Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
Compartir la mesa es el mejor plan que podemos hacer cada día en familia, aunque
cueste conciliar los horarios es importante que tengamos un tiempo al acabar la jornada,
para conversar de lo que cada uno ha hecho durante el día. La felicidad en la vida es el
recuerdo de los buenos momentos, compartir la mesa en familia puede convertirse en
uno de ellos y perdurar en la memoria de nuestros pequeños, como un momento feliz.
Sin embargo, es necesario emplear estrategias que permitan conservar estos espacios o
encuentros familiares, con el propósito de mantener la interacción con los hijos e hijas,
lo que permitirá evitar situaciones negativas que perjudiquen el núcleo familiar.
Educación familiar
“No hay que olvidar que comer con la familia no es únicamente saciar el hambre
entorno a una mesa, sino es el revivir la comunicación, preocuparse por el otro,
escuchar a los demás y expresar los sentimientos para que tanto nosotros como nuestros
hijos aprendamos a convivir, respetar y expresar lo que sentimos”, indicó.
Para empezar, es fundamental que el televisor este apagado, así todos pueden
centrarse en ese momento único sin distracciones.
No es el momento de dar sermones, ni de regañar a nuestros hijos por los
modales en la mesa, sino de pasarlo bien en familia y de ser positivos.
Por más pequeños que sean los hijos es importante que compartan la mesa.
Puede colocarle una especie de corona en la cabeza al niño o niña y esto le
encantará y lo estimulará, le hará sentirse parte importante del clan.
La hora de la comida no tiene por qué ser un momento solemne, podemos
convertirlo en un encuentro entretenido, lo que ayuda a los hijos a establecer una
relación positiva con la comida y a comprender que comer es divertido.
Existen muchas estrategias para estimular a los miembros de la familia a
compartir la comida, debemos tomar conciencia de que un acto tan rutinario
como sentarse a la mesa, pueda ayudar a construir la personalidad de nuestros
hijos.
3.- Puede prevenir el aumento de peso. Alimentos se preparan dentro del hogar, por lo
que es probable se cocine de manera saludable reduciendo la dependencia de alimentos
no tan sanos y el hábito de comer fuera del hogar.
4.- Inculca buenos modales a los pequeños. Los niños imitan todo lo que ven, por ello
es necesario ensañarles a comportarse correctamente en la mesa, transmitirles buenos
modales y que aprendan las tradiciones de sus padres y abuelos. Por ejemplo, si tus
hijos ven que los demás integrantes de la familia utilizan los cubiertos y no hablan con
la boca llena, es probable que ellos imiten esa conducta.
6.- Mejora los vínculos familiares. Debido al ritmo tan acelerado de vida que se lleva,
lamentablemente este puede ser uno de los pocos momentos en el que la familia se
puede reunir. Por eso es importante que en esa hora se trate de consolidar los lazos de
amor y confianza, se aproveche para conversar sobre lo que han hecho y para planificar
cosas juntos.
8.- Ayuda a un buen desarrollo cognitivo. Estudios realizados reflejan que los chicos
que comen en familia tienen un vocabulario mayor, e incluso se determinó que por cada
dos mil palabras nuevas que adquiere un niño en la edad preescolar, la mitad son
escuchadas por primera vez en la mesa familiar y apenas 64 son por parte de la lectura.
9.- Se vuelven más sociables. Al tener una mayor convivencia con la familia el
individuo va desenvolviéndose en otros medios y mejorando su actitud, así como la
relación con otras personas, pues al darse cuenta de que se siente a gusto con esa
interacción busca sentirse igual fuera del hogar.
11. Un espacio de diversión. La hora de la comida no tiene por qué ser un momento
aburrido y lleno de seriedad, se puede convertir en un espacio de recreación, el cual
ayude a los niños a establecer una relación positiva con la comida y a comprender que
alimentarse es importante para su crecimiento y desarrollo.
Vivencias de yaracuyanas