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I. EL SUELO......................................................................................................................3
1.2.1. Factores que influyen sobre la fertilidad del suelo materia orgánica del suelo .....3
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3.5. GENERALIDADES DEL MIP vs PROGRAMAS-MIP ........................................ 17
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I. EL SUELO
1.2.1. Factores que influyen sobre la fertilidad del suelo materia orgánica del suelo
La materia orgánica del suelo (MOS) está formada por compuestos que provienen de
restos de organismos, ya sea plantas y animales, y sus productos de desecho. La MOS está
constituida por una serie de compuestos de complejidad variable en un continuo estado de
transformación, desde los residuos de cultivos y animales recientemente incorporados hasta la
compleja estructura del humus alcanzada después de períodos muy extensos de
transformación. La MOS es de vital importancia para la fertilidad del suelo, tiene un efecto
positivo en la estructura del suelo, permite mantener unidas las partículas primarias del suelo
(arena, limo y arcilla), en conglomerados de mayor tamaño, que al unirse dejan poros entre
ellos, permitiendo retener agua, albergar microorganismo y favorecen el crecimiento de la
raíz. Los microorganismos que se alimentan de la MOS son los descomponedores, que
participan en la mineralización de compuestos orgánicos, dejando disponibles nutrientes para
las plantas.
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Por ello al aplicar materia orgánica se incrementa la biomasa microbiana del suelo.
Dichos microorganismos participan en el suelo en los ciclos de los nutrientes. Además de estas
funciones, existen microorganismos en el suelo que liberan promotores del crecimiento para
las plantas, otros que son antagonistas de enfermedades y plagas, por lo que reducen los
problemas sanitarios de los cultivos. Todas estas funciones están muy influenciadas por el
aumento en el contenido de materia orgánica de los suelos. Los altos niveles de MOS están
asociados con el incremento de la agregación, la menor erosión y escorrentía superficial, la
mejor infiltración, el movimiento y la retención de agua, la capacidad de intercambio
catiónico, la disponibilidad de nutrientes, el vigor de los cultivos y la reducción de la presión
de plagas y enfermedades de plantas (supresión), entre otras factores favorables del suelo.
Para realizar un manejo sustentable del suelo es necesario incorporar las siguientes
prácticas al manejo agronómico:
1.3.1. Utilización de los estiércoles, compost y humus de lombriz como abonos orgánicos
Una práctica muy conocida y aplicada en el mundo entero es el uso de estiércol de diversos
animales para restituir los nutrientes al suelo (Noriega et al., 2001). Estos tienen la ventaja de
que además de restituir los elementos mayores, aportan otros que han sido exportados del
campo con las cosechas y enriquecen el suelo con materia orgánica, tan necesaria para
mantener su fertilidad. En Cuba se aprovecha fundamentalmente el depositado en las naves
de las vaquerías. En este sentido, el estiércol y los residuales líquidos que se acumulan en las
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instalaciones pecuarias pueden llegar a constituir recursos valiosos para aumentar la fertilidad
de los suelos y producir energía renovable con el biogás, a partir de la fermentación anaerobia.
Los biodigestores deben considerarse como un componente esencial en el sistema agropecuario
y no simplemente como una manera de producir combustible a partir de la excreta animal. El
tratamiento de los residuos agrícolas y pecuarios, adicionalmente a su beneficio energético por
la producción de biogás, tiene un efecto inmediato en la descontaminación ambiental y
significa, además, una producción adicional de biofertilizante (Bui Van et al., 2002; Chao y
Pérez, 2003).
Este biofertilizante o bioabono está constituido por la fracción que no alcanza a fermentarse;
por su presentación casi líquida, permite un fácil manejo en los sistemas con riego. Su uso ha
sido probado en varios países y en diferentes cultivos; se reportan incrementos en las cosechas
y mejora en las propiedades del suelo, a diferencia de los fertilizantes químicos que reducen la
productividad de la tierra. El estiércol contiene un buen número de nutrientes para las
plantas; el nitrógeno orgánico debe ser convertido a nitrógeno amoniacal antes de ser
absorbido por las plantas. El valor de los nutrientes en el estiércol se debe tener muy en
cuenta. Una tonelada de estiércol típico (de vaca), con un contenido aproximado de 50% de
humedad, contiene alrededor de 42 kg de nitrógeno (N), 18 kg de P2O5 y 26 kg de K2O
(Crespo y Fraga, 2006). Esto resulta de gran importancia si se tiene en cuenta que los
volúmenes de excretas que se acumulan son generalmente grandes. Según Crespo et al. (2010),
en vaquerías típicas de 120 vacas se han cuantificado más de 300 t y en las unidades de 288
vacas más de 900 t en un año (tabla 1). Otra opción es la confección de compost; se puede
emplear cualquier materia orgánica, con la condición de que no se encuentre contaminada.
