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Manejo de Rebaños
Facilitador: Integrantes:
Alex Rodriguez
Juan Bustamante
Wilmary Silva
Rosangel González
Manuel Vásquez
San Juan de los Morros, Junio 2018
1. Manejo de rebaños
El ganado vacuno actual se divide en tres tipos: para carne, para leche y para
ambos usos (Doble propósito). La mayor parte de los rebaños destinados a carne
son criados en grandes extensiones de tierra, pero tras el destete, los animales
jóvenes pueden mantenerse estabulados. El ganado para leche se cría en
rebaños relativamente numerosos, en condiciones de cría intensiva, cerca de
grandes centros de población. Sin embargo, el queso, la leche y otros productos
especializados proceden por lo común de pequeñas granjas donde las vacas se
alimentan con pasto.
La numeración de los ejemplares se puede llevar a cabo mediante diferentes técnicas entre
ellas:
1. 1. Tatuaje
2. Orejera o chapeta
3. Placa metálica
4. Hierro candente
5. Marca con nitrógeno liquido
6. Identificación oficial única
Tatuaje
Esta técnica consiste en perforar la oreja del animal utilizando unos dados con una serie de
agujas, las cuales tienen la forma de los números del cero (0) al nueve (9) y con las cuales
se marca la parte interna de la oreja de la cría con ayuda de una pinza especial; a
continuación, se aplica una tinta indeleble que penetra el cuero y queda grabado el número.
Por lo general, es utilizada para identificar los bovinos jóvenes, entre los dos días y los
cinco meses de nacidos.
Para aplicar la técnica de identificación con tatuaje se deben seguir los siguientes pasos:
Una vez se derriba el ternero o la ternera se inmoviliza la cabeza.
Se montan los dados en la pinza tatuadora.
Se hace una prueba previa en un papel, para confirmar que los números queden
correctamente ubicados.
Una vez verificado el número, se aplica la pinza en el canal central de la cara
interna de la oreja y se perfora la oreja.
A continuación, se aplica la tinta indeleble frotándola sobre la oreja. Al inicio no se
verán los números, pues queda una mancha negra en la oreja; con el tiempo, la tinta
cae y queda únicamente aquella que penetró en los puntos dejados por las agujas
donde se lee el número perforado.
Algunos ganaderos acostumbran tatuar los ejemplares en las dos orejas: en una tatúan el
número que le corresponde al animal y en la otra el número de su madre. Esta técnica es
utilizada para distinguir a los animales mientras crecen y, una vez alcanzan el tamaño
adecuado, se identifican quemando con hierro su respectivo número en la pierna.
Orejera o chapeta
Es posible colocar en ella una numeración consecutiva, que indica la fecha de nacimiento;
incluso, algunos ganaderos acostumbran a colocar el nombre del padre en la parte posterior
de la placa plástica.
Placa metálica
Las placas metálicas, al igual que las chapetas, se colocan en la oreja del ejemplar y puede
ser aplicada a cualquier edad, lo deseable es que se realice en ejemplares jóvenes.
Como en la chapeta, se debe inmovilizar la cabeza del ejemplar. Con esto se facilita la
colocación de la chapeta y se evita rasgar la oreja, además de disminuir el riesgo de un
accidente para el vaquero. Al colocarse la placa, se debe aplicar un desinfectante
cicatrizante para facilitar la recuperación de la piel.
Para aplicar la técnica de identificación con placa metálica se deben seguir los siguientes
pasos:
Hierro candente
El hierro candente es quizás la forma de identificar los bovinos más difundida en el país.
Consiste en quemar la piel del bovino dejando grabado el número correspondiente. En
términos generales, la práctica se realiza en los animales cuando tienen una edad cercana a
los ocho (8) o nueve (9) meses, ya que han alcanzado un tamaño que facilita esta actividad.
Los hierros no deben ser muy delgados ya que al aplicarlos cortan el cuero y causan una
quemadura y, con el tiempo, la marca dejada puede ser tan delgada que se hace muy difícil
identificar algunos números. Éstos deben tener zonas internas amplias, de modo que el área
entre la platina del número no se queme, y con ello se evitan manchones y confusiones en
la numeración.
Marca fría
Para aplicar la técnica de identificación con marca fría se deben seguir los siguientes pasos:
Se separan los ejemplares adultos de los jóvenes para evitar que estos últimos se
maltraten.
Se sujeta el ejemplar a identificar y se inmoviliza.
Se enfrían los hierros sumergiéndolos en nitrógeno líquido.
Se verifica que el número le corresponde.
