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CAPITULO 11: LAS PREGUNTAS DE AFRONTAMIENTO:

BUSCANDO PEPITAS DE ORO EN EL LODO DE LOS PROBLEMAS


Existen ocasiones en la que los consultantes llegan a terapia en una situación muy
desesperada, en el que es necesario solo escuchar lo que esta persona quiere decir, pero
incluso en estos casos mediante las preguntas de afrontamiento se busca introducir
suavemente una perspectiva de cambio.

El objetivo de las preguntas de afrontamiento es identificar recursos sobre todo en


situaciones negativas. Además, las preguntas de afrontamiento son una buena oportunidad
para transmitir empatía a nuestros interlocutores.

La terapeuta no trata de convencer a los interlocutores de que la situación es mejor de lo


que parece, sino que acepta lo difícil de la situación de la persona, y aprovecha para
identificar y subrayar los recursos de los consultantes.

Es importante recordar que la obligación del terapeuta es hacer algo más que solo escuchar.

Las preguntas de afrontamiento son una buena herramienta en las situaciones de crisis, ya
que el mensaje que le da a la persona es que hizo las cosas bien en esos momentos.

CAPITULO 12: QUE LOS NÚMEROS TRABAJEN POR TI: LAS


PREGUNTAS DE ESCALA
Una forma rápida de promover cambios en terapia, es usar las preguntas de escala, que
básicamente se trata de calificar de 1 a 10 la gravedad de su problema, para a partir de eso
trabajar en su mejoría, definir objetivos y trazar metas. Son instrumentos que se dirigen a
crear nuevos diálogos sobre recursos y posibilidades, que se puede emplear con
independencia del enfoque terapéutico que se esté utilizando.

Emplear la escala de avance tiene varios objetivos:

 Identificar los avances


 Trabajar objetivos finales
 Descomponer los objetivos finales en pasos más pequeños
 Proporcionar al terapeuta información acerca del ajuste de la terapia. Para ver si los
consultantes están viendo mejorías.

En la formulación de escala existen variaciones. Pero la forma que se utiliza en el libro


es que 1 es el momento en que los problemas trajeron a la persona a consulta han
estado peor y 10 sería que están del todo solucionados

Una vez contestada la pregunta por el consultante o los consultantes, tenemos varias
opciones, que a veces encadenamos como una secuencia de tres pasos:
1. Se empieza preguntando que implica la cifra que nos dio, ejemplo: esto quiere
decir que si el consultante dice que está en 4 dentro de la escala, se preguntara
que cambio de cuando se encontraba en 1.
2. Una vez hecho esto, pasamos a trabajar qué sería un punto más. En este caso se
hace que el paciente analice su situación en sesiones posteriores, esto quiere
decir por ejemplo, preguntarle que si esta semana está en un 5 en la escala, para
la otra semana estará en un 6 y que sería lo diferente de cuando se encontraba en
5, que le faltaría para subir al punto 6.
3. En función de lo que se haya trabajado hasta entonces en la entrevista, podemos
también utilizar la escala para negociar objetivos finales.

Hay varias cosas que tener en cuenta para que la escala de avance dé todo el
rendimiento que puede dar:

 Es importante concretar, positivar y hacer interacciónales las descripciones


con que respondan los consultantes.
 Es recomendable involucrar a todos los consultantes en el trabajo con
escalas, tanto los presentes en la sesión como las personas relevantes que tal
vez no hayan venido
 Al trabajar un punto más resulta especialmente importante asegurarnos de
que los pasos intermedios que se están negociando sean realmente pequeños.
De lo contrario, es posible que estemos poniendo el listón demasiado alto y
dificultando el cambio.
 Finalmente, la terapeuta procurará también que los pasos intermedios sean
relevantes, es decir, que estén ligados a la consecución de los objetivos
finales o a la demanda.

CAPITULO 13: «A GRANDES MALES, REMEDIOS PEQUEÑOS»:


LAS TÉCNICAS DE SUPERVIVENCIA
La mayoría de veces en la que se inicia una terapia, la conversación entre consultante y
terapeuta suele ser fluida. Sin embargo existen situaciones donde no es así, puesto que en
estos casos un respuesta inadecuada puede comprometer el éxito de la terapia.

