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ENTRE VIVOS.
El Libro III de nuestro Código Civil es muy preciso. Se refiere a las sucesiones por causa
de muerte, dándonos a entender que también existen otro tipo de sucesiones.
La sucesión, --del latín succesio--, implica la entrada de una persona o cosa en lugar de
otra; de aquí que para Justiniano la sucesión viene siendo todo traspaso de derechos de
una persona hacia otra; o, como señalaba Savigny: la sucesión es el cambio subjetivo en
una relación de derecho.
Por lo anterior, podemos hablar entonces de dos tipos de sucesiones: las que ocurren en
virtud de actos entre vivos, --cuando una persona vende un carro a otra deja de ser el
titular del derecho de dominio, pues la relación jurídica cambia en la persona del nuevo
titular: el comprador—y, la que ocurre por causa de muerte: el cambio del derecho
subjetivo sólo ocurre a la muerte de su titular, en favor de su --o sus—heredero.
Así, pues, la sucesión por causa de muerte comprende la transmisión de bienes, derechos
y obligaciones de una persona que muere, a favor de sus herederos. En tal caso, si no se
produce la muerte, no existe posibilidad alguna de sucesión.
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Transferir es el traspaso del dominio y demás derechos reales de una a otra persona en
virtud de actos entre vivos. La voluntad de ambas partes será requisito necesario para que
se produzca la transferencia, excluyendo lo que ocurre con las ejecuciones judiciales.
Sin embargo, hay reglas que pueden abarcar a ambos conceptos en atención a la
situación en que se producen. Así, cuando el artículo 720 C.C., se refiere a los títulos
constitutivos de dominio y a los traslaticios de dominio; éstos últimos son los justos títulos
necesarios para transferir el dominio, tales son: la venta, la permuta y la donación entre
vivos. Nos preguntamos: ¿qué justo título deberán tener los herederos para adquirir el
dominio de los bienes del difunto? Esto nos obliga a entender que las reglas del justo título
para adquirir el dominio, no se contrae solo a los títulos traslaticios de dominio.
Tendríamos que extender la regla a la sentencia de declaratoria de herederos que
constituye un justo título no traslaticio de dominio, pero que sí permite el traspaso –vía
transmisión—del dominio de los bienes del difunto a favor de sus herederos o legatarios.
Quizá lo más adecuado hubiese sido que la ley se refiriera a los títulos que sirven para
traspasar o trasladar el dominio, así se tratara de actos entre vivos o actos por causa de
muerte.
Podemos decir, que así como la tradición es un modo de adquirir en virtud de un título
traslaticio de dominio; la sentencia de heredero constituye el justo título que permite
adquirir la herencia.
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los bienes, derechos y obligaciones que forman parte de su patrimonio.
Consecuentemente, los herederos tendrán que acreditar que el difunto, --a quien se le
llama también causante--, era el propietario del patrimonio que transmite.
También es un modo de adquirir a título gratuito, pues los sucesores no tienen que realizar
sacrificio económico alguno para poder adquirir la herencia o el legado.
El artículo 714 de nuestro Código Civil prescribe: “La tradición de la herencia se verificará
por ministerio de la ley, al heredero, en el momento en que es aceptada; pero el heredero
no podrá enajenar los bienes raíces, ni constituir sobre ellos ningún derecho real, sin que
preceda la inscripción del dominio de dichos bienes a su favor, presentando al Registro el
título de su antecesor si no constare a favor de éste la inscripción, y los documentos
auténticos que comprueben la declaratoria de su calidad de único heredero, o la
adjudicación de tales bienes al que pretende su inscripción.
Ya habíamos analizado que el artículo 720 C.C., excluye a la sucesión por causa de
muerte porque ésta no transfiere solo transmite; pero como no se puede privar a los
herederos del derecho a adquirir el dominio de los bienes que pertenecían al difunto, por
eso en el artículo 714 C.C., se refiere a la tradición de la herencia, no obstante que la
tradición es un modo de adquirir entre vivos. De aquí que la definición de título traslaticio de
dominio contenida en el artículo 720 precitado, la expresión “transferirlo”, con referencia al
dominio, admite ser interpretada en el sentido de “transferirlo” y “transmitirlo”, esto es,
“traspasarlo”, tanto entre vivos como por causa de muerte.
Nuestra ley determina que sólo se puede suceder a una persona difunta, ya sea a título
universal o a título singular.
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A título universal significa que, los herederos, sucederán en todos los bienes, derechos
y obligaciones del difunto, pero sólo los transmisibles, o en una cuota o proporción de
ellos. ¿Qué clase de bienes?: los bienes muebles e inmuebles que estén en el comercio
de los hombres. ¿Qué clase de derechos?: los derechos reales, personales como los
créditos y las obligaciones, siempre que no estén declarados por la ley como
intransmisibles.
Es importante señalar que no pueden ser objeto de sucesión por causa de muerte, bienes,
derechos y obligaciones intransmisibles. Estos quedan excluidos de toda sucesión. De
aquí que muchos autores consideren a la sucesión como un modo de extinguirse tales
bienes, derechos y obligaciones, pues terminan con la muerte de su titular.
Son intransmisibles:
a) Las cosas que la naturaleza ha hecho comunes a todos los hombres, como el aire,
los mares, el sol, etc. Art.616 C.C.
b) Los bienes nacionales de uso público y los bienes del Estado o bienes fiscales.
Art.617 y 618 C.C.
c) Algunos derechos reales, como el uso o habitación y el usufructo, a menos que se
haya otorgado por tiempo determinado. Ni el usuario, ni el usufructuario podrán
heredar el uso o habitación o el usufructo. Arts.791 y 786 No.1 C.C.
d) El derecho a pedir alimentos. Art.209 Código de Familia (C.F.).
e) Los derechos inherentes, por ser personalísimos y estar irreversiblemente afectos
a la persona humana, como los que nacen de la patria potestad o del matrimonio,
la nacionalidad, el nombre, etc.
f) Las pensiones por jubilación, excepto en el caso de algunas leyes especiales como
la de INPREMA y la del Instituto de Previsión Militar (IPM).
g) Los derechos que por su naturaleza terminan con la muerte de su titular, como los
de la renta vitalicia. Art.1997 C.C.
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h) Los contratos en que es determinante la existencia de la persona, como el contrato
de mandato (que termina con la muerte del mandante o del mandatario). Art.1911
No.3 C.C.
i) Los derechos que se derivan del contrato societario, a menos que se haya
acordado expresamente, su continuidad con los herederos. Art.1883 C.C.
j) Las obligaciones cuyo cumplimiento depende de la calidad exclusiva del deudor;
por ejemplo: la confección de una obra de arte. Arts. 1078 y 1771 C.C.
k) El vínculo jurídico de la solidaridad sólo se transmite en función de la cuota
hereditaria de los herederos del difunto. Art.1413 C.C.
l) Las asignaciones testamentarias condicionales si el asignatario muere sin cumplir
la condición. Art.1062 párr.2º.
Estos son los casos más importantes en cuanto a los bienes, derechos y obligaciones
intransmisibles; hay muchos otros que dependerán de las leyes de cada Estado y, otros,
que son objeto de leyes especiales.
Artículo 930 C.C.- “Se sucede a una persona difunta a título universal o a título singular.
El título es singular cuando se sucede en una o más especies o cuerpos ciertos, como tal
caballo, tal casa, o en una o más especies indeterminadas de cierto género, como un
caballo, tres vacas, seiscientos (L.600.00) Lempiras, cuarenta fanegas de trigo.”
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consanguíneos más cercanos al difunto, sin excluir al cónyuge sobreviviente que, a pesar
de no tener parentesco con el difunto, la ley le garantiza cuando menos la cuarta parte de
la herencia.
También puede darse la llamada sucesión mixta, cuando la sucesión es en parte testada
y en parte intestada. Como lo estudiaremos en lo sucesivo, la ley dispone que primero
debe abrirse la parte testada y, posteriormente, la intestada.
Asignaciones por causa de muerte.- Son las disposiciones que hace la ley o el difunto,
en su testamento, para que los herederos puedan acceder a los bienes, derechos y
obligaciones del difunto, --también llamado causante o de cuius. En forma genérica la ley
las denomina, simplemente, como asignaciones. Asignatario (s) es la persona (s) a quien
se deja una asignación, sea en virtud de testamento, sea en virtud da la ley.
Artículo 932 C.C.- “Se llaman asignaciones por causa de muerte las que hace la ley o el
testamento de una persona difunta, para suceder en sus bienes.
Con la palabra asignaciones se significan, en este libro, las asignaciones por causa de
muerte, ya las haga el hombre o la ley.
Asignatario es la persona a quien se hace la asignación.”
Clases de sucesores.
Apuntamos que en la sucesión intestada, las asignaciones son siempre a título universal.
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Cuando las asignaciones se refieren únicamente a una o más especies o cuerpos ciertos
y determinados, o a una o más especies indeterminadas, se les llama legados y, al
asignatario se le denomina legatario.
Así pues, para calificar como heredero o legatario a una persona, deberá atenderse al
contenido u objeto de la asignación, sin considerar si se trata de sucesión testamentaria
o ab-intestato.
Artículo 933 C.C.- “Las asignaciones a título universal se llaman herencias, y las
asignaciones a título singular, legados. El asignatario de herencia se llama heredero, y el
asignatario de legado, legatario.”
Podemos decir que, normalmente, las distintas etapas que habrá que transitar para
adquirir la herencia, ocurren al mismo tiempo: al momento en que muere el causante. No
obstante, podemos reconocerla individualmente, pues se trata de instituciones diferentes.
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Lógicamente, los interesados tendrán que acreditar la muerte del causante; si se ha
producido naturalmente, bastará con la Certificación de la defunción del causante
extendida por la autoridad competente del Registro Nacional de las Personas; si se trata
de muerte presunta, deberá acreditarse mediante sentencia judicial con carácter de cosa
juzgada, en la que debe contenerse la fecha en que se produjo la muerte; esta sentencia
deberá publicarse en el Diario Oficial “La Gaceta” e inscribirse la muerte presunta en el
Registro correspondiente. En este caso la apertura de la sucesión se producirá hasta
después de seis meses de publicada dicha sentencia.
Estos aspectos tienen muchísima importancia, habida cuenta de que el heredero debe
tener existencia real a la muerte del causante; por eso, cuando hay duda razonable en
cuanto a quién de ellos murió primero, la ley presume, salvo prueba en contrario, que
ambos murieron al mismo tiempo y, por ende, ninguno puede suceder al otro. Artículo 937
en relación con el Artículo 82 C.C.
La sucesión se abre en el lugar del último domicilio del causante. Este aspecto es
importante para determinar la competencia judicial por razón de territorio en los asuntos
sobre cuestiones hereditarias, por ejemplo, formación de inventarios, petición de herencia,
partición, nulidades, etc.
Artículo 934.- “La sucesión de los bienes de una persona se abre al momento de su muerte
en su último domicilio, salvo los casos expresamente exceptuados.”
La vocación.
La delación.
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La sucesión se abre a la muerte del causante y, al mismo tiempo, --por regla general--, se
produce la delación, que es el “llamamiento” que hace la ley a los herederos para que
acepten o repudien la herencia. Independientemente del tipo de sucesión de que se trate,
el llamamiento va dirigido a los que tienen preferencia en cuanto al derecho de suceder.
Empero, si por alguna razón los herederos preferentes no quieran, o no puedan, suceder,
habrá una nueva delación (llamamiento) dirigido a otras personas en sustitución de los
anteriores. En este último caso, la delación se produce con posterioridad a la muerte del
causante, puesto que se trata de un segundo llamamiento. Consecuentemente, solo
podemos hablar de una sola apertura de la sucesión, la que automáticamente se produce
a la muerte del causante y, también, de una sola delación si los llamados a suceder
aceptan la herencia y tienen la capacidad para suceder al causante.
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Salvo si la condición es de no hacer algo que dependa de la sola voluntad del asignatario,
pues en este caso, la asignación se defiere en el momento de la muerte del testador,
dándose por el asignatario caución suficiente de restituir la cosa asignada con sus
accesiones y frutos, en caso de contravenirse a la condición.
Lo cual, sin embargo, no tendrá lugar, cuando el testador hubiere dispuesto que mientras
penda la condición de no hacer algo, pertenezca a otro asignatario la cosa asignada.”
La adquisición de la herencia.
Ahora bien, la posesión efectiva de la herencia sólo puede ocurrir si se transitan las cuatro
etapas antes relacionadas hasta que se adquiere, con la aceptación de la herencia, la
calidad de heredero; por eso, quien repudia la herencia, no la podrá poseer en ningún
momento.
Debe de entenderse que desde el momento en que se acepta la herencia, los herederos
son considerados por la ley como verdaderos poseedores de la misma desde el momento
en que se produjo la muerte del causante, aunque físicamente no la tengan en su poder.
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b) La posesión real o material: Art.717 C.C. “La posesión es la tenencia de una cosa
o el goce de un derecho por nosotros mismos con ánimo de dueños, o por otro en
nombre nuestro.
El poseedor es reputado dueño, mientras otra persona no justifique serlo.”
Lo normal es que, quien tenga la posesión legal también tenga la posesión real o material;
pero podría ocurrir que alguien tenga la posesión legal y un tercero (falso heredero) tenga
la posesión material de la herencia. Lógicamente, el verdadero heredero tendrá que
dilucidar judicialmente su derecho a efectos de obtener la posesión material; de lo
contrario, el falso heredero podría convertirse también en poseedor legal a través de la
prescripción.
El derecho de transmisión.
En esta operación jurídica participan: el primer causante, esto es, el que muere primero;
el heredero transmitente, es decir, el segundo causante, el que muere después del primer
causante; y, el heredero (s), --transmisario--, del transmitente, quien tiene la facultad de
aceptar o repudiar la herencia del primer causante, siempre y cuando acepte la herencia
del heredero premuerto.
Cabe aclarar el derecho de transmisión es posible, cualquiera que haya sido la forma de
suceder del heredero transmitente, ya sea mediante la sucesión testamentaria o intestada.
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En nuestro sistema se debe entender que los asignatarios forzosos del transmitente, no
tienen derecho alguno sobre los bienes del primer causante, sino únicamente, sobre la
masa hereditaria del heredero premuerto.
Artículo 936 C.C.- “El heredero o legatario cuyos derechos a la sucesión no han prescrito,
fallece antes de haber aceptado o repudiado la herencia o legado que se le ha deferido,
transmite a sus herederos el derecho de aceptar dicha herencia o legado, o repudiarlos,
aun cuando fallezca si saber que se le ha deferido.
No se puede ejercer este derecho sin aceptar la herencia de la persona que lo transmite.”
a) El acervo común o bruto: se refiere a todos los bienes de que estaba en posesión
el difunto al momento de abrirse la sucesión, existiendo la posibilidad de que
alguno, o algunos, de esos bienes no hayan sido propiedad del causante.
b) Acervo ilíquido: consiste en el conjunto de bienes que sí pertenecían al causante
en propiedad, pero que no constituyen aun la herencia porque falta separar
algunos bienes que, forzosamente, la ley exige separar de la masa hereditaria.
c) Acervo líquido: comprende el remanente de la masa hereditaria, una vez que se
han separado lo que la ley exige obligatoriamente (bajas generales de la herencia)
y las asignaciones forzosas (alimentos y/o porción conyugal). Podemos señalar
que este acervo líquido es lo que queda de la masa hereditaria para distribuir entre
los herederos según las reglas de la sucesión intestada, o según la voluntad del
testador, en la sucesión testamentaria.
De conformidad con nuestro Código Civil, las bajas generales de la herencia son las
comprendidas en los numerales del 1 al 4 del Artículo 938 C.C., y las asignaciones
forzosas son los alimentos forzosos y la porción conyugal.
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Los gastos funerarios, por regla general, en Honduras, no suelen afectar la masa
hereditaria; en el peor de los casos se convierte en una deuda hereditaria que pagan los
herederos, proporcionalmente, a quién realizó los gastos del entierro del causante.
Podemos decir lo mismo respecto a los gastos ocasionados por el proceso de legalización
de la herencia. Lo más importante en cuanto a las bajas de la herencia lo constituyen las
obligaciones que dejó el causante, mismas que serán pagadas de conformidad de la
misma forma en que se contrajeron, a menos que el o los acreedores, aleguen alguna
causal que les permita exigir el pago total de su crédito, como en el caso de la caducidad
de plazo relacionada en el Artículo 1391 C.C.
Los impuestos fiscales se rigen de acuerdo con la Ley del Impuesto sobre la Renta
(Decreto No.25 del 20 de diciembre de 1963 y sus reformas). La Ley de Gravamen de
Herencias, Legados y Donaciones del 15 de febrero de 1938 está derogada.
Los alimentos forzosos se rigen por los Artículos 1148 y 1149 C.C. y, en forma especial,
por el Código de Familia (Artículos del 207 al 226-A). La porción conyugal, que
corresponde a la cuarta parte de la masa hereditaria (cuarta conyugal), se rige por las
disposiciones contenidas en los Artículos 1150 al 1156 C.C., sin perjuicio de la acción de
reforma a la que tiene derecho el cónyuge sobreviviente (y los acreedores alimentarios),
para la satisfacción e integración de sus derechos.
Reza el Artículo 938 C.C.- “En toda sucesión por causa de muerte, para llevar a efecto las
disposiciones del difunto o de la ley, se deducirán del acervo o masa de bienes que el
difunto ha dejado, incluso los créditos hereditarios:
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Requisitos para suceder: capacidad y dignidad.
Este punto debemos tratarlo con mucho cuidado para no caer en innecesarias
confusiones. En términos generales, la capacidad es la aptitud legal que tenemos todas
las personas para gozar o adquirir derechos y obligaciones, sin embargo, debemos
diferenciarla de la capacidad de ejercicio. La primera la tenemos todos por el hecho de
ser personas, incluyendo a las personas jurídicas; todos podemos adquirir
independientemente de nuestra edad, sexo, condiciones sociales, etc. Pero no todos
tenemos la capacidad de ejercicio, esto es: la que nos permite establecer por sí mismos
relaciones jurídicas con otras personas y disponer libremente de nuestros derechos sin
más limitaciones que las que impone la ley.
Con relación a las sucesiones por causa de muerte podemos señalar: todos tenemos la
aptitud legal para suceder por causa de muerte, es decir, para adquirir herencias o
legados; pero no siempre tendremos la capacidad de ejercicio para disponer libremente
de los bienes, derechos y obligaciones que hemos adquirido; para ello sí necesitamos de
la capacidad legal y de la capacidad intelectual: ser mayores de edad (21 años) y tener
pleno conocimiento y advertencia de nuestros actos.
Empero, la ley impone algunos obstáculos para gozar o adquirir la herencia o el legado.
