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Síntesis y apuntes para Santa María de las Flores Negras

PARTE INTERNA
SINTESIS:
La novela comienza cuando a Olegario Santana le avisan sus amigos
José Pintor y Domingo Domínguez que en la oficina salitrera de San
Lorenzo hay una huelga, la cual rápidamente crece cuando se unen
otras oficinas de la pampa. Cansados de los abusos, los trabajadores
deciden marchar hacia Iquique. Una vez allá, estando en el hipódromo
se elije un comité central para las reuniones con las autoridades.
Deciden todos quedarse en la escuela Santa Maria de Iquique, en
donde incómodamente se agrupan. Pasaban los días y llegaban más
trabajadores en huelga, y a la vez venían soldados de distintos
regimientos del país. Como las negociaciones no llegaron a un
acuerdo, los soldados que estaban reunidos en la escuela, impulsados
por la orden del general, empezaron a expulsar a los huelguistas
haciendo uso de sus metralletas y escopetas, dando muerte a muchas
personas y dejando mas heridos. Los que se salvaron fueron
nuevamente llevados a la pampa para seguir con su vida miserable.

ACCION INICIAL:
José Pintor y Domingo Domínguez le avisan a Olegario Santana que
en la oficina salitrera San Lorenzo se realizaría una huelga. Juntos van
animando a los trabajadores de otras oficinas salitreras a que se unan a
la huelga. Ya reunidos un buen grupo, deciden juntarse para planear
todo. Idilio Montaño (amigo de los hombres) también se encuentra
allí. Deciden marchar hacia Iquique para buscar alguna solución
porque no es posible que sean tan abusados en su trabajo, ya que a
veces no se les pagaba como corresponde y no se les daba dinero a las
esposas si el trabajador se moría. Cuando llegan a Estación Central se
encuentran con Gregoria Becerra (amiga de José Pintor), quien estaba
acompañada de sus hijos: una niña de 16 años llamada Liria Maria y
un niño de12 años llamado Juan de Dios. En ese momento Idilio
Montaño se enamora de Liria Maria. Estando en la casa Gregoria
Becerra, Idilio y Liria Maria escucharon que al día siguiente
marcharían todos a Iquique. Ya en la marcha, el joven Idilio le
confecciona un volantín a Liria Maria, y ella juega como una niña. A
Gregoria Becerra no le gusta que el joven ande detrás de su niña. Ya
en el desierto, con sed, hambre, todos hediondos y sucios, los
trabajadores no se dan por vencidos. Ya agotados todos llegan por fin
al puerto, y como lo hacen ya de noche, los soldados que vigilaban no
los dejaron entrar hasta la mañana.

DESARROLLO:
Cuando amaneció, los huelguistas pudieron entrar dirigiéndose al
hipódromo. Allí eligieron un comité central para las reuniones. En ese
momento Juan de Dios se había perdido y todos lo empezaron a buscar.
Idilio Montaño se ofreció para ir a buscarlo a la playa. Mientras tanto
los trabajadores decidieron usar la escuela Santa Maria como albergue.
Idilio Montaño que estaba buscando a Juan de Dios regresa y no sabe a
donde se han ido todos, en ese momento se entera de que fueron hacia
la escuela Santa Maria. Encuentra a sus amigos en el circo Sobatan y
después se van juntos a la escuela (Juan de Dios ya había regresado
junto al presidente José Bringg). Al otro día, mientras Idilio Montaño y
Liria María ya habían regresado de elevar sus volantines, Domingo
Domínguez invita a sus amigos a tomarse un trago. Todos a escondidas,
deciden ir y convencen a Idilio Montaño para que fuera. Ya estando en
el boliche, ven a una mujer muy parecida a la de las cajetillas de cigarros
Yolanda que Olegario fuma mucho. La niña estaba siendo insultada por
un hombre, y en ese momento Idilio trata de defender a la mujer pero el
tipo le da un golpe, es ahí cuando Olegario abre su paleto y el tipo
observa un corvo que lo aterroriza y se termina la discusión. Todos
llegan borrachos a la escuela. Al otro día se enteran que unos cruceros
empezaron a llegar con soldados de muchos regimientos, y así mismo
empiezan a llegar también más Pampinos. Liria que no le dirige la
palabra a Idilio está muy triste pero todo cambia cuando el joven le pide
perdón. Todos esperaban al crucero Zenteno que traía al intendente y al
general Roberto Silva Renard. Venían y venían trenes con gente de la
pampa y había que venir a recibirlos. En la escuela Olegario y José
Pintor pelean a golpes por la señora Gregoria Becerra quien al
separarlos se enoja con los dos. Al final estos se dan la mano y un abrazo
de reconciliación.

