Vous êtes sur la page 1sur 139

Hipnosis

Antonio Capafons (2001)


índice

PARTE I: ASPECTOS GENERALES DE LA HIPNOSIS

Capítulo I. ¿Por qué hipnosis?:eficacia y eficiencia ................. II

Capítulo 2. ¿Qué es y qué no es la hipnosis? .......................... 15

Capítulo 3. Los procesos hipnóticos y su utilidad


en Psicología clínica .............................................. 25

Capítulo 4. Aplicaciones de la hipnosis.................................... 45


4.1. Caso clínico: hipnosis para reducir el miedo a volar
en avión .................................................................... 48

PARTE II: PROTOCOLO DE APLICACIÓN

Capítulo 5. Objetivos ............................................................... 55


5.1. Diseño del plan de intervención cogmtivo-compor-
tamental ................................................................... 56
5.2. Establecimiento del mpport cómo presentar la hip
nosis al usuario .......................................................... 56

<•■<
8 Hipnosis

5.3. Evaluación de las respuestas que el usuario da a las


sugestiones hipnóticas .............................................. 66
5.4. Seleccionar los procesos hipnóticos que deseen ac
tivarse........................................................................ 73

Capítulo 6. Aplicación de la hipnosis ....................................... 79


6.1. Métodos de inducción .............................................. 79
6. í. í. £/ método de auto-hipnosis rápida .................. 81
6.1.2. Un método beterohipnótico por fijación de la
mirada y relajación .......................................... 91
6.1.3. Un método activo-alerta polivalente ................ 95
6.2. Tipos de sugestiones hipnóticas ............................... 100

Capítulo 7. Dificultades con la hipnosis y cómo superarlas..... I 13

Capítulo 8. Miedo a volar en avión: cómo usar la hipnosis

junto a la exposición ............................................ 125

Clave de respuestas ................................................................... 135

Lecturas recomendadas y bibliografía ....................................... 137

a?
Parte I Aspectos
generales de la hipnosis
¿Por qué hipnosis?:
eficacia y eficiencia

La hipnosis ha sido y es un campo de investigación vastísimo,


con una tradición centenaria. Sin embargo, es un área de
conocimientos habitualmente descuidada en la formación del
psicólogo clínico y del profesional de la Medicina. En este
capítulo repasaremos varios de los aspectos fundamentales que
enmarcan la hipnosis dentro de la Psicología clínica como una
estrategia de intervención de la que no puede olvidarse el
profesional sin conculcar uno de los derechos básicos de la
persona que solicita ayuda psicológica: el derecho a la
información.
Actualmente ya no se duda de que los tratamientos
psicológicos que se ofertan a una persona que solicita ayuda
psicológica deben haber mostrado empíricamente su eficacia.
Existen desde hace años criterios de eficacia, criterios que
recientemente han sido actualizados por diferentes autores y por la
American Psychological Asso-ciation. Descripción clara del
procedimiento (uso de un manual estructurado), replicación de
resultados por grupos de investigación independientes, uso de
controles (placebo incluido) y reiterados estudios de N = 1 son la
base de tales criterios. Eficacia hace referencia, en última
instancia, a que se dé el cambio en los comportamientos
seleccionados (o que éstos se mantengan). El monto de cambio es el
determinante, dentro de la posibilidad de atribuir ese monto de
cambio a la acción del programa de intervención terapéutica.
La hipnosis está siendo usada para incrementar la eficacia de
los tratamientos médicos y psicológicos desde hace décadas. Sin
Parte I: Aspeaos generales de la hipnosis

embargo, hasta muy recientemente no se han investigado


sistemáticamente sus efectos a la hora de incrementar la eficacia de
los tratamientos en los que se la incluye. El número 2 del volumen
48 de 2000 del International Journal of Clinical and
Experimental Hypnosis, probablemente la mejor revista del mundo
sobre el tema, aborda monográficamente la validación de la
hipnosis como una intervención clínica. Si bien depende del tipo
de problema al que nos refiramos, la hipnosis parece haber
alcanzado el status de intervención probablemente eficaz. No
obstante, eficaz significa aquí que la hipnosis ayuda a incrementar
la eficacia de otros tratamientos a los que se le añade como
adjunto. Ésta es la misión actual de la hipnosis: incrementar la
eficacia de tratamientos que ya en sí mismos son eficaces. Las
distintas revisiones meta-analíticas y cualitativas auguran un buen
papel a la hipnosis en esta dimensión.
Siendo lo anterior valioso en sí mismo, y suficiente para incluir
a la hipnosis en el repertorio de técnicas a aprender y utilizar por
el psicólogo clínico, existe otra razón menos investigada, pero
ampliamente comentada por los psicoterapeutas, especialmente
por aquellos que utilizan la hipnosis despierta: la eficiencia. Un
tratamiento será eficiente si el costo de aplicación es menor que el
de otros tratamientos igual de eficaces y si es más diseminable.
Generalmente se considera que una intervención es menos
costosa si requiere de un menor número de sesiones, que éstas
puedan ser en grupo y que la formación del terapeuta requiera
de menor esfuerzo social. Por diseminable se entiende que los
clientes o las personas que solicitan ayuda psicoterapéutica pidan
al profesional un tipo de aproximación, o que no rechacen la que
se les propone. Estos criterios son fundamentales para el
desarrollo de la actividad del psicólogo clínico. Sin embargo,
existe otro criterio más: el agrado por la intervención. Es sabido
por cualquier profesional de la Psicología clínica que el esfuerzo
que se solicita a la persona cuando acude a consulta es
considerable. Especialmente cuando debe realizar tareas que en
sí mismas son aversivas y que requieren de un gran auto-control
(dejar de comer cosas que nos gustan, dejar de fumar, exposiciones
in vivo de alto valor ansiogénico, someterse a intervenciones
dolorosas, etc.). En este sentido, los aspectos del perfil que debe
mostrar un tratamiento eficiente serían la reducción de la
aversión, la limitación del esfuerzo requerido por el cambio -o
mantenimiento- del comportamiento a niveles muy reducidos -
salvo casos en los que el desarrollo de tolerancia a la
Capítulo I: ¿Por qué hipnosis?: eficacia y eficiencia I3

aversión sea el objetivo terapéutico- y el agrado y disfrute por la


intervención.
Por lo tanto, una persona que va a recibir una intervención
clínica psicológica tendría derecho a que tal intervención
mostrara dos características deseables: eficacia y eficiencia. La
hipnosis parece que ayuda a incrementar la eficacia pero, sobre
todo, puede transformar tratamientos personalmente costosos en
algo más aceptable y llevadero para el usuario de nuestros
servicios como psicólogos clínicos. Las razones fundamentales
para el uso clínico de la hipnosis serán, pues, el incremento de la
eficiencia y de la eficacia de los tratamientos que se aplican a una
persona (médicos o psicológicos). Finalmente, existe otra razón
para usar la hipnosis en psicoterapia, especialmente la
cognitivo-comportamental: la hipnosis es una herramienta
ampliamente diseminada. Es difícil que alguien en nuestro
contexto cultural occidental no sepa que existe la hipnosis. Así
mismo, es muy solicitada (tanto como rechazada) y practicada por
personas con poca o nula formación tanto en hipnosis como en
Psicología o Medicina. Esta constatación determina que los
conceptos diseminados sobre ella suelan ser erróneos, cuando no
rigurosamente falsos. Y si algún riesgo tiene la hipnosis, es la
ignorancia de quien la aplica y la desinformación de quien la recibe.
Por lo tanto, bien sea para satisfacer una demanda justificada de
la hipnosis, bien para negar una solicitud desinformada e
inherentemente iatrogénica de su uso, el psicólogo clínico debe
conocer qué es la hipnosis científica, cuáles son sus aportaciones y
cuáles sus riesgos. Más aún, es más que aconsejable que el
psicólogo clínico sepa cómo usar la sugestión hipnótica, ya que,
en términos generales, estaría fomentando la eficacia y eficiencia
de sus intervenciones, sobre todo las cognitivo-
comportamentales.
14 Porte /: Aspectos generales de la hipnosis

Preguntas de autoevaluación

1. La investigación sobre la eficacia de la hipnosis indica que ha alcanza


do el status de técnica:
a) Sin apoyo sobre su eficacia. n
b) Probablemente eficaz. □
c) Eficaz y específica. □
d) latrogénica. □
e) Inerte. □

2. Los aspectos básicos de los criterios para considerar que una técni
ca tiene apoyo empírico sobre su eficacia son:
a) Que se describa claramente la técnica usada, que se repliquen
los resultados por grupos independientes, uso de controles y
reiterados estudios de N = I. D
b) Que exista amplia experiencia clínica sobre su uso. D
c) Que existan numerosos estudios de caso, tengan o no línea
de base. D
d) Que hayan sido bien evaluados por el consumer's report. □
e) Que no presenten riesgos ni efectos colaterales. □

3. Cuando se dice que un procedimiento es eficiente, se está indicando


que es un procedimiento:
a) Muy eficaz. D
b) Que se investiga tal cual se practica por los clínicos. D
c) Que es menos costoso y más agradable que otro igual de
eficaz. □
d) Que es usado por los profesionales aunque no sea eficaz. D
ej Que es solicitado por los usuarios, aunque no sea eficaz. D

4. La hipnosis es una técnica:


a) Nada diseminada. □
b) Muy utilizada por los profesionales de la Psicología y la Me
dicina. D
c) Sobre la que los usuarios tienen información correcta y precisa. D
d) Muy diseminada y sobre la que se tienen muchas creencias
erróneas o falsas. □
e) Que se creó y se utilizó desde hace sólo unas pocas décadas. D
¿Qué es y qué
no es la hipnosis?

Como ocurre con casi cualquier concepto en Psicología, es


difícil encontrar una definición unívoca y umversalmente aceptada
de la hipnosis. Generalmente se suele definir como un estado de
trance en el que se incrementan las respuestas a las sugestiones
(hipnóticas). Sin embargo, conviene notar que esta definición
confunde el hecho (o fenómeno) que se pretende definir con una
hipótesis: el que la hipnosis sea un estado de trance (o estado de
atención focalizada) es una hipótesis del funcionamiento de la
hipnosis, hipótesis que actualmente tiene más evidencia
disconfirmatoria que confirmatoria. Incluso los investigadores
que aceptan el concepto de trance como demostrado, no lo
consideran explicativo, sino un concepto descriptivo.
Otros autores consideran que la hipnosis es el estado de
trance y que hipnotismo son las técnicas de inducción y el modo
de usar la hipnosis. Finalmente, un conjunto de investigadores
prefieren definir la hipnosis desde un punto de vista operativo,
considerándola como un contexto social en el que se usa un
ritual de inducción que define (rotula o etiqueta) la situación
como "hipnosis" y en el que se sugieren al individuo cambios
en percepciones, cogniciones, experiencia, etc. Conviene
resaltar que esta última concepción no confunde la hipótesis que
explicaría el funcionamiento de las sugestiones hipnóticas con
el hecho o fenómeno de la hipnosis. Precisamente el aceptar una
posición de trance o estado especial de conciencia contra una
posición de no
16 Parte I: Aspectos generales de la hipnosis

trance o no estado ha sido, y sigue siendo, una disputa que ha


llevado a discusiones encarnizadas que han creado un cisma
aún hoy no superado en la comunidad de investigadores en el
campo. Las teorías que se manejan en cada posición son también
muy diferentes (aunque compartan ciertos aspectos, como la
importancia de las creencias y del rol que asume la persona
hipnotizada) y han generado un volumen impresionante de
investigación. En las posturas próximas al concepto de trance
suelen utilizarse mucho las teorías disociativas y se asume que
cuando alguien está hipnotizado se ha dado un cambio
cualitativo en su funcionamiento psicológico (y biológico),
cambio que se etiqueta como disociación. Existen varias teorías
disociativas cuyo punto común, en definitiva, es la pérdida de
capacidad de control por parte del yo sobre ciertos sistemas
psicológicos y biológicos (perceptivo, motor, etc.), si bien esa
pérdida de control se da porque la persona decide
voluntariamente disociarse. Esta concepción intenta explicar así
el automatismo, la sensación de involuntariedad (o de no
volición) y la aparente carencia de esfuerzo que experimenta
la persona hipnotizada cuando cumple con las sugestiones
hipnóticas.
Las concepciones de no estado o no trance, denominadas en
general como socio-cognitivas o cognitivo-comportamentales, no
aceptan explicaciones que implican discontinuidad de los
comportamientos hipnóticos respecto de los no hipnóticos. En
general estas posturas van a resaltar conceptos como expectativas,
imaginación, atribuciones, rol socialmente sancionado, etc.,
rechazando conceptos como disociación o inconsciente.
Debido a la complejidad de las definiciones de la hipnosis, y a
que ubicarse en una posición u otra presenta connotaciones de todo
tipo (incluso en la forma de usar la hipnosis en la práctica clínica), la
división 30 (Clinical Hypnosis) de la American Psychological Asso-
ciation (APA) propuso una definición consensuada, actualmente
aceptada por las principales asociaciones de hipnosis de todo el
mundo. Esta definición (APA, 1993) indica que la hipnosis es un
procedimiento en el que un especialista sugiere a una persona que
experimente cambios en sus sensaciones, percepciones,
pensamientos o conducta. Así mismo, esta definición constata que,
generalmente, el contexto hipnótico suele establecerse usando un
método o procedimiento de inducción que puede adoptar formas
muy diferentes, aunque las más frecuentes son las que incluyen
sugestiones de calma,
Capítulo 2: ¿Qué es y qué no es la hipnosis? 7

relajación y bienestar, así como instrucciones de pensar o imaginar


experiencias agradables.
A continuación se centra en las reacciones del hipnotizado
para describir lo que es la hipnosis, resaltando la gran
variabilidad existente en las respuestas que se dan durante la
hipnosis. Así, ciertas personas dicen experimentar un estado
alterado de conciencia, mientras que otras indican que su
experiencia es como un estado normal de atención focalizada, en
el que se han sentido muy calmadas y relajadas. En general,
continúa la APA, la mayor parte de la gente dice que la
experiencia con la hipnosis es muy agradable.
Finalmente, la postura de la APA se concreta en cuatro
puntos más:

a) Algunas personas responden mucho a las sugestiones hip


nóticas y otras no. En ocasiones son los miedos y falsas con
cepciones de la hipnosis lo que impide que las personas
experimenten lo que se sugiere en hipnosis. Así pues, la APA
especifica que las personas hipnotizadas no pierden el con
trol, son conscientes de quiénes son y dónde están y recuer
dan generalmente lo que ocurrió durante la hipnosis, a
menos que se le sugiera que lo olviden. La hipnosis no obli
ga a nadie a experimentar las sugestiones, sino que única
mente lo facilita.
b) La hipnosis no es una forma de terapia, como la terapia
de conducta o el psicoanálisis, sino un procedimiento que
puede facilitar la terapia psicológica. Por lo tanto, la hip
nosis clínica debe ser usada por profesionales formados y
con credenciales que avalen su capacidad como profesio
nales de la salud. Por supuesto, estos profesionales deben
haber recibido también entrenamiento específico en el uso
clínico de la hipnosis. Por lo tanto, este entrenamiento no
es suficiente, siendo necesario ser un profesional de la Psi
cología clínica o de la Medicina para poder usar la hipno
sis clínica.
c) Las aplicaciones de la hipnosis son amplísimas, tanto en Psi
cología como en Medicina, pero debe tenerse precaución
en su utilización, ya que no tiene por qué ser útil para todos
los problemas y pacientes o clientes. A lo que se añade que
la decisión de usar la hipnosis (como un adjunto) debe
18 Parte I: Aspeaos generales de la hipnosis

hacerse consultando con un profesional de la salud que haya


sido formado en hipnosis clínica.
d) Finalmente, la APA comenta las múltiples vertientes de la
hipnosis en investigación, encaminadas a incrementar el
conocimiento de la propia hipnosis, así como de su
aplicación en el tratamiento de problemas psicológicos y
médicos o para conocer su impacto en la memoria,
percepción, fisiología, etc.

