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CARACTERÍSTICAS DE LA CONSTITUCIÓN DE 1931

En las elecciones del 28 de junio de 1931 la victoria fue para los socialistas y los
republicanos de izquierda. Comienza entonces el Bienio Reformista de la II República española,
con Niceto Alcalá Zamora como presidente ya elegido de manera oficial.

La elaboración de una nueva Constitución era una prioridad para las nuevas Cortes, que
en seguida se pusieron a trabajar sobre ello. Los debates fueron durísimos, especialmente en
aquellas cuestiones más polémicas para una sociedad que aún era mayoritariamente católica:
voto femenino, divorcio, Estado laico…En los debates parlamentarios sobre la inclusión del
sufragio femenino destacó Clara Campoamor, del Partido Radical, como la más firme defensora
del voto para las mujeres. Pero entre quienes manifestaron mayor oposición, estaba
curiosamente otra mujer, Victoria Kent, del Partido Radical Socialista. No es que Kent
rechazara la idea del voto femenino por principios, si no porque sostenía que las mujeres aún no
estaban preparadas para ejercer ese derecho al estar aún muy sometidas a la influencia de la
Iglesia. Pero los intensos debates acabaron por darle la razón a Campoamor. Finalmente el
texto constitucional completo se aprobó en diciembre de 1931.

Las características de este nuevo texto constitucional son las siguientes.

- Definición de España como una República de trabajadores de toda clase. Con ello
se pretende resaltar la inclinación progresista del nuevo sistema, que apoya a la
clase trabajadora, pero no olvida a los empresarios, la patronal, el ejército…gracias
al apelativo de de toda clase. La idea era buscar un modelo integrador.
- Amplísima declaración de derechos civiles, que superaba con mucho las de todas
las constituciones anteriores.
- Posibilidad de creación de autonomías dentro del país.
- Mayor poder para las Cortes. Sistema unicameral y sufragio universal incluyendo el
voto femenino.
- Estado laico. Se prohibía a la Iglesia ejercer la enseñanza, aunque se garantizaba la
libertad religiosa y de culto.
- Se garantizaba también la propiedad privada pero esta quedaba subordinada a los
intereses de la nación. Es decir, que el Estado podía apropiarse de empresas
privadas o de bienes inmuebles (como latifundios) en beneficio de la nación. Este
punto permitió el desarrollo de la Reforma Agraria.

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