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RESUMEN-ABSTRACT.
Es un trabajo monográfico de revisión de literatura jurídica; pero, igualmente, de
estudio de caso desde la perspectiva socio-jurídica, en el tema del análisis de cómo
opera el principio general del Derecho Administrativo, la confianza legítima, ante los
desalojos del espacio público de los vendedores estacionarios de la ciudad de
Barranquilla-Atlántico, que sin dejar a un lado ciertos aspectos históricos de la
fundación, la naturaleza de la economía adoptada desde sus inicios y decaimiento
de la industria de la ciudad, que de una u otra manera incidieron dentro del
fenómeno social de la invasión del espacio público por una determinada economía
informal, se trata de ceñirse al análisis de la figura del Derecho Administrativo, la
confianza legítima, que, como principio general, entra a dirimir la situación
problemíca de la confrontación histórica de derechos colectivos, como es el espacio
público, y derechos e intereses individuales, como es el derecho al trabajo, la vida
ligada a un mínimo vital y móvil, para la subsistencia de numerosas familias, que
viven de una economía centrada en el rebusque diario.
Desde esas perspectivas, se busca establecer en el análisis, una mirada, desde el
derecho Constitucional y Administrativo, y, otra, legal, desde las perspectivas de las
regulaciones jurídicas en lo local del fenómeno analizado, y cómo, desde la misma
constitucionalización del tratamiento del fenómeno social, económico y jurídico de
la invasión del espacio público por el vendedor estacionario, se estableció un
tratamiento más integral a la situación, desde las perspectivas de los precedentes
judiciales de la jurisprudencia, hasta ver la prevalencia de posturas salomónicas,
que llevaron a cambiar las políticas públicas locales de distritos y municipios,
represivas y violatorias en un momento determinado de derechos fundamentales de
un cierto grupo de administrados, que ahondaban más aún la crisis del fenómeno
social tratado.
Por ende, busca este trabajo con meridiana claridad, cuáles fueron las directrices
de la Honorable Corte Constitucional para utilizar (y ¡de qué manera!) la Confianza
Legítima, para la solución de la problemática, haciendo prevalecer el derecho
colectivo del respecto del espacio público, sin desconocer los derechos individuales
fundamentales de los vendedores estacionarios. Pero eso sí, sólo si desde un
principio, las situaciones, estaban mediadas por actuaciones de la administración
pública, que generaban los elementos constitutivos de la configuración de la
Confianza Legítima.
_________________________
"THE LEGITIMATE TRUST TO THE EVALUATIONS OF THE PUBLIC SPACE
OF THE STATIONARY SELLERS".
It is a monographic work of reviewing legal literature; But also a case study from the
socio-legal perspective, on the subject of the analysis of how the general principle
of administrative law operates, legitimate expectations, before the evictions of the
public space of the stationary sellers of the city of Barranquilla- Atlantic, that without
leaving aside certain historical aspects of the foundation, the nature of the economy
adopted from its beginnings and decay of the industry of the city, that in one way or
another influenced within the social phenomenon of the invasion of the public space
By a certain informal economy, it is a matter of adhering to the analysis of the figure
of Administrative Law, the legitimate expectation that, as a general principle, comes
to settle the problematic situation of the historical confrontation of collective rights,
as is the public space, and Rights and interests, such as the right to work, life linked
to a vital and mobile minimum, for the subsistence of numerous families, who live
from an economy centered on daily search. From these perspectives, it is sought to
establish in the analysis, a look, from the Constitutional and Administrative law, and
another, legal, from the perspectives of the legal regulations in the local of the
analyzed phenomenon, and how, from the same constitucionalización of the
treatment Of the social, economic and juridical phenomenon of the invasion of the
public space by the stationary vendor, a more comprehensive treatment was
established to the situation, from the perspectives of the judicial precedents of the
jurisprudence, until seeing the prevalence of salomónicas positions, that took to To
change the local public policies of districts and municipalities, repressive and
violating in a certain moment of fundamental rights of a certain group of
administered, that further deepened the crisis of the social phenomenon treated.
