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Seminario “Nuestra Señora del Rosario”

Profesorado en Filosofía
Licenciatura en Ciencias Sagradas
Práctica Profesional Docente

Breve ensayo sobre la Historia del Seminario


“Nuestra Señora del Rosario”

Integrantes:
Soria, Paula
Oliveri, Milagros
Pelegrina, Víctor
Sosa, Paula
González, Sandra

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La diócesis de Mendoza

La década del 30 trae importantes novedades para la Iglesia en Argentina y en


Cuyo. Mientras en 1931 y respondiendo al llamado del Papa Pío XI, surge la
Acción Católica Argentina y con ella el movimiento de apostolado laical que se
constituye en brazo derecho de la jerarquía para la cristianización de la
sociedad, el 20 de abril de 1934, la bula Nobilis Argentinae Nationis crea diez
nuevas diócesis, entre ellas la de Mendoza y Neuquén y la de San Luis. San
Juan de Cuyo es elevada a arquidiócesis y Monseñor Orzali designado
arzobispo.

 Mons. José Aníbal Verdaguer,


Fue el primer Obispo de Mendoza y Neuquén (1935-1940). Nació en el
Plumerillo, Provincia de Mendoza, el 15 de abril de 1877. Realizó sus estudios
eclesiásticos en el Seminario Conciliar de San Juan de Cuyo, y recibió la
ordenación sacerdotal el 27 de diciembre de 1901. Se desempeñó como
párroco de la iglesia Matriz, pro Vicario foráneo de Mendoza, y Rector del
Seminario de San Juan de Cuyo. Se destacó como investigador publicando
entre otras obras Historia de Mendoza e Historia Eclesiástica de Cuyo.
El 30 de septiembre de 1934 fue elegido Obispo de Mendoza y Neuquén, y
tomó posesión canónica el 16 de marzo de 1935. Dedicó sus esfuerzos a
organizar la nueva Diócesis; inició las gestiones para la fundación del
Seminario diocesano y la obtención de un edificio para sede del Obispado; dio
impulso a la organización parroquial; efectuó la visita pastoral a toda la
jurisdicción y creó dos nuevas parroquias. En 1937 fundó la Congregación de
las Hermanas Obreras Catequistas de Jesús Sacramentado. Falleció el 19 de
julio de 1940. Sus restos descansan en la iglesia Catedral Nuestra Señora de
Loreto.
 Mons. Alfonso María Buteler
Fue el segundo Obispo diocesano (1940-1973). Nació el 11 de septiembre de
1892 en Los Molinos (Córdoba). Realizó sus estudios en el Seminario Conciliar
Nuestra Señora de Loreto (Córdoba) y los concluyó en Roma donde obtuvo los
doctorados en Filosofía y Teología. En octubre de 1915 fue ordenado

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sacerdote. De regreso en la Argentina además de su actuación en distintas
parroquias, fue Profesor y Rector del Seminario cordobés.
El 11 de octubre de 1940 fue elegido Obispo de Mendoza y Neuquén.
Consagrado Obispo el 1º de diciembre de 1940, tomó posesión canónica el 21
de diciembre de ese mismo año. Elevada Mendoza a la categoría de
Arquidiócesis en 1961, Mons. Buteler se convirtió en su primer Arzobispo.
Su labor pastoral quedó reflejada en la creación del Seminario diocesano
de Mendoza (Lunlunta) y la promoción de las vocaciones sacerdotales; en
la erección de numerosas parroquias; el establecimiento de
congregaciones religiosas dedicadas a la enseñanza y al apostolado; y en
el apoyo entusiasta a la Acción Católica, con fuerte presencia en todos
los ambientes.
Entre los años 1962 y 1965, contó con la ayuda de su primer Obispo
auxiliar, Mons. José Miguel Medina. En septiembre de 1965 fue promovido a
Obispo de Jujuy.
Dificultades originadas en la renovación eclesial impulsada por el
Concilio Vaticano II, concluyeron en una situación de crisis con el clero y
en el cierre del Seminario diocesano a fines de 1966. En marzo de 1967,
Mons. Olimpo Santiago Maresma, fue designado Administrador Apostólico
(sede plena), y tomó a su cargo el gobierno de la Diócesis. Mons. Alfonso
María Buteler falleció el 30 de septiembre de 1973. Sus restos reposan en la
Catedral de Mendoza.
 Mons. Olimpo Santiago Maresma,
Gobernó la Arquidiócesis de Mendoza primero como Administrador Apostólico
(1967-1974) y luego como Arzobispo (1974-1979). Nació en Casilda (Santa Fe)
el 25 de julio de 1916. Realizó sus estudios en el Seminario de Santa Fe y fue
ordenado sacerdote el 21 de diciembre de 1940. En la Diócesis de Rosario se
desempeñó como párroco.
El 7 de diciembre de 1965 fue elegido obispo titular de Gegi y Auxiliar de
Mendoza. Fue consagrado el 30 de enero de 1966. Inmediatamente se hizo
cargo de sus funciones de Obispo Auxiliar y Vicario general de Mendoza.
Desde entonces, colaboró estrechamente con el Arzobispo en el cuidado
pastoral de la Diócesis. En marzo de 1967 fue nombrado Administrador
Apostólico de la Arquidiócesis y continuó como tal luego del fallecimiento de

