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JUICIO: Robles, Juan Roberto vs.

Provincia de Tucumán s/ acción meramente


declarativa. Expte. N°512/11.

SENTENCIA Nº 100
San Miguel de Tucumán, Marzo 15 de 2.016.

VISTO: las presentes actuaciones caratuladas


“Robles, Juan Roberto vs. Provincia de
Tucumán s/ acción meramente declarativa”, y
reunidos los vocales de la Sala III de la Excma.
Cámara en lo Contencioso Administrativo para
su consideración y decisión, se establece el
siguiente orden de votación: Dr. Sergio Gandur
y Dra. Ebe M. López Piossek, habiéndose
arribado al siguiente resultado:

EL SR. VOCAL DR. SERGIO GANDUR, DIJO:

RESULTA:

I- Demanda.
Que a fs. 6/19 de autos Juan Roberto Robles, invocando la calidad de
ex legislador provincial, inicia demanda contra el Superior Gobierno de la Provincia
de Tucumán a fin de que se haga cesar el estado de incertidumbre sobre la
constitucionalidad o no del accionar del Poder Ejecutivo al no rendir cuentas sobre la
obra de la Legislatura Provincial, lo que afecta de manera gravísima su derecho
constitucional de propiedad, de igualdad y de razonabilidad, alegando la vulneración
de artículos de la Constitución Nacional, la Convención Americana sobre Derechos
Humanos, el Pacto de Derechos Civiles y Políticos, el Pacto de derechos
Económicos Sociales y Culturales y la Constitución Provincial al afectar derechos de
incidencia colectiva como el patrimonio del Estado y de todos sus ciudadanos.

Afirma que la situación planteada destruye la garantía de seguridad


jurídica propia de todo estado de derecho, toda vez que la ley sancionada que
autoriza futuras pero desconocidas erogaciones, impide ejercer un mínimo de control
de legalidad sobre el faraónico edifico que albergará la Legislatura.
Sostiene que la cuestión a dilucidar es si resulta arbitraria, irrazonable y
por ende, inconstitucional la decisión de ejecutar una obra sin ningún tipo de control
por parte de los órganos ni de los ciudadanos de esta República.
Alega que el 21-7-99 se promulga la ley 6958, texto consolidado como
ley 7986, que dispuso afectar un inmueble de propiedad del Estado Provincial para el
uso del Poder Legislativo ordenando la toma de posesión del mismo a partir de la
promulgación de la ley. Luego en el Boletín Oficial de fecha 8-4-05, se publicó la
promulgación de la ley 7535, por la que se creó un sistema de protección de un
conjunto de bienes integrantes del Patrimonio Cultural de la Provincia.
Esgrime que por ley 7955, promulgada el 29-11-07, se ordenó la
construcción de un nuevo edificio para que sea sede del Poder Legislativo de la
Provincia de Tucumán en el inmueble afectado por la ley 6958 del 21-7-99 y se
facultó al Presidente de la H. Legislatura a contratar en forma directa el
asesoramiento profesional necesario para la elaboración del anteproyecto de la obra.
Mediante la ley 7986, promulgada el 21-12-07, se modificó la ley 7535 suprimiendo la
afectación del inmueble de la Ex Brigada de Investigaciones sito en avenida
Sarmiento, esquina Muñecas.
Posteriormente, por ley 8073 se modificó la ley 7955 ampliando la
facultad del Presidente de la H. Legislatura para contratar en forma directa el
asesoramiento profesional para la elaboración del anteproyecto y proyecto, como así
también la empresa o empresas que tendrán a su cargo la construcción del edificio,
como así también para la adquisición de la totalidad del amoblamiento y demás
elementos que resulten necesarios para el correcto y normal funcionamiento del
citado edificio. Asimismo, facultó al Poder Ejecutivo a transferir a la Legislatura los
fondos que resulten necesarios para su cumplimiento y también a realizar la
compensación de créditos presupuestarios que resulten necesarios para el
cumplimiento de la ley.
Cita el artículo 12 de la Constitución Provincial que prescribe: “Toda
enajenación de bienes fiscales y cualquier otro contrato susceptible de licitación,
deberá hacerse precisamente en esta forma salvo el caso en que la Legislatura o
Municipalidad resolviesen lo contrario, por razones especiales reclamadas por el bien
público”.
Enfatiza que una obra de tal magnitud no pudo prescindir del
procedimiento de la licitación pública y del conjunto de las normas positivas
concordantes, habida cuenta que el apartamiento es excepcionalísimo cuando
existen probadas razones especiales reclamadas por el bien público y esgrime que
en el texto legal, el cuerpo legislativo ni siquiera se ha tomado el trabajo de inventar
uno debido a la impunidad con que se actúa y más aun siendo que el procedimiento
de la licitación pública es el que evita menores riesgos de connivencias con las
empresas, permite el mejor contralor de los derechos e intereses del Estado, a la vez
que dota de transparencia a los actos y conductas de los funcionarios públicos.
Considera que las facultades extraordinarias otorgadas al
vicegobernador resultan deleznables, por cuanto no existe absolutamente ninguna
norma expresa que faculte a la Legislatura a otorgar semejante potestad; que la ley
8073 no señala monto total del anteproyecto, de la construcción del edificio, ni mucho
menos del amoblamiento y demás elementos que resulten necesarios; no existen
límites a las sumas de dinero que demande la obra, por lo que todo depende de la
exclusiva voluntad del vicegobernador; no se dice ni una sola palabra de la obligada
y documentada rendición de cuentas a nadie, ni siquiera a la misma Legislatura; que
respecto al edificio, debió discutirse todos y cada uno los aspectos edilicios, impacto
ambiental, su relación con la historia de la Provincia, requisitos del anteproyecto y de
sus autores, etc. y que no se invitó a opinar a los distintos actores de la Provincia,
como ser universidades, cámaras de la construcción, colegios profesionales,
historiadores, etc.
Menciona que la ley 8073 ha demostrado acabadamente que el
gobierno de turno ejerce un poder monopólico, sin límites ni condicionamientos de
ninguna índole, a la vez que omite deliberadamente cualquier tipo de publicidad de

