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Estudio bíblico de 1 Tesalonicenses 5:1-11

1 Tesalonicenses 5:1-11

En el día de hoy, amigo oyente, llegamos al capítulo 5 de esta Primera epístola del Apóstol Pablo
a los Tesalonicenses. Este último capítulo nos recuerda las acciones del cristiano ante la realidad
del regreso de Cristo. Recordemos que el capítulo 1 consideramos la actitud del cristiano hacia el
retorno de Cristo. Ahora, si nuestra actitud no conduce a una vida de acción, algo funciona
radicalmente mal. En nuestro Bosquejo general, presentado en la introducción, titulamos a este
capítulo 5 de Tesalonicenses "La Venida de Cristo, una esperanza viva y estimulante". Su venida
impulsa hacia una vida de acción; los creyentes muertos descansan en Jesús y los creyentes vivos
están despiertos para Jesús. Este capítulo contiene 2 secciones: la primera se titula "Un llamado
para estar despiertos y alertas a la luz de la Venida de Cristo" (vv.1-10) y la segunda, titulada
"Mandamientos para los cristianos" (vv. 11-28). En primer lugar consideraremos el párrafo

Un llamado para estar despiertos y alertas a la luz de la venida de Cristo

El creyente en Cristo ha de estar despierto y alerta ante la venida de Cristo, porque el creyente
no entrará en esa noche terrible del período de la gran tribulación, conocido bajo el nombre de
El Día del Señor. Ese Día del Señor comenzará con la noche porque esa es la forma en que Dios
marca el tiempo. El comenzó a actuar de esa manera en el Génesis cuando una vez acabados
ciertos actos creativos, dijo que fueron la tarde y la mañana y del día primer día, y así
sucesivamente en los siguientes días. Dios comienza con el anochecer pero avanza hacia la luz.
Así, la gran tribulación conducirá al glorioso reino milenario de Cristo, cuando el Sol de Justicia
saldrá con sanidad en Sus alas.

Necesitamos examinar la expresión El Día del Señor. Leamos ahora el primer versículo de este
quinto capítulo de 1 Tesalonicenses.

"Acerca de los tiempos y de las ocasiones, no tenéis necesidad, hermanos, de que yo os escriba"

Estos tiempos y ocasiones no son propiedad de la Iglesia; pertenecen a esta tierra y al pueblo
terrenal -tanto Israel y los no judíos-que serán salvados en ese día. La Iglesia está esperando a
una Persona, no por los tiempos y ocasiones. La palabra para tiempo aquí es "kronos", de la cual
obtenemos nuestra palabra "cronología". Los tiempos y ocasiones, o la cronología no son para la
Iglesia. Y, luego, el versículo 2 dice:

"Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la
noche."

Es que el Señor Jesucristo no vendrá a la Iglesia como un ladrón en la noche. La iglesia está
esperando que el Señor venga. Uno no espera a un ladrón, ni le deja una nota de bienvenida en
su casa. Lo probable es que usted revise todo antes de salir de casa, asegurándose de que su
casa quede doblemente cerrada. Uno hace todo lo que puede para mantener al ladrón alejado
de la casa. Así que el Señor Jesús no vendrá como un ladrón para la Iglesia. Sin embargo el Señor
Jesús vendrá como un ladrón al mundo después de que la Iglesia haya sido arrebatada. Como ya
hemos dicho, el Día del Señor vendrá para la tierra de forma repentina, y comenzará con la
noche del período de la gran tribulación; después, Cristo vendrá personalmente a la tierra.

El Día del Señor vendrá repentinamente. Dice el versículo 3:

"Cuando digan: «Paz y seguridad», entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los
dolores de parto a la mujer encinta, y no escaparán."

¿Ha notado usted el cambio de pronombre aquí? En los primeros dos versículos, Pabló estaba
dirigiéndose a los "hermanos" y dijo que no era necesario que él les escribiera sobre los tiempos
y las ocasiones, porque no tenían nada que ver con ellos, porque los creyentes ya se habrían ido
en esos días. Pero en el versículo 3, el pronombre cambió para "ellos" al decir cuando digan, paz
y seguridad.