Se aplican los hierros en el sitio seleccionado suavemente, pero con firmeza.
Se coloca la numeración completa y se procede a liberar al ejemplar
Al salir el nuevo pelo será de color blanco, como consecuencia de que la piel se quema por
el frío.
La ventaja de esta técnica es su fácil de aplicación. Las desventajas de esta técnica son:
Sólo se puede aplicar a ejemplares con el color del pelo oscuro, sobre el pelo blanco no se
nota.
Alto costo del nitrógeno.
Microchips
El sitio ideal de aplicación es la parte inferior de la pierna y la mano. Aunque uno de los
sitios más comunes para ubicarlos es en el lomo, pero al aplicarlo en este sitio, se presenta
un gran deterioro de la piel para la industria de la marroquinería y el calzado.
Para aplicar la técnica de identificación con hierro candente se deben seguir los siguientes
pasos:
Se separan los ejemplares adultos de los jóvenes, para evitar que estos últimos se
maltraten.
Se sujeta el ejemplar a identificar y se inmoviliza.
Se calientan los hierros al rojo vivo.
Se verifica que número le corresponde.
Se aplican los hierros en el sitio seleccionado suavemente, pero con firmeza.
Se coloca la numeración completa y se procede a liberar al ejemplar.
Es de fácil aplicación.
No es costoso.
No se puede borrar y es de difícil adulteración.
Ésta es una de las últimas tecnologías para identificación del ganado y permite operar el
concepto de trazabilidad, con el cual se ha logrado hacer un seguimiento a los ejemplares
desde su nacimiento hasta cuando el producto final (carne o leche) llega al consumidor.
Cada evento sanitario, nuevo propietario o traslado es registrado con el propósito de que los
interesados conozcan el manejo que ha recibido el ejemplar a lo largo de su vida.
Este sistema de identificación está conformado por dos elementos: el primero, consiste en
un botón con un microchip colocado en la oreja y el segundo por una chapeta con un
código de barras (serie de números) de los cuales los últimos son los manejados por el
productor para identificar sus ejemplares. En la foto se observa una placa plástica con el
número 12 para colocársela a un ejemplar, el número tres (3) corresponde al dígito de
verificación del país.
6. Tratamiento.
7. Destete.
El destete es uno de los pasos más importantes en la vida del ternero ya que lo
que hacemos es quitarle el afecto de su madre y el rebaño y cambiar
drásticamente su dieta, en ganaderías de leche especializada el evento no es tan
traumático ya que solo se le cambia su dieta pero en ganaderías de carne y doble
propósito si es traumático ya que el ternero ha estado toda su vida con el rebaño y
bajo la protección de su madre.
El destete precoz
La decisión de practicar el destete precoz como una medida de emergencia para
afrontar la sequía debe hacerse en base a los siguientes criterios:
Al destetar a una cría y alimentarla por separado se logra reducir el costo por
suplementación de la vaca al disminuir sus necesidades de nutrientes. La cría es
más eficiente que la madre para aumentar de peso (proporcionalmente a su
tamaño, crece más con menos alimento), lo cual es una ventaja en cuanto a la
recuperación del costo del alimento especial que se le da a la cría. Sin embargo, la
cría debe ser alimentada para que crezca a una velocidad cercana a su máximo
potencial.
Si el alimento para las crías se compra en una casa comercial, exija que el saco
tenga la información nutricional adecuada.
8. Castración.
Es la remoción de las glándulas o testículos para esterilizar al macho. La edad
para la castración es variable y depende en particular de cada explotación si se
va realizar, es recomendable aplicar la vacuna antitetánica 15 a 20 días antes
de castrar.
9. Manejo de novillas
En lo concerniente al rebaño de novillas de reemplazo, la inversión está constituida
por las decisiones de manejo, en los aspectos reproductivo, nutricional y sanitario.
Para decidir cuánto se necesita invertir en el levante de las novillas, primero se deben
decidir las metas a las cuales se quiere llegar. Las decisiones de manejo deben estar
totalmente basadas en los costos que generan, así como también en el efecto que
producen sobre la rentabilidad total en la unidad de producción. Los beneficios que
resultarían de la inversión en el levante serían:
Reducir la edad promedio actual en que las novillas tienen su primer parto.
Esto requiere básicamente un incremento en la calidad de la alimentación; sin
embargo, se debe analizar si el costo de la alimentación suplementaria para
incrementar la tasa de crecimiento es menor que el costo asociado con un
prolongado y no productivo periodo de levante. Es necesario tener en cuenta que
mientras más largo sea el periodo de levante habrá un mayor número de animales
no productivos compitiendo
por alimento, además habrá una reducción en las posibilidades de
mejoramiento debido a un alto número de animales descartados antes de su
primer parto por razones
no reproductivas.
