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de pruebas de galera y página o de las versiones

o corruptor? textos y gráficos en su etapa final antes de la imp


de este nivel de intervención, existe otro referido n
Saberes al tipo de corrección. La corrección de concepto es l
y competencias una obra científica o técnica por parte de un especia
de examinar el contenido y el modo en que ha s
del corrector autor o autores. Se reserva, en cambio, el término
lo para los otros niveles de la revisión del texto, c
de estilo co, el gramatical y el léxico.1
No es nuestro objetivo dar cuenta aquí de los
el trabajo del corrector a lo largo de la historia. Per
/
Si bien en la actualidad la figura del corrector apare-
ce en ciertas ocasiones fusionada con la del editor, su
lar el viraje conceptual que los tiempos y la era info
sobre la tarea. Así, el modelo de representación de
entre el sabio meticuloso, de amplio saber enciclop
cador de erratas, cuyo trabajo privilegia la rapidez
publicación.
Tal como señala M. López Valdés (2001), en el
labor requiere no solo de conocimientos técnicos,
el lector o anagnostes era una figura muy apreciad
sino de saberes, i.e. competencias enciclopédicas, gra- tía en revisar la copia original elaborada por el esc
rius, enriqueciéndola con notas críticas –llamadas
maticales y textuales, cuya aplicación exagerada o tor. Durante la Edad Media, la corrección de estilo
específica y se fusiona con la del escriba, quien en
inadecuada puede, sin embargo, corromper desde los tianos se encargaba de copiar en forma manuscr
autor. El amanuense (del lat. servus ad manum) ta
cimientos la especificidad de su tarea en tanto involu- as de corrección, y debía poseer no solo una exce
una vasta formación enciclopédica.
cra, paradójicamente, dos grandes peligros: la sobre- La figura del corrector de estilo o castigator, sep
ta, vuelve a surgir con el advenimiento de la impren

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corrección y la ultracorrección. taba de un intelectual o al menos de un estudiante
26 sólido manejo del griego y del latín. Pero luego de s
Corregir es entonces una técnica, que se nutre de
siglos XV y XVI, en los que muchos sabios y escrito
conocimientos previos y de procedimientos específi- correctores en las editoriales (Febvre y Martin, 20

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siguientes la tarea del corrector de estilo comienz
cos, pero también es un arte, ya que no existe una pues su trabajo pasa a ser visto como una tarea téc
cíficamente a la identificación de erratas. Es recién

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única versión posible para corregir un texto. do el corrector de estilo vuelve a tener un papel

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res, el corrector carece de autoridad para hacer cambios de palabras relacionado con el conocimiento del lenguaje y su
–excepto en el caso en que el editor lo haya autorizado–, y debe limi- debe poseer o adquirir un corrector para poder e
tarse a corregir errores flagrantes en el original. Es precisamente por enriquecer un texto con pericia y solvencia. Las co
ello, que J. A. Tarutz (1992) considera obsoleto el trabajo del corrector tión conciernen a tres grandes esferas de conocimi
de pruebas, ya que el advenimiento de la composición digital ha elimi- lo que sigue, distinguiremos competencias enciclop
nado el tipiado del texto y, consecuentemente, el paso de comparación y textuales.
posterior de las dos versiones, al tiempo que ha agilizado la tarea de Las competencias enciclopédicas, también lla
corrección, haciéndola más rápida y más barata. Ahora bien, si no culturales, están integradas por el conjunto de con
caben dudas acerca de que el avance de la informática ha modificado la sobre el mundo, tanto generales como específico
metodología y los procedimientos propios de la corrección, no es cier- gran medida, de la formación o el bagaje cultural
to que se trate de una actividad en extinción o, en todo caso, al alcan- mente relacionados con las competencias lingüística
ce de cualquiera que pueda manejar un programa informático. Por el las ideológicas, por el otro,2 los conocimientos en
contrario, la instancia de corrección de estilo sigue siendo una práctica que le permitirán corregir textos especializados, per
fundamental en las etapas de composición y edición de una obra. Y no decisiones necesarias sobre sus aspectos más general
solo porque el corrector de estilo se erige como el nexo mediador entre un corrector solvente no dudará en especificar, si
el editor y el autor o el traductor, sino porque su intervención presupo- texto sobre la Fiesta de San Patricio –en el cual se
ne el manejo de competencias específicas que identifican su labor, más romano-británicos del santo– que fue después de
que con una práctica adquirida de oficio, con un saber altamente espe- IV en que se desarrolla la historia en cuestión. Y est
cializado. En otras palabras, un corrector deberá sin duda poseer la ple hecho de que se trata de la vida de un santo y
habilidad necesaria para distinguir erratas pero también, y sobre todo, puede haber vivido después de Cristo.
una serie de competencias en el manejo de la lengua, la gramática y las Pero la corrección no siempre resulta tan simp
convenciones ortotipográficas. plo, por la sencilla razón de que en ciertas oportu
ble corregir o reponer datos a partir de redes con
II. COMPETENCIAS ESPECÍFICAS DEL CORRECTOR DE ESTILO ciones de interpretación que, según Eco, están reg
de la intertextualidad. Por ejemplo, la palabra /gat
Como es sabido, el término competencia fue acuñado por Noam niciones (felino doméstico, animal adorado por lo
Chomsky en 1965 para aludir al conocimiento que todo hablante-oyen- que Collodi compara en astucia y maldad con el z
te tiene del lenguaje y a su capacidad para actuar lingüísticamente. Para

