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Biografía
Marco Fabio Quintiliano nació en Calagurris, la actual Calahorra vivió del año 35 al 95
d.C. En su formación influyeron el famoso gramático Remio Palemón en aspectos de
literatura y el retórico Domicio Afro en elocuencia. Concluida su formación en Roma, se
supone que regresó a España, donde permaneció algún tiempo hasta que regresó a Roma,
llamado por Servio Sulpicio Galba cuando éste fue proclamado emperador en el 68. En
Roma, desarrolló Quintiliano toda su brillante carrera como orador y profesor de retórica.
¿Qué es la retórica?
La persuasión es una actividad que tuvo lugar desde las diversas civilizaciones del
mundo antiguo, en especial si se considera como consustancial a la comunicación y
relaciones humanas. Sin embargo, el estudio específico de tal actividad puede ser ubicado en
la antigua Grecia, donde el arte suasorio alcanzó un desarrollo y niveles dignos de
admiración, y es el origen de la concepción retórica que ha llegado a nuestros días.
Los factores que impulsaron el desarrollo de la retórica y que, por otra parte, legitiman
su vínculo directo con la labor jurisdiccional y la democracia, fueron sobre todo de carácter
político y social.
La retórica penetró lentamente en Roma durante el siglo I de nuestra era y fue adoptada
finalmente hacia la mitad del siglo II.
Quintiliano parte del hecho de que todo discurso (sermo) consta por necesidad de dos
cosas, materia (res) y palabras (verba) y sobre dos aspectos actúa la retórica en cinco fases o
aspectos: inventio, dispositio, elocutio, memoria y actio (pronuntiatio).
Partes de la retórica
Las partes que integran los momentos del discurso retórico son:
a) inventio: La inventio es la fase de concepción del discurso, de las ideas generales
que lo conforman, los argumentos principales y los recursos persuasivos a utilizar.
Consideramos que la inventio es la parte de mayor carga creativa por parte del retórico, que a
su vez examina cada una de las otras operaciones (dispositio, elocutio y actio), desde el punto
de vista del emisor, del receptor y del mensaje mismo.
Cabe señalar que hay quienes consideraron que después de la elocutio, venían como
fases la memoria y, finalmente, la pronuntiatio. Éstas no forman parte de la elaboración del
discurso, pero sí de su eficacia suasoria.
La pronuntiatio es la realización verbal del discurso, en tanto que la memoria tiene que
ver con la formación misma del orador, “pues la memoria propone métodos mnemotécnicos
de aprendizaje de la pieza oratoria y de los recursos en general, y la pronunciación (o actio)
recomienda procedimientos para modular y hacer la voz combinándola con los gestos,
durante el tiempo en que el discurso se profiere”.
Institutio Oratoria
Los doce libros de la Institutio Oratoria, de carácter teórico y didáctico, tratan de las
siguientes cuestiones: el Libro I, repleto de consideraciones pedagógicas, presenta las
nociones preliminares que sirven de fundamento a todo el desarrollo posterior de la Retórica;
Quintiliano, como Cicerón, se refiere a la amplia formación enciclopédica que debe recibir el
candidato a un curso de Retórica. A partir de principios psicológicos, Quintiliano ofrece
orientaciones para la formación, desde la infancia, del orador: la elección de las personas que
se han de ocupar de él en los primeros años, desde el aya al preceptor (examinando pros y
contras de la instrucción doméstica de carácter privado y de la escuela pública), la atención a
las condiciones naturales del niño, los métodos de aprendizaje gramatical, las nociones de
cultura general, la pronunciación y los gestos.
Es partidario de una preparación cualitativa del orador, que, como hemos dicho
anteriormente, ya fue esbozada por los retóricos anteriores. A partir de la definición de
Marcus Cato: vir bonus dicendi peritus, Quintiliano insistió en que, además de estar dotado
intelectualmente y preparado técnicamente en Leyes, Historia, Matemáticas, Música,
Literatura y, sobre todo, en Filosofía, el orador debía ser educado en profundas convicciones
morales. También exige flexibilidad para acomodarse a las características del tema y
capacidad psicológica para adaptarse a la condición del auditorio.
Tomás Albaladejo, Emilio del Río y José Antonio Caballero (eds.) (1998), Quintiliano:
Historia y actualidad de la Retórica, 3 vols., Logroño, Instituto de Estudios Riojanos.