Generalmente estas materias primas, según Mayea (1994), proceden de:
Restos de cosechas. Pueden emplearse para hacer compost o como acolchado. Los
restos vegetales jóvenes o frescos, tales como hojas, frutos y tubérculos, son ricos en
nitrógeno y pobres en carbono; lo contrario ocurre con restos como troncos, ramas,
tallos, aserrines, etc.
Abonos verdes, residuos de césped, malas hierbas, etc.
Las ramas de la poda de los frutales y otros árboles. Es preciso triturarlas antes de su
incorporación al compost, para que no se alargue demasiado el período de
descomposición.
Restos urbanos. Se refiere a todos aquellos restos orgánicos procedentes del sector
doméstico, como pueden ser las basuras, los restos de cocina, de animales de
mataderos, de mercados de productos agrícolas, etc.
Estiércol animal. Se destaca el estiércol vacuno, si bien son de interés la gallinaza, la
conejita, los purines y los estiércoles de caballo y de oveja.
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Plantas marinas. Anualmente se recogen en las playas grandes cantidades de
fanerógamas marinas, como Posidonia oceanica, que pueden emplearse como materia
prima para la fabricación de compost, ya que son compuestos ricos en N, P, C,
oligoelementos y biocompuestos, cuyo aprovechamiento en la agricultura como
fertilizante verde puede ser de gran interés.
Algas. También pueden emplearse numerosas especies de algas marinas, ricas en
agentes antibacterianos y antifúngicos.
El humus de lombriz conocido por diversos nombres: casting, lombricompost, entre otros es
considerado por muchos investigadores y productores como uno de los mejores abonos
orgánicos del mundo. La cantidad de elementos nutritivos depende de las características
químicas del sustrato con que se alimentan las lombrices (Martínez et al., 2003; Legall y
Zoyla, 2008). Esta tecnología de tratamiento de los residuales sólidos orgánicos mediante la
lombricultura ha pasado por varias etapas desde su introducción en la década de los 80, las
cuales han estado matizadas por numerosas investigaciones que han determinado su avance.
Los resultados más importantes al respecto fueron señalados por Martínez y Arias (2010);
entre ellos se encuentran:
Se determinó la dosis de humus que se aplica en dependencia del cultivo y del suelo, la
cual oscila entre 2 y 8 t/ha, pero su valor más frecuente es de 4 t/ha, conjuntamente
con el 25-50% de la fertilización mineral.
Se precisaron las dosis de humus en: tabaco, papa, boniato, plátano (in vitro), tomate,
ají chay, pimiento, ajo, cebolla, cultivos de organopónico, arroz, maíz, pasto estrella
jamaicano y rhodes, viveros de fruta bomba y guayaba, y en plantaciones de guayaba.
A partir de estas dosis y con la tabla primaria de características químicas del humus y
los resultados del almacenamiento, se preparó un manual para la manipulación y uso
del humus de lombriz, que fue generalizado en las direcciones provinciales de suelos del
país.
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destinadas a la producción agrícola intensiva, pero estos sistemas a su vez deberán cumplir
con estrictas normas ambientales. Por lo tanto, una intensificación agro-ecológica de los
sistemas de producción de cereales sólo será justificable si se toma en cuenta la seguridad
alimentaria, la disponibilidad de tierras y los recursos hídricos requeridos para este fin
(Cassman, 1999).
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2.2. Rotación de cultivos
Al reducir la alteración del suelo, esta práctica evita la degradación de las tierras causadas
por la erosión hídrica o eólica (Verhulst et al., 2010), mejora la productividad sostenible, a
través de la agregación del suelo, distribución del tamaño de agregados y la estabilidad en
diversos tipo de suelos y condiciones agroecológicas (Lichter et al., 2008). Respecto a las
propiedades biológicas, la labranza de conservación incrementa diferentes poblaciones
microbianas que provocan la oxidación de la materia orgánica y la mineralización del N. Toda
esta actividad biótica se encuentra relacionada con el pH del suelo (Xiao et al., 2013),
propiedad química que involucra el contenido de materia orgánica y en consecuencia, la
modificación de otras propiedades como retención de humedad, capacidad de intercambio
catiónico y formación de agregados de origen biológico (Brady y Weil, 1999).
