreo, lo cual desagradó a los pilotos de la ONU, por la superioridad de los
Mig-15 rusos sobre los F-80, hasta que Estados Unidos desplegó los F-86.
El 19 de octubre de 1.950, el general chino Peng Dehuai al mando
del Ejército Popular de Liberación formado por 380 mil voluntarios, repelen a
las tropas de la ONU hasta el paralelo 38. Tras la derrota en la Batalla del
Embalse de Chosin, MacArthur solicita utilizar armas atómicas, solicitud que
despertó las alarmas de los aliados de Estados Unidos.
El 4 de enero de 1.951, los soldados de China y Corea del Norte
toman Seúl, el presidente Truman releva del mando a MacArthur. El 29 de
noviembre de 1.952, el nuevo presidente estadounidense Eisenhower, promete
viajar a Corea para tratar de detener el conflicto coreano. Entre 1.950 y 1.953
se desarrolla esta guerra que determina la división de Corea en dos naciones,
la del Norte y la del Sur.
En 1.953 se firma un armisticio entre ambas Coreas, creando una
Zona desmilitarizada entre ambas, dejando una franja de 4 km separando
Corea de Norte y Corea del Sur en el paralelo 38. Se estima, que el coste en
vidas humanas por parte de Corea del Sur fue de 778 mil personas, contando
muertos, heridos y mutilados. Corea del Norte superó ampliamente estas
cifras, creyéndose que sus muertos oscilan entre 1.187.000 y 1.545.000
personas, además de 2.500.000 civiles muertos o heridos, 5 millones de
personas con hogares destruidos y más de 2 millones de refugiados.
Se calcula que murieron 54 mil estadounidenses y 500 mil chinos.
Existe controversia acerca de los orígenes del ataque.
Aún no está claro si fue idea de Kim II Sung o si fue empujado por el
nuevo gobierno comunista chino que en ese momento reclutaba tropas en la
provincia de Fukien frente a Taiwán. La captura del sur por los comunistas
fortalecería la posición defensiva de Rusia en el Pacífico y representaría un
gesto contra los norteamericanos que compensaría el fracaso de Stalin de
forzarlos a abandonar Berlín occidental.
El presidente Truman estaba convencido que el ataque a Surcorea
formaba parte de un amplio plan ruso para promover el comunismo en el
mundo, y juzgó esencial que el Occidente apoyase a Corea del Sur. El consejo
de Seguridad de las Naciones Unidas instó a Corea del Norte a retirar sus
fuerzas, al no obtener resultados pidió a estados-miembros enviasen auxilio a
Surcorea.
Estados Unidos y otros 15 países despacharon tropas, aun cuando la
inmensa mayoría de ellas eran estadounidenses. Todas las fuerzas estaban al
mando de MacArthur. El mundo comunista denunció a las Naciones Unidas
como instrumento capitalista.
El comportamiento militar de China fue impresionante e impidió la
unificación de Corea bajo influencia norteamericana y se alzó innegablemente
como potencia mundial. El conflicto aportó una nueva dimensión a la Guerra
Fría puesto que las relaciones norteamericanas con Rusia y China parecían
estar permanentemente dañadas.
Entretanto, la Revolución nacionalista en Puerto Rico, 1.950, fue una
insurrección dirigida por el Partido Nacionalista de Puerto Rico el 30 de
octubre, la cual fracasó.
Luego de una larga condena en prisión, Pedro Albizu Campos
regresó a Puerto Rico en 1.948 y recomienza su campaña en favor de la
soberanía total de Puerto Rico. Albizu difería del Partido Independentista
Puertorriqueño al estar convencido que la independencia no se podía obtener a
través de una victoria en las elecciones generales. La campaña electoral que
inició el Partido Popular Democrático para conseguir la aprobación de la Ley
600, Ley orgánica del Estado Libre Asociado, causó enorme disgusto entre los
miembros del Partido Nacionalista de Puerto Rico.
En octubre de 1.950 estalla una insurrección en la que seguidores de
ese Partido proclamaron la República de Puerto Rico. Se batieron a tiros con la
policía en Peñuelas, Utuado, Arecibo y otros pueblos. En el Grito de Jayuya
tomaron el cuartel de la policía y por un tiempo dominaron el pueblo. En San
Juan, cinco nacionalistas tratan de entrar por la fuerza a La Fortaleza.
El encuentro con los policías de guardia deja saldo de cinco muertos.
Dos días después, un par de nacionalistas atentan contra el presidente
estadounidense Harry S. Truman.
Mueren un policía y un nacionalista.
Tras estos sucesos, miles de simpatizantes de la independencia
fueron detenidos. Muchos son procesados y reciben sentencia de cárcel por sus
ideales independentistas. Esto ocurre el 30 de octubre, día que los
nacionalistas de Puerto Rico consideran el Día de la Independencia al igual
que el Grito de Lares, ya que en ambas fallidas ocasiones, por un día, Puerto
Rico fue declarado independiente como la República de Puerto Rico.
44) 1.952. En Cuba, con la anuencia y agrado del gobierno de Estados Unidos,
el general Fulgencio Batista produce el derrocamiento de Carlos Prío Socarrás
e inaugura una sangrienta tiranía.
45) 1.953. El golpe de Estado en Irán fue una operación orquestada por el
Reino Unido y Estados Unidos para derrocar al gobierno del primer ministro
Mohammed Mosaddeq y su gabinete. Gracias a la labor de Kermit Roosevelt,
que trabajaba para la CIA en una operación encubierta, se sobornó a distintos
cargos de las administraciones iraníes, lo que facilitó el golpe.
Según la BBC, Gran Bretaña, motivada por el riesgo de perder el
control sobre los campos petrolíferos iraníes, financió sobornos concedidos a
oficiales del ejército, medios de comunicación y otros agentes de la sociedad
iraní. El proyecto para derribar al gobierno recibió, en las comunicaciones de
los gobiernos británico y estadounidense, el nombre de Operation Ajax,
oficialmente TP-AJAX.
El golpe devolvió al monarca autoritario Mohammad Reza Pahlavi la
posición dominante en la política iraní al derrocar al primer ministro
Mohammed Mossadeq, que defendía la nacionalización de la industria
petrolera de Irán. Mosaddeq decide que Irán debe obtener beneficios de sus
campos petrolíferos y nacionaliza la industria petrolífera, controlada por la
Anglo-Iranian Oil Company, más tarde llamada British Petroleum Company.

Gran Bretaña señaló que Irán violaba los derechos de las compañías
e incentivó el boicot mundial al petróleo iraní, lo que produjo una crisis
económica en ese país. La CIA reconoce su participación en el golpe de
Estado con un documento desclasificado hecho público en 2.013 titulado
Campaña para instalar un gobierno pro-occidental en Irán.
“El golpe militar que hizo caer a Mossadeq y su gabinete del Frente
Nacional fue llevado a cabo bajo dirección de la CIA como un acto de política
exterior norteamericana”, dicen los documentos desclasificados en 2.011 y
publicados en 2.013.
Dicho acto de política exterior es denunciable y reprochable por
haber tenido objetivos económicos como la extracción del petróleo de otra
nación para enriquecer a una compañía inglesa como BP, por motivar el
derrocamiento de un régimen constitucional y de un primer ministro elegido
democráticamente por el pueblo iraní, para colocar una monarquía absoluta y
devolver el poder a un shah (emperador).
Todo para extender el poder político y económico a otros territorios
del mundo.
El objetivo del imperialismo se puede conseguir de dos maneras:
conquistando el territorio o colocando gobernantes afines. Estados Unidos,
país que promueve la democracia por todo el mundo, realizó con Irán un
ejercicio de hipocresía e irresponsabilidad que no debería ser olvidado por la
sociedad.
No pueden dar lecciones de democracia aquéllos que no la respetan.
46) 1.954. La CIA orquesta el derrocamiento del gobierno democráticamente
electo de Jacobo Árbenz en Guatemala. Un poeta guatemalteco describió el
gobierno de Árbenz como "años de primavera en un país de eterna tiranía".
Siguieron casi 40 años de violencia y represión que culminaron en la política
de "tierra arrasada" de los años 80´s. Más de 150 mil personas perdieron la
vida.
El golpe de estado que estremeció a Guatemala fue resultado de la
operación encubierta PBSUCCESS, Criptónimo de la CIA. Fue organizada
por agentes de la CIA para derrocar a Jacobo Arbenz Guzmán, Presidente de
Guatemala democráticamente electo, por oponerse a los intereses de la United
Fruit Company y permitir que el minoritario partido comunista de Guatemala,
el Partido Guatemalteco del Trabajo, influyera en las decisiones más
importantes de su gobierno.
La Rebelión de los Cadetes en Guatemala del 2 de agosto, fue un
alzamiento de los cadetes de la Escuela Politécnica con el objeto de derrotar y
exiliar de la Ciudad de Guatemala a las filas del Movimiento de Liberación
Nacional. El gobierno de Árbenz presentó una serie de reformas que el
espionaje estadounidense consideró comunistas y las atribuyó a la influencia
soviética.

Propalaron el temor que Guatemala se convirtiese en lo que Allen


Dulles llamó “una cabeza de playa soviética en América”, posición enemiga
para la invasión. Estas acusaciones fueron utilizadas por la CIA y la
administración de Eisenhower, durante la era anticomunista del Macarthismo.
El presidente Árbenz promulgó una reforma agraria que perjudicaba a la
multinacional estadounidense United Fruit Company, a los intereses de la
oligarquía guatemalteca y movilizó a grupos de presión en Estados Unidos.
La operación duró de finales de 1.953 a 1.954, fue planeada para
armar y entrenar para tomar el país a un Ejército de liberación de
aproximadamente 400 rebeldes bajo el mando del oficial exiliado del ejército
guatemalteco Coronel Carlos Castillo Armas, en coordinación con una
compleja artimaña diplomática, económica y propagandista.
La invasión fue precedida desde 1.951 por el plan PBFORTUNE,
para financiar y suministrar armas y provisiones a las fuerzas opositoras al
presidente. Tras la invasión estaba la Operación PBHISTORY con el objetivo
de reunir documentos gubernamentales para incriminar a Árbenz de ser un
títere comunista. A las 20:00 horas del 18 de junio las fuerzas del coronel
golpista Castillo Armas cruzaron la frontera.
Divididas en cuatro grupos de 480 soldados, entraron a través de
cinco puntos a lo largo de la frontera hondureña y salvadoreña, para simular
mayor número de soldados de un amplio frente y reducir la posibilidad que la
tropa entera se encaminara por un único camino desfavorable. Además de
estas tropas regulares, diez saboteadores entrenados en Estados Unidos fueron
delante explotando los puentes claves y cortando las líneas de telégrafo.
Las fuerzas de invasión fueron instruidas para reducir al mínimo
encuentros reales con el ejército guatemalteco por muchos motivos, pero sobre
todo para evitar la imagen del ejército nacional luchando contra invasores. El
desarrollo de la invasión fue diseñado para sembrar el pánico y dar la
impresión de probabilidades insuperables, atraer la población y a los militares
a su lado, antes que derrotarlos. Durante la invasión, la propaganda
radiofónica transmitía falsos informes de enormes fuerzas que se unían a la
población local en una revolución popular.
Casi inmediatamente, las fuerzas de Castillo Armas se veían frente al
fracaso decisivo invadiendo a pie y obstaculizados por el pesado equipo. Esto
debilitó el impacto psicológico de la invasión inicial, pues los guatemaltecos
comprendieron que no había peligro inmediato. Uno de los primeros grupos
que llegaron a su objetivo, 122 rebeldes que pretendían capturar la ciudad de
Zacapa, fueron aplastados por un pequeño contingente de treinta soldados del
ejército guatemalteco.
Tan solo 28 rebeldes lograron escapar.
Una derrota mayor sobrevino al grupo de 170 rebeldes que
emprendieron la tarea de capturar la protegida ciudad costera de Puerto
Barrios. Luego que el jefe de policía descubriese a los invasores, armó a
trabajadores portuarios locales y les asignó papeles defensivos. En cuestión de
horas casi todos los rebeldes fueron muertos o cautivos, el resto huyó a
Honduras.
Tres días después, con dos de los cuatro grupos golpistas vencidos,
Castillo Armas, en un intento por recuperar el ímpetu, ordena un ataque aéreo
sobre la capital al día siguiente, que fracasó puesto que solo un avión logró
bombardear una pequeña cisterna de petróleo, creando un fuego menor
sofocado en 20 minutos. Después de estos fracasos rebeldes, el presidente
Arbenz mandó a su comandante militar permitiese a los rebeldes adentrarse en
el país.
Arbenz y su comandante no temían al ejército rebelde pero estaban
preocupados de si eran aplastados darían un pretexto para la intervención
militar yanqui, como en otros países. Este miedo acobardó a la clase oficial,
quitando el deseo de contraatacar y derrotar la diezmada tropa de Castillo. La
presencia de fuerzas de asalto anfibias estadounidenses extendió el rumor de
un desembarco de marineros estadounidenses en Honduras.
El miedo retornó a Arbenz, y esta vez temió que los oficiales
intimidados pactaran con Castillo. Su miedo se confirmó y una guarnición
entera del ejército se rindió ante Castillo días más tarde en la ciudad de
Chiquimula. Arbenz convocó su gabinete para explicar que el ejército estaba
en rebelión y el 27 de junio renuncia.

47) 1.955. La guerra de Vietnam llamada también Segunda Guerra de


Indochina o Guerra contra los Estados Unidos para los vietnamitas, fue un
conflicto bélico librado entre 1.955 y 1.975 para impedir la reunificación de
Vietnam bajo un gobierno comunista. Participó la República de Vietnam o
Vietnam del Sur, con el apoyo de Estados Unidos y otras naciones, contra la
guerrilla local del Frente Nacional de Liberación de Vietnam o Viet Cong y el
ejército de la República Democrática de Vietnam o Vietnam del Norte,
respaldados por China y la Unión Soviética.
Se calcula que murieron entre un millón y 5,7 millones de personas.
Estados Unidos contabilizó 58.159 bajas y más de 1.700 desaparecidos,
constituyendo la contienda más larga de dicho país hasta la guerra de
Afganistán.
El conflicto comenzó por un intento de unificar las dos Vietnam en
un único gobierno de coalición entre nacionalistas, comunistas y neutrales,
según la propuesta inicial. Las acciones estadounidenses para evitar dicha
reunificación, unidas a una sucesión de dictaduras violentas, corruptas e
ineficientes impuestas por Estados Unidos, provocaron el levantamiento en
armas de varios grupos unidos bajo el autodenominado Frente de Liberación
Nacional, Viet Cong, rápidamente apoyado por la entonces Unión Soviética y
la China de Mao.
Inicialmente Saigón fue perdiendo terreno pero con la entrada masiva
de Estados Unidos recuperó parte de lo perdido. Pero, tras los sucesos de
1.968, empezó la retirada progresiva de las tropas estadounidenses y la firma
de los Acuerdos de paz de París en 1.973 tras los cuales el Sur luchó solo
contra el Ejército de la República Democrática de Vietnam hasta su derrota
final y la reunificación del país el 2 de julio de 1.976 como la República
Socialista de Vietnam de régimen comunista.
Las tres primeras etapas se distinguieron por transcurrir sin la
formación de las tradicionales líneas de frente, donde proliferaron acciones
terroristas y la guerra de guerrillas, frente a las misiones de búsqueda y
destrucción, el uso de bombardeos masivos y el empleo extensivo de armas
químicas, por parte de Estados Unidos. La última fase fue una guerra
convencional.
Pero el fin de la contienda solo resultó una pausa en los
enfrentamientos de Indochina. Después se producirían las invasiones de
Camboya y Laos por Vietnam y de este por China. Por el contrario, Estados
Unidos vivió un repliegue de la política exterior.
La cobertura realizada por los medios de comunicación fue
permanente, estando considerado como el primer conflicto televisado de la
historia. Esto permitió la denuncia de las frecuentes violaciones y abusos
contra los Derechos Humanos cometidos por los dos bandos. Sin embargo, se
discute si dicha cobertura constituyó la causa principal de la creciente
oposición por parte de la opinión pública occidental hacia la intervención
estadounidense.
Esta oposición y el hecho de ser la primera derrota militar de Estados
Unidos, creó un sentimiento de mala conciencia en el pueblo estadounidense
ante una guerra considerada injusta, el llamado Síndrome de Vietnam. El
Síndrome dio paso a un movimiento pacifista y se prolongó hasta los
mandatos de Ronald Reagan. Esta guerra se convirtió en un icono, y aún hoy
lo sigue siendo, de los grupos sociales y partidos de izquierda en gran parte del
mundo, además de un ejemplo imitado por otros combatientes posteriores.
48) 1.956. En Nicaragua el poeta Rigoberto López Pérez mata al dictador
Anastasio Somoza, que llevaba 20 años en el poder con apoyo de Estados
Unidos. El presidente Franklin Delano Roosevelt lo había definido así: "Es un
hijo de puta, pero es nuestro hijo de puta". Su hijo Anastasio Somoza Debayle
prolongó la dinastía tiránica durante varios años más.
49) 1.956. La Guerra del Sinaí, llamada también Crisis de Suez, o Guerra de
Suez, fue una contienda militar librada sobre territorio egipcio, que implicó a
la alianza militar formada por el Reino Unido, Francia e Israel contra Egipto.
Estados Unidos y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas estaban en
contra de la intervención de la triple alianza por distintas razones.
Los soviéticos se habían convertido en uno de los principales aliados
de Siria, y buscaban incrementar su popularidad en el mundo árabe. Los
estadounidenses, por su parte, alegaron no haber sido informados de la
invasión por sus aliados, y la administración de Dwight Eisenhower tenía que
demostrar al mundo que no permitiría esa clase de comportamientos por parte
de sus aliados si pretendía que sus denuncias de la intervención soviética en
Hungría tuvieran algo de credibilidad.
El 30 de octubre, Estados Unidos llevó al Consejo de Seguridad una
resolución que pedía la retirada israelí del Sinaí, aunque fue vetada por
Francia y el Reino Unido.
La amenaza económica estadounidense, unida a la amenaza de
agresión de la URSS que dijo planear usar modernas armas de destrucción
contra Londres y París, fue determinante para la retirada de las fuerzas anglo-
francesas e israelíes del Sinaí. Esta retirada fue auspiciada por Lester Pearson,
quien sugirió la creación de un cuerpo especial de interposición, la UNEF y
los Cascos Azules, entre Egipto e Israel, sugerencia que fue aprobada en la
ONU y que más tarde le valió a Pearson el Premio Nobel de la Paz de 1.957.
La retirada de los tres aliados se completó a principios de 1.957.
Israel había conseguido sus objetivos principales de asegurar el paso
libre de barcos en los estrechos de Tirán y el final de las incursiones
guerrilleras dentro de su territorio. Por su parte, ni el Reino Unido ni Francia
consiguieron evitar la nacionalización del canal de Suez. Perdieron influencia
mientras que Estados Unidos se convirtió en pieza clave de la política en
Oriente Medio.

50) 1.958. La crisis política causada por las tensiones políticas y religiosas en
el Líbano, fue acompañada por tropas estadounidenses, que disminuyeron
dichas tensiones. La crisis de Suez exacerbó las relaciones entre el Líbano y
Egipto, debido al hecho que el presidente pro-occidental Camille Chamoun, de
religión maronita, no rompió relaciones diplomáticas con las potencias
occidentales, atacaron Egipto, y por lo tanto el presidente egipcio Gamal
Abdel Nasser estaba encolerizado.
Las tensiones entre ambos países aumentan cuando Líbano se asocia
con los miembros del Pacto de Bagdad. Nasser también cree que dicho pacto
pro-occidental es una amenaza para el nacionalismo árabe. La estructura
política del Líbano, según la cual el presidente debe ser un cristiano maronita,
y el Primer Ministro un musulmán, y diametralmente opuesta en la política
exterior, llevaron al aumento en las tensiones no sólo políticos, sino también
religiosas.
Para 1.957, la oposición musulmana forma el Frente Nacional,
exigiendo neutralidad positiva y la amistad con los países árabes. En mayo y
junio, el país celebró una masiva manifestación contra el gobierno. El
presidente Chamoun intenta cambiar la constitución para perpetuarse en el
poder con un nuevo mandato y en respuesta, estalla la rebelión musulmana,
encabezada por los ex primeros ministros Rashid Karami y Abdallah Yafi y el
Parlamento Hamadeh.
Rápidamente se convirtió en guerra civil, y después de un tiempo, los
rebeldes se hacen cargo de una cuarta parte del país. El presidente Chamoun
apeló al Consejo de Seguridad de la ONU, acusando a la República Árabe
Unida de suministrar armas a los rebeldes a través de Siria. Las Naciones
Unidas enviaron un equipo de inspectores, que encontraron pruebas de una
intervención activa por parte de la República Árabe Unida.
El 14 de julio la Revolución derroca al gobierno pro-occidental de
Irak, creando inestabilidad interna, obligando al presidente Chamoun a pedir
ayuda militar a Estados Unidos. El presidente Eisenhower acepta de inmediato
y crea la Operación Blue Bat el 15 de julio. Este fue el primer uso de la
Doctrina Eisenhower, que proclamó el derecho de los Estados Unidos para
intervenir en caso que algún país fuese amenaza comunista.
Bajo el plan de la operación, el día del desembarco las tropas
estadounidenses fueron al aeropuerto internacional en Beirut, a pocos
kilómetros al sur de la ciudad, el puerto de Beirut y los accesos a la ciudad. En
la operación asistieron alrededor de 14 mil personas, entre ellas 8.509 del
personal militar incluyendo un contingente de la 24ta Brigada
Aerotransportada de la 24ta División de Infantería, con sede en Alemania y
5.670 soldados y oficiales de la Infantería de Marina.
Las tropas estadounidenses controlaron rápidamente tanto la
situación como el país, Eisenhower envió al diplomático Robert D. Murphy
como representante personal. Murphy convenció al presidente Chamoun para
dimitir, y jugó un papel importante en la elección para reemplazarlo por la
moderada Cristiana Fuad Chehab. Uno de los líderes rebeldes, Rashid Karami,
se convirtió en primer ministro.
Estados Unidos retiró sus tropas el 25 de octubre con bajas pequeñas,
apenas 3 soldados murieron en accidentes, y uno fue asesinado por un
francotirador.
51) 1.960. El presidente Eisenhower autoriza la realización en gran escala de
acciones encubiertas para derribar el gobierno de Fidel Castro, quien había
llegado al poder en enero de 1.959 e inició de inmediato una obra
revolucionaria de extraordinario alcance social y apoyo popular. Las acciones
encubiertas incluían el asesinato del líder cubano, creación de bandas
contrarrevolucionarias y sabotaje a los principales sectores de la economía
isleña.
52) 1.961. Fuerzas mercenarias reclutadas, organizadas, financiadas y
dirigidas por Estados Unidos invaden Cuba por Bahía de Cochinos, Playa
Girón. En menos de 72 horas son derrotadas en lo que constituyó la primera
gran derrota militar del imperialismo yanqui en América Latina. La CIA
prepara un golpe de Estado contra el presidente electo de Ecuador J. M.
Velazco Ibarra, quien se había demostrado demasiado amistoso con Cuba.
La invasión de Bahía de Cochinos, también conocida como invasión
de Playa Girón o la batalla de Girón, fue una operación militar en la que tropas
de cubanos exiliados, apoyados por Estados Unidos intentaron invadir Cuba
en abril de 1.961, comenzando por crear una cabeza de playa, formar un
gobierno provisional y buscar apoyo de la Organización de los Estados
Americanos y el reconocimiento de la comunidad internacional.
La acción acabó en fracaso en menos de 65 horas, aplastada por las
Fuerzas Armadas Revolucionarias FAR de Cuba. Más de un centenar de
soldados invasores murieron y otros 1.200 fueron capturados con importante
material bélico. El plan inicial fue diseñado por Richard M. Bisell, alto
funcionario de la CIA, con la finalidad de lanzar una invasión de exiliados
cubanos, establecer un gobierno provisional opositor a Fidel Castro y
sostenerse en una gran ciudad de Cuba, lo más lejos posible de La Habana, y
desde allí lanzar una guerra de guerrillas contra el gobierno cubano, contando
con armas y suministros estadounidenses.
El primer plan de Bisell apuntaba a lanzar tres ataques aéreos
sucesivos contra las Fuerzas Aéreas Revolucionarias, aviación de guerra del
gobierno cubano, para destruir sus aparatos en sus aeródromos y controlar el
espacio aéreo de Cuba. La zona de la invasión sería la costa sur, cerca de la
ciudad de Trinidad, donde se establecería el gobierno provisional auspiciado
por Estados Unidos. Esta localidad tenía suficiente infraestructura para servir a
este fin y estaba alejada de La Habana para soportar las primeras reacciones
del gobierno cubano.
En este plan las sierras de Escambray eran la alternativa de escape si
fallaba la invasión, contando con el apoyo de las guerrillas anticastristas que
luchaban en el Escambray.
Este plan de Bisell fue modificado por decisión de John F. Kennedy,
en acuerdo con el Secretario de Estado Dean Rusk, preocupado por la
imposibilidad de negar la participación estadounidense en un asalto de tan
gran escala. En el aire, se ordenó que pasaran de 16 a 8 los aviones
participantes. En tierra, tras renunciar al desembarco cerca de Trinidad, el
nuevo plan trasladó el punto de ataque a playa Girón, en la bahía de Cochinos,
costa sur de Cuba.
Las fuerzas invasoras partirían por mar desde Puerto Cabezas,
Nicaragua, al igual que los ataques aéreos partirían desde allí y el plan era
destruir la fuerza aérea cubana bombardeando los aviones y las pistas de los
aeropuertos. Durante el desembarco continuarían los vuelos de abastecimiento
y protección de las fuerzas atacantes.
La infantería y la artillería intentarían controlar en principio la
Península de Zapata, cerca de bahía de Cochinos, desde Playa Larga a Playa
Girón, donde se asentaría una cabeza de playa, que después de un periodo de
tres días solicitaría el traslado hacia allí, desde Miami, de un Gobierno
Provisional conformado por los miembros del Consejo Revolucionario,
organización que había sustituido al Frente Revolucionario Democrático, el
cual lo componían los cinco movimientos originales: MRR, OA, AAA, MDC
y DRE.
Al frente del Consejo Revolucionario estaba José Miró Cardona y se
reclamaría formalmente la ayuda militar de Estados Unidos. La zona elegida
para el desembarco era pantanosa y de difícil acceso, con la vasta Ciénaga de
Zapata al oeste y una sola entrada por tierra en la zona oriental, que los
invasores tratarían de controlar ante la respuesta del ejército cubano, pero la
propia Bahía de Cochinos tampoco ofrecía opciones de escape en caso de
fallar el plan.
Desde Puerto Cabezas, actual Bilwi, Nicaragua, partieron los buques
que transportaban al contingente integrado por 1.500 hombres con la
aprobación de John F. Kennedy como continuación de la política del gobierno
anterior. Richard M. Bisell aprobó las modificaciones sugeridas por Kennedy,
y se hizo especial énfasis en ocultar el patrocinio estadounidense a la invasión.
53) 1.963. En República Dominicana, después de siete meses en el poder, es
derrocado mediante un golpe de Estado, Juan Bosch, el primer presidente de la
República en ser elegido de manera democrática luego de la dictadura de
Rafael Leónidas Trujillo. Fue un acontecimiento que cambió el rumbo de la
historia de la República Dominicana.
Juan Bosch retornó al país luego del ajusticiamiento de Trujillo en
1.961 y fue electo presidente en Diciembre de 1.962 por el Partido
Revolucionario Dominicano. Asume la presidencia el 27 de febrero de 1.963,
pero siete meses más tarde, el 25 de septiembre es derrocado, abortando la
vigencia de una Constitución progresista basada en las libertades y la justicia
social.
Este hecho se hizo evidente el 20 de septiembre cuando los grupos
empresariales convocaron una huelga general que paralizó el país por dos días.
Esta huelga fue interpretada por los militares como la señal que había llegado
la hora de realizar el golpe de Estado que habían planificado. Las
consecuencias para el pueblo dominicano no se hicieron esperar, el caos y la
incertidumbre se apoderaron de las calles, los militares con armas en manos se
apoderaron del ambiente.
Cinco días después, el 25 de septiembre de 1.963, Bosch fue
derrocado y reemplazado por un triunvirato presidido por Emilio de los
Santos. La escogencia del Triunvirato y luego la conformación de los
Consejos de Estado, degeneró más tarde, en 1.965, en la Gesta de Abril, tras
un llamado radial del Partido Revolucionario Dominicano PRD, reclamando la
vuelta al poder del Profesor Juan Bosch, quien se encontraba en Puerto Rico.
Poco después ocurriría la segunda intervención norteamericana a la
República Dominicana en el siglo XX, con el arribo de 42 mil marines en el
puerto de Santo Domingo, iniciando así la Guerra de Abril donde destacarían
dos hombres históricos: el Coronel Francisco Alberto Caamaño y el Coronel
Rafael Fernández Domínguez.