Therefore, it seeks this work with meridian clarity, what were the guidelines of the
Honorable Constitutional Court to use (and in what way!) The Legitimate Confidence,
for the solution of the problem, prevailing the collective right to respect public space
, Without ignoring the fundamental individual rights of stationary sellers. However,
only if, from the outset, the situations were mediated by actions of the public
administration, which generated the constituent elements of the configuration of
legitimate expectations.
4. CONCLUSIONES
1.1.1. INTRODUCCIÓN
1
Es necesario hacer la aclaración, que para muchas investigaciones sobre el tema, denominan vendedor
informal, para las situaciones indistintas del caso del vendedor estacionario y el ambulante; sin embargo,
nosotros para el caso de esta monografía, nos quedaremos en el análisis de la situación del vendedor
estacionario, por razones que entraremos a explicar dentro del cuerpo del trabajo en sí, pero que no son otras
distintas a la consideración particular de que el vendedor estacionario genera más crisis en la ocupación
permanente del espacio público. (Cf. Periódico El Tiempo-Digital/ Nación/Bogotá de fecha 13 de marzo de
2015. http://www.eltiempo.com/colombia/otras-ciudades/espacio-publico-vendedores-informales-invaden-
el-centro-de-las-ciudades-/15393679)
Esta problemática de la ocupación del espacio público por el vendedor estacionario,
desde antaño tenía sólo una respuesta represiva-policiva desde decretos2
expedidos por los despachos de los alcaldes, que no conllevaban a aplicar una
política pública integral adecuada para resolver el problema de manera definitiva.
Eran pañitos tibios para una problemática compleja y de hondo calado social.
2
Desde estas perspectivas de manejar solamente la problemática con un carácter represivo-policivo, por
parte de la alcaldía del distrito de Barranquilla, se expidió el siguiente decreto: Decreto 0909 de septiembre
de 2009, por medio del cual se ha establecido procedimiento policivos administrativos represivos, sin estar
acorde con la línea jurisprudencial garantista que ha establecido la Corte Constitucional desde el año de 1992,
muy a pesar que el mencionado decreto contempla a medias esas garantías concebidas por la línea
jurisprudencial de la H. Corte Constitucional; pero en la practica el procedimiento se hace meramente
represivo.
3
Especialmente, nos referimos al censo realizado por la administración distrital, como es el del año de 2005,
realizado por Promocentro S. A..
regulación del espacio público, las cuales no pueden ser cambiadas de la noche a
la mañana, como había venido sucediendo de manera histórica, aplicándose,
únicamente, medidas correctivas-represivas, dentro de facultades policivas de la
Administración Pública o de las Alcaldías de turnos.
“Allá por los años de 1620, los pobladores de Galapa, que se ocupaban con buen
éxito en la agricultura y en la cría de toda clase de ganados, porque aquellos
terrenos estaban cubiertos de pastos, y tenían abundancia de aguas, comenzaron
a notar que éstas disminuían gradualmente, año tras año, hasta que los vecinos
tuvieron que adoptar el único recurso que les quedaba para conservar sus ganados,
que era pasarlos a la ribera del Magdalena en la estación veraniega […] La mayor
parte del ganado que salió de los montes de Galapa, tomó rumbo hacia el norte,
transmontó la sierra y descendió hasta el lugar llamado entonces las <<Sabanitas
de Camacho>> [...] Así comenzó la existencia del lugar llamado Camacho>> […]
Decididos los primeros ocupantes del terreno a fijar en él su residencia definitiva,
invitaron a sus amigos ausentes, llamaron a sus parientes y allegados y
comenzaron los desmontes y la demarcación de solares, sin atender a reglas de
ninguna especie y cada uno obró según su leal saber y entender. Esto sucedía en
el año de gracia de 1629, según lo afirma el señor Juan José Nieto en su Geografía
histórica, estadística y local de la provincia de Cartagena, República de la Nueva
Granada, publicada en 1839…” (Bastardillas y subrayado fuera de texto) Villalón
(Ibídem).