La agricultura de precisión data desde 1980. Seelan et al. (2003) señalan que esta tecnología es
un sistema de producción que promueve prácticas de administración de variables en campo,
de acuerdo con las condiciones del sitio. Ya que se basa en herramientas y fuentes de
información proporcionadas por las tecnologías modernas como el posicionamiento global
(GPS), sistemas de información geográfica (SIG), dispositivos de vigilancia, sensores de suelo,
plantas y plagas y tecnología de teledetección. Sin embargo, la información precisa acerca de
la variabilidad espacial en campo es muy importante para la agricultura de precisión que en la
actualidad carece de eficiencia práctica.
Los factores que afectan a este tipo de agricultura por mencionarse algunos son: el
rendimiento del cultivo, las propiedades del suelo, la carga de nutrientes, el volumen o dosel
del cultivo y la biomasa, el contenido de agua y las condiciones de plagas (enfermedades,
arvenses e insectos) (Lee et al., 2010). Cuando los sistemas están basados en sensores requieren
parcelas de entrenamiento sin déficit nutrimental del cultivo en campo, para servir como una
referencia a otras parcelas. Al retrasar la aplicación de una porción de fertilizante
normalmente utilizado, la información del sensor podrá ser usada para determinar si fue
realmente necesario. Este enfoque permite ajustar, al menos en una parte de la temporada, la
fertilización (N, P, K), así como determinar la época de liberación de N por la materia
orgánica del suelo. Los agricultores están utilizando estos avances tecnológicos para
maximizar los beneficios económicos y ambientales, al especificar y redefinir las dosis
recomendadas de nutrientes mediante modelos y condiciones específicas de sitio. Además, de
otorgar un enfoque correctivo nutrimental hasta la programación, aplicación y verificación de
la fertilización (Sudduth et al., 1997).
Es una forma de mantener los huertos de manera que el daño de enfermedades y plagas
esté bajo el nivel económicamente aceptable. Eso también reduce el riesgo de la salud humana
y el medio ambiente, y también el costo de los productores. El MIP es una combinación de
varias medidas de control de enfermedades y plagas. Antes de tomar medidas de control, es
fundamental arreglar la situación de los cultivos para mantener la sanidad vegetal desde el
punto de vista de la prevención de enfermedades y plagas. Es decir la preparación del suelo,
abonamiento, riego y drenaje, etc. A demás de arreglar la situación física, se requiere atención
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diaria para saber el estado del cultivo, la aparición de enfermedades y plagas. Eso se realiza
por observación. Observar y dar atención a los cultivos son otros elementos fundamentales
para el MIP. En esta guía, se explica sobre el concepto de MIP, varias medidas de control, y
otras informaciones útiles. Espero que los extensionistas y productores hagan observación lo
más frecuente posible. Es seguro que vale la pena para mantener la sanidad vegetal con
menos costos y más efectividad.
Además, los productos químicos contienen materiales que son extraños al medio
ambiente, en consecuencia ellos pueden causar contaminación y polución al medio ambiente.
Si los productos químicos se depositan al medio ambiente, las sustancias entran a la cadena de
alimentación en el ecosistema y se concentran al subir a la escala de la cadena. Por ejemplo,
una sustancia química en agua se acumula a 265 veces en los planctones que habitan en el
agua. Se acumula a 500 veces en los peces que se alimentan de los planctones. Figura 2.
Concentración biológica a través de la cadena alimenticia. (dibujo de “ IPM in practic e ”)
Productos químicos. Ejemplo de Japón.
Para definir el límite del daño económico aceptable, tenemos que saber el nivel de daño
que se prevé a través del monitoreo y pronóstico de plagas y enfermedades en la primera
etapa de su aparición. Lógicamente se requiere observación e investigación en campo para
monitoreo y acumulación de datos para pronóstico. Este trabajo lo deben realizar las
organizaciones encargadas de sanidad vegetal con participación de los productores. A través
de estos trabajos se define el umbral cuantitativo. Se pueden tener pautas si los productores
toman medidas de control a base de la información del umbral cuantitativo. Sin embargo, el
umbral cuantitativo está disponible solamente en las regiones bastante avanzadas de
producción agrícola comercial como los EE.UU. La realidad de la mayoría de otras regiones
está sin umbral cuantitativo. En consecuencia, el esfuerzo de MIP se enfoca más a la
reducción del uso de productos químicos, que a la reducción de la pérdida económica.
