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Entrevista con
Orhan Pamuk
Alejandro García Abreu
De lecturas, libros y
nuevas ansiedades
Raúl Dorra
LA JORNADA SEMANAL
2 21 de abril de 2019 // Número 1259
RAFAEL SÁNCHEZ
Imagen: Brenda Moncada
FERLOSIO:
EMILIANO ZAPATA, EL TIEMPO
HISTÓRICO Y EL MITO
Fuera de toda duda la enorme impor-
tancia histórica, lo mismo que la con-
dición legendaria del revolucionario
Emiliano Zapata, lo que más ocupa a
cineastas, artistas plásticos, escritores
M
Premio Cervantes 2004, autor, urió Rafael Sánchez Ferlosio, el último
||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||| entre otras obras, de El testimonio clásico de la literatura española. Nos dejó a
DIRECTORA GENERAL: Carmen Lira Saade de Yarfoz (1986) y tres volúmenes los noventa y un años, después de impug-
nar la vida por encontrar y expresar ideas
DIRECTOR: Luis Tovar de ensayos: Mientras no cambien que eludieran el sumidero intelectual que
EDICIÓN: Francisco Torres Córdova
COORDINADOR DE ARTE Y DISEÑO:
los dioses, nada ha cambiado; se fue formando a finales de siglo y comienzos
Francisco García Noriega Campo de Marte; La homilía del de milenio. Un clásico de vanguardia, tan crítico
como lúcido, tan profundo como austero.
FORMACIÓN DE DOSSIER: Rosario Mateo Calderón
FORMACIÓN DE COLUMNAS: Juan Gabriel Puga
ratón y El geco, cuentos y A Rafael Sánchez Ferlosio le tocó nacer en
LABORATORIO DE FOTO: Jorge García Báez, Ricardo fragmentos (2005). Roma, su padre era diplomático español y uno
Flores, Jesús Díaz y Felipe Carrasco de los fundadores de la Falange, organización
PUBLICIDAD: Eva Vargas y Rubén Hinojosa política que dentro de la península ibérica se
5688 7591, 5688 7913 y 5688 8195. Como homenaje póstumo se erigió en pilar de la ideología fascista que envol-
CORREO ELECTRÓNICO: jsemanal@jornada.com.mx incluyen aquí algunas de sus ideas vió Europa durante dos décadas de violencia
PÁGINA WEB: http://semanal.jornada.com.mx/
TELÉFONO: 5604 5520. expresadas en distintos artículos y muerte. Rafael creció en un medio hostil al
genoma de ente libre con pensamiento crítico
||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||| sobre la conquista de América. que tenía por naturaleza. En 1951, a los veintitrés
años, escribió Industrias y andanzas de Alfan-
La Jornada Semanal, suplemento semanal del periódico huí, novela inclasificable de visos surrealistas que
La Jornada, editado por Demos, Desarrollo de Medios, S.A.
deslumbró el grisáceo entorno literario de la pos-
de CV; Av. Cuauhtémoc núm. 1236, colonia Santa Cruz
Atoyac, CP 03310, Delegación Benito Juárez, México, DF, guerra española. Cuatro años después le llegaría
Tel. 9183 0300. Impreso por Imprenta de Medios, SA de CV, la fama y el reconocimiento literario al ganar el
Av. Cuitláhuac núm. 3353, colonia Ampliación Cosmopo-
Premio Planeta con El Jarama, texto representa-
lita, Azcapotzalco, México, DF, tel. 5355 6702, 5355 7794.
Reserva al uso exclusivo del título La Jornada Semanal tivo de narrativa social, una novela imprescindi-
núm. 04-2003-081318015900-107, del 13 de agosto de ble de la literatura de aquella época.
2003, otorgado por la Dirección General de Reserva de
Quienes nos criamos en el período llamado
Derechos de Autor, INDAUTOR/SEP. Prohibida la repro-
ducción parcial o total del contenido de esta publicación, “tardofranquismo” –cuando la dictadura cumplía
por cualquier medio, sin permiso expreso de los editores. “veinticinco años de paz” y lo celebraba con un
La redacción no responde por originales no solicitados ni
sostiene correspondencia al respecto. Toda colaboración Xabier F. Coronado referéndum manoseado y vindicativo–; si al llegar
es responsabilidad de su autor.Títulos y subtítulos de la a la prepa teníamos la suerte de contar con un pro-
redacción |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||| fesor de literatura no del todo alineado con el régi-
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men, disfrutábamos la oportunidad de leer, dentro Las opiniones de Sánchez Ferlosio están tellanas: ‘perro judío’, ‘perro moro’ y hasta ‘perro
del temario de literatura española contemporánea, expresadas con lucidez y desafío, sus reflexio- yndio’, ladrido dedicado, en este último caso, a
una serie de libros que por diferentes motivos nes huyen de lo políticamente correcto, de los unas gentes que ellos mismos se complacían en
habían sorteado el aparato de censura y represión lugares comunes, manejando con maestría una aperrear, o sea en hacer destrozar literalmente
franquista, un engranaje represor que funcionaba prosa de alta densidad lingüística. Su obra crítica entre las fauces de sus alanos y lebreles”. “Txaku-
de oficio ante toda manifestación de inteligencia y es abundante: ensayos, opiniones y artículos rras” (El País, 1/vii/1998)
libre creatividad. Cuando se daban esas circunstan- periodísticos en los que acuña y transmite ideas
cias podíamos acceder con relativa facilidad a obras captadas en apuntes breves que él mismo llamó “Don Antonio de Mendoza, primer virrey de
de Miguel Delibes, Camilo José Cela, Rafael Sánchez “pecios”, especie de largo aforismo razonado que Nueva España, que después de su victoria en la
Ferlosio y Buero Vallejo. En algunos Papeles de sons se convirtió en su recurso literario preferido: “La Guerra de Mixtón mandó matar sur le champ a una
armadans leíamos otros autores como Max Aub, normalidad es un refugio ficticio de la mentali- parte de los indios capturados, ya sea aperreán-