De tal manera, que Malabet, en el año de 1875, al igual que Vergara y Baena en el
año de 1922, recogía a lo sumo lo que había hecho Juan José Nieto en su Geografía
histórica, estadística y local de la provincia de Cartagena, República de la Nueva
Granada, publicada en 1839, quienes estaban dando fundamentos a una versión de
los orígenes de Barranquilla, sin ninguna rigurosidad histórica y sin
documentaciones auténticas de primera mano, lo que al parecer terminó
convirtiéndose en un mito o en una leyenda de circunscribir los orígenes de
Barranquilla, al descubrimiento inesperado del sitio, por unos ganaderos de Galapa,
para saciar a las orillas del rio, los caños y ciénaga del lugar de Camacho, la sed de
sus reses.
Sin embargo, como una muestra probatoria de las ligerezas del mito o leyenda
afianzada en el imaginario colectivo por Juan José Nieto y Domingo Malabet, sobre
los orígenes de Barranquilla, es el hallazgo de documentos más antiguos que
registra la existencia del sitio que posteriormente se iba a conocer como la ciudad
de Barranquilla: en marzo del año de 1533 el cronista Gonzalo Fernández de
Oviedo, quien acompañó a Pedro de Heredia en su recorrido por Tierradentro, que
era el nombre de lo que hoy es el departamento del Atlántico, y de acuerdo a la
reseña que hace del documento Villalón (Ibídem), se manifiesta de ésta manera la
existencia del mencionado sitio:
“… De allí se partió el gobernador el mismo día, e llegó a dormir en la costa del río
Grande: no halló allí pueblo sino un varadero de canoas, y estaban allí unos indios
mercaderes de la gobernación de Sancta Marta, que tenían dos canoas llenas de
camarones secos que traían por mercadería, é yban á aquel río Grande á tractar
con aquella mercadería, é con sal é otras cosas…”. 4 (Bastardillas fuera de texto).
4
En su libro de compilación: Historia de Barranquilla, Jorge Villalón, aunque importante el trabajo de hacer
una historiografía sobre los historiadores y la Historia de Barranquilla, haciendo un paréntesis, cae en los clisé
de algunos imaginarios impuestos por la dirigencia y las instituciones estatales de la ciudad de Barranquilla,
como los que aparecen al final de la página 77 del libro, asimilando a la ciudad a una vocación inexistente:
“Barranquilla[…] ciudad educadora, centro político y de comunicaciones, centro de divulgación tecnológico,
ciudad amable y ecológica y con una población pacífica y alegre”; reseña en su texto: Barranquilla y sus
historiadores, de esta manera el pasaje de la crónica del español Gonzalo Fernández de Oviedo: “Durante ésta
travesía, la tropa de Heredia pasó por el pueblo de indios de Galapa y luego se dirigió hacia el río Grande,
donde se alojó una noche en un atracadero de canoas. Todo indica que se trataba del lugar donde
posteriormente surgió el caserío a orillas de la ciénaga y del río llamado Barrancas de San Nicolás.
[…] y otro día, Jueves Santos, madrugaron antes que amaneciese y comenzaron a
navegar su viaje al río Grande; y al tiempo que llegaron a la boca del rio que estaba
más concjunta a ellos, queriendo embocar por ella para subir el río arriba, les
sobrevino una tan repentina y recia tormenta, que los cuatros de los barcos ni les
bastó alijar lo que llevaban para su mantenimiento a la mar, ni usar de todos los
otros remedios que los navegantes en semejantes tormentas suelen usar, y ansí
fueron rebatados de ímpetu y furor del viento, y con diversas fortunas que cada cual
padeció, fueron arrojados a diversos lugares y playas[…]. (Bastardillas fuera de
texto)
[…] tierra poblada de gente caribe y que en esta sazón estaba de guerra; y como lo
españoles saliesen mareados y mojados y atormentados de la mar y sin armas
ningunas […] y sin que se escapase ninguno con la vida, fueron miserable y
cruelmente muertos por manos de aquellos bárbaros y sepultados en sus vientres
[…]. (Bastardillas fuera de texto).