Así, según esta definición, la hipnosis es un conjunto de


procedimientos que generan un contexto donde se facilita el
cumplimiento de las sugestiones en ciertas personas. Además, la
hipnosis no es un estado alterado de conciencia, ni un tipo de
terapia, ni útil para todos los problemas ni personas. Por lo
tanto, no debería hablarse de hipnoterapia ni de hipnoterapeuta,
sino de profesional de la salud, con formación añadida y específica
en hipnosis clínica. De este modo, la APA indica implícitamente
que la hipnosis no es un tipo de espectáculo, ni puede ser usada
para aquellas actividades para las cuales no se ha recibido
formación previa fuera del ámbito de la hipnosis. Es decir, no se
debería usar la hipnosis para la reducción de una depresión si la
capacitación profesional del "terapeuta" no lo permite, aunque
haya recibido formación específica en hipnosis (por ejemplo,
hipnosis para la reducción del dolor, en el caso de profesionales de
la Odontología o Anestesiología).
Las personas que se auto-rotulan como hipnoterapeutas, sin
haber recibido formación específica en Psicología clínica,
Psiquiatría, etc., se denominan "hipnoterapeutas legos",
quienes, además, suelen mostrar una ínfima formación
científica en hipnosis y transmiten, junto con ciertos individuos
del cine, la literatura y medios de comunicación, la mayoría de
los conceptos y falsas creencias que existen sobre ésta. Dichos
mitos y falsas creencias son, además, los responsables de la
iatrogenia que puede observarse en la utilización inadecuada de
la hipnosis clínica. En el cuadro 2.1 figuran los principales
mitos que existen sobre la hipnosis. Estos mitos deben ser
aclarados al usuario antes de proponer un plan de intervención
que incluya la hipnosis, y especialmente en el caso de que sea
el propio individuo que solicita ayuda el que pide la hipnosis
(salvo casos excepcionales, estas personas presentan los mitos
más peligrosos sobre la hipnosis, a los que luego nos
referiremos).
Capítulo 2: ¿Qué es y qué no es la hipnosis? 19

Cuadro 2.1. Mitos sobre la hipnosis

Mito í La hipnosis no pertenece al campo de la psicología científica. Quienes la


practican suelen ser charlatanes, curanderos u hombres del espectáculo.
Las personas que mejoran con ella son crédulas, ignorantes
/"dependientes".
Mito 2 La hipnosis puede dejar a la persona "enganchada" en un trance, de forma
que, al no poder "salir del estado hipnótico", quedan'a mermada en su
volición o devendría en un demente.
Mito 3 La hipnosis puede explicitar o agravar psicopatologías "latentes" de la
persona. Incluso puede desarrollar alteraciones psíquicas en los
individuos sanos. Los individuos con problemas psicopatológicos pueden
empeorar con la hipnosis.
Mito 4 La hipnosis provoca un "estado" similar al del sueño, en el que la persona
muestra unas características especiales. Si no se alcanzan tales
características, la persona no está hipnotizada. Sólo se puede estar en esa
situación especial si se ha recibido un método de inducción hipnótica.
Mito 5 La hipnosis elimina y anula el control voluntario de la persona. Ésta
deviene en un autómata en manos del hipnotizador, por lo que puede
cometer actos delictivos, antisociales, inmorales o que le llevan al ridículo
social.
Mito 6 La hipnosis provoca reacciones inusuales, excepcionales y cuasi mágicas
en las personas.
Mito 7 La hipnosis es una terapia (hipnoterapia) sumamente útil, rápida y eficaz,
que no exige ningún esfuerzo por parte del cliente para cambiar de
comportamiento. Sólo las personas muy susceptibles, sin embargo,
pueden beneficiarse de ella.

Adaptado de "Hipnosis clínica: una visión cognitivo-comportamental", por A.


Capafons, 1998a, Pope/es del Psicólogo, 69,71 -88.

De tales mitos conviene saber sus contraargumentos y las


razones que refutan su validez. Se recomienda la lectura del
trabajo original para tener una visión más amplia de tales
argumentos. Por razones de espacio, aquí sólo comentaremos
brevemente algunos de ellos.
Respecto del mito uno, es adecuado indicarle al paciente que
autores importantísimos de la Psicología científica trabajaron y
trabajan con la hipnosis (Williams James, Wundt, Hull, Eysenck,
Golds-tein, Ellis, etc.) y que de las personas que mejoran con la
hipnosis o que responden a las sugestiones se sabe muy poco,
excepto que
20 Parte 1: Aspectos genera/es de la hipnosis

no tienen por qué mostrar ninguna patología, que pueden tener


buenas capacidades imaginativas, que suelen mostrar una actitud
positiva hacia la hipnosis y que su nivel intelectual es variadísimo.
No se sabe mucho más. Lo importante en este caso es resaltar la
"normalidad" de las personas que pueden responder a las
sugestiones hipnóticas. De hecho, son pocos los autores que
consideran que una alta capacidad para responder a las
sugestiones hipnóticas supone algún tipo de vulnerabilidad, e
incluso estos pocos casos asumen tal vulnerabilidad cuando
convergen muchos más factores de riesgo.
Sobre el mito dos, es importante resaltar al cliente que el
concepto de trance es descriptivo, que muchos investigadores han
mostrado que depende más de lo que la persona crea que es la
hipnosis y que sólo un 1% aproximadamente no recuerda nada de
lo que ocurrió en hipnosis. Es interesante resaltar que nadie queda
enganchado en algo que no existe (trance) y que las
investigaciones son claras al no poder ofrecer un marcador
inequívoco de trance o estado hipnótico. Más aún, las
investigaciones resaltan la no pérdida de volición y control por
parte de la persona hipnotizada. Al contrario, la hipnosis se usa
esencialmente para el incremento del autocontrol.
En cuanto al mito tres, conviene enfatizar que las
investigaciones recientes apuntan a que la hipnosis es útil
precisamente donde se pensaba que podría dañar más (trastornos
de indentidades múltiples) y que parece ser una estrategia eficaz
y eficiente como adjunto para casi cualquier tipo de trastorno
psicológico. En esa misma dirección, no se conoce ningún caso en
el que se haya podido probar que las personas sanas puedan
desarrollar patologías por la hipnosis. Ahora bien, aquí es
conveniente que el psicólogo tenga información sobre ciertos
problemas que pueden generar las falsas creencias sobre la
capacidad de la hipnosis para incrementar la memoria de las
personas o para fomentar una regresión de edad o a vidas pasadas.
Nos referimos a la creación de falsos recuerdos a través del uso de la
hipnosis y de las preguntas tendenciosas. Se sabe que si la persona
cree (como creen muchos hipnotizadores legos) que la hipnosis
es la puerta al inconsciente humano, y que éste almacena de por
vida de manera fiel y exacta, como un ordenador, la información
que recibe, es muy probable que pue-[da tabular en hipnosis. Es
decir, imágenes y pensamientos que son fantasías, serán tomados
como recuerdos fieles de lo que haya suce-
Capítulo 2: ¿Qué es y qué no es la hipnosis? 21

dido. Según las creencias del usuario (abducciones extraterrestres,


vidas pasadas) y del hipnotizador (además de las dos anteriores,
podemos añadir la de que el cliente fue objeto en su infancia de
abusos sexuales), la persona hipnotizada podrá desarrollar
"recuerdos" que no se ajustan a la realidad, pero que serán
tomados como prueba evidente de que ocurrió lo que realmente
se ha imaginado y nada más. Esto será así especialmente con
personas altamente sugestionables, y cuando el hipnotizador guíe
con sus preguntas a la persona para que "encuentre" el tipo de
recuerdo que se anda buscando (haber sido abducido, una vida
pasada o un abuso sexual en la infancia). No es lo mismo
preguntar al cliente "qué ves a tu alrededor" que preguntarle
"quién está junto a ti". En definitiva, la creencia en la
hipermnesia y la fidelidad de la memoria inconsciente es uno de
los mitos más iatrogénicos que se encuentran en el terreno de la
hipnosis, ya que puede consolidar delirios o crear una situación
familiar nefasta para la persona que "descubre" que algún
pariente ha abusado sexualmente de ella.
Respecto del mito cuatro, es muy importante resaltar que la
hipnosis no implica ninguna clase de sueño y que la apariencia
hipnótica habitual (relajación, ojos cerrados, etc.), no es sino una
forma más de usar la sugestión hipnótica. Existen otras clases de
inducciones hipnóticas y manejo de las sugestiones, en las que se
sugieren reacciones que poco o nada tienen que ver con la
apariencia tradicional de pasividad, aletargamiento, etc. Tales
formas de hipnosis (hipnosis alerta, activo-alerta y despierta)
serán explicadas en otro apartado, por lo que no nos
extenderemos aquí. No obstante, es importante que el usuario
sepa que el aspecto tradicional de la persona hipnotizada es sólo
un azar histórico por el que una persona se durmió, tras esperar
sentir efectos debidos al magnetismo animal propuesto por
Mesmer. Al no sentir nada, el individuo en cuestión cayó
dormido, probablemente debido al aburrimiento. Las personas
que le observaban pensaron entonces que los efectos del
magnetismo eran los de generar un sonambulismo artificial. Poco
después, al magnetismo animal se le denominó de forma
inadecuada somnambulismo artificial y, finalmente, hipnosis.
Desde entonces (hace más de cien años) ya no se ha conseguido
cambiar el nombre (salvo en el caso de la sofrología, neologismo
que intenta ocultar que los procedimientos que se usan no son
sino una forma decimonónica de la hipnosis). En el caso de que
el terapeuta crea oportuno usar las variantes de hipnosis
22 Porte I: Aspectos generales de la hipnosis

activo-alerta o de hipnosis despierta, es especialmente


importante eliminar este mito.
En lo tocante al mito cinco, muy frecuente entre el público,
se debe ser rotundo e insistir en que, a pesar de los medios de
comunicación, la hipnosis no es un medio eficaz para anular la
voluntad de nadie, por lo que difícilmente se puede obligar a
alguien a que cometa actos que no desea. No existe ningún dato
comprobado de que alguien haya obrado en la realidad contra su
voluntad debido a la hipnosis. Más bien el control social que, por
definición, detenta un psicólogo clínico, médico, confesor,
director espiritual, gurú, etc., parece ser el responsable de que
algunas personas actúen de modo contrario a sus intereses. La
hipnosis suele ser, afortunadamente, un camino equivocado para
el control de la voluntad ajena, ya que, entre otras razones, la
mayoría de la gente está atenta a cualquier desviación por
parte del hipnotizador, debido a la amplia difusión que los medios
de comunicación dan a supuestos crímenes cometidos bajo la
influencia de sugestiones hipnóticas. En definitiva, la persona
hipnotizada no pierde el control por estarlo. Si alguien lo
perdiera, sería porque lo pierde también fuera de hipnosis. Y
quizá la hipnosis misma pueda ser una herramienta coadyuvante
para reducir ese problema de "descontrol".
Sobre el mito seis, conviene aclarar contundentemente que
bajo hipnosis sólo ocurren las cosas que ocurren también fuera de
hipnosis. Es decir, las sugestiones hipnóticas no provocan
reacciones ni competencias que la persona no posea ya en su
repertorio. De hecho, todas las sugestiones hipnóticas pueden ser
replicadas sin necesidad de inducir la hipnosis. Podríamos concluir
que la hipnosis es una (no la única) estrategia útil para que la
persona descubra cuáles son sus verdaderas potencialidades y
para fomentar un elevado control sobre las propias reacciones,
ya que pueden activarse o inhibirse a voluntad y con bastante
eficiencia. En este sentido, la hipnosis es una forma de auto-
control. Sin embargo, la hipnosis no creara ningún estado especial
en el que el ser humano haga cosas o se comporte de una manera
que no podría fuera de hipnosis. En este sentido, el mito siete
también es altamente perjudicial, precisamente para las personas
que con más ahínco solicitan la hipnosis clínica. En estos casos es
importante reducir expectativas poco realistas sobre los efectos
terapéuticos de la hipnosis. Es importante enfatizar que la hipnosis
no es una terapia y que no
Capítulo 2: ¿Qué es y qué no es la hipnosis? 23

produce milagros. El que en algunos casos se observen reacciones


y resultados excepcionales sólo indica que las personas que han
reaccionado de tal modo son en sí mismas excepcionales, no la
hipnosis.
A lo largo de lo anteriormente expuesto, hemos intentado
clarificar qué es y qué no es la hipnosis. El objetivo es que el
terapeuta conozca los elementos esenciales para informar al
cliente. En última instancia se trata de que el usuario conozca
mejor aquello que se le propone o que él mismo solicita. De la
creación de expectativas adecuadas y una actitud positiva hacia la
hipnosis, dependerá, en buena medida, el resultado de la
intervención que realicemos con hipnosis. Por ello conviene
clarificar todo ello ya en las primeras sesiones, para realizar, en
las posteriores, ejercicios concretos que aún consoliden más las
creencias ajustadas a la realidad científica de la hipnosis.

Preguntas de autoevaluaáón

1. Actualmente, la mayoría de los autores consideran que el trance es


un concepto:
a) Explicativo de la hipnosis D
ti) Que define la hipnosis. D
c) Descriptivo de lo que a veces experimenta la persona hip
notizada. □
d) Olvidado, en desuso. ü
e) Proveniente de las teorías congnitivo-comportamentales so
bre la hipnosis. D

2. La mayoría de las teorías contemporáneas sobre hipnosis comparten


los conceptos de:
a) Trance. ' D
ti) Disociación. D
c) Predisposición biológica a la hipnotizabilidad. □
d) Creencias sobre la hipnosis y rol de hipnotizado. ü
e) Hipnotismo (técnicas para usar las sugestiones e inducir la
hipnosis) e hipnosis (estado de trance). D
24 Parte I: Aspectos generales de la hipnosis

3. Según la definición de la American Psychological Association sobre


hipnosis, ésta es eficaz:
a) Dependiendo del tipo de problemas y de clientes. D
ti) Para cualquier tipo de problema y cliente, siempre que el tera
peuta sea un experto. □
c) Cuando se utiliza como única estrategia, pues de otro modo
(como adjunto), sólo es eficiente. D
d) Cuando se utiliza por hipnoterapeutas legos, que son los más
cualificados para aplicar la hipnosis en Psicología y Medicina. D

4. Los resultados de distintas investigaciones han demostrado que las


personas hipnotizadas recuerdan:
a) Siempre cosas que son ciertas, pues la hipnosis genera hiper-
mnesia, ya que es una puerta al inconsciente, donde queda fiel
mente registrado todo lo que se experimenta. D
ti) Cosas que son ciertas y cosas que no lo son, ya que lo que la
persona espera recordar, y las preguntas tendenciosas del
hipnotizador pueden potenciar la creación de falsos recuerdos.

c) La pregunta está mal formulada, pues las personas hipnotiza
das no recuerdan nada, ya que olvidan todo lo que ocurrió
en hipnosis. D
d) Siempre cosas falsas, ya que la hipnosis genera distorsiones
de memoria. D
e) Depende de la buena memoria del hipnotizado para que
recuerde mejor o peón D

5. Para que podamos considerar que una persona está hipnotizada, ésta
debe mostrar:
a) Relajación y aletargamiento, los ojos cerrados. □
b) Amnesia total de lo ocurrido bajo hipnosis. ü
c) Cambios bruscos en la frecuencia cardíaca (deceleración) y
mayor cantidad de ondas cerebrales alfa. D
d) Que no puede controlar su comportamiento, ya que está
bajo el control del hipnotizador D
e) Realmente no debe mostrar nada en particular, ya que no se
han establecido aún indicadores unívocos y fiables de que la
persona está hipnotizada. □
Los procesos hipnóticos
y su utilidad en
Psicología clínica

Habitualmente, cuando se aplica un método de inducción


hipnótico el fin que se persigue es favorecer que las sugestiones
tengan un mayor efecto: se asume que cuando se hipnotiza a una
persona, ésta responderá con mayor intensidad a las sugestiones.
La investigación indica que el incremento de las respuestas a las
sugestiones atribuible a la inducción de la hipnosis no es
demasiado espectacular (no más de un 10%), aunque se ha
defendido que las sugestiones más difíciles se dan con mayor
frecuencia en hipnosis que en estado "de vigilia". Por lo tanto, no
es necesario aplicar un método de inducción para que la persona
responda a las sugestiones, si bien es cierto que, cuando se aplica tal
método, generalmente se hace para que la persona incremente su
respuesta a tales sugestiones.
La diferencia entre sugestiones e instrucciones es que las
primeras transmiten la idea de que la persona no debe hacer
prácticamente nada para experimentar las reacciones, ya que
ocurrirán por sí mismas (actos no volitivos o, como veremos,
automáticos) sin que la persona deba esforzarse. Además, las
sugestiones se dan generalmente de forma breve, monótona y
reiterativa, incluso pidiendo a la persona que las escuche y que
luego las olvide, ya que esta actitud de no esfuerzo favorecerá el
cumplimiento de las sugestiones. Siendo ello así en general (en
otro apartado se desglosarán los tipos de sugestiones más
habituales), parece obvio que al inducir la hipnosis se pretende
activar respuestas a ciertas sugestiones.
26 Parte I: Aspectos generales de la hipnosis

Una excepción a lo anterior es la hipnosis "neutra" (aplicación de


un método de inducción hipnótica sin acompañarlo de otras
sugestiones), ya en este caso se suele investigar el efecto del
supuesto "estado hipnótico" sobre ciertas variables biológicas o
para conocer mejor la fenomenología de tal "estado". Por lo tanto,
cabe preguntarse cuáles son las sugestiones que suelen darse en
hipnosis. En principio, tal y como hemos indicado, en hipnosis
sólo ocurrirá lo que la persona pueda hacer sin hipnosis. Ahora
bien, recordemos, sucederá con un menor esfuerzo subjetivo, e
incluso bajo condiciones en las que habitualmente no ocurriría.
Por lo tanto, las reacciones hipnóticas lo son en la medida en que
ocurran como "consecuencia" de haber recibido una sugestión
hipnótica. Y tales sugestiones y reacciones hipnóticas son la base
para programar una intervención en la que se incluye la hipnosis
como un adjunto, por lo que su conocimiento es importante,
cuando no imprescindible, si se pretende utilizar hipnosis de
forma sustantiva.
Tres son los tipos de sugestiones (y las reacciones que
provocan) hipnóticas (cuadro 3.1). Antes de comentarlas
conviene no olvidar que toda clasificación es arbitraria y que la
que presentamos aquí está basada en convenciones acumuladas
durante más de 150 años de tradición. Por ello, tanto la clasificación
como la nomenclatura pueden revisarse y modificarse. Ahora
bien, generalmente éstas son las palabras y terminología habitual
entre los expertos y practicantes de la hipnosis.
El primer conjunto de reacciones hipnóticas son las
denominadas ideomotoras. En el cuadro 3.1 se denominan
motoras para evitar en lo posible incluir una hipótesis en el
nombre de una clasificación. El término "ideo" que se añade a
motor indica que se asume que los actos motores son provocados
en hipnosis por una idea prominente. Tal teoría, a la sazón muy
arcaica, se evita si hablamos sólo de sugestiones (y sus reacciones
asociadas) motoras. Cuando a una persona se le sugiere que su
brazo ser! muy ligero y que levitará, o que, por el contrario,
sentirá su pierna muy activa y que se moverá rítmicamente, se
está intentando provocar reacciones motoras. En ocasiones lo
que se pretende es la supresión o inhibición de un movimiento. En
este caso se suele hablar de inhibición corporal (la persona no
puede moverse) o parálisis, incluso de cata-lepsia: se puede sugerir
que los ojos están cerrados, y que no podrán abrirse, o bien que un
brazo está muy pesado, tanto que no podrá levantarse. La
terminología en hipnosis (siempre muy espectacu-
Capítulo 3: Los procesos hipnóticos y su utilidad en Psicología clínica 27

Cuadro 3.1. Reacciones hipnóticas

1. Motoras (ideomotoras). Implican un movimiento o su


ausencia: catalepsia (rígida), flexibilidad cérea, movimien
tos rítmicos (rotativos, ascendentes y descendentes, etc.)

