s j u nt a s Dia rio feminista

c h a m o 8 DE MARZO 2019. CUERNAVACA, MORELOS. MEX

O lu n p o r
o s m at a
o n
ra d o.
sepa

Directorio
Ovarias. Publicación feminista de Morelos
Coordinadora. Denisse Buendía
Jefa de redacción y contenidos. Violeta Luna
Diseño y formación. Carmina García
Ímagenes de obra. Carmen Alarcón y Denisse
Buendía
Consejo editorial.
Alma Karla Sandoval / Adriana Mújica / Bárbara
Durán /
Jessica Hamed / Larissa Escobedo / Patricia Bedolla
Siempre me ha gustado escribir columna. Será
porque es el único género periodístico en el que, sin
sospecha de por medio, nadie te señala por utilizar la
primera persona, una actitud de por sí negada a las
mujeres y al feminismo que, desde un horizonte
ontológico, implica ser para una. Desde que estudia-
ba en la famosa Escuela de Periodismo Carlos Sep-
tién García, cuando el director de entonces, Manuel
Pérez Miranda, nos explicó que el tono de la columna
era el de una conversación con los amigos, aplaudí
esta forma libre –desarrapada o de pelo suelto a lo
Gloria Trevi– del periodismo en serio. También me
gustan las contradicciones. Así que, para un semana-
rio feminista, comenzaré mis entregas discutiendo
con Virginia Woolf y María Zambrano. Con la primera
porque descubro que, en medio de una emergencia
nacional, de un moridero donde los secuestros del
tipo “cálmate, mi amor” existen, el cuarto propio
como metáfora ya no es suficien-
Ni afuera
te. Con la segunda porque no
siempre se escribe para
defender la soledad en que se
está. Tanto la inglesa como la
española omitieron que el
tiempo y el espacio, esa
mezcla llamada cronotopo, es
el mar de las olas feministas y
las resistencias letales al
mismo.
NI ADENTRO
LA VEDADA APROPIACIÓN
Converso y a la par que
reflexiono, observo el teclado DEL ESPACIO REAL Y
de mi computadora como si SIMBÓLICO DE LAS MUJERES
fuera una ouija con el cual
invocar a otras grandes filóso-
fas. Es verdad que nuestro
cuerpo y su piel son la prime-
ra frontera, que la habitación cero, por decirlo de
algún modo, es nuestra carne, ese instrumento con el
que tocamos el mundo. Pero existe un más allá y un
más acá: la relación que las mujeres sostenemos con
el espacio tanto real como simbólico. Departiendo
con amigas educadoras en los niveles básicos, supe
cuánto les llama la atención el hecho de que, cuando
suena la campana, los niños salen corriendo del
salón a jugar para apropiase de inmediato de las
canchas, el jardín, etc. Tomar y hacerse presentes en
el sitio donde se lleva a cabo el juego, esa arena
dramática de la escena que es la vida, les resulta
normal, necesario, urgente. En cambio, las niñas
corren menos. Ellas esperan –porque la espera impli-
ca sometimiento y lo han aprendido mirando a otras
mujeres de su entorno– a jugar “más tranquilamente”
p o é ti c o 8 m
o buscar una esquina, un rincón, una mesa, donde
abrir su lonchera y despacio, sin aspavientos ni gritos,
esperar (de nuevo) a que sea la hora de volver al aula,
es decir, a una celda si el maestro o la profesora son
Pronunciami e n to
fragmento
una decepción como en el más de setenta por ciento
de los casos. Perdonen esta mirada nada luminosa de
una conducta diferenciadora entre géneros. No
pretendo generalizar, pero es más común de lo que Bárbara Durán
podría probarse.