54) 1.964. El presidente de Brasil João Goulart, quien se proponía llevar a


cabo una reforma agraria y nacionalizar el petróleo, es víctima de un golpe de
estado apoyado y promovido por Estados Unidos. Dicho golpe de los militares
brasileños con el apoyo del gobierno estadounidense, ocurre la noche del 31
de marzo y entre los militares a favor del Golpe, el evento es designado como
Revolución de 1.964 o Contrarrevolución de 1.964.
El famoso vicepresidente de Jânio Quadros, João Goulart, también
conocido como Jango, accede a la presidencia tras la renuncia de Quadros, el
25 de agosto de 1.961, según la Constitución vigente en la época, promulgada
en 1.946. Sin embargo, Goulart se encontraba como representante de su
gobierno en un viaje a la República Popular de China cuando los castrenses lo
acusaron de ser comunista y le impidieron asumir su lugar como mandatario
en el régimen presidencialista.
Tras las negociaciones lideradas por el cuñado de Jango, Leonel
Brizola, para la época gobernador de Rio Grande do Sul, los simpatizantes de
Jango y la oposición en el Congreso, por más de 230 votos favorables
decidieron hacer un acuerdo político creador del régimen parlamentarista, con
el poder de Goulart reducido pero manteniéndose como Jefe de Estado,
mientras el Jefe de Gobierno sería un primer ministro.
El 2 de septiembre de 1.961 Brasil se había convertido en una
democracia parlamentaria. Con la enmienda constitucional que creó el
parlamentarismo brasileño, todos los actos del Presidente de la República
deberían ser refrendados por el primer ministro. En el modelo adoptado, el
Presidente nombraba al primer ministro y la formación del Consejo de
Ministros que debería ser aprobado por 2/3 del Congreso. No era posible
disolver el Congreso por parte del Presidente.
El primer ministro fue Tancredo Neves, que asumió el poder el 7 de
septiembre de 1.961, el mismo día que João Goulart asumió como presidente
bajo el nuevo régimen. Neves fue sucedido por Francisco Brochado da Rocha
en 1.962 y por Hermes Lima. A pesar de elaborar propuestas para desarrollar
la economía y combatir el déficit público y la inflación, el régimen
parlamentario no permitía que Goulart aprobase propuestas, por falta de una
coalición política consistente.
Debido al insuceso del parlamentarismo, se anticipó un plebiscito
para que la población dijera si continuaba el régimen parlamentario o si el
sistema presidencialista debía ser restablecido. En 1.963, la población apoyó
con mayoría la vuelta del presidencialismo y Goulart pasó a defender reformas
en la economía que permitirían una mejor distribución de la renta, que fueron
conocidas como las Reformas de Base.
Dichas Reformas prevenían la reforma agraria, tributaria,
administrativa, bancaria y en educación, la nacionalización de empresas
extranjeras y la aplicación de la Ley de Control de Remesas para controlar el
envío de intereses a las matrices de empresas extranjeras. En marzo de 1.963,
el Estatuto del Trabajador Rural, de autoría del diputado Fernando Ferrari fue
aprobado en el Congreso, para que los trabajadores del campo tuviesen los
mismos derechos de los trabajadores urbanos.
El gobierno tenía apoyo de los sindicatos, de la Confederación
General de los Trabajadores CGT y de los comunistas y socialistas. Al otro
lado, se oponían a las Reformas grupos de empresarios, grandes propietarios
rurales, militares y sectores de la clase media. En el Congreso, el presidente
encontraba fuerte oposición de la Unión Democrática Nacional UDN y del
Partido Social Demócrata PSD.
Goulart se esforzó para sostener la política exterior no alineada de
Quadros, con énfasis en la búsqueda del desarrollo económico. Así, la disputa
Este-Oeste era sustituida por el conflicto Norte-Sur, alejándose de la Guerra
Fría como eje conductor de la política externa. Las Reformas de Base y la
política externa independiente eran consideradas por sectores militares, la
oposición política y los latifundistas y empresarios como socialistas.
Quadros, había sido presionado hasta la renuncia por buscar un
acercamiento con los países comunistas, sobre todo Cuba y la República
Popular China, sin romper lazos con Estados Unidos. Como Brasil era
fundamental a los intereses políticos del gobierno estadounidense y las
decisiones de política externa afectaban sus intereses, las relaciones entre los
dos países empeoraron.
Washington pasó a apoyar la oposición al gobierno, incluso elaboró
un golpe activando la Operación Brother Sam. En octubre de 1.963 una
entrevista del gobernador Carlos Lacerda, de oposición a Goulart, a un
periodista estadounidense, en la cual atacaba violentamente el gobierno y
también al presidente, dio inicio a una nueva crisis. Los militares consideraron
la entrevista ofensiva a las fuerzas armadas y sugirieron que Goulart decretase
estado de sitio.
El presidente apoyó la idea y envió la propuesta al Congreso, sin
embargo, el partido del gobierno, PTB, no apoyó la idea por temor a la
supresión de las libertades políticas. Sintiéndose aislado, el presidente retiró la
propuesta y empezó a perder control político y militar de la situación. Muchos
militares graduados que se negaron a participar en la conspiración, pasaron a
apoyar sus compañeros radicales.
A la par de las amenazas de los sectores derechistas, Goulart
enfrentaba lo peor de sus relaciones con las fuerzas de izquierda que
declararon en mediados de octubre que "el presidente João Goulart estaba
realizando solo un gobierno de interés exclusivo de las clases conservadoras".
Iniciando 1.964 la economía sufría graves problemas debido a la
reducción de la inversión y al costo de la intervención estatal en la economía
nacional; la inflación se elevaba considerablemente y la pugna política entre el
presidente y la oposición derechista aumentaba. Entre las fuerzas armadas se
proyectaba forzar al presidente Goulart a renunciar a sus reformas y desplazar
de la administración gubernamental a sus aliados de izquierda; Goulart
confiaba en la lealtad de un grupo de oficiales promovidos a altos puestos
durante su mandato, y en la posibilidad que sus partidarios podrían oponer
resistencia armada a una sublevación militar.

El 13 de marzo de 1.964 en una gran asamblea al lado de la estación


Central de ferrocarril en Rio de Janeiro, Goulart firma en plaza pública un
decreto de expropiación de las refinerías de petróleo privadas y autoriza la
expropiación de veinte kilómetros de tierras al borde de carreteras,
ferrocarriles, ríos navegables y represas. Además, pedía una nueva
constitución para el país. Su discurso fue asistido por aproximadamente 130
mil personas.
Ese decreto provoca la reacción de los conservadores, que organizan
las llamadas Marchas de la Familia con Dios por la Libertad. La primera de
ellas ocurrió en São Paulo, el día 19 de marzo, día de San José Obrero, patrono
de la familia. El principal organizador de la marcha fue el diputado Antônio
Sílvio da Cunha Bueno, apoyado por el gobernador Adhemar de Barros,
opositor a Goulart. La marcha terminó junto a la Catedral de la Sé, con una
misa por la salvación de la democracia.
Una asamblea de marineros en Río de Janeiro el 25 de marzo
demandando aumento salarial, genera una ruptura casi total de Goulart y la
jerarquía militar. Dos mil marineros comandados por José Anselmo dos
Santos, conocido como el Cabo Anselmo, estaban presentes y con ellos el
diputado Leonel Brizola. El entonces Ministro de la Marina Sílvio Mota
ordenó la prisión de los marineros que realizaban la asamblea y envió los
Fuzileiros Navais, la policía de la marina, para efectuar las prisiones de los
amotinados.

Los Fuzileiros, por el contrario, se unieron a los rebeldes apoyados


por su comandante, Cândido Aragão. El día 26 de marzo se consigue un
acuerdo con los amotinados, que se rinden y son procesados por
insubordinación, pero el presidente les otorga amnistía poco después. El 30 de
marzo, Goulart improvisa un discurso en el Automóvil Club de Río de Janeiro
ante una tropa de sargentos, y reclama apoyo militar para sus reformas.
Esta fue la señal de actuar a los golpistas.
Mientras tanto, en Panamá, el Día de los Mártires fue un movimiento
ocurrido en dicho país el jueves 9 de enero de 1.964, y cuyo objetivo era
reclamar la presencia de la bandera panameña en el territorio conocido como
la Zona del Canal, una franja de tierra alrededor del Canal de Panamá, que fue
cedido a Estados Unidos a perpetuidad mediante el Tratado Hay-Bunau-
Varilla.
Este suceso fue el detonante para que se aboliera dicho tratado y
entraran en vigor los Tratados Torrijos-Carter. Para 1.964, habían pasado 61
años desde que Panamá se había separado de Colombia y fue declarada nación
libre, sin embargo muchos panameños estaban inconformes porque pese a
esto, no se podía transitar libremente en el territorio nacional.
Los tratados Hay-Buneau-Varilla, firmados en 1.903, concedían una
franja de la Zona del Canal a los Estados Unidos, lo que mantenía al país
dividido en dos partes. Esta condición no era aceptada por los nacionales,
quienes veían con impotencia cómo se les impedía izar con orgullo su bandera
en este territorio, donde solamente ondeaba el pabellón estadounidense.
Luego de una serie de convenios y acuerdos como el Convenio Filós-
Hines en 1.947 y el acuerdo Chiari-Kennedy en 1.963, que buscaban
flexibilizar el Tratado, se logró que la bandera panameña fuese izada en ciertos
lugares civiles, lo que no llenó las expectativas del pueblo panameño. La
situación empeoró debido a que en enero de 1.964, una autoridad
estadounidense en la llamada Zona del Canal, no acató la orden e incumplió
con la izada de la bandera en un sitio en Gamboa considerado civil, acción que
llegó a los oídos de estudiantes panameños.
Los primeros en enterarse fueron los alumnos del Instituto Nacional
quienes agrupados en unos 200, marcharon con el Pabellón Nacional, hoy
restaurado, hacia la entonces Escuela Secundaria de Balboa o Balboa High
School, hoy, Centro de Capacitación de la Autoridad del Canal de Panamá.
Al llegar, los estudiantes conversan con autoridades estadounidenses,
quienes accedieron a que panameños izaran la bandera, sin embargo, alumnos
estadounidenses, rodearon el asta y comenzaron a cantar el himno de Estados
Unidos, impidiendo la acción de los panameños. Esto fue el detonante de la
histórica batalla. Inmediatamente iniciaron los forcejeos, y en una mala acción
por parte de estudiantes estadounidenses, la Bandera panameña resultó
rasgada.
Este sector, la Avenida 4 de Julio, actual Avenida de los Mártires, y
El Chorrillo, fueron los principales escenarios de esta lucha por la soberanía.
En cada lugar, estudiantes panameños intentaban izar el Pabellón Nacional.
Las balas por parte de estadounidenses y piedras de panameños llovieron en la
dividida avenida. El primer mártir en caer fue Ascanio Arosemena, en el área
de Balboa, y posteriormente 21 estudiantes más.
Surgieron rumores y amenazas, incluso que el Canal de Panamá sería
de Estados Unidos. Panamá recibió el apoyo de varios países de América y
Europa, quienes inmediatamente a través de pronunciamientos, rechazaron la
acción de los estadounidenses. El entonces presidente, Rodolfo Chiario,
rompió relaciones con Estados Unidos el 15 de enero.
El asunto pasó a manos del Comité de Paz Interamericano de la
Organización de las Naciones Unidas ONU, quienes posteriormente enviaron
investigadores a Panamá donde, finalmente en el mes de abril, tres meses
después, los acuerdos se cumplieron y se logró izar la Bandera Nacional en los
lugares convenidos.
Los hechos del 9 de enero fueron considerados como el impulso para
que Panamá lograra su total soberanía, ya que entre 1.977 y 1.979, se logró la
firma de los tratados Torrijos-Carter, que puso fecha final a la estadía de las
bases militares de Estados Unidos en Panamá y establecía el traspaso de
propiedades, acción que se cumplió el 31 de diciembre de 1.999.
En Panamá se han construido varios monumentos en los distintos
puntos de batalla, en honor a los mártires y héroes vivientes del 9 de enero.
55) 1.965. Estados Unidos envía miles de efectivos a República Dominicana
para reprimir un movimiento que intentaba restaurar en el poder al
anteriormente derrocado presidente progresista y democráticamente electo
Juan Bosch.
La segunda ocupación estadounidense de la República Dominicana
entre 1.965 y 1.966, llamada Operación Power Pack, comenzó con la entrada
del Cuerpo de Marines en Santo Domingo el 28 de abril. Luego se une la
mayoría de la 82da División Aerotransportada del Ejército de Estados Unidos
y su casa matriz la XVIIIth Airborne Corps.
Con la excusa que había comunistas envueltos en el derrocamiento
de Donald Reid Cabral, Estados Unidos invadió el país. El profesor Juan
Bosch, fue derrocado siete meses después de haberse juramentado como
presidente constitucional de la República Dominicana, el 24 de septiembre de
1.964, por una facción de las Fuerzas Armadas liderada por Elías Wessin y
Wessin.
Bosch fue el primer Presidente electo democráticamente luego de los
30 años de la dictadura Rafael Leónidas Trujillo.
Este hecho tuvo como precedente la promulgación de la Constitución
de 1.963, que establecía entre libertad política, religiosa y de expresión,
derecho a la vivienda, igualdad entre hijos naturales y los nacidos bajo
matrimonio, y el retorno de los disidentes políticos y exiliados durante el
régimen trujillista. También esta Carta Magna favorecía a los campesinos y
trabajadores.
Además prohibía los monopolios, la apropiación de extensivas
tierras y establecía proyectos innovadores que provocaron acusaciones de
diversos sectores contra el profesor Bosch y a su gobierno tildándolos de
comunistas. Asestado el golpe, Bosch sale al exilio a la isla de Puerto Rico.
Apoyados por los partidos minoritarios que perdieron en las elecciones de
diciembre, las fuerzas armadas nombran un triunvirato para gobernar el país
presidido por Emilio de los Santos e integrado por los doctores Ramón Tapia
Espinal y Manuel Tavares Espaillat.
Éste Gobierno se caracterizó por la mala administración pública,
siendo arropado por la corrupción y represión contra el pueblo, que se
manifestó en su contra con protestas en las calles. El 29 de noviembre de
1.964 la agrupación política 14 de Junio, llamada años más tarde 1J4, se
levanta en armas en las montañas dominicanas declarando guerra abierta
contra el triunvirato.
El 21 de diciembre, Manuel Aurelio Tavárez Justo, líder del
movimiento y viudo de Minerva Mirabal, asesinada por el régimen trujillista,
es fusilado en la sección Las Manaclas en la Cordillera Central. Este asesinato
provoca gran indignación popular y motiva la renuncia del presidente del
triunvirato, Emilio de los Santos. En el levantamiento guerrillero mueren 32
dirigentes y militantes de la agrupación política 14 de Junio.
Con el ascenso del doctor Donald Reid Cabral a la presidencia del
triunvirato la situación económica del país se deteriora; se llega a acuerdos con
el Fondo Monetario Internacional FMI, mientras la miseria que sufrían los
sectores marginados se agudizó. Por otro lado, la corrupción administrativa
motivó a un grupo de jóvenes oficiales bajo la coordinación del coronel Rafael
Tomás Fernández Domínguez, conspirasen en los cuarteles a fin de atender el
clamor popular, exigiendo la Constitución del 63 sin elecciones, así hicieron
sucumbir al triunvirato.
El 28 de abril de 1.965, cuatro días después de iniciado el
movimiento cívico-militar que acabó con el gobierno de Reid Cabral, con la
excusa de la presencia de unos 53 dominicanos supuestamente comunistas, el
gobierno de Estados Unidos invadió República Dominicana. Motivada en este
hecho y por el temor que en el país sucediese algo similar al fenómeno socio-
político registrado en Cuba en 1.959, la administración del presidente
estadounidense Lyndon B. Johnson ordenó el desembarco de la 82da División
Aerotransportada de Estados Unidos, con lo que por segunda ocasión en el
siglo XX se violaba la integridad territorial de la nación dominicana.
La invasión norteamericana buscaba preservar su dominio sobre
suelo dominicano.
Uno de los hechos de mayor importancia para los militares
constitucionalistas fue su reintegración a las Fuerzas Armadas con respeto a
sus rangos; la realización de un Acto Institucional inspirado en las libertades,
derechos políticos y civiles consagrados en la Constitución de 1.963. Esta
intervención terminó el 21 de septiembre de 1.966, fecha en que se completó
la retirada de tropas de la llamada Fuerza Interamericana de Paz, el último
remanente de la primera Brigada de la 82da División Aerotransportada
estadounidense en el país, y con el ascenso del doctor Joaquín Balaguer a la
presidencia de la República Dominicana el 1 de junio de 1.966.

Después de un período de inestabilidad política tras el asesinato del


dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo en 1.961, el candidato Juan
Bosch, fundador del Partido Revolucionario Dominicano PRD, fue elegido
presidente en diciembre de 1.962 y posesionado en febrero de 1.963. Un grupo
de militares conservadores junto a la poderosa élite de la oligarquía
dominicana y la jerarquía católica, descontentos con las medidas tomadas por
el nuevo gobierno de Bosch, fraguaron un golpe de estado que desembocó en
una guerra civil.
Al inicio de la sublevación contra Bosch, el general Elías Wessin
controlaba el Centro de Entrenamiento de las Fuerzas Armadas conocido por
las siglas CEFA, grupo élite de 2 mil efectivos de infantería altamente
capacitados. Esta organización cuasi-independiente, originalmente establecida
por Ramfis Trujillo, hijo del ex dictador, se formó para proteger al gobierno.
Estacionados en la Base Aérea de San Isidro, se diferenciaban de las
unidades del ejército regular, por estar equipados con tanques, cañones sin
retroceso y artillería, así como por sus propios aviones de ataque. Wessin
declaró:
-¡La doctrina comunista, marxista-leninista, castrista, o como sea que
se llame, está ahora fuera de la ley!-.
Posteriormente, el poder fue entregado a un triunvirato civil.
Los nuevos líderes rápidamente abolieron la nueva constitución,
llamada del 63. Los dos años siguientes estuvieron marcados por una fuerte
inestabilidad política con numerosas huelgas y conflictos. Donald Reid Cabral,
quién llegó a encabezar la junta, fue impopular para la mayoría de los oficiales
de alto rango en el ejército por su intento de recortar sus privilegios.
Reid sospechó que algunos o todos estos oficiales tratarían de
derrocarlo en la primavera de 1.965 y con la esperanza de evitar un golpe de
Estado, el 24 de abril de 1.965, envió a su jefe de Estado mayor, general
Marcos Rivera, para arrestar a cuatro oficiales considerados conspiradores.
Estos no se rindieron y tomaron un campamento militar al noroeste de Santo
Domingo y capturaron a Rivera.
El Partido Revolucionario Dominicano y el Movimiento
Revolucionario 14 de Junio sacaron gran número de civiles armados a las
calles, creando los primeros escuadrones de la armada rebelde conocidos
como Comandos, que fueron, a veces, bandas de adolescentes bien armadas.
El Movimiento Popular Dominicano distribuyó cócteles molotov a las
multitudes y los militares rebeldes establecieron posiciones defensivas en el
Puente Duarte.
Los rebeldes pro-Bosch, conocidos como Constitucionalistas por
abogar la restauración del presidente Bosch y la restauración de la constitución
del 63, salieron a las calles, apoderándose del Palacio Nacional y de los
medios de comunicación del gobierno en la capital. Los militares leales a la
junta de Reid y los opositores a los constitucionalistas adoptaron el apodo de
Leales.
El coronel Francisco Alberto Caamaño y el coronel Manuel Ramón
Montes Arache, comandante del Cuerpo de Comandos de Hombres Ranas de
la Marina de Guerra Dominicana, se constituyeron en líderes de los
Constitucionalistas. Reid fue capturado en el palacio presidencial por las
fuerzas rebeldes comandadas por Caamaño. No obstante, el general Wessin,
jefe de las Fuerzas Armadas, tomó la posición vacante dejada por Reid,
convirtiéndose en jefe de facto del estado.
Bosch, en el exilio en Puerto Rico, convenció a José Rafael Molina
Ureña, un líder partidista, para que se convirtiera en presidente provisional
hasta su retorno. En los días que siguieron, los Constitucionalistas se
enfrentaron con agentes de seguridad interna y con los militares de derecha del
CEFA. Para el 26 de abril de 1.965, los civiles armados, superaron en número
a los militares rebeldes.
Radio Santo Domingo, ahora bajo el control total de los rebeldes,
comenzó a incitar a acciones violentas.
Ambas partes estaban fuertemente armadas y muchos civiles
quedaron atrapados en el fuego cruzado. El gobierno de Washington comenzó
los preparativos para evacuar a sus ciudadanos y otros extranjeros que
deseasen salir de la República Dominicana. El grado de participación de los
comunistas, incluyendo el Movimiento Revolucionario 14 de Junio, había sido
cuestionado.
El presidente provisional constitucionalista Molina Ureña y el
coronel Caamaño pidieron al embajador de Estados Unidos la intervención
estadounidense para detener los ataques de la Fuerza Aérea Dominicana a las
áreas constitucionalistas. El embajador de estadounidense se negó.
Consternado por este rechazo, Molina Ureña renunció. En la base de San
Isidro, los generales leales de la Fuerza Aérea eligieron el coronel Pedro
Bartolomé Benoit para encabezar una nueva junta lealista.
El 28 de abril, la Fuerza Aérea Dominicana reanudó el bombardeo en
las posiciones rebeldes en Santo Domingo mientras civiles armados rebeldes
invadieron una estación de policía y ejecutaron a los agentes de guardia. De
los 30 mil soldados, pilotos y policías dominicanos, al inicio de la guerra civil,
el general Wessin terminó teniendo bajo su mando a menos de 2.400 soldados
y 200 policías nacionales.
Las primeras acciones militares de Estados Unidos se limitaron a la
evacuación de estadounidenses y civiles extranjeros en la ciudad de Santo
Domingo. Se estableció una zona de aterrizaje en el Hotel Embajador, ubicado
en la periferia occidental de Santo Domingo. Los lealistas no recuperaron el
control de Santo Domingo y un desmoralizado CEFA se retiró a la base en San
Isidro, en el lado este del río Ozama.
El general Wessin y el último líder del depuesto régimen
gubernamental, Donald Reid, mejor conocido como El Americano, solicitaron
la intervención de Estados Unidos.
La decisión de intervenir militarmente en la República Dominicana
fue una decisión personal del presidente de Estados Unidos Lyndon Johnson,
quien, convencido de la derrota de las fuerzas leales y por temor al
surgimiento de una segunda Cuba en el Caribe, ordenó a las fuerzas armadas
estadounidense restaurar el orden.
Hasta ese momento, todos los asesores civiles habían estado en
contra de la intervención inmediata, abrigando la esperanza que la parte
lealista diese fin a la guerra civil. El presidente Johnson, siguió el consejo de
su embajador en Santo Domingo, W. Tapley Bennett, quien argumentó la
ineficiencia e indecisión de los líderes militares dominicanos.
Bennett sugirió que los Estados Unidos interpusieran sus fuerzas
entre los rebeldes y los de la Junta, y aplicasen un alto el fuego. Luego,
Estados Unidos pide a la Organización de Estados Americanos la negociación
de un acuerdo político entre las facciones opuestas. El jefe de Estado Mayor
general Wheeler le dijo al general Palmerde, de la CINCLANT en relación a la
intervención militar:
-¡…su ocupación sin previo aviso es para evitar que la República
Dominicana se vuelva comunista!-
El 29 de abril, bajo el argumento oficial de la necesidad de proteger
las vidas de los extranjeros, ninguno de los cuales había sido muerto o herido,
una flota de 41 buques bloquea la isla y comienza la invasión de infantes de
marina y parte de la 82da División Aerotransportada. También, se desplegaron
75 miembros de la compañía E del 7th Special Forces Group.
En definitiva, se envió a Santo Domingo un contingente de 42 mil
soldados e infantes de marina.
El presidente Johnson declaró esa noche que había dado órdenes para
el desembarco de infantes de marina en Santo Domingo con la finalidad de
proteger la vida de ciudadanos norteamericanos y que la OEA había sido
informada de esa situación. Otras versiones afirman que la invasión se efectuó
de forma unilateral y que los delegados de la OEA se enteraron por radio y
televisión luego del discurso de Johnson. No obstante, poco después, los
Estados Unidos junto con la OEA, formaron una fuerza militar interamericana
para la intervención en la República Dominicana.
Las fuerzas constitucionalistas resistieron la invasión.
A media tarde del 30 de abril, se negoció un alto al fuego, auspiciado
por el nuncio apostólico en el país. El 5 de mayo fue firmado el Acto de Ley
de Santo Domingo por el coronel Benoit, lealista; el coronel Caamaño,
constitucionalista, y el comité especial de la OEA. Este acto buscaba un total
cese de fuego, reconocimiento de una Zona de Seguridad Internacional, un
acuerdo para ayudar a los organismos de socorro y la inviolabilidad de las
misiones diplomáticas.

La Ley estableció el marco para futuras negociaciones, pero no pudo


detener todos los enfrentamientos. Los francotiradores constitucionalistas
continuaron disparando contra las fuerzas de Estados Unidos, aunque los
enfrentamientos entre las facciones dominicanas disminuyeron por un tiempo.
Ante la imposibilidad de la victoria militar, los rebeldes
constitucionalistas eligieron a su líder Francisco Alberto Caamaño como
presidente del país. Los oficiales de Estados Unidos contrarrestaron está
acción declarando al general Antonio Imbert Barrera como presidente. El 7 de
mayo, Imbert fue juramentado como presidente del Gobierno de
Reconstrucción Nacional.
El siguiente paso en el proceso de estabilización, según lo previsto
por el gobierno de Washington y la OEA, fue arreglar un acuerdo entre
Caamaño e Imbert para la formación de un gobierno provisional. Sin embargo,
Caamaño se negó a reunirse con Imbert hasta que varios de los oficiales leales,
incluyendo Wessin, fueran obligados a abandonar el país.
El 13 de mayo el general Imbert comenzó la Operación Limpieza,
con la que sus fuerzas eliminaron algunos focos de resistencia rebelde en las
afueras del sector de Ciudad Nueva, y silenciaron Radio Santo Domingo. La
operación terminó el 21 de mayo.
El 14 de mayo los estadounidenses establecieron un corredor de
seguridad conectando la Base Aérea de San Isidro y el Puente Duarte con el
Hotel Embajador y la Embajada de Estados Unidos en el centro de Santo
Domingo, los estadounidenses acordonaron la zona constitucionalista de Santo
Domingo bloqueando las carreteras y estableciendo patrullaje de forma
continua.
Unas 6.500 personas de varias naciones fueron evacuadas y puestas a
salvo. Además, las fuerzas armadas estadounidense suministraron ayuda por
vía aérea a gran parte de nacionales dominicanos.
A mediados de mayo, la mayoría de la OEA votó a favor de llevar
adelante la operación, la reducción de las fuerzas estadounidenses y su
sustitución por una Fuerza Interamericana de Paz FIP la cual quedó
establecida formalmente el 23 de mayo. Las tropas fueron enviadas por:
Brasil, 1.130; Honduras, 250; Paraguay, 184; Nicaragua, 160; Costa Rica, 21
policías militares; y El Salvador, 3 oficiales de Estado Mayor.
El primer contingente en llegar fue una compañía de fusileros de
Honduras, que fue respaldada por destacamentos de Costa Rica, El Salvador y
Nicaragua. Brasil presentó la mayor cantidad de efectivos con un batallón de
infantería reforzada. El general brasileño Hugo Panasco Alvin asumió el
mando de las fuerzas terrestres de la OEA y el 26 de mayo las fuerzas armadas
de Estados Unidos comienzan a retirarse.
Los combates continuaron hasta el 31 de agosto de 1.965, cuando se
declaró una tregua. La mayoría de las tropas estadounidenses se fueron poco
después y las operaciones de mantenimiento de paz fueran entregadas a las
tropas brasileñas, aunque con una presencia militar estadounidense que se
mantuvo hasta septiembre de 1.966.
El general norteamericano Bruce Palmer y el general brasileño Hugo
Panasco Alvin, comandantes de la FIP, el general John Deane, jefe de la 82da
División Aerotransportada de Estados Unidos, y altos oficiales militares y
policiales se reúnen el 9 de septiembre con el general Wessin en su casa, cerca
del Cachón de la Rubia, para conjurar la crisis desatada por su negativa de
salir del país.
Mientras 26 helicópteros norteamericanos sobrevuelan el espacio
sobre y alrededor de su casa, el general Panasco Alvin le comunica que debe
salir del país en calidad de cónsul en Miami. No obstante, frente a las
continuas amenazas y ataques, incluyendo un ataque particularmente violento
en el Hotel Matum en Santiago de los Caballeros, Camaaño aceptó un acuerdo
impuesto por el gobierno de Estados Unidos y el nuevo presidente provisional
dominicano, García Godoy, envió al coronel Caamaño como agregado militar
en la embajada dominicana ante el Reino Unido.
En las elecciones presidenciales de 1.966 y con el apoyo abierto del
gobierno estadounidense, la candidatura de Joaquín Balaguer, quien había sido
presidente títere durante la era de Trujillo, resultó ganadora por encima de
Juan Bosch, quien nunca recuperó el poder. Este hecho dio lugar a una relativa
estabilidad política aparejada a una fuerte represión por parte del gobierno de
Balaguer, que se convirtió en una figura preponderante en el quehacer político
dominicano durante décadas.
Un total de 44 soldados estadounidenses murieron, 27 en acción. Y
172 fueron heridos en acción. Del personal IAPF, 6 brasileños y 5 paraguayos
resultaron heridos en acción. Por los Dominicanos se estima que entre 6 mil y
10 mil murieron, la mayoría civiles.
56) 1.966. Estados Unidos envía armas, asesores y Boinas Verdes a
Guatemala, para implementar una llamada campaña contrainsurgente. En un
informe del Departamento de Estado reconocía que: "para eliminar a unos
pocos cientos de guerrilleros habrá que matar quizás a 10 mil campesinos
guatemaltecos".
Guatemala amanece el 3 de noviembre de 1.966 con la implantación
del estado de Sitio por el gobierno del presidente Julio César Méndez
Montenegro, ante una ola de atentados que azotó al país. Días atrás se habían
producido varios ataques con bombas y otros métodos en diferentes puntos del
país, especialmente en la capital. Los hechos eran aislados y no tenían relación
entre sí y ningún grupo se había atribuido los ataques.
Méndez Montenegro y sus ministros se reúnen la tarde del 2 de
noviembre para adoptar medidas de emergencia destinadas a combatir la ola
de terrorismo desatada en los últimos días. No se sabía exactamente cuales
medidas adoptaría para contrarrestar los actos de sabotaje.
El Ministerio de Gobernación ordenó la protección de las
instalaciones de servicio público en forma inmediata para evitar que fuesen
objeto de la actividad terrorista. Las fuerzas del orden mantendrían control
preventivo en torno a las instalaciones distribuidoras de agua potable y energía
eléctrica y las vías de comunicación, vitales para la población.
El atentado a la planta eléctrica de Amatitlán fue uno de los varios
ataques que azotaron el país, así como ataques a casas particulares sin ningún
vínculo político eran cotidianos en esa época.
Los periodistas habían recibido amenazas de muerte de parte de una
organización clandestina que se identificó como Frente de Resistencia
Nacional FRN. Las amenazas obedecían a una campaña de nervios para causar
intranquilidad ciudadana. La organización de marras emitió un boletín a
manera de decreto en la que se anunciaba la ejecución sin misericordia de los
directores y reporteros de los radioperiódicos Guatemala en Marcha, El
Debate, Guatemala Flash, El Independiente y Audioprensa, además de los
periódicos El Gráfico, El Estudiante y Opinión Revolucionaria, a quienes
señalaban de colaborar con el comunismo.
La situación en la capital era confusa, por cuanto ningún grupo
organizado se atribuía los ataques. Esto queda patente en el editorial de Prensa
Libre del 1 de noviembre de dicho año. En el texto se indicaba que ante la
falta de claridad en el objetivo de los ataques, se formaba la idea de una
estrategia de lucha fundada en supuestos falsos, como pasó durante la
administración del general Miguel Ydígoras Fuentes, en la que los atentados
se centraban en personas inocentes.
Las investigaciones de la Policía señalaban que los ataques terroristas
eran obra de grupos organizados para contrarrestar a las guerrillas que
operaban en el país, facciones anticomunistas que con dichas acciones daban
señales de vida, a pesar de lo contradictorio que pudiera resultar con sus
ideales de mantener el control y el orden.
Méndez Montenegro se había convertido en el primer civil electo en
asumir la presidencia del país desde Juan José Arévalo. Los siguientes
presidentes habían sido militares, por lo que buscaba, en apariencia, un
gobierno de estabilidad y democracia. Éste había sido apoyado durante la
campaña por las Fuerzas Armadas Rebeldes FAR, movimiento de la
insurgencia que operaba en esos momentos.
El gobierno de Méndez se autodenominaba el Tercer Gobierno de la
Revolución y ganó la elección de 1.966.
Sin embargo, el presidente electo fue condicionado por el ejército a
través de la firma de un pacto secreto para que éste último tuviera la libertad
de operar contra las organizaciones de la insurgencia. Un periodo de
tranquilidad se vivía durante la toma de posesión, ya que la guerrilla había
disminuido su actividad a la expectativa del nuevo gobierno y porque a través
de su actuar en la campaña electoral había ganado cierta afinidad con la
población.
Aún así, en sus estructuras internas estaba el debate de continuar con
las hostilidades o esperar el actuar del gobierno y, con la muerte del dirigente
Luis Turcios, en octubre, los enfrentamientos y ofensiva del Ejército se
reanudan con el apoyo de Estados Unidos en las áreas rurales y las tácticas de
contrainsurgencia en la capital.