Afirmaremos nuevamente que el Día del Señor es un período de tiempo que comienza con la
Gran Tribulación y se extiende por el reino milenario de Cristo aquí en la tierra. Hay muchos
pasajes de la Biblia que hablan de ello. Por ejemplo, en los capítulos 12 y 13 de Isaías, usted
puede leer sobre cómo Dios actuará en juicio sobre sociedad y gobierno, sobre el poder militar,
al arte, la pompa el orgullo y la religión. Dice Isaías 13:9, He aquí el día del Señor viene: día
terrible, de indignación y ardor de ira, para convertir la tierra en soledad y raer de ella a sus
pecadores. Comenzará como un día, como dice el versículo 10 de ese mismo capítulo: Por lo cual
las estrellas de los cielos y sus luceros no darán su luz; el sol se oscurecerá al nacer y la luna no
dará su resplandor. Y en la profecía de Joel 1:15 se nos dice: ¡Ay del día!, porque cercano está el
día del Señor; vendrá como destrucción de parte del Todopoderoso. Y en el capítulo 2 de su libro
Joel continuó describiéndolo como día de tinieblas y de oscuridad, día de nube y de sombra. Esta
es la imagen que nos presenta el Antiguo Testamento. Recordemos entonces que el Día del
Señor es un período que comienza con la Gran Tribulación y continúa por reino milenario de
Cristo. Podemos ver que éste fue un tema destacado en el Antiguo Testamento.

Ahora el evento descrito en el capítulo 4, la venida de Cristo a recoger a la Iglesia de la tierra, ni


siquiera fue mencionado en el Antiguo Testamento. Por supuesto que allí está presenta en
figuras, en tipos, tales como las experiencias del patriarca Enoch y del profeta Elías, pues ambos
fueron recogidos con vida para estar con el Señor. Pero en el Antiguo Testamento no se enseña
que el Señor Jesús va a recoger a un gran grupo de personas de esta tierra para que esté con El.
Esta fue una hermosa verdad que fue revelada primero en el Aposento Alto cuando en Juan 14:2
y 3 el Señor dijo: voy, pues, a preparar lugar para vosotros. 3Y si me voy y os preparo lugar,
vendré otra vez y os tomaré a mí mismo, para que donde yo esté, vosotros también estéis. Por lo
que sabemos, ésta fue la primera ocasión en que esta verdad fue revelada en la Biblia. Y el
apóstol Pablo la desarrolló en esta carta de 1 Tesalonicenses 4.

Sin embargo, en este capítulo 5 que estamos estudiando, él estaba hablando de algo que había
sido bien conocido en el Antiguo Testamento.
En el versículo 3 dice una frase Cuando digan: "paz y seguridad", entonces vendrá sobre ellos
destrucción repentina. Para el mundo será una gran sorpresa. No van a esperar tal
acontecimiento. Creemos que la "gran mentira", que veremos en el segundo capítulo de 2
Tesalonicenses, será la promesa de paz y seguridad. El Señor Jesús advirtió acerca de ello cuando
dijo Mirad que nadie os engañe. El mundo esperará entrar en una gran era de paz, una especie
de milenio, pero las personas se encontrarán metidas en la gran tribulación, que incluirá la
mayor guerra que el mundo jamás haya conocido. Y vendrá sobre los seres humanos
repentinamente, como si fuera un ladrón en la noche. Continuemos leyendo los versículos 4 y 5
de este quinto capítulo de 1 Tesalonicenses:

"Pero vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que aquel día os sorprenda como ladrón.
Porque todos vosotros sois hijos de luz e hijos del día; no somos de la noche ni de las tinieblas."

El arrebatamiento de la Iglesia realmente hará dos cosas: (1) Dará por concluido el día de gracia
en el que nos encontramos hoy, este llamado para formar un pueblo que invoque Su nombre y el
llevar a muchos hijos a Su hogar en la gloria. Esto es lo que Dios está haciendo en nuestro
tiempo. Y el arrebatamiento de la Iglesia no solo terminará con ese período, sino que también
(2) comenzará el llamado Día del Señor. La gran tribulación se pondrá en marcha cuando la
Iglesia deje la tierra. Así que el acontecimiento único del arrebatamiento terminará el Día de la
gracia y comenzará el Día del Señor. Es decir que concluiría un día e inaugurará otro.

EL versículo 4 dice pero vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que aquel día os
sorprenda como ladrón. ¿Y por qué no? Bueno, porque no estaremos aquí. En el capítulo 4
encontramos que el Señor mismo, con voz de mando, descenderá del cielo y llevará a Su Iglesia
fuera de este mundo.

El versículo 5 afirma Porque todos vosotros sois hijos de la luz. En otras palabras, vosotros no
pertenecéis a esta época que se avecina en el futuro. El apóstol les dijo que pertenecían al
período de la Gracia, en el que nos encontramos hoy.

Estimado amigo, para evitar confusión, conviene que tenga en cuenta estas distinciones que se
hacen en la Biblia. Entre algunos estudiosos de la Biblia se observa cierta confusión en el
tratamiento de este tema. Algunos incluso lo han dejado de lado, por no ponerse a estudiarlo en
el contexto total de las Sagradas Escrituras.

Cuando llegue el Día del Señor, nosotros vamos a estar con el Señor. No vamos a estar en las
tinieblas, en la oscuridad. Y la llegada de ese día no nos sorprenderá, ni nos sobresaltará como lo
haría un ladrón en la noche. Porque el Señor no vendrá como un ladrón a recoger a Su iglesia. La
iglesia está ya esperando el cumplimiento de esa esperanza feliz y la aparición de nuestro gran
Dios y Salvador.