Blas de Otero o Jaime Gil de Biedma. dad burguesa”; “ya no se producen solamente los dolos, ya traspasándolos por grupos colocados en
Sánchez Ferlosio hizo una fisura intelectual en productos, sino también, al mismo tiempo, los hilera con una bala de cañón. Él mismo alegaría
el muro ideológico y manipulador que el régimen consumidores”; “la libertad no existe, somos sólo después en su descargo que “el aperrear algunos
había levantado alrededor nuestro; por ella entró un cruce de muchas influencias”; “la patria me yndios de los más culpados y ponellos a tiro con-
aire nuevo en las opresivas atmósferas educati- carga, es el más venenoso de los conceptos”. Una vino hazerse para escarmiento y más temor de
vas sustentadas por los principios del “Espíritu selección de pecios y fragmentos de Sánchez Fer- los yndios [...pues] la muerte en la horca ellos mis-
Nacional”. Después, muerto el tirano y abiertas losio fueron reunidos en el volumen Campo de mos se la daban de su propia voluntad”. “A propó-
las puertas del búnker patrio a otras atmósferas retamas (2015). sito de Fujimori” (El País, 10/v/1997)
planetarias, Rafael Sánchez Ferlosio siguió dando Como homenaje póstumo podemos invitar al
de qué hablar con pecios y ensayos literarios que maestro ausente al debate suscitado en nuestro “No cabe duda de que, acostumbrados como
al leerlos nos hacen pensar que las cosas pueden país con relación a la conquista de América –un estamos a unas instituciones de justicia que, con-
ser enfocadas desde perspectivas diferentes para hecho histórico sobre el que Sánchez Ferlosio tra la clamorosa evidencia estadística del condicio-
demostrar que la mayoría de las veces los sucesos, reflexionó en numerosos textos– y transcribir namiento sociológico de las conductas delictivas,
presentes o históricos, no son lo que aparentan unos párrafos extraídos de sus ensayos y artículos inculpan y condenan como si el libre albedrío no
ser, y en lo profundo se diluyen. que pueden poner algo de sutil claridad en este fuese uno de los recursos más escasos entre los
Tuvieron que pasar más de treinta años hasta controvertido asunto: humanos; acostumbrados, digo, a este infantil
ver publicada otra novela de Sánchez Ferlosio, El “‘España negra’ fue, por ejemplo, la del Golfo reparto de papeles, bueno y malo, comprendo que
testimonio de Yarfoz (1986) y tres volúmenes de de Urabá, la de Castilla del Oro, con sus Pedra- a muchos pueda resultar tan arduo como turbador
ensayos: Mientras no cambien los dioses, nada rias Dávila, sus Núñez de Balboa, Pizarro, Juan cualquier punto de vista que disminuya en algún
ha cambiado; Campo de Marte; La homilía del de Ayora, Gaspar de Morales, Hernando de Soto grado la responsabilidad de los autores de tan
ratón; fechados en ese mismo año. En ellos nos y otra mucha alimaña de la misma mortífera tremendos e incontables crímenes como los que
reencontramos con un escritor maduro en pensa- camada.” “¿Tú de qué lado estás?” (El País 7/ constituyen la trama dominante en la conquista
miento y estilo, de esclarecedora retórica gramati- xii/1996) y colonización de América, pero en esto consiste
calmente impecable. Son interesantes los libros de justamente el mayor espanto de la historia univer-
relatos que aparecieron a lo largo de su vida, entre “…una fórmula de injuria que pertenece a una sal.” “Esas Yndias equivocadas y malditas” (El País
ellos El geco, cuentos y fragmentos (2005). de las más nobles y acrisoladas tradiciones cas- 3/vii/1988) l
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BAJO
EL
(FRAGMENTO)
VOLCÁN
E
Bajo el volcán, la mítica novela del l Cónsul se sentía ahora en una posición en la ¿le gusta este jardín?
que podía, por un minuto, hacerse la ilusión ¿que es suyo?
estadunidense Malcolm Lowry, es de que todo era, en efecto, normal. Yvonne ¡evite que sus hijos lo destruyan!
una novela prodigiosa, una seguramente estaba dormida, todavía no El Cónsul permaneció inmóvil, la mirada a su vez
máquina cuidadosamente armada tenía caso despertarla. Qué suerte acordarse fija en las letras negras del letrero. Buscó significa-
de la botella casi llena de tequila: ahora tendría dos: you like this garden? why is it yours? we evict those
con palabras, capaz de alterar para oportunidad de enderezarse un poco antes vol- who destroy! ¿Le gusta este jardín? ¿Por qué es suyo?
siempre nuestro lugar en el mundo. ver a saludarla, cosa que jamás hubiera podido ¡Evicción para quienes destruyen! Palabras senci-
Es también una gran novela llevar a cabo en la terraza. Bajo las circunstancias llas, sencillas y terribles, palabras que arrastraban
actuales, las dificultades que implicaba beber en al hombre al fondo de su ser, palabras que a pesar
mexicana, que indaga en el alma la terraza resultaban abrumadoras; menos mal de ser quizás un veredicto final sobre uno mismo
del país y la captura con singular que un hombre aún sabía dónde tomar un trago carecían sin embargo de la capacidad de generar
precisión. con tranquilidad, cuando lo necesitaba, sin que algún tipo de emoción, a no ser por una especie de
nadie lo molestara, etc. etc. …Todos esos pensa- frío incoloro, una agonía blanca, una agonía frígida
mientos pasaban por su mente –que por decirlo como el mezcal con hielo que se tomó en el Hotel
María Vinós, autora de esta nueva así, asentía gravemente y los aceptaba con la más Canadá aquella mañana en que Yvonne partió.