Decía que el modo en cómo nos relacionamos con el
espacio signa nuestros devenires. Bien se trata de una
conducta aprendida a punta de adoctrinamiento,
domesticación o usos y costumbres. Por ejemplo,
caminar junto a la pared si nos acompaña un hombre, “Mar de fueguitos” las luchas de las mujeres
quien debe, tiene, está obligado a andar del lado de la Un mar de mujeres no han sido acompañadas por hombres
calle. Cuando pregunté en Puebla por qué, me respon- Todas son madres Pocos tienen el valor y el tiempo de defender
dieron que, si sucede lo contrario, es como si el de alguien que desapareció un derecho que no sea el suyo
hombre estuviera ofreciendo a la Vienen con las manos tejidas El lema de los machos
chica en cuestión o, escudándo- Toman las calles Defender sus lugares de confort
se en el no pedido rol de protec- las plazas publicas No perder privilegios
tor a ultranza, afirmaron que por EXIGEN JUSTICIA Contados aquellos que codo a codo
seguridad, para que no se la Con el alma en un hilo, salen a las calles con nosotras
vayan a robar. Esta costumbre por donde irriga la fe Nos sabemos libres
data del Siglo XIX en pende un camafeo para denunciar al estado
México o quién sabe si
es más vieja, pero ni
duda cabe que ciertos
varones conocen muy
voz y reflejo
testimonio de la ausencia
de su ser querido
por legislar sobre nuestros cuerpos
Yo desconozco tu ley
Planto mi grito como un árbol
Nuestros derechos aun no germinan
bien sus fantasías y de lo que en Un día sin mujeres es un día
ellas son capaces, así que mejor sin la mitad de la valentía del mundo Yo lucho porque a ninguna mujer
“cuidan” a las mujeres que Paro porque es necesario detenerse se nos trate diferente
consideran de su propiedad de Hacer un silencio del color que sea la piel
Alma Karla Sandoval los ensueños enfermizos de los Mirarnos articular las coincidencias del color que sea la lengua
otros. No encuentro otra Organizarnos desde ser diversas del color que sean las ideas
manera de explicarlo. El aumen- Re-conocernos a nosotras entre nosotras
to de los secuestros de jóvenes veinteañeras en todo el Son momentos de hacer criba, cernir Yo me pronuncio por
país es un indicador irrebatible. La consecuencia es de TejeResistencias Las niñas que viven en las calles
que, si de por sí no tomábamos el espacio a nuestras Yo me pronuncio por encontrarnos Nadie debería de vivir en las calles
anchas, ahora menos con esta realidad que nos orilla a para conspirar.. discernir.. sumar
renunciar a salir de noche, a andar solas de día, a tran- Cada lucha social ha sido encabezada
sitar libremente por donde queramos porque esas no o luchada por mujeres
son “conductas propias de una dama”, como dijo por
ahí un vicealmirante.
“Ya no se puede”, leí en varios grupos de autodefensa.
La derrota es total y el ánimo, el de las presas en un
mundo donde a diario muere alguien a manos de
sicarios en esta tiendita de horror cuya gramática escar-
mentadora del crimen es el mapa de un descuartiza-
miento repetido. Mundo dantesco. Es desde ese trauma
que el espacio también no es vedado en lo simbólico y
URGE que
entiendan su
responsabilidad
Del Congreso de la Internacional
Socialista, cuando por primera vez se
habló de conmemorar el “Día Interna-
cional de la Mujer Trabajadora”, han
pasado 109 años; después de varios
años lo retoma la ONU y le quita lo de
“trabajadora”.
Sirva ello como introducción para
referir el tiempo que ha pasado en el
reconocimiento de la necesidad de
tener una fecha conmemorativa (que
no una celebración o festejo) para
señalar, especialmente, los pendien-
tes para lograr el avance de las muje-
res.
Para este 2019, ONU Mujeres, tiene
como tema: Pensemos en igualdad,
construyamos con inteligencia, inno-
vemos para el cambio.
Dicho tema da para un análisis
profundo de la situación y las razones
para haberlo elegido. Sin embargo,
podemos llevar la cuestión a un análi-
sis de la situación local, en la que algu-
nos de los logros que se han tenido en
nuestro estado de Morelos, se
encuentran en riesgo ante la política
de retroceso que se vislumbra en las
autoridades actuales.
Tenemos un Comisionado de Segu-
ridad, que se atreve a declarar que
“algunas mujeres han sido asesinadas
por no comportarse como damas”; un
Fiscal General que está más preocupa-
do en ver como negar que hay femini-
Adriana Mújica
cidios, que en que se realicen las
investigaciones para que haya
justicia para las mujeres asesina-
das.
El problema es que ambos
personajes son titulares de 2 de las
áreas que tienen una enorme
responsabilidad para atender y
atacar las violencias contra las
mujeres.