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Chomsky, la competencia es de tipo gramatical y mental, no tiene en situadas intersubjetivamente en algún texto
28 teca ideal cuyo modelo teórico es la enciclop
cuenta el uso y supone una comunidad lingüística homogénea y un
interpretaciones define en algún aspecto qué
hablante-oyente ideal. Dell Hymes (1972), por su parte, cuestionó esa permite conocer siempre algo más acerca del
caracterización y propuso la noción de competencia comunicativa, la interpretaciones vale y es actualizable en

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que, más amplia que la lingüística, incluye todos los sistemas semióticos pero la enciclopedia debería proporcionar en
con los que cuenta una comunidad sociocultural dada. Para Hymes, en para interpretar del modo más fructífero l
efecto, el sujeto hablante no solo tiene un conocimiento de su lengua numerosos contextos posibles (2000:132).

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sino que además dispone de otro tipo de capacidades o conocimientos

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que el corrector se remita en primera instancia al autor y, si no es posi- fica de la lengua impone ciertas reglas –de acentua
ble, acuda a la biblioteca, pero no a su biblioteca ideal –la enciclopedia uso de mayúsculas, abreviaturas, etc.– que deben
a la que alude Eco– sino a la real y, más específicamente, al sector que garantía de inteligibilidad. Los procedimientos vinc
contiene los denominados materiales de referencia. corrección corresponden a la ortotipografía y, ade
Los materiales de referencia incluyen todos los libros de consulta a dos, podemos agregar los relacionados al uso correc
los que el corrector puede “referir” sus dudas, sean éstas terminológi- sales o minúsculas iniciales, letra redonda o texto n
cas, gramaticales o temáticas. En relación, específicamente, con las últi- y con la revisión de: notas, citas bibliográficas, bi
mas, los diccionarios especializados por temas (literatura, lingüística, as, índices, glosarios, páginas o elementos que pres
religión, comidas, periodismo, edición, etc.) pero, sobre todo, las enci- particulares en la edición (sobrecubierta, cubierta,
clopedias resultan sin duda herramientas muy valiosas. En efecto, como da, páginas de crédito o de derechos, copyright, IS
afirma J. Sabor (1978), la importancia de este último tipo de material legal, dedicatoria, epígrafes, tablas, foliación o pa
de consulta: colofón).
El corrector de estilo, entonces, deberá poseer
[...] está determinada, principalmente, por la amplitud de su plan, de la competencia fonemática para poder corregir lo
que le permite ser utilizada para las más variadas clases de consultas. A. Álvarez Martínez, denominaremos barbarismo
Su utilidad es fundamentalmente informativa, pero se extiende a
“contra la pronunciación correcta5 de una palabr
otros campos, en especial el bibliográfico y biográfico, en los cuales
....................................................... especialmente en el segundo puede competir a veces con repertorios dentes gramaticales o incluso contra la ortografía”
especializados (p. 38). Con respecto a la puntuación, el corrector deb
3. En su artículo "Los niveles del análi-
sis lingüístico", E. Benveniste distingue que si bien los signos comenzaron a ser utilizados
en efecto tres niveles: los inferiores, el Habrá de tenerse en cuenta, sin embargo, que la enciclopedia –como la Edad Media como indicadores para la lectura en
intermedio y el último. Los dos niveles y Tusón, 1999:96), el texto escrito fue adquiriend
inferiores del análisis son el nivel fone- toda obra de referencia– está sujeta al inexorable paso del tiempo, pro-
mático, o el de las unidades segmenta- blema que en la actualidad ha sido salvado gracias al advenimiento de que la puntuación pasó a cumplir otras funciones,
bles mínimas (los fonemas), y el meris- Internet en cuyas versiones en línea, estas obras pueden mantener conti- ción gramatical y lógica del sentido.6 Por otra
mático, que corresponde al de las uni-
dades no segmentables (los merismas o nuamente actualizados sus contenidos. opera como organizadora de la información en cap
rasgos distintivos). Sustituibles en Las competencias gramaticales aluden al conocimiento de las normas ciones, etc. y contribuye a caracterizar los distinto
ambos casos, estas unidades se inte- como señala M. Stern (2004:28):
que rigen los distintos componentes del código lingüístico y a la capaci-
gran en unidades más elevadas (los
merismas se combinan en el fonema y dad del corrector de intervenir en los distintos niveles de la estructura
el fonema se define como constituyen- [...] un texto que hace un uso intenso de paré