traducción, afirma que trasladar completa seriedad– al tiempo que él volvía la Fuera lo que fuera, en ese momento estaba
vista a su jardín. Cosa extraña, no le pareció tan bebiendo tequila de nuevo–sin tener una idea clara
Bajo el volcán a nuestro idioma es “arruinado” como un momento antes. El caos de cómo pudo volver y encontrar la botella tan
“un ejercicio en lo imposible”. Sin incluso le añadía un encanto adicional. Le agra- rápido. ¡Ah, el bouquet sutil de brea y teredos! Ya
embargo, confiesa también: daba la exuberancia de las plantas sin podar que sin cuidarse de que lo vieran, el Cónsul bebió larga
lo rodeaban. Un poco más allá, los magníficos y profundamente y luego encaró de nuevo la vista
“Pronto me encontré platanares florecían de manera disipada y obs- de su casa –y ciertamente alguien lo observaba,
completamente absorta en el cena, y las espléndidas trompetas trepadoras, los su vecino Mr. Quincey, que regaba sus flores en
esfuerzo por acercarme cada vez perales necios y valientes, los papayos plantados la sombra de la valla común del lado izquierdo,
alrededor de la alberca, y más allá, la casita baja, más allá de las zarzas– encaró la casa y se sintió
más, por hacer posible que la blanqueada, cubierta de buganvilia, la terraza acorralado. Se esfumó su pequeña farsa, la visión
novela viviera en español con la larga de la entrada como el puente de un barco: de orden y armonía. Por encima de su casa, sobre
misma energía vital del original.” una visión de orden, una visión que sin embargo los espectros del abandono que ahora se rehusa-
se mezcló inadvertidamente en ese momento, al ban a disfrazar su naturaleza, colgaban las alas
darse la vuelta sin querer, con la vista subacuática trágicas de responsabilidades insostenibles. Tras
del valle y los volcanes bajo un enorme sol índigo, él, en el otro jardín, la voz de su destino repetía
multitudinario, que ardía hacia el sur-sureste. ¿O suavemente: “¿Por qué es suyo?… ¿Le gusta este
era en realidad norte-noroeste? Percibió todas jardín?… ¡Evicción para quienes destruyen!” Qui-
estas cosas sin dolor, incluso con cierto éxtasis, zás el letrero no significaba exactamente eso –pues
mientras encendía un cigarro, un alas (repitió el alcohol a veces afectaba de manera adversa el
la palabra “alas” mecánicamente), y luego, con español del Cónsul (o tal vez el error viniera del
el sudor del alcohol brotando de la frente como letrero mismo, transcrito por un azteca)–pero en
agua, echó a andar por el sendero hacia la barda cualquier caso el significado no podía andar muy
entre su jardín y el nuevo parque público que lejos. El Cónsul llegó a una decisión abrupta: dejó
truncaba la propiedad. caer la botella entre la hierba otra vez y enfiló de
En este jardín, que no había mirado desde el regreso hacia el pequeño parque público, inten-
día en que llegó Hugh, cuando escondió la bote- tando dar a sus pasos un aire de “facilidad.”
lla, y que aparecía ahora ante sus ojos como un No que tuviera intención alguna de “verificar”
jardín amorosamente cuidado, veía de pronto las palabras del letrero, que ciertamente pecaba
cierta evidencia de trabajos inconclusos: junto de un exceso de signos de interrogación. No, lo
a la valla descansaban varias herramientas- que deseaba, se dio cuenta con toda claridad, era
poco usuales: un machete asesino, un bieldo de hablar con alguien: lo necesitaba: pero más que
extraña forma que empalaba sin pudor la mente, meramente hablar,lo impulsaba un deseo de atra-
con sus picos retorcidos destellando al sol, y par, en ese preciso momento, una oportunidad
otra cosa: un letrero arrancado del suelo, o bien brillante, o en palabras más exactas, la oportu-
Malcolm Lowry nuevo, aún sin plantar, cuya cara pálida
y oblonga lo miraba fijamente desde el otro lado
nidad de ser brillante, oportunidad que se hizo
patente al aparecer Mr. Quincey a la derecha del
|||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||| de los alambres: ¿le gusta este jardín? preguntaba… Cónsul, a través de las zarzas que debía rodear para
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llegar hasta él. Y sin embargo la oportunidad de plemente, sino beber en un lugar en particular, Imagen: Popocatépetl e Iztaccíhuatl,
ser brillante a su vez se volvía otra cosa, una opor- en un pueblo en particular. José María Velasco, 1899.
tunidad de ser admirado, o incluso (y debía por lo ¡Parián! …El nombre le sugería un paisaje de
menos agradecerle al tequila la honestidad de tal viejo mármol barrido por la tempestad en las
revelación, aun cuando su duración fuese breví- Cícladas. ¡Parián lo convocaba, con las voces som- quinto lado–en este punto la cañada descendía en
sima) de ser amado. Por qué habría de ser amado brías de la noche y la madrugada, al Farolito! Pero una curva abrupta hacia el Camino de Alcapan-
era otra cuestión: pero una vez mencionada, se el Cónsul (que se inclinaba otra vez a la derecha cingo, luego volvía a curvarse y recuperaba su direc-
respondió: amado por mi aspecto temerario e irres- dejando atrás la reja de alambre) se daba cuenta de ción, partiendo en dos el jardín público.Se quedó
ponsable, o más bien por el hecho de que, debajo que aún no había bebido lo suficiente para confiar quieto en la orilla, aventurando miradas al fondo, el
de tal aspecto, es obvio que arde el fuego del genio; mucho en las posibilidades de llegar a Parián. El miedo perdido gracias al tequila. ¡Ah, la grieta terri-
resulta menos obvio que no es mi genio, sino de día ofrecía demasiados inmediatos –¡despeña- ble, el eterno horror de los opuestos! ¡Tú, abismo
manera extraordinaria, el genio de mi viejo y deros! La palabra era exacta… Se vio a punto de grande, cormorán insaciable, no te burles de mí,
buen amigo, Abraham Taskerson, el gran poeta, caer a la barranca, una sección de cuyo borde más aunque parezca impaciente por caer en tus fauces!
