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La alimentación saludable es aquella que aporta a cada individuo todos los alimentos
necesarios para cubrir sus necesidades nutricionales, en las diferentes etapas de la vida
(infancia, adolescencia, edad adulta y envejecimiento), y en situación de salud.
Se puede decir también que la alimentación saludable es aquella que proporciona los
nutrientes que el cuerpo necesita para mantener el buen funcionamiento del organismo,
conservar o restablecer la salud, minimizar el riesgo de enfermedades, garantizar la
reproducción, gestación, lactancia, desarrollo y crecimiento adecuado. Para lograrlo, es
necesario el consumo diario de frutas, verduras, cereales integrales, legumbres, leche,
carnes, aves y pescado y aceite vegetal en cantidades adecuadas y variadas. Si lo
hacemos así, estamos diciendo que tenemos una alimentación saludable.
Cada persona tiene unos requerimientos nutricionales en función de su edad, sexo, talla,
actividad física que desarrolla y estado de salud o enfermedad.
VERDURAS Y ENSALADAS:
Hay una cierta resistencia a tomar este tipo de alimentos, en especial las verduras.
Conviene acostumbrar a los niños a consumir hortalizas y verduras como plato base y
como guarnición de platos de carne, pescado y huevos.
PAN:
El consumo de pan debe ser recuperado en la alimentación infantil, pues su aporte de
hidratos de carbono contribuye al equilibrio de la dieta.
PASTAS:
Se consumen en exceso en forma de macarrones, espaguetis, pizzas, etc. Hay que
moderarlas para dar cabida a otro tipo de primeros platos que aporten mayor riqueza
nutritiva, especialmente fibra, como legumbres, verduras, hortalizas, etc.
ARROZ:
El arroz, como el trigo, son cereales que aceptan buenas combinaciones con otros
alimentos, pero es muy importante que se alternen con verduras y hortalizas.
GRASAS:
Los niños las consumen en exceso (en forma de quesos grasos, mantequilla y
margarinas, grasas contenidas en patés, pastas para untar, pan tipo sándwich,
hamburguesas, etc.)
La grasa es necesaria para el organismo puesto que aporta vitaminas liposolubles y
ácidos grasos esenciales, pero su consumo abusivo, en las formas señaladas, provoca
rápidamente saciedad e impide el consumo de otros alimentos más necesarios para el
crecimiento y la salud del niño. Así, el porcentaje de calorías aportado por este nutriente
no debe ser superior al 30% del total.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
http://www.fao.org/3/am401s/am401s02.pdf
https://www.hola.com/ninos/200906088739/nutricion/dieta/infantil/
http://www.aeal.es/alimentacion-y-nutricion/3-alimentacion-saludable/