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oracional, lo que a su vez generará procedimientos específicos de correc-
te del morfema). El nivel intermedio dos puntos y guiones puede desplegar con m
corresponde al nivel del morfema (for- ción. Siguiendo a E. Benveniste (1974 [1964]) distinguiremos tres nive- rrelación de las diversas ideas que expone y
30
mas libres o ligadas): sus unidades se les básicos.3 red de conexiones y relaciones jerárquicas, t
descomponen en unidades fonemáti-
casos de los textos filosóficos, ensayísticos o c
cas del nivel inferior y, en su condición
1. NIVEL FONEMÁTICO
de unidades significantes, se integran

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en el nivel superior. Finalmente, este Es cierto, por otra parte, que los signos de exclam
último nivel es el de la oración. Según Nivel inferior cuya unidad mínima –el fonema– es una entidad seg- se relacionan estrechamente con la entonación,7 qu
Benveniste, con ella se franquea un
mentable, sin significado en sí misma pero que permite distinguir signi- nes largos y los paréntesis permiten enmarcar incis

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límite pues se abandona la lengua

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como sistema de signos. ficados. De allí que la sustitución del fonema /r/, por /p/ y /n/ dé como darios connotados o no,8 y que ciertos signos co

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dientes, es decir dos manifestaciones posibles del código lingüístico. tico, cuando el neologismo sirve para la formació
entre comas se integra plenamente en
la oración (i.e. guarda estrecha relación ejemplo, “escanear”, “escaneado”); c) desde el pu
sintáctica y semántica con el resto), las 2. NIVEL MORFOLÓGICO co, cuando comienza a desarrollar nuevos sentidos
comas acotan incisos primarios. Los
guiones largos y los paréntesis delimi- co (por ejemplo, “escáner” se aplica tanto al dispos
tan, en cambio, segmentos más des- La unidad mínima –el morfema– es inferior a la palabra o coincidente espacio o imagen y los traduce en señales eléctric
vinculados, sintáctica y semánticamen- con ella y posee significado en sí misma. miento, como al aparato médico que produce por
te, del resto. Según C. Figueras
(2000:144), mientras que los parénte-
Las competencias del corrector en este nivel le permitirán corregir nado método de exploración –rayos X, ultrasonid
sis suelen enmarcar información adecuadamente los errores de género y número, de concordancia sus- nética– una representación visual de las seccione
secundaria no connotada, los guiones tantivo-adjetivo, de uso de los artículos, de morfología verbal, entre
largos encierran “incisos que interrum- ejemplo del mismo orden es el del término ‘flash’
pen el hilo discursivo para introducir otros, así como también atender a los problemas referidos a la forma- ma primera edición) figura ‘flas’; en la versión en lí
comentarios subjetivos, valoraciones, ción de palabras (por derivación, composición, derivación impropia o da edición), se consigna ‘flash’] del inglés “destello
aclaraciones sugerentes o irónicas”.
derivación delocutiva), y a los neologismos, préstamos, calcos y extran- ca tanto al dispositivo fotográfico para iluminar un
9. En efecto, tal como señala J. jerismos. recuerdo retrospectivo, a una idea repentina, o a u
Authier (1981, 1995), al circunscribir En relación con estos últimos aspectos, señalaremos que la incorpora- momento. Flash, por otra parte, ha comenzado ya
un punto de heterogeneidad, las
comillas indican la homogeneidad del