que alguna vez habló con palabras luminosas de cercano, sin bardear, añadía a su terreno un breve En realidad uno tropezaba con la malditabarranca
mi potencial juvenil. todo el tiempo, la inmensa, intrincada sierpe que
Y lo que quería entonces, ah, entonces (había dividía la ciudad y de hecho, también al país, y era
girado a la derecha sin mirar el letrero y avanzaba en algunas partes una caída limpia de doscientos
por el sendero junto a la reja de alambre), lo que pies a lo que fingía ser un río grosero durante la
quería, pensó, echando una mirada llena de anhelo época de lluvias, pero que probablemente ya volvía
a la llanura –y podría haber jurado que en aquel a desempeñar, aunque no alcanzaba a ver el fondo,
instante, casi en el centro del parque, vio una figura su papel habitual de Tártaro y cagadero gigantesco.
de pie, con la cabeza baja, en actitud de profunda Fuera lo que fuera, en En este punto quizás no era tan temible: uno podía
angustia, cuyo vestido no llegó a distinguir antes ese momento estaba incluso descender al fondo, si lo deseaba, en tramos
de que se desvaneciera, pero que al parecer iba de graduales, por supuesto, y con el refuerzo de un
bebiendo tequila de
luto– lo que quieres entonces, Geoffrey Firmin, ocasional trago de la botella de tequila, para visitar
aunque sea sólo como antídoto contra semejan- nuevo–sin tener una al Prometeo de las cloacas que ahí sin duda habi-
tes alucinaciones rutinarias, es ¡pues claro! nada idea clara de cómo taba. El Cónsul continuó lentamente su camino l
menos que beber, sí, beber, de hecho, todo el pudo volver y
día, tal como las nubes te convocan a beber, y sin encontrar la botella Fragmento del Capítulo v de Bajo el volcán, de Malcolm
embargo tampoco es eso exactamente: sino de tan rápido. Lowry, en una nueva versión al español de María Vinós,
nuevo, una cosa más sutil, no deseas beber sim- aún inédita.]
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DE LECTURAS,
LIBROS Y
NUEVAS
ANSIEDADES
Espléndido ensayo sobre la 1. La pregunta incómoda que en un olvido de títulos o de autores, Peña
lectura y su contraparte Nieto incurrió en –o se dejó llevar por– un difun-
dido equívoco que consiste en asociar de entrada
inevitable, la escritura; un atisbo EN LA FERIA del Libro Guadalajara 2011, un perio- al libro con la novela (salvo la prudente excepción
a la historia de cada una de ellas, dista español le preguntó a Enrique Peña Nieto, hecha con la Biblia aunque de la Biblia recordaba
sobre el libro y por lo tanto el ojo y entonces candidato a la presidencia de México, un episodio novelesco, Moisés sacando a su pueblo
cuáles eran los tres libros que más influencia de Egipto a través del Mar Rojo), inocentemente
la voz –de Homero a Roberto habían tenido en su vida. La escena puede verse incurrió en lo que la Retórica llamó una antono-
Bolaño; de Copérnico a Isidoro de en internet. El candidato se sintió puesto a prueba masia, pensó, como los demás, que un escritor,
Sevilla y sus célebres Etimologías, en campo ajeno, su memoria no lo asistía, se así fuese el Espíritu Santo, es un autor de novelas,
refirió a la Biblia que parcialmente conoció en su idea de libro que se mueve entre los límites de la
y Denis Diderot y Jean le Ronde adolescencia, mencionó a Krauze, autor al que restricción y de la generalización. Entendiendo las
d' Alembert con la Enciclopedia y con error atribuyó La silla del águila y a quien cosas como las entendieron Peña Nieto y muy pro-
la idea de un “libro total”; de había recurrido, dijo, en más de una ocasión por bablemente su malvado periodista, Alonso Quijano,
su interés en la historia y la política, pero novela, un hidalgo manchego ya entrado en años, se dio a
Aristófanes y los primero signos novela, claro que le gustaban las novelas y hasta leer novelas y sólo novelas con tal denuedo que sus
de puntuación a Santa Teresa de había leído una trilogía y ahora andaba trayendo sesos se secaron y terminó perdiendo la razón. En
Jesús, en un recorrido sobre el en su portafolio un libro que se llama algo así el otro extremo, otro implacable pero nada selectivo
como La muerte de un presidente, o La inopor- lector, Miguel de Cervantes, solía leer hasta “los
arte y avatares de contar historias, tuna muerte del presidente, no recordaba bien papeles rotos tirados en la calle”. Las aficiones de
hacerlas legibles y hacer legible al el nombre del libro y tampoco el de su autor cosa uno y de otro marcan los límites del ancho mundo
mundo, desde la Antigüedad que, dijo, le solía ocurrir mientras leía, pero era de lo legible, esto es, de la literatura en sentido
una novela, de eso estaba seguro, aunque también estricto. Nuestra época, al parecer, padece el mal
hasta nuestros días. movió la cabeza aclarando que en realidad los que aquejaba a Alonso Quijano para quien el uni-
libros, la lectura, a lo largo de su vida mucho no lo verso literario se reducía a la novela.
habían afectado. Pero a lo largo del tiempo los hombres escribie-
Esa desventura estuvo a punto de costarle la pre- ron y leyeron otros libros. Unos dos siglos antes
sidencia, casi nadie dudó de que lo hubiera tenido de Cervantes, y no lejos de La Mancha, Nicolás
muy merecido, pues qué podía esperar todo un Copérnico, tímido, enfermo, entregaba para la
país de un hombre que a lo largo de su vida no publicación su tratado Sobre las revoluciones de
había leído tres novelas. Porque casi nadie dudó las esferas celestes sin imaginar lo que vendría des-
tampoco, ni el atribulado candidato, ni el malvado pués y convencido –según dice en el prólogo– de
periodista que hizo la pregunta, ni el respetable que un libro como el que había escrito con devota
Raúl Dorra público, que si hablamos de tres libros, de tres lentitud y trabajada fidelidad a la Iglesia, un libro
libros para leer, antes que nada estamos hablando que hablaba de las cosas del cielo tenía que ser,
|||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||| de tres novelas. ¿Libros, entonces, o novelas? Más necesariamente, el más bello libro de la Tierra.