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sus actos y mucho menos aquellos referidos a las rendiciones de cuentas de las
sumas de dineros públicos.
Fundamenta los requisitos de procedencia de la acción deducida,
expone que ejecutar una obra sin licitación con sólo una ley formal que nada legisla,
supone una abierta violación al orden jurídico, por lo que el proceder del Ejecutivo al
obrar de esa manera no tiene la debida adecuación con el texto constitucional.
Refiere a la aplicación del Derecho Internacional de los Derechos
Humanos por los tribunales internos y justifica el derecho de acceso a la jurisdicción,
en que la conducta del Gobierno de la Provincia de Tucumán implica un alzamiento
contra uno de los pilares de la forma republicana de gobierno y que este
comportamiento padece graves anomalías que lo tornan manifiestamente inválido y
contrario a los principios constitucionales ampliamente reconocidos.
Asevera que la ilegalidad de la acción incurrida por el Poder Ejecutivo
es clara y manifiesta, careciendo de respaldo normativo para subsistir como tal, por
cuanto afecta el orden institucional, la seguridad jurídica y el estado de derecho,
habida cuenta que vulnera el mismísimo sistema de contrapesos de los tres poderes
del Estado, impidiéndose que cualquier ciudadano pueda mínimamente conocer el
destino de semejante cantidad dineraria que se está erogando en una obra
contratada libremente.
Funda su derecho en lo establecido por el artículo 89 y sucesivos del
Código Procesal Constitucional, la Constitución Provincial, la Constitución Nacional,
la Convención Americana sobre Derechos Humanos, el Pacto Internacional de
Derechos Económicos, Sociales y Culturales y encuentra soporte para el acceso a la
jurisdicción en expresas cláusulas de la Constitución Federal, de los documentos
internacionales que gozan de jerarquía constitucional por imperio de lo normado por
el inc. 22 del artículo 75, doctrina y jurisprudencia aplicable al caso.
Ofrece pruebas, formula reserva del caso federal y peticiona que en el
momento procesal oportuno, se haga lugar a la presente acción con costas.

II- Contestación de demanda.


Por decreto de fecha 12-10-11 (fs.21) se dispuso correr traslado de la
demanda, notificándose a la Provincia de Tucumán (cédula de fs. 22), quien contestó
a fs. 63/80.
Niega todos y cada uno de los hechos, así como el derecho invocados
por el demandante, con excepción de aquellos que fueren objeto de reconocimiento
expreso de su parte.
Niega que resulte procedente la acción declarativa promovida en autos,
que el demandante la hubiere promovido según el art. 89 y concordantes del C.P.C. y
que exista un estado de incertidumbre sobre la constitucionalidad o no del accionar
del Poder Ejecutivo Provincial respecto de la contratación de la obra de construcción
del nuevo edificio de la Legislatura Provincial, asimismo niega que el demandante
represente la defensa de derechos de incidencia colectiva como el patrimonio del
Estado y de todos sus ciudadanos, que se encuentre vulnerada la garantía de
seguridad jurídica y que las leyes provinciales sancionadas en relación con la
contratación de la obra del nuevo edificio legislativo impidan ejercer un mínimo
control de legalidad.
Niega que el demandante sufra o hubiere sufrido agravio alguno en la
calidad de ciudadano y anterior legislador provincial, que las leyes provinciales 6958,

