EL TESTAMENTO CONTRACTUAL: una vía alterna para suceder.

*José Benje Apolitano Muñoz1

Si bien es cierto, hoy por hoy, el testamento contractual no está regulado en nuestro país,

pero es necesario pensar en su incorporación a nuestro ordenamiento jurídico, ya que las

formas convencionales de testamentos que hay en nuestro país no cubren los extremos de

algunos causantes; que por ello deciden no otorgar testamento y dejar una sucesión

intestada. Entonces de que sirve que nuestro legislador peruano le haya dedicado la

mayoría del articulado a la SUCESIÓN TESTAMENTARIA, dejando un escueto

articulado a la SUCESIÓN INTESTADA, a pesar que es la que más se utiliza en nuestro

medio.

Otro inconveniente surge en las formas de sucesión reguladas en nuestro país, la

aceptación o renuncia de la masa hereditaria, esta se da después de la muerte del causante.

En cambio, con el testamento contractual se solucionaría esto, porque implica una

aceptación o renuncia antes de la apertura de la sucesión, aunque el ejercicio real de este

derecho se concreta a la muerte del de cujus. Además, regular la sucesión mediante el

testamento y la sucesión intestada, no permite al causante decidir sobre el destino de su

patrimonio después de su muerte.

Considero que la los testamentos contractuales tendrían las siguientes formalidades: a)

manifestación de voluntad (autonomía privada), b) capacidad contractual (mayoría de

edad), c) integridad mental (capacidad de discernimiento).

* Estudiante de derecho (VI CICLO) en la UNIVERSIDAD PRIVADA ANTONIO

GUILLERMO URRELO - CAJAMARCA; Técnico en Administración de Empresas-
INSTITUTO COMPUTRÓN - CAJAMARCA.
En la historia de la humanidad han existido muchos cambios en todos los aspectos,

entonces, no debería ser ajeno el derecho de sucesiones a estos cambios. Por eso, debería

pensarse en la incorporación de esta forma testamentaria como alternativa de suceder, que

bien podría disminuir los litigios que enfrenta a los herederos por discrepancias surgidas

por la voluntad del testador, es decir, el de cujus podría instituir a sus herederos en

presencia de ellos para establecer una adecuada prelación concordante con su voluntad y

así evitar los largos y costosos procesos judiciales entre herederos forzosos.