2. Sensorio-fisiológicos (ideosensonales) Implican cambios


en sensaciones y en variables biológicas'
- Sensaciones propioceptivas (pesadez, flotación...).
- Perceptivo-sensonales (calor, frío, tacto )
- Analgesia y anestesia
- Cambios en la tasa cardíaca.
- Salivación
- Vasoconstricción o vasodilatación.

3. Cognitivo-perceptivas (cognitivas) Implican cambios en


los procesos cognitivos, así como en la percepción visual
y auditiva (aunque no exclusivamente).
- Alucinaciones: positivas-negativas.
- Amnesia: espontánea-sugenda; total-parcial; de fuente.
- Hipermnesia
- Distorsión del tiempo: aceleración-ralentización
- Regresión de edad.
- Proyección temporal
- Lógica del trance observador oculto, alucinaciones en
"reales", etc.
- Disociación (fenómeno, no proceso).
- Sueño hipnótico
- Escritura automática
- Interpretación de automatismo.

lar y "psicopatologiforme") no debe tomarse textualmente. A pesar


de que existen ciertos indicios de que las áreas cerebrales que se
activan en las parálisis sugeridas son similares a las que se activan
en ciertos pacientes histéricos, no debe olvidarse que la persona
hipnotizada no sólo no pierde el control sobre sus movimientos,
sino que es ella misma quien está generando tal reacción. De modo
que los términos parálisis y catalepsia (no digamos la catalepsia
rígida, que implica ausencia de movimiento y rigidez en los
miembros) deben ser excluidos de una práctica clínica sensata y no
iatro-
28 Parte I: Aspectos generales de la hipnosis

génica. Sería más adecuado hablar y transmitir al cliente el


término "inhibición". Pensemos que para ciertas distonías
puede ser importante la inhibición de ciertos movimientos, o
que para un niño hiperactivo el controlar sus movimientos es uno
de los objetivos fundamentales de la intervención
El segundo tipo de reacciones se suelen denominar "ideosen-
soriales". No obstante, las denominamos aquí "sensorio-
fisiológicas", ya que suelen sugerirse reacciones de ambas clases
(sensoriales y fisiológicas) a la vez, cuando no es casi
imposible diferenciarlas (Capafons y Amigó, 1993). Por ejemplo,
cuando se sugiere la disminución de dolor, reacción tanto
perceptiva como fisiológica.
Las reacciones sensorio-fisiológicas son muy amplias, tal y como
puede apreciarse en el cuadro 3.1, con una importante repercusión
en Medicina y Psicología de la Salud. Provocar una vasodilatación
sugestiva es importante, por ejemplo, para problemas hipertensi-
vos, cefaleas tensionales o problemas circulatorios. Sugerir
vasoconstricción es útil para intervenciones donde se esperan
pérdidas abundantes de sangre (cirugía en el pie, por ejemplo),
e incluso para la hemofilia.
La analgesia y anestesias hipnóticas son reacciones sugestivas
hipnóticas que se han trabajado desde hace un siglo y suelen ser a
las que más se apela para demostrar los efectos excepcionales de
la hipnosis. La evidencia indica que ciertas personas consiguen
reducciones importantes de dolor, cuando no una anestesia
completa. Pero también es cierto que porcentualmente son muy
pocas personas las que lo consiguen, y no para todo tipo de
dolor. Más aún, las personas que consiguen anestesiar zonas de su
cuerpo también pueden hacerlo sin hipnosis. Ello no resta
importancia ni mérito a la hipnosis, ya que a través de sus métodos
se consiguen reducciones importantes y un mejor control del
dolor (de hecho, la hipnosis es un tratamiento "bien
establecido" para controlar el dolor).
Finalmente, las sugestiones cognitivas constituyen un
conjunto de reacciones también muy heterogéneas y a veces
difíciles de diferenciar de las sensorio-fisiológicas. Como puede
verse en el cuadro 3.1, se ha optado por denominarlas
"cognitivo-per-ceptivas", ya que dentro de este grupo de
reacciones se intenta provocar alteraciones en la percepción,
pensamiento, memoria, etcétera.
Capítulo 3: Los procesos hipnóticos y su utilidad en Psicología clínica 29

Probablemente, las reacciones cognitivo-perceptivas sean las


que más polémica generan acerca de su contenido sustantivo. Por
ejemplo, a finales del siglo pasado se asumía que sólo se había
hipnotizado a alguien si se daba una amnesia espontánea.
Actualmente esto se ha descartado, entre otras cosas, porque la
mayoría de las personas no experimenta esta amnesia
espontánea (como se ha indicado, no más del 1% olvida lo que
ocurrió en hipnosis sin que se le sugiera) y porque no se sabe con
exactitud qué significa estar hipnotizado debido a la carencia de
indicadores objetivos del "estado" de hipnosis. Así pues, ¿qué hay
de realidad en las reacciones cognitivo-perceptivas? Hasta la fecha,
la evidencia acumulada indica mayoritariamente que no se puede
hablar de amnesia sugerida (sea de fuente -cuando se olvida la
fuente de cierta información-o selectiva -cuando se olvida sólo
una parte y no todo-) ni de alucinación, ya que las personas ven
aunque digan que no ven (alucinación negativa), o imaginan
vividamente, en vez de alucinar algo que no existe (alucinación
positiva). Así mismo, los hipnotizados recuerdan realmente lo que
se asume que se olvidó por una sugestión, o si lo olvidaron,
recuperan muy rápidamente la información. En relación al tema de
la memoria, la evidencia es casi unánime en mostrar que las
personas hipnotizadas no recuerdan más cosas ni aprenden más
deprisa que cuando no están hipnotizadas, ni tampoco sus
recuerdos son más precisos. Por el contrario, se sabe que el
número de falsos recuerdos bajo hipnosis es superior que en el
estado de "vigilia" (convención para indicar que la persona no está
en hipnosis) y que interactúa con el interrogatorio tendencioso,
situación que provoca el máximo de falsos recuerdos.
Respecto de la regresión de edad, proceso muy relacionado
con la hipermnesia, cabe decir otro tanto: las personas no regresan
a ningún estadio evolutivo anterior, como demuestran los estudios
en los que se han comparado letras y formas de comportarse de
los supuestos regresados con dibujos que ellos mismo realizaron
cuando eran niños de la edad regresada, o cuando se ha
comparado su comportamiento con el testimonio no sesgado de
sus progenitores. Más aún, el pase de pruebas psicológicas ha
mostrado que las personas regresadas hipnóticamente, no
presentan los mismos modos de procesar la información que los
niños de edades similares a la regresada.
Respecto de las regresiones a vidas pasadas, las revisiones que
consideran esta hipótesis indican que los datos en que se sustenta
30 Parte /: Aspectos generales de la hipnosis

son anecdóticos, poco controlados e interpretables mucho más


parsimoniosamente desde hipótesis cognitivo-comportamentales
de la hipnosis (teoría del rol, auto-engaño y de expectativas de
respuestas).
La lógica del trance, o mayor tolerancia a la incongruencia
informativa cuando se está en hipnosis, también es un fenómeno
que ha mostrado ser un artefacto experimental, o simplemente no
ser superior a cuando la persona está en vigilia. En el primer caso,
destaca el concepto de observador oculto. Ese concepto se sustenta
en la conocidísima teoría neodisociativa (Hilgard, 1991) de la
hipnosis, según la cual, la hipnosis provoca una disociación
cognitiva, de modo que el yo ejecutivo de la persona quedaría
escindido en dos, y separados por una barrera amnésica: es decir,
una parte del yo (la hipnotizada) no reconocería a otra parte del
yo (la no hipnotizada y que, por lo tanto, mantiene un control
ejecutivo sobre el resto de los otros sistemas psicológicos
subordinados). La forma operativa de proceder para provocar
este "fenómeno" es hipnotizar a la persona y decirle que cuando
se toque una parte de su cuerpo determinada (su mano derecha,
por ejemplo), se expresará la persona hipnotizada, ocurriendo lo
contrario cuando se toque otra zona preestablecida (mano
izquierda, se expresará la persona no hipnotizada). Así, se puede
decir a una persona que siente dolor que no sentirá tal dolor
cuando se le hipnotice, si bien una parte de ella si sentirá dolor
(la no hipnotizada) y se podrá expresar según las claves descritas
más arriba.
Una vez en hipnosis, se activarán las claves (tocar una u otra
mano) para que los "yoes" de la persona hipnotizada puedan
expresarse. Este "fenómeno" ha servido y sirve de base para
varias teorías sobre el inconsciente, los trastornos de indentidades
múltiples o la percepción de no volición de los comportamientos
hipnóticos por parte de la persona hipnotizada. Sin embargo, ha
mostrado ser un artefacto experimental, dependiente de las
instrucciones experimentales. Es decir, el observado oculto es
otro fenómeno sugestivo más. Cuando se ha indicado que los yoes
pueden ser varios (no dos, el hipnotizado y el oculto -no
hipnotizado-) y que el oculto puede ser uno que está aún más
hipnotizado (o yo oculto ignorante, como se le ha llegado a
denominar), las personas responden a estas instrucciones
generando "yoes" múltiples o ignorantes (Spanos, 1996). Esta
información es demoledora para las teorías que se basan en el
observador oculto. No obstante, es muy útil para poder abor-
Capítulo 3: Los procesos hipnóticos y su utilidad en Psicología clínica 3I

dar el tratamiento del dolor o de los trastornos de identidad


múltiple, entre otros, ya que nos indica que la sugestión permite
poder crear los procesos y fenómenos que nos interesen en cada
momento o paso de nuestra intervención clínica. Es decir, el
adoptar un rol determinado e implicarse en él hasta el extremo de
actuar como si la reacción sugerida fuera real (teoría de auto-
engaño) es útilísimo en las intervenciones psicológicas,
especialmente en las cog-nitivo-comportamentales o en la
terapia de los constructos personales.
Otro tipo de lógica del trance es el de la tolerancia a
información contradictoria: se puede ilustrar con el paradigma de
simulador-real, creado para intentar encontrar criterios que
permitan decidir si una persona está o no hipnotizada. El modo de
proceder es simple y claro: se hipnotiza a un conjunto amplio de
personas y se les aplica una escala psicométrica de susceptibilidad
a la hipnosis. Posteriormente se selecciona a aquellos
individuos que han alcanzado puntuaciones altísimas (virtuosos
de la hipnosis) y a aquellos que han obtenido las calificaciones
más bajas (bajos). A estos últimos se les oferta una cantidad
económica que podrán obtener si permiten que un hipnotizador
experto, ciego a las condiciones experimentales, les hipnotice, y si
consiguen convencerle de que están hipnotizados (recuérdese
que estamos hablando de personas no hipnotizables). Por lo
tanto, se les pide que mientan a la hora de responder a las
sugestiones hipnóticas, por lo que a estos participantes se les
denomina "simuladores". Al conjunto de virtuosos se les pide que
hagan lo que hacen bajo hipnosis (ya que son muy hipnotizables)
y se les garantiza la cantidad económica por participar. A este
tipo de participante se les llama "reales". A continuación ambos
grupos de personas son hipnotizados y se les pide que alucinen un
objeto que está en la sala, y si responden que ven ese objeto en
otra parte, se les pregunta que cómo es posible que vean un
objeto en dos sitios distintos. Los "reales" indican que eso es lo que
ven, y no se asombran de su reacción (toleran la incongruencia),
mientras que los simuladores niegan el objeto real, para dar mayor
credibilidad a su "mentira" (ya que no han alucinado).
Siguiendo con el paradigma anterior, se puede pedir a los
participantes que alucinen negativamente (que no vean algo
que sí está presente). Por ejemplo, que no ven una silla, detrás de
la cual se ha colocado un objeto que queda oculto por la silla y que
el participante conoce que está allí. Una vez la persona dice que
no ve
32 Parte I: Aspectos generales de la hipnosis

la silla, se le pide que coja el objeto que está detrás de la silla. Los
resultados indican que los simuladores no evitan la silla,
chocando con ella para coger el objeto, mientras que los reales
rodean la silla, para evitar chocar con ella. A la pregunta de por
qué rodean la silla si no la ven, los reales indican que sí que la ven,
pero que es cómo si no la vieran. Esta tolerancia a la incongruencia
es también una manifestación de la lógica del trance. Al margen
de si estas diferencias son sustantivas y perfilan la esencia de la
hipnosis (lo que no parece ser cierto, ya que las instrucciones
experimentales no son las mismas para los simuladores y los
reales), lo que importa es recordar que la hipnosis permite esta
tolerancia a la incongruencia, siempre que no olvidemos que no
es superior (como se indicó más atrás) a la que se encuentra en
estado de "vigilia". Por ejemplo, y como se verá detenidamente
en otro apartado, el asistir a la proyección de una película y
experimentar emociones intensas por ella implica incluso una
mayor tolerancia a la incongruencia que la descrita hasta ahora:
sufrimos y disfrutamos sabiendo que es falso todo lo que está
ocurriendo.
Finalmente, sobre las otras reacciones parece oportuno
realizar los siguientes comentarios:

a) La distorsión del tiempo (que pase más deprisa o más des


pacio de lo que presumiblemente debería transcurrir) es un
proceso habitual en la vida cotidiana, cuando nos aburri
mos o nos divertimos, y que es tremendamente útil para
ayudar a enfrentarse a cierto tipo de problemas en los que
interesa alterar la percepción de tiempo. Por ejemplo, pe
ríodos de dolor que transcurran aceleradamente o momen
tos en los que se saborea una comida de alto valor calóri
co, y raramente consumida, en la pauta de alimentación
establecida para una persona que debe reducir grasa cor
poral.
b) El sueño hipnótico es empleado con frecuencia por autores
psicoanalistas y no hace referencia a que la persona esté en
una clase particular de sueño, sino que se le pide al cliente
hipnotizado que sueñe algo que posteriormente será inter
pretado. Pocos son quienes consiguen soñar, ciertamente,
salvo que hayan caído dormidos en un sueño regular debi
do al cansancio, insomnio, narcolepsia, apnea del sueño u
otros trastornos.
Capítulo 3: Los procesos hipnóticos y su utilidad en Psicología clínica 33

c) Por disociación se entiende aquí, no el proceso que inten


ta explicar la percepción de no volición de las sugestiones
hipnóticas, sino una reacción habitual y no muy difícil de
conseguir a través de una sugestión hipnótica. Por ejemplo,
una persona puede disociar de su cuerpo una parte de él
para tolerar mejor un episodio doloroso (el dedo donde se
está interviniendo, por ejemplo, o parte de los dientes...).
O la persona puede disociarse del entorno para poder con
trolar mejor su atención (concentrarse) y estudiar, dormir
o escuchar lo que desea. Es este sentido no se hablaría de
disociación como un proceso (y menos patológico), sino
como una reacción sugestiva de valor adaptativo.
d) Finalmente, la escritura automática también es usada espe
cialmente en el campo del psicoanálisis (y en la parapsico
logía), si bien hay indicadores claros de que los automatis
mos de este estilo (como la señalización digital de la hipnosis
ericksoniana, en la cual se pregunta a la mente inconscien
te, que responde a través de una clave que representan los
dedos) responden más a expectativas de la persona sobre
lo que debe ocurrir que a la actividad intencional del incons
ciente (¡o de los espíritus!). Sin embargo, no sería pruden
te descartar estas reacciones mixtas (cognitivas y motoras),
ya que pueden ser útiles como técnicas de distanciamiento:
preguntarle por la solución (presumiblemente dolorosa
para la persona) a un problema matrimonial puede activar
un fuerte contracontrol, ansiedad, incluso determinar aban
dono de la intervención. Si se pregunta a la mente o al cere
bro para que él escriba la posible solución de forma auto
mática puede reducir la implicación del paciente y favorecer
el análisis de la alternativa. Por lo tanto, la escritura auto
mática o la señalización digital pueden ser útiles también
desde una vertiente cognitivo-comportamental para la géne
sis de alternativas dentro de las técnicas de solución de pro
blemas. Y en realidad son útiles, como casi todas las reac
ciones descritas, debido a la interpretación de automatismo
que se produce en la persona: las reacciones ocurren, acae
cen, sin mediar, aparentemente, más preocupación, esfuer
zo o actividad que la de permitir que las cosas ocurran y
abrir la mente a la sugestión. Se sabe que esto no es así de
sencillo pero, ciertamente, la forma de verbalizar y presen-
34 Parte I: Aspectos generales de la hipnosis

tar las sugestiones hipnóticas está encaminada a generar esta


interpretación y percepción de no volición. Y es
precisamente esta percepción y experiencia de automatismo
lo más genuino y aprovechable de la hipnosis para las
intervenciones clínicas.