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químicos puede empeorar más, a través de la disminución de la biodiversidad del ecosistema
agrícola. En consecuencia, se encuentra un fenómeno de resurgimiento, donde aumenta la
población de una plaga después de la fumigación del insecticida. Si se observa bien el campo
agrícola, se encuentran varios organismos, no solamente plagas sino también enemigos
naturales. Para evitar la expansión y resurgimiento, es importante mantener el equilibrio y la
biodiversidad del campo. El uso de insecticidas electivos es una forma de control de plagas sin
perder la población de enemigos naturales.
El control químico es una medida de control con uso de productos químicos. Es una de
las medidas más efectivas y rápidas. Aunque el MIP tiene como objetivo reducir el uso de
productos químicos, el control químico mantiene su posisión como la medida de control más
segura e inmediata. Lo importante es usar productos químicos que tengan menos toxicidad y
más electividad. También hay que tener mucho cuidado con el manejo, aplicación y
almacenaje para evitar intoxicación, efecto negativo a los cultivos y accidentes. Los cuidados
que se requieren para manejar productos químicos son los siguientes:
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3.3.2. Control mecánico
(3) Agua El Agua es un elemento fundamental para los cultivos. Inadecuada cantidad
de agua puede resultar en debilidad de los cultivos y aumentar la susceptibilidad a las
enfermedades. El exceso de agua puede causar pudrición de la raíz. El ácaro, escama y ceniza
suelen aparecer en condiciones secas. El Tizón tardío y mildeu prefieren condición húmeda. El
agua puede ser un medio de trasmisión de esporas de los hongos. Es necesario considerar la
dirección del riego cuando se encuentran enfermedades como ceniza, roya y pudrición por
Botrytis cinerea que producen esporas o conidios. Cubrir la superficie del suelo con mulchi o
pajas secas puede impedir la trasmisión de esporas del suelo a las plantas.
(4) Barrera Se pueden construir barreras con varios materiales, por ejemplo madera,
rama, plástico, malla entre otros. Plantas alrededor de los cultivos también pueden ser
barrera para las enfermedades y plagas, impidiendo su movimiento.
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(5) Trampa Las Trampas se utilizan para monitorear la aparición de los insectos plagas
y para hacer pronósticos. Sin embargo, en algunos casos pueden ser medidas de control. Por
ejemplo, los saltahojas se atraen a las trampas de color amarillo con adherente. Esta trampa
puede servir para atrapar bastantes individuos saltahoja y reduce la oportunidad de
trasmisión de virus o micoplasma. Aparte de la trampa amarilla, existen varias trampas para
atraer insectos plagas. Entre ellas, las trampas con uso de feromonas son muy efectivas y
también tienen alta electividad. Las trampas de feromonas pueden ser una medida de control
a través de la confusión de los insectos atraídos.
(1) Predador El Predador es un animal que se come a otro animal. En los huertos
existen varios predadores. Entre ellos están las arañas, avispas, hormigas, chinches
predadores y mariquitas. Las Arañas son predadores comunes y se encuentran frecuentemente
en los huertos. Las Avispas y hormigas también atacan a varios insectos sobre todo orugas.
Los Chinches predadores atacan a otros chinches y chupan el líquido del cuerpo de la presa.
(2) Parásito Los Parásitos son organismos que entran al cuerpo (Endoparásito) de
otro organismo o habitan en la superficie (Ectoparásito) y comen dentro del hospedero. El
parásito más importante para control biológico es un grupo de avispa de la familia
Brachonidae. Las que parasitan al pulgón y mosca blanca forman “Momia” en su etapa de
pupa. La momia se consigue como un producto de control biológico.
(3) Entomopatógeno Los micróbios que causan enfermedad a los insectos se llaman
“Entomopatógenos”. Los Entomopatógenos pueden ser hongo, bacteria y virus. Una
variedad de hongo del género Beauveria es muy conocido como entomopatógeno y se consigue
en Panamá como un producto de control biológico en forma de emulsión de esporas. Bacillus
turingiensis es una bacteria que causa enfermedades a los insectos. Esta bacteria produce una
proteína tóxica a los insectos. El producto BT (Nombre comercial: Dipel) es la mezcla de la
proteína y espora de bacterias. Este producto tiene alta electividad de insecto y puede ser una
medida de control para disminuir insectos sin matar las arañas.
(4) Competidor Los Competidores son microbios que compiten con otros microbios e
impiden su crecimiento. Una variedad de hongos Trichoderma compite con otros hongos en el
suelo por ejemplo Screlotoium y Botrytis cinerea que son causantes de enfermedades de los
cultivos. En Panamá se consigue un producto de bokashi que contiene Trichoderma y se
utiliza mezclando el bokashi en el suelo para el control de hongos en el suelo. Una bacteria
Agrobacterium tumefaciens produce agalla de corona a varios cultivos y árboles. Otra especie
del mismo género de bacteria A. radiobacter puede atacar la agalla por competir con la
bacteria causante de la agalla.
