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Nueva época, año 1, Nº 1

Clases medias en tiempos del Estado Plurinacional

DOSSIER:
Álvaro García: La asonada de la clase media
decadente (p. 1) y Las clases medias en
disputa (p. 5)
Milenka Figueroa, Andrés Chivé y Ernesto
Pérez: Una aproximación a las clases
medias a través de los estratos de ingresos
(p. 9)
George Komadina: Clases medias en las
calles y en las redes (p. 25)
Valeria Silva: Efectos del proceso de cambio
y la llamada ´clase media´ (p. 39)
Fernando Molina: Breve sociología de la
clase media boliviana (p. 45)
Jorge Viaña: Fundamentos para un análisis
de coyuntura histórico-clasista -clases
medias y la necesidad de una estrategia
emancipativa- (p. 53)
Amaru Villanueva: La clase media imaginada
(p. 69)
Marcelo Arequipa: Clase media en Bolivia,
traduciendo el esperpento (p. 85)
Juan Carlos Pinto: Acerca del proceso de
cambio y el surgimiento de la clase media
popular en Bolivia (p. 91)
Itxaso Arias: La nueva clase media popular y
el deseo de revolución (p. 101)

APORTES:
Benjamín Arditi: La política distribuida de los
rebeldes del presente: la acción en la era de
la web 2.0 (p. 105)
BITÁCORA INTERCULTURAL
Es una publicación de gestión de conocimiento del
Proyecto de Fortalecimiento del Estado Plurinacional
Autonómico y de la Democracia Intercultural del Programa
de la Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD-Bolivia),
con el apoyo financiero de la Embajada de Suecia.
Bitácora Intercultural vincula la producción de información
de instituciones estatales, de organizaciones de la sociedad
Foto tapa: Chuquimia, Jhamil Francia (2018)
civil y de entidades de la cooperación internacional en
aras de promover el análisis, debate y socialización de

Presentación
conocimientos relativos a la democracia intercultural y la
edificación del Estado Plurinacional en Bolivia.
PNUD - BOLIVIA
Mauricio Ramírez Villegas, Coordinador Residente del
Sistema de las Naciones Unidas en Bolivia
Maribel Gutiérrez, Representante Residente ai. del A mediados del año 2017, el vicepresidente del Estado Plurinacional de
PNUD en Bolivia Bolivia, Álvaro García Linera, intervino en el debate público en torno a la
Fernando Aramayo Carrasco, Oficial de Programas modificación de la estructura social como resultado de las transformaciones
del PNUD en Bolivia políticas que acontecieron en el país desde la asunción de Evo Morales al
PROYECTO DE FORTALECIMIENTO DEL ESTADO poder. Esta intervención provocó un conjunto de reflexiones y análisis sobre
PLURINACIONAL AUTONÓMICO Y DE LA DEMOCRACIA la incidencia de las “clases medias” en la dinámica política e institucional del
INTERCULTURAL, PNUD-BOLIVIA Estado Plurinacional. Después de una década de gobierno de Evo Morales,
Carlos Camargo Chávez, Coordinador la estructura de la sociedad es otra, ingentes sectores y grupos sociales en
Fernando García Yapur, Especialista política pública y situación de pobreza y extrema vulnerabilidad pasaron a ser considerados
gestión del conocimiento
Alberto García Orellana, Especialista diálogo y gestión
de condición media. A lo largo de este periodo acontecieron procesos de
pública movilidad social ascendente y transformaciones en la fisonomía del desarrollo
Álvaro Moscoso P., Equipo administrativo urbano en las principales ciudades y centros poblados intermedios que con-
Mónica Henriquez V., Equipo administrativo llevó la modificación de los patrones de consumo, de valores, imaginarios y
EQUIPO EDITORIAL expectativas colectivas.
Carlos Camargo Ch., Fernando Mayorga, Juan Carlos Los cambios trajeron consigo la incorporación de renovadas formas de parti-
Pinto, Alberto García O., Magaly Gutiérrez, Fernando cipación ciudadana. Si bien las estructuras político-partidarias y de las organi-
García Y., Claudia Peña, Ximena Centellas, Fernando zaciones sociales se encuentran en el centro de las dinámicas políticas, se han
Aramayo C., Ely Linares, Miguel Foronda C.
incorporado otros formatos y mecanismos que generan nuevas modalidades
RESPONSABLES DE BITÁCORA de participación ciudadana de la sociedad civil. “Clases medias” o “estratos
Fernando García Yapur, Alberto García Orellana, Juan medios” son significantes que se posicionan en la discursividad política y en
Carlos Pinto
las preocupaciones académicas de la reconfiguración de la estructura social
DISEÑO Y EDICIÓN como de las formas de participación política y social. ¿Qué hay detrás de
Liliana Ríos Vargas M. ella?, ¿cómo entender los nuevos rostros y formatos de emergencia colectiva
ARTISTAS INVITADOS en los espacios públicos urbanos?, ¿qué proponen respecto a las tendencias
Jhamil Francia Chuquimia, Miguel Foronda Calle, de construcción institucional del Estado Plurinacional?, son algunos de los
Liliana Ríos Vargas M. intereses analíticos y reflexivos de la Bitácora en su relanzamiento como dos-
REVISIÓN PNUD sier temático de gestión del conocimiento del Proyecto de Fortalecimiento del
Mónica Pacheco S., Unidad de Desarrollo Estratégico Estado Plurinacional Autonómico y de la Democracia Intercultural del PNUD.
Nagera Vicente N., Unidad de Desarrollo Estratégico Bitácora Intercultural, en su nueva época, busca vincular la producción de
Rocío Chaín, Oficial de Programas información que desarrollan instituciones estatales, organizaciones de la so-
IMPRESIÓN: ciedad civil y entidades de la cooperación internacional, en aras de promover
DEPÓSITO LEGAL: el análisis, el debate plural y la socialización de conocimientos relativos a la
Copyright © PNUD 2018 democracia intercultural y la edificación del Estado Plurinacional en Bolivia. La
Todos los derechos reservados presente entrega del primer número: Clases medias en tiempos del Estado
Elaborado en Bolivia Plurinacional, se trabajó en coordinación con la Vicepresidencia del Estado
Las opiniones y los énfasis destacados de los textos de la presente Plurinacional.
publicación son de responsabilidad exclusiva de las y los autores e
invitadas/os, y no responden necesariamente a la línea institucional Proyecto de Fortalecimiento del Estado Plurinacional
del PNUD y la Vicepresidencia del Estado Plurinacional. Autonómico y de la Democracia Intercultural
La asonada de la clase media decadente 1

por Álvaro García Linera*

Las clases sociales empresarios en torno a sus cámaras, asociacio-


nes o partidos, que logran articular un interés
Una clase social es un conjunto grande de per- clasistamente diferenciado.
sonas que estadísticamente tienen acceso a con-
diciones de vida más o menos parecidas, por La llamada “clase media” es un producto de la
ejemplo, ingresos económicos, propiedades, ti- modernidad y se constituye como tal a partir de
tulaciones, prestigios o vínculos sociales. su diferenciación tanto de la clase de los grandes
propietarios y poseedores de recursos, empre-
Cada persona es un universo diferente a otro en sarios, banqueros, terratenientes; como de los
su trayectoria de vida; sin embargo, cuando las trabajadores manuales, pequeños campesinos,
estrategias eco- artesanos, obre-
nómicas que ros, etc. Sin
despliegan, las embargo, esta
oportunidades conformación
laborales que por distancia
se les presen- de los de “arri-
tan, las mane- ba” y de los de
ras generales “abajo” –de
de enfrentar el ahí lo de “cla-
porvenir y la se media”– es
forma de apre- muy ambigua
ciar y valorar porque abarca
las cosas del desde perso-
mundo son re- nas que sien-
lativamente do asalariadas
convergentes también pueden
a un espacio Foronda Calle, Miguel (2018). Angustias cotidianas tener propieda-
común, signi- des inmuebles,
fica que pertenecen a una misma clase social. un automóvil, una propiedad agraria u otro tipo
Normalmente, todos los seres humanos forman de bienes que las jerarquizan socialmente, como
parte de una clase social, sin necesidad de sa- una profesión, una profusa red social de apoyos
berlo ni de interesarse por ello. Pero cuando esta materiales y, en el caso de Bolivia, de apellidos
similitud de condiciones económicas, culturales y color de piel que le otorgan un plus social so-
y simbólicas son asumidas como una identidad bre el resto de las clases subalternas (el capital
con capacidad de representación, de organiza- étnico). Incluso el concepto de clase media es
ción o de convocatoria, estamos ante una clase tan elástico que obreros con elevadas remunera-
social movilizada. Es el caso de lo que deno- ciones son catalogados como “clase media”, ya
minamos “clase obrera” o “clase campesina” no por sus propiedades sino por su capacidad de
en torno a sus federaciones y sindicatos; o los consumo, etc. De hecho, esta es la manera más

* Vicepresidente del Estado Plurinacional de Bolivia desde el año 2006. Analista e investigador autodidacta con numerosas publicaciones y aportes
académicos que le han valido el nombramiento de Doctor Honoris Causa por más de 15 universidades a nivel mundial.
1. Publicado en el suplemento Animal Político de La Razón el 17 de enero de 2018. Artículo que se incorpora al presente dossier de Bitácora con
el objeto de retomar el contexto y las referencias analíticas del debate y reflexión temática desplegada en la opinión pública.

1
plejidad fragmentada es común que lo haga adhi-
riéndose de manera pendular a uno de los grandes
bloques sociales que polarizan la sociedad.

La rebelión clasemediera

En los últimos meses, un fenómeno sociológi-


co ha comenzado a ocurrir en Bolivia y es la
notable proliferación de procesos de autorre-
presentación de segmentos y fracciones de cla-
ses medias urbanas tradicionales. A través de
“colectivos ciudadanos” y, recientemente, por
medio de gremios médicos, han visibilizado un
tipo de malestar social claramente antiguberna-
mental expresado en marchas, movilizaciones,
huelgas, estribillos y consignas.
Lo primero que llama la atención de estas ex-
presiones es la ideología conservadora y, en
ciertos casos, racista de estos colectivos. Expre-
siones como “vamos a botar a los collas”, “in-
Ríos, Liliana (1986). Punta seca dios abusivos” o “pueblo ignorante” con el que
muchos de sus portavoces se han referido hacia
los movimientos sociales, indígenas, campesi-
común de clasificar a la “clase media”: por sus nos y obreros, e incluso, hacia el presidente del
ingresos monetarios y capacidad de consumo, y país, muestran un renacimiento del viejo rencor
su fuerza clasificatoria es inversamente propor- colonial y clasista hacia las clases populares que
cional a las autoclasificaciones que las propias estalló durante la Asamblea Constituyente. Si
clases subalternas hacen de sí mismas. Por ello bien la simbología ha cambiado respecto a las
es que, dependiendo de estas diferencias al in- movilizaciones cívico-separatistas de los años
terior de la “clase media”, es posible distinguir 2005-2009, ahora usan la tricolor en vez de las
fracciones y segmentos de clase según su capa- banderas regionales, lucen pañoletas rojas en la
cidad de consumo, la posesión de títulos aca- garganta en vez de los pañuelitos blancos y han
démicos, propiedades inmuebles, capacidad de sustituido el bate de béisbol con el que rompían
ahorro, titularidad de pequeños negocios o em- cráneos de campesinos por ruidosos petardos;
presas, acceso a tierra, y otros. Así, propietarios la composición clasista es similar a la de hace
de bienes inmuebles en alquiler, profesionales once años atrás; además, el discurso, los cánti-
en carreras prestigiosas y en carreras de reciente cos, los adjetivos y las mentiras movilizadoras
creación, propietarios de pequeños negocios de son idénticas a las empleadas durante el golpe
comercio, cooperativistas, comerciantes globa- cívico liderado por Branko Marinkovic, Man-
lizados, técnicos especialistas, propietarios de fred Reyes Villa y otros políticos fascistas.
medios de transporte público, oficinistas, es-
Hay en todos ellos una racialización del discur-
tudiantes dependientes, etc., forman distintos
so que asocia lo popular a lo “colla” (aymara,
segmentos de la clase media tradicional y de la
quechua), que culpa de la reducción de opor-
nueva clase media ascendente.
tunidades políticas de las clases medias a la
Históricamente, esta “clase media” también se presencia de “indios alzados”, que a la vez se
articula mediante partidos, asociaciones de profe- entrecruza con el añejo discurso clasista y anti-
sionales u otras instancias, aunque por su com- comunista de los años 60, que vincula el sindi-

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calismo con el autoritarismo, y el fantasma del Más allá de estos discursos viejos
riesgo a la propiedad con el socialismo. Así, la
novedad del “colectivo ciudadano” como modo en envolturas nuevas, lo relevante
de asociación “independiente” se ahoga en el re- del momento es esta asonada de
ciclamiento de desgastados discursos racistas y
clasistas enarbolados por los antiguos grupos de
específicos segmentos de clase
choque de la Unión Juvenil Cruceñista o por las media urbana que son observados
bandas paramilitares de la época de la dictadura
con indiferencia por los sectores
banzerista.
populares tradicionalmente
Una segunda característica de estos colectivos
y movimientos es la distancia pública respecto movilizados (...).
a los partidos políticos conservadores. Clara-
mente, es una táctica de camuflaje para captar
adherentes con el discurso de la “civilidad” y
la “ciudadanía” para posteriormente llevar a vo por encima de cualquier interés general. De
los captados hacia una militancia política. No hecho, esto define el límite de la rebelión de esta
en vano, los principales promotores de estos clase media: la defensa egoísta del interés par-
colectivos son exsocialistas que trabajaron para ticular aun a riesgo de pisotear y agredir brutal-
Gonzalo Sánchez de Lozada, exfuncionarios de mente los intereses universales de la sociedad.
Usaid desempleados, exfuncionarios del presi-
dente Hugo Banzer, y la mayor parte de los gas- Clases medias ascendentes y
tos son propiciados por fundaciones de los vie- descendentes
jos partidos neoliberales. Sin embargo, existe
en esta maniobra una confesión vergonzosa: el Más allá de estos discursos viejos en envolturas
desgaste de los viejos partidos políticos y de sus nuevas, lo relevante del momento es esta aso-
líderes que ya no pueden convocar adherentes nada de específicos segmentos de clase media
por sí mismos y que, ante la devaluación social urbana que son observados con indiferencia
que sufren, están obligados al uso de este tipo de por los sectores populares tradicionalmente
satélites “apolíticos”. movilizados, como el movimiento indígena-
En el caso médico, lo relevante es la capacidad campesino, la clase obrera o los vecinos. En
de agregación corporativa que ha alcanzado. realidad se trata de una movilización reactiva
Ciertamente, se trata de un estamento oligarqui- a un movimiento tectónico de la sociedad, que
zado en el cual los jerarcas cohesionan a las nue- ha comenzado a desplazar a la clase media tra-
vas generaciones mediante la transmisión gene- dicional del espacio de sus antiguos privilegios
racional del conocimiento médico, el ejercicio y oportunidades por una nueva clase media de
de la cátedra, la selección de médicos internis- origen popular.
tas y la contratación en sus hospitales privados.
Pero, que se hayan movilizado tanto tiempo por En la última década se ha producido una con-
el artículo 205 del Código del Sistema Penal, moción social que ha modificado la estructu-
que lejos de criminalizarlos los protegía con tres ra económica, estatal y social de Bolivia. La
blindajes técnicos frente a la desprotección del economía ha crecido cuatro veces, pasando de
“homicidio culposo” del viejo código, muestra 9.000 a 36.000 millones de dólares. La diferen-
a un sector social que actúa más por emociones cia entre los más ricos y pobres se ha acortado
jerárquicamente inducidas que por razones; y de 128 veces a 37. Y, lo más importante que re-
que, por tanto, está predispuesto a apegarse a sume todo eso es que el 20 % de los bolivianos
mentiras que precautelen el beneficio corporati- han pasado a formar parte de la clase media2.

2. PNUD (2016). Progreso multidimensional: bienestar más allá del ingreso.

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Esto significa que el espacio social de recursos, Oponerse a la nueva
reconocimientos y oportunidades que anterior-
mente disfrutaban 1,1 millones de personas de
configuración social del país
clase media tradicional, ahora lo tienen que es una actitud retrógrada, e
compartir con otros nuevos 2,2 millones de per- intentar devaluar el ascenso
sonas que acaban de ascender desde los sectores
populares. Donde antes había uno ahora hay tres social de las clases populares
y, entonces, la lucha por el reconocimiento y el reeditando los viejos prejuicios
control de los recursos de esta clase media se ha
racistas de los hacendados,
vuelto más difícil.
les quita cualquier rasgo de
La clase media tradicional, de profesiones reco-
nocidas, que habitaba barrios claramente sepa- virtuosismo colectivo.
rados de los sectores populares, de apellidos es-
pecíficos, se ha visto “invadida” por una nueva
clase media de origen popular que es más joven,
que también ha accedido a profesiones, oficios una posición de relativa jerarquía social lleva
y emprendimientos, pero que además tiene vín- inevitablemente a una devaluación de esa jerar-
culos más fluidos con el Estado dirigido por quía. Para los que ascienden, en este caso los
sectores populares, lo que le permite acaparar integrantes de la nueva clase media de origen
recursos y medios de decisión hasta hace poco popular, es un proceso de reenclasamiento hacia
monopolizados por las clases medias tradicio- arriba; en tanto que los que ven desvalorizar su
nales. Personas que anteriormente hacían pre- posición por su masificación, están en un claro
valecer su título, su larga trayectoria laboral o proceso de desclasamiento hacia abajo.
el linaje para acceder a algún puesto de mando
y a la ejecución de alguna obra de envergadura Las estrategias que tienden a usar las clases en
–o sus hijos, que esperaban que el apellido no- proceso de desclasamiento son varias. Si son
table y las influencias familiares les entregasen portadoras de un ímpetu histórico, buscarán
una beca, un puesto laboral o un contrato–, aho- reenclasarse hacia arriba, volviendo a valuar sus
ra ven devaluarse su posición, ya que la deben pertenencias y distinguiéndose de los segmen-
compartir con otros “advenedizos” de apellidos tos arribistas. Esto significaría aumentar sus ca-
y colores populares. Y lo peor, estos “recién pitales económicos, reconvertir sus titulaciones
llegados” que entran a los antiguos colegios de e insuflar sus prestigios; pero las clases medias
élite, que alquilan casas en la zonas residencia- tradicionales bolivianas han preferido optar por
les y que hacen negocios globalizados, tienen una actitud reaccionaria que los arroja aún más
mayor influencia en el Estado –que administra a la decadencia. Oponerse a la nueva configura-
el 40 % de la riqueza de Bolivia– que las clases ción social del país es una actitud retrógrada, e
medias tradicionales; lo que no solo está obli- intentar devaluar el ascenso social de las clases
gando a estas últimas a compartir el espacio de populares reeditando los viejos prejuicios racis-
clase media, sino, incluso, a perder el mando y tas de los hacendados, les quita cualquier rasgo
la predominancia dentro de la misma. de virtuosismo colectivo. Al final, los únicos
aliados que tienen son algunos exizquierdistas
Se trata de una auténtica tragedia de clase: ver- igualmente desplazados de la historia, que en
se invadido por nuevas clases medias y encima un exceso de degradación moral nos recuerdan
perder la hegemonía interna convirtiéndose en a los piristas del siglo pasado, marchan bajo el
clase media decadente frente al ascenso de otras lúgubre comando de los que privatizaron las
fracciones de la nueva clase media. Toda am- empresas públicas y querían pedir pasaportes a
pliación del número de personas que ejercen los indios para dejarlos pasar a sus plazas.

4
Las clases medias en disputa 1

por Álvaro García Linera*

La publicación de nuestro ensayo “La asonada integrantes de la clase media en términos de


de las clases medias decadentes”, en el suple- relaciones laborales, o tres millones en térmi-
mento Animal Político, ha generado un exten- nos de capacidad de consumo en apenas una
so y sano debate que década, que hablan
muestra hasta qué de una saludable y
punto los concep- necesaria ampliación
tos sobre las clases de la clase media bo-
medias son tanto un liviana, que convier-
espacio de disputa te el clásico triángu-
como de intenciona- lo social de décadas
lidad performativa atrás –con el que se
(Austin). representaba a las je-
rarquías sociales–, en
Una parte de los crí-
un rombo, tal como
ticos conservadores
lo describe el perio-
han preferido eludir
dista Yuri Flores.
el debate conceptual
o estadístico y han Pero, este proceso de
optado por esconder democratización de
sus limitaciones in- la riqueza –eso es, en
telectuales, refugián- el fondo, el signifi-
dose en el expediente cado del surgimiento
del agravio. En vez de una nueva clase
de proponer una ma- media– lleva, inexo-
nera distinta de con- rablemente, a que los
ceptualizar las clases antiguos ocupantes
medias, o sus proce- de ese segmento so-
sos de movilidad y cial ahora tengan que
sus discursos orga- compartir el espacio
nizadores, han recla- Ríos, Liliana (1986). Aguafuerte social con otros sec-
mado que se les diga tores advenedizos
que son “decadentes”. que, con su sola pre-
Usamos esa palabra no como adjetivo descalifi- sencia, devalúan, por su masificación, los anti-
cador sino como categoría que describe un pro- guos reconocimientos, jerarquías, privilegios y
ceso objetivo de crecimiento demográfico de la espacios que ocupaban (cines, colegios, univer-
clase media y, por tanto, de devaluación inevita- sidades, urbanizaciones, lugares de recreación,
ble de los antiguos bienes patrimoniales, cultu- entre otros). Si la clase media tradicional no
rales o simbólicos, monopolizados por las anti- despliega estrategias para reconquistar la “ex-
guas clases medias. Son 2,2 millones de nuevos clusividad” de esos nuevos recursos, bienes, po-

* Vicepresidente del Estado Plurinacional de Bolivia desde el año 2006. Analista e investigador autodidacta con numerosas publicaciones y aportes
académicos que le han valido el nombramiento de Doctor Honoris Causa por más de 15 universidades a nivel mundial.
1. Publicado en La Razón el 18 de febrero de 2018. Artículo que se incorpora al presente dossier de Bitácora con el objeto de retomar el contexto
y las referencias analíticas del debate y reflexión desplegada en la opinión pública.

5
son confundidos con “clase media”.
Y a aquellos que han desempolvado el
viejo manual de economía política de
Nikitin para exigir una lectura exclusi-
vamente economicista del concepto de
clases, simplemente decirles que la so-
ciología moderna y las más sofisticadas
corrientes marxistas han enriquecido
notablemente el concepto relacional de
“clases sociales”, han incorporado otros
“bienes” y tipos de “propiedades” en la
estructuración estadística de una clase
Ríos, Liliana (1989). Punta seca social, como los bienes culturales, los
bienes educativos, los bienes simbóli-
cos, los bienes organizativos, e incluso, en so-
siciones y reconocimientos de clase media, está ciedades poscoloniales, los bienes “étnicos”. Ya
claro que tenderá a descender socialmente, es el propio Marx recomendó tomar en cuenta en
decir, a ubicarse como decadente. Se trata de un el estudio de las clases sociales la lucha por la
proceso objetivo de desclasamiento y reenclasa- “distinción” en “los modos de vida, sus intere-
miento social, y nadie, con un poco de inteligen- ses y su cultura”.
cia, debería enojarse por ello.
Sin embargo, quiero detenerme en dos lúcidas
En este bloque de agravios, no puedo dejar de reflexiones. La primera, de Gustavo Luna, que
mencionar el extravío histórico de Carlos Mesa señala que en los últimos dos años ha habido
al considerar que la “clase media” fuera la “de- una relentización en el crecimiento de la econo-
positaria” de los valores democráticos, dejando mía (de 5,5 % a 4 %), de la inversión pública y
entender que el resto de las clases populares del consumo de los hogares. Estas tres variables
serían antidemocráticas y autoritarias. Se trata, han crecido y han sido las más altas del conti-
ciertamente, de un apego espontáneo a lo aristo- nente, pero han crecido a una tasa menor, entre
télico del “justo medio” como depositario de las un 20 a un 30 % que en años anteriores. Es decir
virtudes del “buen gobierno”, que no solo repro- que habría un dato objetivo en la economía que
duce el viejo prejuicio señorial sobre la “incivi- hubiera impactado en las subjetividades socia-
lidad” de las clases populares, sino que también les. El incremento del consumo, la expansión de
borra injustamente la evidencia histórica de que contrataciones, consultorías, emprendimientos
quienes conquistaron la democracia en Bolivia personales que tenían una tasa de crecimien-
siempre han sido las clases trabajadoras, y que to elevada y habían generado expectativas y
la profundización de esa democracia solo es po- apuestas hacia futuro, en términos de inversión,
sible mediante más participación de esas clases estudios y empleo, se han visto obstaculiza-
trabajadoras a las que pareciera aborrecer. das parcialmente en los dos últimos dos años,
creando las condiciones de un malestar social
Un segundo grupo de artículos ha polemizado urbano de clase media que logró ser canalizado
aspectos interesantes que hay que rescatar. Unos por construcciones discursivas conservadoras y
han observado las características de mi defini- convocatorias corporativas como la de los mé-
ción de clase media por la importancia que dicos. En todo caso, si esta hipótesis fuera cier-
asigno a la relación de propiedad económica, ta, la recuperación económica mundial de 2017,
decirles que eso permite precisamente separar el incremento en más del 30 % del precio del pe-
a obreros y trabajadores calificados que, perte- tróleo en los últimos meses y el efecto irradian-
necientes a la clase obrera, debido al aumento te de las inversiones industriales, tanto públicas
de sus niveles de ingresos en la última década como privadas ya en marcha, dinamizarán nue-

6
vamente este año, 2018, el “segundo motor” de En todo caso, lo importante de todo ello es que
la economía boliviana, el sector externo, con lo al lado de la antigua clase media se ha instalado
que habrá de superarse a corto plazo este ele- una nueva clase media de origen popular, que
mento objetivo de malestar. Todo dependerá ha satisfecho sus necesidades básicas como el
ahora de la capacidad de construcción discur- acceso a agua, alcantarillado, asfaltado de ca-
siva y simbólica con la que actúen el partido de lles, gas, transporte, educación, vivienda propia
gobierno y la oposición para significar, subjeti- y que ahora se lanza a la búsqueda de otros ser-
var y politizar estos cambios materiales. vicios como la calidad en la atención de salud,
Un segundo aporte notable viene de parte de bienes de consumo selectos, esparcimiento,
Manuel Canelas y Amaru Villanueva, quienes, viajes, entre otros. Estamos, por tanto, ante la
por separado, observan que las clases medias búsqueda de bienes que ya no están vinculados
tienden a satisfacer sus nuevas demandas, ya no a la circunscripción territorial del hogar, la co-
en el Estado sino en el mercado. Es una idea munidad y la fábrica, que eran los lugares de
interesante en tanto exige comprender que el la militancia sindical, de la junta de vecinos o
mediador “visible” de la clase media con sus la comunidad campesina. Es decir, estamos ante
nuevas expectativas de estatus social (Weber) sujetos en proceso o plenamente desindicaliza-
ya no es directamente el Estado y sus institucio- dos y desterritorializados, lo que significa que
nes, sino el “mercado”, los bancos, las empresas son portadores de otra concepción del mundo,
privadas, los emprendimientos personales y de- del orden lógico e instrumental de las cosas.
más. Sin embargo, tampoco se puede caer en la Claro, el orden sindical boliviano en cierta me-
ilusión liberal de que el “mercado” es un ente dida fue una fuerza productiva de la escasez; y
al margen de las personas, los grupos, los in- más que una pertenencia organizativa es una
tereses y el propio Estado. ¿Quién fija las tasas manera de ser en el mundo, de acceder a dere-
de interés bancario para la vivienda del profe- chos, de conseguir reconocimiento social, de
sional o la iniciativa productiva de los nuevos construir memoria colectiva, de remontar ad-
emprendedores? El Estado. ¿Quién dinamiza versidades y de ubicación moral en las contin-
determinadas ramas de la economía o prioriza gencias cotidianas. La subjetividad sindical ha
la demanda de ciertas profesiones en la que el construido el espíritu articulador de lo nacional-
joven profesional puede hallar más oportunida-
popular en los últimos cien años. Y ahora resul-
des de empleo? El Estado. Y en una sociedad
ta que una tercera parte de la población se ha
donde el Estado controla el 60 % de la inversión
desindicalizado, se ha individuado abruptamen-
y el 40 % de la economía, este atraviesa directa-
te y, con ello, ha dado lugar a una nueva cultura
mente la suerte y las oportunidades del conjunto
de ubicación y de organización del mundo que
de la sociedad y, en especial, de las clases me-
dias. Por ello, lo que ha ampliado la clase media
en Bolivia en esta última década no es el “mer-
cado”, sino el Estado y su manera de influir o (...) al lado de la antigua clase
de ampliar el mercado. No hay que olvidar que
el Estado se desempeña en realidad como un media se ha instalado una nueva
“Banco Central” (Bourdieu) que acumula, re- clase media de origen popular,
gula, distribuye, valora y devalúa los distintos
capitales, bienes, propiedades y prestigios que que ha satisfecho sus necesidades
acumulan todas las clases sociales. Que esto no básicas (...) y que ahora se lanza
haya podido ser “visibilizado” como un relato
orgánico en el sentido común (Gramsci) de la a la búsqueda de otros servicios
nueva clase media habla más de una incompren- como la calidad en la atención
sión gubernamental de los alcances de su propia
obra que de una autonomía real de las clases
de salud, bienes de consumo
medias respecto a la dinámica estatal. selectos (...).

7
tal vez ya no puede ser convocada por los anti- militancia. En cierta medida, el WhatsApp y las
guos códigos discursivos y que, de hecho, re- “redes sociales” son una suerte de atenuado y
clama la impronta de sus propios códigos en el aséptico sindicalismo desterritorializado, pero
espacio de los reconocimientos y articulaciones con capacidad de producir “conocimientos”,
políticas. sedimentar emociones y anclar certidumbres
colectivas.
De manera resumida, hay un importante sector
social, las nuevas clases medias, que, provinien- Su impacto político radica en que puede unir
do de las clases populares, ya no milita en nin- criterios y movilizar expectativas sin necesidad
gún movimiento social territorial, pelea por una de reunir personas, incluso en el anonimato. Su
cultura de distinción y su modo de unificación límite deliberativo, y por tanto democrático, es
política es una incógnita. Su procedencia popu- que desde ese anonimato carente de respon-
lar, el que el padre o los parientes militen en un sabilidad pública o contraparte atenuante, es
sindicato, junta de vecinos o gremio, sumado a propenso a la manipulación para gatillar los te-
que estos vínculos sindicales-comunales le per- mores, ignorancias y emociones más primitivas
mitan una interlocución instrumental más fluida para alcanzar un objetivo político. De hecho,
con los mecanismos de contratación o inversión aquí radica una de las principales lecciones de
estatal, pueden hacer pensar que es sensible a la las luchas en torno al Nuevo Sistema del Có-
narrativa e interpelación sindical. Pero, a la vez, digo Penal. No basta tener la razón y la verdad
sus nuevas condiciones de vida, sus aspiraciones racional sobre las cosas. Si no tienes de tu lado
también las emociones, entonces, la mentira o
de reconocimiento y sus nuevas expectativas,
la “verdad emotiva” es la que triunfa. Y el lu-
parecidas a las de la clase media tradicional, la
gar más rápido, generalizado e irresponsable
pueden llevar a inclinarse por la irradiación con-
para producir vertiginosamente “posverdades”,
servadora de la clase media descendente. Está
falsedades emotivamente manipuladas para
claro, entonces, que la conformación de la iden-
aparecer como verdades temporales o, si se pre-
tidad y filiación de las clases medias es hoy un
fiere, el desplome de la responsabilidad moral
espacio de intensas luchas y disputas políticas
de contrastar los hechos, son precisamente las
que habrá de dirimirse en los siguientes años. redes sociales, convertidas hoy en lugar de con-
Además, hay un cambio tecnológico que está currencia privilegiada de las clases medias. Si
complejizando y acelerando el perfil e inclina- en general el acortamiento de distancias entre
ciones sociales de las clases medias: el internet. los ingresos económicos de las clases populares
Si bien es un soporte tecnológico de comuni- respecto a las clases medias tradicionales tien-
cación, como lo es la televisión, la radio o la de a producir un “pánico de estatus” (Lipset),
imprenta, es el primer soporte adecuado a la acentuando el apego a ideologías ultraconser-
individuación desterritorializada propia de las vadoras y racistas, es probable que la profusión
clases medias. El internet en el celular no solo de absurdos emotivos (“te van a quitar tu casa”,
afianza el rompimiento de los vínculos corpo- “van a encarcelar a los que oran”, “van a subir
rales propios del sindicalismo, la vecindad y el los impuestos”, “van a permitir vender droga en
gremio; sino que también se apoya en la indi- los colegios”...) haya podido apoderarse tan rá-
vidualidad desterritorializada resultante, para pidamente del imaginario de estas clases medias
brindarle herramientas de nuevas hermandades, descendentes.
de nuevas filiaciones sin anclaje territorial y En síntesis, estamos ante un rediseño de las
virtuales. El Facebook o el WhatsApp son los identidades colectivas y el bloque nacional-
lugares de construcción de las nuevas “comu- popular que se construyó a lo largo de los úl-
nidades” de afinidad temática en las cuales el timos quince años tiene, en la posibilidad de
usuario, en su soledad y con el solo movimiento articular a estas nuevas clases medias, a sus
de un dedo, puede comunicarse, dedicar tiempo códigos y narrativas, el reto de continuar sien-
y hallar espacios de reconocimiento, identidad y do hegemónico.

8
Una aproximación a las clases medias a través
de los estratos de ingresos 1

por Milenka Figueroa, Andres Chivé y Ernesto Pérez*

Introducción to de la construcción de nuevas identidades, há-


bitos y conductas?
La movilidad social, entendida como un pro- La determinación de los estándares que permi-
ceso dinámico afec- tan definir el ascenso
tado por una serie de social de un grupo po-
factores de contexto blacional es evidente-
relativos al desempeño mente una tarea ardua.
económico, reformas En tal sentido y con el
políticas y transforma- propósito de aportar al
ciones sociales, debe debate sobre el nuevo
ser analizada a la luz escenario de las cla-
de la emergencia y as- ses medias en Bolivia,
censo/descenso de los este artículo aproxima
actores sociales, en una el ascenso social y la
determinada escala de identificación de las
valores de comparación clases medias a partir
intersubjetiva. Dicha de la construcción de
tarea implica una serie estratos sociales según
de desafíos metodoló- su ingreso monetario2.
gicos en términos de Esta aproximación, al
medición del “ascen- margen de no ser ex-
so/descenso”, habida haustiva ni integral,
cuenta de la multipli- constituye un refe-
cidad de criterios que rente obligatorio para
pueden considerarse este tipo de análisis.
válidos para estable- Con esta salvedad, el
cer que una persona o estudio presentado a
grupo de personas han continuación define la
experimentado movi- estratificación como la
lidad social. ¿Son los Foronda Calle, Miguel (2016). Espera división de la sociedad
aspectos económicos en categorías o grupos
aquellos que dictan el de individuos organi-
ascenso de un grupo poblacional?, ¿se trata de zados jerárquicamente en cuanto a sus posibili-
reconocimiento y status social? o ¿es el produc- dades de acceso a recursos básicos monetarios;

* Milenka Figueroa Cárdenas - Investigadora del Informe sobre Desarrollo Humano del PNUD, economista.
Andrés Chivé Herrera - Investigador Voluntario de Naciones Unidas. economista.
Ernesto Pérez de Rada - Coordinador del Informe sobre Desarrollo Humano del PNUD, economista.
1. El presente artículo rescata y actualiza el trabajo analítico realizado para los Informes de Desarrollo Humano del PNUD en Bolivia correspondientes
a los años 2011 y 2016.
2. Se entiende por estratificación social las desigualdades existentes entre las distintas personas que integran una misma sociedad. Se dice que
constituye la forma básica de enmarcar y situar a una sociedad.

9
y a partir de este criterio se explicará el cambio de los hogares y personas a líneas de pobreza,
en la composición de la sociedad boliviana a lo lo que ayuda a delimitar los estratos con cierta
largo de la última década. lógica. En este sentido, el estrato bajo lo cons-
Los criterios de estratificación pueden aplicarse tituyen aquellas personas pobres que no logran
tanto a las personas como a los hogares, respon- acceder a una canasta de bienes y servicios bá-
diendo en cada caso a objetivos distintos. Por sicos5 de acuerdo a los ingresos per cápita del
ejemplo, Stephen Rose (2005) caracterizó la es- hogar. Además, se evita en parte el problema
tratificación de Estados Unidos en base a infor- que surge al definir uno de los límites o cotas
mación censal utilizando el hogar como unidad del estrato medio, por diferencias que surgen al
de análisis, y el ingreso del hogar como variable identificar el centro6, ya que al tratarse de una
de estratificación3. La utilidad de esta aproxi- distribución de ingresos la misma es sesgada, en
mación permitió al autor dibujar la pirámide especial en países como Bolivia que tienen una
social e identificar a través de ella los principa- alta desigualdad y las medidas de tendencia cen-
les factores o variables que dividen la sociedad tral presentan grandes diferencias7.
en grupos con niveles de ingreso diferenciado. Para delimitar el estrato alto y diferenciarlo del
Se adopta esta metodología para caracterizar la estrato medio se utilizaron los datos de los in-
pirámide social boliviana y sus particularidades gresos a partir de los cuales la distribución pre-
con ciertas modificaciones y limitaciones por la senta un quiebre y empieza a dar saltos dejando
restricción de información4. de tener continuidad con los datos inmediata-
mente inferiores. El siguiente gráfico muestra
1. Visibilizando el estrato medio y sus las pirámides sociales a partir de la aplicación
diferencias en el tiempo de la metodología descrita, utilizando como
fuente de información las Encuestas de Hoga-
La aproximación utilizada en el presente estu- res 2007, 2012 y 2016 del Instituto Nacional de
dio parte de la transformación de los ingresos Estadística.

Gráfico 1. La estratificación medida por ingresos 2007-2012-2016

Valores relativos

5,0
Estrato alto 5,0
5,0

55,5
Estrato medio 51,7
34,9

39,5
Estrato pobre 43,3
60,1

0 10 20 30 40 50 60 70

2007 2012 2016

3. Véase Rose, Stephen (2005). Social Stratification in the United States.


4. Se utilizan encuestas de hogares de 1999 y 2007 para la estratificación.
5. Se trata de la línea de pobreza moderada baja que, además de alimentos, incluye algunos servicios como son el de educación y salud. Véase
UDAPE (2004). Pobreza y Desigualdad en Municipios de Bolivia.
6. Algunos países utilizan un tramo de más 25 % y menos 25 % del ingreso correspondiente a la mediana para fijar los límites del estrato medio.
7. Vale decir que la media y la mediana no son las mismas, siendo la primera considerablemente sensible a unos pocos ingresos altos que la
desvían de la mediana.

10
Valores absolutos

551.414 2007 2012 2016


Estrato alto 516.116
492.869

6.126.841
Estrato medio 5.363.981
3.437.878

4.356.602
Estrato pobre 4.493.134
0 5.919.766

1.000.000

2.000.000

3.000.000

4.000.000

5.000.000

6.000.000

7.000.000
Fuente: Elaboración propia con base en las Encuestas de Hogares 2007, 2012 y 2016 del INE

En 2007, la línea de pobreza moderada que A partir del año 2013, el país enfrenta una nueva
equivale a una canasta de bienes y servicios en coyuntura en la que el país inicia una desacele-
Bolivia tenía un valor aproximado de Bs. 440 ración económica que ha tenido repercusiones
por persona. Por tanto, todas aquellas personas casi inmediatas en los indicadores de pobreza
que tenían ingresos inferiores o iguales a dicha cuya reducción también se ha ralentizado. Es
canasta serían consideradas pertenecientes al por este motivo que para el año 2016 se apre-
estrato bajo (60 %). El estrato medio abarcaba cian disminuciones bastante modestas del es-
a personas que tenían ingresos por encima de trato bajo, al igual que aumentos en el estrato
una línea de pobreza y menos de 4,6 líneas, re- medio de ingresos, con relación al año 2012. El
presentando el 35 %. Finalmente, en el estrato estrato alto, por metodología, se mantiene en
alto de la pirámide de 2007 se puede encontrar una proporción del 5 % en cada uno de los años
incluso personas que reflejan más de 50 líneas estudiados.
de pobreza, pero se trata de una distribución dis- Durante la última década han surgido estudios
continua con saltos y concentra el 5 %, tal como como los de Ravallion, Easterly, Birdsall, Ló-
se aprecia en el gráfico precedente. pez-Calva y Ortiz-Juárez, y Espinoza, para el
La estratificación de 2012 muestra cambios no- caso chileno, que destacan el papel importante
torios en cuanto a la composición. Se trata de de los estratos medios en el desarrollo econó-
un periodo de cinco años en los que Bolivia ha mico, para lo cual, primero se concentran en su
sido testigo de un crecimiento económico ace- medición y después analizan el comportamiento
lerado, lo cual permitió una mejora sustantiva y las diferentes interrelaciones con la economía.
en las condiciones de vida materiales para sus Es por lo que, sumado a la necesidad de contar
habitantes. De hecho, el estrato bajo se ha re- con una estratificación social, la definición de
ducido en casi 17 puntos porcentuales respecto un estrato medio para Bolivia se hace cada vez
al 2007; en valores absolutos esto representa más indispensable.
que casi 1,5 millones de personas habrían salido Tradicionalmente, las políticas sociales siempre
de este estrato. En consecuencia, se aprecia un estuvieron orientadas a mejorar la calidad de
notable aumento del estrato medio de ingresos vida de la población pobre, que según la defi-
al mismo tiempo que una leve reducción en la nición aquí utilizada se encontraría en el estra-
desigualdad. to bajo. Sin embargo, los resultados obtenidos,

11
Tradicionalmente, las políticas cional, en términos de preservación de logros
sociales siempre estuvieron alcanzados.

orientadas a mejorar la calidad En el Gráfico 1 se advierte el notable crecimien-


to de los estratos medios, sobre todo en el pe-
de vida de la población pobre,
riodo de 2007 a 2012. En ese marco es impor-
que según la definición aquí tante indagar qué condiciones de vida enfrentan
utilizada se encontraría en las personas que ocupan estos estratos y cuáles
el estrato bajo. Sin embargo, son sus características sociodemográficas y so-
cioeconómicas.
los resultados obtenidos,
coincidentes con los trabajos Para empezar, una gran parte del estrato medio
es vulnerable, entendiéndose como tal la in-
mencionados, sugieren la capacidad de una persona o de un hogar para
importancia de prestarle mayor aprovechar las oportunidades disponibles en di-
atención al estrato medio (...). ferentes ámbitos, de forma que le permita mejo-
rar su situación o impedir su deterioro8. Al igual
que la identificación del estrato medio, tampoco
existe una metodología consensuada para iden-
coincidentes con los trabajos mencionados, su- tificar el estrato medio vulnerable, por lo que
gieren la importancia de prestarle mayor aten- aquí se adopta un criterio similar al utilizado
ción al estrato medio, en especial cuando, como por la CEPAL9, considerando la segunda línea
en el caso boliviano, presenta un crecimiento de pobreza para captar la vulnerabilidad. Así, en
acelerado, así como por el carácter heterogéneo 2007 el 62 % de la población era vulnerable, y
y diverso de su composición. Adicionalmente, y aunque en 2012 este porcentaje subió apenas un
como se verá más adelante, la fragilidad y vul- punto porcentual (pp), el número de personas se
nerabilidad de este grupo imponen un reto adi- incrementó en 1,2 millones de personas.

