Vous êtes sur la page 1sur 19

Conservatorio de Música “Isaías Orbe” de Tandil.

EVALUACION DEL PROCESO EN LA


PRODUCCION MUSICAL GRUPAL

Autor: Fabrizio Lanzilotta

Carrera: Profesorado de Educación Musical

Espacio: Conjuntos vocales e instrumentales II

Profesor: Amanda Meclazcke

2016
INDICE

INTRODUCCION........................................................................................... PAG 3

BLOQUE I: LA EVALUACION........................................................................ PAG 4

- El docente como evaluador......................................................................... PAG 4

- Tipos de evaluación y agentes evaluadores................................................ PAG 5

- El grupo como agente a evaluar.................................................................. PAG 6

- El alumno como agente a evaluar............................................................... PAG 7

BLOQUE II: LA PMG..................................................................................... PAG 9

BLOQUE III: GRILLA DE EVALUACION........................................................ PAG 10

- Indicadores de la grilla................................................................................ PAG 10

- Asistencia a clases............................................................................... PAG 10

- Participación de integrantes.................................................................. PAG 11

- Dialogo entre los integrantes................................................................. PAG 11

- Entonación …........................................................................................ PAG 12

- Ritmo y tempo....................................................................................... PAG 12

- Planos sonoros...................................................................................... PAG 13

- Actitud ante el error................................................................................ PAG 14

CONCLUSION............................................................................................... PAG 16

ANEXO.......................................................................................................... PAG 17

BIBLIOGRAFIA.............................................................................................. PAG 18
INTRODUCCION

La evaluación es un elemento trasversal a todo ámbito educativo formal, a tal punto


que es difícil imaginar el devenir del proceso de enseñanza y de aprendizaje
desligado de esta instancia. Como sujetos críticos, podemos cuestionar si los
mecanismos de evaluación que generalmente encontramos en el contexto escolar
son efectivos, necesarios y, sobre todo, si los mismos contribuyen al crecimiento del
alumno y a la construcción significativa de determinados conocimientos y/o
habilidades. No obstante, si el modo de evaluar puede ser puesto en tela de juicio y
hasta, en algunos casos, considerar factible la eliminación de cualquier tipo de
registro escrito o documento formal que certifique el desenvolvimiento de los
alumnos a lo largo de un año, seria obstinado pensar la enseñanza despojada del
carácter evaluativo que le es inherente.

En el presente trabajo presentamos una grilla de evaluación procesual para ser


utilizada por el profesor (heteroevaluación) en el nivel secundario. El mismo,
mediante esta, podrá evaluar a sus alumnos tanto en lo grupal como en lo individual,
con el fin no sólo de usar una herramienta que permita observar y registrar el
proceso de enseñanza y de aprendizaje, sino también, indicar en ella determinados
puntos a corregir y rever de la produccion de sus estudiantes. A su vez, podrá
evaluar sus propias propuestas dependiendo de cada grupo de aprendizaje.

Abordaremos y desarrollaremos las diferentes cuestiones que consideramos


importantes para pensar en los criterios que se utilizan a la hora de evaluar. Por un
lado, nos referiremos al rol del docente como evaluador teniendo en cuenta cuáles
son los tipos o modelos de evaluación de los que se puede servir. Más adelante,
hablaremos de cada una de las dos dimensiones que el mismo tendrá en cuenta
para ello: el alumno en su individualidad y el grupo. Por otro, mencionaremos cuales
son los elementos que entran en juego y se relacionan dentro de la producción
musical grupal, actividad hacia la cual está dirigida este escrito. Por último,
desarrollaremos puntualmente de qué manera pensamos el uso de la grilla que
hemos diseñado y cada uno de los indicadores propuestos en ella, con el fin de
explicar por qué consideramos importante prestar atención a estos, y establecer
cómo nos pueden ayudar a tomar decisiones y pensar estrategias para seguir
construyendo el proceso.
BLOQUE I

