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De la huelga a la toma del poder Página 1
Los cuadros y la lucha huelguística.
Os halláis, compañeros, en una situación excepcional en virtud de lo cual, bajo
la defensa del poder soviético, podéis consagraros tranquilamente, durante un
periodo fijado de antemano, al, estudio de los problemas actualmente
planteados ante el movimiento obrero internacional. Esta situación
excepcional creada por nuestra revolución, hace recaer sobre vosotros grandes
obligaciones. Y por esto no debe causarnos extrañeza el que desde el principio
mismo, paralelamente a una serie de problemas, planteo también una serie de
exigencias serias a los alumnos.
Las circunstancias internacionales atestiguan que la situación revolucionaria
avanza rápidamente .La crisis, el aumento del paro forzoso. La exacerbación
de los combates de clase, todo atestigua que en los países capitalistas y
coloniales el terreno se está poniendo al rojo vivo. Y es completamente natural
que cada participante activo del movimiento obrero revolucionario (y todos
vosotros lo soy) tenga en cuenta durante sus estudios de qué modo será
necesario aplicar en las condiciones en que ese verá obligado a actuar, los
conocimientos y la experiencia que habrá adquirido. Hay que decir que
cuando más alta se levanta la ola revolucionaria mas difícil resulta,
naturalmente de un modo subjetivo ,a cada uno de nosotros seguir estudiando
en vez de tomar una participación directa en la lucha ; pero, sin embargo, ante
cada uno de nosotros se halla planteada la cuestión de de saber cómo obtener
el máximo de provecho de este periodo relativamente corto de que disponemos
para los estudios y de qué modo enlazar los intereses de los mismos con los del
movimiento obrero revolucionario. Pues es de una evidencia competa para
cada uno de nosotros que vuestros estudios, vuestra preparación aquí
persiguen un fin completamente definido y concreto, esto es dar la posibilidad
a un cierto número de militantes, a un cierto número de proletarios de
completar sus conocimientos, de una parte, y ensanchar el marco de su
experiencia nacional de otra. Esta cuestión relativa a ampliación de los
conocimientos y de la experiencia se halla planteada en la actualidad
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De un modo particularmente vivo ante Internacional Comunista Y la
Internacional Sindical Roja, porque a medida que se van exacerbando los
combates de clases vamos viendo hasta qué punto son precarios y pobres
cuadros en todas nuestras organizaciones de partido y sindicales. Para la I.C.
y para la internacional Sindical Roja el problema de los cuadros no pertenece a
la teoría abstracta, sino que constituye una de las cuestiones políticas
concretas más importantes.
Cuando se forman nuestros cuadros .
La cuestión de los cuadros se plantea de un modo más agudo cuantos más
agudos van siendo los combates de clases. ¿Cual es la esencia de ese problema
que tanto la I.C. como la I.S.R. colocan actualmente en primer término y que
está preocupando a todos los partidos comunistas del mundo? La escancia de
la cuestión consiste en que todos nuestros cuadros pueden ser divididos en dos
grupos fundamentales .Uno de los grupos paso por la escuela del movimiento
obrero ya antes de la guerra y vino al movimiento comunista con toda su
experiencia y los hábitos de trabajo adquiridos durante una serie de años por
otra parte en todos los países se han incorporado al movimiento al movimiento
de masas considerables de jóvenes que vinieron después de la guerra ,con
experiencia limitada, pero con un caudal considerable de energía
revolucionaria ,y por lo menos , con unos deseos enormes de actuar de un modo
revolucionario. Nuestros partidos comunistas en la mayoría aplastante de los
casos, excepciones insignificantes, se forman a base de los viejos partidos
socialistas o de una parte de los mismos. Cuando conozcáis la historia de todos
los partidos, empezando por el alemán y terminando por el americano u otro
cualquiera, veréis que en el periodo de la guerra empezó a formarse un ala de
izquierda de los viejos partidos social – demócratas .Dicha ala de izquierda, a
medida que se iban prolongando la guerra aumentaba cualitativamente y se
reforzaba ideológicamente .después de la Revolución de Octubre junto a la
organización de la Internacional Comunista empezaron asimismo a
formárselos partidos Pero el hecho de que un numero aplastante de partidos
comunistas ,con excepción de los que estaban relacionados con el viejo partido
bolchevista en el territorio de de la Rusia zarista, hubieran salido del seno de
los viejos sindicatos junto con sus cuadros dirigentes, ese hecho imprimió un
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selo especial al “mando”, por decirlo así ,de los partidos comunistas y de los
sindicatos revolucionarios.
Hace ya once años que la I.C. y la I.s.R.se ven obligados continuamente a
enmendar la línea de las organizaciones revolucionarias en los distintos
países, a poner de manifiesto las tendencias oportunistas existentes en las
mismas, las reminiscencias social demócratas las supervivencias
oportunistas, en una palabra nos vemos obligados a tener en cuenta la carga
social –demócrata, la “herencia “ con que se encontró en la I.C. y en la I.S.R.
unan parte considerable de los cuadros .Y podemos observar muy a menudo
como compañeros en estado de espíritu subjetivamente revolucionario , que
tienen deseos enormes de obrar de un modo bolchevista y se hallan dispuestos
al sacrificio , no saben sin embargo ponerse al compas de la vida ,no saben
comprender lo que significa el bolchevismo en la práctica y a menudo oscilan
entre los errores social – demócrata de derecha y las frases semi – anarquistas
de izquierda . ¿Es necesario citaros ejemplos? Bastara con tomar la historia
del partido comunista alemán hasta los dos últimos años; por cuantos
conflictos interiores tuvo que pasar el partido alemán, por cuantas
desviaciones de derecha y de izquierda antes de que empezara a formarse la
dirección bolchevista actual. Tenemos el partido comunista Francés y la
Confederación General del Trabajo Unitaria del mismo país y tanto en el uno
como en la otra se manifiestan en la actualidad las tradiciones de antes de
guerra. Tomemos el partido Checoslovaco, el norteamericano, o cualquier otro
y veremos que los diez años de historia de los partidos comunistas (hay un
tanto por ciento muy pequeño de partidos comunistas tengan más de diez años
de existencia) atestiguan que el movimiento comunista internacional crece y se
refuerza en el fuego de la lucha de clases, forja en el dolor de sus cuadros de
combate, forma la dirección y la línea bolchevista con la ayuda de la
internacional Sindical Roja.
Desproporción entre los factores objetivos y subjetivos.
Sin embargo, las exigencias del movimiento son enormes, el movimiento
progresa, madura evidentemente a nuestros ojos .Y vemos a menudo que
enorme desproporción existe entre las exigencias del momento y el factor
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Subjetivo en cada país .Citare algunos ejemplos de distintos continentes para
aclarar mi pensamiento. Tomemos un país remoto tal como Colombia, del cual
los compañeros europeos saben únicamente que existen, pues figura en la
geografía. Un año atrás en Colombia hubo un inmenso movimiento de los
obreros en las plantaciones, movimiento que tomo la forma no solo de
resistencia armada de 30.000 obreros, sino de verdadera insurrección ¿Dónde
se hallaban en aquel momento el partido y los sindicatos revolucionarios?
Tanto el uno como los otros formaban parte formalmente de la I.C., de la I.S.R.
pero pertenecen a esta, por decirlo así, platónicamente. Simpatizaban con la
Revolución de Octubre, con la Internacional Comunista y con la Internacional
Sindical Roja, y por esto adhieren a las mismas de un modo cordial, por
humanismo y buenos sentimientos. Pero compañeros, la adhesión a la I.C. y a
la I.S.R. Es no solo un acto platónico sino que exige que se lleve a la práctica
la táctica revolucionaria en la situación concreta creada en cada país. Tomare
otro ejemplo de otro continente. Todos vosotros, sobre todo los europeos,
conocéis a Austria, donde la situación objetiva es en alto grado favorable para
el desarrollo del movimiento obrero revolucionario. En dicho país existen as
premisas objetivas para la exacerbación de los combates revolucionarios, pero
lo que falta es el factor subjetivo para la revolución. Hay, naturalmente, un
partido el cual publica un órgano, etc. Todo esto, naturalmente, existe, pero
dicho partido no puede aprovecharse de la situación objetiva, para ello es
demasiado pequeño, poco influyente y no sabe adquirir una influencia cada vez
mayor. Hay todavía otro ejemplo, de otro continente. Tomemos Japón Los
últimos datos atestiguan que nos hallamos en dicho país en presencia de una
agravación extraordinaria de la crisis económica y política. La ola del paro
forzoso se ha llegado también al Japón El movimiento de huelgas abraza una
provincia tras otra .En dicho país hay proletariado industrial inmenso (cerca
de 5 millones), una clase obrera combativa. Los sindicatos revolucionarios
tienen una influencia considerable, pero el partido comunista es poco
numeroso, con la particularidad de que en el partido mismo se ha formado un
grupo que considera:…inaceptable la consigna de la república. Dichos
elementos dicen que el Mikao y, en general la dinastía, cuentan con raíces
profundas en el Japón, que la consigna de república se halla en contradicción
con todas las tradiciones. Por consiguiente, nos hallamos en presencia de
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gentes “Comunistas “de nombre, con cierto aditamento monárquico .Podría,
compañeros, citar muchos ejemplos. Tomemos todavía otro continente
Australia .En Australia se está desarrollando hace ya algunos meses una
huelga de mineros ,durante la cual las tropas han disparado contra los mismos
,con la particularidad de que la matanza ha sido organizada por el gobierno
“Obrero”.Al parecer , la situación es completamente clara y, sin embargo ,en el
órgano central del partido comunista se escriben artículos en los cuales se dice
que el tercer periodo existe en todo el mundo “en general “con excepción de
Australia .Y el resultado, compañeros ,de dicha teoría es el siguiente : los
mineros para defenderse contra las bandas ,y las tropas gubernamentales
han organizado un cuerpo de defensa de cerca de 2.000 hombres ,pero esto ,lo
hacen independientemente de los comunistas y dicen :”nos pasaremos de
ellos”.
¿Qué atestiguan semejantes hechos?
Compañeros, ¿Qué atestiguan semejantes hechos? Atestiguan que en una serie
de países de nuestros partidos el bolchevismo es todavía algo abstracto que se
expresa por el momento en forma de simpatía con los bolcheviques rusos. Pero
simpatizar con los bolcheviques rusos no significa todavía ser bolchevique. El
bolchevismo implica una táctica revolucionaria determinada en las condiciones
concretas de cada país; que táctica, lo veremos más adelante. Los hechos
citados atestiguan que los cuadros de nuestros partidos, a menudo no pueden
aprovecharse de la situación favorable, se desconciertan cuando surgen los
acontecimientos, que no sienten los latidos del pulso de la masa, obran con
retraso y los que deben ser la vanguardia del movimiento a menudo se
arrastran lentamente a la cola y con no menos frecuencia lo empujan bien
atrás. Esto plantea de un modo particularmente agudo ante la internacional
sindical y la internacional sindical roja el problema de los cuadros. Cuando
hablamos de estos últimos sobreentendemos solo el estrecho círculo de
militantes activos desde la fabrica hasta los órganos dirigentes, pues se tiene
un órgano dirigente ideal, pero si no se cuenta con un mecanismo de
transmisión, si no hay un sistema de ruedas dentadas que conduzca del centro
hasta la célula de la base, es decir, a la fabrica, si esta célula no reacciona a lo
que sucede entre las masas, esa dirección ideal puede pender en el aire. Por
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esto el problema de los cuadros significa para vosotros el de la reeducación de
los viejos cuadros, de una parte y la creación, el cultivo, la educación, la
preparación y re preparación de los militantes activos, de otra. La cuestión es
tanto más aguda cuanto, evidentemente, en un futura próximo en una serie de
países tendremos serios combates por el poder.
Echad una ojeada al mapa del mundo.
No ofrece la menor duda que nos hallamos en vísperas de combates
revolucionarios inmensos en India, que se está levantando una nueva ola
revolucionaria en China, es de evidencia completa que está a punto de caer la
dictadura de Primo Rivera en España, que esta vacilando la dictadura de
Mussolini en Italia, que la situación es extremadamente aguda en Polonia, en
los Val kanes, y que en una serie de países hay un movimiento tan inmenso
que podemos hablar de la proximidad de combates por el poder. Y es de
evidencia absoluta que cuanto más nos acercamos a serios acontecimientos,
tantos mayores serán las exigencias que presentara la clase obrera a su
vanguardia, al partido y a los sindicatos revolucionarios. La cuestión,
compañeros, es muy importante para nosotros. O nuestros partidos sabrán
ponerse al frente de esos inmensos movimientos espontáneos que están
surgiendo por doquier, sabrán ponerse al frente de la lucha de millones de
desocupados contra el estado burgués y el socialfascismo o el movimiento se
verá obligado a seguir otro cauce. Pero, con excepción del Partido Comunista
no hay ningún otro que pueda llevar a la clase obrera a la victoria. Pero para
esto es necesario que dicho partido sea realmente comunista, sobre todo en sus
cuadros. Precisamente por esto en la actualidad tanto la I.C. como la I.S.R.
consagran una atención especial al problema de los cuadros, precisamente por
esto, empezando con el IV Congreso (+) de la I.S.R., en el VI la flexibilidad
bolchevista y de la visión política. La I.C. y I.S.R. no tiene una concepción
puramente universitaria de la creación de los cuadros. No perseguimos como
único fin crear sabios. De lo que se trata es de estudiar la experiencia de la
lucha a la luz de los conocimientos teóricos, a fin de que a base del estudio de
la experiencia de la historia del movimiento obrero internacional se pude
llegar en la práctica a conclusiones revolucionarias a fin de que el inmenso
tesoro de la historia del movimiento obrero internacional y de la revolución
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rusa de Octubre se puede sacar una experiencia y se sepa de qué modo hay
que orientarse en tal o cual situación. Por lo consiguiente, lo fundamental
para la educación de nuestros cuadros, la finalidad básica de los estudiantes
de nuestras escuelas es la combinación de la experiencia con la teoría
marxistaleninista. Pero, ¿que significa combinar la experiencia con la teoría?
Significa, ante todo, no separar nuestros estudios de la lucha misma, significa
tener en cuenta en cada momento dado a situación real en que se ven
obligadas a actuar nuestras organizaciones, significa estudiar la táctica
leninista y aplicar la dialéctica marxista sobre la base de los conocimientos de
los cuales habéis sido y sois participantes. Solo así es posible unir la riquísima
experiencia del movimiento obrero internacional con la teoría de que os
armareis en el transcurso de vuestra breve permanencia en la escuela. La
escuela, lo mismo que si los estudios se prolongan nueve meses o dos años, no
os puede dar conocimiento definitivo. Los conocimientos más completos podéis
adquirirlos solo vosotros mismos en la práctica de la lucha de clases. Lo único
que podemos daros es el gusto por el estudio, el método, el modo de enfocar la
solución de distintas cuestiones, el acierto de plantear una cuestión, de
enfocarla no de un modo abstracto, racionalista, fuera de tiempo y del espacio,
sino de un modo concreto, pues en esto consiste la escénica de la dialéctica. La
dialéctica marxista, es, ante todo, el estudio de los hechos y la habilidad para
saber deducir de los mismos lo que es necesario al proletariado para proseguir
su movimiento de avance.
Debilidad y defectos fundamentales de nuestros cuadros.
¿En qué consiste la debilidad de nuestros cuadros, en qué consisten sus
defectos fundamentales? A menudo podemos observar entre proletarios y
comunistas excelentes una cierta estrechez nacional, y no sólo nacional sino
con frecuencia puramente corporativa. Hay compañeros que no pueden salir de
los límites de su producción, van con dificultad más allá de los límites de su
país y la variada experiencia del movimiento obrero internacional está cerrada
para ellos acal y canto. Diríase que estos obreros deben hacerlo todo desde el
principio, como si por ejemplo, fuera necesario en Inglaterra efectuar la misma
experiencia hecha ya en Alemania. Naturalmente, diríase que la experiencia
muestra que se puede aprender únicamente cuando uno mismo participa en la
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lucha con los obstáculos, pero al mismo tiempo hay que saber sacar lecciones
de la variada experiencia del movimiento obrero internacional. Esto es
extraordinariamente necesario para acelerar el proceso de evolución, para no
resolver de nuevo las cuestiones resueltas ya. La Escuela puede
proporcionaros esta habilidad a condición de que los alumnos enfoquen muy
seriamente todos los problemas que les están actualmente planteados. Hasta
qué punto la experiencia se halla todavía limitada por el marco nacional de tal
o cual país, hasta qué punto es todavía necesario derribar obstáculos para salir
de dicho marco, lo atestiguan algunos ejemplos sobre los cuales llamo vuestra
atención. Por vuestra experiencia personal sabéis seguramente cuán raras son
las acciones internacionales de los obreros, incluso los de una misma profesión,
somos el único partido realmente internacional. ¿Cómo explicar que este único
partido internacional que coloca siempre los intereses del proletariado
mundial por encima de los de cada país no se han hallado en estado de
organizar ya en el transcurso de muchos años una acción internacional del
proletariado por una u otra cuestión? En 1º de agosto de 1929 fue el primer
caso de acción conjunta en los distintos países, fue la primera manifestación
internacional de este género, pero, compañeros, exageraríamos mucho si
dijéramos que el día 1º de agosto fue realmente en todos los países un día de
lucha. ¿A qué se debe estos? ¿Se halla la causa en el hecho de que la
Internacional Comunista no hubiera planteado con una actividad suficiente los
problemas de la lucha internacional o en que no hubiese problemas que
interesaran al movimiento obrero internacional? Naturalmente no es aquí
donde hay que buscar causa, pues no hubo ni lo uno ni lo otro. La causa reside
en que en muchos casos el internacionalismo se entiende todavía de un modo
abstracto, y cuando la cuestión de la lucha se plantea concretamente, en la
práctica, en los choques cotidianos con el capital, los problemas
internacionales quedan en cierto modo relegados a segundo término, y por eso
es tan difícil organizar acciones internacionales, llevar en un mismo día a las
masas al combate efectivo no solo en todos los continentes, sino aún en el
continente europeo. Esto significa que son todavía fuertes los vestigios de
estrechez nacional, es todavía considerable la incomprensión de toda la
importancia del planteamiento de la cuestión de las acciones internacionales
simultáneas y de las necesidades para el proletariado internacional de
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afianzar y estrechar sus filas en esas acciones internacionales conjuntas. Debo
decir que en este sentido nos hallamos considerablemente atrasados con
respecto a las burguesías. A pesar de las imperialistas de los distintos países,
a pesar de todos los choques cotidianos (bastará recordar aunque no sea más
que el plan Young, la Conferencia de la Haya, la Conferencia Marítima de las
cinco potencias, etc.) saben actuar conjuntamente contra su enemigo, esto es,
contra el proletariado y sus organizaciones revolucionarias. En este sentido
nos hallamos todavía en retraso con respecto a la burguesía. ¿Cómo se explica
esto? Esto puede explicarse únicamente por la circunstancia de que existen
todavía muchos vestigios de socialdemocratismo en las filas de nuestros
partidos, de que se ha conservado todavía muchas reminiscencias, mucho de la
vieja estrechez del espíritu filístico y pequeño burgués heredado por muchos
de los cuadros e introducidos por ellos en nuestro movimiento comunista. Hay
que arrancar de raíz todo esto y no sólo por medio de una labor ideológico
política y de aclaraciones teóricas sino, principalmente, en la práctica, en los
combates directos del proletariado, sobre todo en la solidaridad cuando estos
combates se van extendiendo arrastrando cada día a nuevos sectores obreros e
incorporando a la lucha a las obreras, a los jóvenes, etc.
La escuela de la lucha es la que en ultimo termino crea los
cuadro dirigentes.
Como veis, compañeros, el problema de los cuadros está íntimamente ligado
con todos los problemas del desenvolvimiento inmediato del movimiento obrero
internacional. De no resolver estos problemas, no podremos dar un paso serio
adelante, no sabremos conducir a las masas tal como es necesario conducirlas.
Pero, ¿significa esto que el problema de los cuadros se resuelve aquí, en los
muros de esta Escuela? Nada más lejos de ellos, compañeros; aquí se resuelve
actualmente en los combates, miles y millones de obreros. Hay compañeros
(como lo hemos visto ya en la experiencia) que se imaginan que si han pasado
dos años en la Escuela Leninista tienen ya en el bolsillo un diploma de líder y
después al regresar a su país quieren ir directamente al Comité Central.
Algunos de ellos se sienten ofendidos cuando, al regresar a su país, no se les
reconoce esta calidad por parte de las organizaciones que los han mandado. Sí
compañeros, si regresáis a vuestros países con semejantes pretensiones os
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pronostico ya por anticipado muchos disgustos. No porque entre vosotros no
haya y no pueda haber lideres. Seguramente los habrá. Pero cuanto más
modesto sea cada uno de vosotros en este sentido al volver a su país, tanto más
esto hablará en su favor. No hubiera producido ya el hecho de los discípulos de
la Escuela Leninista, al regresar a sus países dicen: “Aquí me tenéis, he
terminado en la Escuela y ahora dadme un cargo dirigente”. La cuestión
relativa a la dirección a al reconocimiento por parte de las masas no se crea
directamente por esta Escuela, sino por la Escuela de la lucha en el país. Y si
sabéis utilizar vuestra estancia aquí para obtener de ella el máximo provecho
desde el punto de vista de la propia preparación para la lucha, si sabéis de este
modo emplear uno o dos años para comprender realmente la esencia de las
relaciones entre la dirección y la masa, en qué consiste el sentido, la
substancia del bolchevismo, y si todo esto lo comprendéis no sólo para vosotros,
sino que sabéis llevarlo a la práctica entre las masas obreras, entonces el
reconocimiento vendrá por sí mismo.
La debilidad fundamental: El retraso con respecto a las
masas.
¿En qué consiste la debilidad fundamental en todos nuestros partidos? El X
pleno del C.E de la I.C. hizo notar que el defecto principal de todos nuestros
partidos consiste en que se halla con retraso con respecto a las masas. Hay que
imaginarse esto, compañeros no geográficamente como si dijéramos las masas
corren y los lideras van a la zaga. Naturalmente hay que representarse esto de
un modo político. Esto significa que la situación objetiva varia cada día y
plantea una serie de nuevas cuestiones. Gracias a esta situación objetiva varia
asimismo la psicología de las grandes masas. Las masas buscan una salida,
exigen una respuesta y no una respuesta abstracta, sino concreta que es lo que
hacen actualmente. Y muchos líderes o bien contestan a los obreros:
“Esperaos, no he leído todavía el libro, lo leeré y entonces os daré la respuesta”
o dan una ojeada a la resolución escrita un año atrás y que respondía a otras
condiciones de lucha completamente distintas. Compañeros, esto no es
bolchevismo. El leninismo consiste no sólo en orientarse rápidamente en los
acontecimientos que se desarrollan sino en ver la línea, la perspectiva del
desarrollo de los mismos. Las exigencias crecientes, la exacerbación de la
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lucha, nos plantean cada día nuevos problemas, nos dictan imperiosamente
una mayor flexibilidad. Naturalmente hay dos clases de flexibilidad. La
flexibilidad bolchevista y la flexibilidad oportunista. Son dos cosas
completamente distintas. ¿Qué significa la flexibilidad oportunista? El
oportunista se adapta a los acontecimientos, busca siempre un término medio
cualquiera, quiere hacer las cosas de tal modo que todo el mundo esté
contento, le parece tapar de un modo u otro, no señala una orientación y llega
a la misma con un retraso de algunos años y cuando ya es irremisiblemente
tarde, no ve la dinámica de los acontecimientos, ve sólo la estática de los
mismos, y en esto radica una de las fuentes de las desviaciones del retraso, de
la incomprensión y de la adaptación oportunista. La flexibilidad bolchevista es
algo completamente distinto. La flexibilidad bolchevista consiste en que en
cada momento concreto sintáis los latidos del pulso de las masas, sepáis lo que
más agita a la masa trabajadora, os deis cuenta de cómo están germinando
nuevos procesos, de cómo la atención de las masas pasa a otras cuestiones, de
cómo canalizar la energía de las masas y en consonancias con ellos y con la
situación general planteéis consignas y problemas. Deis mayor relieve a lo que
está todavía germinando entre los obreros atrasados de una parte, entre los
obreros y los partidos socialdemócratas, de otra, etc. La flexibilidad del
bolchevismo consiste en saber variar de táctica sin dejar de perseguir un
mismo fin. La socialdemocracia modifica también la suya, pero persigue como
fin la conservación y al saneamiento del capitalismo. Nosotros variamos
nuestra táctica para organizar y cohesionar a las masas, por todos los
procedimientos, por todos los métodos en todas las situaciones, para llegar a la
instauración de la dictadura del proletariado, al derrumbamiento del
capitalismo.