Gráfico 2. Ampliación y vulnerabilidad del estrato medio (2007-2012-2016)

7.000

6.000

2.568.550 personas
42 %

5.000
865.154 hogares
37 %

1.994.561 personas
4.000 620.475 hogares
EN MILES

3.000
38 %

1.306.669 personas
433.824 hogares
3.369.420 personas 3.558.291 personas
2.000
58 %
63 %

854.646 hogares 963.108 hogares


2.131.209 personas
62 %

1.000 546.478 hogares

0
2007 2012 2016

Estrato medio vulnerable


Estrato medio estable

Fuente: Elaboración propia con base en las Encuestas de Hogares 2007, 2012 y 2016 del INE

8. Véase Kaztman, Rubén (2000). Notas sobre la medición de la vulnerabilidad social.


9. CEPAL (2009). Panorama Social de América Latina.

12
Para el año 2016 hay una disminución favorable riores o si se debió a una caída o recaída al es-
en términos relativos del estrato medio vulnera- trato bajo. Sin embargo, la distinción al interior
ble, y se aprecia un crecimiento del estrato me- del estrato medio queda validada.
dio estable, que de un 37 % el 2012 pasó a 42 %
en 2016. Aunque los saltos no son tan grandes 2. Composición sociodemográfica del
como en el periodo previo 2007- 2012, y pese a estrato medio
la desaceleración económica, al 2016 todavía se
aprecian crecimientos en valores absolutos tan- Durante el primer periodo de análisis (2007-
to del estrato medio vulnerable como del estable 2012), Bolivia experimentó un importante pro-
(Gráfico 2). ceso de transformación socioeconómica como
Se aclara que este análisis general no permite consecuencia del entorno económico interna-
distinguir si los aumentos fueron producto de cional favorable. Sin duda, todo esto afectó la
los esfuerzos del Gobierno o se pueden atribuir estructura social y las oportunidades de la vida
al crecimiento vegetativo de la población. Tam- de las personas, aunque gran parte de las medi-
poco es posible determinar si las disminuciones das económicas no se tradujeron en reducciones
en el estrato medio vulnerable fueron causadas significativas de la desigualdad entre los dife-
por movimientos ascendentes a estratos supe- rentes grupos sociales.

Gráfico 3. Estratos de ingresos según área de residencia (2007-2012-2016)


Urbano

83,0
82,3

90,0 82,3

79,7
77,9

75,5

80,0
70,0
55,2

55,1
53,9

60,0
50,0
40,0
30,0
20,0
10,0
0,0
Estrato bajo Estrato medio Estrato medio
vulnerable estable 2007 2012 2016

Rural
46,1

44,9

50,0
44,8

45,0
40,0
35,0
30,0
24,5
22,1

20,3

25,0
17,7

17,0
17,7

20,0
15,0
10,0
5,0
0,0
Estrato bajo Estrato medio Estrato medio
vulnerable estable 2007 2012 2016

Fuente: Elaboración propia con base en las Encuestas de Hogares 2007, 2012 y 2016 del INE

13
Como se aprecia en el Gráfico 3, la pobla-
ción del estrato bajo mantuvo una distribu-
ción prácticamente homogénea en relación a
la residencia, tanto en el área urbana como
rural. 2007

Considerando el peso poblacional entre las


áreas urbana y rural, se destaca el crecimien-
to del estrato medio vulnerable en el área
rural durante los años de análisis, incluso el
2016, contrariamente a lo que sucedía en el
área urbana, que mostraba reducciones en el
estrato medio vulnerable. Este hecho se ex-
plica sobre todo por las condiciones de inicio
del área rural, que mostraba detrimento en
relación al área urbana. Respecto al estra-
to medio estable, prácticamente no mostró
variaciones sustantivas en el tiempo en el
área urbana, aunque sí en el área rural donde
puede haber un impacto de la desaceleración
económica en la reducción de la población
en dicho estrato, pasando de 20 el 2012 a 17
puntos porcentuales el 2016. Complementa-
riamente, la estructura poblacional muestra
variaciones entre estratos con escasas modi-
ficaciones de forma en el tiempo.

La pirámide poblacional del


estrato bajo es de base ancha
todavía, por lo que se trata de
una población eminentemente
joven, la cual muestra que
durante todo el periodo
de análisis (nueve años)
ha quedado en proceso de
transición demográfica.

14
Gráfico 4. Pirámides poblacionales del estrato medio 2007-2012-2016

2012 2016

Fuente: Elaboración propia con base en las Encuestas de Hogares 2007, 2012 y 2016 del INE

15
La pirámide poblacional del estrato bajo es de por lo que la base de la pirámide se ha estrecha-
base ancha todavía, por lo que se trata de una do notablemente. Pero lo que más llama la aten-
población eminentemente joven, la cual muestra ción es que la población en edad productiva de
que durante todo el periodo de análisis (nueve 15 a 64 años es predominantemente masculina
años) ha quedado en proceso de transición de- en más de un 55 %.
mográfica10 sin un claro avance. En este estrato,
para todos los años existe una predominancia de 3. El cuidado de la salud en los estratos
mujeres sobre los hombres (52,5 %). En tanto bajo y medio vulnerable
que la población que compone el estrato medio
vulnerable al 2016 muestra una transición mo- La salud es uno de los primeros derechos fun-
derada, donde hay menos niños y por el con- damentales en el ciclo de la vida. Sin embargo,
trario se compone de bastantes jóvenes y adul- las Encuestas de Hogares carecen de informa-
tos. Indirectamente, esta pirámide muestra que ción suficiente para dar cuenta de la situación
los hogares del estrato medio vulnerable están en salud11. Pese a ello, es posible realizar una
teniendo una menor proporción de niños o de- aproximación indagando el uso de los servicios
pendientes menores de cinco años, lo cual tiene de salud a partir de la afiliación a algún seguro
repercusiones favorables al momento de revisar médico; anteriormente se había considerado la
los gastos de consumo del hogar. atención del último parto en el caso de las mu-
Respecto a la pirámide del estrato medio esta- jeres que tuvieron hijos nacidos vivos, asistidas
ble, muestra una consolidación del avance en por personal médico o por parteras tradiciona-
cuanto a la transición demográfica con una dis- les, en reconocimiento a la cultura sobre todo
minución incluso de niños menores de 15 años, del área rural.

Gráfico 5. El seguro de salud en el estrato medio 2007-2012-2016

120,0
0,5

3,1

3,6

0,8

2,3

3,8

0,4

1,0

2,7
100,0
21,6
22,1

24,9

34,3
34,3
38,1

80,0
36,3

41,9
41,4

60,0

40,0
77,1

77,4

74,6
63,2

64,7
60,4

58,2

54,6

55,4

20,0

0,0
Estrato pobre

Estrato medio
vulnerable

Estrato medio
estable

Estrato pobre

Estrato medio
vulnerable

Estrato medio
estable

Estrato pobre

Estrato medio
vulnerable

Estrato medio
estable

2007 2012 2016


Ninguno Público Privado Otro

Fuente: Elaboración propia con base en las Encuestas de Hogares 2007, 2012 y 2016 del INE

10. La transición demográfica es un proceso de la dinámica demográfica a la luz de las interrelaciones con factores sociales económicos y culturales.
11. Indicadores tales como cuarto control prenatal, cobertura de parto institucional, vacuna pentavalente y control del niño sano, entre otros, resul-
tarían de gran utilidad; sin embargo, los mismos quedan limitados a los registros administrativos.

16
El Gráfico 5 muestra que la situación de salud 4. El perfil educativo en el estrato medio
a lo largo de los nueve años se ha mantenido
casi invariable, ya que en el estrato bajo desde Al igual que la salud, la educación también
el 2007 hasta el 2016 todavía siete de cada diez constituye uno de los derechos humanos funda-
personas no tienen afiliación a ningún seguro mentales al permitir mejorar el acceso de la po-
médico, lo cual dificulta el acceso a servicios blación a otras oportunidades sociales. Aunque
de salud. En el caso del estrato medio vulnera- se sabe que el conocimiento y la especialización
ble, también invariante durante el periodo de cada vez más complejos se asocian en general
con una retribución para la adquisición de otros
estudio, con seis de cada diez sin afiliación de
bienes, no necesariamente se traducen en pro-
seguro médico y en el caso del estrato medio es-
cesos de movilidad, pero sí logran un reconoci-
table solo la mitad de la población perteneciente miento social.
a este estrato estaba afiliada a algún tipo de se-
guro. De hecho, el estrato medio vulnerable está A modo de aproximación a la tasa de cobertura,
la tasa de matrícula neta12 o los matriculados en
cada vez más expuesto con relación al estrato
edad escolar muestran que, exceptuando la edu-
bajo y al estrato inmediatamente superior. En
cación superior, no existe una brecha significativa
2007, el 60,4 % de la población que pertene- entre la población escolar del estrato medio vul-
cía a dicho estrato no accedía a ningún seguro nerable y medio estable en los años de referencia,
de salud, agudizándose para el 2016 a 64,7 %. pero sí se destaca la reducción de matriculados
Este retrato en el tiempo muestra que el tema en edad de asistir a la educación superior, sobre
salud es todavía la asignatura pendiente, prácti- todo para la población estudiantil del estrato me-
camente en todos los estratos de ingresos de la dio vulnerable que con respecto a 2007 se redujo
población. en casi 10 % en 2016 (ver Gráfico 6).

Gráfico 6. Tasa de matrícula neta del estrato medio

120,0
100,0
98,9
97,9

99,3
99,2
99,1
97,5

97,5
97,0
95,8
95,3

95,1
94,5

94,1

100,0
93,0

90,4
90,2
88,7

80,0
56,1

60,0
53,3

52,1

51,2
49,9

47,8
47,9
43,4

42,1

40,0

20,0

0,0
Primaria Secundaria Superior Primaria Secundaria Superior Primaria Secundaria Superior
(6 a 11) (12 a 19) (18 a 24) (6 a 11) (12 a 19) (18 a 24) (6 a 11) (12 a 19) (18 a 24)

2007 2012 2016

Estrato pobre Estrato medio Estrato medio


vulnerable estable

Fuente: Elaboración propia con base en las Encuestas de Hogares 2007, 2012 y 2016 del INE

12. Tasa de matrícula neta se refiere a la cantidad de niños matriculados sobre el total de niños de la misma edad en la población total.

17
En cuanto a las matrículas de primaria y secun- pertenece al estrato medio estable muestra me-
daria para los estratos medios, en el Gráfico 6 se jores indicadores con relación al estrato medio
aprecia prácticamente el mismo comportamien- vulnerable y bajo.
to a lo largo del periodo de estudio, con una bre-
cha entre la primaria y la secundaria que oscila 5. Características laborales de los
entre cuatro y siete puntos porcentuales. De he- estratos socioeconómicos bajo y medio
cho, fruto de la implementación del Bono Juan-
cito Pinto desde el año 2006, la matrícula de No cabe duda de que el mercado laboral es muy
primaria ha alcanzado porcentajes por encima sensible a los ciclos económicos. El siguiente
del 99 % para el 2016 y se espera que la matrí- cuadro permite retratar en general el comporta-
cula de secundaria también vaya en ascenso13. miento y características del mercado de trabajo
En síntesis, la población en edad de estudiar que en los estratos bajo y medio.

Cuadro 1. Condición de actividad y características sociodemográficas


de la población ocupada en los estratos medios

2007 2012 2016


Características
Estrato bajo Estrato medio Estrato medio Estrato bajo Estrato medio Estrato medio Estrato bajo Estrato medio Estrato medio
vulnerable estable vulnerable estable vulnerable estable
Población total (PT) 5.919.766 2.131.209 1.306.669 4.493.134 3.369.420 1.994.561 4.356.602 3.558.291 2.568.550
Población en edad de trabajar
(10 y +) (PET) 4.300.921 1.697.877 1.117.486 3.308.655 2.718.883 1.696.900 3.225.605 2.781.786 2.193.332

Población económicamente
activa (PEA) 2.816.507 1.031.066 733.184 1.933.304 1.610.616 1.125.088 2.037.403 1.765.532 1.527.320

Población ocupada (PO) 2.673.300 965.868 699.377 1.880.449 1.570.178 1.105.834 1.953.290 1.695.228 1.494.266
Hombres (%) 54,0 56,1 59,8 55,0 55,9 56,8 53,7 56,6 56,8
Mujeres (%) 46,0 43,9 40,2 45,0 44,1 43,2 46,3 43,5 43,2
Edad promedio (años) 36 37 38 38 37 40 37 38 40
Años de educación promedio
(19 y +) 6 10 11 7 10 11 7 9 11

Fuente: Elaboración propia con base en las Encuestas de Hogares 2007, 2012 y 2016 del INE

En primer lugar, destaca el hecho de que la ofer- Más allá de la oferta potencial, la tasa global de
ta potencial en el estrato medio estable es mayor participación (TGP)14 muestra de manera más
que en el vulnerable, e incluso que en el estra- refinada la cantidad de personas que están ocu-
to bajo, en todos los años de estudio. Esto tiene padas, o buscando trabajo, del total de perso-
mucha relación con la estructura de las propias nas en edad de trabajar. El resultado para el año
pirámides poblacionales en las que se mostraba 2016 es siete de cada diez personas para el es-
que es precisamente el estrato medio vulnerable trato medio estable y seis para los estratos bajo
el que está conformado por personas jóvenes y medio vulnerable.
adultas (mayores de 28 años, de acuerdo a ley).

13. En el caso de la secundaria, es recién a partir del año 2014 que el Bono se ha extendido a todo el nivel pues un año antes solo incluía hasta
cuarto año de secundaria.
14. La tasa global de participación es el porcentaje de la población económicamente activa (PEA) sobre el total de la población en edad de trabajar
(PET). Vale decir que son los que efectivamente trabajan o están buscando trabajo del total de la población en edad de trabajar.

18
(…) en el sector primario
las actividades que más
concentran a la población
ocupada en el estrato bajo
son la agricultura, ganadería,
silvicultura y pesca (…) En
tanto que en el estrato medio
vulnerable y estable, las
actividades del comercio son
las de mayor preponderancia.

Asimismo, para el 2016 la población ocupada


total se estimaba en alrededor de 5,5 millones de
personas, de las cuales el 31 % se concentraba
en el estrato medio vulnerable y 27 % en el es-
trato medio estable, haciendo un total de 58 %,
porcentaje que duplicaba la población ocupada Ríos, Liliana (1990). Abu, litografía
del estrato medio el año 2007, que alcanzaba a
un 38 %; pero con respecto al año 2012 solo 5.1. Evolución del empleo en los
mostró un incremento de tres puntos porcentua-
estratos socioeconómicos medios
les, pasando de 55 % a 58 %. Esto denota el
papel importante que juegan estos estratos en el
Durante el periodo 2007-2016, mientras la tasa
mercado de trabajo, por lo que se han incluido
de crecimiento del producto alcanzaba en pro-
en el Cuadro 1 algunas características sociode-
medio un 5 % anual, en parte debido al contex-
mográficas de la población ocupada.
to internacional favorable, como también a la
Por ejemplo, las brechas por género en prácti- aplicación de políticas macroeconómicas acer-
camente todos los estratos se mantuvieron en el tadas; el crecimiento promedio del empleo lo
tiempo en continuo desmedro de las mujeres, hacía solo en 2,1%, debido en gran medida a
pues de cada diez ocupados solo cuatro eran mu- que las actividades más productivas fueron las
jeres. La edad promedio, en general, del estrato que menos puestos de empleo generaron15 (hi-
medio de la población ocupada es de alrededor drocarburos y electricidad). A nivel de ramas de
de 38 años. Finalmente, la escolaridad prome- actividad y ocupaciones, se mantuvo la tenden-
dio alcanzada por la población que trabaja es de cia de una reducción del sector primario y una
siete años en el estrato bajo, nueve en el estrato expansión del sector terciario de la economía.
medio vulnerable y once en el estrato medio es- El Gráfico 7 muestra que en los estratos bajos
table, replicándose el mismo comportamiento a hubo un desplazamiento de la población ocupa-
lo largo del periodo de análisis. da desde el sector primario al terciario16.

15. Ver UDAPE. Dossier de estadísticas sociales y económicas de Bolivia 2016.


16. Sector primario o agropecuario (agricultura, silvicultura, caza y pesca), excluye actividades extractivas. Sector secundario o industrial, referido a
actividades extractivas y de transformación. Sector terciario o de servicios, incluye todas las actividades que no producen una mercancía.

19
Gráfico 7. Población ocupada por sectores de actividad según estrato

100 %

27,8
30,4

31,6
80 %

52,4
58,6
59,2

62,4
63,7
62,2

13,5
16,6

13,8
60 %

40 %

23,5
21,7

22,3

58,7
20,1

20,7
54,6

18,4
53,0

20 %

24,1
19,2

17,7

19,2

17,9

17,0
0%
Estrato pobre

Estrato medio
vulnerable

Estrato medio
estable

Estrato pobre

Estrato medio
vulnerable

Estrato medio
estable

Estrato pobre

Estrato medio
vulnerable

Estrato medio
estable
2007 2012 2016

Primario Secundario Terciario

Fuente: Elaboración propia con base en las Encuestas de Hogares 2007, 2012 y 2016 del INE

Concretamente, en el sector primario las activi- 6. A manera de conclusiones


dades que más concentran a la población ocu-
pada en el estrato bajo son la agricultura, gana- La notable evolución de los estratos medios de
dería, silvicultura y pesca, con casi un 59 % en ingreso en Bolivia da cuenta de una transforma-
2016; en el sector terciario, son las actividades ción social inédita. No obstante, es evidente que
de comercio y transporte principalmente las ele- el análisis de procesos tan complejos como los
gidas por el estrato bajo. En tanto que en el es- de la movilidad y transformación social no pue-
trato medio vulnerable y estable, las actividades de abordarse únicamente desde una perspectiva
del comercio son las de mayor preponderancia; en la cual los criterios se hallen solo enfocados
para el 2016, en el primer caso cinco de diez a aspectos monetarios. Con todo, el ejercicio
personas están concentradas en la actividad ter- es útil en función de presentar algunos resulta-
ciaria, en tanto que en el caso del estrato medio dos que de manera indicativa pueden guiar una
estable seis de diez lo están. agenda de análisis e investigación aplicada con
En síntesis, no cabe duda que los estratos me- enfoque de política pública.
dios han consolidado su comportamiento en di- En este marco, la evidencia presentada en esta
ferentes áreas o sectores y actualmente forman investigación revela algunas características
parte activa de la dinámica económica actual, de la dinámica de ascenso y movilidad social
motivo por el cual también deben considerarse en Bolivia. En primer lugar, se evidencia que
algunos enfoques para estos estratos, especial- la movilidad ascendente en el periodo largo
mente para el estrato medio vulnerable, cuya (2007-2016) ha sido notable dado el incremento
población continúa en exposición y con riesgo de población que ha pasado a formar parte del
de caer o recaer. estrato medio de ingreso. Sin embargo, la his-

20
Chuquimia, Jhamil Francia (2018). Una tarde de esperanza

toria de corto plazo entre 2012 y 2016 revela como las condiciones de empleo, educación y
una importante desaceleración de la movilidad acceso a la salud dan cuenta de condiciones no
ascendente, cuya característica más importante monetarias disimiles entre estratos, lo que llama
es la afectación en áreas urbanas. a la reflexión acerca de la necesidad de avanzar
En segundo lugar, se observa que el proceso de en aspectos multidimensionales del bienestar
movilidad ascendente ha tenido características con un enfoque de cierre de brechas y reducción
de movimientos “cortos”: Es decir, de salida de de la desigualdad más allá del ingreso.
pobreza sin llegar a alcanzar los estratos medios Finalmente, queda clara la necesidad de ampliar
estables, situando a la gran mayoría de la pobla- el espectro de análisis hacia temas de carácter
ción en estratos vulnerables de ingreso. Ello da cualitativo, en los cuales sea posible establecer
cuenta de la fragilidad de la movilidad social y características de identidad, pertenencia y hábi-
de la necesidad de reflexionar sobre las formas tos de la población en ascenso. De ello depende
de preservar logros alcanzados. crucialmente la posibilidad de acotar un análisis
En tercer lugar, el análisis sugiere que los perfi- preciso de clases sociales, en las cuales las aspi-
les de los contingentes que han ingresado a los raciones son el eje central de la construcción de
estratos vulnerables y medios de ingreso son nuevos sentidos comunes que se cristalicen en
bastante diferenciados entre sí. Aspectos tales un nuevo horizonte de acción para la inclusión.

21
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23
Foronda Calle, Miguel (2018). Estaciones en el tiempo

24
Clases medias en las calles y en las redes
por George Komadina Rimassa*

“Esta es una rebelión de la clases medias”. Con habrían integrado a esos estratos. Las clases me-
estas palabras, el vicepresidente Álvaro Gar- dias aparecen así en un lugar movedizo de la
cía intentó descifrar el conflicto que se inició política boliviana pues, por una parte, demues-
en diciembre de 2017 y se prolongó hasta fines tran de manera palpable el éxito del ciclo eco-
de febrero de 2018. En realidad, ese aconteci- nómico, pero son visualizadas como una fuerza
miento galvanizó al país durante tres meses y conservadora por el gobierno, por otra. En todo
fusionó dos conflictos aparentemente aislados: caso, este conglomerado ha emergido como la
las movilizaciones de los médicos por la dero- clave del poder político en Bolivia, tanto por su
gación del artículo 205 del proyecto Código del fuerza electoral, sus capacidades de moviliza-
Sistema Penal –a punto de ser aprobado por la ción y también por su inocultable incidencia en
Asamblea Legislativa Plurinacional– y las ac- la formación de la opinión pública.
ciones ciudadanas orientadas a defender el re- Los ecos de las movilizaciones de las clases
sultado del referéndum constitucional realizado medias en las principales ciudades y el discur-
el 21 de febrero de 2016. so presidencial generaron un interesante debate
Estos hechos constituyen el objeto de este tra- público alrededor de su caracterización socio-
bajo; sin embargo, ellos no podrían ser interpre- lógica, sus patrones culturales y sus actitudes
tados como episodios aislados sin considerar, políticas. No obstante, muchas incógnitas que-
por una parte, flujos continuos de movilización daron pendientes o escondidas. Recojo algunas
a partir de demandas de alta agregación que se de ellas en este trabajo.
conectaron con eventos políticos de mayor ca- Este ensayo se propone comprender las con-
lado –particularmente la estrategia de reproduc- notaciones políticas y sociológicas de las mo-
ción del poder del Movimiento Al Socialismo vilizaciones urbanas acontecidas en los últimos
(MAS) y el fallo del Tribunal Constitucional meses en las principales ciudades del país. Es
que reconoce el derecho del presidente Mora- importante comprender qué grupos, clases y/o
les a postularse nuevamente como candidato–, sectores se han movilizado, de qué manera (re-
que crearon un contexto de polarización y radi- pertorios de movilización) y bajo qué orden de
calización favorable a esas acciones colectivas. representaciones simbólicas. De manera espe-
Asimismo, esos hechos –y los contextos que los cial, me interesa explorar la naturaleza de la ac-
sobredeterminan– tampoco podrían ser expli- ción política a través de las redes sociales.
cados sin considerar procesos sociales de larga
En suma, este texto se propone considerar si la
duración, vinculados con el ciclo de crecimiento
clase media puede ser considerada como un su-
económico y con el proceso político, pues ellos
jeto político. ¿Cuáles son las actitudes y hábitos
han generado las condiciones objetivas para la
políticos de los grupos que conforman el “cam-
expansión de las clases medias en Bolivia.
po” de las clases medias, sus agendas, narrati-
El presidente del Estado Plurinacional, en su vas, intereses y representaciones? ¿Cuáles son
discurso del 22 de enero, aseguró que el 58 % sus repertorios de acción? Finalmente, a mane-
de la población está incluida en el vasto con- ra de conclusiones, se proponen algunas pistas
glomerado de clases medias; a lo largo de sus para pensar los futuros escenarios y roles políti-
gobiernos más de tres millones de personas se cos que conciernen a las clases medias.

* Sociólogo, docente e investigador de la Universidad Mayor de San Simón. Ha publicado diversos libros sobre problemáticas políticas y culturales.

25
ción y crisis de representación. La presencia de
las clases medias en la escena política no me pa-
rece ni circunstancial ni episódica y, de hecho,
ha puesto en discusión algunos lugares comu-
nes de política boliviana y ha permitido percibir
nuevos contornos del “proceso de cambio”. Sin
embargo, como veremos a lo largo del trabajo,
es muy arriesgado hablar sobre las clases me-
dias a partir de categorías abstractas y juicios
a priori.
De acuerdo a mi hipótesis, estos acontecimien-
tos no son eventos aislados, sino que expresan
la emergencia de nuevos sujetos sociales y de
nuevos modos de hacer y percibir la política,
en un contexto marcado por una crisis de repre-
sentatividad y polarización. Las clases medias
pueden convertirse en sujetos políticos cuando
algunos de sus sectores se organizan, pactan con
otros colectivos y elaboran una narrativa para
defender sus intereses; sin embargo, dada su
Ríos, Liliana (1986). Dibujo alta heterogeneidad económica y cultural no ac-
túan como un sujeto unificado. Finalmente, es-
timo que las redes sociales se han convertido en
Enfoque e hipótesis un territorio estratégico de la política boliviana,
particularmente favorable a las clases medias.
Estamos ante una conspiración. Son los mismos
que el 2003 mataron al pueblo que defendió el El conflicto de los médicos
gas, que en 2007 intentaron derrocar la Constitu-
yente, que el 2008 quisieron un golpe cívico-pre- El 23 de noviembre de 2017, los colegios mé-
fectural y que en 2009 quisieron dividir Bolivia.
dicos de Bolivia convocaron a un paro nacional
(@evoespueblo)1
indefinido exigiendo la anulación del artículo
Es un error de perspectiva considerar que las 205 establecido en el proyecto de Código del
movilizaciones de diciembre de 2017 y enero- Sistema Penal (que establece sanciones por ma-
febrero de 2018 constituyen una “conspiración, las prácticas profesionales) y se opusieron a que
una “asonada”, una “táctica de camuflaje” o un la Autoridad de Fiscalización controle al sub-
“complot” de los partidos de oposición, como sistema privado de salud2. La huelga duró más
declaró el vicepresidente Álvaro García. Exis- de 50 días y estuvo acompañada por marchas y
ten muchas evidencias que permiten pensar esos bloqueos en las principales ciudades de Bolivia,
sucesos de una manera menos instrumental, es protagonizadas por médicos, enfermeros, per-
decir, como la emergencia de nuevos sujetos en sonal administrativo de salud, farmacéuticos y
el campo político en un contexto de polariza- otros sectores vinculados con la práctica médi-

1. @evoespueblo. Tweet del 8 de enero de 2018.


2. Los profesionales médicos iniciaron su movilización en noviembre de 2017, rechazando el artículo 205 del Nuevo Código Penal, que penaliza
la mala práctica profesional, y los decretos 301 y 309, relacionados a la creación de una autoridad de fiscalización del sistema nacional de salud
y la libre afiliación al seguro social.

26
ca, tanto del sector público como del sector pri- pena económica y la suspensión de la licencia
vado3. A pesar de que el gobierno y los colegios por homicidio culposo en contra de los conduc-
médicos intentaron negociar los alcances de tores que protagonizan accidentes. Asimismo,
dicha disposición legal, el proyecto de Código los comités cívicos de Cochabamba, Santa
Penal fue aprobado el 13 de diciembre de 2017. Cruz, Chuquisaca y Potosí se sumaron al pedido
de abrogación del Código Penal y coordinaron
A principios de enero de 2018, el presidente
acciones con los dirigentes de los médicos.
Morales decidió solicitar a la Asamblea Legisla-
tiva Plurinacional la derogatoria de los artículos Ha sorprendido la capacidad del sector de profe-
conflictivos del Código del Sistema Penal; no sionales médicos de sostener una movilización
obstante, las movilizaciones no solo continua- combativa a lo largo de varios meses, con blo-
ron, se extendieron y radicalizaron con el apoyo queos y manifestaciones diarias, pero también
de organizaciones como la Central Obrera Bo- ha sido decisiva la inteligencia política y estra-
liviana, las universidades públicas, los trans- tégica empleada para agregar a otros colectivos
portistas y las asociaciones de gremiales. Asi- a la defensa de sus intereses sectoriales (Comi-
mismo, numerosos sectores de clases medias tés cívicos, colegios profesionales, transportis-
urbanos no sindicalizados, por iniciativa propia tas, gremiales, universidades y colectivos ciuda-
se unieron a las marchas y bloqueos. danos, sindicatos obreros, entre otros).
Los empresarios4, los transportistas, la COB, los Ante la creciente presión de este conglomerado
maestros y los fabriles se manifestaron en con- de fuerzas opuestas al gobierno, el presidente
tra de otros artículos del código, fortaleciendo Morales anunció el 20 de enero de 2018 que
así la demanda de los médicos. Guido Mitma, enviaría una carta a la Asamblea Legislativa
principal dirigente de la COB, aseveró que su Plurinacional para abrogar el Código Penal,
rechazo tuvo dos razones fundamentales: el có- reconociendo de esta manera una derrota polí-
digo penaliza el derecho a la protesta y permite tica. ¿Cómo puede explicarse la derrota de las
que cualquier persona que lance críticas al Go- fuerzas oficialistas que desde el 2007 ocupan un
bierno pueda ser perseguida y encarcelada. Casi lugar hegemónico en el campo político?
al final del año, la COB decidió intervenir en el
Este escenario se explicaría no solo por una
conflicto para demandar la abrogación del Có-
inventiva y sostenida campaña de activismo y
digo del Sistema Penal; una reunión ampliada
comunicación, sino por la alta agregación de
en Cochabamba resolvió “adoptar la gran mo-
demandas y la construcción de un adversario
vilización popular en defensa de todas nuestras
común, el gobierno. En efecto, los médicos y
cajas de salud y seguridad social” (El Deber, 28
su entorno próximo lograron que sus intereses
de diciembre de 2017).
particulares fueran percibidos como intereses de
Otro sector que adoptó medidas de presión fue toda la población o, por lo menos, del conjunto
el de los transportistas, sobre todo los podero- de las clases medias urbanas por medio de una
sos gremios del transporte interdepartamental e plataforma de defensa de la institucionalidad
internacional, quienes cuestionaron el artículo democrática y cuyo eje es la defensa del 21 F.
137 del código que establece sanción con cárcel, Es decir, varios conflictos (que ciertamente res-

3. “Si bien nos movilizamos porque, además del esfuerzo que tenemos que hacer para cumplir nuestra labor, ahora el Gobierno quiere imponer
normas que criminalizan nuestro trabajo, queremos mejores hospitales, equipamiento y medicamentos suficientes para dar una atención de
calidad al paciente. Porque cansa, es frustrante trabajar en las condiciones que trabajamos y los pacientes lo saben, por eso hoy nos apoyan”,
Raquel Caero, médico siquiatra. https://eju.tv/2018/01/el-movimiento-medico-una-explosion-de-la-clase-media-boliviana/. Consultado el 19
de julio de 2018.
4. Para los empresarios, el artículo 65 penaliza a las personas jurídicas privadas, específicamente a representantes, individuales o colectivos, autori-
zados para tomar decisiones y a los que constituyen empresas mixtas, cuando los hechos punibles fueron cometidos en su beneficio o interés; se
dediquen a la comisión de infracciones penales o cuando esa empresa haya sido utilizada como instrumento para cometer infracciones penales.

27
(...) estas carencias han revelado de interpelar a estos grupos: las autonomías re-
lativas de las instituciones, los derechos labora-
que las clases medias no se les, los seguros sociales, el empleo, la libertad
sienten representadas por los de pensamiento, la ciudadanía plena.
partidos políticos que actúan en
Crisis de representación política
las instancias parlamentarias
nacionales, departamentales o El contexto de las movilizaciones está influido
por una crisis de representación en la Asamblea
municipales. Legislativa Plurinacional, instancia que discute
y aprueba el nuevo Código Penal sin considerar
argumentos e intereses de varios sectores de cla-
ponden a diferentes causas y que involucran a ses medias, particularmente de los médicos y su
diversos actores) han sido percibidos por estos entorno social próximo. Ni el partido oficialista
actores como tantos otros episodios de la estra- ni los partidos de oposición actuaron como me-
tegia de reelección del Mandatario. Todos los diadores de esos intereses y, por tanto, los mé-
“ruidos” de la sociedad se han relacionado con dicos se vieron forzados a generar acciones de
ese acontecimiento y han provocado un efecto autorrepresentación en otros espacios políticos:
de condensación y radicalidad. Lo mismo ha las calles. Ahora bien, estas carencias han reve-
sucedido con las pasadas elecciones judiciales, lado que las clases medias no se sienten repre-
cuyos resultados fueron poderosamente influi- sentadas por los partidos políticos que actúan en
dos por la resolución del TCP. En realidad, es las instancias parlamentarias nacionales, depar-
discutible que cierta ideología corresponda a las tamentales o municipales.
clases medias, pero ellas pueden realizar una ar-
ticulación discursiva, no importa si esta es pre- Polarización y condensación del
caria, con demandas que forman parte de otras conflicto
ideologías en torno a un significante central.
Es verdad que algunos activistas opositores se Otro hecho que interviene en la coyuntura, pro-
han movilizado bajo significantes de corte con- bablemente el más importante, ha sido el fallo
servador e incluso racista. Sin embargo, esa in- del Tribunal Constitucional Plurinacional que
terpelación ha sido residual en comparación con habilita la repostulación del presidente Evo Mo-
otra, mucho más eficiente y con mayor capaci- rales, que generó un rechazo entre amplios sec-
dad de agregación: la defensa de la instituciona- tores de la población urbana y que se tradujo en
lidad democrática, desconocida por el fallo del la demanda de “defensa del 21 F”, aludiendo al
TCP, en contravención con la CPE. De hecho, la resultado del referéndum del 21 de febrero de
constitución de sujetos políticos no está a priori 2016. Estos sucesos constituyeron un “contex-
determinada por una posición económica, el ca- to facilitador” o una “estructura de oportunida-
pital cultural o por los orígenes de una clase so- des”5 que favoreció las acciones de los sectores
cial; este proceso responde a procesos de inter- afectados en sus intereses por el Código Penal y
pelación discursiva que preceden y acompañan de aquellos ciudadanos que asumieron el fallo
la acción colectiva. No hay sujeto sin discurso del TCP como un “golpe contra el estado de de-
y viceversa. A este significante se insertan otros recho”. A la inversa, la disolución de la primera
tópicos políticos complementarios susceptibles tensión por efecto de la abrogación del Código

5. Sídney Tarrow define la estructura de oportunidades políticas como “las dimensiones del entorno político que incentivan a la gente para llevar
a cabo acciones colectivas afectando a sus expectativas de éxito o fracaso”. Sidney Tarrow (1994), Power in movement, Social Movements,
Collective action and mass politics in the modern state, Cambridge, Cambridge University Press, p. 85.

28
del Sistema Penal disolvió también el potencial Repertorios de acción
explosivo del contexto e inhibió el desarrollo de
la segunda contradicción. Otra de las características de esta movilización
ha sido la estructuración de los llamados “co-
Otro de los rasgos dominantes del conflicto so-
lectivos ciudadanos” o “colectivos de resisten-
cial en el país es el recurso ab initio de medidas
cia democrática” en las principales ciudades
de presión como marchas, bloqueos, paros, huel-
de Bolivia. En estas organizaciones participan
gas de hambre, crucifixiones y otros. La visibili- mujeres y hombres
zación del conflicto de clases medias
se produce, prime- sin vínculos orgá-
ro, por medio de un nicos con los par-
discurso agresivo y tidos de oposición
desafiante y, luego, con representación
por medio de las parlamentaria, que
medidas de presión tampoco tienen
y contra-presión que una adscripción
asumen los actores sindical. Se trata
en función de sus de organizaciones
recursos de poder. “moleculares” que
Esta estrategia per- actúan de manera
mite, ciertamente, autónoma y por ini-
posicionar de mane- ciativa propia, sin
ra rápida la demanda comando central
en la agenda política ni liderazgo nítido
y mediática. y asumen formas
inéditas, como los
La condensación de
colectivos organi-
conflictos no res-
zados por promo-
ponde necesaria-
ciones y comparsas
mente a una delibe-
(Santa Cruz) o ba-
rada sincronización rriales y profesiona-
política, que daría les (Cochabamba).
espacio a pensar en Las redes sociales
una conspiración, son su soporte orga-
sino que puede ex- nizativo y su espa-
plicarse, de acuerdo cio de deliberación
Ríos, Liliana (1989). Aguafuerte/aguatinta
a nuestra hipótesis, y comunicación.
en función a una es-
La huelga de los
trategia pragmática
médicos empleó también formas de lucha pro-
de los actores que suelen plantear sus deman- pias del movimiento campesino y obrero. Así,
das cuando el gobierno enfrenta varios conflic- el 27 de diciembre de 2017 la protesta se radi-
tos simultáneos (la idea es “pegarse” a litigios calizó con un bloqueo de 24 horas instalado en
ya existentes); se asume implícitamente que en la carretera que une Santa Cruz con Beni, con
esas condiciones la demanda tiene mayores po- dos puntos de bloqueo en Puerto Paila y Puerto
sibilidades de ser procesada de manera positiva, Ibáñez. De hecho, ese bloqueo se produjo un día
justamente, para evitar una situación de ingo- después de que los médicos en La Paz acompa-
bernabilidad o debilidad. Así, el gobierno dero- ñaran su protesta con decenas de bloqueos en la
gó el Código Penal para debilitar la demanda de ciudad capital y El Alto (La Razón digital, 27 de
respeto al 21 F. diciembre 2017).

29
Política en las redes

Siento que quienes usan las redes so-


ciales con mentiras están haciendo
perder valores a las nuevas genera-
ciones. (Evo Morales, 2017)6.

De acuerdo con una encuesta rea-


lizada en 2016, el 67,5 % de la
población boliviana accede y hace
uso de Internet; hasta septiembre
de 2017 se contaron más de seis
millones de conexiones a la Red
(Agetic, 2018). La conectividad
es un concepto que permite cono-
cer los grados y niveles de acceso
de las personas a la información y
a los conocimientos considerados
como bienes que potencian capa-
cidades y habilidades, incremen-
tan el capital social y simbólico y
transforman la vida cotidiana.

El acceso a Internet es realizado


de manera preponderante a tra-
vés del teléfono celular (95 %) y
desde las ciudades capitales (62
% de usuarios); las poblaciones
intermedias albergan solo el 21
Ríos, Liliana (1990). Litografía % de los usuarios y las poblacio-
nes rurales apenas el 17 % (Age-
tic 2018: 344). Estos datos nos permiten inferir
Aquí radicó justamente la tensión entre el go- que los usuarios del Internet son predominante-
bierno y los colectivos opositores, pues el mente de clases medias. Los internautas hacen
“control de las calles”, la presencia masiva de uso diario de la red, son hombres y mujeres en
campesinos, indígenas y obreros en las plazas y la misma proporción, su lengua materna es el
las calles, fue un elemento decisivo en la cons- español, son mayoritariamente estudiantes (33
trucción de la hegemonía del MAS. La vigorosa %), el 95 % tiene celulares y su ingreso mensual
emergencia política de grupos de clases medias oscila entre 1.400 y 35.000 Bolivianos. No obs-
puso en cuestión esa hegemonía, empleando tante, existen también diferencias importantes
para ello, y de manera efectiva, las mismas for- entre los internautas: de acuerdo al informe que
mas de luchas. Para neutralizar este ascenso po- mencionamos, la proporción de las personas
lítico y mediático, el gobierno y el MAS tuvie- que hacen mayor uso de Internet y de las redes
ron que realizar grandes concentraciones de sus sociales (los “hiperconectados” y los “geeks”)
bases sociales, el 20 y 21 de febrero de 2018, en es mayor en la clase media alta y la clase me-
varios departamentos del país. dia-media, mientras que los usos ocasionales de

6. Evo Morales. Twitter, 23 de febrero de 2017.

30
la Red son más frecuentes entre la clase media dijo Hannah Arendt, la toma de la palabra es
baja y los estratos de pobreza extrema, que re- la acción política por excelencia, pero en este
siden en zonas rurales; de hecho, una gran parte caso, las redes sociales se ajustaron muy ade-
de esta última franja no está conectada a la Red. cuadamente a los formatos abiertos, flexibles y
autónomos de las mencionadas organizaciones
El acceso a las redes sociales es la segunda ac-
y, sobre todo, de los individuos que carecen de
tividad más realizada en el Internet, después del
afiliación sindical o partidaria. La toma de la pa-
contacto con familiares y amigos y, de lejos,
labra en una sociedad democrática es la acción
mucho más importante que la búsqueda de in-
política por excelencia, es un componente es-
formación, actividades económicas u otras. Los
tratégico de los procesos políticos, pero además
bolivianos utilizan sobre todo el Facebook y el
tiene efectos sociales dado que cohesiona a un
Whatsapp, el Twitter es empleado solo por el
grupo y lo diferencia de otros.
17 % de los internautas.
Los mensajes escritos en Twitter y Facebook o
Las redes sociales se han convertido en un cam-
en el WhatsApp pueden ser insultantes, irónicos,
po y un objeto de las luchas políticas. El inter-
argumentativos, divertidos o denigrantes, pero
net y sobre todo las redes sociales han trans-
siempre están cargados de una gran emotividad
formado radicalmente las prácticas políticas y
que compromete políticamente a los participan-
han generado un espacio inédito y flexible de
tes y genera cadenas de contigüidad y empatía.
comunicación e información que se diferencia
Las redes se han convertido en una arena es-
del sistema político institucional por su carácter
tratégica de las luchas políticas, pero su mayor
descentralizado y no-jerárquico. Las redes co-
impacto es la transformación de las relaciones
nectan a las personas entre sí, facilitan nuevos
entre los ciudadanos y los poderes públicos,
contactos y acciones generadas por otros grupos
prescindiendo de las tradicionales mediaciones
e individuos de manera independiente, es decir,
partidarias, sindicales y gremiales. Los propios
sin intermediación de partidos políticos y orga-
medios de comunicación han visto erosionadas
nizaciones sociales, y sin preocuparse por desa-
sus capacidades de influir en la construcción
rrollar una política hegemónica (Arditi, 2010)7.
de la opinión política ante la expansión de las
Sin embargo, el Internet no solo es un medio redes sociales. Este es uno de los recursos de
de comunicación política, complementaria a la poder más importante de los sectores sociales
acción partidaria (para ampliar sus contactos, implicados en el conflicto: su proximidad con
transmitir sus programas, crear grupos de discu- la información, el conocimiento y el juego de
sión, etc.), es también un campo “real” de la po- ideas, en suma, sus capacidades para actuar
lítica desde el cual se producen acontecimientos como emisores ideológicos8.
políticos y se modifican efectivamente las opi-
La actuación en las redes de personas que for-
niones electorales y las relaciones de poder.
man parte de las clases medias prescinde de la
Las personas y los grupos implicados en las intermediación partidaria y expresa la enorme
movilizaciones, así como las instituciones y or- desconfianza que tiene la gente en los actuales
ganizaciones oficialistas, emplearon de manera partidos políticos de oposición; las redes per-
sostenida e intensa las redes sociales para po- miten un acceso individual y directo al espacio
sicionarse en ese escenario. Como alguna vez público. De hecho, esta forma de participación

7. “Se trata de una forma de acción política post-hegemónica, o al menos de un modo de participación que no encaja estrictamente dentro de la
lógica de la hegemonía”. Arditi, Benjamin (2010). “Post-hegemonía: la política fuera del paradigma post-marxista habitual”. En Cairo Heriberto y
Franzé Xavier. Política y cultura, Madrid, Biblioteca Nueva, p. 153-159.
8. La influencia del movimiento universitario –formado por clases medias urbanas– en las luchas políticas bolivianas está vinculada con su proxi-
midad con instituciones y redes donde se producían y circulaban ideas políticas de avanzada, el marxismo básicamente. La idea de las clases
medias como emisores ideológicos está ya planteada en las primeras obras de René Zavaleta.