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Mons. Buteler, hasta el 21 de noviembre de 1974 en que fue promovido a
Arzobispo.
Llevó adelante una meritoria actividad pastoral. Debió encarar con prudencia
los difíciles momentos que vivió la Iglesia del postconcilio. Mendoza fue
testigo de su profunda preocupación por las vocaciones sacerdotales, la
promoción de los movimientos de apostolado laico, y la permanente
ayuda a los desamparados. Su caridad sacerdotal le llevó a encarar acciones
concretas en favor de los derechos humanos y a una eficaz ayuda a los
migrantes. Falleció el 3 de julio de 1979, en plena organización del Congreso
Mariano Nacional. Sus restos descansan en la Iglesia Catedral de Mendoza.
 Mons. Cándido Genaro Rubiolo,
Sucedió a Mons. Maresma como nuevo Arzobispo de Mendoza (1979-1996).
Nació en Devoto, provincia de Córdoba, el 19 de septiembre de 1920. Realizó
sus estudios eclesiásticos en el Seminario Metropolitano de Córdoba y recibió
la ordenación sacerdotal el 22 de septiembre de 1945.
Promovido a Arzobispo de Mendoza el 15 de octubre de 1979, tomó posesión
canónica el 23 de noviembre del mismo año. Inició su labor pastoral con la
realización del Congreso Mariano Nacional de 1980. En 1981, fruto de ese
mismo Congreso, el Seminario de Mendoza reabrió sus puertas, bajo el
patronazgo de Nuestra Señora del Rosario.
Bajo el lema "Evangelizarnos para Evangelizar" en 1984 se celebró el
jubileo de la Diócesis. Terminada la misión jubilar, se inició la búsqueda de un
ideal de Iglesia diocesana. Nació así el trabajo de una pastoral planificada.
Unido a ello, Mons. Rubiolo centró sus esfuerzos en la organización pastoral de
la Diócesis: erigió nuevas parroquias; creó los organismos diocesanos
responsables de las diversas áreas pastorales, y dio lugar al protagonismo de
los laicos, promovido siempre por su Pastor.
Sirvió a la Iglesia como miembro del Pontificio Consejo para los laicos (1984-
1989); del Departamento de laicos del CELAM (1984-1989); y en distintos
cargos en la Conferencia Episcopal Argentina.
El 25 de marzo de 1996 el Santo Padre aceptó su renuncia y lo designó
Arzobispo emérito de Mendoza. Para entonces ya había iniciado la misión de
regir la Diócesis de San Rafael como Administrador Apostólico, cargo que
desempeñó hasta la toma de posesión de su nuevo obispo en mayo de 1997.