Establece reglas prohibitivas que impiden que una persona pueda suceder por causa de
muerte, convirtiendo en incapaces a las personas que se ven afectadas por dichas
prohibiciones; también prescribe reglas que comprenden causales que, por circunstancias
atribuibles a culpa o dolo de los eventuales herederos o legatarios, también les impiden
acceder a la herencia o al legado.
Nuestro Código Civil regula la incapacidad y la indignidad para suceder por causa de
muerte. De tal manera que todos somos capaces para suceder por causa de muerte: los
impúberes, los dementes, los que están por nacer, etc., excepto cuando la ley determina
que una persona es incapaz o indigna. Estos términos son diferentes, aunque producen
semejantes efectos jurídicos: impiden adquirir la herencia o el legado.
Artículo 940 C.C.- “Toda persona natural o jurídica, a menos de una disposición contraria
de la ley, goza de la capacidad para suceder o recibir una asignación.”
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Artículo 941 C.C.- “Para ser capaz de suceder es necesario existir naturalmente al tiempo
de abrirse la sucesión salvo que se suceda por derecho de transmisión según el Artículo
936, pues entonces bastará existir al abrirse la sucesión de la persona por quien se
transmite la herencia o legado.
Si la herencia o legado se deja bajo condición suspensiva, será también preciso existir en
el momento de cumplirse la condición.
Con todo, las asignaciones a personas que al tiempo de abrirse la sucesión no existen,
pero se espera que existan; no se invalidarán por esta causa si existieren dichas personas
antes de expirar los treinta (30) años subsiguientes a la apertura de la sucesión.
Valdrán con la misma limitación las asignaciones ofrecidas en premio a los que presten
un servicio importante, aunque el que lo presta no haya existido al momento de la muerte
del testador.”
Cuando nos referimos al causante (el difunto), éste deberá contar con la capacidad legal
e intelectual suficiente para poder realizar válidamente actos y contratos, pues el
testamento es un acto jurídico. En cambio, en el caso de la sucesión intestada (sucesión
legal), como no interviene la voluntad del causante, no tiene trascendencia la capacidad,
pues independientemente de la edad o del intelecto de la persona, cualquiera podrá
heredar ab-intestato.
Por eso el Art.986 C.C., relaciona a las personas que son inhábiles porque carecen de
capacidad legal o intelectual para realizar ese acto jurídico: ordenar un testamento.
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1. El impúber.
2. El que se hallare bajo interdicción por causa de demencia.
3. El que actualmente no estuviere en su sano juicio por ebriedad u otra causa.
4. Todo el que de palabra o por escrito no pudiere expresar su voluntad claramente.”
Pero cuando nos referimos a la capacidad del heredero o del legatario para adquirir la
herencia o el legado, hacemos el siguiente señalamiento: todos tenemos el derecho para
adquirir, excepto aquellos que, por disposición de la ley, tienen vetado (prohibido) el
derecho para hacerlo; o, porque han incurrido en alguna causal comprobada de
indignidad, también impuesta por la ley, que da origen a la imposibilidad legal de suceder
por causa de muerte.
En conclusión, para suceder deben concurrir estos requisitos: tener existencia real al
momento de morir el causante, --excepto en el caso de la sucesión vía derecho de
transmisión, --que ya comentamos--, en el de las personas que se espera que existan, en
el de asignaciones bajo condición suspensiva, o en las asignaciones ofrecidas en premio
al que preste algún servicio o cumpla una carga determinada por el testador--, y tener la
capacidad y la dignidad necesaria.
Para que la persona sea incapaz de suceder es necesario que la ley la declare
expresamente incapaz, por eso quien alegue una incapacidad para suceder, tiene la
obligación de probarla en juicio.
Nuestra ley civil se refiere a dos tipos de incapacidades para suceder: incapacidad
absoluta e incapacidad relativa. La absoluta no admite subsanación, puede ser alegada
por cualquiera persona, y basta con que conste en autos para que el juez pueda declararla
hasta de oficio. La relativa es subsanable, sólo parte interesada puede alegarla y es
susceptible de prescripción, si a los diez años no ha sido alegada en juicio.
Las causas de incapacidad absoluta están consignadas en los Artículos 941 y 942 C.C. y
se contraen a dos:
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2. Cuando los gremios, establecimientos y las cofradías carecen de personalidad
jurídica.
Artículo 941 C.C.- “Para ser capaz de suceder es necesario existir naturalmente al tiempo
de abrirse la sucesión salvo que se suceda por derecho de transmisión según el Artículo
936, pues entonces bastará existir al abrirse la sucesión de la persona por quien se
transmite la herencia o legado.
Con todo, las asignaciones a personas que al tiempo de abrirse la sucesión no existen,
pero se espera que existan; no se invalidarán por esta causa si existieren dichas personas
antes de expirar los treinta (30) años subsiguientes a la apertura de la sucesión.
Valdrán con la misma limitación las asignaciones ofrecidas en premio a los que presten
un servicio importante, aunque el que lo presta no haya existido al momento de la muerte
del testador.”
Artículo 942 C.C.- “Son incapaces de toda herencia o legado las cofradías, gremios o
establecimientos cualesquiera que no sean personas jurídicas.
Pero si la asignación tuviere por objeto la fundación de una nueva corporación o
establecimiento, podrá solicitarse la aprobación legal, y obtenida ésta, valdrá la
asignación.”
1.- El ministro de cualquier culto que haya sido confesor o guía espiritual del causante.
2.- El médico de cabecera del testador.
3.- Las interpósitas personas que por presunción legal puedan simular contratos para
favorecer al incapaz, como el cónyuge, los descendientes, ascendientes y hermanos
del incapaz.
4.- El Notario que haya autorizado el testamento, su cónyuge y sus parientes
consanguíneos y afines (Art.1046 C.C., párrafo 1).
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5.- Los testigos del testamento abierto, y los funcionarios y testigos de los testamentos
privilegiados, excepto cuando el testamento es cerrado (Art.1046 C.C., párrafo 2).
Quedan excluidas de esta incapacidad los parientes que, conforme a las reglas de la
sucesión intestada, hubiesen sido herederos universales del difunto.
Artículo 943 C.C.- “Por testamento otorgado durante la última enfermedad, no puede
recibir herencia o legado alguno, ni aun como ejecutor fiduciario, el ministro de cualquier
culto que haya confesado o asistido al testador durante la misma enfermedad, o
habitualmente en los dos (2) años anteriores al testamento, ni la corporación religiosa o
cofradía de que fuere miembro dicho ministro. Esta disposición es aplicable al médico de
cabecera del testador.
Pero esta incapacidad no comprenderá la porción de bienes que dicho ministro o médico
habría heredado ab-intestato, ni no hubiese habido testamento.”
Artículo 944 C.C.- “Será nula la disposición a favor de un incapaz, aunque se disfrace bajo
la forma de un contrato oneroso, o por interposición de persona.
Artículo 945 C.C.- “El incapaz no adquiere la herencia o legado, mientras no prescriban
las acciones que contra él puedan intentarse por los que tengan interés en ello.”
Si la incapacidad para suceder implica la falta de derecho para adquirir una herencia o
legado, la indignidad comprende la pérdida del derecho para hacerlo motivada,
principalmente, por la conducta impropia del eventual heredero o legatario, que lo
convierte en desmerecedor de la herencia o legado; consecuencia de ello es la sanción
que impone la ley al indigno, cual es la exclusión de su derecho a adquirir la herencia o
legado. Sin embargo, para que se materialice esta exclusión, será preciso que la
indignidad sea declarada judicialmente mediante sentencia firme con carácter de cosa
juzgada.
Cabe señalar que si bien la indignidad conduce a la desheredación legal, como una
sanción impuesta por la ley; la desheredación propiamente dicha es un acto voluntario del
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testador que, para producir efectos jurídicos, debe de constar en forma tácita o expresa
en el mismo testamento.
La ley establece puntualmente las causales de indignidad, mismas que se contraen a los
delitos o faltas, por acción u omisión, perpetrados en perjuicio del causante, su familia o
sus bienes, y a la falta de atención a las obligaciones que, en su condición de pariente
más cercano, tenía el heredero respecto al causante, tales como la petición de
nombramiento de tutor al absolutamente incapaz o no ejercer dicho cargo
injustificadamente, por ejemplo.
Las causales de indignidad están consignadas en nuestra ley en los Artículos del 946 al
950, inclusive, del Código Civil.
Artículo 946 C.C.- “Son indignos a suceder al difunto como herederos o legatarios:
Artículo 947 C.C.- “Es indigno de suceder el que no hubiere denunciado o avisado a la
justicia el homicidio cometido en la persona del difunto, tan presto como le hubiere sido
posible, exceptuándose de esta disposición los impúberes, dementes y sordomudos, que
no se dan a entender por escrito.
Pero esta causa de indignidad no podrá alegarse sino cuando constare que el heredero o
legatario no es cónyuge de la persona por cuya obra o consejo se ejecutó el homicidio, ni
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es del número de sus ascendientes o descendientes, ni hay entre ellos parentesco hasta
el cuarto grado inclusive, o de afinidad hasta el segundo.”
Artículo 948 C.C.- “Es indigno de suceder al impúber, demente o sordomudo, el que siendo
llamado a sucederle ab intestado, no pidió que se le nombrara un tutor o curador, y
permaneció en esta omisión un (1) año entero; a menos que aparezca haberle sido
imposible hacerlo por sí o por procurador.
La obligación no se extiende a los menores, ni en general a los que viven bajo tutela o
curaduría.
Artículo 949 C.C.- “Son indignos de suceder el tutor o curador que nombrados por el
testador se excusaren sin causa legítima.
Esta causa de indignidad no podrá alegarse contra ninguna persona de las que, por temor
reverencial, hubieren podido ser inducidas a hacer la promesa al difunto; a menos que
hayan procedido a la ejecución de la promesa.”
Existen otras causales de indignidad diseminadas en otros artículos del Código Civil, como
el caso del cónyuge que abandona sin justa causa el hogar por seis meses o más, o que
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por su culpa hubiere ocurrido una separación de hecho (Arts.971. y 1152 C.C.); o el caso
del partidor que no acepta el cargo sin justa causa (Art.1236 C.C.), por ejemplo.
Características de la indignidad.
Como la indignidad no viene impuesta por la ley, pues esta sólo establece las causales
que pueden dar origen a ella, será necesaria la instancia de parte interesada para llevar a
juicio al presunto indigno, en procura de que el juez dicte sentencia condenatoria
declarándolo indigno. La carga de la prueba corresponderá, en todo caso, al demandante;
de la eficacia probatoria dependerá entonces la condena para el indigno.
Es importante señalar que el indigno tendrá derecho a pedir la herencia mientras no haya
sentencia que lo haya declarado como tal; no obstante, si después de tomar posesión de
la herencia algún interesado lo demanda y el juez decreta su indignidad, estará en la
obligación de restituir cuanto haya recibido, a los herederos que, por ley, tengan derecho
a sustituirlos.
Artículo 951 C.C.- “Las causas de indignidad mencionadas en los artículos precedentes
no podrán alegarse contra disposiciones testamentarias posteriores a los hechos que la
producen, aun cuando se ofreciere probar que el difunto no tuvo conocimiento de esos
hechos al tiempo de testar ni después.”
Artículo 952 C.C.- “La indignidad no produce efecto alguno, si no es declarada en juicio a
instancia de cualquiera de los interesados en la exclusión del heredero o legatario indigno.
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La posesión legal de la herencia por parte del heredero indigno, por un término de diez o
más años, conduce a la prescripción adquisitiva de la misma, pues no habrá posibilidad
de que prosperen acciones judiciales en su contra, intentadas por personas interesadas
en que se declare su indignidad.
Esta regla se aplica a los legatarios, pero en el entendido de que éstos sólo adquieren la
posesión material del legado, cuando los herederos, o el ejecutor testamentario, en su
caso, le han pagado su legado.
Artículo 953 C.C.- “La indignidad se purga en diez (10) años de posesión de la herencia o
legado.”
La acción de indignidad.
La acción es la potestad que tiene toda persona para hacer peticiones al órgano
jurisdiccional en procura de sus derechos. Al referirla a la indignidad, significará la
demanda que puede intentar el interesado en perjuicio de un supuesto heredero o
legatario, pretendiendo que se le excluya de la herencia o el legado, por haber incurrido
en alguna de las causales de indignidad.
Esta demanda sólo podrá intentarse contra el supuesto indigno, no contra terceras
personas que, de buena fe, ha adquirido en virtud de un acto entre vivos, parte o el total
de los bienes, créditos o derechos comprendidos dentro de la herencia o legado.
La buena fe se presume, salvo en los casos prescritos expresamente por la ley; por ende,
si alguien pretende que el tercero ha adquirido de mala fe porque sabía que el tradente
era indigno, tendría que probar en juicio la mala fe (Art.724 C.C.).
Artículo 954 C.C.- “La acción de indignidad no pasa contra terceros de buena fe.”
Para comprender este tema es necesario aclarar que los herederos o legatarios no pueden
ser considerados terceras personas; los herederos, porque por una ficción de la ley se les
considera representantes del causante; los legatarios, porque son acreedores de los
herederos. Además, los terceros adquieren en virtud de actos entre vivos, como la
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donación, la compraventa, la permuta, por ejemplo. Los herederos o los legatarios,
adquieren por causa de muerte.
La indignidad no afecta a los terceros de buena fe; pero sí afecta a los herederos o a los
legatarios. Si el heredero indigno muere habiéndose declarado heredero, o antes de
haberse declarado como tal, sus propios herederos podrían, vía derecho de transmisión
acceder a la herencia del primer causante, pero la adquirirán con el mismo vicio de
indignidad de su antecesor por el tiempo que falte para que prescriban las acciones que
existan contra el causante, mismas que prescriben a los diez años. Así, si al morir el
supuesto indigno han transcurrido siete años de posesión de la herencia, o legado en su
caso, sólo faltarán tres años para que prescriba el derecho para reclamar judicialmente la
indignidad; al transcurrir los diez años, ya no cabe, por prescripción, dicho derecho.
Los herederos, --o el legatario cuando así lo determina el testador--, pueden quedar
gravados con obligaciones del causante, o con los legados que asignó el testador a favor
de algún legatario. Son, pues, deudores de los acreedores del causante; ahora, sus
propios acreedores. Si el heredero indigno está en posesión efectiva de la herencia, no
podrá oponer la indignidad como excepción tratando de eludir el cumplimiento de tales
obligaciones.
Se puede entender que esta disposición también va dirigida a los deudores del causante
que, eventualmente, podrían oponerse a pagar a los herederos del indigno alegando
indignidad. Tampoco tendrán derecho a ello puesto que la indignidad no es efectiva
mientras no exista sentencia firme que la haya decretado.
Artículo 955 C.C.- “A los herederos se transmite la herencia o legado de que su antecesor
se hizo indigno, pero con el mismo vicio de indignidad de su antecesor, por todo el tiempo
que falta para completar los diez años.”
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Derecho de alimentos de los indignos.
Artículo 957 C.C.- “La incapacidad o indignidad no priva al heredero o legatario excluido,
de los alimentos que la ley le señale; pero en los casos del artículo 946, no tendrá ningún
derecho a alimentos.”
1º) La incapacidad viene impuesta por la ley, por lo que no puede ser dispensada por el
testador; la indignidad sí puede serlo, pues el testador puede condonarla aún con
posterioridad a los hechos que la han provocado.
2º) La indignidad deberá ser decretada judicialmente a petición de parte interesada que
deberá acreditarla en juicio; la incapacidad sólo deberá declararse una vez que el juez
constata que afecta al heredero o legatario.
3º) El incapaz no puede adquirir la herencia, por lo que no puede transmitirla; el indigno sí
podrá transmitirla, pero con el vicio de indignidad.
4º) La incapacidad pasa contra terceros de buena o mala fe; la indignidad no pasa contra
terceros de buena fe.
5º) El incapaz no adquiere la asignación mientras no prescriban todas las acciones que
puedan hacerse valer en su contra; el indigno puede adquirir por prescripción por posesión
de la asignación por diez años o más.
Esto para citar algunas de las diferencias más significativas entre ambas instituciones.
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2.- REGLAS RELATIVAS A LA SUCESIÓN INTESTADA.
Concepto.
Se llama sucesión intestada, ab-intestato o legítima, a aquélla clase de sucesión por causa
de muerte en la que la ley dispone que los bienes, derechos y obligaciones del difunto, se
transmitirán a su (s) pariente (s) más cercano (s), en virtud de que el causante no ordenó
un testamento disponiendo de sus bienes o si dispuso, no lo hizo conforme a derecho o,
si lo hizo, sus disposiciones no resultaron eficaces.
Así, pues, la ley sustenta la sucesión intestada en el orden de parentesco que fije la ley,
no en el origen de los bienes, derechos y obligaciones que conformen la masa hereditaria.
El orden de parentesco suele variar de una legislación a otra.
Se le suele llamar sucesión legítima o legal porque, como ocurre en la gran mayoría de
los casos, el testador por alguna razón no testó, o su testamento resultó nulo, o sus
disposiciones testamentarias no obstante ser válidas, no pueden ser realizadas porque al
momento de la muerte del causante, los bienes y derechos ya no existen en su patrimonio.
Si bien son tres las causas principales en que procede la sucesión intestada conforme a
nuestro código, pueden darse otras circunstancias que determinan su procedencia,
diferentes a las consignadas en el Artículo 958 C.C.
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o incapaz y el testador no dispone otra solución; finalmente, en los casos de
caducidad de los testamentos privilegiados, que trataremos en lo sucesivo.
Pueden darse otras causas, como el caso en que el heredero testamentario muera antes
de abrirse la sucesión, o cuando el testamento es válido, pero no se refiere al destino de
sus bienes, sino sólo a alguna declaración puntual, como el reconocimiento de un hijo, o
el nombramiento de un tutor, o la desheredación, por ejemplo.
Si el testador sólo dispuso de parte de sus bienes, o si al morir ya existen otros bienes no
incluidos en el testamento, será necesario abrir la sucesión testamentaria y,
posteriormente, la sucesión intestada respecto de los bienes no incluidos en el testamento,
o que fueron adquiridos por el testador con posterioridad a su otorgamiento. A esto se le
llama sucesión mixta.
Artículo 958 C.C.- “Las leyes reglan la sucesión en los bienes de que el difunto no ha
dispuesto, o si dispuso no lo hizo conforme a derecho, o no han tenido efecto sus
disposiciones.”
Artículo 959 C.C.- “La ley no atiende al origen de los bienes para reglar la sucesión
intestada.”
Orden de parentesco.
EL Artículo 960 C.C. fue reformado habida cuenta que nuestra Constitución de la
República, en su Artículo 114 establece que Todos los hijos tienen los mismos derechos
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2. El (la) cónyuge o compañero (a) de hogar en unión de hecho debidamente
legalizada sobreviviente;
3. Sus ascendientes;
4. Sus colaterales; y,
El Artículo 316 del Código de Familia también hace mención a este orden de parentesco,
razón por la cual el Decreto 35-2013 ordenó la reforma del Artículo 960 C.C.
estableciéndose un orden de prelación para efectos de la sucesión intestada, de tal
manera que, los parientes más cercanos excluyen a todos los demás.