EVALUACION

Según García Ramos (1989), “La evaluación es una actividad o proceso de


identificación, recogida y tratamiento de datos sobre elementos y hechos educativos
con el objetivo de valorarlos primero y, sobre dicha valoración,
tomar decisiones” (García Ramos, 1989). Vemos acertada esta definición, en primer
lugar porque se refiere a la evaluación como un proceso. No solo podemos observar
que el crecimiento de los alumnos depende fundamentalmente de un proceso, si no
que la evaluación también lo es. En otras palabras, al centrarnos en evaluar
conscientemente el proceso de enseñanza-aprendizaje, transformamos a la
evaluación en un proceso en sí misma.

El docente como evaluador

Segun Popham (1990) “El evaluador está obligado a valorar un fenómeno educativo
para poder tomar decisiones...” (Popham, 1990) De esta manera, pretendemos
remarcar la necesidad de evaluar a nuestros alumnos, haciendo hincapié en que no
se puede negar el carácter evaluativo propio del ser humano a la hora de tomar
decisiones, y que este es un aspecto fundamental si se pretende concebir la
evaluación como una guía para el desarrollo y la mejora de ciertos aspectos en el
aprendiz. El docente entonces, debe pensar la evaluación como una herramienta o
mecanismo que le proporcione una visión clara de cómo sus estudiantes transitan el
proceso de enseñanza-aprendizaje. A partir de ello, es fundamental que el mismo
guie al grupo a partir de esta toma de decisiones, las cuales marcaran hacia dónde y
de qué manera continúa el proceso. En función de lo anterior, es que consideramos
realizar el intento de pensar la mejor estrategia posible para evaluar, en nuestro
caso, la producción musical grupal.
Tipos de evaluación y agentes evaluadores

Existen diferentes tipos de evaluación. Según su finalidad y su función, las mismas


se pueden clasificar en formativa o procesual y sumativa o del producto. La primera
refiere a una “evaluación que se utiliza (…) como estrategia de mejora y para ajustar
sobre la marcha, los procesos educativos de cara a conseguir las metas u objetivos
previstos. (…) Suele identificarse con la evaluación continua” (Fundación Instituto de
Ciencias del hombre). Es una evaluación “…que se realiza durante el proceso de
enseñanza y de aprendizaje” (Ferrero, Meclazcke, Martín, 2014, pp. 2). Por otro
lado, la evaluación sumativa es la que se aplica a procesos terminados. En el caso
de las PMG la primer evaluación es la que se realiza durante el diagnóstico.
posteriormente, hallamos aquella evaluación que se da en el proceso que transitan
los alumnos durante toda la práctica musical, y la segunda es la que evalúa la
producción en sí.

Según la Fundación Instituto de Ciencias del hombre, otro criterio de clasificación de


las evaluaciones, se funda en el agente evaluador. En función de esto, podemos
distinguir la autoevaluación (cuando los evaluadores evalúan su propio trabajo), la
coevaluación (cuando sujetos o grupos se evalúan mutuamente) y la
heteroevaluación (evalúa alguien distinto a las personas evaluadas).

Al ser el docente el agente evaluador, deberá tener una actitud activa en cuanto al
seguimiento de cada grupo de aprendizaje en cada producción dada. El será quien
genere las propuestas y, por sobre todas las cosas, quien enseñe lo que luego se va
a evaluar. No debemos olvidar que el ejecutar música con otro incluye diversos tipos
de conocimientos (declarativos, procedimentales y decisionales) y es el profesor, con
su guía continua quien debe ayudar a los alumnos a que construyan estos saberes.
El docente estará en contacto permanente con sus grupos de producción (o con todo
el salón de ser una producción que involucre a todos en el mismo grupo) y hará
ajustes, indicaciones, preguntas, proporcionará material, etc., para que los mismos
puedan en cada clase avanzar en su objetivo: tocar con otro. Esta, como es sabido,
no es una habilidad innata, es una habilidad que se aprende, y que, la única forma
de aprenderla es mediante el hacer. Ningún estudiante aprenderá a concertar con su
compañero si nunca lo hace. No es un conocimiento que se pueda adquirir leyendo
un libro de texto que lo explique. El docente será quien se encargue de que esto sea
posible, evaluando continuamente el crecimiento de sus alumnos, tanto en aspectos
estrictamente musicales, como de grupo.