57) 1.967. Un grupo de Boinas Verdes son enviados a Bolivia para ayudar a
encontrar y asesinar a Ernesto Che Guevara.
58) 1.968. La CIA, organiza una fuerza paramilitar considerada como la
precursora de los tenebrosos Escuadrones de la Muerte.
59) 1.970. La intervención de Estados Unidos puede plantearse con respecto al
Chile del gobierno de la Unidad Popular en dos fases: antes de las elecciones
presidenciales de 1.970, durante el proceso electoral y antes de la investidura;
y tras la toma de poder de Salvador Allende.
Ya en 1.964, Estados Unidos financia un programa de propaganda
contra Allende, apoyando a su opositor Eduardo Frei, cristiano-demócrata que
gobernará durante 6 años. Durante el gobierno Frei, el embajador Dungan de
Estados Unidos, establece relaciones entre su país, Frei y el partido de éste
último. En 1.965, se desarrolla la intervención estadounidense en Santo
Domingo y se realiza el conocido Plan Camelot, que consistió en un estudio
estadounidense de la sociedad chilena.
El plan Camelot, proyecto del Departamento de Defensa de Estados
Unidos para estudiar el potencial subversivo en toda la sociedad de un país en
desarrollo, tuvo el financiamiento más cuantioso de la historia de las ciencias
sociales. Se intentó aplicar en Chile en 1.965 y su fracaso, provocado por las
denuncias de Álvaro Bunster, secretario general de la Universidad de Chile y
embajador del presidente Allende en Londres hasta el golpe, produjo un
escándalo en la comunidad internacional de sociólogos, al revelarse la
utilización política subversiva de las ciencias sociales por parte del gobierno
estadounidense.
El caso del plan Camelot es considerado un clásico de las
intervenciones políticas.
Dicho plan es estudiado en las Facultades de Ciencias Sociales de
Europa y América, pues plantea problemas límite de orden profesional, moral
y político. No es improbable que el golpe del 73 constituya también un clásico
del golpe de Estado con intervención de Washington y sean estudiadas su
técnica y su historia. En el estrechamiento de relaciones que se produce entre
Estados Unidos y Chile durante el gabinete Frei, va a ser muy importante el
hecho que las Fuerzas Armadas Chilenas pasen a depender tecnológicamente
por completo de Estados Unidos.
La actuación de Estados Unidos en Chile se realizaba a través de las
multinacionales y la CIA. La piedra angular que relacionaba a la CIA con las
multinacionales era John McCone, antiguo jefe de la CIA y en esa época uno
de los directores de ITT. Antes de las elecciones presidenciales de 1.970, la
CIA financia un programa de propaganda anti-Allende sin apoyo a un
candidato alternativo, con contribuciones de Anaconda, ITT, bancos
estadounidenses y el periódico chileno El mercurio.
Mientras Allende no había sido investido presidente pero ya era
candidato electo, John McCone se reúne en Washington con el Secretario de
Estado Henry Kissinger y con el jefe de la CIA Richard Helms, para tratar los
métodos de coacción que las fuerzas privadas estadounidenses con intereses en
Chile podían desarrollar sobre Allende. La CIA presenta un informe que
afirma que Estados Unidos no tenía intereses vitales en Chile, que el equipo
militar mundial no será alterado por el gobierno Allende y que la victoria de la
Unidad Popular suponía una amenaza a la cohesión hemisférica y un avance
psicológico del sistema marxista.
En la campaña electoral de las presidenciales en las que vence
Allende, la CIA calculaba, según encuestas que había realizado en Chile, que
el triunfo sería del candidato conservador Jorge Alessandri, quien representaba
la única garantía cierta para Estados Unidos. El dirigente de los empresarios
norteamericanos inversionistas en América Latina, Ferrer, en el Foro sobre el
Cobre el 12 de Junio en Nueva York, afirmó:
-¡Tengo razones para creer que si Alessandri es elegido, no habrá
cambios en la actitud de Chile hacia la industria extractiva!-.
Tanto el presidente de ITT, Meneen, como su colega en el directorio
de ésta, John McCone, antiguo director de la CIA que continuaba siendo
consultor de la Agencia a la vez que desempeñaba en la ITT, estaban
preocupados por el futuro de Chile. McCone tuvo conversaciones y reuniones
sobre la materia con el director de la CIA, Richard Helms, que había sido
subordinado suyo y continuaba siendo amigo personal, en las que se consultó
si se había decidido hacer algo para apoyar a un candidato amigo en Chile.
No se hizo absolutamente nada porque se pensaba que Alessandri
obtendría mínimo el 40 % de los sufragios.
El Forty Comitee, reunido el 14 de Septiembre de 1.970 autoriza
preparar un programa de propaganda y presión económica contra Allende, más
un fondo de 250 mil dólares para Frei y para sobornar diputados chilenos; en
busca de una unión entre Alessandri, candidato perdedor ante Allende, y el
presidente saliente, Frei. Richard Nixon va a pedir al embajador de Estados
Unidos en Chile, Korry, que hiciera todo lo posible, menos la intervención
militar, para que Allende no llegase al poder.
En la política total de Estados Unidos respecto a Chile, el papel de la
CIA en 1.970 fue relativamente periférico. Los definidores de dicha política,
con Kissinger a la cabeza, disponían de todas las informaciones y tomaban las
decisiones claves. El plan de intervención para subvertir Chile, fue obra del
Pentágono, que estaba a cargo de la operación material respectiva.
La intención de aplicarlo iniciando la acción antes de las elecciones y
desarrollándose si resultaba necesario durante y después de ellas,
correspondían también al Pentágono. El grado de secreto de este plan y su
eventual aplicación contra Chile, era muy superior al que rodaba las acciones
de ITT hasta la CIA en relación a Chile. La decisión política sobre esta materia
residía en el nivel presidencial de Estados Unidos.
La experiencia generó que desde mayo de 1.970 hubiese una especial
atención en la Embajada de Chile ante la Casa Blanca frente a cualquier
indicio sospechoso, por mínimo que pareciera, aunque esto resultaba una tarea
intelectual, técnica y políticamente casi imposible. Revisar los libros
consulares y otros registros para analizar el número, el tipo y las condiciones
de las solicitudes norteamericanas de visas para entrar en Chile en el período
anterior a la elección de Allende sí era posible, pero era un trabajo, en cierta
medida, inútil, pues según convenio, los turistas norteamericanos podían entrar
a Chile por cierto lapso sin necesidad de visa.
Siendo así, ningún agente norteamericano iba a solicitar visas
oficiales para entrar en el país, pues este camino formal dejaba huellas. Pero lo
improbable ocurrió, pues un burócrata del Pentágono, sin saber el objetivo del
viaje de diversos grupos de oficiales de la Marina de los Estados Unidos, que a
mediados de 1.970 alcanzaron a cerca de doscientos, decidió cumplir con la
regla, que era obligatoria por lo demás en el caso de miembros de las Fuerzas
Armadas de uno y otro país, y requerir a la Embajada de Chile, caso por caso o
en grupo, las visas oficiales para estos casi doscientos marines.
La Embajada formalizó, con toda la fuerza que le confería una
externa indignación política y moral, este asunto ante el gobierno de Estados
Unidos, y tomó otras medidas de defensa y ataque requeridas por la situación.
El Ministro Valdés instruyó a la Embajada suspender todo otorgamiento de
visas a norteamericanos, interrumpió igualmente la entrada de ciudadanos
estadounidenses a Chile y dio orden de pedir explicaciones y elevar una
protesta al Departamento de Estado.

La Embajada había constatado que esas peticiones escalonadas


correspondieron a un grupo selecto de oficiales y suboficiales especialmente
de la marina norteamericana, que eran expertos en comunicaciones, logística,
electrónica, inteligencia, ingenieros, pilotos navales y otras actividades
semejantes. Y, además, que la hoja de vida de numerosos de ellos incluía
actividades de subversión en el extranjero, relacionadas con países y épocas en
que se habían producido golpes de Estado.
Por último, se constató que no existía ningún proyecto público del
Departamento de Defensa norteamericano en Chile ni en Sudamérica, la
Antártida, el Polo Sur, el Océano Pacífico Sur o Atlántico Sur, que pudiera
explicar o motivar la presencia de tan elevado número de expertos militares en
Chile. En cambio, las peticiones de visa se referían todas a la época precisa,
anterior, simultánea y posterior a las elecciones presidenciales chilenas del 4
de septiembre.
Las explicaciones por parte de los Estados Unidos fueron, en primer
lugar que la mayoría de ellos venían de visita, inspección, turismo,
instrucción, entre otros. Después que había ido para participar en la operación
conjunta naval chileno-estadounidense Unitas, cuando se había cancelado por
parte de Chile al celebrarse las elecciones presidenciales. Ya, por último, se
adujo que ese grupo de casi doscientos marines pertenecía al Orfeón Naval de
las Unidades norteamericanas de la operación Unitas, que, a pesar de la no
participación de Chile por la elección presidencial, se preparaban para visitar
Chile en la época de la realización de los ejercicios navales peruano-
estadounidenses, en Septiembre, como muestra de amistad cultural.
Y, tras hacerse pública la operación, el Departamento de Defensa
recomendó al Pentágono que se cancelara.
Las decisiones políticas respecto a Chile y contra Allende tomadas
por el gobierno de Estados Unidos a su más alto nivel, es decir, Nacional
Security Council o Forty Comité, con Kissinger a la cabeza y ocasionalmente
en presencia directa del presidente Nixon, fueron definidas sucesivamente
cinco veces entre 1.970 y 1.973. Las cuatro primeras se produjeron en 1.970,
lo que manifiesta la oscilación norteamericana en la búsqueda de tácticas para
impedir la elección de Allende y luego para hacer caer el gobierno legítimo de
Chile.
La inicial, en algún momento anterior a la primera mitad de 1.970; la
segunda a mediados de Septiembre; la tercera y cuarta a principios de
Noviembre. La última definición política contra Chile antes del golpe del 11
de Septiembre de 1.973 se produjo después del 4 de Marzo de ese año y antes
del 24 del mismo mes. En un memorándum de la empresa ITT se pudo leer
que tarde en la noche del martes 15 de Septiembre el embajador Edward Korry
recibió un mensaje del Departamento de Estado dándole luz verde para
moverse, a nombre del presidente Nixon.
El mensaje le daba máxima autoridad para hacer todo lo posible con
la sola salvedad de una acción del tipo República Dominicana, para impedir el
acceso al poder de Allende.
Es decir, a mediados de Septiembre de 1.970 el gobierno de Estados
Unidos había adoptado oficialmente una política de plena intervención en
Chile; decisión definida por Kissinger implementada a nombre del presidente
Nixon; la política oficial norteamericana incluía acciones de subversión, salvo
la introducción masiva de tropas de tierra norteamericanas, y era
complementada por un plan sistemático para provocar el caos económico en
Chile, admitiendo como coadyuvante en la realización de ese plan a
corporaciones privadas como ITT y otras.
Entre mediados de Septiembre y fines de Octubre de 1.970 se
mantuvo en suspenso el acceso efecto de Allende y de la Unidad Popular al
gobierno. Las maniobras de la reacción chilena, que iban desde las fórmulas
de prestidigitación política, como proponer que el Congreso eligiese a
Alessandri bajo promesa de renunciar de inmediato permitiendo elecciones
generales en que triunfase Frei, hasta actos de terrorismo de la extrema
derecha para provocar la reacción revolucionaria de la extrema izquierda
suscitando así la buscada intervención militar que a su vez diera ocasión a
nuevas elecciones en las que, nuevamente, predominaría Frei, hasta gestiones
de oficiales de las Fuerzas Armadas para convencerlos de dar un golpe militar
sin buscar pretextos.
También eran opciones las intrigas de elementos del ejército,
operaciones financieras y económicas que alterasen el sistema monetario,
productivo, de distribución, entre otros, la creación de una atmósfera de
desconfianza e inseguridad, usando medios violentos e instrumentos
psicológicos, atentados y amenazas a dirigentes de izquierda, asesinato del
Comandante en Jefe el ejército, entre otros altos oficiales.
De todos los actos de agresión de Septiembre y Octubre de 1.970, los
que respondían a un plan más coherente, y acaso las mejor aplicadas, fueron
las medidas de perturbación de la economía chilena.

Del otro lado del mundo, el 14 de abril de 1.970, el ERVN realizó


una primera incursión en territorio camboyano y el 29 de abril el teniente
general Do Cao Tri lanzó 12 mil hombres sobre el Pico de Loro. Pero sería el
1 de mayo cuando el general Robert Shoemaker ordenó a los oficiales
destacados en la frontera con Camboya avanzar sobre el Pico de Loro y el
Anzuelo.
Algunos soldados aceptaron con resignación participar en estas
incursiones, pero la mayoría vio con regocijo el poder golpear el santuario del
FNLV y vengar todos los muertos que habían llegado flotando por el río
Mekong.
La incursión estuvo precedida de bombardeos que causaron muchos
muertos entre los campesinos, lo que a la larga fue terrible para el gobierno
pro-occidental de Camboya. Nixon era consciente de las repercusiones que
traerían aquellas acciones; pero como él mismo había declarado, prefería
perder la reelección a ser el primer presidente en perder una guerra.
Las acciones en El Anzuelo encontraron resistencia del EVN que,
como era costumbre, desaparecía en la selva tras un breve tiroteo. Ni siquiera
en el pueblo de Snuol hubo oposición a la potencia de fuego de los M60
Patton. Pronto los emplazamientos de artillería del EVN fueron capturados y
se enviaron cien M551 Sheridan que sí encontraron resistencia; pero la
vencieron pronto.
Saquearon el poblado, interrogaron a los campesinos y finalmente lo
arrasaron. En esos interrogatorios los camboyanos informaron que había una
ciudad guerrillera en la jungla. Poco después, un helicóptero Loach avistó una
casa camuflada y comenzó el bombardeo de artillería y aviación. Cuando los
infantes pudieron entrar en lo que llamaron La Ciudad, encontraron 400
cabañas de paja y 180 escondites con suministros médicos, alimentos y ropa,
además de 480 fusiles y 120 mil cartuchos.
El 30 de junio, los soldados volvieron a sus bases, dejando graves
pérdidas a la 9na División vietnamita, encargada de la defensa en retaguardia.
Por el otro bando se contabilizaron 354 estadounidenses muertos y 1.689
heridos. El ERNV dijo haber perdido 866 hombres y tener 3.274 heridos. El
Presidente anunció la muerte de 11.349 enemigos y la captura de suficientes
suministros y armas para cubrir las necesidades de un año, aunque la CIA
calificó ese recuento de altamente sospechoso.
Nixon ordenó el envío de 31 mil soldados más a Camboya para
destruir lo que no se pudiera transportar, pero el cuartel del EVN para Vietnam
del Sur, el COSVN, no apareció. Por contra, los bombardeos de la Operación
Menú y los de la posterior Freedom Deal causaron mucho daño y más rencor,
colocando a la población camboyana contra su gobierno, aliado de los Estados
Unidos.
La USAF prosiguió los bombardeos en la capital camboyana para
impedir a los Jemeres Rojos tomarla, pero la caída de Nom Pen era cuestión
de tiempo en cuanto las bombas cesaron. Además, el apoyo del depuesto
príncipe Norodum Sihanouk a los sanguinarios Jemeres Rojos legitimó a estos
en su insurgencia, que databa de 1.969 en el norte del país.
Con esa base de odio hacia un gobierno indolente y corrupto, el
terreno estaba abonado para la llegada de Pol Pot, sus genocidas seguidores y
los campos de la muerte.
La invasión de Laos se produjo con la operación Lan Som 719 que
debía castigar a las EVN en sus santuarios en Laos, pero las cosas fueron muy
diferentes a lo que debieron ser.
En 1.971 Laos era el país más atravesado por la Ruta Ho Chi Minh,
por lo que debía ser golpeada con gran contundencia. El 18 de enero de 1.971,
aniversario de una famosa victoria vietnamita sobre los chinos en 1.427, el alto
mando militar sudvietnamita ordenó al general de división Le Truong Tan
comenzar la Operación Lan Som 719. Tenía como objetivos desbaratar
cualquier posible ofensiva comunista sobre Vietnam del Sur durante un año y
lograr con ello:

1) Dar más tiempo al ERVN para culminar una preparación que le


permitiese derrotar al EVN y al FNLV.
2) Reiterar a los norvietnamitas que Richard Nixon estaba dispuesto a
utilizar todos los medios militares disponibles a su alcance para forzar
la paz con el Norte.

La operación perseguía abrir un corredor de 25 km de ancho por 35


de largo entre la frontera de Vietnam del Sur y la ciudad laosiana de Tchepone.
Eso cortaría la Ruta Ho Chi Minh, permitiría capturar abundante material y
detendría las operaciones de los guerrilleros en el Sur. Se destinaron las
mejores divisiones sudvietnamitas, como los marines, paracaidistas y Rangers,
además de vehículos blindados, todo bajo el mando del general Xuan Lam.
Pero el EVN esperaba un ataque así y concentró cerca de la frontera
un cuerpo de ejército formado por las divisiones 304, 308 y 320, más un
regimiento acorazado y otro de artillería. Cuando la ofensiva no había pasado
la mitad del camino planificado, las numerosas bajas sufridas en la Carretera 9
y en las colinas al norte de Laos obligaron a detener el avance survietnamita.
Poco después comenzó una evacuación con helicópteros de apoyo
que terminó en retirada.
Las imágenes de decenas de helicópteros regresando a Vietnam del
Sur atestados de soldados gravemente heridos, algunos atemorizados, echaron
por tierra las esperanzas de poder contar con el ERVN para defender Vietnam
del Sur. Lan Som 719 había costado casi 9 mil hombres. Sin embargo, dos
años después, los sudvietnamitas demostraron que aún les quedaban cartas por
jugar frente al mismo enemigo que tan duramente los había expulsado de
Laos.

60) 1.971. El diario The Washington Post confirma que la Agencia Central de
Inteligencia CIA había intentado asesinar en varias oportunidades al líder de la
revolución cubana Fidel Castro. Años después, en la medida que los
documentos secretos de la CIA son desclasificados, se ha sabido que los
intentos se cuentan por decenas y los planes por centenares.
61) 1.973. Los militares toman el poder en Uruguay, apoyados por Estados
Unidos. La subsiguiente represión alcanzaría elevadísimas cifras de población
encarcelada por razones políticas.
Igualmente, el 11 de Septiembre de 1.973 el gobierno socialista de
Salvador Allende fue derrocado por la intervención de las Fuerzas Armadas.
El golpe representó la culminación de una serie de presiones internas y
externas anteriores. El gobierno de Estados Unidos y sus negocios privados
juegan un papel importante, pues la caída de Allende beneficiará a los
intereses económicos y políticos estadounidenses. Para eso hay que tener en
cuenta la dependencia económica de Chile del exterior y las multinacionales
que operan en el país.
Chile estaba muy vinculado al país del norte, de tal forma que estaba
obligado a aceptar los precios que le imponía el segundo en el cobre, que
representaba el 80 % de la riqueza del país. Esto provoca, entre otras cosas,
que Chile presente una deuda en 1.960 de 3 mil millones de dólares,
teniéndole que sumar la inflación, desempleo, enormes contrastes socio-
económicos, entre otros.
El objetivo de Allende y de la Unidad Popular era acabar con la
dependencia económica del país, pero erró en los instrumentos y vías a seguir,
pues chocó con los intereses de los más poderosos: ITT, multinacional de
telecomunicaciones y con importantes inversiones en el sector hostelero;
Anaconda y Kennecott.
La política de Estados Unidos ha mantenido siempre dos objetivos:
evitar la influencia de potencias extracontinentales en el hemisferio occidental
y hacer de América Latina una esfera especial de influencia de
estadounidense, esto último mediante diversos medios, entre ellos el comercio
y la inversión, la diplomacia y las actividades militares. Los países
latinoamericanos también han tenido dos metas constantes en su política
respecto a Estado Unidos: asegurarse la ayuda estadounidense con objeto de
evitar toda injerencia por parte de potencias extracontinentales, y restringir la
predominante influencia gringa.
A este nudo de situaciones no podía escapar Chile.
Sus relaciones con Estados Unidos comienzan en la década de 1.820,
pero sólo alcanza ese nivel potencialmente interamericano hacia fines de siglo,
en momentos en que Chile, a consecuencia de su triunfo en la Guerra del
Pacífico entra a jugar en el espectro de la diplomacia norteamericana, a veces
conflictivamente. Este encuentro coincide con la etapa naciente de máximo
imperialismo de Estados Unidos, y no es casualidad que Chile sea víctima de
una humillante irracionalidad, muy típica de las expansiones imperiales.
A partir de 1.947, se da una creciente integración en el horizonte de
la guerra fría. Esto lleva a que Chile perciba que sus intereses fundamentales
sean congruentes con los del Sistema Interamericano, aunque ocasionalmente
se dan disonancias a veces pronunciadas, como frente a la cuestión cubana.
Durante el sexenio democratacristiano, sin una ruptura formal ni esencial con
este enfoque interamericano, el gobierno y la clase política chilena acentúa los
elementos antagónicos en las relaciones interamericanas, como necesidad
latinoamericana de diversificar sus vínculos.
A comienzos del siglo XX el capital privado de Estados Unidos
comienza a asentarse en Chile, que se convierte en depositario de grandes
inversiones privadas estadounidenses, especialmente en la minería del cobre.
Esto le da sesgo económico a las relaciones chileno-estadounidenses y otorga
interpretación imperial a esas relaciones.

Desde los años 20´s todos los gobiernos chilenos se volverían hacia
Washington en busca de ayuda económica y, en líneas generales, aceptarían
gustosamente inversiones privadas de capital norteamericano. De ahí que en
1.970 la parte de la deuda externa chilena con los Estados Unidos sería
considerable, como la dimensión de la inversión privada en el país.
En la segunda mitad de la década de 1.960, como producto de
decenios de frustraciones en torno a una política mancomunada entre el Estado
chileno y las compañías norteamericanas, el gobierno chileno propone una
legislación que culminaría en la virtual nacionalización de la llamada Gran
Minería. En cuanto a las relaciones económicas, el sistema económico chileno
presentaba escasa autonomía y sus principales características eran fuerte
endeudamiento externo, alta proporción de las exportaciones controladas
desde el exterior, rápida desnacionalización industrial y capacidad tecnológica
insuficiente.
La influencia norteamericana también se muestra en las Fuerzas
Armadas, sobre todo a partir de la postguerra, y en la identificación de Chile
con el TIAR, al que se consideró pieza maestra de la defensa de la seguridad
nacional chilena. La dotación de las Fuerzas Armadas Chilenas se hizo posible
gracias al pacto de Ayuda Militar en 1.952, y permitió una modernización de
aquellas en la década de 1.950.
Asimismo las tensiones políticas que implicaba el esquema de la
guerra fría, hicieron que la doctrina tradicional de las Fuerzas Armadas, que
implicaba un anticomunismo latente, adoptase una ideología anticomunista
compartida en sus rasgos con el Sistema Interamericano.
En un memorándum del gobierno de Allende se puede leer lo
siguiente:
-¡“En 1.945 se iniciaron en Chile las conversaciones a cargo por
parte de Estados Unidos de misiones especiales para regular las relaciones
militares entre ambos países”!-.
El objetivo norteamericano en esta materia estaba claro para sus
diplomáticos y personeros militares desde el inicio de esta acción. Hay
testimonio de ello en comunicaciones confidenciales de la época publicadas
hace poco por el Departamento de Estado. Los principales objetivos habrían
sido los siguientes:

1) Uniformar, para los efectos de salvaguardar la seguridad de Estados Unidos,


en toda la región latinoamericana, y bajo el control determinante de ese país,
la logística, los abastecimientos militares y la doctrina militar en cada uno de
los países latinoamericanos.
2) Hacer de Estados Unidos el único abastecedor de armamentos y otros
implementos de significado militar para cada rama de las Fuerzas Armadas y
de Seguridad en todas las naciones latinoamericanas, confirmando el
correspondiente control militar, político, entre otros, y con las ventajas
consiguientes para la industria de armamentos norteamericana desde el punto
de vista comercial.
3) Crear por estas vías un control de armamentos en la región, administrado
exclusivamente y de acuerdo a sus conveniencias políticas y de seguridad, por
Estados Unidos, de manera que los colocaba en condición de equilibrar o
desequilibrar, según su criterio, las relaciones militares tradicionales entre los
países de la región.
4) Influir en la proporción y distribución de los efectivos militares de cada
país, en términos de acondicionarlos al apoyo de las bases militares
norteamericanas en distintos puntos del continente latinoamericano.
5) Crear una presencia política norteamericana determinante que aumenta
grandemente la capacidad de acción de sus Embajadas, de sus intereses
privados, entre otros aspectos, en el interior de cada país.

El motivo o pretexto de la guerra fría, y la situación desmedrada de


prácticamente todos los países latinoamericanos en el aspecto económico
durante este período, la cual los hacía convenir en acuerdos que aparentemente
facilitaban la modernización de los equipos militares a costos inferiores a los
comerciales, aceleraron el proceso.
Es decir, el gobierno de Estados Unidos quiso mantener, como
instrumento básico de su dominio hegemónico y cualquiera fuese la suerte de
los intereses privados norteamericanos en Chile, sus vinculaciones de todo
orden con las Fuerzas Armadas Chilenas, pues tal relación consagraba la
dependencia de Chile. La posibilidad que la fuerte izquierda chilena llegase al
poder hizo que desde comienzos de la década de 1.960 Estados Unidos
decidieran impulsar, en primer lugar, lo que consideran un gobierno
modernizador, como el del conservador de Jorge Alessandri de 1.958-1.964, y
con mayor energía, el de Eduardo Frei de 1.964-1.970, que apareció como
renovación en el sistema político chileno.
A partir de 1.963, se financiarían por medio de una labor de
inteligencia las actividades del Partido Demócrata Cristiano, y otras
agrupaciones políticas no marxistas. Por otra parte, Estados Unidos comienza
a ayudar económicamente a Chile, de modo que en esa década el país se
convierte en el mayor recipiendario de ayuda económica en América Latina,
aunque esta ayuda comenzaría a decaer a fines del decenio.
En vista de los poderosos canales de influencia directa: diplomáticos,
económicos, militares; e indirecta: culturales en su sentido amplio; la
influencia norteamericana en Chile, la capacidad de Estados Unidos de llevar
adelante una política hegemónica, aparece como algo incontrarrestable.
Documentos desclasificados en 2.009 de los archivos de los
organismos de inteligencia de ese país confirman los esfuerzos de Washington
por, primero, evitar la toma de posesión de Allende en 1.970; segundo, su
apoyo a la guerra sucia que se desencadenó tras asumir la presidencia y,
tercero, el apoyo a los golpistas.
Para nadie es un secreto que la asunción del régimen militar,
encabezado por el general Augusto Pinochet, en el poder hasta 1.990, fue
producto de una prolongada campaña del gobierno estadounidense de
manipulación política y desestabilización en Chile. Está confirmado que, en
1.964, la administración del presidente Lindon Johnson invirtió 10 millones de
dólares en una campaña secreta para asegurar la elección del demócrata
cristiano, Eduardo Frei, como presidente contra el candidato del Partido
Socialista, Salvador Allende.
En esa época estaba en su apogeo la Guerra Fría, confrontación
ideológica entre Estados Unidos y la entonces Unión Soviética, que en
América Latina cobró fuerza tras el triunfo de la Revolución Cubana, que dio
su apoyo solidario a Allende. Durante la presidencia de Richard Nixon, en
1.970, el secreto Comité 40, una organización presidida por el secretario de
Estado, Henry Kissinger, junto a funcionarios de la Agencia Central de
Inteligencia CIA y del Pentágono, decidió que una intervención electoral
masiva provocaría una fuerte reacción.
El embajador estadounidense en Chile, Edward Korry, recomendó
una urgente operación secreta de la CIA para preparar un preventivo golpe de
estado militar.

-¡No veo por qué tenemos que mantenernos al margen y observar a


un país convertirse en comunista debido a la irresponsabilidad de su propio
pueblo!-, afirmaba Kissinger, quien, junto al director de la CIA, Richard
Helms, bloquearon el propuesto golpe por considerarlo irrealizable antes de
las elecciones.
Allende obtuvo la victoria en las elecciones sobre la base de un
programa de reformas con medidas populares, teniendo como primer objetivo
recuperar el cobre, que estaba en manos extranjeras. Durante tres años su
gobierno enfrenta fuerte oposición de derecha y de la Democracia Cristiana,
partido de centro vinculado a la Iglesia Católica, que había gobernado entre
1.964 y 1.970.
Durante este período hubo seis tentativas fracasadas de golpe por
parte de la derecha, la mayoría de ellas con ayuda directa del gobierno
estadounidense.
Los bancos congelaron créditos y el gobierno de Estados Unidos
congeló la ayuda económica a Chile, mientras el Banco Mundial y otras
instituciones financieras internacionales, dominadas por Washington,
cancelaban préstamos al gobierno chileno, y la empresa ITT formó un comité
de representantes de corporaciones estadounidenses para fraguar una estrategia
contra Allende, de la mano con la administración Nixon.
Agentes de la CIA fueron enviados a Chile para sabotear la economía
y fomentar un movimiento de oposición contra el gobierno chileno, como la
masiva huelga de camioneros que paralizó prácticamente el transporte del
país. La implicación de Estados Unidos en el planeamiento del golpe,
codificado FUBELT, comenzó antes de la victoria de Allende.
Un grupo de oficiales que trabajaban bajo la dirección de la CIA
llevó a cabo el asesinato de general Rene Schneider, un oficial
constitucionalista, con quien se buscaba un golpe militar. Un cable de la CIA
del 16 de octubre de 1.970, divulgado bajo el Acta de Libertad de
Información, explica los objetivos del gobierno estadounidense:
"Es la firme y continua política que Allende sea
derrocado por un golpe (...) Debemos continuar
generando la presión máxima hacia este fin
utilizando todos los recursos apropiados. Es
imprescindible que estas acciones sean ejecutadas
clandestinamente y bajo seguridad para ocultar
bien la mano americana y del USG".

La CIA estableció una organización fascista llamada Patria y


Libertad, dirigida por Federico Willoughby McDonald, quien después sería
secretario de prensa de Pinochet. También pagó a los medios de prensa
chilenos para mantener una campaña de propaganda hostil contra el gobierno
popular. Esa organización paramilitar derechista patrocinó la operación
Djakarta, un plan para asesinar líderes del gobierno de Unidad Popular.
El nombre de la organización era para honrar el éxito más sangriento
de la CIA: el golpe militar en Indonesia en 1.965, durante el cual un millón de
personas fueron asesinadas. Según los documentos, la CIA ayudó a los
militares chilenos a elaborar listas de personas a ser exterminadas. El 10 de
septiembre de 1.973, un día antes del golpe, los nombres de 3 mil líderes de
alto nivel y 20 mil de nivel medio de organizaciones populares, grupos de
derechos y libertades civiles, partidos políticos izquierdistas, entre otros,
fueron distribuidos a las escuadrillas de la muerte.
Prácticamente todo aquél que no huyó del país fue cazado y
asesinado.
Según cifras oficiales, en Chile fueron asesinados más de 3 mil
personas, 1.200 aún están desaparecidas y más de 30 mil fueron torturadas.
En testimonio posterior ante un Comité del Congreso de Estados
Unidos, el antiguo director de la CIA, Guillermo Colby, dijo que las
ejecuciones en masa habían logrado "algún bien" al hacer la guerra civil en
Chile inverosímil.