Por lo tanto, es conveniente que el psicólogo clínico conozca


las reacciones que se pueden provocar a través de la sugestión y
que esté informado de lo que significan los nombres, rótulos y
etiquetas que se han otorgado a tales reacciones, debido a la
tradición o azares históricos. De este conocimiento, podrá
seleccionar aquellas sugestiones que permitan teñir su
intervención del tono hipnótico que transforme el tratamiento
que va aplicar en una herramienta más eficaz y más eficiente.
De hecho, el campo de la hipnosis está repleto de neologismos y
rótulos o denominaciones, a veces de difícil comprensión para el
no experto en el campo. En las siguientes líneas se exponen
algunos de estos rótulos, con su significado, con la intención de
facilitar la lectura de éste y otros textos sobre hipnosis.
Comenzaremos esta terminología hipnótica comentado lo que
significan susceptibilidad hipnótica, hipnotizabilidad, sensibilidad
hipnótica y sugestionabílidad hipnótica: son términos que
técnicamente no son sinónimos, aunque generalmente en los textos
clínicos se suelen usar como tales. Susceptibilidad no hace
referencia a que una persona tenga un pésimo humor o a que
responda agresivamente a comentarios neutrales, sino que, al igual
que el resto de las palabras indicadas, denota el número y
dificultad de las sugestiones que supera la persona, así como el
tiempo en realizarlas. Cuantas más sugestiones haga una
persona, cuanto más difíciles sean y cuanto menos tiempo tarde
en superarlas, más susceptible, hipnotizable, sensible, etc., será a la
hipnosis. Ya se ha indicado que asociadas a estas palabras están las
de virtuosos (o altos), y bajos según las personas sean muy o poco
hipnotizables. La mayoría de las personas son "medios", ya que la
hipnotizabilidad imaginativa (como se está dando en llamar
actualmente también a la susceptibilidad a la hipnosis) se
distribuye normalmente entre la población.
Otra palabra frecuente en hipnosis es sugestión. Una primera
acepción es sinónimo de sugerencia, o instrucción hipnótica. Son
instrucciones para experimentar reacciones de forma no volitiva o
Capitulo 3: Los procesos hipnóticos y su utilidad en Psicología clínica 35

automática. Si son sugestiones dentro de una escala psicométrica


de evaluación de la susceptibilidad a la hipnosis (sugestiones
estándar), se las denomina "sugestiones de prueba". A veces se
lee en textos antiguos o en textos escritos por hipnotizadores
legos (que se suelen auto-calificar como hipnoterapeutas) la
expresión "orden hipnótica". Salvo casos muy excepcionales, esta
expresión no debe utilizarse nunca, ya que incrementa
enormemente el rechazo por la hipnosis, además de no reflejar en
absoluto lo que intenta transmitirse en las sugestiones hipnóticas
desde la segunda mitad de este siglo: el sentimiento de
colaboración e implicación de la persona en el proceso hipnótico
y terapéutico. Existen distintos tipos de sugestiones, si bien en este
apartado sólo se desglosan tres categorías: la primera de ellas
indica si la sugestión se cumple dentro o fuera del contexto
hipnótico. Una instrucción o sugestión hipnótica será recibida y
realizada dentro del contexto hipnótico. Una sugestión
posthipnótica será recibida dentro del contexto hipnótico, pero se
realizará fuera de tal contexto. Ejemplo del primer caso, es cuando
se le dice al cliente: "puedes oír una música en tu mente, una
música maravillosa, y cuanto más claramente la escuchas, más y
más deja de dolerte tu pie. Escucha la música y observa cómo tu pie
te molesta cada vez menos y menos, menos y menos...". Si el
paciente es capaz de oír la música y de notar alivio en su pie
dolorido, ha recibido y realizado las sugestiones dentro del
contexto hipnótico, por lo que son sugestiones hipnóticas.
Ejemplo del segundo caso es cuando se le dice al usuario:
"dentro de un momento, cuando salgas de hipnosis, cada vez que
sientas dolor en tu pie, podrás escuchar la música que has oído
hace un momento. Y cuando la oigas, notarás el mismo alivio
que has sentido mientras estabas hipnotizado. Cada vez que en
tu mente oigas la música que ahora has escuchado, tu pie dejara
de molestarte tal y como ahora lo está haciendo. Para escuchar
la música sólo tendrás que decirte la palabra 'música'...". Esta
sugestión se da dentro del contexto hipnótico, pero la persona la
realizará fuera de ese contexto, cuando termine la hipnosis. Por
ello, es una sugestión posthipnótica.
Las sugestiones posthipnóticas pueden incluir contenidos
muy diferentes. Por ello son a veces sencillas de cumplir, como las
señales de reinducción rápida de la hipnosis (la persona oye
un chasquido de dedos y vuelve a estar hipnotizada en unos
segundos). Pero en otras ocasiones las sugestiones
posthipnóticas
36 Parte I: Aspectos generales de la hipnosis

son muy difíciles, como las de amnesia o las terapéuticas clásicas


("cuando salgas de hipnosis, olvidarás todo lo que ha pasado..."
o "cuando salgas de hipnosis, desaparecerá en ti para siempre el
deseo de fumar; cada vez que veas un cigarrillo, te sentirás
totalmente indiferente hacia él..."). Las sugestiones terapéuticas
más deseadas por pacientes y terapeutas (sugestiones
posthipnóticas similares a "a partir de hoy y para el resto de tu
vida, salir a la calle será algo atractivo, divertido y natural para
ti..." -en el caso de un agorafóbico-, o "cada vez que alguien te
provoque, te sentirás seguro, y bajo control..., actuando de forma
asertiva, sin agresividad..." -en el caso de una persona violenta-)
son las sugestiones más difíciles de realizar por parte de los
pacientes (se estima que las cumplen 1 de cada 10.000). No
obstante, sean sugestiones posthipnóticas sencillas o difíciles, no
ocurren fuera del control del cliente. Siempre dependen de la
interpretación, colaboración y retroali-mentación que el cliente
haga de ellas. Las investigaciones son convergentes en encontrar
resultados como el siguiente: se le dice a una persona
hipnotizada que cada vez que oiga la palabra "papel" fuera de
hipnosis, notará que parpadea (movimiento parpebral). Una vez
deshipnotizada, a la persona se le dice la palabra "papel" y la
persona (si es susceptible a la hipnosis) parpadea, sin aparente
esfuerzo, o ni siquiera tener conciencia de ello. Tras esta
constatación se le indica que ha terminado la sesión. Una vez
fuera de la sala, y creando una situación aparentemente no
relacionada con la hipnosis, se le dice a la persona: "por favor, no se
vaya sin firmar el papel que autoriza la inclusión de sus datos en
el ordenador". Típicamente, las personas no parpadean, mientras
que vuelven a hacerlo cuando de nuevo se relaciona la situación
de prueba con la situación hipnótica (se le da la sugestión como
"comprobación" de que sigue funcionando). Por lo tanto, las
instrucciones posthipnóticas suponen la implicación activa de la
persona que las realiza, si bien con el tiempo los efectos suelen
decaer, salvo en casos donde se establezca todo un plan de acción
que los refuerce y mantenga. Ése es precisamente el objetivo de las
terapias psicológicas. La segunda dimensión a la que nos
referíamos es la de sugestión "despierta". Cuando se habla de
sugestión despierta no se está indicando que la hipnótica se da
cuando la persona está dormida, o en un sueño hipnótico. Esta
expresión se gestó cuando aún se creía que la hipnosis implicaba
un estado de sueño nervioso, artificial, patológico, etc., y, como
casi todas las tradiciones, se sigue
Capítulo 3: Los procesos hipnóticos y su utilidad en Psicología clínica 37

manteniendo el concepto de sugestión "despierta", que denota que


la persona recibe sugestiones y las cumple sin estar hipnotizada.
La sugestión despierta no es lo mismo que hipnosis despierta (si
bien funcionan de forma similar), ya que en este último caso sí hay
un ritual de inducción, mientras que en la sugestión despierta no
lo hay. Más adelante se comentarán con mayor profundidad los
métodos y aplicaciones de la hipnosis despierta. De momento
conviene especificar que la sugestión despierta correlaciona muy
alto con la sugestión hipnótica, siempre que ambas se relacionen
a la persona (es decir, que sepa que la misma sugestión se dará
dentro y fuera de hipnosis). Otras formas de sugestión no
hipnótica como la sugestión interrogativa o la sugestión placebo
muestran correlaciones muy bajas con hipnotizabilidad.
En tercer lugar, se habla de sugestiones o ejercicios de desafío
(reto), cuando se insta a la persona a que se resista a la sugestión
que le da el hipnotizador, siendo este intento de resistencia la
clave para que se cumpla la sugestión. Por ejemplo, cuando se le
dice a la persona: "dentro de un momento olvidarás tu nombre.
Entonces te preguntaré cómo te llamas, y cuanto más intentes
recordarlo, más y más lo olvidarás. Intenta recordar cómo te
llamas, inténtalo [el individuo lo intenta pero no consigue
recordarlo]" o "tu brazo estará cada vez más y más rígido, muy
rígido, como si fuera una barra de acero. Cuanto más intentes
doblarlo, más y más rígido devendrá, y no podrás doblarlo. Intenta
doblar el brazo [la persona no lo consigue]".
Normalmente los ejercicios de reto se han utilizado en el
espectáculo y como prueba de que la hipnosis provoca un estado
especial de conciencia en el que el hipnotizado no tiene más
remedio que cumplir con las instrucciones (órdenes) del
hipnotizador. Por lo tanto, son ejercicios que conviene realizar
dentro de un contexto muy determinado y planificado, del que se
hablará más adelante. Y, sobre todo, es importantísimo que el
cliente y el terapeuta sepan que los ejercicios de reto exigen
siempre la colaboración de la persona hipnotizada, salvo en los
casos en los que se usan trucos y paradojas para despistar al
hipnotizado. Por ejemplo, no es lo mismo sujetar un brazo por la
muñeca mientras se dice a la persona que su brazo es como una
barra de acero (puesto que su brazo normalmente se doblará por
el codo), que sujetar el brazo por debajo del codo, en el tramo
que va desde éste hasta la axila, ya que, en este caso, el brazo
adoptará un tacto rígido de forma natu-
38 Parte I: Aspectos generales de la hipnosis

ral. Si en ese preciso instante se dice a la persona que su brazo está


rígido, y si la persona colabora (es decir, no pone en tela de juicio
la razón de tal rigidez y la atribuye a la hipnosis), intentará
cumplir con la sugestión del terapeuta (el brazo permanece
rígido). Y mientras el brazo esté rígido, obviamente no podrá
doblarlo, salvo que incumpla la instrucción y lo afloje primero.
Por lo tanto, si el hipnotizador consigue que la persona crea que el
brazo esta rígido por la sugestión, y que mantenga la rigidez
mientras intenta doblarlo, será muy difícil que la persona no
realice el ejercicio de reto. Cuestión bien diferente es que se le
enseñen al cliente esos trucos para que él mismo pueda activar
ciertas reacciones (los trucos devendrían en instigadores de
respuesta), y luego, sin necesidad de la instigación, pueda activar
ciertas reacciones sólo a través de la sugestión. Conviene
recordar aquí que los estímulos incondi-cionados del paradigma
pavloviano pueden tomarse como instigadores de respuesta y
que los estímulos condicionados activan una respuesta similar a
los incondicionados, pero en su ausencia (como la sugestión). No
puede afirmarse que las sugestiones funcionen por los mismos
procesos que el aprendizaje clásico, pero sí parecen seguir pautas
similares a los principios generales del aprendizaje (expectativas y
procesos cognitivos incluidos) que rigen otros comportamientos. En
definitiva, las sugestiones de reto no implican pérdida de control
alguna, pero sí pueden ser reutilizados como una forma de
entrenamiento en auto-control.
Finalmente, tal y como se ha indicado, sugestión significa
también el proceso básico de la hipnosis, y no conviene confundir
este proceso general con las instrucciones que da el hipnotizador,
o las reacciones que provocan en la persona, que también son
denominadas sugestiones.
Otra expresión habitual en el campo de la hipnosis es
profundidad de la hipnosis: se asume que si la persona
hipnotizada realiza sugestiones muy difíciles es porque está en
una hipnosis muy profunda. De nuevo nos encontramos con una
expresión heredada de concepciones obsoletas, aunque muy
queridas y usadas aún por un buen número de terapeutas. El
concepto de profundidad se refiere al sueño hipnótico, al trance.
Sin embargo, ambos conceptos deben tomarse tal y como la
investigación actual indica: el primero como un concepto
carente de toda validez científica y el segundo como un
concepto descriptivo de ciertas experiencias que pueden, o no,
darse en hipnosis. De hecho, desde una vertiente cog-
Capítulo 3: Los procesos hipnóticos y su utilidatí en Psicología clínica 39

nitivo-comportamental, el trance es el resultado de sugeñr que se


entrará en un trance (de definir incorrectamente a la hipnosis como
un trance) y no la causa de la hipnosis. Todavía más, apelar al
trance es algo que no sólo no se ajusta a la evidencia empírica, sino
que puede perjudicar la aceptación de la hipnosis de muchas
personas que solicitan ayuda, pues lo interpretan como algo
esotérico o de consecuencias peligrosas. Por lo tanto, hablar en
términos de profundidad de la hipnosis sólo puede entenderse
desde una perspectiva parsimoniosa, cuando el terapeuta
pretende transmitir metafóricamente al cliente el nivel de
dificultad de las sugestiones que está consiguiendo realizar. No
obstante, más adelante se expondrá otra terminología más
adecuada para esta función y que se adapta más a las evidencias
encontradas, además de provocar una menor alerta negativa en el
paciente.
Otras expresiones habituales en el campo de la hipnosis son
homoacción y heteroacción. El primer caso es la vertiente
hipnótica de sobreaprendizaje. Es decir, cuanto más se
practique una sugestión, menos tiempo tardará en realizarse (y
mejor será la ejecución). En el segundo caso nos estamos
refiriendo a la transferencia: cuanto más se practique una
sugestión fácil, menos se tardará y mejor será la ejecución de
una sugestión difícil. Estos términos pueden usarse en el
proceso de intervención para animar a los usuarios a que
practiquen en casa las tareas y actividades que se han aprendido en
la consulta. Por ejemplo, podemos indicar a un paciente que,
gracias a los procesos de homoacción y de heteroacción, cuanto
más practique la auto-hipnosis, mejor le funcionarán las
sugestiones, y que cuanto más sugestiones se dé, mejor le
funcionarán en contextos difíciles. Con ello justificamos que la
práctica fuera de consulta es esencial, con todos los mensajes
implícitos que, de este modo, transmitimos acerca del auto-control,
colaboración, esfuerzo, motivación etc., necesarios para el cambio
terapéutico.
Las expresiones metáfora y fantasía dirigida a un objetivo son
también muy frecuentes. Una metáfora suele adoptar la forma de
un cuento (parábola, alegorías, etc.) a través del cual se intenta
transmitir de forma didáctica un significado complejo. Las
metáforas apelan a la imaginación de la persona y tratan de
fomentar la comprensión por parte del cliente de mensajes
importantes sobre la vida, la auto-aceptación, etc. Por ejemplo, el
cuento del patito feo es una buena metáfora para ejemplificar la
auto-aceptación.
40 Parte I: Aspectos generales de la hipnosis

Generalmente las metáforas se han utilizado en contexto de


hipnosis ericksoniana, bajo el supuesto de que con ellas se accede
más fácilmente a una comunicación con el inconsciente de la
persona, disminuyendo así las resistencias y fomentando una
visión creativa del cambio de comportamiento. No obstante,
como se expondrá más adelante, las metáforas pueden usarse
desde otras vertientes con ligeras modificaciones funcionales.
Como una forma distinta de metáfora, nos encontramos con
la fantasía dirigida a un objetivo: son imágenes que ayudan a la
persona a cumplir con las sugestiones (ése es el objetivo), es decir,
a experimentar ciertas reacciones generalmente voluntarias como
algo no volitivo o automático. Un ejemplo de imaginación
dirigida a un objetivo para generar una reacción de analgesia
puede ser: "imagina que tienes un guante especial en tu mano
derecha. Este guante esta congelado y puede calmar el dolor
cuando se pasa por encima de las zonas doloridas. Imagina que
pasas el guante por encima de tu tripa, e imagina que tu tripa se va
enfriando y que el dolor empieza a decaer. Imagina que puedes
ver un termómetro con un fluido de color rojo. A medida que va
bajando la temperatura, a medida que el termómetro se acerca al
0, por el efecto del guante que sigues pasando por la zona
dolorida, el dolor va bajando y bajando, bajando y bajando".
En este caso el objetivo obvio es tolerar mejor y reducir el
dolor (ésa es la sugestión a cumplir), y las instrucciones de
imaginar son el medio por el cual se intenta alcanzar ese objetivo.
Hace un par de décadas se asumía que la imaginación era la clave
de las respuestas hipnóticas, y que sin ella era muy difícil cumplir y
experimentar las sugestiones. No obstante, actualmente sabemos
que sólo un porcentaje muy pequeño (alrededor del 3%), necesita
usar la imaginación para experimentar reacciones hipnóticas.
Son las personas denominadas "pronas a la fantasía". Sin embargo,
la gran mayoría de personas medias y altas en susceptibilidad, no
necesitan de la imaginación, salvo como medio para activar las
expectativas de repuesta. Es fácil convencer a alguien de que
usando la imaginación podrá experimentar ciertas reacciones,
pues de hecho es así. Pero no debe perderse de vista que sin la
imaginación también se pueden activar las sugestiones, incluso
usando imágenes contrarias a lo que se pretende experimentar.
Por ello la expectativa de respuesta ha mostrado ser uno de los
factores que determinan con mayor fuerza el que se experimente
una sugestión de
Capítulo 3: Los procesos hipnóticos y su utilidad en Psicología clínica 41

forma automática o no volitiva. Una expectativa de respuesta es


la creencia y esperanza firme de que ocurrirá una respuesta
propia. Es como la profecía auto-cumplida, pero, en este caso,
auto-referida. La investigación actual está mostrando que las
expectativas de respuesta no son epifenómenos, y que
predicen un porcentaje alto de la varianza de las respuestas
hipnóticas. Por lo tanto, crear expectativas de respuesta será una
de las funciones más importantes del terapeuta cuando aplique
la hipnosis en el programa de intervención.
Finalmente, y sin pretender agotar toda la nomenclatura
típica del ámbito de la hipnosis, el recuerdo sensorial hace
referencia al proceso por el cual una persona puede reproducir
emociones, sensaciones, reacciones biológicas, etc., tras
escuchar una sugestión o cuando se expone a un estímulo
(entiéndase estímulo en un sentido muy amplio) que quedó
asociado al estímulo que generó la reacción en el pasado. El
recuerdo sensorial se usa como base para entender cómo pueden
activarse reacciones sugestivas dentro y fuera del contexto
hipnótico. Por ello, es una expresión que puede usarse como
alternativa al concepto de trance o estado alterado de conciencia,
lo que permite dar explicaciones sobre la hipnosis que fomenten
mucho más su relación conceptual con el autocontrol.
42 Parte I: Aspeaos generales de la hipnosis