El grupo como agente a evaluar

Como explican Martin, Ferrero y Meclazcke (2014), cuando nos referimos a un grupo
de producción musical, hacemos referencia a un conjunto de aprendices que
mediante su participación pretenden lograr determinados aprendizajes individuales.
Para que un grupo se conforme como tal, se deben dar tres condiciones. Por un
lado, deben compartir el espacio y el tiempo, por otro, tener un objetivo común y, por
último, que todos los miembros se conozcan y se relacionen. Es entonces que el
colectivo se conformará como una unidad que a través de esfuerzos cooperativos
intentará alcanzar su objetivo.

Estos conjuntos de individuos, por otro lado, no siempre tendrán la misma cantidad
de integrantes, ni perseguirán el mismo objetivo. Esto dependerá de la consigna
propuesta por el docente. Ciertas actividades pueden realizarse con todo el salón de
clase, mientras que para otras se conformarán grupos de pocos integrantes. Estos,
también, podrán trabajar sobre arreglos ya escritos, sobre creaciones personales,
así como también, con diferente tipo de música y de materiales (instrumentos
convencionales, cotidiáfonos, objetos sonoros, percusión corporal, juegos de
manos).

Así es como el docente tomará, para las autoras, el grupo como eje para evaluar
considerando diversos aspectos (detallados en la grilla) y realizando un proceso
continuo de retroalimentación (feedback), es decir, un aporte continuo de
información sobre las propias acciones para corregirlas o perfeccionarlas entre
profesor y alumno. Esta herramienta resulta fundamental en la evaluación del
proceso, donde el docente, clase a clase se comunica con cada agrupación de
aprendizaje o con cada alumno individualmente para tener un diálogo sobre sus
acciones, que le permitan seguir creciendo. Es por medio de la grilla de evaluación
que el profesor podrá considerar cuales son los aspectos centrales a remarcar en
cada grupo y en cada momento.

El alumno como agente a evaluar

Como expusimos anteriormente, el de conjunto aprendizaje está conformado por


individuos que, mediante su participación en un mismo grupo construirán
conocimientos, que serán en definitiva individuales. La relación de cada estudiante
con la música es algo particular y propio. No existen dos personas que se puedan
relacionar de la misma forma. La PMG implica ejecutar música con otro, lo cual
requiere que cada alumno tenga ciertas habilidades que le permitan ejecutar música
sólo. Esto es, el alumno debe poder coordinar. Lo mismo fue definido por Meclazcke
(2010), como “la acción que realiza un individuo cuando organiza, dispone y dirige
procedimientos con un fin determinado” (Meclazcke, 2010, pp. 2). En música, el
estudiante debe poder ejecutar la línea que realiza su instrumento o su voz, en una
primera instancia. Por ejemplo, debe poder, de forma individual realizar la secuencia
rítmica de percusión corporal propuesta por el docente. Luego, además, si esto
también involucra cantar mientras se realiza la percusión, la habilidad es aún más
compleja. Cuando el alumno logra esto, es cuando puede participar del grupo,
ejecutando su parte y escuchando a sus compañeros.

Entonces, el docente debe hacer foco en evaluar el desempeño de cada individuo


dentro del grupo para saber cuáles son los aspectos de coordinación que son
necesarios practicar o estudiar. La grilla de evaluación permite realizar éste
seguimiento, ya que en cada casillero es posible completar con el nombre de cada
integrante del grupo que necesita reforzar de los diversos aspectos a aprender.

