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Fernanda Troncoso Alarcón

Filosofía Contemporánea

La voluntad emancipadora en el aprendizaje

En el presente ensayo se busca problematizar sobre las ideas que el filósofo francés

Jacques Rancière expone en el libro El maestro ignorante: cinco lecciones sobre la

emancipación intelectual publicado en 1987. En él se expone la idea del aprendizaje

emancipador dado a través de la libertad de los individuos por hacerse protagonistas de su

proceso de aprender, para ello solo necesitan de la voluntad y del maestro que ignora.

La propuesta de Rancière es simple e inspirada en los hechos de la vida docente

Joseph Jacotot, ya que, tras su ejemplo, se demostró que el maestro puede enseñar a partir de

una relación de igual a igual, donde profesor y alumno desconocen los conocimientos, pero

en efecto se llega al aprendizaje. Esto último dado que todos los individuos poseen y tienen

las mismas oportunidades para desarrollar la inteligencia. Por lo tanto, ¿cómo se aprende?

¿cuál es la virtud de esta propuesta que resultó efectiva en el entorno de Jacotot? Y ¿por qué

se tendría que cuestionar la forma clásica de pedagogía? Estas preguntas serán respondidas

como argumentos para sostener de manera interpretativa la idea que el autor tiene sobre la

relación pedagógica.

El aprendizaje, en la gran mayoría de los casos, ha estado ligado a la instrucción

donde el maestro se posiciona como juez del conocimiento desde una única perspectiva y

mediante un método expositivo instruye al individuo para ordenar el conocimiento de manera

progresiva y como dice Rancière va de lo simple a lo complejo. Este proceso tradicional es

cuestionado ante la inusual y azarosa propuesta de Jacotot, porque sin premeditar cambió la

necesidad de explicar al estudiante la explicación ya expuesta, con el fin de mejorar la

comprensión y obtener el aprendizaje. La novedad para desarrollar el conocimiento se

sustentó en su ignorancia como profesor, pues logró que sus alumnos holandeses aprendieran

francés sin instruir, sino que solo con la indicación de trabajar con la versión bilingüe de

Telémaco. Esta osada acción tuvo una respuesta positiva, pues los estudiantes aprendieron el
idioma y fueron perfeccionando la ortografía y gramática, hasta lograr plasmar sus propios

pensamientos en francés.

Por lo tanto, ¿cómo es la forma de aprender según este método? Lo primero que hay

que considerar, es que los individuos no necesitan de un maestro guía para comprender, pues

al tenerlo caen en lo que se denomina el orden explicador. Este, evidencia que mientras más

sabe el profesor más atonta a sus alumnos, ya que de forma implícita hace que estos crean

que no van a comprender y así se establece una jerarquía del conocimiento que perpetúa un

statu quo. Sin embargo, Rancière argumenta que esto no es necesario, pues hace la analogía

del aprendizaje con la lengua materna, porque “lo que todos los niños aprenden mejor es lo

que ningún maestro puede explicarles” (2003, pág. 8). Desde esta premisa manifiesta que

todos poseen la misma inteligencia y, por consecuencia, de manera igualitaria todos podrían

recepcionar el aprendizaje, pues se inicia siempre de la comprensión y no de la explicación de

otro, sino de la que cada individuo puede hacer en un proceso de ‘traducción’, es decir,

explicar con sus propias palabras lo que comprendió.

De manera que se hace evidente que la pedagogía tradicional “plantea la igualdad

como objetivo a alcanzar a partir de la situación no igualitaria” (Rancière, 2007, p. 9). Es

decir, al reproducir en masa el modelo de este profesor ‘sabio’ que enseña la explicación a

todos, es crear desigualdad y un orden donde los individuos se vuelvan dóciles para dominar

y mantenerse en una minoría de edad como plantea Kant con la idea de ilustración. Así es

como la escuela se vuelve un lugar que predica alcanzar la igualdad, pero que en la práctica

embrutece y categoriza la inteligencia bajo el mito pedagógico. Este último consiste en

mostrar una división implícita del mundo donde se posicionan dos clases de personas que

están siendo medidas por su inteligencia, la primera es la que posee una inteligencia inferior

limitada solo a la reproducción de costumbres y necesidades, mientras que, la segunda, se

sustenta en la razón y el método de lo simple a lo complejo. Resulta que escuela y sociedad


van de la mano y solo replican modelos con los que se adoctrina y genera la necesidad de que

el tonto necesite del sabio y viceversa, pues es la única forma de mantener una jerarquía

social desigual.