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7986, 7535, 7955, 7986 y 8076 supongan antecedentes de una degradación
institucional en el sistema democrático de gobierno instituido en Tucumán y que
exista una flagrante violación al Estado de Derecho, como así también niega que
exista vulneración del art. 12 de la Constitución de la Provincia de Tucumán, que
exista un quebrantamiento del art. 29 de la Constitución Nacional y que exista una
vulneración del art. 3 de la Constitución Provincial.
Niega que se hubieren concedido “facultades extraordinarias” al
vicegobernador de la Provincia, que exista una “monarquía disfrazada de
democracia” y que se hubiere producido una “verdadera concentración de poder en
una sola persona”, asimismo niega que se hubiere afectado el “derecho de los
ciudadanos a conocer y la obligación del Estado a rendir cuentas”, que se
encuentren reunidos los requisitos de procedencia de la acción declarativa de
certeza promovida y que se encuentren vulneradas la razonabilidad y la seguridad
jurídica.
Niega que se encuentre vulnerado el derecho de propiedad, que el
derecho internacional de los derechos humanos ampare la pretensión esgrimida por
el demandante y que los derechos económicos, sociales y culturales pudieren recibir
la protección del Poder Judicial sugerida por el demandante, además niega que
hubiere sido quebrantado el derecho de acceso a la jurisdicción por medio de una vía
expedita y rápida, que exista gravedad institucional y que el control judicial de
constitucionalidad tuviere el alcance pregonado por el demandante.
Manifiesta que sobre la base del cauce procesal otorgado al presente
juicio, entiende que la sola condición invocada por el demandante resulta insuficiente
para acreditar por sí la existencia de caso que habilite el control judicial de
legitimidad que propone y que la mera invocación de la calidad de ciudadano no trae
consigo la demostración de un perjuicio concreto en el demandante a los fines de la
impugnación constitucional.
Esgrime que la circunstancia de que el demandante afirme su rotunda
disconformidad con el sistema de control del gasto público instituido en el
ordenamiento jurídico provincial respecto de una obra pública en particular no implica
la existencia de caso a los fines del control judicial de legitimidad pretendido.
Alega que a partir de su cualidad de “abogado, ex legislador”,
disconforme con la administración de los fondos públicos llevada a cabo por los
representantes del pueblo en relación con una obra pública determinada, no puede
perseguir la desnaturalización de la potestad jurisdiccional atribuida al Poder Judicial
en el sistema de control de legitimidad instituido.
Manifiesta que en el planteo de autos no se ha configurado estado de
incertidumbre alguno que provoque lesión a la situación jurídica invocada por el
demandante y respecto al control del gasto público involucrado en la construcción del
nuevo edificio de la Legislatura, argumenta que si bien la licitación pública importa la
regla entre los procedimientos de selección del contratista estatal según el
ordenamiento jurídico vigente en la Provincia, la excepción a dicha regla debe ser
dispuesta por ley.
Menciona que la circunstancia de que la ley provincial 7955 hubiere
dispuesto la construcción de un nuevo edificio que será sede de la Legislatura
Provincial, así como hubiere facultado al Presidente de la Legislatura a contratar en
forma directa tanto el asesoramiento profesional relativo al anteproyecto y proyecto

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de la obra como su construcción, no eximen al gasto que esto implica del sistema de
control del gasto público pertinente.
Afirma que el control del gasto público respecto de la obra ha sido
aplicado conforme a las disposiciones de la ley de administración financiera local y
que la Legislatura provincial ha rendido cuentas ante el Tribunal de Cuentas de los
gastos realizados en relación con la obra del nuevo edificio en cuestión y que los
honorarios profesionales por las tareas de anteproyecto, proyecto y supervisión de
obran han sido debidamente aprobados (según Decreto N°0990-A/2008. Expediente
2343-V-2008).
Asevera que en relación a la construcción del edificio, el Presidente de
la Legislatura por Decreto N°0059-A/2009 en el expediente N°3484-V-2008, invitó a
tres firmas de reconocida trayectoria en el ramo a presentar cotización de la obra en
debate y que dicho acto fue aprobado por el Tribunal de Cuentas, sin haber
formulado ninguna objeción a la documentación técnica presentada para su control
mediante Acuerdo N°443 de fecha 23-2-2009.
Expresa que por medio del Decreto N°0115-A/2009 de fecha 10-3-09,
se procedió a la adjudicación de la construcción de la obra, que por Decreto
N°0203/A-2011 de fecha 20-4-11 se aprobaron las actuaciones obrantes en el
expediente 114-V-2001 respecto del proyecto de decoración, equipamiento, sistemas
electrónicos e iluminación de la obra y añade que desde el año 2008 hasta el
presente, las distintas rendiciones de cuentas han sido sometidas al control del
Tribunal de Cuentas conforme las disposiciones de la ley provincial 6970.
Estima que en la hipótesis de que se adjudicara al demandante la
vulneración de un interés directo en su contra, considera que la pretensión procesal
promovida resulta igualmente improcedente en tanto el Estado Provincial ha
sometido el control del gasto público en relación con la obra del nuevo edificio de la
Legislatura Provincial a los mecanismos institucionales pertinentes.
Ofrece prueba, formula reserva del caso federal y solicita que se
rechace por improcedente la pretensión declarativa de certeza promovida en su
contra con imposición de costas al accionante.

III- Por providencia de fs. 83 se dispuso la apertura de la causa a


prueba y se ofrecieron las detalladas en el informe actuarial de fs. 270: diez por la
parte actora y dos por la parte demandada.

A fs. 287 se encuentra agregado el alegato de la parte actora y a fs.