Por otro lado, lo que cada individuo construya de cada producción es individual y
depende de la motivación que el mismo tenga. Es sabido que el alumno únicamente
aprende si decide hacerlo, y para que esto ocurra debe sentir, de alguna forma, que
lo que hace tiene sentido para él. El profesor mediante la grilla podrá también
averiguar qué aspectos debe reforzar en cada uno para que todos se sientan
motivados y todos ‘tengan ganas y estén dispuestos’ a participar en el grupo.
Resultaría desalentador para un compañero que tiene muchas ideas para tocar o
cantar que ningún par comparta el interés. Es el docente quien debe encargarse
mediante sus estrategias didácticas de que cada individuo aprenda conocimientos
que le resulten significativos. Esto es, que no sea simplemente adquirir datos o tocar
sin reflexionar, sino poder cantar, tocar, escuchar, relacionando de manera no trivial
con conocimientos anteriores.
BLOQUE II

LA PMG

Cuando hablamos de Producción Musical Grupal (PMG) nos referimos a “(...) la


concreción de una obra musical en el espacio-tiempo, por un conjunto de
personas que se desempeñan musicalmente ejecutando de manera concertada
y coordinada instrumentos, cantando, con objetos sonoros o una combinación entre
ellos.” (Meclazcke, 2010, pp.1)

La PMG incluye en si misma dos dimensiones claramente identificables. Por un lado,


observamos la interacción de cada alumno de manera individual con el hecho
musical en sí, y por otro, la relación de éste con los otros alumnos que forman el
grupo, entidad resultante con sus propias características. A su vez, hay que
comprender que ejecutar concertadamente una obra completa de manera
satisfactoria, es el resultado de un proceso sumamente importante en el cual los
alumnos desarrollan sus habilidades e interactúan entre sí para alcanzar ese fin.

De esta manera, la presentación de un producto terminado, no es lo único de lo cual


nos podemos valer para evaluar el papel de los alumnos en el hecho.
Entendiendo entonces a la PMG como un camino de enseñanza-aprendizaje, es de
nuestro interés hacer hincapié en que una evaluación que considere el producto
como el único indicador de aprendizaje, es una evaluación que recorta la relación del
alumno con el desarrollo de una habilidad o concepto. Por lo tanto proponemos que,
en una disciplina en la cual lo fundamental es el proceso, el mecanismo más
acertado es la evaluación procesual.
BLOQUE III

GRILLA DE EVALUACIÓN

La grilla de evaluación que presentamos es propia de cada grupo de aprendizaje


que se conforme en cada momento. Esto quiere decir que sirve para evaluar el
proceso de un grupo entendido como una unidad. Por ello, si el grupo cambia,
deberá usarse una nueva grilla. Desde ya, existirá una grilla destinada a todo el
grupo áulico completo. La misma es una tabla en la cual sobre el eje X encontramos
las clases por las que transita el grupo en cuestión, mientras que en el eje Y
encontramos los distintos indicadores a evaluar. Los mismos constan tanto de
aspectos musicales y extra musicales o actitudinales. El docente completará cada
casillero de la grilla de cada grupo al terminar cada clase. Resulta importante que se
especifiquen dentro de los grupos las individualidades que determinan cada acción.
Por ejemplo, si en la sección ‘actitud ante el error’, todos pueden continuar tocando
menos un alumno que siempre debe frenar su ejecución para volver a comenzar,
debe puntualizarse de que estudiante se trata. De esta forma, el docente podrá
comparar grillas de distintos grupos. Por ejemplo, si el alumno A en un primer grupo
no participa en decisiones y en otro grupo si lo hace, etc.

Por otro lado, los alumnos deben ser conscientes de los aspectos que están
aprendiendo y por ende de las expectativas de logro y de los objetivos de cada
producción que están siendo evaluados por su docente. De tal manera, se
sobreentiende que se evaluará el proceso de adquisición de las habilidades por lo
que si en cierto momento alguna de las ‘habilidades’ aún no están aprendidas es
parte del proceso general.