Preguntas de autoevaluaáón

I. Elija la alternativa correcta:


a) La hipnosis incrementa alrededor de un 10% las respuestas a
las sugestiones, en relación a la sugestión despierta. D
ti) La hipnosis reduce alrededor de un 10% las respuestas a las
sugestiones en relación a la sugestión despierta. □
c) No se encuentran diferencias entre hipnosis y sugestión des
pierta a la hora de activar respuestas a las sugestiones ü
d) Sugestión placebo, sugestión interrogativa y sugestión des
pierta correlacionan alto con susceptibilidad hipnótica, pero
activan mucho menos las respuestas a las sugestiones □
e) La hipnosis es la única forma de activar las respuestas a las
sugestiones. □

2 La hipnosis neutra es aquella en la que1


a) Sólo se sugieren respuestas no emocionales (respuestas sin
valor hedónico) D
ti) El trance es ligero, por lo que no se neutralizan las contrasu-
gestiones del cliente □
c) Es aquella en la que sólo se induce la hipnosis sin dar suges
tiones concretas a realizar D
di) El cliente debe adoptar un papel neutro, esperando, sin inter
ferir que las cosas ocurran □
e) Sirve para evitar reacciones latrogénicas, al no usarse suges
tiones aversivas D

3. La homoacción y la heteroacción son conceptos hipnóticos que


indican
a) Homoacción1 respuestas hipnóticas propias del género mas
culino, heteroacción respuestas hipnóticas propias del géne
ro femenino □
ti) Homoacción transferencia; heteroacción sobreaprendizaje □
c) Homoacción: sugestiones diferentes, pero con el mismo sig
nificado inconsciente; heteroacción: sugestiones parecidas,
pero con diferentes significados inconscientes. □
di) Homoacción1 sobreaprendizaje; heteroacción: transferencia. ü
Capítulo 3: Los procesos hipnóticos y su utilidad en Psicología clínica 43

e) Homoacción. sugestiones similares con funciones diferentes;


heteroacción sugestiones diferentes, con funciones similares. □

4. Una sugestión que implica una respuesta en la cual la persona cuan


to más intenta recordar, menos puede, se conoce como una suges
tión:
a) Ideosensonal G
b) Fantasía dirigida a un objetivo. □
c) Metafórica D
d) Basada en la amnesia sensorial. □
e) De reto. D

5. El observador oculto es
a) Un investigador que observa con una cámara oculta lo que
hacen las personas hipnotizadas. □
b) Un diseño experimental en el que un colaborador hace creer
a los hipnotizados que alguien les observa desde otra sala □
c) Un fenómeno por el cual la persona hipnotizada cree que su
inconsciente observará todo lo que haga y lo registrará fiel
mente D
d) Una alucinación hipnóticamente creada, por la cual la perso
na hipnotizada cree ser observada por alguien que se escon
de Es una recreación de delirios paranoides. □
e) Una sugestión hipnótica por la cual se "genera" una disocia
ción en el yo de la persona. Un yo está hipnotizado y el otro
yo (el oculto) no lo está, y sigue manteniendo el control sobre
los subsistemas subordinados. □
Aplicaciones 4 de
la hipnosis

Es difícil encontrar un área de la Psicología y de la


Medicina donde la hipnosis no se haya aplicado, bien como
adjunto, bien como único elemento, si es que ello es posible.
Cuando se utiliza hipnosis por relajación, es obvio que las
sugestiones hipnóticas son una forma excelente de inducir
estados profundos de relajación. A pesar de ciertas críticas
vertidas en algunos textos clásicos de relajación, la
investigación es bastante contundente al respecto: la hipnosis
(y la auto-hipnosis) genera estados de relajación muy
profundos. De hecho, el entrenamiento autógeno de Schultz es
una variante de las técnicas de hipnosis de la época. Pero las
aplicaciones de la hipnosis no pueden reducirse al ámbito de la
relajación. Las formas habituales de utilizar la hipnosis se
asemejan enormemente a las técnicas com-portamentales y
cognitivo-comportamentales de imaginación: la
desensibilización sistemática, el condicionamiento encubierto,
la práctica (imaginativa) guiada, el ensayo imaginado, las
imágenes racionales emotivas, las técnicas de inoculación de
estrés para manejar el dolor, y un largo etcétera, formalmente
se asemejan asombrosamente a los modos de proceder en
hipnosis. De hecho, algunos autores que han deseado satisfacer
la demanda de hipnosis a sus clientes han utilizados los
procedimientos mencionados, presentándolos (rotulándolos)
como hipnosis. No obstante, la hipnosis por relajación es sólo
una parte de la variadísima gama de posibilidades que nos
presenta este campo. La
Parte I: Aspectos generales de la hipnosis

hipnosis activo-alerta y la hipnosis despierta permiten la


aplicación de la sugestión hipnótica en momentos y para fines
mucho más amplios que los que permite una hipnosis por
relajación, en la que el aletargamiento y mantener los ojos
cerrados son características omnipresentes. Por ejemplo, con
hipnosis alerta se ha trabajado para incrementar la atención de
los controladores de vuelo y pilotos de avión, así como para
mejorar la lectura en niños hiperactívos o incrementar el
rendimiento académico de universitarios.
El uso de la hipnosis despierta permite auto-hipnotizarse en
lugares públicos, manteniendo las tareas habituales de la persona
en esas situaciones (conducir, hablar, caminar, etc.).
Si se observa (cuadro 4.1) el índice de uno de los libros más
completos sobre aplicaciones de la hipnosis (Hammond, 1990),
podrá apreciarse el vastísimo campo en el que se han utilizado las
sugestiones hipnóticas. Si además consideramos que la hipnosis es
realmente útil cuando se usa como un adjunto, no es difícil
entender que donde pueda aplicarse la Psicología, podrá aplicarse
también la hipnosis.
Otra cuestión diferente es la eficacia de la hipnosis en las
distintas áreas en las que se ha aplicado. Pocos son las estudios
bien controlados que puedan servir como apoyo empírico a tales
aplicaciones. Por ejemplo, la aplicación a niños sólo tiene cierto
sustento en los casos de la enuresis, aversión relacionada con la
quimioterapia y dolor agudo provocado por procedimientos
médicos invasivos. El resto de problemas infantiles no ha sido
investigado adecuadamente. Ello no quiere decir (y hágase
extensivo al resto de aplicaciones que se comentan) que la
investigación haya mostrado que la hipnosis es ineficaz, sino que
no se ha realizado la suficiente investigación controlada que
apoye suficientemente su eficacia.
En el caso del dolor, por el contrario, el status de la
hipnosis, como se ha indicado, es el de tratamiento bien
establecido para generar analgesia. Si se considera la hipnosis
como adjunto a los tratamientos cognitivo-comportamentales,
las investigaciones muestran datos prometedores en caso de la
ansiedad, reducción de peso, tabaquismo (donde la hipnosis ha
mostrado ser un tratamiento posiblemente eficaz), depresión,
trastornos de identidades múltiples, bulimia y trastornos
obsesivo-compulsivos.
Capítulo 4: Aplicaciones de la hipnosis 47

Cuadro 4.1. Aplicaciones de la hipnosis

• Manejo del dolor


• Hipnoanestesia y preparación para la cirugía.
• Fortalecimiento del ego: incremento de la estima, auto-efi
cacia y confianza.
• Ansiedad, fobias y alteraciones dentales.
• Hipnosis y pacientes de cáncer
• Hipnosis en problemas médicos.
- Problemas dermatológicos.
- Quemaduras y urgencias.
- Sanación, condiciones psicosomáticas y enfermedades
autoinmunes.
- Condiciones neurológicas y oftalmológicas.
- Alteraciones del sueño.
- Miscelánea de las aplicaciones médicas: quejas físicas,
retención urinaria crónica, postoperatorio de la reten
ción urinaria, hipocondría, asma, alergias estacionales, tini-
tus, dificultad en tragar pildoras, alivio del hipo.

• Obstetricia y ginecología.
• Alteraciones emocionales y psiquiátricas.
• Disfunciones sexuales y problemas de relación.
• Obesidad y alteraciones alimentarias.
• Tabaquismo, adicciones y alteraciones de hábito.
• Concentración, rendimiento académico y rendimiento atlé-
tico.
• Niños: dolor enuresis, chuparse el dedo, problemas de con
ducta, síndrome deTourette, asma, dislexia, tartamudez,
insomnio, fobia escolar
• Regresión de edad y abreacción, progresión de edad, entre
namiento en distorsión del tiempo.

Adaptado de Handbook ofhypnotic suggestions and metaphors, por D. C.


Hammond, 1990, Nueva York: WW. Norton.

Otro tanto cabe decir respecto de las aplicaciones de la


hipnosis en Medicina. Existen evidencias importantes de eficacia
en casos de preparación a la cirugía, asma, problemas
dermatológicos, colon irritable, hemofilia, náuseas y vómitos
postquimioterapia y en obstetricia. No obstante, no se sabe
exactamente cuál es el rol de la hipnosis y cuál el de los
tratamientos a los que se adjun-
48 Parte 1: Aspectos generales de la hipnosis

ta. Ese es uno de los problemas esenciales en la hipnosis, sobre todo


teniendo en cuenta la heterogeneidad de tratamientos que se
incluyen dentro del rótulo "hipnosis". La carencia de manuales
que especifiquen el contenido de la intervención (excepto en el
caso del dolor) dificulta la investigación, así como extraer
conclusiones sobre la hipnosis en general. En definitiva, aún
queda mucho que investigar respecto de la eficacia, si bien los
prolegómenos señalan un futuro prometedor, sobre todo en el
caso de las intervenciones cognitivo-comportamentales.
Finalmente, en el caso de la hipnosis es importante establecer
no sólo el área de aplicación que puede resultar beneficiada, sino
el tipo de cliente. Es obvio que el nivel de susceptibilidad a la
hipnosis del paciente puede determinar el resultado terapéutico.
Eso puede ser así en el caso de que se use la hipnosis como única
estrategia y en los casos de verrugas, asma y dolor, especialmente.
Cuando la hipnosis se utiliza adecuadamente (es decir, como
adjunto), el nivel de susceptibilidad no parece ser tan importante
(aunque una mínima capacidad para responder a las
sugestiones parece necesaria). En general, podríamos afirmar
que el requisito para aplicar un tratamiento basado en la hipnosis
es que el cliente muestre una buena actitud hacia la hipnosis
(como se indicó anteriormente), que pueda responder
mínimamente a las sugestiones que se han seleccionado, y que
muestre expectativas elevadas de éxito. No obstante, si el nivel de
susceptibilidad a la hipnosis es bajo, aún podemos decidir usar la
hipnosis si sometemos al paciente a un entrenamiento en el
incremento de la susceptibilidad hipnótica. Dependiendo del
cliente, sus circunstancias y del tipo de problema que presente,
quizá merezca la pena utilizar algunas sesiones para aumentar la
susceptibilidad a la hipnosis. Más adelante se expondrán algunas
líneas genéricas de cómo se efectúan dichos entrenamientos.

4.1. Caso clínico: hipnosis para reducir el miedo a


volar en avión

A lo largo del texto se ejemplificarán parte de los


procedimientos a través de la exposición de un caso clínico real.
En este apartado, se presenta el problema y el tipo de cliente,
para desarrollar más adelante el tratamiento aplicado.
Capítulo 4: Aplicaciones de la hipnosis 49

B. P. E., mujer de 38 años, solicitó ayuda para reducir un


miedo intenso a volar en avión. Esta paciente fue remitida por
una antigua paciente con problemas de tabaquismo y mostraba un
interés alto en recibir un tratamiento con hipnosis, así como una
confianza acusada en la calidad del terapeuta y en la eficacia y
carencia de riesgos de la hipnosis. La cliente manifestó ya en la
primera toma de contacto que necesitaba mejorar de su fobia
rápidamente, pues necesitaba volar urgentemente a una ciudad
transoceánica, en un viaje de placer que le había propuesto su
marido, con quien tenía problemas matrimoniales. Por lo tanto,
siendo el viaje un motivo para el reencuentro entre los cónyuges,
necesitaba estar en las mejores condiciones para disfrutar del
mismo y de la estancia. La anamnesis mostró que la paciente
había sido tratada psiquiátricamente por depresión dos años
antes y había sufrido un "ataque" de ansiedad hacía un año.
Físicamente presentaba un dolor de espalda persistente que le
obligaba a tomar paracetamol y miorrelajantes. No obstante,
excepto por unos niveles ligeramente elevados de colesterol y una
cierta propensión a las lipotimias debido a su hipotensión, su
estado de salud era bastante aceptable. Algunos familiares
habían recibido tratamiento psiquiátrico (ansio-líticos y
electrochoque), si bien desconocía los diagnósticos.
Como se ha indicado, la cliente estaba casada, aunque
durante un período de tiempo se separó de su marido, lo que le
generó un considerable estrés. Tenía dos hijos con los que
mantenía una relación adecuada y trabajaba como graduado
social.
Tras cumplimentar varios cuestionarios, se observó que la
paciente manifestaba miedos intensos a los ascensores, a oír el
ruido de los aviones, a las tormentas, insectos, escenas de
violencia, dolor, muerte y eventos relacionados (cadáveres,
enfermedades, hospitales, etc.), al fracaso y a la crítica social.
Su miedo cursaba con intensas alteraciones fisiológicas, como
fuerte tensión muscular, sudación, cambios en la frecuencia
cardíaca, sofocos, temblores, náuseas, nudo en el estómago,
debilidad, mareo, aceleración de la respiración e insomnio. Las
fuentes más importantes de estrés eran su marido y el trabajo,
además del viaje previsto en avión. Sus modos de
afrontamiento consistían en leer, pasear, tomar baños de agua
caliente o hablar con alguien. En general, sus estrategias de
auto-control eran adecuadas, excepto para temas relacionados
con catástrofes, toma de decisiones vitales y alteraciones
fisiológicas.
50 Parte I: Aspectos generales de la hipnosis

La historia de su fobia refleja claramente un proceso de


incubación de la ansiedad. Su primer vuelo en avión 15 años
antes fue una experiencia divertida, a pesar de que el vuelo fue
nocturno y con tormenta. Unos años después, voló de nuevo en
avión y sintió el estómago ligeramente "encogido", si bien no le
prestó importancia ya que, en general, disfrutó del vuelo.
Después de esta experiencia, volvió a volar varias veces, sin
mostrar problema alguno. Fue en un viaje a un país árabe
cuando al aterrizar creyó que no había pista (ya que estaba
cubierta por la arena). Este pensamiento desencadenó un
miedo considerable, aunque no se mantuvo en otros vuelos.
Finalmente, el miedo pareció consolidarse debido al
comportamiento de un pasajero de un vuelo en el que se
encontraba la paciente, quien en el aterrizaje comenzó a
golpearse la pierna con fuerza, exclamando: "¡Le falta pista, le
falta pista!". A partir de esa experiencia, según la paciente, el
miedo no desapareció, sino que siguió incrementándose
paulatinamente hasta impedirle realizar viajes con este medio
de transporte.
Antes de volar, la cliente pensaba en que el avión se
estrellaría, viniéndole a la mente imágenes de cadáveres
provocados por un accidente, de sí misma mientras el avión caía
sin control, y lo relacionaba con la violencia a la que tanto
odiaba y temía. Estos pensamientos le venían especialmente
cuando preparaba la maleta y se acercaba el momento del vuelo.
Durante el vuelo, la atención de la paciente se centraba en
los ruidos del motor, las caras del personal de abordo por si
ocurría algo, y se imaginaba a sus hijos huérfanos tras un
accidente en el que morían ella y su marido. A veces se
tranquilizaba con pensamientos mágicos como "los niños no
pueden morir tan pronto, no sería justo para ellos. Así que, como
hay niños en el avión, no tendremos un accidente". Sus
reacciones eran las de mantener silencio, no moverse, notar el
corazón latiendo muy deprisa, manos sudadas, frío intenso,
pérdida del apetito, sentir que va a estallar, y el deseo intenso
de escapar del avión. Su forma de afrontar esta situación era la
de intentar leer y mantener una conversación, pero no conseguía
concentrarse, por lo que era totalmente ineficaz.
Después de volar se sentía aliviada pero frustrada por el mal
rato que había pasado. Sus miedos se reafirmaban cada vez que se
enteraba de que había ocurrido algún accidente aéreo.
Capítulo 4: Aplicaciones de la hipnosis 51

La reacción de sus familiares ante su miedo a volar y demás


problemas eran de comprensión, excepto su marido, que
mostraba un franco rechazo por ella cuando manifestaba las
reacciones mencionadas.
Finalmente, sus objetivos terapéuticos fueron sentirse contenta
dentro del avión, estar relajada y tranquila, poder pensar cosas
agradables, poder leer, poder mirar por la ventanilla, mantener una
conversación, poder moverse libremente por el avión, y sentirse
como si fuera en tren o en autobús.
Una vez perfilado el miedo de la cliente, y conociendo sus
intereses y principales formas de afrontamiento, se procedió a
diseñar el plan de acción, plan que se desarrollará en los
siguientes apartados.