289/302 el alegato de la Provincia de Tucumán.
A fs. 306 corre oblada la planilla fiscal que fue abonada por la parte
actora, según consta en comprobante de fs. 315.
Por providencia de fs. 319 se dispuso que por la cuestión de
constitucionalidad planteada en el escrito de demanda se corra vista a Fiscalía de
Cámara, quien se pronunció a fs. 321/324 sosteniendo que corresponde rechazar el
planteo de inconstitucionalidad formulado en la demanda.

Por decreto de fecha 7-5-15 (fs.325) se llamaron los autos para


sentencia, notificándose a las partes mediante las cédulas agregadas a fs. 326/327,
quedando estos actuados en estado de resolver.

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CONSIDERANDO:

I- La parte actora pretende en autos hacer cesar el estado de


incertidumbre sobre la constitucionalidad o no del accionar del Poder Ejecutivo al
negarse a rendir cuentas sobre la obra de la Legislatura Provincial y que ello le
afecta de manera gravísima sus derechos constitucionales de propiedad, de igualdad
y de razonabilidad, respaldando su postura en la Constitución Provincial,
Constitución Nacional y en los Tratados y Pactos Internacionales.
La demandada sostuvo que el actor esgrime su condición de abogado y
ex legislador para fundamentar la legitimación activa, pero que sin embargo entiende
que la sola condición invocada resulta insuficiente para acreditar por sí la existencia
de “caso” que habilite el control judicial de legitimidad que propone. Además, advierte
que la acción declarativa de mera certeza no implica una acción directa de
inconstitucionalidad sin la vulneración concreta del perjuicio o lesión de un derecho,
libertad o garantía protegidos por el ordenamiento jurídico.
También alegó que se dispuso la excepción de la licitación pública
mediante una ley, que las facultades otorgadas al Presidente de la Legislatura no lo
exime del control de gastos previstos en la ley provincial 6970 y que a los gastos de
la obra en debate se le aplicaron las disposiciones de la ley de administración
financiera local, habiendo la Legislatura de la Provincia de Tucumán rendido cuentas
ante el Tribunal de Cuentas de los gastos realizados.

II- Atento la cuestión litigiosa suscitada en la causa, corresponde


determinar si efectivamente el actor se encuentra legitimado para ejercer la acción
pretendida, y de ser así establecer si existe realmente un estado de incertidumbre
sobre la responsabilidad del Poder Ejecutivo de rendir cuentas sobre la obra de la
Legislatura Provincial.

III- El actor en autos, invocando su calidad de argentino, abogado y ex


legislador provincial, atribuye al Poder Legislativo y al Poder Ejecutivo el
incumplimiento de la ley de obras públicas, la falta de observancia del instituto de la
licitación pública y la consecuente atribución de facultades al Presidente de la H.
Legislatura de Tucumán para la contratación en forma directa de la construcción y
amoblamiento del Edificio de la Legislatura de Tucumán y a negarse a rendir cuentas
sobre la obra, por lo que puede sintetizarse su pretensión en la falta de transparencia
en el manejo de los fondos públicos y la falta de publicidad de los actos de gobierno.
La demandada esgrime en su defensa que sobre la base del cauce
procesal otorgado al presente juicio, la sola condición invocada por el demandante
resulta insuficiente para acreditar por sí la existencia de caso que habilite el control
judicial de legitimidad que propone y que la mera invocación de la calidad de
ciudadano no trae consigo la demostración de un perjuicio concreto en el
demandante a los fines de la impugnación constitucional.
Si bien el actor promovió una acción declarativa en los términos del
artículo 89 del Código Procesal Constitucional, cabe advertir que por decreto de
fecha 12-10-11 (fs.21) se le otorgó a la presente causa el trámite de juicio ordinario

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previsto en el artículo 274 del Código Procesal Civil y Comercial, lo que no ha sido
cuestionado por las partes.

En forma somera y a los fines de fundamentar la legitimación del


interesado para interponer la presente acción, corresponde mencionar que la
C.S.J.N. por sentencia de fecha 26-3-14, en los autos “CIPPEC c. EN - M° de
Desarrollo Social - dto. 1172/2003 s/ amparo ley 16.986”, manifestó respecto del
derecho de acceso a la información que corresponde a cualquier persona para
ejercer el control democrático de las gestiones estatales, de forma tal que puedan
cuestionar, indagar y considerar si se está dando un adecuado cumplimiento a las
funciones públicas. La información no pertenece al Estado sino que es del pueblo de
la Nación Argentina.
El criterio mencionado forma parte de la elaboración jurisprudencial del
más alto Tribunal Nacional que en los antecedentes “Asociación Derechos Civiles” de
fecha 4-12-12, “Cippec” antes mencionado del 26-3-14, “Oehler” del 21-10-14 y el
más reciente “Giustanini” de fecha 10-11-15, en la que establecen que el acceso a la
información pública no debe ser una gracia o favor del gobierno de turno, no puede
quedar librado a la buena voluntad, arbitrio o razonabilidad del funcionario de turno,
sino que debe ser regulada, promovida, difundida y fundamentalmente monitoreada
por la sociedad.
En definitiva, lo afirmado por la C.S.J.N. en los antecedentes señalados
y la solución que luego de ser desarrollada se arribará en la presente litis justifica
acabadamente la existencia de una causa o caso para reconocer la legitimación del
accionante en la presente causa.
Por consiguiente la pretendida invocación del actor de su calidad de
argentino, abogado y ex legislador provincial se encuentra suficientemente
acreditada para intentar la pretensión de autos.