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En sus últimos años residió en la Arquidiócesis de Córdoba. Mons. Rubiolo
falleció el 9 de febrero de 2004 y sus restos fueron trasladados a Mendoza para
descansar en la Catedral de Loreto.
Entre 1983 y 1991, Mons. Rubiolo contó con la ayuda de su Obispo
auxiliar, Mons. Rafael Eleuterio Rey.
 Mons. José María Arancibia,
Sucedió a Mons. Cándido Rubiolo, nació en Buenos Aires el 11 de abril de
1937. Realizó sus estudios eclesiásticos en el Seminario Metropolitano de
Córdoba y recibió la ordenación sacerdotal el 22 de septiembre de 1962. Es
Licenciado en Teología por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma
(1966) y Doctor en Teología (especialidad Moral) por la Pontificia Universidad
Lateranense de Roma (1969).
Recibió la consagración episcopal el 28 de mayo del mismo año.
Promovido a Arzobispo Coadjutor de Mendoza el 13 de febrero de 1993, tomó
posesión canónica el 28 de mayo de ese mismo año. Desde el 25 de marzo de
1996 se desempeñó como Arzobispo diocesano.
En la Conferencia Episcopal Argentina se desempeñó como: Secretario
General (1987-1993). Entre los años 2001 y 2005 se desempeñó como
Moderador de la Región Pastoral Cuyo.
En estos años de Episcopado, Mons. Arancibia impulsó la tarea de renovación
eclesial iniciada, promoviendo el compromiso por una acción pastoral más
intensa, orgánica y misionera. Gracias al trabajo, experiencia y al aporte de
muchas personas e instituciones, se elaboró el Plan Diocesano de Pastoral con
objetivos, estrategias y actitudes. Después de su aprobación y entrega a la
diócesis en noviembre de 1998, dicho Plan de Pastoral ha orientado la acción
evangelizadora de la Iglesia diocesana a lo largo de estos años. A partir de
2001, cada año es publicado un Diseño pastoral con el objetivo de hacer una
aplicación orgánica y sistemática del mismo.
Los frutos que la Arquidiócesis de Mendoza está recogiendo son
numerosos, y en distintos campos. Cabe mencionar la renovación de los
centros de formación para agentes de pastoral, los planes de formación
permanente, la consolidación de la Escuela Arquidiocesana de
Ministerios, el afianzamiento de los principales Consejos diocesanos

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(Presbiteral, de Pastoral, de Órdenes y de Consultores), una mejor
organización de la Curia arzobispal.
En estos años, se han ido capacitando sacerdotes en distintos campos de
las ciencias eclesiásticas: teología, espiritualidad, derecho, etc.
Este esfuerzo no solo ha redundado en beneficio de los institutos de
formación gestionados por la Diócesis (Seminario Arquidiocesano,
Instituto Pablo VI, Escuela de Ministerios “San José”, Seminario de
Catequesis “Divino Maestro”), sino también en la calidad de la acción
evangelizadora de la misma Iglesia diocesana.
El 12 de noviembre, el Santo Padre aceptó su renuncia siendo en la actualidad
Arzobispo emérito de Mendoza.
Entre los años 2008 y 2013, contó con la ayuda de su Obispo auxiliar, Mons.
Sergio Osvaldo Buenanueva. Nació en San Martín, Mendoza, el 19 de
diciembre de 1963. En 1980 ingresó al Seminario menor que funcionaba en la
Parroquia “San Vicente Ferrer”, y en 1982 inició sus estudios filosóficos en el
recientemente reabierto Seminario Mayor “N. S. del Rosario”. Sus estudios
teológicos los hizo en el Seminario Mayor de Córdoba “N. S. de Loreto”. El 28
de setiembre de 1990, recibió la ordenación presbiteral. Es Licenciado en
Teología por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma (1997)
El 16 de julio de 2008 fue designado por el Santo Padre Benedicto XVI obispo
titular de Rusubiccari y Auxiliar de Mendoza. El 27 de setiembre de ese año
recibió la ordenación episcopal de manos de Mons. José María Arancibia.
Eligió como lema de su consagración episcopal una frase de San Pablo en el
discurso de despedida de los presbíteros de Éfeso: “Testigo del Evangelio de la
gracia de Dios” ( Hch. 20,24).
Luego de que el Santo Padre aceptara la renuncia de Mons. José María
Arancibia, fue elegido Administrador diocesano por el Colegio de Consultores,
hasta tanto asumiera el nuevo Arzobispo.
El 31 de mayo de 2013, el Papa Francisco lo nombró Obispo de la Diócesis de
San Francisco (Córdoba).
 Mons. Carlos María Franzini
Sucedió a Mons. José María Arancibia. Nació en Buenos Aires el 6 de
septiembre de 1951. Cursó sus estudios primarios y secundarios en el Colegio
Carmen Arriola de Marín, de San Isidro, y los de Filosofía y Teología en el