ción de nuevos términos al vocabulario y de nuevas acepciones para tér- en el español coloquial y, aunque todavía no aparec
resto que queda así, por diferencia, a minos ya existentes resulta una realidad innegable y necesaria en una len- diccionarios, resultan habituales en el español
cargo del locutor. Éste aparece pues gua moderna estándar. Tal como señala M. A. Álvarez Martínez (óp. cit.):
como alguien que domina las pala- “flashear” que significa “impactar” (referido por
bras, que es capaz de tomar distancia física) y “flasheado” que, tal como es utilizado actu
y de emitir un juicio sobre ellas en el Al fin y al cabo, la lengua no es un organismo muerto, ni un objeto
lescentes, sirve para descalificar a alguien que se en
momento mismo en que las utiliza. acabado y perfecto que haya que preservar en una urna o en un
museo, sino que está viva, en constante movimiento. Por ello no puede
tos de las drogas.
10. Para un enfoque general de las ser absolutamente acotada, de modo que las normas o reglas de com- En síntesis, al conocimiento calificado y solve
distintas concepciones y modelos de la
portamiento que se establezcan tienen que ser flexibles e ir adaptán- jerárquica de la palabra, el corrector de estilo com
relación entre el código oral y el escri-
to, ver Cassany, D. (1987). En el mismo dose a las alteraciones que experimenta la propia lengua (2000:536). la reflexión sobre la motivación intrínseca de la len
sentido, también podrá consultarse e incorporación de palabras nuevas y en el desar
Blanche-Benveniste, C. (1998).
Por lo tanto, en su tarea, el corrector deberá tener en cuenta tanto los nuevos para términos ya conocidos.
11. Como sostiene Álvarez Martínez fenómenos relacionados con la neología formal (creación de nuevas
(óp. cit., p. 544), los préstamos dicen palabras ex nihilo, o a partir de elementos léxicos existentes mediante 3. NIVEL SINTÁCTICO
mucho acerca de la capacidad de adap-
los procedimientos de sufijación, prefijación y composición, o por acro-

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tación y de las circunstancias históricas
y culturales que rodean a una lengua. nimia, siglación y préstamos)11 como los relativos a la neología semán- Este último nivel del análisis gramatical es el corresp
32 Es habitual distinguir entre préstamos tica (creación de lexías complejas, por conversión de categoría gramati- Según Benveniste (óp. cit.), se franquea aquí un lím
propiamente dichos, extranjerismos y
calcos. Ejemplos de préstamos son, cal de un determinado lexema, por metáfora). nuevo dominio: el de la lengua considerada no ya co
entre otras, las palabras “fútbol”, Así pues, y si es cierto que una lengua sin neologismos es una lengua sino como instrumento de comunicación, cuya expr
“interviú”; de extranjerismos, las pala-

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muerta, y una lengua sin arcaísmos es una lengua sin historia, es condi- Relacionados con su competencia en este nive
bras football o background, que deben,
por lo tanto, ir en bastardilla; de calcos, ción fundamental para el corrector el conocimiento de los distintos pro- corrector deberá corregir son los llamados solecis
“balompié” (del inglés football), “perro cedimientos de formación neológica y, por lo tanto, de la morfología de errores de sintaxis o como usos incorrectos de cie

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caliente” (del inglés hot dog) o “media-

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luna” (del francés croissant).
la lengua. También lo será el manejo de los criterios de aceptabilidad que solecismos incluyen desde problemas de concordan