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3.3.4. Control del Cultivo
(3) Eliminación de malezas Varias malezas de gramíneo crecen en los huertos. A estas
malezas les gusta los saltahojas que llevan y transimiten virus de planta a planta. La
eliminación de malezas puede destruir el hábitat de los saltahojas y en consecuencia puede
reducir la fuente de infección de virosis. La fumigación de herbicidas no es la única manera de
eliminar malezas. En el caso de los huertos de pequeño o mediano tamaño, se puede eliminar
con la mano. Esta actividad no solamente arregla la situación del cultivo, sino que también es
una buena oportunidad de observar bien la situación del cultivo, incluyendo averiguar
enfermedades o plagas que se encuentran en el cultivo.
(1) Aceite El Aceite puede matar insectos tapando el sistema de tráquea. El Aceite
agrícola es un producto de aceite de máquina preparado para fumigación como un insecticida.
El aceite es un material suspendido en la leche de vaca. Por eso la leche de vaca puede servir
como un insecticida natural. El aceite de máquina usado también puede servir para matar
insectos. Sin embargo, la aplicación se tiene que limitar a las partes duras y no tiene problema
estético, por ejemplo la escama o cochinilla en la superficie del tronco del naranjo.
(2) Licor El alcohol puede impedir el crecimiento de hongos y bacterias, razón por la
que se utiliza como un desinfectante. Cualquier licor contiene alguna cantidad de alcohol. Los
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licores que tienen mayor concentración de alcohol son los licores destilados, por ejemplo seco o
ron, que tienen 30-40% de alcohol. Se tiene que diluir con agua para utilizar como fungicida
ya que no tendrá efecto con una concentración muy baja y al contrario podría quemar las
plantas si se aplica en alta concentración. Por eso se tiene que averiguar la concentración
óptima con un ensayo de fumigación a las plantas. Usualmente se empieza el ensayo con baja
concentración como 1/100 (1ml de licor con 99 ml de agua). Se puede aplicar directamente en
algunos casos como el de los pulgones que parasitan las partes relativamente duras de los
cultivos como el tallo u hojas duras con cutícula.
Los criterios de "calidad" de los productos agrícolas en los mercados nacionales y, sobre
todo, en los mercados internacionales. Se trata de una calidad basada en
consideraciones cosméticas o de apariencia externa que no comprometen el valor
nutritivo o sabor del producto. Los productos agrícolas pierden valor rápidamente, o
son descartados del mercado, por la ocurrencia de daños superficiales ligeros o la
presencia de algunas escamas o queresas que, en realidad, no afectan la calidad
intrínseca del producto. Estos condicionamientos constituyen una invitación al uso
intensivo de plaguicidas.
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Existe muy pocos casos de desarrollo de programas MIP prácticos, sencillos,
adaptados a las condiciones específicas (agrícolas y socio-económicas) de los
agricultores que puedan ser considerados alternativas viables por los mismos
agricultores.
Las empresas agroquímicas tienen efectivos medios de venta de los productos
pesticidas a nivel del agricultor. En muchos casos son los únicos técnicos que están al
alcance de los agricultores.
Los organismos nacionales oficiales, supuestamente promotores del sistema,
generalmente muestran carencias y limitaciones de diversa índole que afectan su rol
frente a los problemas de los agricultores.
Al analizar los casos exitosos de MIP y los fracasos, resulta evidente que los éxitos están
asociados al interés y la participación activa de los usuarios, es decir de los agricultores y de su
entorno económico. En otras palabras, no basta una buena conceptualización técnica de un
programa MIP para que sea exitoso, es necesario tener en cuenta las condiciones sociales y
económicas en que va a darse su implementación. Un programa MIP para pequeños
agricultores, con escasos recursos económicos y técnicos, tiene características diferentes al de
un programa MIP para grandes agricultores, con mayor capacidad económica y técnica. En
ambos casos, sin embargo, el protagonista principal del programa es el agricultor. El
agricultor es el que acepta el cambio, pone en riesgos sus recursos, y hace su propia evaluación
de los beneficios que espera obtener, al adoptar la nueva tecnología.
