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El acero

El acero es una aleación de hierro con una cantidad de carbono que puede variar entre 0,03% y
1,075% en peso de su composición, dependiendo del grado.

Acero no es lo mismo que hierro. Y ambos materiales no deben confundirse. El hierro es un


metal relativamente duro y tenaz, , con temperatura de fusión de 1535 °C y punto de
ebullición 2740 °C.

La diferencia principal entre el hierro y el acero se halla en el porcentaje de carbono: el acero


es hierro con un porcentaje de carbono de entre el 0,03% y el 1,075%.

El acero conserva las características metálicas del hierro en estado puro, pero la adición de
carbono y de otros elementos tanto metálicos como no metálicos mejora sus propiedades
físico-químicas, sobre todo su resistencia.

Los dos componentes principales del acero se encuentran en abundancia en la naturaleza. El


acero se puede reciclar indefinidamente sin perder sus atributos, lo que favorece su
producción a gran escala.

Aportes del acero

El acero es apto para numerosos usos como la construcción de maquinaria, herramientas,


edificios y obras públicas, aeronáutica, industria automotriz, instrumental médico, etc…
contribuyendo al desarrollo tecnológico de las sociedades industrializadas, pues ningún
material logra igualarlo cuando se trata de resistencia al impacto o la fatiga.

Y entre sus ventajas tenemos

1. Gran facilidad para unir diversos miembros por medio de varios tipos de conectores
como son la soldadura, los tornillos y los remaches.

2. Posibilidad de prefabricar los miembros de una estructura.

3. Rapidez de montaje.

4. Gran capacidad de laminarse y en gran cantidad de tamaños y formas.

5. Resistencia a la fatiga que el concreto.

6. Posible reutilización después de desmontar una estructura.

Historia del acero

Los primeros utensilios de hierro descubiertos por los arqueólogos en Egipto datan del año
3.000 a.C., y se sabe que antes de esa época se empleaban adornos de hierro. Los griegos ya
conocían hacia el 1.000 a.C. la técnica, de cierta complejidad, para endurecer armas de hierro
mediante tratamiento térmico.

Las aleaciones producidas por los primeros artesanos del hierro se clasificarían en la actualidad
como hierro forjado. Para producir esas aleaciones se calentaba una masa de mineral de hierro
y carbón vegetal en un horno o forja con tiro forzado. Ese tratamiento reducía el mineral a una
masa esponjosa de hierro metálico llena de una escoria formada por impurezas metálicas y
cenizas de carbón vegetal. Esta esponja de hierro se retiraba mientras permanecía
incandescente y se golpeaba con pesados martillos para expulsar la escoria y soldar y
consolidar el hierro.

Después del siglo XIV se aumentó el tamaño de los hornos utilizados para la fundición y se
incrementó el tiro para forzar el paso de los gases de combustión por la carga o mezcla de
materias primas. En estos hornos de mayor tamaño el mineral de hierro de la parte superiordel
horno se reducía a hierro metálico y a continuación absorbía más carbono como resultado de
los gases que lo atravesaban. El producto de estos hornos era el llamado arrabio, una
aleación que funde a una temperatura menor que el acero o el hierro forjado. El arrabio se
refinaba después para fabricar acero.

El proceso de refinado del arrabio mediante chorros de aire se debe al inventor británico
Henry Bessemer, que en 1855 desarrolló el horno o convertidor que lleva su nombre. Desde la
década de 1960 funcionan varios mini hornos que emplean electricidad para producir acero a
partir de chatarra. Sin embargo, las grandes instalaciones de altos hornos continúan siendo
esenciales para producir acero a partir de mineral de hierro.

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