En la sucesión intestada se puede suceder personalmente, esto es: el (los) pariente (s)
más cercano (s) tienen derecho de declararse herederos al momento de morir el causante,
como cuando los hijos suceden al padre, por ejemplo; o por derecho de representación.
La sucesión por derecho de transmisión es posible tanto en la sucesión testamentaria
como en la intestada; el de representación sólo es posible en la sucesión intestada.
El Artículo 961 C.C., define el derecho de representación como una ficción (invento) legal
que se hace posible cuando quien tiene derecho a suceder, repudia la herencia o no la
puede recibir por prohibición de la ley (incapacidad) o por indignidad decretada
judicialmente. En estos casos, los descendientes que determina la ley, ocuparán el lugar
que tenía en la sucesión, quien repudió, o es incapaz o indigno para suceder, y podrán
acceder a la herencia que a éste hubiese tenido derecho.
Por lo expuesto, para que la sucesión por derecho de representación pueda ocurrir será
necesario: a) Que muera una persona (causante) intestada; b) que alguno (s) de sus
herederos repudie la herencia, o no pueda adquirirla por ser incapaz o indigno,
convirtiéndose así en el representado; y, c) que los descendientes del representado
ocupen su lugar en la sucesión para acceder a la herencia a que éste tenía derecho.
No obstante que la representación es un acto entre vivos, pues sólo se puede representar
al que repudia la herencia, al incapaz o al indigno; deberá comprenderse entre los
incapaces al representado que falta porque murió antes que el causante (premuerto), lo
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que significa que está entre los que no pueden suceder. De esta manera, los
descendientes de quien hubiese sucedido si hubiese sobrevivido al causante, también
podrán suceder vía derecho de representación.
De tal manera que, en un sentido objetivo, para que proceda el derecho de representación
se requiere: la premuerte del representado, la incapacidad o indignidad decretada
judicialmente, o la renuncia o repudio de la herencia ante el notario o autoridad
competente.
Artículo 961 C.C. “Se sucede ab intestado, ya por derecho personal, ya por derecho de
representación.
La representación es una ficción legal en que se supone que una persona tiene el lugar y,
por consiguiente, el grado de parentesco y los derechos hereditarios que tendría su padre
o madre si ésta o aquel no quisiere o no pudiere suceder.
Se puede representar a un padre o a una madre que, si hubiese podido o querido suceder,
habría sucedido por derecho de representación.”
En el derecho de representación sólo se sucede por estirpe, esto es: la parte que
correspondía al representado o al premuerto, se tendrá que distribuir entre sus herederos
en forma proporcional. Sin embargo, si el representado hubiese podido suceder, lo hubiera
hecho por cabeza, es decir, hubiese recibido íntegramente la parte que le correspondía.
Por ejemplo: Si don Alan Brito muere intestado dejando tres hijos, Pedro, José y Antonio;
éstos heredarían un tercio por cabeza. Pero si José, --que tiene cuatro hijos--, repudia la
herencia, sus cuatro hijos sucederán por estirpe vía derecho de representación, debiendo
dividirse entre todos, la tercera parte que le correspondía a su padre Alan Brito.
Artículo 962 C.C. “Los que suceden por representación, heredan en todos casos por
estirpes, es decir, que cualquiera que sea el número de los hijos que representan al padre
o madre, toman entre todos y por iguales partes la porción que hubiera cabido al padre o
madre representados.
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Los que no suceden por representación, heredan por cabezas, esto es, toman entre todos
y por iguales partes la porción a que la ley los llama, a menos que la misma ley establezca
otra división diferente.”
Quienes puedan representar tienen que ser personas que no tengan impedimento alguno
para suceder con relación al causante, --no al representado--, y sólo podrán serlo los
descendientes del difunto de cuya sucesión se trata; y los descendientes de sus
hermanos. Los parientes en la línea ascendente, y los demás parientes del difunto, no
podrán adquirir vía derecho de representación.
Dicho de otra manera: el representante que ocupa el lugar del representado, se convierte
en lo que este último era con relación al causante.
Así lo deja establecido el Artículo 963 C.C., reformado según el artículo 6 del Decreto
No.35-2013. La representación sólo opera en la línea de la descendencia del causante,
lo que significa que no puede favorecer a los ascendientes; es decir: los ascendientes sólo
podrán ser representados, pero no podrán representar.
Artículo 964 C.C.- “Se puede representar al ascendiente cuya herencia se ha repudiado.
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Se puede, asimismo, representar al incapaz, al indigno y al que repudió la herencia del
difunto.”
b) Los herederos del transmitente (el heredero muerto después del causante)
adquieren porque su derecho va incluido en la herencia del transmitente; el
heredero por representación adquiere la herencia, porque la ley le otorga el lugar
que ocupaba el representado en la sucesión.
d) Los herederos por derecho de transmisión deben ser dignos y capaces respecto
al transmitente; los que suceden por representación deben ser dignos y capaces
respecto al causante, no respecto al representado. Así mismo, el vicio de
indignidad se transmite a los que suceden por transmisión; no ocurre así respecto
a los que suceden por representación.
h) Cualquiera que demuestre ser heredero del transmitente, puede suceder vía
derecho de transmisión; por representación sólo podrán suceder los
descendientes del causante o de sus hermanos.
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Distribución de la herencia intestada.
Previo a referirnos a este tema, debemos señalar que los artículos del 965 al 970 C. C.,
quedaron derogados y, los artículos 972 y 973 C. C., resultaron reformados en virtud del
Decreto 35-2013 del 27 de febrero de 2013. Recordemos que en virtud del mismo decreto,
también se reformaron el 960 y el 963 C. C., el primero estableciendo el orden para
suceder en la sucesión intestada y, el segundo, estableciendo cuando habrá lugar a la
representación.
2º) cuando lo hubiere abandonado sin justa causa por más de seis meses si, durante dicho
abandono, se produce la muerte del causante; a contrario sensu, el cónyuge o unido de
hecho sobreviviente no responsable, sí tiene derecho a suceder.
Artículo 971 C. C., “El cónyuge separado de cuerpos, no tendrá parte alguna en la
herencia ab intestado de su mujer o marido, si hubiere dado motivo la separación por su
culpa.
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Si no existen parientes, cónyuge o unido de hecho legalmente reconocido (a), la herencia
le corresponderá a los colaterales, siendo loa hermanos los parientes más cercanos del
causante. Los colaterales pueden suceder hasta el sexto grado de consanguinidad, en el
entendido de que los colaterales más próximos excluyen a los más lejanos. De no subsistir
hermanos, sucederán los sobrinos, luego, en su caso, le sucederán los tíos, después
primos hermanos; le siguen los hijos y, finalmente, los nietos de sus primos hermanos.
Los colaterales de simple conjunción, esto es: los que sólo son parientes del difunto por
parte de padre o de madre, gozan de los mismos derechos que los colaterales de doble
conjunción.
Artículo 972 C. C.- “A falta del cónyuge o compañero (a) de hogar en unión de hecho
debidamente reconocida sobreviviente, descendientes, ascendientes y hermanos,
sucederán al (la) difunto (a) los otros colaterales, según las reglas siguientes:
1) El (la) colateral o los (las) colaterales del grado más próximo, excluirán siempre a
los (las) otros (as). Entre estos (as) colaterales no hay representación;
2) Los derechos de sucesión de los (las) colaterales no se extienden más allá del
sexto grado; y,
3) Los colaterales de simple conjunción, esto es, los que sólo son parientes de el (la)
difunto (a) por parte de padre o por parte de madre, gozan de los mismos derechos
que los colaterales de doble conjunción.”
Tanto el artículo 973 como el 974 C. C., en su primera parte, prescriben lo mismo, pues
el último domicilio del causante es el mismo que tenía al momento de su defunción,
aunque éste haya muerto en otro lugar diferente; por ejemplo: que haya fallecido en un
hospital de otro municipio en donde se le atendió hasta su muerte.
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Pero si el causante no hubiere estado domiciliado en Honduras, heredará a título universal
el municipio en donde estuvieren situados sus bienes; y, si están distribuidos en varios
municipios, se tendrá por heredero universal a aquél en donde haya mayor concentración
de bienes, y por legatarios, aquéllos en que se encuentren diseminados los demás bienes.
Si los bienes no estuvieren en la República, heredará el del lugar de nacimiento del difunto;
pero si no nació en Honduras, heredará el municipio que designe el Poder Ejecutivo.
Del mismo modo que las personas naturales, la (s) municipalidad (es) no podrá (n) tomar
posesión efectiva de la herencia mientras no exista sentencia firme que le (s) declare como
heredera (as), de conformidad con el procedimiento prescrito en el Código Procesal Civil.
El municipio que resultare favorecido con una herencia o legado, no podrá utilizar los
bienes adquiridos, para provecho propio de dicha la municipalidad, sino que tendrán que
ser invertidos en establecimientos de beneficencia, como hospitales u hogares de
ancianos, por ejemplo; o en centros de educación pública, como escuelas, talleres
vocacionales, etc.
Artículo 973 C.C.- “A falta de todos (as) los (as) herederos ab intestato, sucederá el
municipio en que el causante haya tenido su último domicilio.”
Artículo 974 C.C.- “El municipio llamado a la sucesión, es el correspondiente al lugar del
domicilio del causante. Si éste no hubiere tenido su domicilio en la República,
corresponden los bienes a los municipios donde se encontraren a la muerte de aquel,
declarándose heredero al municipio donde hubiere más bienes y considerándose a los
demás municipios, como legatarios. Si los bienes no están situados en la República,
pertenecen al municipio del lugar del nacimiento; y si éste no ocurrió en ella, el Poder
Ejecutivo determinará el municipio a que correspondan.
Los municipios no tomarán posesión de la herencia sin que preceda sentencia que los
declare herederos, en los términos que ordena el Código Procesal Civil.”
La sucesión mixta.
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momento de testar, o porque dispuso su testamento en cuotas que no completan la
unidad, la sucesión será mixta, es decir parte testada y parte intestada. Esta última se
distribuirá de conformidad con las reglas de la sucesión intestada, aunque deberá abrirse
primero la sucesión testada.
Es bastante frecuente que los mismos herederos testamentarios sean los intestados,
como cuando los hijos del difunto son los herederos testamentarios. En este caso serán
los únicos herederos; a menos que el testador haya prohibido expresamente, que
participen de la herencia intestada; de ser así, los herederos serán el cónyuge o
compañero (a) de hogar reconocido legalmente o, en su defecto, los que le sigan en el
orden del parentesco. La voluntad del testador siempre deberá prevalecer.
No obsta que uno de los herederos ab intestado, haya recibido una asignación de la parte
testada, para que lleve integra la porción que le corresponde en la parte intestada.
Además de que los extranjeros gozan de los mismos derechos que la ley civil otorga a los
hondureños (Art. 49 C. C.), la sucesión intestada no depende ni del origen de los bienes,
ni de la nacionalidad del heredero; consecuentemente, sus derechos hereditarios serán
determinados por el parentesco, de la misma manera que se determinan para los
hondureños.
Si el causante es extranjero, pero el (los) heredero (s) abintestato es (son) hondureño (s),
podrá (n) declararse heredero (s) abintestato conforme a las leyes hondureñas, respecto
a los bienes que el extranjero tenga en Honduras, --sin perjuicio de los alimentos y la
porción conyugal--; pero si los bienes sólo existen en el extranjero, se estará a lo dispuesto
a la ley extranjera.
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Artículo 977 C. C.- “Los extranjeros son llamados a la sucesión ab intestado de un
hondureño abierta en Honduras, de la misma manera y según las mismas reglas que los
hondureños.”
Artículo 978 C. C.- “En la sucesión ab intestado de un extranjero que fallezca dentro o
fuera del territorio de la República, tendrán los hondureños, a título de herencia, de porción
conyugal o de alimentos, los mismos derechos que según las leyes hondureñas les
corresponderían sobre la sucesión intestada de un hondureño.
Los hondureños interesados podrán pedir que se les adjudique en los bienes del
extranjero existentes en Honduras, todo lo que les corresponda en la sucesión del
extranjero.”
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DE LA SUCESIÓN TESTAMENTARIA.
Aunque la testamentifacción es libre, según nuestro Código Civil, la voluntad del testador
está restringida respecto a las asignaciones forzosas (obligatorias) que dispone la ley las
cuales, aunque la voluntad del testador sea contraria a ellas, la ley determina que loa
alimentos y la porción conyugal hay que separarlos del acervo de la herencia y se deben
de pagar. Incluso dispone de la acción de reforma del testamento que le permite a los
afectados exigir dichas asignaciones judicialmente.
No hay más asignaciones forzosas que los alimentos debidos por ley a ciertas personas
y la porción conyugal.”
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El concepto de testamento está contenido en el Artículo 980 de nuestro Código. De su
definición podemos desprender las principales característica.
Artículo 980 C. C.- “El testamento es un acto más o menos solemne en que una persona
dispone del todo o de una parte de sus bienes, para que tenga pleno efecto después de
sus días, conservando la facultad de revocar las disposiciones contenidas en el mientras
viva.”
Sus características.
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De esta característica se desprende también, que el testamento es indelegable, es
decir: que no se puede delegar en otra persona la facultad de representar al
testador en la realización del acto de otorgamiento de un testamento.
Serán nulas todas las disposiciones contenidas en el testamento otorgado por dos o más
personas a un tiempo, ya sean en beneficio reciproco de los otorgantes, o de una tercera
persona.”
d) Tiene por objeto disponer en todo o parte de sus bienes. Esto significa que la
finalidad principal del testamento es disponer de los bienes; pero esto no cierra las
posibilidades al testador para que también pueda disponer de otros asuntos no
relacionados con los bienes; como por ejemplo: el nombramiento de un guardador
de los bienes de algún hijo; o el reconocimiento de un hijo; o el nombramiento de
un partidor; o la desheredación expresa de algún hijo.
e) Es un acto por causa de muerte (mortis causa): el testamento sólo produce efectos
jurídicos hasta que el testador muere; los herederos adquirirán los bienes,
derechos y obligaciones del causante hasta su fallecimiento, que es el momento
en que se produce la delación y el deferimiento de la herencia. Antes no.
38
ordene un nuevo testamento. Esta disposición no puede ser desconocida ni por el
mismo testador; de tal manera, que si en el mismo testamento declara que no
revocará el testamento, o que un testamento futuro no tendría validez, o que sólo
sería válido si se usan ciertas palabras o señas; tales disposiciones no producirán
efectos jurídicos.
Artículo 981 C. C.- “Toda donación o promesa que no se haga perfecta e irrevocable sino
por la muerte del donante o provisor, es un testamento, y debe sujetarse a las mismas
solemnidades que el testamento.”
Nota: Los papeles, documentos o libros a los que se puede referir el testador, no se
tendrán como partes del testamento ni en el supuesto caso que así lo determine el
testador. El valor de tales documentos no es mayor ni menor que el que por su propia
naturaleza puedan tener.
Artículo 983 C. C.- “Los documentos, libros o papeles a que se refiere el testador en el
testamento, no se mirarán como partes de este, aunque el testador lo ordene; ni valdrán
más de lo que sin esta circunstancia valdrían.”
Para la validez de todo acto jurídico deben de concurrir ciertos requisitos. En el testamento
se requieren requisitos subjetivos o internos, que son los que se refieren a la capacidad
del testador, y a la expresión de su voluntad exenta de vicios; requisitos objetivos: los que
se refieren a las cosas y a la eficacia de las disposiciones testamentarias; y, requisitos
externos: las solemnidades requeridas según el tipo de testamento de que se trate.
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El incumplimiento de estos requisitos, --o la falta de cualquiera de ellos--, da lugar a la
nulidad e ineficacia del testamento. La ineficacia de las disposiciones testamentarias, o
de alguna de ellas, sólo causa la nulidad de dicha disposición, pero no afecta a las demás;
pero la incapacidad del testador, los vicios de consentimiento, o la falta de solemnidades,
producen la nulidad de todo el testamento.
Son hábiles para testar todas las personas legal e intelectualmente capaces; esto es: las
personas mayores de 21 años que además tengan pleno conocimiento y plena
advertencia de lo que hacen; a contrario sensu, no podrán ordenar testamento las
personas que carezcan de capacidad.
Así, son inhábiles para testar los impúberes, por ser absolutamente incapaces; los
dementes, cuando se encuentren en interdicción civil; al momento del otorgamiento, no
están en su sano juicio por cualquier causa que pueda acreditarse; todo el que de palabra
o por escrito no pudiere expresar su voluntad claramente, como los ciegos, sordos o
mudos que no puedan darse a entender; los enfermos o traumados por accidentes
mientras les sea imposible expresarse. Por lo general, todas estas personas son
absolutamente incapaces para testar; pero los ciegos, los sordo-mudos y los sordos,
podrán testar cuando concurran ciertas circunstancias, como saber leer y escribir, por
ejemplo.
La capacidad es requisito indispensable al momento de testar; de aquí que si un
testamento se otorga existiendo alguna de las inhabilidades antes relacionadas, el
testamento causará nulidad, aunque posteriormente desaparezca la inhabilidad; pero si al
momento de testar no se manifiesta ninguna de estas inhabilidades, el testamento será
válido, aunque después el testador se vuelva inhábil.
1.- El impúber.
2.- El que se hallare bajo interdicción por causa de demencia.
3.- El que actualmente no estuviere en su sano juicio por ebriedad u otra causa.
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4.- Todo el que de palabra o por escrito no pudiere expresar su voluntad claramente.
Artículo 987 C. C.- “El testamento otorgado durante la existencia de cualquiera de las
causas de inhabilidad expresadas en el artículo precedente es nulo, aunque
posteriormente deje de existir la causa.
El error implica la idea inexacta que se forma el testador sobre alguno de los elementos
del acto jurídico, que le empujan a creer que un hecho falso es verdadero; el error puede
destruir el consentimiento si recae sobre la naturaleza misma del acto jurídico; o puede
viciarlo, cuando recae sobre la sustancia del objeto; en el primer caso el acto es nulo; en
el segundo, el acto es anulable.
El dolo grave también produce la nulidad del testamento. Este dolo está definido en el
Artículo 1560 C. C. con motivo de los contratos; pero es aplicable también a los
testamentos. Consiste en palabras o maquinaciones insidiosas de parte de cualquier
persona, tendientes a inducir al testador a otorgar un testamento, o alguna disposición,
que sin ellas, no hubiera hecho.
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uso de la fuerza física de alguna persona sobre la persona del testador para obligarlo a
firmar el testamento, por ejemplo. Artículo 1558 C. C.
Artículo 988 C. C.- “Las disposiciones testamentarias en que hayan intervenido error,
fuerza o dolo, son nulas en todas sus partes, y si el vicio afecta la celebración del acto,
será nulo el testamento.”