Después Pablo dio ciertos consejos a los creyentes. Leamos el versículo 6 de este quinto capítulo
5 de 1 Tesalonicenses:
"Por tanto, no durmamos como los demás, sino vigilemos y seamos sobrios"

Es que el arrebatamiento de la Iglesia, la llamada bendita esperanza, podría ocurrir en cualquier


momento. A causa de esta posibilidad, no tendríamos que ser, desde un punto de vista
espiritual, cristianos durmientes.

Ahora Pablo estaba diciendo que, en vista del hecho de el Señor Jesús va a recoger a Su Iglesia
del mundo antes del período terrible de la Tribulación, no deberíamos dormirnos como los
demás, sino mantenernos alertas y en nuestro sano juicio.

La palabra "sobrios" tiene varios significados. Puede querer decir "conservarse sobrio" en el
sentido de no usar estimulantes como el alcohol, pero hay otras clases de ebriedad además de la
que causan el alcohol y las drogas. Mucha gente sufre la embriaguez o el enajenamiento del
poder, de la acumulación de dinero o de los placeres de este mundo. El hijo de Dios ha de
permanecer sobrio y alerta. ¿Por qué? Porque estos tremendos acontecimientos tendrán lugar
en el futuro.

Creemos que estamos cerca del tiempo del regreso del Señor. Por supuesto, no lo sabemos, pero
tenemos la sensación de que estamos cerca de ese momento. Lo que sí sabemos con certeza es
que podemos decir, junto con el apóstol Pablo en Romanos 13:11, ahora está más cerca de
nosotros nuestra salvación que cuando creímos. Pero volvamos a nuestro pasaje en 1
Tesalonicenses 5 y leamos los versículos 7 y 8:

"Pues los que duermen, de noche duermen, y los que se embriagan, de noche se embriagan.
Pero nosotros, que somos del día, seamos sobrios, habiéndonos vestido con la coraza de la fe y
del amor, y con la esperanza de salvación como casco."

Aquí se mencionó nuevamente la palabra sobrios. Tenemos que entender que tenemos un deber
que cumplir.

Y dice aquí habiéndonos vestido con la coraza de la fe y del amor, y con la esperanza de salvación
como casco. Esto nos habla del deber de un soldado y es un llamado a cumplir esa obligación. La
coraza de la fe y del amor sirve para cubrir el corazón, que es la parte vital del cuerpo. El casco es
la esperanza de la salvación. La costumbre de usar sombreros, tanto entre mujeres como entre
hombres, varía de un país a otro. Pero el estilo y la moda de cada cristiano debería ser la de
protegerse con el casco de la esperanza de la salvación.

Observemos las palabras "fe", "esperanza" y "amor": esta es la tercera vez que aparecen en esta
epístola; recordemos la mención en los primeros versículos de esta carta (v. 3) al trabajo de
amor, la obra de la fe, y la constancia en la esperanza, que eran virtudes de los Tesalonicenses. La
fe, es la fe que salva. Y la fe que salva produce obras. Como dijo Calvino: "La fe sola salva, pero la
fe que salva no está sola". La "fe" mira hacia el pasado, cuando aceptamos al Señor Jesucristo. El
"amor" mira hacia el presente, que es la relación que el creyente debería tener con los que le
rodean, Y la "esperanza de salvación" es la feliz esperanza del futuro. Nosotros no estamos
esperando el período de la Gran Tribulación; no vemos como puede haber alguna alegría ante
esa perspectiva. Estamos esperando por esa bendita esperanza, que es la consumación de
nuestra salvación.

Juan escribió en su primera carta, 3:2, Amados, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha
manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos
semejantes a Él, porque le veremos tal como Él es. Alguien ha dicho, en clave de humor, que la
mayoría de los cristianos deberían llevar la siguiente frase escrita en sus espaldas: "Esto no es lo
mejor que la gracia de Dios puede hacer". Y muchos tendríamos que actuar como si lo
tuviéramos escrito en nuestras espaldas. Estimado oyente, Dios aun no ha terminado su tarea
conmigo, así que no sea muy impaciente conmigo y yo no lo seré con usted, porque tampoco
creo que El haya terminado Su tarea en usted. Hoy tenemos "la esperanza de salvación", que es
lo que El consumará lo que haya comenzado en nosotros. Como dijo el Apóstol Pablo en
Filipenses 1:6, 6estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra la
perfeccionará hasta el día de Jesucristo. Continuemos leyendo el versículo 9 de esta 1 carta a los
Tesalonicenses capítulo 5:

"Dios no nos ha puesto para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor
Jesucristo"

Dice aquí, Porque no nos ha puesto Dios para ira. Esta afirmación debía resultar clara aun para
los que no crean en el reino milenario. Dios no nos ha puesto para el día la ira, para la Gran
Tribulación, que es un período de juicio, y la Iglesia no pasará por él, porque Cristo llevó nuestro
castigo y juicio.

