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CURSO: 801
GEOGRAFÍA
1. MARCO REFERENCIAL.
1.1.1 Antecedentes.
A principios de los 90, Colombia presentaba los aranceles más altos de todo el
grupo andino (38.6%), por encima de los de Venezuela (17%), Bolivia (9,8%),
Ecuador (32.8%) y Perú (32.1%)[2], ratificando la permanencia de mecanismos de
protección a ultranza de los mercados internos frente a la competencia externa,
aislando de esta manera a la economía del país de la competencia mundial.
Todo lo cual significaba para Colombia, un marcado rezago tecnológico, así como
una considerable limitante frente a la innovación, la productividad, las
oportunidades de exportaciones, los niveles de empleo y en general para el
bienestar de la población.
De igual forma, la excesiva protección a la industria nacional, hacia que haya una
amplia concentración de la industria, haciéndose predominante estructuras
monopólicas y oligopólicas, que afectaban en forma directa tanto en los precios
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como en la calidad de los productos, lo cual quizá hacía de nuestra industria un
sector aún más vulnerable para enfrentar a un mercado mundial.
Por otra parte supone modificar el papel del Estado como empresario y como
conductor de la política económica.
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Desde esta perspectiva, tenemos como para introducirse en los mercados
internacionales, se habla de dos caminos, en primero desde la perspectiva
neoliberal, que implica la liberación de los mercados, y el segundo que intenta
explicar cómo solo la mera liberación, no será generadora de un más alto
crecimiento ni una penetración plena y satisfactoria de los mercados mundiales,
sino que por el contrario genera retroceso de los sectores en desarrollo, por lo cual
plantea, se hace necesario antes mejorar la estructura productiva del país;
entendiéndose la apertura desde esta perspectiva no como un proceso de afuera
hacia adentro, sino de adentro, hacia afuera[4], basado en el esfuerzo interno del
país para fortalecer sus sistemas de ahorro, inversión, producción y exportación.
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caso de un libre tratado entre Colombia y Estados Unidos en donde las asimetrías
por subsidios, tecnificación, competencias laborales y acceso a créditos son altas
entre los dos países.
En este contexto con el inicio del gobierno de Gaviria en 1990, se encontró unas
condiciones coyunturales muy favorables para iniciar el proceso de apertura sin
generar traumatismos a la actividad económica[8], de las cuales a nivel general
podemos hacer énfasis en el hecho de que el país contaba con suficientes
reservas internacionales y unos mecanismos de financiación adecuados y
suficientes para hacer frente a la eliminación de las trabas administrativas y la
reducción arancelaria, sin dejar de lado, el óptimo nivel en que se encontraba la
tasa de cambio, lo cual se supone "generaría una protección más que suficiente
para la industria nacional".
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que el crecimiento económico, dependa casi exclusivamente del aumento en la
población económicamente activa y en el acervo del capital.
Sin embargo y de acuerdo con la lógica del cambio, las fuerzas del pasado tratan
de evitarlo, limitando la apertura del camino del progreso al país. Igualmente, se
hacía evidentes, muchas más deficiencias del modelo imperante en la época, que
hacían que el país adolezca de las herramientas necesarias para alcanzar el
progreso; tales deficiencias, se podían describir, como la existencia de una oferta
pobre y costosa de materias primas y de bienes de capital, restando
competitividad a la producción doméstica en los mercados internacionales,
además de que los excesos arancelarios hacían mucho más rentable orientar la
producción hacia el mercado interno, constituyendo de esta manera lo que se
conoce con el nombre del sesgo anti exportador.
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Mundial a la mayoría de países, con el fin de crear condiciones para facilitar el
pago de su deuda externa y ajustarse a las "reglas del juego" del nuevo paradigma
de la acumulación y de las relaciones internacionales.
En verdad, estas son las razones equivocadas para tener una economía abierta.
Los beneficios de la apertura están por el lado de las importaciones y no tanto en
las propias exportaciones. En general, hay pocas razones para creer que un dólar
de exportaciones contribuirá a la economía más que un dólar de cualquier otra
actividad, ni que un dólar de IED contribuirá más que un dólar de cualquier otra
inversión.
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Antes de concentrar nuestra atención, en el impacto generado por el modelo
aperturista de la década de los 90, en el sector industrial, es necesario determinar
los factores y características que trazaban el devenir de este sector para
Colombia.
La industria Colombiana se había ido quedando atrás de lo que deberían ser sus
realizaciones en pro del desarrollo nacional y del bienestar de los colombianos.
Ese atraso se manifestaba en términos de poco dinamismo, de baja eficiencia y de
poca competitividad en los mercados internacionales.
Una gran parte de los problemas y vacíos de la industria colombiana, en los años
que antecedieron a la década de los 90, se explica por la falta de atención que
había tenido el sector durante los últimos años.
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fortalecimiento de la capacidad productiva nacional, de sistemas de mercadeo
moderno, de estrategias que permitan aumentar la productividad y competitividad
interna y externamente, de una base productiva eficiente y dinámica, pero
sobretodo de consolidar el mercado interno.
Sin embargo, lo paradójico, de todo este proceso es que se plantee como única
alternativa de crecimiento para los países subdesarrollados, un modelo de
apertura económica, cuando al mismo tiempo, los países industrializados son cada
vez más proteccionistas.
Por consiguiente el incremento parcial del grado de competencia, que para los
consumidores significó mayor variedad de productos, a precios más bajos y de
mayor calidad, por la introducción de productos extranjeros al mercado
colombiano, ocasionó que muchas industrias, especialmente de los sectores
"perdedores", no lograran sobrevivir a la competencia, desapareciendo sectores
enteros de producción.
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Esto justifica, el hecho de que la balanza comercial del sector industrial pasó en el
periodo de la apertura (1990- 1995) de un déficit comercial de US$ 770 millones a
otro de US$3.460 millones.