Una de las características del testamento es la de ser un acto solemne, --más o menos
solemne, pero siempre solemne--; esta solemnidad pasa por formas específicas
impuestas por la ley, que obedecen a solemnidades o requisitos que el testamento debe
cumplir para su propia existencia, y así producir los efectos jurídicos correspondientes.
Dicho de otra manera: cada forma testamentaria tiene su propia regulación, encaminada
a garantizar la eficacia de su última voluntad expresada en el testamento.
Así pues, por su forma, los testamentos en Honduras se clasifican en solemnes (comunes
u ordinarios) y menos solemnes o privilegiados (extraordinarios o especiales). Los
solemnes son todos aquéllos que han sido realizados observándose todas las
solemnidades que la ley ordinariamente requiere para su validez. Los menos solemnes o
privilegiados, son aquellos que obedecen a formalidades o solemnidades especiales,
diferentes a las ordinarias, que la ley permite emplear, en atención a situaciones muy
particulares y graves, en que se encuentra una persona al momento en que quiere testar.
De acuerdo con nuestra ley, los testamentos solemnes son abiertos (nuncupativos o
públicos) o cerrados (secretos).
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ológrafo, es decir, escrito de puño y letra por el testador, aunque nuestra ley no exige este
requisito.
Artículo 989 C. C.- “El testamento es solemne o menos solemne testamento solemne es
aquel en que se han observado todas las solemnidades que la ley ordinariamente
requiere. El menos solemne o privilegiado es aquel en que no se han observado algunas
de estas solemnidades, por consideración a circunstancias particulares, determinadas
expresamente por la ley.
El Testamento Solemne.
Se llama testamento solemne, a aquél que se otorga observando todas las solemnidades
que requiere la ley para su validez. Todo testamento solemne debe otorgarse por escrito,
pública o privadamente, según el caso, debiendo siempre participar en el acto
testamentario, el testador, los testigos y el Notario o funcionario autorizante.
Tanto el testador como los testigos tienen que estar dotados de la habilidad (capacidad)
suficiente, el primero para ordenar el testamento, el segundo, para dar fe del acto
testamentario.
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Serán, pues, requisitos comunes en los testamentos solemnes, la escrituración y la
presencia de testigos, que podrán ser tres, en el caso del Testamento Abierto, y
cinco en el caso del Testamento Cerrado.
Además de capacidad e intelectual, los testigos deben ser hábiles, esto es: no estar
dentro del grupo de personas que la ley considera inhábiles.
De conformidad con lo establecido en el Artículo 991 C. C., hay diez y nueve causales de
inhabilidad para ser testigos, agrupadas así: a) físicas; b) intelectuales; c) morales; d)
prácticas; y, e) por parcialidad o interés.
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En los testamentos solemnes abiertos, deben de concurrir por lo menos dos testigos de
conocimiento y uno instrumental; en los testamentos cerrados deberán participar por lo
menos tres de conocimiento y dos instrumentales.
Artículo 991 C. C.- “No podrán ser testigos en un testamento solemne otorgado en
Honduras:
1.- Los menores de diez y ocho años.
2.- Los que se hallaren en interdicción por causa de demencia.
3.- Los que actualmente se hallaren privados de la razón.
4.- Los ciegos.
5.- Los sordos.
6.- Los mudos.
7.- Los condenados por crimen o simple delito, mientras no hubiere cumplido sus
condenas.
8.- Los de conducta notoriamente viciada, como ebrios habituales, tahúres de profesión,
alcahuetes, etc.
9.- Los que no tengan oficio, profesión, industria o medios conocidos de subsistencia.
10.- Los deudores fraudulentos.
11.- Los amanuenses del Juez o Notario que autorizare el testamento.
12.- Los extranjeros no domiciliados en la República.
13.- Las personas que no entienden el idioma del testador, sin perjuicio de lo dispuesto
en el Artículo 1004.
14.- Los ascendientes, descendientes y parientes colaterales dentro del tercer grado de
consanguinidad o segundo de afinidad del otorgante o del funcionario público que autoriza
el testamento.
15.- El cónyuge del testador.
16.- Los sirvientes domésticos del testador, de su consorte, del funcionario que autorice
el testamento y de las otras personas comprendidas en los números 14 y 19.
17.- Los que tengan con otro de los testigos el parentesco o las relaciones de que se habla
en los números 14 y 16.
18.- El sacerdote que haya sido el confesor habitual del testador y el que haya confesado
a este en la última enfermedad.
19.- Los herederos y legatarios, y en general, todos aquellos a quienes resulte un
provecho directo del testamento.
45
Dos (2) al menos, de los testigos deberán estar domiciliados en el lugar en que se otorga
el testamento, y uno (1), al menos, deberá saber leer y escribir, cuando sólo concurran
tres (3) testigos, y dos (2), cuando concurrieren cinco (5).”
Puede ocurrir que, al momento de ordenarse el testamento, alguno (s) de los testigos está
(n) comprendido (s) en alguna de las causales de inhabilidad en ese momento ignorada,
pero que llega a conocerse posteriormente. Existe pues una presunción de que todos los
testigos son hábiles, pero puede suceder que realmente alguno (s) no lo sea (n). A este
último se le denomina testigo putativo.
Cuando el testigo putativo sólo es uno, el testamento será válido; pero si participan dos o
más testigos putativos en el acto testamentario, el testamento queda viciado de nulidad y
podrá ser anulado mediante sentencia judicial. No podrá considerarse putativo, el testigo
que es inhábil en razón de ser reo condenado por crimen o simple delito que tenga
pendiente el cumplimiento de la pena.
Artículo 992 C. C.- “Si alguna de las causas de inhabilidad expresadas en el artículo
precedente, no se manifestare en el aspecto o confortación de un testigo, y se ignorare
generalmente en el lugar donde el testamento se otorga, fundándose la opinión contraria
en hechos positivos y públicos, no se invalidara el testamento por la inhabilidad real del
testigo. Pero la habilidad putativa no podrá servir sino a uno solo de los testigos.”
Otro aspecto que siempre debemos considerar son las asignaciones forzosas (alimentos
y porción conyugal), pues aunque el testador no quiera expresarse respecto a ellas, la ley
exige su reconocimiento. Por tal razón la ley concede a quienes, por cualquier causa, se
les pretenda privar de su derecho, la acción de reforma del testamento.
46
También será necesario tomar en cuenta el régimen económico del matrimonio, pues si
entre los cónyuges o los unidos de hecho legitimados no estuvieren bajo el régimen de
separación de bienes, el sobreviviente podrá reclamar hasta el cincuenta por ciento (50%)
del patrimonio, de conformidad con el Código de Familia (Artículos 50 y 55 No.2).
El Testamento Abierto.
El Artículo 989 C. C., contiene una definición muy genérica del testamento abierto,
nuncupativo o público; empero, conjuntando el contenido de los Artículos 993 y 994 C. C.,
se obtiene un concepto más completo. El testamento abierto es el acto jurídico mediante
el cual, una persona hace sabedores de sus disposiciones al Notario, o funcionario
competente, y tres testigos idóneos que vean y entiendan al testador.
Podrán actuar como notarios: los Jueces de Paz, en los municipios en donde no haya
notarios; y si bien no hay prohibición de que los Jueces de Letras también puedan hacerlo,
sería poco probable que en su jurisdicción no hayan notarios. También pueden autorizar
testamentos abiertos o cerrados, los Cónsules o los funcionarios diplomáticos hondureños
en el extranjero.
El acto testamentario.
Aunque la ley exige la unidad del acto testamentario, es decir, que desde su inicio el acto
se deberá desarrollar en forma continua, sin interrupción, ante el mismo Notario y los
mismos testigos; permite la suspensión momentánea del mismo, causada por un incidente
o accidente pasajero que amerite ser superado. Debe entenderse que, si el suceso es de
tal gravedad que impide su continuidad en forma indefinida, habrá que cancelar el acto
testamentario, debiendo iniciarlo desde el principio, si es esa la voluntad del testador.
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testador como los testigos deberán acreditar su idoneidad, y estar en el pleno goce
de sus facultades legales e intelectuales. El testador deberá expresar ante el
funcionario autorizante, sus nombres y apellidos, su edad, profesión u oficio, su
nacionalidad, estado civil, su lugar de nacimiento, el lugar de su domicilio y su
dirección; los nombres y apellidos de la persona (s) con la (s) que hubiere contraído
matrimonio y el de los hijos habidos dentro o fuera del matrimonio, con distinción
de vivos y muertos; y, los nombres y apellidos y generales de ley de los tres
testigos, incluyendo sus respectivas identificaciones. También deberá expresarse
el lugar y fecha del otorgamiento, y los nombres y apellidos del funcionario
autorizante
c) La aprobación. El acto concluirá con la aprobación del testamento por parte del
testador, misma que quedará ratificada con la firma del testamento e impresión
digital de su dedo índice derecho, en su defecto, el de la izquierda y a falta de éste,
cualquier otro; lo mismo harán, por su orden, los tres testigos; terminando el acto
con la firma del funcionario autorizante y la impresión de su sello oficial.
Puede ocurrir que el testador no pueda firmar por estar imposibilitado para hacerlo,
o porque no sabe firmar, o que no pueda estampar su huella digital; en este caso,
el funcionario autorizante hará mención de este hecho en la escritura contentiva
del testamento expresando la causa de dicho impedimento; si el impedimento es
48
de alguno de los testigos, firmará a ruego otro de los testigos (Art. 16 No. 12 Código
del Notariado).
En otras legislaciones se estipula que uno de los testigos puede firmar a ruego del
testador; en Honduras existe esta disposición pero solo en relación al testamento
cerrado.
Artículo 993 C. C.- “El testamento abierto deberá ser otorgado ante Notario y tres testigos
idóneos que vean y entiendan al testador.”
Artículo 994 C. C.- “Lo que constituye esencialmente el testamento abierto, es el acto en
que el testador hace sabedores de sus disposiciones al Notario y a los testigos.
El testamento será otorgado en un solo acto, sin que sea lícita ninguna interrupción, salvo
la que pueda ser motivada por un accidente pasajero, y será presenciado en todas sus
partes por el testador, por un mismo Notario y por unos mismos testigos.”
Artículo 995 C. C.- “En el testamento se expresarán el nombre y apellido del testador; el
lugar de su nacimiento; la nación a que pertenece; si está o no avecindado en Honduras,
y si lo está, el lugar en que tuviere su domicilio; su edad; la circunstancia de hallarse en
su entero juicio; los nombres de las personas con quienes hubiere contraído matrimonio;
de los hijos habidos o legitimados en cada matrimonio; de los hijos naturales del testador
con distinción de vivos y muertos; y el nombre y apellido y domicilio de cada uno de los
testigos.
Artículo 996 C. C.- “El testamento abierto podrá haberse escrito previamente.
Pero sea que se haya escrito, o que se escriba en el acto, será todo el leído en alta voz
por el Notario; y, mientras el testamento se lee, estará el testador a la vista, y las personas
cuya presencia es necesaria, oirán todo el tenor de sus disposiciones.”
49
Artículo 997 C. C.- “Terminará el acto por las firmas del testador y testigos, y por la del
Notario.
Si se hallare alguno de los testigos en el mismo caso, otro de ellos firmara por él y a ruego
suyo, expresándolo así.”
Una persona ciega sólo podrá otorgar testamento abierto puesto que, aunque no pueda
escribir sus disposiciones testamentarias, puede perfectamente expresarlas de clara y
viva voz ante el funcionario autorizante y los testigos.
Hay personas ciegas que sí saben y pueden firmar, otras no; sin embargo, para seguridad
del otorgante ciego, la ley prescribe que la escritura del testamento deberá ser leída dos
veces: la primera por el Notario o funcionario autorizante; la segunda, por uno de los
testigos de conocimiento a elección del testador. Esta solemnidad especial deberá ser
relacionada por el funcionario autorizante.
Artículo 998 C. C.- “El ciego solo podrá otorgar testamento abierto.
Su testamento será leído en alta voz dos veces: la primera por el Notario o funcionario
que lo autorice y la segunda por uno de los testigos, elegido al efecto por el testador. Se
hará mención especial de esta solemnidad en el testamento.”
50
Pueden darse dos situaciones diferentes: que el testador sepa leer y escribir, o que no lo
sepa. En el primer caso, es evidente que bastará que el testador lo lea por sí mismo, lo
firme, estampe su huella e invita a sus testigos para que hagan lo propio; en el segundo
caso, la ley prescribe que el testador llevará a dos personas de su confianza, que
conozcan la voluntad del testador, para que lo lean en su nombre ante el funcionario
autorizante y los tres testigos; finalmente lo leerá el Notario de manera que los testigos y
personas presentes, lo vean, oigan y entiendan.
Algunos juristas interpretan que no existe prohibición alguna de que las dos personas que
han de leer el testamento de la persona sorda, sean los mismos testigos. En nuestra
humilde opinión, estas personas no pueden ser los testigos, pues la lectura del testamento
que ellos hacen deberá ser escuchada por el funcionario autorizante y los testigos, según
lo expresa el Artículo 999 C. C. y, además, deberá relacionarse este hecho por el Notario
o funcionario autorizante. ¿Deberán los dos lectores firmar con los testigos? La ley no
señala disposición alguna que lo mande, tampoco que lo prohíba. Pero la falta de estas
dos firmas no puede causar la nulidad de esta clase de testamentos, bastando la de los
testigos y la del Notario.
Artículo 999 C. C. “El que fuere enteramente sordo, deberá leer por si mismo su
testamento; y si no sabe o no puede, designará dos personas que lo lean en su nombre,
siempre en presencia de los testigos y del Notario.”
El testador elegirá dos intérpretes que escribirán el testamento en el idioma en que desea
testar, y lo traducirán al castellano; esto significa que el testamento se escribirá en ambos
idiomas.
51
Son muchas las lagunas de la ley en el acto de otorgamiento de este tipo de testamentos.
En nuestra opinión los intérpretes deben ser personas diferentes a los testigos pues su
misión es muy diferente a la de éstos; pero hay quienes opinan que sí pueden serlo porque
la ley no lo prohíbe expresamente. Sí está claro, de conformidad con el Código del
Notariado (Art. 36), que los intérpretes deberán prometer ante el Notario, que cumplirán
su cometido fielmente y que estas circunstancias deberán constar en la escritura so pena
de nulidad, además de que también la firmarán y estamparán sus respectivas huellas
dactilares en la forma que lo manda el referido Código.
Otra duda que queda es si se podrá testar en un idioma no latino, o con alfabeto diferente
al latino, como las lenguas arábigas, indias o chinas, por ejemplo.
Artículo 1000 C. C.- “Para testar en lengua extranjera, se requiere la presencia de dos
intérpretes elegidos por el testador, que traduzcan su disposición al castellano. El
testamento se deberá escribir en las dos lenguas.”
Testamento Cerrado.
52
testigos lo vean, oigan y entiendan, señalando que dentro de la cubierta que presenta se
encuentra su testamento. También podrá optar por introducir el testamento dentro de la
cubierta en presencia del Notario y testigos, procediendo inmediatamente a cerrarlo y
asegurarlo como él lo estime conveniente.
Una persona muda, pero que sepa leer y escribir, sí está facultado para otorgar testamento
cerrado; sólo que su declaración la formulará por escrito en la misma cubierta contentiva
del testamento, siempre ante el Notario y los cinco testigos. Del mismo modo que en el
testamento abierto, los jueces de Paz y los funcionarios consulares o diplomáticos, en su
caso, están facultados para autorizar el otorgamiento de esta clase de testamentos.
Artículo 1001 C. C.- “El testamento solemne cerrado debe otorgarse ante notario y cinco
testigos.”
Artículo 1002 C. C.- “El que no sepa leer y escribir no podrá otorgar testamento cerrado.”
53
al sobre contentivo del testamento; podrá usar lacra, adhesivos, gomas, etc.
Es entendido que cualquier alteración que presente el sobre, provocará la
nulidad del testamento y la responsabilidad dolosa del depositario.
Artículo 1003 C. C.- “Lo que constituye esencialmente el testamento cerrado es el acto en
que el testador presenta al Notario y testigos una escritura cerrada, declarando de viva
voz y de manera que el Notario y testigos lo vean, oigan y entiendan (salvo el caso del
artículo siguiente) que en aquella escritura se contiene su testamento. Los mudos podrán
hacer una declaración, escribiéndola ellos mismos a presencia del Notario y testigos.
El testamento deberá estar firmado por el testador. La cubierta del testamento estará
cerrada o se cerrará exteriormente, de manera que no pueda extraerse el testamento sin
romper la cubierta.
Queda al arbitrio del testador estampar un sello o marca, o emplear cualquier otro medio
para la seguridad de la cubierta.
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El Notario expresará sobre la cubierta, bajo el epígrafe testamento, la circunstancia de
hallarse el testador en su sano juicio; el nombre, apellido y domicilio del testador y de cada
uno de los testigos, y el lugar, día, mes y año del otorgamiento.”
Termina el otorgamiento por las firmas del testador, de los testigos y del Notario sobre la
cubierta.”
Si el testador no pudiere firmar al tiempo del otorgamiento, firmará por él otra persona
diferente de los testigos instrumentales, y si alguno o algunos de los testigos no supieren
o no pudieren firmar, lo harán otros por los que no supieren o no pudieren hacerlo, de
manera que en la cubierta aparezcan siempre siete firmas: la del testador, la de los cinco
testigos y la del Notario.
Durante el otorgamiento estarán presentes, además del testador, un mismo Notario y unos
mismos testigos, y no habrá interrupción.”
Del testamento cerrado otorgado por personas que no pueden darse a entender
verbalmente.
Si la persona que pretende otorgar testamento es una persona muda, o es una persona
que no puede expresarse en el idioma del testador, tendrá que escribir, de su puño y letra,
sobre la cubierta que contiene el testamento cerrado, la palabra “Testamento”, o la
correspondiente en el idioma del testador. A continuación, cada uno en su caso, deberá
expresar sus nombres y apellidos, sus generales, su domicilio y su nacionalidad. Luego
se procederá conforme a lo establecido en el Artículo 1003 C. C.
Artículo 1004 C. C.- “Cuando el testador no pudiere entender o ser entendido de viva voz,
solo podrá otorgar testamento cerrado. El testador escribirá, de su letra, sobre la cubierta,
la palabra testamento, o lo equivalente en el idioma que prefiera, y hará del mismo modo
la designación de su persona, expresando, a lo menos, su nombre, apellido y domicilio, y
la nación a que pertenece, en lo demás se observará lo prevenido en el artículo
precedente.”
55
Concluido el acto testamentario, el Notario formará un solo cuerpo con el sobre contentivo
del testamento cerrado y el acta testamentaria original firmada por los participantes de
dicho acto. El testimonio del acta tendrá que guardarla el Notario en su Protocolo
Reservado.
