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5. ¿Qué fenómenos suceden en cada etapa del ciclo cardíaco?

Los fenómenos cardíacos que se producen desde el comienzo de un latido


cardíaco hasta el comienzo del siguiente se denominan ciclo cardíaco. Cada
ciclo es iniciado por la generación espontánea de un potencial de acción en el
nódulo sinusal. Este nódulo está localizado en la pared superolateral de la
aurícula derecha, cerca del orificio de la vena cava superior, y el potencial de
acción viaja desde aquí rápidamente por ambas aurículas y después a través del
haz AV hacia los ventrículos.

Debido a esta disposición especial del sistema de conducción desde las


aurículas hacia los ventrículos, hay un retraso de más de 0,1 s durante el paso
del impulso cardíaco desde las aurículas a los ventrículos. Esto permite que las
aurículas se contraigan antes de la contracción ventricular, bombeando de esta
manera sangre hacia los ventrículos antes de que comience la intensa
contracción ventricular. Por tanto, las aurículas actúan como bombas de cebado
para los ventrículos, y los ventrículos a su vez proporcionan la principal fuente
de potencia para mover la sangre a través del sistema vascular del cuerpo. (1)
Bomba izquierda

La presión, volumen y cambios de flujo que ocurren dentro del corazón durante
un ciclo cardiaco describen su función mecánica. El ciclo cardiaco se define
como una secuencia completa de contracción y relajación. Los episodios
mecánicos normales de un ciclo de la bomba cardiaca izquierda se correlacionan
en la figura 1.

DIÁSTOLE VENTRICULAR

La fase diastólica 1 del ciclo cardiaco se inicia con la apertura de las válvulas
auriculoventriculares (AV). Como se muestra en la figura anterior, la válvula
mitral se abre cuando la presión ventricular izquierda desciende por debajo de la
presión auricular izquierda y comienza el periodo de llenado ventricular. La
sangre que previamente se acumula en la aurícula detrás de la válvula mitral
cerrada se vacía en forma rápida dentro del ventrículo y esto causa una caída
inicial en la presión auricular. (2)
Más adelante, las presiones en ambas cámaras se elevan al mismo tiempo
lentamente, en tanto la aurícula y el ventrículo continúan el llenado en forma
pasiva junto con la sangre que regresa al corazón a través de las venas. La
contracción auricular se inicia cerca del término de la diástole ventricular por la
despolarización de las células musculares de la aurícula, lo que causa la onda P
del electrocardiograma. En tanto estas células desarrollan tensión y se acortan,
la presión auricular se eleva y una cantidad adicional de sangre es forzada dentro
del ventrículo. (2)

En frecuencias cardiacas normales, la contracción auricular no es esencial para


el conveniente llenado ventricular. Esto es evidente en la figura mostrada porque
el ventrículo alcanza casi su máximo o su volumen diastólico final antes de que
se inicie la contracción auricular. Esta contracción tiene un papel importante cada
vez mayor en el llenado ventricular conforme aumenta la frecuencia cardiaca,
porque el intervalo de tiempo entre latidos para el llenado pasivo se torna
progresivamente más corto con el aumento de la frecuencia cardiaca. Observe
que a lo largo de la diástole, las presiones auriculares y ventriculares son casi
idénticas. Esto ocurre porque una válvula mitral normal abierta presenta muy
poca resistencia al flujo y, por tanto, sólo se necesita una diferencia de presión
auricular-ventricular muy pequeña para producir el llenado ventricular. (2)

SÍSTOLE VENTRICULAR

La sístole ventricular inicia cuando el potencial de acción atraviesa el nódulo AV


