MARTHA CERDA
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Inventario
tun gato imaginario. Todas las mafianas lo
sacaba a lacalle, abria la puerta y le gritaba: “Anda, vea hacer
tus necesidades", El gato se paseaba imaginariamente por el
jardin y al cabo de un rato regresaba a Ja casa, donde le espe-
raba un taz6n de leche, Bebfa imaginariamente el liquido, se
lamia los bigotes, se relamfa una mano y luego otra y se
echaba a dormir en el tapete de la entrada. De vez.en cuando
perseguia un ratén 0 se subfa a lo alto de un arbol. Mi vecino
se iba todo el dia, pero cuando volvia a casa el gato ronro-
neaba y se le pegabaalas piernas imaginariamente. Mi vecino
le acariciaba la cabeza y sonrefa. El gato lo miraba con cierta
ternura imaginaria y mi yecino se sentia acompafiado. Me
imagino que es negro (el gato), porque algunas personas se
asustan cuando imaginan que lo ven pasar,
Una ver. el gato se perdid y mi vecino estuvo una semana
buscdndolo; cuanto gato atropellado veia se imaginaba que
erael suyo, hasta que imaginé que loencontrabay todo volvi6
a ser como antes, por un tiempo, el suficiente para que mi
vecino se imaginara que el gato lo habia araiiado. Lo castigd
dejandolo sin leche. Yo me imaginaba al gato maullando de
hambre. Entonces lo llamé: “minino, minino”, y me imaging
gue vino corriendo a mi casa. Desde ese dia mi veeino no me
habla, porque se imagina que yo me robé a su gato.
AS MAMAS. LOS PASTORES ¥ LOS HERMENBUTAS
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Cumpleaiios
‘Aquel dia papa encontré la forma de violar la tumba de mami.
Eran las tres de la tarde y el cementerio estaba leno de visi-
tantes que Hevaban flores a sus respectivos difuntos. Papa
egé puntual a su cita con Martha, su secretaria, que lo espe-
rabaen “El café de enfrente”. Los deudos depositaban las flo-
res en los jarrones dispuestos en cada Lipida para ese efecto.
“Para ese efecto”, le dictaba papa a Martha, la secretaria,
quien seguia atentamente las palabras de papd, los gestos de
papd, las miradas de papa. Papé record6 que era el cumplea-
ios de mama, aunque mamé hacfa ya tiempo que habia dejado
de cumplir y parpaded. Martha transcribié el parpadeo en
taquigraffa, Entre puntitos y rayitas dieron las cinco. Los vis
tantes comenzaron a retirarse; la Lipida de mam era la tinica
sin flores entre las que la rodeaban, Pap rodeaba con su brazo
la cintura de Martha y ella rodeaba con su pierna la pierna de
\ papa. Los guardias cerraron con Ilave las puertas del cemen-
terio y papa tuvo que quedarse en un cuarto de hotel, con Mar-
tha,
Al dia siguiente la umba de mam amaneci6 abierta y su
esqueleto junto a la entrada. Los guardianes declararon que
cl sistema de seguridad del pantedn era tan efectivo que nadie
podia ent salir.LAS MAMAS, LOS PASTORES ¥ LOS HERMENEUTAS
Y
Presagios del pasado
EL pasado, esa parte de nosotros
que se queda después de que
nos vamos, Sedimento de Vida.
Martha Cerda
EI pasado es un archivero leno de cajones repletos de tfas y
abuelas, de nombres feos y apariencias desagradables, que
saltan cuando los abrimos. Nombres demasiado conocidos,
con su respective rostro, como el del tio Job, del que no quie-
res recordar, pero recuerdas, su pelo blanco, geémo estar
ahora’, su sonrisa sin dientes, su avidez para comer, porque
no querfa morirse, y no se ha muerto, aunque para ti como si
Jo estuviera. Tener el mismo tio por tantos afios es un abuso.
Lo olvidaste al cerrar el cajén con él adentro y contigo. Con
sa parte de ti que él recuerda y tti también, Cuando ibas con
tu prima, la gilerita, a la que le regalal vestidos que no
te quedaban, la que creci6 y se hizo grande como tt y se cas6
y tuvo sus hijos y te cansaste de seguir viendo c6mo sus hijos
también creefan y ella engordaba y se ponfa a dieta y cele-
braba las primeras comuniones y se pintaba el pelo y sus hijas
cumplfan quince afios y ella se cambiaba de ropa y de casa y
de peinado pero segufa siendo la misma prima hija del tfo Job
que se habfa multiplicado y no cabfa en el cajén junto con su
hija y su yerno y sus nietos y que por eso no quieres abrirlo
porque te cuesta mucho cerrarlo, no sea que se quede por ahi
una pierna de fuera y no sea que esa pierna sea la tuya, de
cuando la prima y ti no tenfan pasado porque éste no habia
pasado todavia, Ti no sabias que ibas a ser asf, medio regor-
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|IAS MAMAS. LOS PASTORES ¥ LOS HERMENEUTAS
Las mamas, los pastores
y los hermeneutas
Encontrébase El Sefior infinitamente aburrido en medio de la
eternidad, preguntandose, por qué, segtin los tedlogos, en El
todo tenia que ser infinito: infinitamente misericordioso, infi-
nitamente bueno, justo y bello y por lo tanto, aburrido por
toda la eternidad, que como El, no tenfa principio ni fin,
En ese momento, como decfamos, El Sefior se encontraba
enmedio de lacternidad gracias que Eles el tinico que puede
calcular dénde es la mitad de algo que no tiene punta ni cabo.
Una de sus diversiones preferidas es precisamente la de colo-
carse en medio, a la derecha o a la izquierda de la eternidad,
desafiando las leyes de la I6gica y la teologia. Pues bien, en
este estado concibié El Sefior la idea que desde siempre habia
traido entre sus futuras ceja y ceja: crear el universo de la
nada.
Como todos sabemos ere6 lo que tenfa que crear: las estre~
las, los planetas, y entre éstos escogié la Tierra para crear en
ella la vida que conocemos. No se sabe si simulténeamente
creé otro tipo de vida en otros phanctas, ni otro tipo de plane-
tas en otras galaxias y asf sucesivamente. Nos contentamos
con repetir que en la Tierra dividid las aguas, creé las plantas,
Jos animales marinos, las aves.
‘AL crear las estrellas y los planetas con su exacto movi-
miento, cre6 la luz, es decir, el dia y la noche y con ellos el
tiempo, un ritmo, Dios se sintié infinitamente feliz. infinita-
mente triste: habia fragmentado la eternidad y habia ereado
fa rutina.
Desde lo alto, aunque se supone que Dios esté en el Cielo,
en Ja Tierra y en todo lugaral mismo tiempo, para los efectos
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