Táctica Bolchevista y táctica oportunista.
Estudiáis, naturalmente, las obras de Lenin. En dichas obras encontrareis
muchos ejemplos de cómo Lenin tanteaba los procesos que se producían en las
masas determinando la línea de conducta y después dirigía toda la energía del
partido en este sentido. Para mostrar la diferencia entre la táctica bolchevista
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y la oportunista citaremos dos ejemplos. A menudo organizamos en tal o cual
país campañas, y muchos compañeros creen que hacer una campaña significa
publicar cinco o seis artículos, organizar dos o tres mítines y después pasar a
“los asuntos corrientes”, al punto siguiente del orden del día. No, compañeros,
esto no es una campaña política sino un habito burocrático. Se trata de una
actitud puramente burocrática ante las cuestiones serias. Una campaña
política seria implica que toda nuestra organización, el partido, los sindicatos y
todas las organizaciones que se hallan bajo la influencia del partido marchen
unánimemente en una dirección determinada del tal modo que no haya ni un
solo miembro del partido que se quede al margen de la tarea as realizar en el
momento dado. Hay que saber infundir la energía, poner en marcha toda
nuestra organización para la realización de un fin determinado. Se nos puede
naturalmente decir: “Esto resulta fácil para los bolcheviques rusos, que
cuentan con una gran partido; pero que pueden hacer, digamos, los austriacos
o, los ingleses que no cuentan más que con partidos pequeños”. Compañeros,
debo informaros de que en otro tiempo nuestro partido era también pequeño.
Es ahora que tenemos 1.800.000 miembros y candidatos, pero hubo un tiempo
en que nuestro partido contaba solo con algunos centenares de adherentes.
Vosotros también pocos debéis esperar a crecer para empezar después una
buena táctica. Si esperáis no creceréis nunca. Nuestros partidos en la
actualidad podrán crecer solo en el caso de que marchen adelante en los
combates. No importa que se trate de un pequeño grupo, no importa que sean
todavía pocos, pero es solo en los combates que pueden crecer.
¿Qué significa ir a la vanguardia?
He tomado el ejemplo de las campañas que realizamos y he indicado que a
menudo nos hallamos en retraso. Entonces surge la pregunta: ¿Qué significa ir
a la vanguardia? En este punto el bolchevismo se diferencia también de las
tendencias no bolchevista provistas de de distintas etiquetas muy
izquierdistas. ¿Cómo se representan la cosa los anarquistas, los anarco
sindicalistas, etc.? Se representan las cosas del modo siguiente: lo importante
que un pequeño grupo vaya adelante y lo que hagan las masas es una cuestión
secundaria. Y como sabéis en Francia antes de la guerra se formo incluso una
teoría de la “minórate agissante” – “minoría activa”, con la particularidad de
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que los anarcosindicalistas comprendían esta teoría de la minoría activa en el
sentido de no de que la vanguardia arrastre tras de sí al ejercito, sino en el de
que la vanguardia sostenga el combate por el ejército, por la clase obrera. En
esto consiste la diferencia fundamental entre el bolchevismo y el anarco
sindicalismo. Al decir que el partido es la vanguardia nunca hemos pensado
que el partido deba hacerlo todo por sus propias manos por la clase obrera
entera. Esta la teoría de la minoría activa anarcosindicalista. Cuando
hablemos de que el partido es la vanguardia esto significa que le partido
marcha en las primeras filas, pero que conduce a todo el ejercito, a toda la
clase obrera o una parte de la misma, arrastrando con su actividad a la lucha
los destacamentos retrasados. Nosotros nos orientamos en las masas, los
anarcosindicalistas en la iniciativa personal. Nosotros nos orientamos en las
clases, ellos en el hombre progresivo. Su teoría de la minoría activa no tiene
nada que ver con la definición del partido comunista como vanguardia. Ir
adelante no significa avanzar tanto que nos separemos de la clase obrera, que
esta se quede en la retaguardia y no os comprenda: esto significaría convertir
el partido en un grupo sectario y los dirigentes que dirijan de este modo
pueden dirigir hasta tal punto que se queden solos. He aquí porque el
problema de la dirección se halla estrecha y organizadamente enlazado con el
problema del contacto con las masas, y será un buen bolchevique únicamente
el que se dé cuenta de lo que pasa entre las masas, que sepa dar una forma a
ello bajo el aspecto de consignas políticas y sepa ir adelante, pero conduciendo
tras de sí a las masas. Es esto consiste, compañero, toda la esencia de la
táctica del bolchevismo. Y esto se refiere no solo a los cuadros de la vanguardia
de nuestra clase, sino que es una táctica aplicable asimismo en las relaciones
de nuestra clase con otra, con los campesinos. Si el partido sabe dirigir a su
clase, esta sabrá dirigir asimismo a los campesinos. Este sistema de
dependencia de relaciones, informa toda la política del partido bolchevique.
Diréis, compañeros, que en teoría todas estas cuestiones son simple, pero que
si se empieza a aplicar esta teoría, digamos en Inglaterra o en Estados Unidos
entonces son muy difíciles. Por ejemplo, en los Estados Unidos hay 28 millones
de obreros, empleados, etc. Y en el partido 10.000 miembros. Ahora bien.
¿Cómo ese partido puede dirigir a esa enorme masa? Un número considerable
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de obreros vota por el partido republicano o por el democrático; ¿como se puede
pues hablar en este caso de vanguardia y de clase? La vanguardia va al
comunismo, pero la mayoría aplastante de la clase se lanza a los brazos de
Hoover, Borah, etc. ¿Qué significa esto? ¿No hay aquí una contradicción
insoluble y no en abstracto el planteamiento mismo de la cuestión para un
partido tal como el norteamericano? No, compañeros, el partido es la
vanguardia porque refleja no el pasado de la clase obrera, sino su pasado y su
futuro, porque refleja de un modo concentrado los intereses de la clase obrera
que marcha adelante, y el problema para un pequeño partido tal como el
norteamericano consiste precisamente en colocarse al frente de las masas, del
movimiento. En los Estados Unidos hay en la actualidad 5 millones de
desocupados. ¿Qué partido puede en dicho país plantear radicalmente, de un
modo proletario la cuestión de la lucha contra un paro forzoso? Solo el partido
comunista. ¿Qué partido puede dar forma al descontento de los desocupados?
Solo el partido comunista. Si el partido se muestra incapaz de hacerlo, ni los
parados ni los obreros que trabajan seguirán a dicho partido. Pero si el partido
sabe lanzarse a ese movimiento, capitanearlo y organizarlo, formular el
descontento, se elevara sobre la levadura de ese inmenso descontento
engendrado por el paro forzoso. Este es el nudo de la cuestión. Tomemos el
ejemplo de Inglaterra. Actualmente en dicho país la situación es objetivamente
favorable. El número de huelgas que tuvieron lugar en 1929 fue cuatro veces
superior al del 1928. Los comienzos de 1930 anuncian ya conflictos muy serios
en ese país. El partido todavía es muy pequeño. El gobierno “obrero” es
imperialista. Este pequeño partido es el único partido obrero revolucionario de
Inglaterra. Todo depende actualmente de él. El partido puede crecer y a la
inversa. Todo depende ahora de la medida en que sabrá reaccionar ante los
procesos que se están efectuando en el seno de las masas. Los telegramas de
hoy comunican que al votarse la cuestión de la huelga de los obreros textiles.
Unos 90.000 se han pronunciado a favor de la misma y 49.000 en contra. Pero
los directivos del sindicato han decidido que esta correlación es insuficiente y
sabotean la huelga. Si se examina la cuestión desde el punto de vista de la
constitución de los sindicatos, la cual exige no sé si, los tres cuartos o los dos
tercios de los votos, entonces, naturalmente, se puede formalmente justificar a
los lideres. Pero si se hace caso omiso de la constitución de los estatutos es de
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una evidencia absoluta que una votación como esta debe servir de punto de
partida para que el partido se coloque al frente de dicha masa y lleve a esta
última a la lucha contra la voluntad de las Trade Unions. Si los obreros
textiles han votado por la huelga esto significa que hay una voluntad, un deseo
de lucha, que hay una situación objetiva favorable para la lucha. Los
telegramas no dicen cual ha sido la actitud del partido, pero es claro que en
este asunto se puede ganar y se puede perder. Si tomáis uno de los conflictos
análogos en cualquier país podéis daros materialmente cuenta, por decirlo así,
de por qué ganamos o perdemos influencia. Si tenemos en cuenta la
constitución formal, si contamos en nuestras filas con reminiscencias de las
viejas tradiciones socialdemócratas, si entre nosotros es todavía fuerte la fe en
los estatutos, si está arraigado el legalismo sindical, nos apalearán
continuamente hasta hacernos perder el sentido y no podremos crecer. Si
hemos liquidado ya todo he infringimos las viejas leyes tanto burguesas como
tradeuníonistas, si destruimos todo aquello con que tropezamos en nuestro
camino, no nosotros solos como comunistas sino junto con la masa, entonces
avanzaremos y creceremos a pesar de las represiones durísimas que se
desencadenarán con una fuerza inmensa sobre el movimiento comunista.
La dirección de los combates que se acercan: he ahí uno los
más serios problemas.
Como veis, compañeros, el problema de la dirección autónoma de los combates
que se acercan es uno de los problemas más serios y por esto tratamos con la
mayor seriedad la tarea, al parecer poco importante, que tenemos plantada en
el sentido de la educación de un pequeño grupo de cuadros para nuestra
organización. Sabemos por anticipado que no podremos satisfacer ni en una
centésima, ni en una milésima parte las exigencias de la situación, pero de
otra parte sabemos también que el intercambio que se establecerá entre la
Escuela Leninista y el movimiento vivo, creciente en los distintos países,
producirá un beneficio considerable a nuestro movimiento. Lo necesario,
compañeros , es que en vuestro trabajo utilicéis la experiencia de vuestro país,
y de otra parte, tengáis en cuenta que la experiencia del propio país es en todo
caso limitada en comparación con la experiencia internacional y finalmente
que os digáis de antemano que cuando terminéis la Escuela no sabréis aun ni
De la huelga a la toma del poder Página 16
el cincuenta por ciento de lo que hay que saber, y que solo comprobando en la
experiencia de los momentos los conocimientos obtenidos, lanzándose
decididamente al combate capitaneando al movimiento y conduciendo a las
masas a la lucha o yendo a la misma con ellas, llenareis los vacios que os
quedaran incluso después de haber terminado vuestra Escuela.
Actualmente los minutos son muy caros.
Si quisiera expresar en una forma muy breve lo que exigimos de vosotros, que
no os divorciéis ni un momento de vuestra clase ni teórica ni prácticamente.
Exigimos de vosotros que ni un solo minuto se pierda en vano, los minutos
actualmente son muy caros pues los plazos históricos se reducen y nos
hallamos en vísperas de combates en todo el mundo. Exigimos de vosotros una
actitud extremadamente seria no sólo con respecto a los estudios, sino al
movimiento mismo, y cuando volváis a vuestro país si hay algo que no sabéis
decir abiertamente que no lo sabéis y no os presentéis como hombre que lo
saben todo. Decid sin rodeo: esto no lo sé, y cada obrero os comprenderá,
mientras que cuando empecéis a fantasear ningún obrero os comprenderá ni
querrá escucharos. Y finalmente, lo que exigimos de vosotros es que paguéis
buenos intereses por el capital empleado. No debéis devolvernos dinero, no
sino actividad política y una labor abnegada entre las masas (aplausos). Estoy
profundamente convencido, compañeros, de que así lo haréis, pues si no lo
hiciereis, no seríais comunista (aplausos).
PRIMERA CONFERENCIA
La economía política.
Compañeros, el tema que he desarrollar: “los Combates Económicos y nuestra
Táctica” lo dividiré en cuatro conferencias: 1. “La Economía y la Política”; 2.
La Huelga como Combate”, esto es, aplicación de la ciencia militar a la
dirección del movimiento huelguístico; 3. “La estrategia y la táctica
huelguística”; 4. La Huelga, la insurrección y la lucha por el poder”.
Este esquema preliminar permite ya ver que el problema de los combates
económicos no pueden ser aislado de toda la lucha de clase obrera, y si
De la huelga a la toma del poder Página 17
estudiamos de un modo independiente el problema de los combates
económicos no es porque dicho problema este completamente separados de los
demás métodos de lucha, sino porque el estudio detenido de los combates
económicos, su carácter y nuestra táctica nos platea todos los problemas de
estrategia y táctica del comunismo mundial en su conjunto.
Para estudiar los combates económicos en toda su variedad, para darse cuenta
de lo que exige del comunista para la dirección acertada de los combates
económicos, es necesario tener en cuenta que estos aparecen sólo en una etapa
determinada del movimiento obrero. Por movimiento obrero entendemos
habitualmente un conjunto determinado de síntomas de transformación de los
obreros diseminados en una unidad de clase. Para que podamos hablar de
movimiento obrero son necesarias algunas condiciones preliminares. Ante
todo, naturalmente, es necesario que existan los obreros mismos, esto es,
inicio del desarrollo de la industria moderna, aunque sea en estado
embrionario; es necesario, además, que los obreros empiecen a moverse, pues
sólo entonces existe un movimiento obrero, es necesario que se muevan no
aislada sino colectivamente y, finalmente, es necesario que se muevan contra
otra clase. He aquí las condiciones cuyo conjunto da el derecho de hablar de la
existencia del movimiento obrero.
El camino recorrido por el movimiento obrero.
En comparación con nuestros antecesores en el movimiento obrero, tenemos la
ventaja de poder estudiar las distintas etapas de evolución de dicho
movimiento no sólo sirviéndonos de los libros. Podemos estudiarlos desde
ahora basándonos en ejemplos vivos, desde las formas más primitivas del
movimientos hasta las más concentradas y poderosas. En la actualidad nos
hallamos frente a la existencia de distintos tipos y aspectos del movimiento
obrero. Si nos fijamos en el movimiento obrero internacional en su conjunto,
empezando por el movimiento sindical y obrero de Inglaterra, el más viejo,
pasando por el movimiento más joven de Alemania, Francia y Estados Unidos,
a través del joven movimiento obrero de Rusia, China e India, y terminando
por el movimiento obrero reciente de las colonias Africanas, donde los obreros
han empezado a moverse hace únicamente unos dos años, como por ejemplo en
De la huelga a la toma del poder Página 18
el África Ecuatorial, en Mozambique, etc., el movimiento obrero internacional
en el trascurso de ciento cincuenta años.
Por consecuencia podemos estudiar todas las formas de los movimientos que
han ido concretándose históricamente, desde las más primitivas y elementales
hasta las más poderosas y complejas. De otra parte tenemos la posibilidad de
estudiar y comparar el movimiento por las particularidades de la estructura
desde el punto de vista de organización y de la fisonomía política.
Esta ventaja, esta posibilidad de estudiar prácticamente el movimiento obrero
mundial vertical y horizontalmente, esto es histórica geográficamente, nos da
la posibilidad de sacar algunas conclusiones tanto sobre la base de la
experiencia de largos años del movimiento obrero de los países más jóvenes y
del de las colonias.
Si el movimiento obrero internacional tiene una serie de particularidades
desde el punto de vista de su estructura, o para decirlo en otros términos,
desde el sindical y desde el punto de vista político, esto depende, de una parte,
de varias condiciones objetivas del país en el cual dicho movimiento se ha
desarrollado, y de otra, de la posición de los partidos políticos que se hallan al
frente del movimiento obrero de cada país.
Si tomamos toda la variedad del movimiento obrero, y tomo aquí precisamente
sus organizaciones económicas, es decir, los sindicatos, incluimos todos ,los
tipos actuales del movimiento sindical en algunos núcleos, sobre base de la
experiencia histórica y de la actual, los podemos agrupar del modo siguiente:
tipo tradeuníonistas, tipo anglosajón, tipo anarcosindicalista que existe en la
actualidad en su aspecto puro de algunos países de la América Latina y que
existía en su forma más pura en la Francia anterior a la guerra; social
demócrata o Germano Austriaco y, finalmente, tipo comunista: los sindicatos
soviéticos y los que se hallan agrupados en la Internacional Sindical Roja.
Estos tipos de movimiento sindical que se han ido formando históricamente se
han modificado considerablemente durante la guerra y en el periodo posterior
a la misma. Pero para comprender las tendencias fundamentales en el
movimiento sindical internacional y el tema al cual están dedicadas mis
conferencias, es necesario tener en cuenta la variedad de estos tipos
De la huelga a la toma del poder Página 19
fundamentales del movimiento, diversos por su estructura, su ideología, su
táctica y su política.
El movimiento sindical ha crecido y se ha ido formando sobre la base de la
acción colectiva de los obreros contra el patrono individual o colectivo. Esta
lucha dio origen a los sindicatos. Estas acciones colectivas contra el patrono
individual o colectivo son el punto de partida de la formación del movimiento
sindical, y no sólo de éste, sino también del político. Por esto para tener una
idea justa del lugar que ocupan los combates económicos en la lucha general
de clase del proletariado, es particularmente importante detenernos en la
interpretación de lo que entendemos por lucha económica y en la conexión
existente entre esta ultima y la lucha política.
¿Qué entendemos por lucha económica?
¿Qué entendemos por lucha económica? Entendemos por lucha económica las
acciones colectivas de los obreros que persiguen como fin presentar a los
patrones o defender contra los mismos, una serie de reivindicaciones que se
refieren de un modo inmediato a los intereses materiales de los trabajadores
de una fábrica o taller, de una rama de industrias determinada (salarios,
jornada de trabajo, protección del trabajo, etc.). Es así como ha formado
históricamente la nación de “lucha económica”. Pero al estudiar
detenidamente la historia de la lucha económica y del movimiento obrero
internacional, vemos quelas acciones económicas de los obreros en forma de
presentación de demanda de aumento de los salarios o de huelga italiana o del
trabajo por un mal salario o de cesación del trabajo (huelga), todos los métodos
y formas variadas de acción contra los patrones hacen chocar en un modo u
otro a cada grupo de obreros con el patrón individual o colectivo.
Históricamente la cosa se ha desarrollado del modo siguiente: un obrero, si
estaba descontento en un concepto u otro, presentaba sus demandas al
patrono; a medida que se desarrollaba la industria capitalina, que se
intensificaba el yugo capitalista, núcleos de obreros, agrupándose por
profesiones, empezaron a presentar demandas al patrono; después el sindicato
creado por los obreros actuaba en su nombre y, finalmente, el sindicato creado
De la huelga a la toma del poder Página 20
por los patronos actuaba en nombre de estos últimos. Y a medida que va
acentuándose la concentración de la industria y el incremento de las
organizaciones obreras vemos acciones, de una parte de las organizaciones
obreras, y de otra, de las organizaciones patronales, las cuales llevan a cabo
las negociaciones o entran en lucha a consecuencia de tales o cuales
reivindicaciones inmediatas de los trabajadores.
¿Podemos decir que la lucha económica de los obreros aun en sus etapas más
primitivas, tuviera un carácter exclusivamente económico no alcanzado a los
patrones como clase ni a las bases del capitalismo? Esta afirmación seria
errónea. ¿Por qué? Porque la lucha económica, aun en sus formas más
primitivas ponía en oposición a los obreros con el patrón o los patrones. Por
consiguiente, en la lucha económica fueran cuales fueran sus proporciones y
carácter, ya en los albores mismos del movimiento obrero había,
indudablemente, elementos de política, por cuanto entendemos por política la
oposición de las clase obrera a la clase de los capitalistas, la presentación y la
defensa de reivindicaciones generales de clase, de los intereses de la clase del
proletario. Por lo tanto, ya en el momento de su aparición, en sus primeras
etapas, la lucha económica tenía ya rasgos políticos, y si las organizaciones
económicas y políticas se formaron como organizaciones separadas,
independientes y si hablamos de lucha económica y lucha política no es porque
en realidad se hallan separadas por una barrera y se desenvuelvan
independientemente una de otra, sino porque en cada choque aparecen con
más relieve en primer lugar unos y otros rasgos: en un choque aparecen con
mayor relieve los rasgos de demanda inmediata, en otro las reivindicaciones de
carácter más general relativas a toda la clase, y esto es lo que determina el
carácter y la denominación de cada conflicto de clase: la lucha económica como
ya he dicho, se caracteriza por la acción colectiva contra los patronos. El
carácter de esta lucha depende de una serie de condiciones ante todo el sitio en
que se desarrolla en conflicto económico. Por ejemplo, si el conflicto económico
tiene lugar en los ferrocarriles o en la industria eléctrica o en otros
establecimientos públicos, digamos por ejemplo en la conducción de aguas,
etc., ese conflicto económico toma inmediatamente un carácter más vasto, más
general que las proporciones de la huelga o el conflicto en sí.
De la huelga a la toma del poder Página 21
Cada conflicto económico tiene también una importancia particular según sea
la rama de industria en que se desarrolle. Admitimos por ejemplo, una huelga
en una industria particular, por ejemplo en la confección de vestidos, o un
conflicto económico en los establecimientos de la industria trustificada, por
ejemplo, en la Steel Corporation en los Estados Unidos. Dichos conflictos tiene
una importancia no sólo porque alcanza a un numero de obreros distintos, aquí
la cantidad naturalmente transforma en calidad, sino porque alcanza a
distintos sectores de los patronos que no tienen una influencia idéntica sobre
el aparto estatal de la burguesía. Naturalmente, un conflicto en la industria
metalúrgica trustificada, en la industria pesada o en la minería, por cuando
esas ramas fundamentales de la industria tienen una influencia predominante
en lo que se refiere al Estado burgués, un conflicto tal toma inmediatamente
un carácter general de clase, puesto que pone a los obreros frente no sólo de
los patrones de la rama de la industria en cuestión, sino también del Estado
que controlan.