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EMILIANO
ZAPATA
EL TIEMPO
HISTÓRICO Y EL MITO
Con motivo del centenario de la Escena 1. Emiliano Zapata, entre el de relato también puede ser comprendido como
muerte de Emiliano Zapata, arquetipo del caudillo y el silencio un cruce de géneros literarios, una amalgama de
modos de narrar en el que la revolución se trans-
aquí se hacen tres de la revolución forma en el universo político casi absoluto: “repor-
acercamientos críticos a la tajes literarios” y “crónicas de la actividad revolu-
figura emblemática de la COMO AFIRMA JORGE Aguilar Mora, la Revolu- cionaria”, como le gustaba decir a j. s. Brushwood,
ción Mexicana “nos hizo entrar en otra historia y que definen la complejidad narrativa de estos tex-
Revolución mexicana: el transformó la esencia de nuestras ideas”. Además, tos con intenciones artísticas, realistas y sociales,
histórico, el literario y el fue el punto de partida de otra narrativa, enten- pero también testimoniales y autobiográficas.
plástico o cinematográfico, en dida por Antonio Castro Leal como la novela de Bajo el prejuicio de que las primeras novelas de la
la Revolución Mexicana, esto “para ofrecer al Revolución obedecen más a la prisa realista que a la
el que se evocan las ideas de lector un amplio espectro de producción narrativa, pertinencia estética, “poco preocupada por el estilo”,
Antonio García de León publicado originalmente tanto en México como su conformación poético-narrativa oscila entre el
(“Zapata es el poema terrible de en el extranjero, en un período de más de treinta registro de los hechos en clave de realismo social y la
años, de 1915 a 1947” (Rafael Olea Franco, “La formación de la “memoria épica de un pueblo”, tal
la Revolución Mexicana”); de novela de la Revolución Mexicana: una propuesta y como lo presenta Roberto Suárez en su antología.
José Revueltas (Tierra y de relectura”). También conviene interpretar estos textos como
libertad); y el famoso grabado Comprensión narrativa de la historia y de prácticas narrativas sumamente heterogéneas con
las experiencias concretas que recién ocurren; dimensiones periodísticas y testimoniales que con-
de Leopoldo Méndez, atracción trágica de la fatalidad relatada; enigma figuran mundos violentos, pero también utópicos,
Emboscada y el filme Emiliano de la condición humana vuelta guerra y revo- articulados siempre a la referencialidad directa e
Zapata, dirigido por Felipe lución; narradores realistas que se funden con indirecta de las revoluciones mexicanas, en plural,
ficciones sociales; comprensión contradictoria el objeto múltiple de su representación artística.
Cazals. y torrencial de la voluntad humana; presagio y Sin embargo, todavía la Revolución Mexicana es
tópica del horror anti-tiránico; la desesperación un largo rumor que va dejando silencios y voces a
y las utopías de un “pueblo” que adquieren cierta medio decir. Quizás su secreto mejor guardado siga
unidad de sentido y también una representación siendo la figura de Emiliano Zapata: en él se con-
narrativa de su propio drama en esas voces colec- funden el tiempo histórico y el mito; la construc-
tivas que son el sustrato de muchas de las novelas ción historiográfica de su imagen de “caudillo” en
Gustavo Ogarrio de la Revolución. Pese a su voluntad de inter- abierto antagonismo con la magnitud social y polí-
|||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||| pretación específicamente novelesca, este tipo tica de las luchas agrarias, campesinas, indígenas,
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CANTAR EN EL ALTAMAR
DE UN RÍO
El río sin orillas. Antología poética crece su ser cual letra de molde que tiende a cursar El susurro del fuego es la “escritura que parece
1979-2014, el blanco a través del telar del poema, que ejerce lumbre oscura”. La noche en la tinta, la masa que
cual tinta roja, si vida o protesta; tinta negra, si sostiene las estrellas, lumbrecillas en el más allá de
Eduardo Mosches,
reflexión o melancolía. este espacio sidéreo. Y ahí se permite ser crítico de
foem , Para Mosches la notación es parte de la crónica las sectas que dirigen a través de sus poemas a las
México, 2018. de la propia voluntad del deseo en la piel. El crea- congregaciones inasibles de su cerco. O las que con
dor para él se presenta cual revelador que deshila altar convocan a enaltecer un predio con todo y
un cauce, y el río sin orillas es aquel humano que sus torres inmensas. “Vida y muerte a través de un
nada al centro del río (…o es arrastrado o flota o embalsamador mítico”; la claridad con que expone
trata de atravesar, transversar) volcarse horizontal el oficio de poeta no como algo total, sino cual ser
al cruce: puente o túnel ejerce un modo singular que cuida: guardián de los saberes y transfigura-
de hundirse y repuntar, atravesar las corrientes. dor: conductor de almas.
Esta antología que reúne fragmentos de su poé- Para Mosches la idea de composición de los ele-
tica desde 1979 a 2014 es una diagonal constante, mentos es la constante mezcla, donde los elemen-
remolino que vuelve a un centro que no le permite tos hablan desde el interior de otro elemento. Y el
ver la orilla; río inmenso que dejó hace tiempo la lector puede observar cómo la tierra mira al agua
“playa” ´primigenia de la que partió, donde Doris y se vuelve lodo, o el aire al lodo y lo vuelve polvo,
Lessing le miraría a través de las grietas junto a los ningún elemento es puro en sí, sino en su estado
hijos e hijas que parten a buscar el otro lado, la otra abstracto, una vez en el cuerpo obedece a su alqui-
parte del principio, el fin de ese mar que comienza: mia de volver el agua en sangre, la tierra en mine-
río desde el que no se mira la otra orilla, hasta que rales, el viento en gases. Y lo maleable, lo que está
de pronto la tierra a lo lejos es un espejismo, por- todo el tiempo trasmutado, se hace evidente.
que no se llega sino a la muerte. El río sin orillas La alquimia que se percibe en una síntesis
es una metáfora caudalosa de la vida, una noticia sintáctica. Y el río sin orillas evoca a un cuadro
total de lo que no deja de moverse. impresionista con tildes de expresionismo bélico.