62) 1.975. La Guerra civil de Angola ha sido el conflicto más largo que ha
tenido lugar en África. Se libró como consecuencia de la Guerra de la
Independencia de Angola de 1.961 a 1.974, que enfrentó a varios movimientos
angolanos enemigos y a sus aliados, pero resultó de manera inmediata del
proceso de descolonización de 1.974 hasta 1.975, que agudizó y amplificó esta
guerra.
El conflicto de Angola enfrentó al gobierno del MPLA contra la
UNITA, el FNLA, Sudáfrica y Zaire, actual RD Congo, apoyados por Estados
Unidos. Al gobierno angoleño lo ayudó Cuba, que se tomó muy en serio esta
guerra que Fidel llamó contra el imperialismo.
Todo comenzó con la descolonización.
En el siglo XVI, Portugal y el reino de El Congo mantenían estrecha
relación comercial basada en el intercambio. En tanto el reino del Congo se
valía de la capacidad de recursos para evangelizar a los nativos y convertirlos
al cristianismo con el objetivo de acrecentar su poder y autoridad, los
portugueses, que realmente perseguían un fin evangelizador, también estaban
atentos a otro tipo de prestaciones: la trata de negros.
Al comienzo hubo un espíritu de entendimiento entre ambos países,
pero el proyecto esclavizador trajo tal desequilibro que generó, no sólo
problemas sociales, sino debilitamiento del poder. Fue cuando ambos bandos
se enfrentaron y Portugal tomó control de una fracción de Angola. El
desmantelamiento abusivo de Angola llevó gran prosperidad a Portugal.
A mediados del siglo XX, los angoleños se organizaron mediante la
formación del Frente Nacional para la Liberación de Angola FNLA y del
Movimiento Popular para la Liberación de Angola MPLA, independencia que
logran en 1.975.
Independientes, pero enfrentados.
Una vez conseguida la independencia y eliminado el imperialismo
portugués, al pueblo de Angola le apareció un nuevo enemigo: los
imperialistas occidentales. Estados Unidos y Sudáfrica estaban interesados en
ocupar el poder que habían dejado los portugueses.
Al conseguir la independencia, Naciones Unidas reconoce
legítimamente el gobierno del MPLA con José Eduardo Dos Santos como líder
en el poder, pero ni Estados Unidos ni Sudáfrica lo aceptaron. Los tres
movimientos nacionalizadores: el FNLA, el MPLA y la UNITA, quedaron
enfrentados por la toma del poder.
El conflicto de Angola se extendió a Zaire, Sudáfrica y Namibia y los
intentos por frenar las múltiples ofensivas fueron varias: en 1.988 se firmó el
Acuerdo Trilateral de Nueva York mediante el cual Angola, Sudáfrica y Cuba
aceptaban la independencia de Namibia. Asimismo, Sudáfrica se comprometía
a quitar su apoyo al UNITA, retirando sus tropas de Angola.
De la misma manera, se establecieron treguas que no fueron
duraderas.
Aunque la contienda comenzó por el rechazo del FNLA y de la
UNITA a compartir el poder con el MPLA, realmente se perpetuó por el apoyo
internacional a cada uno de los bandos, y se alargó durante la década de los 90
´s por la negación de Jonás Savimbi de aceptar los resultados electorales de
1.992. La guerra terminó tras la muerte de este en 2.002, dejando al menos
3.500 muertos, cuatro millones de refugiados y unos 100 mil mutilados,
especialmente por minas antipersonas.
En el caso de Angola, la más extensa y rica de las colonias
portuguesas, el gobierno de Estados Unidos usó un plan encubierto para
aplastar al pueblo e implantar un gobierno títere. Punto clave fue su alianza
con Sudáfrica para frustrar la independencia del país y convertirla en
condominio del corrupto Mobutu y del fascismo sudafricano, cuyas tropas
invadieron Angola.
A mediados de octubre de 1.975, el ejército de Zaire y fuerzas
mercenarias reforzadas con armamento pesado y asesores militares
sudafricanos se aprestaban a lanzar nuevos ataques en el norte de Angola, pero
por el sur columnas de blindados sudafricanos entraron para ocupar la capital
antes de la proclamar la independencia el 11 de noviembre.
En ese momento en Angola estaban 480 instructores militares
cubanos, en respuesta a la solicitud hecha por el Presidente del Movimiento
Popular para la Liberación de Angola MPLA, Agostinho Neto. Ante lo
inminente del ataque, Cuba envía tropas que combatan a los ejércitos de
Sudáfrica, la mayor y más rica potencia en ese continente, y de Zaire, el más
rico y bien armado títere de Europa y Estados Unidos.
A más de 10 mil kilómetros de distancia, Cuba inicia la Operación
Carlota, nombre clave de la más prolongada, masiva y exitosa campaña militar
internacionalista de cuantas realizase hasta la fecha. El imperio no pudo
alcanzar sus propósitos de desmembrar Angola y escamotear su
independencia, y nunca imaginó que un país del Tercer Mundo, actuando en
apoyo de otro pueblo, les iba a derrotar en un campo de batalla.
La agresión imperialista fue detenida en poco más de un mes.
36 mil soldados cubanos se encargaron de hacer retroceder al ejército
racista sudafricano más de mil kilómetros hasta su punto de partida, la frontera
de Angola y Namibia, enclave colonial del gobierno del apartheid. Por el
norte, en pocas semanas las tropas regulares de Mobutu y los mercenarios
fueron expulsados del territorio angoleño.

Tras esa primera victoria, Cuba acordó la retirada paulatina de sus


tropas a medida que la República Popular de Angola iba formando su propio
ejército. Pero a principios de los 80´s los gobiernos de Pretoria y Washington
retomaron su política de agresión. En esa década crece la lucha de los pueblos
de Namibia, Zimbabwe y Sudáfrica contra el colonialismo y el apartheid.
Angola se convirtió en sólido baluarte de esos pueblos, a los que
Cuba brindó también todo su apoyo mientras los crímenes del régimen del
apartheid se sucedieron.
63) 1.976. Asume el poder una dictadura militar en Argentina. Años después
se desclasificaron en Estados Unidos casi 5 mil documentos secretos que
revelaron la estrecha colaboración y el apoyo otorgado desde los más altos
niveles del poder en Washington a los militares argentinos, responsables de la
muerte de al menos 30 mil civiles, gran parte de ellos jóvenes estudiantes y
trabajadores.
Recientemente, el Departamento de Estado norteamericano
desclasificó documentos que implican directamente al antiguo secretario de
Estado Henry Kissinger y otros altos responsables estadounidenses en los
crímenes cometidos por la dictadura argentina, que inició una campaña de
asesinatos, torturas y desapariciones tras asumir el poder. Kissinger estuvo
involucrado en las operaciones del llamado Plan Cóndor, una red de
cooperación para capturar y ejecutar opositores políticos en Argentina, Brasil,
Chile, Uruguay, Paraguay y Bolivia.

64) 1.977. Embargo militar a Guatemala. El 3 de noviembre, Prensa Libre


publicó la noticia sobre el embargo militar a Guatemala, Argentina, Brasil, El
Salvador y Uruguay ordenado por Jimmy Carter, presidente de Estados
Unidos. Al firmar la ley de ayuda externa del año fiscal 1.978, Carter se
comprometió a utilizar el voto estadounidense en las instituciones crediticias
internacionales para defender los derechos humanos.
Cinco gobiernos latinoamericanos serían privados de toda ayuda, por
cuanto habían renunciado con anterioridad a los créditos estadounidenses para
la adquisición de material bélico, acusando al gobierno norteamericano de
inmiscuirse en los asuntos internos de los países. Al expresar su preocupación
por la situación de los derechos humanos en Argentina, la administración
Carter redujo los créditos militares al gobierno argentino, que alcanzaban los
US$ 15 millones.
El gobierno argentino rechazó esta cantidad, señalando que la
administración de Carter no tenía derecho a interferir en cuestiones
domésticas. Anteriormente, el parlamento norteamericano había eliminado los
programas de ayuda militar y redujo la ayuda económica a los gobiernos de
Chile y Uruguay, tras examinar las denuncias que pesaban sobre estos, pues
eran constantes las violaciones de los derechos humanos.
Los gobiernos de Brasil, El Salvador y Guatemala renunciaron a la
ayuda estadounidense después que se publicase un informe elaborado por la
cancillería norteamericana sobre la situación de los derechos humanos en estos
países. Descontento por la actitud norteamericana, el gobierno brasileño
cancela los tratados de cooperación militar entre ambos países que se
remontaba a la Segunda Guerra Mundial.
Para los gobiernos de Brasil, Guatemala, El Salvador y Uruguay, la
ley de ayuda externa firmada por el presidente norteamericano solo anulaba
una ayuda que ya había sido rechazada por los cuatro países. Argentina fue
uno de los países más afectados debido a la nueva ley, que estipulaba eliminar
el programa de entrenamiento militar a oficiales de ese país en academias
militares estadounidenses.
Un comunicado oficial daba cuenta que varios oficiales argentinos
habían recibido entrenamiento en el pasado, en academias de guerra en la zona
del Canal de Panamá y en Estados Unidos. El programa de entrenamiento para
1.978, preveía un presupuesto de US$ 700 mil destinados al adiestramiento de
186 oficiales argentinos en diversas especialidades. Sin embargo, el
parlamento rechazó este presupuesto solicitado por el Gobierno, señalando que
este se facilitaría a los militares argentinos para utilizarlo en represión interna.
La eliminación de la ayuda a militares latinoamericanos se debía a
que se violaban los derechos humanos; esto fue criticado por altos oficiales
militares estadounidenses que consideraron se perjudicaba la estrategia
continental. El presidente de la junta interamericana de defensa, general
Gordon Summer, informó en Nueva York, que estos recortes de ayuda podían
resquebrajar la unidad estratégica y permitir que aumentase la amenaza
comunista en el continente.
Varios funcionarios del Pentágono solicitaron al comité de Estados
Unidos ejercer influencia moderadora para que continuase la ayuda militar a
los regímenes latinoamericanos. Según estos funcionarios, la eliminación de la
ayuda estadounidense produciría reacciones negativas entre los militares y no
contribuía a mejorar la situación de los derechos humanos.
Expertos económicos estadounidenses expresaron su preocupación,
ante la decisión del gobierno del presidente Carter de aplicar un veto a los
organismos crediticios internacionales para defender los derechos humanos.
Carter consiguió que los parlamentarios no incluyeran ninguna enmienda a la
ley de ayuda externa de 1.978, por la que se hubiera obligado a los delegados
norteamericanos, ante organizaciones como el Banco mundial y el Banco
interamericano de desarrollo, a votar en contra de préstamos a países
violadores de los derechos más elementales del ser humano.
Todos los regímenes militares latinoamericanos, a excepción de Perú
y Ecuador, fueron los más señalados de cometer graves violaciones a los
derechos humanos. Los proyectos de desarrollo de esos regímenes financiados
en gran parte con préstamos de organizaciones crediticias internacionales,
podrían verse gravemente afectadas si Estados Unidos llevaba a efecto su
decisión de votar en contra de los créditos a los gobiernos acusados de violar
los derechos humanos.
El Gobierno norteamericano anunció en 1.981 la reanudación de la
ayuda militar de Estados Unidos a Guatemala por medio de su portavoz del
Departamento de Estado, Dean Fischer. El propósito de la reanudación de la
ayuda era neutralizar la ayuda a la guerrilla guatemalteca. El general retirado
Vernon A. Walters, ex director adjunto de la CIA, en aquella ocasión visitó
Guatemala luego que su país cortase toda ayuda militar a Guatemala en 1.977.
El presidente Romeo Lucas García rechazó la ayuda, por las críticas
de la Administración Carter al Gobierno guatemalteco por violaciones a los
derechos humanos. Se percibía el recrudecimiento de la actividad guerrillera y
la represión gubernamental contra las formaciones políticas. A esto se sumó la
persecución militar contra campesinos de Quiché, lo cual provocó el éxodo
hacia México.
65) 1.979. Nicaragua. Los Contras o contra, diminutivo de
Contrarrevolucionarios o Contrarrevolución, también autodenominados
Resistencia Nicaragüense, es el nombre dado a los diferentes grupos
insurgentes opuestos al gobierno del Frente Sandinista de Liberación Nacional
FSLN, en el poder en Nicaragua desde el derrocamiento, en julio de 1.979, del
gobierno dictatorial del presidente Anastasio Somoza y su familia.
El movimiento de la Contra agrupaba diferentes organizaciones con
objetivos diversos, la Fuerza Democrática de Nicaragua, FDN, era su facción
más importante. En 1.987 prácticamente todas las ramas que formaban la
Contra se unieron, al menos nominalmente, en la Resistencia Nicaragüense.
Su líder principal era el coronel Enrique Bermúdez y alcanzaron la cifra de 22
mil combatientes. Otro dirigente destacado y fundador de la Contra, fue
Adolfo Calero.
Estados Unidos fue el impulsor del movimiento y contribuyó
material y financieramente a su formación. Esta relación quedó probada por la
Corte Internacional de Justicia en 1.984 revelando que el gobierno de Estados
Unidos durante la presidencia de Ronald Reagan entrenaba, armaba,
financiaba y abastecía a las Contras, principalmente a través de la Agencia
Central de Inteligencia CIA.
Precisamente, el escándalo Irán-Contra se desató debido a que
Estados Unidos vendía armas de forma ilegal a Irán para financiar las Contras.
El Caso Nicaragua contra Estados Unidos, fue llevado ante la Corte
Internacional de Justicia en el cual el gobierno nicaragüense acusó a Estados
Unidos por violaciones al derecho internacional por apoyar a la oposición
armada en su guerra contra dicho gobierno y minar los puertos del país. La
Corte dictaminó en favor de Nicaragua, pero Estados Unidos se negó a
respetar la decisión de la Corte, argumentando que ésta no tenía jurisdicción
sobre el caso.
Después de la decisión de la Corte, Estados Unidos retira su
declaración de aceptar la jurisdicción obligatoria de la Corte. En septiembre de
1.992, durante el Gobierno de Violeta Barrios de Chamorro, Nicaragua retiró
sus reclamaciones ante la Corte y así perdonó la deuda del Gobierno de los
Estados Unidos de América para con el país centroamericano.

66) 1.980. Estados Unidos incrementa la asistencia masiva a los militares de


El Salvador que se enfrentan a las guerrillas del FMLN. Los escuadrones de la
muerte proliferan; el Arzobispo Romero es asesinado por terroristas de
derecha; 35 mil civiles son muertos entre 1.978 y 1.981. La violación y
asesinato de 4 monjas por sicarios de los militares hace que el gobierno yanqui
suspenda la ayuda militar por un mes.
La historia de El Salvador ha pasado por diversos periodos, los
cuales han marcado su actual estado económico, político y social. Antes de la
llegada de los conquistadores españoles a tierras americanas, el territorio
estaba habitado por diversos pueblos amerindios que ya habían formado
órdenes sociales sofisticados; con la conquista, el sincretismo y el
sometimiento toman protagonismo hasta que, la entonces Provincia de San
Salvador, adquirió su independencia del Imperio español, logrando su carácter
de Estado en 1.824 para formar parte de las Provincias Unidas del Centro de
América, primero, y de la República Federal de Centro América, después,
como una entidad federativa.
El Salvador adquiere su estatus de república libre e independiente en
1.859, luego de separarse de la Federación Centroamericana en 1.841, unión
que fue disuelta de facto dos años antes, en 1.839, al haberse separado de esta
el resto de estados centroamericanos, quedando solo El Salvador como
miembro oficial de ella. A partir de mediados del siglo XIX, El Salvador inicia
un lento proceso de consolidación económica y social como nación
independiente hasta comenzar la concreción de esta con las Reformas liberales
entre las décadas de 1.870 y 1.880.
Esta coyuntura inauguraría el período denominado La República
Cafetalera, que caracterizaría la historia salvadoreña hasta la década de 1.920.
En 1.931 inicia un periodo de dictadura militar, donde el ejército controla al
Estado hasta 1.979. Durante los años 80´s sucedió una guerra civil, dejando un
saldo de muertos y desaparecidos sin precedentes en su historia.
En 1.992 se firman los Acuerdos de Paz de Chapultepec, evento que
marca el inicio de una nueva época en la historia de la nación. En la
actualidad, la situación económica y social tiende a dificultar las posibilidades
de superación de la población. Se conoce comúnmente como guerra civil de El
Salvador al conflicto bélico interno ocurrido en el país centroamericano, en el
que se enfrentaron el ejército gubernamental o Fuerza Armada de El Salvador
FAES, contra las fuerzas insurgentes del Frente Farabundo Martí para la
Liberación Nacional FMLN.
El conflicto armado nunca fue declarado en forma oficial, pero se
considera que se desarrolló entre 1.980 y 1.992, aunque el país vivió un
ambiente de crisis política y social durante la década de 1.970. El número de
víctimas de esta confrontación armada ha sido calculado en 75 mil muertos y
desaparecidos. El conflicto armado concluyó, luego de un proceso de diálogo
entre las partes, con la firma de los Acuerdos de Paz de Chapultepec, que
permitió la desmovilización de las fuerzas guerrilleras y su incorporación a la
vida política del país.
No obstante, El Salvador ya había sufrido anteriormente, al menos
una guerra civil, entre 1.826 y 1.829, cuando formaba parte de la República
Federal de Centro América. Según la Comisión de la verdad de las Naciones
Unidas, las fuerzas gubernamentales son responsables de 85 % de los
asesinatos del conflicto y los guerrilleros de 5%.
67) 1.981. La Administración Reagan inicia la guerra de los contras para
destruir el gobierno sandinista en Nicaragua. La CIA avanza en la
organización de los contras en Nicaragua. Habían comenzado el año anterior
con un grupo de 60 antiguos guardias de Somoza. Cuatro años después
llegarían a agruparse en la contra casi 12 mil ex guardias. De los 48 jefes
militares más importantes de la contra, 46 habían sido oficiales de la Guardia
Nacional.
Estados Unidos también avanzó en la guerra económica contra
Nicaragua y en las presiones ejercidas por el Fondo Monetario Internacional y
el Banco Mundial. El general Omar Torrijos, presidente de Panamá, muere en
un accidente aéreo. Desde entonces ha existido la sospecha que la CIA tuvo
que ver con el desastre, debido al nacionalismo patriótico de Torrijos y a las
relaciones amistosas que su gobierno sostenía con Cuba.
Entre tanto, del otro lado del mundo, el primer incidente del golfo de
Sidra tuvo lugar el 19 de agosto de 1.981, cuando dos Su-22 libios fueron
derribados por dos F-14 Tomcat estadounidenses en las costas de Libia.
Tras los precedentes ataques del grupo de ataque libio, dos F-14 del
escuadrón VF-41 Black Aces, el F-14 Fast Eagle 102 pilotado por el
Comandante Henry “Hank” Kleeman y el Subteniente David “DJ” Venlet, y el
Fast Eagle 107, pilotado por el Subteniente Lawrence “Music” Muczynski y el
Subteniente segundo James “Amos” Anderson, estaban volando como medida
para cubrir el espacio aéreo en alerta por posibles ataques con misiles.
Siguiendo las alertas de sus radares y sus ESM interceptan una señal
de alerta desde el centro de comando del USS Nimitz, un E-2C Hawkeye de
Ala Embarcada de Alerta Temprana VAW-124, hizo contacto de radar con las
señales provenientes de dos Fitters que habrían despegado de la base Okba
Ben Nafi, cerca de Tripoli. A ambos aparatos se les dio la orden de interceptar
a los aparatos hostiles.
Pocos segundos tras encontrárselos, a una distancia aproximada de
300 m, un aparato libio dispara uno de sus misiles AA-2 Atoll contra uno de
los F-14, siendo su impacto fallido. Luego, los dos Sujóis pasan a los aparatos
norteamericanos, tratando de escapar. Acto seguido, los Tomcats evaden y
posteriormente les regresan el fuego bajo sus reglas de ataque, en el marco de
las medidas de autodefensa posibilitadas tras un ataque hostil.
Tras el asalto, los F-14 regresan a su posición buscando la base de
dichos aparatos en tierras libias y tras los rastros de dichos cazas libios. Los
norteamericanos disparan sus Sidewinders AIM-9L; el primer derribo se le
acredita al Fast Eagle 102, el segundo al Fast Eagle 107. El reporte oficial de
la armada norteamericana indica que ambos pilotos libios se eyectaron y
fueron rescatados, pero en una grabación de audio proveniente del USS
Biddle, uno de los pilotos de los F-14 involucrados dijo que vio eyectarse a un
piloto libio, pero que su paracaídas falló al abrirse.
Menos de una hora después, y tras conducir una operación de rescate
para sus pilotos derribados, dos MiG-25 armados entran al espacio aéreo del
golfo en dirección a los portaviones a velocidades Mach 1.5, empezando
maniobras de simulacro de ataque con dirección al USS Nimitz. Tres F-14
despegan con dirección a los aparatos libios, tras lo cual retornan a su base.
A su vez los Tomcats aterrizan, pero sin tiempo para regresar, ya que
los cazas libios vuelven a enfilar hacia el grupo embarcado del USS Forrestal
y el USS Nimitz una vez más. Tras ser rastreados por los sensores del F-14,
los MiG finalmente retornan a su base. Una vez más los cazas libios en
formación tomaron dirección al golfo de Sirte. Tras ello, los cazas embarcados
y sus buques nodriza enfilan al golfo el día siguiente.
68) 1.982. La Guerra del Líbano de 1.982, denominada por Israel Operación
Paz para Galilea y también conocida como Primera Guerra del Líbano, fue un
conflicto armado que dio inicio el 6 de junio cuando las Fuerzas de Defensa de
Israel invadieron el sur del Líbano para expulsar a la OLP de dicho país. El
Gobierno de Israel ordenó la invasión como respuesta al intento de asesinato
del embajador israelí en el Reino Unido, Shlomo Argov, por parte del grupo de
Abu Nidal.
El conflicto entre el Líbano e Israel se remonta a los años 70´s y ha
dado lugar a numerosas y sangrientas incursiones militares israelíes contra
grupos armados palestinos y Hezbolá. En 1.978, Israel ocupó parte del
territorio libanés en la Operación Litani, asentándose en una franja situada al
sur del río del mismo nombre. Más de mil civiles murieron en la contienda.
Ese mismo año, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó
resoluciones instando a Israel a abandonar los territorios ocupados y creaba
una fuerza provisional internacional a fin de confirmar esa retirada y
garantizar el restablecimiento de la paz. En junio de 1.978, las fuerzas israelíes
se retiraron del Líbano, exceptuando lo que Tel Aviv denominó Zona de
Seguridad. En esta región, los israelíes han contado con la ayuda de una
milicia cristiana libanesa, el Ejército del Sur del Líbano ESL, al que
proporcionan instrucción militar y ayuda económica.
Durante el verano de 1.982, Israel inicia una gran ofensiva contra el
país vecino. En esta ocasión se hizo con el control de Beirut, que fue sitiada y
bombardeada durante dos meses, hasta que las fuerzas de la Organización para
la Liberación de Palestina OLP aceptaron salir de la ciudad. La operación
militar recibió el nombre Paz para Galilea. Durante la ocupación israelí de
Beirut, se permitió la entrada de milicias cristiano-falangistas libanesas a la
zona oeste de la ciudad, donde se encontraban dos campos de refugiados.
El 16 de septiembre, dichas milicias entraron a los campos e
iniciaron la ejecución de unos 3.500 refugiados palestinos en la ciudad,
conocidas como Matanzas de Sabra y Chatila. Las fuerzas israelíes ocuparon
Beirut hasta julio de 1.983, cuando se retiraron al río Awali, al norte de Sidón.
Toda la zona comprendida entre este río y la frontera siguió ocupada hasta
1.985, cuando retrocedieron a la Zona de Seguridad.
Las fuerzas de Tel Aviv fueron asediadas durante ese periodo por
grupos armados libaneses, entre los que destacan los surgidos de la comunidad
Chií, la más numerosa del sur del Líbano. Entre ellos ocupa un lugar
preferente la organización Hezbollah, fundada en 1.982. Las relaciones entre
las distintas milicias libanesas se caracterizan a menudo por la rivalidad, lo
que ha provocado diversos enfrentamientos armados.

La Liga Árabe dio fin a los ataques con la firma del Acuerdo de Taif
en 1.989.
Por su parte, el Gobierno libanés decretó el desarme de todos los
grupos armados del país, con excepción de Hezbolá, que desmanteló su
estructura en Beirut, pero la mantuvo en el sur del Líbano para continuar su
conflicto con Israel. Desde 1.981, los combates en el sur del Líbano habían
involucrado a Hezbolá, las fuerzas israelíes y el ESL. El 25 de julio de 1.983,
tras el asesinato de siete soldados israelíes, Tel Aviv inicia con la operación
Rendición de Cuentas, la Guerra de los Siete Días, en la que el sur del país
sufrió la mayor ofensiva militar.
Los combates acabaron al llegar las partes contendientes, con la
mediación de Estados Unidos, a un acuerdo que estipulaba que los
combatientes de Hezbolá no atacarían el norte de Israel y que los israelíes no
atacarían a personas o blancos civiles en el Líbano. Sin embargo, este acuerdo
no acabó con los combates, trasladados a la Zona de Seguridad y al norte de
Israel.
El 11 de abril de 1.996, tras los asesinatos de varios israelíes en la
frontera norte del país, Israel emprendió la operación Uvas de la Ira, que se
prolongó por espacio de 17 días y supuso la reanudación de los ataques contra
Hezbolá por primera vez desde 1.982. Más de 300 mil libaneses y 30 mil
israelíes se vieron obligados a huir de sus hogares para no perecer en la
contienda. Las bajas civiles fueron, no obstante, cuantiosas.
Las hostilidades acabaron con un nuevo acuerdo, con disposiciones
relativas a la protección de los civiles. Para supervisar su aplicación se creó un
Grupo de Vigilancia formado por Estados Unidos, Francia, Siria, Líbano e
Israel. En mayo del año 2.000, el ejército israelí se retiró de los territorios
ocupados en el sur del Líbano, más de seis semanas antes de lo acordado.
La tensión entre ambos países se recrudeció por la decisión de los
libaneses de hacerse con parte del caudal del agua de uno de los afluentes del
río Jordán. Israel calificó de intolerable la postura y amenazó con usar la
fuerza para evitarlo. Desde entonces, el clima de tensión y desencuentro ha
sido constante en la zona. Tanto Israel como el Líbano contribuyen a
alimentarlo con ocasionales escarceos en territorio enemigo y veladas
amenazas contra la integridad del país contendiente.
69) 1.983. Se produce la invasión de cinco mil infantes de marina de Estados
Unidos a la pequeña isla caribeña de Granada. Las tropas yanquis entraron
poco después que una conspiración había sacado del poder a Maurice Bishop,
un líder izquierdista y nacionalista.