Lograr un completo desarrollo esquelético y muscular de la novilla. Con
esto se obtiene una adecuada condición corporal de la novilla al parto, que le
permite utilizar las reservas corporales en el periodo de deficiencia energética
durante los primeros meses de lactancia y conseguir un mejor comportamiento
durante el posparto, que constituye un periodo de infertilidad relativa,
especialmente en las primíparas.
La falta de inversión en el periodo de levante en las novillas aumenta el
tiempo que son mantenidas en el rebaño sin que inicien una lactancia,
disminuyendo su eficiencia por vida productiva. Por el contrario, la inversión en
realizar cambios en el manejo, reduce la edad en que las novillas son capaces
de concebir, incrementando el retorno económico, tanto por el aumento del
número de lactancias y aumento de la producción de leche total por vida
productiva por animal, que, por el mayor número de crías por vaca, bases
fundamentales de la ganadería de doble propósito. Es decisión propia del
productor, el nivel de inversión que ejecutará en las decisiones de manejo que
a continuación se recomiendan, pero debe quedar claro que si se desea
mejorar la unidad de producción, primero han de fijarse metas y en función de
las metas y objetivos del sistema, aplicar las decisiones de manejo y asumir los
costos que estas implican.
El aparato reproductor de la vaca está formado por dos ovarios, dos oviductos,
el útero, el cérvix, la vagina y la vulva.
En las vacas el celo presenta cuatro fases o periodos, siendo la parte más fértil
la que comprende la segunda mitad del celo. A continuación, se describen cada
una de las fases:
- Proestro; esta etapa presenta una duración de 3 o 4 días, donde se inicia la
regresión del cuerpo lúteo y comienza la secreción de una sustancia
denominada limo.
- Estro o celo; durante esta etapa abunda las secreciones del limo. La hembra
se deja montar por el macho y se muestran los signos característicos del celo.
- Metaestro; esta etapa se caracteriza por iniciarse la formación del cuerpo
lúteo. La hembra rechaza al macho, disminuyendo la secreción de limo.
- Diestro; en esta última etapa el cuerpo lúteo se desarrolla completamente y
el útero se prepara para recibir el embrión. En el caso de que la vaca no
presente preñez, el ciclo se vuelve a repetir y a iniciar de nuevo.
Para que se pueda maximizar la vida productiva de las vacas, éstas deben ser
cubiertas entre los 80-90 días después del parto. De esta manera, se podrá
producir un nuevo ternero cada 12,5 a 12,8 meses. Si los intervalos entre
partos son más largos, se producirá un efecto negativo en la vida productiva de
la vaca.
Los signos principales que identifican cuando una vaca está en celo, se
describen a continuación:
- Permanecer inmóvil cuando es montada.
- Balidos semejantes a los de un toro.
- Nerviosismo general.
- Corridas hacia adelante como si fuesen a atacar.
- Posición de cabeza a cabeza con otras vacas y empujones o golpes contra
los costados de otras vacas.
- Olfateo de la vulva o de la orina de otros animales.
- Vulva rosada e inflamada con desprendimiento de un moco claro.
La mayor actividad del celo se produce durante las últimas horas de la tarde, a
lo largo de la noche y en las primeras horas de la mañana. De esta manera, se
ha observado que más del 70% de la actividad de monta tiene lugar entre las 7
horas de la noche y las 7 horas de la mañana. Para detectar el celo, las vacas
deben ser observadas en las primeras horas de la mañana y a últimas horas
de la tarde o en intervalos de cuatro a cinco horas durante el día.
El celo en las vacas puede que no se llegue a detectar por algunas de las
siguientes razones:
Preñez
Debe hacerse por medio del diagnostico de gestación mediante la palpación rectal de
todos los vientres del rebaño, al menos dos meses después de terminada la temporada
de monta. Este es probablemente el mejor indicador de los niveles de nutrición de su
rebaño. Es útil, además de analizar el porcentaje general de gestación, evaluar el
porcentaje de preñez de las novillas apareadas por primera vez, el de las vacas lactantes
y no lactantes y también por grupos, si el rebaño esta divido en diferentes grupos.