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cional (concordancia, régimen y construcción) y de la función sintáctica camente consistente, al tiempo que pragmática
de cada una de las clases de palabras12 resultan competencias funda- mediante la activación de las inferencias necesarias a
mentales en este nivel de corrección. mientos previos. En efecto, como afirma G. Reyes (
.......................................................
Pero si bien el corrector de estilo debe atender a la normativa vigen- tar un texto es un proceso doble. Por un lado, desc
12. Sobre este punto, podrá consultar-
te, no por ello debe permanecer ajeno a los usos que, aun considerados lingüísticos, atribuyéndoles significados. […] Por ot
se el siempre actual “Las clases de
palabras en español como clases fun- incorrectos por la norma académica, son el resultado de la evolución que no está dicho”. Pero si ningún texto dice explícit
cionales” de A. M. Barrenechea y M. constante de la lengua. Resulta fundamental entonces que actualice sus significa que puedan producirse en él saltos lógicos q
V. Manacorda de Rosetti (1969).
saberes y conocimientos con respecto, por ejemplo, a ciertos errores no ta interpretación. Tampoco resultan apropiados los c
13. Para una explicación de los clíticos estigmatizados y sumamente frecuentes como el queísmo (cf. Estoy segu- tópico o la presencia de informaciones irrelevantes o
caníbales (así llamados porque uno de ra que todo saldrá bien), el “que galicado” (cf. Fue allí que lo encontré) que el corrector de estilo deba focalizar su atención
ellos sustrae rasgos que le pertenecen
al otro) relacionada con las consecuen- tachado de “crudo galicismo” por A. Bello, o el uso de le en función de semánticas entre las distintas partes resulten evident
cias de la pérdida del vosotros en el objeto directo (cf. Nunca le vi tan triste), los clíticos caníbales13 (cf. Pero zón lógica del texto quede garantizada por una adec
español de América véase Company
si ese cuento ya se los conté ayer) y el “le” inmovilizado en singular (cf. También deberá asegurarse de que el texto tenga clar
Company, C. (1997).
Para dejar de robarle a los jubilados). Su actitud también deberá ser tral y controlar que la información nueva que propo
14. Sobre la consideración de la rele- abierta y cuidadosa frente a la cada vez más alta frecuencia del presente la información conocida quede correctamente presu
vancia del rasgo +/-pasado del subjun-
tivo en contextos como el menciona-
(en lugar del imperfecto) del subjuntivo en los verbos regidos o subordi- Por su parte, la cohesión es un concepto semá
do, podrá consultarse el interesante nados en oraciones del tipo El ministro negó que sus colaboradores acep- las relaciones de sentido existentes dentro del text
trabajo de Suñer, M. y J. Padilla Rivera taran/acepten coimas,14 o incluso frente a la alternancia cada vez más asi- relacional, la cohesión ocurre cuando la interpreta
(1990).
dua entre el condicional simple y el imperfecto del subjuntivo en las del discurso es dependiente de la de otro. No es pue
15. Al respecto, podrá consultarse posiciones condicionales de segundo tipo, como por ejemplo en Si *ten- clase particular de ítems lingüísticos lo que define
Lavandera, B. (1975). dría/tuviera plata, no trabajaría.15 establecimiento de relaciones semánticas entre ell
16. En efecto, como afirman De Las competencias textuales constituyen el tercer tipo de habilidades y Ahora bien, si la cohesión es una relación semánti
Beaugrande y Dressler (1997:35), si un conocimientos que un corrector de estilo capacitado debe poseer, y se rela- a través del sistema léxico-gramatical de la lengua.
texto no satisface alguna de estas nor-
mas, no puede considerarse que ese
cionan no ya con el nivel oracional sino con el de la organización textual. competente prestará especial atención a la apropia
texto sea comunicativo. Siguiendo a Halliday y Hasan (1976), definiremos al texto como una recursos gramaticales y de los procedimientos léxi
unidad de significado y no de forma. No se trata pues de una entidad gra- miento de lazos cohesivos que aseguren el necesari
17. Relacionados con la constitución
del texto, los términos “coherencia” y matical (como la cláusula o la oración) sino de una unidad de lenguaje en Respecto de los recursos gramaticales, sus comp
“cohesión” se utilizan a menudo co- uso. En tanto acontecimiento comunicativo, el texto debe cumplir con permitirán verificar entonces la correcta utilizaci