FIN:
Los pampinos proponían a las autoridades irse a sus casas y dejar el
puerto solo si los industriales les subían el sueldo del mes a un 60%,
pero estos no quisieron aceptar la propuesta. Los dueños de las salitreras
querían que los trabajadores abandonaran la ciudad de inmediato. Era
una situación de máxima tensión porque se decía que los militares iban
a echar a la fuerza a los huelguistas de la escuela Santa Maria. Gregoria
Becerra le da permiso a su hija para que fuera con Idilio Montaño a la
playa, y le dice al joven que cuidara a su hija y que no regresaran hasta
que todo haya terminado. Los soldados se dirigen a la escuela. En ese
momento Olegario que había pasado la noche en el prostíbulo de
Yolanda, se entera de que los soldados tienen rodeada la escuela. Se
viste rápido y acude a la escuela. El general Roberto Silva Renard
manda a negociar a su coronel con el comité central. Este vuelve
diciendo que no habían aceptado. Después de varios intentos, el general
decide ir el mismo a conversar con el comité. Les dice que deben
abandonar el recinto de inmediato ya que si no lo hacían los soldados
tendrían que hacer uso de sus armas. Nuevamente no hay respuesta, y
el coronel se devuelve a su tropa. Olegario que llega en ese momento a
la escuela pasa ningún problema, ahí se junta con sus amigos. El general
que no puede contener su ira levanta el puño para dar la orden. Idilio
Montaño y Liria Maria que se divertían en la playa, juegan, se ríen,
conversan y se bañan, pero de repente escuchan las ametralladoras. En
ese momento el general da la orden y los soldados comienzan a disparar
a la cabina del comité, cayendo estos muertos sobre la gente. Los
soldados también empiezan a disparar a la gente. Domingo
Domínguez recibe un balazo y cae en un charco de sangre. Olegario
que no lo cree, se levanta y también recibe un balazo en el hombro y
cae de rodillas. La batalla seguía, y un lancero le atraviesa la cara a
José Pintor que cae junto a otros cadáveres. Los soldados que se
acercaban más y más alcanzan y barren a Gregoria Becerra junto con
su hijo Juan de Dios. Olegario no le puede creer. Un cura logra que el
coronel detenga la matanza. Los sobrevivientes son llevados a
la estación. Como era de noche Olegario logra escapar y desconcertado
se dirige al boliche de Yolanda. Allí es curado de su herida y ve a
Domingo Domínguez que se encuentra con vida. Al salir un rato se
encuentra con Idilio Montaño quien ya sabe todo lo ocurrido. El joven
le dice que se va a Talca con Liria Maria. Dos días después los
sobrevivientes son trasportados a sus casas. Ya en su hogar, Olegario
se levanta temprano al trabajo y sus fieles jotes lo siguen dando círculos
en el cielo.

MOTIVOS:

El narrador tuvo un motivo especial. Él vivió y trabajo en la pampa y


conocía los abusos de los administradores de las oficinas salitreras.
Ejemplo de esto es que los trabajadores realizan un huelga cansados de
las malas condiciones de trabajo.

VALORES
_ El Amor se presenta cuando el joven Idilio Montaño se enamora de
Liria Maria, un amor especial y sincero
_ La Amistad se presenta entre un peruano y un boliviano
(confederación Perú-Boliviana). Cuando cae uno de un balazo, el otro
va a ayudarlo.
_ La Perseverancia se presenta en Gregoria Becerra, quien después de
haber quedado viuda, decide trabajar y luchar por sus hijos.

ANTIVALORES:
_ El Odio se presenta en los dueños y administradores salitreros.
También en el general Roberto Silva, quien odiaba tanto a los pampinos
que dio la orden de disparar.
_ Los Celos se presenta por parte de Jose Pintor, quien pelea con su
amigo Olegario por doña Gregoria Becerra.
_ La Discriminación se presenta por parte de las autoridades hacia los
pampinos.