Los conflictos económicos tiene así mismo una importancia distinta, según en
la época en que surgen. Por ejemplo, un conflicto económico durante la guerra,
antes de la misma o en la actualidad no tiene una importancia igual. Un
conflicto económico en la época de desarrollo de la industria capitalista o en la
de su decadencia; estas circunstancias dan una importancia distinta al
conflicto económico. Por esto, cuando hablamos de lucha económica, de las
distintas formas de la misma hay que aplicar la regla establecida por Hegel y
que se ha convertido en corriente en el pensamiento marxista, de que la
verdad es concreta. No podemos hablar de los combates económicos en general,
sino que para juzgar de tal o cual combate económico, hay que tomar la
situación de su conjunto, todas las circunstancias, la correlación de fuerza, etc.
y sólo entonces se puede apreciar el grado de importancia política del conflicto
y establecer de un modo concreto la conexión existente entre la política y la
economía.
La política es la economía concreta.
En el programa del Partido Comunista de la Unión Soviética dicha conexión se
halla formulada del modo siguiente: “La política es la economía concreta”. Es
De la huelga a la toma del poder Página 22
esta de todas las definiciones la más breve, mas concisa y mas llena de
contenido. La política es la economía concreta. ¿Qué significa esto? Esto
significa que la cantidad se transforma en calidad. Si una pequeña huelga, un
conflicto económico de poca importancia en un establecimiento aislado y que
alcance únicamente a una célula del organismo capitalista, puede ser
considerada desde el punto de vista económico, el ensanchamiento de dicho
conflicto, la extensión del mismo a una parte considerable de la industria, a
una serie de células del organismo capitalista, la extensión de la huelga a
varias ramas de la industria, la paralización de ramas de la industria vitales,
de gran importancia para la burguesía y para el Estado, convierte lógicamente
el conflicto económico en la lucha política de la clase obrera.
Si esta definición era justa antes, lo es todavía con mayor motivo en la
actualidad, pues ahora, en las condiciones del capitalismo de la postguerra, en
las condiciones del tercer periodo de incremento de luchas encarnizadas entre
la clase obrera y el Estado burgués y todos los partidos burgueses, la social
democracia inclusive, ahora más que nunca vemos hasta que punto cada
huelga económica, cada choque económico tienen carácter general de clase.
Para nosotros los comunistas, la conexión entre la economía y la política es
algo elemental, que no tiene necesidad de ser demostrado, algo de lo cual
partimos al determinar nuestra línea. Para nosotros es el abecedario. Pero
esto no significa, ni mucho ni menos, que esta verdad de la lucha de clases
tiene el mismo carácter elemental para todo el mundo. El problema de la
economía y de la política es uno de aquellos que han sido debatidos en el
transcurso de prolongadas décadas en el movimiento obrero, uno de aquellos
problemas alrededor de los cuales se ha desarrollado una lucha ideológica
considerable, uno de aquellos problemas que exige de nosotros aun en la
actualidad que sea planteado de un modo claro a fin de sacar de la cabeza de la
parte más atrasada del proletariado las concepciones erróneas que existen aun
en la actualidad con respecto a esta cuestión entre los anarquistas y los
anarcosindicalistas de una parte y los reformistas de otra.
Lo económico y lo político en la lucha obrera. Concepción,
anarco sindicalista.
De la huelga a la toma del poder Página 23
Todo el anarquismo de la preguerra y la postguerra y todo el anarco
sindicalismo, se hallan basados en el principio de la separación absoluta de la
economía y la política. Los anarquistas y los anarcosindicalistas hablan
siempre de la política con desprecio, no aceptan más que la lucha económica
del proletariado. Para el anarcosindicalista, la lucha económica y las
organizaciones económicas del proletariado se hallan por encima de todas las
demás. Por política, en la literatura anarquista y anarcosindicalista, se
sobreentiende habitualmente las combinaciones y la cocina parlamentarias.
Los anarquistas y los anarcosindicalistas han puesto siempre la política a la
economía, han colocado en primer lugar únicamente a las organizaciones
económicas del proletariado – los sindicatos afirmando que el sindicato es la
única organización que lucha contra el capital y que sostiene al combate hasta
el fin, que es la organización que derrumbara a la burguesía e instaurará la
sociedad comunista sin autoridad.
Esta concepción de halla en la base de toda la táctica y toda la política de la
tendencia que ha ejercido cierta influencia en la tendencia que ha ejercido
cierta influencia en una etapa determinada del movimiento obrero
internacional principalmente en los países latinos. En Francia, en España, en
Portugal y en la actualidad en la América Latina, la cual entra con retraso en
el movimiento obrero internacional, existen todavía reminiscencias de dicha
ideología que hayan su expresión en la teoría de la independencia del
movimiento sindical.
Concepción reformista.
Otra concepción de las relaciones entre la política y la economía es la
concepción reformista, que en su forma más característica se halla
representada en Alemania y otros países con un tipo de movimiento sindical
análogo: es la existencia paralela de las organizaciones económicas y políticas
del proletariado, la igualdad de derechos de las mismas. La política y la
economía desde el punto de vista de dicha concepción, si se entrelazan es
únicamente bajo la forma de la unión personal de los directores y no porque se
entrelacen en la lucha de las clases obrera misma. Aquí la economía, allá la
política.
De la huelga a la toma del poder Página 24
Esta concepción que existía ya antes de la guerra, adquirió un vasto
desenvolvimiento durante la misma y ha sido expuesto de un modo
particularmente completo en la literatura de la postguerra. Por consiguiente
nos hallamos en presencia de una concepción particular de colaboración de las
organizaciones reformistas, naturalmente económicas y políticas, con el fin de
corregir los aspectos negativos del capitalismo. Es precisamente en esto que
consiste toda la esencia del reformismo, en que se propone como fin no la lucha
contra el capitalismo, sino contra los aspectos negativos del mismo. Es ésta la
segunda concepción contra la cual nos vemos precisados a luchar y que
tendremos que combatir todavía durante mucho tiempo los comunistas.
Concepción marxista revolucionaria.
Y finalmente, la tercera concepción, la del marxismo revolucionario, la
concepción de los comunistas, consiste en establecer la primacía de la política
sobre la economía, el papel dirigente de la organización política sobre la
economía y en la convergencia de la lucha económica y de la lucha política. En
esta convergencia de los dos variedades de la lucha en la orientación de los
combates económicos en un sentido general de clase, en la utilización de cada
conflicto económico para elevar el movimiento obrero hasta el peldaño más
alto, ensanchar dicho movimiento, plantear a los obreros arrastrados al
conflicto problemas generales que interesen a toda la clase obrera, en la
dirección del movimiento sindical por el Partido Comunista. En esto consiste
nuestra concepción comunista de la relación entre la economía y la política.
El fallo de la experiencia.
Para comprobar cuál de estos puntos de vista es más justo, cual de dichas
concepciones se halla mas en armonía con los intereses de la clase trabajadora,
debemos fijarnos en la experiencia de largos años de movimiento obrero. La
experiencia es el mejor medio de comprobación de cada teoría. ¿Qué nos
demuestra la experiencia de muchos años del periodo anterior a la guerra, de
la guerra y de la postguerra? ¿Qué nos demuestran los numerosos combates
de la clase obrera de los distintos países, combates que se han desarrollado en
De la huelga a la toma del poder Página 25
circunstancias y condiciones distintas? Todo ello atestigua que la barrera
entre la lucha económica de los trabajadores y los fines generales de la clase
del proletariado ha sido habitualmente levantada por los elementos directores
más atrasados del movimiento obrero. Aquí hay que establecer una distinción
entre la situación objetiva y las opiniones subjetivas de los participantes de tal
o cual lucha. La experiencia de todos los países muestra que en las primeras
etapas de la lucha la mayoría aplastante de la clase obrera entra en acción por
reivindicaciones puramente económicas, no planteándose fines generales, sino
únicamente la cuestión del aumento del salario, del mejoramiento de las
condiciones de trabajo, etc., no enlazando dichas reivindicaciones con las de
carácter general. Este es el punto de partida. Así ha sido en el trascurso de
muchos años. Esos combates por reivindicaciones parciales, por cuestiones
precisas, se han reflejado en la mente de muchos directores de tal modo que
han creado la teoría correspondiente a esa etapa de la lucha de clases de los
obreros. Pues ¿Qué significa la teoría de la separación de la economía de la
política, la teoría de los combates puramente económicas sin ninguna política?
¿Qué significa la teoría del Tradeunionismo ingles y americano? Dicha teoría
es el reflejo ideológico del movimiento obrero en sus primeros pasos, es el
reflejo en las mentes de los directores de las luchas primitivas elementales, no
enlazadas entre si y que representan reivindicaciones, aunque concretas,
separadas y de un modo diseminado.
Esta ideología del economismo, del Tradeunionismo en su forma pura, surgió
sobre la base de esa práctica difusa, y en vez de generalización de los
combates, en vez de sacar de la experiencia de los combates separados las
leyes generales de desarrollo del movimiento obrero, los ideólogos Trade
unionistas desarrollan todo un sistema de concepción cuyo sentido consiste en
que la lucha económica no está enlazada en ningún concepto con la política y
que los obreros en su lucha económica pueden contar con todas las gentes de
buena voluntad de todos los partidos y clases. Como sabéis, es precisamente en
eso que consiste la esencia de la política y la táctica del Tradeunionismo
americano.
De la huelga a la toma del poder Página 26
práctica han tenido, lugar las cosas? Si tomamos los últimos 150 años de
desarrollo del movimiento obrero internacional, si empezamos por los albores
mismos del movimiento obrero contemporáneo, veremos que los trabajadores
han pagado un precio muy elevado por cada tentativa de actuar
colectivamente en defensa de sus reivindicaciones. Todo aquel que se halla
interesado poco más o menos por la legislación de demanda ha sido en casi
todas partes considerada como una infracción de las leyes más elementales,
que en el transcurso de más de cien años se desarrolla la lucha y que los
trabajadores solo gracias a una lucha tenaz han conseguido y eso únicamente
en una minoría de países, el reconocimiento del derecho de huelga, de
organización, etc. En otras palabras la clase obrera ha tenido necesidad de
largos años de lucha para que la legislación burguesa reconociera el derecho de
sus acciones colectivas, de la presentación colectiva de demandas, de la
elaboración colectiva de las mismas, de sus discusión, etc. Es en estos
combates por sus reivindicaciones elementales, vitales, al chocar con el
aparato del Estado en cada huelga, al obtener largos años de cárcel por la
presentación de demandas, que los obreros han pasado de los métodos
elementales de combates a los de carácter más general. Por el hecho mismo
del choque han recibido lecciones de ciencia política, pues gracias a ello han
conocido la esencia del sistema del Estado burgués.
No quiero, compañeros, aludir a la legislación de todos los países burgueses.
Se puede tomar, no importa qué país y aun en los mas “libres” se pueden
hallar en la legislación párrafos especiales que incluso en el momento actual
limitan el derecho de huelga, y no hace más que algunas décadas las huelgas
eran prohibidas. Esto lo hallareis en la legislación inglesa, en la alemana, en
la francesa, en la antigua legislación de la Rusia zarista, lo hallareis
actualmente en su forma más pura en los países coloniales. Lo que había cien
años atrás den Inglaterra, podéis hallarlo actualmente en la China, donde la
huelga es considerada como un crimen. De este modo, los trabajadores al
chocar con el Estado en su lucha cotidiana, al presentar sus demandas
elementales, han ido pasando de las reivindicaciones parciales a las de
carácter más general, de las demandas a un patrono a las presentadas a todo
De la huelga a la toma del poder Página 27
el grupo de los mismos, y finalmente, a una serie de reivindicaciones con
respecto al Estado en conjunto.
En verdad, ese camino recorrido por el proletariado internacional ha exigido
muchos años y no ha terminado todavía, existen todavía decenas de millones
de proletarios que no ven la conexión existente entre el Estado y las clases
dominantes, que se imaginan al Estado moderno como un edificio colocado por
encima de las clases. Estas concepciones atrasadas existentes todavía entre las
masas obreras, concepciones que atestiguan que dichos trabajadores se hallan
todavía en las primeras etapas de su desarrollo, han sido convertidas en todo
un sistema ideológico por el reformismo contemporáneo. Dicho sistema
consiste en que cada obrero o grupo de obreros debe de habérselas en cada
patrono o grupo de patronos y que el Estado es el árbitro, algo colocado por
encima de las clases, una organización que puede y debe inmiscuirse en los
conflictos entre el trabajo y el capital en interés de la nación, en interés del
pueblo.
1°. A separar la economía de la política;
2°. A dejar el Estado burgués a pesar de que este es una de las partes en los
combates de clase.
3°. A colocar al Estado burgués por encima de las clases en calidad de árbitro.
4°. Persuadir a las masas de que el fin de la clase obrera consiste, no en el
derrumbamiento del sistema capitalista, sino en la supresión de los aspectos
negativos del mismo.
Pero a pesar de que existen dichas concepciones en sectores considerables de
la clase obrera y la tendencia del reformismo actual a perpetuar dichas
concepciones, las masas trabajadoras se hallan en la actualidad en presencia
De la huelga a la toma del poder Página 28
de millares y decenas de millares de actos que atestiguan hasta qué punto la
lucha económica se halla estrecha y orgánicamente enlazada con la lucha
política. Si antes de la guerra era todavía posible construir toda una serie de
sistemas filosóficos, pero poco consistentes que fueran, con ese pretexto,
actualmente esto salta a los ojos de cada proletario de fila, hoy la conexión
existente entre cada huelga y la política, entre los patrones y el Estado en tan
evidente que únicamente el deseo deliberado de engañar a los obreros – y de
ello se ocupa la social democracia internacional – obliga a los llamados
partidos obreros y a sus directores a poner de lado al Estado burgués y a
privar de carácter político – “endnolitizfden” como dicen los alemanes – los
combates económicos actuales dándoles un carácter exclusivamente
económico.
De la huelga a la toma del poder Página 29
de que los obreros presenten las reivindicaciones más mínimas, más
elementales. Los patronos pasan a la ofensiva contra el nivel de existencia de
la clase obrera. El periodo durante el cual algunos países capitalistas tenían
una posición del monopolio en el mercado mundial, como por ejemplo
Inglaterra hasta principios del siglo XX, ese periodo ha pasado para no volver.
Los países que disponen de inmensas colonias de centenares de millones,
incluso esos países no pueden desenvolver todas sus posibilidades de
producción, pues los concurrentes penetran en su propio territorio, tanto en las
colonias como en las metrópolis. En esto consiste la esencia de todo. Y por esto
han pasado irremisible los tiempos en que se hacían ciertas concesiones
económicas o se daban ciertos privilegios a determinados sectores del
proletariado. Y si en el transcurso de muchos años, en el periodo ascendente
del capitalismo, el capitalismo ingles podía ceder una parte determinada de
sus enormes beneficios a ciertos sectores veían elevar su nivel de existencia,
dichas posibilidades están agotadas, y el capitalismo ingles no sigue ahora la
senda de antes de la guerra, la senda de las concesiones en el sentido de la
elevación del nivel de existencia de la aristocracia obrera para adherirla al
Estado, sino por el camino de la reducción del nivel de existencia de aquellos
sectores que habían obtenido algo antes de la guerra para que la burguesía
inglesa pudiera luchar mejor y más fácilmente en el mercado mundial con sus
concurrentes.
De la huelga a la toma del poder Página 30
anteriormente. Por consiguiente la etapa actual de desarrollo de la lucha de
clase ilustra elocuentemente la verdad comunista marxista de que toda huelga
contiene siempre elementos políticos t de que las huelgas en la actualidad,
inmediatamente de sus proporciones, tienen un carácter de clase, un carácter
político profundos. Lo que antes establecíamos de un modo teórico podemos
ahora establecerlo más que nunca sobre la base del estudio del numero
inmenso de conflictos económicos que se desarrollan en cualquier país
capitalista o colonial.
La confusión ideológica del anarcosindicalismo pretende
levantar a los muertos.
Pero, si es así, ¿Cómo se las arreglan para sostener sus posiciones los raros
ideólogos que todavía quedan en los grupos anarcosindicalistas? De ninguna
manera. Los que conocen por poco que sea, lo que escriben los anarquistas y
los anarcosindicalistas actuales, pueden constatar que la confusión entre ellos
aumenta de modo catastrófico, pues la experiencia real contradice todas sus
concepciones. Sin embargo esto no es óbice para que los anarquistas sigan
exponiendo su “teoría” de las relaciones entre el partido y los sindicatos y no
impide tampoco que algunos comunistas le sigan en esta confusión. El país
clásico de la confusión en este sentido ha sido siempre Francia. Es
característico el hecho de que precisamente en dicho país todas las
De la huelga a la toma del poder Página 31
desviaciones, todas las vacilaciones ideológicas y políticas en el Partido
Comunista empiecen con la cuestión del partido y los sindicatos. Como el
problema se halla íntimamente relacionado con la cuestión de la economía y la
política será preciso que nos detengamos en el.
Precisamente hace pocos días leí en “La Revolution Proletarienne” un articulo
extensísimo del ex comunista F. Loriot. Loriot durante la guerra se hallaba a
la izquierda del Partido Socialista, al constituirse el Partido Comunista fue
uno de los caudillos y figuro también en el alza izquierda del mismo. Al
parecer todo permitía esperar de Loriot no incurriría en una posición confusa
en la cuestión del partido y los sindicatos. Que el ex sindicalista Monate,
después de permanecer algunos años en el Partido Comunista haya vuelto a
un punto de partida y haya empezado de nuevo como si no hubiera habido
guerra ni revolución de Octubre, ni la Internacional Comunista, no tiene nada
de sorprendente, pero para un hombre como Loriot, procedente del partido
socialista, al parecer no debería existir confusión con respecto a esta cuestión.
Pero lo característico es que precisamente incurra en confusión con este punto.
Su artículo se titula: “El fracaso de la Internacional Comunista y la
independencia del movimiento sindical”. Como sabéis, ahora se ha hecho de
moda que cada ex comunista fracasado, hable del fracaso de la Internacional
Comunista. En este articulo, Loriot, afirma que le defecto esencial de la
Internacional Comunista consiste en que plantea de un modo erróneo la
cuestión de los sindicatos. ¿En qué consiste ese error? El error consiste en que
la Internacional no toma en cuenta que el Partido debe seguir su camino y los
sindicatos el suyo. Si la Internacional siguiera el consejo de ese ex comunista
que ha recaído en la infancia, se establecerían relaciones justas entre los
movimientos comunista y sindical. Hay que decir que en la Confederación
Unitaria del Trabajo se notan así mismo en la actualidad reincidencias anarco
sindicalistas; el carácter particular de la situación consiste en que el
anarquismo y el socialismo cubran su orientación oportunista dirigida contra
la lucha revolucionaria con la burguesía y el Estado burgués, principalmente
en la cuestión de la independencia de los sindicatos, con la protesta contra la
injerencia del partido en los asuntos de estos últimos, etc., etc. Por
consiguiente, al parecer, este problema ha surgido de nuevo. De nuevo ha sido
De la huelga a la toma del poder Página 32
planteada la cuestión del partido y los sindicatos. Pero hay que hacer notar
que estas reminiscencias de la ideología anarcosindicalista, que en otros
tiempos tenía puntos de apoyo considerables en las masas, en la actualidad no
representan más que una especie de resurrección de los muertos y una
repetición melancólica de recursos históricos. En las masas, dicha ideología no
tiene ningún punto de apoyo serio.
¿A qué se debe este hecho? Comprender la causa significa dar una respuesta a
la cuestión fundamental del partido y los sindicatos. El anarcosindicalismo
francés surgió en un periodo en que el Partido Socialista francés llevaba una
orientación puramente reformista y parlamentaria y, por esto, en el anarco
sindicalismo anterior a la guerra, había indudablemente una protesta
proletaria saludable contra el oportunismo parlamentario. Por consiguiente, el
aspecto positivo del anarcosindicalismo consistía en que había hallado su
reflejo en la protesta saludable de los obreros contra el parlamentario y
reducción de la lucha política de la clase obrera a maquinaciones
parlamentarias, y que partiendo de un partido y de una política determinada
oponía la economía a la política en general en todas las circunstancias. En qué
sentido se ha modificado en el sentido de que en cada uno de los países latinos
donde antes había un movimiento anarcosindicalista, ha surgido un partido
comunista revolucionario que sostiene la lucha revolucionaria contra la
burguesía y, de este modo, la aparición misma de los partidos comunistas, su
concreción ideológica y orgánica, su lucha contra todo el régimen burgués
destruye en su base no solo la concepción, sino la existencia misma del anarco
sindicalismo.
Para demostrarlo con otro ejemplo, puedo aludir a la experiencia de Rusia, en
el periodo de 1905, había también algunos grupos anarcosindicalistas, los
hubo también en estado embrionario después de la Revolución de Febrero,
pero nunca desempeñaron un papel serio en el movimiento obrero. En algunas
localidades, en algunos establecimientos, algunos anarcosindicalistas tenían
cierta influencia, pero nunca en el trascurso de toda la historia del movimiento
obrero ruso, desempeñaron los anarcosindicalistas ningún serio papel. ¿Por
qué? Porque al lado de, los partidos menchevique y socialista revolucionario
oportunista, existía un partido bolchevique, el cual conducía las masas al
De la huelga a la toma del poder Página 33
combate y arrancaba de este modo a los anarcosindicalistas los elementos
revolucionarios que en otras circunstancias hubieran podido seguirles. Por
consiguiente el anarcosindicalismo, con su teoría de la separación de la
política de la economía, de la primacía de esta sobre aquella, podía y puede
tener influencia únicamente en un país en que este sea débil y no tenga
todavía influencia sobre las masas.
Esto se halla asimismo confirmado por el desarrollo del movimiento obrero en
América Latina. El movimiento obrero de la América Latina, desde México en
el norte hasta el sur se caracteriza por el hecho de que gracias a las
particularidades de las relaciones sociales (el carácter agrario de dichos
países) y la inmensa influencia de los países latinos de Europa, en los albores
del movimiento sindical este fue dirigido por los anarcosindicalistas y los
anarquistas, cuya organizaciones eran las más influyentes. Durante estos
últimos años, paralelamente con el desarrollo de los partidos comunistas y de
los sindicatos revolucionarios, con la penetración de la Internacional
Comunista y de la Internacional Sindical Roja en América Latina, el
anarquismo y el anarcosindicalismo empiezan a desaparecer en el sentido
literal de la palabra, del movimiento obrero. Naturalmente, el anarco
sindicalista tiene todavía influencia en algunas organizaciones aisladas, pero
se convierten cada día más en grupos sectarios; las masas se han apartado de
ellos.
Este ejemplo de la historia más reciente del movimiento obrero atestigua que
las teorías anarcosindicalistas que surgieron en circunstancias objetivamente
favorables, al chocar con el bolchevismo creciente pierden rápidamente sus
posiciones. ¿Por qué? Porque los anarcosindicalistas, como ya he dicho,
intentaban separar la lucha económica de la lucha política; pero como la lógica
de la lucha empujaba a los sindicatos al combate contra la burguesía,
resultaba que estos últimos desempeñaban las funciones de partidos pero
como el rasgo fundamental de los anarcosindicalistas es el sectarismo,
desaparecen de la arena de la lucha de clases paralelamente con el incremento
de los acontecimientos revolucionarios, con el movimiento de masas. El
anarcosindicalismo ha sido siempre una doctrina y una táctica de los elegidos,
sus adeptos hablaban siempre de la minoría activa (“minórate agissante”).