y pasa sobre el músculo ventricular —un episodio que anuncia el complejo QRS
del electrocardiograma. La contracción de las células musculares del ventrículo
causa que la presión intraventricular se eleve por encima de la contracción en la
aurícula, lo que causa un cierre abrupto de la válvula AV. La presión en el
ventrículo izquierdo continúa elevándose en forma pronunciada mientras se
intensifica la contracción ventricular. Cuando la presión ventricular izquierda
excede la de la aorta, se abre la válvula aórtica. El periodo entre el cierre de la
válvula mitral y la apertura de la válvula aórtica se conoce como fase de
contracción isovolumétrica, porque durante este intervalo el ventrículo es una
cámara cerrada con un volumen fijo. (2)
La expulsión ventricular inicia con la apertura de la válvula aórtica. En la
expulsión temprana, la sangre entra a la aorta en forma rápida y eleva la presión
en ese sitio. La presión aumenta de manera simultánea en el ventrículo y en la
aorta, mientras las células musculares ventriculares continúan contrayéndose en
la sístole temprana. Este periodo con frecuencia se llama fase de expulsión
rápida. Las presiones ventricular izquierda y aórtica al final alcanzan un máximo
llamado presión sistólica pico. En este punto, la fuerza de la contracción
muscular ventricular empieza a menguar. El acortamiento del músculo y la
expulsión continúan, pero a una velocidad más baja. La presión aórtica empieza
a caer porque la sangre sale de la aorta y de las grandes arterias más rápido de
lo que entra desde el ventrículo izquierdo. (2)

En el periodo de expulsión hay diferencias de presión muy pequeñas entre el


ventrículo izquierdo y la aorta porque el orificio de la válvula aórtica es tan grande
que presenta muy poca resistencia al flujo. Con el paso del tiempo, la fuerza de
contracción ventricular disminuye hasta el punto donde la presión intraventricular
cae por debajo de la presión aórtica. Esto causa un cierre abrupto de la válvula
aórtica. En el trazo de la presión aórtica aparece un hueco llamado incisura o
nódulo dicrótico, debido a que un pequeño volumen de sangre aórtica debe fluir
hacia atrás para llenar las hojuelas de la válvula aórtica conforme se cierran.
Después del cierre de la válvula aórtica, la presión intraventricular cae rápido y
se relaja el músculo ventricular. Durante un breve intervalo, llamado fase de
relajación volumétrica, la válvula mitral también permanece cerrada. (2)

Al final, la presión intraventricular cae por debajo de la presión auricular, se abre


la válvula AV y se inicia un nuevo ciclo cardiaco. Observe que la presión auricular
se eleva en forma progresiva durante la sístole ventricular porque la sangre
continúa su regreso al corazón y llenando la aurícula. La elevación de la presión
auricular al final de la sístole estimula el llenado ventricular rápido una vez que
se abre la válvula AV para iniciar el ciclo cardiaco siguiente. El ventrículo llega a
su mínimo o volumen sistólico final al momento del cierre de la válvula aórtica.
(2)

La cantidad de sangre expulsada del ventrículo durante un latido, el volumen


sistólico, es igual al volumen diastólico final ventricular menos el volumen
sistólico final ventricular. La aorta se distiende o se abomba hacia el exterior
durante la sístole, porque entra más sangre de la que sale de la aorta. Durante
la diástole, la presión arterial se mantiene por el retroceso elástico de las paredes
de la aorta y de las otras grandes arterias. No obstante, la presión aórtica cae en
forma gradual durante la diástole mientras la aorta provee de sangre a los lechos
vasculares sistémicos. (2)

La presión aórtica más baja, que se alcanza al final de la diástole, se llama


presión diastólica. La diferencia entre presión diastólica y presión diastólica pico
en la aorta se llama presión diferencial arterial. Las cifras típicas de las presiones
sistólicas y diastólicas en la aorta son 120 y 80 mmHg, respectivamente. En una
frecuencia cardiaca normal en reposo cercana a 70 latidos por minuto, el corazón
se aproxima a un gasto de dos tercios del ciclo cardiaco en la diástole y un tercio
en la sístole. Cuando ocurren aumentos en la frecuencia cardiaca, los intervalos
diastólico y sistólico, se acortan más. Los periodos del potencial de acción se
acortan y la velocidad de conducción aumenta. Los índices de contracción y
relajación también se incrementan. Este acortamiento del intervalo sistólico
tiende a atenuar los efectos adversos potenciales de los aumentos en la
frecuencia cardiaca en el tiempo de llenado diastólico. (2)