IV- El derecho de acceso a la información pública, hasta la reforma


constitucional de 1994, sólo estaba amparado implícitamente en la norma de los
artículos 1, 14 y 33 de la Constitución histórica.
Con la última reforma a la Ley Fundamental, si bien no ha sido
incorporado en un enunciado autónomo, sí se contempló específicamente el deber
estatal de facilitar y allanar el acceso a la información pública en casos concretos; en
relación a los partidos políticos (artículo 38); al medio ambiente (artículo 41); a los
consumidores de bienes y servicios (artículo 42); en lo referente a los datos
personales obrantes en los registros o archivos estatales (artículo 43, 3° párrafo).
También en los Tratados con jerarquía constitucional incorporados en el artículo 75,
inciso 22; en el Pacto de San José de Costa Rica (artículo 13.1), en la Declaración
Universal de Derechos Humanos (artículo 19) y en el Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos (artículo 19.2), en los que se consagran el derecho de
recibir información como la contracara necesaria para el ejercicio de la libertad de
expresión.
En nuestro ordenamiento provincial no se encuentra regulado el acceso
a la información pública de los actos de gobierno al igual que en la mayoría de las
provincias y si bien el Decreto 1172/2003 (Boletín Oficial de la Nación del 4-12-03) en

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el ámbito nacional fue un avance muy importante en la materia, la falta de regulación
y reticencia por parte de la administración de turno de facilitar la información resulta
un obstáculo para satisfacer plenamente ese derecho.

Es que el reconocimiento efectivo de este derecho no sólo permite


alcanzar mayores niveles de transparencia y de participación ciudadana, sino que
constituye un elemento esencial en la mejora de la calidad institucional.
La C.I.D.H. tuvo oportunidad de pronunciarse al respecto en la causa
"Claude Reyes y otros vs. Chile”, sentencia del 19/09/06, Serie C, 151, párr. 77., en
la que había señalado “que el art. 13 de la Convención, al estipular expresamente los
derechos a 'buscar' y a 'recibir' 'informaciones', protege el derecho que tiene toda
persona a solicitar el acceso a la información bajo el control del Estado, con las
salvedades permitidas bajo el régimen de restricciones de la Convención.
Consecuentemente, el artículo mencionado ampara el derecho de las personas a
recibir dicha información y la obligación positiva del Estado de suministrarla, de forma
tal que la persona pueda tener acceso a conocer esa información o reciba una
respuesta fundamentada cuando por algún motivo permitido por la Convención el
Estado pueda limitar el acceso a la misma para el caso concreto. Dicha información
debe ser entregada sin necesidad de acreditar un interés directo para su obtención o
una afectación personal, salvo en los casos en que se aplique una legítima
restricción. Su entrega a una persona puede permitir a su vez que ésta circule en la
sociedad de manera que pueda conocerla, acceder a ella y valorarla. De esta forma,
el derecho a la libertad de pensamiento y de expresión contempla la protección del
derecho de acceso a la información bajo control del Estado, el cual también contiene
de manera clara las dos dimensiones, individual y social, del derecho a la libertad de
pensamiento y de expresión, las cuales deben ser garantizadas por el Estado de
forma simultánea” (conf. caso citado, párr. 77).
Se remarcó además que es indispensable que las autoridades estatales
se rijan por el principio de máxima divulgación, el cual establece la presunción de
que toda información es accesible, sujeto a un sistema restringido de excepciones”,
pues el actuar del Estado “debe encontrarse regido por los principios de publicidad y
transparencia en la gestión pública, lo que hace posible que las personas que se
encuentran bajo su jurisdicción ejerzan el control democrático de las gestiones
estatales, de forma tal que puedan cuestionar, indagar y considerar si se está dando
un adecuado cumplimiento de las funciones públicas. El acceso a la información bajo
el control del Estado, que sea de interés público, puede permitir la participación de la
gestión pública a través del control social que se puede ejercer con dicho acceso”
(párr. 86 de la sentencia aludida).
Luego la C.S.J.N. en “Asociación Derechos Civiles c/ Estado Nacional
-PAMI DTO 1172/03- s/Amparo Ley 16986” de fecha 4-12-12, recordó “Que con este
alcance es menester recordar que el derecho de buscar y recibir información ha sido
consagrado expresamente por la Declaración Americana de Derechos y Deberes del
Hombre (artículo IV) y por el artículo 13.1 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos y la Corte Interamericana ha dado un amplio contenido al
derecho a la libertad de pensamiento de expresión, través de la descripción de sus
dimensiones individual y social”.