De la huelga a la toma del poder Página 34
No hay nada de común entre el bolchevismo y el anarco
sindicalismo.
Cuando nosotros hablamos del Partido Comunista hablamos también por el
momento de una minoría. Pero entre el bolchevismo y el anarcosindicalismo
intentaba obrar por las masas y al frente de las mismas. En esto consiste la
diferencia fundamental. Y como el periodo actual es un periodo de movimiento
de masas, un periodo en que entran en la lucha activa millones de hombres,
puede apoderarse de dicho movimiento únicamente un partido que sepa
dirigirlos. El anarcosindicalismo no ha contado nunca con grandes masas y
cuando empezaban los combates serios perdían los restos de su ejército.
¿Por qué fracasa el reformismo?
De la huelga a la toma del poder Página 35
Sindical Roja, por el contrato conceden una inmensa importancia al problema
de los combates económicos, de la dirección acertada de los mismos, de su
desenvolvimiento, no porque estos sean económicos, sino porque se trata de
combates, no porque los obreros presenten reivindicaciones elementales, sino
porque esto pone a los trabajadores frente a todo el Estado burgués, y el
desenvolvimiento de la etapa actual de los combates económicos implica el de
los combates políticos, el de la Revolución.
Combates económicospolíticos, primeras escaramuzas de la
revolución mundial.
La revolución no estalla de golpe y porrazo. Son los anarcosindicalistas los
que se imaginan que puede estallar cada día y cada noche y que basta
únicamente con hacer un llamamiento a la huelga general. La revolución no
tiene lugar todos los días. Pero tampoco se puede dormir. En la actualidad nos
hallamos en presencia de una situación objetiva favorable, aumentan las
contradicciones internas, se agudizan los choques contra los Estados, entre las
clases, tiene lugar un reagrupamiento de fuerzas de la clase obrera misma, el
movimiento obrero se halla en la actualidad en un estado de fermentación
entre millones de hombres, se puede hablar menos que nunca de conflictos
puramente económicos, entonces cada pequeño conflicto aislado puede
transformarse en un acontecimiento político de inmensa importancia. Puedo
recordaros a este propósito que la famosa huelga de los ferroviarios de Octubre
de 1905 en Rusia se inicio con el despido de los obreros en una fábrica, se
extendió a otras y después se convirtió en una huelga general en toda Rusia.
Cuando existe una situación objetiva determinada, caracterizada por su
tensión, el desenvolvimiento de los conflictos económicos significa el medio
mejor y más directo para preparar la revolución. La huelga empieza en un
establecimiento, pero puede crecer, extenderse a nuevas regiones, a nuevas
remas de la producción, puede pasar de las formas más elementales a la
huelga política, y entre la huelga política y la insurrección no existe una
barrera infranqueable. Cuando existe un estado de tensión tal en el
movimiento comunista internacional. Si fuera necesario mostrar el lazo
orgánico existente entre la economía y la política, la transformación de los
combates económicos en casi todos los países, aun que no sea más que durante
De la huelga a la toma del poder Página 36
este último año, puede suministrar en este sentido una cantidad enorme de
ejemplos de una importancia y de un interés extremo.
De esta primera conferencia se pueden sacar las consecuencias siguientes: si la
lucha económica en sus albores mismos contenía en si elementos políticos,
pues oponía la colectividad obrera a un patrono o los patronos, a medida que
se exacerban las relaciones entre las clases, el carácter político de los combates
económicos aparece cada vez mayor evidencia. No se puede separar a la
economía de la política. Los combates económicos y políticos se entrelazan
estrechamente entre si y nuestra misión consiste en convertir hábilmente cada
huelga económica en lucha política. Y finalmente, no podemos olvidar que en
el momento actual, en la situación revolucionaria en varios países, el
desenvolvimiento de los combates económicos, la dirección acertada de los
mismos, el paso de los combates económicos a un nivel más elevado, el enlace
de las reivindicaciones económicas con las políticas y la organización de las
grandes masas trabajadoras alrededor de las acciones de los obreros de los
establecimientos aislados, de los distintos distritos, todo esto constituye la
misión política más importante del movimiento comunista internacional, pues
ahora más que nunca se puede decir que la política es la economía
concentrada.
SEGUNDA CONFERENCIA.
La huelga como combate, esto es, aplicación de la ciencia
militar a la dirección del movimiento huelguístico.
Hemos convenido ya en que la huelga es una de las variedades del combate de
clases y por esto es conveniente estudiar la huelga y los métodos de lucha
huelguística desde el mismo punto de vista de que se estudian los combates.
¿Se puede crear una teoría del combate huelguístico? ¿Se puede intentar
establecer una serie de reglas generales para utilizar la riquísima experiencia
de las guerras y de la lucha huelguística y aplicar esta experiencia a la lucha
de las masas obreras contra los patronos?
De la huelga a la toma del poder Página 37
Por cuanto la huelga es un choque entre clases, un combate bien preciso,
tenemos motivos completamente fundados para examinar esta variedad del
combate desde el punto de vista de lo que nos proporciona la experiencia en lo
que se refiere a la dirección de los combates. En calidad de ilustración
estableceremos una cierta analogía entre la huelga y la colisión de los ejércitos
para mostrar en que limites es posible y necesario utilizar los conocimientos
acumulados en el terreno militar para que hallen su aplicación en la dirección
de los combates huelguísticos. Lenin dijo en cierta ocasión que “la táctica
política y la táctica militar representan en si lo que los alemanes llaman
GRENSGEBUT, es decir, dos regiones colindantes, y los militares del Partido
harían muy bien en estudiar el trabajo de Klausewitz”. Klausewitz es un gran
teórico militar del principio del siglo XIX. Si la estrategia y la táctica militar
no son útiles para nuestra táctica en el terreno de la huelga política, es
indudable que la teoría y la táctica militar pueden y deben ser nuestra táctica
de huelga.
Si nos preguntamos cuál es el fin de cada combate, la teoría y la práctica nos
dan la respuesta: la táctica de combate consiste en derrotar al enemigo. Según
sea el carácter del choque, la correlación de fuerzas y una serie de
circunstancias durante un periodo más o menos prolongado. La huelga no
puede destruir al enemigo.
Diferencias entre ejercito militar y ejercito huelguístico.
¿Se puede comparar el combate huelguístico con el combate en general? Para
darse cuenta de los límites de estas comparaciones y de la medida en que se
puede utilizar en la lucha huelguista la experiencia militar, los conocimientos
militares, hay que comprender ante todo la diferencia radical existente entre
un ejército militar y un ejército huelguístico.
De la huelga a la toma del poder Página 38
selección de clase muy detenida. En un Estado Mayor de esos es muy raro que
se hallen espías al servicio del enemigo, tránsfugas, etc. Todas las fuerzas
(materiales y espirituales) del país en un ejército tal se hallan movilizadas
para oponer resistencia al ataque del enemigo o pasar a la ofensiva. Todos los
recursos materiales del país, empezando por los de la industria y terminado
por los financieros, todo el aparato ideológico (prensa, iglesia, etc.) todo
persigue como fin movilizar moral y materialmente al ejército para que este
luche hasta el “fin victorioso”. En esos países el frente interior se halla
constituido por todo el país. Un ejército así, ha dispuesto durante muchos años
de un servicio de espionaje y contraespionaje, estudiado por medio de órganos
especiales las fuerzas del enemigo, la topografía de los lugares en que debe
desarrollarse la refriega, cuando esta empieza, los órganos directo del ejercito
de hallan seriamente preparados en este sentido. Durante la guerra delo
ejercito dispone los medio de agitación y propaganda enormes. Los que se
acuerdan de la guerra mundial y la mayoría de los presentes se acuerdan de
ella confirmaran que la labor de agitación y propaganda de la burguesía
estaba muy bien organizada. En este sentido se puede recurrir a un testigo tal
como el profesor de Economía Política de la Universidad de Chicago, Herald
Laswell, el cual en su libro “La Técnica y la Propaganda en la Guerra
Mundial” cuenta de un modo tan sincero tan interesante como estaba
organizada la propaganda durante la guerra, que conviene recomendar dicho
libro a los obreros contagiados del espíritu patriótico.
De la huelga a la toma del poder Página 39
enteras de especialistas que persiguen como fin utilizar la experiencia
histórica y aplicarla en nuevas circunstancias. No enumerare la cantidad
enorme de trabajos sobre la estrategia y la táctica militar que existen, pero
cada uno de vosotros sabe más o menos mas bien menos que mas que existe
una vastísima literatura militar y que ningún Estado burgués ahorra millones
y decenas de millones para colocar esta ciencia, ciencia como Marx decía “de la
industria de matanza humana” a la altura debida.
Los reformistas: un estado mayor al servicio del enemigo.
De la huelga a la toma del poder Página 40
formas, métodos y carácter de la lucha e influye en la duración del conflicto,
pues la existencia en el Estado Mayor del ejército combatiente de
representantes de los intereses del ejército enemigo, naturalmente,
desorganiza la lucha.
De la huelga a la toma del poder Página 41
Pero aún hay más. Si la burguesía, al prepararse para la guerra, estudia con
la mayor atención todas las contiendas anteriores, todo lo que la historia
milenaria de la humanidad ha suministrado en este terreno, si para esto
existe un numero enorme de escuelas militares y de instituciones superiores
de enseñanza, en lo que se refiere al estudio de nuestra experiencia casi no se
ha hecho nada. No contamos casi con escuelas especiales, el numero de las
escuelas generales es extraordinariamente limitado, las que existen, como por
ejemplo la vuestra, son muy jóvenes, no se investiga la táctica, la experiencia
huelguística, existen únicamente folletos, artículos aislados. La experiencia
excepcionalmente rica de la lucha huelguística de todo el mundo capitalista, de
todos los países coloniales, la riquísima experiencia de las huelgas en los
Estados Unidos, en Inglaterra, en Francia, en India, en China, en Japón, en
Australia, etc., esa experiencia, repetimos, es desconocida por la mayoría
aplastante de los dirigentes responsables, sin hablar ya de que es desconocida
por los compañeros que dirigen de un modo inmediato la laucha huelguista en
los distintos países. Dichos compañeros no sospechan ni tan solo que exista
una cierta regularidad y muchos rasgos característicos comunes en la lucha
huelguística y que la experiencia de los compañeros de clase pueda serles muy
útil. La experiencia mundial está rica en distintas especies de formas y
procedimientos de lucha, que el estudio detenido de dicha experiencia podría
facilitar para cada país la dirección, la organización de las huelgas, etc.
El combate no es una filosofía sino una acción.
Y veis que diferencia existe entre la huelga, esta forma de lucha de clases, y la
guerra. La huelga puede ser comparada más bien, naturalmente, no a la
guerra en general, sino a la guerra civil, la cual hace chocar las distintas
clases en el interior de un mismo país. Puede hacerse la pregunta, si las
diferencias son tan grandes, si estas se refieren a las formas y principios de
organizaciones del ejército, a las proporciones del mismo, a los métodos que
practican, etc. ¿Se puede afirmar que la experiencia militar, la experiencia de
la dirección de los grandes ejércitos pueda ser utilizada en el movimiento
huelguístico? ¿No será esto una abstracción filosófica en vez del estudio
concreto de la acción práctica? Los especialistas militares dicen que el combate
no es una filosofía sino una acción. Es verdad, pero para que la acción dé el
De la huelga a la toma del poder Página 42
máximo de resultados, para que podamos sacar de cada una de ellas lo que
pueda dar en cada situación particular, es necesario que conozcamos la
experiencia existente y veamos si es posible sacar de ella algo de provecho
para nosotros.
Principios de la guerra aplicables a los combates de clase.
Se podrá decir que se trata de cosas elementales, que todo esto es tan simple y
comprensible que no necesita explicación. “Cualquiera de vosotros a quien se
aplique este principio dirá: esto todo el mundo lo sabe, figúrense que gran
descubrimiento ha hecho ese Klausewitz”. Si, compañeros, es posible que cada
uno de vosotros sepa, pero es necesario que cada uno de vosotros sepa aplicarlo
en la práctica. El conocimiento abstracto no basta, lo que nosotros necesitamos
es que cada caso, en cada acción, cuando tenemos que actuar con masas y
De la huelga a la toma del poder Página 43
constituir con ellas un ejército. Podamos aplicar estas reglas, a primera vista
elementales, pero extremadamente serias que fijo para la guerra Klausewitz.
“Tercer principio”: No perder el tiempo. Ahogar en germen rápidamente las
medidas del enemigo e inclinar de nuestra parte a la opinión pública. No
perder el tiempo, esto fue escrito cien años atrás. En el lenguaje
contemporáneo decimos, no hay que perder el ritmo, no hay que retrasarse. ¡Y
ese militar expuso ese pensamiento más de cien años atrás! Y se trata de una
cosa elemental, conocida de todo el mundo, tan conocida que se puede olvidar
completamente. Creo que todo el mundo sabe que no hay que perder tiempo.
Pero si os fijáis en vuestros partidos y veis como perdemos el tiempo, como nos
retrasamos, hay que elevar la voz en lo que se refiera esta cuestión, recordar a
todos con frecuencias que la pérdida de tiempo constituye una ventaja enorme
para nuestros adversarios.
“ Cuarto principio”: Aprovecharse con el máximo de energía de cada éxito
obtenido”. Incluso si se trata de un pequeño éxito, de que hayamos avanzado
aunque no sea más que un centímetro, nuestra misión consiste en emplear
todas las fuerzas para conseguir nuevos éxitos. Si hemos conseguido provocar
De la huelga a la toma del poder Página 44
una hendidura en el campo de los enemigos hay que esforzarse por
ensancharla. Se puede decir que todos esos consejos militares o consejos de un
militar son en general demasiado abstractos. ¿Se puede sacar provecho alguno
de esos consejos para las huelgas concretas en Francia, en Bélgica; en India, se
puede sacar de esos consejos un provecho para la lucha actual de los sin
trabajo en todos los países? ¿Es posible o no? ¿No nos hallamos en presencia de
una tentativa para ahogar en los términos militares y en los principios
abstractos la tarea concreta que tenemos planteada?
Lenin y los principios de la insurrección.
Primera: “No jugar nunca con la insurrección, pero una vez empezada, saber
firmemente que hay que ir hasta el fin”.
Al parecer se trata también de un lugar común, de algo que “todo el mundo lo
sabe”. Y sin embargo, compañeros, no todo el mundo sabe que lo más
importante en tales casos es ir hasta el fin. ¿Pero, por que Lenin dice que no se
puede jugar con la insurrección? En este párrafo cada palabra, cada coma esta
pesada. ¿Por qué? Con ello quería decir que hay que determinar de un modo
preciso el momento, la correlación de fuerzas. Lo que no hay que hacer es
charlar; pero si la cuestión está planteada hay que tener en cuenta que es
preciso llevarla hasta la victoria sobre el enemigo.
De la huelga a la toma del poder Página 45
Segunda: “Es necesario reunir fuerzas muy superiores en el sitio y en el
momento decisivo, pues de otro modo el enemigo mejor preparado y
organizado, aniquilara a los insurrectos.
Al parecer, es esta también una cosa más o menos conocida. Pero ya os he
dicho, compañeros, que lo más difícil es aplicar en la práctica, en una situación
concreta, esas cosas al parecer “conocidas de todo el mundo”.
Tercero: una vez empezada la insurrección hay que obrar con la mayor
decisión y pasar sin vacilaciones a la ofensiva. La diferencia es la muerte de la
insurrección armada.
Quinta: “hay que procurar obtener éxitos, aunque sean pequeños cada día (se
puede decir cada hora si se trata de una ciudad) sosteniendo a toda costa la
superioridad moral”.
¿No veis, compañeros, como estas reglas tienen asimismo un carácter militar
evidente, que son el resultado de la aplicación del método marxista y que
hasta cierto punto tienen algo de común con la teoría creada por el especialista
militar Klausewitz? Lenin consideraba que lo que se útil para la clase obrera
hay que tomarlo en todas partes sin excluir a nuestros enemigos de clase. En
el número doce de la “Recopilación Leninista”, encontrareis una serie de
observaciones de Lenin sobre Klausewitz leídas por él durante el periodo de
la guerra. Esas observaciones muestran que Lenin había tomado un poco de él
para utilizarlo en interés de la clase obrera.
La mejor defensiva es la ofensiva.
Habéis visto ya que, desde el punto de vista de la táctica militar y de la táctica
marxista expuesta brillantemente por Lenin, ocupa un lugar preeminente del
problema de la ofensiva. Klausewitz formulaba esta regla del modo siguiente:
La mejor defensiva es la ofensiva. Para conseguir resultados, para obtener el
máximo de utilidad de cada choque de clases, para conseguir en cada situación
concreta los fines asignados, hay que tomar sobre si la iniciativa, la elección
De la huelga a la toma del poder Página 46
del momento, la forma de ataque, hay que emprender este último de un modo
inesperado. Todo esto aumenta nuestras posibilidades de éxito, pues
desmoraliza las filas del enemigo. La clase obrera tiene que habérselas con un
adversario magníficamente organizado. La clase obrera esta peor organizada
que su enemigo de clase. El cien por ciento de los patronos están organizados
en sus asociaciones patronales. Dichas asociaciones disponen de enormes
recuerdos, de fondos especiales para la lucha contra las huelgas posibles. A su
servicio se halla el aparato estatal, la policía, los gendarmes, la iglesia y,
además, la ignorancia y el atraso de sectores considerables de la clase obrera;
a su servicio de halla finalmente el reformismo internacional y su envoltura
política y sindical. Los patronos cuentan con puntos de apoyo en la clase
obrera por mediación de las organizaciones políticas y sindicales reformistas,
y, por consiguiente, dispone de grandes ventajas.
¿Cómo puede la clase obrera vencer esta enorme fuerza? ¿Cómo puede el
obrero compensar esos puntos flojos que tiene en su organización, en su
ejército? Únicamente mediante la organización de las acciones de masas, bajo
la dirección del Partido Comunista, mediante la elevación de la conciencia de
cada combatiente, las acciones ofensivas, los golpes inesperados que
desmoralizan y desorganizan a los patronos y a su Estado.
La clase obrera no dispone de una disciplina obligatoria y debe oponer a esta
ultima la disciplina voluntaria y la actividad independiente del soldado
consciente. La clase trabajadora no dispone de inmensos recursos; a los
recursos enormes de los patronos debe oponer la cohesión, el contacto estrecho
entre los distintos destacamentos y el Estado Mayor verdaderamente
revolucionario, designado por los obreros mismos. En esa situación la cuestión
relativa a la ofensiva, a la iniciativa y la acción de las masas, tiene una
enorme importancia. Naturalmente, sería absurdo imaginarse las cosas como
si uno de los bandos tomara la ofensiva y el otro se retirara siempre. Esta
sería una concepción un poco mecánica de la lucha de clases. A veces en la
lucha de clases, lo mismo que en la guerra, el que embreve pasa a la defensiva,
o a la inversa. La tarea consiste no solo en sostenerse durante un periodo
prolongado, después de haber tomado la iniciativa de la ofensiva, sino en
ampliar, reclutar nuevas fuerzas continuamente. ¿En qué forma el ejército
De la huelga a la toma del poder Página 47
moderno compensa sus pérdidas? Movilizando a nuevos soldados
obligatoriamente. Ha habido tantos millares de bajas, se mandan nuevas
fuerzas. Así, durante la guerra imperialista vemos que los ejércitos alemán,
francés o ruso, que habían empezado las hostilidades con 500, 600, 900 mil
soldados, al final de los cuatro años de guerra tenían bajo las armas varios
millones de hombres. Esto es lo que da la posibilidad a los ejércitos de
sostenerse durante mucho tiempo. Nosotros no podemos movilizar a nuevas
fuerzas suplementarias, no podemos sacar obligatoriamente a los trabajadores
de sus casas, de sus aldeas y de sus fábricas y mandarlos al combate.
Conferencia de clase y organización.
Todo esto debemos reemplazarlo por la conciencia de clase y la organización.
Debemos reemplazar todas esas formas obligatorias de que dispone la
burguesía por un grado tal de conciencia y de organización que permita a los
obreros vencer la enorme resistencia del Estado y de todo el aparato del
mismo. Debemos compensar nuestras debilidades con la iniciativa y la
habilidad para incorporar a la lucha a nuevas ramas de la industria que en el
momento preciso y en cada país desempeñan un papel decisivo, tienen una
gran importancia y, por consiguiente, pueden ejercer mayor presión sobre los
patronos y el Estado burgués que una huelga ordinaria.
Por consiguiente, el problema de la iniciativa, de la ofensiva, de la elección del
momento, del ataque inesperado, procedió de una preparación seria, se halla
constantemente planteado ante nosotros, si se trata de una pequeña huelga
económica o de una gran huelga política, o de la forma superior de acción, la
insurrección, la cuestión de la iniciativa, de la ofensiva, de la elección del
momento desempeña un papel de importancia excepcional y a menudo
decisiva. Nos diferenciamos de los reformistas en la cuestión de los combates
económicos del proletariado en que no consideramos posible reemplazarlos por
nada más. Los reformistas suponen que puede ser reemplazada por medios
más baratos que los métodos de lucha. Pero Klausewitz había ya dicho que es
un imposible reemplazar el combate por ningún equivalente. No hay ningún
equivalente susceptible de reemplazar la lucha directa. Los reformistas
intentan reemplazarlo por el arbitraje obligatorio, las negociaciones. Pero eso
De la huelga a la toma del poder Página 48
significa ceder las posiciones antes del combate, antes del choque, antes de la
acción. Obran así porque consideran que la huelga es un medio que cuesta
caro. ¿En qué sentido? En que por medio de la cesación del trabajo los obreros
pueden ocasionar el máximo de perjuicio al patrono. Es precisamente por eso,
porque cuesta caro al patrono, que ese medio es efectivo. Naturalmente la
huelga cuesta caro a los obreros. Conocemos muchos ejemplos y seguramente
vosotros, procedentes de varios países podríais citar centenares de ellos, en
que los huelguistas no solo sufren también sus familias. Esto es una gran
pérdida para cada obrero y, sin embargo, se ve obligado a emplear ese medio
porque es uno de los más eficaces contra el patrono y porque, al desorganizar
el organismo económico, obliga a los patronos a ceder y a dar satisfacción de
tales o cuales demandas. Naturalmente existe un medio más eficaz que la
huelga: la insurrección. Pero como ahora hablamos de la lucha económica, de
la acción colectiva de los obreros, se trata de uno de los medios más eficaces
que la clase obrera ha puesto en práctica en el trascurso de centenares de
años: de las pequeñas huelgas espontaneas a las más grandes, de las huelgas
por la existencia fundamentales a las huelgas por reivindicaciones de carácter
más general, de los pequeños conflictos individuales a los conflictos que
arrastran a millones de trabajadores. Recordaré las enormes huelgas del
periodo de 1905(16) en la vieja Rusia o la huelga de los obreros del Acero en
1919 en los Estados Unidos, la de ferroviarios en Francia en 1920, la de los
mineros ingleses en 1921 y en 1926, la huelga general de Inglaterra, etc., una
serie de grandes conflictos en Alemania, la huelga de Lodz: todo esto atestigua
el alcance, las proporciones de las huelgas. Estas han salido mucho más allá
de los límites de una fábrica, arrastran decenas y centenares de
establecimientos, a ramas enteras de la producción y a veces a todo el país. La
organización de las masas, la trasformación de estas masas dispersas en un
ejército organizado, la elevación de la conciencia de cada combatiente hasta un
nivel más alto constituye la misión fundamental de los partidos comunistas y
de los sindicatos revolucionarios.
