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Universidad Autónoma de Nuevo León

Facultad de Filosofía y Letras


Letras Hispánicas
Mitzari Jazmin Torres López
Textos Hispanoamericanos
Dr. Víctor Barrera Enderle

Feminismo, género y el cuerpo femenino en El cuerpo en que nací de Guadalupe


Nettel

San Nicolas de los Garza, N.L. A 3 de junio del 2019.


Cuando ellas despierten de entre los muertos, de entre las palabras, de entre las
leyes.
- Hélène Cixous.

Escríbete: es necesario que tu


cuerpo se deje oír.
- Hélène Cixous.

En este escrito se aborda desde un primer acercamiento, la obra El cuerpo en que

nací de la autora mexicana Guadalupe Nettel, a partir de una perspectiva feminista

y de género, pues se cree que esta lectura propone un lugar de enunciación de la

mujer a través del cuerpo femenino. Además de plantear un cuestionamiento donde

en un lugar dominado por los hombres, se pretende visibilizar a las escritoras

mujeres, más específicamente en la literatura de hombres.

Con ello, me parece imprescindible explicar desde dónde se construye la voz de las

mujeres en el relato, pues abunda un aspecto que la literatura hispanoamericana

busca constantemente: la memoria propia; la infancia.

Es por esto que por medio de un narrador en primera persona, quien resulta ser la

misma Nettel durante su niñez, se sitúa e incluye constantemente al lector en la

historia de una niña con un defecto de nacimiento en uno de sus ojos, el impacto

que tuvo esta condición en sus relaciones afectivas, sociales, etc. y de que manera

sus diferencias físicas y psicológicas le condujeron a tener cierto acercamiento con

las convenciones sociales más influyentes durante los años setenta.


Dicho esto, es necesario voltear un poco la mirada hacia el contexto del relato, pues

se ubica entre América Latina y Europa, en donde se vive en carne propia el exilio

latino sudamericano, la migración magrebí, incluso se mencionan las prisiones de

la Ciudad de México. Tal como se indica en la obra:

Eran los años setenta y mi familia había abrazado algunas de las ideas

progresistas que imperaban en ese momento. Mi escuela, por ejemplo, era uno de

los pocos colegios Montes-sori de la Ciudad de México (ahora hay uno en cada

esquina) […]. No había pizarrón ni pupitres dispuestos frente a la maestra que, por

cierto, no respondía a ese mote sino al de ‘’guía’’. (Nettel, 2011: 20)

Del mismo modo, me parece que en medio de conflictos sociales, familiares,

ideológicos, se presenta un personaje que se enfrenta a sí misma antes que a

cualquier otra persona o evento. Ya que vive las consecuencias de situaciones

nuevas en la vida de aquel entonces como un sistema educativo nuevo y los nuevos

modelos de familia; aunque no tenían tantos tabús para la sexualidad, aún se

inclinaban un poco por el modelo tradicional.

Es decir: los padres la mitad del tiempo creían necesaria la educación sexual a

temprana edad, pero por otro lado, suponían que era proporcionarles armas o que

parecía indebido tener esa charla con sus hijos. Es así como la madre de la

protagonista reacciona tras saber que su hija se masturbaba:

Una tarde con toda inocencia, le revelé a mi madre el motivo por el cual pasaba

tanto tiempo en las escaleras de servicio y, para mi sorpresa […], no le pareció

ninguna buena idea que su hija se masturbara en un espacio tan expuesto como
aquel por el que nadie circulaba […]. Su reacción fue mucho más cercana a la

vergüenza que a la celebración y, como si se tratara de algo casi reprobable, me

pidió que hiciera eso únicamente en mi cuarto en el que, por cierto, también

dormía mi hermano. (Nettel, 2011: 32)

Lo dicho hasta aquí supone que la lucha contra uno mismo es una de las batallas

más difíciles a lo largo de la vida, todos los días se lidia con ser nosotros, en

palabras de Cortázar: ‘’como cansa ser todo el tiempo uno mismo’’. No sólo lo que

concierne al aspecto físico, sino también a la necesidad de obtener una aprobación

por medio de la vinculación con el entorno.

Por otro lado, la razón de elegir El cuerpo en que nací, tiene su origen en la

relevancia que percibo en el papel que socialmente hablando, se le ha asignado a

hombres y mujeres, pues siempre es interesante hacer retrospección a los tiempos

de nuestros padres o abuelos, si bien en la actualidad aún están vigentes

determinadas conductas, ahora viendo al pasado nos damos cuenta que es más

notable esta diferencia, pues las opiniones femeninas son desechadas cual basura.