31
política ha vuelto anacrónica la idea tradicional Detrás del término “clase media”
del militante que actúa siempre al interior de un
espacio partidario y que cede su libertad y su
se oculta una constelación de
opinión personal a la línea política del partido. segmentos que no pueden ser
La estructura rizomática de las redes, sin cen-
definidos de manera exhaustiva
tros ni jerarquías, facilita los nuevos formatos
de participación que no deben ser asumidos por medio de indicadores
como indicadores de apatía o indiferencia po- económicos, el ingreso sobre
lítica, son al contrario nuevos modos de actuar
políticamente; las opiniones o posiciones adop- todo.
tadas, de crítica o apoyo a las actuaciones de
los gobiernos, comprometen públicamente a las
personas y conducen a la toma de posiciones en
conflictos que hemos analizado. Esta pérdida de
el campo político. Está claro que “los partidos
control ha preocupado al partido oficialista que
políticos y los medios de comunicación han de-
ha respondido a este desafío creando la Direc-
jado de tener el monopolio de la discusión pú-
blica” (Hopenhayn, 2010)9. ción General de Redes Sociales y creando un
“ejército” de activistas digitales con el propósi-
Las redes constituyen un territorio político muy to de controlar las redes. Las distintas unidades
diferente del espacio público moderno que se estatales han abierto cuentas y los funcionarios
caracterizó –al menos como un ideal– por el públicos han sido coaccionados a participar en
intercambio argumentado de opiniones e ideas las polémicas de Facebook y Twitter, sobre todo
con el propósito de generar consensos a través en los momentos electorales; el propio presi-
de la deliberación. En las redes predomina más dente ha inaugurado una cuenta en Twitter, cu-
bien la exposición de opiniones sobre asuntos yos seguidores se incrementan en medio millar
públicos, sin pretender dialogar con opiniones cada día.
contrarias; aunque existen las polémicas, su
efecto más importante es expandir grupos de En suma, los flujos virtuales constituyen un sím-
afinidad política y “viralizar” mensajes que tie- bolo cada vez más poderoso de formar parte del
nen una fuerte carga emocional. Ciertamente, mundo y estar con otros (Hopenhayn, 2005). En
en las redes también circulan, profusamente, las esto concurren tanto la clase media consolida-
falsas noticias, los spams, las cuentas falsas, los da como los sectores medios emergentes, sobre
trolls y la guerra sucia. Asimismo, no hay que todo entre los jóvenes.
olvidar que los expertos pueden inducir la “vi-
ralización” de ciertos mensajes que inducen una La (imposible) caracterización
toma de posición de los ciudadanos10. sociológica de las clases medias
Durante el referéndum constitucional de 2016 y
en las elecciones judiciales de 2017 se puso en En Bolivia se han elaborado trabajos sociológi-
evidencia la eficacia de las redes en la decisión cos notables sobre el movimiento obrero y so-
del voto en contra del gobierno (Agetic, 2018); bre los movimientos indígenas/campesinos; en
a pesar del control del gobierno sobre los me- cambio, la atención de los investigadores sobre
dios de comunicación, las redes posicionaron las escurridizas clases medias ha sido secunda-
masivamente mensajes de crítica y de oposi- ria y casi marginal. Los sociólogos marxistas
ción al gobierno. Lo mismo sucedió durante los caracterizaron a las clases medias a partir de

9. No obstante, existen fuertes conexiones con los partidos: por una parte, los partidos se apropian de las opiniones y propuestas que circulan en
las redes, por otra, los internautas discuten sobre las agendas y acciones propuestas por los partidos.
10. El Brexit, la elección de Trump, el conflicto catalán.

32
su relación con la propiedad de los
medios de producción (que consa-
gra la etiqueta de la “pequeña bur-
guesía”), pero también con el tipo
de actividad laboral (intelectual/
manual, asalariado/trabajador por
cuenta propia). Estos criterios sir-
vieron como argumento para sen-
tenciar que carecen de un proyecto
histórico propio y, por ende, tienen
un habitus político ambivalente.

La izquierda marxista siempre tuvo


una visión desdeñosa y estereotipa-
da sobre las clases medias a las cua-
les estigmatizó permanentemente
como racistas, derechistas, “media-
clase”, conservadoras. Álvaro Gar-
cía Linera publicó recientemente
un artículo cuya idea rectora es la
“asonada de una clase media en de-
cadencia”, refiriéndose a las movili-
zaciones contra el Código Penal11.
A la inversa, algunos intelectuales
y políticos opositores han descifra-
do en ella un pensamiento crítico,
valores democráticos, apego a las
normas, capacidades de emprendi-
miento, adscripción y defensa del
estado de derecho, entre otros. Pero
ellas no son un personaje social o un
sujeto político homogéneo, preten- Ríos, Liliana (1987). Rapiña, aguafuerte/aguatinta
didamente “conservador” o “revo-
lucionario”, según el caso. Esos son estereotipos
que impiden comprender sus acciones y repre- ten un rango de ingresos y la residencia urbana,
sentaciones de manera más objetiva. Detrás del cada segmento de la clase media tiene un estilo
término “clase media” se oculta una constela- de vida y un status o capital simbólico diferente,
ción de segmentos que no pueden ser definidos obviamente en Bolivia el prestigio está fuerte-
de manera exhaustiva por medio de indicadores mente vinculado con el “capital étnico”.
económicos, el ingreso sobre todo. Una lectura Empleados del Estado, técnicos, profesores,
sociológica más fina demanda la consideración comerciantes, pequeños empresarios, profesio-
de otros referentes como la educación, el capi- nales liberales, empleados del sector privado,
tal social, la identificación étnica, la religión, la transportistas, entre otros; estos sectores están
residencia, las actitudes respecto al consumo, en marcados por distintas trayectorias de vida, tie-
fin, las adscripciones políticas. Aunque compar- nen opiniones políticas diferentes y pertenecen

11. García Linera, Álvaro (17/01/2018). “Asonada de la clase media decadente”. Animal Político. La Paz: La Razón.

33
a distintas redes asociativas. Estas diferencias - Es predominantemente urbana, pero los sec-
son cada vez más importantes y prueban que tores emergentes o populares se asientan en
los clivajes sociales se han multiplicado y que las áreas metropolitanas o en las ciudades
vivimos en una sociedad cada vez más comple- intermedias; en cambio, los segmentos más
ja. Gran parte de esos tres millones de personas antiguos residen en áreas residenciales pres-
aludidos en el discurso del presidente Morales tigiosas (Zona Sur en La Paz, Zona Norte en
son de origen campesino y migraron a las áreas Cochabamba).
metropolitanas en la última década, votaron - Tiene una importante presencia indígena, so-
probablemente por el MAS en 2005 y 2009, bre todo en los departamentos de occidente;
pero ahora, y de manera legítima, quieren ser pero ser indígena en la ciudad implica una
empresarios o comerciantes, y sus hijos aspiran transacción de estilos de vida: se interiorizan
a tener títulos universitarios12. otros valores y estilos de vida, aunque se pre-
serva la identidad. De acuerdo a Esther del
Las aporías de la versión marxista de las cla-
Campo, en los últimos años se habría pro-
ses medias han dado lugar a una caracterización
ducido un proceso de “auto-identificación de
más pragmática basada en la construcción de
sectores populares como clase media” que
estratos socioeconómicos que se diferencian
se expresaría “en la imitación de prácticas
en términos de ingresos altos, medios y bajos de consumo de las clases medias tradiciona-
y, como lo hace notar Amaru Villanueva, esta les que producen una transformación de las
categoría es tan flexible que incluiría a todos identidades indígenas”15.
los trabajadores formales así como a un buen
- Sus niveles educativos son crecientes, ha acce-
número de los llamados informales:
dido masivamente a la educación secundaria,
Taxistas, empleadas, arquitectos, albañiles, reven- técnica y superior; la educación es una de sus
dedores, abogadas, curanderos. Bajo esta óptica estrategias privilegiadas de movilidad social.
más de la mitad del país pertenece a esta “clase - Se ha insertado en el mundo del trabajo, sobre
media”, sin decirnos absolutamente nada acer-
todo como trabajadores por cuenta propia.
ca de las sensibilidades o intereses compartidos
de este vasto segmento, es muy ambigua porque - Está informada, viaja con frecuencia, migra
abarca desde personas que siendo asalariados y tiene acceso a TIC. Está conectada perma-
también pueden tener propiedades inmuebles, un nentemente todo el tiempo, participa inten-
automóvil, una propiedad agraria u otro tipo de samente en las redes sociales. Es una clase
bienes que lo jerarquizan socialmente, como una “globalizada”.
profesión, una profusa red social de apoyos mate- - Sus capacidades de consumo se han incre-
riales, y en el caso de Bolivia, de apellidos y color mentado y están influidas por patrones de
de piel que le otorgan un plus social sobre el resto consumo de los países vecinos, pero también
de las clases subalternas (el capital étnico)13. de Europa y Estados Unidos.
Aunque la delimitación sociológica de las cla- - Los jóvenes constituyen la franja etaria más
ses medias es una empresa que siempre corre importante.
el riesgo de fracasar, dada su heterogeneidad, - El estilo de vida y el prestigio (basado en los
sí es posible dibujar algunos perfiles culturales, niveles educativos y el “capital étnico”) dis-
económicos y sociales de este conglomerado14: tinguen a sus distintas fracciones.

12. De hecho, una de las estrategias de movilidad social más importante en Bolivia es la educación superior que permite incrementar el capital
simbólico de los jóvenes por la vía de la adquisición de títulos profesionales, es decir por la acumulación de prestigio.
13. Villanueva, Amaru. “Clases medias en disputa”. En: https://oxigeno.bo/opinion/27034. Consultado el 22 de julio de 2018.
14. Para elaborar estos perfiles me apoyo en el estudio En busca de oportunidades: Clases medias y movilidad social, elaborado en 2011 por María
del Carmen Choque, Carlos Foronda, Ricardo Nogales, Ernesto Yañez y Gilmar Zambrana. PNUD-Bolivia.
15. “Lo que parece mostrarnos la experiencia boliviana es que la clase media no estaría dada necesariamente por su inserción ocupacional, y ni
siquiera por su ingreso, sino por la condición de consumidor en una sociedad donde es posible acceder a una amplia gama de bienes, que no

34
(...) el consumo integra
simbólicamente a
personas de segmentos
diferentes en una
categoría común, pero
las diversas maneras
de consumir marcan
estilos y formas de
vida, diferencian y
distinguen.
Ríos, Liliana (1986). Punta seca

Las capacidades y las actitudes respecto al con- juego estratégico de distinciones entre los grupos
sumo son cada vez más importantes para ca- sociales, tanto en términos de jerarquías como
racterizar a estos grupos sociales. Desde una horizontalmente. Las nuevas clases medias han
tradición sociológica que va desde Max Weber, entrado a ese juego y pueden hoy acceder a bie-
Georg Simmel y Thorstein Veblen hasta Pierre nes y servicios que antes eran exclusivos de las
Bourdieu y Néstor García Canclini, por citar élites o de las clases medias altas (restaurantes,
algunos nombres importantes, las clases me- tiendas de ropa, viajes al exterior, universidades
dias y en general las identidades colectivas han privadas, etc.). Ahora bien, es razonable suponer
sido estudiadas en su vinculación con los hábi- que estas transformaciones culturales inciden
tos y comportamientos de consumo material y también en los valores y actitudes políticas. Ello
simbólico. La distinción social y los estilos de no implica una homogeneización absoluta de los
vida son tan o más importantes que el nivel de patrones de consumo; todo lo contrario, se pue-
ingresos para caracterizar a estos sectores. Así, de advertir en las principales ciudades de Bolivia
la expansión de las clases medias se ha expre- una gran diversidad en el consumo, en función
sado en Bolivia no solo en el crecimiento del de variables culturales (la condición indígena,
mercado interno, los servicios y la construcción, por ejemplo), la edad y el género. El movimiento
sino también en el consumo de bienes durade- es doble, por una parte el consumo integra sim-
ros como los automóviles lujosos, televisores, bólicamente a personas de segmentos diferentes
teléfonos digitales, internet, y en el consumo de en una categoría común, pero las diversas mane-
bienes simbólicos: moda, viajes, espectáculos, ras de consumir marcan estilos y formas de vida,
actividades culturales, que se convierten en ca- diferencian y distinguen.
pitales simbólicos que marcan el ascenso social.
El argumento es que las capacidades de consumo ¿Es la clase media un sujeto político?
son decisivas para formar parte de estos segmen-
tos, lejos de ser una actividad alienante e irreflexi- La respuesta a esta pregunta es compleja. Por
va, los patrones de consumo forman parte de un una parte, dada su marcada heterogeneidad in-

son uniformes y pueden ser seleccionados de acuerdo con preferencias particulares. La aspiración de las personas es participar en ese nuevo
espacio consumidor, y ello es identificado como ser de clase media. ¿Ergo, no necesariamente existe correlación entre condiciones objetivas
y percepción subjetiva”. “Existen las clases medias indígenas? Una mirada desde Bolivia”. Esther del Campo. En: Grynspan, Rebeca; Paramio,
Ludolfo (coords.) Clases medias en sociedades desiguales. Pensamiento Iberoamericano, 2012 N° 10 p. 189-218.

35
(...) sobre las clases medias en discurso cuando asumieron la defensa del 21 F.
Las clases medias se convierten en actores polí-
Bolivia, una evidencia me parece ticos cuando desarrollan una “conciencia corpo-
irrefutable, su importancia en el rativa” y participan en el campo político como
juego político ha ido creciendo sujetos organizados, cuando hacen alianzas e
interpelan a los poderes. De hecho, en 2012 el
hasta volverse decisiva; sector de los médicos llevó a cabo un paro de
constituyen el grupo social más casi 50 días en contra de la decisión del Go-
numeroso, tienen fuerza electoral bierno de imponerles la jornada laboral de ocho
horas. Entonces también lograron el apoyo de
pero también recursos para la COB y el Ejecutivo retrocedió, proponiendo
movilizarse en las calles (...). una cumbre de salud que nunca se concretó.
Las tradiciones sociológicas estructuralistas han
terna, las clases medias no actúan como un suje- planteado que los comportamientos políticos de
to unificado por demandas e interés comunes. El las clases sociales derivan de su colocación en
sujeto político no se constituye automáticamen- la estructura económica, particularmente de sus
te por su emplazamiento en la economía, lo es relaciones respecto a la propiedad y al tipo de
cuando se organiza colectivamente y comparte trabajo. En el caso de las clases medias estas
una plataforma de demandas, cuando elabora relaciones de causa-efecto resultan en extremo
una narrativa y construye una identidad (Tou- problemáticas por las distintas “posiciones” es-
raine, 2006). De hecho, en Bolivia, esa diferen- tructurales que ocupan los distintos segmentos
ciación interna incluye las categorías de clases o capas que las conforman. De hecho, afirmo
medias emergentes o populares, vulnerables y que el comportamiento político de las clases
tradicionales, las que provienen del mercado y medias en Bolivia está marcado por la ambi-
las que viven del Estado, las informales y las valencia. En determinados contextos políti-
formales, las indígenas y las criollas y mestizas, cos puede aliarse con las élites, pero en otras
las que poseen capitales educativos y las que ca- ocasiones, cuando sus intereses y su seguridad
recen de ellos. Considerados desde el punto de están amenazados, pueden apoyar acciones de
vista sociológico, estos grupos tienen intereses sujetos obreros y campesinos.
y habitus políticos muy diferentes e incluso es-
tán confrontados entre sí, pues disputan los mis- A manera de conclusión
mos espacios sociales.
A pesar de las distintas lecturas que se han reali-
Por otra parte, la respuesta es afirmativa en la zado sobre las clases medias en Bolivia, una evi-
medida que algunos sectores de clases medias dencia me parece irrefutable, su importancia en
que tienen demandas e intereses corporativos el juego político ha ido creciendo hasta volverse
sí pueden actuar como sujetos políticos. Así, decisiva; constituyen el grupo social más nume-
a fines de los años 70, los estudiantes univer- roso, tienen fuerza electoral pero también recur-
sitarios, que en su gran mayoría provenían de sos para movilizarse en las calles; asimismo, in-
colegios particulares de las ciudades capitales, ciden de manera efectiva en la construcción de la
es decir de las clases medias, constituyeron un esfera pública por medio de las redes sociales y
movimiento democrático para recobrar la auto- los medios de comunicación. Su participación es
nomía de las universidades. Este es también el clave para la construcción de mayorías políticas.
caso de los médicos que actuaron como una cor- No hay hegemonía sin clases medias.
poración (defendieron privilegios y fueros de Las recientes movilizaciones, los resultados
su sector), pero potenciaron su movilización y de las elecciones judiciales, el rechazo a la re-

36
postulación del presidente, la
creación de colectivos ciuda-
danos formados por personas
de clases medias, son también
evidencias que muestran una
ruptura entre importantes seg-
mentos y fracciones de este
conglomerado con el partido de
gobierno, salvo que este incor-
pore sus demandas e intereses
de manera sustantiva y no me-
ramente instrumental. Una difi-
cultad para ello es que el proce-
so de movilidad ascendente de
la última década está orientado
por el mercado (sobre todo el
consumo) y tiene una marcada
impronta individualista que ha
apartado a los sectores emer-
gentes de las clases medias de
las lógicas sindicales y corpo-
rativas.
Esas movilizaciones fueron
muy eficaces entre otras razo-
nes porque prescindieron de los
partidos de oposición y actua-
ron desde colectivos ciudada-
nos formados espontáneamente
y cuyo recurso de organización
más importante fue el uso de Ríos, Liliana (1989). Simbiosis, dibujo
las redes sociales. No obstante,
se trata de una fuerza política defensiva que no
ha logrado proyectarse como alternativa de po- del medio ambiente, transparencia en la gestión
der. De hecho, tiene una mirada escéptica res- pública. No es casual que en los últimos años
pecto a los partidos políticos, tanto del oficialis- se hayan formado varios movimientos de clases
mo como de la oposición. medias urbanas en las principales ciudades, en
torno a esos problemas.
Asimismo, se constata que el mapa sociológico
de las clases medias en Bolivia es muy comple- Las clases medias no constituyen un personaje
jo, faltan estudios concretos que incluyan ade- social que actúa de manera inequívoca (no es a
más de los ingresos otras dimensiones y varia- priori conservadora o progresista) en el campo
bles en su caracterización, sobre todo aquellas político pues presenta una gran diversidad de
vinculadas con el mercado, el consumo y pres- grupos, facciones o categorías; su actuación po-
tigio. Los niveles educativos de estos colectivos lítica es ambivalente y depende siempre de los
son crecientes y sus expectativas son ambicio- contextos y de las relaciones con otros actores.
sas, la calidad de vida es una de sus principales
demandas y ello incluye el acceso a servicios de Las redes sociales están transformando de ma-
salud y educación de calidad, seguridad ciuda- nera radical las formas de hacer política en Bo-
dana, ejercicio pleno de derechos, preservación livia y el mundo.

37
Foronda Calle, Miguel (2013). Al aire

Bibliografía

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bre - Octubre 2011. Revista Nueva Sociedad.

38
Efectos del proceso de cambio
y la llamada “clase media”
por Valeria Silva Guzmán*

Introducción media”, lo cual es una preocupación digna de


ser trabajada de manera específica; el análisis y
En los últimos meses en Sudamérica, se ha po- las conclusiones a las que se pretende llegar, se
pularizado mucho la idea de las “clases medias” basan en la evidencia objetiva respecto a los in-
a la hora de hacer balances políticos, sobre todo gresos de la población en Bolivia.
en torno a los últimos resultados electorales de
la región, los cuales no suelen ser favorables a El nuevo discurso presidencial
los denominados procesos de cambio. Lo an-
terior resulta para algunos una consecuencia Cada 21 de enero, desde hace once años, el pre-
ingrata porque, según las estadísticas más re- sidente Morales presenta formalmente su in-
cientes, son los sectores de ingresos medios los forme de gestión ante la Asamblea Legislativa
mayoritarios de la población, ergo son los que Plurinacional; sin embargo, esto es más que un
definen los resultados de los comicios electora- informe de gestión, es un discurso político que
les. Esta ingratitud es en sí porque son los go- plantea la línea de trabajo para la nueva gestión,
biernos progresistas los que modificaron la es- a partir de los antecedentes de la que precedió.
tructura social, sacando a millones de la pobreza Así, por ejemplo, en 2006 se anunció la instau-
para insertarlos en un nivel económico más ración de la Asamblea Constituyente y se plan-
alto; es decir, hoy el sándwich tiene más jamón teó la necesidad de sentar soberanía sobre los
y queso que miga de pan. A priori, el reclamo recursos naturales; el 6 de agosto de ese año se
de ingratitud suena lógico; pero es preciso salir instaló la Constituyente (Schavelzon, 2012) y
de los lugares comunes para empezar a plantear el 1 de mayo se decretó la nacionalización de
alternativas de análisis e idealmente de gestión, los hidrocarburos. Se mencionan estos ejemplos
dejando de lado las consignas anquilosadas en por la importancia de los anuncios como por la
el pasado y asumiendo que un país, luego de una evidencia de que en aquel tiempo se marcó un
década dorada, evidentemente no es el mismo. nuevo rumbo para el país: se planteó el cam-
Se plantearán entonces tres ejes temáticos de bio. Es lógico, por tanto, que luego de sucesivas
análisis, a partir del caso boliviano. El prime- medidas a lo largo de los tres gobiernos de Evo
ro, de manera muy concisa, en torno a las evi- Morales haya llegado el cambio: Bolivia se ha
dencias estadísticas en términos de estructura refundado en términos de Contrato Social con
social. A continuación, se hará una caracteriza- la Constitución promulgada en 2009; el poder es
ción de la coyuntura política (cierre del 2017 y otro, la calle es otra, la economía es otra.
apertura del 2018) a doce años de gobierno de Como prueba de esto, es digno de estudiar el
Evo Morales. Finalmente, se revisará cómo ha discurso presidencial de enero de 2018, titu-
transcurrido el debate en torno a las “clases me- lado Hemos transformado el país. Morales
dias” a partir de intervenciones en el mundo de ha expuesto la radiografía de un país pujante,
las ideas. Es menester aclarar que este texto no campeón de la región en crecimiento económi-
pretende dar definiciones cerradas de la “clase co, pero sobre todo ha expuesto la realidad de

* Diputada de la Asamblea Legislativa Plurinacional de la bancada del MAS-IPSP. Militante de generación EVO.

39
un país muy diferente al del 2006. Por un lado, Bolivia es un país que siembra más, que produ-
se presentan cinco retos fundamentales para la ce más alimentos, que construye más, que viaja
gestión de Gobierno: 1) consolidar la industria- más, que llama más, que estudia más y que, en
lización, 2) garantizar la universalización de la general, consume, produce y gasta más. De to-
salud, 3) elevar la calidad de la educación, 4) dos estos datos, interesa particularmente señalar
generar empleo para la juventud, y 5) revolu- uno: “Nuestra sociedad ya no es una pirámide,
cionar el sistema de justicia. Por otro lado, se ahora la mayoría de la población (58%) tiene
presenta un esquema de país con un Estado que ingresos medios” (Morales, 2018), manifestó el
atiende a los nueve departamentos, esto es una presidente Morales, graficando esta afirmación
línea discursiva novedosa. Se ha informado que de la siguiente forma:

Entre 2005 y 2017 la clase media aumentó en más de 3 millones de personas

Ingresos 5% 538 mil


392 mil 4%
altos
6,5 millones
3,3 millones Ingresos
35 % medios
58 % Nuestra sociedad ya
no es un pirámide,
5,7 millones Ingresos 4,1 millones
ahora la mayoría de
61 % bajos 37 % la población (58 %)
tiene ingresos medios.
Fuente: Elaboración propia sobre informe presidencial 2018

La falacia de la ingratitud El 2017 puede calificarse como un año conflicti-


vo para la hegemonía masista, lo cual evidencia
El anterior dato es una evidencia estadística, que la buena gestión de lo público reflejada en
social y económica que comprueba el título del excelentes datos macroeconómicos no corres-
discurso, Bolivia ha sido transformada. A partir ponde a la sostenibilidad de la hegemonía po-
de esta nueva realidad se han generado muchas lítica. Las manifestaciones opositoras del 2017
interpretaciones de la correspondencia –o no– no reclamaron nunca alza de precios, inflación,
de este nuevo esquema con la opinión o posición escasez de mercancías o cuestiones que hacen a
política de esta mayoría de la población. Es más necesidades básicas insatisfechas, porque todo
atractivo el sándwich porque lleva más jamón esto no dejó de estar bajo control del Estado.
y queso: de un 35 % de población con ingresos Con doce años de gobierno, las dificultades que
medios en 2005, se ha pasado a un 58 % de esta hoy este atraviesa no tienen que ver con la efi-
porción de sociedad en 2017. Y aquí es donde la ciencia de la administración; todo indica que
ingratitud de la “clase media” denunciada por más bien tienen que ver con el sentido común
algunos sectores conservadores –resistentes a de la gente, con las conversaciones de la calle,
los cambios– del proceso de cambio se vuelve del almuerzo con los compañeros de trabajo o
en la falacia de la ingratitud. Es lógico, pues, de la tertulia familiar de fin de semana. La gen-
que si se ha cambiado la realidad material y eco- te hoy, en términos generales, no se pregunta
nómica de una gran porción de la sociedad, las cómo andan las reservas internacionales o si
aspiraciones de esta también cambien, crezcan y mañana faltará pan en la tienda de barrio, por-
definitivamente se modifiquen. Esta afirmación que sencillamente son cosas que están bajo con-
se explicará más adelante. trol y bien gestionadas; pareciera que hoy las

40
preguntas y discusiones de la gente giran
en torno a aspectos más subjetivos en lo
político –por ejemplo, historias de los me-
dios de comunicación que terminan siendo
inventadas– y vinculados al deseo, por lo
tanto, al consumo –por ejemplo, unas va-
caciones en familia o un crédito bancario
para la compra de un automóvil–.
A esto hay que sumar la importancia de la
cuestión generacional. Estar doce años en
el Gobierno significa también que quie-
nes hoy tienen 16 años crecieron bajo
una misma administración, por lo cual,
no pueden asociar con el cambio los lo-
gros del Gobierno –excepto que se trate
de gente muy distinta al común, como
alguien apasionado por la historia–, pues,
para esta generación están naturalizados
o son obligaciones que debe cumplir para
con la ciudadanía cualquier administrador
de lo público. Tomando en cuenta el bono
demográfico por el cual atraviesa el país
y la región, cabe mencionar que una par-
te importante del futuro electoral está en
manos de las nuevas generaciones. Estas
preocupaciones, entre otras, han genera- Ríos, Liliana (1989). La llorona, grabado
do un variopinto debate sobre las denominadas
“clases medias”. Amaru Villanueva, exdirector del Centro de In-
vestigaciones Sociales de la Vicepresidencia y
El debate intelectual sobre las “clases principal impulsor de lo que fue el mayor pro-
medias” yecto editorial del Gobierno –la Biblioteca del
Bicentenario de Bolivia–, publicó el 25 enero
A propósito de lo que se ha denominado aquí la de 2018 un artículo en la revista digital Oxíge-
falacia de la ingratitud –ciertos acontecimien- no sobre las “clases medias”, en el que plantea
tos racistas de conocimiento y denuncia pública; algunas hipótesis. Entre ellas se destaca la si-
además de la situación del mercado y la deman- guiente:
da interna–, se ha generado un momento crea-
tivo alrededor de las “clases medias”, que en El 2005 era posible convocar a grandes segmen-
tos de la población con consignas anti-neolibe-
términos más rigurosos vendría a ser alrededor
rales, anti-imperialistas, y anti-oligárquicas. El
de la población con ingresos medios. Artículos
país ha cambiado significativamente en térmi-
de periódico, tendencias en las redes sociales, nos simbólicos y materiales en estos 12 años.
debates de televisión, entre otras plataformas, Sean o no de clase media (o como queramos
registraron distintas intervenciones desde todos llamarlos), quienes han salido de la pobreza em-
los sitios de la política. Se revisarán entonces piezan a generar expectativas que van más allá
tres ejemplos de opinión; no es de interés de de sus necesidades básicas, o su emancipación
este texto la forma en la cual los sectores con frente al viejo sistema político y económico.
rasgos fascistas han interpretado el debate. (Villanueva, 2018)

41
estrategias económicas que despliegan, las
oportunidades laborales que se les presentan,
las maneras generales de enfrentar el porve-
nir y la forma de apreciar y valorar las cosas
del mundo son relativamente convergentes a
un espacio común, significa que pertenecen a
una misma clase social. Normalmente, todos
los seres humanos forman parte de una clase
social, sin necesidad de saberlo ni de intere-
sarse por ello. Pero cuando esta similitud de
condiciones económicas, culturales y simbóli-
cas son asumidas como una identidad con ca-
pacidad de representación, de organización o
de convocatoria, estamos ante una clase social
movilizada. Es el caso de lo que denominamos
la “clase obrera” o “clase campesina” en torno
a sus federaciones y sindicatos. O los empre-
sarios en torno a sus cámaras, asociaciones o
partidos que logran articular un interés clasis-
tamente diferenciado. (García, 2018)
Continúa aseverando que la “clase me-
dia”, entonces, se sitúa al medio de las dos
clases ya mencionadas y, según el autor,
la forma más común de clasificarla es por
Ríos, Liliana (1986). Aguafuerte sus ingresos monetarios y su capacidad
de consumo; dice además que su fuer-
Por su parte, Marcelo Arequipa, analista po- za clasificatoria es inversamente proporcional
lítico y profesor universitario, el 21 de enero a las autoclasificaciones que las propias clases
tuitteó –probablemente durante el discurso del subalternas hacen de sí mismas. A esto adhiere
presidente Evo Morales– que: la segmentación y diferenciación al interior de
esta clase a partir del capital simbólico de cada
La clase media no debe medirse en función de conjunto de personas –propiedades, familias,
sus ingresos, debe medirse en función de sus as- apellidos, títulos, etc.–. De aquella segmenta-
piraciones. Estas aspiraciones en Bolivia me ani-
ción, infiere García Linera, se pueden distinguir
mo a decir que son: Justicia, Salud, y Educación.
fácilmente por un lado a la clase media tradicio-
(Arequipa, 2018)
nal y decadente y, por el otro, a la nueva clase
Ambas intervenciones siguieron a un extenso media ascendente. La primera, básicamente, al
artículo de opinión escrito por Álvaro García sentirse desplazada o invadida –y despojada de
Linera, vicepresidente de Bolivia, en el suple- su tradicional hegemonía–, instala la racializa-
mento de análisis político del periódico más im- ción del discurso político y, en consecuencia,
portante de circulación nacional. Empieza Gar- toma posiciones conservadoras que terminan
cía Linera definiendo una clase social: oponiéndose y renegando de la otra clase media.

Una clase social es un conjunto grande de per-


sonas que estadísticamente tiene acceso a con-
Conclusiones preliminares
diciones de vida más o menos parecidas, por
ejemplo, ingresos económicos, propiedades, titu- Luego de revisar someramente estas tres líneas
laciones, prestigios o vínculos sociales. Si bien de opinión –representativas–, es posible decir
cada persona es un universo diferente a otra en que hay un denominador común en la opinión
su trayectoria de vida; sin embargo, cuando las que hace a este debate: que Bolivia hoy es un

42
país mayormente “clasemediero”, que se ha pa- Bolivia hoy es un país
sado de una estructura social piramidal a una
pentagonal, que existen nuevas necesidades y mayormente “clasemediero”, que
nuevas demandas por parte de la ciudadanía y se ha pasado de una estructura
que, finalmente, este es un momento novedoso
que exige nuevas formas de pensar el país. A
social piramidal a una
esto es posible agregar tres elementos comple- pentagonal, que existen nuevas
mentarios que no son necesariamente acepta-
necesidades y nuevas demandas
dos en el debate: primero, que el futuro electo-
ral del país está en manos de la “clase media”, por parte de la ciudadanía y que,
por tanto, poco útil resulta el reclamo de la in- finalmente, este es un momento
gratitud. Segundo, que junto con la estructura
económica y social se modifican las demandas novedoso que exige nuevas
y las aspiraciones, por tanto, es imprescindi- formas de pensar el país.
ble que se modifiquen también las formas de
comunicación para con la ciudadanía; esto es-
pecíficamente hace referencia a la estética, al
lenguaje y a la consigna. Finalmente, que estas –jóvenes– determinando el sentido común de la
operaciones no se deben dirigir a la clase media sociedad.
en el sentido más tradicional de la idea, sino
El discurso del presidente Morales del 21 de
que se debe asumir que la clase media hoy más
enero parece expresar una lectura renovadora
que nunca se encuentra en barrios populares y
y actualizada de la realidad de Bolivia, podría
en villas y no solo en los territorios tradicional-
decirse que es el cambio del cambio. Es, final-
mente “cómodos”.
mente, el proyecto del MAS el que ha transfor-
Sin ánimos de especular, es muy probable que mado el país y le ha permitido a las clases me-
buena parte del 58 % de la población boliviana dias realizar sueños y soñar con aún más. No
con ingresos medios ya haya votado por el MAS es poca cosa que el presidente haya anunciado
en comicios electorales, lo que quiere decir que que la agenda 2025 será actualizada recogiendo
han creído en la propuesta de cambiar las cosas, las aspiraciones de la “nueva clase media y de
ergo, de mejorar el país. Las cosas han cambia- la juventud”, pues otro dato no menor es que la
do y las estadísticas demuestran que el país ha edad promedio en Bolivia hoy es de 27 años.
mejorado. Ahora, al Gobierno y al proyecto po- Esto es, probablemente, el preludio de un viraje
lítico masista le corresponde hacer una lectura necesario en la política del MAS que, sumado a
correcta de esta nueva realidad: la gente tiene la inspiración en las luchas sociales del pasado,
nuevas aspiraciones, de hecho, hay gente nueva puede convertirse en avión electoral.

Bibliografía

Arequipa, Marcelo. Twit del 21 de enero de 2018.


García, Álvaro (2018). “Asonada de la clase media decadente” en Periódico La Razón, suplemento
Animal Político del 17/01/2018. La Paz (también disponible en: http://www.la-razon.com/suplementos/
animal_politico/Asonada-clase-media-decadente_0_2858114190.html ).
Morales, Evo (2018). Discurso Presidencial del 21 de enero de 2018, en ocasión del Día del Estado
Plurinacional de Bolivia. Ministerio de Comunicación. La Paz.
Schavelzon, Salvador (2012). El nacimiento del Estado Plurinacional de Bolivia. Etnografías de una
Asamblea Constituyente. La Paz: Plural.
Villanueva, Amaru (2018). “Clases medias en disputa” en Revista Digital Oxígeno. https://oxigeno.bo/
opinion/27034 (visitado el 26/03/2018).

43
Foronda Calle, Miguel (2018). A otros tiempos

44
Breve sociología de la clase media boliviana
por Fernando Molina*

En el debate intelectual boliviano actual sobre los que se dedican a las actividades de adminis-
las clases medias se ha insistido mucho en que tración de la economía y de los servicios esta-
“clase media” es un concepto elusivo e impre- tales (burocracia), o a las actividades creativas.
ciso. Puede decirse lo mismo de buena parte de Esta definición, la más influyente del siglo XX,
los que se usan en las ciencias sociales, muchos recoge algunas importantes notas distintivas del
de los cuales tienen una naturaleza metafórica grupo social que estamos analizando, esto es: a)
(por ejemplo, “capital” en un sentido posmar- se trata de una clase propietaria, que tiene un gran
xista) o relativa –deíctica– como “izquierda” apego por su propiedad, ya que vive de la explo-
y “derecha”, o este del que estamos hablando: tación de la misma, y b) una importante fracción
“clase media”. En principio, “clase media” solo de ella se dedica al trabajo intelectual, cuya im-
significa un grupo social que se encuentra en- portancia ha crecido mucho con la economía mo-
tre otros dos, uno arriba y otro abajo suyo. Por derna, siendo hoy imprescindible en el mejora-
eso, antes de la Revolución Francesa se llamaba miento continuo de los procesos productivos, la
“clase media” a la burguesía, que estaba debajo administración de las empresas, el cumplimien-
de los nobles y encima de los campesinos. Un to de las tareas de auxilio a la producción; en la
relato del siglo XVIII sobre los gremios lo seña- organización de mecanismos de recaudación,
la así: “El orgullo de la llamada burguesía se de- distribución, logística, cooperación, autogobier-
jaba sentir justamente entre los miembros, tanto no, control, protección y reproducción cultural
jóvenes como viejos, de lo que podría llamar- y educativa, integrados todos ellos en el Estado
se clase media de los ciudadanos…” (Kuehn, moderno; y en la creación y el funcionamiento de
2003: 61). Luego, cuando la burguesía se hu- una muy extendida, rentable y dinámica industria
biera convertido en la clase dominante, la “clase cultural y del entretenimiento.
media” se ubicaría debajo de ella y al mismo
El amor a la propiedad que los marxistas encon-
tiempo por encima de otras clases más pobres
traron en la pequeña burguesía los llevó a des-
que ella o con modos más crudos y pesados de confiar de ella: supusieron que tendería a mime-
ganarse la vida. Como el marxismo define las tizarse con la burguesía por miedo a perder en
clases por su apropiación de los medios de pro- el socialismo su estatus social (diremos qué tipo
ducción o de la fuerza de trabajo, denomina a de estatus más adelante). Un ejemplo de este
este segmento intermedio de la sociedad moder- razonamiento lo encontramos entre nosotros en
na “pequeña burguesía” y agrupa en él a la gente Guillermo Lora, que pocos años después de la
que tiene una pequeña propiedad. A veces pue- Revolución Nacional de 1952 señalaba que:
de ser una propiedad material, un medio de pro-
ducción, como una pequeña empresa o un terre- (…) la reforma agraria [realizada por dicha Re-
volución] ha tenido como finalidad convertir a la
no labrantío o una cantidad de ganado; a veces,
masa campesina en prósperos pequeños propieta-
en cambio, una propiedad inmaterial, un medio rios para que actuasen como contrapeso del pro-
de producción intangible, como un stock de co- letariado (“Qué es y qué quiere el POR”, citado
nocimiento, habilidad o talento. Para el marxis- en El asalto porista. El trotskismo y el despotis-
mo son “pequeños burgueses” los productores y mo de las aclamaciones en los sindicatos mine-
operadores de conocimientos y bienes estéticos, ros de Bolivia. Zavaleta, 2011: 47).

* Ensayista e investigador social. Autor de numerosos libros sobre historia intelectual, historia contemporánea y sociología boliviana, el último de
los cuales es Idea aristocrática e idea liberal. Un estudio sobre la élite política boliviana del siglo XIX, La Paz, Libros Nómadas, 2017.

45
A lo que René Zava- rencia de fuertes in-
leta tuvo que replicar: tereses diferenciales
Sugiere esta tonte- propios; en todo
ría que había que caso, esta caracterís-
mantener el pon- tica le permite repre-
gueaje en el campo sentar a otras clases
para que los cam- sociales. No sola-
pesinos “no actúen mente a las superio-
como contrapeso res, aunque esto sea
del proletariado”,
lo más común (el
esto es, solo para
arribismo social),
que se cumpla un
esquema (Zavaleta, sino también a otras
2011: 47). de menores ingresos
y cultura pero que
Sin embargo, el mis- por razones ideoló-
mo Zavaleta, al con- gicas puede llegar a
vertirse en marxista considerar “nobles”,
una década después,
como los campesi-
descalificaría de for-
nos y los obreros.
ma similar a la usa-
Zavaleta observaba
da por Lora a otro
sector de la clase que durante la Revo-
media, el de los pro- lución Nacional los
fesionales y políticos partidos marxistas
profesionales que en estaban principal-
los años 50 se habían mente conformados
hecho de la dirección Foronda Calle, Miguel (2016). Umbrales por intelectuales y
del proceso revolu- eran, por tanto, par-
cionario y, por su “indecisión”, incumplieron tidos de clase media (“Ambivalencia de la cla-
tareas tales como la liberación del país del im- se media”, en Zavaleta, 2011: 54). El método
perialismo, frustrando a la población y creando “vanguardista” de organización del movimiento
las condiciones de una posterior restauración revolucionario, o método bolchevique, requirió
“rosquera”. Para Zavaleta, esta fracción de la en todas partes esta identificación de los intelec-
clase media presentaba una tendencia a recrear tuales con el proletariado.
en el poder a una oligarquía insensible frente a
Otras perspectivas teóricas, como la sociología
las necesidades nacionales y, por tanto, incapaz
weberiana, sugieren que el entrenamiento que
de cumplir la misión históricamente asignada a
recibe una buena parte de la clase media para
la burguesía, clase que no existía en el país. Por
esta razón terminó fundiéndose con otro sector cumplir funciones en las instituciones estatales
de clase media, el de los jóvenes “rosqueros” le da a esta un sentido de propósito y superiori-
que se habían identificado con las clases terrate- dad que asegura su diferenciación de las clases
niente y minera que habían caído con la Revo- inferiores y su independencia respecto a las cla-
lución, y que durante un tiempo se habían orga- ses sociales superiores. Esta “clase burocrática”
nizado en contra de ella en Falange Socialista posee un estatus (un poder) singular, que no se
Boliviana. Encontramos así, en esta brevísima genera por un tipo de consumo o un estilo de
observación histórica, otro rasgo que, desde el vida, sino por una bien reglada y ritualizada la-
punto de vista de los observadores marxistas, bor práctica. Lo mismo ocurre con otra facción
resulta característico de la clase media: c) su de la clase media estrechamente emparentada
plasticidad, maleabilidad o, si se quiere, volu- con la burocracia, la de los estudiantes y los
bilidad, que probablemente se origina en la ca- profesores –la “clase académica”–, que obtiene

46
Esta “clase burocrática” posee obtienen de 4 a 10 dólares; “pobre moderada”,
la de quienes tienen ingresos de 2,5 a 4 dólares
un estatus (un poder) singular, diarios por persona; y “pobre extrema”, la de
que no se genera por un tipo quienes solo cuentan con una suma per cápita
de 1,25 a 2,5 dólares diarios. Esta pirámide es
de consumo o un estilo de vida,
más realista, en cuanto a dibujar los contornos
sino por una bien reglada y de la clase media, que otras que también circu-
ritualizada labor práctica. lan actualmente y consideran el segmento “vul-
nerable” como parte de la clase media, llegando
al resultado de que 6,5 millones de ciudadanos,
es decir, el 65 % de la población, pertenece a
su prestigio social de la dignidad mitificada que un mismo segmento de “ingresos medios”.2 En
tiene el conocimiento (por las dificultades de cambio, haciendo el desglose mencionado, el
acceso e intrínsecas que plantea). Así, el webe- PNUD calcula la clase media en tres millones
rismo nos proporciona otra de las notas caracte- de personas, las cuales perciben ingresos entre
rísticas de este concepto que estamos tratando 300 y 1.500 dólares mensuales. Como es proba-
de formar: d) la importancia para la clase me- ble que muchas de estas personas formen, junto
dia de determinados tipos de prestigio social: el a sus parejas, padres y/o hijos, fondos comunes
burocrático-político y el académico. de mayor tamaño, puede suponerse que para es-
tas familias recibir el mínimo inferior del ran-
Continuemos. En los años 50, Zavaleta escribió
go, 300 dólares, solo se da ocasionalmente. Con
sobre un tipo de sociología que él llamaba “téc-
lo que tenemos que esta clase, pese a llamarse
nica”, la cual dividía la sociedad en clases altas
“media”, equivale al tercio más alto de la jerar-
(“empresarios, burgueses, latifundistas”), me-
quía social boliviana. Al obtener ingresos men-
dias (“artesanos, pequeños comerciantes, em-
suales de alrededor de 500, 600 dólares y más,
pleados y funcionarios bajos o modestos, pro-
las familias de “clase media” pueden resolver
fesionales liberales, propietarios medianos”) y
correctamente sus necesidades alimenticias, de
bajas (“obreros industriales o proletarios y cam-
vestuario y habitación, así como las educativas
pesinos”).1 Esta clasificación alta-media-baja
básicas. Es decir, tienen un pasar digno y pue-
depende de los niveles de ingreso y es la que
den gozar del prestigio asociado a tal situación
hoy más se usa para estudiar a la clase media.
social. Para esto requieren de un stock adecuado
Un ejemplo a mano lo proporciona el Informe
de conocimientos y/o un capital económico re-
Regional sobre Desarrollo Humano para Amé-
lativamente importante.
rica Latina y el Caribe preparado en 2016 por
el PNUD, que se titula Progreso multidimensio- De lo dicho debemos deducir lo siguiente: aun-
nal: bienestar más allá del ingreso. Dicho infor- que la definición de “clase media” por cantidad
me establece “líneas monetarias” –es decir, de de ingresos parece puramente cuantitativa, pu-
ingresos– para separar la población boliviana (y ramente relativa a los puntos máximo y míni-
la de toda Latinoamérica) en las siguientes cla- mo de la escala social, implica en realidad una
ses: “residual”, la de las personas que poseen in- no confesada conceptualización cualitativa, la
gresos mayores a 50 dólares diarios; “clase me- cual determina qué valores de la curva de in-
dia”, la de quienes reciben entre 10 y 50 dólares gresos sirven para constituir “clase media” y
diarios por persona; “vulnerable”, la de quienes qué valores no. Esta conceptualización permite

1. Contra esta división, Zavaleta planteaba un punto de vista práctico y político, que clasificaba a las masas que entraron en liza en 1952 “en dos
grandes clases: la de los explotados, por un lado, y la de los explotadores. Sobre esta división, más inmediata y funcional que la mera disección
técnica, se hizo la Revolución Boliviana” (54).
2. Lo que implicaría un aumento de la clase media, entre 2005 y 2017, en tres millones de personas (Ministerio de Comunicación, 2018).