El riesgo es una parte inesperable de cada lucha.
He hablado de que el mejor procedimiento o mejor método es la ofensiva. Pero
habitualmente cuando exponemos esta idea, se nos objeta a menudo: ¿No
De la huelga a la toma del poder Página 49
representa esto un inmenso riesgo, no se halla la clase obrera expuesta a
perder el combate en tal o cual acción? Si, compañeros. Si tuviéramos la
seguridad de obtener la victoria cada vez, entonces cualquier tonto podría
dirigir el combate. Si esta matemáticamente demostrado que nuestra victoria
está absolutamente asegurada, entonces todo se puede desarrollar de un modo
automático. Engels en sus cartas sobre la guerra dice: “hay que tener en
cuenta que nunca se puede esperar un éxito completo de cada plan estratégico.
Siempre se puede tropezar con obstáculos inesperado de un modo ideal,
podemos tomar todas las medidas de precaución, organizar bien nuestro
ejército, reunir los recursos necesarios para llevar a cabo una magnifica
agitación y propaganda, preparar el frente interior y las reservas, y, sin
embargo, la huelga puede fracasar. ¿Por qué? Porque la huelga no es una
acción unilateral, como la guerra. En la huelga, como en el matrimonio es
necesario ser dos. Los franceses dicen “Pour se merier il faut deux”. Lo mismo
se puede decir con respecto a la huelga, puede el obrero no hace huelga contra
sí mismo. La fuerza contraria, adversa, las asociaciones patronales y el Estado
capitalista en su conjunto tomas también una serie de medidas, preparan
asimismo el ataque inesperado contra y que resultemos débiles. Cada combate
indudablemente trae aparejado consigo el riesgo, y el que no acepta el riesgo
no conseguirá nunca nada. Uno de los teóricos militares franceses, Culman, en
el curso de la táctica general basado en la experiencia de la guerra mundial,
que profeso en la Escuela Militar Superior, en el capitulo siguiente dice: “El
riesgo, naturalmente es tanto mayor cuanto más importantes son los fines
perseguidos. La verdadera victoria consiste no en los esfuerzos para evitar el
riesgo, el cual es inevitable, sino en la elección y la realización cuidadosa de las
medidas más apropiadas para la consecución del éxito, no dejando escapar
nada por exceso de confianza y despreocupación”.
Así pues, un especialista militar, un especialista de la industria de la matanza
humana como decía Marx, confirma que no se puede hacer nada sin riesgo. Si
tomáis los artículos que Lenin dedico a la huelga y a la insurrección veréis el
modo implacable con que ataca a los mencheviques (8), los cuales decían que
tal o cual huelga fracasara y que exigían un cien por cien de garantías.
Recordareis, sin duda, que después de la insurrección de 1905 Plejanov (21)
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decía que “no había que tomar las armas”. Esto mereció una respuesta severa
por parte de Lenin, pues es muy fácil ser profeta del pasado (como los
franceses dicen: “Le profete du paseé”)
Pero aun desde el punto de vista de la apreciación del pasado, ese juicio era
puramente menchevista, no tenía ningún valor. No siempre una derrota. Hay
derrotas que equivalen a una victoria. Y el que se imagine que se pueda
sostener el combate sin riesgo, emprender el derrumbamiento de la burguesía
sin riesgo alguno, sin perdidas, no comprende nada, es un hombre
completamente perdido para el movimiento comunista y pedirle algo a él para
este último es como pedir peras al olmo. El riesgo es una parte inseparable de
cada lucha. Naturalmente no seriamos unos políticos, sino unos niños de teta,
si lo volviéramos todo al revés y dijéramos: ¿Qué necesidad tenemos de
preparar nada? ¡Arriba! y nada más. Esto no sería política ni táctica, sino
infantilismo.
El contrato es un método de reagrupamiento de fuerzas.
Con relación con esto llego a una cuestión táctica muy importante: ¿es
admisible en la lucha revolucionaria, en la huelga, en la lucha política, la
retirada? ¿O si partimos de la ofensiva debemos aceptar siempre el combate e
ir adelante independientemente de la correlación de fuerzas; o es admisible el
maniobrar, la retirada para reagrupar estas últimas? En cierta ocasión Lenin
di la siguiente definición; “El contrato es una cierta reagrupación de fuerzas”.
Lenin no considera el contrato entre los obreros y patronos como algo
prolongado o susceptible de garantizar la situación de los obreros durante un
largo periodo y decía, “en la lucha los obreros estipulan tal o cual contrato con
los patronos, pero esto constituye únicamente un método de reagrupamientos
y nada mas”. Esto de significa que después de haber concertado tal o cual
acuerdo acuerdo después de una huelga, los obreros deben prepararse para la
lucha interior y solo en la medida en que se preparen, podrán conservar la
posiciones reconquistadas y conquistar otras nuevas. Partiendo de esta
nuestra táctica ¿se puede en general plantear el problema de la admisibilidad
de la retirada o puesto que hemos reconocido que lo mas beneficioso es la
ofensiva significa esto que debemos ir allá en todas las ocasiones, renunciar a
De la huelga a la toma del poder Página 51
toda maniobra y estipular incluso un contrato desventajoso? ¿Es admisible la
retirada? Es admisible ¿Por qué no? Es admisible la retirada para conservarla
fuerza viva del ejercito, para reagrupar sus fuerzas, para reeducarlas, para
poner fin a la desmoralización iniciada, etc. En todas las guerras hemos visto
ejemplos de esas maniobras, y las hemos visto no solo en la guerra, sino
también en la política. Yo creo que una de las mas grandes maniobras en este
terreno fue la firma del tratado de Brestlitovsk (22). Esto era una retirada. La
paz firmada en aquel entonces bajo la presión del militarismo alemán fue,
como dijo Lenin, “una paz impúdica”. Sin embargo, Lenin iniciaba a la retirada
y tenia mil veces razón. Con motivo de la paz de BrestLitovsk y de las
vacilaciones que se notaban en el partido con respecto a esta cuestión. Lenin
escribió brillantes artículos tácticos. En dichos artículos presenta como
ejemplo el ejercito que penetrado muy profundamente en el interior del
territorio enemigo, ejercito sobre el cual pesa la amenaza de verse cortado y
pregunta: ¿Es que un ejercito tal puede y debe, pues, el jefe que conduce a su
ejercito a una derrota segura es digno de ser fusilado.
Hay una enorme experiencia huelguística y debe ser
estudiada.
Como veía, el limite es ahí muy sutil, los problemas tácticos (10) son lo mas
complejos de todo lo que habéis estudiado y de los que seguiréis estudiando. Es
fácil, compañeros, asimilarse a algunos centenares de paginas de texto,
muchos hechos, aprenderse de memoria numerosas citas y reproducirlas
oportunamente: esto no es tan difícil, pero conocer en cada país, en el sitio que
trabajas, la fuerza que dispones, el ejercito en que puedes apoyarte, cuanta
gente ira tras de ti, que reservas tienes, cual es el frente interior, cuando es
necesario tomar la ofensiva y cuando retirarse.
Cuando es necesario arrojarse furiosamente a la lucha y cuando esperar, esto
constituye, compañeros, mayor arte de la táctica bolchevista. Este arte es
aplicable a la guerra, a la guerra civil, insurrección a los combates políticos y
económicos. La táctica es compleja y difícil y por esto cuanto mas estudiemos
los métodos y las formas de dirección de la lucha económica y política de
Lenin, de los mas grandes de los tácticos y estratega de los movimientos de los
De la huelga a la toma del poder Página 52
obreros internacional, y sobre todo cuanto mejor sepamos manejar su método
dialectico, menos errores cometeremos, mas baratos costaran a los obreros de
vuestro país la ciencia política, el abecedario de la lucha de clases, el paso de
unas formas de lucha a otras (23), de las menos complejas a las mas complejas
y el paso, en fin de cuentas, a la lucha por el poder.
¿Se pueden aplicar, y como aplicarlas a tal o cual huelga las reglas de que he
hablado? Naturalmente, no quisiera, compañeros, que tuvierais la impresión
de que quiero dar a cada uno de vosotros una especie de “Baedeker” o de clave
especial por medio de la cual podéis vencer todas las dificultades con que
tropezareis en la lucha de clases directa. No existen libros de ese género y es
imposible escribirlos. Pero ¿Qué hay, que se ha escrito y que se puede todavía
escribir? Hay una enorme experiencia, mal o poco estudiada. Afirmo que de los
presentes nadie, excepto los alemanes presentes, nadie sabe de un modo
preciso en que consistió el Lockout del Rhur y nuestra táctica durante el
mismo. Afirmo que un tanto por ciento muy pequeño, los ingleses inclusive,
conoce los detalles de toda la lucha que sostuvieron los mineros ingleses y la
situación en que hallaba el movimiento obrero de Inglaterra durante la huelga
general. Podría dar el ejemplo de otros muchos países. Reflexionad
sinceramente solos con vosotros mismos, después de la conferencia, que no
reconocéis el movimiento huelguístico en vuestro propio país, o es mal
conocido, que no habéis examinado a fondo lo sucedido ahí y que ignoráis lo
que se a conseguido en tal o cual huelga. En muchos compañeros la
experiencia en este sentido no solo adolece de limitación nacional a menudo de
limitación local. Y sin embargo, la experiencia que se dispone es inmensa.
Tomemos por ejemplo, la huelga de los obreros textiles en el norte de Francia,
huelga extremadamente características, que se desarrollo bajo una influencia
considerable de los socialistas, huelga que arranco de la influencia de los
reformistas a sectores considerables de obreros y que se prolongo durante
algunos meses contra la voluntad de los reformistas, contra el estado, contra
los patronos, dicha huelga fue perdida, pero constituye uno de los grandes
episodios de la lucha de clases en Francia. O la huelga de Lodz, o la de
Gastonia, en los estados Unidos, etc., etc. No hemos estudiado dichos
combates, no nos hemos aprovechado de su experiencia. Lo que ha sido
De la huelga a la toma del poder Página 53
acumulado no constituye el patrimonio de los obreros del país en que se ha
desarrollado el conflicto y menos todavía en los demás países, y sin embargo se
trata de nuestra experiencia común. Y por, esto ante todo se puede aconsejar
insistentemente a cada uno de vosotros, estudiar, los combates de clases en
nuestra rama de industria, segundo, en nuestro país, tercero, el los demás
países y entonces obtendréis materiales enormes para ver lados fuertes y
nuestros lados flojos.
¿Qué se ha escrito a este propósito hasta ahora? Extraordinariamente poco.
Ignoro que se haya publicado ni tan siquiera un folleto sobre el lockout del
Rhur en Alemania o sobre la huelga de Lodz. Sé que han salido algunos libros
sobre la huelga general y la de mineros en Inglaterra, entre ellos se hallan el
del director del órgano del comité de huelga “British werker”, Hamilton Life:
“Entre los Bastidores de la huelga general”, quien antes de la huelga era un
periodista Burgués y quien después de la misma a la prensa amarilla. Se a
escrito muy poco. Excepto algunos pequeños artículos, proclamas y lirica, no
disponemos de nada sobre el movimiento y la táctica huelguísticas y sin
embargo, compañeros, la lirica es insuficiente. ¿Quién de vosotros conoce el
movimiento obrero del Japón? Tengo la impresión de que muy pocos y aun de
que los compañeros japoneses conocen muy poco en este terreno. ¿Y en
movimiento huelguístico, en la china, en la india, en Australia? Todo esto es
muy poco conocido, no existen libros sobre ello. A mi juicio la internacional
comunista y la internacional sindical roja han hecho poco en este sentido y por
consiguiente la culpa recae principalmente sobre nosotros y no sobre vosotros.
Pero, en todo caso hay que reconocer francamente que en este terreno
contamos con muy poco material, que hemos estudiado muy insuficientemente
todas estas cuestiones relacionadas con la táctica huelguística y recogido muy
pocos materiales de los muchos que existen, extremadamente valiosa e
instructivos. De aquí se desprende lo que debe ser escrito. Se debe escribir la
historia del movimiento huelguístico por países. No sueño ya con que podamos
escribir tantos libros sobre el movimiento huelguístico como los sabios
Burgueses y técnicos han escrito sobre la guerra. Me conformaría con que en
un futuro próximo hiciéramos el 10% de lo que hicieron estos. Y es de una
evidencia absoluta, que paralelamente con la agravación de la lucha de clases,
De la huelga a la toma del poder Página 54
paralelamente con el hecho de que la lucha de clases se extienda más allá de
los límites de cada país, de que los grandes choques huelguísticos y las huelgas
políticas empiezan a arrastrar a los obreros de distintos países. El problema de
los distintos combates, de la experiencia de cada país, empieza a tener un
importancia excepcional sindical roja, así como para todas nuestras secciones,
la cuestión a una serie de investigaciones especiales en este terreno se halla en
la actualidad de la orden del día.
Podéis decirme que es posible actualmente la base d e3los futuros trabajos que
serán escrito. Esto, efectivamente, es muy difícil, compañeros. Y por el
momento propongo estudiar basándose en la rica experiencia que se halla
cumulado en los distintos países. La generalidad de dicha experiencia, el
estudio comparado de la misma, puede proporcionarnos una cantidad enorme
de datos para la resolución acertada de la cuestión de los combates que se
avecinan.
La verdad es concreta.
De la huelga a la toma del poder Página 55
la experiencia de la lucha huelguística. Y como sabéis, la ley fundamental
dialéctica consiste en que la verdad es concreta. El estudio concreto de los
hechos, de las leyes fundamentales de la dialéctica materialistas son: 1º
unidad y lucha de contrarios, 2º tránsito de los cambios cuantitativos a
cuantitativos, 3º negación de la negación.
“Lenin llamo la ley de la unidad y lucha de contrarios esencia y medula de la
dialéctica. Esta ley pone al descubierto las fuentes y causas reales del eterno
movimiento y desarrollo del mundo material. El conocerlas es de gran
importancia para comprender la dialéctica del desarrollo de la naturaleza, de
la sociedad y del pensamiento, para la ciencia y la actividad revolucionaria
práctica.
El análisis de las contradicciones de la realidad objetiva y el descubrimiento de
su naturaleza la situación de la correlación de fuerzas, la apreciación concreta
de nuestras fuerzas y las del enemigo, la apreciación concreta del momento,
todo esto constituye la condición preliminar indispensable de la táctica justa
tanto en la lucha económica como en la política.
TERCERA CONFERENCIA
La estrategia y la táctica huelguística.
Leza es una exigencia importantísima de toda investigación científica y obra
práctica.
“Carácter concreto de la verdad. El materialismo dialectico parte de que la
verdad obtenida en el proceso de conocimiento se refiere siempre a una esfera
determinada, concreta de la realidad que se desarrolla en condiciones
De la huelga a la toma del poder Página 56
asimismo determinadas. No hay verdad abstracta, la verdad siempre es
concreta”.
He indicado en la conferencia anterior la particularidad especifica del ejercito
huelguístico, y por esto la primera cuestión que debe planearse ante cada
participante de la lucha, ante los directores es la cuestión relativa a la
preparación y entrenamiento de nuestro ejército.
La preparación de la huelga no constituye un acto que se realiza de una vez.
La cuestión de la preparación no se resuelve por medio de una agitación
suplementaria acentuada en tal o cual día durante la huelga, sino que
comprende todos los aspectos de nuestra actividad y exige de nosotros una
labor política y de organización permanente a a fin de que el ejercito se halle a
la altura debida en el momento de la lucha. Aquí es necesario asimismo
distinguir lo militar de lo que lo caracteriza la lucha económica. Si su ejército
destinado a la guerra, durante largos años y en relación a cada combatiente
durante un tiempo determinado se ocupa de ejercicios tácticos especiales y de
grandes maniobras es de una evidencia completa que no podemos ocuparnos
en maniobras y ejercicios de este género en el sentido literal de la palabra en
lo que se refiere a las huelgas, no podemos organizar grandes y pequeñas
maniobras ni ejercicios tácticos de carácter militar susceptibles de entrenar a
los huelguistas. Pero esto no significa que debemos confiar en el azar, en que
en el momento de la huelga el sentimiento y los intereses de clase estrecharan
y cohesionaran en grado suficiente las filas de nuestro ejército. La preparación
de este último para determinar acciones exige ante todo una prolongada labor
cotidiana y audaz entre las masas en el sentido de agrupar nuestras desde el
punto de vista político y de cohesionarlas. Se desarrolla esta labor por medio
de la creación y desenvolvimiento de nuestras células de partido en las
fábricas, de agrupación y cohesión de nuestras fuerzas alrededor de los
sindicatos revolucionarios o de la operación sindical. Todo esto debe constituir
la labor cotidiana, no perdiendo de vista que cada día puede exigir de nosotros
acciones determinadas y pruebas efectivas de que estamos preparados para la
lucha.
De la huelga a la toma del poder Página 57
Las fábricas, talleres, etc., punto de apoyo de la organización
para la lucha.
La primera y más importante condición de la presentación para la lucha es la
transformación de nuestras organizaciones en el sentido de darlas en las
fábricas y talleres, en crear puntos de apoyo en los sitios en que se hallan los
obreros. Las formas de organización de dichos puntos de apoyo, los métodos de
constitución de nuestras organizaciones, se deciden a base de una experiencia
de largos años, todo esto en el transcurso de diez años – desde la fundación de
la I.C. y de la I.S.R. – ha sido determinado en grado suficiente y no exige
explicaciones especiales. Lo importante es partir desde este punto, pues hay
que preparar el ejército no cuando este deba ir al combate, sino cuando exige
un respiro entre los combates. Por consiguiente la ceración de puntos de apoyo
en las fábricas y talleres, el agrupamiento y cohesión desde el punto de vista
de organización a los no sindicados, constituye una premisa indispensable de
la constitución de un ejército serio.
Educación revolucionaria de clase.
La segunda condición necesaria para la eficacia de la lucha es la compresión
por cada combatiente, esto es, por cada obrero de fila, de los fines que
perseguimos en nuestra lucha económica y política. Esto significa que no
organizamos mecánicamente a un número determinado de obreros, que no
aspiramos únicamente a percibir gracias a dicha organizaciones una cantidad
determinada de recursos, cotizaciones, etc., sino que el fin que nos proponemos
es convertir a cada miembro de nuestra organización en un combatiente
verdaderamente consciente, en otros términos nuestra labor de organización
debe ir acompañada de la educación revolucionaria de clase sistemática de los
obreros, lo cual constituye una condición preliminar necesaria para la firmeza
de nuestro ejército.
Otro de los factores que constituye a asegurar la firmeza de nuestro ejército,
que influye en su combatividad es rodear a la parte organizada del mismo de
una vasta simpatía. Hasta que derrumbemos al capitalismo no tendremos
posibilidad de organizar a la mayoría de los obreros, solo después de la
De la huelga a la toma del poder Página 58
instauración de la dictadura del propietario será posible conseguir que se
organice la mayoría de los trabajadores, pero lograr la simpatía política, el
apoyo político de la gran mayoría y la participación activa de los elementos
organizados en la lucha cuando esta empieza, constituye un elemento
importantísimo de la preparación de nuestro ejército para la lucha.
La cuestión del a municionamiento.
Tiene una importancia secundaria, pero sin embargo bien precisa, la cuestión
del “amunicionamiento” expresándonos en estilo militar. En los combates
actuales es completamente inconcebible que una organización obrera pueda
recoger sumas susceptibles de sostener a los huelguistas en el transcurso de
un largo periodo, sobre todo si se trata de centenares de miles de
combatientes, pero de esto no hay que sacar la conclusión que sacan
habitualmente los anarquistas. Debemos procurar recoger la mayor cantidad
posible de recursos a fin de poderlos utilizar durante el combate. El destino de
dichos recursos, en el sentido de dedicarlos a socorro de los huelguista, a fines
de propaganda y agitación, a la publicación de hojas y manifiestos, etc, etc,
será decisivo cuando comience la lucha y se vean las proporciones de la misma,
pero es indudable que es necesario prepararse en este sentido en el periodo de
armisticio, pero en este aspecto existe ya una experiencia que debemos tener
en cuenta. Los sindicatos reformistas acumularon durante largos años
determinados fondos, con la particularidad de que cuando más dinero
acumulaban, más prudentes se mostraban en el sentido de gastarlos, la caja
empezaba a convertirse en un fin es si y como cada huelga impone gastos,
vemos ya antes de la lucha una presión ejercida por los directores reformistas
para evitar las huelgas a fin de conservar los recursos acumulados. Esta
táctica de los reformistas, que se reducía a evitar a toda costa la lucha con el
fin de conservar los recursos acumulados, provocaba en el otro extremo, entre
los anarquistas y anarcosindicalistas, no solo la protesta, lo cual sería justo,
sino una teoría original: cuanto más rico es el sindicato, tanto peor; el dinero
acumulado convierte automáticamente a la organización en conservadora; en
otros termino, cuanto menos dinero mejor. En esta cuestión, como en todas las
demás, rechazamos tanto la teoría y la práctica reformista como la anarquía.
De la huelga a la toma del poder Página 59
La preparación de los combates huelguísticos.
Es evidente que desde el punto de vista de la utilización racional de nuestras
fuerzas y preparación seria de la lucha, la cuestión relativa al
aprovechamiento de todos los recursos que se hallen a nuestra disposición fin
de asegurar el máximo de condiciones para la victoria, debe planteársela cada
proletario consiente. La preparación de las huelgas desde el punto de vista de
organización y político, la preparación por decirlo así de la opinión publica de
los obreros constituye una verdad elemental desconocida por desgracia por
muchos líderes incluso en nuestras fila, y por esto insisto particularmente
sobre la necesidad de una seria preparación de nuestras fuerzas con el fin de
asegurar el máximo de condiciones para la eficacia de la lucha.
La elección del “momento” para la lucha.
De la huelga a la toma del poder Página 60
por una u otra de las partes. Esto hay que tenerlo siempre en cuenta y por este
motivo subrayo con particular energía la necesidad de la preparación
constante de nuestro ejército, puesto que el momento puede ser fijado no por
nosotros, sino por nuestros enemigos.
De la huelga a la toma del poder Página 61
políticamente nocivo y absolutamente inadmisible para nosotros que
sostuviéramos la siguiente tesis: La huelga económica es imposible en los
periodos de crisis y para forzoso, y por esto, ¡Abajo la huelga!
¿Se sacan consecuencias de este género, existe esa teoría y esta práctica? Sí.
Esta teoría y esta práctica son defendidas y practicadas por los reformistas. Al
mismo tiempo que renuncian en general a la lucha contra la burguesía,
colocan siempre como cuestión central la de la coyuntura y cuando ésta es
favorable, dicen: ¿Por qué emplear este medio de lucha tan caro si podemos
obtener algo por medio de las negociaciones?” Por lo tanto, cuando la
coyuntura es mala, es imposible luchar. Tal es la teoría y la práctica
reformista. Es de una evidencia completa que no podemos adoptar esta
posición sin renunciar a las bases de la táctica revolucionaria. Hay que tener
en cuenta en este punto solo lo siguiente: cuanto mayor es el paro forzoso tanto
más acentuado es el carácter político que toma la lucha económica. ¿Por qué?