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mo sinónimos (cf. por ej., Charolles, ciertas normas de textualidad, las que, según De Beaugrande y Dressler anafóricas y catafóricas –tanto pronominales co
34 1978) o como incluidos uno en el sen-
tido del otro (para Calsamiglia y Tusón, (1997), son la cohesión, la coherencia, la intencionalidad, la aceptabili- comparativas–, de las formas de sustitución (i.e. r
1999, por ejemplo, la cohesión es una dad, la situacionalidad, la intertextualidad y la informatividad. Ahora por otro) y elipsis (i.e. sustitución por cero), y de l
manifestación de la coherencia). Es
bien, si todas estas normas funcionan como los principios constitutivos les (aditivos, adversativos, causales, de reformulaci
que la relación entre ambas propieda-

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des es muy estrecha. De hecho, si bien de la comunicación textual,16 dos resultan particularmente relevantes parafrástica, de organización textual, etc.) que es
no puede asegurarse que un texto co- para la tarea del corrector: la coherencia y la cohesión, y ello en la medi- en que lo que sigue resulta conectado con lo ante
hesivo sea necesariamente coherente,
da en que, centradas en el texto y en la distribución de la información, los aspectos vinculados al vocabulario, su preocupac

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un texto coherente es normalmente

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cohesivo. designan operaciones enfocadas hacia los materiales textuales.17 mecanismos de reiteración (repetición, sinonimi

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incluso la comprensión del texto. Como señala M. Garachana
(2000:185), “una estructuración inapropiada de la información puede III. A MODO DE CIERRE
plantear importantes dificultades de interpretación”. En consecuencia, es
importante que el corrector sea cuidadoso en este nivel para garantizar “¿Corrector o corruptor?”, se preguntan algunos au
que el contenido que se quería comunicar haya quedado plasmado no cian” los cambios que el corrector les propone para
solo con corrección grafémica y sintáctica sino también y sobre todo con la tarea de corregir involucra dos grandes peligros
una distribución informativa equilibrada, lógicamente estructurada a lo jicamente, del conjunto de habilidades caracteriza
largo del texto y cohesivamente enlazada en la superficie lingüística. como competencias enciclopédicas, gramaticales y
Pero el texto no solo ha de ser coherente y cohesivo. También deberá aplicación exagerada de tales procedimientos puede
ser adecuado a la situación comunicativa en la que se produce, al género en fuente inagotable de nuevos errores y entonces
al que pertenece y al tema de que trata. Y aquí la elección de la variedad cimientos la especificidad de la tarea.
dialectal (estándar o dialectal) y del registro (general o especializado; for- El corrector no debe olvidar que su trabajo es
mal o informal; más objetivo o más subjetivo) juega un rol primordial. En autor, por lo que debe evitar sobrecorregir y ultrac
efecto, dado que en las palabras y en sus combinaciones radica la capaci- caso, en el que la intervención en los textos ajenos
dad de comunicar de un texto, la selección de un léxico preciso, riguroso, aspectos que se apartan de la normativa canónic
rico y elegante redundará en su eficacia comunicativa. El dominio por hacer prevalecer sus preferencias estilísticas y perso
parte del corrector de esta competencia, que le permitirá la corrección de inevitablemente desajustes tanto intratextuales com
“vulgarismos o impropiedades léxicas”, pero también de palabras poco En el segundo, el de la ultracorrección, el riesgo
adecuadas, vagas, reiteradas, ambiguas o incorrectamente combinadas, lo correcto. Como se ha dicho, el trabajo de la corr
requiere pues que conozca la especificidad de los géneros y de las secuen- norma, es decir que la adecuada discriminación ent
dd cias discursivas y cuente, además, con materiales de consulta específicos.
Resultan así de vital importancia para su tarea de corrector, los dicciona-
rios de uso general (como por ejemplo, el Diccionario de uso del español
y los incorrectos es de vital importancia para el
embargo, es necesario considerar que la aceptabi
varía no solo diacrónicamente sino de comunida
de María Moliner, el Diccionario de la Real Academia Española, o el corrector debe tomar conciencia de que muchos er
Clave. Diccionario de uso del español actual), los manuales y los libros de en un momento histórico terminan finalmente sien
estilo (como el Manual del español urgente de la Agencia EFE, o el norma vigente debido a que el uso y el consenso so
Manual de estilo y ética periodística de La Nación, por mencionar solo Ultracorregir entonces, implica aplicar sobre un
dos), los manuales de dudas (entre otros, el reciente y completísimo perimido en el tiempo o bien realizar una transpo