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Con posterioridad, en “CIPPEC c/ Estado Nacional –Ministerio de


Desarrollo Social - dto. 1172/03 s/ amparo ley 16.986” de fecha 26-3-14, ante una
demanda de amparo a fin de que el Ministerio de Desarrollo Social brindara
información detallada sobre transferencias dinerarias realizadas al sector privado
destacó que “…se trata de información de carácter público, que no pertenece al
Estado sino que es del pueblo de la Nación Argentina y, en consecuencia, la sola
condición de integrante de la comunidad resulta suficiente para justificar la solicitud.
De poco serviría el establecimiento de políticas de transparencia y garantías en
materia de información pública si luego se dificulta el acceso a ella mediante la
implementación de trabas de índole meramente formal. Ello es así ya que el acceso
a la información tiene como propósito coadyuvar a que los integrantes de la sociedad
ejerzan eficazmente el derecho a saber, por lo que el otorgamiento de la información
no puede depender de la acreditación de un interés legítimo en ésta ni de la
exposición de los motivos por los que se la requiere.”
A su vez en "Recurso de hecho deducido por la actora en la causa
Oehler, Carlos A. c/ Secretaria de Turismo y Cultura de la Provincia de Jujuy - Estado
Provincial s/ recurso de inconstitucionalidad” de fecha 21-10-14 el más alto Tribunal
nacional reafirma los argumentos plasmados en los fallos citados y advierte que el
estándar internacional fijado por la C.I.D.H. en “Claude Reyes” es a favor de la
legitimación activa amplia, mediante la cual se postula que el derecho a la
información pública se trata de un derecho que corresponde a toda persona de
conocer la manera en que sus gobernantes y funcionarios públicos se desempeñan.
Finalmente en “Giustiniani, Rubén Héctor c. Y.P.F. S.A. s/ amparo por
mora” de fecha 10-11-15, afirmó que “la Asamblea General de la Organización de las
Naciones Unidas ha determinado el concepto de libertad de información y en su
resolución 59 afirmó que “la libertad de información es un derecho humano
fundamental y piedra de toque de todas las libertades a las cuales están
consagradas las Naciones Unidas” y que abarca el “derecho de recopilar, transmitir y
publicar noticias” (en idéntico sentido, el artículo 19 del Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos de Naciones Unidas adoptado en su resolución 2200A
(XXI), del 16 de diciembre de 1966; párrs. 32, 33, 34, 35, 36 y 37 del capítulo 2,
Sistema de la Organización de Naciones Unidas, del Estudio Especial sobre el
Derecho de Acceso a la Información, Organización de los Estados Americanos,
Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Relatoría Especial para la Libertad
de Expresión, agosto de 2007). Por su parte, la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos ha interpretado consistentemente que el artículo 13 de la
Convención incluye un derecho al acceso a la información en poder del Estado y ha
resaltado que “las personas tienen el derecho de solicitar documentación e
información mantenida en los archivos públicos o procesada por el Estado” y, en
general, cualquier tipo de “información que se considera es de fuente pública o de
documentación gubernamental oficial” (CIDH, Informe sobre Terrorismo y Derechos
Humanos de 2002, párr. 281, cita del párrafo 27, del “Estudio” citado).

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En ese pronunciamiento la C.S.J.N. esgrimió que “en una sociedad
democrática es indispensable que las autoridades estatales se rijan por el principio
de máxima divulgación, el cual establece la presunción de que toda información es
accesible, sujeto a un sistema restringido de excepciones, pues el actuar del Estado
debe encontrarse regido por los principios de publicidad y transparencia en la gestión
pública, lo que hace posible que las personas que se encuentran bajo su jurisdicción
ejerzan el control democrático de las gestiones estatales, de forma tal que puedan
cuestionar, indagar y considerar si se está dando un adecuado cumplimiento de las
funciones públicas. El acceso a la información bajo el control del Estado, que sea de
interés público, puede permitir la participación de la gestión pública a través del
control social que se puede ejercer con dicho acceso”.

V- Ahora bien, analizando la prueba documental acompañada en autos


a la luz de los pronunciamientos de la C.S.J.N. y de la C.I.D.H., en particular los
diarios de sesiones y copias de los boletines oficiales de las leyes cuestionadas en la
presente causa (fs. 23/52), informe del tesorero Claudio Antonio Pérez acerca de lo
actuado sobre las contrataciones de las obras del edificio del Poder Legislativo de
fecha 31-10-11 (fs.53/55), copia del acuerdo N°443 del Tribunal de Cuentas de fecha
23-2-09 (fs.56/59) y copias de los acuerdos del Tribunal de Cuentas N°957, N°2038,
N°3113 y N°3905 del año 2009 (fs.216/227), copia de los acuerdos del Tribunal de
Cuentas N°898, N°1925 y N°2734 del año 2010 (fs.228/236), las copias de los
acuerdos N°261, N°1518 y N°2428 del año 2011 (fs.237/245), el informe del C.P.N.
Mario A. Castaño (FS.258/260) y el informe del Ingeniero Civil Franciso J.Sosa
(fs.261/269), se advierte que la respuesta brindada por el estado provincial, no
satisface en absoluto el derecho de acceso a la información en los términos que la
jurisprudencia citada han determinado como estándar mínimo de protección.