Por ello la autora lo presenta de la siguiente manera: ‘’Las mujeres debían, además,

vestir y comportarse adecuadamente, a diferencia de los hombres, que podían

hacer lo que les diera la gana.’’ (Nettel, 2011: 56)

A continuación presento una ejemplificación de este aspecto, dentro de la obra, en

donde la protagonista asiste a la puesta en escena de una obra escrita por un joven

dramaturgo beninés llamado Camille Adebah Amouro, la joven se muestra

sorprendida por la habilidad de éste, de provocar y transmitir sentimientos

maravillosos al público, con sus palabras tan elocuentes, además era autor de
muchas otras obras de teatro y de dos poemarios en lengua francesa, aún cuando

su lengua materna era otra. El escritor le habla a la protagonista de autores

mexicanos como Fernando del Paso, Jorge Ibargüengoitia y Emilio Carballido.

Desde su ‘’ignorancia’’ -porque ella estaba fascinada con el conocimiento del

muchacho- ella creía no ser tan culta como él, y mientras le compartía sus ideas,

ella examinaba su vestimenta y su físico en general: chanclas de plástico, pantalón

gastado, piel negra, ojos amarillentos, su admiración se reducía a un contexto

erótico, lo anuncia así la mujer.

Con todo esto, se deduce que al hombre siempre se le ha reconocido por el ‘’talento,

capacidad, habilidad, o destreza’’ sin importar cuestiones de aspecto físico, sin

embargo a la mujer, se le juzga por su imagen, en cualquier ámbito, por no ser

‘’femenina’’, por serlo demasiado, y un amplio etcétera.

Además, al varón se le ve erótica y románticamente a partir de su sabiduría; lo que

tiene en la cabeza. Mientras que a la mujer se le reconoce como atractiva o poco

atractiva en la mayoría de los casos, por las prendas que lleva, dejando de lado el

ámbito intelectual.

En el mismo hilo de ideas, se tiene que la autora le otorga a la niña y al niño la

misma condición de la mujer, históricamente hablando, dado que se les considera

un ser inferior. Así es como nacen ‘’las cosas de niñas’’ y ‘’las cosas de niños’’, en

donde las niñas son vistas como seres vulnerables, sumisas, dóciles o manejables.

De hecho, hasta la fecha escuchamos decir: las niñas y mujeres no deberían salir a

altas horas de la noche; no deberían andar por ahí; las niñas ‘’bien’’ no salen a la

calle; no deberían llevarse así con los hombres. (Nettel, 2011: 57)
Con esto quiero decir que la abuela de la protagonista, sentencia el comportamiento

aparentemente únicamente de ‘’niño’’. En vista de que en la historia se critica la

manera de vestir de una mujer que decide sentirse cómoda en un par de pants

deportivos -que además son ajustados, por cierto-, sacrificando el bienestar propio

por un atuendo incomodo y que además se le asigna a una ‘’niña bien; una niña de

casa’’ por tanto, la autora en su relato menciona lo siguiente: ‘’Así fue como yo,

aficionada a los jeans y a los pantalones deportivos que permiten escalar con mayor

comodidad las bardas de piedra, tuve que regresar varias décadas atrás en el

sistema de la moda e incorporar a mis atuendos cotidianos vestidos con encaje y

zapatos de charol’’ (Nettel, 2011:56)

En relación a lo anterior, se tiene que la teoría de género propone que el género se

convierte en una categoría meramente cultural, sin necesidad de arraigarse a la

biología o en la naturaleza humana, entonces, la perspectiva de que las personas,

las cosas, las costumbres, etc. deban tener un género, pasa a tener menos fuerza

en las ideologías actuales. Por tanto, lo ‘’femenino’’ y lo ‘’masculino’’ es simple y

sencillamente una construcción social.

El siguiente aspecto trata de una visión más teórica del relato, se tiene que la teoría

trata de evadir la idea de que la mujer no es esencialmente más sentimental que el

hombre, la diferencia radica en los sentimientos que se le han atribuido a cada

género, por ejemplo: el hombre no tiene permitido llorar, sentir amor, etc. pues se le

considera débil. Sin embargo, se le adjudican sentimientos como la ira y el rencor,

más que radicar en la psique o en el cuerpo, me parece que se trata de un aspecto

social, pues como ya se mencionó, la sociedad ha construido la idea de que mostrar


‘’debilidad emocional’’ es sentir tristeza y enojo -sentimientos meramente humanos-

, además, si un varón los tiene, comentarios que se han escuchado por años como:

‘’los hombres no lloran’’, ‘’pareces mujer’’ salen a relucir.

Es así que también la expresión ‘’pareces mujer, pareces niña’’ es utilizada a

manera de insulto, lo cual desde mi perspectiva representa cierto rechazo al sexo

femenino y en todo caso una opresión por atribuirle únicamente sentimientos que la

sociedad considera de débiles, cuando al contrario, demostrarlos significa tener una

fuerza interna enorme.

También, en teoría se tiene La joven nacida (1975), de la autora Hélène Cixous, se

plantea la subordinación del polo femenino al masculino, a través de un análisis de

los ‘’atributos’’ con que ambos son representados en el pensamiento occidental,

donde el falocentrismo -el cual se refiere a un sistema de relaciones de poder- o

bien, lo que pudiéramos señalar como el patriarcado en teoría crítica feminista, un

sistema en el que la tradición, el poder y la autoridad de un varón, y dichos rasgos

son expuestos claramente en la filosofía y en la historia literaria.