ESTERIOTIPOS CLASIFICADOS:
_ El esteriotipo sexista ocurre porque los hombres son los que mandan
y trabajan, y las mujeres pampinas se quedan en casa haciendo sus
quehaceres.
_ El esteriotipo etareo también porque a los hombres los tratan de
viejos pampinos.
_ El esteriotipo social también porque los trabajadores de la pampa son
los más pobres y los dueños son los ricos.

TIPOS HUMANOS.

El único tipo humano que aparece en la novela es el del Quijote, que


en total son todos los trabajadores huelguistas, que no se daban por
vencidos y luchaban por lo que querían.

NARRADOR:
El narrador es como un especie de espectador. Él es uno más de los
trabajadores de la huelga, pero a veces conoce todo, hasta la vida de las
personas. En fin, es un narrador testigo.

TECNICAS NARRATIVAS:
Flash Back: Liria Maria cuenta que ella había conocido a un joven que
la ayudó a cargar un saco de carbón en la pulpería. Desde esa vez el
joven no dejaba de pasar por la casa de la niña, le dejaba papelitos en la
ventana citándola en diferentes lugares, pero ella nunca fue. Hasta que
un día el joven apareció en su casa con un cartucho de dinamita al
cuello. La llamó por la ventana y cuando ella se asomo, se hizo volar
en pedazos frente a sus ojos.

Reconto: No existe un reconto, ya que en la novela no aparece ningún


recuerdo grande, solo hay recuerdos pequeños.

PERSONAJES:
_ Olegario Santana: Era un hombre trabajador (era calichero), muy
bueno para fumar, de pocas palabras, viudo y siempre negativo. Solo
una mujer lo había hecho feliz. Lo llamaban jote Santana. Tenia solo 2
amigos. Conocer a Gregoria Becerra lo hizo cambiar.

_ Domingo Domínguez: Era barretero. Es un hombre delgado, pálido


como pantruca y bigotes canosos. Tiene 52 años de edad y es uno de
los personajes mas populares de San Lorenzo. Usa un sombrero Panamá
echado hacia atrás y un anillo de oro. Tiene muy buen ánimo. Es bueno
para tomar alcohol pero no es borracho. Después de la matanza su
ánimo se fue al suelo.

_ José Pintor: Era carretero. Es amigo de Olegario Santana. Siempre


mascando un palito de fósforos. Al igual que los demás también le gusta
tomarse sus buenos tragos. Es amigo de Gregoria Becerra, por la cual
pelea con Olegario. Al final, muere en la matanza.

_ Idilio Montaño: Joven herramentero amigo de los hombres ya


nombrados. Es un experto confeccionador de volantines, de
sentimientos sinceros. Se enamora de Liria Maria, con quien se va a
vivir a Talca.
_ Gregoria Becerra: Mujer viuda que marcha a Iquique con sus hijos,
esforsada y trabajadora. Logra enamorar a Olegario Santana. Sus hijos
son Liria Maria y Juan de Dios. Al final muere en la matanza junto con
su hijo.

_ Liria Maria: Niña joven muy hermosa, de piel muy muy blanca y de
cabellos dorados. Se enamora de Idilio Montaño, con quien se va a
Talca. Es una niña muy inocente.

AMBIENTE.
Físico: La novela se desarrolla en la provincia de Tarapacá, en la pampa
salitrera de Chile. Es un ambiente árido y de mucho calor.

Psicológico: En ningun caso los trabajadores son locos, ni tontos ni


nada. Tienen un claro pensamiento. Los soldados, especialmente el
general Roberto Silva Renard son los locos.

1. José Brigg,
El más renombrado anarquista de la oficina Santa Ana y de todo el cantón de
Tarapacá. Trabaja de mecánico en la maestranza de la oficina Santa Ana, hijo
de padres norteamericanos y secretario en la fundación de la delegación
pampina de Huara. Cabecilla natural de la huelga y luego presidente del
Comité Central.

2. Gringo Turner
Administrador de la oficina. Se caracterizaba por vestir botas de montar,
cachimba entre los diente y un culecó de safari que no se quitaba nunca. Altanero
y poco accesible a dialogar con los trabajadores.