47
entiende a la clase media como: e) un
resultado y, por tanto, un indicador
del progreso de una sociedad. Supone
que, puesto que las sociedades mo-
dernas y democráticas son sociedades
de clase media, entonces el objetivo
de fortalecer y expandir esta clase es
idéntico al de modernizar y democra-
tizar la sociedad.
En suma, las diferentes perspectivas
teóricas nos han permitido identificar
las principales características que la
sociología atribuye a la clase media,
a saber:
a) Amor a la propiedad.
b y d) Importante dedicación a las
labores intelectuales, burocráticas y
creativas. Condición burocrática y
condición académica, que la hacen
dependiente del reconocimiento y el
prestigio sociales.
c) Volubilidad de intereses, que le
permite representar los de otras cla-
ses: los de la burguesía y del proleta-
riado, entre otros. Tendencia al arri-
Ríos, Liliana (1989). Grabado bismo social.
e) Clase-deseada o clase-objetivo de
la democratización y la modernización con-
que incluso las poblaciones comprendidas en temporáneas, pues representa la posesión de las
los rangos de ingreso más altos dentro de una condiciones económicas, políticas y culturales
escala sean llamadas “clase media”. Semejante necesarias para tener una vida agradable, sig-
clasificación tiene un fondo económico, pero no nificativa, interesante, pacífica y, en general,
se agota en la economía: con el concepto “cla- humana.
se media” indica cierta capacidad cultural, de
disfrute; cierta movilidad geográfica, determi- En el sistema sociológico de Bourdieu se diría
nada habilidad política, etc. Por esto uno de los que la clase media posee al mismo tiempo dis-
requisitos de la democracia es la extensión de tintos tipos de capitales (“capital complejo”), en
la clase media, pues todo crecimiento de esta la siguiente relación entre ellos: el primero en
produce una ampliación de la ciudadanía. Adop- importancia es el capital cultural-educativo; el
tando esta conceptualización positiva de la clase segundo, el capital simbólico, y el tercero y úl-
media, el citado informe del PNUD considera timo, el capital económico. Sin embargo, esto
que América Latina debe evitar a toda costa que varía de acuerdo al segmento de la clase me-
esta pierda la masa que ha obtenido en el último dia del que estemos hablando (o, como dirían
periodo de crecimiento (2004-2014), es decir, algunos, de acuerdo a cuál de las diversas clases
evitar que quienes ya componen esta clase “cai- medias analicemos en cada caso). El segmento
gan” a la pobreza. Como todo el discurso tecno- académico-profesional se define sobre todo por
crático contemporáneo, entonces, este informe el capital educativo y, en segundo término, por

48
el capital simbólico; el segmento burocrático, en toda clase se opone a un orden socioeconómico
cambio, por su posesión de capital simbólico y, en el que se “empobrece”, es decir, a un orden
después, por su capital educativo; y, finalmen- que: a) no reconoce y tiende a desvalorar los ca-
te, el segmento que llamaremos “emprendedor” pitales que posee; b) no produce con suficiente
depende para su conformación en primer lugar premura para ella la sustitución “natural” de sus
del capital económico y, en segundo lugar, del capitales obsoletos por otros nuevos.
capital simbólico. (Si adoptáramos el enfoque
Como ejemplo de lo que hemos dicho introduz-
de las múltiples clases medias podríamos hablar
camos una referencia al proceso de recambio de
de “clase emprendedora”, como antes hemos
élites, de corporativización del sistema de toma
dicho “clase académica” y “clase burocrática”).
de decisiones y de transformación del modelo
Todo esto, sin embargo, resulta mecánico en ex- económico –del capitalismo de libre empresa
ceso. La clase media, igual que todas las otras al capitalismo de Estado–, que ha dirigido Evo
clases sociales, se configura fluyendo a través Morales entre 2006 y la actualidad, el cual se
de las “situaciones de clase” (Weber, 1987) que conoce con el nombre de “proceso de cambio”
producen incesantemente el mercado y la socie- (“proC”). El debate actual ha dictaminado que
dad, y que sus miembros ocupan y dejan de ocu- existe una fuerte oposición a este proceso –que
par, de acuerdo a sus virtudes (capitales adqui- si no es global al menos sí es sustancial– por
ridos) y a las constantes transformaciones que parte de la mayoría de los tres millones de bo-
sufre la valoración social de dichos capitales. livianos con ingresos de entre 10 y 50 dólares
diarios. Preguntémonos entonces ¿a qué se debe
Este último hecho nos interesa particularmente.
esta oposición? Y, en estrecha relación con esto,
Digamos que ni siquiera los capitales económi-
¿se trata de un fenómeno reciente, como apare-
cos valen lo mismo todo el tiempo; por el con-
ce en el citado debate?
trario, su valor es relativo siempre al momento
y el lugar en que estos capitales se venden-com- Objetivamente hablando, el “proceso de cam-
pran. Lo mismo con los capitales educativos y bio” nunca ha buscado favorecer a la clase me-
simbólicos, que son premiados con asignacio- dia (definida como hemos hecho en este docu-
nes diversas y relativas de prestigio social. Un mento) y, en cambio, ha quitado poder a muchos
ejemplo típico es el de los gremios europeos, “si- de sus segmentos (o, si se quiere, a muchas de
tuaciones de clase” que fueron sumamente ren- todas las clases medias existentes). La excep-
tables y apetecibles durante el Medioevo, pero ción la han provisto ciertos sectores de los seg-
que, pese al férreo proteccionismo con el que mentos emprendedor y burocrático que se han
fueron defendidas, dejaron de serlo al estallar la beneficiado del “proC” por razones externas a
crisis del sistema gremial en el siglo XVIII. A su condición de clase, esto es, por su provenien-
partir de entonces, los miembros de los gremios cia indígena. Esto se debe a que uno de los más
que no pudieron convertirse en parte de la bur- importantes resultados históricos del “proC” ha
guesía cayeron en la pobreza y dejaron de ser sido el empoderamiento indígena, sobre todo
parte de la “clase media” de su época (Kuehn, en el acceso al poder político, pero también en
2003). Otro ejemplo es contemporáneo: con- la redistribución del prestigio social y en la al-
siste en cómo determinados saberes (como la teración de las relaciones de la vida cotidiana.
teneduría manual de libros o la reparación de En cambio, el “proC” ha antagonizado con los
aparatos electrodomésticos) pierden su antiguo segmentos no indígenas –es decir, blancos y se-
valor y son sustituidos por otros que acaban de miblancos– de la clase media, que no solo no
aparecer. Y así podríamos seguir. Lo cierto es se beneficiaron con el estímulo a los pueblos
que los capitales suben y bajan en la curva de indígenas, como es obvio, sino que se vieron
su apreciación mercantil y social, y esto “enri- perjudicados por él, en la medida en que eran
quece” o “empobrece” a las clases a lo largo del racistas o gozaban de privilegios derivados del
tiempo. Simultáneamente, puede suponerse que racismo. Por razones históricas estos segmentos

49
son además menos corporativizados (aunque sin También es evidente que, al
dejar de serlo por completo).
calor de los mencionados errores
La contradicción, entonces, se da entre el
“proC” y la clase media blanca, esto es, entre
del MAS (y a cierto deterioro
el “proC” y los intereses de esta clase de ver de la situación económica), la
incrementos o, al menos, de no ver decrementos clase media en sentido estricto,
en la cuenta de los capitales poseídos. Para ello
debemos señalar, sumariamente, tres caracterís- tal como la hemos definido
ticas fundamentales del “proC”: aquí, ha pasado de plantear un
1. El “proC” fue una revolución política anti- rechazo defensivo al “proC” a
elitista. Por esto chocó contra las élites polí-
ticas anteriores y las sustituyó por otras, más
protagonizar un rechazo ofensivo
plebeyas e indígenas: fue una revolución po- al mismo.
lítica. Este hecho desvaloró hasta hacer des-
aparecer el capital simbólico con que contaba
la “clase burocrática” que existía antes de él.
control de un conjunto pequeño pero impor-
2. El “proC” fue una victoria de la política tante de empresas selectas y, simultáneamen-
sobre la técnica. Antagonizó con el neo- te, sobre el respeto a la propiedad privada en
liberalismo, que entre otras cosas fue un el resto con la economía. Sin embargo, todas
“momento tecnocrático” del discurrir de la las criaturas sociales tienen una dinámica ex-
sociedad. Si el neoliberalismo creía en el pansiva y competitiva, pues de otra manera
derecho de los “más capaces” a imponer no serían capaces de realizar las expectativas
sus visiones al conjunto, el “proC” cree en que ponen en ellas los agentes con los que
el derecho del conjunto de imponerse sobre interactúan. El capitalismo de Estado no es
los “más capaces”. Para actuar recurre a la una excepción a este respecto. Sus necesi-
política (igualitarismo) antes que a la técnica dades de expansión se manifiestan en el en-
(elitismo). Por esta razón, no ha llenado de foque siempre estatista con que el gobierno
manera meritocrática las vacantes dejadas aborda los problemas y necesidades que van
por el repliegue de la burocracia neoliberal. surgiendo en el país, lo que lo lleva a ignorar
Tampoco ha recurrido sistemática y amplia- y a menudo a antipatizar con los pequeños
mente a las universidades para proveerse de emprendimientos privados, esto es, con los
un capital cultural que, en cambio, conside- emprendimientos de la clase media. Por esta
ra prescindible.3 Esto malquista y agría a la razón, hay roces entre el “proC” y la clase
clase media, especialmente a su segmento emprendedora no indígena y no corporativa,
académico-profesional, cuya expectativa que no se beneficia de los aspectos políticos
máxima es lograr un claro reconocimiento del cambio.
social y económico de los saberes que posee.
Es cierto que existe un pacto de no agre-
3. El “proC” es crecientemente estatista. He- sión y de apoyo táctico entre el “proC” y la
mos dicho que uno de los rasgos fundamen- alta burguesía, clase alta o “residual”, pero
tales del modelo económico que ha desarro- este se funda en razones políticas antes que
llado Morales y su equipo es el capitalismo empresariales o técnicas (véase el punto
de Estado. Este se halla asentado sobre el anterior).

3. Una excepción es el trabajo del Centro de Investigaciones Sociales y la Biblioteca del Bicentenario de la Vicepresidencia, que por esto muchos
portavoces de la clase media consideran “la mejor realización del gobierno”.

50
Resulta evidente que es-
tas contradicciones son
estructurales, surgen de
la naturaleza misma del
“proceso de cambio” y,
por tanto, no han apare-
cido recientemente. La
clase media (es decir, la
categoría que agrupa a
quienes ingresan entre
300 y 1.500 dólares men-
suales) ha sido siempre
contraria al movimiento
dirigido por Morales, ex-
Foronda Calle, Miguel (2018). Polleras al viento
cepto en momentos y en
torno a temas muy contados en los que creyó
verse representada y favorecida por las medidas clase “vulnerable”, pese a ser mayoritariamente
tomadas por el presidente (por ejemplo la nacio- indígena, ha pasado de apoyar a Evo a apoyar a
nalización, probablemente porque la consideró la oposición.
el detonador de un desarrollo endógeno que le
convenía). Desde 2005, la mayoría de los vo- También es evidente que, al calor de los mencio-
tos obtenidos por los partidos de oposición al nados errores del MAS (y a cierto deterioro de
gobierno han provenido de la clase media. Por la situación económica), la clase media en sen-
tanto, nuestra hipótesis es que el ambiente polí- tido estricto, tal como la hemos definido aquí,
tico actual, sin duda adverso para el gobierno en ha pasado de plantear un rechazo defensivo al
las encuestas y en la percepción callejera, no se “proC” a protagonizar un rechazo ofensivo al
debe a un cambio en las inclinaciones políticas mismo. Esta nueva actitud de la clase media no
de la clase media, tal como la hemos definido tiene mucha importancia electoral –ya que, si-
aquí, sino en las de otra clase, que en la clasifi- guiendo nuestra hipótesis, no implica un cambio
cación que estamos usando se llama “vulnera- en el voto–, pero sí política, dada la relación que
ble” (40 % de la población). Desde el referendo esta clase, que maneja con privilegio el conoci-
de 2016, y por razones que no son estructurales miento, tiene con la creación y administración
(es decir, de lucha de clases), sino propias de del imaginario social. Pero este es un tema que,
un manejo errado de los resortes del poder por por falta de espacio, por ahora deberá quedar
parte del Movimiento al Socialismo, parte de la fuera de esta reflexión.

Bibliografía

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Ministerio de Comunicación (2018). Mensaje presidencial. Informe 12 años de gestión. Separata de
prensa del 22 de enero de 2018.
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Zavaleta Mercado, René (2011). Obra completa. Tomo I: Ensayos 1957-1974. La Paz: Plural Editores.

51
Chuquimia, Jhamil Francia (2018). Camino del recuerdo

52
Fundamentos para un análisis de coyuntura histórico-clasista
clases medias y la necesidad de una estrategia emancipativa
por Jorge Viaña*

Introducción decisiones del propio gobierno y del conjunto


de las estructuras del Estado, porque cuando se
Es curioso cómo en los últimos meses se ha inicia la construcción de “Estados” reviven, se
dado un debate sobre las “clases medias”, ¿qué fortalecen y se expanden lógicas conservadoras
son?, ¿cómo se las define?, entre otros, y casi que portamos todos, pero en especial las “clases
no existe el interés ni la preocupación de pensar medias”. Pero como mostraré, se potenciaron
más allá de una definición teórica satisfactoria, también por las decisiones políticas que se fue-
o si es un insulto o no el llamarlas decadentes y ron tomando desde el 2010 y 2011. En especial,
otros similares. Sostengo que es más importante el no avanzar hacia lo que una militante argen-
el papel que juegan las clases medias en el pro- tina llama “empoderamiento creciente” de los
ceso político y su progresiva influencia sobre el explotados, que con todos sus defectos y límites
gobierno y el Estado; por lo que es necesario ha- sí avanzó en Venezuela con Chávez. Pasemos
cer un análisis más totalizador y relacional de su primero a dar un encuadre fundamental del aná-
creciente poder real, y no solo como “votantes”, lisis de las “clases medias” respecto al proceso
como casi todos los ven. Se borra la relación político que vivimos.
Estado-sociedad, tanto desde un punto de vis-
ta práctico de las luchas y los desafíos actuales Historia, revolución política y
como desde un enfoque histórico, que tratare- clases medias
mos de retomar y aportar.
En el presente artículo, afirmo que esta es la Lo fundamental de la crítica de René Zavale-
cuestión más importante respecto a las escurri- ta a los gobiernos de Ovando y Torres (1969
dizas “clases medias”, basado en una interpreta- a 1971) fue que no hubo un proceso de “susti-
ción histórica y crítica de las clases medias y sus tución de clases en el poder” (Zavaleta, 2011:
políticas, aspiraciones de clase, etc., y su papel 673). Expresaba el vacío de clases subalternas
cada vez más decisivo en las definiciones polí- (obreros, campesinos, sectores populares urba-
ticas centrales en el manejo del Estado hoy, más nos) que tenía el poder de estos gobiernos. Más
allá de los deseos y simpatías o antipatías de los allá de la exactitud de esta crítica y que se las
más altos dirigentes actuales o su procedencia vea como justas o desmesuradas, nos permite
de clase, en desmedro de otras lógicas y posi- pensar críticamente en el proceso actual. Proce-
so que caracterizo como una parcial revolución
bles trayectorias de conducción del Estado más
política, porque –si bien fue a través de elec-
vinculadas a las clases trabajadoras y sectores
ciones y no por vía de la fuerza– la ocupación
populares.
del Estado, entre 2006 y 2010 hubo un proceso
Las “clases medias” han logrado influir de for- parcial de incorporación de las clases subalter-
mas mucho más decisivas desde el fin del pro- nas (en especial campesinas) y de sus intereses
ceso constituyente y el inicio de la construcción y demandas a las estructuras del Estado, que lo
o reconstrucción material del Estado desde el fracturó parcialmente, y que permitió recuperar
2010, en el rumbo de los acontecimientos más excedente, redistribuirlo, etc.; crear políticas de
importantes de los últimos ocho años, en las potenciamiento de ciertos sectores explotados,

* Investigador y docente universitario. vianauzieda@gmail.com.

53
Un interesante, riguroso, y sobre todo reflexivo
artículo de los compañeros Daniel Rafuls Pineda
y José René Valdés Díaz de la Universidad de la
Habana, elaborado por pedido de Hugo Chávez
para pensar el tránsito al socialismo –“La Re-
volución Social y la Revolución Política. Una
aproximación a los casos de Venezuela, Bolivia
y Ecuador”–, resulta muy ilustrativo para pensar
muchas cuestiones estratégicas de hoy. Las más
importantes: a) una aproximación a una carac-
terización seria de una revolución política y al-
gunas diferencias esenciales con una revolución
social, que además encaminen al socialismo; b)
nos sirve también para establecer criterios que
permitan pensar el grado en el que se han de-
sarrollado, o no, las revoluciones políticas en
Venezuela, Bolivia y Ecuador. Veamos:
En cuanto a lo primero, plantean que hay una di-
ferencia clara entre una revolución social y una
revolución solo política.
Mientras la primera revolución social, por ejem-
plo, está asociada al inicio, desarrollo y culmina-
ción de una época histórica que marca una nueva
tendencia del desarrollo social y, consiguiente-
mente, el tránsito de una Formación Económico
Chuquimia, Jhamil Francia (2017). Una virtud de otoño Social vieja a otra superior; la segunda la revo-
lución política es utilizada concretamente para
calificar el acto, o proceso, mediante el cual una
etc. Por lo explicado anteriormente, incluso en clase social que ha tenido el control del Estado es
el plano de las estructuras más profundas, diría sustituida por otra. Esto, que en los propios tér-
que se dio –en los conceptos zavaletianos– un minos del marxismo también ha sido reconocido
como la conquista del poder político, o el logro
cambio de forma primordial, permitiendo cons-
de la hegemonía política de una clase, en el len-
truir mayores trechos de autodeterminación guaje de la Ciencia Política contemporánea del
estatal y parcialmente social, que posiciona al Tercer Mundo podría ser definido como la acción
Estado boliviano como antiimperialista, etc. Sin o el proceso que comienza con la destrucción de
embargo, precisamente por la necesidad –que se los fundamentos básicos del sistema político im-
inicia al concluir el proceso constituyente– de perante, y que crea las condiciones para confor-
construir o reconstruir las estructuras del Estado mar, ulteriormente, los pilares esenciales sobre
los que se va a erigir el nuevo sistema político.
desde el 2010 y por las decisiones políticas que
(Pineda y Valdez, s/f)
se van tomando en esa coyuntura es que se in-
gresa a una fase de gradual declive de la parcial Se puede decir que, en Bolivia y Venezuela, en
revolución política, de gradual viraje histórico. menor medida en Ecuador si es que se dio –al
Nadie que tenga un mínimo de seriedad puede menos parcialmente– un proceso en el que: “una
pensar que hemos vivido cualquier forma de clase social que ha tenido el control del Estado
revolución social. Es fundamental precisar esto es sustituida por otra”. (Pineda y Valdez, s/f)
hoy más que nunca. De ahí que el análisis de El problema es definir el grado, la profundidad
las clases medias tiene una importancia enorme y sostenibilidad de esta sustitución de las élites
dentro del propio Estado. dominantes por sectores subalternos, por eso

54
Diferenciar “el arribo al avanzado en algo en este aspecto, pero la gran
propiedad privada, nacional y transnacional no
gobierno” de “la sustitución del solo no está en retroceso, sino que está en auge
poder político de la burguesía y acelerado proceso de crecimiento.
por la hegemonía de la clase Luego, el artículo mencionado analiza, sin ce-
trabajadora”, nos permite una rrar la posibilidad de que se trate del inicio de
una revolución, una diferenciación política fun-
vez más visualizar la enorme damental: el “arribo al gobierno” es una cosa y
importancia que ha empezado la “sustitución del poder político de la burguesía
por la hegemonía de la clase trabajadora” es otra
a jugar la “clase media” muy distinta:
objetivamente, aunque siempre (…) el arribo al gobierno, por parte de los men-
fue importante. cionados tres presidentes, no ha implicado, en
ningún sentido, la sustitución del poder político
de la burguesía por la hegemonía de la clase tra-
bajadora. (Pineda y Valdez, s/f)
hablo de una parcial revolución política. Por-
Diferenciar “el arribo al gobierno” de “la susti-
que, además –precisamente por la complejidad
tución del poder político de la burguesía por la
y dificultad que implica definir al sujeto colec-
hegemonía de la clase trabajadora”, nos permite
tivo que ha arribado al gobierno-, como todos
una vez más visualizar la enorme importancia
sabemos, ciertas clases medias (técnicos o inte-
lectuales) jugaron un papel importante también. que ha empezado a jugar la “clase media” obje-
Hoy, la hipótesis es que juegan un papel todavía tivamente, aunque siempre fue importante. Está
más importante y conservador que en el inicio claro que lo primero se ha logrado y lo segundo
de los procesos, no solo por su origen de clase, no, o al menos no de forma significativa. La pre-
sino porque su posición de clase se va fortale- gunta es ¿se podía realizar esta tarea revolucio-
ciendo, lo cual se da porque el sujeto es muy naria?, tal vez más importante, ¿se ha intentado?
difuso. Esto es un poco más claro en el caso de Hoy, al menos es revolucionario plantearse es-
Bolivia, ¿“indígena originario campesino” en tas preguntas, cuando todos coincidimos en que
cierta alianza con otros sectores trabajadores y el proceso está en una fase de declive.
clases medias populares? Pero, sigue siendo un El muy interesante y reflexivo artículo luego
tema central de debate e investigación. ¿Cuál es abre vetas de análisis:
el sujeto que llegó al gobierno?, ¿qué criterios
define eso? Esto me ayuda a precisar mi ca- Todo esto significa que aun cuando varios autores
racterización de parcial revolución política en afirmen que ninguna sublevación popular de los
últimos años, incluidas las de Venezuela, Bolivia
proceso de involución, porque las clases medias
y Ecuador, clasifica como revoluciones sociales
siempre jugaron un papel central y hoy más aún.
y, al mismo tiempo, que ninguno de los gobiernos
Otra tarea importantísima (que menciona el ci- que han emergido de estas, pueden ser ejemplos
tado artículo) es evaluar el grado de construc- de revoluciones políticas, parece que hay muchos
indicios, de la práctica cotidiana latinoamerica-
ción de propiedad social o estatal bajo control
na, que pueden demostrar lo contrario. (Pineda
de la sociedad laboriosa, para pensar el grado
y Valdez, s/f)
de avance de una revolución. Solo diré que cla-
ramente nadie piensa que se hubiera ido más Da a entender que no son ni revoluciones socia-
allá de la recuperación de ciertos sectores estra- les, ni revoluciones políticas, e inmediatamente
tégicos, incluso de forma parcial. Este es uno plantea que hay indicios de que sí puedan ser al
más de los datos que me permiten hablar solo menos revoluciones políticas; y lo fundamental
de una revolución política; está claro que se ha para nuestro análisis:

55
Para nosotros lo esencial, hoy, debe ser compro- mer orden, de acuerdo a la explicación dada–.
bar si, en las condiciones actuales, existe otra ma- Personalmente, pienso que la revolución políti-
nera de iniciar el tránsito pacífico del capitalismo ca –parcial o más profunda– al menos en Bolivia
al socialismo que no sea a través de las transfor- y Venezuela sí ha logrado abrirse camino y no
maciones político-institucionales y económico- es puro reformismo a secas como ven algunos
sociales-culturales que ya están teniendo lugar
“marxistas” doctrinarios o “teóricos críticos”
en países como Venezuela, Bolivia y Ecuador, a
mal intencionados y sin principio de realidad.
pesar de que estos procesos puedan ser revertidos
como le puede ocurrir a la propia Cuba. Contestar
Asimismo, cada vez es más difícil profundizarla
a esta pregunta, es lo que nos ayudará a responder y, por lo tanto, la revolución social está cada vez
si la revolución política, en estos países, está por más lejos, esto por las razones ya explicadas,
venir, o ya se ha iniciado. (Pineda y Valdez, s/f) que hacen que desde el 2010 en Bolivia estén en
su fase regresiva o de reflujo como proceso de
Está claro que si hubo una parcial revolución parcial revolución política. Esto nos aleja tanto
política en Ecuador (que está todavía más difícil de las críticas conservadoras y también del exi-
de demostrar que en Bolivia), ya se detuvo brus- tismo estatalista de casi todos los altos funcio-
camente en los últimos meses, al menos de mo- narios del Estado.
mento. En todo caso, da a entender que podrían
estar en curso en Bolivia y Venezuela procesos El citado artículo concluye con una cuestión fun-
de revolución política. damental que nos haría bien pensar serenamente:
(…) más allá de todas las especulaciones que
Finalmente, se posiciona políticamente de for-
podamos hacer entre académicos, sobre los te-
ma clara: mas del poder que hemos estado discutiendo,
Todo lo expuesto hasta aquí, deriva en la formu- la mejor manera de determinar qué clase social
lación de una tercera posición, que compartimos encabeza el Estado en esos países y, consiguien-
los autores de esta ponencia, y que sugerimos temente, qué profundidad tienen y pueden tener
sea valorada por los estudiosos de esta temática. los procesos políticos a que estos den lugar, es
Es aquella que aprecia la experiencia de los ac- definiendo a quién benefician, en última instan-
tuales estados de Venezuela, Bolivia y Ecuador, cia, todos los cambios político-institucionales,
primero como el inicio de una revolución social, económico-sociales y culturales internos que,
marcado por una revolución política en las en- allí, tienen lugar, incluyendo su proyección hacia
trañas del propio sistema liberal burgués, donde la integración de “nuestra América”, a través del
se han comenzado a crear, paulatinamente, los ALBA. Será otra manera de definir si, en ellos,
fundamentos básicos (político-institucionales, ya se inició la Revolución política o está por de-
económico sociales y culturales) del nuevo sis- terminarse el momento en que va a comenzar.
tema social. Y después, como una revolución (Pineda y Valdez, s/f)
democrático-burguesa por las transformaciones
económico-sociales que están ejecutando, (du-
rante una primera etapa), pero de carácter socia-
lista por el tipo de clase que la encabeza, por las Hoy, es casi un sentido común
tareas políticas y sociales internas y externas que
cumple, y por sus proyecciones estratégicas más
generalizado de los funcionarios
generales. (Pineda y Valdez, s/f) del Estado hablar y pensar en
Más allá de estar de acuerdo o no con el plantea- función de qué más hacemos
miento de los compañeros cubanos, insisto en la para agradar y adular a las
importancia de reflexionar desde un marco rigu-
roso clasista sobre las temáticas de los procesos clases medias (como sea que
actuales, porque si no es imposible hacer una las definan, nuevas o viejas,
evaluación seria y crítica del papel de las clases,
en especial de la escurridiza denominada “clase decadentes o ascendentes) para
media” –que jugó y juega hoy un papel de pri- que voten por el MAS o por Evo.

56
Chuquimia, Jhamil Francia (2016). Días grises

Ahí es donde claramente podemos decir que fuera bueno y evidente en sí mismo. Esto tiene
desde el 2010 la tendencia ya no es el seguir una historia larga, al menos de más de medio
priorizando a las clases subalternas (campesi- siglo, que pasamos a describir.
nos, obreros, sectores urbanos populares), sino Este es el dilema más grande de la actual co-
que se está profundizando la construcción es- yuntura política. Hoy, es casi un sentido común
tatal, que hace rebrotar tendencias a priorizar generalizado de los funcionarios del Estado ha-
la adulación a las clases medias, antiguas y blar y pensar en función de qué más hacemos
nuevas. En vez de politizarlas y conducir polí- para agradar y adular a las clases medias (como
ticamente su tránsito de la pobreza a mayores sea que las definan, nuevas o viejas, decaden-
niveles de consumo y bienestar material, para tes o ascendentes) para que voten por el MAS o
que no sean las sepultureras del propio proceso por Evo. Como si La Paz, Cochabamba e inclu-
que las llevó a esa situación. Para profundizar so Santa Cruz fueran Madrid o Buenos Aires;
este aspecto, pasemos a lo que Zavaleta llamó la porque, según se desprende de su pragmatismo
construcción histórica de la “mentalidad” de las electoralista liberal, “de eso depende que voten
clases medias en Bolivia. por el MAS las clases medias”. A gusto clase-
mediero se priorizan asuntos secundarios, batir
La “mentalidad” histórica de la clase récords de todo tipo, Dakar, infraestructura vi-
media como dirigente luego del sible (carreteras, canchas, etc.) y cosas así, en
momento constitutivo de 1952 y la vez de encarar los temas claves para los sectores
paradoja campesina populares en especial los temas de Salud y Edu-
cación que después de doce años no han mejo-
Casi nadie en el gobierno dice abiertamente que rado ni cambiado. Grave error conservador que
las clases medias deberían ser “clase dirigente” se ha incubado en parte por el proceso histórico
de los cambios, pero casi todos –en especial y los momentos constitutivos de las luchas, y
desde las estructuras del Estado más conserva- en parte por las decisiones políticas asumidas
doras– actúan implícitamente, de forma más no- desde el 2010 en adelante. Como trataré de de-
toria y conservadora desde el 2010, como si esto mostrar, incluso desde el punto de vista prag-

57
mático de sostenimiento del poder, es un grave (...) incluso desde el punto de
error esta adulación conservadora de las clases
medias y el descuido de temas fundamentales
vista pragmático de sostenimiento
para los explotados que en Bolivia son hiper- del poder, es un grave error esta
politizados como salud, educación, legislación adulación conservadora de las
laboral, empleo, autonomías indígenas, autorre-
presentación indígena, etc., para ya no hablar de clases medias y el descuido de
ser más consecuentes con las transformaciones temas fundamentales (...).
estructurales o profundizar la parcial revolución
política.
A esto se podría llamar el callejón sin salida del sar con el que se contagió toda la militancia y la
proceso de cambio, que se va extraviando en su defensa del estado nos parecía en aquel momento
alineación gradual a una política de clase me- más importante que la defensa de los sindicatos.
dia, que esperemos sea revertida a tiempo. Pero (Zavaleta, 2011: 673)
eso a los liberales electoralistas les tiene sin cui-
Entonces –al menos desde 1952–, tenemos no
dado, ya que en lo único que piensan es cómo
solo que la revolución fue obrera y campesina,
ganar elecciones, incluso vendiendo el alma al
sino que además la pequeña burguesía tomó el
diablo, claro está. Aunque si tuvieran un poco
poder de un Estado burgués que nació antes que
menos de ambiciones y estrechez, verían que es
la propia burguesía por la abdicación obrera al
un problema de vida o muerte del propio proce-
poder. Además, luego, cuando ya no quedaba
so por la realidad boliviana que no es España o
nada de esta revolución, crearon toda una “men-
Buenos Aires.
talidad posterior” pequeña burguesa, como
Zavaleta, a principios de los 70, ya analizó como explica Zavaleta, de las clases medias como
con Walter Guevara, el lado más conservador de dirigentes de “la revolución”. Es por eso que
la dirigencia del MNR antes de que surgiera el hoy de forma “natural” el gradual declive de la
gorilismo militar de Barrientos, se planteó nada parcial revolución política hace que –lo postu-
menos que “la clase dirigente de la revolución len explícitamente o no– las clases medias estén
debería ser la clase media” –revolución que por pugnando hoy, con amplia participación en la
cierto a esas alturas ya no existía en absoluto–. conducción del Estado actual, por imponer esta
Lo interesante hoy, en la parcial revolución po- mentalidad de clase media en la conducción del
lítica que vivimos y que ha entrado en su fase de proceso que vivimos.
involución o gradual declive desde el 2010, es Parecería que implícitamente las tendencias
que los núcleos de poder más densos del actual dominantes del gobierno –a pesar de sus dife-
régimen parecería que no logran ver esta cues- rencias y matices, simpatías o antipatías– no
tión elemental desde un lente crítico e histórico han logrado entender que además de las super-
y están repitiendo este posicionamiento, cons- estructuras de los tinglados formales del poder
cientes o no de ir configurando las decisiones político, donde se encuentran los mecanismos
políticas como sistemática adulación y conce- de reproducción coyuntural e inmediata de la
siones a la clase media por una visión coyuntu- política y el poder, mecanismos de habilitación
ralista y electoralista. Veamos cómo plantea Za- y selección de gobernantes y candidatos, elec-
valeta el surgimiento de esta posición política: ciones, etc. Estos tinglados superesctructurales
Esta concepción (de clase media como dirigente) del poder que es lo único que ven los pragmá-
será el punto de partida de toda una mentalidad ticos liberales electoralistas se alzan sobre la
posterior. Cuando el poder dual se resuelva a fa- base de las relaciones de clases del país, que no
vor de su lado pequeño burgués, los dirigentes de alcanzan a ver ni quieren ver, y que es la que de-
esta clase se sorprenderán de la actitud de insu- finirá su destino más allá de las argucias legales
bordinación del proletariado. Es un modo de pen- y “atajos” juridicistas de todo tipo.

58
Chuquimia, Jhamil Francia (2018). Recuerdos

La preocupación, casi exclusiva, de la primera, Ni siquiera se ha iniciado un proceso a gran


las argucias y mecanismos legales de sosteni- escala de revolución cultural y de formación
miento en el poder propios de abogadillos prag- política de los sectores subalternos (ojo que no
máticos y adulones de los poderosos y ciegos estoy hablando de propaganda y de utilización
frente a esta base de clase, lamentablemente pa- instrumental de la gente en elecciones y adscrip-
rece ser dominante desde el máximo dirigente ción a partidos), y menos se ha trabajado en la
hasta el más de base, más allá de las declara- neutralización de las nuevas clases medias con
ciones, y por eso han descuidado y socavado la una conducción política de las transformaciones
segunda, la base de clase, el bloque de poder sociales. Dos trabajos ligados pero diferentes,
nacional-popular que ha ocupado parcialmente que podrían juntarse en un trabajo social a gran
el Estado. escala de politización y construcción de legiti-
midad de los cambios y de su profundización
Justamente por eso, las acciones políticas esta- del trabajo anónimo, militante y de base en cada
tales están cada vez más teñidas de un coyun- ciudad; con trabajo militante en cada barrio, en
turalismo estrecho políticamente que descuida cada cuadra, intentando en nuestras condiciones
la base de clase del régimen. Su finalidad fun- concretas e históricas, sin repetir autoritarismos
damental es colocar implícita o explícitamente y feligresías conservadoras, pero emulando los
como tendencia a “las clases medias” como lo Comités de Defensa de la Revolución en Cuba
central del proceso actual, con un conjunto de (CDR), los círculos bolivarianos, las comunas
medidas para adularla y potenciar a la clase me- en Venezuela, etc. Se debe avanzar hacia la
dia, en vez de politizarla y neutralizar sus as- construcción de poder popular y el empodera-
pectos conservadores (tanto de las viejas como miento creciente, real y práctico de las clases
de las nuevas clases medias). No se ha hecho trabajadoras desde la sociedad; como se verá
en absoluto un trabajo sistemático y sostenido más adelante, esta es la única garantía de soste-
de conducción política de las transformaciones nibilidad de un proceso consecuente de revolu-
sociales que estamos viviendo. ción política que se profundiza.

59
el aparato estatal el 2001 y hoy
cuenta con más de 297 mil fun-
cionarios (49 mil en ministerios
y la administración central, 24
mil en gobiernos departamen-
tales, 194 mil en instituciones
descentralizadas y empresas, 30
mil en gobiernos municipales)
(Soruco y otros 2014: 40). Es
un crecimiento tremendo de una
enorme burocracia que implica
incluso, en alguna medida, una
modificación de las estructuras
de clase en los sectores urbanos.
Para eso, hay que destinar recur-
sos, hacer un plan serio, inteli-
gente, con la verdad histórica y
autoridad moral, que vaya más
allá de obligar a los burócratas
a “alinearse”. Cosa que ni se la
pensó en esa amplitud y comple-
jidad crítica revolucionaria.
Solo en los ministerios y la ad-
ministración central trabajan 11
mil personas más que en todo
el aparato estatal existente en
el 2001. Esta realidad requería
una planificación revolucionaria
de estos cambios, que no fueran
Chuquimia, Jhamil Francia (2017). Noche de soledad
solo obligar a inscribirse al par-
tido, adoctrinar y hacer propa-
Esto tiene que ver, como lo indica también la ganda, “alinear” a los funcionarios y este tipo
cita de Zavaleta, con descuidar la autoorganiza- de medidas formales burocráticas, liberales,
ción social, se prioriza el Estado y se descui- pragmáticas, autoritarias y profundamente in-
dan los sindicatos. Estas falencias graves, ¿qué eficaces para una estrategia revolucionaria e in-
son si no prácticas arraigadas y vinculadas a la teligente, sino ganar lo mejor de esa gente que,
pequeña burguesía y las lógicas liberales, elec- por supuesto, serán pocos. Hacer dudar de for-
toralistas coyunturalistas? O como dice Zavale- ma sincera a la gran mayoría de clasemedieros
ta, la “mentalidad” de clase media que adula a pequeño burgueses desde la verdad y la lucha
los jefes solo piensa en las jerarquías y casi lo política, no por jerarquías, formalidades y auto-
único importante es la reproducción del poder ritarismo conservador; y, finalmente, neutralizar
sin comprender y despreciando la base de clases a los sectores más minoritarios ultraconservado-
sobre la que se sustenta cualquier poder estatal. res, mercantilizados, racistas y patriarcales con
una actitud firme, de debate político y de pre-
Además, uno de los factores fundamentales de sencia no instrumental. Nada de eso se ha inten-
potenciamiento de las clases medias ha sido jus- tado siquiera, hace falta visibilizar el problema
tamente el crecimiento del aparato del Estado, y darle un tratamiento revolucionario y crítico,
que contaba con 38 mil funcionarios en todo y no uno formal, autoritario y /o administrativo.

60
El apoyo social y la formación de cuadros crí- mina el resultado “paradojal” de la inserción al
ticos que se requieren, tanto dentro como fuera Estado del 52 de las masas campesinas:
del Estado, se construyen en la polémica inter- El resultado de esta liberación vertical, casi pa-
na (con las diferentes tendencias que apoyan el ternalista, de arriba hacia abajo, del proletariado
proceso desde distintos intereses y enfoques) y hacia los campesinos, resultó paradojal. Final-
externa (con sectores conservadores y de dere- mente, al liberar a los campesinos, los obreros
cha) no en la construcción de grupos de feligre- estaban creando las condiciones para que la
ses y propagandistas de los máximos dirigentes pequeña burguesía les arrebatara la hegemonía
mal formados que casi lo único que hacen es dentro del poder porque el campesinado creó
ir acaparando privilegios y poder. Y ese es un una fijación… no con relación a la clase obrera,
que lo había liberado desde el estado, sino con
grave error nuestro.
relación al aparato del estado como tal. Los diri-
A nivel social y estatal había que asumir con sa- gentes campesinos se acostumbraron a tratar de
biduría y planificación el abordaje de este nue- continuo con el aparato del estado, a no existir
vo escenario como un campo de lucha abierto y independiente de él y, por eso, cuando el impe-
estratégico y no resolver casi todo con medidas rialismo toma directamente dicho aparato -con
administrativas y formalistas. Una vez más se Barrientos- el trato se continuará casi con las
mismas características. El campesinado había
trata de una clásica forma de las clases medias
hecho un hábito de su dependencia del Estado.
conservadoras y burocracias estatales que están (Zavaleta, 2011: 675)
tan lejos de lo revolucionario y que nos están
llevando a un callejón sin salida. Todo esto, in- Tengamos cuidado con esto: que el campesinado
cluso en sectores de avanzada, genera desmora- retome el “hábito de su dependencia del Estado”
lización y malestar. y que la “fijación… con relación al aparato del
Estado” haga que “no puedan existir indepen-
Esto derivó en el consiguiente potenciamiento dientemente de él”. Por más que esta situación
de los prejuicios y la construcción subjetiva de refuerce en la coyuntura el sostenimiento en el
las clases medias; casi todos los funcionarios poder del Estado, poder a corto plazo, a la larga
públicos se consideran y aspiran a ser como las es una perspectiva conservadora como resulta
clases dominantes y se consideran “clases me- evidente.
dias”, como mínimo, con su consiguiente irra-
diación social conservadora muy fuerte en un Si tomamos en cuenta que en la parcial revolu-
país con tan poca población. Las burocracias ción política que se ha vivido uno de los sujetos
coloniales-liberales como la boliviana, lamen- fundamentales está vinculado al campesinado
tablemente son tremendamente conservadoras, indígena, está claro que era y es de vital impor-
apegadas a que le digan “licenciado” y todo ese tancia analizar su inserción histórica como clase
tipo de miserias de clase media señorial, donde a los procesos estatales, como ya se señaló, ya
las jerarquías y el ascenso social son casi lo úni- que hoy el ciclo estatal puede claramente mos-
co importante. Esto casi no ha cambiado en estos trarnos esta paradoja. Primero, que tienda por
doce años y, por el crecimiento cuantitativo, se razones históricas –enraizadas en las dinámicas
ha profundizado este factor conservador de la de su acumulación como clase– a permitir y via-
sociedad boliviana y del Estado, con algunas ra- bilizar la supremacía de la pequeña burguesía,
ras excepciones. que otra vez les “arrebaten la hegemonía den-
tro del poder”, como dice Zavaleta. En segundo
Está claro, por lo anteriormente explicado, que lugar, por esa “fijación” con el aparato del Es-
el debate de las clases medias debe ser relacional tado, y este “tratar de continuo” con el Estado,
(en función al estado de su impacto e influencia) no puedan tener una existencia independiente
y no solo desde el punto de vista de que son o no como grupo y como clase, que sería el fin del
son en abstracto y por quién votan las clases me- proceso que vivimos, más allá de las argucias
dias. El otro aspecto que refuerza estos dilemas leguleyas que se puedan inventar los tinterillos
históricos estructurales es lo que Zavaleta deno- que juegan a poderosos en la actual coyuntura.

