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INDICE

I. EL SUELO......................................................................................................................3

1.1. Composición del suelo ...............................................................................................3

1.2. Fertilidad del suelo ...................................................................................................3

1.2.1. Factores que influyen sobre la fertilidad del suelo materia orgánica del suelo .....3

1.3. Manejo sustentable del suelo. ....................................................................................4

1.3.1. Utilización de los estiércoles, compost y humus de lombriz como abonos


orgánicos .........................................................................................................................4

II. RECICLADO DE NUTRIENTES ..................................................................................6

2.1. Residuos de cosecha ..................................................................................................7

2.2. Rotación de cultivos .................................................................................................8

2.3. Labranza de conservación .........................................................................................8

2.4. Disponibilidad de nutrientes .....................................................................................9

2.5. Uso de tecnología de precisión ................................................................................. 10

III. EL MANEJO INTEGRADO DE PLAGAS (MIP) ..................................................... 10

3.1. Límite del daño económico aceptable y pauta de control ......................................... 11

3.2. Control de la población de plagas con enemigos naturales ....................................... 11

3.3. Manejo integrado de plagas (MIP) .......................................................................... 12

3.3.1. Control químico ............................................................................................... 12

3.3.2. Control mecánico ............................................................................................. 13

3.3.3. Control biológico .............................................................................................. 14

3.3.4. Control del Cultivo ........................................................................................... 15

3.3.5. Plaguicidas naturales ....................................................................................... 15

3.4. Factores que dificultan la Adopción del MIP .......................................................... 16

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3.5. GENERALIDADES DEL MIP vs PROGRAMAS-MIP ........................................ 17

IV. DESARROLLO RURAL .......................................................................................... 18

4.1. Marco conceptual: qué es desarrollo rural? .............................................................. 21

4.2. Una perspectiva histórica del concepto desarrollo ................................................... 22

4.2.1. Hacia una Estrategia de Desarrollo Rural en Guatemala ................................. 22

4.3. Definiendo desarrollo rural y otras consideraciones ................................................. 23

4.4. La ruralidad en Guatemala ..................................................................................... 24

4.2.2. Indicadores Económicos Rurales: ..................................................................... 25

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I. EL SUELO

Es el factor de producción más importante para los cultivos y al mismo tiempo es el


más influenciado por el agricultor. Los suelos son sistemas muy diversos y complejos, es el
hábitat para plantas, animales, micro y macro organismos, todos interconectados entre sí.

1.1. Composición del suelo

Está compuesto de partículas minerales, materia orgánica y poros. Las partículas


minerales se puede clasificar en: - Grava y piedras: superior a 2mm - Arena: entre 0,05 a 2 mm
- Limo: entre 0,0002 a 0,05 mm - Arcilla: más pequeñas que 0,002 mm Para determinar la
textura en el campo se humedece una muestra entre los dedos hasta obtener una pasta
homogénea, se presiona entre dedo índice y pulgar formando una cinta. Si al tacto es áspero y
abrasivo no tiene cohesión la muestra es arenosa. Si tiene tacto suave se forma una cinta
escamosa sin pegajosidad ni plasticidad la muestra es limosa y si se forma una cinta brillante,
plástica o pegajosa la muestra es arcillosa.

1.2. Fertilidad del suelo

Es la capacidad del suelo de sustentar la vida vegetal, que depende de la disponibilidad de


nutrientes, de la capacidad de retención de agua, de la existencia de un espacio físico para el
crecimiento de las raíces y movimiento de gases, de la presencia de microorganismos que
actúen en los ciclos de los nutrientes y otros que controlen los problemas sanitarios; y de la
ausencia de procesos de destrucción. Por ello, al decidir cuál será el manejo agronómico a
realizar, es necesario considerar que sobre la fertilidad del suelo intervienen en forma
interdependiente factores químicos, físicos y biológicos.

1.2.1. Factores que influyen sobre la fertilidad del suelo materia orgánica del suelo

La materia orgánica del suelo (MOS) está formada por compuestos que provienen de
restos de organismos, ya sea plantas y animales, y sus productos de desecho. La MOS está
constituida por una serie de compuestos de complejidad variable en un continuo estado de
transformación, desde los residuos de cultivos y animales recientemente incorporados hasta la
compleja estructura del humus alcanzada después de períodos muy extensos de
transformación. La MOS es de vital importancia para la fertilidad del suelo, tiene un efecto
positivo en la estructura del suelo, permite mantener unidas las partículas primarias del suelo
(arena, limo y arcilla), en conglomerados de mayor tamaño, que al unirse dejan poros entre
ellos, permitiendo retener agua, albergar microorganismo y favorecen el crecimiento de la
raíz. Los microorganismos que se alimentan de la MOS son los descomponedores, que
participan en la mineralización de compuestos orgánicos, dejando disponibles nutrientes para
las plantas.

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Por ello al aplicar materia orgánica se incrementa la biomasa microbiana del suelo.
Dichos microorganismos participan en el suelo en los ciclos de los nutrientes. Además de estas
funciones, existen microorganismos en el suelo que liberan promotores del crecimiento para
las plantas, otros que son antagonistas de enfermedades y plagas, por lo que reducen los
problemas sanitarios de los cultivos. Todas estas funciones están muy influenciadas por el
aumento en el contenido de materia orgánica de los suelos. Los altos niveles de MOS están
asociados con el incremento de la agregación, la menor erosión y escorrentía superficial, la
mejor infiltración, el movimiento y la retención de agua, la capacidad de intercambio
catiónico, la disponibilidad de nutrientes, el vigor de los cultivos y la reducción de la presión
de plagas y enfermedades de plantas (supresión), entre otras factores favorables del suelo.

1.3. Manejo sustentable del suelo.

Para realizar un manejo sustentable del suelo es necesario incorporar las siguientes
prácticas al manejo agronómico:

 Incorporar materia orgánica, de preferencia estabilizada, ya que en el proceso mueren


patógenos y semillas de malezas y tiene un efecto de más largo plazo en el suelo.
 Sincronizar los cultivos en rotación, de forma evitar dejar el suelo descubierto por
períodos prolongados, para evitar volatilización o lixiviación de nutrientes.
 Reducir la labranza del suelo, que causa mineralización de la materia orgánica y
destruye la agregación. Favorecer la labranza vertical.
 Incorporar leguminosas en la rotación y como cultivos asociados, ya que aportan N,
gracias a su asociación con bacterias fijadoras de N.
 Utilizar cubiertas de suelo (vivas o muertas) entre hileras de cultivos perennes que
evitan pérdida de nutrientes y erosión, reducen fluctuaciones de temperatura y
humedad, permiten manejar las malezas y aportan nutrientes.
 Realizar prácticas de conservación de suelos, especialmente en suelos con pendiente. •
Eliminar las quemas, aprovechar todos los residuos orgánicos.
 Realizar diagnóstico nutricional oportuno y corregir deficiencias usando fertilizantes
de baja solubilidad.
 No usar compuestos tóxicos.

1.3.1. Utilización de los estiércoles, compost y humus de lombriz como abonos orgánicos

Una práctica muy conocida y aplicada en el mundo entero es el uso de estiércol de diversos
animales para restituir los nutrientes al suelo (Noriega et al., 2001). Estos tienen la ventaja de
que además de restituir los elementos mayores, aportan otros que han sido exportados del
campo con las cosechas y enriquecen el suelo con materia orgánica, tan necesaria para
mantener su fertilidad. En Cuba se aprovecha fundamentalmente el depositado en las naves
de las vaquerías. En este sentido, el estiércol y los residuales líquidos que se acumulan en las
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instalaciones pecuarias pueden llegar a constituir recursos valiosos para aumentar la fertilidad
de los suelos y producir energía renovable con el biogás, a partir de la fermentación anaerobia.
Los biodigestores deben considerarse como un componente esencial en el sistema agropecuario
y no simplemente como una manera de producir combustible a partir de la excreta animal. El
tratamiento de los residuos agrícolas y pecuarios, adicionalmente a su beneficio energético por
la producción de biogás, tiene un efecto inmediato en la descontaminación ambiental y
significa, además, una producción adicional de biofertilizante (Bui Van et al., 2002; Chao y
Pérez, 2003).