3. Domingo Dominguez
Barretero y amigo de Olegario Santana. De cincuenta y dos años de edad, y uno
de los personajes más populares de San Lorenzo. Poseía un característico anillo
de oro que siempre ofrecía empeñar para beber. Socio activo del Cuadro
Artístico de la Filarmónica, Segundo Director de la Sociedad de Veteranos del
79 de la oficina de San Lorenzo, Portaestandarte de la Cofradía de la Virgen del
Carmen, Presidente de la Comisión de Ornato y Aseo de las fiestas Patrias.
Conocido por su buena suerte, por ser soltero empedernido y bebedor de
cantina. Buen orador, valiente y luchador por los derechos de los trabajadores
hasta último momento.
4. José Pintor,

Carretero viudo conocido entre los sanlorencinos como un ácrata crónico y por
andar masticando siempre un palito de fósforo o una astilla de cualquier cosa.
Siente aversión por todo lo que tenga que ver con la Santa Iglesia Católica,
incluyendo a los santos, fueran éstos pintados, modelados, tallados o paridos
de madre. Amigo Íntimo de Olegario Santana, entusiasta y jaranero. Se
enamora de la viuda Gregoria Becerra, quien hace algún tiempo fue su vecina.

5. Idilio Montano
Joven herramentero famoso en San Lorenzo por haber resultado campeón en
la competencia de volantines. Con un cometa blanco que llevaba la cabeza de
un puma en su centro, y el hilo curado con colapí y vidrio molido. De rostro
aindiado y aspecto lánguido, es el único herramentero de las calicheras con el
que Olegario Santana cruza algunas palabras cuando llega a reponer las
herramientas. Se enamora de Liria María con la que finalmente se va a vivir a
Talca.

6. Gregoria Becerra

Viuda oriunda de Talca, y vecina de José Pintor en San Agustín. Pobladora de


San Augustín después de la muerte de su esposo, quien cayó entre los fierros
del triturador de caliche “el chancho”. Luchadora, valiente, con una férrea
fuerza interior, risa flameante y un espíritu inquebrantable. Se convierte en el
amor de Olegario Santana.

7. Liria María

De 16 años, de belleza deslumbrante, debido a sus ojos claros y su piel de una


blancura rara en la pampa. Comúnmente, retraída y silenciosa, aunque a lo largo
de la novela evoluciona y se le ve valiente y aguerrida tanto como su madre.

8. Juan de Dios

Niño travieso de 12 años que conocía de cerca José Brigg debido a que hacía
encargos. Mantenía a sus cercanos informados de todo lo que ocurría en el
Comité Central a raíz de prestar sus servicios como encomendero.

9. Niño Doralizo.
Mozo de una casa de prostitutas en Iquique. Se le conoce por hablar todo en
una divertida jerga de malandrines, al dinero lo llama estrella, al reloj, grillete y
a las sillas que ofrece delicadamente a los recién llegados, cientopies.
10. Roberto Silva Renard
General de Brigada y Jefe del Estado Mayor de la primera división coronel
Sinforoso Ledezma. Participó en la Guerra del Pacífico, y voluntario en la
Guerra Civil en el bando de los Congresistas combatiendo contra el Presidente
Balmaceda. Comandante en Jefe de la Primera División con sede en Iquique,
pasando a ser el único responsable de las fuerzas militares desde Arica a
Copiapó
soberbio gesto de prócer victorioso. En el pasado comandó una sangrienta
represiva contra los obreros del Salitre en el interior del puerto de Tocopilla.
Altanero, soberbio y sanguinario, fue quien dio la orden de fuego que originó la
matanza en la Escuela Domingo Santa María.

11. Olegario Santana

Protagonista del relato. Conocido también como el “Jote Santana” Calichero de


cincuenta y siete años, viudo y fumador incorregible. Catalogado de pesimista,
huraño y hombre de pocas palabras, nadie conoce muy bien su pasado.
Admirado como uno de los mejores particulares de San Lorenzo. Lo único que
se le ve hacer día a día es explotar, triturar, acopiar y cargar piedras de caliche
con una consagración y una porfía de penitente malo de la cabeza. Cargaba
siempre un corvo de acero y tenía un característico paletó negro que no se quitó
ningún día mientras duraba la huelga. Lo más cercano que estuvo del amor fue
al conocer a Gregoria Becerra, quien lo hizo cambiar en algunos aspectos sobre
su vida.