Por qué el obrero aplastado por el paro forzoso, el obrero ocupado todavía en la
producción, pero sobre el cual pende la espada de Democles del paro forzoso, se
da cuenta de la extrema insuficiencia de la lucha puramente económica y por
esto en momentos tales las contiendas económicas se entrelazan con la lucha
política; las reivindicaciones económicas se combinan con las políticas y se
puede triunfar nunca, y por esto la cuestión de la táctica ofensiva tiene una
importancia excepcional. Manteniéndose únicamente en la ofensiva, no se
puede triunfar. Esta es la regla más elemental y conocida de la estrategia y la
táctica militares. Para mostrarnos con un ejemplo vivo como hay que dirigir y
como no hay que dirigir una huelga, quiero detenerme en el ejemplo de la
última huelga general en Inglaterra, en el cual se pusieron de manifiesto con
un relieve particular todos los datos negativos de la y dirección y todo el
carácter nocivo y traidor de la misma.
El estado mayor reformista en la huelga inglesa de 1926.
Lo que ante todo saltaba a los ojos de cada observador durante la huelga
general de 1926 en Inglaterra, lo que aparecía con más relieve ante todo aquel
que se interesara por los acontecimientos ingleses, era la diferencia entre la
táctica del estado mayor de la burguesía. El estado mayor de los huelguistas
De la huelga a la toma del poder Página 62
era, como sabéis el consejo general de las Trade Unions; el estado mayor de las
clases dominantes era el gobierno de Baldwin. ¿Cuáles fueron los rasgos
fundamentes que se manifestaron en el trascurso de esa huelga general de
nueve días? Ante todo, la táctica ofensiva del consejo general. Mientras que el
gobierno antes de la huelga y durante la misma levantaba y movilizaba a
todas sus fuerzas para la ofensiva contra los obreros con el objeto de
desorganizar y quebrantar resistencia e intensificaba su ofensiva política y en
parte militar (movilización de tropas) el consejo general proclamaba a gritos
que no hacía más que defenderse, que no asignaba ninguna finalidad política y
que no pensaba pasar a la ofensiva, en general, en principio esa
argumentación es posible. Es posible una maniobra estratégica, durante la
cual al mismo tiempo que tomamos la ofensiva, decimos que nos defendemos.
Recordareis que durante las jornadas de Octubre, después de que habíamos
creado ya el comité militar revolucionario en Petrogrado, seguíamos diciendo
que nos defendíamos. Esto constituía una maniobra estratégica de nuestra
parte. Decíamos que nos defendíamos, mientras que en realidad llevábamos
una furiosa ofensiva. Pero el consejo general no practico ni mucho menos que
esta táctica. En realidad no hacía más que defenderse y no hacía
absolutamente nada para pasar a la ofensiva. Mientras el estado mayor de las
clases dominantes, es decir el ejército enemigo, tomaba la ofensiva en toda la
línea.
Lo segundo que saltaba a la vista que la Burguesía desde el principio mismo
planteaba la cuestión de la huelga en terreno político, en el terreno clase
contra clase. La burguesía al mismo tiempo que atacaba a los obreros, gritaba
que la huelga era política, pues la acción de millones de obreros con una
demanda cualquiera, es una acción contra el régimen existente, esto era,
naturalmente, verdad en esencia. ¿Y qué hacia el estado mayor del ejército
obrero? Los hombres de estado general decían: Nada de política la huelga
persigue fines puramente económicos, no se propone otra cosa que ayudar a los
mineros a defender su 1012 por ciento de su salario y al interpretar de este
modo ante las masas obreras dicha huelga, al atenuar las importancia de ese
movimiento que puso en acción a millones de proletarios, el estado mayor
De la huelga a la toma del poder Página 63
estaba de pies y manos al ejercito de los trabajadores, pues este no veía el fin
principal, era conducido con los ojos vendados.
La cuarta particularidad que llamaba la atención era que el estado mayor de
la Burguesía inglesa manifestaba una audacia y elasticidad enorme en la
lucha, mientras que el estado general de las Trade Unions mostraba timidez,
cobardía y una traición desvergonzada, teniendo que de esa huelga saliera algo
inesperado, que las masas no se le escaparan de las manos, que en vez de dos
fines limitados que habían asignado a la huelga, ésta tomara otro carácter.
Audacia y elasticidad en la maniobra de una parte, cobardía, tradicionalismo u
renuncia deliberada a las reglas elementales de la lucha e incomprensión de
otra. He dicho incomprensión en sentido convencional. Los directores del
consejo general comprendían a lo que podía conducir todo esto y ocultaban el
carácter y el contenido verdadero de la lucha en un modo deliberado, en otros
términos, reducían y limitaban conscientemente un movimiento que podía
tomar proporciones enormes y un carácter amenazador para la Burguesía.
Finalmente la cuarta particularidad que se nota inminentemente al comparar
la dirección ejercida por esos dos estados mayores es la utilización de la
Burguesía de todos los recursos que disponía y la limitación del empleo de los
mismos por el estado mayor de los sindicatos. La Burguesía movilizo el
ejército, la prensa, el transporte privado en la medida en que le fuera posible,
recluto voluntarios por medio de los cuales empezó a restablecer el transporte,
movilizo a centenares de miles de hijos de papá, creo destacamentos que
obraban junto con la policía, etc., En otros término, el estado general del
ejército de la Burguesía procuro arrojar al campo de batalla todo lo que tenía
en sus manos con el fin de aplastar el movimiento, ensanchando sus
posiciones, apoderándose de otras nuevas, incorporando a la lucha nuevas
reservas, movilizando todas sus fuerzas y lanzándolas al combate. ¿Y el estado
general de centenares de proposiciones formuladas por la Trade Unions, que
hacia? Al mismo tiempo que incitaba a la huelga, temía que esta se extendiera,
trataba de persuadir a los nuevos destacamentos de que no se adhirieran al
movimiento y a los trabajadores organizados e inorganizados de ir a la lucha,
el consejo respondía: “No hay necesidad de ello, trabajad”. Por consiguiente
vemos de una parte, utilización de las reservas, concentración de todas las
De la huelga a la toma del poder Página 64
fuerzas, movilización de todos los recursos. Transporte de un sitio al otro de
todo lo que tenía a su disposición la Burguesía, y de otra inactividad cobarde,
limitación voluntaria, miedo a incorporar nuevas fuerzas a la lucha y a
dirigirse a las masas.
He aquí, compañeros, en forma resumida la táctica de los dos estados mayores.
Indudablemente, todas las ventajas estaban al lado de la Burguesía.
Naturalmente, lo que menos se podía exigir era que los hombres del consejo
general manifestaran una decisión particular o que aplicaran el famoso
aforismo de Danton “Audacia, Audacia y Audacia”. Ahí se hallaba a favor otra
regla: cobardía, traición y de nuevo cobardía y traición. En todo caso, cuando
examinamos este choque de clases en esa huelga formalmente económica
vemos las ventajas colosales que se hallaban de parte del estado mayor
organizado de la Burguesía y que enorme potencia negativa representaba el
consejo general para los obreros ingleses. Este ejemplo, como ya dije antes
proporciona mucho material que nos permite ver como no hay que dirigir una
huelga. Estudiando día tras día todo lo acaecido en Inglaterra en el transcurso
de esos nueve días, leyendo el “British Worker”, esto es, el órgano que editaba
el consejo general durante la huelga, estudiando atentamente todas las
gestiones realizadas por el consejo general y el consejo ejecutivo del partido
laborista, vemos que la táctica del consejo general, estaba ya de ante mano
condenada al fracaso. Bastara recordar que en el estado mayor del ejército
obrero había directores que constantemente corrían al estado mayor del
enemigo y buscaban el acuerdo, proponiendo toda clase de fórmulas, como si la
cosa pudiera ser resuelta por una u otra fórmula cuando las masas salen a la
calle. La característica fundamental del estado mayor del ejército obrero
durante la huelga, es el miedo a las masas, el miedo a desenvolver la actividad
de millones de trabajadores. Los hombres del consejo general comprendían
perfectamente que una huelga iniciada con reivindicaciones puramente
económicas y que arrastraba millones de obreros, no podían quedar ahí si
eran arrastradas al movimiento nuevas fuerzas y si los trabajadores entraban
en choque con la organizada del estado. Por esto decretaron la cesación de la
huelga, se entregaron al vencedor, pues tenían miedo de su propio ejército,
temían de que este empezara a combatir de un modo real. He aquí el sentido
De la huelga a la toma del poder Página 65
de la maniobra del consejo general de la Trade Unions y el consejo ejecutivo
del partido laborista.
¿Qué es necesario para llevar el ejército a la victoria?
¿Cuáles deben ser las reglas principales destinadas a definir la conducta del
estado mayor en lucha económica y política de masas? En sus rasgos generales
he hablado de esto en la conferencia anterior. Hoy quiero de un modo más
concreto, y sobre la base de la victoria. He hablado ya sobre la condición
primera y principal, la táctica ofensiva, pues es la única que nos de elegir la
posibilidad de tomar la iniciativa en nuestras manos, de coger al enemigo
desprevenido, de elegir el para asestar el golpe, de determinar la forma y el
carácter del combate, y por esto la táctica ofensiva es la condición más
importante para la victoria. Una vez más subrayo la regla fundamental de la
estrategia y de la táctica: Con la ofensiva sola es imposible vencer.
De la huelga a la toma del poder Página 66
sentido de la lucha contra la deserción del frente obrero, contra los rompe
huelgas, etc., etc. Hay que sostener y desarrollar la voluntad de la lucha de las
masas. Elevar la iniciativa y la actividad de estas últimas, incorporar nuevas
fuerzas al combate constituye un objetivo de importancia excepcional de cuya
resolución depende el resultado de la lucha.
La cuarta condición consiste en el establecimiento de un contacto constante
entre todas las partes del ejército y el estado mayor. En esas huelgas de masas
es particularmente peligroso el divorcio entre los órganos directivos y el
ejército, si en la guerra esto puede determinar, como sabéis, la derrota,, en la
huelga es todavía más peligrosa. ¿Por qué? Por qué teniendo el principio
voluntario en que está basado el ejército de los huelguistas, es particularmente
necesario que cada combatiente comprenda los fines de la lucha, es
particularmente necesaria la comprensión de toda la masa de los métodos y
formas de la lucha que aplica el estado mayor, es particularmente necesario el
contacto permanente, la información de las masas, el lazo entre los distintos
grupos de los huelguistas, es preciso que los órganos directivos den cuenta
constantemente de su gestión a las masas y atraigan a estas últimas a la
acción inmediata.
La sexta regla de la lucha consiste en sostenerla con todos los medios. Todos
los medios susceptibles de determinar la victoria contra la Burguesía, con
excepción de los que puedan determinar la desmoralización en nuestro propio
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ejército, son buenos. Quisiera detenerme aquí en algunos métodos aplicables
en algunos países para mostrar que hay que prestar una gran atención a los
métodos y formas de lucha y tener en cuenta que es posible ganar en la lucha
contra la Burguesía únicamente apoyándose en la fuerza del proletario. He
dicho que todos los medios son buenos para la lucha contra la Burguesía, pero
estos no hay que comprenderlo como se hacía, por ejemplo, en los Estados
Unidos, en el sindicato de la confección, donde durante la huelga de 1926 (y no
sólo en 1926) el sindicato gasto centenares de miles de dólares para comprar a
la policía con objeto de que ésta no estorbara la huelga, sino que ayudara.
Ignoro si dicho procedimiento han sido aplicados en otros países; parece que
no, pero lo que yo sé es que los Estados Unidos esto no dio ningún resultado y
no podía darlo, porque los policías tomaban el dinero pero después les daban
de garrotazos a los huelguistas, de modo que cada huelguista pagaba por
añadidura para recibir garrotazos. Cuando hablo de la aplicación de todos los
medios en la contra la Burguesía no me refiero a los métodos que desorganizan
nuestras filas sin desorganizar en lo más mínimo la de nuestros enemigos.
Para que la huelga dé resultados positivos, es necesario, como ya he dicho, que
cada obrero de fila tome parte en la lucha de un modo consciente, pero esto
será posible únicamente en el caso de que los fines de la huelga sean claros y
definidos.
Hay que reducir durante la lucha todas las consignas y demandas al mínimo:
unas y otras deben ser formuladas de un modo breve, conciso y comprensible.
Hay que evitar las divagaciones filosóficas y las consignas confusas. Cuando
más sencillas, claras y comprensibles sean las consignas y las demandas, más
fácil será movilizar a las masas y agruparlas alrededor de dichas
reivindicaciones.
Lo más peligroso en la lucha es dejarse someter a las maniobras de nuestros
adversarios. “A la guerre comme a la guerre” y, naturalmente, durante el
combate cada uno de los ejércitos maniobra de modo que pueda desorganizar
al ejercito enemigo. Las fuerzas de que disponen nuestros adversarios son
enormes. El enemigo tiene a su servicio una prensa que tira millones de
ejemplares, con grupos de colaboradores calificados; las mejores fuerzas
científicas y literarias, la iglesia, etc., se hallan de parte de la Burguesía, y
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esos millones de ejemplares de la prensa siembran cotidianamente el pánico,
publican todo tipo de informaciones fantásticas, sin excluir comunicaciones
tales como la de que la huelga han fracasado cuando en realidad no sólo han
terminado, sino que se hallan en su período álgido. Todo esto puede
desorganizar y desmoralizar las filas de los huelguistas, y por esto hay que
conceder una particular atención a la lucha contra las maniobras de la
burguesía y su prensa, a fin de evitar que los obreros se desmoralicen, que
decaiga su espíritu gracias a la prensa Burguesa. Para evitar que los
huelguistas s e dejen llevar por el pánico es necesario que sepan lo que
acontece en todo los sitios en qu7e se desarrolla la huelga. Si el estado mayor
se desgajado del ejército, si no somos capaces de crear una información
susceptible de dar cuenta a los huelguistas de lo que sucede, si un distritito se
halla aislado de otro, la prensa enemiga puede sembrar el pánico y la huelga
puede fracasar por bien constituido que esté el organismo directivo y por
magnificas que sean las resoluciones que este tome. Cada huelguista debe
saber saber lo que sucede con sus compañeros. Debemos organizar toda
nuestra actuación durante la huelga de tal modo que las masas no concedan ni
una pizca de crédito a lo que digan la prensa burguesa y socialdemócrata; de
lo contrario la huelga está condenada al fracaso.
Pero las maniobras por parte de nuestros adversarios consisten no solo en que
la prensa comunica toda clase de falsas informaciones; las maniobras se
efectúan a si mismo de otro modo cuando la huelga se halla en el auge, los
patronos, por mediación de los liberales o de los socialdemócratas proponen
compromisos, ponen en circulación versiones tales como la de que existen
proporciones ventajosas y por consiguiente no hay por qué continuar la huelga
cuando se puede obtener concesiones sin necesidad de lucha… A menudo se
publican comunicaciones, declaraciones llenas de promesas, se establece el
arbitraje prometido los reformistas hacen fracasar la huelga y proponen a los
huelguistas esperar hasta que los patronos cumplan lo prometido. Lo más
peligroso es dar crédito a las palabras y promesas de los patronos y de los
reformistas, durante la huelga. Lo más peligroso es desmoralizar durante esta
última sin llevar la lucha hasta el fin.
De la huelga a la toma del poder Página 69
En la lucha es de una gran importancia conocer exactamente las propias
fuerzas, saber de lo que podemos disponer, las reservas que podemos todavía
incorporar, cual es el estado de espíritu de nuestro ejército, si hay decisiones o
no, si influyen a la huelga nuevas fuerzas o si el movimiento empieza a
decrecer, hay que saber reaccionar contra el estado de espíritu vacilante de las
masas. Saber determinar las propias fuerzas. Conocer exactamente las que se
hallan a nuestra disposición en cada movimiento dado, conocer la cualidad de
dichas fuerzas, determinar la posibilidad de seguir poniéndolas en tensión,
exige un sentido político muy desarrollado, lo cual se consigue únicamente
gracias a la experiencia y a una adhesión abnegada a la causa de la clase
obrera. Pero no hay que conocer las propias fuerzas, sino también la de los
adversarios, pues luchar ciegamente ahora es todavía más difícil que antes.
Conocer las fuerzas de nuestros enemigos nos facilita la lucha. Naturalmente,
al calcular las fuerzas de nuestros enemigos se puede llegar a la conclusión – y
a ella llegan a menudo los reformistas – de que teniendo en cuenta que el
enemigo es fuerte, que está bien organizado, que dispone de fondos inmensos,
de todas las fuerzas del estado burgués, etc., la lucha es imposible. No.
Debemos conocer las fuerzas del enemigo no para sacar de ello consecuencias
pánicas de derrotistas, si no para saber quién tenemos que habérnoslas y para
conocer exactamente la fuerza de resistencia de nuestra ofensiva.
Lo más peligroso en toda lucha, y sobre todo en la huelguística, es obrar a
ciegas. Una lucha tal puede fácilmente llevar a la derrota. Es también
peligroso durante la huelga el decaimiento que surge a menudo entre los
huelguistas gracias a la duración del movimiento, a la presión por parte de la
policía de los sectores obreros atrasados, etc. El pánico en las filas del ejército
es muy peligroso, pero lo es todavía más cuando se apodera de los elementos
del estado mayor (comités de huelga y de combate) para los elementos que se
dejan llevar del pánico, puesto que no son más que unos organizadores de la
derrota.
No puedo, compañeros, detenernos en detalles, en una serie de otras reglas
que se exigen al estado mayor que dirige la huelga; pero creo que con esto hay
bastante para darse cuenta de la orientación de nuestra labor, de las formas y
De la huelga a la toma del poder Página 70
métodos de dirección de la huelga y de la composición del estado mayor de
nuestro ejército.
La táctica reformista: ponerse al frente de la huelga para
decapitarla.
La táctica y la estrategia fijadas en la conferencia de
Estrasburgo.
En el IV congreso de la I.S.R. En la conferencia especial sobre la táctica y la
estrategia huelguísticas, celebrada en enero de 1929 en Estrasburgo, y más
tarde en el X pleno del C.E de la I.C. fijamos la orientación táctica
fundamental para la dirección de los combates económicos y las formas y los
De la huelga a la toma del poder Página 71
métodos de dirección de los mismos. Quiero detenerme únicamente en las
decisiones de la conferencia de Estrasburgo, puede dicha conferencia examino
de un modo detallado y concreto la cuestión relativa a la dirección de las
luchas económicas.
1. La preparación de las masas para la huelga y los lockout.
2. Formas, carácter y funciones de los órganos de lucha.
3. Nuestra táctica en los comités de huelga y elegidos democráticamente.
4. Dirección y no mando.
5. Relaciones entre los comités de huelga y el aparato sindical reformista.
6. El problema del frente único durante las huelgas y los lockout.
7. Los piquetes obreros y los grupos de autodefensa.
8. Las huelgas salvajes y no oficiales.
9. El ensanchamiento de la lucha, el problema de las reservas.
10. La continuación de la lucha después de haber sido traicionada por
los reformistas.
11. Como evitar que se haga fracasar la lucha.
12. Las huelgas en los países con un movimiento sindical encendido.
13. Las huelgas en los países con un fascismo y un terror blanco.
14. Los métodos encaminados a dar un carácter político a las huelgas.
15. Formas y métodos de movilización de la oposición sindical en todo
el país.
16. La labor entre las obraras y las mujeres de los trabajadores.
17. Formas y métodos encaminados a incorporar a la juventud obrera a
la lucha.
18. La organización del auxilio a los huelguistas.
De la huelga a la toma del poder Página 72
19. Cuestiones de información y relaciones.
20. El contacto con las organizaciones hermanas de los demás países.
Me he limitado, compañeros, a citaros los títulos de los distintos puntos
de la resolución, pero no os imaginéis que os voy a leer el texto. Todos
sabéis leer, y si estas resoluciones no las habéis leído hasta ahora haréis
muy bien si las estudiáis atentamente, y no una vez, sino varias, y con el
lápiz en la mano. Pero no basta con leerlas, sino que hay que reflexionar
sobre lo leído, y entonces veréis que la conferencia de Estrasburgo
elaboró su resolución basándose en la enorme experiencia internacional
de la lucha huelguística. Lo que os he leído no es el producto de
consideraciones abstractas, sino que es tomado de la experiencia positiva
y negativa de la lucha. Y por esto, cada uno de vosotros, que
indudablemente no solo participara sino que dirigirá huelgas, debe
prestar una seria atención a esa experiencia concentrada, formulada por
nosotros en la resolución de la conferencia de Estrasburgo.
En una de mis conferencias anteriores indique que ya no se puede tener
la garantía absoluta dela victoria. Si no obráis a base de la experiencia
estudiada tendréis muchas posibilidades de triunfo. Si obráis sin tener
en cuenta dicha experiencia y elaboráis arbitrariamente los métodos y
las formas de lucha podéis estar seguro de que la derrota está
garantizada en un 100%. He aquí porque me parece que lo más
importante y fundamental para cada comunista serio consiste en el
estudio detallado de la experiencia acumulada y la elaboración de la
táctica sobre la base de dicha experiencia. Nuestra estrategia fija la
orientación de nuestra lucha, la táctica determina el carácter de cada
combate, de cada refriega. Preverlo todo es imposible. No es posible
indicar como habrá que obrar en todas las huelgas futuras, pero se puede
ya desde ahora decir mucho a propósito de cómo hay que obrar, y en
este sentido, el estudio de las huelgas pasadas, aunque no sean más que
las del periodo de la postguerra, particularmente el estudio de los
grandes conflictos económicos y políticos de estos últimos años, es
excepcionalmente instructivo.
De la huelga a la toma del poder Página 73
Termino esta conferencia proponiendo insistentemente el estudio
detenido de las resoluciones de la conferencia de Estrasburgo en las
cuales hallaréis la respuesta a muchas preguntas y una serie valiosa de
indicaciones que os serán muy útiles en vuestra labor política y de
organización en el periodo próximo.
CUARTA CONFERENCIA
La huelga, la insurrección y la lucha por el poder.
Si se toman las huelgas desde el punto de vista de sus proporciones, se
puede dividir en los siguientes grupos: huelgas que se extienden a una
parte de la fábrica o a la fábrica entera, a un grupo de establecimiento a
todo un distrito, a toda una provincia o a todo un país; además dichas
huelgas pueden desarrollarse en sentido horizontal, arrastrando a los
obreros de algunas ramas de las industrial o de todas ellas, digamos la
huelgas de los obreros de distintas categorías, en un grupo de
establecimientos , en un distrito, en una provincia o en todo un país; o en
sentido vertical, arrastrando a los obreros de una sola rama de la
industria, digamos la huelga de los metalúrgicos de una fábrica, de un
grupo de fábricas, de un distrito, de toda una provincia o la huelga de los
metalúrgicos de todo un país. Por consiguiente, cada acción colectiva de
los obreros pueden ser considerados horizontal y verticalmente para
determinar las proporciones de la misma.
Pero las huelgas se caracterizan asimismo por la forma en que surgen: si
han surgido como resultado de un acuerdo organizado y en consecuencia
con un plan previamente elaborado, o inesperadamente, desde este
punto de vista las huelgas se pueden dividir en organizadas y
espontaneas.