Este biofertilizante o bioabono está constituido por la fracción que no alcanza a fermentarse;
por su presentación casi líquida, permite un fácil manejo en los sistemas con riego. Su uso ha
sido probado en varios países y en diferentes cultivos; se reportan incrementos en las cosechas
y mejora en las propiedades del suelo, a diferencia de los fertilizantes químicos que reducen la
productividad de la tierra. El estiércol contiene un buen número de nutrientes para las
plantas; el nitrógeno orgánico debe ser convertido a nitrógeno amoniacal antes de ser
absorbido por las plantas. El valor de los nutrientes en el estiércol se debe tener muy en
cuenta. Una tonelada de estiércol típico (de vaca), con un contenido aproximado de 50% de
humedad, contiene alrededor de 42 kg de nitrógeno (N), 18 kg de P2O5 y 26 kg de K2O
(Crespo y Fraga, 2006). Esto resulta de gran importancia si se tiene en cuenta que los
volúmenes de excretas que se acumulan son generalmente grandes. Según Crespo et al. (2010),
en vaquerías típicas de 120 vacas se han cuantificado más de 300 t y en las unidades de 288
vacas más de 900 t en un año (tabla 1). Otra opción es la confección de compost; se puede
emplear cualquier materia orgánica, con la condición de que no se encuentre contaminada.
Generalmente estas materias primas, según Mayea (1994), proceden de:

 Restos de cosechas. Pueden emplearse para hacer compost o como acolchado. Los
restos vegetales jóvenes o frescos, tales como hojas, frutos y tubérculos, son ricos en
nitrógeno y pobres en carbono; lo contrario ocurre con restos como troncos, ramas,
tallos, aserrines, etc.
 Abonos verdes, residuos de césped, malas hierbas, etc.
 Las ramas de la poda de los frutales y otros árboles. Es preciso triturarlas antes de su
incorporación al compost, para que no se alargue demasiado el período de
descomposición.
 Restos urbanos. Se refiere a todos aquellos restos orgánicos procedentes del sector
doméstico, como pueden ser las basuras, los restos de cocina, de animales de
mataderos, de mercados de productos agrícolas, etc.
 Estiércol animal. Se destaca el estiércol vacuno, si bien son de interés la gallinaza, la
conejita, los purines y los estiércoles de caballo y de oveja.

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 Plantas marinas. Anualmente se recogen en las playas grandes cantidades de
fanerógamas marinas, como Posidonia oceanica, que pueden emplearse como materia
prima para la fabricación de compost, ya que son compuestos ricos en N, P, C,
oligoelementos y biocompuestos, cuyo aprovechamiento en la agricultura como
fertilizante verde puede ser de gran interés.
 Algas. También pueden emplearse numerosas especies de algas marinas, ricas en
agentes antibacterianos y antifúngicos.

El humus de lombriz conocido por diversos nombres: casting, lombricompost, entre otros es
considerado por muchos investigadores y productores como uno de los mejores abonos
orgánicos del mundo. La cantidad de elementos nutritivos depende de las características
químicas del sustrato con que se alimentan las lombrices (Martínez et al., 2003; Legall y
Zoyla, 2008). Esta tecnología de tratamiento de los residuales sólidos orgánicos mediante la
lombricultura ha pasado por varias etapas desde su introducción en la década de los 80, las
cuales han estado matizadas por numerosas investigaciones que han determinado su avance.
Los resultados más importantes al respecto fueron señalados por Martínez y Arias (2010);
entre ellos se encuentran:

 Se determinó la dosis de humus que se aplica en dependencia del cultivo y del suelo, la
cual oscila entre 2 y 8 t/ha, pero su valor más frecuente es de 4 t/ha, conjuntamente
con el 25-50% de la fertilización mineral.
 Se precisaron las dosis de humus en: tabaco, papa, boniato, plátano (in vitro), tomate,
ají chay, pimiento, ajo, cebolla, cultivos de organopónico, arroz, maíz, pasto estrella
jamaicano y rhodes, viveros de fruta bomba y guayaba, y en plantaciones de guayaba.
A partir de estas dosis y con la tabla primaria de características químicas del humus y
los resultados del almacenamiento, se preparó un manual para la manipulación y uso
del humus de lombriz, que fue generalizado en las direcciones provinciales de suelos del
país.

II. RECICLADO DE NUTRIENTES

El manejo nutrimental, en los sistemas agrícolas de producción intensiva, está enfocado a


la obtención de altos rendimientos por unidad de superficie tanto a cielo abierto como en los
sistemas de agricultura protegida (invernadero), con el objetivo de incrementar y proveer de
alimentos a la población. Las nuevas variedades y mejoramiento de híbridos (en cereales y
hortalizas), incremento en la aplicación de fertilizantes orgánicos e inorgánicos, inversiones
masivas en infraestructura de irrigación y fertirriego han justificado el aumento del potencial
de rendimiento de varios cultivos. Además, se ha reducido el tiempo entre la siembra y la
madurez del cultivo y se ha logrado obtener de dos a tres cosechas en un año agrícola. En el
futuro se plantea que el incremento en la producción de cultivos seguirán siendo las tierras

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destinadas a la producción agrícola intensiva, pero estos sistemas a su vez deberán cumplir
con estrictas normas ambientales. Por lo tanto, una intensificación agro-ecológica de los
sistemas de producción de cereales sólo será justificable si se toma en cuenta la seguridad
alimentaria, la disponibilidad de tierras y los recursos hídricos requeridos para este fin
(Cassman, 1999).

El manejo integrado de nutrientes fue puesto en marcha con cuatro estrategias


interrelacionadas como ejes principales, a saber: a) conservación y uso eficiente de nutrientes
en el suelo nativo, mediante prácticas de conservación y reducción de pérdidas en los agro-
ecosistemas; b) reciclaje del flujo de nutrientes orgánicos, a través de la incorporación de
residuos vegetales; c) acceso a fuentes alternas de nitrógeno por actividad biológica; y d)
adición de fertilizantes inorgánicos sólo en aquellos suelos con baja fertilidad. En conclusión,
el manejo nutrimental debe de realizarse de forma eficiente y práctica para activar la
disponibilidad y accesibilidad de fuentes de nutrientes para la planta, con el fin de optimizar
la productividad de los cultivos disminuir de manera drástica el uso de fertilizantes
inorgánicos y por lo tanto, la contaminación de los suelos y el deterioro agro-ecológico. No
obstante, todavía falta mucha investigación por realizar para poder alcanzar los objetivos
propuestos por FAO (1998) hace ya más de 14 años. Cada uno de los factores involucrados en
el manejo integrado de nutrientes se abordará individualmente a continuación.

2.1. Residuos de cosecha

Es ampliamente conocido que el incremento de materia orgánica en el suelo, a través de


diferentes prácticas de manejo, aumentan los rendimientos del cultivo; sin embargo, no
siempre se cuenta con fuente orgánica por lo que se recomienda incorporar residuos de
cosecha. Esta práctica proporciona materia orgánica al suelo que es utilizada como fuente de
energía por los micro-organismos, principales agentes de descomposición (Singh et al., 2011) y
liberación de nutrientes minerales al suelo. Los microorganismos al mejorar la estructura del
suelo, aumentar la capacidad de retención del agua (Murray-Núñez et al., 2011) y amplían la
capacidad amortiguadora del suelo en cuanto a retención de cationes, reducción en la fijación
de fosfato, reservorio de nutrientes secundarios y micronutrientes. En los suelos donde no se
realiza esta práctica decrece la materia orgánica, que se refleja en bajos rendimientos, siendo
necesario incorporar mayor cantidad de fertilizantes inorgánicos por unidad de superficie para
mantener su potencial en 90% (Loveland y Webb, 2003). Es importante indicar que la opción
de incorporar los residuos vegetales al suelo debe ser evaluado con criterios de productividad,
rentabilidad y sostenibilidad de la agricultura intensiva sin olvidar el impacto al agro-
ecosistema (Manlay et al., 2007). También debe coincidir con un enfoque de intensificación
ecológica al cumplir con los estándares de calidad ambiental.