12. Confederación Perú Boliviana

Operarios, uno barretero de la oficina Santa Clara y otro de San Agustín.


Deciden unirse a la huelga y morir por sus derechos. Conocidos por siempre
ingeniárselas para conseguir aguardiente.

Descripción detallada de Olegario Santana

Pocas veces se le ha visto arrimado al mesón de la fonda, y nunca en los bailes


y veladas artísticas del salón de la Filarmónica. Cuando bebe lo hace encerrado
en su casa. Tiene dos o tres amigos personales y un solo traje dominguero: un
terno negro en cuyo bolsillo
del chaleco se extraña el relampagueo de la leontina de oro, adminículo lucido
con gran pavoneo por los pampinos. Nadie sabe en qué se gasta lo que gana.
El único malbaratamiento que se le conoce públicamente son los cuarenta
Yolandas que se fuma al día, y que le tienen los dientes y sus negros
mostachos de alambre
manchados de nicotina.

A sus cincuenta y siete años, Olegario Santana nunca ha visto una mujer de
verdad con un rostro tan bello como ese. Además, no entiende por qué diantres
el
solo nombre Yolanda le trae la imagen de una mujer fatal, una de esas
hembras
desmelenadas de pasión que evocan los viejos en las calicheras mientras
trituran
piedras bajo un sol tan ardiente como sus delirios. La única mujer que ha tenido
en
su vida fue una viuda que conoció en Agua Santa, con la que vivió
abarraganado
sin pena ni gloria durante catorce años largos, y que hacía cuatro había muerto
de
la bubónica, peste traída a Iquique por «el barco maldito», como llamó la gente
al
«Columbia», el vapor infectado. La mujer, una matrona boliviana diez años
mayor
que él, gorda y de mal aliento, y de una mansedumbre más bien sosa (fornicar
con
ella no era muy diferente que hacerlo con una oveja aturdida), se murió sin
dejarle
siquiera la compañía de un recuerdo amable contra el cual acurrucar su pena
de
hombre solo. Desde entonces que no comparte el cilicio de su colchón de hojas
de

Catalogado de huraño y hombre de pocas palabras, nadie en verdad sabe


mucho del pasado de Olegario Santana. Un corvo de acero que usa para pelar
la
mecha de los tiros, y que más de una vez ha empuñado en alguna pelea de
trabajo —muchos aseguran por ahí que ya se ha desgraciado con más de un
cristiano—, hace pensar a los demás calicheros que combatió en la heroica
campaña del 79. Pero él nunca dice nada al respecto. Y tampoco pertenece a
ninguna de las sociedades de veteranos de guerra que proliferan en los
pueblos y
en las oficinas salitreras. Admirado como uno de los mejores particulares de
San
Lorenzo —nadie le puede competir con el macho de 25 libras—, lo único que
se le
ve hacer día a día es explotar, triturar, acopiar y cargar piedras de caliche con
una
consagración y una porfía de penitente malo de la cabeza. Pocas veces se le
ha
visto arrimado al mesón de la fonda, y nunca en los bailes y veladas artísticas
del
salón de la Filarmónica. Cuando bebe lo hace encerrado en su casa. Tiene dos
o
tres amigos personales y un solo traje dominguero: un terno negro en cuyo
bolsillo
del chaleco se extraña el relampagueo de la leontina de oro, adminículo lucido
con
gran pavoneo por los pampinos. Nadie sabe en qué se gasta lo que gana. El
único
malbaratamiento que se le conoce públicamente son los cuarenta Yolandas
que
se fuma al día, y que le tienen los dientes y sus negros mostachos de alambre
manchados de nicotina.

Fue un helado día de julio que Olegario Santana se halló a los jotes en el
interior de su calichera, cuando eran apenas un par de polluelos feos y
enclenques. Por hacerle una broma (debido a su nariz ganchuda y a su
costumbre
de vestir siempre de negro, algunos lo llaman el Jote Olegario), los calicheros
más
viejos se los dejaron dentro de una caja de zapatos, como regalo de
onomástico.
Era día de Santa Ana

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