Cualquier diferencia significativa (por lo menos 5%) de un año para otro en cualquiera
de los grupos mencionado, debería ser analizada para ver si existe una explicación
racional. Muchas veces estas diferencias son explicables por las diferencias climáticas
que hay de un año para otro; pero también, en el caso que la producción baje, ello puede
ser debido a sobre carga de ganado en una época critica del año o problemas de salud.
Esto demuestra que las estadísticas no pueden ser usadas solas. Para poder entender
estos aspectos a cabalidad es necesario que uno haya observado las condiciones de los
animales y de la sabana durante todo el año para llegar a una conclusión razonable. Una
vez que la conclusión está hecha, se ve si ello se debe a causas que debieran estar en
control de la administración o no. Si ello obedece al primer caso, entonces hay que
tomar medidas para evitar o repetir las mismas condiciones, dependiendo si las
diferencias notadas eran positivas o negativas. Un ejemplo puede ser que la preñez de
las novillas cayó en un 15% y usted recordó que este lote de novillas tenía un problema
de parasitosis en los meses post destete, lo cual se tradujo en una pérdida de condición y
desarrollo en ese momento crítico de su vida. Pero si en el pesaje anterior a la
temporada de monta las novillas pesaron lo mismo que siempre, entonces se puede
concluir que en este caso la caída de la preñez no se debió al problema de parásitos
sino a otro problema. ¿Había suficientes toros? ¿Se quemo el potrero durante la
temporada de monta? ¿Los ladrones perseguían las novillas por las noches? ¿Se daño el
molino de viento? Cuando se identifica un problema, las estadísticas son una valiosa
ayuda para identificar la causa.
Parición
¿Cuál es la diferencia entre vacas preñadas y becerros nacidos? Si esta cifra pasa del
10% se hace necesario encontrar una explicación. ¿Hay becerros orejanos robados?
¿Abortos? ¿Muchas molestias al ganado durante el periodo de partos causando
abandono del becerro? ¿Presencia de depredadores? Responder adecuadamente estas
interrogantes puede contribuir a la solución de los problemas observados.
Mortalidad de becerros
1) Mortalidad general.
El ciclo productivo de una vaca, comprende todas las fases y sucesos por las que pasan
las vacas, entre un parto y el parto siguiente. Este ciclo productivo, se divide en cuatro
periodos bien diferenciados; período vacío, gestación, lactancia y período seco.
El período seco de las vacas se inicia con el final de la lactancia y se extiende hasta el
final de la gestación cuando ocurre el siguiente parto. El ceso del ordeño o el destete del
ternero, marcan el comienzo del periodo seco, produciéndose la reabsorción de la leche
no secretada y una pérdida rápida de células epiteliales secretoras de la glándula
mamaria. Este periodo es una fase de reposo entre lactancias, con bajos requerimientos
nutricionales para los animales. Es importante para el posterior comportamiento
productivo y reproductivo de las vacas en la siguiente lactancia.
El periodo seco de las vacas entre lactancias sucesivas, puede ser de 60 días para que se
asegure una producción óptima de leche. Este periodo de descanso entre lactancias, es
fundamental para conseguir una producción máxima de leche en la lactancia siguiente y
favorecer la recuperación de las reservas corporales de la vaca para soportar la próxima
lactancia. Durante este periodo, se produce el reemplazo de las células epiteliales de las
glándulas mamarias que hayan podido ser dañadas o muertas, antes de que se produzca
la siguiente lactancia.
Sin embargo, diversos estudios estiman que un periodo de descanso entre 30 y 60 días,
puede ser suficiente para permitir que las vacas con un adecuado manejo, buena
alimentación y buena condición corporal, lleguen a producir buenas cantidades de
leche. De esta manera, si se omite totalmente el periodo seco o lo que es lo mismo, se
hace una lactancia continuada, puede disminuir la producción de leche entre un 20-40
%, mientras que periodos superiores a 60 días, pueden producir solo un pequeño
incremento en la producción.
1. Ordeñar las vacas a fondo para eliminar la mayor cantidad de leche residual.
2. Limpiar el orificio de cada pezón con compresas estériles húmedas con alcohol e
introducir en cada pezón una solución antimitótica para vacas secas, realizando un
masaje ascendente con los dedos índice y pulgar para intentar incorporar la solución
hasta la cisterna de la glándula.
3. Se debe someter a las vacas a un estrés hídrico y alimenticio, dejándolas sin agua
durante 24 horas, lo que reducirá la síntesis láctea y sin ningún tipo de alimento durante
24 -48 horas para reducir los precursores de la síntesis láctea.
4. Las vacas deben ser observadas para comprobar la involución de la mama y que no
se de ningún tipo de infección en ella.