Corresponde remarcar que a instancias del cuaderno de pruebas N°2


de la demandada, el C.P.N. Mario A. Castaño de la H. Legislatura de Tucumán,
agregado a fs. 258/260 de autos, dejó aclarado que los informes sobre los honorarios
profesionales, el expediente de la Obra del “Edificio del Poder Legislativo de la
Provincia de Tucumán” y toda la documentación correspondiente al “Proyecto
Ejecutivo de la Decoración, Equipamientos y Sistemas Electrónicos para el Recinto
de Sesiones y el Auditorio, Ajustes en el 8° Piso e Iluminación de Destaque
Arquitectural para el Edificio en Construcción y Edificio Histórico” no se encontraban
en su poder, no dando cumplimiento con lo solicitado.
Como así también en el cuaderno de pruebas N°2 de la actora cuando
se les requirió infructuosamente y en reiteradas oportunidades a la H. Legislatura de
Tucumán y al H. Tribunal de Cuentas que adjunten el expediente completo del
trámite de aprobación de la Nueva Legislatura con sus anexos y los expedientes
administrativos de aprobación de las cuentas referidas a la obra de la Nueva
Legislatura respectivamente, siempre se mostraron reacias a dar cumplimiento con lo
solicitado. Ello así, por cuanto el H. Tribunal de Cuentas sólo remitió los diarios de
sesiones y las consecuentes leyes (fs.102/112) y el Prosecretario del H. Tribunal de
Cuentas se escudó en que los expedientes administrativos de aprobación de las

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JUICIO: Robles, Juan Roberto vs. Prov. de Tuc. s/ acción meramente declarativa. Expte. N°512/11

cuentas referidas a la obra de la Nueva Legislatura fueron devueltos al organismo de


origen (fs.127).
Por lo tanto la información brindada por la demandada se presenta
sesgada, haciendo referencia únicamente a los diarios de las sesiones llevadas a
cabo por los legisladores y al dictado de las normas consecuentes. Además, en lo
que atañe a la obra en sí, denota la falta de interés en dar cumplimiento a lo
solicitado, ya que realiza referencias genéricas a montos pagados sin indicar o
referenciar el destino específico de esos fondos y quienes los percibieron,
pretendiendo esgrimir que resulta suficiente contar con la acreditación brindada a
través de los acuerdos del H. Tribunal de Cuentas, siendo que estos sólo aprobaron
el pago de las distintas partidas solicitadas, sin indicar los conceptos a los cuales se
imputa debida y detalladamente cada contraprestación.
Resulta de total aplicación en autos lo dispuesto por la C.S.J.N. en el
antecedente antes citado “CIPPEC”, en el que dijo: “no resulta suficiente sólo con dar
a conocer las normas que establecieron estos programas sociales, las partidas de
presupuesto ejecutadas en ese marco o información estadísticamente cuantitativa
relativa al número total de los beneficiarios. Por el contrario, la publicidad debe
atravesar todas las etapas del accionar público y decantar desde la norma
general a todo lo que hace a su instrumentación particular, ya que solo así es
posible prevenir en forma efectiva la configuración de nichos de impunidad.”
De ahí la carencia de valor jurídico en relación a la satisfacción del
derecho y el correlativo cumplimiento de su obligación, ya que no se advierte el
porqué de la desidia por parte de la demandada en brindar en forma completa y
satisfactoria la información solicitada, máxime teniendo en cuenta que, según sus
dichos, cuenta documentalmente con el respaldo de contralor del órgano de control
externo y fiscalización del empleo de recursos y del patrimonio del Estado en los
aspectos legales, presupuestarios, económicos, financieros y patrimoniales, como
así también en ningún momento acreditó la inconveniencia, imposibilidad o la
existencia de una restricción de dar a conocer esos datos.
Es que, cuando el legislador a través a través del dictado de la ley 8073
facultó al Presidente de la H. Legislatura a contratar en forma directa el
asesoramiento profesional para la elaboración del anteproyecto y proyecto, como así
también la empresa o empresas que tendrán a su cargo la construcción, apartándose
de lo dispuesto por el artículo 12 de la Constitución Provincial y la ley 5854 de obras
públicas, generó sin dudas en el accionante una presunción negativa acerca de cual
podría llegar a ser el destino de los fondos públicos para la erogación del edificio de
la Legislatura de Tucumán.
Por lo tanto, el apartamiento por parte de la administración de los
carriles normales de contratación establecidos en la normativa local y más aun
cuando esa información sensible se encuentra vinculada con cuestiones públicas,
tiene necesariamente como correlato la necesidad de poder acceder a esos datos.