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2.2. Rotación de cultivos

El consenso actual entre investigadores sobre la rotación de cultivos es el aumento en el


rendimiento y el beneficio económico que genera a los agricultores, aunado a una producción
sostenida. La rotación de cultivos se caracteriza por un sistema secuencial sobre tierra
cultivada, prácticas administrativas (Robson et al., 2002), y programación de rotación que
constituyen alrededor de uno o dos cultivos principales, seguido de una o más legumbres u
otros cultivos secundarios como los energéticos. Con el fin de maximizar la productividad de
los cultivos, en la década de los 50’s y 60’s la agricultura de monocultivo intensivo dependió
en gran medida de insumos externos principalmente en fertilizantes y pesticidas sintéticos. No
obstante, ninguna cantidad de estos productos aplicados al sistema pudo compensar
completamente los efectos beneficiosos que la rotación ofrecía, de ahí que se inició el interés de
comprender las interacciones de los factores involucrados y explicar las causas del incremento
en el rendimiento (Bullock, 1992).

En la actualidad, la rotación de cultivos es una práctica cultural generalizada en gran


parte del mundo, que genera a largo plazo mejores condiciones agroecológicas y cambios en
las propiedades edáficas (Brady y Weil, 1999). Una revisión exhaustiva sobre este tópico fue
realizada por Zegada-Lizarazu y Monti (2011), quienes indican que este sistema de producción
trae consigo desventajas como mayor nivel de organización y habilidad del agricultor;
maquinaria y suministros agrícolas; preparación técnica y administrativa del productor en el
manejo de varios cultivos, decremento en la disponibilidad y uso de tierras con cultivos de
mayor rentabilidad y estricta secuencia y programación de cultivos. A partir de estas
particularidades del sistema productivo y la necesidad mundial de crear nuevas fuentes de
energía fue propuesto un sistema a base de rotaciones entre especies cuidadosamente
seleccionadas para la producción de alimentos con especies productoras de biocombustible,
adaptadas potencialmente a diversas condiciones climáticas. Las especies seleccionadas para
la producción de alimentos y biocombustibles deben considerar las siguientes características:
duración (de periodo corto o largo); área cultivada (regular o irregular); secuencia de cultivos
(cíclica o acíclica); uso de la tierra (continua o discontinua), y programación (abierto o
cerrado). Robson et al. (2002) plantearon diferentes diseños y administración en la rotación de
cultivos.

2.3. Labranza de conservación

La magnitud de los distintos sistemas de labranza convencional abarca labores de


inversión, no inversión, profunda, mínima, primaria, reducida y secundaria y en forma
aislada o integrada. Estas se enfocan a la manipulación e intervención directa del suelo por
implementos agrícolas, que generan efectos sobre las propiedades del suelo y la calidad del
agua (Logan y Lal, 1991). No obstante, muchas de estas prácticas degradaron al suelo por lo
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que a partir de 1960 se introdujo un sistema de labranza denominado de conservación. La
labranza de conservación tiene varias modalidades en su aplicación, desde labranza mínima
hasta la ausencia total de la misma (Holland, 2004) y se recomienda que se integren los
residuos de cosecha (al menos en 30%) en la superficie del suelo, y reducción del uso de
maquinaria y prácticas agrícolas culturales. Además, es necesaria la integración de las
rotaciones y sistemas de cultivo, método de drenaje superficial y subterráneo, uso de
tecnología de fertilizantes y alternativas de manejo integral de plagas.

Al reducir la alteración del suelo, esta práctica evita la degradación de las tierras causadas
por la erosión hídrica o eólica (Verhulst et al., 2010), mejora la productividad sostenible, a
través de la agregación del suelo, distribución del tamaño de agregados y la estabilidad en
diversos tipo de suelos y condiciones agroecológicas (Lichter et al., 2008). Respecto a las
propiedades biológicas, la labranza de conservación incrementa diferentes poblaciones
microbianas que provocan la oxidación de la materia orgánica y la mineralización del N. Toda
esta actividad biótica se encuentra relacionada con el pH del suelo (Xiao et al., 2013),
propiedad química que involucra el contenido de materia orgánica y en consecuencia, la
modificación de otras propiedades como retención de humedad, capacidad de intercambio
catiónico y formación de agregados de origen biológico (Brady y Weil, 1999).

2.4. Disponibilidad de nutrientes

La labranza, el manejo de residuos y la rotación de cultivos tienen un impacto


significativo en la distribución y transformación de la materia orgánica a través de la adición
dentro del perfil, lo cual tiene efectos en el cambio de clima, matriz y finalmente la estructura
del suelo (Balesdent et al., 2000). El aumento de la estratificación y disponibilidad de los
nutrientes se incrementa con una mejor conservación del suelo. Alrededor de 20 nutrientes
fueron localizados cerca de la superficie, sobre todo entre 0 - 7.5 cm de profundidad bajo el
sistema de labranza cero en comparación con la labranza convencional. Esto significa que se
debe de poner mayor atención a esta capa del suelo ya que ocurre la mayor densidad de raíces
de los cultivos establecidos (Qin et al., 2004).

El nitrógeno disponible en el suelo para las plantas depende de la tasa de mineralización


del carbono; por ejemplo, en la labranza cero este elemento está generalmente asociado con
una menor disponibilidad debido a la inmovilización de los residuos que quedan en la
superficie (Bradford y Peterson, 2000). En cuanto al fósforo, Hargrove et al. (1982)
encontraron niveles altos de este elemento en el sistema de labranza de conservación. Esto se
debe en gran parte a la mezcla reducida de fertilizante fosfatados con el suelo, produciendo
una disminución y fijación del mismo; además, puede ser una ventaja cuando el fósforo es un
nutriente limitado o una amenaza cuando es soluble en agua (Verhulst et al., 2010). Por otra
parte, la labranza de conservación mantiene e incrementa la disponibilidad de potasio, cerca
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de la superficie del suelo, donde las raíces de los cultivos proliferan (Govaerts et al., 2007), o
bien a medida que disminuye la intensidad de la labranza la estratificación vertical de Calcio
y Magnesio también puede estar afectada por la labranza o el cultivo o no tener ninguna
diferencia vertical.

2.5. Uso de tecnología de precisión

La agricultura de precisión data desde 1980. Seelan et al. (2003) señalan que esta tecnología es
un sistema de producción que promueve prácticas de administración de variables en campo,
de acuerdo con las condiciones del sitio. Ya que se basa en herramientas y fuentes de
información proporcionadas por las tecnologías modernas como el posicionamiento global
(GPS), sistemas de información geográfica (SIG), dispositivos de vigilancia, sensores de suelo,
plantas y plagas y tecnología de teledetección. Sin embargo, la información precisa acerca de
la variabilidad espacial en campo es muy importante para la agricultura de precisión que en la
actualidad carece de eficiencia práctica.

Los factores que afectan a este tipo de agricultura por mencionarse algunos son: el
rendimiento del cultivo, las propiedades del suelo, la carga de nutrientes, el volumen o dosel
del cultivo y la biomasa, el contenido de agua y las condiciones de plagas (enfermedades,
arvenses e insectos) (Lee et al., 2010). Cuando los sistemas están basados en sensores requieren
parcelas de entrenamiento sin déficit nutrimental del cultivo en campo, para servir como una
referencia a otras parcelas. Al retrasar la aplicación de una porción de fertilizante
normalmente utilizado, la información del sensor podrá ser usada para determinar si fue
realmente necesario. Este enfoque permite ajustar, al menos en una parte de la temporada, la
fertilización (N, P, K), así como determinar la época de liberación de N por la materia
orgánica del suelo. Los agricultores están utilizando estos avances tecnológicos para
maximizar los beneficios económicos y ambientales, al especificar y redefinir las dosis
recomendadas de nutrientes mediante modelos y condiciones específicas de sitio. Además, de
otorgar un enfoque correctivo nutrimental hasta la programación, aplicación y verificación de
la fertilización (Sudduth et al., 1997).