Preguntas de autoevaluación

1. La investigación ha demostrado que la hipnosis:


a) Es una forma tan eficaz como otros métodos habituales para
inducir niveles profundos de relajación. □
b) Es superior a otros métodos habituales para inducir niveles
profundos de relajación. G
c) No es útil para provocar una relajación profunda. D
d) Necesariamente provoca relajación profunda en los clientes. D
e) Genera una relajación física, pero no mental. D

2. En general, las revisiones sobre la eficacia de la hipnosis indican


que:
a) Es un procedimiento mu/ ineficaz, salvo para los trastornos
de personalidad. □
b) Se han realizado pocos estudios bien controlados sobre su
eficacia, excepto en el caso del tratamiento del dolor □
c) Es especialmente útil cuando se usa como único elemento de
práctica guiada. D
d) Su iatrogenia en el tratamiento de problemas infantiles des
aconseja su uso. D
e) Es muy eficaz para reducir tics y hábitos nerviosos. D
52 Parte I: Aspectos generales de la hipnosis

3. Las investigaciones sobre predictores de éxito terapéutico en los


tratamientos que incluyen la hipnosis como adjunto indican que:
a) El mejor predictor de éxito es el nivel de susceptibilidad hip
nótica del paciente. □
tí) No existen predictores consistentes de éxito terapéutico. □
c) Los mejores predictores de éxito terapéutico son la viveza
de las imágenes y la absorción en ellas. □
d) Las actitudes positivas hacia la hipnosis y las expectativas son
los mejores predictores de éxito terapéutico. □
e) El mejor predictor de éxito terapéutico es la capacidad de
disociación del cliente. □

4. Las áreas donde se ha aplicado la hipnosis son:


a) Muy reducidas, escasamente al tratamiento de fobias y del
dolor D
tí) Muy reducidas, escasamente al tratamiento de las verrugas,
asma y dolor □
c) Muy reducidas, escasamente al tratamiento de la depresión,
fobias y dolor D
d) Muy reducidas, escasamente al tratamiento del tabaquismo,
| dolor crónico y ansiedad. □
ej Muy amplias, prácticamente todas las áreas donde se aplican
la Psicología y la Medicina. □
i ~
Parte II
Protocolo de aplicación
Objetivos
5

Una vez el terapeuta conoce los datos más relevantes sobre su


cliente (tipo de problema para el que solicita ayuda, perfil del
problema, circunstancias y problemas adyacentes, estrategias de
afrontamiento naturales, reacción de su entorno, objetivos y razones
para el cambio, etc.), ya se puede iniciar un plan de intervención. El
primer paso, tras el establecimiento de la relación terapéutica y
demás prolegómenos comunes a las psicoterapias, es delinear los
procedimientos que pueden utilizarse sin la hipnosis. Solamente a
partir de esta estrategia no hipnótica podemos añadir o adjuntar
los procesos hipnóticos que nos parezcan oportunos y que el
usuario pueda realizar. Además, ello ayudará al psicólogo clínico
a delimitar los fines y objetivos que se intentan alcanzar con la
hipnosis.
En el caso de la paciente que se ha relatado, el objetivo
prioritario es que pudiera viajar en avión experimentando el
menor temor posible. El resto de objetivos estaba sujeto a los
propios intereses de la cliente, quien sólo había solicitado ayuda
para este problema y había manifestado su interés por disfrutar
del vuelo en avión. Así pues, por orden de importancia, los
objetivos secundarios fueron: disfrutar del viaje en avión, mejorar
el auto-control de las respuestas fisiológicas en su vida cotidiana y
ampliar las estrategias de afrontamiento ante situaciones de estrés
provocadas por su relación con el marido y el trabajo. No se
abordaron objetivos más amplios, ya que el tiempo disponible
era poco (15 días) y la usuaria no deseaba abordar otros
problemas con detenimiento.
56 Parte II: Protocolo de aplicación

5.1. Diseño del plan de acción


cognitivo-comportamental

Visto el perfil del problema, era obvio que el plan de


intervención debía incluir información sobre la seguridad en los
aviones, técnicas para cambio de imágenes y pensamientos (auto-
instrucciones incluidas), técnicas para reducir la activación,
ensayo imaginado y práctica guiada (ya que la exposición in vivo en
el caso de la fobia a viajar en transporte aéreo es complicada y
cara, y en este caso imposible) y técnicas de entrenamiento en
relajación aplicada. En definitiva, se trataba de incrementar sus
competencias para el auto-control, de modo que la paciente fuera
quien se auto-aplicara los procedimientos en las situaciones
donde los necesitara, favoreciendo así la autonomía en el proceso
de cambio. Es evidente que todas estas posibilidades pueden
adaptarse a un uso hipnótico, por que lo que se procedió a la
creación del rapport con la cliente.

5.2. Establecimiento del rapport: cómo presentar la


hipnosis al usuario

Establecer el rapport implica crear una relación de confianza


e interés entre el terapeuta y el usuario. Obviamente el rapport (la
relación terapéutica en un sentido más amplio) se genera desde el
primer contacto telefónico con el cliente. Sin embargo, al añadir
la hipnosis a las estrategias de intervención, suele darse un
cambio cualitativo en el cliente, ya que, como se ha indicado,
difícilmente se es neutral ante tal palabra. Por ello debe
reafirmarse el rapport definitivamente, para ajustar las creencias y
actitudes hacia la hipnosis (y el terapeuta) de modo que no se
esperen o se teman resultados no realistas (sean positivos o
negativos). Por lo tanto, antes de comenzar con ningún ejercicio
hipnótico, se comentarán los mitos mencionados en apartados
anteriores con la persona que pide ayuda, uno por uno, dando la
información pertinente que permita entender mejor la no
adecuación de mantener cualquiera de ellos. La experiencia indica
que las dudas de los clientes no se despejan con simples
comentarios o argumentos sólidos. Por ejemplo, una pregunta
habitual cuando se le dice al usuario que bajo hipnosis no se
pierde el control, es: "¿y por qué en la televisión la gen-
Capítulo 5: Objetivos 57

te hipnotizada no se puede mover o hace cosas estúpidas?". La


respuesta es compleja, pero debe darse en términos sencillos y
contundentes, aproximadamente del siguiente modo: "cuando
alguien va a un plato de televisión en el que hay un espectáculo
con hipnosis, está esperando que pasen ciertas cosas. Si además
sale como voluntario, esta deseando que ocurran, por motivos
que nos pueden parecer nimios, pero que para algunas personas
son importantes: salir en la televisión, poder hacer el tonto en
público, ganar apuestas, curiosidades esotéricas, etc. El caso es que,
cuando alguien se presta como voluntario, espera y desea que
algo ocurra. Además, el hipnotizador ha seleccionado
previamente a los participantes, buscando aquellos que son más
sugestionables, crédulos y colaboradores. Y le indico que
suelen ser crédulos, porque los hipnotizadores aplican ciertos
trucos para hacer creer a los posibles voluntarios que tienen
poderes especiales. Una vez tienen a los voluntarios, que, además
de deseosos de hacer algo hipnótico, suelen estar desorientados
por las propias características del plato (focos, público, cámaras,
personal del plato mismo, etc.), el hipnotizador aplica varios trucos
más para convencer definitivamente a los voluntarios de que la
hipnosis es algo excepcional. Si lo consigue, y en esas
situaciones es fácil que lo haga, el voluntario actúa según
esperaba y deseaba. Una vez ha 'experimentado1 las sugestiones,
o bien dice que ha perdido el control porque es la única forma de
justificarse ante el público, o bien se convence a sí mismo de que lo
ha hecho todo de forma involuntaria, para no sentirse ridículo
delante de las cámaras. Al fin y al cabo, ya ha salido en TV. Pero
si realmente pudiéramos presionarle y exigirle que dijera la
verdad, podríamos observar, como se observa en la investigación,
que la mayoría de las personas reconocerían que no han perdido el
control, salvo aquellos que se han creído a pies juntillas los trucos
del hipnotizador. Si quiere podemos hacer un truco para que me
entienda mejor".
Muchos clientes dicen que sí, y conviene explicarles algún
truco como el que se ha descrito del brazo rígido. En general, se
pueden enseñar algunos trucos que se basan en instrucciones
contradictorias o paradójicas. Suelen ilustrar bien las trampas
de los hipnotizadores y son inocuos y divertidos. Por ejemplo, le
podemos indicar al paciente que ponga las piernas y los pies
rígidos y que sin aflojarlos intente caminar para que observe que le
es imposible. En este caso se le indica que la sugestión funciona
cuando la
58 Parte II: Protocolo de aplicación

persona experimenta la rigidez en las piernas, pero que la


incapacidad para andar no es una pérdida de control, sino una
falta de análisis: el voluntario no se da cuenta de que debe aflojar
primero los músculos para poder caminar. También se le puede
pedir que junte las muñecas con las manos separadas,
extendiendo los brazos delante de sí, manteniéndolos
semiflexionados. En esa posición, se le pide al cliente que apriete
con fuerza las muñecas, la una contra la otra, durante un minuto
aproximadamente. Súbitamente se le pide que deje de hacer
fuerza y que separe ligeramente las manos, para enseguida
decirle con tono de voz contundente: "¡Tus manos se juntan!
¡Nota cómo se juntan las manos!". El cliente se sorprende, porque
realmente las manos se juntan. En ese momento el terapeuta
explica que el truco radica en acumular energía en los músculos
del brazo, que son quienes juntan las manos de una forma
aparentemente involuntaria.
A continuación el terapeuta puede añadir: "Estos trucos se
usan para engañar a la gente. Pero aquí no vamos a hacer
espectáculo, ya que no es ésa mi profesión ni es ése tu interés.
Así que yo mismo te explicaré ciertos trucos para que tú los
puedas aplicar para experimentar ciertas reacciones que nos
pueden ser útiles más adelante. De hecho los trucos se llaman
técnicamente instigadores, que, como veremos, nos pueden
ayudar muchísimo a activar tu mente, tu cerebro, y conseguir
que funcionen como queremos que funcionen. Por ejemplo,
ahora vas a observar una reacción que se basa en un truco, pero
que nos puede ayudar a entender a cómo eliminar un
pensamiento que nos molesta y que no podemos quitarnos de
encima: 'por favor, no pienses en un elefante rosa'". Esta
instrucción paradójica muy utilizada por los terapeutas
ericksonianos provoca sorpresa en los clientes. El terapeuta
puede añadir: "Como ves, es imposible que no pienses en ello,
ya que para no pensar tienes que hacerlo primero. Bien, pues
sabemos que ciertos fenómenos de la vida cotidiana que, al igual
que la hipnosis, se basan en la sugestión, están regidos por la ley
del efecto inverso. Esta ley dice así: cuanto más intentes reducir
un comportamiento involuntario a través de esfuerzo voluntario,
más lo incrementarás. O cuanto más intentes incrementar un
comportamiento involuntario a través del esfuerzo voluntario,
más lo reducirás. En términos prácticos, cuanto más intentes
dormir voluntariamente si experimentas insomnio, más
insomnio tendrás. O cuanto menos quieras pensar en algo
desagradable que
Capítulo 5: Objetivos 59

asalta tu mente, más lo pensarás. Es como intentar acordarse de


algo que se tiene en la punta de la lengua. En todos estos casos,
el truco consiste en hacer lo contrario de lo que se suele hacer:
intentar no dormir, intentar pensar más en lo desagradable o
intentar no recordar. Mas adelante, como te he dicho,
hablaremos de más 'trucos' que nos pueden ser sumamente
útiles. Pero, desde luego, ten por seguro que siempre sabrás por
mí cuáles son los trucos y para qué sirven. Recuerda que estoy
aquí para ayudarte, no para engañarte".
Realmente lo importante en este momento es que el cliente
entienda que el terapeuta conoce el campo en profundidad, que
va a aplicar unos procedimientos que han mostrado ser útiles y que
va a ser diáfano en cuanto a los procedimientos hipnóticos y sus
usos. No obstante, es habitual que todavía queden dudas, recelos
o, simplemente, reparos en aceptar que la hipnosis no entraña
riesgos (salvo un muy mal uso por parte del terapeuta, tal y
como hemos indicado). Por ello, es importante que el cliente
experimente por sí mismo ciertas reacciones que le ayuden a
entender lo que puede esperar de la hipnosis. Según la
orientación teórica de cada terapeuta, las explicaciones que dará
sobre tales ejercicios mencionarán conceptos como trance,
disociación, alteración de conciencia, o no. Desde una vertiente
cognitivo-comportamental, tales conceptos no se ajustan a la
ingente cantidad de resultados experimentales acumulados. Más
aún, se asume que tales conceptos suelen asustar a las personas
(cuando no a los mismos terapeutas), y dificultan la aceptación de
que la hipnosis no es peligrosa, o de que los estados de conciencia
diferentes (o alterados) no lo son tanto. Incluso, aunque estos
estados de conciencia, como indican algunos autores de vertiente
tranceática, sean similares a los que denominamos cotidianamente
como ensoñación, concentración, absorción, etc. (lo cual aún
está por demostrar), sigue siendo difícil entender otros modos de
usar la hipnosis que no sea la hipnosis por focalización de la
atención, concentración y ojos cerrados. Por lo tanto, a
continuación se relata un modo cognitivo-comportamental de
presentar la hipnosis a un cliente a través de un ejercicio con el
péndulo de Chevreul. Este ejercicio puede tener distintas
explicaciones. La que se indica a continuación destaca ciertos
conceptos que ayudan a enfatizar la continuidad del
comportamiento hipnótico con el no hipnótico y así enfatizar el
concepto de autocontrol.
60 Parte II: Protocolo de aplicación

Así pues, a través de esta presentación se procura transmitir


las siguientes ideas:

a) Las respuestas a las sugestiones son actos del usuario, por


lo que no dependen de ningún poder del terapeuta. Éste
solamente es una ayuda.
b) Tales actos son automáticos, pero voluntarios, puesto que
depende del cliente el que se inicien o se bloqueen.
c) Lo que ocurra durante la hipnosis depende en buena medi
da de que el cliente ponga en marcha ciertos recursos. Los
recursos que se ponen en marcha son similares a otros
muchos actos de la vida cotidiana.
d) La hipnosis implica reacciones de la vida cotidiana, que se
activan o desactivan a voluntad en un momento concreto.
e) Desde este punto de vista, la hipnosis es una forma de auto
control, si bien requiere de menos esfuerzo consciente por
parte de la persona para regular ciertos comportamientos.
f) Estar hipnotizado no implica alcanzar un trance o estado
alterado de conciencia, sino tener la mente preparada para
poner en marcha los recursos que también en la vida coti
diana nos llevan a activar respuestas que percibimos como
automáticas.