Artículo 1006 C. C.- “El testador podrá conservar en su poder el testamento cerrado, o
encomendar su guarda a persona de su confianza, o depositarlo en poder del notario
autorizante para que lo guarde en su archivo.
En este último caso, el notario dará recibo al testador, y hará constar en su protocolo
reservado, al margen o a continuación de la copia del acta de otorgamiento, que queda el
testamento en su poder. Si lo retirare después el testador, firmará un recibo a continuación
de dicha nota.”
Ocurrida la muerte del testador, el Notario o el depositario del testamento cerrado, estará
en la obligación de presentarlo ante el Tribunal competente dentro de los diez días
siguientes de la muerte del testador, contados desde que el depositario es conocedor de
la muerte del testador. De no presentarlo dentro de dicho término, será responsable de
los daños y perjuicios que pudiere ocasionar a los herederos. Naturalmente, si el
depositario pretende presentarlo después del vencimiento de esos diez días, tendrá que
acreditar las razones que justifiquen su tardanza.
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La contravención a esta disposición, hará responsable al depositario por los daños y
perjuicios que se pudiesen haber causado a los interesados. Del mismo modo, si el
depositario omite su presentación en forma dolosa, además de los daños y perjuicios
perderá todo derecho que pueda tener como heredero o legatario del testador, incluyendo
los que eventualmente le puedan corresponder como heredero ab-intestato.
En el caso de que alguna persona hurte o robe el testamento que se encuentre en poder
del depositario o del mismo testador, o si lo oculta, rompe o inutilice, causando la nulidad
del testamento, se presumirá que ha actuado dolosamente debiendo, en consecuencia,
responder por los daños y perjuicios causados, y la pérdida total de sus eventuales
derechos hereditarios, sin perjuicio de la responsabilidad penal que proceda.
Artículo 1007 C. C.- “El notario o la persona que tenga en su poder un testamento cerrado,
deberá presentarlo al Juez competente luego que sepa el fallecimiento del testador.
Si no lo verifica dentro de diez días, será responsable de los daños y perjuicios que
ocasione su negligencia.”
Artículo 1008 C. C.- “El que con dolo deje de presentar el testamento cerrado que obre en
su poder dentro del plazo fijado en el párrafo segundo del artículo anterior, además de la
responsabilidad que en el se determina, perderá todo derecho a la herencia, si lo tuviere
como heredero abintestato o como heredero o legatario por testamento.
En esta misma pena incurrirán el que sustrajere dolosamente el testamento cerrado del
domicilio del testador o de la persona que lo tenga en guarda o depósito, y el que lo oculte,
rompa o inutilice de otro modo, sin perjuicio de la responsabilidad criminal que proceda.”
Su apertura y protocolización.
Una vez que se presenta el testamento cerrado ante el tribunal competente, por medio de
un profesional del derecho con poder suficiente para realizar este tipo de actos, el Juez
de jurisdicción voluntaria procederá a su apertura y protocolización, misma que se hará
de conformidad con lo establecido en el Artículo 1024 del Código de Procedimientos
Comunes, aún vigente para la jurisdicción voluntaria.
57
Artículo 1009 C. C.- “Para la apertura y protocolización del testamento cerrado, se
observará lo prevenido en el Código de Procedimientos.”
El Artículo 1586 C. C. establece cuáles son las causales de nulidad absoluta de los actos
y contratos; en su numeral 2º reza “cuando falta alguno de los requisitos o formalidades
que la ley exige, teniendo en mira el exclusivo y particular interés de las partes”.
Los testamentos solemnes (abierto o cerrado) y los menos solemnes, exigen para su
validez que concurran ciertos requisitos y solemnidades exigidas por la naturaleza misma
del acto jurídico, no en atención a la calidad de las personas que lo otorgan.
1º) Si se otorga ante un número de testigos menor que el señalado por la ley. Si concurren
más, no existiría nulidad, pues la ley no prohíbe que participen más.
2º) La falta de alguna firma de las requeridas para su validez; o si la persona o testigo que
debe firmar a ruego, no lo hace.
5º) Si aparece violentado el sobre que contiene el testamento cerrado, aunque no haya
culpa del depositario.
58
Testamento Solemne otorgado en país extranjero.
Nuestro Código Civil establece reglas generales que atañen al testamento abierto y
cerrado otorgado en el extranjero, pero conforme a las leyes hondureñas; pero es el
Derecho Internacional (diplomático y consular) quien regula conforme a tratados
internacionales, el derecho que asiste a los Estados signatarios, para facultar a sus
59
funcionarios diplomáticos y consulares, a realizar actos oficiales en sus respectivas
sedes, conforme a las leyes hondureñas.
El testamento solemne, abierto o cerrado, así como otros actos jurídicos, puede ser
otorgado ante estos funcionarios, como si se estuviera otorgando en la República
de Honduras.
Otro aspecto importante es que se prescribe claramente que, en caso que el testador
no sepa o no pueda firmar, podrá firmar a ruego cualquiera de los testigos.
60
Una copia o testimonio del testamento abierto, o de la cubierta (acta) del testamento
cerrado, deberá ser enviada por el Jefe de Legación, al Secretario de Relaciones
Exteriores de Honduras quien, una vez haya autenticado la firma del funcionario
diplomático o consular autorizante, remitirá dicha copia al Juez de Letras Civil del
último domicilio del otorgante y, en el caso de que no se conozca domicilio, al Juez
de Letras Civil de Francisco Morazán. En cualquiera de los casos, el Juez deberá
incorporar a su protocolo las correspondientes copias, o en la Notaría que el Juez
designe.
61
Para ser testigos, en el caso de los testamentos menos solemnes, basta ser mayor
de diez y ocho años, estar en su sano juicio y tener la aptitud para ver, oír y entender
al testador, bastando la habilidad putativa para ser testigo. No podrán ser testigos
las personas que están condenadas por haber cometido un delito o un simple delito
y aún no han cumplido su condena (991 No. 7). Los testigos deberán saber leer y
escribir si el testamento menos solemne se otorga por escrito.
Artículo 1015 C. C. “En los testamentos privilegiados podrá servir de testigo toda
persona de sano juicio, mayor de diez y ocho años, que vea, oiga y entienda al
testador, y que no tenga la inhabilidad designada en el número 7o. del Artículo 991.
Se requerirá, además, para los testamentos privilegiados escritos, que los testigos
sepan leer y escribir. Bastará la habilidad putativa, con arreglo a lo prevenido en el
Artículo 992”
Los requisitos que son comunes a los testamentos menos solemnes, son: a) El
testador debe de expresar claramente ante los testigos su intención de testar; b) los
testigos y, en su caso, la (s) persona (s) deberán ser las mismas y estar presentes
durante todo el acto testamentario; y, c) el acto deberá ser continuo, pudiéndose
interrumpir brevemente a causa de accidentes pasajeros.
No serán necesarias otras solemnidades que estas y las que en las secciones
siguientes se expresan.”
62
imposible la presencia del Notario, pues éste no puede llegar hasta donde se
encuentra el testador.
Puede ser que el testador se encuentre en peligro real e inminente de muerte pero
en un lugar en donde el Notario pueda asistirlo sin dificultad; en estos casos, el
testador deberá otorgarlo en su presencia y bajo la forma del testamento solemne:
abierto o cerrado.
Artículo 1018 C. C.- “En caso de epidemia puede otorgarse el testamento ante tres
testigos.”
Artículo 1019 C. C.- “En los casos de los dos artículos anteriores, el testamento se
hará verbalmente, cuando no fuere posible escribirlo; y será válido aunque los
testigos no sepan escribir.”
Modos de otorgarlo.
Si por alguna razón, --por ejemplo: una eficaz atención médica--, el testador logra
salir del peligro de muerte, su testamento será válido durante sesenta días contados
63
a partir del día en que salió del peligro de muerte; si transcurre ese plazo sin que se
produzca la muerte del testador, el testamento caducará automáticamente, por lo
que no podrá producir efectos jurídicos.
64
Los testigos instrumentales también serán examinados por dicho Juez, debiendo
deponer cada uno y por separado, sobre los puntos siguientes:
Artículo 1020 C. C. “El testamento otorgado con arreglo a las disposiciones de los
tres artículos anteriores quedara ineficaz si pasaren sesenta días desde que el
testador haya salido del peligro de muerte, o cesado la epidemia.
65
Cuando el testador falleciere en dicho plazo, también quedara ineficaz el testamento
si dentro de los noventa días siguientes al fallecimiento no se acude al Juez
competente para que se eleve a escritura pública, ya se haya otorgado por escrito,
ya verbalmente.”
66
3º) El lugar, día, mes y año del otorgamiento.”
Artículo 1025 C. C. “La información de que hablan los dos artículos precedentes,
será remitida al Juez de Letras del último domicilio, si no lo fuere el que ha recibido
la información; y el Juez, si encontrare que se han observado las solemnidades
prescritas, y que en la información aparece claramente la última voluntad del
testador, fallará que, según dicha información, el testador ha hecho las
declaraciones y disposiciones siguientes, (expresándolas); y mandará que valgan
dichas declaraciones y disposiciones como testamento del difunto, y que se
protocolice el expediente.
Impugnación.
Al igual que en el caso de los testamentos solemnes, este testamento podrá ser
impugnado ante el Juez de Letras Civil competente, por separado, de conformidad
con los trámites del juicio ordinario establecido en el Código Procesal Civil.
Artículo 1026 C. C. “El testamento de que se trata en el artículo anterior, podrá ser
impugnado de la misma manera que cualquier otro testamento auténtico; pero la
impugnación deberá hacerse por separado en juicio ordinario.”
67
El Testamento Militar.
Concepto.
b) Que sea otorgado por militares, empleados o voluntarios que colaboren con
el ejército, rehenes o prisioneros y demás personas que se encuentren en el
entorno bélico.
c) Que se otorgue ante un oficial que por lo menos sea Capitán y tres testigos.
Excepcionalmente, podría otorgarse ante el facultativo que lo asista, en el
caso de que el testador se encuentre gravemente enfermo o herido; o ante
el superior de cualquier grado en el caso que se encuentre en destacamento
o en misión de alto riesgo; o verbalmente ante tres testigos, si el testador se
encuentra en peligro inminente de muerte.
De aquí, pues, que el testamento militar puede ser abierto, cerrado o verbal.
68
Artículo 1027 C. C.- “En tiempo de guerra, los militares en campaña, voluntarios,
rehenes, prisioneros y demás individuos empleados en el ejército, o que sigan a
éste, podrán otorgar su testamento ante un oficial que tenga por lo menos la
categoría de Capitán.
Es el que se otorga por las personas señaladas en el Artículo 1027 C. C., ante un
oficial de alta graduación que, por lo menos, sea Capitán y ante tres testigos
(aplicando la regla general del testamento solemne abierto, pues nuestro Código
Civil no especifica ante cuántos testigos debe otorgarse).
Artículo 1028 C. C.- “El testamento será firmado por el testador si supiere y pudiere
escribir, por el funcionario que lo ha recibido y por los testigos.
69
Si el testador no supiere o no pudiere firmar, se expresará así en el testamento.”
La vigencia de este testamento, --lo mismo que la del testamento militar cerrado--,
será de noventa (90) días, contados a partir de que el testador sale del escenario
que le permite testar militarmente; si muere --por cualquier circunstancia—dentro de
este plazo, el testamento será válido; si sobrevive a este plazo, el testamento caduca
automáticamente quedando absolutamente nulo.
Artículo 1029 C. C.- “Si el testador falleciere antes de expirar los noventa días
subsiguientes a aquel en que hubieren cesado con respecto a él las circunstancias
que habilitan para testar militarmente, valdrá su testamento como si hubiese sido
oportunamente otorgado en la forma ordinaria.
Artículo 1030 C. C.- “El testamento llevará al pie el visto bueno del Jefe Superior de
la expedición o del Comandante de la plaza, si no hubiere sido otorgado ante el
mismo Jefe o Comandante, y será rubricado al principio y fin de cada página por
dicho Jefe o Comandante, el cual en seguida lo remitirá con la posible brevedad y
seguridad, al Secretario de Defensa, quien procederá como el de Relaciones
Exteriores en el caso del Artículo 1013.”
70
Solemnidades del testamento militar cerrado.
71
El acta que para tal efecto levante el Auditor de Guerra o quien haga sus veces, será
rubricada en todas sus páginas por el Jefe Superior o Comandante y, a la brevedad
posible, la remitirá al Secretario de Defensa quien, a su vez, la enviará al Juzgado
de Letras Civil del domicilio del deudor o, en su caso, al Juzgado de Letras Civil de
Francisco Morazán que lo mandará a protocolizar ante una Notaría a su elección.
Artículo 1030 C. C.- El testamento llevará al pie el visto bueno del jefe superior de
la expedición o del comandante de la plaza, si no hubiere sido otorgado ante el
mismo jefe o comandante, y será rubricado al principio y fin de cada página por dicho
jefe o comandante, el cual en seguida lo remitirá con la posible brevedad y
seguridad, al Secretario de Defensa, quien procederá como el de Relaciones
Exteriores en el caso del Artículo 1013.”
Artículo 1031 C. C.- “Cuando una persona que puede testar militarmente se hallare
en inminente peligro, podrá otorgar testamento verbal ante tres testigos; pero este
testamento caducará por el hecho de sobrevivir el testador al peligro.
La información de que hablan los Artículos 1023 y 1024, será evacuada lo más
pronto posible ante el auditor de guerra o por el funcionario de que haga sus veces.
Artículo 1032 C. C. “Si el que puede testar militarmente prefiere hacer testamento
cerrado, deberán observarse las solemnidades prescritas en el Artículo 1003,
actuando como ministro de fe el oficial designado en el párrafo primero del Artículo
1027.
La cubierta será visada como el testamento en el caso del Artículo 1030; y para su
remisión se procederá según el mismo Artículo.”
72
El Testamento Marítimo.
73
en presencia de tres testigos que vean, oigan y entiendan al testador. El
testador expresará de clara y viva voz ante el Comandante, o su segundo,
y los testigos, sus nombres y apellidos, sus generales de ley, si está o no
domiciliado en Honduras, si está en su sano juicio y demás designaciones
establecidas en el Artículo 995 C. C.
74
domicilio del testador, o al Juzgado de Letras Civil del departamento de
Francisco Morazán si se desconoce su último domicilio.
Artículo 1034 C. C.- “El testamento se guardará entre los papeles más
importantes de la nave, y se dará noticia de su otorgamiento en el diario.”
75
cualesquiera otros que se hallaren a bordo del buque de guerra hondureño
en alta mar.”
Artículo 1039 C. C.- “Si el que puede otorgar testamento marítimo prefiere
hacerlo cerrado, se observarán las solemnidades prescritas en el Artículo
1003, actuando como ministro de fe el comandante de la nave o su
segundo.
76
1023 y 1024 C. C., debiendo remitirse dicha información al Juez de Letras
Civil del último domicilio del testador o, en su caso, al Juez de Letras Civil
del departamento de Francisco Morazán. En caso de que el testador
lograra sobrevivir al peligro, este testamento caducará de inmediato,
siendo completamente nulo e ineficaz.
La información de que hablan los Artículos 1023 y 1024, será recibida por
el Comandante o su segundo y para remisión al Juez de Letras por
conducto de la Secretaría de Defensa, se observará lo prevenido en el
Artículo 1031.”
77
No se entenderá por desembarque el pasar a tierra por corto tiempo para
reembarcarse en el mismo buque.”
Artículo 1040 C. C.- “En los buques mercantes bajo bandera hondureña,
podrá solo testarse en la forma prescrita por el Artículo 1033, recibiéndose
el testamento por el Capitán o el que haga sus veces, y observándose,
además, lo prevenido en el Artículo 1035.”
Para que las asignaciones testamentarias sean válidas y eficaces, deberán concurrir
requisitos subjetivos, --que se refieren a la persona del heredero o del legatario--, y
requisitos objetivos, que se refieren a los bienes, derechos y obligaciones que
constituyen el objeto de la herencia o del legado.
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Requisitos subjetivos.
Para que una persona, natural o jurídica, pueda ser asignataria de una herencia o
un legado, deberá de reunir los siguientes requisitos:
b) Debe ser capaz para suceder, es decir: no debe estar comprendido entre las
prohibiciones para suceder que prescriben los Artículos del 942 al 945,
inclusive, del Código Civil.
c) Debe ser digno para suceder; esto es: no debe estar comprendido entre las
causales de indignidad consignadas de los Artículos 946 al 950, inclusive,
de nuestro Código; sabemos que la indignidad, para que surta efecto, tendrá
que ser declarada judicialmente.
Este último requisito aparece regulado en el Artículo 1041 C. C., sin embargo, en
esta misma disposición se establecen las siguientes excepciones:
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b) Que la asignación se deje al alma del testador. En este caso la inversión
dejada por el testador se cumplirá entregándola a una institución de
beneficencia, siguiendo el mismo procedimiento establecido en el párrafo
anterior. En el Derecho Canónico solía interpretarse que el testador, con el
propósito de salvar su alma y ganar indulgencias, dejaba inversiones para
que se celebraran miss en su nombre.
Artículo 1041 C. C.- “Todo asignatario testamentario deberá ser una persona cierta
y determinada, natural o jurídica, ya sea que se determine por su nombre, o por
indicaciones claras del testamento. De otra manera la asignación se tendrá por no
escrita.
Lo que se deje al alma del testador, sin especificar de otro modo su inversión, se
entenderá dejado a un establecimiento de beneficencia y se sujetará a la disposición
del párrafo anterior.
Lo que en general se dejare a los pobres, se aplicará a los del domicilio del testador.”
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Hay otras situaciones en que, la falta de precisión del testador al momento de
ordenar la asignación testamentaria, obliga al legislador a buscar una fórmula que
permita la justa ejecución de dicha asignación.
En el supuesto caso de que solo exista un pariente en ese grado, serán llamados
todos los que le sigan en el orden de parentesco, distribuyéndose entre todos la
asignación testamentaria.
81
Requisitos objetivos.
Artículo 1050 C. C.- “Toda asignación deberá ser, o a título universal, o de especies
determinadas, o que por las indicaciones del testamento puedan claramente
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determinarse, o de géneros y cantidades que igualmente lo sean o puedan serlo. De
otra manera se tendrá por no escrito.
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Artículo 1042 C. C.- “El error en el nombre o calidad del signatario no vicia la
disposición, si no hubiere duda acerca de la persona.”
Artículo 1043 C. C.- “La asignación que pareciere motivada por un error de hecho,
de manera que sea claro que sin este error no hubiera tenido lugar, se tendrá por
no escrita.”
Asignaciones captatorias.
Las asignaciones captatorias están prohibidas por la ley, por lo tanto son nulas no
produciendo efectos jurídicos. Se llaman así a aquellas en que el testador deja una
parte de sus bienes a otra persona, con la condición de que ésta también le deje
una parte de los suyos. Verbigracia: le dejo mi casa a José, con la condición de que
José me deje la suya si él se muere primero.