La realidad, de colores inigualables, pareciera El maná del guiso es ansia crucial, un suspiro
Andrés Cisneros de la Cruz para Mosches un tránsito que culmina en una al fondo de la hoguera que chispa un sol. El río
|||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||| experiencia estética y revela constante la duda cual sin orillas, de Eduardo Mosches, es un libro que
misterio. Viajero que es una botella en el mar, es camina a la velocidad a la que se mueven las cosas,
CONSTRUIR DESDE la obra que es la vida y inherente el naufragio del encuentro en sí. Lente u donde el movimiento o el tiempo son lo mismo,
traducirla al códice poético es sustancial para ojo, historia o materialismo, el poeta es el que flota: respecto al eje de lo que es una forma en sí. Tiempo
Eduardo Mosches, que en esta antología poética un nadador a mar abierto. Porque en este río todo de agua, fruto de agua, agua anegada de agua, así
nos comparte un navegar que, al modo de Arnold es mar, principio y fin. el conducto de la forma humana es más allá del
Hauser, transita del presente hacia el eterno ori- En 1979, Eduardo tenía treinta y cinco años. Una cuerpo, lenguaje. Energía en renovación que gira
gen, parecido al “viaje a la semilla”, de Alejo Car- juventud previa a la fundación de la revista Blanco sobre su propia rueca, y su lectura de los astros,
pentier, donde con ojo histórico el poeta amplía el Móvil, que está por cumplir treinta y cuatro años. una constelación poética que rima en los cuerpos.
horizonte de su trabajo hasta Los lentes y Marx, su Una vida, después de una vida. La madurez de El sorprendente imán de una poesía de carne y
ópera prima, publicada en 1979, diamante angular un joven que ya había dejado por ahí la piel en hueso que hace su brecha cual estela de un barco
de sus enfoques. el capullo en alguna rama. Y el fruto de alas, el que cursa el universo
El poeta que es plural habrá de contar los ciclos, ánima que es carne, es un libro de grecas natu-
cantar sus vueltas, sonar la veta de un árbol rales para narrar fragmento de una historia al
memorioso, vinil de otro siglo que ahora se vive viento.
clásico, y nos ayuda a entender y presenciar el El río sin orillas pregunta qué clase de ateo es FE DE ERRATAS
motor ontológico de sus personajes: personas que este dios creyente de lo humano. El viviente raso,
han circulado en ese caracol que también es labe- el peón de cada día que se alegra con el sol y la Por un lamentable error, en el número anterior
rinto y nación elegida. existencia de sus congéneres compartiendo el pan, (1258), la entrevista con Elena Poniatowska
Más que el exilio, el viaje. Ostracismo de sí la carne, el vino y el agua. La música como una isla aparece indebidamente atribuida a una coau-
mismo, el también editor, nacido en Argentina en la que puede escucharse a las sirenas poéticas toría. En realidad, dicha entrevista fue reali-
en 1944, pero mexicano por convicción, hace del de las generaciones. Poeta coloidal, porque busca zada de manera exclusiva por Jéssica Levín
erotismo un cuerpo que explora el valor comunal. en la belleza de todas las lenguas y todas las artes. González. Ofrecemos una disculpa a la autora
Es decir, la caricia como un medio para construir, Hay en la práctica de Eduardo Mosches una y a nuestros lectores.
la mirada un riesgo para exponer. Observa cómo “llama que se convierte en aquello que la domina”.
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LA JORNADA SEMANAL
21 de abril de 2019 // Número 1259 Leer
FESTIVAL
( 2019)
fini
INTERNACIONAL DE LA IMAGEN
Arte y pensamiento LA JORNADA SEMANAL
21 de abril de 2019 // Número 1259
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Vega Gil,
por escribir que estaba triste por la muerte de Vega Gil. Ahí está todo, para quien tenga ganas de leerlo.
Como si tuvieran derecho a pedirle cuentas a ella por ser Por supuesto creo que el #MeToo es la expresión de
una amiga leal. una necesidad impostergable: la de sentirnos seguras.
de la escena
conjunto de apéndices francamente útiles, que La última parte se titula “Apostillas a los Payasos,
hacen de esta publicación un conjunto de libros Poetas del Pueblo” (con mayúsculas). Incluye un
reunidos de distintos calibres. Destaca el carácter glosario de términos escénicos y circenses bas-
mexicana antológico que le da a diversas visiones del espec-
táculo en México, a través de un conjunto de escri-
tante original y formativo, sin perder oportunidad
de designar la actualidad. El segundo apartado es
Los payasos, poetas del pueblo, de Armando de María y tores imprescindibles que apenas comprenden una guía de cafés, calles, circos, paseos, patios de
Campos, bajo la edición, apostillas y selección iconográ- lo que están viendo, algunos encuentran formas maroma, plazas, teatros y otros lugares públicos
fica de Sergio López Sánchez (inbal/citru, 2018), es una de decadencia en el espectáculo popular; otros, mencionados en esta obra, con la indicación de
crónica de costumbres, la bitácora de un etnólogo de un conjunto de espacios públicos en tránsito, en su ubicación en la nomenclatura actual (2017) de
las artes escénicas, una anticipación del ejercicio peri- franca metamorfosis, en donde les cuesta mucho Ciudad de México. Un mapa fascinante para los
odístico de largo aliento que podría caracterizar al peri- trabajo “ver la teatralidad” que será raíz para los organizadores de visitas guiadas.
