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Síntesis: El valor de educar

En este texto, Savater nos invita a reflexionar acerca del compromiso que tenemos
con el Estado, las autoridades educativas, las instituciones y con nosotros
mismos: la disciplina, la libertad y la universalización de la educación. Se hace un
análisis del papel del maestro como educador.

El maestro tiene la enorme tarea de que la educación se vuelva fascinante para


sus alumnos, el primer maestro será la cara que en muchos casos se recuerde
cuando el alumno emprenda su camino por la escuela. Lo más importante no son
las asignaturas ni los contenidos, sino el amor con el que se impartan. El fin de la
educación, para Savater, es la “humanización” del humano, lográndolo a través de
la integración e interrelación de lo biopsicosocial – espiritual y las actitudes de la
persona.

Uno de los términos que se utilizan es “Pedantería del maestro”, esto es un mal
perjudicial, que va en contra del gusto por educar a los alumnos, los aleja del su
vocación, que un maestro quiera enseñar por enseñar, en lugar de enseñar al
alumno a aprender, a construir su propio conocimiento, a descubrirlo y convertirlo
en un aprendizaje significativo. La educación debe de estar orientada a la
formación del alma, tomando en cuenta la individualidad de los alumnos.

Savater habla sobre la necesidad de formar de manera integral, no solo en


conocimientos sino en ser persona: educar e instruir. Nacemos humanos pero esto
no basta, ¿Quién nos va a enseñar a serlo? Llegamos a ser humanos cuando los
demás nos contagian su humanidad apropósito y esto es un arte. El ser humano
tiene el deber de compartir lo que ya sabe con los demás y es por medio del amor
que se posibilita este encentro, posibilita e impulsa el aprendizaje.

La familia es la base de la sociedad y por ello juega un papel fundamental en la


formación de cada uno de sus miembros, es ahí en donde adquiriremos nuestros
valores y aprenderemos la moralidad de los hechos, será la punta de la
socialización primaria de cada niño, cuando el niño entre a la escuela, al estar en
sociedad, afianzará los valores; la sociedad actual tiene una seria dificultad para
llevar a cabo esta tarea por las fuertes necesidades económicas de la sociedad.

Es importante romper con el paradigma de la pedagogía tradicional donde se


consideraba al maestro como alguien superior al estudiante por el solo hecho de
poseer un título; hoy en día el maestro debe caracterizarse por su humildad
renunciando a demostrar que tiene más conocimientos que sus estudiantes sino
que más bien los invita a que ellos también lleguen donde se encuentra él en lugar
de agobiarlo despertando en ellos el apetito cognoscitivo.
La educación debe ser universal, donde nadie pueda quedar excluido de esta sin
importar sus diferencias individual o si tiene alguna necesidad educativa especial.
La educación es un derecho de todos y para todos, por lo tanto su objetivo debe
apuntar al rescate de la identidad cultural de cada individuo para fortalecer sus
raíces.

La educación es tarea de sujetos y su meta son sujetos, no objetos, los que


recibieron educación son los que dan, quien pretende educar se convierte en
cierto modo en responsable del mundo.

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