III. EL MANEJO INTEGRADO DE PLAGAS (MIP)

Es una forma de mantener los huertos de manera que el daño de enfermedades y plagas
esté bajo el nivel económicamente aceptable. Eso también reduce el riesgo de la salud humana
y el medio ambiente, y también el costo de los productores. El MIP es una combinación de
varias medidas de control de enfermedades y plagas. Antes de tomar medidas de control, es
fundamental arreglar la situación de los cultivos para mantener la sanidad vegetal desde el
punto de vista de la prevención de enfermedades y plagas. Es decir la preparación del suelo,
abonamiento, riego y drenaje, etc. A demás de arreglar la situación física, se requiere atención

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diaria para saber el estado del cultivo, la aparición de enfermedades y plagas. Eso se realiza
por observación. Observar y dar atención a los cultivos son otros elementos fundamentales
para el MIP. En esta guía, se explica sobre el concepto de MIP, varias medidas de control, y
otras informaciones útiles. Espero que los extensionistas y productores hagan observación lo
más frecuente posible. Es seguro que vale la pena para mantener la sanidad vegetal con
menos costos y más efectividad.

Además, los productos químicos contienen materiales que son extraños al medio
ambiente, en consecuencia ellos pueden causar contaminación y polución al medio ambiente.
Si los productos químicos se depositan al medio ambiente, las sustancias entran a la cadena de
alimentación en el ecosistema y se concentran al subir a la escala de la cadena. Por ejemplo,
una sustancia química en agua se acumula a 265 veces en los planctones que habitan en el
agua. Se acumula a 500 veces en los peces que se alimentan de los planctones. Figura 2.
Concentración biológica a través de la cadena alimenticia. (dibujo de “ IPM in practic e ”)
Productos químicos. Ejemplo de Japón.

3.1. Límite del daño económico aceptable y pauta de control

Para definir el límite del daño económico aceptable, tenemos que saber el nivel de daño
que se prevé a través del monitoreo y pronóstico de plagas y enfermedades en la primera
etapa de su aparición. Lógicamente se requiere observación e investigación en campo para
monitoreo y acumulación de datos para pronóstico. Este trabajo lo deben realizar las
organizaciones encargadas de sanidad vegetal con participación de los productores. A través
de estos trabajos se define el umbral cuantitativo. Se pueden tener pautas si los productores
toman medidas de control a base de la información del umbral cuantitativo. Sin embargo, el
umbral cuantitativo está disponible solamente en las regiones bastante avanzadas de
producción agrícola comercial como los EE.UU. La realidad de la mayoría de otras regiones
está sin umbral cuantitativo. En consecuencia, el esfuerzo de MIP se enfoca más a la
reducción del uso de productos químicos, que a la reducción de la pérdida económica.

3.2. Control de la población de plagas con enemigos naturales

Un elemento importante del MIP es el control de la población de plagas, incluyendo


microbios causantes de enfermedades, con enemigos naturales. En la vegetación natural a
penas se encuentra una enfermedad o plaga seria. Eso es porque la vegetación natural se
compone de una alta variedad de organismos, en consecuencia, una explosión de cierta
especie de organismo se impide automáticamente bajo un equilibrio del ecosistema. Al
contrario, la realidad de la agricultura del área es que tiene generalmente sólo una variedad de
cultivo que forma un campo de monocultura. Allí se encuentra menor diversidad de
organismos con un equilíbrio muy inestable; en consecuencia si una vez aparece una plaga o
enfermedad, se expande sin ser frenada por otros organismos. La aplicación de los productos

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químicos puede empeorar más, a través de la disminución de la biodiversidad del ecosistema
agrícola. En consecuencia, se encuentra un fenómeno de resurgimiento, donde aumenta la
población de una plaga después de la fumigación del insecticida. Si se observa bien el campo
agrícola, se encuentran varios organismos, no solamente plagas sino también enemigos
naturales. Para evitar la expansión y resurgimiento, es importante mantener el equilibrio y la
biodiversidad del campo. El uso de insecticidas electivos es una forma de control de plagas sin
perder la población de enemigos naturales.

3.3. Manejo integrado de plagas (MIP)

El manejo integrado de plagas es “Mantener el nivel del daño de enfermedades y plagas


por debajo del límite económico aceptable, combinando varias formas de control”. Las formas
de control, como se mencionó antes son: Control químico, control mecánico, control biológico,
control del cultivo y otras maneras como vacuna o antibiótico. Aparte de estas maneras, el
pronóstico es un elemento muy importante para el MIP porque sirve para saber con
anterioridad la aparición de enfermedades y plagas, y también se puede optimizar la actividad
de los enemigos naturales.

3.3.1. Control químico

El control químico es una medida de control con uso de productos químicos. Es una de
las medidas más efectivas y rápidas. Aunque el MIP tiene como objetivo reducir el uso de
productos químicos, el control químico mantiene su posisión como la medida de control más
segura e inmediata. Lo importante es usar productos químicos que tengan menos toxicidad y
más electividad. También hay que tener mucho cuidado con el manejo, aplicación y
almacenaje para evitar intoxicación, efecto negativo a los cultivos y accidentes. Los cuidados
que se requieren para manejar productos químicos son los siguientes:

 Observar la regulación nacional y provincial y usar los productos registrados. –


 Leer bien y seguir las instrucciones. –
 Llevar guantes, mascarilla y gafas para la preparación y fumigación. –
 Fumigar a favor y no en contra del viento. –
 Guardar en un gabinete con llave fuera del alcance de niños. –
 Lavarse bien las manos y las partes en contacto, después de la fumigación. –
 No tomar bebidas alcohólicas después de la fumigación. –
 Acudir al médico inmediatamente cuando tenga intoxicación.

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3.3.2. Control mecánico

(1) Eliminación manual La eliminación manual es la más facil e inmediata medida de


control de plagas y enfermedades. Especialmente en la primera etapa de infestación. Por
ejemplo, pulgónes, oruga del repollo, mancha o marchitamiento lo cual se nota por
observación y se elimina facilmente. Después hay que eliminar, enterrar o quemar los insectos
y la parte infestada en un lugar fuera del huerto. A veces debe tener cuidado porque algunas
orugas le pueden picar con sus espinas y causar dolor e hinchazón. Eso se puede evitar con el
uso de guantes plásticos.

 Eliminar a mano la parte dañada por enfermedad.


 Eliminar a mano la parte infestada por pulgones.
 Eliminar a mano la oruga sobre la planta.

(2)Temperatura La temperatura tiene varios efectos sobre la vida de los organismos.


Por ejemplo, los insectos usualmente no se mueven mucho por debajo de 20℃. Al contrario,
insectos y nemátodos mueren con temperaturas superiores a 60℃. Se pueden matar insectos
en una bolsa plástica dejada bajo el sol. Los virus pierden su actividad con temperatura de
40℃. Aprovechando esta característica, se pueden tratar virus de las semillas de tomate y
pimentón. Los hongos tienen temperatura óptima para sus actividades dependiendo de la
especie. El Tizón tardío por Phytophthora infestans suele aparecer a temperatura baja,
alrededor de 20℃. La Ceniza reduce su actividad a temperatura de 30℃. Es difícil controlar la
temperatura de los huertos, pero es posible en algunos casos, cambiar la época del cultivo para
evitar la temperatura óptima de las enfermedades. Ponga el grano de arroz en una bolsa de
tela o tejido. Inunde toda la bolsa en un vaso suficientemente grande para que no se enfrie en
corto tiempo. Figura 8. Tratamiento de granos de arroz con agua caliente.

(3) Agua El Agua es un elemento fundamental para los cultivos. Inadecuada cantidad
de agua puede resultar en debilidad de los cultivos y aumentar la susceptibilidad a las
enfermedades. El exceso de agua puede causar pudrición de la raíz. El ácaro, escama y ceniza
suelen aparecer en condiciones secas. El Tizón tardío y mildeu prefieren condición húmeda. El
agua puede ser un medio de trasmisión de esporas de los hongos. Es necesario considerar la
dirección del riego cuando se encuentran enfermedades como ceniza, roya y pudrición por
Botrytis cinerea que producen esporas o conidios. Cubrir la superficie del suelo con mulchi o
pajas secas puede impedir la trasmisión de esporas del suelo a las plantas.

(4) Barrera Se pueden construir barreras con varios materiales, por ejemplo madera,
rama, plástico, malla entre otros. Plantas alrededor de los cultivos también pueden ser
barrera para las enfermedades y plagas, impidiendo su movimiento.