Granada es un diminuto país insular situado al sur del Mar del


Caribe. Es una bella isla de apenas 90 mil habitantes, y fue escenario de otro
movimiento imperialista de Estados Unidos. En este caso los gringos no
fueron en busca de paz, tranquilidad o playas, sino con intención de quitar del
poder a un gobierno que no les gustaba. El 13 de Marzo de 1.979 un
movimiento revolucionario popular llamado New Jewel acabó con el gobierno
del pro-estadounidense Eric Gairy, quien, además de ser amigo íntimo de
Augusto Pinochet, era un hombre realmente extraño por cuanto fantaseaba con
extraterrestres.
El Movimiento New Jewel nombró Primer Ministro de Granada a
Maurice Bishop, abogado de ideas socialistas. Durante su gobierno inicia
políticas sociales y estrechas relaciones con Cuba y la Unión Soviética. Entre
otros proyectos, se comenzó a construir un aeropuerto internacional que más
tarde sería utilizado por Estados Unidos como pretexto para la invasión.
Problemas dentro del gobierno llevan a que el viceprimer ministro,
Bernard Coard, arrebatase el poder a Maurice Bishop y lo fusilase. Este
estallido de inestabilidad fue el escenario perfecto para que Estados Unidos
decidiera intervenir. Por aquel entonces nadie en el mundo conocía el país
socialista de Granada, pero Estados Unidos estaba seguro que aquella isla y su
aeropuerto eran una seria amenaza para su seguridad nacional.
Ronald Reagan, entonces presidente de Estados Unidos, acusó al
gobierno de Granada de utilizar el nuevo aeropuerto como base militar
soviética. Los norteamericanos fomentaron el clima de tensión preparando una
invasión de Granada con una feroz guerra mediática. La invasión, que
comenzó a las 05:00 el 25 de octubre, fue la primera gran operación realizada
por el ejército de Estados Unidos desde la Guerra de Vietnam.
La lucha continuó durante varios días y el número total de efectivos
estadounidenses alcanzó 7 mil. Las fuerzas invasoras encontraron unos 1.500
soldados granadinos y 700 cubanos defendiendo la isla. Tras la victoria
yanqui, el Gobernador General de Granada, Paul Scoon, nombró un nuevo
gobierno y, a mediados de Diciembre de 1.983, las fuerzas estadounidenses, se
retiraron.
Estados Unidos había conseguido restaurar un gobierno afín
políticamente, aunque fuese en una diminuta isla del Caribe. Después de la
invasión, Margaret Thatcher escribió al Presidente Reagan: “Esta acción será
vista como una intervención por un país occidental en los asuntos internos de
una pequeña nación independiente, por mucho que nos desagrade su régimen.”
Lo más curioso es que, finalmente, el peligroso aeropuerto fue
terminado con ayuda estadounidense años más tarde. Este aeropuerto fue una
de las justificaciones de la invasión, ya que los norteamericanos afirmaban que
se estaba construyendo para uso militar conjunto entre Cuba y la URSS. Sin
embargo, después de la invasión se probó que solamente había trabajadores
civiles cubanos y ningún asesor militar cubano o soviético, y que el aeropuerto
lo había promovido Maurice Bishop para mejorar el turismo en Granada.
Durante la invasión, los estadounidenses tomaron por asalto el
aeropuerto en construcción, muriendo varios obreros civiles cubanos.
Del otro lado del mundo también había actividad bélica
norteamericana.
El atentado contra la embajada de Estados Unidos en el Líbano fue
un ataque terrorista contra la sede diplomática estadounidense en Beirut, el
cual tuvo lugar el 18 de abril de 1.983. Murieron más de 60 personas, la
mayoría eran parte del personal de la embajada y de la oficina regional de la
CIA, además de varios miembros de las fuerzas armadas norteamericanas.
Fue el más mortífero ataque contra una misión diplomática
norteamericana hasta esa fecha y marcó el comienzo de una serie de ataques
contra Estados Unidos por parte de grupos fundamentalistas islámicos. El
ataque fue una de las más desagradables consecuencias de la intervención de
una fuerza multinacional de paz en el Líbano, la cual estaba conformada por
algunas potencias occidentales, incluyendo Estados Unidos e intentaba
restaurar el orden y la autoridad del gobierno central, luego del estallido de la
guerra civil libanesa en 1.975.
Este audaz atentado ocurrió sólo cuatro años después de haber tenido
lugar la revolución islámica iraní de 1.979, que era antiestadounidense en
particular y antioccidental en general. También es posterior a la masacre
ocurrida en los campos de refugiados palestinos de Sabra y de Chatila, acción
ejecutada por milicianos cristianos libaneses.
70) 1.986. Estados Unidos destruye una base libia de misiles SAM-5
soviéticos que habían sido instalados hace meses por la Unión Soviética en
Sidra, y hundieron dos patrulleras portamisiles en aguas internacionales del
golfo de Sidra, después que la aviación norteamericana fuese atacada por seis
cohetes que erraron el blanco. Reagan respondía al ataque libio e informaba a
los líderes del Congreso en la Casa Blanca, que aprobaron la acción.
Por su parte, Libia aseguró haber derribado tres aviones
norteamericanos y advirtió que responderá sin piedad los ataques de
Washington. La base hispano-norteamericana de Rota se encuentra en estado
de máxima alerta. Todas las embajadas norteamericanas en el mundo han
adoptado medidas excepcionales de seguridad ante las amenazas proferidas
por Libia de transformar el Mediterráneo en un mar de fuego. El portavoz de
la Casa Blanca, Larry Speakes, que anunció las acciones, afirmó: "No es la
guerra", y calificó la represalia de "limitada" y quirúrgica.
El presidente norteamericano había ordenado a la VI Flota realizar
maniobras en el golfo de Sidra, cuya soberanía reclama Libia. Los aparatos de
tres portaviones estadounidenses traspasan el domingo la línea de los 32º 30'
Norte, calificada por Gaddafi de línea de la muerte. La Casa Blanca anunció
que continuarían las maniobras en el área después del enfrentamiento bélico
para ejercer el derecho de libre navegación en aguas internacionales.
Washington, como el resto de la comunidad occidental, no reconoce
más que 12 millas de aguas territoriales libias.
"No se trata de una provocación ni de un intento de humillar a
Gaddafi", aseguró el portavoz presidencial cuando se le preguntó si
Washington había provocado un incidente para castigar a Gaddafi. Reagan
consideraba al líder libio como principal instigador del terrorismo en el
mundo, y colocó en marcha una campaña unitaleral para aislar su régimen, que
fue iniciada meses antes con un boicot económico y comercial que no fue
apoyado por los aliados europeos.
La acción fue aplaudida por la opinión pública norteamericana y
sirvió para aumentar la popularidad del presidente Reagan quien aprovecha la
primera oportunidad que se le presenta y, de alguna forma buscó, enviando a
la flota al interior del golfo de Sidra para mostrar el poderío militar
norteamericano y dar una lección a Gaddafi, a quien había convertido en el
enemigo público número uno de Estados Unidos.
El enfrentamiento se produce justo cuando el presidente trata que el
Congreso vote 100 millones de dólares de ayuda para la contra nicaragüense y
sólo días después que buques norteamericanos entran en aguas territoriales de
la URSS frente a Crimea, en el mar Negro, también para reafirmar la política
de libertad de navegación en aguas que Washington considera internacionales.
"Condenamos el ataque libio, que muestra el carácter agresivo e
ilegítimo del régimen de Gaddafi", afirmó el portavoz presidencial, al anunciar
a los norteamericanos lo sucedido. La Casa Blanca informó que todas las
fuerzas libias que se aproximen a la flota norteamericana, en el golfo de Sidra
serán consideradas hostiles. Estados Unidos confirmó que se reserva el
derecho de tomar otras acciones que considere convenientes.
"No podemos permitir que ninguna nación dicte por dónde podemos
navegar", afirmó el portavoz. La Casa Blanca insistió en que Estados Unidos
sólo practicó el derecho de legítima defensa ante un ataque injustificado. La
impresión en Washington era que Estados Unidos daba por cerrado el
incidente si Gaddafi no respondía con nuevos ataques.
71) 1.987. A finales de ese año se produjo la última gran invasión contra
Angola. Sudáfrica y Estados Unidos lanzan el último y más amenazador golpe
contra el país. Pese al serio peligro de agresión militar que también enfrentaba
Cuba, el gobierno revolucionario decide reunir las fuerzas necesarias para
asestar un golpe definitivo a las pretensiones sudafricanas.
Al igual que en 1.975, un número ingente de tropas y medios de
combate cruzaron rápidamente el Atlántico, desembarcando en la costa sur del
país para atacar junto al ejército angoleño a las poderosas fuerzas sudafricanas.
Esta vez fueron 55 mil los soldados cubanos que dieron punto final a la
agresión militar extranjera contra Angola. La gesta resultó decisiva para
consolidar la independencia de Angola y alcanzar la de Namibia.
Fue además una contribución significativa a la liberación de
Zimbabwe y a la desaparición del régimen del apartheid en Sudáfrica. En total
más de 300 mil combatientes internacionalistas, y cerca de 50 mil
colaboradores civiles cubanos, se ofrecieron de forma voluntaria para una
misión sin parangón en la historia.
Los recursos naturales de Angola son importantes en comparación a
la mayoría de los países africanos, especialmente adecuados para el desarrollo
de la economía industrial. Existen grandes reservas de petróleo y gas,
concentradas en las zonas marítimas de la costa alrededor de Cabinda y el
estuario del Congo. La calidad del crudo es generalmente buena, con bajo
contenido de azufre.
En la región de Cabinda se extraen aproximadamente 900 mil
barriles al día, lo que implica el 60 % de la producción total de petróleo de
Angola. Además, en amplias zonas del noreste de Angola existen yacimientos
de diamantes, y otras piedras preciosas para usos industriales. En el suroeste
hay grandes depósitos de mineral de bajo grado. En todo el país,
especialmente en las alas, entre la franja costera y la meseta central, existen
cantidades explotables de otros minerales y metales.
Durante la guerra, ambos bandos luchan por dominar los recursos
naturales del país para financiar su lucha. El gobierno del MPLA se financiaba
con los recursos proporcionados por las exportaciones de petróleo en la costa,
mientras que la UNITA lo hacía con el contrabando de diamantes.
Fidel Castro se tomó muy en serio el conflicto de Angola.
La participación cubana en la Guerra civil de Angola fue muy
importante, ya que combatió contra los enemigos del gobierno angoleño,
contra tropas de Zaire, ejércitos armados, financiados y asesorados por
Estados Unidos y contra el ejército de Sudáfrica, entonces dominada por el
gobierno racista del apartheid. El contingente militar cubano llegó a tener 52
mil hombres y mil carros de combate.

72) 1.989. Se conoce como Invasión de Panamá el operativo militar realizado


por el ejército de los Estados Unidos de América el miércoles 20 de diciembre
con el propósito de capturar al general Manuel Antonio Noriega, Gobernante
de facto de Panamá, quien era requerido por la justicia estadounidense acusado
del delito de narcotráfico, así como neutralizar las Fuerzas de Defensa de
Panamá, milicia bajo las órdenes de Noriega.
El operativo fue denominado Operation Just Cause, Operación Causa
Justa, por el comando militar estadounidense.
El viernes 11 de octubre de 1.968, los mandos medios de la Guardia
Nacional, encabezados por el mayor Boris Martínez y el teniente coronel
Omar Torrijos, dirigieron un golpe de estado derrocando al entonces
presidente electo y constitucional Arnulfo Arias Madrid, que había tomado
posesión del cargo 11 días antes. Este evento inicia una dictadura militar
liderada por una junta provisional de gobierno que duró hasta 1.969, cuando
asumió el cargo de Comandante en Jefe el General de Brigada Omar Torrijos
Herrera.
En 1.972 fueron elegidos, por votación popular directa, 505
constituyentes, que redactaron una Carta Magna y eligieron a Demetrio
Basilio Lakas como Presidente de la República y al General Omar Torrijos
como Jefe de Gobierno. Como objetivo político del gobierno se negoció un
nuevo tratado del canal de Panamá, que reemplazó al modelo negociado en los
años 1.960 por medio del Tratado Johnson-Robles y derogaron el Tratado
Hay-Buneau Varilla, de 1.903.
En 1.977, el general Omar Torrijos Herrera como Jefe de Gobierno
de la República de Panamá y Jimmy Carter como Presidente de los Estados
Unidos de América, firmaron los nuevos Tratados del Canal de Panamá o
Tratados Torrijos-Carter, por medio de cuyas cláusulas principales los Estados
Unidos acordaron la devolución de los territorios administrados, el control de
la operación del Canal, el cierre de las bases militares y la salida de todos los
soldados estadounidenses de Panamá.
El tratado Torrijos–Carter acordaba un calendario para la transición
de todos los aspectos referentes al Canal de Panamá antes del año 2.000. Sin
embargo, condicionaba la defensa de la vía de manera conjunta, a través de un
tratado adicional, dando la posibilidad de intervenir militarmente en Panamá si
la operación del canal se viese comprometida. En 1.983 asume el cargo de
Comandante en Jefe de la Guardia Nacional de Panamá el general Manuel
Antonio Noriega, quien estuvo muchos años como G2 o Jefe de la Inteligencia
Militar panameña y se le identificaba como estrecho colaborador de la
Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos.
En las elecciones presidenciales de 1.984, las primeras por voto
popular desde el inicio de la dictadura militar de 1.968, fue declarado
vencedor Nicolás Ardito Barletta ante el clamor popular de fraude. En tanto,
en Estados Unidos, el senador Jesse Helms exigió al gobierno estadounidense
tomar medidas para sacar a Noriega, pero el director de la CIA William Casey
sale en defensa del general panameño alegando que éste realizaba tareas
importantes para el gobierno de Estados Unidos.
Pero las relaciones con Estados Unidos se deterioran cuando Noriega
exige y consigue el cierre de la Escuela de las Américas en territorio
panameño. En dicha academia se formaban militares latinoamericanos que
recibían instrucción bélica con marcado contenido político anticomunista por
parte del Pentágono. En 1.985, Nicolás Arditto Barletta renuncia a la
presidencia bajo presiones por tratar de esclarecer el atroz crimen de Hugo
Spadafora, opositor del dictador, quien en reiteradas ocasiones acusó al
general Noriega de diversos delitos incluidos asesinatos y narcotráfico, siendo
reemplazado por el primer vicepresidente Eric Arturo Del Valle.
El segundo al mando de las Fuerzas de Defensa, coronel Roberto
Díaz Herrera, fue pasado a retiro en 1.986 por órdenes directas del general
Noriega. Díaz Herrera hizo declaraciones públicas acusando a Noriega de
fraude electoral en 1.984, asesinato político y complicidad en la muerte de
Torrijos, lo que generó fuertes protestas entre la población y la creación de un
movimiento denominado Cruzada Civilista.
En 1.988, Eric Del Valle, en calidad de Presidente de la República
destituye al general Noriega como Jefe de las Fuerzas de Defensa, quien
arremetió con todo el poder del ejército bajo su mando contra la nación
panameña, desconociendo a Eric Arturo Del Valle como presidente y a
Roderick Esquivel como vicepresidente. Del Valle se refugió en la embajada
de Estados Unidos y fue trasladado fuera del país.
Asume el control del gobierno Manuel Solís Palma como Ministro
Encargado de la Presidencia. Sin embargo, el embajador de Panamá en
Estados Unidos, Juan Sosa, fue reconocido como única autoridad del gobierno
panameño en el exilio. Estados Unidos comienza un bloqueo abierto contra el
gobierno leal a los militares panameños, lo que ocasiona una crisis económica,
llegando al congelamiento de los bancos para evitar la fuga de capitales.
Durante este tiempo Estados Unidos negocia condiciones para el
retiro de Noriega del poder sin obtener resultados. El 7 de mayo de 1.989
tienen lugar las elecciones presidenciales entre el candidato de la oposición al
régimen militar, Guillermo Endara, y el candidato respaldado por el gobierno
Carlos Duque Jaén, resultando vencedor Endara Galimany con un triunfo
arrasador.
Al presentarse los resultados de la votación, Noriega imparte
instrucciones al tribunal electoral para declarar suspendidos los comicios
electorales. En septiembre, en lugar de asumir la presidencia el vencedor de
las elecciones de mayo, fue suspendida la constitución y se designó como
encargado del ejecutivo al ingeniero Francisco Rodríguez, allegado a Noriega.
Al mes siguiente, fuerzas rebeldes dirigidas por el mayor Moisés
Giroldi Vera, toman el cuartel central y retienen a Noriega. Giroldi, jefe de la
compañía de fusileros responsable de la seguridad de la Comandancia, había
abortado ya un intento golpista contra Noriega y ello le valió ser ascendido al
rango de mayor, pero su intento de deponer a Noriega fracasó ya que el
helicóptero enviado por las fuerzas armadas de Estados Unidos no llegó.
La situación se tornó más confusa cuando sus compañeros pedían su
anuencia para dar muerte a Noriega, lo que dio tiempo para que la rebelión
fuera sofocada por fuerzas leales a Noriega. Giroldi y todos los hombres que
lo respaldaron en su acción fueron fusilados por instrucciones directas de
Noriega. El 15 de diciembre, la Asamblea Legislativa otorgó poderes
especiales a Noriega designándolo Jefe del Gabinete de Guerra, mientras
declaraba a la República de Panamá en estado de guerra contra los Estados
Unidos de América.
El 20 de diciembre, el presidente de Estados Unidos, George H. W.
Bush, autorizó la operación militar Causa Justa, justificando la invasión con
los siguientes motivos:

1) Proteger la vida de los ciudadanos estadounidenses que residían en


Panamá.
2) Defender la democracia y los derechos humanos en Panamá.
3) Detener a Noriega para enfrentar delitos de tráfico de drogas.
4) Respaldar el cumplimiento del Tratado Torrijos-Carter.

Los estadounidenses dispusieron de 26 mil soldados de las unidades


de élite, de los comandos navales, del ejército y la 82va División
Aerotransportada para la invasión. Las Fuerzas de Defensa Panameña
sumaban apenas 12 mil efectivos y el país disponía de una minúscula fuerza
aérea. El ejército de Estados Unidos trasladó a Panamá a la 82va División
Aerotransportada para la operación militar, la cual contaba con 12 mil
soldados.
Las bases militares estadounidenses en la riberas del Canal de
Panamá, según el tratado Torrijos-Carter que legalizaba la presencia militar en
el istmo para la defensa conjunta por ambas naciones de la vía acuática,
contaban con un ejército de 12 mil tropas, los cuales no participaron de la
Operación Causa Justa. Se llevó a personal de inteligencia que estaba recién
en entrenamiento, de los cuales murió el Teniente Joseph T. Alvertk, y fue
herido Benjamin Taylor, dejando a cargo de ese grupo a George Hershell.
Dos días antes del ataque, un soldado estadounidense fue abatido al
traspasar un retén frente al Cuartel Central de la Guardia Nacional, lo que fue
considerado como el detonante del conflicto. La invasión inició la madrugada
del 20 de diciembre con el bombardeo de múltiples instalaciones políticas y
militares. El objetivo del ataque era anular cualquier respuesta del ejército
panameño.
El bombardeo destruiría aeropuertos y bases militares como el
Aeropuerto Marcos A. Gelabert en Punta Paitilla, el Cuartel Central en el
barrio de El Chorrillo, el Cuartel de Tinajitas, el Cuartel de Panamá Viejo, el
Cuartel de Los Pumas, la base militar de Río Hato, donde funcionaba el
instituto militar Tomás Herrera, que no era en realidad una escuela de
formación castrense, y la Base Naval de Coco Solo.
La Fuerza Aérea de Estados Unidos probó un armamento de última
generación, los bombarderos furtivos F-117 Nighthawk y los helicópteros de
combate AH-64 Apache contra un ejército poco equipado. A pesar de la alta
tecnología del armamento estadounidense se produjeron numerosas muertes
civiles al ser alcanzados muchos edificios no militares. El ingreso de los
soldados estadounidenses al barrio El Chorrillo, provocó incendios y
masacres.
No hubo declaración de guerra y la acción fue condenada por la
Asamblea General de la ONU y la Organización de los Estados Americanos
OEA. La operación duró pocos días ante la superioridad del ejército ocupante
y la poca resistencia encontrada. Noriega escapa y se asila en la Nunciatura
Apostólica. Posteriormente, se entrega a las fuerzas de ocupación y es
arrestado.
Guillermo Endara fue nombrado presidente del país en una base
militar estadounidense durante la operación. En los días siguientes a la
intervención, debido a la ausencia de policía y ante la pasividad de las tropas
gringas, se producen en varias ciudades saqueos y actos de vandalismo que
aumentan las pérdidas materiales.

73) 1.990. Estados Unidos interviene masivamente en el proceso electoral de


Nicaragua a través de acciones encubiertas y también públicas. Washington
consolida abiertamente la coalición de oposición, aunque tales prácticas son
ilegales según la ley estadounidense.
74) 1.991. El 16 de enero, Estados Unidos inició la Operación Tormenta del
desierto contra el pueblo iraquí. Desencadenó todo el poderío militar de la
mayor potencia imperialista del planeta y sus aliados, contra un país pobre
pero estratégico y rico en petróleo. Las fuerzas armadas fueron al golfo
Pérsico, atacaron Irak y destruyeron gran parte de su ejército con el pretexto
de liberar a Kuwait y restaurar la paz y la democracia.
En realidad, la meta era volver a llevar al poder a los Sabah, la
familia de monarcas despóticos y decadentes que gobernaba Kuwait, un país
rico en petróleo, donde solo el 4 % de la población disfrutaba de derechos
políticos. La mayoría de la población era considerada extranjeros y los podían
expulsar, despedir y encarcelar a gusto por disentimiento. La mujer no tenía
derechos, no podía escoger esposo, divorciarse ni dar testimonio ante un
tribunal.
Restablecer ese orden reaccionario no tenía nada que ver con liberar
a Kuwait ni a su pueblo. La invasión restauró un gobierno represivo impuesto
por las potencias imperialistas para extraer petróleo del Medio Oriente. Para
justificar la guerra, Washington recurrió a engaños. Cuando el ejército iraquí
invadió y ocupó Kuwait en agosto de 1.990, la Casa Blanca tapó el hecho que
Saddam Hussein fue su aliado durante la década de los 80´s y que la
embajadora estadounidense, April Glaspie, le dio luz verde.
En una mentira especialmente atroz, una joven kuwaití le dijo a un
comité del Congreso estadounidense que los soldados iraquíes sacaron a unos
recién nacidos de sus incubadoras y los dejaron morir en el suelo. Ese cuento
incendiario lo inventó una compañía de relaciones públicas y la joven era hija
del embajador kuwaití en Washington.
75) 1.992. La UNOSOM I del inglés United Nations Operation in Somalia I,
Operación de las Naciones Unidas en Somalia I, fue en principio una
intervención por parte de la ONU llevada a cabo desde abril de 1.992 hasta
marzo de 1.993 que se basó en el objeto de prestar ayuda humanitaria a
Somalia. Con el tiempo la operación se desvió a combatir al régimen somalí
del líder local Mohamed Farrah Aidid.
Esta labor de defensa de la ayuda humanitaria se llevó a cabo con
tropas de la UNITAF, una alianza de países que enviaron sus tropas a defender
las labores humanitarias de la misma Organización de Naciones Unidas.
La Operación de las Naciones Unidas en Somalia se creó para
facilitar la ayuda humanitaria a las personas atrapadas por la guerra civil y la
hambruna. La misión se convirtió en un intento para ayudar a detener el
conflicto y reconstruir las instituciones básicas de un Estado viable. Somalia
ocupó una posición geopolítica de importancia estratégica en el Cuerno de
África.
El 28 de octubre, el general Mohamed Farah Aidid declaró que el
batallón pakistaní de la ONUSOM ya no era tolerado en Mogadiscio. También
ordenó la expulsión en un plazo de 48 horas del Coordinador de la Asistencia
Humanitaria de la UNOSOM. Posteriormente, las fuerzas del general Aidid
bombardearon y dispararon contra las fuerzas de la ONUSOM, tomaron el
control del aeropuerto, y las fuerzas del Sr. Ali Mohamed Mahdi
bombardearon los buques que transportan los alimentos cuando intentaban
entrar en el puerto de Mogadiscio.
El General Aidid se opuso al control de las Naciones Unidas en el
aeropuerto debido a que el Sr. Ali Mohamed Mahdi quería tomar el control
total del puerto. El 13 de noviembre, después de ser objeto de ametralladoras,
fusiles y fuego de morteros, las tropas pakistaníes controlaron el aeropuerto a
punta de disparos. En ausencia de un gobierno capaz de mantener la ley y el
orden, las organizaciones de socorro experimentaron aumento en el secuestro
de vehículos, saqueo de los convoyes y almacenes, y la detención de personal
expatriado.
El Presidente de Estados Unidos, George H. W. Bush respondió a la
resolución 794 con la decisión el 4 de diciembre de iniciar la Operación
Restaurar la Esperanza, en las que su gobierno asumiría el mando unificado de
la nueva operación, de conformidad con la resolución. El Secretario General
comunicó al Presidente Bush el 8 de diciembre su concepto de una división
del trabajo entre las Naciones Unidas y Estados Unidos en los siguientes
términos:
"Los Estados Unidos se han comprometido a
tomar la iniciativa de crear el entorno seguro que
es una ineludible condición de las Naciones
Unidas para proporcionar ayuda humanitaria y
promover la reconciliación nacional y la
reconstrucción económica, los objetivos que
tienen desde el principio que se han incluido en
las diversas resoluciones del Consejo de
Seguridad sobre Somalia."

Los primeros elementos de la Fuerza de Tareas Unificadas UNITAF,


desembarcaron en las playas de Mogadiscio sin oposición el 9 de diciembre.
El 13 de diciembre, las fuerzas estadounidenses aseguraron el aeródromo de
Baledogle, y el 16 de diciembre se apoderan de Baidoa. El Comando Central
de Estados Unidos seguía un programa de cuatro fases para alcanzar los
objetivos de asegurar los principales aeropuertos y puertos marítimos, las
principales instalaciones y puntos de distribución de alimentos, y facilitar el
paso libre y abierto de suministros de socorro, con la seguridad de los
convoyes y las organizaciones de socorro y de los suministrantes de la ayuda
humanitaria.
El número de las fuerzas estadounidenses se prevé en
aproximadamente 28 mil personas, se incrementó en alrededor de 17 mil
tropas de la UNITAF de más de 20 países. Además de las fuerzas
estadounidenses, UNITAF incluyó las unidades militares de Australia,
Bélgica, Botsuana, Canadá, Egipto, Francia, Alemania, Grecia, India, Italia,
Kuwait, Marruecos, Nueva Zelandia, Nigeria, Noruega, Pakistán, Arabia
Saudita, Suecia, Túnez, Turquía, Emiratos Árabes Unidos, Reino Unido y
Zimbabue.

76) 1.995. La Guerra de Croacia o Guerra croata de Independencia, en croata


Domovinski Rat o Guerra de la Patria; en serbio Рат у Хрваtској o Rat u
Hrvаtskoj o Guerra en Croacia, tuvo lugar en Croacia desde 1.991 hasta 1.995.
Inicialmente, la guerra se desarrolló entre Croacia y el Ejército Popular
Yugoslavo JNA dominado por los serbios. Más tarde, el conflicto derivó en
una lucha entre las tropas de la recién independizada Croacia y las fuerzas
rebeldes de la minoría serbia, que proclamó la República Serbia de Krajina.
Los serbios fueron apoyados por el Ejército Popular Yugoslavo.
El bando croata apuntaba a establecer soberanía para la República de
Croacia, anteriormente constituida como una república socialista dentro de la
República Federal Socialista de Yugoslavia, mientras que los serbios querían
quedarse en Yugoslavia, buscando nuevos límites en partes de Croacia con
mayoría étnica serbia o con una minoría serbia influyente.
La guerra resultó particularmente impactante por su brutalidad en
una sociedad relativamente desarrollada en Europa y en los tiempos modernos.
Estados Unidos fue el máximo defensor, junto al Reino Unido, de la
política de no-intervención. La administración estaba presidida por George
Bush hasta finales de 1.992. Las cosas cambiaron con Bill Clinton, quien
adoptó una actitud más agresiva ante la situación y jugó un papel más
intervencionista. En 1.995 Estados Unidos emplea aviones espía para vigilar
minuciosamente los movimientos del ejército croata en preparación de la
Operación Storm, y los Secretarios de Estado Lawrence Eagleburger y Warren
Christopher critican los movimientos alemanes a favor de Croacia,
argumentando que provocarían una escalada del conflicto.
77) 1.998. Estados Unidos atacó por sorpresa bases e instalaciones
pretendidamente terroristas en Afganistán y Sudán como represalia por los
atentados contra sus embajadas en África oriental a principios de mes al
tiempo que acusó públicamente al integrista y multimillonario saudí Osama
Bin Laden de ser el cerebro de los atentados. El presidente y comandante en
jefe, Bill Clinton, anunció personalmente los ataques en dos intervenciones
televisadas en directo al país, y justificó las acciones militares por la amenaza
inminente que representaban para la seguridad nacional.
El presidente interrumpió sus vacaciones en la costa de Nueva
Inglaterra, desde donde anunció el ataque, para regresar a Washington, donde
fue más explícito, tras reunirse con los miembros de su Consejo de Seguridad
Nacional. En Sudán, una airada multitud asalta la Embajada estadounidense.
El presidente mantuvo consultas con la secretaria de Estado, Madeleine
Albright; el secretario de Defensa, William Cohen; el jefe del Estado Mayor
conjunto, general Hugh Shelton, y el asesor de Seguridad Nacional, Sandy
Bergen, antes de aparecer por segunda vez en televisión para explicar la
medida de represalia tomada.
Bin Laden, el millonario saudí refugiado en Afganistán, fue
claramente señalado por Clinton como el cerebro no sólo de los atentados
contra las embajadas norteamericanas en Nairobi y Dar es Salam, sino como
organizador y financiero más importante del terrorismo internacional que hoy
existe en el mundo. "Nuestro objetivo era el terror, y nuestra misión, clara:
golpear a la red de grupos radicales que colaboran con y están financiados por
Osama Bin Laden", manifestó.
Clinton recordó que la procedencia de los grupos asociados a Bin
Laden, "era diversa, pero todos comparten un odio a la democracia, una
glorificación fanática de la violencia y una horrible distorsión de su religión
para justificar la muerte de inocentes". El doble bombardeo con misiles, fue
aprobado por el Gobierno español por cuanto Abel Matutes señaló que "todo
país tiene derecho a defenderse".
Clinton justifica la premura del ataque por las sospechas de una
inminente reunión de integristas, en este contexto y con el fin de atajar el
peligro de una posible declaración de guerra santa contra Estados Unidos por
parte de los grupos integristas, el presidente norteamericano precisó que
"nuestras acciones de hoy no estaban dirigidas contra el Islam, la fe de
millones de personas pacíficas de todo el mundo, incluido Estados Unidos".
Después de explicar que el gobierno de Estados Unidos tenía en su
poder pruebas incontestables que la red terrorista de Bin Laden proyectaba
continuar en el futuro sus ataques contra norteamericanos y otros pueblos
amantes de la paz, Clinton justificó su decisión de ordenar sorpresivamente los
ataques contra las bases de Afganistán por tener razones para creer que se iba
a celebrar en una de las bases una reunión clave de líderes terroristas.
De ahí la urgencia de las acciones.
El total de ataques lanzado fue de siete, seis contra bases e
instalaciones en Afganistán, donde según Clinton, miles de terroristas de todo
el mundo se entrenaban, y un séptimo contra una fábrica de productos
farmacéuticos al norte de la capital sudanesa, que, según informes de los
servicios de inteligencia norteamericanos y egipcios, era utilizada para la
producción de componentes para armas químicas. En los seis campamentos de
Afganistán bombardeados se calcula que podía haber un total de 600 personas
al momento del ataque.
Osama Bin Laden, el millonario saudí que les dirige, estaba en un
lugar seguro. El lugar del ataque fue Jost y Jalalabad, en la zona este del país.
El embajador sudanés en Naciones Unidas, Elfatih Erwa, calificó de
chiste las acusaciones de Clinton respecto a la instalación destruida en Sudán y
anuncia que su país protestará ante el Consejo de Seguridad de Naciones
Unidas. Erwa recordó que su Gobierno había expulsado a Bin Laden de Sudán
en 1.996, a petición de Estados Unidos. En cuanto a Afganistán, Naciones
Unidas no reconoce el gobierno talibán. Contrariamente a su comportamiento
habitual en este tipo de operaciones de represalia, el Pentágono se negó a
revelar el tipo de armamento o las fuerzas que intervienen en los ataques.
Fuentes cercanas al Pentágono informan que en la operación de
castigo se utilizaron misiles de crucero Tomahawk, lanzados desde los buques
estadounidenses que patrullan el Mar Rojo (dos buques) y el Golfo Pérsico
(cuatro buques) desde la Guerra del Golfo. En la operación, según fuentes del
Pentágono citadas por CNN, también se utilizó un submarino. Según estas
fuentes, se lanzaron en torno a 70 Tomahawk, con un alcance de 800
kilómetros que se desplazan a una velocidad más de mil kilómetros por hora.
Otras fuentes hablan de hasta 100 misiles.
La utilización de misiles de crucero no implica el uso de personal de
tierra o aéreo y, por tanto, no se producen bajas personales. Además, la
operación se puede mantener en un estricto secreto, ya que el Pentágono se
limita a enviar a los barcos una orden cifrada sin la intervención de miles de
personas como sería preciso en el caso de movilizar aviones o material
acorazado de tierra.
Estos misiles tienen una carga de explosivo de alta potencia y un
sistema guiado por satélite que les hace muy precisos. La labor de los
Tomahawk en los ataques a Bagdad y a otras ciudades iraquíes durante la
guerra del Golfo fue demoledora. Tanto Clinton, como Madeleine Albright,
secretaria de Estado, y Cohen, secretario de Defensa, en otras intervenciones,
piden unión entre los países para combatir el terrorismo.
Pero el presidente advirtió que Estados Unidos no dudaría en actuar
en solitario, de ser necesario.
Estados Unidos responde a los atentados contra sus embajadas en
Kenia y Tanzania con una sorpresiva lluvia de misiles a presuntos blancos
terroristas en Afganistán y Sudán. Los dos países, con gobiernos
fundamentalistas islámicos, reaccionan furiosos pero impotentes a los
bombardeos. Según Washington, los ataques fueron dirigidos contra una
fábrica de armas químicas y otros objetivos al norte de Jartún en Sudán y
contra seis bases de entrenamiento de terroristas en Afganistán, a unos 150
kilómetros de Kabul.
Aunque el Pentágono no reveló las características del ataque, fuentes
militares señalaron que fueron lanzados entre 75 y 100 misiles crucero desde
dos buques en el Mar Rojo y otros cuatro situados en el Mar Arábigo, además
de un submarino. El gobierno sudanés desmintió parte de esa información y
dijo que el ataque fue realizado por cinco aviones estadounidenses. El
presidente Clinton dijo que el objetivo del ataque en Afganistán fue destruir
bases terroristas de Osama Bin Laden, a quien acusó de financiar y organizar
los atentados contra sus embajadas en África donde murieron 257 personas.
Pero el gobierno de Kabul advirtió que Bin Laden resultó ileso en el
ataque.
Una fuente de la inteligencia estadounidense aseguró que el blanco
atacado en Afganistán era el mayor complejo de entrenamiento islámico en el
mundo, donde al momento del bombardeo habría unos 600 terroristas. El
régimen sudanés informó que un laboratorio de productos farmacéuticos, que
según Washington producía precursores del mortífero gas nervioso VX, fue
destruido y hubo cinco o seis muertos. Enardecidos manifestantes invadieron
lo que fue la Embajada de Estados Unidos en Jartum, la capital sudanesa,
gritando: “Dios es grande y Estamos listos para defender nuestra fe”.
El uso de misiles del tipo Tomahawk ofreció a Estados Unidos la
posibilidad de lanzar un ataque sin alertar a tropas de tierra o aire en la zona.
En Afganistán, el ataque se dirigió contra un complejo, cerca de Khowst, al
sur de Kabul, integrado por el campo de base de Aswa Kali al Batr, cuatro
campos de entrenamiento usados por los partidarios de Bin Laden y por las
fuerzas del Grupo Islámico Armado y del Jihad Islámico egipcio, y una base
de apoyo.
78) 1.999. El término guerra de Kosovo o conflicto de Kosovo describe dos
conflictos que tuvieron lugar, de manera consecutiva, una guerra civil seguida
de una guerra internacional, en el sur de la provincia serbia llamada Kosovo,
oficialmente Kosovo y Metohija, parte de la antigua Yugoslavia. La provincia
yugoslava se autoproclama independiente, con un amplio reconocimiento
internacional con el nombre de República de Kosovo. Los dos conflictos
fueron:

Guerra entre Yugoslavia y las fuerzas de la OTAN entre el 24 de


marzo y el 10 de junio de 1.999, período en el cual las fuerzas de la OTAN
realizaron bombardeos continuos contra objetivos yugoslavos. Los
combatientes albaneses atacaron a las fuerzas serbias y los civiles serbios de
Kosovo, mientras que las fuerzas serbias siguieron atacando a los rebeldes y
civiles albaneses, produciendo una limpieza étnica que culminó con
desplazamientos masivos de la población hacia países vecinos, donde se
instalaron en condiciones precarias, sin agua ni alimentos en campos de
refugiados.
Los bombardeos de la OTAN duraron desde el 24 de marzo hasta el
10 de junio y se utilizaron mil aeronaves operando desde bases situadas en
Italia y portaaviones en el Mar Adriático. Los misiles más usados fueron los
tomahawks, misil de crucero, lanzados desde aeronaves, barcos y submarinos.
Durante las diez semanas que duró el conflicto bélico, los aviones de la OTAN
realizaron 38 mil misiones de combate.
Aunque los miembros de la OTAN participaron en mayor o menor
grado, los Estados Unidos fueron el miembro dominante de la coalición contra
Serbia. También destacó Grecia, que desempeñó un papel crucial a pesar de su
oposición pública a la guerra. El portavoz de la OTAN expresó brevemente el
objetivo de esta operación: "Expulsión de los serbios, permanencia de las
fuerzas de paz, retorno de refugiados".
Esto significaba que las tropas serbias tendrían que marcharse de
Kosovo para ser reemplazadas por fuerzas de paz internacionales para
asegurar que los refugiados albaneses volvieran a sus casas. Sin embargo, este
lema tenía un nefasto doble significado, causando a la OTAN un considerable
apuro tras la guerra cuando unos 200 mil serbios y otras minorías no albanesas
huyeron o fueron expulsadas de la provincia.
Dentro del gobierno norteamericano el general Collin Powel, en
aquel momento comandante en jefe de las fuerzas armadas, se resistía a
intervenir en Kosovo aduciendo diversos pretextos y exagerando las
dificultades de la operación. Powel defendía la tesis que Estados Unidos solo
debía entrar en combate contando con ventajas abrumadoras en campañas
rápidas, para evitar nuevos Vietnams.
La actitud de Powel, rayando en la insubordinación, le llevó a
enfrentarse con Madeleine Albright, Secretaria de Estado de los Estados
Unidos, que le preguntó: "¿Para qué nos sirve tener el mejor ejército si no
podemos usarlo?".
El comienzo de la campaña se ideó para destruir las defensas aéreas
serbias y objetivos de alto valor militar. Los resultados iniciales no fueron
buenos, el mal tiempo obstaculizó unas intervenciones prematuras. La OTAN
había subestimado seriamente la voluntad de resistir de Milosevic, pocos en
Bruselas pensaron que la campaña duraría más de unos días.
Los bombardeos iniciales fueron notables pero no como los de
Bagdad en 1.991 y en 2.003. Sobre el terreno, el combate empeoraba. Tras una
semana del comienzo de la guerra, alrededor de 300 mil albaneses de Kosovo
habían huido a las vecinas Albania y Macedonia y unos cuantos miles se
desplazaron al interior de Kosovo. En abril, las Naciones Unidas informan que
huyeron de sus casas 850 mil personas, en su mayoría albaneses.
El éxodo de refugiados forma la base de los cargos por crímenes de
guerra que Naciones Unidas imputa a Slobodan Milosevic y otros oficiales
responsables del conflicto de Kosovo. La parte serbia y sus apoyos
occidentales afirman que las emigraciones fueron causadas por un pánico
masivo en la población albanesa de Kosovo, y que el éxodo fue generado por
miedo a los bombardeos de la OTAN. También se alegó que el éxodo fue
alentado por las guerrillas del ELK, que incluso dieron órdenes de huir a los
albaneses.
Algunos testigos, tanto serbios como albaneses, identificaron como
los culpables a las fuerzas de seguridad y grupos paramilitares serbios, que
vaciaron de habitantes albaneses ciudades pequeñas y pueblos. Hay casos
documentados de expulsiones masivas, como en Pristina a fines de marzo,
cuando decenas de miles de personas fueron reunidas a punta de pistola y
cargadas en trenes para ser abandonadas en la frontera macedonia.
Otras ciudades fueron incendiadas enteramente.
El ministro alemán de Asuntos Exteriores, Joschka Fischer afirmó
que la crisis de refugiados había sido producida por un plan serbio
denominado Operación Herradura. Las Naciones Unidas y las organizaciones
internacionales para la defensa de los derechos humanos estaban convencidas
que la crisis de los refugiados era resultado de una política deliberada de
limpieza étnica.
Otra evidencia que la crisis de los refugiados había sido fabricada
artificialmente fue que algunos refugiados informaron que sus tarjetas de
identidad habían sido confiscadas por fuerzas de seguridad, haciendo más
difícil para ellos probar de forma indiscutible que eran ciudadanos yugoslavos.
Al término del conflicto, fuentes serbias informaron que algunos de los que se
unieron en el retorno de los refugiados eran albaneses procedentes de fuera de
Kosovo.
Una parte de este grupo podrían ser los indocumentados.
No está claro qué buscaba Milosevic expulsando a los albaneses de
Kosovo. Tal vez deseaba reemplazar la población albanesa con refugiados
serbios de Bosnia y Croacia, logrando por tanto una serbianización de la
provincia. Europa encontró apuros para hacerle frente a oleadas de refugiados
y buscadores de asilo político procedentes de los Balcanes, así que otra nueva
oleada de refugiados habría desestabilizado seriamente el sudeste Europeo.
La guerra en Kosovo no era, inicialmente, de gran interés para los
Estados pertenecientes a la OTAN, pero la crisis de los refugiados hizo que sí
lo fuera. Se produjo un cambio en las operaciones militares de la OTAN al
incrementarse el ataque a objetivos serbios situados sobre el terreno, haciendo
blanco en objetivos tan pequeños como tanques individuales y unidades de
artillería, a la vez se continuaba con el bombardeo estratégico, sin embargo,
esta actividad estaba fuertemente limitada por los políticos, de modo que cada
objetivo había de ser aprobado por cada uno de los países miembros.
Montenegro fue bombardeado en varias ocasiones, pero con el
tiempo la OTAN desistió para apoyar la posición inestable de su líder anti-
Milosevic, Milo Djukanovic. Se atacó objetivos de uso dual, usados por civiles
y militares. Estos incluyen puentes sobre el Danubio, fábricas, centrales
eléctricas, instalaciones de telecomunicaciones; y aquellos particularmente
controvertidos, la sede de los izquierdistas yugoslavos, que era un partido
político dirigido por la esposa de Milosevic, y la torre de radiodifusión de la
televisión estatal serbia.
Algunos vieron estas acciones como violaciones de las leyes
internacionales y en particular de la convención de Ginebra. La OTAN
argumentó que estas instalaciones eran potencialmente útiles para los militares
serbios y su bombardeo estaba justificado. La alianza también mantuvo que se
esforzó grandemente en evitar víctimas civiles durante la campaña de
bombardeos.
En mayo, una aeronave de la OTAN atacó un convoy de refugiados
albaneses, alegándose que era un convoy militar serbio y murieron 50
personas. A la OTAN le tomó cinco días admitir su responsabilidad,
llamándolo un error. Los serbios les acusaron de atacar deliberadamente a los
refugiados. El 7 de mayo, bombas de la OTAN impactaron la embajada china
de Belgrado, matando a varios diplomáticos e indignando a la opinión pública
china.

Estados Unidos y más tarde la OTAN pidieron disculpas por el


bombardeo, aclarando que lo sucedido fue debido a un mapa obsoleto de la
región proporcionado por la CIA. Este argumento fue contradicho por los
periódicos The Observer en el Reino Unido y Politiken, en Dinamarca, los
cuales informaron que la OTAN bombardeó de forma deliberada la embajada
porque funcionaba como repetidor para las señales de radio del ejército
yugoslavo.
También se ha dicho que fue debido a que desde la embajada se
analizaban los vuelos de los aviones invisibles estadounidenses. El bombardeo
tensó las relaciones entre China y los países de la OTAN y provocó que en el
exterior de las embajadas occidentales en Pekín se dieran muestras de enfado y
malestar. A principios de junio, la resolución del conflicto parecía cercana y
los países de la OTAN empezaron a pensar en una operación terrestre, una
invasión de Kosovo.
Esto debía ser organizado rápidamente, ya que se acercaba el
invierno y había que trabajar mucho para mejorar las vías desde los puertos
griegos y albaneses hasta las rutas planeadas para la invasión, a través de
Macedonia y el nordeste de Albania. Pero al mismo tiempo, negociadores
finlandeses y rusos intentaban persuadir a Milosevic de ceder. Finalmente éste
reconoció que la OTAN estaba resuelta a acabar con el conflicto de un modo u
otro y que Rusia no intervendría en apoyo de Serbia.
Con tan pocas alternativas, Milosevic aceptó las condiciones
ofrecidas por el equipo mediador de Finlandia-Rusia y permitió la presencia
militar de tropas de la OTAN dentro de Kosovo, pero lideradas por la ONU.

Lo más Reciente

Acciones desplegadas en pleno Siglo XXI:


1) 2.000. Como parte de la Guerra a las Drogas, Estados Unidos lanza el Plan
Colombia, programa de ayuda masiva civil y militar a un país con el peor
récord de derechos humanos en el hemisferio. El financiamiento de Estados
Unidos para este Plan es de 1.300 millones, de los cuales el 83 % está
destinado al gasto militar. El Plan Colombia después se ha subsumido en la
Guerra contra el Terrorismo.
El Plan Colombia, también llamado Plan para la Paz y el
Fortalecimiento del Estado o Plan Colombia para la paz, es un acuerdo
bilateral entre los gobiernos de Colombia y Estados Unidos. Se concibió en
1.999 durante las administraciones del presidente colombiano Andrés Pastrana
Arango y el estadounidense Bill Clinton con los objetivos específicos de
generar una revitalización social y económica, terminar el conflicto armado en
Colombia y crear una estrategia antinarcótica.
Dicho plan cuenta con el apoyo del programa del gobierno
estadounidense llamado Andean Counterdrug Initiative ACI o Iniciativa
Andina Contra las Drogas y recibe asistencia del Foreign Military Financing
FMF o Financiación para Fuerzas Militares Extranjeras, del Department of
Defense’s central counternarcotics account o Cuenta Central Antinarcóticos
del Departamento de Defensa de los Estados Unidos.
Los objetivos de Colombia y Estados Unidos difieren en algunos
aspectos.
El principal objetivo del gobierno estadounidense es prevenir el flujo
de drogas ilegales hacia Estados Unidos, ayudar a Colombia a promover la paz
y el desarrollo económico que contribuye a la seguridad en la región andina.
El principal objetivo de Colombia es promover la paz, el desarrollo
económico, incrementar la seguridad y terminar con el tráfico ilegal de drogas.
Ambos han evolucionado de lo estrictamente antinarcótico de la guerra contra
las drogas a incluir aspectos de la guerra contra el terrorismo, debido a que los
grupos violentos y mafias utilizan el negocio de la droga para financiar la
guerra.

2) 2.001. La guerra de Afganistán enfrentó en principio al Estado Islámico de


Afganistán gobernado por los talibanes y una vez derrocado este, a su
insurgencia, por un lado, y a una coalición internacional comandada por
Estados Unidos, por el control del territorio afgano. Comenzó el 7 de octubre
con la Operación Libertad Duradera, del Ejército estadounidense y la
Operación Herrick, de las tropas británicas, lanzadas para invadir y ocupar el
país asiático.
La invasión fue una respuesta a los atentados del 11 de septiembre de
2.001 en Estados Unidos, de los que este país culpó al gobierno del mulá
Omar. Para iniciar la invasión, Estados Unidos se amparó en una
interpretación peculiar del artículo # 51 de la Carta de las Naciones Unidas,
relativo al derecho a la legítima defensa. El objetivo declarado de la invasión
era encontrar a Osama Bin Laden y otros dirigentes de Al Qaeda para llevarlos
a juicio, y derrocar el Estado Islámico de Afganistán, gobernado por el emir
mulá Omar, que a juicio de las potencias occidentales apoyaba y daba refugio
y cobertura a los miembros de Al Qaeda.
La Doctrina Bush de Estados Unidos declaró que, como política, no
se distinguiría entre organizaciones terroristas y naciones o gobiernos que les
dan refugio. Las dos operaciones militares intentaban controlar el país. La
Operación Libertad Duradera era una operación de combate estadounidense
con participación de algunos países de la coalición y se llevó a cabo
principalmente en las regiones del sur y del este del país a lo largo de la
frontera con Pakistán.
En esta operación participaron 28.300 militares estadounidenses.
La segunda operación es la Fuerza Internacional de Asistencia para
la Seguridad ISAF, establecida por el Consejo de Seguridad de Naciones
Unidas a fines de diciembre de 2.001 para asegurar Kabul y sus alrededores.
La OTAN asumió el control de la ISAF en 2.003. Para julio de 2.009, la ISAF
tenía casi 64.500 militares de 42 países, proporcionando los miembros de la
OTAN el núcleo de la fuerza.
Estados Unidos tenía aproximadamente 29.950 soldados en la ISAF.
En la invasión, Estados Unidos y Reino Unido llevaron a cabo la
campaña de bombardeo aéreo, con fuerzas terrestres proporcionadas por la
Alianza del Norte. En 2.002, fue desplegada la infantería estadounidense,
británica y canadiense, avanzando con fuerzas especiales de naciones aliadas
como Australia. Luego se sumaron las tropas de la OTAN. El ataque inicial
sacó a los talibanes del poder, pero éstos recobraron fuerza y posiciones desde
entonces.
La guerra tuvo menos éxito de lo esperado en cuanto al objetivo de
restringir el movimiento de Al Qaeda. Desde 2.006, se ve amenazada la
estabilidad en Afganistán por el incremento de la actividad insurgente de los
Talibanes, los altos registros de producción ilegal de droga y un frágil
gobierno con poco poder fuera de Kabul.
El 28 de diciembre de 2.014 el presidente de los Estados Unidos
Barack Obama da por finalizada la misión de la ISAF-OTAN en Afganistán y
la ceremonia que se realizó en Kabul junto al comandante de la ISAF, el
General estadounidense John F. Campbell en representación de las fuerzas de
la ISAF, supuestamente dio fin a los combates. El 1 de diciembre de ese año,
el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, corroboró junto al
presidente de Afganistán, Ashraf Ghani, y el jefe del Gobierno, Abdullah
Abdullah, la continuidad de la misión aliada a partir del 1 de enero de 2.015 en
el país centro asiático denominada Operación Apoyo Resuelto y dicha misión
se limita solo a entrenar y asesorar a las fuerzas afganas hasta fines de 2.016.
Casi 13 mil soldados de la OTAN participan en una misión de dos
años para entrenar a las fuerzas afganas.
El 15 de octubre de 2.015, Barack Obama anunció que mantendrá
5.500 soldados en Afganistán cuando deje el cargo en 2.017, con esta decisión,
pasa la resolución del conflicto a su sucesor. En junio de 2.016 el presidente
Obama, autoriza ampliar el papel que desempeñan las fuerzas estadounidenses
desplegadas en Afganistán.
Dicho movimiento permitirá al ejército acompañar a las fuerzas
convencionales afganas ya que solo podían ir junto a las fuerzas especiales, en
su lucha contra los insurgentes talibanes. En julio de 2.016, Obama aumentó el
número de soldados estadounidenses para la permanencia en Afganistán con
un total de 8.400 efectivos en suelo afgano, luego que el mulá Haibatulá
Ajundzada declarara al igual que su predecesor el mulá Akhtar Mohamed
Mansur, que la paz llegará a Afganistán una vez que la ocupación en dicho
país por tropas extranjeras cese.


3) 2.002. Estados Unidos apoyó y financió a los elementos que organizaron el
fallido golpe de Estado del 11 de abril en Venezuela. La Marina de Estados
Unidos ayudó al golpe de Estado en Venezuela con el envío de información
secreta desde sus navíos en el Caribe a los golpistas, según el diario
londinense The Guardian. El periódico, cita como fuente a Wayne Madsen, ex
agente de los servicios secretos de la Marina estadounidense, quien afirma que
desde junio de 2.001 Estados Unidos consideraba la posibilidad de un golpe de
Estado para deponer al presidente Hugo Chávez.
El diario informa que hay pruebas sobre un apoyo financiero de
Estados Unidos a personas que fueron clave en el intento de golpe de Estado.
“Lo primero que oí es que el coronel James Roger, asesor militar destacado en
la embajada de Estados Unidos en Caracas, se fue allí en junio pasado para
preparar el terreno”, declaró Madsen, quien reveló además que “algunos de
nuestros agentes antinarcóticos estuvieron también”. En septiembre de 2.008,
luego de denunciar un nuevo plan para derrocarlo, Chávez expulsó al
embajador estadounidense en el país, Patrick Duddy, en un acto de solidaridad
con Bolivia.
4) 2.003. La invasión de Irak, entre el 20 de marzo y el 1 de mayo, fue llevada
a cabo por una coalición de países encabezada por Estados Unidos con Reino
Unido, España, Australia y Polonia. Otros países estuvieron involucrados en la
fase de ocupación posterior. La invasión marcó el inicio de la guerra de Irak.
Según el Presidente George W. Bush, las razones para la invasión
eran desarmar a Irak de armas de destrucción masiva, las cuales nunca
llegaron a encontrarse, ni su existencia quedó demostrada, dar fin al apoyo
brindado por Saddam Hussein al terrorismo, y lograr la libertad del pueblo
iraquí. Los principales detractores de la guerra señalan estas razones como
excusas para realizar la invasión, motivados por intereses meramente
económicos y políticos.
La invasión de Irak provocó una fractura política entre las grandes
potencias, que se dividieron entre las que se opusieron activamente a la
invasión, como lo fueron Francia, Bélgica, Alemania, Rusia, China y otros
países que mostraron una oposición pasiva, y los que apoyaron públicamente a
Estados Unidos, como Reino Unido, España, Polonia, Portugal y demás
naciones que integraron la coalición. La invasión y la guerra ocasionaron la
primera manifestación ciudadana global en la historia en contra de un
conflicto.
5) 2.009. El golpe de estado en Honduras el 28 de junio, fue el límite de una
situación en la cual estaban involucrados el presidente, funcionarios,
empresarios, iglesia y pueblo en general. El presidente Manuel Zelaya Rosales
hizo una propuesta de consultar a los ciudadanos por medio de votaciones si
aceptaban colocar una cuarta urna en las elecciones generales que se
realizarían en noviembre del mismo año. El motivo de consulta era saber si la
población estaba de acuerdo en modificar la constitución de la republica.
Cuando redactaron la constitución hondureña, los constituyentes de
la época dejaron claro que podía ser modificada en casi toda su totalidad,
excepto cuatro artículos a los cuales les llamaron artículos pétreos, según los
constituyentes esto debía quedar así por la inestabilidad que hay con los
partidos políticos. Esta consulta desató un gran problema que según
historiadores y sociólogos estaba anunciado. En la mañana del 28 de junio, el
ejército militar allana la casa presidencial, sacan al presidente y lo trasladan a
la fuerza aérea para abordar un avión y sacarlo del país.
La población hondureña queda dividida en tres sectores: los
ciudadanos que estaban a favor de la cuarta o resistencia, los que estaban en
contra de la cuarta urna o golpistas y los que se catalogaban neutros que no
tenían un panorama claro de la situación hondureña.
El golpe de Estado fue un acontecimiento que afectó a los
hondureños desde los más pobres hasta los más ricos. La economía se vio
seriamente afectada por este incidente de magnitudes enormes, ya que las vías
de transporte y comunicación fueron interrumpidas por largos periodos de
tiempo. Honduras dejó de recibir ayudas del extranjero por un largo tiempo y
es separada de la OEA.
Los derechos de las personas, por supuesto, fueron irrespetados.
Muchos hondureños fueron asesinados secretamente quedando sus
muertes impunes. La libertad y el derecho de libre circulación de las personas
fue incumplido con los Toques de Queda, situación que colocó en riesgo la
vida de la población. Fue un periodo de retroceso en la historia con el regreso
a los gobiernos totalitarios.
El 23 de junio el Congreso aprobó una ley por la cual se prohibiría la
promoción de la consulta. A pesar de la prohibición del Congreso, el
Presidente Zelaya continuó adelante con la consulta y ordenó distribuir las
tarjetas de votación. El 26 de junio, la Corte Suprema, a pedido del Ministerio
Público, aprobó por unanimidad de votos acusar como autor responsable al
ciudadano José Manuel Zelaya, de los delitos de traición a la patria, abuso de
autoridad y usurpación de funciones en perjuicio del Estado de Honduras; por
lo cual dictó orden de captura y allanamiento contra el presidente.
El 27 de junio, día anterior a la votación, el Congreso designó una
comisión especial para investigar a Zelaya, por desconocer los fallos de las
instancias jurisdiccionales y violentar el Estado de Derecho. Solo cuatro
diputados izquierdistas se opusieron a la moción de la Asamblea. La
madrugada del día 28, las fuerzas armadas al mando del teniente coronel René
Antonio Bueso, allana la residencia presidencial para detener al presidente
Zelaya.
Fue trasladado a la base de la Fuerza Aérea al sur de Tegucigalpa
para ser llevado a Costa Rica.
Lo realizado el 28 de junio por el Congreso Nacional no es una
sucesión, como lo reconocen los Poderes del Estado y otros órganos públicos,
tampoco es una promoción, como lo califica el Decreto que vanamente
pretende destituir al Presidente Zelaya, ni es una sustitución porque la
designación del supuesto sustituto no se hizo como manda la Constitución de
la República.
De manera tal que, el Congreso Nacional violó la Constitución de la
República destituyendo, sin potestades constitucionales para ello, al Presidente
de la República, desconociendo su investidura legitimada por el voto directo
del pueblo hondureño en elecciones democráticamente realizadas y aceptadas
como legales por el Tribunal Nacional de Elecciones. Por lo tanto, la
designación del Presidente del Congreso Nacional para ejercer el Poder
Ejecutivo es producto de una violación a la Constitución de la República.
Se trata, en definitiva, de un Golpe de Estado.

6) 2.011. La intervención militar en Libia fue una operación militar


multinacional desarrollada bajo el amparo de la ONU, con el objetivo de
cumplir lo dispuesto por la resolución 1.973 del Consejo de Seguridad de las
Naciones Unidas en la que se autorizaba la adopción de “todas las medidas
necesarias [...] para proteger a los civiles y las zonas pobladas por civiles que
estén bajo amenaza de ataque” de las fuerzas leales al gobierno de Muamar el
Gadafi y en la que se establecía la “prohibición de todos los vuelos en el
espacio aéreo”, al tiempo que se autorizaba a adoptar “todas las medidas
necesarias para hacer cumplir” dicha prohibición.
La resolución y la subsecuente intervención militar surgen en
respuesta a la represión del gobierno libio hacia los manifestantes que
iniciaron sus protestas en distintos lugares del país, para exigir reformas
democráticas. Estos sucesos se enmarcan en el conjunto de revoluciones
ocurridas en el mundo árabe a lo largo de 2.011. Las operaciones militares
comenzaron el 19 de marzo, con el ataque de los cazas Rafale de la fuerza
aérea francesa a un número indeterminado de carros de combate de las fuerzas
leales al gobierno de Gadafi, que fueron destruidos.
Esa misma noche, las fuerzas navales estadounidenses y británicas
iniciaron el lanzamiento de más de 110 misiles de crucero Tomahawk,
incursiones aéreas del Ejército del Aire Francés y la Fuerza Aérea Real
Británica, y un bloqueo naval establecido por la Marina Real británica.

La coalición inicial formada por Bélgica, Canadá, Catar, Dinamarca,


España, Estados Unidos, Francia, Italia, Noruega y Reino Unido se amplió
hasta llegar a 16 países. La mayoría de los miembros de la coalición sólo se
ocuparon de hacer cumplir la zona de exclusión aérea y el bloqueo naval,
siendo Francia, Reino Unido y Estados Unidos los países que lideraron las
primeras operaciones militares ofensivas.
El 23 de marzo la OTAN tomó el control del embargo de armas
decretado en las resoluciones 1.970 y 1.973 del Consejo de Seguridad de las
Naciones Unidas. El día 31 asumió el mando del conjunto de las operaciones
que se estaban llevando a cabo en Libia.
La intervención militar recibió distintos nombres en clave según el
país: Operación Amanecer de la Odise, Estados Unidos; Operación Harmattan,
Francia; Operación ELLAMY, Reino Unido; Operación MOBILE, Canadá,
aunque el nombre estadounidense fue asumido por las Fuerzas Armadas de
Italia, Dinamarca, Noruega y Bélgica, donde también recibió la denominación
Operación Freedom Falcon. Por su parte, la OTAN usó el nombre Operación
Protector Unificado al tomar el mando del embargo de armas y lo mantuvo
cuando asumió el control de todas las operaciones.
Entre tanto, la crisis política en Túnez de 2.010-2.011, conocida
como la Revolución Tunecina, y como la Revolución de los Jazmines o la
Intifada de Sidi Bouzid, puesto que comenzó en la ciudad de Sidi Bouzid, en
el centro/sur de la zona más poblada del país, se inició como una serie de
protestas demócratas, con gran presencia de jóvenes, sentando un precedente
decisivo en el mundo árabe cuando consiguieron derrocar al gobierno
autocrático de Zine El Abidine Ben Ali.
Los medios de comunicación han tomado como fecha de inicio el
viernes 17 de diciembre de 2.010, cuando el joven universitario y vendedor
ambulante Mohamed Bouazizi se quemó al estilo bonzo en la citada ciudad de
Sidi Bouzid, para protestar por la acción de la policía que, al confiscarle su
puesto callejero de venta de frutas, le había condenado al desempleo y la
miseria.
Los hechos continuaron por la reacción de la población con fuertes
protestas ante el suceso, así como el incremento excesivo de los precios en los
alimentos básicos, la corrupción, las malas condiciones de vida de los
habitantes tunecinos y la falta de oportunidades para superar la crisis
económica que sufría el país desde 2.008. Dichas protestas fueron las más
contundentes de los últimos 30 años.
El presidente Ben Ali, que gobernaba desde 1.987, mandó reprimir
las manifestaciones que, por todo el país, produjeron 66 muertos en un mes.
Cuando se percató que la revolución se extendía a la vez que sus efectos
desestabilizadores se mostraban imparables, ordenó el cese de los disparos por
parte de las fuerzas de seguridad contra los manifestantes, anunció que dejaría
el poder en 2.014 y prometió libertad de información en todos los medios de
comunicación, incluido internet.
El 14 de enero de 2.011, ante la presión de las protestas, el presidente
cedió el poder al primer ministro Mohammed Ghannouchi, huyó del país y se
refugió en Arabia Saudita. El 27 de febrero, Ghannouchi anunció su dimisión
como primer ministro del gobierno de transición, tras unos días de intensas
manifestaciones en las que miles de manifestantes pedían su dimisión y la del
gobierno. Ese día, el cargo de primer ministro pasó a Béji Caïd Essebsi,
antiguo decano del Colegio de Abogados de Túnez.
Igualmente, la crisis política en Egipto de 2.011, conocida
internacionalmente como la Revolución egipcia, y como la Revolución de los
jóvenes o la Revolución blanca, fueron una serie de manifestaciones callejeras
que comenzaron el martes 25 de enero, el llamado Día de la Ira, y se
difundieron por todo Egipto, llevada a cabo por diversos grupos sociales e
inspirada principalmente en la Revolución Tunecina.
Las manifestaciones y revueltas se originaron como una protesta por
el exceso de brutalidad policial, las leyes de emergencia del Estado, las altas
tasas de desempleo, el deseo de aumentar el salario mínimo, carencia de
viviendas y alimentos, inflación, corrupción, falta de libertad de opinión,
pobres condiciones de vida y factores estructurales-demográficos.

La principal meta de los manifestantes era forzar la salida del


presidente Hosni Mubarak, en el poder desde casi 30 años. A 18 días del inicio
de las protestas, el viernes 11 de febrero, Mubarak dimitió. Las
manifestaciones no eran algo nuevo, durante los últimos años se habían
repetido periódicamente este tipo de protestas, pero estas últimas, iniciadas el
martes 25 de enero de 2.011, sobrepasaron con creces lo ocurrido en años
previos.
Las protestas de 2.011 han sido catalogadas como sin precedentes en
Egipto y los acontecimientos más graves de la sociedad civil en los últimos
años. Luego de estos hechos, a partir del mes de julio del mismo año, se
sucedieron nuevas manifestaciones en contra del régimen derrocado,
exigiendo la aceleración en los avances del proceso hacia la transición
democrática, por lo que finalmente, el Jefe del ejército del país, Mohamed
Hussein Tantawi, convocó a comicios electorales.
Se celebraron nuevas elecciones democráticas en esta nación
afroasiática el jueves 21 de julio de 2011, siendo elegido Presidente del pueblo
egipcio, Mohamed Morsi.
Finalmente, la Guerra Civil Siria, en árabe al-Ḥarb al-ahliyya al-
sūriyya, es un conflicto bélico iniciado a principios de 2.011 y que aún se da
en la actualidad en Siria. En esta guerra se enfrentaron en su inicio las Fuerzas
Armadas de Siria del gobierno del presidente sirio, Bashar al-Asad, contra
grupos armados rebeldes de diversa índole, conocidos en Occidente como la
oposición siria.
Más adelante, numerosos grupos y combatientes rebeldes se unieron
a los yihadistas del Estado Islámico de Irak y el Levante, Estado Islámico EI
en español; ISIS en inglés, también conocido como Daesh en árabe, permitió a
este último expandirse e invadir vastas extensiones de Siria desde las zonas
que ya ocupaba en Irak. Sin embargo, algunos grupos rebeldes yihadistas
combaten tanto contra el gobierno como contra el Estado Islámico, uno de los
más grandes y activos es el Frente Al-Nusra, considerado la rama de Al Qaeda
en Siria que controla pequeñas franjas de territorio entre zonas de otros grupos
rebeldes y el gobierno.
La oposición armada al gobierno se compone de varios grupos
formados durante el conflicto. Los principales son el Ejército Libre Sirio, el
primero en tomar las armas en 2.011, y el Frente Islámico, formado en 2.013.
Por otro lado, el Estado Islámico ocupa la mayor parte del territorio sirio, y la
mayor parte de las reservas de petróleo y gas, por lo que está considerado la
principal fuerza de oposición al gobierno sirio. Tras rápidos avances militares
desde Irak, en julio de 2.014 el Estado Islámico controlaba un tercio del
territorio sirio y un año después, a mediados de 2.015, más de la mitad.
En julio de 2.013, el gobierno sirio controlaba entre el 30 y el 40 %
del territorio y reunía al 60 % de la población.
Un informe de Naciones Unidas a fines de 2.012 describió el
conflicto como abiertamente sectario en su naturaleza por la lucha entre la
minoría alauí, que controla el Estado, y milicias y grupos chiítas que luchan
contra grupos rebeldes suníes, situación que todos los bandos han negado.
Debido a la participación de numerosas potencias extranjeras se la ha
denominado también como una guerra subsidiaria.
El gobierno sirio, presidido por Bashar al-Asad, cuenta con el apoyo
de Rusia, que lo considera un país aliado desde tiempos de la Unión Soviética,
la República Islámica de Irán y la organización libanesa Hezbolá. El gobierno
y sus aliados defienden que las manifestaciones y primeras revueltas armadas
fueron organizadas y financiadas por Occidente y grupos yihadistas, para
precipitar la caída del gobierno y controlar el país.
La oposición siria es apoyada por Estados Unidos, Turquía, Arabia
Saudí y otros países aliados occidentales y del golfo Pérsico. La oposición y
estos países defienden que la insurrección fue consecuencia de la Primavera
Árabe y acusan al gobierno de represión, corrupción, falta de democracia y
libertad. El Estado Islámico se nutre de la llegada de miles de combatientes
desde países de todo el mundo y, financieramente, de la venta de antigüedades
expoliadas y el petróleo que extrae, vendido sobre todo en Turquía; está en
guerra contra todos los demás bandos y es bombardeado por varios países
extranjeros.
En el norte del país las zonas fronterizas son controladas por milicias
kurdas, que luchan principalmente contra el Estado Islámico, contra otros
grupos rebeldes y el gobierno; sin embargo, algunas facciones kurdas como el
PKK son atacadas por Turquía, a pesar de tener, oficialmente, al EI como
enemigo común.
La guerra civil en Siria dejó en 2.015 más de 220 mil muertos; y en
2.013 se contaban 63.072 víctimas civiles; provocado la huida de más de 3
millones de refugiados y ha dejado a la mayoría de las ciudades en un estado
casi de devastación. La guerra de Siria ha elevado el número de desplazados a
escala mundial a su máximo nivel en los últimos 18 años, mientras que el 40
% de la población está en situación de crisis.
Se han usado armas químicas en varias ocasiones, y ambos bandos
del conflicto han sido acusados por diversas organizaciones y gobiernos de
cometer crímenes de guerra y graves violaciones de los derechos humanos, así
como daños patrimoniales históricos. Este cúmulo de atrocidades convierte al
conflicto en la más brutal crisis de la Primavera Árabe y una de las peores
guerras del siglo XXI.
En la mayor parte de las zonas donde el gobierno ha perdido el
control, los diferentes grupos rebeldes islamistas como el Estado Islámico y Al
Nusra, han instaurado un califato regido bajo una interpretación radical de la
Sharia, la ley islámica.