Como se indicó antes, es necesario distinguir entre los “conceptos o principios del
Manejo Integrado de Plagas” y los “Programas de Manejo Integrado de Plagas”. Mucho se ha
escrito sobre los conceptos del MIP; sus principios tienen valor universal. Pero son
relativamente pocos los programas-MIP que se han implementado en campos de agricultores
para afrontar problemas de plagas específicos. Los Programas-MIP se basan en la utilización
de componentes MIP; es decir, en la utilización de medidas específicas, para contrarrestar
problemas concretos de un lugar, que puede ser una localidad o una región.
Los programas-MIP tienen que ser diseñados para las condiciones especiales de una
localidad pues deben responder a muchas variables específicas como cultivares utilizados, el
sistema de cultivo, el complejo de plagas, la presencia de determinados enemigos naturales,
las condiciones climáticas, los valores económicos del cultivo, el nivel de tecnología, la
disponibilidad de personal y otros factores propios de la condición socioeconómica del
agricultor. Cualquier “programa” que se diseñe necesariamente tiene que ser flexible para
adecuarse a la dinámica del cultivo, de las plagas y del clima. Casi siempre es necesario contar
con la supervisión de personas enteradas o, mejor aún, especializadas en el manejo de plagas.
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Solo así se puede asegurar la correcta aplicación de los componentes MIP del Programa y
efectuar los ajustes que fueran necesarios.
Siempre hay que tener en mente que el objetivo del agricultor es lograr un beneficio
óptimo desde el punto de vista económico o utilitario. En este proceso, el rendimiento del
cultivo es un importante componente y toda medida para incrementar el beneficio de la
gestión agrícola contribuye a afianzar el programa de MIP. Los rendimientos están
determinados por la potencialidad o calidad del cultivo, las condiciones químicas y físicas del
suelo, las condiciones climáticas, las prácticas agrícolas y las condiciones biológicas entre las
cuales están las plagas, enfermedades y malezas. Dada las condiciones específicas de cada
localidad, el o los cultivares seleccionados, deben responder favorablemente a los factores
menos manejables como son el clima y el suelo. Sería muy difícil proteger un cultivo de
plantas débiles o mal adaptadas a las condiciones locales y poder justificar los gastos de su
protección. En todo caso, el costo de protección no puede ser ajeno a los beneficios esperados
de la comercialización o utilización de la cosecha.
El desarrollo rural persigue dar respuesta a tres necesidades básicas para hacer posible un
futuro sostenible de nuestra especie:
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de 800 millones de analfabetos, jóvenes o adultos, pertenecen al mundo rural (UNESCO,
2010).
Pese a todo ello, la ayuda internacional para las zonas rurales ha descendido dos
tercios en las últimas décadas: las inversiones rurales representaban menos del 10 % de los
compromisos del Banco Mundial en el año 2000 (Halweil, 2002). Y todavía en 2010 la FAO
sigue reclamando un aumento significativo de las inversiones en la agricultura para frenar el
hambre crónica en el mundo. Esta situación debe modificarse drásticamente para hacer
posible las 12 áreas de programas que contempla el capítulo 14 de la Agenda 21: desde la
mejora de la producción agrícola y de los sistemas agropecuarios a la conservación y
rehabilitación de tierras, pasando por el desarrollo de la participación popular y de los
recursos humanos o la información y educación sobre la planificación del aprovechamiento de
la tierra.
No será posible lograr un mundo sostenible sin ciudades más sostenibles, afirmábamos
en Urbanización y sostenibilidad. Pero es preciso comprender que un futuro sostenible para las
ciudades y, en definitiva, para nuestra especie, depende del logro de condiciones de vida
adecuadas para el mundo rural que evite su dramática migración hacia la marginación de las
megaciudades (ver Reducción de la pobreza). De hecho, se sabe que las zonas rurales prósperas
contribuyen a disminuir la migración a las ciudades. Investigaciones llevadas a cabo en Brasil
han puesto de manifiesto que el coste de mantener a personas en suburbios excede lo que
costaría establecer a los campesinos sin tierra en tierras baldías. Como resultado, algunos
grupos urbanos que viven en la miseria se unieron a los agricultores, sindicatos y ecologistas
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para apoyar el Movimiento de los Trabajadores sin Tierra, que persigue acabar con el
crecimiento de los suburbios en las grandes ciudades (Halweil, 2002).
El logro de estos objetivos no es una tarea sencilla. Se precisa una “Nueva Cultura
Rural” para la que se ha propuesto un decálogo como éste:
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6. Abrir el debate sobre la definición de una Nueva Cultura ante los cambios y
transformaciones del mundo rural y los desafíos del cambio climático.
7. Estudiar estrategias para asimilar a los nuevos pobladores dentro de un contexto
identitario y coherente.