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Seminario Mayor San Agustín, de la diócesis de San Isidro, y en la Universidad
Católica Argentina Santa María de los Buenos Aires.
Ordenado sacerdote el 13 de agosto de 1977 en la catedral de San Isidro por
monseñor Antonio María Aguirre, obispo de San Isidro, fue vicario cooperador
de las parroquias Sagrado Corazón (Boulogne 1978), Santa María Magdalena
(Florida 1979-1980) y de la catedral San Isidro Labrador (San Isidro 1980-
1983). También se desempeñó como capellán de la abadía Santa Escolástica
(Victoria 1983-1990), director espiritual del seminario San Agustín (1985-1989)
y profesor de teología de esa casa desde 1983.
Tomó posesión canónica de la Arquidiócesis de Mendoza el 9 de febrero de
2013 y fue su sexto obispo y quinto arzobispo. Tras dignosticarle un cáncer,
falleció el 8 de diciembre de 2017.
Mons. Franzini contó, desde junio del año 2015, con la ayuda de su Obispo
Auxiliar, Mons. Dante Gustavo Braida. Mons. Dante nació en la ciudad de
Reconquista, departamento de General Obligado, provincia de Santa Fe, el 18
de julio de 1968. Sus estudios filosóficos y teológicos y su formación sacerdotal
transcurrieron en el Instituto de estudios filosófico-teológicos "Santo Toribio de
Mogrovejo", perteneciente al Seminario Interdiocesano "La Encarnación", de
Resistencia, Chaco. Fue ordenado sacerdote por monseñor Juan Rubén
Martínez, entonces obispo de Reconquista, el 21 de abril de 1996 en la catedral
de la Inmaculada Concepción, de Reconquista.
El 11 de abril de 2015, el Papa Francisco lo nombró obispo titular de Tanudaia
y auxiliar de la arquidiócesis de Mendoza. Recibió la Ordenación Episcopal de
manos de Mons. Carlos María Franzini en la Arquidiócesis de Mendoza, el 12
de junio de 2015, en la Parroquia Nuestra Señora de los Dolores y Tránsito de
San José de Ciudad. El lema de su consagración episcopal reza: “La paz esté
con ustedes” (Lc 24,36).
Tras la muerte del Arzobispo de Mendoza, Mons. Carlos María Franzini, el
Papa Francisco lo nombró Administrador Apostólico "Sede Vacante" de la
Arquidiócesis de Mendoza, cargo que ocupó desde el 9 de diciembre de 2017
hasta el 11 de agosto de 2018, día de la toma de posesión de Mons. Marcelo
Daniel Colombo, el nuevo Arzobispo nombrado por su Santidad para la
Arquidiócesis de Mendoza.