7) 2.012. La crisis política en Paraguay, también llamada por numerosos


críticos, políticos y medios de comunicación Golpe Parlamentario, se desató a
raíz del juicio político contra el entonces presidente Fernando Lugo, por la
Cámara de Diputados. Este órgano parlamentario acusó al gobernante electo
en 2.008 por mal desempeño de funciones, acusándolo, entre otras cosas, de
responsabilidad política por los enfrentamientos entre campesinos y policías
ocurridos días antes en Curuguaty, departamento de Canindeyú, con saldo de
diecisiete muertos.
Posteriormente, una mayoría de 115 parlamentarios de 5 partidos
políticos diferentes sobre un total de 125 congresistas decidió destituirlo de su
cargo. Con ello se convirtió en el tercer presidente paraguayo en ser sometido
a este proceso, siendo José P. Guggiari el primero en 1.923 y Raúl Cubas Grau
el segundo.
Mientras los apologistas del juicio político alegaron el cumplimiento
formal de lo establecido por el Artículo # 225 de la Constitución; sus críticos,
fundamentándose en el derecho internacional y en el Artículo # 17 de la
misma Constitución, denunciaron que se habían cometido serias violaciones al
debido proceso, falta de pruebas reales, presentación de acusaciones falsas y la
celeridad con la cual se había realizado el juicio, durando en total menos de 48
horas y dando dos horas a la defensa para la presentación oral de su descargo
en el Senado.
La comunidad internacional respondió de distintas maneras
predominando los rechazos y condenas en América Latina. Con la
complacencia del ex presidente Fernando Lugo, los demás países miembros
plenos del MERCOSUR como Argentina, Brasil y Uruguay, además de la
mayoría de los países de la región como Venezuela, Bolivia, Ecuador y
Nicaragua, se manifestaron en contra de la destitución de Lugo, retirando a sus
embajadores.
Paraguay fue suspendido como miembro del MERCOSUR.
Estados Unidos y Canadá señalaron una aceptación reservada de los
hechos, llamando al respeto de la institucionalidad democrática. Mientras la
Santa Sede dio antes que ningún Estado su reconocimiento oficial al nuevo
gobierno encabezado por el hasta ese momento vicepresidente paraguayo
Federico Franco. La Unión Europea y la Organización de Estados Americanos
enviaron comitivas a Paraguay para recabar datos de la situación.
A diferencia del golpe de Estado en Honduras de 2.009, el Consejo
Permanente de la OEA, en su sesión del 22 de agosto de 2.012, no logró un
acuerdo para sancionar a Paraguay, medida respaldada por 8 países y
rechazada por 26. Ante la proximidad de las elecciones generales, fijadas para
el 21 de abril de 2.013, el principal interés manifiesto por organismos
internacionales consistió en observar la constitucionalidad y transparencia del
proceso pre-electoral y electoral.
Luego de celebrados los comicios, que fueron ganados por el
colorado Horacio Cartes y que permitió la elección de Lugo como senador
nacional por cuanto su alianza de partidos de izquierda quedó en tercer lugar,
los países de la región reconocieron al triunfador, ordenaron el retorno de
embajadores y anularon la suspensión al país de participar en el MERCOSUR
y en la UNASUR.
Cartes confirmó el retorno de Paraguay a la UNASUR en agosto de
2.013 y su intención de volver al MERCOSUR tras un arreglo diplomático
sobre la situación del ingreso de Venezuela al bloque.

2.0¿?: ¿La próxima?...




¿El Final?...

Según diversas fuentes, el gobierno de Estados Unidos ha derrocado


o tratado de derrocar a numerosos gobiernos extranjeros percibidos como
hostiles. Estados Unidos practicó esta política a través de la participación
directa de sus agentes, financiando y formando grupos insurgentes dentro de
esos países, campañas de propaganda, golpes de estado, y otras actividades
generalmente realizadas por la CIA. Estados Unidos también ha realizado
cambios de régimen por medio de la acción militar directa.
Nuestra región es decisiva para el imperio del águila por cuanto
posee amplias reservas de recursos naturales renovables y no renovables, es un
área vital de seguridad militar y también una plataforma fundamental para la
proyección del poder. Pero a pesar de ser zona de paz carente de armamento
nuclear, no se justifica la presencia del ejército más poderoso del mundo.
El presidente Obama propuso el diálogo para una nueva etapa de
acercamiento entre nuestros países durante la VII Cumbre de las Américas en
Panamá, en abril de 2.015.
Él mismo recordó sus palabras de la V Cumbre en Trinidad y
Tobago, en abril de 2.009, donde aseguró: “No vine aquí a discutir el pasado
sino a pensar en el futuro. Estados Unidos quiere buscar con el resto de
América una alianza entre iguales”.
Lamentablemente, el efecto de esas palabras duraría muy poco.
En la madrugada del 28 de junio de ese mismo año, el presidente
hondureño Manuel Zelaya fue sacado de la cama por un comando militar y
llevado a Costa Rica, pero antes el avión hizo escala en la base José Soto
Cano, Palmerola, Honduras, donde se encuentra estacionada la Fuerza de
Tarea Conjunta Bravo Joint Task Force Bravo o JTF-B del Comando Sur,
compuesta por unidades militares rotativas del ejército, la aeronáutica, las
fuerzas de seguridad conjuntas y el primer batallón-regimiento número 228 de
la aviación estadounidense.
Resulta difícil creer que el Pentágono no estaba enterado ni tuvo
participación o injerencia alguna en ese golpe de Estado.
Días después, el presidente colombiano Álvaro Uribe admitió que las
versiones periodísticas que hablaban de un acuerdo con Estados Unidos para
instalar siete bases militares en Colombia eran ciertas. Esto le brindaría acceso
a los yankees al reservorio de recursos naturales renovables y no renovables
como agua, petróleo, minerales estratégicos, biodiversidad, alimentos, entre
otros; y además es un área vital de seguridad militar debido a que la frontera
sur es su punto más vulnerable; del mismo modo es una plataforma
fundamental para la proyección de poder.
El proceso de militarización de Estados Unidos tiene su gran impulso
en los inicios de la Guerra Fría, y una vez desaparecido el gran enemigo, la
Unión Soviética, en 1.991, la carrera armamentista no se detuvo. Para el año
2.014, el presupuesto militar estadounidense fue equivalente al 48 % del total
mundial. Según cifras del Instituto de Investigación para la Paz Internacional
de Estocolmo, el presupuesto militar gringo en 2.014 fue de 640 mil millones
de dólares, mientras que el de las ocho potencias que le siguen en la lista del
poderío: China, Rusia, Arabia Saudita, Francia, Reino Unido, Alemania, Japón
e India, todas juntas, gastaron 607 mil millones de dólares.
Tanto en la primera etapa post soviética, la del Proyecto para un
Nuevo Siglo Norteamericano, que proponía para el siglo XXI, desde una
perspectiva wilsoniana conservadora, el uso del poder militar para la
expansión global y la imposición de los valores estadounidenses en todo el
planeta, como actualmente, cuando el gigante norteamericano se siente
amenazado por potencias emergentes, la opción prioritaria siempre ha sido la
militar.
Esta propuesta de instalar bases militares en todo el planeta según
documentos oficiales del Pentágono distingue dos tipos: bases de operaciones
tradicionales, donde hay personal permanente y una fuerte infraestructura
como la base Ramstein en Alemania; y los sitios de operaciones avanzadas,
con un número limitado de tropas que, si fuera necesario, puede llegar a
expandirse.
Estas bases, conocidas en la jerga militar como Lilypads o por sus
siglas en inglés FOL Foward Operating Location, están esparcidas en todo el
planeta, en lugares considerados estratégicos o peligrosos para la seguridad de
Estados Unidos y que son susceptibles para el inicio de una situación de crisis
social o conflicto armado. En América del Sur y Central, los FOL jugaron un
papel fundamental al inicio el siglo XXI tras el desalojo del Comando Sur de
la estratégica base militar en Panamá, en 1.999 por medio del acuerdo
Torrijos-Carter, y en el marco de la readecuación de la política exterior y
defensa que Washington adoptó para el nuevo escenario internacional post
Guerra Fría, contenida en la Estrategia Nacional para la Nueva Era de 1.997.
El Pentágono hace esta distinción entre dos tipos de bases militares
porque en el caso de las primeras se trata de acuerdos formales entre dos
gobiernos. Las funciones primordiales de estas instalaciones son el control de
zonas estratégicas del mundo; vigilar y garantizar la libre circulación de
mercaderías u obstaculizar la circulación del enemigo; el reabastecimiento y la
proyección de poder.
En cambio, las bases tipo FOL nacen de pactos no siempre
transparentes y muchas veces surgidos a espaldas de los Congresos y de los
Poderes Ejecutivos por ser arreglos entre las fuerzas armadas y el
Departamento de Defensa de Estados Unidos, y por lo tanto tratan de no dar la
impresión que el Tío Sam busque una ocupación permanente, estilo
colonialista, en el país seleccionado para ubicar una de esas instalaciones.
En las declaraciones a la prensa, tanto el Pentágono como los
gobiernos de los países anfitriones suelen negar que los FOL sean bases
militares amparándose en el hecho de tener escaso personal que en muchos
casos son mercenarios o más elegantemente Contratistas, y que están alojadas
en un perímetro acotado, en puertos o aeropuertos, que el país anfitrión alquila
o cede temporalmente a Estados Unidos.
La mayoría de las veces el rol administrativo de un FOL lo cumple
un contratista privado, generalmente un oficial norteamericano retirado que
alquila estas instalaciones al país anfitrión y cobra una tarifa a los pilotos de la
fuerza aérea norteamericana que pasan por esa base. Oficialmente es un
hombre de negocios que trabaja para sí mismo, algo que a los países
anfitriones les gusta porque pueden decir a sus ciudadanos que no están con
militares norteamericanos.
Y esa es una gran verdad.
Engañosa y cruel verdad pero verdad ante todo y es así tanto para
bien como para mal. Es una relación indirecta con las fuerzas armadas
norteamericanas que elimina las tensiones políticas, impases diplomáticos y
posibles conflictos armados.

La realidad es que son bases militares que funcionan como


plataformas portátiles, donde el Pentágono tiene posibilidad de acceso
permanente pero las autoridades del país anfitrión tienen prohibido entrar. Un
ejemplo conocido fue la base de Manta en Ecuador, la cual, hasta que el
presidente Rafael Correa la cerró en 2.009, el Comando Sur operaba con total
libertad pero nadie supo qué hacían los aviones estadounidenses cuando
despegaban de allí, qué instalaciones poseían en los hangares, qué
monitoreaban sus radares o cuál material almacenaban.
A su vez los FOL de nuestra región forman parte de una gigantesca
red global interconectada, en simultáneo, entre sí y con su núcleo central,
ubicado en el centro de experimentación de vigilancia y guerra espacial
SpaceWarfare Center en la Base de la Fuerza Aérea Schriever, Colorado
Springs, Estados Unidos, donde se almacena la formidable masa de datos que
se envía permanentemente desde ellas. Regionalmente, la información de
inteligencia que se recoge en los FOL de América del Sur se procesa en el
Centro Sur de Operaciones Conjuntas de Vigilancia y Reconocimiento
JSSROC del Comando Sur.

Tal como quedó comprobado por la revelaciones del estadounidense


Edward Snowden, ex agente de la Agencia de Seguridad Nacional NSA, en
inglés, quien hizo público parte de los documentos secretos del espionaje de su
país, la mayoría de los datos recolectados en los FOL y enviados para su
procesamiento al centro experimental Schriever incluía escuchas telefónicas,
correos electrónicos e información sobre las reuniones de funcionarios de
gobiernos, integrantes de partidos políticos y otros organismos sudamericanos.
Las operaciones de espionaje son numerosas.
El Plan Colombia, según Snowden, esconde una de las mayores
operaciones encubiertas de inteligencia desarrolladas por Estados Unidos. La
tecnología de espionaje está instalada en aviones estadounidenses que vuelan
en el espacio aéreo colombiano, cuyas funciones incluyen localizar y
decodificar planes rebeldes. Estos aviones despegan de bases estadounidenses
en territorio colombiano pero están en capacidad de captar información más
allá de las fronteras colombianas.
En el marco del Plan Colombia, está confirmado que la NSA y la
CIA fueron claves para el asesinato del número dos de las FARC, Raúl Reyes,
en marzo de 2.008, y de otros líderes guerrilleros.
Otro ejemplo es Venezuela.

Los FOL de Aruba y Curazao, a 50 kilómetros de la costa


venezolana, aportan información y operan sobre nuestro país que se encuentra,
según memorándum oficial recopilado por Snowden, entre los seis objetivos
prioritarios a largo plazo de la NSA. Los otros países son China, Rusia, Corea
del Norte, Irán e Irak. Entre los objetivos figuran:
1) Evitar que Venezuela alcance un liderazgo regional; impedir que
persiga políticas que impacten negativamente en los intereses
globales de Estados Unidos.
2) Controlar la política energética.
3) Monitorear la amplitud y profundidad de las relaciones con Cuba,
Rusia, China e Irán y rastrear los mensajes privados de funcionarios
en busca de datos que proporcionen alguna ventaja política.

Queda claro que aunque el discurso oficial niegue la existencia de


bases o admita cierta presencia militar para combatir el tráfico de droga, el
crimen organizado y los desastres naturales, los FOL estuvieron y siguen
estando directamente involucrados en la recolección de datos de inteligencia
humana HUMINT, de señales SIGINT, ELINT, para datos electrónicos, de
imágenes IMINT o de medición MASINT. Los objetivos de los FOL son
múltiples y entre otros son:

1) Control del negocio de la droga (producción y transporte).
2) Combate al terrorismo.
3) Espionaje, tareas de inteligencia y almacenamiento de información.
4) Control sobre los cambios políticos y económicos de la región.
5) Control de migraciones.
6) Acceso a los recursos naturales (entre ellos la zona amazónica, región
que se encuentra más cercada de bases norteamericanas) y fuentes energéticas.
7) Protección a empresas privadas de petróleo norteamericanas o británicas.
8) Plataforma para eventuales intervenciones (asesinato de Raúl Reyes) y/o
operaciones militares (hacia África, por ejemplo, a través de la base de
Palanquero, en Colombia).
9) Programas vinculados con la preparación de tropas en condiciones
especiales.

La propuesta de dejar atrás el pasado y mirar el futuro que hizo el


presidente Obama durante la VII Cumbre de las Américas en Panamá debe
incluir el cierre de todos los FOL en el Caribe, América del Sur y Central.
Lamentablemente, si observamos los movimientos militares de los últimos
meses veremos que tanto en Perú como en Paraguay aumentó la presencia del
Pentágono. Conviene retener dos nombres: John F. Kelly, sucesor de Douglas
Fraser como jefe del Comando Sur, y almirante George W. Ballance, jefe de la
Fuerza Naval del Comando Sur y de la IV Flota, designado responsable de la
planificación, programación y sincronización de las actividades militares que
involucren el Caribe, Sur y Centro América.
Según el portal informativo de la Alianza Bolivariana para los
Pueblos de Nuestra América www.portalalba.org, “de modo extraoficial,
existen en Perú alrededor de nueve FOL como parte de la red de bases
militares que mantiene E.E.U.U. en Nuestra América. Además, Perú le ha
otorgado a la IV Flota tres puertos para el reabastecimiento y apostadero de
sus naves”.
Es el único país de la región que lo ha hecho.
El 31 de agosto de 2.014, el puerto del Callao recibió el flamante
Buque de Asalto Anfibio de la Marina, el USS America LHA 6, para realizar
operaciones navales como parte del recorrido que realiza el Comando Sur y la
IV Flota en la región. Se encontraban presentes el jefe del Comando Sur
general John F. Kelly y el almirante George Ballance.
Dos días antes Perú había aceptado una donación de Estados Unidos
conteniendo repuestos para la fuerza aérea y el ejército y había firmado un
acuerdo de cooperación para la construcción y uso por parte del Pentágono, de
un hangar para el almacenamiento de una aeronave Beechcraft 1900D en la
parte noroeste del perímetro de la base aérea del Callao, además de oficinas
administrativas y otro hangar para aeronaves de la Dirección de
Aerofotografía.
En febrero de 2.015 el Congreso peruano aprueba un incremento en
la cantidad de militares del Cuerpo Sur de los Marines norteamericanos que
realizarán ejercicios en la zona del Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro
VRAEM, donde, según el periódico Marine Corps Times, se está trabajando
para incrementar el tamaño de su fuerza de 3.500 a 6 mil hombres, a fin de
aumentar el tiempo de permanencia de sus tropas entre las misiones.
En esa misma fecha, el Comando Sur firmaba acuerdos con el
gobierno de Horacio Cartes para profundizar su presencia en Paraguay. El 18
de febrero de 2.015 la agregada del Pentágono y jefa de Asuntos de Defensa
de la Embajada de Estados Unidos en Asunción, Barbara Ficks, confirmó el
financiamiento de un programa de becas a personal militar paraguayo, para
entrenamientos y cursos en tierras del tío Sam.
El día 20 el ministro de Defensa de Paraguay, general Bernardino
Soto Estigarribia, aliado del Pentágono que llegó a desempeñarse como
instructor de la Escuela de las Américas, semillero de genocidas
latinoamericanos, se reunió con el almirante Ballance para reconfirmar los
programas de desarrollo que cuentan con una financiación de 25 millones de
dólares.
El día 22 de febrero, en el marco de la misma visita, el almirante
Ballance junto al embajador norteamericano en Paraguay, James H. Thessin,
inauguraron en Santa Rosa del Aguaray, Departamento de San Pedro, un
Centro de Operaciones de Emergencias COE y un Depósito de Suministros
para Emergencias, nombres con los que se encubren los FOL. Como siempre,
oficialmente no se dijo que se trata de una base militar sino de una sede para
ayudar a la población paraguaya ante eventos de emergencias o desastres
naturales que se pudieran presentar en el territorio.
No se debe olvidar que en las islas Malvinas, se encuentra una de las
más importantes bases militares de la OTAN cuyo país líder es Estados
Unidos. Malvinas es un punto estratégico no sólo por sus recursos naturales
sino por su proyección sobre la Antártida, América del Sur, África del Sur y
los océanos Pacífico Sur, Atlántico Sur e Índico. Es fundamental que se instale
de forma permanente en las agendas sudamericanas el cierre definitivo de
todas las bases militares extrarregionales.
Analizando la historia política mundial, es posible constatar que
siempre ha habido alguna nación que tiene la hegemonía.
La tuvo el Reino Unido en el Siglo XIX y parte del XX, y antes fue
ostentada por Francia y España. La historia mundial moderna muestra la lucha
constante por la supremacía mundial, por lo cual los conflictos eran
recurrentes para asegurar un equilibro de poderes. En la actualidad, esa
hegemonía la ostenta Estados Unidos. A partir de la década de 1.980, pasado
el colapso de Vietnam, Estados Unidos basa su fortalecimiento como eje del
mundo en la noción de progreso más que en la invasión a otros países.
A pesar de esto algunos teóricos plantean alternativas al fin de dicha
supremacía global en vista que el imperio gringo muestra tres flancos débiles
que deterioran su eficacia en el liderazgo mundial:
1) La creciente dependencia del capital extranjero para financiar su excesivo
consumo privado y público.
2) Su carácter de importador neto de personas, que le impide fortalecerse a
través de la colonización.
3) Su relativamente pequeño ejército, que ha sido sobre explotado en sus
intervenciones en Afganistán e Irak.

Pero, ¿quién podría reemplazar a Estados Unidos en papel de líder


mundial?...

Europa presenta una población cada vez más numerosa debido a sus
bajas tasas de natalidad, por lo cual optó por una salida semejante a la de
Estados Unidos abriendo sus fronteras a la inmigración. A pesar de sus logros
económicos y su crecimiento tan frenético, China enfrenta serios riesgos de
padecer una crisis monetaria o bancaria, con implicaciones negativas para todo
el planeta debilitando sus aspiraciones hegemónicas.
Por último, las sociedades musulmanas, con altas tasas de natalidad
que superan la media europea, se encuentran divididas entre los que aspiran
convivir pacíficamente con Occidente y los seguidores de una posición más
radical. En todo caso, estos grupos no presentan la unanimidad necesaria para
ejercer un papel hegemónico mundial. En resumen, los potenciales poderes
mundiales del Siglo XXI, Estados Unidos, Europa y China, presentan signos
de lo que podría ser su propia decadencia y el Islam no tiene las características
de una potencia universal.
Con esa perspectiva del liderazgo mundial, ¿cuál es el interés de
Estados Unidos en América Latina?, ¿qué anima su estrategia política sobre la
región? y ¿cómo se está dando esta relación?...
La política exterior estadounidense siempre ha sido enmarcada por
decisiones de políticas muy constantes con relación a las áreas en las que están
establecidos sus intereses capitales. Estos intereses nacionales están situados,
mayormente, en el Hemisferio Norte, por lo que América Latina representaba
una zona secundaria. Las políticas que estos intereses se derivan van más allá
de las diferentes administraciones y dan prioridad a la integridad y la
estabilidad del sistema internacional situado en Europa.
Las acciones de política dirigidas a los países del Hemisferio Sur se
orientan a cubrir necesidades de corto plazo o a coordinarse con estrategias
dirigidas a la zona de intereses prioritarios. Históricamente, América Latina
tuvo para Estados Unidos, un estatus de socios pasajeros y eventuales, con las
consecuencias de inestabilidad que ello implica para nuestra región. Esto fue
evidente cuando al fin de la II Guerra Mundial y ante el deterioro económico y
político de Europa y el surgimiento del rival ideológico que representaba la
URSS, Estados Unidos necesitó asumir el liderazgo del sistema defensivo
teniendo a Eurasia como objetivo principal.

La estrategia de Estados Unidos se organizó a partir de la escuela


geopolítica de Spykman, y su influencia es evidente en las acciones
norteamericanas sobre Eurasia. Sin embargo, la intelectualidad norteamericana
rechaza la afinidad de su política exterior con esa escuela debido a ser
utilizada por el nazismo. La estrategia de control mundial durante la Guerra
Fría estuvo centrada en Europa Occidental, Medio Oriente, Península Arábiga,
Irán, Turquía, India y Pakistán, Sudeste de Asia, parte de China, Corea, Japón
y la parte costera de Rusia Oriental.
Hacia esta zona, denominada Rimland, se orientaron los acuerdos y
compromisos defensivos. La ubicación de cada país respecto a esa zona,
determinó el valor estratégico que tenía para Estados Unidos. De allí que
América Latina tuviera una importancia irrelevante para Estados Unidos, y
que sus acciones políticas, militares y económicas se dirigieran hacia Europa
Occidental, Japón, Medio Oriente y Sudeste de Asia.
En esta región objetivo, llamada Sistema Trasatlántico, Estados
Unidos trató de evitar todo tipo de injerencia soviética e imponer un orden
democrático liberal, que consistía en:
1) Apertura económica.
2) Gestión concertada entre los Estados industrializados para conservar la
estabilidad y el desarrollo conjunto.
3) Organización del orden económico y seguridad social interna de los Estados
participantes.
4) Establecimiento de reglas de comportamiento obligatorias que fortalecieran
los compromisos contraídos.

Durante la Guerra Fría, América Latina no tuvo relevancia


económica ni política para obtener jerarquía estratégica para Estados Unidos,
por lo que nuestra región no se benefició de planes de ayuda. Siguiendo las
orientaciones cepalinas, la región implementó políticas alejadas de la filosofía
económica imperante para la región Trasatlántica y políticamente, tomaba
distancia de la democracia liberal, lo que provocó su desvinculación
geoestratégica, política y económica respecto de Estados Unidos.
La estrategia de seguridad de Estados Unidos posterior a la Guerra
Fría sigue vinculada a la noción geopolítica de Spykman. El objetivo de la
estrategia de defensa planteado en el Defense Planning Guidance, for de Fiscal
Years 1.994-1.999 es prevenir el surgimiento de un nuevo rival evitando que
cualquier “potencia hostil” someta una región con recursos cuyo control
genere una influencia mundial. El territorio al que hace referencia es Europa
Oriental, el territorio de la ex Unión Soviética y Asia Sudoriental.
El documento considera que la OTAN es el instrumento
indispensable para garantizar la seguridad y estabilidad en Europa, y prevenir
el surgimiento de acuerdos de seguridad solamente europeos. Al mismo
tiempo, Estados Unidos buscó asegurar el acceso al petróleo de Medio Oriente
y disuadir las aspiraciones hegemónicas de India sobre otros Estados en el Sur
de Asia y Océano Indico y el control de Corea.
La administración del ex presidente Clinton, a pesar de su
orientación política diferente, basó su estrategia exterior en los mismos
supuestos geopolíticos, lo cual hace evidente que la estrategia de supremacía
mundial se mantuvo en el afianzamiento militar, político y económico sobre el
Rimland. En cuanto a América Latina, la estrategia de Estados Unidos buscó
mantener la región en reserva para su futura ampliación geopolítica y
económica, y reducir la inestabilidad política con la imposición de prácticas
correctas en sus administraciones.
La administración del ex presidente Bush estudió a América Latina
desde el punto de vista estratégico, determinando que:
1) La pérdida de competitividad derivada de un mundo cambiante demanda la
ampliación del horizonte económico y geopolítico, por lo que América Latina
se torna de vital importancia.
2) La inmigración generada por el crecimiento demográfico se convirtió en un
problema de urgente atención.
3) Dadas las condiciones económicas, políticas y sociales, América Latina
requiere fortalecer lazos con Estados Unidos.
4) Hasta ese momento, las políticas de Estados Unidos hacia la región fueron
defensivas y negativas, centrando su atención en el logro de la estabilidad
política y en la defensa de pocos intereses norteamericanos frente a los
soviéticos.
5) Se propone reemplazar la política anterior por nuevas políticas adecuadas a
la situación de post Guerra Fría.

Un objetivo militar, uno político y uno económico son la base de la


estrategia de la administración del ex presidente Clinton. En lo militar
pretende fortalecer la seguridad interna con una milicia lista para el combate
con presencia en la región Trasatlántica, y en menor medida con el
establecimiento de fuerzas en el Pacífico, Medio Oriente y Sudeste Asiático y
América Latina. En lo político se enfoca a afianzar las democracias en el
exterior, localizando su atención en Rusia y Europa Central y en menor
medida en la Cuenca del Caribe, incluyendo en sus prioridades el tema de las
armas nucleares, químicas y bacteriológicas, combate al terrorismo y al
narcotráfico.
En lo económico apunta a la reactivación de la economía interna
promoviendo el NAFTA para crear la zona de libre comercio de América del
Norte. Pero dentro de dicha táctica de liderazgo mundial, la administración de
Clinton desarrolló un plan especial para América Latina. En la Cumbre de las
Américas de 1.994 se propuso expandir el NAFTA a Chile y se promovieron
líneas de acción para crear mejores condiciones políticas, lo cual contó con el
apoyo de países de América Latina.
Hubo rechazo de ciertos países latinoamericanos por la inclusión de
las fuerzas armadas en la lucha contra el narcotráfico y las acciones para
debilitar el poder de las fuerzas armadas sudamericanas. La implementación
de la estrategia estadounidense en la región declinó a fines de 1.995 a causa de
presiones sindicales y proteccionistas contra la incorporación de Chile al
NAFTA.

Se inicia un proceso inverso de diplomacia represiva con la invasión


a Haití para evitar la salida de inmigrantes hacia Estados Unidos, con la crisis
financiera mexicana y el problema de narcotráfico colombiano. Finalmente la
Ley Helms-Burton fortalece el bloqueo a Cuba, con lo cual se abandona el
plan estratégico inicial hacia América Latina.
Los contendientes en las elecciones presidenciales de 1.996, Clinton
y Dole, mostraron coincidencias en cuanto a los elementos que fundarían su
política exterior con América Latina: combate al narcotráfico, ampliación de
NAFTA y las relaciones con Cuba, todos ellos con repercusiones electorales
claras.
Un país que genera amenazas para Estados Unidos es más peligroso
cuanto más cerca se encuentra de sus fronteras, y se vuelve acreedor de una
atención especial por parte de esa potencia. En ese sentido, México es un país
que requiere monitoreo permanente. La preocupación de Estados Unidos se
centra, fundamentalmente, en tres tipos de amenazas:

1) Armas atómicas y acceso a ciertas materias primas como petróleo.


2) Proliferación de armas químicas, nucleares o bacteriológicas, terrorismo
internacional, desequilibrios regionales de poder, actividades de estados
extremistas (Irán, Irak, Corea del Norte, Libia), contrabando de armas y
nacionalismos extremos.
3) Amenazas directas a la sociedad norteamericana, como el flujo de
inmigrantes ilegales, deterioro del medio ambiente, producción de drogas,
entre otros aspectos negativos.