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Diccionario panhispánico de dudas de la RAE), los diccionarios de sinó- normativa vigente. Los niños suelen ser fuente inag
36 nimos (como el Diccionario de sinónimos y antónimos del grupo editorial errores, como cuando se refieren al barrio de “*
Océano) así como también los repertorios terminológicos (entre otros, equivocadamente que en “Recoleta” se está elid
Diccionario terminológico. Sociología, Diccionario terminológico. como en “*coletivo”. En otro nivel, suele ser un

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Lingüística, Léxico de los deportes olímpicos, o sitios de consulta en la red ultracorrección “*este aula”, en lugar de “esta
tales como, para el área de medicina http://www.iqb.es/diccio/p/a.htm) y extiende en forma equivocada al pronombre demo
finalmente, los diccionarios ideológicos, que contienen palabras ordena- cambio de determinante femenino por masculino a

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das por ideas y permiten encontrar términos de significado conceptual- nino con ‘a’ tónica inicial.

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dito y minucioso era una instancia obligada en la reproducción de una “Vulgarismos
obra e, incluso, un valor agregado a su calidad y precio de venta. Alvar, M. (ed.)
Pero no solo eso, en la actualidad, el corrector debe poseer un amplio güística españo
dominio de las competencias lingüísticas que hemos explicitado en este 533-545.
artículo y aún más, estar dotado del criterio profesional y personal para Authier, Jacqueline
adecuarse a las distintas circunstancias laborales que le permitirán apli- à distance”. En
carlas de modo conveniente. térialités discur
Corregir es entonces una técnica, que se nutre de conocimientos previos ––––––––––––––––
y de procedimientos específicos que son factibles de ser adquiridos con vont pas de
la práctica. Pero también es un arte, ya que no existe una única versión et noncoïncid
posible para corregir un texto. Larousse.
Barrenechea, An
Manacorda de
ses de palabra
ses funcionales
mática estruc
Barcelona, Méx
Bello, Andrés (198
la lengua cast
de los ameri
Rufino José Cu
M a r í a M a r t a G a r c í a N e g r o n i es doctora en Ciencias Ramón Trujillo,
del Lenguaje por la École des Hautes Études en Sciences Sociales (1995), investi- Benveniste, Émile (1
gadora independiente del CONICET, Profesora Asociada Regular de Corrección de
Estilo (UBA) y directora del proyecto UBACYT F127 “Análisis de los aspectos
microdiscursivos del discurso académico. Aplicación a la comprensión, produc-
ción y corrección de textos específicos”. Sus líneas de investigación se inscriben
en el marco de la semántica argumentativa y del análisis del discurso.
ee del análisis ling
de lingüística ge
Blanche-Benveniste
lingüísticos sob

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lidad y escritur
Bosque, Ignacio (di
38 A n d r e a E s t r a d a es licenciada en Letras, posee el Diploma de nario combina
Estudios Avanzados en Lengua Española y Lingüística General, es Jefa de Trabajos temporáneo.
Prácticos de la cátedra de Corrección de Estilo (UBA), profesional adjunta de la Calsamiglia, Hele

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Carrera de Apoyo a la Investigación del CONICET e investigadora del proyecto (1999) Las cos
“Análisis de los aspectos microdiscursivos del discurso académico. Aplicación a la análisis del disc
comprensión, producción y corrección de textos específicos” dirigido por María Cassany, Daniel (19

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Marta García Negroni (UBACYT). escrito?”. En:

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Á G I N A S
París, Larousse. de información, Buenos Aires, Edicio-
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States, Hewlett
// INTRODUCCIÓN
a menudo se apl

López Valdés, Mauricio (2001) “Corrección Entre los pronombres personales, los de segunda pe
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OTOÑO 2006
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Real Academia Española (2001) Diccio- maticalización: o bien se reinterpreta una forma ya
nario de la lengua española, Madrid, do su empleo, o bien se acuñan nuevas formas a
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––––––––––––––––––––– (2005) Diccio-

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comienza a ser usado como trato respetuoso dirigi

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