Desde el 2015 se Decretó la Alerta
de Violencia de Género contra las
Mujeres en 8 municipios de la
entidad y, desde entonces, las
autoridades siguen sin realizar las
acciones necesarias (no solo las
que están contempladas como
Recomendaciones en el Decreto
de la AVGM, sino las que tienen
mandatadas por la Ley de Acceso
de las Mujeres a una Vida Libre de
Violencia para el Estado de More-
los, desde 2007).
En ese contexto, es fundamental
que comprendan la responsabili-
dad que tienen y que, además,
abran espacios en los que escu-
chen todo lo que tiene que decir la
sociedad civil organizada. Es
urgente e impostergable, que
entiendan que a las mujeres nos
están violentando de diversas
maneras, impidiendo nuestro
avance, violando nuestros dere-
EL AMOR
Y EL
MON
S
TRU
Larisa Escobedo
En el desamor, vemos al otro convertir-
O
se en monstruo. Ese sujeto cuya piel
suave fue un día nuestro hogar y nues-
tro paradigma, se transforma, muta, se
desfigura. Su rostro nos es cada vez
más ajeno, su voz antes floreada en
gemidos y murmullos, ahora se llena de
gritos e improperios. Nos insulta, nos
hiere. El ser amado está mutando:
ahora sus uñas se han vuelto garras y
sus dientes se afilan, nos olfatea no
para respirarnos, sino en una cacería,
me persigue, me acosa. El monstruo a
veces tiene múltiples cabezas, es el de
antes y también es otros más, que
nunca habíamos visto ¿Quiénes son
estos desconocidos que duermen en
mi cama y quién los invitó a pasar?
Para el otro, el que muta soy yo. Ya no
me ve, ya no me reconoce. Cuando
trato de hablar sólo escucha gritos e
improperios. Me desfiguro. Mi piel ya
no es su casa y mi voz le insulta, le
hiere. Mi cuerpo está cambiando, ya no
puedo acariciarle con suavidad, parece
que le araño o le muerdo, mis caricias le
lastiman. Cuando respiro a su lado, se
siente perseguido, como si le estuviese
acechando. Me dice que le asfixio, que
le acoso. No entiendo nada, no recuer-
do haberle hecho tanto daño, pero
me acusa y eso me confunde.
Pareciera que ya no me reconoce,
pareciera que estuviese hablando
con un desconocido, hasta la cama
que antes fue solo nuestra, ahora le
da miedo.
Entonces, ¿quién es el
monstruo? ¿Soy yo o es ella?
¿Es él o soy yo?
Después de un tiempo los mons-
truos mutan de nuevo. Soy yo otra
vez y a la distancia veo a mi ex
convertirse en sí mismo de nuevo.
Yo soy yo y no eso que me dijo que
era. Tal vez todo fue una ficción,
ahora desde la distancia no logro
entender qué fue lo que nos
ocurrió. Cuándo empezó la muta-
ción: busco eventos, fechas, recla-
mos, infidelidades, traiciones,
desprecios, groserías, ausencias,
chismes, evidencias, enemigos y
culpas. Ya no reconozco al otro, pero
veo que tampoco es tan horrible, el
daño está hecho y es mejor olvidar,
como dicen los güeros, move on.
...Y esa es la historia de nuestros
amores de tiempos líquidos, en
los que navegamos de una isla a
otra, a la deriva, a tientas.
Pero quizá el monstruo no soy ni
es. Al encontrar tantos monstruos
en el camino, he comenzado a
pensar que el monstruo es otra
cosa. Tal vez el monstruo no es sino
el desarrollo construido de eso que
llamamos amor. Tal vez ningún beso
convierte al sapo en amante, ni
ninguna pelea convierte al amante
en sapo. Tal vez el beso y la pelea
son el sapo. Tal vez el amor, como lo
estamos planteando, es un estado
idílico que muta en monstruo para
sobrevivir.
Y es que el proyecto de éxito indivi-
dual pasa hoy por el amor de pareja,
eternamente sexy, eternamente
joven, con lana, con viajes, con sexo
increíble, con sushi y vino y mezcal, con
arte, con risas, con auto, con casas boni-
tas y noches en la playa… monógamo,
eterno y placentero. Fiel y sin rutinas. El
proyecto amoroso es hoy capitalista en
tanto que depende del dinero como
uno de los bienes más importantes para
la felicidad de la pareja (el dinero acaba
con la rutina a través de sus restauran-
tes, cines, bares, bailes, viajes); pero es
anticapitalista en el sentido de que no
permite el libre flujo de bienes corpora-
les o deseos al ser monógamo. Quiere
fidelidad pero no quiere envejecimien-
to. Y uno es necesariamente el compa-
ñero del otro.