61
Está claro, porque insistimos en que es muy pe- (...) insistimos en que es muy
ligroso para una revolución política potenciar
un hábito de su dependencia del Estado, aun- peligroso para una revolución
que en la coyuntura aparezca como vital, es en política potenciar un hábito de su
general conservador y peligroso desde el punto
de vista revolucionario, porque ya está presen-
dependencia del Estado, aunque
te –en su acumulación como clase– de forma en la coyuntura aparezca como
arraigada desde 1952. Este es un tema de vital
vital, es en general conservador y
trascendencia de la actual coyuntura política.
peligroso desde el punto de vista
Esta es la profundidad de este dilema, no solo
se trata del problema de que se vacían las or- revolucionario (...).
ganizaciones y los movimientos, porque todos
quieren ser funcionarios del Estado, lo cual ya
es un dilema grave para una posición revolucio-
Parece claro que luego del primer periodo del
naria. Sino que el proceso histórico boliviano en
gobierno de Evo Morales se debía dar una re-
particular, si lo analizáramos, nos debería aler-
tar sobre la extrema importancia de que los mo- conducción y una profundización del proceso,
vimientos sociales y las clases subalternas, en que básicamente debería haber consistido en
especial el campesinado, mantengan autonomía una movilización de masas y politización del
y fuerza societal en un ciclo estatal como el que proceso, profundizando los cambios de raíz y
vivimos. Definitivamente, esto se ha descuida- creando poder popular desde abajo:
do. Yo iría más allá y no solo diría que hemos (…) había que profundizar los procesos hacia
descuidado el frente social. cambios de raíz, cambios desde abajo. Esos cam-
bios de raíz implicaban acelerar la disputa con
Deberíamos haber planteado y desarrollado, los poderes hegemónicos de siempre. Y ahí creo
como sí lo hizo Chávez a su manera y con todas que predominó, en casi todos los procesos, una
sus dificultades y errores, lo que la compañera actitud de pensar que podían conservar el gobier-
Rauber –que vivió 20 años en Cuba– llama “em- no acordando con los sectores del poder. (Rauber,
poderamiento creciente” de las clases trabajado- 2018)
ras. O sea, construir poder popular desde abajo,
movilización de masas y no solo gestión estatal, Rauber muestra cómo se pasó a priorizar las co-
por muy efectiva y bien lograda económica- yunturas y las lógicas coyunturales, descuidan-
mente que fuera. Y ojo, que no necesariamente do lo estratégico y de fondo. Lamentablemente,
tienen que ser antagónicas. Pasemos a ver este parecería ser cierto y saca la conclusión funda-
importante aspecto del análisis en más detalle. mental respecto a los errores cometidos por los
procesos que analizamos a excepción –al menos
La estrategia política del “empoderamiento parcialmente– de Venezuela:
creciente” de las clases trabajadoras y de La segunda cuestión es el empoderamiento de
las masas movilizadas los pueblos, que implica que los pueblos se ha-
gan cargo de las políticas de gobierno y para que
Un conjunto de factores políticos hizo que los se hagan cargo tienen que decidir. Los pueblos
no son carne de cañón que sólo salen a mani-
procesos analizados –Venezuela, Ecuador, Boli-
festarse. Tienen organizaciones de base, tienen
via–, en mayor o menor medida, se encaminaran capacidad de interpretación, de conocimiento,
hacia sus límites en los primeros periodos de go- de saber y de poder territorial. Por lo tanto, se
bierno, como lo muestra la compañera Rauber: necesita que el Estado abra las compuertas para
“Los problemas fundamentales que tuvieron los la participación del pueblo en la toma de deci-
gobiernos populares es haberse estancando lue- siones, lo que llamamos un “empoderamiento
go del primer período” (2018). creciente”. (Rauber, 2018)

62
Chuquimia, Jhamil Francia (2018). El sentido de dos vidas

Si un pueblo decide que quiere vivir de una for- alcanzar una concepción más autodeterminativa
ma no hay campaña de prensa posible que le diga (más emancipativa) de su rol histórico.
que ha sido engañado porque actuó y decidió con
plena conciencia. La fuente mediática más pode- Este enfoque de corresponsabilidad supera el
rosa que tenemos es la conciencia de cada perso- debate de verdugos absolutos y víctimas absolu-
na sobre cómo quiere vivir. Creo que el mayor tas y también las explicaciones simplistamente
límite de los gobiernos progresistas fue no haber “conspirativas” del asunto. Ni los funcionarios
profundizado la participación popular. (Rauber, del Estado ni los de las organizaciones sociales
2018) han podido llegar a este nivel de comprensión
No es solo participación, es poder territorial, es política por razones históricas, al menos en par-
empoderamiento creciente. En el sentido que lo te, como se explicó. Hay una corresponsabili-
plantea Rauber está claro, se refiere a formas de dad, pero no en igualdad de condiciones como
autogobierno y autodeterminación social y no es obvio, ya que el paso de la supremacía del
sol oa “participar en el Estado”. Construcción peso de los funcionarios del Estado es decisivo
de poder popular social gestionando las diferen- y de mayor responsabilidad por este grave error.
cias con un gobierno afín, pero eso es diferente Parecería que el propio vicepresidente García, a
a un ciclo estatal con profundos procesos de tu- su modo, ve de alguna forma este error:
telaje y subordinación de las organizaciones y
En muchos países de América Latina, quienes
movimientos a las estructuras del Estado, que militamos en las universidades, en los sindica-
se da tanto por responsabilidad de los funcio- tos, en las asociaciones, nos hemos tenido que
narios del mismo como de las organizaciones consagrar a la gestión de los gobiernos. Era in-
que lo permiten y lo toleran (y se benefician de dispensable, pero nos llevó a abandonar nuestra
esta incorporación de dirigentes de las organi- retaguardia. Nos tenemos que volver a centrar en
zaciones), ya que en ambos lados no han podido eso. Acordarnos de que un dirigente sindical al

63
frente de su confederación cuenta tanto como un el 2002 al 2006) a gran escala en Bolivia, en la
ministro. No abandonemos el frente social. En perspectiva de construcción de formas de auto-
Bolivia hemos cometido ese error. (García, 2016) gobierno social y formas de autodeterminación
Reconoce que los ciclos estatales llevaron a societal, sino que ni siquiera se ha movilizado a
abandonar lo que él denomina frente social, las masas (cosa que en Venezuela sí hizo), que
aunque lo considera una “retaguardia”, sin em- es lo único que permite sostener y consolidar las
bargo, reconoce que debemos volver a centrar- bases de clase frente a las arremetidas conserva-
nos en eso. En los sindicatos, en este aspecto doras. Veamos:
central, explicado en diálogo con las posiciones En realidad, los únicos regímenes que pueden so-
de la compañera Rauber, que yo entiendo como brevivir con éxito al poderío de la presión impe-
algo mucho más completo, complejo y decisivo rialista de un país como Estados Unidos son los
que una retaguardia. Solo reconocer eso marca- que logran movilizar a sus masas o que han teni-
ría una reconducción vital para los procesos que do sus masas movilizadas con carácter previo a la
analizamos, en especial para Bolivia. toma del poder. La revolución, hay que repetirlo,
es lo que las masas hacen. (Zavaleta, 2011a: 656)
Para reforzar este enfoque siempre desde un
punto de vista histórico o de momentos cons- El eje de un gobierno que aspire a ser uno de
titutivos y un análisis genético estructural y no las clases subalternas es aquel que es capaz de
mero sociologismo superficial, diríamos que lograr la movilización de masas en la perspec-
Zavaleta alerta una vez más sobre estas temáti- tiva de ir creando empoderamiento creciente y
cas; reflexionando sobre el gobierno de Ovando, tendencias al autogobierno social. Este es un eje
insiste en que Bolivia tiene una rica tradición definitivo de una posición que supere el libera-
izquierdista, incluso llega a decir que “Bolivia lismo electoralista, tal vez uno de los mayores
misma es un país izquierdista”. Más allá de que problemas de los procesos actuales son los libe-
haya sido cierto, siga siéndolo o no, nos ayu- rales antizquierdistas y antimarxistas solapados
da a pensar que no es pues España ni Argentina que pasan por “apoyo” o “intelectuales” de los
como muchos funcionarios o intelectuales libe- procesos y nos están llevando a un fracaso en
rales creen, con su ya casi consolidada política toda la línea, con sus visiones y prácticas de cla-
de adulación a las viejas y nuevas clases medias se media que ganan terreno en el gobierno día
y que nos está llevando al despeñadero. a día.
Pero más importante aún es que lo que dice Za- Claro que si las masas no van creando referentes
valeta sobre Ovando podría ser aplicado al pro- de autogobierno social y empoderamiento cre-
ceso actual para complementar el análisis de la ciente no es posible profundizar una parcial re-
forma en la que se está conduciendo política- volución política como la que vivimos, es muy
mente el proceso. No solo que no se ha intentado ilustrativo insistir en eso; como dice Zavaleta,
hacer una reorganización de la estructura orga- “la revolución es lo que las masas hacen” y no
nizativa (como la del PSUV en Venezuela entre lo que hace el Estado o los dirigentes. Con la
consiguiente implicación lógica que, a media-
no plazo –ya no solo será difícil profundizarla–,
sino incluso sostener el proceso actual si no to-
(...) si las masas no van creando
mamos en cuenta los planteamientos que Zava-
referentes de autogobierno social leta hacía a los gobiernos bonapartistas de fines
y empoderamiento creciente de los 60 y principios de los 70, que parecen
tener plena actualidad en la coyuntura actual.
no es posible profundizar una
Solo una precisión es necesaria, tal vez se diga
parcial revolución política como que se movilizará a las masas cuando “sea ne-
la que vivimos (...). cesario”, esta es una posición muy formal y bu-

64
rocrática, quizás cuando
se haga esto –si es que se
lo hace– sea demasiado
tarde, ya que la inercia
que se ha vivido de esta
imposibilidad de cons-
trucción de movilización
de masas, poder popular
desde abajo y empodera-
miento creciente de las
clases explotadas desde
una referencia socie-
tal y no estatal, la única
revolucionaria y trans-
formadora, no se pueda
concretar precisamente
porque la forma de con-
ducción del proceso se
Foronda Calle, Miguel (2018). Paz
construyó en el ciclo es-
tatal 2006-2018 sin que
este factor fuera en absoluto importante hasta analizan a las clases medias piensan solo en las
el día de hoy. Esto se está dando, por lo que fracciones y segmentos más altos de las mismas
yo considero una política de relación Estado- y creen, implícita o explícitamente, que todos
masas con orientación política de clase media, los estratos se comportan como este estrato su-
o para ser más preciso, una posición pequeño perior. Nada más falto de sentido crítico. En Bo-
burguesa. La construcción de empoderamiento livia hay toda una historia de lo que, siguiendo a
creciente de masas, poder popular se va constru- Gramsci y Zavaleta, podríamos llamar lo nacio-
yendo en años y décadas hasta hoy ni siquiera se nal popular, es decir, en términos muy sencillos,
ha iniciado. sectores populares enraizados en una cultura
política popular, con una cultura política “an-
Por lo tanto, ojalá no ocurra que las clases
tioligárquica”, con tendencia a revirar los ecos
medias (dentro y fuera del Estado) acaben de
de la “irradiación” proletaria mencionada por
inundar a la sociedad y al Estado con su visión
Zavaleta, etc., que, aunque ahora los llamemos
pequeño burguesa del proceso que vivimos. Ter-
clases medias porque han dejado recientemente
minemos de redondear y anudar las ideas cen-
el umbral de la pobreza no han cambiado sus
trales con este último acápite. ¿Cómo estamos
tradiciones, trayectorias y cultura política. Este
encaminándonos a que las políticas generales
millón y medio o dos millones de personas que
del ciclo estatal actual sean de clase media para
ahora clasificamos de “clases medias” tienen
las clases medias?
una larga historia subalterna, otra tradición po-
lítica marcada por estas relaciones de clase de
Política de clases medias vs. política larga data, y su cultura política está teñida de
clasista esos ecos de los sucesivos procesos de la lucha
de clases de los últimos cincuenta años por lo
Uno de los rasgos de los autores que están dis- menos. Esto es lo que no reflexionan y no en-
cutiendo sobre clases medias diferenciadas o tienden los liberales “pro proceso” en Bolivia.
no en nuevas o viejas, con análisis peyorativos Además, es mayoritaria respecto a las clases
o no, tienen algo fundamental en común des- medias altas y, justamente, esta progresiva ten-
de nuestra lectura, que consiste en que cuando dencia hacia la adulación de las clases medias

65
por parte del Estado es justamente lo que hace de lucha ajustada de la lucha de clases con ten-
ver con cierta sospecha al gobierno en un país dencias, y como articulador de la construcción
tan politizado en los sectores populares; por eso, de poder popular territorial), movilización des-
este es un grave error político e incluso coyun- de las masas y politización para revertir este
tural con el pretexto de la reproducción del po- resultado con una metodología popular o de
der del Estado. “republicanismo plebeyo”, o como se lo quiera
llamar, se recurrió a un mecanismo legal formal
Las razones por las cuales se inicia este declive
típico de abogados y clases medias que, como
de la parcial revolución política tienen que ver
describiré, es lo que justamente no hizo Chávez.
con la necesidad de construcción estatal y por
El ejemplo de cómo Chávez afrontó esto es to-
decisiones políticas que se van tomando desde
talmente esclarecedor para mostrar una estrate-
el 2010. Los primeros síntomas de esto se ven
gia de poder popular o de clase y una estrategia
en el gasolinazo del 2010, luego con el mane-
legal formal de clase media o pequeño burguesa.
jo del conflicto del TIPNIS en 2011. Con las
elecciones presidenciales de 2014 tenemos una Veamos: Chávez subió al poder el año 1998 y
manifestación más fuerte de las consecuencias el 2002 se produjo un verdadero golpe de Es-
de la nueva época, cuando por muchos moti- tado que lo mantuvo preso por unas horas en
vos en las elecciones subnacionales de 2015 una isla. Al fallar el golpe por la movilización
se pierde en El Alto la alcaldía; en La Paz, la de masas, Chávez radicalizó el proceso políti-
gobernación y la alcaldía; y en Cochabamba, co gradual pero sostenidamente desde el 2002
la alcaldía. De esta manera, entramos a un fe- hasta que murió en el 2013. Entre 2006 y 2007
nómeno fundamental, el referéndum del 21 de lanzó el PSUV, un proceso de reorganización de
febrero de 2016. la estructura organizativa a gran escala; durante
En una evaluación que hace un año después del el mismo perdió el referéndum por la reelección
referéndum el vicepresidente, respecto a este de 2007. Había ganado catorce elecciones se-
tema –entrevista en El Deber, febrero de 2017–, guidas por amplio margen y perdió este único
dice textualmente que fue un error, “una locura referéndum. ¿Qué hizo Chávez?
política”, pedirle a la gente carta blanca hasta el Entre 2007 y 2009 empezó un proceso de agi-
2025, seis meses después de la elección general tación de masas, una reorganización de la es-
ganada por Evo Morales, teniendo asegurado ya tructura organizativa a gran escala y, lo más im-
el gobierno hasta el 2019. Más allá de que eche-
mos la culpa a quien sea (a la CONALCAM, al
núcleo central del ejecutivo o a algún personaje
en especial), está claro que plantearse el hacer (...) esta forma de construcción
el referéndum para volver a habilitar a Evo Mo-
rales para las elecciones del 2019 en el 2016, política está costando
en la perspectiva de tener resuelto el asunto de políticamente tanto al proceso
una forma tan impaciente y precipitada, fue un
y al gobierno, por el nivel
grave error político nuestro, como el vicepresi-
dente reconoce, y que debería ser motivo de un de politización de sectores
debate amplio y generalizado dentro del MAS y populares de clases medias y
los sectores afines al proceso y no hay una sola
mención a esto. bajas que ven esto con sospecha
Peor aún fue la reacción frente a este hecho y los desmoraliza (...), pero
histórico, en vez de sacar conclusiones críticas parecería que hay una corriente
fundamentales y plantearse una gran reorgani-
zación de la estructura organizativa (cambiar al
mayoritaria incluso dentro del
MAS de bolsa de organizaciones a organización MAS que dice “así no”.

66
portante, de construcción de los elementos de
formas de autogobierno social (comunas, círcu-
los bolivarianos) y de creciente empoderamien-
to social, que con fuerza se empezaron a cons-
truir, y siguieron al menos hasta el 2013 (año de
la muerte de Chávez), y que con menos fuerza
–por la crisis que comenzó y se profundizó en el
2014– siguen hasta hoy. Como resultado de esta
estrategia, que no era puramente electoral, en un
nuevo referéndum en el 2009 Chávez ganó la
posibilidad de ir a la reelección.

Chávez juntó y fusionó necesidad política co-


yuntural y proceso de construcción estratégico
de poder popular y formas de autogobierno so-
cial, por eso no fue casual que en el 2009 ganara
en un nuevo referéndum popular, y no por me-
dio de mecanismos legales ni movidas por enci-
ma de la base clasista de la sociedad. Al contra-
rio, lo fundamental era la lucha por profundizar
el proceso de construcción en la sociedad o, si
se quiere, afianzar, expandir y profundizar las
alianzas clasistas y de los subalternos y explo-
tados movilizándose juntos, con objetivos a va-
rios niveles. Uno muy importante, la reelección,
pero no el único. Un objetivo en sí mismo era la
Foronda Calle, Miguel (2017). Sueños esfumados
movilización de masas y la construcción de re-
ferentes societales de la lucha y el autogobierno
social, los círculos bolivarianos y las comunas. tegia más grande, convocar a otro referéndum
Esto es a lo que nos referimos cuando plantea- el 2017 o el 2018 y ganarle en la cancha a los
mos una estrategia de poder como la de Chávez, sectores conservadores como lo hizo Chávez.
que es una estrategia de poder popular, o de cla- Este largo proceso es lo único que puede ex-
se trabajadora, o de “republicanismo plebeyo” plicar por qué perdura hasta hoy en Venezue-
o como se la quiera llamar. La misma hace én- la, pasando por lo menos un año o más con
fasis en seguir disputando dentro de las masas enormes dificultades económicas; se debe a la
movilizadas y la sociedad la iniciativa política construcción de esta estrategia política de po-
y en avanzar hacia formas de poder popular y der popular. En cambio, en Bolivia se renunció
autogobierno social, versus lo que se decidió en completamente a esta opción, que incluso tenía
Bolivia, una estrategia legal formal que elude el mejores condiciones de implementación que en
tema fundamental que era el de aprovechar este Venezuela, y se fue por la vía de mecanismos
resultado electoral, la derrota del 21F y reposi- leguleyos, de abogados, típica medida pequeño
cionar dentro de las clases populares el proceso. burguesa de artilugios y movidas legales. Preci-
Diríamos que teníamos el mejor motivo para re- samente por eso, esta forma de construcción po-
tomar la iniciativa política, con una estrategia de lítica está costando políticamente tanto al proce-
poder como la de Chávez, dentro de la sociedad, so y al gobierno, por el nivel de politización de
hacer agitación de las masas, empoderamiento sectores populares de clases medias y bajas que
creciente, construir elementos de poder popular ven esto con sospecha y los desmoraliza, sien-
y autoorganización y, como parte de esta estra- do que incluso reconocen la necesidad política

67
de una nueva habilitación del presidente, pero decir, después del 21F hacer agitación de masas,
parecería que hay una corriente mayoritaria in- retomar la iniciativa en la sociedad misma de
cluso dentro del MAS que dice “así no”. forma sincera, proyectar el proceso hacia for-
mas de creciente empoderamiento social y for-
Hay compañeros del MAS y afines al proceso
mas de autogobierno como la propia Venezuela
que claramente son una corriente importante
había emprendido años antes y que, además,
que cuestionan si estas formas de manejo del
había mostrado su importancia; hacer un nuevo
poder conducirán a preservar y profundizar el
referéndum y ganarle en la cancha a los sectores
proceso o lo están erosionando incluso delibera-
conservadores. Esta es una estrategia de poder
damente, más allá de las buenas o malas inten-
que combina coyuntura con necesidad estra-
ciones de los agentes políticos que los operan.
tégica desde un punto de vista revolucionario
Lamentablemente, está empezando a cundir una
clasista. Sobre todo, teniendo enormes ventajas
desmoralización por estos mecanismos, en los
que claramente se cometen errores garrafales en casi todos los campos estratégicos y casi la
desde el punto de vista popular, crítico y revo- garantía de que se lograría el objetivo liberal
lucionario; como el precipitarse a convocar el electoral; la enorme diferencia es que en vez
referéndum y, además, insistir públicamente con de una creciente desmoralización y pérdida de
“el día de la mentira”, en vez de reconocer que iniciativa en la sociedad que estamos viviendo
se cometió un error como el propio vicepresi- hoy, se tendría lo contrario.
dente planteó. En un país politizado, al contrario Está pendiente un análisis más detallado y con
de verlo como una debilidad, ayudaría el ir re- más datos de por qué no se toma esta vía, más
planteando y reconduciendo la relación Estado popular, emancipativa, y hasta responsable con
y masas en este ciclo estatal, algo que nadie está el proceso que vivimos. El argumento de que
haciendo. era muy caro hacer un nuevo referéndum o que
Más aún, la “solución” que se dio al problema no había tiempo, creo que claramente es muy
del 21F. Con algunos compañeros –que no go- superficial y simplemente es un pretexto. Sobre
zan de ser liberales electoralistas incrustados todo, si se entiende lo fundamental, que en esta
en el Estado, con privilegios de su posición de y muchas otras definiciones políticas trascen-
clase– nos preguntamos el 2016 y nos segui- dentales que se toman están en juego las per-
mos preguntando hoy: ¿acaso no era la mejor cepciones y posicionamientos clasistas, que son
ocasión de practicar “el arte de la guerra”, de la base fundamental de la sustentación de cual-
SunTzu, y convertir un problema en ventaja? Es quier gobierno.

Bibliografía

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Pineda, Daniel y Valdés José (s/f). La Revolución Social y la Revolución Política. Una aproximación
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fulsv_301111.pdf.
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http://www.rebelion.org/noticia.php?id=241205.
Soruco, Ximena y otros (2014). Composición Social del Estado Plurinacional. La Paz: CIS.
Zavaleta Mercado, René (1971) (2011). “Reflexiones sobre abril”. En: Zavaleta Mercado, René, Obra
Completa. Tomo I. La Paz: Plural.
Zavaleta Mercado, René (1970) (2011a). “Ovando Bonapartista”. En: Zavaleta Mercado, René, Obra
Completa. Tomo I. La Paz: Plural.

68
La clase media imaginada
por Amaru Villanueva*

Los debates suscitados en torno a la clase media centrífugo. Estaban quienes destacaban el perfil
boliviana en el último tiempo podrían hacernos clasemediero de las movilizaciones de diciem-
pensar que estamos ante una categoría cada vez bre de 2017 (Juárez, 2018) y febrero de 2018
más repleta, de la mano de un significante en (Seleme, 2018); aquellos que reaccionaban
riesgo de quedar cada frente a “incitación”
vez más vacío. (Brockmann, 2018)
En su informe a la del vicepresidente;
Asamblea Legislati- otros cuestionaban
va por el Día del Es- los contornos econó-
tado Plurinacional, el micos y culturales de
presidente Evo Mo- la categoría en cues-
rales (2018) afirmaba tión. A Jorge Koma-
que la clase media dina (2018) le olía
se había incremen- raro que la categoría
tado en más de tres se haya convertido
millones de personas “en algo gelatinoso
desde el 2005, hasta como un molusco
llegar al 58 % de la despojado de su capa-
población en 2017. razón”, rechazando la
Sin invocar cifras, el idea de que se pueda
expresidente Carlos pensar en ella como
Mesa (2018) parecía un sujeto político con
coincidir con la abru- una orientación ideo-
madora magnitud de lógica marcada. Por
la clase media en el mi parte (Villanueva,
país, caracterizándo- 2018), destacaba que
la como “árbitro del la clase media se ha-
destino electoral” y bía convertido en una
“el interlocutor más categoría en disputa,
importante de Boli- apropiada por unos y
via”. Por su parte, el Ríos, Liliana (1990). El viejo, aguatinta criticada por otros.
vicepresidente Ál- A juzgar por el núme-
varo García Linera ro de voces que se sumaron al debate, podría-
(2018a, 2018b) esgrimía una subdivisión entre mos decir que este llegó a su apogeo entre enero
una “clase media tradicional” (decadente) y una y febrero de 2018. Sin embargo, esta discusión
“nueva clase media” (ascendente), generando el se venía gestando hace ya algunos años, y se
escenario para una lucha de clases 2.0. inauguró con una controversia relacionada a
En medio de las declaraciones políticas, se su- caracterizar a la clase media en base a la estrati-
maron varias voces a un debate cada vez más ficación por ingresos. En abril de 2016, Gonzalo

* Licenciado en filosofía, política y economía; maestría en ciencias sociales de internet (Universidad de Oxford). Fundador de la revista Bolivian Express,
exdirector del CIS, coordinador/coautor de tres libros. Actualmente, cursa un doctorado en sociología (Universidad de Essex) y es docente universi-
tario. (amaruv@gmail.com)

69
Colque cuestionaba el crecimiento de las clases expresión gráfica de estos umbrales (y sus res-
medias registrado en el último Informe de Desa- pectivos cortes) sugieren que la distribución de
rrollo Humano del PNUD (2016), tachando de ingresos ha cambiado en términos geométricos,
“ficticia” esta expansión, debido a que el gru- pasando de una forma clásicamente piramidal,
po de ingresos medios bajos, en realidad estaba a una forma romboide, cuyo centro se ensancha
compuesto en buena proporción por un “estrato por fuera de su base y su cima.
medio vulnerable” (Colque, 2016). También en Un elemento de entrada a la discusión en tor-
respuesta a ese informe, Julieta Paredes consi- no a estos datos es la tendencia a enfocarse en
deraba que lo que se buscaba mediante estas ca- el estrato medio como segmento consolidado y
tegorías era despolitizar a la población, “crean- unitario. De forma análoga a la disgregación en-
do un imaginario de desclasamiento” (Paredes, tre pobreza moderada y extrema, el estrato me-
2016). Casi dos años después, y frente a los su- dio de ingresos también suele dividirse en dos
cesos más recientes, añadiría en una entrevista segmentos. Dependiendo del analista encargado
televisada que “no se ha ampliado la clase me- de la rotulación, la parte inferior del estrato en
dia, se ha mejorado las condiciones del pueblo” cuestión se puede etiquetar tanto como “ingre-
(Paredes, 2018). sos medios bajos”, o “clase media vulnerable”,
expresión que trasciende una clasificación neta-
En este artículo pretendo distinguir tres elemen- mente estadística. Estas sutiles pero significati-
tos constitutivos dentro de esta serie de deba- vas diferencias conceptuales nos dicen al menos
tes. En primer lugar, analizaré algunos datos dos cosas: en primer lugar, que la estratificación
económicos a partir de los cuales se construyen por ingresos es una aproximación que aún dis-
narrativas y esquemas para retratar la estructura ta de estar estandarizada; en segundo lugar, que
social del país. En segundo lugar, ensayaré una los debates no suelen generarse a partir de las
breve genealogía de las categorías de estratifi- cifras, sino de los segmentos y términos con los
cación por parte de actores políticos e institu- que se construye una narrativa de estructura so-
cionales involucrados en disputar sus contor- cial en base a los datos disponibles.
nos. Finalmente, abordaré las propiedades que
En menor medida existen discusiones técnicas
frecuentemente se le atribuyen a la clase media,
acerca de los umbrales adecuados, o la meto-
concebida como actor político, para intentar
dología utilizada para construir un determinado
aproximarme al tema de fondo detrás de estas
indicador. La desigualdad económica ofrece un
disputas, más allá de cambios en la estructura
ejemplo sugerente de ello. De acuerdo a datos
socioeconómica del país.
compilados por el Banco Mundial, el índice
de Gini de Bolivia se redujo de 0,59 en 2005
La transformación socioeconómica: (tiempo en el cual se disputaba el primer lugar
del dato al discurso como el país más desigual del continente), has-
ta llegar a 0,45 en 2016, el último año para el
Bolivia ha atravesado una serie de cambios so- cual se han publicado cifras. A pesar de que esta
cioeconómicos significativos durante la última medida aún sitúa al país en la tercera parte de
década, frecuentemente expresados con refe- los países más desiguales del planeta, hoy está
rencia a la reducción en los niveles de pobreza a la par con Ecuador (0,45) y registra un me-
extrema y moderada. De acuerdo a los últimos nor nivel de desigualdad de ingresos que Bra-
datos publicados por el INE, la pobreza se redu- sil (0,51), Paraguay (0,48), Colombia (0,51) y
jo de 59,9 % en 2006 a 36,4 % en 2017. Corres- Chile (0,48)1. Otras metodologías para medir la
pondientemente, el estrato de ingresos medios desigualdad de ingresos retratan su reducción
se habría incrementado del 35 % al 58 %. La en términos aún más dramáticos. Un grupo de

1. Los datos para Chile y Brasil son tomados de 2015, ya que el Banco Mundial aún no ha registrado este indicador para 2016.

70
Foronda Calle, Miguel (2017). El paso del tiempo

economistas recientemente reportaron que en le han atribuido estos cambios de manera casi
2005, el 10 % más rico de la población gene- exclusiva a las políticas del gobierno actual,
raba 128 veces más que el 10 % más pobre, y algunos enfoques han propuesto que las trans-
que hasta 2015 esta diferencia se habría reduci- formaciones socioeconómicas son producto de
do a 37 veces (Ugarte Ontiveros, Cruz Quisbert trayectorias educativas y laborales que datan
y Colque, 2016)2. Ambas formas de retratar la de décadas anteriores (ver Rea Campos, 2016).
desigualdad se basan en datos provenientes de Otros han sugerido que la movilidad social no
la Encuesta de Hogares, pero está claro que pin- ha sido estructural (Página Siete, 2018), y tam-
tan narrativas distintas: en el primer caso una bién han surgido preguntas relacionadas en tor-
reducción del indicador en cuestión del 31 % y, no a la sostenibilidad de estas transformaciones
en el segundo, de 346 %. (Vásquez, 2018). Independientemente de medi-
ciones y causas, parece existir un acuerdo gene-
Las causas frecuentemente invocadas para ex-
ralizado en que la topografía social del país se
plicar la transformación socioeconómica son
ha transformado de manera significativa en la
de breve enumeración: el crecimiento sosteni-
última década.
do del PIB (cuyo promedio entre 2005 y 2016
supera al 5 % anual); un incremento sustancial Retornando a la medición del segmento de in-
al salario mínimo nacional (de Bs. 440 en 2005 gresos medios, es importante una discusión en
a Bs. 2.060 en 2017, es decir de 468 %); una mayor detalle acerca de cómo se deriva este
pujante demanda interna; y una serie de trans- estrato. Se define como el grupo que vive por
ferencias directas, en forma de bonos y rentas debajo del umbral alto de ingresos y por encima
(Pereira, Marconi y Salas, 2018). de la línea de pobreza moderada.
Muchas de las discusiones se han centrado más Resulta cuando menos llamativo que la línea de
bien en cómo referirse a los sectores medios, ya pobreza se calcule de forma indirecta pero razo-
sea en su conjunto o disgregados en subestratos nablemente inductiva (como explicaré más ade-
(Wanderley, 2018). Como respuesta a quienes lante) y que el estrato alto de ingresos tenga una

2. Cifras semejantes también fueron circuladas por el gobierno en diversas oportunidades. De acuerdo a mis propios cálculos, en base a datos
registrados por el Banco Mundial, entre estos dos periodos el ingreso del 10 % más rico en relación al 10 % más pobre se habría reducido de
91 a 32 veces. La diferencia aún es notoria, pero la divergencia respecto a los anteriores cálculos nos remite a potenciales discrepancias en la
metodología de cálculo.

71
definición fija (como el 5 % de la población con León, 2010). En el intento de construir un “índi-
ingresos más elevados). El estrato medio de in- ce global” de clase media, incluso se ha llegado
gresos es la única categoría que se define de for- a postular que estaría compuesta por quienes
ma residual, mediante una resta de las anteriores son miembros de un hogar con vehículo propio
dos de la totalidad de la población. De acuerdo (Dadush y Ali, 2012).
a la ubicación geográfica, la línea de pobreza se Sin embargo, en perspectiva histórica, la deriva-
calcula en base al ingreso necesario para cubrir ción de las clases medias a partir de niveles de
las necesidades básicas (alimentarias y no ali- ingreso es un fenómeno relativamente recien-
mentarias). En 2017, en el área urbana, esta ci- te. Como argumentaré en la siguiente sección,
fra era de Bs. 766,70 por persona. Considerando una breve genealogía de categorías de estrati-
que el salario mínimo ese año era de Bs. 2.000, ficación nos permitiría distinguir sus orígenes
implicaría que un hogar de dos personas (de las dicotómicos (en base a elementos raciales y
cuales solo una sea asalariada) que genere este étnicos), seguidos de una aproximación marxia-
monto mensual sería parte del estrato medio de na a las clases sociales (de base materialista y
ingresos, categoría que en tiempos recientes se ocupacional), hasta desembarcar en mediciones
viene llamando “clase media”. En este punto económicas (de corte desarrollista).
podríamos ponerle pausa a este disco y pregun-
tarnos si consideramos coherente que una sola
Imaginarios de la estratificación
categoría social incluya arquitectas, abogados,
vendedoras de mercado, porteros de edificio y
A lo largo de su historia, el territorio que hoy
otra serie de actores, independientemente de sus
comprende Bolivia ha sido escenario de des-
niveles educativos, seguridad ocupacional, pa-
igualdades abrumadoras, cuyos vectores pue-
trones de consumo, o aspiraciones de vida.
den reconstruirse a partir de permutaciones de
En el ámbito económico, varias medidas se ingreso, ocupación, etnicidad, género y área de
han ensayado para definir el estrato medio de residencia, entre otras intersecciones. Hablar de
ingresos. A modo de ilustrar el bajo consenso estratificación no solo nos remite a la realidad
en torno a este tema, un compilado reciente de social, sino a los discursos a través de los cua-
aproximaciones a las clases medias latinoameri- les se retrata al país en base a sus clivajes más
canas incluye nueve artículos entre los cuales se marcados. Para aproximarnos a las categorías y
distinguen seis definiciones distintas (Dayton- términos predominantes en distintos momentos
Johnson y Heron, 2015). Por su parte, el Banco de la historia moderna del país, debemos remi-
Mundial (2012) define la clase media como la tirnos a la imaginación política mediante la cual
población que genera ingresos de 10 a 50 dóla- se esboza esta topografía social.
res, y el OECD la define como quienes generan El historiador E. P. Thompson distingue entre
entre 50 % y 150 % de la media estadística de nociones históricas de clase que son “reales”
ingresos en cada país. Una definición anómala y empíricamente observables, y aquellas que
(Easterly, 2001) fija a la clase media en el 60 % simplemente son una categoría analítica, que
de la población, constituyéndola a partir de los devienen en un planteamiento retrospectivo de
quintiles 2, 3 y 4 de la distribución de ingreso clase que ocurre únicamente “dentro de nuestras
de cada país. Pero incluso entre economistas, propias cabezas” (1978: 147). Para él, la “clase”
los umbrales de ingresos eventualmente resul- debe ser vista como una categoría históricamen-
tan insuficientes para aproximarse al segmento te contingente. Refiriéndose a “proto-luchas de
objetivo. Mediante una construcción híbrida, en clase” en Europa durante el siglo XVIII, afirma
un estudio la CEPAL incluye en esta categoría que “si el concepto de clase no estaba disponi-
a personas en el estrato medio de ingresos, su- ble dentro del sistema cognitivo de las personas
madas a personas del estrato bajo de ingresos, […] luchaban sus propias batallas históricas en
pero con “buenos” trabajos (asalariados en ocu- términos de ‘estamentos’, ‘rangos’, ‘órdenes’”
paciones no manuales) (Franco, Hopenhayn y (1978: 134), estas no se traducen en la existen-

72
cia de clases como tal, a menos que el
concepto se reduzca a un tropo heu-
rístico. La diseminación de ideologías
igualitarias trajo consigo una serie de
instituciones, partidos, y discursos que
harían mención explícita a las clases
sociales en Europa durante el siglo
XIX, pero que aún tardarían décadas
en instalarse en Bolivia.
Visto de este modo, hablar de clases
sociales no solo nos remite a una es-
tructura social de un momento deter-
minado, sino a una forma de inter-
pretar la misma mediante categorías
conceptuales. Entonces, correspon-
dería preguntarse ¿cómo se concebía
la estructura social en Bolivia antes
de la llegada de las categorías de cla-
se marxistas al país? El clivaje quizá
más profundo y duradero consiste en
la clásica distinción entre “indios” y
“no-indios”, diferencia racial institu-
cionalizada durante el periodo colo-
nial. La etnohistoriadora Olivia Harris
(1995) destacaba que la categoría del
“indio” fue inicialmente establecida
como una categoría tributaria y admi-
nistrativa, mediante la cual se fijaban
Ríos, Liliana (1989). Dibujo a tinta
obligaciones de la población nativa
hacia el Estado colonial (sin tomar en
cuenta que se trataba de un grupo di- so que la dinámica entre “indios” y “mestizos”
verso y acaso internamente estratificado)3. A lo únicamente se aproximaba a la relación entre
largo del siglo XIX, diferencias entre indios y clases sociales. Desde entonces, y hasta la se-
mestizos criollos se acrecentaron como diferen- gunda mitad del siglo XX, Harris argumentaba
cias ya no administrativas, sino raciales y cultu- que la categoría del “indio” adicionalmente iría
rales. A la vez surgieron grupos que desestabi- crecientemente acompañada de participación li-
lizaban la dicotomía racial; artesanos y obreros mitada en el mercado, altos niveles pobreza, y
urbanos formaban parte de un segmento medio trabajo agrario-rural de subsistencia.
indeterminado, pero aún fuertemente ligado a Si bien los discursos de estratificación más ade-
la población india. Estos dieron paso a la confi- lante gravitarían hacia un imaginario de clases
guración de polos de mestizaje (criollo e indio) sociales, no darían fin a la distinción dicotómica
que a su vez generaron categorías de hibridez entre “indios” y “no indios” en varias esferas.
subalterna, como la del “cholo”. A causa de la Este esquema encontraría eco, por ejemplo, en
alta correlación entre estatus étnico y ocupacio- la ya conocida división que para Reinaga (1969)
nal (Barragán, 2009), Harris (1995: 361) propu- perduraba entre “las dos Bolivias”. En este sen-

3. Entre las categorías de subestratificación figuran aquellas relacionadas al lugar de origen, residencia, tenencia de propiedad y tipo de ocupación,
entre ellas “qamiris”, “originarios”, “forasteros” y “yanaconas”.

73
guido del Partido Obrero Socialista (POS)
en 1919. Más adelante se fundaría un nuevo
Partido Socialista en 1927 (Shchelchkov y
Stefanoni, 2016), marcando el asentamien-
to de estas ideas en el país como parte del
sistema de partidos. En las siguientes déca-
das, tanto el PIR (fundado en 1936) como
el POR (fundado en 1940) continuaban
refiriéndose al “problema del indio”, pero
iban más allá de los clásicos términos ra-
cializados de este debate, demandando que
los campesinos formaran una vanguardia
revolucionaria en coalición con trabajado-
res y clases medias (Klein, 2011: 198). Para
ese entonces, las clases medias se referían
difusamente a criollos y mestizos urbanos,
en ocupaciones no-manuales, y con cierto
nivel educativo; en resumen, una serie de
atributos capaces de demarcarlos claramen-
te de los sectores populares.
La revolución de 1952 no fue tanto el ini-
cio como el desenlace de una serie de cam-
bios profundos en las ideas políticas acerca
de la composición social y étnica del país.
Para ese entonces, el esquema predominan-
te durante la época colonial se había reem-
plazado con otro modelo postulado, ya no
Foronda Calle, Miguel (2017). Contraste urbano en términos raciales, sino ocupacionales.
El clivaje principal propuesto por el MNR
se esgrimía entre una “oligarquía” (ligada a la
tido, los discursos en torno a la estructura social rosca y la “antinación”) y “el pueblo” (de com-
pueden verse como una serie de continuidades posición tripartita, formada por clases medias,
solapadas, cuyos clivajes entran y salen de uso obreros y campesinos).
en el lenguaje político e intelectual predominan- Pasando de estar agrupados bajo la categoría ra-
tes en distintas épocas. cial de “indios”, los trabajadores agrarios (sobre
Las aproximaciones que hacían uso explícito de todo en tierras altas) gradualmente se convir-
la clase social como categoría llegaron a Bolivia tieron en “campesinos”, indistintamente de su
con cierto rezago. El socialismo tuvo una llega- origen étnico, dentro de los discursos políticos
da embrionaria al país a mediados del siglo XIX, predominantes del momento. El proyecto nacio-
como consecuencia de ideas igualitarias que se nalista implicaba una marcha inexorable hacia
fueron irradiando desde Europa. Por ejemplo, en la asimilación ciudadana, de la mano de una
1855 el presidente Manuel Isidoro Belzu predi- reforma educativa y el sufragio universal. La
caba su ideología en base a una contraposición Revolución aspiraba a llevar adelante un pro-
entre “las masas populares” y la “oligarquía” yecto de unificación en torno al mínimo común
(Schelchkov, 2016: 24). Pero el socialismo y denominador del mestizaje. Este giro discursivo
el marxismo recién se empezarían a instalar en intentaría apartar a las categorías de raza y etni-
Bolivia a principios del siglo XX, con la funda- cidad como ejes a partir de los cuales compren-
ción efímera del Partido Socialista en 1914, se- der la estructura social del país. El énfasis en

74
(...) los discursos en torno a la to público”, incluyendo redireccionar subsidios
hacia la provisión de servicios ostensiblemen-
estructura social pueden verse te “pro-pobre y pro-crecimiento” (Williamson,
como una serie de continuidades 2004: 3). Este último punto es central a esta
breve genealogía, pues sugiere que las prescrip-
solapadas, cuyos clivajes entran y ciones no solo estaban predicadas en base a la
salen de uso en el lenguaje político generación de condiciones económicas que ayu-
e intelectual predominantes en den a los Estados a salir de su estado de crisis y
endeudamiento, sino a mejorar las condiciones
distintas épocas. de vida de un segmento definido a partir de su ni-
vel de ingresos, y bajo el monitoreo continuo de
organismos multilaterales. Como relata Hickel:
la categoría social del campesinado tuvo como (…) hoy, el discurso predominante acerca de la
efecto implantar a la clase social (qua ocupa- pobreza solo se remonta a 1990, por la línea de
ción) como parte central en el esquema de es- base utilizada por los Objetivos de Desarrollo del
Milenio (ODMs), o incluso a 1981, cuando el
tratificación oficial. Esta consiguió su más clara
Banco Mundial publicó sus primeras estadísticas
cristalización en la COB, agrupando a distintos
económicas. (2017)5
sectores obreros y agrarios, entre ellos “mine-
ros, fabriles, ferroviarios, bancarios, gráficos, Si bien la Alianza para el Progreso ya había
empleados de comercio e industria, constructo- creado un plano de cooperación internacional
res, panificadores, campesinos” (COB, 1952). basada en un discurso desarrollista en la década
¿En qué momento entonces se comienza a con- del 60 (incluyendo objetivos relacionados a un
cebir a la clase ya no en términos de categorías crecimiento per cápita de 2,5 %, y una reducción
ocupacionales, sino de niveles de ingreso? indeterminada en la desigualdad de ingresos)
(Lowenthal, 1991), la medición estandarizada
En 1982, luego de dieciocho años de dictaduras
de la pobreza no llegaría hasta la década del 80.
militares, la hiperinflación y la crisis económica
eran algunos de los desafíos más serios a ser en- El primer estudio de distribución de ingresos en
frentados por los nuevos gobiernos democrática- Bolivia fue realizado por la Misión Musgrave
mente electos. Al igual que muchos otros países en 1975. En 1979 el Programa Regional de Em-
en busca de salida a sus adversidades económi- pleo para América Latina y el Caribe (PREALC)
cas, el gobierno de Víctor Paz Estenssoro ce- actualizaría esta estimación al incluir datos del
dió frente a la presión para aceptar un programa censo de 1976. En la década del 80, Rolando
de ajuste estructural, como parte de lo que más Morales publicaría junto a sus colaboradores
tarde se conocería como el Consenso de Wash- (Morales, Aguilar y Pinto, 1984) un estudio
ington4. Los diez condicionamientos impuestos pionero que, combinando una distribución de
para el rescate financiero involucraban una serie ingreso con un umbral de ingresos mínimos,
de medidas a ser implementadas, que podrían fue el primero que se propondría dimensionar
resumirse en un cóctel de austeridad, privatiza- a la población pobre e indigente. En la década
ción y liberalización. Crucialmente, suponían del 90 llegarían estudios en mayor profundidad
el “reordenamiento de las prioridades del gas- (PNUD, 1990) que combinaban formas direc-

4. Término acuñado por John Williamson en 1989 (ver Williamson, 2004).


5. El economista Martin Ravallion observó en 1990 que las líneas de pobreza de muchos de los países más pobres convergían cerca de US$
1,02. Siguiendo su recomendación, el Banco Mundial adoptó este umbral de pobreza absoluta, como primera línea internacional de pobreza
(IPL). Esta medida permaneció hasta 2008, cuando el Banco Mundial la cambió por US$ 1,25 a niveles de paridad de poder adquisitivo (PPP)
de 2005, y nuevamente en 2015 a US$ 1,90, en base a un PPP ajustado a 2011. Lo que puede resultar sorprendente de semejantes ajustes
técnicos es que, de la noche a la mañana, cientos de millones de personas en todo el mundo entran y salen de la pobreza mediante una extraña
alquimia estadística, sin la más mínima modificación material en sus condiciones de vida.