Ahora, alguien podría preguntar: "¿Cree que usted es lo suficientemente bueno como para ser
arrebatado cuando Cristo recoja a Su iglesia?" No, estimado oyente, no soy ni siquiera lo
suficientemente bueno como para ser salvo. Pero Él me salvó por medio de Su Gracia. Y, cuando
Él venga a llevar a Su Iglesia de este mundo, voy a subir con otros que estarán en la misma
condición que yo, por la gracia de Dios.

El versículo 9 termina diciendo que Dios nos ha designado para alcanzar salvación por medio de
nuestro Señor Jesucristo. Dios no nos ha destinado a la ira, a la ira de la gran tribulación, sino a la
salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo. Continuemos leyendo el versículo 10, que
finaliza esta sección del capítulo titulada "Un llamado a estar despiertos y alertas a la luz de la
venida de Cristo". Leamos pues este versículo 10 de 1 Tesalonicenses 5:

"quien murió por nosotros para que ya sea que vigilemos, o que durmamos, vivamos juntamente
con él."

Si morimos primero, o si vivimos hasta Su venida, viviremos juntos a El. La mayor parte de la
Iglesia ya ha cruzado por las puertas de la muerte. ¡Qué desfile se llevará a cabo un día!
comenzando por el primer mártir, Esteban y los apóstoles, los mártires, todos aquellos que han
dormido en Jesús en el transcurso de los siglos, y después todos los que estén aun con vida en
Su venida; y si usted y yo estamos aun con vida, subiremos en la zona de la cola. Gracias a Dios,
que estaremos allí por la Gracia de Dios.

Ahora, ¿qué harán estas hermosas verdades por usted? El versículo siguiente nos dice: Por eso,
animaos y edificaos unos a otros. ¡Qué gran consuelo nos proporcionan a los creyentes estas
verdades! Es así que llegamos al segundo párrafo de este capítulo, que se extiende desde el
versículo 11 al 28, y que hemos titulado:

Mandamientos para cristianos

Tenemos ante nosotros una serie de 22 mandamientos para cristianos. Estos son los
mandamientos para creyentes -no simplemente 10 de ellos, sino todos los 22. Hasta el momento
en que somos salvos, Dios nos ha encerrado o acorralado ante una cruz. Es decir, que Dios no
está pidiendo nada de nosotros, excepto que respondamos a esta pregunta: "¿Qué harás con mi
Hijo que murió por ti?" Ahora, después de que hemos aceptado a Jesucristo como nuestro
Salvador, entonces Dios nos habla sobre nuestras vidas. El hijo de Dios no está bajo los Diez
Mandamientos como una forma de vida; él está por encima de ellos. El debe vivir en un nivel, en
un plano más elevado, como podemos ver en los mandamientos de esta sección. Estos
mandamientos son prácticos, están al mismo nivel de la vida cotidiana. Es maravilloso continuar
esperando con ansia por la venida de Cristo, pero es también muy importante continuar
caminando aquí en la tierra, por las aceras de la vida, en la oficina, en la fábrica, en el aula, o por
todo lugar que tengamos que transitar en esta vida.

El Señor Jesús dijo en Juan 14:15, Si me amáis, guardad mis mandamientos, Hay algunos
cristianos que nunca han oído Sus mandamientos. Bien, aquí tenemos 22 de ellos. Han sido
presentados como su fueran órdenes militares, de manera breve y escueta. Al leerlos vemos que
debieron ser comunicados de forma autoritaria, como lo hubiera hecho un teniente del ejército.
En el versículo 8 se nos acaba de decir que nos coloquemos el uniforme de guerra. Y ahora a
continuación se transmiten las órdenes, que parecen estar categorizadas, es decir, que algunas
están relacionadas entre sí. Y finalmente por hoy, leamos el versículo 11 de este quinto capítulo
de 1 Tesalonicenses 5:

"Por lo cual, animaos unos a otros y edificaos unos a otros, así como lo estáis haciendo."

El primer mandamiento es animaos unos a otros, lo cual quiere decir alentarnos unos a otros en
la fe.

El segundo mandamiento es edificaos unos a otros. Pablo dijo que los creyentes de Tesalónica ya
lo estaban haciendo. "Edificar" aquí es visto como una tarea común y mutua, comunicándonos la
Palabra de Dios y construyendo nuestras vidas con ella. Estimado oyente, es lo que estamos
intentando hacer con la ayuda del Espíritu Santo de Dios, si usted continúa acompañándonos en
este recorrido a través de la Biblia.

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