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El 29 de diciembre de 2017, ordenó episcopalmente al nuevo Obispo Auxiliar
de Mendoza, Mons. Marcelo Fabián Mazzitelli.
Actualmente se desempeña como Obispo Auxiliar y Vicario General de la
Arquidiócesis de Mendoza.
Ante la intensa labor pastoral que demanda la Arquidiócesis de Mendoza,
Mons. Carlos María Franzini había solicitado la ayuda de un nuevo Obispo
Auxiliar. Por tal motivo el Papa Francisco nombró a Mons. Marcelo Fabián
Mazzitelli como obispo Titular de Pauzera (Argelia) y auxiliar de la
Arquidiócesis de Mendoza.
Nacido en Buenos Aires, el 25 de junio de 1960. Cursó estudios de Veterinaria
en la Universidad de Buenos Aires (UBA). Perteneció al clero de San Isidro y
desde 2015 cumplió funciones en el Vaticano, en la Congregación para el
Clero. Mons. Mazzitelli es bachiller en Teología, fue ordenado diácono en la
Diócesis de San Isidro el 11 de marzo de 1989 y sacerdote el 15 de diciembre
del mismo año, por la imposición de las manos de Monseñor Jorge Casaretto.
Su primer destino pastoral fue como vicario en la Parroquia Santa Rita de la
Diócesis de San Isidro, luego fue nombrado formador en el Seminario
Diocesano de San Isidro, llegando a ser rector del mismo. Formó parte por
varios años del Consejo Presbiteral.
El 29 de diciembre de 2017, recibió la Ordenación Episcopal de manos del
Administrador Apostólico “Sede Vacante” de la Arquidiócesis de Mendoza,
Mons. Dante Gustavo Braida, en la Parroquia “Nuestra Señora de los Dolores y
Tránsito de San José” de la Ciudad de Mendoza.
Después de unos de meses de espera, el Santo Padre Francisco nombró al
sucesor de Mons. Franzini y nombró como Arzobispo de Mendoza a Mons.
Marcelo Daniel Colombo, quien pasó a ser el séptimo obispo y sexto
arzobispo de la Arquidiócesis de Mendoza. Mons. Marcelo Colombo nació en
Buenos Aires el 27 de marzo de 1961; fue ordenado sacerdote en la catedral
de la Inmaculada Concepción de Quilmes, el 16 de diciembre de 1988 por
Mons. Jorge Novak SVD, obispo de Quilmes. Cursó los estudios de Derecho en
la Universidad de Buenos Aires (UBA), realizó los estudios de filosofía en la
Facultad de Teología de la Universidad Católica Argentina “Santa María de los
Buenos Aires” (UCA) y los estudios teológicos en el Centro de Estudios
Filosóficos y Teológicos de Quilmes. Obtuvo la Licencia en Derecho Canónico

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en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma en 1994, y el doctorado en la
misma disciplina, en la Pontificia Universidad Santo Tomás de Aquino, de
Roma, en 1995.
El 9 de Julio de 2013 fue nombrado obispo de La Rioja y celebró la misa de
asunción el 7 de septiembre del mismo año.
El 22 de mayo de 2018 fue publicado su nombramiento como Arzobispo de
Mendoza. El 11 de agosto del mismo año tomó posesión de la Arquidiócesis de
Mendoza y es su séptimo obispo y sexto arzobispo.
Es además vicepresidente 2° de la Conferencia Episcopal. Su lema episcopal
reza «Conságralos en la verdad».
En el año 2018 el Gobierno de turno, más precisamente la Dirección
General de Escuela, debido al recorte de presupuesto, deciden reducir los
Institutos Terciarios y ahí se dan cuenta de que hay tres centros
formadores de Profesorado de Filosofía y Ciencia Sagrada. Por ese
motivo se decide que el Seminario Nuestra Señora del Rosario, absorba el
Instituto Pablo VI, y de esta manera se abren los cursados para laicos.

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En la búsqueda de fuentes que coadyuven en la realización del presente
trabajo, se entrevistó al Padre Ángel Eduardo López, quien consultado sobre el
particular nos decía (desgrabación):