Indicadores de la grilla

- Asistencia a las clases:


El primer indicador hace referencia a la asistencia de los integrantes del grupo a las
clases. Se detallará en la grilla la cantidad y el nombre de los ausentes. De esta
manera se podrá notar como el grupo muta musical y socialmente ante la ausencia
de los mismos. Podrá el docente, además, intentar generar el compromiso
suficiente en los alumnos para que los mismos quieran acceder en horario extra-
escolar a la actividad realizada en una clase que se ausentaron, por medio de
quienes asistieron, produciendo así una interacción positiva entre los alumnos.

- Participación de integrantes:

El segundo indicador hace referencia a la respuesta de los alumnos ante una


consigna o actividad. En este, se podrá indicar si nadie participa, pocos participan, la
mayoría participa o todos participan.

Sera necesario determinar el motivo por el cual nadie participa, en caso que así
suceda, para que el docente pueda reformular propuestas que no son atractivas o
advertir si existe algún motivo determinado. Así mismo, si el indicador marca que no
todos participan, y por ejemplo se está realizando una producción con grupos
pequeños de alumnos, focalizar la atención en quienes no participen y buscar
rotación en los integrantes de grupos para futuros trabajos. Por último, si todos
participan dentro de un grupo en una producción clase a clase, no puede dejar de
prestarse atención a lo mismo, para poder proponer nuevas actividades con las
mismas formaciones grupales, o poder incluir alumnos que no participen en un grupo
donde todos lo hacen y observar su desenvolvimiento.

- Diálogo entre los integrantes:

El tercer indicador muestra, especialmente en producciones que se realicen en


grupos pequeños (y no con todo el salón de clase), la necesidad de democratizar las
decisiones en cuento al quehacer musical. Si un alumno lidera la actividad y los
demás las siguen sin oponer resistencia alguna, pues consideran que éste ‘sabe
más’ o porque simplemente no sienten la necesidad de dar su opinión, el docente
debe actuar de forma inmediata. El conocimiento decisional o estratégico en las
PMG será el que permita decidir qué hacer. Constantemente, la manera en que se
plantee cómo desarrollar las actividades, dependerá de las decisiones que se tomen
en función de vivenciarla de la mejor manera posible. Una buena dinámica en la
toma de decisiones hace interesante la manera en que se trabaja dentro del aula. Lo
mismo puede ser determinado por el profesor pero es necesario que los alumnos
adquieran la habilidad de poder elegir, acorde a la consigna dada y a sus criterios
propios. Por otro lado, los estudiantes deben aprender a aceptar también la opinión
de sus pares. No siempre una decisión será la deseada por todos, pero si la misma
se hace con un motivo válido, todos deben poder respetarla.

- Entonación:

Hablamos de entonación como el fenómeno de seguir el contorno melódico de una


melodía. Dicho proceso de construcción tonal acerca paulatinamente al estudiante
hacia una afinación más puntual y precisa.

En la escuela secundaria pocos alumnos se ‘animan’ a cantar solos, generalmente


les resulta más fácil en grupo, por una cuestión de exposición ante sus compañeros.
El docente es, justamente, quien debe encargarse de enseñar a afinar, buscando
que los alumnos puedan sentirse cómodos con su propia voz y la de sus
compañeros.

En un grupo, podrá observarse desde un comienzo cuál es la calidad de la


entonación y cómo ésta cambia de acuerdo a las indicaciones y pautas propuestas
por el docente. El mismo podrá, en ciertas circunstancias, luego de conocer a sus
alumnos y realizar el debido diagnóstico respecto al indicador, agrupar a los alumnos
según como entonan para que se puedan ayudar mutuamente para cantar.

- Ritmo y tiempo:

Este indicador es el más fundamental en la ejecución musical de cualquier tipo.