Se entenderán por tales, aquellas en que el testador asigna alguna parte de sus
bienes a condición que el asignatario le deje por testamento alguna parte de los
suyos.”
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donde viven se la deja a él, y el testador le contesta que sí; esta disposición
testamentaria será también ineficaz por ser nula.
Artículo 1045 C. C.- “No vale disposición alguna testamentaria que el testador no
haya dado a conocer de otro modo que por sí o por no, o por una señal de afirmación
o negación contestando a una pregunta.”
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Si de rehusar su cumplimiento no resultare utilidad al heredero o legatario, no será
obligado a justificar su resolución, cualquiera que sea.
También lo serán las dispuestas a favor de los testigos de los testamentos solemnes
abiertos y de los funcionarios que autoricen los testamentos privilegiados o menos
solemnes.
Esta disposición será aplicable a los testigos del testamento abierto, y a los testigos
y funcionarios ante quienes se otorguen los testamentos privilegiados cuando no
fueren cerrados.”
Artículo 1047 C. C.- “El crédito a favor de alguna de las personas expresadas en el
Artículo precedente que no conste sino por el testamento, no podrá exigirse.”
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Asignaciones transferidas a terceros.
Artículo 1052 C. C.- “La asignación que por faltar el asignatario, se transfiere a
distintas personas, por acrecimiento, substitución u otra causa, llevará consigo todas
las obligaciones y cargos transferibles, y el derecho de aceptarla o repudiarla
separadamente.
La asignación que por demasiado gravada hubieren repudiado todas las personas
sucesivamente llamadas a ellas por el testamento o la ley, se deferirá en último lugar
a las personas a cuyo favor se hubieren constituido los gravámenes.”
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Para que el Juez pueda resolver a quién o quiénes declarará como heredero (s) o
legatario (s), tendrá que imponerse del contenido del testamento, interpretando en
forma indubitable el sentido de las disposiciones testamentarias.
Artículo 1053 C. C.- “Sobre las reglas dadas en este título acerca de la inteligencia
y efecto de las disposiciones testamentarias, prevalecerá la voluntad del testador
claramente manifestada, con tal que no se oponga a los requisitos o prohibiciones
legales.
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De las Asignaciones Testamentarias Condicionales.
Las reglas que sobre las condiciones deberán aplicarse en el caso de las
asignaciones testamentarias condicionales, son las de las obligaciones
condicionales consignadas de los Artículos 1376 al 1386 C. C., pero con las
variantes consecuentes con las diferencias existentes entre las obligaciones que se
constituyen mediante actos entre vivos, y las asignaciones testamentarias que
nacen de actos jurídicos por causa de muerte.
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Las asignaciones testamentarias condicionales se ajustan a las reglas dadas en el
Título "De las Obligaciones Condicionales", con las excepciones y modificaciones
que van a expresarse.”
Siguiendo al legislador español, nuestro Código Civil dispone que las obligaciones
condicionales pueden depender de una condición suspensiva o de una condición
resolutoria; pero, además, estas condiciones pueden ser potestativas, facultativas o
voluntarias, casuales o mixtas (1377 C. C.); posibles e imposibles, prohibidas por la
ley y las contrarias a las buenas costumbres (1378 C. C.); las positivas y las
negativas (1379 y 1380 C. C.); y, las que se reputan cumplidas (1381 C. C.).
90
no se pueden repetir, se entenderá que la condición se cumplió, debiendo
pagarse la asignación testamentaria.
En caso contrario, es decir, si el testador nunca supo que el acontecimiento
ya había ocurrido, al momento de su muerte se tendrá por cumplida la
condición debiendo pagar la asignación.
Artículo 1056 C. C.- “Si la condición que se impone como para tiempo futuro,
consiste en un hecho que se ha realizado en vida del testador, y el estado al
tiempo de testar lo supo, y el hecho es de los que pueden repetirse, se
presumirá que el testador exige su repetición; si el testador al tiempo de
testar lo supo, y el hecho es de aquellos cuya repetición es imposible, se
mirará la condición como cumplida; y si el testador no lo supo, se mirará la
condición como cumplida, cualquiera que sea la naturaleza del hecho.”
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Condiciones que se tienen por no escritas y condiciones prohibidas por la
ley.
92
4º) Cuando el cumplimiento de la condición dependa de la exclusiva voluntad
del heredero o legatario que deba pagar la asignación, tendrá que pagarse
la asignación de conformidad con los establecido en el Artículo 1051 C. C.
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Los efectos jurídicos que se produce una vez que llega a suceder la
condición, dependerán de que la asignación esté sujeta a una condición
suspensiva, o a una condición resolutoria.
Por otra parte, el asignatario tendrá que existir para poder cumplir la
condición, pues si llega a morir antes de que ésta se cumpla, no podrá
transmitir la asignación a sus propios herederos, porque no puede transmitir
lo que nunca tuvo.
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Cumplida la condición, no tendrá derecho a los frutos percibidos en el tiempo
intermedio, si el testador no se los hubiere expresamente concedido.”
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2015; o, dos años después de la muerte del testador; o, a partir de la
fecha del testamento. En estos ejemplos, sabemos que esos días tienen
que llegar y, además, cuándo.
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Es cierto, pero indeterminado, si necesariamente ha de llegar, pero no se
sabe cuándo; como el día de la muerte de una persona.
Estas pueden ser: asignaciones desde tal día o asignaciones hasta tal día.
1) Las asignaciones desde día cierto que llega antes de morir el testador,
determinará la existencia del legado al morir el testador, debiendo
pagarse el legado sin modalidad alguna, es decir, en forma pura.
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día en que se cumplan los dos años de la muerte del testador; de no ser
así, jamás fue dueño de la asignación y, consecuentemente, tampoco la
podrá transmitir.
Artículo 1065 C. C.- “Lo que se asigna desde un día que llega antes de la
muerte del testador, se entenderá asignado para después de sus días y sólo
se deberá desde que se abra la sucesión.”
Artículo 1068 C. C.- “La asignación desde día cierto pero indeterminado,
es condicional y envuelve la condición de existir el asignatario en ese día.
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Si se sabe que ha de existir el asignatario en ese día, "como cuando la
asignación es a favor de un establecimiento permanente", tendrá lugar lo
prevenido en el párrafo primero del Artículo precedente.”
Artículo 1069 C. C.- “La asignación desde día incierto, sea determinado o no,
es siempre condicional.”
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determinada, lo que significa que no es más que un usufructo. Por
ejemplo: A José dejo el goce de mi casa hasta el 15 de mayo del 2020,
esto es: en esa fecha expira el usufructo; la casa habrá que restituírsela
a los herederos universales o a algún sustituto señalado por el testador.
Esta asignación es transmisible por el tiempo que falte para su
expiración, si el asignatario (usufructuario) muere antes de que el día
llegue.
Artículo 1070 C. C.- “La asignación hasta día cierto, sea determinado o no,
constituye un usufructo a favor del asignatario.
100
d) Asignación hasta día incierto y determinado unido a la existencia del
asignatario. También constituye un usufructo a favor del asignatario del
que podrá gozar mientras viva, pero que expirará si muere antes de la
fecha señalada, o hasta llegar dicha fecha. Por ejemplo: dejo el goce de
mi automóvil a Juan, hasta que cumpla cuarenta años.
Artículo 1071 C. C.- “La asignación hasta día incierto pero determinado,
unido a la existencia del asignatario, constituye un usufructo, salvo que
consista en prestaciones periódicas.
Estas asignaciones son aquéllas en que, el testador, dispone que algún (os) bien
(es) lo adquiera el asignatario como suyo, pero con la obligación de cumplir con
algún objetivo especial señalado en el testamento.
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Este objetivo puede referirse al destino que el asignatario debe darle al legado, o
a una carga, como la construcción de alguna obra en favor de tercera persona, o
la prestación de algún servicio a favor de una institución de beneficencia, por
ejemplo.
Artículo 1072 C. C.- “Si se asigna algo a alguna persona para que lo tenga por
suyo, con la obligación de aplicarlo a un fin especial, como el de hacer ciertas obras
o sujetarse a ciertas cargas, esta aplicación es un modo y no una condición
suspensiva. El modo, por consiguiente, no suspende la adquisición de la cosa
asignada”.
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c) La asignación modal es transmisible a los herederos del asignatario modal,
excepto que el modo solo pueda ser cumplido por el asignatario modal en
consideración a su persona (1078 C. C.).
Artículo 1073 C. C.- “En las asignaciones modales se llama cláusula resolutoria la
que impone la obligación de restituir la cosa y los frutos, si no se cumple el modo.
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Ya mencionamos que el modo no impide que la asignación se pague al asignatario
modal porque no es sinónimo de condición suspensiva, sin embargo, la voluntad
del testador es que se cumpla con el modo (carga u obligación), ya sea que sólo
beneficie al asignatario, o que beneficie a un tercero o beneficiario: persona natural
o jurídica que no tenga incapacidad (prohibición) para suceder por causa de
muerte.
Artículo 1079 C. C.- “Siempre que haya de llevarse a efecto la cláusula resolutoria,
se entregará a la persona en cuyo favor se ha constituido el modo, una suma
proporcionada al objeto; y el resto del valor de la cosa asignada acrecerá a la
herencia, si el testador no hubiere ordenado otra cosa.
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Posibilidad e imposibilidad de cumplir el modo.
Hay posibilidad de cumplir con el modo, aun cuando el testador no haya sido lo
suficientemente claro y preciso sobre la forma de cumplirlo; en este caso, será el
Juez el que determinará la forma auscultando, en lo posible, la intención del
testador; pero, en todo caso, el asignatario modal recibirá un beneficio que no
podrá ser menor que la quinta parte calculada sobre el valor del legado (1077 C.
C.).
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Artículo 1076 C. C.- “Si el modo es por su naturaleza imposible, o inductivo a hecho
ilegal o inmoral, o concebido en términos ininteligibles, no valdrá la disposición.
El modo será transmisible a los herederos del asignatario modal, si éstos no tienen
imposibilidad de cumplirlo porque puede ser cumplido por cualquiera y de cualquier
manera lícita; pero si el modo sólo pudo haber sido cumplido por el asignatario
modal, no podrá ser transmitido a sus herederos, pero sí la asignación ya sin la
carga.
Artículo 1078 C. C.- “Si el modo consiste en un hecho tal que para el fin que el
testador haya propuesto sea indiferente la persona que lo ejecute, es transmisible
a los herederos del asignatario.”
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consecuencias jurídicas inmediatas: 1º) Deberá entregársele al beneficiario del
modo una suma proporcionada al objeto; y, 2º) el remanente de la asignación
testamentaria acrecerá a la herencia a favor de los herederos universales, a menos
que el testador haya dispuesto otra cosa, como que se entregue a un asignatario
sustituto, por ejemplo.
Artículo 1079 C. C.- “Siempre que haya de llevarse a efecto la cláusula resolutoria, se
entregará a la persona en cuyo favor se ha constituido el modo, una suma proporcionada
al objeto; y el resto del valor de la cosa asignada acrecerá a la herencia, si el testador no
hubiere ordenado otra cosa.
Asignaciones a título universal son aquellas en que se deja al legatario todos los bienes,
derechos y obligaciones transmisibles del difunto o una cuota de ellos, razón por la que
se identifican con la herencia. De aquí que esta asignación recibe el nombre de herencia
y el asignatario de heredero, tal y como lo dispone el Artículo 933 C. C.
El art. 1080 nos dice que los asignatarios a título universal con cualquier palabra con que
se les llame son herederos y, como tales, representan a la persona del difunto, adquieren
todos los derechos transmisibles y recae sobre ellos la obligación de pagar las
asignaciones forzosas, incluyendo las deudas hereditarias y las cargas testamentarias, --
107
como un legado que deba pagarse a alguien--, que no se impongan a determinada
persona.
Artículo 1080 C. C.- “Los asignatarios a título universal, con cualesquiera palabras que se
les llame, y aunque en el testamento se les califique de legatarios, son herederos;
representan la persona del testador para sucederle en todos su derechos y obligaciones
transmisibles.
Los herederos están también obligados a las cargas testamentarias, esto es, a las que se
constituyen por el testamento mismo, y que no se imponen a determinadas personas.”
108
personal y no la de desposeimiento, pues los herederos no pueden ser
consideradas como terceras personas.
Nuestra ley también habla de los herederos del remanente, que no es más que una
variedad que se desprende de ambas clasificaciones, pues pueden pertenecer a
una u otra categoría; podemos decir que es aquel que es llamado por el testador
o la ley a recibir lo que queda de la herencia, después de efectuadas las
disposiciones testamentarias. Su característica esencial es que tienen derecho a lo
que resta de la herencia.
Nuestra ley determina cuatro situaciones concretas respecto a los herederos del
remanente:
1º) La consignada en el Artículo 1081 C. C., cuando el remanente es la cuota que falta
para completar la unidad; por ejemplo: si Juan deja 1/3 de todos sus bienes, derechos y
obligaciones a María, otro tercio a Francisco y, el remanente, a Antonio; el remanente, en
109
este caso, es el tercio (1/3) que falta para completar la unidad. En consecuencia, todos
serán herederos universales de cuota.
2º) La estipulada en el Artículo 1082 C. C., cuando el testador sólo ha instituido como
legatarias a ciertas personas y dispone a otra, u otras, como heredero (s) del remanente;
verbigracia: José deja una casa a Pedro, L.50,000.00 a Luis, un automóvil a Sergio y, el
remanente, a Saúl; en este caso, solo Saúl será el heredero universal.
3º) La consignada el Artículo 1083 C. C., párrafo primero, cuando el testador sólo designa
herederos de cuotas y éstas no completan la unidad; el remanente que queda es la cuota
que falta para completar la unidad, misma que corresponderá a los herederos ab intestato.
Así, si Pedro deja un tercio de sus bienes a Juan y un tercio a Felipe; el tercio que falta
para completar la unidad es el remanente, que corresponderá a los herederos ab intestato
quienes, junto con Juan y Felipe, serán herederos universales de cuota.
4º) La prescrita en el párrafo segundo del Artículo 1083 C. C., cuando en el testamento no
existen asignaciones a título universal, los herederos ab intestato serán los herederos del
remanente. Por ejemplo: si Rogelio deja L. 60.000.00 a Lastenia, una finca en Olancho a
Eduardo y un carro para Alberto, y no señala otras disposiciones. Se entenderá que el
remanente le corresponderá a los herederos ab intestato, quienes serán los herederos
universales.
Pero si concurriere con herederos de cuota, se entenderá heredero de aquella cuota que,
con las designadas en el testamento, complete la unidad o entero.
Si fueren dos o más herederos instituidos, sin designación de cuotas, dividirán entre sí por
partes iguales la herencia o la parte de ella que les toque.”
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Artículo 1082 C. C. “Si hechas otras asignaciones se dispone del remanente de los bienes
y todas las asignaciones, excepto la del remanente, son a título singular, el asignatario del
remanente es el heredero universal. Si algunas de las otras asignaciones son de cuotas,
el asignatario del remanente es heredero de la cuota que reste para completar la unidad.”
Artículo 1083 C. C. “Si no hay heredero universal, sino de cuota, y las designadas en el
testamento no componen todas juntas la unidad o entero, los herederos ab intestado se
entienden llamados como herederos del remanente.
Casos especiales.
a) Cuando el testador asigna cuotas que completan o que excedan la unidad, pero
señala a alguien como heredero del remanente quien, lógicamente, no tendrá
derecho alguno. Verbigracia: Si Ruperto deja un cuarto (1/4) de sus bienes a Luis,
otro cuarto (1/4) a Melisa y un medio (1/2) a Pablo, señalando como heredera del
remanente a Lucrecia; esta última nada tendrá, pues no existe remanente alguno.
111
ello se sumarán los numeradores (4+4+6+3), es decir, 17; de esta manera, a
Mauricio le corresponden 4/17, a Lucía 4/17, a María 6/17 y a Rómulo heredero
universal) 3/17; esta distribución completa la unidad (17/17=1), esto es: la totalidad
de la asignación testamentaria.
La cuarta falcidia.
La cuarta falcidia consiste en el derecho que tiene el (los) heredero (s), para que se le (s)
atribuya, por lo menos, una cuarta parte del caudal hereditario, una vez que ha pagado
los legados y asignaciones obligatorias. Para calcular esta proporción, habrá que practicar
un inventario de los bienes, para conocer cuál es el porcentaje real que queda al, o los,
herederos, pues si este porcentaje es menor que la cuarta parte de los mismos, habrá que
completar la falcidia detractando (rebajando) proporcionalmente del legado que tiene
derecho a percibir cada uno de los legatarios, bienes que le pueden corresponder por una
parte en su calidad de heredero (el remanente que quede después del cálculo
anteriormente indicado) y por otra en concepto de complemento por falcidia, hasta que la
suma obtenida por ambos conceptos alcance dicho importe de una cuarta parte del caudal
hereditario neto. El heredero que no haya aceptado la herencia con beneficio de
inventario, no tendrá derecho a la cuarta falcidia.
Artículo 1085 C. C.- “Si los bienes de la sucesión apenas bastaren para pagar las
asignaciones a título singular, el heredero instituido en el testamento tendrá derecho a la
112
cuarta parte de dichos bienes, que pagarán los asignatarios a título singular, a prorrata de
sus haberes.”
Las asignaciones a título universal dependen de la voluntad del testador, sin embargo,
éste deberá respetar las asignaciones forzosas que la ley destina a los legitimarios: el (la)
cónyuge sobreviviente y las personas que tienen derecho a alimentos. Sea que el testador
haya omitido mencionar estos derechos, sea que el testador haya excluido
voluntariamente a estos asignatarios, la ley los protege otorgándoles el derecho de
reclamarlos judicialmente mediante la llamada acción de reforma del testamento; misma
que podrán intentar –el cónyuge, descendientes o ascendientes--, dentro de los cuatro
años siguientes a la muerte del testador, según lo prescrito en los artículos 1167 y 1168
del Código Civil.
Artículo 1086 C. C.- “Las disposiciones de este Título, se entienden sin perjuicio de la
acción de reforma que la ley concede a los asignatarios forzosos.”
A diferencia de las asignaciones a título universal cuyos destinatarios son los herederos
de todos los bienes, derechos y obligaciones del difunto, o una cuota de ellos; las
asignaciones a título singular sí son verdaderos legados, pues sus destinatarios serán
legatarios que tendrán derecho a adquirir una o más especies o cuerpos ciertos, o una o
más especies indeterminadas de tal género, como reza el artículo 930 C. C., en su párrafo
tercero y artículo 933 C. C.