Se usa para para mantener nuestra posición como terapeutas ante situaciones que ponen en
peligro la relación terapéutica, la estructuración de la entrevista o nuestro margen de
maniobra.

Hay diversas formas de responder ante las amenazas a la relación terapéutica:

 reforzar la relación con la persona o personas a las que estábamos dejando


desatendidas.
 En ocasiones la perdida de neutralidad puede deberse a que alguno de los
consultantes está maniobrando activamente para establecer una coalición con
nosotros en contra de algún otro miembro de la familia. En este caso será necesario
desmarcarse de esa «coalición no querida» y redoblar a continuación los esfuerzos
para ponernos a favor de las dos partes en conflicto

Cuando utilizamos maniobras de supervivencia es especialmente importante que la


asertividad y claridad vayan acompañadas de un tono amable y a ser posible cordial.

También se puede recurrir a la metacomunicación. Que consiste en comunicar algo sobre


la propia comunicación, y en este caso comentar cuestiones de la propia relación.

CAPITULO 14: ¡TÓMATE UN RESPIRO!


Se propone que aun cuando terapeuta este trabajando solo, se tome un respiro hacia el final
de la sesión, dedique unos pocos minutos a reflexionar sobre lo hablado y comparta
después sus ideas con la familia.

La terapeuta puede adoptar una metaposición y analizar con más perspectiva la


conversación que acaba de tener. Eso le permitirá:

 Evaluar el estado de la relación terapéutica con los consultantes.


 Diseñar las tareas que desea dar a los consultantes.
 Seleccionar los elogios que desea incluir en el mensaje final.

Antes de hacer la pausa se recomienda al terapeuta que pregunte al paciente si hay alguna
otra cosa que quiera añadir. Después, se retira cuatro o cinco minutos para reflexionar sobre
la entrevista y diseña el mensaje final.

Puede haber inconvenientes como que no exista una sala contigua en donde retirarse, pero
esto es algo que el terapeuta debe resolver rápidamente.

El mayor inconveniente que tiene hacer una pausa es que alarga la duración total de la
entrevista. Aunque en algunos contextos esto no supone un gran problema, en la mayoría de
los casos no es aconsejable prolongar el tiempo de espera de la familia.

CAPITULO 15: ¡ELOGIA, QUE ALGO QUEDA!


Los elogios pueden ser una herramienta utilizada en terapia, especialmente al final de una
sesión es cuando estas pueden generar un mayor impacto, ya que se usa a modo de
devolución por la información brindada de parte de los interlocutores.

Las finalidades del elogio son:


 Fomentar su competencia personal destacando sus méritos y devolviéndoles una
imagen de ellos mismos como personas con recursos.
 Generar optimismo y esperanza.
 Aumentar su colaboración con la terapia y mejorar la relación terapéutica.
 Crear una disposición positiva que haga más probable que realicen las tareas que les
propongamos después de haberles elogiado.

Las maneras de elogiar a un cliente son:


 Intercalar comentarios positivos en el relato de los consultantes para destacar las
cosas que están haciendo o pensando y que resultan útiles.
 Otro momento adecuado para elogiar es a la hora de dar el mensaje final, que a
nosotros nos gusta transmitir tras una pequeña pausa.
 Una tercera posibilidad es propiciar que sean los propios consultantes los que se
elogien. Se trata de hacer preguntas que inviten a los interlocutores a destacar sus
propios aciertos, cualidades o recursos.

Lo más importante es aprovechar bien las ocasiones que nos presenten en su relato y
mostrarnos curiosos respecto de lo que nos cuentan.

Hay que procurar que los elogios se ajusten bien a la situación y a la idiosincrasia de
nuestros consultantes. Elogiar no significa alabar sistemáticamente todo lo que nos
cuentan nuestros interlocutores, sino remarcar aquellas cosas que les resultan más útiles
o en las que realmente vemos potencial terapéutico.

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