De la huelga a la toma del poder Página 74
Por los fines que persiguen, por las demandas que presentan los obreros
que entran en lucha, las huelgas se pueden dividir, naturalmente de un
modo convencional, en económicas y políticas.
Por los métodos de lucha, las huelgas se pueden dividir en ofensivas y
defensivas. Una cosa es cuando los obreros, abandonando el trabajo,
presentan una serie de reivindicaciones destinadas a elevar su nivel de
existencia o ampliar sus derechos y otra cosa cuando los obreros, puesto
en un aprieto, se ven obligados obligados a cesar el trabajo para defender
las posiciones conquistadas. Naturalmente, en el proceso de la lucha la
huelga defensiva se puede convertir en ofensiva, pero, sin embargo es
muy importante determinar el punto de partida de un movimiento
huelguístico.
Finalmente, las huelgas pueden ser consideradas desde el punto de vista
del carácter con que se lleva a cabo la lucha. En este sentido, la
experiencia del movimiento huelguístico internacional es
extraordinariamente rica. Contamos con formas y métodos de acción
sobre los patronos extraordinariamente variados. Hay huelgas que
pueden ser llamadas sucesivas, esto es la lucha organizada de tal modo
que la huelga no tiene lugar simultáneamente en varios
establecimientos, sino que uno va a la huelga tras del otro, con objeto de
desorganizar toda la producción. Además de esto contamos, a base de la
experiencia, con otra serie de métodos, que son el resultado de la
iniciativa y de la fuerza creadora de las masas y que tienen como fin
intensificar la acción de las huelgas sobre el patrono o grupo de
patronos, estos métodos se desprenden de las condiciones objetivas, de la
situación jurídica en que se hallen los obreros, y pueden ser aplicados
según la medida en que cada forma de lucha corresponda a las
circunstancias exteriores. Tomemos un ejemplo, un país en el cual la
De la huelga a la toma del poder Página 75
huelga es considerada como un crimen y donde las autoridades toman las
medidas más feroces para aplastar la huelga y sin embargo, tiene lugar
movimientos organizados y espontáneos; como resultados de dichas
huelgas es verdad que hay siempre víctimas, pero así todo la clase
obrera, por medio de las huelgas destruye los obstáculos con que
tropiezan en su camino. Pero hay momentos en que los obreros les es
difícil por una u otra causa ir a la huelga y salir de la fábrica. En dichos
casos se aplica el método siguiente: los obreros se quedan en la fábrica
pero trabajan lentamente o interrumpen el trabajo cada media hora y se
pasean por los talleres; o poco después de su llegada cesan el trabajo, las
maquinas trabajan en vacío y los obreros se quedan todo el día en el
establecimiento. Hay centenares de procedimientos destinados a ejercer
presión sobre los patronos y que nos son conocidas gracias a la
experiencia de la lucha no sólo en los últimos años, sino también de las
huelgas en las últimas semanas, de los movimientos que se han
desarrollado en algunos países en febrero y marzo del año actual. En
general, sean cuales sean las formas, proporciones y carácter de la acción
colectiva, los métodos adoptados por los obreros al interrumpir el trabajo,
todas esas acciones colectivas, deben proponerse fines completamente
concretos, y, por esto, la cuestión de los fines de cada huelga o del
movimiento huelguístico en general tiene naturalmente una gran
importancia para nosotros.
De los fines del movimiento huelguístico.
Al determinar los fines del movimiento huelguístico debemos partir de
los objetivos inmediatos de cada acción concreta y del movimiento
huelguístico en general. Hablemos ante todo de los fines inmediatos.
De la huelga a la toma del poder Página 76
algunas fábricas, obtenemos lo siguiente: la presentación de una serie de
demandas relacionadas de un modo inmediato con la situación económica
de los obreros, es habitualmente la forma más primitiva de las acciones
colectivas, la más difundida y la más común y halla su expresión en
todas las huelgas sin excepción, independientemente de sus proporciones
y carácter, del hecho que hayan surgido espontáneamente o de un modo
organizado. En dichas demandas deben incluirse tales como las del
aumento y la conservación del salario. El mejoramiento de las
condiciones de trabajo, la protección de este último, la reducción de la
jornada, el subsidio de los despidos, etc. En una palabra, las demandas
que se refieren de modo inmediato a los intereses materiales de los
obreros de la fábrica, regular las relaciones de este último con los
patronos y que son conocidas bajo el nombre de reivindicaciones
económicas. Son las reivindicaciones que se proponen como fin mejorar la
situación material de los asalariados y elevar su nivel de existencia.
Hay una serie de otras reivindicaciones que se presentan en los conflictos
huelguísticos y que cuentan ya con una considerable tradición; nos
referimos a las reivindicaciones que llamamos jurídicas. Por ejemplo la
huelga por el reconocimiento del sindicato por los patronos; la huelga
dirigida contra la aceptación de rompehuelgas en el establecimiento; la
que persigue como fin establecer derechos determinados del sindicato en
los que se refiere a la aceptación y despido de obreros, la relacionada con
la instauración de los reglamentos interiores de las fábricas, etc., etc. En
una palabra, una serie de reivindicaciones que se refieren no tanto a los
intereses materiales inmediatos de cada obrero o colectividad obrera,
cuando a sus derechos en el establecimiento, a sus relaciones con el
patrono y, a su defensa contra la arbitrariedad patronal.
De la huelga a la toma del poder Página 77
ambas partes combatientes. Como resultado de dichas huelgas,
habitualmente tiene lugar un contrato oral o escrito que regula por un
tiempo determinado o indeterminado las cuestiones planteadas por los
trabajadores. Si los trabajadores pierden, naturalmente vuelven al
trabajo en las condiciones antiguas, si obtiene concesiones parciales o en
todos los puntos, esto se fija en un papel o se hace llegar en una u otra
forma en conocimiento de los obreros. Así vemos por consiguiente que
como resultado de la pugna, se obtiene un armisticio temporal que halla
su expresión en uno u otro documento que lleva la determinación de
contrato colectivo, si este se concreta entre el sindicato o un grupo de
obreros y el patrón.
¿Qué es el contrato colectivo?
Es la expresión jurídica de la correlación de fuerzas existentes entre las
partes combatientes en el momento dado; el fin de las partes
Combatientes consiste en partir de las posiciones conquistadas para ir
más lejos, es decir, si los obreros han logrado, como resultado del
conflicto, conseguir la satisfacción de tales o cuales reivindicaciones, la
primera condición para ellos debe consistir en estar prestos a defender lo
conseguido. La segunda condición consiste en tener en cuenta que el
contrato no es más que una tregua y que será cumplido únicamente en la
medida en que los obreros estarán organizados, y serán suficientemente
fuertes para defenderse contra la presión constante del enemigo de
clases. Pero si el contrato colectivo o de tarifas, como se le llama también,
es la expresión jurídica de la correlación de fuerzas en cada momento
entre las partes combatientes, surge la pregunta: ¿Es que cada contrato
colectivo refleja realmente la relación de fuerzas? No. El contrato
concertado por un sindicato revolucionario, por los obreros
revolucionarios es una cosa, y el contrato concertado por el sindicato
reformista refleja únicamente la existencia del frente único entre los
patronos y los reformistas contra los intereses de los obreros. Por
consiguiente en sí mismo, el contrato colectivo o de tarifas no nos dice
De la huelga a la toma del poder Página 78
nada si no analizamos quien lo ha concertado, en qué condiciones lo ha
sido, y como resultado de que ha sido estipulado.
Como sabéis, en el transcurso de muchos años el movimiento sindical ha
perseguido la obtención de contratos centralizados. Suponiendo que
cuanto más centralizado es un contrato tanto mejor resulta para los
obreros de cada rama de industria y para el proletario en general. Pero,
compañeros la vida es dialéctica, y si tomamos actualmente el problema
de los contratos colectivos en países tales como Alemania, Inglaterra,
Estados Unidos, etc., y recordamos que ahí los contratos son estipulados
por los socialfascistas, tras cortina, a espalda de los obreros, es de una
evidencia completa que debemos pronunciarnos dedicadamente contra
los contratos centralizados en la etapa actual no por motivos de
principio, sino por que dichos contratos presentan en si la traición
centralizada de los intereses de la clase obrera. En dichos países los
contratos deben ser concertados por los mismos obreros mediante los
comités de tarifas especiales elegidos por ellos en las proporciones en
que nos hallemos en estado de sostener la lucha y de llevarla hasta el fin,
en un establecimiento, en grupo de establecimientos, rama de industria,
etc.
Huelgas políticas.
De la huelga a la toma del poder Página 79
sindicatos, contra la disolución de estos últimos, huelgas en defensa de la
prensa obrera, huelga con el lema de sufragio universal, huelga contra el
fascismo y el terror fascista, contra las medidas reaccionarias de las
clases dominantes que limitan o suprimen las posiciones conquistadas
por la clase obrera, etc., etc. Todas estas huelgas, independientemente de
sus proporciones, tienen un carácter general de clase. Tomemos, por
ejemplo, las huelgas del 1º de agosto del año pasado, las del 6º de marzo
de este año o las del 1º de mayo de 1929. Ni el 1º de mayo, ni el 1º de
agosto, ni el 6º de marzo hubo huelgas generales.; hubo movimientos
parciales, huelgas que se extendieron a menudo a un establecimiento,
aun grupo de establecimientos, o a un distrito, pero, sin embargo, dicha
huelga tuvieron un carácter general de clase profundamente político.
¿Por qué? Por qué el fin de las mismas era un fin general de clase,
porque los obreros que entraban en lucha presentaban desde un
principio demandas que se referían a la clase trabajadora en general, y
es de una evidencia completa que esas huelgas, que las acciones de este
género no pueden terminar con un contrato colectivo. Es de una
evidencia absoluta que las huelgas dirigidas contra la guerra, contra las
dictaduras fascistas, en defensa de la Unión Soviética, las huelgas con la
demanda del seguro del estado para los desocupados, la jornada de
trabajo de 8 horas, la existencia abierta de las organizaciones de clase
del proletario, esas huelgas no deben terminarse con un contrato jurídico
entre las partes combatientes.
Del carácter, de las proporciones de la huelga, del grado de exacerbación
de la acción de las masas obreras, del empuje del movimiento, depende
que transijan o no las clases dominantes, que consideren necesario o no
hacer una concesión cualquiera o que las acciones de los obreros
provoquen terror, una presión mayor por parte de la Burguesía. Pero en
uno u otro caso nos hallamos en presencia de huelgas que conmuevan las
bases del sistema capitalista, pues están dirigidas contra el mismo.
El objetivo final del movimiento huelguístico es el
derrumbamiento del capitalismo.
De la huelga a la toma del poder Página 80
Con esto, compañeros, llegamos al problema de las reivindicaciones
parciales y del objetivo final movimiento huelguístico. He dicho que la
mayoría aplastante de las huelgas surgen de las condiciones objetivas en
que se hallan los obreros y éstos presentan reivindicaciones económicas,
jurídicas o generales de clase. ¿Qué relación existe entre estas
reivindicaciones parciales que se refieren a los intereses inmediatos de
los obreros y las reivindicaciones generales de clases de que se ha
hablado? En el establecimiento del contacto de las reivindicaciones
parciales y los fines generales del movimiento obrero consiste la esencia
internacional. No consideramos de un modo aislado las acciones
separadas, las reivindicaciones de los obreros, por modestas que sean,
como algo completamente desgajado de la lucha de clases. Nos
esforzamos constantemente y en esto consiste la esencia de nuestra
táctica comunista en enlazar los intereses cotidianos inmediatos,
vitales, de las grandes masas con los fines generales planteados en estas
últimas. En esto consisten las diferencias esenciales entre los comunistas
por una parte, y los reformistas y los oportunistas por otra. El
reformismo considera las acciones económicas de los obreros como un
fin. Actualmente es cada vez más raro que los reformistas dirijan una
huelga, pero hasta cuando la dirigen se proponen como fin terminarla lo
más pronto posible sin perjuicio para la sociedad capitalista. Nosotros
nos proponemos un fin distinto: terminar cada huelga con el perjuicio
máximo para la sociedad capitalista.
Quisiera citar algunos ejemplos como el comunismo mundial comprende
el objetivo final del movimiento huelguístico. Hallamos en las
resoluciones del XI congreso del partido comunista de la Unión Soviética
sobre “ el papel y los fines de los sindicatos en las condiciones de la
nueva política económica” (en 1922) hallamos una formula escrita por
Lenin que merece la mayor atención por parte de cada comunista. Al
definir la diferencia entre los sindicatos en el estado capitalista y el
estado soviético y analizar el problema de las huelgas, la resolución dice
lo siguiente: “El objetivo final del movimiento huelguístico bajo el
De la huelga a la toma del poder Página 81
capitalismo es la destrucción del aparato estatal el derrumbamiento del
poder estatal de clases.”
Llamo vuestra atención sobre esta fórmula pues en ella está expresada la
esencia de nuestra concepción comunista con respecto a los fines del
movimiento huelguista. Al organizar las huelgas, al atraer a los obreros
al movimiento de masa, nos planteamos no sólo la tarea de satisfacer
tales o cuales reivindicaciones – este es el resultado accidental da la
lucha revolucionaria – sino que nosotros, los comunistas, al organizar el
movimiento huelguístico nos damos perfecta cuenta de que el objetivo
final de dicho movimiento es, como dice dicha resolución: “la destrucción
del aparato estatal de la burguesía y el derrumbamiento del poder
estatal de clase”.
El mayor enlace entre las huelgas económicas y políticas
determina una poderosa fuerza revolucionaria.
De la huelga a la toma del poder Página 82
empezadas por demandas económicas elementales, terminan
rápidamente sin que añadan otras reivindicaciones a las primitivas, y
por consiguiente en el proceso de la lucha no conseguimos elevar dichas
huelgas a un grado superior. Pero esto es cada día menos frecuente,
porque la tensión de las relaciones de clases, el odio de clase creciente de
las masas obreras a consecuencia de la racionalización capitalista, el
paro forzoso en masa, la disminución del nivel de existencia, la
pauperización, etc., etc., todo esto entrelaza automáticamente las
huelgas económicas con las políticas, lo cual constituye la particularidad
característica del movimiento obrero durante estos últimos años. Se
puede establecer como regla general que cuanto mayor es el impulso del
movimiento, cuanto mayor es la tensión de las relaciones de clase, cuanto
más considerables son las masas arrastradas por el movimiento y mayor
es el descontento, más estrechamente se entrelazan los combates
económicos y políticos.
En la referencia sobre la revolución rusa dada por Lenin el 9 de Enero de
1917 en Zúrich, al caracterizar el año de 1905 y el movimiento
huelguístico que arrastro en aquel entonces a las masas obreras de la
Rusia Zarista, decía lo siguiente: “Era excepcionalmente original el
entrelazamiento de las huelgas económicas y políticas durante la
revolución. No ofrece la menor duda que sólo el lazo más estrecho entre
esas dos formas de la huelga garantizo la gran fuerza del movimiento”.
Os ruego, compañeros, que fijéis la atención en esta fórmula: “solo el
lazo más estrecho entre esas formas de huelga garantizo la gran fuerza
del movimiento”. ¿Porque? Por qué cuando las masas se levantan y su
descontento rebasa los límites, cometeríamos el mayor de los crímenes
contra los obreros, cometeríamos un gran error táctico si dijéramos al
trabajador: “Declara la huelga sólo en forma de protesta o de
manifestación; o declara la huelga contra la autocracia sin presentar
ninguna reivindicación económica”. Este objetivo general sería
comprensible para un sector determinado de obreros, pero cada
trabajador, cuando entra en acción, quiere obtener inmediatamente algo
real de la lucha, debe obtener de esta última algo sustancial, palpable, y
De la huelga a la toma del poder Página 83
esto puede conseguirlo únicamente en el caso de que presenten
simultáneamente asimismo demandas económicas, es decir, si se ejerce
presión en sentido político y económico. En otros términos, el
entrelazamiento estrecho de las reivindicaciones económicas con las
políticas refuerza enormemente la presión de la clase obrera, pues
arrastra a la acción nuevos sectores de trabajadores, los cuales, al
incorporarse a la lucha, sostienen el movimiento en gran parte a causa
de las reivindicaciones económicas que se presentan en la lucha. Este
entrelazamiento, este lazo orgánico, esta combinación de las
reivindicaciones económicas elementales con nuestro objetivo final es el
fundamento, la base, de nuestra táctica comunista en el movimiento
obrero.
Esta fórmula de Lenin, se halla confirmada por la experiencia de todos
los movimientos de masa sin excepción. Por lo que se refiere a 1905
tenéis el testimonio de Lenin a que hemos hecho referencia. En 1917,
después de la revolución de febrero, después del derrumbamiento de la
autocracia, tuvimos un inmenso movimiento huelguístico con
presentación de reivindicaciones económicas: jornadas de trabajo de 8
horas, elevación de salarios, etc. Y esas reivindicaciones económicas,
presentadas cada vez con más fuerza, exacerbando la lucha, arrastrando
cada día a más sectores de obreros, uniendo a todo el proletario como
clase, fue lo que condujo en octubre a la acción de la clase obrera por el
poder. Se pueden tomar asimismo las acciones revolucionarias de 1918
en Alemania o la revolución en Austria, o en Hungría; en todas partes
presenciamos ese entrelazamiento de los combates económicos con los
políticos. Naturalmente, todo depende del partido dirigente. Si nuestro
partido colocaba, en primer lugar las reivindicaciones políticas,
combinándolas con las económicas, la socialdemocracia Alemana en
1918 dirigía la atención de los obreros hacia la jornada de trabajo de 7
horas, la legislación social, desviándoles de los problema políticos
planteados a la clase obrera, del problema de la lucha por un verdadero
poder proletario.
De la huelga a la toma del poder Página 84
Puede servir de ejemplo negativo la táctica del partido comunista chino
en la revolución de 19261927, cuando a las reivindicaciones de los
obreros y campesinos el partido comunista, bajo la presión del
Kuomintang, respondía: “Primeramente la victoria de la revolución
nacional la toma Pekín, etc., después será resuelta la cuestión de las 8
horas, de la tierra a los campesinos”. Esta táctica oportunista de divorcio
entre la política y la economía fue indudablemente una de las causas de
la derrota de la revolución de 19261927.
Los oportunistas frente a estos problemas.
No es de un modo casual que la Internacional Comunista desde el primer
día de su fundación y después en casi todos los congresos haya subrayado
con fuerza la necesidad de la lucha por reivindicaciones parciales.
¿Porque? Porque habían compañeros que decían; “Vivimos en la época de
la revolución social, nuestro lema fundamental es la dictadura del
proletario, ¿Qué necesidad tenemos de ocuparnos de las cuestiones de
salario, de la jornada de 8 horas, de los seguros, etc.? ¿Para qué nos
sirve todo esto? Son menudencias que no tienen importancia alguna.
Debemos ocuparnos únicamente de los fines generales de clase del
proletariado”. Compañeros esto parece muy izquierdista, pero tiene un
carácter radicalmente oportunista. ¿Por qué? Porque con frases de
izquierda se quiere encubrir la pasividad en el momento actual. Estas
De la huelga a la toma del poder Página 85
frases nos prometen que en el futuro lucharemos por el poder y por esto
ahora se puede no hacer nada. Permitid que os digamos que esto es poco.
En la actualidad hay que luchar por todo aquello que agita e interesa a
las masas obreras. Hay que saber organizar a estas últimas a base de las
reivindicaciones parciales cubre la pasividad, la incomprensión de los
fines elementales de nuestra táctica bolchevista y la actitud sectaria con
respecto a la masa. Hay que tomar a ésta tal como es y hay que saber
que tomar a ésta tal como es y hay que saber que las grandes masas, los
millones de hombres, pueden ser puestos en movimiento a base de las
reivindicaciones que les agitan en el momento actual. Y el que sustituye
las reivindicaciones parciales por los fines generales de clase o el que
prescinde de ellas, no será nunca de dirigir el movimiento de masa, pues
el arte bochevista, el arte de la táctica bochevista ha consistido siempre
en esta unión de las reivindicaciones parciales con los fines generales de
clase, en la combinación de los combates económicos y políticos.
La huelga política de masas es la ante sala de la
insurrección.
Si es exacta la fórmula dada por Lenin según la cual el objetivo final del
movimiento huelguístico es el derrumbamiento del poder burgués – lo
cual no ofrece la menos duda para nosotros – llegamos con ello al
problema de la insurrección, en otros términos, con la huelga se apoya el
problema de la insurrección. ¿Cuáles son las condiciones para la
insurrección? Lenin hablo y escribió apropósito de ellos repetidas veces,
Para el éxito de insurrección es necesaria la descomposición de la clase
dominante, una enorme excitación de las masas y la incapacidad por
parte de la burguesía de contener a estas últimas, de subordinarlas como
lo hacía antes y, además naturalmente es necesario el factor subjetivo,
esto es la existencia de un partido bolchevique verdadero. Pera para que
llevemos a cabo una huelga de masas que se extienda a toda la rama de
la producción o a todo un país, para que dicha huelga conmueva los
cimientos del poder estatal, para que pueda asestar un golpe formidable
al sistema capitalista, para esto es también necesario un factor subjetivo
De la huelga a la toma del poder Página 86
muy serio. Es concebible una huelga política que se extienda a todo el
país y que no termine en insurrección. Hemos visto muchos ejemplos de
ello. Pero es absolutamente inconcebible una insurrección eficaz contra el
sistema capitalista sin una huelga de masas. Por consiguiente, la huelga
política de masas es la antesala de la insurrección; es la introducción, la
premisa necesaria de la acción armada y la lucha de masas con las armas
en las manos por el poder. Allí donde la insurrección o la lucha con las
armas en las manos no se hallan acompañadas de la huelga de masas, la
insurrección termina habitualmente con un fracaso, y es natural.
¿Qué es la insurrección? Es la forma de la lucha de clases todavía más
aguda que la huelga. Pero para que esta forma más aguda da lucha
cause el máximo perjuicio a nuestro adversario, es necesario movilizar
todas las fuerzas; hay que desorganizar a nuestro enemigo de clases
desde el punto de vista estatal (paralización del movimiento ferroviario,
del traslado de tropas, etc.) hay que desorganizar la vida social, suscitar
el pánico en el seno de las clases dominantes, hay que disponer de una
fuerza que entre en acción contra los patronos y contra todos los
defensores del sistema capitalista. Pero todo esto puede obtenerse
únicamente mediante la huelga política de masas, cuando los obreros
salen a la calle. Por lo tanto para llegar a la insurrección es necesario
que ésta se halle precedida de la huelga política de masas a fin de que
poniendo en movimiento a masas enormes, sostenga con ello la acción
armada de una parte de la clase obrera.
El triunfo de la insurrección marca el término de la
huelga.
Pero entre la huelga y la insurrección existe además otra relación. La
huelga política es necesaria para el éxito de la insurrección, pero tan
pronto ésta empiece a triunfar hay que cesar inmediatamente la huelga,
pues es necesario apoderarse de toda la vida económica del país, y con
insurrección victoriosa la prolongación de la huelga redundará ya en
interés de la contrarrevolución y no de la revolución. Durante las
jornadas de octubre presenciamos una situación muy original: cuando
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empezó la insurrección los obreros salieron de las fabricas durante los
primeros días, y cuando la insurrección triunfo volvieron al trabajo, pero
entonces los funcionarios del estado se declararon en huelga contra el
nuevo poder. De este modo tuvimos un serie de huelgas
contrarrevolucionaria.