odismo cultural contemporáneo, el borrador de una his- movimientos teatrales posteriores a la Revolución Por último, el apartado “Fuentes complemen-
toria de la escena popular en México elaborada con toda mexicana, en el México ya constitucional. tarias” es un recuento de archivos y las colecciones
una suerte de pedacería (desde programas de mano, Refiero aquí el conjunto de textos: “El payaso”, documentales, que muestra el rigor en el uso doc-
poemas, notas periodísticas, declaraciones, encuentros, de Francisco Zarco; “El mudo de la tranca”, de umental de primera mano. El acceso a las coleccio-
entrevistas de banqueta, de café, de camerino, entre Fernando Orozco y Berra; “El colmo del terror: el nes de Nácar y Perla de Maria y Campos muestra
otras) que constituye un paisaje cultural que se completa prodigioso Adolfo Buislay” y “El salto Léotard”, así la confianza en el investigador para ofrecerle un
con una aguda recolección de lecturas de época, clásicos como “Nombres y asuntos que acervo de difícil acceso y sin custodia oficial.
obligados y libros raros, hoy inconseguibles. no deben andar en boca de En cuanto a la bibliografía, tendríamos que
A esa miscelánea se suma el rigor y la acuciosidad de payasos”, de Ignacio Manuel pedirle a López Sánchez la localización de este
Sergio López Sánchez, que ha puesto al día este docu- Altamirano; “Una maroma conjunto indispensable para los estudiosos del
mento extraordinario de uno de los críticos pioneros en tierras potosinas”, de José circo. Aunque tal vez para esta investigación no
de la escena mexicana, de amplios registros culturales Tomás de Cuéllar; “Una fun- sea del todo pertinente, la exhaustividad de los
y sociales, por lo tanto capaz de meter bajo el término ción mixta de circo, maroma recursos en nuestra lengua invita a puntualizar
“Payasos” todo un universo teatral, escénico, musical, y teatro”, de Manuel Bonilla, otras indagaciones principalmente en italiano,
plástico y decorativo (en el sentido francés). “El gran paseo de la retama”, francés, inglés y alemán (lenguas en las que abun-
Empezaré por el final, porque la herramienta de Guillermo Prieto. Muchos dan las referencias a textos históricos, teóricos y
que construyó Sergio López Sánchez es notable tienen rasgos conservadores testimoniales sobre el circo), que complemen-
por su nobleza y compromiso. Lo que se guarda el a la luz del presente, pero tarían este estupendo recuento
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El hacedor
alcanza su relumbre. Eso oye y se aparta adentro y la nuestra entre nosotros, con nosotros si somos o
afuera, y eso mismo lo devuelve a lo demás con los fuimos y si no, en la espiral de lo posible, en lo que
demás y a la vez lo pone de canto al horizonte de su no será y es o debería sólo por decirlo. “La realidad
tiempo en el planeta, ahí donde el todo con la nada poética no es sólo la que hay, la que es; sino la que
ENTONCES A LA ORILLA, o tal vez un poco más afila su perfil. Pero el ruido es arduo y altanero, se no es; abarca el ser y el no ser en admirable justicia
allá, un poco más adentro, apenas con un sesgo. enquista en los pliegues minuciosos del oído y se caritativa, pues todo, todo tiene derecho a ser hasta
Camina despacio en medio del tumulto y el ase- ata al pensamiento y no lo suelta, o enrosca en el lo que no ha podido ser jamás. El poeta saca de la
dio de la prisa, o se sienta en el borde de su cama cuello del alma su collar de cascabeles y espejitos, humillación del no ser a lo que en él gime, saca de
de pronto desprendido del sueño o la vigilia, se de consignas, sonsonetes y estribillos. El silen- la nada a la nada misma y le da nombre y rostro”
pierde en la terrosa madrugada de una mesa en cio, como el sueño y otras ciencias en la orilla, es (“Pensamiento y poesía”, en Filosofía y poesía,
un café, en una banca de parque o sanatorio, o materia delicada: con un leve roce de estridencia María Zambrano.) Por hacer adobes con el viento
entre los áridos enseres de su empleo, y se queda se contrae y se escabulle, se mezcla y se confunde, para oírnos en el mundo, parece que el poeta algo
secretamente quieto y nada más, a ver si logra se hace garabato en el aire o se empantana y endu- mira y más bien algo le devuelve la mirada; parece
centrar en la distancia la plomada de su ser. Hace rece. Ya no dice porque ya no oye. Y si nadie insiste que calla ensimismado y es la realidad que suena
silencio como quien hace adobes para levantar y calla, se abisma en sí mismo y no responde. Para y se le encima, y nos la dice entonces tal como el
un muro y que el muro haga lo suyo con el viento, que vuelva y abra sus bocas nuevamente, camina silencio luego se la dijo a él: “Tras escribir en el
el más fuerte o el hacedor por otra o la misma calle más despacio, papel la palabra coyote/ Hay que vigilar que ese
más pequeño, y o en otra o la misma banca se queda más sosiego vocablo carnicero/ no se apodere de la página,/
sople el eco de y más atento en medio del barullo. Lentamente Que no logre esconderse/ Detrás de la palabra jaca-
las cosas por el dice entonces una a una las vocales de su lengua, randa/ A esperar a que pase la palabra liebre y des-
otro lado donde para empezar desde el principio cada vez, para trozarla./ Para evitarlo,/ Para dar voces de alerta/
están, en el buscar en la voz la inocencia inicial de la palabra, Al momento en el que el coyote/ Prepara con sigilo
chasquido que y hundirse poco a poco en una blancura de papel su emboscada,/ Algunos viejos maestros/ Que
hace su hume- con resplandores negros, mínimas virutas de conocen los conjuros del lenguaje/ Aconsejan tra-
dad detrás de la grafito y luz en esa íntima intemperie que desata zar la palabra cerilla,/ Rastrillarla en la palabra pie-
sed rutinaria de resonancias y peligros, una caricia que fue o que dra/ Y prender la palabra hoguera para alejarlo./
sus nombres, sería por ejemplo, una sonrisa de hiel, una mentira No hay coyote ni chacal, no hay hiena ni jaguar,/
en la gravedad que desnuda, una verdad que no burla su decreto. No hay puma ni lobo que no huyan/ Cuando el
que las asienta, Pasan horas que no cuentan, que son años o sema- fuego conversa con el aire” (“Poética”, en De parte
en la altura que nas en su vida con el sesgo descalzo para él, con de la noche, Juan Manuel Roca.)