75
tas (necesidades básicas insatisfechas o NBI) e de ingresos. Tampoco es mi intención detener-
indirectas (línea de pobreza o LP) para medir me en un repaso de la pobreza y su medición; si
la pobreza. Luego de la realización del censo la menciono en estos párrafos es debido a que
de 1992, uno de los estudios más relevantes de está íntimamente relacionada con el segmento
este periodo (INE-UDAPSO-UPP, 1995) tam- que nos concierne. Dada la enorme preponde-
bién basaría buena parte de su enfoque en las rancia de la pobreza como proporción de la po-
NBI. No se llegaría a un consenso respecto a las blación (independientemente de los métodos de
mediciones de la pobreza, que seguirían ensa- medición), los estudios de estratificación ante-
yándose por un tiempo; incluso años más tarde riormente mencionados se enfocaban de forma
documentos oficiales (UDAPE, 2003) usaban casi exclusiva en esta categoría.
un enfoque con tres líneas de pobreza: extre-
Esta tendencia es corroborada explícitamente
ma, moderada baja, y moderada alta, en base a
por el Informe de Desarrollo Humano de 2010:
una aproximación (Foster, Greer y Thorbecke,
“en el estudio de los problemas sociales en esas
1984) que al día de hoy comienza a caer en des-
décadas se privilegió el análisis de la pobreza
uso. La pobreza se había convertido en un ob-
al margen de las estructuras sociales” (PNUD,
jeto técnico de estudio, útil para el seguimiento
2010: 58). Este estudio rompe con las tenden-
y evaluación de la incidencia de políticas públi-
cias anteriores al retratar cómo, de 1999 a 2007,
cas, sin señales de que pudiera concebirse como
el país atraviesa un punto de inflexión mediante
una categoría social con atributos culturales o
el cual el estrato medio de ingresos sobrepasa
políticos.
por primera vez la tercera parte de la población
La etapa neoliberal incluyó la implantación de nacional (PNUD, 2010: 113), hecho que cataliza
un nuevo tropo acerca de la desigualdad social un análisis más detenido acerca de este sector. Y
basada en la estratificación a partir de niveles de silenciosamente nace con la pobreza su gemela
ingreso. De forma posterior, también se instala- siamesa llamada “estrato medio de ingresos”, a
ron mediciones de pobreza y desarrollo humano partir de la cual hoy se ha derivado una “clase
que incorporarían carencias relacionadas a la media” como segmento socioeconómico. Un
educación, salud y nivel de vida6. Esto no quiere segundo punto de inflexión ocurriría entre 2010
decir que los imaginarios de composición social y 2012, cuando este mismo estrato sobrepasaría
en base a vectores étnicos u ocupacionales des- la mitad de la población, hasta llegar al 58 %
aparecieron del radar; simplemente fueron des- en 2017.
plazados gradual e imperceptiblemente dentro
de los discursos institucionales predominantes. Las clases medias como circunscripción
La transposición más significativa estaba basada imaginada
en la suplantación de la clase como función de
alguna categoría ocupacional, a la clase como
La genealogía conceptual ensayada en la ante-
función del nivel de ingresos.
rior sección se ha enfocado principalmente en
Planteado de manera más constructivista (pero discursos políticos e institucionales. Si bien es-
quizá no tan constructiva), podría decirse que tos pueden tener una relación iterativa (y has-
la pobreza, como hoy la conocemos en Bolivia, ta recíproca) con formas de autoidentificación
se inventó en la primera mitad de la década del (ver Hacking, 2004), en el fondo no llegan a
80. No me refiero, por supuesto, a la hambruna retratar cómo las personas viven las relaciones
y formas diversas de precariedad que plagan la de pertenencia, estatus y desigualdad en sus vi-
historia de la humanidad hasta el día presente, das cotidianas y en sus propios términos. Una
sino a un discurso capaz de medir y monitorear pregunta central para cualquier esquema de es-
este fenómeno a partir de un determinado nivel tratificación consiste en preguntarse si “las ca-

6. El IPH-1 fue adoptado por el PNUD en 1998 y, posteriormente, fue reemplazado con el índice de pobreza multidimensional en 2010.

76
tegorías constitutivas son entes
únicamente nominales, o si tie-
nen un significado real para las
personas involucradas” (Grusky,
2004). O yendo aún más lejos, E.
P. Thompson argumentaba que
“la clase [social] es definida por
los hombres tal y como viven su
propia historia y, al final, esta es
la única definición” (1963: 11).
Tratándose de subjetividades
fragmentarias, considero que no
existe una aproximación meto-
dológica que pueda ofrecer una
explicación generalizada de lo
que significa hoy la clase social
en Bolivia, especialmente en
base a sus dimensiones socio-
culturales. Sin embargo, existen
datos que nos pueden dar un par Foronda Calle, Miguel (2017). Desesperación
de hilos a partir de los cuales em-
pezar a desenredar esta madeja.
algunas explicaciones pueden esbozarse: la es-
La Encuesta Mundial de Valores (EMV), reali- tigmatización que hoy trae pertenecer a uno de
zada por primera vez en el país en 2017, reporta los extremos del espectro social en Bolivia, los
que hasta un 69 % de los bolivianos se autoi- componentes fuertemente aspiracionales rela-
dentifican como clase media7, un porcentaje aún cionados a la pertenencia de clase, y la marcada
más alto que el segmento de ingresos medios trayectoria de ascenso socioeconómico de quie-
(58 %), que desde ya para algunas personas nes han percibido un cambio marcado respecto
(Colque, 2016; Paredes, 2016, 2018) sobredi- a una previa situación de subalternidad.
mensiona el tamaño de la clase media8. Sería un Me aventuro a decir que más allá de las catego-
exceso suponer que el porcentaje refleja iden- rías de clase que recurrentemente afirman aque-
tidades internalizadas, en tanto no surgen de llos actores involucrados en esta disputa discur-
una autoidentificación espontánea, sino como siva (políticos, instituciones, intelectuales) para
respuestas a una encuesta con categorías prede- referirse a terceros, los esquemas cognitivos que
finidas. De todos modos, es sugerente que la ci- configuran la vida cotidiana de las personas pa-
fra (aun tomando en cuenta el margen de error), san por otros vectores identitarios relacionados
sea tan elevada en relación al promedio mun- al estatus social. Este se conjuga mediante com-
dial (57 %), o a comparación de otros países en ponentes diversos: fenotípicos, de vestimenta,
la región, entre los cuales figuran Perú (55 %), educativos, geográficos, culturales, e incluso
Argentina (60 %) y Brasil (40 %)9. Este es un ligados al apellido. Entonces, ¿en qué queda
dato que amerita un estudio más detallado, pero este concepto gelatinoso? A riesgo de diluirse

7. Este número se disgrega en 66 % para la población adulta (19 % como “clase media alta” y 47 % como “clase media baja”) y 78 % entre los
jóvenes encuestados (de 12 a 17 años; 36 % como “clase media alta” y 42 % como “clase media baja”). Debe tomarse a la población adulta
como segmento de referencia para los demás países de la región, para los cuales no existen datos de una encuesta realizada a jóvenes.
8. De acuerdo al Banco Mundial, en 2013 el 70 % de los alteños se autodefinían como clase media (2013).
9. Datos tomados de la sexta ola de la EMV (2010-2014), dado que no existen aún datos consolidados para la séptima ola, aún en curso (2016-
2020).

77
Foronda Calle, Miguel (2018). Perspectiva indígena

(o incluso evaporarse) podríamos acercarlo a psicológica que les impedía tener una alianza
los debates coyunturales en Bolivia a partir de genuina con la clase trabajadora. Por su parte,
una aproximación tradicional, como un grupo Wagley (1964) también dudaba de la solidez de
socialmente diferenciado cuyos miembros com- las nuevas alianzas entre sectores, notando la
parten intereses económicos tendientes a ser re- tendencia de la clase media a sentirse incómoda
flejados en orientaciones políticas. frente al poder creciente de las masas urbanas
y rurales. Velando por su estabilidad, observó
El debate clásico en torno a las clases medias
que en el caso brasilero las clases medias fueron
latinoamericanas se inaugura con la publicación aquiescentes frente a los gobiernos militares,
del libro Political Change in Latin America (Jo- incluso llegando a apoyar abiertamente los gol-
hnson, 1958). Partiendo de una examinación de pes de Estado. No obstante, se había instalado
tendencias políticas en la primera mitad del siglo un debate en torno a las clases medias y su rol
XX, el autor argumentaba que “grupos interme- político en la región. A través de su expansión
dios” en la región habían comenzado a cambiar se pensaba que jugarían un papel cada vez más
su orientación política, pasando de ser clientelas importante en dirimir entre los intereses pola-
de viejas élites, para formar nuevas alianzas o rizados que confrontaban a las élites y grupos
“amalgamas” con “elementos trabajadores”10. subalternos. Entre quienes estudiaban el rol de
Proponía que este viraje alteraría el equilibrio las clases medias en los procesos democráticos,
de poder y traería consigo el potencial para existía un relativo consenso respecto a su cre-
transformaciones progresistas. Investigadores ciente importancia. Lo que generaba ambiva-
como Pike (1963) más adelante cuestionarían lencia era el resultado que estas transformacio-
las premisas de este enfoque, argumentando que nes sociales tendrían en resultados electorales,
las clases medias chilenas continuaban ligadas a pues no estaba claro si producirían gobiernos de
las élites mediante sus aspiraciones de consumo carácter más progresista o conservador. Samuel
y pertenencia, y que habían erigido una barrera P. Huntington (1968) llegó a ver en las clases

10. Es sugerente que Johnson haya evadido deliberadamente referirse a las “clases” sociales en su análisis, dado su agnosticismo respecto a estas
categorías, que incluso en su tiempo eran objeto de disputas discursivas.

78
medias un potencial revolucionario, pero pre- médicos, cocaleros, etc.), en cuyos intereses es
decía que a medida que envejecen, también se más fácil encontrar relaciones de contraposición
tornan más conservadoras. que armonía.
En otras partes del mundo, la relación entre clase Incluso en el intento de distinguir entre una
social y orientación política (medida a través del clase media “tradicional” y una “nueva”, la dis-
voto) fue estudiada con vigor desde la década tinción no es estrictamente equivalente con los
del 50. Estudios tempranos percibían una clara subestratos del estrato medio de ingresos “altos”
correlación entre el voto de trabajadores ma- y “bajos”/“vulnerables”. El clivaje popular/tra-
nuales por partidos de izquierda (Alford, 1963), dicional ciertamente es de relevancia, a pesar de
pero en años recientes se ha sumado la eviden- corresponder a un imaginario de estratificación
cia empírica de que esta correlación está en des- que se aproxima a un constructo multidimen-
censo, al menos en democracias “occidentales” sional (digamos, de corte Bourdieuano), antes
(Jansen, Evans y Graaf, 2013). Varias explica- que a un concepto de clase concebido a partir
ciones se han propuesto para esta tendencia, in- del nivel de ingresos. En un intento de dotar de
cluyendo cambios en los tamaños relativos de sustancia a cada subestrato, se podría hacer un
las clases sociales (generalmente definidas ocu- intento de definir su composición a partir de tra-
pacionalmente), y en sus atributos económicos yectorias sociales mediante las cuales grupos de-
(con una decreciente correlación entre nivel de terminados ganan, mantienen, o pierden formas
ingresos y tipo de ocupación). Adicionalmente, de privilegio y distinción. Un tema pendiente
un cierto grado de convergencia y dispersión para la investigación social en Bolivia consiste
entre las propuestas sociales y económicas de en dimensionar empíricamente estos grupos. A
partidos a lo largo del espectro político han he- pesar de que existen importantes avances cua-
cho más difícil una separación simple entre par- litativos en la caracterización de grupos en as-
tidos de “izquierda” y de “derecha” en países censo (ver Rea Campos, 2016; Tassi, Hinojosa,
diversos. Aparte de transformaciones complejas y Canaviri, 2015), no he podido evidenciar una
en la oferta política y demanda ciudadana, el aproximación semejante a grupos relacionados
tema latente de la heterogeneidad dentro de las a una “clase media tradicional”. Es de interés
categorías de clase (medidas a partir del ingre- particular comprender hasta qué punto un cliva-
so) es quizá el más relevante a las discusiones je de este tipo puede sostenerse inductivamente
contemporáneas en Bolivia. en base a vectores étnicos, ocupacionales y edu-
cativos, como punto de contraste a la estratifica-
Si bien es posible aglutinar dentro de la “cla-
ción por ingresos. Un siguiente paso consistirá
se media” (o cualquier otro rótulo) a quienes
pueden satisfacer sus necesidades básicas (ali-
mentarias y no alimentarias), me es difícil ima-
ginar una serie de intereses comunes entre los Si bien es posible aglutinar
supuestos miembros de este club sin membre-
dentro de la “clase media”
sía. Si suponemos que está compuesto por cerca
al 58 % de la población, sería una perogrulla- (o cualquier otro rótulo) a
da suponer que en términos numéricos pueda quienes pueden satisfacer sus
concebirse como “árbitro del destino electoral”
(Mesa, 2018), por su simple y abrumadora ma- necesidades básicas (alimentarias
yoría como parte de la ciudadanía. O más que y no alimentarias), me es difícil
una perogrullada, considero que la clase media
se refiere a una aglutinación expansiva acompa- imaginar una serie de intereses
ñada de un significante cada vez más vacío. Este comunes entre los supuestos
grupo fácilmente incorpora una serie de actores
con diversas modalidades ocupacionales (servi-
miembros de este club sin
dores públicos, contrabandistas, transportistas, membresía.

79
de quienes tienen una trayectoria ascenden-
te), en la medida en que la distinción social a
través del consumo tradicionalmente ha sido
aspiracional y basada en el mimetismo antes
que la confrontación (Veblen, [1899] 2009).
También existe la posibilidad que las trayec-
torias de ascenso social de las “nuevas clases
medias” sean predominantemente divergen-
tes, ocupando espacios económicos y simbó-
licos propios, y dando lugar a grupos de élite
paralelos.
El clivaje puede ser conceptualmente con-
tencioso, pero considero que el ejercicio de
disgregación de las “clases medias” en subes-
tratos es pertinente en la medida que van to-
mando forma categorías sociales con rasgos
más distintivos y con composición menos he-
terogénea. Un ejercicio posterior involucrará
descifrar si estas distintas aproximaciones a
la clase social ayudan a distinguir orientacio-
nes políticas colectivas, tema que abordaré
en otro artículo (Villanueva Rance, 2018 [en
edición]).

***********
Refiriéndose a las clases medias británicas,
Foronda Calle, Miguel (2017). Duelo el historiador Dror Wahrman (1995) exami-
naba los procesos mediante los cuales este
grupo ingresaba en el imaginario social y po-
en investigar en qué medida los grupos en cues-
lítico entre finales del siglo XVIII y principios
tión tienen intereses contrapuestos.
del siglo XIX. Proponía que la creación de esta
Es previsible que transformaciones tectónicas categoría estaba más ligada a transformaciones
en la estructura social encuentren expresión en discursivas, que a cambios subyacentes en la es-
sucesos como aquellos suscitados en el Mega- tructura social. Un proceso análogo ocurriría en
Center a principios del año 2015, con la llega- Argentina en el siglo XX, dando lugar a la in-
da de residentes alteños al barrio de Irpavi (ver ternalización generalizada de esta clase, en dis-
Maclean, 2018). En este escenario, pulsiones cursos tanto cotidianos como políticos (Adamo-
reaccionarias se exacerban en la medida que vsky, 2009). Si adoptamos un enfoque similar,
grupos se sienten invadidos o desplazados. A quizá podamos discernir entre transformaciones
pesar de periódicas tensiones de este tipo, consi- sociales aceleradas (que ciertamente dan mucho
dero que no se presenta necesariamente el esce- de qué hablar), y una reconfiguración en los es-
nario para una “lucha de clases”, al menos en su quemas a partir de los cuales se construye a los
sentido clásico. La disputa no es por los medios sujetos sociales en un determinado momento
de producción, sino por los espacios simbólicos histórico.
donde se reproduce la distinción social. Pero Las clases medias en Bolivia pueden pensarse
existen fenómenos que pueden tender a aplacar como una circunscripción imaginada sobre las
las luchas sociales visibles (al menos por parte cuales se intenta proyectar o inferir una serie de

80
atributos e intereses políticos. Invocarlas impli- las personas a quienes hacen referencia estas
ca ejercicios estadísticos, nominativos y retóri- etiquetas. A pesar de los altos (pero tenues) ni-
cos, algunos de los cuales he intentado exami- veles de autoidentificación con la clase media,
nar en este artículo. Quienes han protagonizado no he encontrado evidencia de que esta sea una
este análisis no son los segmentos en cuestión, categoría que se invoque de manera espontá-
sino políticos, instituciones y analistas, entre los nea, menos aún exaltada como bandera política
cuales por supuesto me incluyo. Por lo tanto, por parte de movimientos ciudadanos. La clase
este debate dice más de todos nosotros y cómo media prolifera como categoría de análisis en
ajustamos nuestras categorías de análisis para la opinión publicada, antes que como identidad
acercarnos a la realidad social, que acerca de social diferenciada en la opinión pública.

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83
Foronda Calle, Miguel (2018). Contraste gubernativo

84
Clase media en Bolivia, traduciendo el esperpento
por Marcelo Arequipa Azurduy*

Introducción nuestra bitácora sociológica, el punto de vista


de F. Fukuyama2, quien afirma que en ciertos
La idea con la que se puede comenzar este texto contextos en los que la clase media depende en
que sintetiza lo que ocurre hoy día con la cla- gran medida del sector público para su empleo,
se media es esa máxima filosófica de Ortega y el factor clientelista del poder informal resulta
Gasset (1982): “No sabemos lo que nos pasa y ser una variable determinante a la hora de pen-
eso es precisamente lo que nos pasa”, como un sar en términos electorales.
síntoma emocional más que como una certeza Desde una perspectiva económica3, un dato im-
racional. No hay duda que hoy un fenómeno portante es el informe encargado por el Banco
que reúne efectos políticos y económicos, al Mundial sobre esta temática en América Lati-
mismo tiempo que va en ascenso y se encuentra na4. El mismo indica que la pobreza disminu-
afianzado de distintas formas de acuerdo a cada ye poblacionalmente entre 2000 y 2010 en diez
contexto de país en Latinoamérica, es el surgi- puntos porcentuales (del 40 al 30), esto significa
miento de la clase media. para los autores del informe que en el continente
Conviene recordar someramente que este tema aproximadamente unos 50 millones de personas
tiene que ver con aquella vieja idea de la estruc- salieron de la pobreza.
tura social (Simmel, 1917), a partir de ahí se re- Desde el lado sociológico, el mismo informe
laciona a estas clases con lo referente a ingresos sostiene que en términos intergeneracionales
medios, con la identificación de las clases que aún seguimos dependiendo del nivel de educa-
estén vinculadas con el tema de la movilidad ción e ingresos que tengan nuestros padres para
ascendente o aquellos que pueden ser identifica- nuestro futuro; en términos de Platón, si naci-
dos/usados como parte de la preferencia política mos esclavos moriremos esclavos. En parte esto
(oposición y oficialismo en lo ascendente y lo se debe, por ejemplo, a que los padres cuyos in-
tradicional). gresos y formación educativa es superior, a me-
En algunos casos como Venezuela, Ecuador nudo ponen a sus hijos en los mismos colegios,
y Bolivia los gobernantes de turno se resisten excluyendo a los que se encuentran en sectores
a mencionar de forma optimista a esta clase más inferiores.
media; sin embargo, la necesitan como apoyo Lo dicho en el párrafo anterior se puede inter-
electoral1. En este sentido, resulta interesan- pretar como un factor explicativo importante
te tomar como un dato para la conducción de según el informe, porque se da en mayor inten-

* Doctor en Ciencia Política por la Universidad Autónoma de Madrid. Docente en la Carrera de Ciencia Política (UCB, La Paz).
arequipa.marcelo@gmail.com.
1. Para el caso de Ecuador, ver: “Esta casa es de la clase media, dice Rafael Correa al defender a Pedro Delgado”. En: Periódico El Universo, 20
de agosto de 2012. Para el caso boliviano: “Frases de Evo Morales sobre la clase media reciben réplicas”. En: El Diario, 12 de junio de 2012.
Para el caso de Venezuela: “Chávez y Capriles apuntan a jóvenes y clase media para conseguir votos decisivos”. En: La Tercera, 3 de octubre
de 2012.
2. El paper The Politics of Latin America’s New Middle Class se puede descargar en: http://s3.amazonaws.com/zanran_storage/thedialogue.org/
ContentPages/2558024107.pdf (consultado el 10 de abril de 2018).
3. Sobre el tema, ver el interesante artículo de Ariztía (2016), “Clases medias y consumo: tres claves de lectura desde la sociología”.
4. Ferreira, Francisco H. G.; Messina, Julián; Rigolini, Jamele; López-Calva, Luis Felipe; Lugo, María Ana; y Vakis, Renos (2013). Panorámica
General: La movilidad económica y el crecimiento de la clase media en América Latina. Washington, DC: Banco Mundial.

85
poblacional que ascendió no se inte-
gró completamente en la clase media,
sino que pasó a formar parte de un
subgrupo situado entre los pobres y la
clase media, a este segmento el infor-
me del Banco Mundial lo llama “vul-
nerable” y, sorprendentemente, en la
actualidad “constituye la clase social
más numerosa en toda la región” (Fe-
rreira, et.al., 2013: Prólogo).
Volviendo a nuestro país, un ele-
mento que hoy se presenta en el
marco de la clase media es el que los
hace situarse según niveles de reco-
nocimiento internos. Este reconoci-
miento que tiene la gente que ocupa
la clase media es diferente, en la me-
dida en que encuentran un puesto en
un contexto territorial determinado.
Aquí, una pregunta relevante podría
ser: ¿alguien de Tarija es compara-
ble con alguien de La Paz?, desde
luego que no. Por tanto, a continua-
ción, dos puntos serán desarrollados
como correlato del actual debate so-
bre el asunto de la clase media: 1.
El contexto democrático menos de-
mocrático; y, 2. El esperpento de la
clase media.

El contexto democrático
Foronda Calle, Miguel (2017). Personaje paceño menos democrático

Si algo sirve de componente explicativo para


sidad que en otras regiones del mundo. Por lo comprender el actual estado de ánimo pesimista
tanto, se intentará seguir una definición más cla- con la democracia es el de que en el globo “el
ra del tema de la clase media: número de democracias electorales cayó en 2010
por debajo de lo que era en 1995” (Kurlantzick,
[aquellas personas que] se encuentran más o me-
nos a mitad de camino de la economía y la socie-
2013: 7). Es decir, se evidencia una suerte de in-
dad y que poseen suficiente educación y dinero cremento de países que reflejan ciertas invasio-
para participar por entero en algún tren de vida nes de prácticas poco democráticas, lo dicho se
definido con mayor o menor concreción como halla en que para 2010, aproximadamente 53 de
dominante. (Olin Wright, 2018: 17) 128 países entraron en la categoría de democra-
cias defectuosas (Kurlantzick, 2013: 9).
Sin embargo, lo realmente llamativo es que
existe un porcentaje significativo de hogares En nuestro continente y de manera particular
(40 %) que se resistieron a ese fatalismo men- en nuestro país, esta sensación de vivir en una
cionado antes, pero gran parte de este conjunto democracia menos democrática se manifiesta

86
a partir de las diversas formas que existen de En nuestro continente y de
medir la cultura política. A continuación, resulta
importante rescatar algunos datos del último in-
manera particular en nuestro
forme de Cultura Política de la Democracia en país, esta sensación de vivir
las Américas (LAPOP) publicado por la Univer-
en una democracia menos
sidad de Vanderbilt para el año 2016-2017.
democrática se manifiesta a
Primero, lo que puede sonar a una excepción
en democracia, de apoyar golpes militares bajo partir de las diversas formas
circunstancias de altos niveles de crimen (inse- que existen de medir la cultura
guridad) o de corrupción, no lo es tanta. Lla-
política.
ma la atención que los bolivianos apoyamos en
37,8 %, y 32,5 % respectivamente. A este dato
se suma el hecho de que la confianza a los parti-
dos políticos se encuentra en apenas el 16,3 %, A este panorama político se suman algunos datos
siendo una de las más bajas valoraciones en el sociales que tampoco son alentadores; las perso-
continente. Al principio de este párrafo se de- nas que reportan haber sido víctimas por corrup-
cía que puede sonar a excepción el que exista ción rondan el 40,4 %, siendo el dato más alto de
un porcentaje importante de gente que apoya lo todo el continente. Ahora, este clima de corrup-
contrario a la democracia, pero a este panorama ción tiene relación con la sensibilidad ciudadana
sombrío se suma el factor de la tolerancia, en de la clase política, las personas que piensan que
el que estamos en el lugar 23 de 29 países, con más de la mitad de los políticos son corruptos
49,4 %; siendo el país con la más alta valoración constituye el 66,7 %; el dato más alto es Brasil
Canadá con 69,8 %, y el más bajo Colombia con con 83,4 %, y el más bajo Canadá con 21,8 %.
el 45,4 %.
El esperpento de la clase media
Cuando se analiza el dato del nivel de confianza
con los partidos por quintil de riqueza y por ni-
A menudo vemos la realidad transformada, des-
vel de educación, también se evidencia la fuerte
figurada, según nuestra propia perspectiva, y
reducción de apoyo a las organizaciones políti-
esto no es casual hoy día, porque como la po-
cas (ver tabla), a estos datos se suma aquel que
lítica de tener componentes relacionados con
habla de quiénes hoy día se declaran militantes
la ideología o las identidades, hoy pasa a tener
de algún partido político y que son apenas el predominantemente a los intereses como su
16,9 % de los encuestados en Bolivia. componente principal (Tormey, 2015). En ese
Confianza en los partidos políticos (%) marco, quizá la realidad es traducida a través de
esa sensación de malestar con las instituciones
Quintiles de riqueza5 Nivel de educación de la democracia, porque se asocia a esta con
la corrupción, incluso con grupos pequeños que
1: 20,7 % Sin formación: 27,6 %
dominan en base a intereses.
2: 19,3 % Primaria: 23,9 %
Este panorama del esperpento se desfigura más
3:16,9 % Secundaria:16,1 % todavía cuando se observa que en parte de la cla-
4:16,4 % Universitaria:12,6 % se media la oportunidad de un futuro razonable
en el que puedan realizarse es, cuando menos,
5:14,0 % complicado. El dato para traducir lo menciona-
Fuente: Elaboración propia en base a LAPOP 2016-2017 do tiene que ver con la llamada tasa de desem-

5. Los quintiles de riqueza son medidos en función de menor a mayor nivel de ingresos que las personas tienen (del 1 al 5).

87
pleo calificado6, aquí se observa que el 62,5 % López-Calva, et.al. (2014), y Choque, María del
de los jóvenes7 para el 2011 habían perdido su Carmen, et.al. (2011); o la movilidad intergene-
trabajo, mientras que para 2015 se incrementa- racional que es bastante variada10.
ron hasta el 69,42 %. A esto se suma que, según
los datos del INE para 2015, “de cada 100 per- Así pues, surgen algunas interrogantes en el ca-
sonas ocupadas 25 son jóvenes y de cada 100 mino de la definición de la clase media, como
personas desempleadas, cerca de 55 pertenecen que en el orden de lo aspiracional hoy día en
a la población juvenil” (La Razón, 7 de mayo Bolivia esta clase tenga las siguientes caracte-
de 2018)8. rísticas:
Los datos reflejados que tienen que ver con este (…) las personas que pasan a formar parte de la
esperpento se traducen también desde una mi- clase media tienen un nivel educativo superior
rada politológica a partir de lo que se entiende al de los que han dejado atrás. También es más
como el voto aspiracional9, es decir, como aque- probable que vivan en zonas urbanas y tengan un
llo que se quiere conseguir aún a pesar de que empleo en el sector formal. En el caso de las mu-
en algunas circunstancias se entienda que no se jeres de clase media, es probable que tengan me-
obtendrá, pero que generacionalmente tiene una nos hijos y que estén más integradas en la fuerza
laboral que las mujeres de los grupos pobres o
importancia capital.
vulnerables. (Ferreira, et.al., 2013: 1)
Relacionado con este tipo de comportamiento
electoral, se encuentra la definición de clase me- Para cerrar este esperpento aspiracional, volve-
dia como aquella donde se da una “construcción mos al Informe LAPOP 2017, en el que se ob-
constante de prácticas, identidades y fronteras serva que en el plano de la relación valorativa
tanto al interior de ella como en sus relaciones respecto a los servicios, en general de 29 paí-
con otras clases” (Visacovsky, 2010: 3). Hoy es ses, los bolivianos estamos en el lugar 16 entre
muy importante tomar en cuenta lo aspiracional aquellos con satisfacción de servicios locales
como un criterio determinante en el comporta- como carreteras, escuelas públicas y servicios
miento electoral, por ejemplo, relacionar la idea de salud. Finalmente, cuando se une la idea de
de que los hijos de uno tengan acceso a una me- satisfacción con los servicios locales y la satis-
jor educación. Lo dicho viene refrendado por la facción con la vida, los datos nos ubican en el
realización de una serie de estudios que trabajan lugar 26 de 29 países, con el 69 %, siendo el
la cuestión de la movilidad social, por ejemplo: más alto Costa Rica con el 84,5 % y el más bajo
Ferreira, et.al. (2013), Wanderley y Vera (2017), Haití con el 54,3 %.

6. “Marco Salinas, presidente de la Cámara Nacional de Comercio (CNC), sostiene, durante una entrevista con Animal Político, que uno de los
efectos negativos de la política salarial aplicada hace más de una década para los trabajadores es el surgimiento del ‘desempleo calificado’, un
fenómeno inédito en el país que afecta en gran medida a los jóvenes de clase media, con estudios superiores y que tienen dificultades crecientes
para hallar un trabajo de calidad y a la altura de sus expectativas de superación” ( “La política salarial afecta al empleo juvenil”. En: Periódico La
Razón, 7 de mayo de 2018).
7. Para el INE (Instituto Nacional de Estadística de Bolivia), la población joven se encuentra entre los 16 a 28 años.
8. Un argumento que suma a este: “Los salarios reales promedio han aumentado para los trabajadores pertenecientes a todas las categorías
educativas, excepto para aquellos que alcanzaron niveles educativos superiores. Entre 2000 y 2012, los salarios reales para los trabajadores sin
ningún nivel educativo aumentaron a una tasa promedio anual de 7%, 6% para los trabajadores con enseñanza primaria incompleta, 4% en el
caso de enseñanza secundaria incompleta y 3,4% con enseñanza secundaria completa” (Ferreira, et.al., 2013: 11-12).
9. “Esta clase media paga impuestos y exige mejores servicios y respeto. Genera conciencia. Es un sector social que está dispuesto a servirle a la
clase rica, venderle sus servicios. Trata de demostrar que tiene capacidades, habilidades, técnicas, conocimiento. Aspira a mejorar su posición
social, vincular (educativamente) a sus hijos con la gente rica” (“Precaria clase media”. En Periódico El Confidencial, 21 de octubre de 2013).
10. Por ejemplo: “El nivel de educación de la población económicamente activa con una edad entre 25 y 60 años ha mejorado en la última década,
siguiendo una tendencia de más largo plazo. La población activa con secundaria completa o universitario incompleto pasó de 20,8% a 33,8%
mientras aquellas que completaron la universidad incrementaron de 6,4% a 14,4% de la población ocupada durante este periodo” (Ferreira,
et.al., 2013: 5-6).

88
Foronda Calle, Miguel (2018). Guaraní

Ideas finales de lealtad político bien definido, como lo tendría


alguien que se ubica a la izquierda (los pobres
En este trabajo se intentó ofrecer una lectura de por lo común) o a la derecha (los ricos).
la clase media que va en un sentido no tan eco- En la dinámica de la clase media hoy, una lectu-
nomicista como el que se acostumbra, es decir, ra importante a considerar es que esta no cuenta
entenderla a partir de las aspiraciones que tiene aparentemente con un lazo muy sólido en lo po-
y también de las sensaciones que expresan sobre lítico, es decir, son menos vinculados al sistema
lo político-social. político, además lo curioso de esto es que al in-
Siendo la clase media un factor determinante terior de esta se encuentra un sector comerciante
hoy en el país, de hecho, los datos oficiales indi- que también está desplazado del mismo.
can que en el 2005 contaba con el 35 % de la po-
De esta manera, tendríamos algo así como dos
blación (3,3 millones), hoy constituye el 58 %
grupos dentro de este grupo que se encuentra al
de la misma (5,5 millones). Al mismo tiempo,
medio de las clases sociales, peor aún si hoy son
esto encierra una paradoja, el no poder definirla
casi la mitad de la población en el país. Ana-
con precisión, y considerarla como la teoría en
lizar los valores sociales y políticos que estas
ciencias sociales expresa que se trata de un con-
tienen se convierte en una tarea inmediata en la
cepto muy difícil de delimitar.
medida que se quiera tener un contacto dialo-
Entonces, si bien es posible generar una suer- gado, también en el sentido de que quizá ahí es
te de precisión económica a nivel de ingresos y donde se encuentra la llave para desentrañar lo
consumo de esta clase media, esto sin duda se que puede significar aquello que se entiende por
dificulta a la hora de leerla en lo social y, peor sujeto plurinacional: una mezcla de agregados
aún, cuando se quiere escarbar en lo que se refie- sociales, culturales y económicos. Sobre esto es
re a su comportamiento electoral. El error más posible trabajar la construcción de formalidad
común al respecto suele ser etiquetarla como si en el país, porque reclaman estabilidad y cons-
los miembros de esta clase no tuvieran un lazo tancia en el tiempo a sus aspiraciones.

89
Además, se sugiere prestar atención al estudio (...) para seducir y afianzar una
de la clase media en Bolivia tomando en cuenta
la lectura de E. Olin Wright (2018: 42-48), que relación política favorable con
provoca al mundo académico cuando dice que la clase media, es necesario
es posible analizar a los miembros de una cla-
se internamente como si tuvieran estamentos,
asegurarles hoy más que nunca
considerando que estos adquieren conciencia de la sostenibilidad del proceso
compartir una identidad que puede ser el inicio
político y económico en el que
de la conformación de un movimiento social o
un partido. Un factor más que alienta la incur- viven.
sión de estudios sobre este tema en el país es la
necesidad de estudiar los mecanismos que con-
figuran las desigualdades de condiciones mate-
riales y simbólicas de la gente; es decir, como es necesario asegurarles hoy más que nunca la
estamentos quizá estamos más cerca de explicar sostenibilidad del proceso político y económico
nuestra realidad a partir de la constante búsque- en el que viven. De lo contrario, el escenario
da de honor social como factor de legitimación negativo puede traducirse en una alerta para los
social. gobernantes porque en la realidad que vivimos
A la vista de los argumentos y datos expresados, sienten que sus sueños se han roto, en parte qui-
se hace evidente que, para seducir y afianzar una zá porque se han puesto metas altas a corto pla-
relación política favorable con la clase media, zo que les generó frustración.

Bibliografía

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90
Acerca del proceso de cambio y el surgimiento de la clase
media popular en Bolivia
por Juan Carlos Pinto Quintanilla*

En el discurso conmemorativo del Estado Plu- boliviano. Estos datos estadísticos sin duda solo
rinacional, el pasado 22 de enero, el presidente pueden efectuar una cartografía social, que ex-
Evo Morales se refirió al hecho de que Boli- presa que más personas ejercen más ciudadanía
via ha cambiado, que en tanto tienen más
la inclusión histórica ingresos y consumen
que se ha realizado más en el mercado,
ha democratizado no mejoran su calidad
solo las oportunidades educativa, tienen acce-
políticas y de repre- so a tecnología, crédi-
sentación; sino tam- tos, vivienda, etc.
bién, las económicas,
Estamos marcando
generando unas esta-
una característica del
dísticas diferentes de
ascenso social, mas no
la pobreza del país.
estamos definiendo a
Así, según el INE, el
58 % de bolivianas y la clase media, o más
bolivianos podemos bien nos quedamos en
considerarnos de las un marco sociológi-
clases medias. co que no dice nada,
y que en realidad fue
En definitiva, somos creado como categoría
un país que se ha ca- que pretende expresar
racterizado por una que en el movimiento
amplia base social, una social, según la so-
estrecha cintura media ciedad y el Estado, se
y una oligárquica cú- generan las posibili-
pula; a diferencia de Foronda Calle, Miguel (2012). Contramarcha dades de ascenso so-
nuestros vecinos, que cial o se las bloquea
si bien históricamente en un contexto que es natural para el mercado
han tenido una base social de pobres muy am- y que el capitalismo ha convertido en discurso
plia, también han generado una clase media de de sentido de vida, donde mejorar es sinónimo
acceso a recursos y que esgrime un capital sim- de mayor acceso al consumo, a menos trabajo y
bólico significativo que les permite mostrarse más tiempo libre. A decir de Jorge Viaña, esto
como la representación nacional del Estado. no define nada dentro la dinámica social, de lu-
Ahora bien, los datos actuales nos hablan de que cha de clases y de transformación social. Lo que
hoy contamos con una amplia cintura y con la sí nos contribuye es el análisis del poder en el
reducción de la miseria en el contexto nacional contexto de la lucha de clases, y es que existen

* Sociólogo con especialidad en DD. HH. Fue director del Servicio Intercultural de Fortalecimiento Democrático del Órgano Electoral Plurinacional.
Es autor de artículos de aporte y deliberación social. Actualmente es el Director General de Fortalecimiento Ciudadano de la Vicepresidencia del
Estado Plurinacional de Bolivia.

91
esfuerzos de todos los que terminan cre-
yendo en los finales felices.
El Capitalismo en su pervivencia, mien-
tras nos explota, nos somete ideológica-
mente para hacer soportable el sinsentido
de la miseria; generaliza la idea de que
el esfuerzo convierte al pobre en rico, y
que el ser millonario es un golpe de suer-
te que es acompañado de un gran trabajo.
Sin embargo, millones siguen viviendo
en la miseria, junto al sueño de que se-
guir las reglas permitirá lograr la ansiada
felicidad. La pequeña burguesía alimenta
esa ilusión de la que ella misma es el re-
sultado, tener un mejor ingreso y mayor
consumo son razones importantes para
sostener el sistema de mercado que le dio
la oportunidad de ser diferente del mun-
do de las miserias, aunque comparta con
otros cientos las mismas pautas de consu-
mo, de moda, de distracción que los ha-
cen anónimamente masivos.
Con Verónica Ramos compartimos la
afirmación de que mayores ingresos o
ingresos medios no necesariamente tie-
nen relación con la conciencia de clase,
sino que otros factores ideológicos serán
los que permitan la adhesión militante de
Foronda Calle, Miguel (2018). Descenso a la urbe esa autodenominada clase media, hacia
proyectos de poder de mercado que pre-
serven lo ganado y, por tanto, ser conservadores
quienes detentan el poder económico de decidir para no perder lo que lograron; o bien son las
y quienes deben sobrevivir subordinados a las circunstancias históricas junto a la reflexión éti-
condiciones que el sistema de mercado crea. ca la que permitirá a cierta clase media asumir
Entonces, la clase media es una creación ideo- compromisos con los sectores populares, o con-
lógica que, en definitiva, distrae respecto a los ciencia de clase para sí.
proyectos que en verdad están en lucha ideoló- Es aquí donde debemos hacer un corte socio-
gica sobre el porvenir de la sociedad; por cuan- lógico para expresar que la pequeña burguesía,
to, la pequeña burguesía tiene como proyecto como clase en transición, toma posturas diferen-
social y de su creación el ascender socialmente tes y genera fracciones de clase distintas; unas,
en el mercado, y aunque muchos pugnen por las que de manera natural se comprometen con
hacerlo y en determinadas condiciones se vea el sistema por su situación laboral y profesional,
como posible, las propias condiciones del mer- mayor consumo y aspiraciones en el mercado;
cado y del proceso clasista tienden a proletarizar otras, las que quizás tengan que vivir situacio-
a la mayoría dentro de la explotación capitalista. nes de proletarización que permiten su deser-
Aunque la ilusión del mercado se nutra precisa- ción del sistema y se convierten en unas con
mente del éxito de algunos para alimentar los acceso a una mayor lectura y comprensión del

92
En el año 2005, Bolivia y el del sistema y de los esfuerzos retribuidos. En
concreto, el sentido de existencia de clase de
mundo quedaban estupefactos la pequeña burguesía solo puede darse en tan-
ante el ascenso al gobierno to opte como sentido de vida por el compromi-
so con el proyecto revolucionario colectivo de
del primer presidente indio de
los explotados, o bien por la férrea defensa del
un país que había construido sistema capitalista que generó sus logros indi-
su identidad en base a la viduales.

negación de la diversidad y de la Las historias de las clases medias


superioridad blancoide de raíces
coloniales. En el año 2005, Bolivia y el mundo quedaban
estupefactos ante el ascenso al gobierno del
primer presidente indio de un país que había
construido su identidad en base a la negación
todo social y, quizás lo más importante, que su de la diversidad y de la superioridad blancoide
rebelión humana fundamental es ética, y su di- de raíces coloniales. ¿Cuál era la diferencia con
sidencia se enraíza en principios detonados por los otros países latinoamericanos, que también
la miseria del mundo de los excluidos o incluso habían sido parte de una identidad originaria en
por reflexiones religiosas que recuperan la sen- sus territorios?
sibilidad ante el otro; y generan el compromiso
con las utopías de mundos diferentes sin miseria En Bolivia, por sus peculiares condiciones co-
y sin pobres. loniales de explotación de recursos naturales, la
explotación de la mano de obra se hizo extensi-
Estas características nutrieron a las izquierdas, va, en cambio en los países vecinos utilizaron
que en diferentes partes del mundo tuvieron una el genocidio como estrategia para la recoloniza-
pequeña burguesía diferente, que alimentaron ción migrante que venía del Viejo Mundo. Aun
los sueños de los oprimidos y contribuyeron a así, no pudieron negar la identidad indígena de
la organización de las revoluciones mundiales. sus pobladores que con rostros morenos y mes-
Marx, Lenin, Trotsky, Mao o Fidel, junto a otros tizos poblaban sus ciudades, y a los originarios
líderes mundiales de las revoluciones anticapi- que quedaron los marcaron en espacios de reser-
talistas, expresaron las características a las que vas, o bien en la perspectiva de la modernidad
nos referimos, que teniendo mejores condicio- rebautizaron su identidad bajo el paraguas de
nes de clase optaron, desde el estudio, desde la la campesinidad y la ciudadanía como un logro
ética que generó compromiso, no solo con la aparentemente democrático, que siguió ocultan-
contribución teórica para la comprensión de la do la miseria de los más pobres, negros e indios
situación de los explotados, sino sobre todo con que poblaron el continente y se convirtieron en
la acción organizativa y revolucionaria en los los proletarios, en los prescindibles del sistema,
procesos que desencadenaron en sus países el en la mano de obra barata del sistema capitalis-
encuentro explosivo entre la miseria inaguanta-
ta y dependiente del que América Latina nació
ble y las ideas revolucionarias. En este camino,
siendo parte.
afirmamos con Amilcar Cabral que para lograr
ese compromiso, la pequeña burguesía debe sui- Los poderes dominantes de los Estados crearon
cidarse como clase, es decir, fundir su proyecto una narrativa sobre sus orígenes, que inicia en la
de vida con el de los explotados para cambiar colonia civilizatoria y en la república que les dio
el curso de la historia. Lo contrario es lo que el identidad, donde el discurso de la igualdad crea-
sistema pretende, que todos, incluidos los po- ba la ilusión de la pertenencia a una patria que
bres, ajusten sus expectativas de vida a los de la pertenece a todos, aunque los oligarcas sigan
pequeña burguesía, que expresen el éxito social detentando la propiedad y el poder de decisión

93
y la gran mayoría esté excluida de los derechos Una vez más el poder económico de hacenda-
fundamentales. dos latifundistas y mineros propietarios se vio
representado entre fusiles, curas y políticos
El poder de esas oligarquías generó un poder
mestizos, quienes tenían el monopolio de la de-
económico que hizo posible el crecimiento de la
cisión política y de la preservación del sistema
pequeña burguesía que mediante oficios y estu-
oligárquico. La clase dominante en su totalidad
dios se hicieron cargo de la administración es-
sostenía características de apellido o linaje co-
tatal, generando no solo una condición de vida
lonial que emitía como mensaje ideológico para
considerablemente superior, sino también una
las clases medias administradoras del Estado,
creciente expectativa de sentirse parte de la cla-
que el poder contenía una suerte de herencia
se dominante. Las repúblicas entre dictaduras y
divina, que negaba la posibilidad a los indíge-
aparentes democracias se movieron en este pén-
nas originarios de ser tomados en cuenta en la
dulo de elecciones para sostener un sistema que,
construcción del país. De esta manera, ni aun un
basado en las expectativas del mercado y los
multimillonario como Patiño, rey del estaño a
sueños de modernidad, crearon una creciente
nivel mundial, pudo llegar a ser miembro del se-
clase media que expresaba plenamente esa pers-
lecto club social de Cochabamba, por no contar
pectiva marxista de que en el capitalismo viven
con la estirpe de sangre definida; sin embargo,
soñando y trabajando por ascender socialmente,
esto no le impidió tener los operarios necesarios
pero las condiciones del sistema más bien bus-
en los gobiernos de turno para la preservación
can proletarizarlos en los distintos espacios bu-
de sus intereses.
rocráticos, académicos y de oficios.
De forma histórica la clase media tradicional se
Estas clases medias son las mayores defenso-
forjó en este papel de administración del Estado
ras del sistema clasista imperante y –las clases
y la representación política, junto al de oficios
dominantes de los Estados nacionales histórica- y profesiones que les permitieron también ac-
mente optaron por actuar generalmente a través ceder a un mejor ingreso con mayor indepen-
de intermediarios de la pequeña burguesía–, de dencia laboral y derechos ciudadanos, o bien a
esta manera, los escenarios electorales, cuan- espacios de poder como el de los militares o de
do correspondía, se convirtieron en debates de las sotanas en la estructura social republicana.
cómo cambiar para sostener lo mismo, es de-
cir, conservar los privilegios adquiridos, con- Además de tener la posibilidad de recursos eco-
servando la propiedad privada de los mayores nómicos, también ejercían sus derechos políti-
propietarios. cos como una exclusividad de casta que clara-

Bolivia fue parte de esta historia y al mismo


tiempo se diferenció de ella a partir de sus pe-
culiares condiciones productivas para el mundo Es por eso que junto a las
colonial, y la preservación y lucha de las identi-
dades indígenas que originariamente fueron de características de clase, el
este territorio. La clase dominante buscó cons- racismo también fue una
truir una idea de país en confrontación con las
elaboración del poder como
ideas libertarias y republicanas del libertador
Bolívar, generando exclusión de la mayoría in- forma de explicación e
dígena que habitaba en el territorio, imponién- hipócritamente como una
dose la idea colonial de la exclusión antes que
la de la construcción de un país plural, por eso suerte de paternalismo sobre
la mita colonial fue prontamente restituida y el los “indefensos” indios que
pongueaje se convirtió en la norma laboral de
relación servil de los pueblos indígena origina- “requieren de un patrón para
rios respecto al poder republicano. sobrevivir”.