Hace referencia a la capacidad del grupo de sostener el tempo durante una práctica
musical. En la grilla proponemos tres posibilidades a observar. La primera, indica si
el grupo es capaz de mantener el tempo durante toda la actividad o producción. A
partir del momento en que, avanzando las clases, el grupo mantenga la constante de
no descoordinar en el tempo, se podrá asumir que los alumnos han adquirido la
habilidad de calcular más o menos instintivamente la duración que separa los
estímulos que luego deben ser traducidos al gesto motor. Es decir, pueden
representar en su mente, sobre la marcha, la distancia entre los golpes a ejecutar (o
notas), haciéndose una imagen mental de determinado dibujo o patrón rítmico, o
simplemente, del pulso. Esto implica que los mismos se valgan de un proceso
mental que les permita anticiparse continuamente a lo que está sucediendo,
pudiendo así ajustar de manera sincronizada (Malbran, 2007?)

La segunda posibilidad, advierte que la coordinación conjunta del tempo fluctúa, es


decir, por momentos es segura y por momentos es dudosa y tiende a perderse. Por
último, se marcara ‘no se mantiene’, cuando el grupo (el aula completa o un sub-
grupo), sea incapaz de mantener el tempo. Esto es, ya sea que haya alumnos
tocando cosas diferentes o las mismas, se escucha que se cruzan constantemente.
En estos dos últimos casos, el docente no deberá dejar pasar oportunidad para
corregir el desajuste rítmico, siendo que este elemento, como dijimos antes, es la
base sobre la cual se puede luego focalizar en otros aspectos, perfeccionándolos
hasta donde sea posible, y la falta del mismo hace imposible el desenvolvimiento de
una práctica musical satisfactoria. Este indicador ha sido considerado por otros
autores (Ferrero, 2011, pp. 4 ) como ajuste sincrónico de las partes.

- Planos Sonoros:

El indicador de planos sonoros, se refiere a la capacidad del manejo de las


intensidades por parte de los alumnos. Es fundamental que el docente concientice al
grupo de que todo lo que tocan está cargado de sentido, y que funciona como un
discurso. Para ello, los planos y los diferentes elementos que intervienen en la
ejecución deben estar lo más equilibrados posible, para entender que todo elemento,
en cualquier plano, tiene un rol especifico en todo momento. Para ello entonces, el
docente podrá advertir si se respetan los planos sonoros, o si algún instrumento,
voz, o sonido está en un plano incorrecto.
- Actitud ante el error:

Este ítem propone la observación de uno de los elementos más presentes durante
una práctica musical, el error. Los errores se suceden constantemente, y es tarea del
docente, no solo corregirlos satisfactoriamente, generando así que en un momento
dado esa corrección sea incorporada por el alumno para no volver a fallar en lo
mismo de la misma manera, si no transmitirle al grupo la importancia del error dentro
de cualquier proceso de aprendizaje.

El adolescente se caracteriza por interpretar la equivocación como algo negativo,


que lo expone ante sus pares, y que, generalmente, afecta su autoestima. Es
fundamental entonces, que el profesor concientice al grupo acerca de concebir al
error como un factor positivo. De esta manera, en la grilla proponemos que el
docente advierta cual es la actitud que el grupo toma en el momento en que ejecuta
determinada producción. En primer lugar, diferenciar entre si se dan cuenta o no del
mismo. Está claro que el docente sabrá discriminar en la característica del error, de
manera que no se podrá pretender que todos los alumnos que están tocando se den
cuenta de un error mínimo de ejecución de uno de los integrantes del grupo. Por otro
lado, se podría esperar que ante errores relativamente notorios haya un
desplazamiento notable en el tempo; etc. A estos errores nos referimos, esperando
que la capacidad de los alumnos de escuchar atentamente lo que sucede, se afine
cada vez más. Así entonces, en caso de que el grupo advierta el error en un
momento dado, se observara si siguen tocando como si no hubiese sucedido. esto
implicaría, en primer lugar, una visión desprejuiciada del error que no provoque la
desesperación de quienes están tocando, llevándolos a tropezar; y en segundo lugar
una respuesta positiva y satisfactoria por parte de quienes se equivocaron,
reacomodándose rápidamente al discurso musical.