8. Propiciar recursos formativos y de gestión para una economía sostenible.
9. Trasladar los valores y la importancia del mundo rural a la sociedad urbana.
10. El futuro está en el campo.
El término Desarrollo Rural (DR) está contenido dentro del término más amplio:
Desarrollo. Se reconoce entonces el desarrollo como una meta o deseo en la historia de la
humanidad ya sea en familias, comunidades, organizaciones, empresas o países. No hay
consenso sobre su significado, ya que las aspiraciones de las personas y sociedades son
subjetivas y muy diversas. Desarrollo implica un cambio futuro, es decir, un estado futuro de
las cosas que en consecuencia depende de los deseos subjetivos. Dichas aspiraciones o deseos
cambian durante el tiempo y son influidas por eventos, descubrimientos, evidencias,
aprendizaje, experiencia, conocimiento, cultura, etc. De manera más pragmática, el término
desarrollo se ha asociado entonces como un vector de indicadores con objetivos deseados.
Cada unidad define los indicadores deseables a ser mejorados en el futuro. Algunos ejemplos
de ellos son: aumento de PIB per cápita, aumento de escolaridad, disminución de pobreza,
aumento de libertad económica, entre otros.
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4.2. Una perspectiva histórica del concepto desarrollo
• Segunda Fase Los 70´s: Con el advenimiento de la revolución verde, aquella del
descubrimiento de semillas mejoradas y fertilizantes que mejoraban la productividad agrícola,
se reflexiona sobre el rol de la agricultura y del sector rural, pasando de uno secundario a uno
de mayor importancia. Si en la fase I lo relevante era el crecimiento del sector para poder
generar excedentes, la fase II plantea un concepto más amplio de crecimiento con equidad.
Equidad porque la revolución tecnológica agrícola permite crecimientos de productividad y
también de salarios en el sector. Además la necesidad de contar con grandes extensiones para
lograr escala fue perdiendo fuerza, ya que se puede crecer sin necesidad de contar con grandes
extensiones, pues la tecnología provee la diferencia.
• Tercera Fase Los 80´s y 90´s: La crisis de los ochenta en América Latina, región ligada a la
agricultura y con altos niveles de ruralidad trajo a la palestra la importancia de la estabilidad
macro. Este nuevo concepto se adhirió a los anteriores para ir formando uno más amplio de
desarrollo. La solución a la crisis de la deuda era una con énfasis en la restructuración,
privatización y el rol de las instituciones.
• Fase 4 El inicio del siglo XXI: Los nuevos aportes a la integralidad del concepto son:
seguridad alimentaria, pobreza rural y sostenibilidad ambiental. Tradicionalmente el enfoque
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público en el tema de seguridad alimentaria ha estado en la producción de alimentos y no
tanto en el acceso a ellos. Es el ingreso disponible para acceder a los alimentos y no
necesariamente la autosuficiencia productiva lo que debe incentivarse.
Esto es relevante por las políticas tradicionales y fracasadas de precios topes. Si bien es
cierto que ponerle un tope a un precio lo hace más accesible, desincentiva la producción del
mismo y por ende es un golpe directo a la creación de empleo y aumento de pobreza. Este
paradigma ha cambiado. Es mejor que el mercado descubra el precio y que la cadena
productiva se ajuste a nuevas realidades de manera flexible hacia productos más atracti vos
que generan más y mejores empleos, proveyendo el ingreso necesario para que éstos puedan
acceder a los bienes alimenticios. El movimiento de sostenibilidad surge tras la Cumbre de Río
de 1987. El deterioro ambiental puede poner fin al crecimiento económico afectando la
productividad y por consiguiente el empleo y la pobreza.
DR implica el desarrollo de las áreas rurales de un país con el fin de mejorar la calidad de
vida de las personas que las integran. La definición depende de lo que se entiende como rural,
lo cual no es más que las personas que no viven en áreas urbanas, siendo entonces un concepto
multidisciplinario e integral, que debe considerar entonces : el desarrollo de la agricultura
(actividad económica que no se da en las capas urbanas) y actividades aliadas de las
industrias, manualidades, infraestructura, servicios comunitarios pero por encima de todo el
recurso humano. El DR encapsula varios conceptos adicionales:
a) Necesidades Básicas de Vida. Considerar y reconocer éstas, así como listarlas para una
mayor comprensión. Incluyen: alimenticias, de salud, de educación, de seguridad, de refugio,
entre otras.
b) Libertad. Esto quiere decir que el individuo debe crecer dentro de un ambiente en donde la
libertad económica, política, ideológica y de expresión esté garantizada. No tiene sentido de
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hablar de DR cuando se avanza por ejemplo en las necesidades educativas pero la libertad
política y de expresión están coartadas.