94
mente mostraba que no solo la
condición económica los diferen-
ciaba, ni siquiera el privilegio de
los derechos ciudadanos, sino la
condición de “raza” que los hacía
superiores de nacimiento frente a
los indígenas originarios. Es por
eso que junto a las características
de clase, el racismo también fue
una elaboración del poder como
forma de explicación e hipócrita-
mente como una suerte de pater-
nalismo sobre los “indefensos”
indios que “requieren de un pa-
trón para sobrevivir”.
Ahora bien, la propia izquierda
se incubó en el seno de esa clase
media con derechos privilegia-
dos y también con los prejuicios Foronda Calle, Miguel (2017). Canto a la vida
de clase; la del Partido Obrero
Revolucionario o la del PIR se
nutrieron de escritores que tempranamente le- Colegio Militar y la Academia de Policías se dio
yeron a Marx y conocieron las experiencias re- lugar al crecimiento de una nueva pequeña bur-
volucionarias de la URSS, y que concentraron guesía, que rápidamente empezaría a cubrir los
su esfuerzo político en la politización de la clase espacios institucionales estatales en las últimas
obrera, principalmente minera en la perspectiva dictaduras, así como en los nacientes o renova-
socialista, pero que sin embargo no contaba con dos partidos de izquierdas y derechas que bus-
el protagonismo político de los indígenas origi- caban pugnar electoralmente por el gobierno.
narios, mayoría en el país, y raíz de la identidad
de la propia clase obrera. También la izquierda Es esa clase media, como se autodenominó la
del Nacionalismo Revolucionario que interpe- pequeña burguesía en ascenso, la que empezó
laba los privilegios de los oligarcas desde la a prefigurar el escenario político en Bolivia. Se
idea de nación y de modernización, donde los convirtieron en las derechas de los golpes de
principales dirigentes, escritores, abogados e Estado o de los partidos tradicionales como el
incluso miembros administrativos de las minas MNR o el ADN, eran las que demandaban un
de la rosca oligarca, fueron quienes finalmente uso autoritario del poder para acceder al proyec-
condujeron las transformaciones luego de la re- to de modernización, vía mercado y dependen-
volución de 1952. cia. En cambio, las clases medias de izquierda,
que por su talante antidictatorial y compromiso
El proyecto de ciudadanización del MNR con-
con el proyecto proletario, se subordinaron al
sistía principalmente en la generalización de los
mandato obrero a través de los partidos y prin-
derechos fundamentales, que a través del voto
cipalmente de la COB, donde se habían cons-
universal permitiría a la mayoría tener acceso al
truido orgánicamente como en ninguna organi-
ejercicio de esos derechos. La reforma agraria y
zación obrera del continente.
la reforma educativa, que generaron migracio-
nes importantes a las ciudades en busca de ma- Hasta aquí el debate sobre las llamadas clases
yores oportunidades y accesos a derechos, como medias se había quedado en los niveles de in-
el de permitir a nuevos ciudadanos acceder a es- gresos, acceso a profesionalidad, a ser parte de
tudios universitarios, y junto a la reapertura del la burocracia estatal o las llamadas ONG, y qui-

95
zás las características miento, y siempre en
de casta en gran parte relación con el poder
referidas al apellido del Estado; aunque
y el fenotipo de apa- también, en las rela-
riencia blancoide y ciones capilares de
de vestimenta; en de- poder en lo cotidia-
finitiva una suerte de no, generó la ideo-
fotografía y estereoti- logía dominante del
po creado por el siste- Estado boliviano, que
ma de clases y castas de ser totalmente ex-
imperante en el país. cluyente, se remitió
A ello añadimos el a la tolerancia de las
discurso y la ideolo- mayorías, sin perder
gía de la negación de el racismo y la dis-
lo indio –el racismo– criminación como eje
como característica fundamental de su
del ascenso de clase propio poder, mien-
que niega a los de tras mostraba una
abajo y busca imitar total subordinación
a los que se encuen- y dependencia, tan-
tran arriba, y que se to a las oligarquías
refiere con diferentes locales como a la
características tanto a ideología de merca-
los de izquierda como do expresada en las
a los de derecha en imágenes y poderes
esa nomenclatura po- Foronda Calle, Miguel (2017). Rostros multicolor del imperialismo ca-
lítica. Ese discurso pitalista.
de clase en la izquierda tradicional tuvo como Desde esa perspectiva de país, siempre queján-
parangón a la UDP y al MIR cuando fueron in- dose por la diversidad que somos, con el com-
capaces de pensar un proyecto de país más allá plejo de inferioridad latente y con la intolerancia
de lo electoral y luego al propio MIR junto al militante, no podía tener otro resultado que un
ADN y el MNR en la derecha neoliberal, que país dividido, totalmente dependiente, que no
no tuvo reparos en pasar de un discurso a otro, y fue capaz de tener una ideología dominante de
junto a otra izquierda marginal como el MBL y Estado que congregue y convoque a la creación
otros, practicar el “entrismo” para dulcificar las del imaginario colectivo del país de todos. Por
políticas neoliberales. Esta fue la manera más eso, la corrupción se convirtió en una caracte-
acabada de expresar el proyecto de pequeña rística común de lo político y se irradió a lo co-
burguesía que se había creado en el país, con un tidiano, por cuanto la falta de identidad permite
oportunismo fundamental, y donde el quedarse que el individualismo de mercado se apropie del
en la administración del poder con el color que discurso de lo posible, más allá de cualquier dis-
fuera se convierte en un objetivo político indivi- curso político de izquierdas o derechas.
dual, pero también de la autodenominada clase
Seguramente en ese transcurrir histórico encon-
media.
tramos honrosas excepciones en la izquierda,
Esas son las características de clase de una pe- que lucharon contra las dictaduras, que fueron
queña burguesía que desde la colonia, y pasan- capaces de entregar la vida por sus ideales, que
do por la república y también por la revolución lucharon con convicción por un mundo diferen-
nacionalista del 52, estuvo en constante creci- te y que quedaron en el camino o siguen pelean-

96
Se empezó a hablar del formación política en un espacio nuevo de crea-
ción política.
Instrumento Político, y mientras
Otra clase media también se incorporó, la que
más pueblo se sumaba a este al momento de la toma del gobierno se quedó
proyecto, el liderazgo indígena de en los ministerios y dependencias estatales, para
hacer posible que el Estado continuara funcio-
Evo cobraba plena vigencia como nando, mientras los nuevos protagonistas bus-
alternativa histórica, no solo en caban aprender sobre la gestión pública, plan-
teándose cambios en un Estado que terminaría
tanto discurso disruptivo, sino en
finalmente por imponer una lógica de poder
tanto identidad que representaba frente a los esfuerzos que cargaban los nuevos
a la mayoría plurinacional protagonistas de esta extraña revolución.

boliviana. Así, mientras parte de la histórica clase media,


que había sido incubada en los partidos neolibe-
rales, asumía de manera oportunista la militan-
cia en el MAS para conservar su espacio laboral,
do desde los viejos sueños con la consecuencia se incorporaban los nuevos compañeros y com-
ética y la lucha por una revolución socialista. pañeras que desde las organizaciones sociales
Ellos no hacen más que confirmar la regla para llegaban con el mandato de la representación en
una mayoría de clase, que decidieron distinto y el conjunto del Estado ahora sí Plurinacional. Y
optaron a pesar de su discurso por prácticas po- el espacio político y económico se tiñó de plu-
líticas ajenas a un proyecto revolucionario. rinacionalidad, y los ponchos y ojotas vistieron
al nuevo Estado, expresando el mayor cambio
El Proceso de cambio y la pequeña revolucionario que vivió el país a lo largo de
toda su historia republicana, el de la inclusión
burguesía
democrática de la mayoría, el del ejercicio ple-
no de los derechos sin jerarquías ni privilegios.
Cuando los movimientos sociales empezaron a
enfrentar al modelo neoliberal, luego de que se Estaba claro que el liderazgo expresaba el conte-
hiciera cada vez más evidente la condición de nido del proceso y del sujeto histórico protago-
clase del modelo; también los actores sociales nista de esta nueva época: lo indígena originario
surgentes buscaron diferenciarse de las viejas campesino. Sin embargo, la política de alianzas
izquierdas partidarias y derechas militantes. con la izquierda comprometida, con la intelec-
Se empezó a hablar del Instrumento Político, y tualidad orgánica, fue una señal importante de la
política revolucionaria, con la incorporación de
mientras más pueblo se sumaba a este proyec-
Álvaro García como vicepresidente, intelectual
to, el liderazgo indígena de Evo cobraba plena
reconocido, opinador mediático y exguerrillero
vigencia como alternativa histórica, no solo en
encarcelado por los gobiernos neoliberales, se
tanto discurso disruptivo, sino en tanto identi-
expresaba plenamente que la clase media, con
dad que representaba a la mayoría plurinacional
su capital simbólico del conocimiento junto al
boliviana. compromiso revolucionario, eran pautas im-
La capacidad del liderazgo y del instrumento portantes en la construcción revolucionaria del
político para sumar adhesiones permitió que nuevo tiempo.
no solo convocara a las mayorías excluidas de El proceso constituyente hizo evidente el en-
los procesos políticos, sino también a pedazos cuentro entre estas nuevas dimensiones sociales
de las izquierdas que aún habían conservado al interior del proceso de cambio y en su relación
éticamente la esperanza de una revolución de con la oposición minoritaria. Entre los consti-
verdad, cierta clase media que traía discurso y tuyentes oficialistas, donde la amplia mayoría

97
Foronda Calle, Miguel (2017). Sueños en espera

eran parte de la plurinacionalidad del país, con tiempo generaban con mesura los planteamien-
su representación comunitaria y sindical; tam- tos más radicales de los sectores más politizados
bién fueron elegidos sectores de clases medias del Pacto de Unidad. Algunos representantes de
de las ciudades, del Movimiento Sin Miedo, del clase media lograron importantes relaciones de
MBL, del Partido Comunista, del PS1, exelenos compañerismo con la representación popular;
e intelectuales reconocidos por su aporte crítico; sin embargo, era visible que a pesar del tiempo
y fueron precisamente ellos los que empezaron de convivencia, las discusiones y tiempos libres
a tomar el mando de la opinión en los medios juntos, se asociaban por afinidad de clase, entre
de comunicación, en la orientación interna, en el oficialismo e incluso de amistad con repre-
los debates de línea; frente a opositores que sentantes de la oposición y que guardaban como
representaban en su totalidad a los viejos par- base su esencia de clase.
tidos neoliberales, clases medias que llegaban
a defender al viejo Estado frente a la ofensiva Era un país que empezaba a encontrarse en
plurinacional. medio del desencuentro que significa un prin-
Mientras la mayoría plurinacional empezaba cipio revolucionario. Clases medias tradicio-
a reconocerse como protagonista acompaña- nales oficialistas u opositoras que junto a sec-
da por el Pacto de Unidad, la organización del tores populares tenían los mismos ingresos en
proceso constituyente empezó a funcionar bajo su calidad de constituyentes, acceso a viajes a
una perspectiva liberal, y adecuada a los térmi- aéreos, a personal subordinado, fueron gestando
nos en los que el Derecho construyó el Estado. una nueva condición de clase; y en definitiva,
Entonces, eran las clases medias las que tenían los resultados, mediados por los conflictos que
más la palabra y la forma de dominio ancestral desencadenaron los sectores más radicales de
en las que envolvían sus discursos. Mientras, las oligarquías locales, generaron acuerdos in-
los sueños de la mayoría se fueron tejiendo termedios de reconocimiento mutuo antes que
de a poco, entendiendo que las clases medias de anulación del adversario. De esta manera, la
asumían el papel de intermediación, al mismo Constitución aprobada en Oruro, que ya expre-

98
saba un encuentro fundamental entre lo liberal y manera cada vez más visible esta suerte de ca-
lo comunitario, se ratificó por completo en esta pitalistas populares que provenían de las iden-
visión cuando los parlamentarios de oposición tidades plurinacionales, sino que nuevas clases
y oficialistas, consensuaron contenidos para su medias populares habían surgido. Una buena
aprobación rumbo al referéndum constitucional. parte incubadas por vía Estado, ya que el mismo
no había cesado de crecer dando cabida a cada
Entonces, lo que empezó a gestarse en el pro- vez más sectores que contaban con cierta estabi-
ceso constituyente fue precisamente una nueva lidad en el ingreso, además de nuevas condicio-
ruta colectiva de país, que emparentaba la tradi- nes de poder en la gestión y de relación con las
ción republicana defendida férreamente por la organizaciones sociales.
oposición minoritaria con la mirada comunita-
Algunos miembros de estas nuevas clases me-
ria y plurinacional de la mayoría, que planteaba
dias reaccionaron a su nueva condición deman-
como reto fundamental el del encuentro entre la
dando los mismos privilegios de clase que de al-
diversidad no solo plurinacional sino de clase
guna manera habían sido un parámetro o ilusión
y política dentro las diversas visiones de país.
para el ascenso social, generando nuevos consu-
Estaba gestándose la perspectiva de la ciudada-
midores o bien poseedores de capital simbólico
nía plurinacional que daría curso a que todos se en tanto portadores de representación estatal y,
hicieran parte del país en construcción en térmi- al mismo tiempo, de las organizaciones socia-
nos de la democratización de los derechos indi- les de las que provenían. Para algunos significó
viduales y colectivos. desprenderse de la etnicidad que había sido el
Este reconocimiento de derechos plenos junto discurso fundamental para demandar inclusión,
a un Estado Plurinacional que los puso en mar- para ahora posesionarse en la ciudadanía de de-
cha con la inclusión de la diversidad en todos rechos. Quizás de esta manera podamos inter-
sus estamentos, encaminó las transformaciones pretar también el hecho de que entre el censo del
fundamentales del país plurinacional. Proyec- 2002, donde el grado de autorreconocimiento de
tos económicos como las nacionalizaciones y identidad indígena originaria era del 62 % y el
la política de bonos, de mejora en los ingresos del 2012 en el cual bajó a 41 % –más allá de la
de sectores populares vía ingreso al Estado, o formalidad de la pregunta– el país estaba cam-
bien nuevas condiciones en el mercado, tam- biando, los oprimidos encontraban en su inclu-
bién dieron curso a una suerte de capitalismo sión una suerte de universalidad ciudadana, más
popular, donde quienes aparentemente desde los coherente con el ascenso social en una sociedad
resquicios sociales generaron nuevas estrategias
de acumulación originaria que se vieron poten-
ciadas con el proceso de cambio y con la repre-
sentación política que los incluía. Sin embargo, al pasar los años de
Mientras el proceso de cambio ganaba cada vez gestión, los cambios se hicieron
más adherencias hegemónicas, la oposición se
sentir en el sentido del proceso
veía cada vez más aislada, y en algunos casos
más bien sumándose militantemente al proceso de cambio. No solo se había
de cambio. Así, empresarios, dirigentes y sec- gestado de manera cada vez más
tores urbanos en principio se sumaron, mante-
niendo las altas tasas de votación y adhesión, al visible esta suerte de capitalistas
proceso que beneficiaba a todos, pero principal- populares que provenían de las
mente a la mayoría que irrumpía en la historia.
identidades plurinacionales,
Sin embargo, al pasar los años de gestión, los
cambios se hicieron sentir en el sentido del pro-
sino que nuevas clases medias
ceso de cambio. No solo se había gestado de populares habían surgido.

99
en la que el racismo ha marcado los rumbos so- De esta manera, contamos
ciales históricos de varias generaciones.
con un nuevo momento de
Habrá que asumir que los cambios desenca-
denados desde el 2005 han gestado esta nueva despolitización en el que
realidad social en la que la mayoría cuenta con la juventud busca nuevas
nuevas condiciones y posibilidades, en defini-
oportunidades individuales
tiva un futuro colectivo e individual diferente.
Pero también que no estamos hablando de la de acceso a empleo y estudios
misma clase media que alimentó los proyectos superiores (...).
republicanos y neoliberales, de oportunismo
latente y de intereses fundamentalmente indi-
viduales, sino de sectores populares con una
identidad étnica que ha posibilitado el proceso trata de enamorar a la clase media, y convertir al
desencadenado, que sin embargo, no ha sido
proceso de cambio a sus intereses de clase que
acompañada ni por el Instrumento Político ni
en definitiva representan la pérdida del horizon-
por el Estado Plurinacional en un proceso de
te político de transformación social.
permanente repolitización que le permita incor-
porarse al proceso de manera militante. Más bien es la de entender que el objetivo de de-
mocratizar los derechos se está cumpliendo ple-
Al parecer, el Estado asumió que la adhesión
namente, y que su ejercicio es el que ha gestado
al proceso y a la militancia se daría como re-
esta nueva realidad social, que nos urge repoliti-
conocimiento al trabajo realizado en doce años
zar los sentidos de lo construido para que en su
de incansable transformación del país. No se
esencia colectiva sea reapropiado como el sen-
reflexionó sobre la conciencia de esas nuevas
tido de la Patria para todos que queremos cons-
ciudadanías que empezaron a asumir que los
truir, que ha sido posible desde la perspectiva de
cambios provenían de sus méritos dirigenciales
la identidad indígena originaria campesina que
y su habilidad de cintura política; o bien de los
está expresada en el Estado Plurinacional.
jóvenes que en doce años se incorporaron a la
ciudadanía con nuevas expectativas, pero ade- También acordar con Jorge Viaña, que esta
más sin tener la experiencia de la vivencia de nueva clase media de esencia popular aún tie-
dictaduras o tiempos neoliberales y, por tanto, ne como fundamento la mejora colectiva y no
asumiendo que lo que ha hecho el proceso de solo el progreso individual; de esta manera, los
cambio es algo que era una obligación de siem- esfuerzos por generar calidad en el acceso a ser-
pre del Estado. vicios fundamentales será un tema esencial. Te-
ner una salud de calidad, una educación que no
De esta manera, contamos con un nuevo mo-
sea solo de acceso sino que permita una mayor
mento de despolitización en el que la juventud
cualificación, junto a una necesaria seguridad
busca nuevas oportunidades individuales de ac-
jurídica proveniente de una mejor justicia que
ceso a empleo y estudios superiores; de sectores
complemente la democratización de magistra-
de clases medias que aun contando con oportu-
dos con una resuelta lucha contra la impunidad
nidades dentro del Estado, lo interpelan o criti-
y la corrupción, serán señales importantes en
can en las redes y algunas veces se movilizan
este camino de hacer que se vea a las nuevas
por temas nuevos relacionados con la ecología
clases medias con una raigambre fundamental
o la seguridad ciudadana.
de relación con su esencia popular y no como un
No es que hayamos incubado al enemigo, sino pecado del sistema que crea clases medias que
que no terminamos de entender lo que nuestro luego quieren gobiernos y sistemas más con-
propio proceso ha gestado, para darle un curso servadores que den seguridad sobre lo que han
popular y no simplemente el de la moderniza- logrado social y económicamente en su trans-
ción y acceso a mercados. En definitiva, no se formación social.

100
La nueva clase media popular y el deseo de revolución
por Itxaso Arias*

Tener una “experiencia”, lo dijo Dewey hace Leyendo los artículos sobre la nueva clase me-
mucho tiempo, conlleva dolor. Pero, una ex- dia de origen popular de la que habla el vice-
periencia no es un mero “experimentar” o “pa- presidente Álvaro García, y su relación con la
decer”, sino que es acción (porque tiene pro- clase media tradicional, hubo una idea que me
yección al futuro) y asaltó en relación con
acción transforma- un posible proceso de
dora. Además, para homogeneización, es
convertirse en una decir, que la negati-
auténtica experien- vidad del otro (clase
cia, debe dar origen a media popular expe-
experiencias cognos- rimentada como “el
citivas. Es decir, que otro arribista que me
debe ser una expe- quita mi espacio”)
riencia capaz no solo conviva con una ten-
de experimentarla, dencia, que podría
sino de pensarla y ser exitosa, de gene-
formularla, esto es, rar la positividad de
ser consciente. Por lo igual. Así, el vice-
eso, afirma este autor presidente afirma:
que el pensamiento y Pero, a la vez, sus nue-
la práctica deben ir vas condiciones de
de la mano. La ver- vida, sus aspiraciones
dadera función del de reconocimiento y
pensamiento es re- sus nuevas expectati-
solver las situaciones vas, parecidas a las de
problemáticas o in- la clase media tradi-
determinadas, trans- cional, la pueden lle-
var a inclinarse por la
formando el entorno
irradiación conserva-
y al ser humano mis-
dora de la clase media
mo. El pensar es una descendente. (García,
forma deliberada y Foronda Calle, Miguel (2018). Quiebre 2018)
consciente de reorga-
nizar la experiencia. Mucho se está anali-
Entonces, necesitamos confrontarnos con algo zando últimamente el tema de la “proliferación
“diferente”, con una situación problemática de lo igual” (Han, 2017) en las sociedades ac-
(crisis de la experiencia), algo que nos inter- tuales y cómo cada vez nuestro horizonte de
pele, nos oprima o nos vivifique, para poder experiencias (que necesitan de lo diferente, del
arrancar en el proceso, para poder “pensar”. otro distinto) se estrecha más y más. Sin duda

* Doctora en psicosociología por la Universidad Complutense de Madrid (España). Ha ejercido la docencia y realizado investigaciones de diversas
temáticas en universidades de México, Perú, Ecuador, Bolivia, España e Irlanda. Actualmente es consultora en el Centro de Investigaciones
Sociales de la Vicepresidencia del Estado Plurinacional de Bolivia.

101
alguna, la interconexión digital tiene mucho que El espacio político debe ser
ver en ello.
un espacio de encuentro,
Antes de desarrollar este tema conviene recor-
dar, en relación con esta nueva clase media po- de relaciones, no de meras
pular, que el dinero “es un mal transmisor de conexiones (...). Un espacio
identidad”, también es cierto que la sensación
donde nos encontramos con los
de seguridad y tranquilidad que proporciona y
que todos buscamos puede reemplazarla. otros y las otras, donde miramos
Veamos tres de las principales características de y nos miran, hablamos y nos
esta clase media popular señaladas por el vice- escuchamos, percibimos las
presidente en su artículo:
diferencias que nos interpelan,
[…] estos “recién llegados” que entran a los an-
tiguos colegios de élite, que alquilan casas en las los dolores que nos cuestionan, y
zonas residenciales y que hacen negocios globa-
lizados, tienen muchísimas mayores influencias
que nos ayudan a ir más allá de
en el Estado, que administra el 40% de la riqueza nosotros mismos.
de Bolivia, que las clases media tradicionales; lo
que no solo está obligando a estas últimas a com-
partir el espacio de clase media, sino, incluso, a
perder el mando y la predominancia dentro de esa Comenzamos por la capacidad adquisitiva y
clase media. (García, 2018)
su correspondiente capacidad de consumo. Las
Otra característica de esta nueva clase media diferencias iniciales (de origen) de esta nueva
popular según A. García es que: clase media popular se pueden tornar en dife-
[…] ya no milita en ningún movimiento social rencias de consumo, comercializables. Tene-
territorial, pelea por una cultura de distinción y mos, por lo tanto, individuos que expresan su
su modo de unificación política es una incógnita. singularidad a través del consumo. Los lengua-
jes que eran inconmensurables o incomparables
Y a todo ello, añade finalmente: (¿cómo comparar una experiencia que proviene
Pero, además, hay un cambio tecnológico que de vínculos sindicales-comunales con la vida de
está complejizando y acelerando el perfil e incli- la clase media acomodada tradicional?, ¿existe
naciones sociales de las clases medias: el inter- una medida común para ambas?) se convertirán
net. Si bien es un soporte tecnológico de comu-
en diferencias conformes al sistema, es decir,
nicación, como lo es la televisión, la radio o la
imprenta, es el primer soporte adecuado a la indi-
consumibles y que derivan en una diversidad
viduación desterritorializada propia de las clases que se puede explotar.
medias. (García, 2018) Decíamos al comienzo de este artículo que
Entonces, tenemos un posible rediseño de iden- “pensar” es reorganizar la experiencia, y que
tidades (¿colectivas?) que tiene como base: la para poder tener experiencias es necesario el en-
capacidad adquisitiva y de consumo y el vínculo cuentro con el otro o lo otro distinto que nos in-
con el Estado, por un lado; una individualidad terpela o nos oprime o nos vivifica. El problema
desterritorializada que quiere reconocimiento y es que el mundo digital no favorece el encuentro
distinción, por otro; y, finalmente, la inmersión con el otro diferente, sirve más bien para encon-
en la interconexión digital que, como veremos, trar personas iguales que piensan igual y entre
en la mayoría de los casos, nos aboca a la proli- las que se produce la mayoría de las veces un in-
feración de lo igual. Sinceramente, dudo mucho tercambio de complacencias (Han, 2017). Pero,
que con todos estos elementos podamos hablar además, se generan canales exclusivos de comu-
de un rediseño de identidades “colectivas”, sino nicación entre iguales generados a través de la
más bien de una sociedad cada vez más amorfa. configuración de perfiles determinados, que los

102
Foronda Calle, Miguel (2010). Naufragio

otros (que no entran en ese perfil) desconocen, no de un simple intercambio de información. Un


y que les proporcionan información exclusiva espacio donde nos encontramos con los otros y
que ignoran mutuamente. Nos volvemos ciegos las otras, donde miramos y nos miran, hablamos
ante los otros y, al final, no sabemos bien cómo y nos escuchamos, percibimos las diferencias
han llegado a pensar como piensan y podemos que nos interpelan, los dolores que nos cuestio-
terminar creyendo que eso que piensan solo está nan, y que nos ayudan a ir más allá de nosotros
en sus cabezas… mismos. Las identidades políticas se constru-
yen, precisamente, cuando este encuentro se de-
El dolor, ese elemento clave de la experien-
riva del hecho de que nos identifiquemos con un
cia, está totalmente desterrado del mundo de
proyecto y queramos luchar por él.
conexión digital (parece que el otro no tiene
preocupaciones o dolores), y cómo crecemos y Por todo ello, la combinación señalada de tales
maduramos como personas si no es a través de características de esta nueva clase media popu-
las crisis y de los conflictos… Por eso, las emo- lar (poder adquisitivo y de consumo, vínculo
ciones (las famosas endorfinas y la sensación de económico con el Estado, desterritorialización
placer que nos da comprobar, por ejemplo, que y mundo digital) puede conllevar una tendencia
ha aumentado nuestro número de seguidores en conservadora que se traduzca en una ciudadanía
Facebook) son tan importantes en este medio, reproductora del sistema. Otro problema de la
porque en realidad, el uso de la razón, pensar, lo interconexión digital es que la comunicación no
que se dice pensar, tal y como lo estamos expli- se vuelve “comunicativa”, sino “acumulativa”
cando, es una operación que definitivamente ne- y la acumulación (de información, de datos) no
cesita de otros elementos. Por ello, como señala sirve para elaborar una narración. ¿Y qué es el
A. García (2018): “[…] es propenso a la mani- yo sino una narración que elaboramos a partir
pulación para gatillar los temores, ignorancias y de la experiencia? ¿Qué tipo de narrativa ela-
emociones más primitivas para alcanzar un ob- borará esta nueva clase media si, por un lado,
jetivo político”. Es, en definitiva, la “psicopolí- existe el rechazo de la clase media tradicional y,
tica neoliberal de la vivencia o de la emoción” por otro, la falta de interacción e identificación
(Han, 2014). con un proyecto de convivencia?
El espacio político debe ser un espacio de en- ¿Será signo de crecimiento el que exista esta
cuentro, de relaciones, no de meras conexiones, nueva clase media que se acumula a la tradi-

103
cional? Si, a partir de un determinado momento Un proyecto revolucionario
la producción se vuelve cada vez menos pro-
ductiva, y la información cada vez más defor-
pretende imprimir una dirección
madora y las interacciones dan paso a meras particular a la transformación
conexiones donde no nos estemos realmente social. En el caso de Bolivia,
comunicando… El régimen neoliberal en todo
su esplendor. hablamos de una revolución
¿Qué efectos puede tener todo ello en la demo- democrática y cultural, pero
cracia real? Es decir, en la democracia como toda sociedad como sistema
“forma de vida” (Dewey, 1975), en la cultura de
talante vital y democrático, y en la práctica coti- autoorganizativo que es, será
diana. Conviene que nos preguntemos: ¿cuáles difícilmente predecible en cuanto
son las costumbres, normas, actitudes, senti-
mientos y aspiraciones de la vida de esta nueva
a su desarrollo.
clase media popular?, ¿se enmarcará todo ello
en una cultura de talante vital y democrático del
que pueda alimentarse la democracia política?
Un proyecto revolucionario pretende imprimir
Desde este planteamiento, esta cultura de talan- una dirección particular a la transformación
te vital y democrático se basa, precisamente, en social. En el caso de Bolivia, hablamos de una
la ampliación de la experiencia. revolución democrática y cultural, pero toda
Comparada con otras formas de vida, la demo- sociedad como sistema autoorganizativo que
cracia es la única manera de vivir que cree ge- es, será difícilmente predecible en cuanto a su
nuinamente en el proceso de experiencia como desarrollo. Ahora, no olvidemos que el deseo de
un fin y como medio […]. Porque toda forma de
revolución está incrustado en todo pensamiento
vida que fracase en su democracia limita los con-
tactos, los intercambios, las comunicaciones, las crítico (Ibáñez, 2006) y, por ello, es fundamental
interacciones, por las cuales la experiencia resul- abocarse a la tarea de alimentar la experiencia y
ta ampliada, al tiempo que se expande y enrique- el deseo activo de cambiar la realidad social en
ce. (Bernstein, 2010: 223) la que vivimos.

Bibliografía

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Dewey, J. (2008). El arte como experiencia. Barcelona: Paidós Ibérica.
_____ (1975). The Early Works, 1882-1892, vol. 2. Carbondale and Edmandsville, Shouther Illinois
University Press.
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___ (2018). “Las clases medias en disputa”. Suplemento Animal Político del 21 de febrero. La Razón.
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Han Byung-Chul (2017). La expulsión de lo distinto. Barcelona: Herder.
___ (2014). Psicopolítica. Barcelona: Herder.
Ibáñez, T. (2006). ¿Por qué A? Fragmentos dispersos para un anarquismo sin dogmas. Barcelona:
Anthropos.

104
Aportes
Foronda Calle, Miguel (2018). Cotidiano

106
La política distribuida de los rebeldes del presente:
la acción en la era de la Web 2.0
por Benjamin Arditi*

Introducción otros modos de conectar a la gente entre sí para


coordinar acciones.
Insurgencias como la Pensadores como An-
Primavera Árabe, los tonio Negri y Michael
indignados españoles Hardt (2012) o Paolo
del 15M, #YoSoy132 Virno (2003) ven en
y más recientemente esto una constatación
las protestas por la del surgimiento de la
desaparición de 43 multitud, un sujeto
estudiantes en Ayot- político sui generis
zinapa, México, pue- dado que se define
den ser vistas como a sí mismo como un
respuestas a crisis conjunto de singula-
económicas y polí- ridades que subsisten
ticas, pero también como tales en la esfe-
como síntomas de un ra pública sin generar
desplazamiento en las un “uno” por encima
maneras de ver, hacer de esas singularida-
y ser juntos. Algunos des. Hay algo de esto
de los activistas que en las insurgencias
participan en estas del presente, pero la
insurgencias vienen idea de la multitud
de organizaciones también se asocia
sociales y sindicales, con un éxodo del Es-
pero muchos de ellos tado y la representa-
son gente “desorga- ción política, además
nizada” que usan las de que es renuente
redes sociales para a pensar el momen-
reducir el costo de ac- Ríos, Liliana (1985). Ama, dibujo to de negatividad
ceso a la esfera públi- de las oposiciones
ca, socializar infor- que crean bandos contrapuestos y figuras de lo
mación y coordinar acciones en el ciberespacio “uno”. Mi lectura se desmarca de este segundo
o en las calles en tiempo real. Desconfían de los aspecto de la multitud. Me parece que el éxodo
partidos y los políticos profesionales. No es que del Estado no logra tematizar de manera convin-
estos o las organizaciones y movimientos socia- cente a las relaciones antagónicas entre colecti-
les se hayan vuelto obsoletos sino que aparecen vos de nosotros y ellos. Además, no concibo al

* Este documento fue realizado dentro del marco del proyecto PAPIIT IN 308313 “Política viral y redes: invención y experimentación desde el
Magreb al #Yosoy132”, financiado por la Dirección General de Asuntos del Personal Académico (DGAPA) de la Universidad Nacional Autónoma
de México.

107
Estado o la conformación de alguna variante del cosa no se entiende como una superación de lo
“uno” como lastre para una política transforma- que estamos dejando de ser. Esto se debe a que
dora. Por eso, en vez de multitud prefiero hablar el prefijo “pos-” del escenario posliberal indica
de conectividad viral, o para usar la expresión algo que viene después pero que no rompe con
de Paul Baran, de una conectividad distribuida, la representación política que heredamos de la
esto es, un modo de acción siempre impuro que democracia liberal. Es un después que plantea
se mezcla con otros modos de acción y organi- que la política se desenvuelve en un escenario
zación en un proceso de experimentación prác- más complejo que incluye pero transciende el
tica sin fin que le imprime una geometría varia- marco liberal. En este escenario hay una ex-
ble a la política. Esta conectividad viral florece perimentación con formas asamblearias de la
en la intersección entre el espacio físico de ca- democracia y con modos no electorales de em-
lles, plazas e instituciones por un lado y, por el poderamiento, no un abandono de la ciudadanía
otro, el espacio virtual de las redes sociales que electoral.
sirven para convocar y coordinar acciones co-
lectivas. Operamos ya, como ha señalado con El segundo tema que examino es el desplaza-
gran lucidez Manuel Castells, en un escenario miento de la visión habitual de la gobernanza.
de acción multimodal en el que las redes son Para la literatura, los socios del gobierno son
facilitadores del cambio y no el sucedáneo o te- actores ya constituidos y reconocidos: ONG,
rreno paradigmático en el que este ocurre. especialistas del mundo académico, grupos
empresariales, etc. Estos son stakeholders o
Tomo como punto de partida para elaborar esta actores interesados que forman parte de la go-
lectura del presente una frase utilizada por el bernanza. Pero el espacio multimodal, esto es,
expresidente ecuatoriano Rafael Correa. Dice: físico y digital, incluye también a una gama de
“América Latina y el Ecuador no están viviendo stakeholders que se hacen presentes en el espa-
una época de cambios, están viviendo un ver- cio público a pesar de no contar con una exis-
dadero cambio de época”. Esta frase nos lleva tencia jurídico-política. Para usar un oxímoron,
a pensar en cómo debemos entender un cambio son agrupaciones, colectivos u organizaciones
y cuál puede ser el sentido del mismo. No veo de gente desorganizada. #YoSoy132 en Méxi-
el cambio en términos de la lectura jacobino-le- co es un ejemplo de esto: fue interlocutor de
ninista de una ruptura sin residuos (el esquema los participantes en la campaña presidencial de
habitual de insurrección, derrocamiento y re- 2012 a tal punto de ser anfitrión del primer de-
fundación total del orden). Opto por concebirlo bate público entre tres de los cuatro candidatos.
en términos de un devenir-otro. Por eso, además de asociaciones empresariales
y ONG, debemos incluir entre los stakeholders
Este devenir-otro desplaza los mapas cognitivos de la gobernanza a comunidades de acción tran-
habituales a través de los cuales pensamos la ac- sitorias. Se trata de un esquema de gobernanza
ción colectiva. En vez de circunscribirla a parti- ad hoc.
dos y movimientos, incluimos también a colec-
tivos evanescentes o circunstanciales que crean En las dos últimas secciones propongo un mo-
o reconfiguran el espacio público en sus intentos delo para visualizar la manera en que se ensam-
por cambiar el statu quo. Las redes sociales son blan colectivos y cómo se comunican entre sí
detonantes y componentes del marco cognitivo muchos de los actores ad hoc que están poblan-
emergente. Funcionan como medio de organiza- do el escenario post-liberal de la política. Esa
ción para acceder a la esfera pública sin necesi- visualización se puede plantear a partir de la fi-
dad de contar con organizaciones pre-existentes gura del rizoma o sistema de entradas múltiples
con reconocimiento jurídico, validación electo- sin un centro fijo que propusieron Gilles De-
ral o domicilio físico. El devenir-otro nos arroja leuze y Félix Guattari (1988). Es la visión más
en un presente posliberal, solo que, a diferencia filosófico-política de los colectivos evanescen-
de una visión jacobina, el convertirnos en otra tes de la política. La multitud es básicamente un

108
rizoma. Otra vertiente, que es la que uso
aquí, es la que se desprende de la comu-
nicación distribuida de Paul Baran. Como
en los rizomas, la coordinación del con-
junto no depende de un centro pues cada
nodo funciona como unidad de comando
y control. Voy a introducir algunas modifi-
caciones en el esquema de Baran para de-
sarrollar una imagen de pensamiento de la
conectividad viral en algunas experiencias
políticas recientes. También me servirá
para generar una figura de sociedad que no
prescinde pero tampoco depende de una
topografía tradicional que distribuye acto-
res y espacios de interacción de acuerdo
con la fórmula tripartita de Estado, sistema
político y sociedad civil. En vez de una to-
pografía de niveles tendremos una carto-
grafía de ámbitos de acción diferenciados.

Época de cambio versus cambio


de época

En su discurso inaugural de enero de 2007 Ríos, Liliana (2001). Dibujo


el presidente Rafael Correa usó una fra-
se que circuló por las redes sociales. Dice así:
“América Latina y el Ecuador no están viviendo El cambio como devenir-otro, no como ruptura
una época de cambios, están viviendo un verda- jacobino-leninista
dero cambio de época”. La frase refleja la eu- Todo esto es muy sugerente, pero, ¿en qué radi-
foria de una victoria electoral contundente que ca la diferencia entre una época de cambio y un
abría la posibilidad de cumplir con su promesa
cambio de época? Correa no lo dice. Deja que
de refundar a la república a través de un proceso
la fuerza evocativa de la frase haga el trabajo de
constituyente. También se la puede interpretar
persuasión en la imaginación de su audiencia.
a la luz de que Ecuador se sumaba al giro a la
Esto funciona bien en un discurso político, pero
izquierda iniciado en 1998 en Venezuela luego
los protocolos de una investigación exigen de-
de la victoria electoral de Hugo Chávez, a la que
le siguieron las de Lula en Brasil y Evo Morales cir algo más al respecto. El referente habitual es
en Bolivia, para mencionar solo algunos casos. la visión jacobina del cambio entendido como
Pero la frase acerca del cambio de época adqui- una ruptura que hace tabla rasa con el pasado
rió resonancia internacional luego de que fuera para reconfigurar el mundo. Pero las rupturas
retomada por académicos estadounidenses aso- no son limpias, por lo que lo nuevo nunca re-
ciados con los estudios culturales, subalternos sulta ser absolutamente novedoso. Como seña-
y poscoloniales. Walter Mignolo (2007) la usó la Jacques Derrida, “[l]os cortes se reinscriben
como eje de un artículo sobre el rebasamien- siempre, fatalmente, en un viejo tejido que hay
to de la distinción izquierda-derecha y lo que que continuar destejiendo interminablemente.
denomina “giro decolonial”. Arturo Escobar Esta interminabilidad no es un accidente o una
(2010) la retoma también en un extenso artículo contingencia; es esencial, sistemática y teórica”
sobre la izquierda, el desarrollismo y el posli- (Derrida, 1977: 33). En otras palabras, no hay
beralismo. discontinuidades sin residuos. Todo proceso de

109
cambio, no importa cuán radical sea, siempre va y así por el estilo. Sin embargo, la política siem-
a estar contaminado por aquello que quiere de- pre rebasó el marco de las elecciones. Cuando
jar atrás. Los franceses y los rusos intentaron re- el Estado liberal se consolidó a mediados del si-
fundar su sociedad mediante sendas revolucio- glo XIX los campesinos, obreros y mujeres no
nes pero reprodujeron relaciones que pensaban eran considerados dignos de ser contados como
que irían quedando por el camino. ciudadanos, sea por los temores de la clase do-
minante de perder su dominancia o por los pre-
Hay otras maneras de pensar el cambio sin ape- juicios sexistas. La acción política de mujeres y
lar al referente jacobino de una refundación to- trabajadores se desarrolló por fuera del sistema
tal. Por ejemplo, la noción de devenir-otro de político liberal y cuando ingresaron en él lo hi-
Gilles Deleuze, quien la desarrolla a partir de cieron gracias a sus luchas y no por la genero-
una distinción entre la analítica y lo actual. “En sidad de quienes gobernaban. Por eso el Estado
todo dispositivo”, dice, “debemos desenmara- era liberal, pero no democrático, como bien dice
ñar y distinguir las líneas del pasado reciente C. B. Macpherson (1968: 18-20). Los ejemplos
y las líneas del futuro próximo, la parte del ar- contemporáneos de una política por fuera de la
chivo y la parte de lo actual… la parte de la representación electoral son los movimientos en
analítica y la parte del diagnóstico” (Deleuze, torno a la igualdad de género, la erradicación del
1990: 160). La analítica es lo que somos y tam- racismo y el combate a la homofobia, entre otros.
bién lo que ya estamos dejando de ser. Lo actual La conclusión es que la política liberal puede ser
es aquello en lo que nos estamos convirtiendo lo que somos, nuestro presente, pero también es
(159-160), nuestro devenir-otro, una otredad lo que ya habíamos comenzado a dejar de ser
que no siempre tiene una figuración precisa y desde que se consolidó el Estado liberal.
obviamente no tiene un punto de llegada prees-
tablecido. Pero también es algo inminente pues En contraste con esto, lo actual o nuestro deve-
ya está aquí. Como dice Deleuze, “[n]o se trata nir-otro se refiere a aquello en lo que nos esta-
de predecir, sino de estar atento a lo desconoci- mos convirtiendo, que se perfila como el surgi-
do que llama a nuestra puerta” (160). miento gradual de un escenario postliberal. No
lo digo porque la representación partidaria esté
A primera vista esto parece ser demasiado ge- ausente de este escenario. No lo está: la gente
neral dado que el devenir prácticamente define sigue yendo a las urnas. Es posliberal porque la
nuestra condición humana: siempre estamos de- representación coexiste con otras formas de ac-
jando de ser lo que somos para convertirnos en ción colectiva entre las cuales encontramos a la
otra cosa, aunque solo sea como consecuencia conectividad viral o distribuida.
del paso del tiempo. Pero Deleuze no habla del
devenir en sentido genérico sino que pone en Si aceptamos ver el cambio como devenir-otro,
juego la distinción y relación entre el presente ¿cómo podríamos fechar su inicio o incluso afir-
y lo actual. Podemos verlo a través de imágenes mar que una transformación se halla en curso?
de la política, comenzando por el presente o lo ¿Hay alguna manera de medir el tránsito del
que somos, que muchos describen como libe- presente a lo actual? Las preguntas son legíti-
ral o liberal democrático. Esto se debe a que se mas, pero posiblemente también un poco injus-
suele considerar como político a lo que ocurre tas dado que es difícil medir un cambio, inclu-
en el marco de la ciudadanía electoral, la repre- so si adoptamos una perspectiva jacobina. Por
sentación política y la relación entre gobierno ejemplo, las revoluciones: ¿cómo saber cuándo
y oposición. La evidencia es contundente: la comienzan y terminan? La respuesta parece ser
gente vota, los partidos compiten por nuestra evidente: comienzan con una insurrección y ter-
atención, los gobiernos cambian o continúan minan con la caída del régimen. Pero lo eviden-
gracias a procesos electorales, los congresos y te no siempre lo es. En la revolución moderna
parlamentos se vuelven arenas de polémica y por antonomasia, la francesa, ¿la fechamos con
negociación de leyes y partidas presupuestarias, la toma de la Bastilla en 1789 o debemos retra-

110
sar su desenlace hasta 1791, cuando se promul- (...) lo actual o nuestro devenir-
ga la constitución, o tal vez hasta un poco más
tarde, 1793, cuando le cortan la cabeza a Luis otro se refiere a aquello en lo que
XVI, o incluso hasta 1794, cuando ejecutan a nos estamos convirtiendo, que
Robespierre y Saint Just y termina el periodo
del Terror?
se perfila como el surgimiento
gradual de un escenario
Lo que se desprende de esto es que no debemos
extrañarnos de la dificultad de distinguir entre posliberal.
el presente y lo actual de manera contunden-
te. Las nuestras son identidades y experiencias
políticas que se hallan en un perpetuo tránsito Algunos síntomas de este devenir-otro se han
entre lo que somos y aquello en lo que estamos convertido ya en lugares comunes. Me refiero a
deviniendo. Se forjan en el camino que se abre las insurgencias de 2011 en el Magreb, las acam-
entre, por un lado, lo que somos y a la vez lo que padas de Plaza del Sol y otros lugares emblemá-
estamos dejando de ser y, por el otro, aquello ticos ocupados por los indignados españoles del
en lo que aún no nos hemos convertido. Lo que 15-M y Occupy Wall Street (OWS). También la
somos y el devenir-otro pasan a ser una especie defensa del Parque Gezi en Estambul durante
de blancos móviles y cambiantes que podemos 2013. En México el ejemplo es #YoSoy132, un
describir pero no definir taxativamente. Ambos fogonazo de activismo e imaginación en medio
carecen de existencia política relevante fuera de de la campaña presidencial de 2012. Su propó-
una polémica. sito declarado fue resistir la imposición del can-
1968 como detonante, el ciclo de insurgencias didato presidencial impulsado por las grandes
iniciado en 2011 como síntomas empresas privadas de comunicación.1 En Brasil
es el Movimento Passe Livre de 2013 que mo-
Pero esto no impide postular una aproximación vilizó a gente que nunca había salido a las calles
tentativa a este asunto. Tomo como detonador de a protestar y ahora lo hacía en cerca de 90 ciu-
nuestro devenir-otro político al cúmulo de expe- dades. Su detonante fue el aumento del pasaje
riencias que asociamos con el significante 1968. pero luego se amplió para incluir la denuncia de
Lo hago porque condensa una serie de trazos de la corrupción y la indignación ante la desigual-
lo que somos y a la vez de lo que estamos dejan- dad. También están las movilizaciones en torno
do de ser. Como en 1968, nuestro presente está a la desaparición de 43 estudiantes normalistas
habitado por demandas de participación electo- de la localidad de Ayotzinapa en México. El 26
ral y de otro tipo, por el cuestionamiento de je- de septiembre de 2014 el alcalde de la ciudad de
rarquías anquilosadas, por un deseo por ejercitar Iguala, donde se manifestaban, ordenó a la poli-
el pensamiento crítico, por disputas acerca de la cía municipal que los detenga para entregarlos a
separación entre lo personal y lo político y en- sicarios de un cártel de narcotraficantes. La res-
tre lo público y lo privado, y así por el estilo. Y puesta de la gente fue estruendosa y continua.
como en 1968, nuestra actualidad o devenir-otro Estudiantes, sindicatos y gente “desorganizada”
se nos presenta como una apertura hacia lo po- se movilizaron en incontables protestas y acti-
sible/imposible que se manifiesta a través de la vidades para presionar al gobierno que encuen-
experimentación con modos de hacer política al tre con vida de los normalistas. Y luego vino la
margen de la representación y de la articulación Nuit Debout o La noche en pie que convocó a la
de colectivos en torno a los partidos. gente a acampar en la Plaza de La República de

1. Para el caso de la Primavera Árabe se puede consultar a Castells (2012: 65-98), Bayat (2011), Abourahme (2013), Gunther (2011), Roy
(2012); de OWS véase Graeber (2011a, 2011b), Castells (2012: 157-208); para el 15M ver Fernández-Savater (2014), Serrano et al (2014),
Castells (2012: 115-156).