Tales puntos se basan, como se ha indicado, en la investigación


experimental sobre la hipnosis desde una perspectiva cognitivo-
comportamental, en la que las respuestas a la sugestión hipnótica
son intencionales, pero también automáticas. Automatismo
significa menor esfuerzo volitivo y un menor consumo de los
recursos atencionales. En ningún caso significa que la persona no
emita nada de esfuerzo o no consuma ningún recurso atencional.
En última instancia, la persona evocará una respuesta ante
un contexto que generalmente no elicitaría tal respuesta. En este
sentido, lo que ocurra bajo hipnosis será una respuesta
controlada, pero automática. Finalmente, la presentación que se
describe más abajo se basa también en las teorías de expectativa
de respuesta, dramatúrgica, así como en el concepto de auto-
engaño y atribución errónea, y conducta dirigida a un objetivo y
regulada por normas.
Para realizar la presentación cognitivo-comportamental, se
proporciona al usuario un reloj de cadena o algo que pueda
funcionar
Capítulo 5: Objetivos

como un péndulo. El terapeuta indica que va a realizar un


ejercicio, explicándole (y modelando) en qué consiste: con el brazo
dominante estirado hacia delante se sujeta el péndulo. En ese
momento se pide al reloj que realice movimientos circulares u
oscilaciones en distintas direcciones. Cuando el terapeuta ha
realizado el ejercicio, le pide al cliente que haga lo mismo más
o menos de la siguiente forma:

Terapeuta (T): Ahora extiende el brazo, dejando el péndulo


quieto. Muy bien. Pídele al reloj que haga algo, como trazar
círculos u oscilar de izquierda a derecha, o de delante a atrás.
Pídele lo que quieras, menos que suba hacia el techo. A mí nunca
me ha funcionado eso, y si ocurriera, me daría un buen susto.
¿Qué le vas a pedir? [el cliente responde y el péndulo se mueve].
¡Aja, estupendo! Veo que eres hábil para esto. ¿Por qué crees que
se ha movido el reloj?
Cliente (C): No sé, se ha movido él solo. ¡Es increíble! Pero
quizá haya sido yo y no me he dado cuenta.
T: Sí, es divertido. Hazlo otra vez, pero ahora observa
detenidamente tu mano [el reloj se mueve]. ¿Observas algo?
C: Creo notar movimientos muy pequeños en mi mano ¡Pero
no lo hago adrede!
T: ¡Exacto! ¿Sabes lo que es este péndulo...?
C: ¡Claro!: un péndulo.
T: De acuerdo, es obvio. Pero en este caso funciona como un
amplificador, de modo que los movimientos casi imperceptibles
de tu mano se amplifican al final del péndulo, y por eso observas
los movimientos. Si acortamos mucho la cadena que lo sujeta [el
terapeuta coge el péndulo casi por su base], no se movería
prácticamente nada, aunque le pidiéramos que lo hiciera [el
terapeuta lo demuestra]. Pues la hipnosis es, en parte, esto.
Cuando oigas mi voz al darte sugestiones (o tu propia voz cuando
te las des a ti mismo), tu cerebro enviará "ordenes" a los
órganos implicados en las respuestas que experimentarás y harás
cosas para conseguir experimentar esas respuestas. Pero
generalmente serán tan sutiles que no te darás cuenta y las
experimentarás como si ocurrieran por sí mismas, como que te
acaecen. ¿De acuerdo? Pero recuerda que siempre eres tú el que
pone en marcha las cosas que te ocurran. También eres el que
las detiene. Vamos a hacer otro ejercicio. Estira el brazo y pide al
reloj que se mueva en una dirección
62 Parte II: Protocolo de aplicación

concreta [el reloj se mueve]. Ahora piensa en que lo que haces es


realmente una estupidez, un juego sin sentido, que estás
haciendo el ridículo... o simplemente piensa en lo que tienes que
hacer urgentemente en casa o en el trabajo [el reloj suele
detenerse]... ¿Observas lo que ocurre? Sin darte cuenta dejas de
mover la mano y el reloj se detiene. A esto le llamamos
interferencia. Generalmente la palabra interferencia tiene
connotaciones negativas: una interferencia no nos deja ver la
televisión, o nos impide usar el teléfono móvil. Si alguien
interfiere, es que nos obstaculiza la consecución de un objetivo.
Pero para mí, en este caso, una interferencia es algo positivo: me
demuestra que eres una persona activa y que controla en todo
momento lo que ocurre en hipnosis. Si algo te disgusta o no te
parece oportuno, puedes interferirlo y detenerlo. Cuando alguien
está hipnotizado no pierde el control. Las reacciones que
experimenta son automáticas (tú le pediste al reloj que se
moviera, no a tu mano que moviera el reloj; sin embargo, el
cerebro entendió la instrucción y por sí mismo activó los
movimientos de la mano), pero voluntarias, ya que tú mimo
iniciaste la respuesta y la detuviste (estuviste de acuerdo en
pedirle algo al reloj, y éste se detuvo en cuanto pensaste que era
una estupidez, o dejó de interesarte). Como ves, esto funciona
como otras cosas que hacemos habitualmente. Por ejemplo, el
mero hecho de hablar es voluntario, pues yo puedo parar cuando
lo desee [el terapeuta calla unos segundos], pero no tengo que
buscar las palabras para hablar: brotan sin pensar en ellas. En este
sentido, hablar es automático. Si tuviera que hablarle en otro
idioma que no es tan familiar para mí, tendría que pensar muchas
de las palabras; sería algo voluntario, pero no automático. La
hipnosis es algo parecido a cuando hablamos en nuestro
idioma: experimentarás reacciones voluntarias, pero
automáticas. ¿Comprendes lo que le te quiero decir?
C: Sí, creo que sí: es como andar, que es voluntario pero
automático a la vez ¿No?
T: ¡Exacto! Pero permíteme que hagamos un ejercicio más:
estira el brazo y pídele al reloj que se mueva; pero pídeselo como
si dependiera tu vida de ello, con impaciencia, exigencia ¡Pídeselo
ya! [el cliente lo hace, pero el reloj no se mueve]. Fíjate: ésta es
otra forma de interferencia. Si pretendes experimentar algo y estás
muy pendiente, exigiendo con impaciencia que ocurra, es muy
probable que no ocurra. ¿Recuerdas lo que te comenté sobre la
ley del
Capítulo 5: Objetivos 63

efecto inverso? Si esperas demasiado de la hipnosis, creyendo que


no has de hacer nada y que todo ocurre sin ningún tipo esfuerzo,
es muy probable que no experimentes nada. Como te dije antes, es
como cuando queremos acordarnos de algo que tenemos en la
punta de la lengua: cuanto más queremos recordar, más en
blanco se nos queda la mente ¿Te ha ocurrido antes algo
parecido?
C: Sí, muchas veces. Creo que voy entendiendo lo que
significa estar hipnotizado.
T: ¡Estupendo! Hace un momento te he dicho que la
interferencia es algo positivo para mí. No obstante, existen algunas
interferencias que serían inadecuadas. ¿Sabes cuáles son?
C: No. No sé a qué te refieres.
T: Me refiero a que mantuvieses silencio y no me comunicases
el que, por la razón que sea, no estuvieras a gusto o de acuerdo con
algunas sugestiones, o con las cosas que hagamos para ir
superando el problema que quieres solucionar. Y no es positivo
porque implicaría que se ha interrumpido nuestra comunicación.
En tal caso ambos estaríamos perdiendo el tiempo. ¿Entiendes lo
que te quiero decir?
C: Sí, creo que sí.
T: Pero todavía quiero preguntarte algo más: si deseases
interferir con las sugestiones o la terapia ¿Cómo crees que lo
harías?
C: Pues no sé, no creo que lo haga.
T: Probablemente no, pero haz un esfuerzo e intenta imaginar
qué harías.
C: Creo que pensar en otra cosa, no seguir las instrucciones o
no aportar ninguna idea para buscar soluciones.
T: Entiendo. Te voy a pedir un favor: si descubres que estás
haciendo algo de lo que me acabas de decir, dímelo enseguida. De
lo contrario se rompería la comunicación, perderías la confianza
en mí y no podría ayudarte. Como te he comentado hace un
momento, sólo estaríamos perdiendo el tiempo. ¿De acuerdo?
C: De acuerdo, lo intentaré.
T: Bien, ahora quiero explicarte algo más. Sé que ya has
comprendido lo que puedes esperar de la hipnosis, pero aún
quisiera que nos pusiéramos de acuerdo en algo más. Te aseguro
que todo el tiempo que invertimos en esta conversación lo
ahorraremos después, al no haber malos entendidos. Comenzaré
por preguntarte si has visto alguna película de terror.
C: Sí.
64 Parte II: Protocolo de aplicación

T: ¿Te generan estas películas miedo? ¿Qué notas?


C: Sí me dan miedo. Noto tensión, miedo...
T: ¿Sientes algo de taquicardia, sudor en las manos, sensación
de peligro?
C: Sí, incluso, a veces, aunque me guste la película, dejo de mirar
las escenas más terroríficas.
T: Correcto. Ahora trata de pensar que yo soy un extraterres-
tre y que te observo mientras miras la película. ¿Crees que
pensaría que te asustas de algo que sabes que es irreal, una
fantasía, una mentira? ¿No te parece que pensaría que eres poco
inteligente?
C: Mirado así [risas], pues sí, es cierto.
T: Pero realmente no es así. El cine es un arte. Tú sabes que
existe un director, actores, cámaras, un guionista, etc. Y que todo
es como un cuento ¿Cierto?
C: Sí, por supuesto [risas].
T: En otras palabras, tú, voluntariamente, tratas de no pensar
en que todo es una fantasía y te implicas en la historia que te están
contando. De forma no consciente "olvidas" que existe todo un
equipo que ha rodado la película y que en la pantalla sólo
observas el efecto de unas luces reflejando fotogramas. En el
fondo es un gran esfuerzo, ya que debes "olvidar" algo que es
obvio.
C: En efecto, pero no me supone esfuerzo, salvo que la
película esté muy mal hecha.
T: Correcto. El caso es que, cuando miras una película que te
interesa, experimentas reacciones intensas y automáticas, aunque
enriquecedoras para ti. A pesar de que sabes que todo es falso,
te dejas llevar por lo que te propone el director de la película y te
acaecen emociones intensas. Incluso muestras comportamientos
como sobresalto, taparte los ojos, llorar, etc. ¿Es así?
C: En general, sí.
T: Pues, en el fondo, la hipnosis funciona de forma parecida:
en ocasiones yo seré el director de la película (las sugestiones
hipnóticas) y en otras tú mismo (con la auto-hipnosis). Yo te
propondré que experimentes ciertas cosas, de las que sabrás que
no son verdad (como que no puedes levantar tu brazo, o que
olvidas algo). Pero que si dejas que las cosas ocurran (como en el
cine), ocurrirán. Esas reacciones pueden ser a veces muy
intensas, pero siempre estarán bajo tu control. De hecho, ¿qué
haces tú u otras personas cuando no desean ver ciertas secuencias
de una película de terror?
Capítulo 5: Objetivos 65

C: Miro hacia otro lado, o me voy de la butaca, a veces me tapo


la cara y veo entre mis dedos. Hay gente que hace lo mismo que
yo. A veces pienso que todo es mentira y me distancio del
argumento.
T: Eso es. ¿No te parece que esos comportamientos son como
interferencias?
C: Pues ahora que lo dices, sí.
T: Ir al cine es un acto voluntario, como "olvidar" que todo es
fantasía y el permanecer atento a la pantalla. Las reacciones que
experimentas son automáticas, como el miedo, la alegría o la pena
que te generan las imágenes. Pero todas esas reacciones están bajo
tu control. Sólo tienes que evitar ir al cine o dejar de atender a lo
que el director te propone. Incluso puedes abandonar la sala. Pues
bien, la hipnosis es como un cuento, una película. Lo que ocurre
en hipnosis es voluntario y automático a la vez: tú puedes no
iniciar los procesos para experimentar ciertas reacciones o
puedes interferirlo. Depende de ti. Si te gusta el guión que te
propongo, podrás experimentar sensaciones y reacciones
intensas, enrique-cedoras y que te ayudarán a solucionar el
problema que me has planteado. Si decides que la historia no es
de tu interés, simplemente no la escuches, pero no olvides
decírmelo ¿De acuerdo?
C: Sí. No había pensado nunca que la hipnosis funcionara de
esta forma. Creo que ahora entiendo por qué, sin perder el
control, puedo sentir que hago cosas como si no las hiciera yo
voluntariamente.
T: Correcto, si lo deseas, podemos comenzar con unos
ejercicios que nos darán información sobre tu nivel actual para
responder a las sugestiones hipnóticas.
C: De acuerdo, estoy deseando experimentar lo que es estar
hipnotizado.

Como puede observarse, la presentación de la hipnosis que se


ha relatado liga la hipnosis a la vida cotidiana. Así mismo,
desmitifica las creencias de que las personas susceptibles son
ignorantes, estúpidas o enfermas mentales; o que la hipnosis es
peligrosa para el hipnotizado, o que provoca un estado alterado
de conciencia diferente a los que se experimentan a lo largo del
día, en el cual podría quedar atrapada la persona. Más aún, esta
presentación con-ceptualiza a la hipnosis como una forma de
auto-control, lo que, generalmente, dificulta la dependencia del
paciente hacia el tera-
66 Parte II: Protocolo de aplicación

peuta o que la persona siga teniendo miedo de perder el control.


En este sentido, es mucho más probable que el cliente desee
continuar con el proceso de evaluación de la susceptibilidad
hipnótica, sin demasiadas reticencias, y con creencias y
expectativas más adecuadas sobre la hipnosis.
Por lo tanto, el siguiente paso es hacer una evaluación de la
susceptibilidad hipnótica del usuario, de modo que podamos
obtener información valiosa sobre sus actitudes, colaboración y
habilidades del cliente.

5.3. Evaluación de las respuestas que el usuario da


a las sugestiones hipnóticas

La evaluación de la susceptibilidad hipnótica en la práctica


clínica aplicada es un tema controvertido. Algunos autores
piensan que la aplicación de escalas psicométricas a tal fin debe
incluirse como una parte más de la evaluación general del cliente.
Otros opinan que tal evaluación es poco útil, pues la
susceptibilidad hipnótica puede modificarse, y el proporcionar
experiencias de fracaso (muy probables con las escalas
habituales) al inicio de la terapia no parece lo más aconsejable.
En general, parece conveniente que la evaluación inicial se realice
fuera del contexto hipnótico y como una forma de evaluar la
colaboración y confianza del cliente en el terapeuta y en la propia
hipnosis. Realmente la actividad del terapeuta debe dirigirse
sistemáticamente a confirmar al cliente que no existen tales
riesgos y que es altamente probable que pueda responder con éxito
a las sugestiones. Por lo tanto, lo que realmente se evalúa en esos
momentos del proceso terapéutico es la actitud hacia la hipnosis
y el terapeuta. Ya se ha comentado que la investigación indica
que mejorar las expectativas y actitudes hacia la hipnosis es,
probablemente, la clave para incrementar la eficacia de las
terapias basadas en su uso.
Los ejercicios de evaluación que se relatan más adelante se
realizan sin inducción previa hipnótica (Capafons y Amigó, 1993),
ya que existe una alta correlación entre sugestión hipnótica y
sugestión "despierta" (alrededor del 64% de la varianza) y
porque es útil para que el cliente vaya familiarizándose con la
hipnosis despierta. Además, cualquier fracaso puede atribuirse
a la falta de entrenamiento o a que se realizan fuera de hipnosis.
Capítulo 5: Objetivos 67

El primer ejercicio de evaluación puede ser el balanceo pos-


tural, sugerido con sugestiones directas y repetitivas. El usuario
debe estar con los ojos cerrados, los pies juntos y el cuerpo
relajado. A continuación se le dice con voz monótona, firme, pero
agradable: "Céntrate en mi voz y escucha con atención: nota
cómo te balanceas, te balanceas, te balanceas... cada vez más y
más... más y más... eso es... abre los ojos y deja de balancearte".
Si tras escuchar la sugestión del terapeuta, el cliente se
balancea ligeramente, es que no está interfiriendo o bloqueando sus
reacciones, ya que ese movimiento es el esperable sin intervención
alguna de la sugestión. La posición descrita es, pues, importante, ya
que provoca balanceo por sí misma. Si el cliente balancea
ostensiblemente, asumiremos que está colaborando y
experimentando el efecto de la sugestión. Si el cliente no balancea,
es altamente probable que esté resistiéndose. En este caso,
podemos preguntarle qué le sucede, si tiene algún miedo,
reticencia; si no cree que la sugestión pueda funcionar. Para ello, le
indicaremos que todas las personas se balancean ligeramente en
ese ejercicio, salvo que lo bloqueen. Aclarados los problemas, se
realiza el ejercicio de nuevo. Si no balancea, dejaremos la
evaluación y revisaremos a fondo nuestra relación terapéutica
con el cliente. Si definitivamente la persona no es capaz de
balancearse lo más mínimo, cejaremos en el intento de aplicar
hipnosis y aplicaremos nuestra intervención sin las sugestiones
hipnóticas.
Si, por el contrario, la persona es capaz de balancearse
ostensiblemente, pasaremos a realizar el segundo ejercicio: la caída
hacia atrás. En este ejercicio se puede apreciar aún más la
confianza que el usuario ha depositado en el terapeuta, pues será
él quien sujetará al paciente para evitar que caiga al suelo.
Así pues, se pide al paciente que se coloque en la misma
posición del ejercicio anterior. Pero antes de dar las
sugestiones de caída, haremos algunos ejercicios para que
pueda comprobar que el terapeuta va a ayudarle y que el
propio cliente tendrá la información necesaria para controlar
en todo momento lo que pueda ocurrir. Para ello, el terapeuta
puede decir más o menos lo siguiente: "Ahora me voy a
colocar detrás de ti. Y para que no te quede ninguna duda de
que puedo sujetarte y evitar que caigas al suelo, ahora te pido
que te dejes caer hacia atrás voluntaria e intencionalmente [el
cliente se deja caer y comprueba que el terapeuta puede con él.
En caso de que las envergaduras de
68 Porte II: Protocolo de aplicación

los cuerpos sean muy desfavorables al terapeuta, éste deberá


buscar sustento apoyándose en una pared, incluso solicitando
ayuda a otro terapeuta que sí pueda sujetar al cliente]. A
continuación se pide al usuario que se coloque de nuevo en
posición, y que por la voz del terapeuta intente localizar dónde
se coloca. Se le puede decir lo siguiente: "Ahora quiero que
compruebes que en todo momento vas a saber dónde estoy y
que desde ese lugar puedo sujetarte sin problemas [el terapeuta
se coloca detrás y a una distancia considerable del cliente].
Dime, ¿Estoy delante o detrás? ¿Cerca o lejos para poder
sujetarte? (El cliente contesta, generalmente sonriendo.)
¡Estupendo! ¿Y ahora? [El terapeuta va cambiando de
posición: detrás más cerca, al lado, delante cerca, más lejos,
etc.)".
De esta forma, el cliente está comprobando que el terapeuta
procura por todos los medios transmitirle su voluntad de no
engaño, su proximidad como profesional que intenta ayudarle y
una cierta jocosidad para desdramatizar los problemas que
aquejan a la persona.
Posteriormente, el cliente adopta una vez más la postura y el
terapeuta le dice con un tono de voz similar al del ejercicio
anterior: "Dentro de un momento tocaré tus hombros
ligeramente. Cuando lo haga, notarás que pierdes el equilibrio,
como si algo tirara de ti hacia atrás, y caerás. Recuerda que yo
estaré ahí para sujetarte. No interfieras, y deja que las cosas
ocurran y ocurrirán [el terapeuta toca los hombros del cliente].
Nota el desequilibrio, y observa cómo caes, caes, caes... hacia
atrás, caes hacia atrás... atrás [el cliente cae sin más, el terapeuta lo
sujeta y le ayuda a colocarse en posición erecta y estable]. ¡Muy
bien! Abre los ojos y dime qué has notado [el cliente responde,
generalmente sorprendido y satisfecho]".
Como el paciente ha caído hacia atrás, concluiremos que está
colaborando y confía. Si además indica que sintió el desequilibrio,
asumiremos que experimentó la reacción subjetiva sugerida.
En ocasiones, el cliente ni siquiera se balancea en este
segundo ejercicio. Al realizarse la caída hacia atrás en la misma
posición que el balanceo postural, si el usuario no se balancea
nada, pensaremos que no confía lo suficiente en la hipnosis o en
el terapeuta, ya que la caída hacia atrás entraña un mayor
abandono por parte del cliente en manos del terapeuta (más aún
cuando antes el cliente sí balanceó).
Capítulo 5: Objetivos 69