De tal forma, indican éstas crónicas, que las versiones de Juan José Nieto y
Domingo Malabet, sobre el origen de Barranquilla, eran vaporosas desde el punto
de vista de la rigurosidad que exige la misma realidad histórica por su complejidad
y el espectro que abarcaba. De tal manera, con el tiempo, la Historia de Barranquilla,
tendría otras miradas, que nos iban a sacar del mito o la leyenda de circunscribir los
orígenes de Barranquilla al accidentado hecho de buscarle, en época de sequía,
agua al ganado sediento por parte de unos galaperos.
El primero en buscar, aunque no fue su propósito, pero indujo otras miradas más
profunda sobre nuestros orígenes como ciudad, fue el arqueólogo Carlos Angulo
Valdés, quien en 1954 publica un artículo titulado: “Colecciones arqueológicas
superficiales de Barranquilla y Soledad”, donde refuta que la fundación o los
orígenes de Barranquilla date de 1629, como lo habían manifestado Juan José Nieto
y Domingo Malabet, cuando los hallazgos arqueológicos de Valdés demuestran que
existió una cultura indígena precolombina; es decir, mucho antes de la llegada de
los españoles, cuyos hallazgos fueron encontrados en varios lugares de la ciudad
de Barranquilla, como el Country Club, el barrio Nuevo Horizontes, Granadillo y Los
Alpes.
Pero al parecer, el más importante, según Villalón (Ibídem), fueron los restos de un
cementerio indígena encontrado en el lugar conocido como el barrio Abajo por el
ingeniero Antonio Luis Armenta a fines del siglo XIX, cuando estaba a cargo de los
trabajos de excavación para construir el tranvía de la calle 37 o de Jesús.
Lo que había de averiguarse como ese sitio que inicialmente es poblado por la
cultura indígena de Camacho, la cual existió hasta el año de 1559 de acuerdo a la
investigación realizada por el profesor de Historia, Alexander Vega Lugo, en “Los
orígenes de Barranquilla”, compilado por Villalón (Ibídem 2000: 96), que habitaban
alrededor de la ciénaga de Camacho, se convirtió, primero, en una encomienda
alrededor de la hacienda de San Nicolás en 1629, manejada por el terrateniente
español Nicolás de Barros y Guerra, segundo, en la Barrancas de San Nicolás y
después en el sitio de Libres; es decir, de mestizos que no obedecían a ninguna
autoridad de la época, hasta constituirse en una unidad urbana y de expansión
incalculable en referencia al sitio inicial, manteniendo su vocación primigenia y
natural al comercio.
José Gregorio Stevenson Díaz5 (2016, 77-88) así lo manifiesta, en los capítulos
titulados: “ANOTACIONES SOBRE EL NORTE DE TIERRADENTRO Y DE OTROS
MATERIALES, José Agustín Blancos Barros”, “SAN NICOLAS DE TOLENTINO DE
HACIENDA GANADERA A SITIO DE VECINO LIBRES” y “OTRAS
APRECIAICONES PARA TENER EN CUENTA” quien fuera éste, José Agustín
Blancos Barros, uno de los pioneros en manejar los estudios sobre la historia de
Barranquilla desde la perspectiva de la disciplina de la Historia
Sin embargo, para efecto de este trabajo monográfico, que tiene que ver con el goce
del espacio público y una problemática traumática y compleja como es el
aparecimiento del vendedor estacionario en el escenario urbano de Barranquilla,
encontramos varios aspectos fundamentales que incidieron de manera directa e
5
El libro: “Origen de Barranquilla. Una visión crítica acerca del origen de Barranquilla 1533-1715/ Re-
interpretación de la Historia local” de José Gregorio
indirectamente, no sólo con la inexistencia de una planificación urbana, la cual duró
por muchos años, hasta el punto que la primera