Como veis, no toda las huelgas es buenas en todas las circunstancias.
En el momento de la lucha más aguda cuando los obreros empezaban a
destruir el viejo aparato estatal y apoderarse de las fábricas, banco, etc.,
tuvimos huelgas en todas las instituciones gubernamentales, el banco del
estado inclusive, a fin de impedir que los obreros se apoderaran de las
posiciones dominantes que les eran necesarias para asestar un golpe
sensible a la burguesía. Fuimos testigos de tentativas encaminadas a
organizar huelgas en las centrales telefónicas, en ferrocarriles, etc.,ya
después de la revolución de octubre victoriosa.
Por consiguiente, la regla que debemos fijar consiste en lo siguiente: La
huelga debe preceder a la insurrección, pero debe cesar inmediatamente
tan pronto la insurrección empiece a triunfar, y la clase obrera debe
aplastar con gran energía toda huelga provocada por los enemigos de la
revolución proletaria para crear obstáculos en el camino de la clase
obrera. Si la cuestión relativa a la conexión existente entre la huelga y la
insurrección es clara, lo es todavía más, naturalmente, la correlación
entre la huelga y la guerra civil. Es una evidencia absoluta que todo
depende del carácter de dicha guerra civil. Si nos hallamos en presencia
de una guerra civil del tipo de la que tuvimos después de la revolución de
octubre, esto es, la tentativa de las viejas clases dominantes de apoyarse
en todas las fuerzas reaccionarias para derribar el poder de la clase
obrera, en esas condiciones toda huelga es un crimen contra el
proletariado. Por consiguiente, durante la guerra civil nos hallamos
interesados en sofocar con la mayor decisión todas las tentativas del
movimiento huelguístico dirigidas contra el poder de la clase obrera.
La huelga en el estado proletario.
De la huelga a la toma del poder Página 88
Pero, compañeros, cuando la guerra civil termina y pasamos a la vida
pacífica, como sucedió al terminarse la guerra civil en Rusia ¿es posible
la huelga ya en el seno del estado proletario? A este propósito la
resolución del XI congreso escrita en relación con la nueva política
económica, nos da una respuesta muy interesante. Después de haber
definido el objetivo final de la lucha huelguístico bajo el capitalismo, la
resolución dice lo siguiente:
“En el estado proletario de tipo transitorio como el nuestro, el objetivo
final de toda acción de la clase obrera puede ser únicamente el
afianzamiento del estado proletario y del poder estatal proletario de
clase mediante la lucha contra las aberraciones burocráticas de dicho
estado, contra sus errores y debilidades, contra los apetitos de clases
capitalista que escapen a su control, etc., Pero esto ni el partido
comunista, ni el poder soviético, ni los sindicatos pueden olvidar de
ningún modo ni deben ocultar a los obreros ni a las masas laboriosas que
la adopción de la lucha huelguística en el estado proletario puede ser
explicada y justificada exclusivamente por las aberraciones burocráticas
del estado proletario y las reminiscencias de las tradiciones capitalistas
en sus instituciones, de una parte, y el atraso político de las masas
trabajadoras, de otra”.
Como veis, Lenin, al formular esta resolución, no enfocada de un modo
abstracto la cuestión de la huelga en el estado proletario. Decía que
dicha huelga es posible, que en condiciones determinadas hasta puede
ser justificada, explicada. Pero ¿Cómo puede explicarse? La explicación
se halla en el hecho de que en el aparato del estado hay elementos
extraños, hostiles al estado proletario, contra los cuales hay que obrar y,
de otra parte, puede ser explicada por la falta de cultura de la clase
obrera, la cual no puede hallar otro método para llevar a la práctica las
medidas que considera acertadas. Desde el punto de principio, por
consiguiente, en 1922, en los comienzos de la nueva política económica,
no se negaba la posibilidad de la huelga aún en los establecimientos del
estado; por lo que se refiere a las empresas particulares o a las
concesiones, naturalmente la cosa no ofrece la menor duda.
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Este parangón entre la huelga en el estado capitalista y la huelga en el
estado de tipo transitorio es el resultado no de una teoría abstracta sino
la consecuencia directa de la enorme experiencia que nos suministra el
movimiento obrero mundial y la revolución de octubre. Y por esto las
formulas dadas por Lenin merecen ser estudiadas, merecen que
recordemos en que consiste la esencia, los fines del movimiento
huelguístico en el estado capitalista.
Hay que ir a las masas, hay que estar con las masas, solo
así podréis poneros al frente de las mismas.
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luchar por fines efectivamente grandes, de luchar realmente de un modo
revolucionario”.
Dos meses antes de la revolución de febrero, en su conferencia Zúrich
diríase que Lenin levanta el telón de los acontecimientos históricos y
prevé una actividad y tensión de fuerzas del proletario tan enorme como
la historia no había conocido nunca, y de los cuales no teníamos ni tan
siquiera la menor idea. La revolución de octubre confirmo esta previsión
de Lenin.
Pero, ¿Qué significa una tensión de fuerzas nunca vista? Significa que en
el proceso de la lucha la clase obrera busca en cada momento concreto
nuevas formas y nuevos procedimientos de ataque contra la burguesía, y
por esto debemos estudiar en todos sus aspectos la experiencia histórica,
pero no debemos dudar ni un momento de que nuestra experiencia será
cada día más rica.
Si el movimiento enriquece nuestra experiencia hay que sacar de ello la
consecuencia de que seréis capaces de dirigir aquel, solo en el caso de que
os halléis en el seno del mismo. La educación de las masas y de los
dirigentes se efectúa en los combates. En la misma conferencia, Lenin
decía:
“La educación efectiva de las masas no puede nunca ser separada de la
lucha política independiente, y sobre todo de la lucha revolucionaria de
las masas mismas”.
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Hay que ir a las masas, hay que estar con las masas. Solo así
podréis poneros al frente de las masas.
NOTAS
1. Internacional comunista (I.C) (Tercera Internacional), Comintern:
organización proletaria revolucionaria internacional, que agrupó a los
partidos comunistas de los distintos países desde 1919 hasta 1943. La
fundación de la III internacional fue una necesidad histórica después
de la escisión del movimiento obrero como consecuencia de la traición
de los líderes de la II internacional. Lenin desempeñó un papel
relevante en la creación de la III internacional.
II internacional: asociación internacional de los partidos socialistas,
creada en 1889. Cuando empezó la guerra imperialista mundial de
19141918, los líderes de la II internacional traicionaron la causa del
socialismo y pasaron al lado de sus gobiernos imperialistas, lo que
condujo a la disgregación de la II internacional, se incorporaron a la
internacional comunista, fundada en 1919 en la conferencia de Berna
(Suiza), pasando a formar parte de ella solo los partidos que
representan la derecha oportunista del movimiento socialista.
2. I.S.R. Internacional sindical roja (19201934). El 15 de julio de 1920,
la III internacional (I.C), convoco a una reunión en Moscú a los
representantes de organizaciones sindicales revolucionarias.
A partir del segundo congreso se separaron los anarcosindicalistas.
El segundo promovió el frente único, después de establecido el
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fascismo en Italia, para consolidar las conquista inmediatas; contra la
desocupación, contra el racismo y contra la guerra. Planteo la unión
sindical a la F.S.I., pero esta, lejos de aceptar una política unitaria,
acentuaba su reacción. En noviembre de 1927 en Moscú la I.S.R.
Realizo la primera conferencia internacional campesina que registra
el movimiento obrero internacional. Por primera vez los explotados del
campo contaban con una orientación y una plataforma política que
interpretaban sus particulares intereses de clase. En 1927 registraba
la I.S.R. Así como la III internacional considerable influencia por las
luchas de China que adquirieron gran importancia revolucionaria.
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de la burguesía y establecieron la dictadura del proletariado. Así
quedaron asegurados los objetivos por los que lucho el pueblo: la
propuesta inmediata de una paz democrática, la supresión de la
propiedad agraria terrateniente, el control obrero de la producción y la
constitución de un gobierno soviético.
4. Socialdemocracia: denominación de los partidos socialistas europeos.
Estos partidos, sobre todo a partir de 1895 después de la muerte de F.
Engels, cayeron en posiciones oportunistas, colaboraban cada vez más
con la burguesía, inclinados a hacer la lucha política únicamente por
la vía parlamentaria. Por el contrario, el partido obrero
socialdemócrata de Rusia libraba una fuerte lucha contra el
oportunismo ruso representado en un ala del P.O.S.R a partir de su II
congreso.
5. Factores objetivos y subjetivos. Objetivos son aquellos que dependen
de leyes cuyas existencias es independientes de la conciencia de los
hombres y que por continuamente no pueden ser modificados
caprichosamente por una persona, una clase social, un partido
político. Solo conociendo, las leyes que los rigen, pueden utilizarse en
beneficios de la lucha revolucionaria. Algunos de los factores objetivos
son la lucha de clases, concretamente la que libra el proletario contra
la explotación de los grandes capitalistas extranjeros y nacionales, la
dominación imperialista, la existencia de regazos feudales en la
agricultura, el atrofiado desarrollo capitalista, el atraso del país y la
miseria popular. Subjetivos son los que dependen de la conciencia de
los hombres, de las clases o de los partidos políticos. Tienen que ver
con el grado de organización y de unidad de los oprimidos y
explotados y de su vanguardia revolucionaria, el nivel de su conciencia
política y de su capacidad ideológica, la forma y el grado en que se
asimilan y reflejan la realidad objetiva y que actúa en consonancia con
la misma. Todo esto tiene que ver con la conciencia y con la voluntad
de las personas, es decir, con la disposición para la acción
revolucionaria.
De la huelga a la toma del poder Página 94
6. Se refiere a la huelga contra la United Fruit Company.
Probablemente uno de los momentos más decisivos en la historia de
Colombia fue la huelga contra la United Fruit Company en 1928, pues
minó seriamente el prestigio del gobierno conservador de Miguel
Abadía Méndez. En Colombia , como en otras repúblicas
latinoamericanas, la United Fruit Company constituía un estado
dentro del estado. Poseía su propio ferrocarril, su propio telégrafo y su
propia cadena de tiendas de menudeo. Además como había ocurrido en
el territorio de la Tropical Oíl Company, había gobierno de facto de la
zona bananera. El monopolio de la compañía de la red de irrigación de
la zona. Además de su monopolio del transporte, le daba un control
completo sobre los productos nacionales, y le permitía pagar bajos
precios por el producto. A diferencia de las otras grandes huelgas, en
este período la huelga contra la United Fruit fue planeada y
organizada con anticipación. La huelga se comenzó a preparar por el 6
de octubre de 1928, cuando se llevó a cabo una reunión plenaria de
delgados de los obreros con el objeto de redactar una serie de
peticiones para presentarlas a la compañía. El 11 de noviembre se
decidió, ante la actitud de la compañía, declarar la huelga general en
la zona bananera del departamento de Magdalena. Unos pocos días
después, miles de obreros se lanzaron a la huelga. El conflicto fue
reprimido con refinada barbarie que indigno al mundo, pues hubo
miles de víctimas entre muertos y heridos. Fueron autores directos el
ministro de guerra Ignacio Rengifo y el general Cortés Vargas,
ejecutor material del crimen contra los huelguistas y sus familias que
estaban congregados en la plaza de Ciénaga.
8. Bolcheviques y Mencheviques: Recibieron esta denominación a partir
del II congreso del POSDR, celebrado en agosto de 1903, cuando al
final del mismo, al ser elegidos los organismos centrales del partido,
los socialdemócratas revolucionarios, encabezados por Lenin lograron
la mayoría (Bolchinstvo, en ruso) en tanto que la corriente oportunista
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pequeño burguesa de la socialdemocracia rusa, vehículo de la clase
burguesa dentro de la clase obrera, quedaron en minoría
(Menchinstvo). Durante la revolución de 19051907, los mencheviques
se pronunciaron contra la hegemonía del proletariado en la
revolución, contra la alianza de la clase obrera y de los campesinos,
por el acuerdo de la burguesía liberal y por la hegemonía de esta en la
revolución. En los años de la reacción (19071910) que siguieron a la
derrota de la revolución, los mencheviques propugnaron el
liquidacionismo, intentando disolver el partido revolucionario
clandestino del proletariado. Después de la revolución democrática
burguesa de febrero de 1917, que inicio en Rusia el periodo de
dualidad de poderes – entrelazamiento de dos dictaduras: la dictadura
de la burguesía, personificada en el gobierno provincial burgués y la
dictadura del proletariado y el campesinado, personificada por los
Soviets , los mencheviques y los aceristas formaron parte del gobierno
provincial, apoyaron su política imperialista y lucharon contra la
creciente revolución proletaria. Esa misma política de apoyo al
gobierno provisional y de apartamiento de las masas del movimiento
revolucionario la siguieron los mencheviques en los Soviets. Al
triunfar la revolución de octubre, los mencheviques se convirtieron en
un partido abiertamente contrarrevolucionario, organizador y
partícipe de complots y levantamiento que tenían como fin derrocar al
poder soviético. El VII congreso del P.C de Rusia realizado el 8 de
marzo de 1918 aprobó una resolución sobre el cambio del nombre del
partido. A propuesta de Lenin, el congreso aprobó el nuevo nombre del
partido comunista (Bolchevique) de Rusia – P.C. el nombre de
comunistapara el partido – dijo Lenin en el congreso – es el único
acertado: “… al comenzar las transformaciones socialistas debemos
plantearnos claramente el objetivo hacia el cual tienden, en resumidas
cuentas, estas transformaciones: el objetivo de crear la sociedad
comunista…”. Existía además otro importante argumento en pro del
cambio de la denominación del partido. Los viejos partidos socialistas
oficiales de todos los países avanzados de Europa no se deshacían de
la embriaguez del social chovinismo y del social patriotismo que
De la huelga a la toma del poder Página 96
condujeron durante la II guerra mundial a la bancarrota completa del
socialismo Europeo oficial,, por lo cual el partido de Lenin que gozaba
de grandísimas simpatías entre las masas trabajadoras en todos los
países declaraba del modo más enérgico y claro que rompía sus
relaciones con ese viejo socialismo oficial cambiando el nombre del
partido.
10. Dialéctica marxista. Ciencia que trata de las leyes más generales
del desarrollo de la naturaleza, de la sociedad y del pensamiento
humano. Una larga historia ha precedido a la concepción científica de
la dialéctica, y el concepto mismo dialéctica ha surgido durante la
reelaboración y hasta la superación del sentido inicial del termino
(“arte de la dialéctica”) se designaba el arte del dialogo y de la
De la huelga a la toma del poder Página 97
discusión: 1) la capacidad de sostener una discusión por medio de
preguntas y respuestas. 2) El arte de la clarificar los conceptos, de
dividir las cosas en géneros y especies. Constituye una etapa
importantísima en el desarrollo de la dialéctica antes de Marx, el
idealismo clásico alemán, el cual, a diferencia del materialismo
metafísico, veía en la realidad no solo el objeto del conocimiento, sino
que la consideraba como objeto de actividad, después de desechar el
contenido idealista de la filosofía de Hegel, Marx y Engels
estructuraron la dialéctica sobre la base de la concepción materialista
del proceso histórico y del desarrollo del conocimiento, generalizando
los procesos reales que ocurren en la naturaleza, en la sociedad y en el
pensar, “la dialéctica escribía Engelsno es más que la ciencia de las
leyes generales del movimiento y la evolución de la naturaleza, la
sociedad humana y el pensamiento”.
11. Táctica y estrategia. “al hablar de táctica nos referimos a la política
trazada para un periodo relativamente corto de la lucha
revolucionaria, determinado por unas u otras condiciones concretas.
En cambio cuando hablamos de estrategia, hacemos relación a toda
una etapa histórica del movimiento revolucionario”. La estrategia
determina el enemigo fundamental en un periodo estratégico, la
dirección del golpe principal, los aliados esenciales y el objetivo final.
La táctica se refiere a las formas, vías, métodos y organización que
asuma la lucha de la clase obrera en un momento determinado de una
etapa estratégica. Esta distinción no ha existido siempre en la
literatura marxistaleninista. En el movimiento obrero anterior a la
revolución de octubre de 1917, se englobaban ambos conceptos bajo la
denominación general de táctica. Lenin empleo esta última palabra
para calificar tanto las tareas que cabían de acuerdo a las
circunstancias, como las que se mantienen en todo un periodo
histórico. La diferencia que establecimos entre estrategia y táctica
permite una mejor comprensión de las tareas respectivas que en ellas
se significa y aclara la diferencia calidad de las mismas, sin que ello
conduzca al establecimiento de artificial separación entre ambas. Es
De la huelga a la toma del poder Página 98
conveniente señalar las diferencias en el significado político y militar
de la palabra estrategia. El termino, ciertamente, ha sido tomado del
vocabulario castrense, pero en política tiene un criterio y aplicación
práctica diferente. Ello se desprende del mismo carácter que asume la
lucha de clases en uno y otro campo.
12. Trade Unions: unión de trabajadores Ingleses, formaron el partido
laborista inglés.
De la huelga a la toma del poder Página 99
autonomía total, no aceptan las decisiones de la mayoría, no se
someten al centralismo democrático. En la práctica su
“antiautoritarismo” se convierte en habilidosa imposición de su
política. Después de la revolución de octubre de 1917, el anarquismo
en Rusia se convirtió en una tendencia contrarrevolucionaria. El III
congreso anarcosindicalista de 1928 mete en el mismo canasto al
primer estado socialista junto con los estados imperialista, aprobando
un fondo de solidaridad internacional para apoyar la victimas del
“fascismo rojo y blanco”.
16. Lockout: Es una huelga patronal. Los patronos que controlaban la
producción del acero del Rhur dieron un golpe a las organizaciones
sindicales con el cierre de sus empresas.
17. Revolución de 1905: En un solo mes de 1905 hubo en Rusia más
huelgas que en los 10 años anteriores. La huelga política de masas,
acompañada de motines revolucionarios, manifestaciones y choques
armados con la policía. Se convirtió en la forma de lucha más
extendida de la clase obrera. Estas acciones desempeñaron un gran
papel en la defensa de los intereses vitales de la clase obrera y de las
masas populares, así como la preparación para pasar a las forma de
lucha más elevadas: la huelga general, la insurrección armada y, con
ello la lucha por el poder. La huelga política y económica, escribía más
tarde Lenin “se apoyan mutuamente, constituyendo una fuente de
energía la una para la otra. Sin la estrecha relación de estos tiempos
de huelga, es imposible un movimiento verdaderamente amplio, de
masas que abarque a todo un pueblo”.
De la huelga a la toma del poder Página 100
socialismo. El 21 de abril derribo el poder único de la burguesía
imperialista y desplazo el poder a manos de los pequeñoburgueses
partidarios de la conciliación con la burguesía. El 3 de julio el
proletariado urbano, lanzado a una manifestación espontánea, hizo
tambalear el gobierno de los conciliadores.
19. Partido laborista, ingles: fue fundado en 1900 como una liga de
sindicatos y organizaciones y grupos socialistas con el objeto de llevar
representantes obreros al parlamento (“comité de representación
obrera”). En 1906 paso a llamarse partido laborista, que fue el
comienzo de un partido obrero. Más tarde a él ingresaron numerosos
elementos pequeñoburgueses. ( por su ideología y táctica, una
organización oportunista. Desde que surgió, sus líderes siguen una
política de colaboración de clase con la burguesía. Durante la II guerra
mundial los lideres adoptaron una política socialchovinista. Formaron
gobiernos repetidas veces (192419291945 y 1950), aplicando desde el
poder una política interior y exterior.
20. La guerra imperialista mundial (19141916): engendrada por todo
el curso del desarrollo del imperialismo. Estallo en 1914. Después de
que el mundo estaba ya repartido entre los estados más poderosos un
nuevo reparto del solo podía hacerse a expensas de uno u otro país.
21. El tratado de paz de BrestLitovsk: firmado el 3 de marzo de 1918,
en dicha ciudad entre Rusia soviética y Alemania, encerraba
condiciones muy duras para Rusia. El gobierno ruso tuvo que
firmarlos ya que el viejo ejército Zarista se había disgregado y el
ejército rojo solo empezaba a formarse. Pese a sus condiciones
Leonistas dio al país de los soviets la tregua necesaria permitiendo
salir por cierto tiempo de la guerra y acumulando fuerzas para
derrotar a la burguesía contrarrevolucionaria y los intervencionistas
en la guerra civil que empezó al poco tiempo. Después de la revolución
de noviembre de 1918 en Alemania, el tratado de paz fue anulado.
De la huelga a la toma del poder Página 101
combina según sean las necesidades de la revolución. La política es la
participación en los asuntos del estado, la orientación del estado, la
determinación de las formas, de las tareas y del contenido de la
actividad estatal. La ideología marxistaleninista utiliza varias formas
de lucha política: parlamentaria, huelgas, políticas, insurrección
armada, guerrillas, etc., las cuales son aplicadas de acuerdo a la
situación concreta. Y según sean los procedimientos que utiliza el
estado burgués para aplastar a las fuerzas que luchan por la abolición
de la explotación del hombre por el hombre.
23. La dictadura del proletario: Se establece como resultado de liquidar
el régimen capitalista y destruir la maquinaria del estado burgués. La
dictadura del proletariado constituye el principal contenido de la
revolución socialista, de cuya victoria es condición necesaria y
principal del resultado. Su base y principio supremo radican en la
alianza de la clase obrera con el campesinado, bajo la dirección de la
primera.
26. Nueva política económica (NEP): Un gran mérito de Lenin fue la
elaboración de la NEP, aprobada por el X congreso del partido, única
política acertada del proletariado en el periodo de transición del
capitalismo al socialismo. A juicio de Lenin, el cambio de los métodos
típicos del “comunismo de guerra” de llevar la economía, el paso al
comercio, a la aplicación de la autogestión financiera en las empresas
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estatales; el paso a garantizar la rentabilidad, el funcionamiento sin
pérdida de las empresas.
27. Comunismo de guerra: Los intervencionistas y la contrarrevolución
interior exigió del Boder soviético la subordinación de la industria a la
tarea de derrotar los intervencionistas y los guardias blancos. Era
necesario abstenerse sin interrupción al ejército rojo, salvar la clase
obrera de la muerte y la inanición.
29. Soviet: Organización revolucionaria; centro dirigente, órgano de la
dictadura democrática revolucionaria del proletariado y de los
campesinos, compuestos de delegados elegidos en las fábricas y
unidades militares. Constituidos en un principio para dirigir las
huelgas económicas y políticas, como órganos de los delegados de los
obreros de distintas empresas, se transformaron en órganos
preparatorios de la insurrección, fueron embrión del nuevo poder, sin
contar con las instituciones del gobierno zarista. Mientras en la
revolución de 1905 los soviets existían separadamente de los obreros y
de los soldados, en febrero de 1917 cuando triunfo la insurrección, se
constituyeron en una organización única. Una de las fuentes del
materialismo dialectico.
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Preparo la revolución de octubre de 1917. Entro en Rusia y condujo el
proletariado a la conquista del poder.
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