El amor heteropatriarcal (aunque sea
gay o trans) se presenta a nosotros
como la oportunidad de solidificar a
una persona, de hacerla mía, de yo
hacerme suya. Una relación sólida es
una relación que fantasea con no
cambiar, con resistir ante todo, ante la
adversidad, en el bien y en el mal y
hasta la muerte. Una relación que
quiere que el otro quiera lo que yo
quiero. Una relación en la que mi
cuerpo sexuado solo es autorizado para
intercambiar con el otro, no con nadie
más.
En oposición y como alternativa se
presenta la soltería promiscua, que en
cambio parece más una economía
neoliberal desregulada. Es el amor de
tinder, que convierte el amor en una
suerte de activos intercambiables,
donde la persona ya no es persona: ni
en su dimensión idílica ni en la mons-
truosa, solo un simulacro de fotografía.
En el apartado donde uno se describe a
sí mismo en tinder la mayoría de las
descripciones dice: “Viajes, vino, un
buen café y pasarlo bien. No malos
rollos”...
¿Cómo podemos entonces
replantearnos el amor? ¿Cómo
podemos hacer vínculos amorosos
que no nos desgarren al final, que no
nos obliguen a odiarnos, que no nos
hagan pedazos?
Un amor en el reconocimiento del
otro, en el entendimiento de que otro
se acabaron s hegemonias, gobiernos torpes mientras
somos personas diversas y que bueno  violencia sigue
De nada sirven los discursos, las buenas intenciones o las
Patricia Bedolla

reuniones, cuando no se tiene una idea clara de las políticas cuencia. Señores, somos el primer
Violeta Luna lugar en América Latina en violencia
públicas necesarias para disminuir la violencia en contra de
las mujeres. contra las mujeres, ¿Acaso no es un
Desde los tres niveles de gobierno se exhibe una ignoran- dato suficiente para en lugar de desa-
ertenezco al sector de la población que vio la película Roma de Alfonso cia absoluta en torno al asunto que nos ocupa, hay una gran parecer la política, la fortalezcan?
Cuarón y que sí le gustó. ¿Y cómo no me iba a gustar si retrata con una preocupación por la realización de “eventos” que en nada Morelos no es la excepción con las
abonan a mermar la indefensión en que nos encontramos frases célebres: el Señor Sanz, al
mirada sensible realidades que penosamente siguen afectando en preguntarle sobre el tema de feminici-
inmersas.
mayor medida a las mujeres?: Abandono, violencias, precariedad… Me Un ejemplo son los Días Naranja, evento de foto inventado por dios y desaparición de mujeres,
asumí feminista desde hace varios años, visión que me permitió ver Roma ONU Mujeres para quitarle la pesada loza del 25 de noviembre a los respondió; palabras más palabras
gobiernos, queriendo invisibilizar la fecha, repitiendo la foto con menos, que el feminicidio y la desapa-
con unos ojos que guían la reflexión hacia las desigualdades de un México rición son “noticias” para “desestabili-
playeras naranjas y manitas pintadas cada mes, cada 25 y así todos los
que, a cerca de cincuenta años del periodo en que se sitúa la cinta, prevalecen; servidores públicos se lamentan de la violencia, pero los números zar” al gobierno. ¿Cuál Gobierno?
incluso con mayor fuerza que en aquél entonces y afectando de manera parti- siguen subiendo. Así podemos nombrar a la iniciativa un billón de Tenemos un gobernador que sale a la
cular a nosotras las mujeres. pie y la enorme lista de actos convocados desde las institu- escena pública en eventos en que no
ciones para “celebrar” a las mujeres, como si el 8 de marzo requiere hablar mucho, pero sí tomar-
¿Una película lenta y aburrida? El arte es una propuesta, cada artista encuen- se fotos; hasta ahora no lo hemos visto
fuera otro día de las madres.