Bomba derecha

Episodios mecánicos similares simultáneos ocurren en los lados izquierdo y


derecho del corazón porque a éste lo abastece un sistema único de excitación
eléctrica. Ambos ventrículos tienen periodos diastólicos y sistólicos sincrónicos,
y las válvulas del corazón izquierdo y del derecho se abren y se cierran casi al
unísono. La disposición en serie de la circulación en las dos partes del corazón
requiere que se bombee la misma cantidad de sangre y, por tanto, se mantengan
volúmenes sistólicos idénticos. (2)

La diferencia principal entre la bomba derecha y la izquierda está en la magnitud


de la presión sistólica pico. Las presiones que desarrolla el corazón derecho,
como se muestran en la figura siguiente, se consideran más bajas que aquellas
del corazón izquierdo. Los pulmones presentan una resistencia considerable
menor al flujo sanguíneo que el conjunto de los órganos sistémicos. Por tanto,
se requiere menor presión arterial para conducir el gasto cardiaco a través de
los pulmones que en los órganos sistémicos. Las típicas presiones sistólicas
arteriales pulmonares y diastólicas son 24 y 8 mmHg, respectivamente. (2)

Las presiones diferenciales que ocurren en la aurícula derecha se transmiten de


manera retrógrada a las grandes venas, cerca del corazón. Estas presiones, que
se muestran en el trazo de presión auricular de la figura 3-2, se visualizan en el
cuello, sobre las venas de la yugular, en un individuo recostado, y pueden ofrecer
información clínica útil sobre el corazón. La contracción auricular produce la
primera presión pico llamada onda a. La onda c, que sigue poco tiempo después,
que coincide con el inicio de la sístole ventricular, la ocasiona un abultamiento
de la válvula tricúspide dentro de la aurícula derecha. La presión auricular
derecha, que cae después de la onda c, produce la relajación auricular y un
desplazamiento hacia abajo de la válvula tricúspide durante el vaciamiento
ventricular. (2)

La presión auricular derecha empieza a aumentar hacia un tercer pico, la onda


v, mientras se llenan las venas centrales y la aurícula derecha, por detrás de una
válvula tricúspide cerrada con sangre que regresa al corazón desde los órganos
periféricos. Con la apertura de la válvula tricúspide al término de la sístole
ventricular, la presión auricular derecha cae de nuevo mientras la sangre entra
al ventrículo derecho relajado. Poco después, la presión auricular derecha
empieza a elevarse una vez más hacia la próxima onda a, en tanto la sangre que
regresa llena al mismo tiempo las venas centrales, la aurícula derecha y el
ventrículo derecho durante la diástole. (2)

BIBLIOGRAFÍA:

1. Guyton, A.C.& Hall, J.E. (1996). "Tratado de Fisiología médica". 9ª


Edición. Interamericana-McGraw-Hill. Madrid.
2. Mohrman DE, Heller LJ. Fisiología Cardiovascular. México D.F.:McGraw-
Hill, 2007:47-70.

CONCLUSIÓN:

El actual seminario estudiamos la importancia del sistema cardiovascular en


nuestro organismo. Gracias un funcionamiento integrado de nuestros sistemas
(incluido el cardiovascular), podemos alcanzar la homeostasis del medio interno
necesarias para el funcionamiento adecuado de las células. La función
primordial de este sistema es transportar la sangre en el interior de los vasos
sanguíneos, y a nivel de los capilares permitir el intercambio de líquido entre el
plasma sanguíneo y el líquido intersticial que se encuentra en los espacios
intercelulares. El corazón por su parte , trabaja constantemente al contraerse de
forma rítmica y ordenada para generar en las cavidades cardíacas la presión
necesaria para enviar un volumen de sangre oxigenada adecuada a las
necesidades metabólicas de los tejidos. La función de bomba que ejerce el
corazón depende de la contracción y relajación sincronizada de las aurículas y
ventrículos y de la función de las válvulas auriculoventriculares (AV) y
semilunares que regulan el flujo de la sangre a través del corazón, lo cual se
traduce en cambios de presión, flujo y volumen de sangre durante el ciclo
cardíaco. (Suly Nataly Vigo Chafloque)

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