- Tenemos dos etapas de la historia del Seminario, la época de Lunlunta,


sería la época primera, que se cierra drásticamente en 1966, debido a
una crisis con Sacerdotes, el Obispo cerro casi sin decreto ni nada fue
personalmente…… el Seminario se reabre con Monseñor Rubiolo, quien
es Obispo desde 1979 a 1995; fue el Congreso Mariano Nacional, que
fue un gran impacto en Mendoza, el Obispo se decide a abrir el
Seminario “Nuestra Señora del Rosario”.
- ¿Lo trasladan desde allá hasta acá? (consulta una compañera).
- No, hay un gran debate, en aquella época los seminarios, como eran
para seminaristas los mandan fuera, los mandan muy lejos, quedaban
fundados muy lejos del centro, eso mismo pasó en Villa Devoto en
Buenos Aires, lo mandaron del centro como quince kilómetros del centro
de la Capital Federal. Hubo un gran debate, por qué fundar y construir
un nuevo Seminario, cuando ya había uno, pero en lo personal, mirado
desde hoy, después de treinta años, diría que hubiera sido lo mejor,
poner en valor lo que ya estaba hecho, pero bueno se quería construir
un seminario para todo Cuyo, osea que hubiera sido un seminario para
Mendoza, San Juan, San Luis y San Rafael, la Diócesis de Cuyo, pero la
historia fue diferente porque estos fundaron sus propios seminarios,
ósea que tenemos en Cuyo prácticamente Seminarios en todas las
Diócesis.
- ¿Y San Rafael se libera, porque es una Diócesis separada?
- Exactamente es una Diócesis aparte, pero la idea era aglutinar un
seminario en toda esta región, en eso creo que no hubo acuerdo entre
los Obispos en algo muy importante y es el tema de tener el personal
para formar y que fue un poco la historia, los saltos que vivió el
seminario durante las primeras décadas, la inestabilidad, la
inexperiencia, si hubiese sido regional se hubiera podido traer
sacerdotes de las distintas regiones, no hubo consenso entre los
Obispos. Monseñor Rubiolo quiso fundarlo al seminario al estilo de

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Córdoba, era un seminario que recibía gente de otras Diócesis, pero no
era regional era de Córdoba, aquí lo que nos faltaba era una fuerte
presencia de tradición y de sacerdotes idóneos y capaces de llevar
adelante una obra que recién empieza, ustedes saben que toda obra
que recién empieza es la parte más fuerte de una obra que recién
comienza. Hoy el Seminario yo lo noto, después de treinta años, yo lo
veo más estable, en sus formadores, la formación, sobre todo a partir de
estos diez o doce últimos años, pero antes he visto distintas
experiencias, eso dio como consecuencia también la variedad de curas
que tenemos……Mendoza tenía una diócesis joven, que en 1965 tenía
31 años de vida, y tuvo eso que fue un terremoto dentro de la iglesia,
mire que ha costado levantar la Iglesia de Mendoza, el desastre que nos
trajo esa situación, que no la juzgo, el obispo ya estaba viejito, y los
sacerdotes jóvenes creyeron que tenían toda la luz, la razón, entonces
fue una situación de enfrentamiento, falta de dialogo diríamos hoy, y
esto ocasionó después otro paso que fue mucho más radical, grupos de
sacerdotes se radicalizan, crean el grupo del tercer mundo, que es un
grupo ya politizado, sacan un manifiesto en 1969 firmado por el que era
el más eminente intelectualmente de los sacerdotes que era el Padre
Rolando Concatti que deja el ministerio después, vive todavía, debe
tener 86 u 87 años, vive en Luján, y el único que está vivo de este grupo,
como sacerdote, es el Padre Vicente Reale, era la opción por el
peronismo como camino al socialismo; es una época de confusión
también, yo he tenido una mirada más crítica, más comprensiva, porque
yo viví los años setenta y entonces creo que cuando uno está
confundido, cuando la situación es confusa y no sabes si tenes que ir
por acá por allá, la palabra que yo pongo de esa época es búsqueda, la
gente estaba en una búsqueda de cómo hacer una iglesia renovada a la
luz del Vaticano Segundo, nada más que entraron distintas teologías y
muchas de las teologías eran más ideologías y de hecho el tercer
mundo se quiebra en 1973, porque ya empezaron no solo con el tema
de la justicia, el tema de la opción por los pobres y el compromiso social
y político fuerte, sino que entra el tema del celibato sacerdotal, es decir
iba más allá de lo sacerdotal porque un sacerdote tiene que tener un