13
(5) Trampa Las Trampas se utilizan para monitorear la aparición de los insectos plagas
y para hacer pronósticos. Sin embargo, en algunos casos pueden ser medidas de control. Por
ejemplo, los saltahojas se atraen a las trampas de color amarillo con adherente. Esta trampa
puede servir para atrapar bastantes individuos saltahoja y reduce la oportunidad de
trasmisión de virus o micoplasma. Aparte de la trampa amarilla, existen varias trampas para
atraer insectos plagas. Entre ellas, las trampas con uso de feromonas son muy efectivas y
también tienen alta electividad. Las trampas de feromonas pueden ser una medida de control
a través de la confusión de los insectos atraídos.

3.3.3. Control biológico

(1) Predador El Predador es un animal que se come a otro animal. En los huertos
existen varios predadores. Entre ellos están las arañas, avispas, hormigas, chinches
predadores y mariquitas. Las Arañas son predadores comunes y se encuentran frecuentemente
en los huertos. Las Avispas y hormigas también atacan a varios insectos sobre todo orugas.
Los Chinches predadores atacan a otros chinches y chupan el líquido del cuerpo de la presa.

(2) Parásito Los Parásitos son organismos que entran al cuerpo (Endoparásito) de
otro organismo o habitan en la superficie (Ectoparásito) y comen dentro del hospedero. El
parásito más importante para control biológico es un grupo de avispa de la familia
Brachonidae. Las que parasitan al pulgón y mosca blanca forman “Momia” en su etapa de
pupa. La momia se consigue como un producto de control biológico.

(3) Entomopatógeno Los micróbios que causan enfermedad a los insectos se llaman
“Entomopatógenos”. Los Entomopatógenos pueden ser hongo, bacteria y virus. Una
variedad de hongo del género Beauveria es muy conocido como entomopatógeno y se consigue
en Panamá como un producto de control biológico en forma de emulsión de esporas. Bacillus
turingiensis es una bacteria que causa enfermedades a los insectos. Esta bacteria produce una
proteína tóxica a los insectos. El producto BT (Nombre comercial: Dipel) es la mezcla de la
proteína y espora de bacterias. Este producto tiene alta electividad de insecto y puede ser una
medida de control para disminuir insectos sin matar las arañas.

(4) Competidor Los Competidores son microbios que compiten con otros microbios e
impiden su crecimiento. Una variedad de hongos Trichoderma compite con otros hongos en el
suelo por ejemplo Screlotoium y Botrytis cinerea que son causantes de enfermedades de los
cultivos. En Panamá se consigue un producto de bokashi que contiene Trichoderma y se
utiliza mezclando el bokashi en el suelo para el control de hongos en el suelo. Una bacteria
Agrobacterium tumefaciens produce agalla de corona a varios cultivos y árboles. Otra especie
del mismo género de bacteria A. radiobacter puede atacar la agalla por competir con la
bacteria causante de la agalla.

14
3.3.4. Control del Cultivo

(1) Rotación de cultivo Algunas enfermedades aparecen frecuentemente cuando se


repite el cultivo, en el mismo lugar varios años, porque el patógeno se acumula en el suelo
bajo esa situación de cultivo. Los organismos patógenos usualmente no pueden sobrevivir en
ausencia de cultivos hospederos durante 1-2 años. La Rotación de cultivos es una manera de
reducir patógenos o plagas eliminando su hospedero. Este método es efectivo para nemátodos
que parasitan la raíz y hongos que no producen esporas aéreas y tiene ámbito de hospedero
limitado. Para los cultivos alternativos, usualmente se usan los cultivos de otras familias de
planta. Por ejemplo, para el tomate de la familia de las Solanaceas, se usan los cultivos de
repollo (Crucífera), brócoli, (Crucífera) o cebolla (Liliacea). Al contrario, no son buenos la
berenjena, ají y pimentón que son de la misma familia.

(2) Plantas compañeras Algunas plantas tienen el efecto de alejar insectos u


organismos patógenos. Plantar estos cultivos con cultivos principales es efectivo para reducir
el riesgo de enfermedades o plagas. Estas plantas se llaman plantas compañeras. Las plantas
compañeras de cada cultivo son presentadas en la Tabla 3. Tabla 3. Ejemplos de plantas
compañeras. Planta compañera Cultivo Efecto Orégano Calabaza, pepino, melón Se lleva bien
con los cultivos de enredadera.

(3) Eliminación de malezas Varias malezas de gramíneo crecen en los huertos. A estas
malezas les gusta los saltahojas que llevan y transimiten virus de planta a planta. La
eliminación de malezas puede destruir el hábitat de los saltahojas y en consecuencia puede
reducir la fuente de infección de virosis. La fumigación de herbicidas no es la única manera de
eliminar malezas. En el caso de los huertos de pequeño o mediano tamaño, se puede eliminar
con la mano. Esta actividad no solamente arregla la situación del cultivo, sino que también es
una buena oportunidad de observar bien la situación del cultivo, incluyendo averiguar
enfermedades o plagas que se encuentran en el cultivo.

3.3.5. Plaguicidas naturales

(1) Aceite El Aceite puede matar insectos tapando el sistema de tráquea. El Aceite
agrícola es un producto de aceite de máquina preparado para fumigación como un insecticida.
El aceite es un material suspendido en la leche de vaca. Por eso la leche de vaca puede servir
como un insecticida natural. El aceite de máquina usado también puede servir para matar
insectos. Sin embargo, la aplicación se tiene que limitar a las partes duras y no tiene problema
estético, por ejemplo la escama o cochinilla en la superficie del tronco del naranjo.

(2) Licor El alcohol puede impedir el crecimiento de hongos y bacterias, razón por la
que se utiliza como un desinfectante. Cualquier licor contiene alguna cantidad de alcohol. Los

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licores que tienen mayor concentración de alcohol son los licores destilados, por ejemplo seco o
ron, que tienen 30-40% de alcohol. Se tiene que diluir con agua para utilizar como fungicida
ya que no tendrá efecto con una concentración muy baja y al contrario podría quemar las
plantas si se aplica en alta concentración. Por eso se tiene que averiguar la concentración
óptima con un ensayo de fumigación a las plantas. Usualmente se empieza el ensayo con baja
concentración como 1/100 (1ml de licor con 99 ml de agua). Se puede aplicar directamente en
algunos casos como el de los pulgones que parasitan las partes relativamente duras de los
cultivos como el tallo u hojas duras con cutícula.

(3) Vinagre La Acidez generalmente impide el crecimiento y multiplicación de hongos


y bacterias. La condición ácida se puede crear con fumigación de vinagre diluido. La
concentración de ácido varía dependiendo del tipo de vinagre. Por eso la dilución se tiene que
averiguar, igual que el caso del licor, con ensayo de fumigación y observación del efecto y
efecto negativo. El vinagre se utiliza frecuentemente en la agricultura orgánica para fortalecer
el crecimiento de cultivos. (4) Ají y ajo El Ají tiene una sustancia que se llama capsina. Esta
sustancia picante tiene efecto repelente para algunos insectos como gorgojo y pulgón. Se
puede repeler el gorgojo del arroz y maíz con 2-3 cucharadas de ají seco molido en una bolsa
de tela puesto en la bolsa de almacenamiento de arroz o maíz. La solución de ají crudo molido
se puede usar como insecticida para pulgones. Tiene que preparar esa solución con el uso de
ají sano para evitar el riesgo de infección con virus. El Ajo tiene una sustancia que se llama
aliin que tiene el efecto de matar bacterias. La solución de ajo puede servir como un fungicida
para fumigar.