Este tercer grupo de amenazas se torna más peligroso y urgente


cuanto más cercano a las fronteras del Estados Unidos se encuentre, lo cual
hace evidente la mirada intensa sobre México, cuya cercanía con Estados
Unidos incrementa la amenaza directa sobre la sociedad norteamericana
debido al intenso flujo de inmigrantes ilegales, hecho que no sólo tiene efectos
en la economía del norte sino que además, facilita el tráfico de drogas en la
frontera.
El agravamiento de los enfrentamientos entre grupos de
narcotraficantes en territorio mexicano alerta a Estados Unidos para lograr
mayor control en la zona evitando riesgos a la sociedad del norte. La extensa
frontera que divide a ambos países, con las dificultades de vigilancia que
representa, es una vía propicia para el paso del narcotráfico y el terrorismo.
Por otro lado, el panorama político interno de México presentó una
clara posibilidad de triunfo de la izquierda en las elecciones presidenciales del
2.006. A pesar que la Secretaria de Estado, Condoleezza Rice, declaró que el
gobierno estadounidense no se sentía incómodo ante esa posibilidad, el hecho
alerta respecto a la permanencia de compromisos comerciales acordados en el
marco del Tratado de Libre Comercio, que con el advenimiento de un
gobierno de izquierda podrían ser sujetos de revisión.
Por otro lado, los elementos que hacen más factible que una amenaza
se vuelva real son la mala gestión económica, la corrupción, los desastres
ecológicos, conflictos sociales internos e inestabilidad política así como
conflictos entre países, lo cual justifica, a juicio de Estados Unidos, su
intervención directa en caso que los gobiernos muestren incapacidad de
hacerlo.
Bajo esta lógica de prioridades estadounidenses se desarrollaron las
acciones sobre diversos países de América Latina. Así, Argentina fue obligada
a cancelar su programa espacial y nuclear, con un gran costo económico, a
pesar de haber suscrito el Tratado de Tlatelolco sobre armas nucleares y el
acuerdo de Mendoza sobre armas químicas.
Sin embargo Israel, ubicado en el área de intereses prioritarios de
Estados Unidos, continuó con sus programas.
Otros casos de la lógica de prioridades gringas lo constituyen el
apoyo de Estados Unidos al Reino Unido, su socio en la OTAN, en el conflicto
de las Islas Malvinas contra Argentina, y el aplazamiento de la incorporación
de Chile al NAFTA para contener las inconformidades de organizaciones
laborales que se podían ver afectados. Es evidente que la irrelevancia de
América Latina en la estrategia geopolítica de Estados Unidos continúa
vigente, así como su decisión de intervenir cuando crea que sus intereses se
ven afectados en la región.
Sin embargo, hay algunas situaciones en la relación de Estados
Unidos con la región latinoamericana que han sufrido modificaciones.
Los países de América Latina aceptan los lineamientos políticos y
económicos predominante en el sistema Trasatlántico: democracia liberal,
apertura de la economía y ciertas normas de comportamiento ante conflictos
económicos o políticos, y han dejado atrás las orientaciones de la CEPAL. Al
mismo tiempo se ha incrementado el valor económico potencial de la región
como un mercado atractivo para la colocación de productos de los países
industrializados y para recibir capitales.
Además, sus reservas de agua se convierten en un factor de control
estratégico vital para un futuro no demasiado lejano.
Thomas Shannon, hombre de confianza de la Secretaria de Estado
Condoleezza Rice, fue nombrado Secretario de Estado adjunto norteamericano
para América Latina. Dicho cambio implicó una nueva estrategia hacia un
continente que ha girado a la izquierda, bajo la influencia del ex presidente
venezolano Hugo Chávez y el alza de los movimientos populistas anti-
estadounidenses. Bajo estas circunstancias, el estilo agresivo y poco
diplomático de Roger Noriega, su antecesor, no ayudaba a las relaciones con
la región, por criticar la intensión del ex presidente argentino Kirchner de
mejorar la relación con La Habana.
El desencuentro de Noriega con la nueva izquierda latinoamericana
se evidenció con la elección del chileno Insulza como Secretario General de la
OEA. Es la primera vez en la historia que Estados Unidos no logra imponer a
su candidato en la OEA. Ese cambio de personajes no modificará la esencia de
la política de Estados Unidos hacia Venezuela dada la desgastada relación
entre Chávez y Bush.
Sin embargo es evidente que con Shannon se esperaban relaciones
más pacíficas con América Latina que permitieran un acercamiento a la región
teniendo en cuenta su nueva realidad ideológica, evitando así una mayor
influencia de Chávez que le haga perder terreno en lo económico.
El plan para mantener la hegemonía mundial y el control sobre la
región latinoamericana se relaciona con los intereses económicos de Estados
Unidos. Por eso el análisis del asentamiento de bases militares en la región no
debe verse como ajeno al proceso de dominio económico, por cuanto la
estrategia económica y la de seguridad norteamericana son dos elementos de
un proyecto global.
La expansión militar norteamericana con bases militares, Plan
Colombia, entre otros, se vincula a recursos económicos claves que forman
parte de los intereses económicos de Estados Unidos: petróleo, agua y
biodiversidad. Por lo tanto, la distribución de sus fuerzas militares o la
orientación de sus esfuerzos estratégicos se darán en función de la ubicación
de estos tres recursos.
La ubicación de las reservas petroleras determina que México,
Venezuela y Argentina resulten relevantes en la estrategia de Estados Unidos.
Al anunciar el Plan Nacional de Energía, el ex presidente de Estados Unidos,
George Bush sostuvo que “los objetivos de esta estrategia son claros: asegurar
una oferta continua y económica accesible a los hogares, empresas e industrias
estadounidenses”.
La seguridad nacional y el bienestar económico del país peligran si
las reservas de energía no aumentan. Estados Unidos tiene amplias reservas de
carburantes, pero serán insuficientes para garantizar el suministro futuro. La
estrategia para asegurar el petróleo se ubica en el despliegue de tropas para
impedir que guerras, revoluciones y conflictos internos perjudiquen el
suministro y en establecer con los productores latinoamericanos un marco de
cooperación mutua en la generación de energía.
Lo que el Plan Nacional de Energía no contempla es que tanto
México como Venezuela han protegido su sector energético colocándolo bajo
control estatal con salvaguardas constitucionales y legales que limitan la
participación extranjera en la producción nacional. Por eso se estima que la
presencia militar se dará disfrazada de ayuda a la lucha contra el narcotráfico o
a la subversión en el marco del Plan Colombia.
La concentración de reservas acuíferas muestra la importancia del sur
argentino, el Acuífero Guaraní, la zona andina y América Central, es decir, lo
que conforma el Plan Puebla-Panamá. Con la excusa de colaborar en la
extinción de células terroristas o bajo una fachada humanitaria, Estados
Unidos busca la instalación de una base militar en Paraguay, con el inconfeso
objeto de controlar las reservas subterráneas de agua.
La biodiversidad se ha convertido en un factor clave del futuro.
La Amazonia es la zona más rica en biodiversidad del mundo y le
sigue la zona de América Central, regiones relacionadas con el Plan Colombia
y con el Plan Puebla-Panamá. Esos intereses determinan el posicionamiento de
bases militares estadounidenses en América Latina: Ecuador, Honduras, Cuba
y la amenaza de instalación de una nueva base en Paraguay con el objeto de
controlar el Acuífero Guaraní.
El agua se presenta como el mayor conflicto geopolítico del Siglo
XXI.
Se espera que para el año 2.025, la demanda de este elemento vital
para la vida se incrementará en un 56 %, por lo que los poseedores de agua se
convierten en blancos de atención. De ahí la atención brindada a Paraguay,
país que concedió inmunidad diplomática a las tropas estadounidenses en su
país. Se especula con la posible instalación de una base militar para controlar
la región y sobre todo la reserva acuífera.
La crisis política brasilera acabó con las expectativas
estadounidenses que fuese Brasil el estabilizador de una región cada vez más
volátil, por lo que Washington decide hacerse cargo directamente del asunto
eligiendo a Paraguay como país clave y eje de un planteo de seguridad. La
política de comercio más seguridad se hace patente con el inicio de la
Carretera Interoceánica, que unirá el Atlántico con el Pacífico a través de
2.600 Km. de difícil geografía, uniendo tres puertos peruanos con el puerto
brasilero de Santos, lo que permitirá facilitar el comercio brasilero con los
países asiáticos.
Los Estados Unidos de Norteamérica comenzaron como cualquier
otro país, con ventajas, desventajas, puntos a favor, puntos en contra, entre
otros aspectos; y poco a poco, con una visión futurista y una confianza
absoluta en sí mismos como gran nación, aprendieron a darle vuelta a esas
desventajas absorbiendo las ventajas de otros países; un claro ejemplo es el
caso del petróleo, el cual es un recurso que Estados Unidos no puede producir
por sí mismo, pero lejos de resignarse a esta situación desventajosa, presionó a
México para situarlo como su proveedor permanente.
La carencia origina las mejores ideas, es así como Estados Unidos ha
sido suficientemente hábil para envolver a cada país, diciéndole lo que éste
quiere escuchar y quitándole lo que quiere tener. Por eso hoy en día Estados
Unidos es lo que es, gracias al resto del mundo; es correcto llamarlo Estados
Unidos, ya que precisamente es la unión de muchos otros estados-países lo
que ha conformado el poder yankee.
Estados Unidos utilizó estrategias adecuadas: unirse al enemigo,
manipular ideologías, combinar las armas debido a que nadie duda del calibre
de la tecnología en armamento que posee, y la información que, bien guiada,
es capaz de transformar. La forma de atacar del coloso del norte es parecida a
la del águila: antes que nada identifica a su presa, la analiza, la mira con
detenimiento, y después la come, destruyendo de manera planificada sus
capacidades militares, industriales y políticas.
Hoy en día, Estados Unidos pretende impedir que surja otro país
como su competidor en el terreno económico y militar, por eso entre sus
proyectos está desmantelar grandes naciones como Rusia, mantener a Europa
como una dimensión dentro de ese continente, luchar en tecnología contra los
asiáticos, y entre sus prioridades de agresión están el Medio Oriente y
América Latina.
¿La razón?...
El oro negro.
En México, Venezuela y otros países de Latinoamérica, al igual que
en el Medio Oriente abundan los recursos petrolíferos, los cuales traducidos al
inglés norteamericano significan Money, dinero, dinero que es poder, poder
que no quiere perder el imperio. La política de defensa estadounidense,
redefinida en enero del 2.002, apunta a 6 objetivos:
1) La protección del territorio nacional y de las bases estadounidenses en el
exterior.
2) La proyección de potencia hacia teatros de operaciones lejanos.
3) La destrucción de santuarios enemigos.
4) La seguridad de los sistemas de información y de comunicación.
5) El desarrollo de la utilización de las técnicas necesarias para las operaciones
combinadas en el terreno.
6) La protección del acceso al espacio y del potencial espacial estadounidense.

La formación del Acuerdo de Libre Comercio para las Américas


ALCA, es un instrumento que busca apalancar el control hegemónico de
Estados Unidos y apropiarse de las fuentes excedentes de las actividades
primarias de América Latina. Mediante este acuerdo la patria del tío Sam,
pretende institucionalizar los instrumentos de control de corte policiaco y
militar en la región; acentuar el saqueo de los recursos naturales minerales del
continente, regular los flujos de migración; extender el libre flujo de capitales
impidiendo el libre mercado laboral; destruir la cadena industrial y productiva
de los países de la región, privatizar el petróleo, el agua y la biodiversidad;
mantener el control de la inversión científica de la región, entre otros.
El ALCA pretende dar a las compañías multinacionales y a los
bancos estadounidenses acceso incontrolado a los mercados, las materias
primas y a la mano de obra, mientras limita la llegada de europeos y
japoneses, protegiendo los mercados gringos. De manera tal que, el área de
libre comercio, lejos de impulsar el desarrollo de los países latinoamericanos,
representa un asalto a su economía.
Debido a los compromisos que los regímenes en América Latina
tienen con Estados Unidos, siguen de manera servil sus posiciones por cuanto
estamos limitados en las decisiones que se toman en el ámbito mundial,
debido a que debemos acatar la voluntad de nuestro gran vecino o atenernos a
las consecuencias; y como nuestra economía depende en alto grado de éste, no
podemos estar en contra ahora y pedirles un favor después.
La estrategia imperial de militarización estadounidense requiere, para
imponer un imperio neomercantilista, incorporar nuevos aliados y hace
necesaria la preparación para diversas formas de lucha. Actualmente Estados
Unidos no tiene aliados fuertes, ya que los grupos que toman más fuerza son
precisamente los que compiten contra el imperio, como la Unión Europea.
Además, América Latina ha reforzado en los últimos años sus relaciones
socio-comerciales y diplomáticas con la Unión Europea, y ésta representa para
México y el resto de Latinoamérica una vía de salida del régimen impuesto
por Estados Unidos, situación que se convertiría en una amenaza para el
estado hegemónico.
Según cálculos de la ONU, cerca de mil millones de personas no
tienen acceso a agua potable segura; 2,5 mil millones carecen de sistemas
sanitarios adecuados, y más de 5 millones de personas fallecen anualmente a
causa de enfermedades relacionadas con el agua, diez veces más de quienes
mueren en conflictos armados cada año. Pero si la lógica del capitalismo
neoliberal y la globalización imperialista siguen reinando, en unos años la
gente morirá no solo por falta de agua, sino también por las guerras y
conflictos violentos que se generarán entre países y bloques de países por el
dominio de los recursos acuíferos.
Se ha dicho, con razones evidentes, que las guerras del futuro ya no
serán por el petróleo, sino por el agua. Si observamos la actual crisis del agua
que avanza a pasos agigantados, como parte de la degradación general que el
actual sistema capitalista le crea al medio ambiente planetario, se comprende
la importancia y urgencia que Estados Unidos le concede a su actual proyecto
recolonizador de América Latina y el Caribe.
América Latina y el Caribe, con 12 % del área terrestre total y 6 %
de la población mundial, poseen 27 % del agua dulce del planeta, aunque casi
un tercio de los habitantes de la región carece de acceso al agua potable y una
proporción similar no cuenta con servicios de alcantarillado y acueductos. La
estrategia de expansión hegemónica de Estados Unidos actualmente se
concentra en el petróleo, pero en un futuro cercano el objetivo será el agua,
razón por la cual no debería sorprendernos o extrañarnos que uno de estos días
los Marines invadan la Amazonia.
Si iniciativas como el ALCA, el Plan Puebla Panamá, el Plan
Colombia y los Tratados de Libre Comercio con nuestros países, se consolidan
propiciaran la privatización y extranjerización de los más valiosos recursos de
América Latina y el Caribe, entre ellos el agua. De cumplirse ese futuro
apocalíptico, los pueblos latinoamericanos y caribeños no podremos detener la
dominación imperialista acrecentada y violenta, y veremos cómo se vende a
nivel mundial nuestra riqueza hídrica a precios fabulosos por las firmas
norteamericanas, mientras que en la región la gente morirá de sed si no tiene
para comprar lo que siempre fue suyo, un don de la tierra, de la vida y de Dios.

Estados Unidos ha elegido la militarización de la globalización


porque no puede actuar de otro modo y porque ese es el comportamiento de
las clases dominantes estadounidenses en los últimos años, incluso antes del
11 de septiembre, aunque los atentados terroristas potenciaron la actitud
fascista del grupo que hoy detenta el poder en Estados Unidos y lo llevaron a
aventuras de prepotencia nunca vistas.
De esa actitud es posible inferir que el imperialismo global es
obsoleto y por esa razón se ha vuelto más salvaje y, la tarea principal de la
humanidad es derrotarlo para evitar que invada al mundo un apartheid global.
Si el imperialismo llega a la militarización de la globalización, se deberá a que
la aplicación del neoliberalismo a escala planetaria sufrirá reveses que lo
lleven al uso de su enorme aparato de guerra para lograr sus objetivos
económicos y políticos.
No se trata solo de las agresiones y la ocupación de Afganistán e Irak
sino también de la aplicación de un Plan Colombia que se extienda a toda el
área andina de América del Sur, por cuanto no hay un contrapeso que haga
peligrar el dominio de América Central, bien sujeta gracias a los gobiernos
incondicionales de Washington. Se debe añadir la extensión de bases militares
en Medio Oriente y Asia y el reforzamiento militar de un Israel nuclear.
Los obstáculos de la aplicación del neoliberalismo y la agresividad
de Washington son respuestas a la toma de conciencia de las grandes masas
que se perjudican por la aplicación de la doctrina de la libertad absoluta de
mercado. En los mismos países desarrollados se calcula en 1.500 millones de
personas están por debajo de la clase media y ven crecer sus diferencias con
los sectores de más riquezas en las naciones de la Organización de
Cooperación y Desarrollo, que agrupa a los 30 países de mayor desarrollo
económico.
Esas masas tienen un sentimiento antiglobalización neoliberal cada
vez más acentuado y no se puede olvidar que las grandes manifestaciones
alrededor de las reuniones de la Organización Mundial de Comercio, del
Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial o el Grupo de los Siete, se
produjeron en los países de mayor desarrollo, no en el Tercer Mundo, aunque
las protestas se extendieron a la parte pobre del planeta, y en América Latina
se han expresado como un fuerte movimiento contra el Área de Libre
Comercio de las Américas, como indican los ejemplos de Venezuela, Brasil,
Argentina, Ecuador y Bolivia.
La política de Washington se aplica mediante agresiones, amenazas y
chantajes, con empleo del FMI como instrumento de coerción económica, y
aunque hable hoy más que nunca sobre la democracia, la realidad demuestra
que el capitalismo es más incompatible con ella a medida que pasa el tiempo.
El salvajismo de los ajustes estructurales, recetas neoliberales o economía de
mercado ha hecho insostenibles las estructuras tradicionales de la democracia
representativa que durante tanto tiempo se proclamó en el continente.
Las instituciones democráticas basadas en los partidos tradicionales
para implantar las líneas diseñadas por Washington, no han aguantado el
empuje de las masas hambreadas y saltan con frecuencia en pedazos ante la
sublevación de esos indígenas tan secularmente despreciados. El petróleo ha
sido y será tal vez por más tiempo, el centro del sistema económico mundial y
el motor principal de los conflictos entre las grandes potencias y los países
pobres y entre las propias potencias mismas.
Quien detente el control de la producción, la circulación y los precios
del petróleo tiene en sus manos el mayor poder dentro del sistema imperialista,
por eso Estados Unidos está en el centro de todas las redes de dominación del
oro negro e implicado a sangre y fuego en la lucha por la dominación y control
sobre los países productores del combustible desde los albores del pasado
siglo.
El Medio Oriente, Magreb, Irán y diversos países del Asia
musulmana concentran la mayor parte de las reservas petrolíferas y de gas. Es
la causa que ha puesto durante muchos años a esa región en el punto de mira
de las grandes potencias que buscan espacio en el sistema de dominación
planetaria. Estados Unidos, basado en su poderío militar, que supera con
creces a cualquiera de sus competidores imperiales, lleva la ofensiva por
apoderarse del petróleo mundial.
Las genocidas invasiones de Afganistán y de Irak, el sostenimiento
de Israel y su guerra contra Palestina, la satanización de Sudán, Siria e Irán y
la conversión en vasallos a otros países del área, es el espejo en que
pudiéramos vernos los latinoamericanos y caribeños. Se ha demostrado que el
orden mundial creado por el capitalismo no posee contrapeso efectivo al
criminal poder desatado por Estados Unidos.
La operación colonialista de captación de los recursos energéticos del
mundo árabe y musulmán se desarrollaría sin tropiezos a no ser por la
resistencia de los pueblos que pagan el terrible precio de miles y miles de
víctimas por enfrentarse a la dominación del ejército imperial. También la
recolonización de América Latina y el Caribe es un objetivo estratégico para
Estados Unidos que cuenta para ello con los exacerbados mecanismos de
dominio y superexplotación económica que propone el ALCA y los TLC; con
la creciente e intensa militarización regional; y con el omnipresente poder del
FMI y del Banco Mundial, agentes del interés imperial sobre la multitud de
países entrampados por la deuda externa.
Detrás de cualquiera de esos proyectos de dominación está el afán de
apropiarse y controlar en el máximo grado los potenciales energéticos del
continente por cuanto en América Latina y el Caribe se localiza el 11 % de las
reservas mundiales de petróleo y se produce cerca del 15 % del crudo que se
extrae en el planeta. Además, América Latina cuenta con cerca del 6 % de las
reservas internacionales de gas natural, grandes reservas de carbón mineral
suficientes para casi 300 años de explotación y abundantes recursos hidro-
energéticos, calculados en más del 20 % del potencial mundial.

Es poco comparado con el Medio Oriente, donde se ubican dos


terceras partes de las reservas petroleras mundiales, pero es un zona de interés
para todos los países industrializados e históricamente conflictiva, mientras el
área de América Latina y el Caribe continúa viéndose como el patio trasero de
los Estados Unidos y su riqueza energética está mucho más cerca
geográficamente y es supuestamente más segura.
El interés por la energía latinoamericana no puede ser
menospreciado, por cuanto las menguadas reservas petroleras
estadounidenses, alcanzan para una década más, y es evidente la intención
imperial de controlar al mundo a través de la monopolización de las fuentes
energéticas. Es obvio que uno de los pilares del área de libre comercio
promovida por Estados Unidos, aunque oculta en las negociaciones, es el
avance sin límite en la privatización y desregulación de los sectores
energéticos, y en el desplazamiento total de los Estados nacionales en el
manejo de ese sector.
Con el ALCA hay que olvidar cualquier proyecto de cooperación
energética regional, que ayude a paliar los agudos problemas socioeconómicos
relacionados con el encarecimiento del petróleo, como por ejemplo el hecho
que el 30 % de la población carezca de servicios de electricidad. Si el proceso
privatizador, que el ALCA llevará a sus extremos, concentra al máximo, en
manos norteamericanas, el control de la exploración, explotación y
distribución de la energía latinoamericana y caribeña, la vulnerabilidad
energética se convertirá en otro instrumento decisivo para que el imperio
asegure la recolonización de toda la región.
Pero así como la administración norteamericana está precipitando la
institucionalización del ALCA y la concertación de Tratados bilaterales de
Libre Comercio, los pueblos deben apurarse a impedir que los gobiernos
eternicen mediante acuerdos y componendas los deseos del verdugo, que
pretende ejecutar una sentencia terrible: la extinción de nuestras naciones y
sus humanos sueños de progreso.
El Comando Sur de Estados Unidos realiza entrenamiento de tropas
sudamericanas y mesoamericanas mediante ejercicios militares multilaterales
anuales. Las transferencias de equipamiento bélico se han incrementado
también, encabezados en los últimos tiempos por los armamentos que se
destinan a Colombia y Chile.
El Comando Sur se esfuerza por preparar a los ejércitos
sudamericanos para futuros combates contra el terrorismo, según la política
del gobierno de Bush. Por ejemplo, en 2.001, con absoluto sigilo, tropas
rangers de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Perú realizaron, en la
provincia argentina de Salta, ejercicios contrainsurgentes y ensayaron nuevas
tácticas antiterroristas con instructores norteamericanos.
Esto se complementa con el establecimiento de nuevas bases
militares, o la recuperación de otras en desuso, y la realización de todo tipo de
convenios que persiguen insertar fuerzas armadas norteamericanas en
territorios latinoamericanos y caribeños. El plan de dominación económica y
política, cuya punta de lanza el dominio militar de Estados Unidos, se dirige
también a vigilar y controlar la dinámica de los movimientos populares de la
región o disuadir e impedir al enemigo que se forme.
Las bases militares norteamericanas se hacen más conocidas a través
de la prensa alternativa que las denuncia. Para los latinoamericanos y
caribeños son ya tristemente familiares nombres que designan bases militares
yanquis como Tres Esquinas, en Colombia; Iquitos, en Perú; Manta, en
Ecuador; Palmerola, en Honduras; Comalapa, en El Salvador; Reina Beatriz,
en la Isla de Aruba; Libería, en Costa Rica, entre otras.
Muchos latinoamericanos conocen de la resistencia que han podido
hacer hasta ahora los pueblos de Brasil y Argentina, para no entregarle a los
gringos la base de Alcántara, instalada en un lugar estratégico de Brasil; y no
permitir al Comando Sur que instale una base en Misiones, en la llamada
Triple Frontera, el vértice donde Argentina se toca con Paraguay y Brasil.
La lucha de Puerto Rico contra la base norteamericana en la Isla de
Vieques, que terminó con el triunfo popular, es un ejemplo de lo que es
posible hacer para defender la soberanía de las naciones latinoamericanas y
caribeñas. Cada base militar estadounidense en tierras de nuestra América, es
una amenaza, un atentado a la dignidad de los pueblos y una humillación.
Biodiversidad significa variedad de vida.
Millones de especies de plantas, animales y microorganismos sobre
la Tierra constituyen la diversidad de especies, pero hay también biodiversidad
dentro de una misma especie. Los perros, por ejemplo, tienen formas,
tamaños, colores e incluso temperamentos diferentes. A esto se llama
Diversidad Genética. Otra forma de biodiversidad es la diversidad de
ecosistemas. Las praderas, los bosques y los pantanos ilustran las distintas
clases de ecosistemas, que son el hábitat natural de los organismos.
El sistema capitalista en su fase actual de globalización neoliberal
imperialista, en su afán de ganancias, crea las peores condiciones para sostener
y desarrollar la vida en el planeta. La biodiversidad está amenazada en todas
partes y en todas sus variedades. El ser humano es víctima principal no solo
del azote creciente de los conflictos bélicos, casi siempre instigados o
protagonizado por potencias imperiales, o de pandemias como el SIDA, que
diezma principalmente las poblaciones de los países subdesarrollados, sino
también por enfermedades que con un mínimo gasto pudieran evitarse a no ser
porque medio mundo está sumido en una pobreza atroz.
El peligroso enfrentamiento entre la humanidad y su medio natural
no se debe al crecimiento de la población mundial, sino al desarrollo
tecnológico sin precedente, privilegio exclusivo de los centros de poder
económico, que está al servicio del consumo irracional de una minoría de
sociedades, que polariza cada vez más la distribución de la riqueza y amplía
las zonas de pobreza extrema, con su secuelas de destrucción del hábitat.
La región de América Latina y el Caribe, una de las áreas geográficas
más cercanas a la línea ecuatorial, es una de las más abundantes en
biodiversidad, riqueza localizada sobre todo en los bosques tropicales
húmedos y en los arrecifes de coral.
Según la FAO, la región contiene un 40 % de las especies vegetales y
animales del planeta, y posee la más alta diversidad florística mundial. Los
cálidos valles amazónicos, las altas y frías montañas andinas, el bosque
atlántico brasileño y los bosques secos de Mesoamérica albergan algunos de
los ecosistemas más ricos del mundo. La vegetación árida y semiárida se
presenta en las zonas montañosas que van del sur de Ecuador a Chile, en el
norte de Colombia, Venezuela, Argentina y el nordeste brasileño.
Brasil, Paraguay y Bolivia comparten unos de los más importantes
humedales continentales del mundo, incluyendo 400 mil kilómetros cuadrados
de pantanos, el Pantanal y el Chaco, son muy renombrados por su diversidad.
El plan estratégico imperial para América Latina y el Caribe busca garantizar
acceso ilimitado a inversionistas estadounidenses a los Recursos Estratégicos
del hemisferio en la Región Andino Amazónica con petróleo, gas, minerales y
maderas, y a los recursos de la vida como biodiversidad genética, agua,
oxígeno, convertidos en una mercancía más.
Si la geoestrategia imperial para nuestro Continente llega a triunfar,
los pueblos latinoamericanos y caribeños, secularmente saqueados
perderíamos no solo el presente, sino también el futuro por cuanto nuestros
descendientes empobrecidos y humillados perderían su esencia con la
extinción impuesta de sus propias culturas y saberes, perderían el agua y la sal,
el aire y la tierra, los pájaros, los bosques, la semilla de nuestros cultivos, los
peces y el mar, el cielo mismo también sería de los colonizadores.
Si el mundo no puede gestionarse como un mercado mundial, el
hecho de lo que la mundialización representa no puede ser rechazado y
negado. Nunca es posible remontar hacia atrás el curso de la historia. Volver a
los modelos de la expansión de posguerra implicaría regresiones económicas y
de otros tipos insostenibles. Es por lo que las ideologías del pasado que niegan
el carácter irreversible de la evolución recorrida, necesariamente son llamadas
a funcionar como fascismos, es decir, someterse a las exigencias de las nuevas
condiciones impuestas por la mundialización mientras se pretende liberarse de
las mismas.
Están fundadas en el engaño y la mentira, y es por eso funcionan
negando la democracia. Por lo tanto, se abocan a movilizar a las sociedades
sobre falsos problemas como emigración, pureza étnica, sumisión a leyes
supuestamente religiosas, y a instrumentalizar estos métodos que imponen
dictaduras por medio del terror o la manipulación del chovinismo.
El reto consiste en conciliar la interdependencia que la
mundialización implica y las desigualdades de poder frente a esta
mundialización que caracterizan los diferentes compañeros sociales y los
diferentes compañeros nacionales. La realización de un proyecto así implica
construir un sistema político mundial, no al servicio del mercado mundial sino
definiendo el marco de operación de éste, como el Estado nacional representa
históricamente no el campo de despliegue del mercado nacional sino el marco
social de este despliegue.
Un sistema político mundial que debe tener y asumir mayores
responsabilidades en cada uno de los cuatro dominios siguientes:

1) La organización de un desarme global en los niveles apropiados, liberando


a la humanidad de la amenaza de holocaustos nucleares y otros.
2) La organización de un acceso equitativo, cada vez menos desigual, en el uso
de los recursos del planeta, y la puesta en marcha de sistemas mundiales de
decisión en este terreno, incluido un arancel de los recursos que imponga la
reducción del despilfarro y el reparto del valor y de la renta asignada a estos
recursos, iniciando por ahí incluso los elementos de un sistema fiscal
mundializado.
3) La negociación de relaciones económicas flexibles, abiertas pero
controladas entre las grandes regiones del mundo; desarrolladas
desigualmente, reduciendo progresivamente los monopolios tecnológicos y
financieros de los centros.
4) La organización de negociaciones que permitan una gestión correcta del
conflicto dialéctico mundial/nacional en los terrenos de la comunicación, de la
cultura y de la política. Esta gestión implica la creación de instituciones
políticas que permitan la representación de los intereses sociales que operan a
escala mundial, de alguna manera el inicio de un Parlamento mundial, dejando
atrás el concepto de las instituciones inter-Estados en vigor hasta ahora.

Las respuestas inmediatas de los pueblos a la degradación de sus


condiciones no son necesariamente positivas; en el desconcierto de las
respuestas ilusorias, como son los repliegues fundamentalistas o chovinistas,
pueden movilizar fuerzas importantes. Nos toca construir en la teoría y en la
práctica las condiciones de la respuesta humanista al desafío. A falta de ello y
hasta que sea así, involuciones regresivas y criminales seguirán estando dentro
de lo posible.
Entonces…
¿Qué viene ahora desde las tierras del Tío Sam?…
¿Qué le depara el futuro próximo a nuestra región?...
¿Cuál es el destino de nuestra raza?...
¿Qué clase de naciones le heredaremos a nuestra hermosa
juventud?...
¿La paz es una mentira disfrazada de odio?...

Vivir para ver.




“Dios nos ha hecho maestros organizadores del mundo para


establecer el orden donde reine el caos. Él nos ha dado el espíritu del
progreso para vencer las fuerzas de la reacción en la tierra… si no
fuera por las fuerzas como éstas, el mundo se vería inmerso en la
barbarie y la oscuridad”.
Senador Beveidg.
Estados Unidos, año 1.900.

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