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compromiso, no digo político partidista, en el caso concreto ahora de la
lucha por la vida yo no me puedo quedar callado, tenemos que hablar y
tenemos que formar a los fieles con las convicciones, tenemos que
decirle mire usted haga lo que quiera pero no es bueno que voten a
alguien que promueve el aborto, que cada uno en su conciencia vea y
decida, pero tenemos que formar la conciencia, no es una tarea tal vez
política, ahora si me dicen que yo me ato a la campaña con Marcelino
Iglesias o con Tadeo yo que estoy en Godoy Cruz y salgo en todas las
campañas con el Tadeo y católicos voten al Tadeo porque es el futuro
de la Iglesia, sería una mala actuación mía porque no me corresponde.
Pensaban que el camino de la liberación, por ser una búsqueda, el
camino de poder encontrar una salida al país era a través del peronismo
y llegar al socialismo, porque estaba fresca la revolución cubana, hoy
sabemos que es una dictadura, porque si hubiera sido tan buena se
hubieran ido, pero hace sesenta años que están en el poder y son un
régimen, pero en aquel tiempo los jóvenes eran más idealistas y
pensábamos en las igualdades y todo eso, la realidad es que más que
igualdad es equidad, y la posibilidad de todos; no es nuevo que la iglesia
busque eso, el Cura Brochero hizo que el estado fundara escuelas para
que a todo el mundo pudiera llegarle la educación. El Seminario aquí
comenzó a funcionar en un edificio que había sido construido para los
migrantes era un hogar de tránsito sito en calle Morandini 71 de Godoy
Cruz, una comisión de laicos muy fuerte que trabajo, a Mendoza venía
mucha gente golondrina que venía a trabajar en las viñas, gente que
venía a buscar trabajo y luego también la inmigración de Chile después
del golpe militar de Pinochet, gente humilde que huía de la situación
económica y de la situación política de Chile, se inaugura el edificio pero
no sirve como hogar de tránsito, no lo utilizan, entonces inmediatamente
Monseñor Rubiolo lo destino para que funcionara el Seminario. En 1987,
yo estuve aquí presente, se colocó la piedra fundamental allí en el centro
de la iglesia y comienza a construirse, en 1990 ya se traslada el primer
curso, estaban construyendo el ala aquella (señala ala oeste) eran dos
alas este edificio, porque se supone que iba a ser el seminario para todo
Cuyo, por eso son los espacios tan grandes, y otro error de los

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arquitectos fue ……… hicieron la bibliotequita chiquita, cuando la
biblioteca tiene que ser grande importante para que tenga la sala de
lectura y los depósitos, por ejemplo la biblioteca del Seminario de
Buenos Aires es inmensa, hay que subir por las escaleras para acceder
a los dos niveles……..El Seminario ha crecido aquí en Bermejo a partir
de 1990, la teología en ese entonces se iba a estudiar a Córdoba, la
filosofía acá, a partir de 1992 comienza la teología que es cuando yo
comienzo a dar clases. El Seminario en el año 90 llego a tener más de
51, 52 seminaristas, fue un gran número pero también fue, la primera
promoción de 1997 al año ya habían dejado doce, es decir creo que faltó
más fundamento en la formación sacerdotal de los seminaristas; en
estos últimos años ha habido ya un equilibrio en la formación, en la
selección de los seminaristas, la crisis vocacional es una crisis que
afecta a todo el mundo, son etapas, son períodos, solamente Dios sabe
por qué pasa. Yo estudié dos años en la facultad de teología de Buenos
Aires, el Seminario de Bs. As. convive con la Facultad de Teología en el
mismo edificio, los alumnos seminaristas conviven con los laicos y
religiosas como ahora aquí y eso hace mucho bien, sino el seminarista
vive como en una burbuja yo soy de la idea que hace bien esto, el
contacto con laicos, con la gente y que tengan las mismas
exigencias……….A mí en lo personal me ha parecido positivo, hace
tiempo que yo lo decía, porque yo pienso que hace tiempo que debería
haberse unificado el Instituto Pablo Sexto con el Seminario en un solo
núcleo…..no podemos empezar a dispersar fuerzas.

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