Es por ello que la virtud que ve Rancière en el método de Jacotot se sostiene en la

emancipación de los seres. Resulta que la forma en la que estos pueden ser libres de los

rígidos modelos que sostienen la desigualdad, es a través de la voluntad, la cual es definida

como el poder que tienen los individuos a decidir lo que desean o no desean, y con la que se

podría alcanzar la igualdad. De manera que, el ser emancipado puede escoger libremente su

aprendizaje, ya que no existe un instructor de este y tampoco la implícita posición de creer

que porque desconoce no puede aprender por sí mismo. Se ha demostrado que todos los

individuos tienen la misma capacidad de aprendizaje y que se da a partir de una doble

voluntad donde se ven nacer las capacidades internas que se poseen. Es por ello que las

personas pueden verse motivadas por el propio deseo o por las dificultades de una situación

concreta, ya que en ellas se genera el impulso para querer comprender algo y aprender.

Si bien en este método se pone en cuestionamiento la imagen del docente ‘sabio’, no

hay que olvidar la importancia de la interacción social, pues si bien todos tenemos las mismas

capacidades de aprendizaje, necesitamos del otro para alcanzar o descubrir nuestros

potenciales. Por lo tanto, no hay que erradicar la imagen del docente, sino que se tiene que

este también se tiene que situar como el maestro emancipador. Quien ignora el conocimiento

y, por ende, no entrega explicaciones, sino que busca obligar a que los individuos utilicen su

propia inteligencia. Es así como esta figura también tiene que estar emancipada y entender la

libertad de los individuos, pues su finalidad será actualizar el círculo de la potencia para crear

la instancia en que el estudiante se crea capaz de aprender por sí mismo y, a la vez, generar la

instancia que mueva la voluntad.


Entonces, ¿por qué se cuestiona el método clásico de enseñanza? Porque la educación

tradicional invita a perpetuar un modelo ideológico que propicia la desigualdad y jerarquiza a

los individuos. Esto debido a que se les hace creer que existen diferentes tipos de

inteligencias, las que se pueden desarrollar mediante un método único que llevara a la

acumulación de simple información. Situación que demostraría que no hay un aprendizaje

significativo, solo la reproducción de una explicación dada por un individuo, es decir, una

perspectiva limitada de quien tiene el poder de ser ‘sabio’.

En conclusión, el problema que tematiza Rancière resulta ser muy atingente a la

sociedad actual y no es un problema que solo se le presentó a Jacotot y su método funcionó

en ese contexto, sino que hay teorías actuales de educación que se relacionan. Sin embargo,

en nuestra sociedad las desigualdades se remarcan aún más y el discurso sigue siendo el

mismo, pues se sigue planteando que el objetivo es trabajar por encontrar esa pseudo

igualdad y, por otro lado, el sistema educativo no ha evolucionado desde su creación y

tampoco va al ritmo de los cambios que ha tenido la sociedad. Se observa que hoy en día

existen expertos en cada área que nos están constantemente explicando las cosas y la

información nos domina al punto en que los saberes se ven acumulados y están a un solo

click de distancia. Se sostiene una idea de igual arbitraria ya que todos podemos acceder a

una infinidad de información, pero ¿es realmente útil ese acumular de información? ¿Existe

realmente un aprendizaje? ¿Hay libertad o hay más dependencia de medios que nos otorguen

las explicaciones? ¿Cómo se puede situar la igualdad en un contexto donde los individuos

están arraigados y creen estar decidiendo en libertad? Son preguntas que quedan abiertas a

poder desarrollarse en el ámbito educacional, pues se tiene que reformar el sistema y también

remecer la consciencia de los individuos para que sean más críticos de su sociedad.
Bibliografía

Rancière, J. (2003). El maestro ignorante: cinco lecciones sobre la emancipación intelectual.

Recuperado de [http://www.fundacion.uocra.org/documentos/recursos/articulos/El-

Maestro-Ignorante-Ranciere.pdf].

Rancière, J. (2007). “Prólogo”, El maestro ignorante: cinco lecciones sobre la emancipación

intelectual (pp. 7-13). Buenos Aires, Argentina: Libros del Zorzal.

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