“Pinche intriga
Bernal en 1969. Mítica por insuperable, la novela del matográfica denodadamente fiel al original literario
bisnieto del célebre historiador Joaquín García Icaz- pero, extraña y excepcionalmente, dicha naturaleza
balceta ya había sido visitada cinematográficamente no hizo de la película un ejercicio de traición narra-
Orhan Pamuk
Alejandro
García Abreu
O
rhan Pamuk (Estambul, 1952) —ganador del maleta que contenía sus cuadernos de memorias, a Anatomía de la melancolía de Robert Burton y a
Premio Nobel de Literatura 2006— escribió notas, ensayos literarios y poemas. Ese objeto me la Enciclopedia de Estambul del historiador Reşat
en La mujer del pelo rojo: “Que no se piensen hizo reflexionar sobre la esencia de la literatura. Ekrem Koçu, que empezó a escribir en los años
mis lectores que, como ahora estoy narrando Entonces usé la imagen de la construcción: las cincuenta y que dejó inacabada porque no pasó de
esta historia, esos hechos ya han concluido y palabras son piedras para los escritores. Mi padre la letra h. También recuerdo que mi hermano, para
quedan lejos en el pasado. Cuanto más lo recuerdo, murió en diciembre de 2002. Ante la Academia plasmar la imagen difusa del cristal en la cinta de
más me sumerjo en lo que he vivido.” El escritor Sueca expresé mi deseo de que mi padre pudiera dentro de la cámara, bajaba una palanca y se produ-
turco es consciente de la presencia inquebrantable estar entre nosotros. cía el encantamiento: tomaba una nueva fotografía.
del pasado. –¿Qué opinas sobre el anhelo de tu padre Siento tristeza por un mundo perdido.
Durante la Feria Internacional del Libro de Gua- de ser poeta y sobre sus traducciones de Paul –¿Cómo fue el proceso de convertir a la ciudad en
dalajara 2018 fui invitado por los editores Ricardo Valéry? personaje en Estambul. Ciudad y recuerdos?
Cayuela (Ciudad de México, 1969) y Claudio López –Tradujo al turco a Valéry, tarea muy ardua. –Me sucede un fenómeno opuesto al que le pasa
Lamadrid (Barcelona, 1960-ídem, 2019) a la comi- Recuerdo a mi padre escribiendo en varios cua- a otros escritores. Perseverar vinculado a la misma
tiva para recibir a Pamuk en el Salón de Autores. dernos. Puedo concluir que rechazó la idea de casa —digo al inicio—, a la misma calle, al mismo
Antes de la presentación de La mujer del pelo rojo dedicarse de lleno a la literatura porque siempre panorama me ha marcado. Esa filiación a Estambul
en el Auditorio Juan Rulfo, entrevisté a Pamuk vivió cómodamente ya que mi abuelo fue un rico significa que el destino de la ciudad se entrelaza con
—mientras bebíamos café en el salón— sobre la empresario. Mi padre asumió que un escritor el mío porque es ella quien determinó mi manera de
orfandad paterna, Estambul y la entereza del pasa penurias. percibir el mundo.
recuerdo. –¿Cómo percibes el arte de perdurar, en –¿Qué te condujo a manifestar categóricamente
–¿Cómo fue el proceso de escritura sobre la función de la solicitud que se lee en Nieve: —en El novelista ingenuo y el sentimental—: “Las
orfandad paterna en piezas como “Mi padre” “Quiero que tras mi muerte mis poemas queden novelas son segundas vidas”?
—texto en el que escribiste: “la muerte de cada como mi testamento y que se publiquen”? –Cuando leía novelas en mi juventud, un paisaje
hombre empieza con la de su padre”, incluido en –No es necesaria la muerte, tal como responde nuevo aparecía ante mí. La frase “Las novelas son
Otros colores— y “La maleta de mi padre”, dis- un personaje a la solicitud: “—No tienes por qué segundas vidas” se deriva de los sueños de los que
curso leído durante la entrega oficial del Premio morir —dijo Ka—”. Son otros los factores. habló Gérard de Nerval. Las novelas revelan las com-
Nobel de Literatura 2006? –¿Cuál es el sentido literario de la muerte en plejidades de nuestras vidas.
–Fue complicado. No sólo se involucra en la Estambul. Ciudad y recuerdos, libro en el que –¿Se ha modificado tu método de trabajo desde
escritura, sino en la vida diaria. Me veo constan- escribiste: “Poe, con la misma fría lógica que que, en una entrevista con The Paris Review, afir-
temente imitándolo en diversos gestos cotidia- había heredado de Coleridge, decide enton- maste que los rituales y detalles domésticos matan
nos. Es una especie de presencia. El origen de ces que el tema más melancólico posible es la de algún modo la imaginación?
ese sentimiento se remonta a mi infancia: quería muerte”? –No se ha modificado. Todos los días trabajo, en
parecerme a él. El vínculo siguió en la adolescen- –La memoria y la amargura como actitud promedio, diez horas. Lo disfruto, como le dije al
cia: mi padre tenía una considerable biblioteca mental en la ciudad. Evoco la muerte prematura entrevistador de The Paris Review. Sentado a mi
y le gustaba que la explorara continuamente. Yo de mi abuelo, escribo sobre los vínculos entre escritorio soy como un niño que disfruta sus jugue-
la leía con pasión. Una década después de que muerte y belleza, sobre su asociación al amor y a tes. Es trabajo, y a la vez diversión y juego. Tam-
mis libros comenzaron a publicarse y dos años los laberintos del olvido que de alguna manera se bién asevero que un novelista impresiona por su
antes de morir, mi padre me entregó una pequeña contrarrestan con la escritura. En el libro recurro paciencia
Traducción de Álvaro García.