3.4. Factores que dificultan la Adopción del MIP

El sistema MIP, tal cual se ha descrito, ha venido consolidándose y perfeccionando desde


la década de 1960, con la participación de organismos internacionales como La FAO,
universidades de todo el mundo, organismos agrícolas nacionales y organizaciones no
gubernamentales (ONGs). Pero aún hoy, cincuenta años después, y, a pesar de su amplio
reconocimiento formal, es relativamente poco lo que se ha logrado implementar en el campo.
Son diversos los factores que han que han dificultado la adopción del sistema MIP por los
agricultores. Entre ellos,

 Los criterios de "calidad" de los productos agrícolas en los mercados nacionales y, sobre
todo, en los mercados internacionales. Se trata de una calidad basada en
consideraciones cosméticas o de apariencia externa que no comprometen el valor
nutritivo o sabor del producto. Los productos agrícolas pierden valor rápidamente, o
son descartados del mercado, por la ocurrencia de daños superficiales ligeros o la
presencia de algunas escamas o queresas que, en realidad, no afectan la calidad
intrínseca del producto. Estos condicionamientos constituyen una invitación al uso
intensivo de plaguicidas.
16
 Existe muy pocos casos de desarrollo de programas MIP prácticos, sencillos,
adaptados a las condiciones específicas (agrícolas y socio-económicas) de los
agricultores que puedan ser considerados alternativas viables por los mismos
agricultores.
 Las empresas agroquímicas tienen efectivos medios de venta de los productos
pesticidas a nivel del agricultor. En muchos casos son los únicos técnicos que están al
alcance de los agricultores.
 Los organismos nacionales oficiales, supuestamente promotores del sistema,
generalmente muestran carencias y limitaciones de diversa índole que afectan su rol
frente a los problemas de los agricultores.

Al analizar los casos exitosos de MIP y los fracasos, resulta evidente que los éxitos están
asociados al interés y la participación activa de los usuarios, es decir de los agricultores y de su
entorno económico. En otras palabras, no basta una buena conceptualización técnica de un
programa MIP para que sea exitoso, es necesario tener en cuenta las condiciones sociales y
económicas en que va a darse su implementación. Un programa MIP para pequeños
agricultores, con escasos recursos económicos y técnicos, tiene características diferentes al de
un programa MIP para grandes agricultores, con mayor capacidad económica y técnica. En
ambos casos, sin embargo, el protagonista principal del programa es el agricultor. El
agricultor es el que acepta el cambio, pone en riesgos sus recursos, y hace su propia evaluación
de los beneficios que espera obtener, al adoptar la nueva tecnología.

3.5. GENERALIDADES DEL MIP vs PROGRAMAS-MIP

Como se indicó antes, es necesario distinguir entre los “conceptos o principios del
Manejo Integrado de Plagas” y los “Programas de Manejo Integrado de Plagas”. Mucho se ha
escrito sobre los conceptos del MIP; sus principios tienen valor universal. Pero son
relativamente pocos los programas-MIP que se han implementado en campos de agricultores
para afrontar problemas de plagas específicos. Los Programas-MIP se basan en la utilización
de componentes MIP; es decir, en la utilización de medidas específicas, para contrarrestar
problemas concretos de un lugar, que puede ser una localidad o una región.

Los programas-MIP tienen que ser diseñados para las condiciones especiales de una
localidad pues deben responder a muchas variables específicas como cultivares utilizados, el
sistema de cultivo, el complejo de plagas, la presencia de determinados enemigos naturales,
las condiciones climáticas, los valores económicos del cultivo, el nivel de tecnología, la
disponibilidad de personal y otros factores propios de la condición socioeconómica del
agricultor. Cualquier “programa” que se diseñe necesariamente tiene que ser flexible para
adecuarse a la dinámica del cultivo, de las plagas y del clima. Casi siempre es necesario contar
con la supervisión de personas enteradas o, mejor aún, especializadas en el manejo de plagas.

17
Solo así se puede asegurar la correcta aplicación de los componentes MIP del Programa y
efectuar los ajustes que fueran necesarios.

Siempre hay que tener en mente que el objetivo del agricultor es lograr un beneficio
óptimo desde el punto de vista económico o utilitario. En este proceso, el rendimiento del
cultivo es un importante componente y toda medida para incrementar el beneficio de la
gestión agrícola contribuye a afianzar el programa de MIP. Los rendimientos están
determinados por la potencialidad o calidad del cultivo, las condiciones químicas y físicas del
suelo, las condiciones climáticas, las prácticas agrícolas y las condiciones biológicas entre las
cuales están las plagas, enfermedades y malezas. Dada las condiciones específicas de cada
localidad, el o los cultivares seleccionados, deben responder favorablemente a los factores
menos manejables como son el clima y el suelo. Sería muy difícil proteger un cultivo de
plantas débiles o mal adaptadas a las condiciones locales y poder justificar los gastos de su
protección. En todo caso, el costo de protección no puede ser ajeno a los beneficios esperados
de la comercialización o utilización de la cosecha.

IV. DESARROLLO RURAL

El desarrollo rural persigue dar respuesta a tres necesidades básicas para hacer posible un
futuro sostenible de nuestra especie:

 mejorar la formación y el bienestar de los miles de millones de personas que viven en


este medio (cerca de la mitad de la población mundial), erradicando la pobreza
extrema y evitando su migración hacia la marginación de las megaciudades
 lograr una producción agrícola sostenible para asegurar que todos los seres humanos
tengan acceso a los alimentos que necesitan y
 proteger y conservar la capacidad de la base de recursos naturales para seguir
proporcionando servicios de producción, ambientales y culturales.

Todos los grandes retos a los que se enfrenta hoy la


humanidad para avanzar hacia el logro de un futuro sostenible –ya
sea erradicar la pobreza extrema y el hambre, conseguir la
educación universal, la igualdad entre los géneros, reducir la pérdida
de biodiversidad y otros recursos medioambientales, etc.- exigen una
atención prioritaria al desarrollo rural. BastA señalar, por ejemplo,
que cuatro de cada cinco de los más de 172 millones de niños sin
escolarizar en el mundo, viven en áreas rurales, con fuertes
discriminaciones hacia las niñas; y que la gran mayoría de los cerca

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de 800 millones de analfabetos, jóvenes o adultos, pertenecen al mundo rural (UNESCO,
2010).

Y, por supuesto, no se trata sólo de educación: la investigación de la FAO


(Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) “Education for
rural people and food security: a cross country analysis” muestra que la seguridad alimentaria
de los niños rurales está estrechamente vinculada a su acceso a la educación (De Muro y
Burchi, 2007). La mayoría de los pobres del mundo son campesinos y analfabetos que
trabajan en una agricultura de subsistencia. El analfabetismo les impide adquirir los
conocimientos necesarios para mejorar su capacidad y productividad y les hace víctimas de
una discriminación social que se ensaña particularmente con las mujeres. El análisis de la
FAO concluye que la seguridad alimentaria y la educación deben ser tratadas
simultáneamente y con la misma atención, para desarrollar la capacidad de la gente del
campo –niños, jóvenes y adultos de ambos sexos- para alimentarse y superar la pobreza, el
hambre y el analfabetismo. Se explica así la importancia concedida al desarrollo rural en la
Agenda 21, el programa para desarrollar la sostenibilidad a nivel planetario durante el siglo
XXI, que fue aprobado en la cumbre de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el
Desarrollo (CNUMAD), celebrada en Río de Janeiro en 1992 (Naciones Unidas, 1992).

Pese a todo ello, la ayuda internacional para las zonas rurales ha descendido dos
tercios en las últimas décadas: las inversiones rurales representaban menos del 10 % de los
compromisos del Banco Mundial en el año 2000 (Halweil, 2002). Y todavía en 2010 la FAO
sigue reclamando un aumento significativo de las inversiones en la agricultura para frenar el
hambre crónica en el mundo. Esta situación debe modificarse drásticamente para hacer
posible las 12 áreas de programas que contempla el capítulo 14 de la Agenda 21: desde la
mejora de la producción agrícola y de los sistemas agropecuarios a la conservación y
rehabilitación de tierras, pasando por el desarrollo de la participación popular y de los
recursos humanos o la información y educación sobre la planificación del aprovechamiento de
la tierra.

No será posible lograr un mundo sostenible sin ciudades más sostenibles, afirmábamos
en Urbanización y sostenibilidad. Pero es preciso comprender que un futuro sostenible para las
ciudades y, en definitiva, para nuestra especie, depende del logro de condiciones de vida
adecuadas para el mundo rural que evite su dramática migración hacia la marginación de las
megaciudades (ver Reducción de la pobreza). De hecho, se sabe que las zonas rurales prósperas
contribuyen a disminuir la migración a las ciudades. Investigaciones llevadas a cabo en Brasil
han puesto de manifiesto que el coste de mantener a personas en suburbios excede lo que
costaría establecer a los campesinos sin tierra en tierras baldías. Como resultado, algunos
grupos urbanos que viven en la miseria se unieron a los agricultores, sindicatos y ecologistas

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para apoyar el Movimiento de los Trabajadores sin Tierra, que persigue acabar con el
crecimiento de los suburbios en las grandes ciudades (Halweil, 2002).