El segundo comportamiento a observar, “dudan y retoman sin perder la continuidad”


se da cuando ante la sorpresa del error, el grupo puede atravesar momentos
erráticos, pero pudiendo acomodarse reincorporándose al discurso musical sin que
se pierda del todo la continuidad. Por último, “Dejan de tocar”, indicara que el grupo
sintió la necesidad de frenar porque no pudo superar la instancia de la equivocación.
En este caso no necesariamente el corte es producido por un factor actitudinal sino
que efectivamente el discurso se ‘desdibujo’ de tal manera que era imposible seguir.
Volvemos a la intervención del docente, este no podrá evitar que ante una
equivocación, los alumnos frenen por desentender que es lo que está sucediendo,
pero, nuevamente, incorporando en ellos una visión positiva del error, ayudara a
tener cubierta la posibilidad de que los alumnos tiendan a continuar con el discurso e
intentar resolverlo sobre la marcha. Desde ya que el corte absoluto, es una
oportunidad fundamental para corregir y reflexionar acerca de lo sucedido.
CONCLUSION

Cuando evaluamos y corregimos a nuestros alumnos no solo estamos, en el mejor


de los casos, guiándolos mientras atraviesan el proceso de aprendizaje. Las
decisiones que tomemos con el fin de avanzar junto con ellos en dicho proceso,
hablan de nuestro propio criterio y de cómo priorizamos y valoramos todos los
factores y elementos que influyen en él. Es por esto que, en todo momento, estamos
ofreciéndoles nuestra mirada acerca de qué cosas consideramos importantes a la
hora desarrollarnos en una disciplina, apreciar un determinado fenómeno, o bien,
relacionarnos con nuestros pares. Al ser imposible tomar decisiones sin transmitir a
la vez, nuestra idea de lo importante, estamos obligados a revisar continuamente
nuestra ‘visión’ del hecho educativo-musical, con el objetivo de repensar cómo le
estamos mostrando a un grupo la manera en que creemos que es conveniente
vivenciar todos los aspectos que implican ejecutar música de manera conjunta. Esto,
es también un proceso continuo.

Si bien, fuera del ambiente académico, podemos basar nuestro contacto con la
música desde el disfrute de cada uno de los pequeños pasos que implica un proceso
que no tiene una finalidad última, el entorno escolar nos obliga a que producto y
proceso se entrelacen continuamente. Es entonces que desde nuestra mirada,
concluimos que para valorizar un producto que identifica a un determinado grupo, es
indispensable haber entrado en contacto con la gestación y el crecimiento del
mismo.
ANEXO
BIBLIOGRAFIA

Bibliografia citada:

Ferrero, María Inés; Martin, Mónica; Meclazcke Amanda, Evaluación procesual de


las Producciones Musicales Grupales e Individuales, 2014.

Ferrero, María Inés y Martin, Monica, Las Producciones Musicales Grupales – Como
podemos garantizar la evaluación de resultados, Buenos Aires, 2011.

Fundación Instituto de Ciencias del Hombre, La evaluación educativa.

Malbrán, Silvia, Sincronía rítmica y tempo: un estudio con adultos músicos.

Meclazcke, Amanda, La Producción Musical Grupal.

Bibliografia consultada:

Ferrero, María Inés, Tipos de conocimiento.

Ferrero, María Inés y Furnó, Silvia, La evaluación de la ejecución musical grupal en


el nivel superior, San Juan, 2002.

Ferrero, María Inés y Martin, Monica, La evaluación de las producciones musicales


grupales en la formación profesional, Buenos Aires, 2010.

Ferrero, María Inés y Martin, Monica, La importancia del feedback constructivo en la


evaluación de las producciones musicales grupales, Bahía Blanca, 2010.

Meclazcke, Amanda, La habilidad.

Meclazcke, Amanda, Los modos de conocimiento musical.

Rusinek, Gabriel, Aprendizaje musical significativo, Madrid, 2004.

Vous aimerez peut-être aussi