Los legatarios no son representantes del difunto, como ocurre con los herederos
universales. Es más, aunque el testador les llame herederos, no son más que legatarios;
sólo podrán adquirir lo que determine la voluntad del testador; ni tendrán más obligaciones
que las que expresamente éste les haya impuesto. Pese a lo anterior, por excepción, los
legatarios podrán tener responsabilidad subsidiaria, en el supuesto caso de que la masa
hereditaria no sea suficiente para pagar las obligaciones del difunto (deudas hereditarias),
o las que sobrevengan como consecuencia de la acción de reforma promovida por el (la)
cónyuge o acreedores alimentarios.
113
Son muy significativas las diferencias entre los herederos y los legatarios, siendo las
principales las siguientes:
Artículo 1087 C. C.- “Los asignatarios a título singular, con cualesquiera palabras que se
les llame, y aunque en el testamento se les califique de herederos, son legatarios: no
representan al testador; no tienen más derechos ni cargas que los que expresamente se
les confieran o impongan. Lo cual, sin embargo, se entenderá sin perjuicio de su
responsabilidad en subsidio de los herederos, y de la que pueda sobrevenirles en el caso
de la acción de reforma.”
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De conformidad con nuestro Código Civil, la clasificación general de estos legados se
contrae a los legados de especie o cuerpo cierto y los legados de especies de cierto
género (930 C. C., párrafo 3º). Los primeros se refieren a cosas que tienen características
propias y determinadas que las hacen diferentes unas de otras; por ejemplo: un carro
marca TOYOTA, color blanco, modelo…; los segundos, son aquellas cosas con
características comunes, de tal manera que pueden ser sustituidas unas con otras, tal es
el caso de cinco vacas, diez mil Lempiras, cuatrocientas libras de arroz, etc.
Pueden legarse también todos los bienes, corporales o incorporales, que estén en el
comercio de los hombres; así como las cosas futuras, --con tal de que lleguen a existir--,
y, excepcionalmente, algunas cosas ajenas. Ya mencionamos una serie de bienes que no
son susceptibles de ser legados, pero nuestro Código puntualiza en los bienes nacionales
de uso público relacionados en el artículo 626 C. C., y a los que forman parte de un edificio
que no pueden ser separados sin causar su deterioro, excepto en el caso de que la
prohibición cese antes de la muerte del testador.
Artículo 1088 C. C.- “No vale el legado de cosa incapaz de ser apropiada, según el artículo
626, ni los de cosas que al tiempo del testamento sean de propiedad nacional o municipal
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y de uso público, o que formen parte de un edificio, de manera que no puedan separarse
sin deteriorarlo; a menos que la causa cese antes de deferirse el legado.”
Cosas ajenas son todas aquéllas que no pertenecen al testador, ni a la persona a quien
éste le haya impuesto la obligación de pagarla. Por regla general, estas cosas no pueden
legarse, sin embargo, nuestra ley los considera válidos en los dos casos que señala el
artículo 1090 C. C.: a) cuando el testador sabía que la cosa no era suya ni del asignatario
que deba pagarla; y, b) cuando la legue a un descendiente o ascendiente suyo, o a su
cónyuge.
Finalmente, si el testador lega alguna cosa de la que sólo es propietario de una parte o
cuota; o si el asignatario a quien se le impone la obligación de entregarla, solo es dueño
de una parte o cuota; se presumirá que dicha parte o cuota es lo único que deberá
entregarse al legatario
116
Artículo 1089 C. C.- “Podrá ordenar el testador que se adquiera una especie ajena para
darla a alguna persona o para emplearla en algún objeto de beneficencia; y si el
asignatario a quien se impone esta obligación no pudiere cumplirla porque el dueño de la
especie rehúsa enajenarla o pide por ella un precio excesivo, el dicho asignatario será
solo obligado a dar en dinero el justo precio de la especie; satisfecho el precio, no tendrá
derecho el legatario a la especie, aunque después la adquiera el asignatario.
Y si la especie ajena legada hubiere sido antes adquirida por el legatario o para el objeto
de beneficencia, no se deberá su precio, sino en cuanto la adquisición hubiere sido a título
oneroso y a precio equitativo.”
Artículo 1090 C. C.- “El legado de especie que no es del testador, o del asignatario a
quien se impone la obligación de darla, es nulo, a menos que en el testamento aparezca
que el testador sabía que la cosa no era suya o del dicho asignatario; o a menos de legarse
la cosa ajena a un descendiente o ascendiente legítimo del testador o a su cónyuge, pues
en estos casos se procederá como en el párrafo primero del artículo precedente.”
Artículo 1091 C. C.- “Si la cosa ajena legada pasó antes de la muerte del testador, al
dominio de éste, o del asignatario a quien se había impuesto la obligación de darla, se
deberá el legado.”
Artículo 1092 C. C.- “Si el testador no ha tenido en la cosa legada más que una parte,
cuota o derecho, se presumirá que no ha querido legar más que esa parte, cuota o
derecho.
Lo mismo se aplica a la cosa que un asignatario es obligado a dar y en que solo tiene una
parte, cuota o derecho.”
Legados tácitos.
117
a) Los legados de cosas que, sin determinarlas, el testador señala que se encuentran
en algún lugar. Por ejemplo: dejo a Jorge Bonilla todo el grano que se encuentre
en el silo de mi finca “Esmeralda”. Este legado es válido.
b) Los legados de cosas que el testador señala que se encuentran en un lugar, pero
no se encuentran ahí, sino en otra parte; verbigracia: dejo a Federico Paternina el
tractor John Deere que está en el garaje de mi casa; y el tractor se encuentra en
su finca. Este legado es válido.
c) El legado de una cosa que no se encuentra en ninguna parte. Por ejemplo: te dejo
las únicas diez vacas que se encuentran en mi finca “El Poder y la Gloria”; y éstas
no se encuentran en ninguna parte. Este legado no es válido, excepto que el
legatario sea descendiente, ascendiente o cónyuge del testador, en cuyo caso
habrá que pagar otras diez vacas de mediana calidad.
Artículo 1093 C. C.- “Si al legar una especie se designa el lugar en que esta guardada y
no se encuentra allí, pero se encuentra en otra parte, se deberá la especie; si no se
encuentra en parte alguna, se deberá una especie de mediana calidad del mismo género,
pero solo a las personas designadas en el Artículo 1090.”
Son cosas fungibles aquéllas cosas muebles que se destruyen o consumen desde el
momento en que son utilizadas, de tal manera que, para poder tenerlas nuevamente, será
necesario sustituirlas por otras iguales. Así, el combustible, el dinero, las comidas, etc.
son cosas fungibles.
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de mi finca “Bello Oriente”. Este legado será válido siempre y cuando exista
combustible en dichas bodegas al momento de la muerte del testador.
Artículo 1094 C. C.- “El legado de cosas fungibles, esto es, de aquellas que se destruyen
con el primer uso y cuya cantidad no se determine de algún modo, no vale.
Cosas futuras son aquéllas que no pertenecen al testador, pero que eventualmente
pueden llegar a existir. La eficacia del legado dependerá de que la cosa legada
efectivamente llegue a existir. La cosecha de café, las crías de mi ganado, los intereses
de mis cuentas de ahorro, entre otras, son cosas futuras que pueden llegar a existir.
Artículo 1095 C. C.- “El legado de una cosa futura vale, con tal que llegue a existir.”
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Legados de especies indeterminadas.
Si se legare una especie, --sin señalar cuál--, de entre varias que existen en el patrimonio
del testador, se entenderá que se debe una de mediana calidad o valor entre las
comprendidas en el legado; verbigracia: dejo a George Welcome un animal de los que
comprende mi hato ganadero; se deberá pagar una vaca, un toro, o un caballo de mediana
calidad o valor.
Artículo 1096 C. C.- “Si de muchas especies que existen en el patrimonio del testador, se
legare una sin decir cual, se deberá una especie de mediana calidad o valor entre las
comprendidas en el legado.”
Si se legare una cosa genérica que no existe en el patrimonio del testador, como un
caballo o una vaca, se deberá adquirir un caballo o una vaca de mediana calidad o valor
para entregarse al legatario.
Artículo 1097 C. C.- “Los legados de género que no se limitan a lo que existe en el
patrimonio del testador, como una vaca, un caballo, imponen la obligación de dar una cosa
de mediana calidad o valor, del mismo género.”
Y si se lega una cosa de entre varias que el testador cree tener y, al morir solo queda una
de ellas, se pagará la que quedó. Así, si el testador un quintal de café de los veinte que
tiene en su bodega y, al morir sólo queda uno; se pagará el único que ahí se encontraba.
Pero si no queda ninguno de ellos, no se deberá nada, a menos que el legatario sea
descendiente, ascendiente o cónyuge del testador, a quien habrá que entregarle una de
mediana calidad del mismo género, aun en el caso de que el testador le haya concedido
el derecho de elegirla.
Pero si el testador ha legado alguna cosa de valor indeterminado que creía tener y, al
morir, resulta que no la tiene y tampoco tiene alguna del mismo género; se entenderá que
no ha legado nada, ni siquiera a sus parientes más próximos ni a su cónyuge.
Artículo 1098 C. C.- “Si se legó una cosa entre varias que el testador creyó tener y no ha
dejado más que una, se deberá la que haya dejado.
120
Si no ha dejado ninguna, no valdrá el legado, sino a favor de las personas designadas en
el Artículo 1090, que sólo tendrán derecho a pedir una cosa mediana del mismo género,
aunque el testador les haya concedido la elección.
Pero si se lega una cosa de aquellas cuyo valor no tiene límites, como una casa, una
hacienda de campo, y no existe ninguna del mismo género entre los bienes del testador,
nada se deberá, ni aun a las personas designadas en el Artículo 1090.”
Legados a elección.
Puede ser que por voluntad del testador, se determinara que los herederos, o el legatario,
gocen del derecho de elegir, de entre varias, la cosa que se deberá pagar en calidad de
legado, o la cosa que el legatario quiera elegir; uno y otro, en cada caso, podrá hacer esta
elección libremente. Esta elección tiene carácter de definitiva; no se podrá repetir, excepto
en el caso de engaño o dolo cuando, por ejemplo, los herederos ponen a elegir al legatario
escondiendo las de mejor calidad.
Artículo 1099 C. C.- “Si la elección de una cosa entre muchas se diere expresamente a la
persona obligada o al legatario, podrá, respectivamente, aquella o este ofrecer o elegir a
su arbitrio.
Hecha una vez la elección, no habrá lugar a hacerla de nuevo, sino por causa de engaño
o dolo.”
121
El estado de la cosa legada.
Los herederos, o el asignatario obligado a pagar los legados, deberán entregar los legados
en el mismo estado en que se encuentren al momento de morir el testador, siendo
responsables de prestar sobre el mismo el debido cuidado y, en su caso, de reparar el
daño que por su culpa o negligencia hayan sufrido, o a pagar la indemnización de los
daños y perjuicios en el caso de pérdida o destrucción de la (s) cosa (s) legada (s).
Artículo 1100 C. C.- “La especie legada se debe en el estado en que existiere al tiempo
de la muerte del testador, comprendiendo los utensilios necesarios para su uso y que
existan con ella.”
a) Si las mejoras y su extensión tuvieren mayor valor económico que el terreno legado
originalmente, los herederos accederán al terreno con sus mejoras y anexidades,
debiendo pagar al legatario el justo precio del terreno legado;
122
separarse; el legatario sólo recibirá el justo precio de la medida que le fue legada
(2 manzanas); y,
Artículo 1101 C. C.- “Si la cosa legada es un predio, los terrenos y los nuevos edificios
que el testador le haya agregado después del testamento, no se comprenderán en el
legado; y si lo nuevamente agregado formare con lo demás al tiempo de abrirse la
sucesión, un todo que no pueda dividirse sin grave pérdida, y las agregaciones valieren
más que el predio en su estado anterior, solo se deberá este segundo valor al legatario;
si valieren menos, se deberá todo ello al legatario, con el cargo de pagar el valor de las
agregaciones.
Pero el legado de una medida de tierra, como mil metros cuadrados, no crecerá en ningún
caso por la adquisición de tierras contiguas, y si aquella no pudiere separarse de éstas,
sólo se deberá lo que valga. Si se lega un solar, y después el testador edifica en él, solo
se deberá el valor del solar.”
Artículo 1102 C. C.- “Si se deja parte de un predio, se entenderán legadas las
servidumbres que para su goce o cultivo le sean necesarias.”
Si se lega una casa con todos sus muebles o con todo lo que en ella se encuentre; se
entenderá que se refiere a todo lo que constituye el ajuar de dicha casa y que se encuentre
en ella; pero no quedarán comprendidas las que no forman parte del ajuar, tales como
dinero, colecciones de monedas, joyas, armas, libros, medallas, instrumentos de arte,
entre otras.
123
Del mismo modo, si se lega una finca o hacienda campestre, se entenderá que se lega
con todos los accesorios y equipos que sirven para el cultivo y beneficio de la finca, y que
se encuentren en ella; pero no se deberán ni el ganado, ni las cosas y demás objetos que
se encuentren en la casa o hacienda, a menos que el testador expresamente lo señale.
Artículo 1103 C. C.- “Si se lega una casa con sus muebles o con todo lo que se encuentra
en ella, no se entenderán comprendidas en el legado las cosas enumeradas en el Artículo
608, sino solo las que forman el ajuar de la casa y se encuentran en ella; y si se lega de
la misma manera una hacienda de campo, no se entenderá que el legado comprende
otras cosas que las que sirven para el cultivo y beneficio de la hacienda y se encuentran
en ella.
En uno y otro caso, no se deberán de los ganados de cría, ni de los demás objetos
contenidos en la casa o hacienda, sino los que el testador expresamente designare.”
Legado de carruajes.
El legado de carruajes de cualquier clase, por simple lógica, se extiende a todos aquellos
de tracción animal, como a los automotores. Y así como el carruaje comprende los
arneses y las bestias necesarias para su movilización, los automotores también
comprenden sus accesorios, como llantas, equipo mecánico, llaves, etc. que existan en el
patrimonio del testador al momento de su muerte.
Artículo 1104 C. C.- “Si se lega un carruaje de cualquier clase, se entenderán legados los
arneses y las bestias de que el testador solía servirse para usarlo, y que al tiempo de su
muerte existían en su patrimonio.”
Legado de rebaños.
Artículo 1105 C. C.- “Si se lega un rebaño, se deberán los animales de que se componga
al tiempo de la muerte del testador, y no más.”
124
Legado de cuotas a varias personas.
Si el testador lega a varias personas distintas cuotas de una misma cosa, se procederá
para la distribución de este legado, las reglas de la partición de bienes.
Artículo 1106 C. C.- “Si se legan a varias personas distintas cuotas de una misma cosa,
se seguirán para la división de ésta, las reglas del Capítulo precedente.”
Legado de servidumbres.
Artículo 1107 C. C.- “La especie legada pasa al legatario con sus servidumbres y demás
cargas reales.”
Artículo 1108 C. C.- “Si se lega una cosa con calidad de no enajenarla, y la enajenación
no comprometiere ningún derecho de tercero, la cláusula de no enajenar se tendrá por no
escrita.”
Así como se pueden legar bienes corporales que estén en el comercio de los hombres,
125
también pueden ser legados bienes incorporales, como las acciones, los créditos y los
derechos.
Si el legado tiene por objeto un crédito que el testador puede hacer valer contra un deudor,
el legatario se convertirá en el nuevo acreedor con todos los privilegios y seguridades que
tenía el testador; es decir, el legatario viene a substituir al originario acreedor frente al
deudor, de tal manera que será éste el que tendrá el derecho de reclamar el cumplimiento
del mismo al deudor. Bastará entonces que el (los) heredero (s), entregue (n) el título (por
ejemplo, un pagaré) contentivo del crédito al legatario, para que éste pueda ejercitar las
acciones pertinentes para reclamar su crédito.
Artículo 1109 C. C.- “Pueden legarse no solo las cosas corporales, sino los derechos y
acciones.
Legado de prenda.
Artículo 1110 C. C.- “Si la cosa que fue empeñada al testador se lega al deudor, no se
extingue por eso la deuda, sino el derecho de prenda; a menos que aparezca claramente
que la voluntad del testador fue extinguir la deuda.”
126
Legado de condonación.
Para comprender mejor este tipo de legado, debemos recordar que el testamento sólo
tendrá validez a la muerte del testador; por tal razón, la condonación o perdón de una
deuda a favor del legatario, podrá producir efectos jurídicos hasta después de la muerte
del testador; lo que es indicativo de que, mientras eso no suceda, la actitud del testador
(acreedor) frente a su deudor, puede variar significativamente.
A pesar del testamento, el testador puede reclamar su crédito al deudor, revocando así,
tácitamente, el legado de condonación. Pero si el deudor paga su deuda sin que el
testador tenga conocimiento de ello; podrá el legatario reclamar a los herederos
universales la restitución de lo pagado.
Pero si el testador condona, --en el testamento--, las deudas que tiene para con él sin
mencionar cuáles son; se entenderá que le está perdonando las deudas que este tenía al
momento de ordenar el testamento; pero no se entenderán condonadas las deudas
futuras, a menos que así lo de a entender.
Artículo 1111 C. C.- “Si el testador condona en el testamento una deuda, y después
demanda judicialmente al deudor, o acepta el pago que se le ofrece, no podrá el deudor
aprovecharse de la condonación; pero si se pagó sin noticia o consentimiento del testador,
podrá el legatario reclamar lo pagado.”
Artículo 1112 C. C.- “Si se condona a una persona lo que debe, sin determinar suma, no
se comprenderán en la condonación sino las deudas existentes a la fecha del testamento.
El testador puede disponer un legado a favor de un acreedor, pero esto no significa que
con ello quedará liberada parcial o totalmente su obligación; y, en el supuesto caso que
manifestare que esa es su intención, el legatario (acreedor) gozará del derecho de exigir
el pago de su crédito, en vez de aceptar el legado; o, aceptar el legado en los términos
estipulados por el testador.
127
Artículo 1113 C.C.- “Lo que se lega a un acreedor no se entenderá que es a cuenta de su
crédito, si no se expresa, o si por las circunstancias no apareciere claramente que la
intención del testador es pagar la deuda con el legado.
Si en virtud del testamento, el testador manda a pagar una deuda que no existe, la
disposición no tendrá valor alguno porque se tendrá por no escrita; pero si manda a pagar
una cantidad mayor de la que debe, el exceso tendrá que ser restituido a los herederos,
excepto en el caso de que la voluntad del testador es la de legar el exceso.
Artículo 1114 C. C.- “Si el testador manda pagar lo que cree deber y no debe, la disposición
se tendrá por no escrita. Si en razón de una deuda determinada, se manda pagar más de
lo que ella importa, no se deberá el exceso, a menos que aparezca la intención de
donarlo.”
1º) Que el legado consista en la confesión de una supuesta deuda que el testador tenía
para con tercera persona, sin que exista un principio de prueba por escrito que determine
la existencia del adeudo. En este caso, el legado se tendrá como gratuito y válido; y,
2º) Que de la deuda confesada en el testamento exista una prueba escrita que acredite la
existencia de la obligación a favor del acreedor. Este legado es válido, y se tendrá como
una verdadera deuda hereditaria.