111
Ríos, Liliana (1990). Paisaje, técnica mixta

París para exigir otro modo de ser juntos, más dización generalizada de la desigualdad. Estas
justo y solidario. luchas vuelven a colocar la igualdad y la equi-
dad en la agenda de debates políticos después de
Estas experiencias son poderosas e innovadoras,
varias décadas en las que el neoliberalismo (y
parte de un linaje de protestas cuyos antecesores
por ende, el mercado, la precarización laboral y
son las acciones de los guerreros globales que
la celebración de la desigualdad como motor de
adquirieron visibilidad a partir de 1999 con la
la competencia) funcionó como el marco cogni-
protesta de Seattle en contra del comercio libre
tivo para buena parte de los funcionarios públi-
a costa de la equidad, la salud y el empleo; la
cos, políticos y comunicadores.
“Guerra del Agua” en Cochabamba para revertir
la privatización del agua potable en 2000, po- El segundo rasgo es político. Las insurgencias
niendo en cuestión la política de ajuste neolibe- de 2001 a 2013 manifiestan un cierto hartaz-
ral del gobierno boliviano; las protestas argenti- go con los políticos profesionales, los partidos
nas de 2001 ante el desempleo, la corrupción y y los sindicatos, es decir, con los aparatos que
el descalabro económico que se sintetizan en la gestionaron buena parte de acción colectiva
consigna de “Que se vayan todos, que no quede de los últimos 150 años de la era moderna. El
ni uno solo”. tipo de consignas coreadas en las protestas lo
Hay diferencias entre estas experiencias de lu- expresa muy bien. El “No nos representan”,
cha, pero también rasgos compartidos. Men- surgido en las acampadas del 15-M y retomado
ciono algunos. El primero es socioeconómico: con algunas variaciones en OWS y otras insur-
son luchas para resistir la mercantilización de la gencias durante 2011, apunta directamente a la
vida, para exigir poner fin a la impunidad de los clase política. Es una actualización del “Que se
banqueros responsables de la crisis financiera vayan todos, que no quede ni uno solo” de los
de 2008, cuestionar la precariedad laboral de un argentinos. Asimismo, una consigna como “No
modelo de desarrollo sesgado hacia los propie- somos ni de izquierda ni de derecha, somos los
tarios y, en general, son reacciones ante la agu- de abajo y vamos por los de arriba” indica algo

112
más que una crítica a la política profesional. Los Nuestro devenir-otro: de la gobernanza
destinatarios del “vamos por los de arriba” son institucional a los “stakeholders”
la derecha neoliberal que impulsó las políticas transitorios
de ajuste pero también las izquierdas que las
administraron desde el gobierno. Los manifes-
Comencemos viendo el impacto de este despla-
tantes expresaban su indignación ante la corrup-
zamiento en el modo de ser juntos. El término
ción y el amiguismo de estas izquierdas que no
“gobernanza” está íntimamente ligado al docu-
supieron o no quisieron cortar su relación cómo-
mento Gobernanza europea: un libro blanco,
da con un sistema económico excluyente. publicado por la Comisión Europea en 2001
El tercer rasgo es la experimentación con ma- como resultado de una serie de foros en los que
neras de ser juntos consistentes con la dignidad, se discutieron propuestas para tratar de subsanar
la justicia y la participación que nos prometía la dos problemas de la Unión Europea, la falta de
democracia. Ya he mencionado que esto incluía confianza en sus instituciones y el escaso inte-
una crítica a la representación, muchas veces rés de los ciudadanos de los países miembros
en nombre de esquemas asambleístas, pero no por participar en la política europea. El Libro
me parece que esto sea lo único y menos aún lo blanco recoge las ideas que surgieron en esos
decisivo. La crítica actual a los partidos es dis- foros, especialmente las de incorporar a las
tinta a la de las décadas de 1960 a 1980, cuando ONG, sindicatos, organizaciones empresariales,
el despegue de los nuevos movimientos socia- asociaciones profesionales, expertos del mundo
les le ponía alas a la idea de la sociedad contra académico, consultores independientes y otros
el Estado, una frase tomada del título del libro actores de la sociedad civil en el diseño de polí-
homónimo del antropólogo Pierre Clastres. Las ticas regionales (Comisión Europea, 2001: 11).
insurgencias del presente no siguen estas coor-
La gobernanza era una idea innovadora en la
denadas. Por un lado porque no buscan un sim-
medida en que abría el gobierno más allá del
ple cambio de actores, como por ejemplo, el
poder ejecutivo. “La gobernanza europea con-
reemplazo de la vieja política de las oligarquías
temporánea”, dice Paul Magnette, “no está ata-
partidistas por una política nueva, vital y genui-
da a instituciones cerradas y no es prerrogativa
na de los movimientos sociales. Por otro lado exclusiva de políticos profesionales” dado que
porque tampoco pretenden desplazar el lugar “se refiere a los esquemas de toma de decisio-
del intercambio y la negociación política del Es- nes que incluyen a un conjunto más vasto de
tado o el sistema político hacia la sociedad civil. instituciones con una gama igualmente amplia
Lo que está en juego es tal vez más ambicioso de actores y procesos” (Magnette, 2003: 144).
de lo que se planteaba en las décadas de 1970 y La gobernanza es un complemento de la parti-
1980 pues se refiere a un modo de ver el mundo cipación y responsabilidad [accountability] en
que desplaza a la topografía de lugares que han las democracias representativas y no su sucedá-
servido para representar el espacio de la lucha neo: su función principal radicaría en que pue-
democrática. Para usar la terminología de Jac- de fortalecer el eje vertical de la democracia, el
ques Rancière (1996, 2006), somos testigos de de la responsabilidad de las instituciones con la
una disputa acerca de la partición de lo sensible ciudadanía en términos electorales, y el eje ho-
en lo que respecta a los lugares y los actores de rizontal, referido a mecanismos de rendición de
la acción. Lo que está en juego son los modos de cuentas generado por los “checks and balances”
ver, de ser y de hacer característico de la repre- o mecanismos de rendición de cuentas entre ins-
sentación territorial, los partidos y la ciudadanía tituciones y por parte de grupos organizados de
electoral de los últimos ciento cincuenta años de la sociedad (145, 156).
la modernidad. Hay un auge de la conectividad
y política viral o distribuida que discutiremos en Un rasgo de la gobernanza es que revoluciona
las últimas dos secciones. la idea de política al extenderla más allá del li-

113
beralismo clásico (que la piensa en términos de ciales debido a que son partes interesadas igual-
ciudadanos electores, representantes, parlamen- mente circunstanciales.
tos y ejecutivos), pero sin pretender reemplazar La puesta en acto de la gobernanza mediante
los criterios liberales de participación, selección partes interesadas situacionales funciona en pa-
de autoridades o de formulación de políticas y el ralelo con el modo convencional-institucional
diseño de leyes. La gobernanza complementa a de la misma. Sus actores a menudo obtienen un
la visión liberal de la política; es un suplemento reconocimiento tácito. Tal fue el caso de #Yo-
posliberal de la representación electoral debido Soy132, una insurgencia estudiantil y ciudadana
a que actores no electos se vuelven copartícipes que irrumpió en México en la coyuntura electo-
en actividades relacionadas con lo que antes era ral de mayo a julio de 2012. No tenía un esta-
algo privativo del poder ejecutivo. Otra carac- tuto formal como organización o movimiento,
terística de la gobernanza es que se basa en ac- no tenía líderes reconocidos y validados como
tores ya constituidos y reconocidos tales como tales, y ni siquiera tenía una dirección física de
ONG, organizaciones sociales, o sindicatos. contacto puesto que se estructuró a través de las
Todos ellos son stakeholders, un término que redes sociales usando cuentas de Twitter y pá-
no debemos confundir con “stockholders” o ac- ginas de Facebook. Pero devino un interlocutor
cionistas de una empresa. Los stakeholders son de las fuerzas políticas y un referente de la opi-
partes interesadas, individuos o grupos que pue- nión pública nacional durante la coyuntura en la
den afectar y a la vez son afectados por lo que que actuó, a tal punto que, ante la negativa de
ocurre en organizaciones, proyectos o activida- los consorcios televisivos de auspiciar un deba-
des de los colectivos de los que forman parte. te entre candidatos presidenciales, #YoSoy132
convocó a los cuatro aspirantes a un debate
Pero, en las sociedades red, ¿no deberíamos aca- organizado por ellos mismos. Tres candidatos
so contemplar a un stakeholder que no es real- aceptaron participar y el debate fue transmiti-
mente desorganizado pero que tampoco se ajus- do en vivo por internet. El cuarto contendiente,
ta a la idea de grupos o individuos previamente del Partido Revolucionario Institucional (PRI),
reconocidos? Estos no son ya los stakeholders no lo hizo por temor a quedar en ridículo ante
a los que aludía el Libro blanco, asimilables a los jóvenes, lo cual es un reconocimiento táci-
categorías de tipo censal (trabajadores, empre- to de la capacidad de movilización y disrupción
sarios, universitarios, profesionales indepen- que tuvo #YoSoy132 en ese momento. Algo
dientes, etc.) o aglutinados en organizaciones similar se puede decir acerca de los colectivos
gremiales. Son más bien partes interesadas ad ensamblados en torno a la desaparición de los
hoc o circunstanciales que se configuran en el 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa: las
curso de una lucha y exigen ser escuchados por asociaciones ad hoc de padres, amigos y com-
patrones, autoridades públicas u otros destinata- pañeros de los desaparecidos se convirtieron en
rios sin tener credenciales o atribuciones forma- interlocutores del gobierno, los medios de la co-
les para ser escuchados. Esto no es novedoso en municación, los partidos políticos y la opinión
el sentido estricto de la expresión. Hay muchos pública a pesar de carecer de un estatuto formal
ejemplos de stakeholders situacionales: comités como entidades jurídicas o políticas.
de huelga en empresas que carecen de sindicato, La primera consecuencia de esto es que si bien
coordinadoras estudiantiles sin atributos forma- la distinción entre política formal y política
les para negociar con las autoridades universi- informal no desaparece, así como tampoco se
tarias, trabajadores migrantes y/o temporales confunden los interlocutores reconocidos y los
que exigen un trato digno ante las autoridades interlocutores ad hoc, lo que sí ocurre es que
y sus empleadores, etc. Estos stakeholders son las fronteras entre ellos se vuelven más difusas.
diferentes de los que operan en la gobernanza La interlocución política no depende tanto del
tradicional: su identidad no es la de un sujeto ya grado de institucionalidad de sus participantes
reconocido sino la de subjetividades circunstan- (partidos, organizaciones de la sociedad civil,

114
etc.) como de la capacidad que tiene un colec-
tivo para capturar la imaginación de la gente y
constituirse en un evento político. Por lo mis-
mo, la gobernanza inicialmente definida como
extensión del gobierno hacia la sociedad civil
mediante stakeholders reconocidos se comple-
menta con una variante situacional de la gober-
nanza que rebasa el marco formal o estatutario
pero sin suprimirlo.
Una segunda consecuencia es la mutación de
la topografía política y social que plantea que
los distintos actores tienen un lugar específico
de aparición y funcionamiento. La gobernan-
za formal o de primera generación asumía que
los stakeholders son actores identificados y re-
conocidos que tienen su lugar propio de apari-
ción: el de los partidos es el sistema político,
el de los movimientos y organizaciones socia-
les es la sociedad civil. Esto vale también para
los stakeholders del Libro blanco, que define a
los stakeholders de la gobernanza como parte
constitutiva de la sociedad civil organizada. La
gobernanza situacional, en cambio, subvierte la
idea misma de espacios definidos para cada ac-
tor y pone en cuestión la existencia de fronteras
claras entre sus respectivos ámbitos de opera- Ríos, Liliana (2001). Dibujo
ción. Ella hace posible una representación no
topográfica del espacio de las acciones de co-
lectivos que buscan reconfigurar lo dado. Paul Baran y la comunicación distribuida
En términos más conceptuales, la gobernanza
A continuación quiero proponer una imagen de
de segunda generación debilita la lógica de los
pensamiento de la totalidad a partir de la conec-
espacios cerrados o circunscritos y le da más tividad viral que ha sido una de las característi-
peso a los flujos transversales y a moldes que se cas distintivas del ciclo de protestas iniciados en
reajustan continuamente. Deleuze (1995) ve en 2011 con la Primavera Árabe. Sería muy fácil
esto un tránsito de las sociedades disciplinarias (pero también miope e incorrecto) centrarla en
a las de control. Estas últimas son metaestables, el soporte tecnológico brindado por los teléfo-
recombinantes y tienen moldes perpetuamente nos celulares inteligentes o el uso de Twitter
autodeformables. Teóricos de la multitud como y Facebook y otras plataformas de la Web 2.0
Hardt, Negri y Virno lo conciben como el paso para generar conversaciones y comunidades
de una sociedad fordista a otra posfordista don- virtuales. Todo esto es importante, pero sirve
de la distinción entre tiempo de trabajo y de ocio como soporte y no como matriz de un modo de
se hace borrosa debido a la posibilidad de traba- conexión que puede funcionar con o sin el com-
jar desde la casa, el reentrenamiento regular de ponente tecnológico. Una manera de hacerlo es
la fuerza de trabajo, etc. Manuel Castells (2012) a partir del extraordinario artículo “On distribu-
lo describe como el tránsito de una arquitectura ted communications” publicado por el ingenie-
sedentaria a otra de redes. Veremos esto un poco ro estadounidense Paul Baran en 1964. Usaré la
más adelante. propuesta de Baran porque permite desarrollar

115
RED CENTRALIZADA el argumento acerca de la comunicación viral de
manera más rápida y visual.
El artículo de Baran fue parte de un proyecto
financiado por la Fuerza Aérea estadounidense
y ejecutado por la Rand Corporation. La in-
vestigación se enmarcaba en el enfrentamiento
entre la OTAN y el Pacto de Varsovia durante
la Guerra Fría. Los planificadores militares es-
tadounidenses asumían que la primera parte de
una tercera guerra mundial sería nuclear, y que
generaría daños cuantiosos en vidas humanas
y en la infraestructura civil y militar de ambos
bandos. Pero también creían que luego vendría
una fase de guerra convencional, y que quien
lograra reagruparse mejor y más rápido tendría
una ventaja comparativa sobre su adversario.
La pregunta a la que debía responder Baran era:
¿qué modelo de comunicación militar sería ca-
paz de sobrevivir un ataque nuclear para que los
Enlace efectivos de la fuerza aérea libraran una guerra
convencional? Baran propuso tres opciones que
Estación
se pueden apreciar en las figuras que se presen-
tan, todas ellas fueron sacadas de su documento
de 1964. Los puntos sirven para indicar unida-
RED DESCENTRALIZADA des o estaciones militares (bases con bombar-
deros, silos con misiles nucleares, aeropuertos
con aviones intereceptores, etc.) y las líneas re-
presentan la conexión o flujos de comunicación
entre ellas.
La primera opción es la red centralizada que
se asemeja a una rueda de bicicleta: en el cen-
tro está la unidad de comando y control y en
los extremos de los rayos de la rueda se ubican
los nodos que representan los recursos milita-
res. Un nodo se comunica con otro a través del
centro de comunicación y coordinación. Es un
sistema muy económico (un solo centro de dis-
tribución de mensajes) pero relativamente inútil
dado que si el centro recibe el impacto de un
misil se pierde toda capacidad de recomponer
una fuerza de combate.
La segunda opción, la red de comunicación des-
centralizada, se asemeja a una serie de ruedas
de bicicleta interconectadas entre sí. Es un siste-
ma que incorpora la redundancia pues los men-
sajes deben repetirse varias veces y pasar por
diversas instancias antes de llegar a su destino.

116
Ríos, Liliana (1989). Caos, técnica mixta

Esto lo hace más caro dado que hay más cen- trucciones y reconfiguraciones, lo cual hace que
tros de distribución de mensajes, pero también sea prácticamente indestructible. Para Deleuze
mejora las chances de que el sistema sobreviva. y Guattari esta es una de las características de
los sistemas asintomáticos que denominan rizo-
La tercera opción es la red de comunicación dis-
tribuida, donde los mensajes circulan sin pasar
por un centro de distribución. Baran ilustra su RED DE COMUNICACIÓN DISTRIBUIDA
funcionamiento mediante el juego infantil de la
papa caliente: comienza cuando un niño la reci-
be, la vuelve a lanzar hacia cualquier otro niño
para no quemarse las manos y circula saltando
de un niño a otro. Los mensajes en una red dis-
tribuida circulan de manera parecida, yendo de
un nodo a otro hasta encontrar a su destinata-
rio. Hay un crecimiento exponencial de la re-
dundancia de la señal a lo largo del peregrinaje
digital de cada mensaje.
Esta red se va reconfigurando sin un centro
de comando y control que funcione como una
suerte de director de orquesta del conjunto; las
bases que sobreviven un ataque enemigo sim-
plemente comienzan a enlazarse entre sí para
actuar de manera coordinada. La fisonomía de
la red resultante es distinta de lo que era ini-
cialmente pues incluye solo a los nodos que no
fueron destruidos. Por eso se dice que una red
de comunicación distribuida es recombinante:
pasa por una cantidad indeterminada de recons-

117
ma. “Un rizoma puede ser roto, interrumpido en sea por motivos didácticos y no porque creyese
cualquier parte, pero siempre recomienza según que los nodos de una red son idénticos entre sí.
esta o aquella de sus líneas, y según otras” (De- En la práctica, las unidades militares de la pro-
leuze y Guattari, 1988: 15). Ilustran esto con el puesta de Baran difieren en lo que respecta a su
ejemplo de un hormiguero: podemos destruirlo, armamento, tecnología, equipos de comunica-
pero si la reina se salva, se reconstruye en otra ción, infraestructura, entrenamiento de sus efec-
parte con las hormigas sobrevivientes. tivos, funciones, capacidad logística y a tantas
otras cosas. Los sistemas distribuidos generan
Baran recargado: siete propuestas diagramas recombinantes, pero también asimé-
acerca de la comunicación distribuida tricos. Esta asimetría, que se remite a un más y
a un menos de fuerza, capacidad o eficacia, no
Lo que Baran nos ofrece con sus redes de co- es un atributo intrínseco de los nodos sino que
municación distribuida es una manera diferen- se debe entender como valor relativo en función
te de pensar la totalidad o sistematicidad de un a los objetivos de quienes se desenvuelven en la
sistema. Ya no se trata de una totalidad expre- red o diagrama.
siva al estilo de Hegel, donde un centro único
2. Los diagramas son metaestables
imprime su sello sobre la diversidad de fenó-
menos del conjunto como lo haría, por ejemplo, La palabra “metaestable” se refiere a un sistema
el modo de producción en las interpretaciones que pasa por varios estados de equilibrio, que
más simplistas del pensamiento de Marx. Baran tiene un equilibrio débilmente estable a lo lar-
desquicia este tipo de modelo y nos ofrece algo go del tiempo o que cambia continuamente de
análogo a un rizoma. Pero necesitamos hacerle estado de manera tan imperceptible que para un
algunos ajustes a su esquema para hacer el sal- observador parece que fuera estable. Deleuze
to de las comunicaciones militares a la política. (1995) describe a las sociedades de control (que
Más específicamente, propongo seis ajustes que son básicamente sociedades red) como metaes-
menciono brevemente a continuación.
tables porque les interesa menos los moldes rí-
1. Todo diagrama es asimétrico gidos que los modos de control basados en una
geometría variable de modulación, una suerte
Baran representa cada nodo con puntos del mis- de moldes autodeformables que cambian de un
mo tamaño. Esta simplificación probablemente momento a otro. Nuestro diagrama de nodos
asimétrico es recombinante y ese proceso de
recombinación continua le imprime un carácter
metaestable al conjunto.
De hecho, debemos hacer más extensivo este
término y considerar a la metaestabilidad como
rasgo definicional de todo sistema y no solo de
las sociedades de control. Esto se debe a algo
más o menos elemental. Solemos definir a la so-
ciedad como un sistema de normas, prácticas,
rutinas y agentes cuya conducta está marca-
da por esas normas, prácticas, etc. Esta es una
descripción correcta, pero también incompleta.
Basta con mirar a nuestro alrededor o leer la
prensa para darnos cuenta de que lo que llama-
mos sociedad es una interacción a veces alegre
y despreocupada entre ciudadanos que cumplen

118
las leyes y gozan de la sociabilidad y en otras
ocasiones también es una interacción conflictiva
entre tráfico vehicular y peatonal, intercambios
comerciales, ofertas de servicios no siempre de-
seados, marchas, conversaciones, gritos, discu-
siones, gente que se las ingenia para observar
las normas de manera selectiva cruzando la ca-
lle con luz roja, evadiendo el pago de impuestos
o comprando mercadería robada o que no pagan
derechos de autor, y tantas cosas más. Tal vez
por eso Alain Touraine (1986) habló de la inútil
idea de la sociedad y propuso definirla a partir
de las relaciones entre actores. Según Tourai-
ne, de ahora en más debemos ver a la sociedad
como un acontecimiento, como mezcla cam-
biante de negociación y conflicto, de normas
parcialmente institucionalizadas y esfuerzos no
siempre exitosos por gobernar el entorno.

Esta descripción de la sociedad parece inspirar-


se en la cosmogonía griega, que concibe al caos
como el origen de todas las formas, o tal vez
en la visión del mundo de Nietzsche, como un
magma de fuerza en continua transformación.
El caso es que si la sociedad es un sistema, solo
Ríos, Liliana (1989). La vieja, técnica mixta
puede serlo en el sentido de uno de tipo metaes-
table: debemos ver a la sociedad como un dia-
grama o conjunto resultante de las interacciones
entre los nodos, lo cual significa que cualquier 3. El contorno de los diagramas es borroso
sistema-red está condenado a una condición de Mencioné que las líneas que conectan los nodos
equilibrio inestable, es decir, que todo sistema de una red distribuida solo indican la conexión
es por definición metaestable. Lo mismo vale o comunicación entre ellos. Sirven para visua-
para lo que ocurre al interior de cada uno de los lizar el diagrama compuesto por los nodos y
nodos de un sistema-red. sus relaciones, y para marcar el contorno de la
red. Pero podemos suprimir esas líneas; ellas
son solo prótesis visuales. En términos operati-
Esta descripción de la sociedad vos nada cambia si eliminamos esas líneas del
parece inspirarse en la contorno pues el flujo de comunicación entre
los nodos del perímetro no se interrumpe; lo
cosmogonía griega, que concibe único que desaparece es la huella visual de esa
al caos como el origen de todas comunicación.
las formas, o tal vez en la visión Esto se debe a que los sistemas red no tienen ni
del mundo de Nietzsche, como necesitan una Gran Muralla China que indique
de manera clara y distinta cuál es el sistema y
un magma de fuerza en continua cuál es su entorno, dónde está el adentro y dón-
transformación. de el afuera. El sistema funciona perfectamente

119
Lo mismo se puede decir de las representacio-
nes topológicas del espacio. Tienen una función
didáctica en la medida en que ayudan a transmi-
tir ideas complejas de manera sencilla, pero lo
hacen a costa de generar una representación es-
tática de una estructura. Por ejemplo, la división
tripartita de Estado, sistema político y sociedad
civil. El Estado arriba afirma su primacía sobre
los demás segmentos, la sociedad civil abajo su-
giere una posición subordinada en el conjunto
mientras que el sistema político en el medio sir-
ve para indicar una mediación o conexión entre
los otros dos. Pero no hay lugares claramente
delimitados para estos ámbitos. Además, en las
redes no hay arriba o abajo, y tampoco hay cla-
bien a pesar de la permeabilidad o porosidad de ridad acerca de dónde está la frontera entre uno
sus fronteras. Es como cuando el capitán de la y otro nodo. En un golpe de Estado nadie toma
aeronave anuncia a los pasajeros que están cru- un autobús y pide que lo lleve a las barricadas
zando la línea del Ecuador o que el avión ha pues la división entre los bandos combatientes
dejado el espacio aéreo estadounidense para in- nunca es tan clara como para configurarse como
gresar en el mexicano. No hay líneas visibles piezas en un tablero de ajedrez. Expresiones
que marquen la mitad del mundo o que identifi- como “las alturas del poder” o la “clase baja”
quen las fronteras entre los países de un sistema
son igualmente problemáticas. Nos remiten a
interestatal. Los pasajeros podrán mirar por la
una espacialidad estática y a una jerarquía a
ventanilla pero todo lo que van a lograr percibir
priori. La comunicación distribuida ofrece una
es una topografía desprovista de marcas sobre
opción para pensar el espacio de otra manera.
el terreno. Aún así saben que hay una frontera
sumamente controlada entre Estados Unidos y 4. Las líneas conectoras de un diagrama o siste-
México y algo llamado “línea del Ecuador” que ma red son prótesis visuales
no existe como una línea
trazada sobre el terri- Borrar las líneas conectoras entre los nodos del
torio de ese país perímetro de la imagen de la comunicación dis-
sino solo como tribuida de Baran es solo un paso. El siguiente
una ubicación es borrar también a todas las demás, con lo cual,
geoespacial. visualmente, solo queda un conjunto de puntos
De igual o nodos que representan bases militares, o si
manera, la queremos ser más precisos, una heterogeneidad
diferencia de grupos, prácticas de resistencia, modos de
de color gobernar, etc. Lo que ya no vemos es la gráfica
que los ma- de las conexiones entre nodos. A primera vista
pas colocan da la impresión de que desaparece el sistema,
sobre la geo- pero no es así. Como en el ejemplo del vuelo en
grafía de ambos relación con las fronteras nacionales, los pasa-
países es solo un jeros no pueden diferenciar a los países como lo
soporte visual con un harían al mirar un mapa —por sus colores, por
propósito didáctico. Pode- los nombres impresos sobre su representación, o
mos, pues, prescindir de la prótesis gráfica pro- por líneas que indican la ubicación de las fron-
porcionada por las líneas entre los puntos/nodos teras—. Ven un espacio diferenciado solo por la
del perímetro de un diagrama. orografía del terreno. Pero la ausencia de colo-

120
res, etiquetas o que sólo pueden identificarse por lo que hacen
líneas fronterizas juntos”. En estas bandadas hay coordinación y
no impide hablar acción mancomunada en una coreografía infini-
de un sistema tamente recombinante sin necesidad de tener un
interestatal cons- punto de comando central dirigiendo a cada una
truido sobre la de las partes.
base de una par-
Wikipedia es un ejemplo de este tipo de coo-
tición del mundo
peración. Es una enciclopedia en línea, pero
en espacios na-
también funciona como lo que Michael Hardt
cionales diferen-
y Antonio Negri denominan, siguiendo a Marx,
ciados. Las líneas
una puesta en acto del intelecto general que,
conectoras de las
para estos autores, es el principio de unidad
redes son una
del sujeto colectivo que denominan multitud.
prótesis visual,
En Wikipedia este intelecto se refiere a una
no lo que define
inteligencia colectiva resultante del trabajo de
la sistematicidad
miles de colaboradores anónimos que constru-
en cuanto tal.
yen cotidianamente la base de información más
5. La identidad de un diagrama es como la de ambiciosa y consultada del planeta. Lo hacen
una bandada de pájaros sin tener a alguien encargado de seleccionar a
los participantes, coordinar sus tareas, evaluar
El asunto es ver entonces cómo entendemos su desempeño, castigar a los menos eficientes
la sistematicidad de un diagrama. A diferencia o premiar a los más productivos. No es que los
de lo que proponía Locke, quien se refería a la artículos surjan de manera espontánea sino que
comunidad política como el “body politick” o el modelo de trabajo de Wikipedia permite la
cuerpo político, en los sistemas red el cuerpo cooperación sin necesidad de contar con una
no puede funcionar como metáfora de la so- instancia superior de toma de decisiones como
ciedad. La portada del Leviatán representaba lo es, por ejemplo, el comité editorial de los pro-
al soberano como un hombre gigantesco com- yectos más convencionales. Otro ejemplo de in-
puesto por una enorme cantidad de hombreci- teligencia colectiva al estilo de Wikipedia es la
tos, sus súbditos. La democracia rompe con la ocupación de plazas públicas por parte de los in-
idea del cuerpo del soberano como metáfora de dignados españoles en 2011, primero en Madrid
la unidad de la sociedad; la comunicación dis- (15M) y luego en otras ciudades. Las ocupacio-
tribuida le da un golpe adicional al volverla un nes generaron comunidades urbanas autoges-
arcaísmo irrelevante. tionadas sin jerarquías, sin líderes y donde los
Un ejemplo de ello es esta imagen con siluetas roles de los participantes rotaba regularmente.
de personas: ¿representa a un grupo de amigos Esto nos indica que hay formas de colaboración
o a una colección de individuos? ¿Qué es lo que
hace que sean un sistema y no otra cosa? La res-
puesta que propongo es que la sistematicidad
o identidad del conjunto de nodos de una red
asimétrica, metaestable y recombinante se debe
entender como el estado del juego de relacio-
nes o conexiones entre nodos en un momento
dado. “Totalidad” es una palabra que describe
lo que los nodos hacen juntos. La metáfora que
propone Francisco Basterra (2010) es apta para
esto. Habla de “bandadas de pájaros individua-
les, sin conexiones políticas convencionales,

121
que producen resultados —como una enciclope- plo, una representación bidimensional lleva a
dia o la ocupación del espacio público por parte la impresión errónea de que los observadores,
de manifestantes— a pesar de no tener un centro o al menos algunos de ellos, son como jugado-
de comando y control o un director de orquesta res de damas que miran el tablero y abarcan la
coordinando a los ejecutantes. totalidad del conjunto de nodos. Eso es a todas
La bandada de pájaros es, pues, una imagen luces improbable. Los observadores están siem-
visual de una totalidad de tipo distribuida, que pre situados; miran al mundo desde un lugar y
corresponde a su vez a un rizoma, esto es, la un ángulo específico, por lo que el resultado de
noción de totalidad excéntrica y recombinante la observación no puede referirse a la totalidad
propuesta por Deleuze y Guattari. Pero, como en un sentido genérico sino a una perspectiva
toda metáfora, esta facilita la expresión de una siempre parcial del conjunto.
idea a costa de una reducción de complejidad Marx fue un gran impulsor del perspectivismo
que deja de lado cosas que deben contemplarse en la medida en que la visión del mundo que
más tarde. Por ejemplo, en una bandada de pája- tienen los agentes está determinada por el lugar
ros no vemos el elemento de negatividad propio que ocupan en el modo de producción de la vida
de las oposiciones entre colectivos antagónicos, material. Así, las visiones del mundo vivido
tampoco las discrepancias y disidencias entre serán distintas dependiendo de si se lo observa
participantes, el uso de estrategias de persuasión desde el lugar de los patrones que poseen recur-
para convencer a los indecisos, el intercambio sos económicos o desde la óptica de la miseria
clientelar de favores por votos o lealtad, las cri- de los trabajadores que sobreviven. Lo mismo
sis resultantes de la ruptura de acuerdos vincu- dice Nietzsche acerca de la voluntad de poder
lantes, y el largo etcétera de experiencias con- en el conocimiento, o Michel Foucault cuando
flictivas que pueblan la vida de los colectivos.
discute a Nietzsche y describe el conocimiento
La imagen de la bandada sirve como prótesis
como algo perspectivo. Para Nietzsche el pers-
visual, no como sucedáneo de la politicidad de
pectivismo, que supone por lo menos dos pers-
un diagrama.
pectivas, hace que todo conocimiento sea polé-
6. Un diagrama tiene profundidad mico. En comentarios acerca de esto, Foucault
resalta el doble carácter del conocimiento como
Las ilustraciones proporcionadas por Baran re-
perspectivo y polémico. Dice: “el conocimiento
presentan a las redes distribuidas en un espacio
es siempre una cierta relación estratégica en la
bidimensional. Puede que esto se haya debido a
que el hombre está situado. Es precisamente esa
que Baran quiso hacer una presentación muy es-
relación estratégica la que definirá el efecto del
quemática de su modelo. Esto es útil para fines
conocimiento y, por esta razón, sería totalmente
didácticos, pero también genera algunos proble-
contradictorio imaginar un conocimiento que no
mas debido a que hace perder de vista las suti-
fuese en su naturaleza obligatoriamente parcial,
lezas de la comunicación distribuida. Por ejem-
oblicuo, perspectivo” (Foucault, 1980: 12-33).
Podríamos ponerlo de manera menos cargada
a la historia de las ideas e imaginarnos lo que
ve un viajero espacial. Arriba o abajo no tienen
mayor sentido para él. La observación depende
de hacia dónde mire a medida que se desplaza:
los objetos ubicados en otra dirección necesa-
riamente caen fuera de su campo de visión. Por
eso necesitamos introducir en el esquema de Ba-
ran una tercera dimensión, la profundidad, para
dar cuenta de que la observación de un sistema
red se hace desde un ángulo específico: quienes

122
Ríos, Liliana (1990). Litografía

actúan en sistemas red deben renunciar a toda figuración con los nodos existentes. Como men-
pretensión de omnisciencia. cioné en el ejemplo de la colonia de hormigas,
el diagrama de nodos es recombinante: en él,
7. El diagrama se desmarca de las representa- toda transformación está condenada a embar-
ciones topográficas de la sociedad carse en interminables guerras de interpretacio-
La versión modificada del esquema de comuni- nes y a tejer y destejer regiones del diagrama sin
cación distribuida de Baran se caracteriza por posibilidad alguna de encontrar el camino para
la asimetría en el peso y la efectividad de cada deshacer definitivamente las bases de un orden
nodo, por la naturaleza metaestable del conjun- que carece de un plano fundante.
to, la profundidad o tridimensionalidad de la red
o diagrama y por la identidad basada en la rela- Tres conclusiones
ción entre nodos que se coordinan sin un direc-
tor de orquesta. Esta manera de concebir a los Quiero terminar con tres observaciones sobre
sistemas de conexión y acción mancomunada la comunicación distribuida o política viral. La
demuestra los límites de representaciones topo- primera de ellas es que si concebimos el cam-
gráficas de la sociedad en términos de un mode- bio de época no como una ruptura al estilo ja-
lo base-superestructura y las visiones jacobinas cobino-leninista sino como un devenir otro de
al cambio como refundación radical del orden.
la política debemos aceptar que el escenario que
En un diagrama, el colapso de uno o más nodos nos tocó vivir es el de la complejidad. Es decir,
no implica el colapso del sistema sino su recon- hay ruptura con residuos resistentes. En esto la

123
política viral resulta ser parecida pero distinta distribuidos, al lado del posfordismo sobreviven
de la noción de multitud de Hardt y Negri. La con gran fuerza la línea de montaje junto con la
diferencia de fondo es que en vez de proponer explotación brutal de la maquila y de las empre-
un éxodo del Estado y la representación, acep- sas que promueven el trabajo infantil y supri-
ta el modo de acción basado en el conjunto de men intentos de sindicalización. Las conexiones
singularidades que compone a la multitud pero virales cohabitan con estructuras centralizadas
sin excluir formas estatales de política, desde la con líderes y cadena de mando verticalista. La
de los partidos a las de los movimientos y los crítica de la representación y la experimenta-
grupos de interés organizados. ción política con asambleas al estilo de Occupy
Esto es consistente con lo que proponen Deleu- Wall Street o el 15M coexiste con la representa-
ze y Guattari, pues en vez del maniqueísmo de ción de los partidos, el anhelo de soberanía es-
lo uno o lo otro (multitud o representación, Es- tatal y el verticalismo en el proceso de toma de
tado o multitud, árbol o rizoma) la conectividad decisiones vinculantes.
viral reivindica la coexistencia de modos de ser, La segunda de estas observaciones es que las
de hacer y de ver. Siempre hay mélange o mez- redes tienen un reverso. No me refiero solo a las
cla. Cito: redes sociales que operan con el soporte físico
[N]o hay dualismo, ni dualismo ontológico aquí de teléfonos celulares y ordenadores conectados
y allá, ni dualismo axiológico de lo bueno y de a internet. La comunicación distribuida ocurre
lo malo, ni tampoco mezcla o síntesis americana. también en el plano puramente físico de épo-
En los rizomas hay nudos de arborescencia, y en cas previas a la Web 2.0. Es más bien que los
las raíces brotes rizomáticos. Es más, hay forma- sistemas red parecen ser mejores para organi-
ciones despóticas, de inmanencia y de canaliza- zar resistencias que para hacer cumplir la ley,
ción, específicas de los rizomas. En el sistema castigar a los infractores, recolectar impuestos,
transcendente de los árboles hay deformaciones
implementar políticas de redistribución del in-
anárquicas, raíces aéreas y tallos subterráneos.
greso y tantas otras actividades que asociamos
(Deleuze y Guattari, 1988: 24)
con la práctica de gobernar en el sentido amplio
La figura siguiente busca describir esta comple- de la palabra. También está el problema de la
jidad y mezcla de formatos: los puntos negros continuidad de acciones a lo largo del tiempo.
corresponden a nodos de tipo red mientras que De momento, parece difícil evaluar la gestión
los cuadrados rojos ilustran formas más tradi- de gobierno o pedir rendición de cuentas con es-
cionales de organización de colectivos. Así, en tructuras ad hoc sin cadenas de mando definidas
el escenario de la complejidad de los sistemas y estructuras más durables que coordinen recur-

124
sos y el esfuerzo de distinto tipo de gente. Pero Analytica a favor de la opción de salida del Rei-
esto no invalida la fuerza generativa de la comu- no Unido de la Unión Europea en el referéndum
nicación distribuida. Por un lado porque, como sobre el Brexit y en la campaña electoral de Do-
vimos con Deleuze y Guattari, hay una coexis- nald Trump en 2016 son recordatorios del lado
tencia de rizomas y estructuras arborescentes. más oscuro de las burbujas en las redes sociales.
Por otro lado, las estructuras de partidos y orga-
nizaciones sociales pueden ser necesarias, pero La tercera y última observación reivindica un
no las tienen todas consigo. Recordemos que la lado más positivo de la comunicación distribui-
experimentación con formas conectividad viral da y los soportes digitales que contribuyeron al
surgió precisamente por las falencias de estos extraordinario crecimiento de los sistemas red
modos de coordinación de la modernidad. en la última década. Me refiero a que las redes
facilitan la comunicación, el acceso barato a la
Las redes tienen otro reverso en la medida en esfera pública y la formación de comunidades
que tienden a generar burbujas en las que coha- de acción con una rapidez que sería inimagi-
bitan individuos y colectivos que tienen gustos y nable si se hiciera solo a través de modelos
opiniones similares. Los algoritmos de Twitter, centralizados y verticales. Y a diferencia de los
Facebook y otras plataformas tienden a conectar partidos y las organizaciones sociales más tra-
a gente que ya tiene cosas en común. Esto puede dicionales, las redes y sus nodos se adaptan con
llevar al endurecimiento de visiones del mundo, más facilidad y con mayor velocidad al cambio.
a tal punto de generar una mentalidad paranoica Por último, la intersección entre espacio físico
entre los integrantes de comunidades digitales. y espacios virtuales ha dado origen a una nue-
Un ejemplo de esto en los Estados Unidos es va posición de sujeto de la política, el de los
el ecosistema de quienes votan por el partido espectactores, un lugar de enunciación donde
republicano, obtienen su información de Fox, la distinción entre actores y espectadores (o en
Breitbart News y sus amigos en redes sociales, un caso límite, voyeurs) es indecidible. Tal es el
y que ven el fantasma del socialismo en cual- caso de quienes se suman a campañas de Avaaz
quier expansión del gasto público para mejorar o change.org, que no expone a los firmantes a
las condiciones de vida de los perdedores del los riesgos de una acción de protesta en las ca-
mercado. La sofisticada operación de minería lles pero es algo más que la mera expresión de
de datos realizada por la empresa Cambridge una opinión ante amigos.

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126
Artistas invitados

Jhamil Francia Chuquimia


Nació en La Paz, Bolivia, en el año
1998. Es fotógrafo amateur y diseñador
gráfico. Actualmente cursa la Carrrera de
Fisioterapia y Kinesiología en la UMSA.

Miguel Foronda Calle


Nació en Oruro, Bolivia. Abogado de
profesión y aficionado a la fotografía
desde temprana edad. Actualmente,
realiza consultorías en áreas de
descentralización y gestión pública,
combinando estas actividades con
la fotografía. En los últimos años ha
realizado exposiciones individuales y
colectivas en los departamentos de Oruro
y La Paz.

Liliana Ríos Vargas M.


Nació en La Plata, Argentina, en el año
1965. Estudió Diseño en Comunicación
Visual y el Profesorado de Artes Plásticas
en la UNLP, Argentina. Trabaja como
diseñadora, ilustradora y editora para
diversas instituciones.
www.bo.undp.org

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