Con esto se refiere a que desde tiempos remotos la mujer es vista como signo de

pasividad e inocencia. En el apartado Erase una vez… y otra vez… del texto de

Cixous, se narra un relato en el que el cuerpo femenino se convierte en objeto de

deseo, otorgándole sólo la habilidad de concebir vida humana, además de ser uno

de sus propósitos parecer atractiva para el varón, es puramente materia sumisa

para los deseos del mismo. Se percibe a la mujer como un ser inmutado, perfecto,

virgen. Estas características mencionadas, podrían parecer positivas, sin embargo

representan una forma de marginación.


La construcción alrededor de términos como el género, la niñez y la enfermedad,

provoca pensar que al concepto del cuerpo en la obra de Guadalupe Nettel siempre

se le limita a determinados comportamientos, -específicamente en cualquiera de los

aspectos mencionados anteriormente- al contacto con ciertos cuerpos ajenos al

nuestro -con las cuales relacionarse- y a algunos gustos.

No obstante, se narra la libre forma de hablar sobre sexualidad, aspecto que en la

familia tradicional sería impensable y sobre todo en la educación sexual dirigida a

niñas. Esto tiene un impacto en la narradora y en los personajes que la rodean, pues

en el caso de Irene, resulta evidente que en su familia el tema de la sexualidad no

representa un tabú, pues sus padres solían sostener relaciones sexuales sin

importar el lugar en el que estuvieran.

De modo que, a través de esta ejemplificación, se exhorta a quien lee a dejar de

pensar que a los niños corresponde al adjetivo de ‘’inocentes’’, limitándolos así a

conocer el mundo; manteniéndolos al margen. Así mismo, a la mujer se le otorga

esta misma característica y la creencia de que sólo sirven para realizar tareas

‘’débiles’’ como las tareas domésticas.

El proceso de formación de este personaje me parece que se presenta a través de

todo un viaje descubriendo su cuerpo, pues en la infancia este último indica una

herramienta para forjar una identidad.

La metamorfosis o transformación que se sufre al pasar de la niñez a la pubertad,

se da al exponer el cuerpo a factores como la curiosidad sexual y el contacto con


otros cuerpos. En otras palabras y como bien se marca en los estudios de género:

el cuerpo es un elemento clave para construir una identidad.

En este caso, el cuerpo infantil y además un cuerpo enfermo, se muestran como

una condición de inferioridad con la que se tiene que lidiar a lo largo de la historia,

pues la protagonista no sólo es mujer -que como se ha mencionado ya, supone una

posición de desventaja- además debe enfrentarse al gran reto de ser ella misma:

una niña -después mujer adulta- enferma.

Es entonces que el cuerpo se convierte en un arma de doble filo, dado que, por una

parte se define la personalidad de una niña y por otra, ocurre que el contexto en el

que se desarrolla su cuerpo -problemas familiares, cambio de entorno drástico al

moverse de Europa a México y viceversa, la adaptación a normas sociales de cierta

región, el contacto con la burguesía-, no le permite andar por ahí fácilmente.

Para concluir, habría que decir que a partir de esta prosa, se pretende visibilizar a

las escritoras mujeres, a raíz de esto, me parece que esta obra autobiográfica cobra

tal relevancia al mostrarse Nettel como una pequeña que escribe relatos en sus

cuadernos desde que estudiaba el nivel básico, como era de esperarse, según la

psicología del personaje, es bastante tímida al intentar leer sus escritos en público,

sin embargo sus relatos agradan al público -los compañeros de su escuela-, en esta

parte de la novela se percibe de que modo lleva su socialización, misma que se

corta al sentirse diferente a los demás niños. Y con ello intenta dar a conocer la

importancia del talento femenino y que las mujeres somos más que un cuerpo.
Bibliografía:

Al Sur de Todo (2013). Por un cierto feminismo de la deconstrucción. Apuntes a la


noción de falogocentrismo. Revista multidisciplinaria de estudios de género.
Recuperado 25 de mayo de 2019 en http://www.alsurdetodo.com/?p=485.

Estilos de crianza en El cuerpo en que nací de Guadalupe Nettel. (2013).


Recuperado el 25 de mayo del 2019 en
file:///C:/Users/ingfe/Downloads/8_estilos_de_crianza.pdf
Lira Rosiles, G. (2012). Nara Araújo y Teresa Delgado (selección y apuntes
introductorios), Textos de teorías y crítica literarias (Del formalismo a los
estudios postcoloniales), Anthropos/ Universidad Autónoma Metropolitana,
Unidad Iztapalapa (Obras Generales), Barcelona, 2010, 510 pp., ISBN 978-
84-7658-940-3. Iztapalapa, Revista de Ciencias Sociales y Humanidades,
(72), 191-194.
Nettel, G. (2011). El cuerpo en que nací. Barcelona: Anagrama

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