128
Se hace necesario recordar lo consignado en el artículo 1047 C. C., sobre las deudas
confesadas en favor de personas incapaces para suceder, como el Notario autorizante del
testamento, el médico de cabecera, el confesor, etc., o a favor de parientes del testador
dentro del cuarto grado de consanguinidad o segundo de afinidad. En estos casos, estas
deudas se tendrán como inexistentes, a menos que consten en documentos que acrediten
la existencia de tales deudas, en virtud de actos jurídicos celebrados entre vivos entre el
testador y los supuestos acreedores.
Artículo 1115 C. C.- “Las deudas confesadas en el testamento y de que por otra parte no
hubiere un principio de prueba por escrito, se tendrán por legados gratuitos, y estarán
sujetos a las mismas responsabilidades y deducciones que los otros legados de esta
clase, sin perjuicio de lo dispuesto en el Artículo 1047.”
Aclaramos que los alimentos, como derechos inherentes que son, no pueden ser
trasmitidos por causa de muerte, sin embargo, es perfectamente viable que el testador
disponga, a manera de una asignación modal, que los herederos paguen una pensión
alimenticia, determinada o indeterminada, a favor de alguna (s) persona (s) a quien (es)
suministraba alimentos en vida, o a otra (s) determinada por él mismo, ya sea en las
cantidades que acostumbraba pagarlos, o en las cantidades y en el tiempo que estipule
en el testamento.
Cuando la pensión sea destinada por el testador para pagar estudios del legatario, se
entenderá que éstos se pagarán hasta que el legatario llegue a la mayoría de edad,
extinguiéndose el legado si acaso fallece antes de ese evento.
Artículo 1116 C. C.- “Si se legaren alimentos voluntarios sin determinar su forma y cuantía,
se deberán en la forma y cuantía en que el testador acostumbraba suministrarlos a la
misma persona; y a falta de esta determinación, se regularán tomando en consideración
la necesidad del legatario, sus relaciones con el testador y la cuantía del patrimonio de
éste.
129
Si el testador ha fijado el tiempo que haya de durar la contribución de alimentos, cesará
luego que aquel se cumpla, o por la suerte del legatario, aunque ocurra antes del
cumplimiento.
Si el testador no fija el tiempo que haya de durar la contribución de alimentos, se entenderá
que debe durar por toda la vida del legatario.
Si se legare una pensión anual para la educación del legatario, durará hasta que cumpla
veintiún años y cesará si muere antes de cumplir esa edad.”
Son varias las causas que extinguen los legados; estas son:
1º) Por la revocación parcial o total, expresa o tácita, del testamento. La enajenación de
la cosa legada efectuada antes de la muerte del testador, implica una forma de revocación
tácita del legado. Esta revocación prevalecerá aún en el caso de que la enajenación haya
sido declarada nula, pues persiste la intención del testador.
2º) Por la destrucción de la cosa legada mediando caso fortuito o fuerza mayor, esto es:
sin culpa del heredero que deba pagar el legado; pero si la especie legada es genérica,
persistirá la obligación de pagar el legado con una especie igual a la perdida o destruida,
pues el género no perece.
3º) Por alteración sustancial de la cosa mueble legada, como si de una roca se hace una
escultura, o de las uvas se hace vino, por ejemplo; no es alteración sustancial, si del oro
se confecciona un anillo.
Artículo 1117 C. C.- “Por la destrucción de la especie legada, sin hecho o culpa del que
debe entregarla, se extingue la obligación de pagar el legado.
La enajenación de las especies legadas, en todo o parte, por acto entre vivos, envuelve
la revocación del legado, en todo o parte, y no subsistirá o revivirá el legado, aunque la
enajenación haya sido nula, y aunque las especies legadas vuelvan al poder del testador.
130
La prenda o hipoteca constituida sobre la cosa legada, no extingue el legado, pero lo grava
con dicha prenda o hipoteca.
Donaciones revocables.
Hay que distinguir entre las Donaciones Irrevocables y las Donaciones Revocables.
Conceptualmente, la donación irrevocable es un contrato en virtud del cual, una persona
transfiere, en forma gratuita y definitiva, algún bien, o parte de sus bienes, a otra persona
quien, para adquirirlo, necesariamente tendrá que aceptarlo. Una vez aceptada la
donación, y notificada al donante, se vuelve irrevocable. La donación revocable, es un
acto unilateral en que una persona da o promete dar algún bien, o parte de sus bienes, a
otra persona, para que tenga efecto después de su muerte, conservando la facultad de
revocarla mientras viva.
131
esencialmente revocable, --como el testamento--, mientras viva el donante. En tal sentido,
la donación revocable es un testamento y, por tal razón, el otorgamiento de las donaciones
revocables se sujetará a las reglas del testamento. Toda donación o promesa que no se
haga perfecta e irrevocable sino por la muerte del donante o promisor, es un testamento
y debe sujetarse a las mismas solemnidades que el testamento.
Artículo 1118 C. C.- “Donación revocable es aquella que el donante puede revocar a su
arbitrio.
Donación por causa de muerte es lo mismo que donación revocable, y donación entre
vivos es lo mismo que donación irrevocable.”
Artículo 1296 C. C.- “La donación entre vivos es un acto por el cual una persona transfiere
gratuita e irrevocablemente todos o una parte de sus bienes a otra persona, que la acepta.”
Artículo 1317 C. C.- “Mientras la donación entre vivos no ha sido aceptada y notificada la
aceptación al donante, podrá éste revocarla a su arbitrio, expresa o tácitamente,
vendiendo, hipotecando o dando a otro las cosas comprendidas en la donación.”
Artículo 1332 C. C.- “Si el donatario estuviere en mora de cumplir lo que en la donación
se le haya impuesto, tendrá derecho el donante, o para que se obligue al donatario a
cumplirlo, o para que se rescinda la donación.
En este segundo caso, será considerado el donatario como poseedor de mala fe, para la
restitución de las cosas donadas y los frutos, siempre que sin causa grave hubieren dejado
de cumplir la obligación impuesta.
Artículo 1333 C. C.- “La acción rescisoria concedida por el artículo precedente terminará
en cuatro años, contados desde el día en que el donatario haya sido constituido en mora
de cumplir la obligación impuesta.”
132
Artículo 1334 C.- C.- “La donación entre vivos puede revocarse por ingratitud. Se tiene por
acto de ingratitud cualquier hecho ofensivo del donatario, que le hiciere indigno de heredar
al donante.”
a) Con las mismas formalidades del testamento puesto que, como hemos señalado,
la donación revocable es un verdadero testamento. Por ejemplo, si se trata de un
testamento abierto, el testador comparecerá ante Notario y tres testigos
ordenando, entre las disposiciones testamentarias cuál es la cosa donada que
surtirá efectos después de su muerte. En este caso, basta con que muera el
testador sin revocar el legado, para que el donatario adquiera la propiedad del
objeto donado.
Artículo 1119 C. C.- “No valdrá como donación revocable sino aquella que se hubiere
otorgado con las solemnidades que la ley prescribe para las de su clase, o aquella a que
la ley expresamente da este carácter.
Si el otorgamiento de una donación se hiciere con las solemnidades de las entre vivos, y
el donante en el instrumento se reservare la facultad de revocarla, será necesario, para
133
que subsista después de la muerte del donante, que este la haya confirmado
expresamente en un acto testamentario.
Las donaciones de que no se otorgare instrumento alguno, valdrán como donaciones entre
vivos en lo que fuere derecho.”
Artículo 1121 C. C.- “El otorgamiento de las donaciones revocables se sujetará a las reglas
del testamento.”
Requisitos externos o de forma: son las solemnidades exigidas por la ley para la validez
de los testamentos (1121 C. C.).
Requisitos internos o de fondo: serán nulas las donaciones revocables otorgadas por
personas incapaces para celebrar actos y contratos (1120 C. C.), así como aquéllas que
pretendan ser otorgadas por personas que no son hábiles para testar (986 C. C.). Quien
no es hábil para testar, tampoco es hábil para donar, y viceversa.
Del mismo modo, son también ineficaces las donaciones revocables otorgadas a personas
incapaces o indignas para suceder (942 al 957 C. C.). De manera especial, no será válida
la donación hecha al guardador del donante, mientras no haya exhibido las cuentas de la
guarda, ni pagado los saldos que existieren en su contra (1300 C. C.).
Artículo 1120 C. C.- “Son nulas las donaciones revocables de personas que no pueden
testar o donar entre vivos. Son nulas, asimismo, las entre personas que no pueden recibir
asignaciones testamentarias o donaciones entre vivos una de otra.”
Clasificación.
134
Es a título universal, cuando tiene por objeto todos los bienes del donante o una cuota de
ellos, constituyendo una herencia. Sólo tendrá efectos a la muerte del donante (testador).
Es a título singular, si tiene por objeto una especie o cuerpo cierto o especies
indeterminadas de un género, constituyendo un legado que sólo podrá ser reclamado a
los herederos universales una vez que éstos hayan tomado posesión efectiva de la
herencia.
En ambos tipos de donación revocable, puede ser que el donante haya decidido hacer la
tradición de la (s) cosa (s) donada (s). Sin embargo, a diferencia de las donaciones entre
vivos o irrevocables, en las que se transfiere al donatario la propiedad de la (s) cosa (s)
donada (s), en las donaciones revocables sólo se transfieren los derechos y obligaciones
del usufructuario, aunque sin la obligación de rendir fianza o garantía de conservación y
restitución, a menos que así lo exija expresamente el donante.
Toda donación revocable seguida de tradición, produce los siguientes efectos jurídicos:
b) La entrega de las cosas donadas, en vida del donante, es una demostración del
especial propósito de favorecer al donatario, lo que significa que los legados
anticipados se pagarán con preferencia a los demás legados, cuando la masa
hereditaria no alcanzare para pagar todos los legados. (1123, párrafo 3º).
c) Si la donación es a título universal, --de todos los bienes del donante o una cuota
de ellos--, se mirará como una institución de heredero, que sólo tendrá efecto
135
desde la muerte del donante; pero la entrega de algunas cosas de la herencia,
mientras vive el donante, convierte al donatario en usufructuario (1124 C. C.).
Artículo 1122 C. C.- “Por la donación revocable, seguida de la tradición de las cosas
donadas, adquiere el donatario los derechos y contrae las obligaciones de usufructuario.
Sin embargo, no estará sujeto a rendir la caución de conservación y restitución a que son
obligados los usufructuarios, a no ser su lo exija el donante.”
Artículo 1123 C. C.- “Las donaciones revocables a título singular son legados anticipados,
y se sujetan a las mismas reglas que los legados.
Las donaciones revocables, inclusos los legados en el caso del párrafo precedente,
preferirán a los legados de que no se ha dado el goce a los legatarios en vida del testador,
cuando los bienes que éste deja a su muerte no alcanzan a cubrirlos todos.”
Artículo 1124 C. C.- “La donación revocable de todos los bienes o de una cuota de ellos
se mirará como una institución de heredero, que sólo tendrá efecto desde la muerte del
donante.
Sin embargo, podrá el donatario de todos los bienes o de una cuota de ellos, ejercer los
derechos de usufructuario sobre las especies que se le hubieren entregado.”
a) En primer término, caducan por el mero hecho de morir el donatario antes que el donante
(1125 C. C.). La premuerte del donatario le hace incapaz de suceder y de recibir
donaciones entre vivos; también provoca la nulidad de la donación revocable.
136
b) Caducan también las donaciones por el hecho de sobrevenir otra causal de incapacidad
o incurrirse en una causal de indignidad para suceder (1126 C. C.).
c) También caduca la donación hecha por acto entre vivos que no ha sido confirmada por un
acto testamentario (1119 C. C.); y,
d) Por último, las donaciones caducan por la revocación expresa o tácita del donante, ya sea
porque en forma clara y precisa la señala en un nuevo acto testamentario, o porque
dispone del objeto donado enajenándolo antes de su muerte (1127 C. C.).
Artículo 1125 C. C.- “Las donaciones revocables caducan por el mero hecho de morir el
donatario antes que el donante.”
Artículo 1126 C. C.- “Las donaciones revocables se confirman, y dan la propiedad del
objeto donado, por el mero hecho de morir el donante sin haberlas revocado, y sin que
haya sobrevenido en el donatario alguna causa de incapacidad o indignidad bastante para
invalidar una herencia o legado.”
Artículo 1127 C. C.- “La revocación puede ser expresa o tácita, de la misma manera que
la revocación de las herencias o legados.”
Siendo las asignaciones forzosas de carácter obligatorio, aun cuando el testador las haya
omitido en su testamento, podrán ser reclamadas por los asignatarios a través de la acción
de reforma del testamento; esto significa que las referidas asignaciones forzosas deberán
pagarse, aunque con ello se afecte a las asignaciones revocables.
Artículo 1128 C. C.- “Las disposiciones de este Capítulo, en cuanto conciernan a los
asignatarios forzosos, están sujetas a las excepciones y modificaciones que se dirán en
el Título "De las Asignaciones Forzosas."
137
El derecho de acrecer.
Comprende un incremento que recibe (n) el (los) heredero (s) testamentario (s) o
ab intestato (s), o el (los) legatario (s), cuando un coheredero o colegatario, no
quiere (n) o no puede (n) adquirir la herencia o el legado, a pesar de haber sido
llamado conjuntamente con él. Se produce por tanto en la sucesión testada como
en la intestada. También tienen derecho a acrecer los usufructuarios.
Artículo 1137 C. C.- “El derecho de acrecer tiene lugar en las herencias y legados.”
Para que proceda el derecho de acrecer, será necesario que concurran los
siguientes requisitos:
138
acrecimiento, pues se tendrá que abrir la sucesión intestada o, en su caso,
procedería la sustitución.
Artículo 1129 C. C.- “Hecha una asignación o destinado un mismo objeto a dos o
más asignatarios, la porción de uno de ellos, que por falta de este se junta a las
porciones de los otros se dice acrecer a ellas.”
Artículo 1130 C. C.- “El derecho de acrecer no tendrá lugar entre los asignatarios
de distintas partes o cuotas en que el testador haya dividido el objeto asignado:
139
cada parte o cuota se considerará en tal caso como un objeto separado y no habrá
derecho de acrecer sino entre los consignatarios de una misma parte o cuota.
Si se asigna un objeto a dos o más personas por iguales partes, habrá derecho de
acrecer.”
Artículo 1131 C. C.- “Habrá derecho de acrecer, sea que se llame a los
consignatarios en una misma cláusula o en cláusulas separadas de un instrumento
testamentario.
Coasignatarios conjuntos.
Los coasignatarios conjuntos se tendrán como una sola persona; si éstos concurren con
otros coasignatarios, éstos sólo podrán acrecer a la parte de los conjuntos si todos ellos
llegaran a faltar; pero si sólo faltare alguno de los que conforman el conjunto, acrecerán
los que subsistan de dicho conjunto.
Artículo 1132 C. C.- “Los consignatarios conjuntos se reputarán por una sola persona para
concurrir con otros consignatarios; y la persona colectiva formada por los primeros, no se
entenderá faltar, sino cuando todos estos faltaren.
Se entenderán por conjuntos los consignatarios asociados por una expresión copulativa,
como Pedro y Juan, o comprendidos en una denominación colectiva, como los hijos de
Pedro.”
Tanto el heredero como el legatario, gozan del derecho para aceptar o repudiar la herencia
o el legado; aunque no se puede aceptar una parte y repudiar otra; sin embargo, el
140
heredero o el legatario pueden, legítimamente, aceptar la herencia o el legado y repudiar
lo que pueden adquirir vía acrecimiento, pues este tiene carácter de accesorio; pero no
pueden aceptar el acrecimiento y repudiar la herencia o el legado, pues para gozar del
derecho de acrecer, será necesario aceptar la herencia o el legado.
.
Artículo 1133 C. C.- “El consignatario podrá conservar su propia porción y repudiar la que
se le defiere por acrecimiento; pero no podrá repudiar la primera y aceptar la segunda.”
En general, la porción que acrece acarrea todos los gravámenes que afecten la porción
del coasignatario que falta, excepto aquéllos que dependan de una calidad o aptitud
personal de dicho coasignatario.
Artículo 1134 C.- C.- “La porción que acrece lleva todos sus gravámenes consigo, excepto
los que suponen una calidad o aptitud personal del consignatario que falta.”
Artículo 1135 C. C.- “El derecho de transmisión establecido por el Artículo 936, excluye
el derecho de acrecer.”
Regla especial.
141
Los coasignatarios de usufructo, de uso, de habitación, o de una pensión
periódica, conservarán su derecho de acrecer, y mientras gocen de dichos
derechos, ninguno de ellos se extinguirá mientras exista alguno de los
coasignatarios.
Artículo 1138 C. C.- “El testador podrá en todo caso prohibir el acrecimiento.”
De las substituciones
Clasificación.
142
La sustitución vulgar o subsidiaria, tiene lugar cuando el testador nombra a otro
asignatario para que adquiera la herencia, o el legado, para que pueda suceder
en lugar del nombrado originalmente, en el supuesto caso de que el instituido
anteriormente, llegue a falta por alguna causa legal, como la muerte, la
incapacidad o la indignidad.
143
No se entiende faltar el signatario que una vez aceptó, salvo que se invalide la
aceptación.”
Requisitos.
Artículo 1140 C. C.- “La substitución que se hiciere expresamente para alguno de
los casos en que pueda faltar el asignatario, se entenderá hecha para cualquiera
de los otros en que llegare a faltar, salvo que el testador haya expresado voluntad
contraria.”
Grados de la sustitución.
144
a) Cuando se nombra un sustituto, otro sustituto al primer sustituto, otro al
segundo sustituto y así sucesivamente.
Artículo 1141 C. C.- “La substitución puede ser de varios grados, como cuando se
nombra un substituto al asignatario directo, y otro al primer substituto.”
Artículo 1142 C. C.- “Se puede sustituir uno a muchos y muchos a uno.”
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El derecho de transmisión funciona cuando un heredero muere después de morir
el testador habiendo aceptado la herencia o cuando no se ha pronunciado sobre
su aceptación; en cambio, la sustitución funciona cuando el asignatario muere
antes del testador, o cuando aun muriendo después, ha repudiado la herencia, o
ha sido declarado incapaz o indigno de aceptar la herencia.
Artículo 1144 C. C.- “El substituto de un substituto que llega a faltar, se entiende
llamado en los mismos casos y con las mismas cargas que éste, sin perjuicio de
lo que el testador haya ordenado a este respecto.”
Artículo 1145 C. C.- “Si el asignatario fuere descendiente legítimo del testador, los
descendientes legítimos del asignatario no por eso se entenderán substituidos a
éste, salvo que el testador haya expresado voluntad contraria.”
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