Es precisamente en el medio rural donde son más efectivos los fundamentalismos


religiosos que exigen asociar sexualidad exclusivamente a procreación e imponen barreras
educativas y legislativas que impiden una vida afectiva y sexual satisfactoria y una
maternidad y paternidad responsables. De nuevo hemos de afirmar que sin desarrollo rural y,
muy en particular, sin un fuerte impulso de la educación, será imposible resolver el problema
de la explosión demográfica y, consecuentemente, de la sostenibilidad de nuestra especie.
Conviene señalar que el concepto de soberanía alimentaria tiene un origen reciente. Fue
introducido por el movimiento internacional Vía Campesina, fundado en 1992, y se define
como el derecho de los pueblos a definir sus políticas agropecuarias y de producir alimentos a
nivel local. La Soberanía Alimentaria da prioridad a las economías y los mercados locales y
nacionales y otorga el poder de la gestión de los recursos a los campesinos y agricultores
familiares, incluyendo también la pesca artesanal y el pastoreo tradicional. Se pretende así
organizar la producción alimentaria, la distribución y el consumo en una perspectiva
sostenibilidad medioambiental, social y económica de los pueblos.

 Garantiza que los requerimientos nutricionales básicos de las generaciones presentes y


futuras sean atendidos cualitativa y cuantitativamente, al tiempo que provee una serie
de productos agrícolas.
 Ofrece empleo estable, ingresos suficientes y condiciones de vida y de trabajo decentes
para todos aquellos involucrados en la producción agrícola.
 Mantiene, y allí donde sea posible, aumenta la capacidad productiva de la base de los
recursos naturales como un todo, y la capacidad regenerativa de los recursos
renovables, sin romper los ciclos ecológicos básicos y los equilibrios naturales, ni
destruir las características socioculturales de las comunidades rurales.
 Reduce la vulnerabilidad del sector agrícola frente a factores naturales y
socioeconómicos adversos y otros riesgos, y refuerza la autoconfianza.

El logro de estos objetivos no es una tarea sencilla. Se precisa una “Nueva Cultura
Rural” para la que se ha propuesto un decálogo como éste:

1. Hacer posible el protagonismo del mundo rural y valorar su papel en la conservación


de la Naturaleza.
2. Fomentar una economía multifuncional como medio para fijar población.
3. Conservar y transmitir lo que tiene de valioso su tradición oral y empírica.
4. Adecuarse a los nuevos modelos de gobernanza y gestión patrimonial y económica.
5. Crear una cultura de consumo local.

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6. Abrir el debate sobre la definición de una Nueva Cultura ante los cambios y
transformaciones del mundo rural y los desafíos del cambio climático.
7. Estudiar estrategias para asimilar a los nuevos pobladores dentro de un contexto
identitario y coherente.
8. Propiciar recursos formativos y de gestión para una economía sostenible.
9. Trasladar los valores y la importancia del mundo rural a la sociedad urbana.
10. El futuro está en el campo.

A ello habría que añadir la necesidad de invertir en el desarrollo de formas de organización


y tecnologías agrarias sostenibles, como las prácticas agroforestales, que contribuyan a acabar
con el hambre y las desigualdades en el planeta protegiendo la biodiversidad. A ello responden
los movimientos de Agricultores climáticos, Agricultura agroecológica, Alternativas
Biológicas, Agricultura Social y Sostenible, etc., que persiguen la sostenibilidad de los
sistemas agrícolas y que se concretan en iniciativas como ARCO (Agricultura de
Responsabilidad Compartida entre agricultores y consumidores) para desarrollar una
agricultura y alimentación de calidad, estableciendo sistemas solidarios de reparto de riesgos y
beneficios, creando canales cortos de comercialización, etc. Y a ello responden igualmente las
“ecoaldeas” (que constituyen una alternativa de organización, tanto urbana como rural, de
asentamientos a escala humana) o el desarrollo de nuevas tecnologías en las zonas de secano,
zonas áridas sin riego, donde habita una gran parte del hambre del planeta, tecnologías que
contribuyan a contener la erosión, aumentar la fertilidad y la capacidad de retención del agua
del suelo, etc., que deben estar presentes en los programas de desarrollo rural.

4.1. Marco conceptual: qué es desarrollo rural?

El término Desarrollo Rural (DR) está contenido dentro del término más amplio:
Desarrollo. Se reconoce entonces el desarrollo como una meta o deseo en la historia de la
humanidad ya sea en familias, comunidades, organizaciones, empresas o países. No hay
consenso sobre su significado, ya que las aspiraciones de las personas y sociedades son
subjetivas y muy diversas. Desarrollo implica un cambio futuro, es decir, un estado futuro de
las cosas que en consecuencia depende de los deseos subjetivos. Dichas aspiraciones o deseos
cambian durante el tiempo y son influidas por eventos, descubrimientos, evidencias,
aprendizaje, experiencia, conocimiento, cultura, etc. De manera más pragmática, el término
desarrollo se ha asociado entonces como un vector de indicadores con objetivos deseados.
Cada unidad define los indicadores deseables a ser mejorados en el futuro. Algunos ejemplos
de ellos son: aumento de PIB per cápita, aumento de escolaridad, disminución de pobreza,
aumento de libertad económica, entre otros.

21
4.2. Una perspectiva histórica del concepto desarrollo

El tema de DR lleva implícito el tema de Desarrollo Agrícola (DA). No pueden separarse


ya que el sector agrícola está geográficamente en el área rural. La agricultura ha estado
presente en la historia del ser humano, pero fue hasta el siglo XX que se elevó en materia
académica y teórica. Es por ello que el concepto de DR es posterior al de DA, y se usaron
indistintamente al inicio. Staatz y Eicher (1998) identifican 3 épocas del siglo XX en el
avance conceptual:

• Primera Fase 1950-1969: La creencia de la época señalaba a la agricultura como un sector


básico, donde las ganancias del mismo debían

• Segunda Fase Los 70´s: Con el advenimiento de la revolución verde, aquella del
descubrimiento de semillas mejoradas y fertilizantes que mejoraban la productividad agrícola,
se reflexiona sobre el rol de la agricultura y del sector rural, pasando de uno secundario a uno
de mayor importancia. Si en la fase I lo relevante era el crecimiento del sector para poder
generar excedentes, la fase II plantea un concepto más amplio de crecimiento con equidad.
Equidad porque la revolución tecnológica agrícola permite crecimientos de productividad y
también de salarios en el sector. Además la necesidad de contar con grandes extensiones para
lograr escala fue perdiendo fuerza, ya que se puede crecer sin necesidad de contar con grandes
extensiones, pues la tecnología provee la diferencia.

• Tercera Fase Los 80´s y 90´s: La crisis de los ochenta en América Latina, región ligada a la
agricultura y con altos niveles de ruralidad trajo a la palestra la importancia de la estabilidad
macro. Este nuevo concepto se adhirió a los anteriores para ir formando uno más amplio de
desarrollo. La solución a la crisis de la deuda era una con énfasis en la restructuración,
privatización y el rol de las instituciones.

4.2.1. Hacia una Estrategia de Desarrollo Rural en Guatemala

Estas nuevas incorporaciones al concepto siguen siendo positivas porque van


reconociendo estas áreas nuevas de la integralidad del concepto, adicionando preocupaciones
como las reglas claras, el estado de derecho, las fuerzas de mercado, entre otras. Es fácil
observar que ya no se habla sólo del sector agrícola. Un factor importante para justificar
también estos nuevos conceptos tiene que ver con la ola de globalización de la época, en
especial tras la caída de la cortina de hierro. Las políticas locales en un escenario de mercados
mundiales integrados pierden efectividad y se buscan nuevas formas de apoyo y nuevas
estrategias.