tra su tesitura, su ritmo y en el caso del cine, su mirada; esa que se desea com- Por ahora hemos visto a un presidente de la Repú- pronunciándose por la marcha convo-
partir con otras personas. En mi opinión, la belleza de Roma se encuentra en blica que de un plumazo ha ido cancelando políti- cada por jóvenes universitarias a las
su honestidad, su calidad estética y en el guiarnos a ver desde la arista en que cas públicas con perspectiva de género, por ejem- que nos sumamos muchas mujeres de
plo las instancias infantiles, una acción que en vez todas las clases sociales, de todas las
mira la gente con menor poder en este sistema patriarcal: Mujeres, niñez, ideologías, porque a todas nos atravie-
de fortalecerse para hacer cumplir a patrones,
indígenas, pobres... incluido el sector público, de otorgar la presta- sa la violencia. Nada concreto. Triste-
Roma, cuyas nominaciones a los óscares nos signifi- ción de las guarderías establecida en la Ley Fede- mente no vemos postura clara, salvo
ral del Trabajo, se regresa a los hogares para que un comunicado en el que desde la
caron alegría pero que también develaron el racis- institucionalidad se asegura que “en el
cómo se pretende: “las abuelitas cuiden a los
mo que nos sigue caracterizado como pueblo niños”. Con esta medida presidencial, se retro- estado de Morelos no se tolera ningún
mexicano, no fue la única película que colocó en cede para que las mujeres sigamos haciendo tipo de violencia hacia las mujeres
la agenda pública temas relacionados con el trabajo gratuito, sin prestaciones ni recono- (…)” supongo que con eso ya pode-
cimiento, “las abuelitas” ya se ganaron su mos estar tranquilas.
género y la diversidad, incluso me atrevo a decir Por otro lado el Fiscal, demostrando
derecho a vivir sus años como les dé la
que existe una mirada más abierta desde la Aca- gana y no detrás de los nietos, sin su desprecio por el tema, asegura que
demia, misma que significa una postura política. Sí, fuerzas y sin ganas. “No hay desaparición, sino ausencias
el arte también es político, no militante o ideológico, Eliminar una política que a través de voluntarias (…)” y en un afán revictimi-
l o s años se ha especializado, se ha exigido zador lo publica en el twitter oficial.
pero sí herramienta para poner los ojos en lo que a menudo no se Respecto al feminicidio, desde la Fisca-
que vayan cumpliendo cada vez más y más normas,
quiere ver. porque sí hay que decirlo, el dinero que se da a la Sociedad lía parece consigna el no investigar los
Premiar como mejor actor a Rami Malek, protagonista de Bohemian Civil de verdad, se le cuenta peso por peso, se le escu asesinatos de mujeres como feminici-
driña, se le regatea… mientras que a las organizaciones simuladoras y corrup- dio, lo peor es que se ha vuelto a la
Rapsody en su papel de Fredy Mercury, extraordinario cantante que era vieja “estrategia”, también revictimi-
tas no, a esas no se les pide nada, para qué molestamos, a esas no sólo debería
homosexual y murió infectado de VIH, es parte de esta postura política a la que de quitárseles el recurso sino que se debería meter a sus representantes a la zante, de considerar a las mujeres
me refiero. Premiar el documental Period. End of sentence, mismo que aborda un cárcel, en un verdadero acto en contra de la corrupción. En vez de ello se utiliza asesinadas, parte del crimen organiza-
interesante proyecto de dotación de toallas sanitarias a jóvenes africanas, y en el cual tam- otra frase insulsa: “Pagarán justos por pecadores”. Sexista, misógina, autoritaria. do.
No hay otra forma de describir esta decisión. Pero el sol no se tapa con un dedo,
bién aparecen mitos sobre la menstruación y la manera en que una sociedad se relaciona así no vamos a resolver nada, a este
A lo anterior habrá que sumar la eliminación de los recursos destinados a los
con nuestro sangrado natural, también representa una mirada más allá de los hombres albergues para mujeres víctimas de violencia, parece que al gobierno federal las gobierno de Morelos le falta confron-
blancos, heterosexuales, mayores y conservadores que apostaban por una hegemonía en cifras, los datos duros, no les dicen lo suficiente porque no actúan en conse- tarse con la realidad y entender que su
torno a los contenidos y lo que merecería ser reconocido.