c) Dignidad. Considerar al individuo como igual ante la ley, sólo así podrá haber desarrollo
proveniente del respeto en las relaciones humanas. Como toda definición no consensuada se
requiere entonces enumerar ciertos valores y principios donde debe descansar el debate. La
historia económica ha demostrado que muchos paradigmas han cambiado, en especial
aquellos que tienen que ver con la formulación de soluciones extremas. Entonces al normar
sobre DR, debieran de tomarse en cuenta algunos de los siguientes principios:
e) Considerar las expectativas cambiantes de la población rural. Una política de DR puede ser
exitosa en lograr resultados pero incompleta si no considera el cambio de expectativas de la
población a lo largo del tiempo. Recordemos que el concepto de cambio que está implícito en
DR, depende del nivel actual de bienestar pero también del futuro. En especial cuando la
población es joven, las expectativas se van formando relativamente más rápido que en
poblaciones mayores. Algunas aspiraciones son inter-generacionales otras
f) Los seres humanos como causa y consecuencia de DR. El ser humano es la pieza central de
las políticas de DR. Sabiendo que el capitalismo es el mejor sistema que permite avances en la
tecnología y crecimiento económico, debe de ser completado con valores como la dignidad
humana, equidad, libertad y relaciones de respeto mutuo.
Es prioritario identifiar la ruralidad en Guatemala. No sólo mediante un mapeo sino más bien
mediante la construcción de un set de indicadores que permitan visualizarla. Utilizando las
estadísticas nacionales compiladas en el Informe de Desarrollo Humano del PNUD podemos
caracterizar la rurali dad de nuestro país de la siguiente manera: Indicadores Sociales Rurales:
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El Indicador de Desarrollo Humano del PNUD es un punto de partida para catalogar
el bienestar rural-urbano. En el 2006, el IDH urbano es 0.75 y el rural 0.64, es decir,
un 18% menor. Esta brecha disminuyó de 33% en 1989, pero a la vez los niveles
subieron de 0.54 a nivel nacional en 1989 a 0.70 en el 2006.
En el año 2006, la pobreza en Guatemala era de 50.9%, y pobreza extrema 15.2%. Es
decir, más de 6.5 millones de pobres, de los cuales 4.7 mm viven en las zonas rurales.
La pobreza rural es de 70.5%. • En materia de alfabetismo se observa la brecha entre
lo urbano y rural. La tabla siguiente muestra que en el 2006, el alfabetismo urbano era
de 86,
Otra forma de ver el acceso a la educación es la información de escolaridad promedio.
Para el 2006, la escolaridad promedio de la población urbana más que duplicaba a la
rural en toda la
La población económicamente activa del país para el año 2006 era de 5.4 millones de
personas mientras que rural era de 62.3. La brecha y las cifras mejoran para la edad de
15 a 24 años, siendo 94.5 y 81.1, ya que para toda la población hay una diferencia de
38% en el alfabetismo, mientras que para los jóvenes ésta se reduce a un 16%.
El sector agrícola representa el 33% del total de la PEA pero el 81% está en el área
rural. El segundo sector por importancia es el comercio con un 23% de la mano de obra
nacional, de los cuales sólo una séptima parte es rural. El tercer sector es la industria
con un 16% de la PEA, de los cuales sólo un 12% se encuentra en la ruralidad. Si
analizamos la PEA rural, un 56% de la misma está en el sector agrícola, un 15.4% en
comercio, 11.8% en la industria, como las 3 grandes actividades económicas
demandantes de mano de obra rural. El resto de actividades económicas en lo rural son
mucho menos importantes.
En lo que a salarios respecta, en el área rural un 67.3% de la población
económicamente activa y que tiene trabajo recibe un monto inferior al salario mínimo.
Recordemos que casi la mitad de ellos no son remunerados por trabajar en la parcela o
negocio familiar.
El autoempleo o la empresa familiar es común en Guatemala y en el área rural. Aquí se
consideran los no agrícolas en la gráfica. El 53% de estos negocios rurales no agrícolas
son comercio, seguido por construcción (16%), textiles y vestuario (12%). • Para estos
negocios familiares rurales, un 50% se desarrolla en el mismo lugar que la vivienda,
mientras que un 32% se tiene que desplazar.
La principal fuente de financiamiento de los negocios familiares rurales son los ahorros
personales (82.8%) y préstamos familiares (5.4%), es decir, casi 90%. El 10% restante
se reparte así:
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