• Fase 4 El inicio del siglo XXI: Los nuevos aportes a la integralidad del concepto son:
seguridad alimentaria, pobreza rural y sostenibilidad ambiental. Tradicionalmente el enfoque

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público en el tema de seguridad alimentaria ha estado en la producción de alimentos y no
tanto en el acceso a ellos. Es el ingreso disponible para acceder a los alimentos y no
necesariamente la autosuficiencia productiva lo que debe incentivarse.

Esto es relevante por las políticas tradicionales y fracasadas de precios topes. Si bien es
cierto que ponerle un tope a un precio lo hace más accesible, desincentiva la producción del
mismo y por ende es un golpe directo a la creación de empleo y aumento de pobreza. Este
paradigma ha cambiado. Es mejor que el mercado descubra el precio y que la cadena
productiva se ajuste a nuevas realidades de manera flexible hacia productos más atracti vos
que generan más y mejores empleos, proveyendo el ingreso necesario para que éstos puedan
acceder a los bienes alimenticios. El movimiento de sostenibilidad surge tras la Cumbre de Río
de 1987. El deterioro ambiental puede poner fin al crecimiento económico afectando la
productividad y por consiguiente el empleo y la pobreza.

El desarrollo rural incorpora el concepto de crecimiento sostenible, derribando


nuevamente el paradigma de que ambos conceptos eran antagónicos. Las agendas agrícolas,
rurales y ambientales deben ser trabajadas en paralelo. El concepto seguirá avanzando en el
tiempo, aunque la asociación del concepto de desarrollo con su característica de integralidad
no variará, como tampoco cambiará que el sujeto de desarrollo es el ser humano o individuo.
La experiencia muestra que el DA y el DR requieren de sociedades modernas, organizaciones
locales y privadas fuertes que representen los intereses de los individuos afectados, y también
de un sector público que se comunique con ellos para ir moldeando sus políticas según los
lineamientos integrales y principios que se presentan a continuación y que son fruto de un
concepto que ha evolucionado a lo largo de casi 60 años.

4.3. Definiendo desarrollo rural y otras consideraciones

DR implica el desarrollo de las áreas rurales de un país con el fin de mejorar la calidad de
vida de las personas que las integran. La definición depende de lo que se entiende como rural,
lo cual no es más que las personas que no viven en áreas urbanas, siendo entonces un concepto
multidisciplinario e integral, que debe considerar entonces : el desarrollo de la agricultura
(actividad económica que no se da en las capas urbanas) y actividades aliadas de las
industrias, manualidades, infraestructura, servicios comunitarios pero por encima de todo el
recurso humano. El DR encapsula varios conceptos adicionales:

a) Necesidades Básicas de Vida. Considerar y reconocer éstas, así como listarlas para una
mayor comprensión. Incluyen: alimenticias, de salud, de educación, de seguridad, de refugio,
entre otras.

b) Libertad. Esto quiere decir que el individuo debe crecer dentro de un ambiente en donde la
libertad económica, política, ideológica y de expresión esté garantizada. No tiene sentido de

23
hablar de DR cuando se avanza por ejemplo en las necesidades educativas pero la libertad
política y de expresión están coartadas.

c) Dignidad. Considerar al individuo como igual ante la ley, sólo así podrá haber desarrollo
proveniente del respeto en las relaciones humanas. Como toda definición no consensuada se
requiere entonces enumerar ciertos valores y principios donde debe descansar el debate. La
historia económica ha demostrado que muchos paradigmas han cambiado, en especial
aquellos que tienen que ver con la formulación de soluciones extremas. Entonces al normar
sobre DR, debieran de tomarse en cuenta algunos de los siguientes principios:

d) Crecimiento con equidad. El crecimiento es esencial para el desarrollo, aunque no es lo


único, desde que el concepto de desarrollo no es uno económico exclusivamente. Es
multidisciplinario como se manifestó arriba, por lo que hay otros factores a considerarse
además del económico.

e) Considerar las expectativas cambiantes de la población rural. Una política de DR puede ser
exitosa en lograr resultados pero incompleta si no considera el cambio de expectativas de la
población a lo largo del tiempo. Recordemos que el concepto de cambio que está implícito en
DR, depende del nivel actual de bienestar pero también del futuro. En especial cuando la
población es joven, las expectativas se van formando relativamente más rápido que en
poblaciones mayores. Algunas aspiraciones son inter-generacionales otras

f) Los seres humanos como causa y consecuencia de DR. El ser humano es la pieza central de
las políticas de DR. Sabiendo que el capitalismo es el mejor sistema que permite avances en la
tecnología y crecimiento económico, debe de ser completado con valores como la dignidad
humana, equidad, libertad y relaciones de respeto mutuo.

g) No caer en la tentación de argumentar dogmas o paradigmas radicales y pasados. Avanzar


en las discusiones y debates más allá de los siguientes paradigmas y dilemas:

4.4. La ruralidad en Guatemala

Es prioritario identifiar la ruralidad en Guatemala. No sólo mediante un mapeo sino más bien
mediante la construcción de un set de indicadores que permitan visualizarla. Utilizando las
estadísticas nacionales compiladas en el Informe de Desarrollo Humano del PNUD podemos
caracterizar la rurali dad de nuestro país de la siguiente manera: Indicadores Sociales Rurales:

 En el 2010 existen en Guatemala más de 14 millones de pobladores de los cuales 8.4


mm viven en lo rural, es decir, 59%. La gráfica muestra que dicha porción ha bajado
sostenidamente en los últimos 60 años. Un poco más del 51% son mujeres, cifra que
contrasta con el 49% de 1950.

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 El Indicador de Desarrollo Humano del PNUD es un punto de partida para catalogar
el bienestar rural-urbano. En el 2006, el IDH urbano es 0.75 y el rural 0.64, es decir,
un 18% menor. Esta brecha disminuyó de 33% en 1989, pero a la vez los niveles
subieron de 0.54 a nivel nacional en 1989 a 0.70 en el 2006.
 En el año 2006, la pobreza en Guatemala era de 50.9%, y pobreza extrema 15.2%. Es
decir, más de 6.5 millones de pobres, de los cuales 4.7 mm viven en las zonas rurales.
La pobreza rural es de 70.5%. • En materia de alfabetismo se observa la brecha entre
lo urbano y rural. La tabla siguiente muestra que en el 2006, el alfabetismo urbano era
de 86,
 Otra forma de ver el acceso a la educación es la información de escolaridad promedio.
Para el 2006, la escolaridad promedio de la población urbana más que duplicaba a la
rural en toda la

4.2.2. Indicadores Económicos Rurales:

 La población económicamente activa del país para el año 2006 era de 5.4 millones de
personas mientras que rural era de 62.3. La brecha y las cifras mejoran para la edad de
15 a 24 años, siendo 94.5 y 81.1, ya que para toda la población hay una diferencia de
38% en el alfabetismo, mientras que para los jóvenes ésta se reduce a un 16%.
 El sector agrícola representa el 33% del total de la PEA pero el 81% está en el área
rural. El segundo sector por importancia es el comercio con un 23% de la mano de obra
nacional, de los cuales sólo una séptima parte es rural. El tercer sector es la industria
con un 16% de la PEA, de los cuales sólo un 12% se encuentra en la ruralidad. Si
analizamos la PEA rural, un 56% de la misma está en el sector agrícola, un 15.4% en
comercio, 11.8% en la industria, como las 3 grandes actividades económicas
demandantes de mano de obra rural. El resto de actividades económicas en lo rural son
mucho menos importantes.
 En lo que a salarios respecta, en el área rural un 67.3% de la población
económicamente activa y que tiene trabajo recibe un monto inferior al salario mínimo.
Recordemos que casi la mitad de ellos no son remunerados por trabajar en la parcela o
negocio familiar.
 El autoempleo o la empresa familiar es común en Guatemala y en el área rural. Aquí se
consideran los no agrícolas en la gráfica. El 53% de estos negocios rurales no agrícolas
son comercio, seguido por construcción (16%), textiles y vestuario (12%). • Para estos
negocios familiares rurales, un 50% se desarrolla en el mismo lugar que la vivienda,
mientras que un 32% se tiene que desplazar.
 La principal fuente de financiamiento de los negocios familiares rurales son los ahorros
personales (82.8%) y préstamos familiares (5.4%), es decir, casi 90%. El 10% restante
se reparte así:

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