Es que la publicidad de los actos de gobierno son los que determinan


en definitiva la transparencia de la gestión pública y su control debe ser ejercido en

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principio por la administración, por el legislador y por los órganos de control y en
definitiva por los ciudadanos que se sientan interesados en los asuntos públicos para
la satisfacción de los derechos económicos, sociales y culturales establecidos en la
normativa constitucional. En efecto, si los ciudadanos no pueden conocer la forma en
que el Estado invierte sus recursos para garantizar esos derechos, resulta
sumamente difícil evaluar si las respuestas ofrecidas por las autoridades son
adecuadas o no.
Por todo lo expuesto, para otorgar una adecuada satisfacción al
derecho de acceso a la información pública consagrado en la normativa
constitucional, pactos internacionales y en los pronunciamientos de la C.S.J.N. y de
la Corte I.D.H. antes citados, corresponde que en el plazo de 30 días de quedar firme
este pronunciamiento se satisfaga el pedido del ciudadano Juan Roberto Robles, y a
su vez se lo haga público dándolo a conocer a los medios de prensa mediante los
canales habituales de comunicación del Gobierno con los medios, dándole debida y
generalizada difusión.
Esto último en razón de las profusas publicaciones al respecto que
hubo en los distintos medios periodísticos sobre el destino de los fondos utilizados
para la construcción del emblemático edificio como así también al interés social
comprendido, a fin de dar la debida protección constitucional al concepto amplio de
información y máxima divulgación que implica el ejercicio republicano del acceso a la
información pública por el ciudadano y al fortalecimiento del estado democrático,
como así también para fomentar la participación pública en el conocimiento de la
actividad estatal.
El reconocimiento efectivo de este derecho no sólo permite alcanzar
mayores niveles de transparencia y de participación ciudadana, sino que constituye
un elemento esencial en la mejora de la calidad institucional y del sistema
republicano de gobierno en el que se ha organizado nuestra Nación.
De esta manera se dará cabal cumplimiento a un derecho humano y
ciudadano fundamental, porque "la información pertenece a las personas, la
información no es propiedad del Estado y el acceso a ella no se debe a una gracia o
favor del gobierno. Este tiene la información solo en cuanto representante de los
individuos. El Estado y las instituciones públicas están comprometidos a respetar y
garantizar el acceso a la información a todas las personas, debiendo adoptar las
disposiciones legislativas o de otro carácter que fueren necesarias para promover el
respeto a ese derecho y asegurar su reconocimiento y aplicación efectivos. El Estado
está en la obligación de promover una cultura de transparencia en la sociedad y en el
sector público, de actuar con la debida diligencia en la promoción del acceso a la
información, de identificar a quienes deben proveer la información, y de prevenir los
actos que lo nieguen y sancionar sus infractores... (CIDH, Informe sobre Terrorismo
Derechos Humanos, párr. 282; Principios de Lima. Principio "Obligación de las
autoridades"; Declaración de SOCIUS Perú 2003, Estudio Especial citado, párr. 96)”.
En razón de todo lo antes considerado, se concluye que corresponde
hacer lugar a la acción interpuesta por Juan Roberto Robles contra la Provincia de
Tucumán, condenando a la demanda a que informe específica y concretamente, sin

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JUICIO: Robles, Juan Roberto vs. Prov. de Tuc. s/ acción meramente declarativa. Expte. N°512/11

remisiones o vinculaciones, sobre la totalidad de las contrataciones relativas a las


obras del edificio del Poder Legislativo de Tucumán, los honorarios profesionales
abonados y erogaciones conexas, como así también todo lo relativo a las rendiciones
de cuentas y su aprobación por el H. Tribunal de Cuentas. Asimismo, deberá dar
difusión masiva y generalizada de la información antes señalada, por los canales
habituales de comunicación del Gobierno con los medios y la pondrá a disposición de
quien lo requiera, lo cual deberá ser acreditado fehacientemente en autos.

VI- Atento el resultado arribado en la presente litis, corresponde


imponer las costas a la parte demandada Provincia de Tucumán, en virtud del
principio objetivo de la derrota consagrado en el primer párrafo del artículo 105 del
C.P.C. y C., de aplicación en este fuero por disposición del artículo 89 del C.P.A.
Reservar regulación de honorarios para su oportunidad.

LA SRA. VOCAL DRA. EBE LÓPEZ PIOSSEK, DIJO:


Que estando conforme con los fundamentos vertidos por el Sr. Vocal
preopinante, voto en el mismo sentido.

En razón de ello, se

RESUELVE:

I. HACER LUGAR según los alcances considerados, a la demanda


promovida en autos por Juan Roberto Robles contra la PROVINCIA DE TUCUMÁN,
y en consecuencia, CONDENAR a la demandada a que informe específica y
concretamente, sin remisiones o vinculaciones, sobre la totalidad de las
contrataciones relativas a las obras del edificio del Poder Legislativo de Tucumán, los
honorarios profesionales abonados y erogaciones conexas, como así también todo lo
relativo a las rendiciones de cuentas y su aprobación por el H. Tribunal de Cuentas.
Asimismo, DEBERÁ DAR difusión masiva y generalizada de la información antes
señalada, por los canales habituales de comunicación del Gobierno con los medios y
la pondrá a disposición de quien lo requiera, lo cual deberá ser acreditado
fehacientemente en autos.
II. COSTAS como se consideran.
III. RESERVAR regulación de honorarios para su oportunidad.
HÁGASE SABER.

SERGIO GANDUR EBE LÓPEZ PIOSSEK

ANTE MÍ: JOSÉ ERNESTO SORAIRE.


JPT

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