A lo largo del proceso humano se han dado ciclos de gran inestabilidad
social, de grandes injusticias, de grandes violencias por parte de quienes detectaban el poder, pero a la par que eso sucedía surgieron corrientes de pensamiento que iban en dirección opuesta a esas violencias e injusticia que robaban la subjetividad al ser humano transformándole en cosa.
Hoy estamos en un momento de grandes convulsiones sociales que afectan
a todo el planeta y como ocurrió en otros momentos históricos se hace cada vez más palpable que los seres humanos se rebelan contra el sufrimiento, contra el dolor, contra el mal trato. Esta rebelión se palpa, se observa en grandes sectores de la población mundial que se vuelcan solidariamente día a día, en ayudar a otros que viven en condiciones inhumanas, reclamando ante los poderes fácticos iguales oportunidades para todos. La antiquísima, nos atrevemos a decir desde que el hombre se humanizó, “regla de oro” se hace cada vez más presente en el alma de muchas personas. Hoy algunos la formulamos así: “Aprende a tratar a los demás del modo en que quieres ser tratado”. Se empieza a poner como valor central de la vida al ser humano y se aspira a la reconciliación con otros y con uno mismo.
Un rayo de sol está penetrando en el corazón de los seres humanos; poco a
poco se va descubriendo a los otros, a pesar de las diferencias externas, como iguales, con las mismas preocupaciones y alegrías, los mismos temores: temor a la pobreza, a la soledad, a la muerte. Nos atrevemos a decir que el Mundo está en búsqueda profunda, está volviendo los ojos hacia su interior y las preguntas que nos han venido acompañando a lo largo de nuestra historia humana están siendo formuladas con fuerza: El sentido de la Vida, La muerte y La trascendencia.
Los humanistas, inspirados en el Mensaje de Silo invitamos a todas las
personas y organizaciones con diferentes formas de espiritualidad a compartir experiencias internas, estudios y reflexiones sobre los elementos que, en este momento histórico, observamos que apuntan hacia cambios espirituales de gran calado, como podrían ser el cambio de creencias fundamentales que orientan el quehacer humano.