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“ASAMBLEAS DE DIOS”
Informe
Participantes:
Coromoto Pérez
C.I:11.262.993
Facilitador:
"El propósito eterno de Dios es el de unir todas las cosas en cristo, en y a través
de su iglesia."
Dios se había propuesto unir todas las cosas en Cristo sí las que están en los
cielos, como las que están en la tierra (Ef.1:9,10).
Pero ahora Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido
hechos cercanos por la sangre de Cristo. Porque él es nuestra paz, que ambos
pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación, aboliendo en su
carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas,
para crear en sí mismo de los dos solo y nuevo hombre, haciendo la paz, y
mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos como un solo cuerpo, matando en
ella las enemistades. (2:13-17).
A Pablo le fue encomendado predicar el misterio que le fue revelado: que los
gentiles son coherederos y miembros mismo cuerpo, la iglesia y copartícipes de
promesa en Cristo Jesús medio del evangelio (3:6)
Conforme propósito eterno que hizo Dios en Cristo Jesús nuestro Señor, en
quien tenemos seguridad y acceso con confianza por medio de la fe (11-12)
A él sea gloria la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de
los siglos. Amén. (3:21)
Dios ha dado dones a la iglesia, a fin de perfeccionar a los santos para la obra
del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos
lleguemos a la unidad de la fe del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón
perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo (4:12-13)
La unidad del esposo y la esposa así como visto está en unión en su Iglesia (5:25-
33)
Los empleados deben servir a sus empleadores como si fuera a Cristo (5-7)
Los empleadores deben tener en mente que ese mismo Dios de siervos y amos
que servimos porque Dios no hace acepción de personas (6:9)
Pablo dice a estos hermanos que ellos fueron elegidos en Cristo desde antes de
la fundación del mundo, predestinados para ser adoptados como hijos de Dios,
redimidos en la sangre de Cristo, perdonados y purificados "según las riquezas de
Su gracia", y sellados con el Espíritu Santo de la promesa, asegurando así la
salvación de cada uno de ellos. Todo esto lo hizo Dios por la salvación individual de
cada uno de Sus hijos.
En otras palabras, aunque es bien cierto que Dios nos salva individualmente, el
propósito de Dios que Su pueblo viva individualmente, independientemente,
aislados unos de otros, desconectados unos de otros, despreocupados unos de
otros, sin ningún tipo de relación entre sí.
Cristo vino al mundo y derramó Su sangre en la cruz del calvario, no sólo para
salvar individuos, sino también para crear esa comunidad de creyentes que
llamamos "la Iglesia". Ef.2:12 en aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de
la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin
Dios en el mundo". Estos gentiles no sólo tenían el tremendo problema de estar
alienados de Cristo, separados de Cristo, sino que también estaban,
consecuentemente, "alejados de la ciudadanía de Israel". Lutos gentiles no tenían
parte ni suerte con el pueblo de Dios, estaban excluidos de esa comunidad de
hombres y mujeres que recibían los beneficios de los tratos de Dios para con ellos
a través de los diversos pactos: tos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el
mundo".
El apóstol Pablo quería que estos creyentes gentiles de Éfeso y las ciudades
de Asia Menor entendiesen estas cosas. Tan importante es para Dios revelar este
misterio, que el apóstol Pablo fue comisionado por Cristo, especialmente para
proclamar, clarificar, y establecer esta verdad (Ef. 3:3-7).
Y finalmente, todo miembro de la iglesia debe estar listo para luchar la batalla
espiritual en la que estamos envueltos contra las huestes espirituales de maldad
en las regiones celestes (Ef. 6:10-18).
Cristología de filipenses.
La relación con Cristo, sin embargo, no debe ser teórica. Debe ser real y
debe manifestarse en hechos concretos en nuestra vida. Ante la oposición al
cristianismo, el cristiano debe mantenerse firme, en un mismo espíritu (1.27). Las
diferencias entre los cristianos se eliminan cuando estos son de un mismo sentir en
el Señor (4.2). Pablo exhorta a los creyentes a seguir adelante hasta alcanzar
aquello para lo cual nos tomó el Señor (3.14–15), a pensar solo en las cosas que
agradan a Dios (4.8). Uno es como Cristo cuando ve la vida desde la perspectiva
de Cristo y actúa con los demás como Jesucristo hubiera actuado.
Cristología de Colosenses.
El Redentor, Jesucristo, ya era antes de toda cosa creada, pues “todas las
cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho” (Juan
1:3). Por tal razón “él es el primogénito de toda creación” (Colosenses 1:15). Esto
nos conduce a la verdad de que Jesucristo fue engendrado por el Padre antes de la
formación de todos los mundos; y en ningún caso se debe entender, como el
arrianismo, que Jesucristo fue creado.
El Cristo encarnado:
Reino mesiánico:
Habrá dos diferentes grupos que estarán en la Tierra durante el Reino Milenio
aquellos con cuerpos glorificados, y aquellos con cuerpos terrenales que vivieron a
través de la Tribulación y pasaron al Reino Milenio. Los de cuerpos glorificados
serán de los que forman la Iglesia, quienes recibieron cuerpos glorificados en el
Arrebatamiento (1 Tesalonicenses 4:13-18;1 Corintios 15:21-23,51-53), y los que
hayan resucitado después del regreso de Cristo a la Tierra (Apocalipsis 20:4-6).
Aquellos con cuerpos terrenales pueden ser subdivididos en dos grupos - los
creyentes gentiles y los creyentes judíos (Israel).
Así que los creyentes gentiles, Israel, y los creyentes resucitados y del
Arrebatamiento (todos los cuales tendrán cuerpos glorificados) estarán en la Tierra.
Sin embargo debe notarse que los creyentes con cuerpos glorificados no se
reproducirán, ya que el matrimonio no existirá después de esta vida (Mateo 22:30).
Los hijos nacidos durante el Reino Milenio tendrán la responsabilidad de poner su
fe en Cristo, así como lo hizo toda la gente de eras pasadas (la fe en Cristo desde
Su venida; la fe de siempre en Dios (Génesis 15:2-6; Habacuc 2:4; Romanos 3:20).
Desafortunadamente, no todos los hijos nacidos durante el Reino Milenio vendrán
a la fe en Cristo. Aquellos que no lo hagan serán arrastrados por Satanás a una
rebelión contra Dios al final del Reino Milenio, cuando Satanás sea soltado por un
poco de tiempo (Apocalipsis 20:7-10).