Por otro lado, no es infrecuente que el cliente muestre un


marcado desequilibrio, ante el cual coloca una pierna hacia atrás
para evitar la caída. Ello se interpreta como que el cliente sí ha
experimentado la sugestión pero la ha interferido.
En ambos casos, de nuevo estamos observando la
colaboración y la actitud hacia el terapeuta y la hipnosis. Si el
paciente no se balancea nada o evita la caída debemos preguntar
y evaluar los motivos de su desconfianza. Aclaradas las dudas, al
igual que se hizo en el ejercicio del balanceo postural, se repite
una vez más la sugestión de caída hacia atrás. Si todo va bien (el
cliente cae confiadamente), se prosigue con la evaluación. En
caso contrario, de nuevo se revisa la relación terapéutica para
solucionar las interferencias. Si ello no es posible, se sale del
proceso hipnótico como en el ejercicio anterior.
Sin embargo, antes de abandonar este proceso, conviene
realizar estos ejercicios apelando directamente a la imaginación.
Ciertos pacientes manifiestan una preferencia/necesidad de usar
imágenes para notar las reacciones sugeridas. Por ello, podemos
realizar un ejercicio que incluya a los dos descritos en el que se
sugieran las reacciones a través de una metáfora. Así pues, se pide
al paciente que imagine que el terapeuta tiene un imán muy
poderoso en la mano y que le pasa ese imán alrededor de la
cabeza, que deviene, a su vez, imantada. Así, en un momento
dado, el terapeuta indica que el imán se desplaza hacia la
izquierda atrayendo al paciente hacia ese lado, luego a la derecha,
hacia adelante, hacia atrás (movimientos del balanceo postural).
Finalmente, el imán tira del paciente tan fuerte hacia atrás que el
usuario pierde el equilibrio y cae (sujetándolo el terapeuta,
naturalmente, tal y como hemos indicado). Si observamos
mejores respuestas cuando aplicamos la metáfora del imán,
asumiremos que ese paciente funciona mejor con imaginación,
por lo que deberemos tenerla en cuenta a la hora de dar las
sugestiones.
A continuación, se realizará un ejercicio en el que, a través de un
truco (Weitzehoffer, 1989), evaluaremos un mayor grado de la
confianza del usuario. A éste se le pide que enrolle los ojos, tratando
de mirar algo que está encima de su cabeza, pero sin levantarla. Es
decir, se le dice al cliente que intente imaginarse que una línea
imaginaria divide horizontalmente sus ojos en dos partes. El
usuario debe de tratar de subir el iris por encima de esa línea
imaginaria (en eso consiste el enrollamiento ocular). Cuando lo ha
conseguido, se le pide lo
70 Parte II: Protocolo de aplicación

siguiente: "Ahora, escúchame atentamente: sin bajar los ojos, cierra


los párpados. Es esa posición, manteniendo los ojos arriba, intenta
abrir los ojos y observarás que no podrás [estamos aplicando un
ejercicio de reto]. Cuanto más intentes abrirlos, más difícil será. [Con
tono de voz firme, pero amable.] ¡Inténtalo y observarás cómo no
puedes!".
Si el usuario no los abre, le pediremos rápidamente (para
evitar algias oculares) que baje los ojos y que abra los párpados.
A continuación le preguntaremos cómo se siente. Generalmente
la respuesta es de tranquilidad y sorpresa. Aun así, y
especialmente si no es ése el caso y el cliente se siente atemorizado
por la supuesta pérdida de control, le explicaremos que hemos
usado un truco como el del brazo (es prácticamente imposible
abrir los párpados teniendo los ojos en esa posición. Todo lo más
se observa el blanco del ojo, salvo en algunos clientes
excepcionales que sí pueden abrir los ojos en esas circunstancias).
Seguidamente, se le valorará positivamente la confianza que ha
depositado en el terapeuta al realizar todos los movimientos que
se han solicitado y seguir las instrucciones sin interferirías.
Si, por el contrario, abre los ojos, no se explica aún el truco, y
se le pregunta por sus reticencias, evaluándose si entendió bien las
instrucciones. Si no fuera ése el caso, se explican detenidamente
los pasos y se repiten. Si la razón para abrir los ojos fue el miedo,
se vuelve a detener la evaluación de la susceptibilidad a la
hipnosis y se comentan las posibles causas de la desconfianza. Si se
superan estas dificultades, se repite el ejercicio, para explicar
finalmente que fue un truco, y se recuerda al paciente que los
trucos siempre se explicarán, y que se usarán en el tratamiento
para mejorar las respuestas a las sugestiones, convirtiéndolos en
instigadores de las respuestas sugeridas. A veces, es difícil para el
paciente el enrollar los ojos y mantenerlos así mientras cierra los
párpados. Para ello, podemos pedirle que haga como si intentase
mirar algún punto de la pared que esté detrás de él y hacia arriba,
lo que le obligaría a enrollar los ojos para poder ver el punto. A
continuación, le pedimos que, sin desenrollar los ojos, baje los
párpados, tratando de imaginar que su cráneo es transparente y
que puede mirar a través de él.
Una vez el cliente consigue realizar bien el ejercicio, se le
indica que todo lo que ha hecho se aprovechará en las siguientes
sesiones, y se pasa al tercero y último de los ejercicios de
evaluación:
Capitulo 5: Objetivos 71

el apretón de manos. Éste es un ejercicio motor de reto que exige


más habilidad hipnótica que el anterior, ya que el cliente necesita
experimentar una sugestión, mientras que en el anterior sólo
necesita colocar los ojos en una posición determinada. Así se
dice al cliente: "Trenza los dedos de tus manos entre sí y ponías
en posición de oración o súplica, doblando los brazos por los
codos y llevándolos ligeramente hacia delante. Ahora cierra los
ojos si lo deseas, o mira fijamente a los míos, para poder
concentrarte mejor. Dentro de un momento te sugeriré que tus
manos están muy, muy pegadas, tanto que intentarás separarlas
y no podrás. De hecho, cuanto más intentes separarlas, más y más
se pegarán. Escúchame con atención, tus manos se están
pegando... se pegan y se pegan, están completamente pegadas,
selladas y pegadas, la una contra la otra. Intenta separarlas y
observarás que no puedes hacerlo;... no puedes hacerlo, porque
cuanto más intentas separar las manos, más y más se pegan, más y
más se pegan... [con voz firme, pero amable] ¡Inténtalo y
observarás cómo no puedes separar las manos!".
Si el cliente no puede separar las manos, se le dice rápidamente
que ya puede hacerlo y que las separe. Generalmente el paciente no
suele mostrar sobresalto, aunque sí sorpresa. Sea éste el caso y
especialmente si se asustase, se le explica el mecanismo por el que ha
funcionado el ejercicio (no aflojar los dedos mientras se intenta
separar las manos por la parte superior donde los dedos se
entrelazan) y se le indica que la probabilidad de que responda bien a
las sugestiones terapéuticas es muy elevada, pues ha activado la
respuesta de tensión en las manos y no la ha interferido. De hecho,
es importante dar esta explicación, pues la correlación de estos
ejercicios motores de sugestión primaria con hipnotizabilidad es
muy elevada, aunque esto dependa de las explicaciones que se den a
los participantes. Pero si el paciente fracasa, se le pregunta si
experimentó la tensión en los dedos y que sus manos se pegaban.
Si es así, se le pregunta por las razones que le llevaron a separar las
manos, razones que suelen estar centradas en la creencia de la
pérdida de control voluntario. Si eso es lo que teme el paciente, se le
explica cuál es el truco, así como que lo importante es experimentar la
tensión y no interferir con ella, repitiéndose el ejercicio. Si el cliente
puede experimentar la tensión en las manos y en los dedos, y no
interfiere, el ejercicio de reto será superado fácilmente.
Si la razón fue que el paciente no experimentó ninguna
reacción, se realiza el ejercicio usando la imaginación,
describiendo un
72 Parte II: Protocolo de aplicación

pegamento o cola especial que une firmemente las manos, e


incluso se realiza un conteo ascendente para que note
paulatinamente la reacción ("Voy a contar de 1 hasta 5. A medida
que me acerque a 5, observarás que tus manos se pegan más y
más. Cuando llegue a 5 intentarás separarlas y no podrás"). Si todo
falla, se le indica que, al fin y al cabo está fuera de hipnosis y que,
con un poco de práctica y algunos ejercicios correctores, podrá
realizarlo bajo hipnosis. Es difícil que en este momento de la
evaluación el cliente muestre interferencias a estos ejercicios y las
oculte. Generalmente, el cliente nos podrá decir que no acaba de
creer en el ejercicio, pues sabe que puede separar las manos
cuando lo desee. En este caso, se le recuerda la presentación
cognitivo-comportamental, y que, efectivamente, podrá separar
las manos, salvo que no interfiera: en este caso, no podrá
separarlas. Si el cliente no interfiere y deja que su cerebro, su
mente, funcione, mientras note que las manos están rígidas y
pegadas, no podrá separarlas.
Por lo tanto, la evaluación de la susceptibilidad hipnótica que se
ha descrito, es poco estandarizada, pero aporta mucha información
sobre las actitudes y colaboración del paciente hacia la terapia.
Asimismo, permite al terapeuta transmitir mensajes esenciales para
una buena relación terapéutica, como que las respuestas a las
sugestiones dependen más de la confianza que el paciente tenga en
el terapeuta y la hipnosis que de un rasgo del paciente; que el
responder a las sugestiones puede aprenderse y que no debe
considerarse un fracaso el no responder a algunas de ellas: siempre
se pueden usar trucos o instigadores que permitan activar las
respuestas deseadas para luego evocarlas ante las sugestiones.
Finalmente, se vuelve a sugerir que la hipnosis es una forma de
auto-control, y que no responder a ella sólo plantea el problema de
cómo aprender más auto-control. Por lo tanto, el terapeuta
transmite al paciente que siempre hay una vía de solución a los
problemas que puedan surgir y que depende de él, en buena
medida, el encontrar la solución. Ello incrementará las expectativas
de respuesta y la implicación en el tratamiento, proporcionando un
fuerte sentido de control personal. Todo lo anterior redundará en
un más que probable incremento en las repuestas a las
sugestiones, tal como indica la investigación actual. Por lo tanto, la
forma de evaluación relatada fomenta el desarrollo de un buen
rapporí y una consistente relación terapéutica, bases de buena
parte de las intervenciones clínicas, con o sin hipnosis. En este
sentido, el uso de la hipnosis ayuda al terapeuta a lograr objetivos
impor-
Capítulo 5: Objetivos 73

tantes del tratamiento que dificultan el abandono y potencian la


perseverancia del cliente en el intento de cambio de
comportamiento.

5.4. Seleccionar los procesos hipnóticos


que deseen activarse

Una vez se tiene información que indica una alta probabilidad


de poder responder a las sugestiones hipnóticas mínimamente,
seleccionamos las principales reacciones que pretendemos activar
con las sugestiones. En general, se necesitan dos tipos de
sugestiones: unas de mayor cualidad estándar, y que cumplen
las funciones de comprobar que la persona ya está hipnotizada, así
como que la persona posee un mayor control sobre sus reacciones
de lo que sospechaba antes de acudir a la terapia. Por ejemplo,
antes de comenzar a dar sugestiones entroncadas con el problema
particular del cliente, se pueden dar sugestiones que nos
indiquen hasta qué punto la persona esta receptiva, con su mente
activa y preparada para evocar a través de la sugestión ciertas
respuestas. Así se puede sugerir una levitación de la mano, una
inmovilidad corporal, disociación de partes del cuerpo, amnesia
selectiva, etc.
Un segundo tipo de sugestión incluye las que están
substantivamente relacionadas con el problema del paciente que
se está tratando. Por ejemplo, en el caso de que la hipnosis se vaya a
usar para mejorar la tolerancia al dolor, podemos necesitar de la
distorsión del tiempo (ralentización y aceleración) para acortar
(subjetivamente) los momentos de intenso dolor y alargar los
períodos de no dolor. También podemos necesitar sugestiones de
analgesia, de relajación, de cambio de temperatura y de disociación
de un miembro. Incluso pueden requerirse reacciones
"alucinatorias", como cambiar el dolor de lugar y llevarlo a
donde moleste menos (de la cabeza a la oreja, por ejemplo) o
escuchar una música analgésica, tal y como ya se ha comentado.
Para ello, debemos recordar y analizar todas las posibles
reacciones sugestivas que se han comentado en el capítulo 3, e ir
seleccionado y adaptando las que nos parezcan adecuadas para el
problema y el cliente. Éste no es un proceso predeterminado.
Depende en muy buena medida de la creatividad del terapeuta y de
su conocimiento del campo de la hipnosis clínica. Exponer todas
las posibles sugestiones que se han diseñado para las distintas
aplicacio-
74 Parte II: Protocolo de aplicación

nes relatadas en el capítulo 4 ocuparía varios volúmenes


enciclopédicos. Por ello, parece más adecuado ilustrar algunos
usos a través de un ejemplo, como es el caso de la paciente con
miedo a volar en avión.
Recuérdese que la cliente a la que nos referimos se activaba
y tensaba mucho cuando se sentía ansiosa. Es obvio que una de
las sugestiones específicas debía ser la de relajación, así como
establecer una clave para lograr esa relajación cuando la
necesitase. Más aún, se seleccionaron sugestiones de calma,
paz, bienestar, indiferencia y alegría que se activarían como formas
de auto-refuerzo por ir superando el miedo al avión, y como
respuestas incompatibles con la ansiedad.
En esta misma dirección, las técnicas de control de pensamiento
e imágenes catastrofistas se plasmaron en auto-sugestiones de reto.
Tales sugestiones fueron similares a las siguientes: "Cuanto más
ocurra lo que temo [se adaptaba a las situaciones ansiogénicas que
se describirán en el siguiente apartado], menos imágenes y
pensamientos horribles tendré. Cuanto más intente pensar e
imaginar lo que temo, menos podré". Lógicamente, el reto se
trataba de confirmar intentando centrarse en las imágenes y
pensamientos catastrofistas para comprobar cómo desaparecían.
Así mismo, se dieron sugestiones de fortalecimiento del yo, para
fomentar las expectativas de auto-eficacia. Para ello se apeló a una
metáfora que se relatará en el siguiente apartado y en la cual la
persona se da una clave para comprobar que puede controlar su
miedo y confusión. De hecho, todas las sugestiones se basan en la
idea central del entrenamiento en el manejo de la ansiedad. En esta
aproximación (Suinn, 1993), los síntomas de ansiedad se interpretan
como estímulos dis-criminativos para activar la relajación, que
deviene (y se presenta al cliente) como un recurso o estrategia
general de afrontamiento. En este sentido, la cliente aprendió un
método de auto-hipnosis que le permitía auto-sugestionarse bajo
cualquier circunstancia. El disponer de ese método ayudó a
incrementar las expectativas de auto-eficacia y a hacer más
creíbles las sugestiones del fortalecimiento del yo como: "Soy
capaz de hacerlo, dispongo de la fuerza interior suficiente para
superar esto y mucho más. Me siento fuerte, segura, capaz.
Cuanto más se compliquen las cosas, más y más segura me
sentiré; más y más bajo control mantendré mis reacciones".
Desde esta perspectiva, las auto-instrucciones y demás
estrategias de control de pensamiento adoptaban una
topografía de

m
Capítulo 5: Objetivos 75

sugestiones (en las que la verbalización conlleva que las


reacciones son más automáticas y que consumen menos esfuerzo
que las auto-instrucciones habituales).
Finalmente, se dispuso de sugestiones de distorsión del
tiempo para que éste pasase muy rápidamente en los momentos de
miedo intenso. Un ejemplo de este tipo de sugestiones de
distorsión del tiempo, más sugestiones que intentan adaptar la
lógica del entrenamiento en relajación aplicada e inoculación de
estrés, más una sugestión de "amnesia", sería la siguiente auto-
sugestión: "Es posible que en algún momento sienta miedo. Es
normal, todo el mundo se descontrola en algunos momentos. Si el
miedo me supera, el tiempo pasará muy, muy rápidamente. Cada
vez que tenga miedo por culpa del avión, el tiempo pasará muy
rápidamente... las horas serán como minutos... los minutos
segundos... Y en cuanto me recupere, cuanto más taquicardia o
sudor note, más y más intentaré relajarme como aprendí en la
consulta... cuanto más observe mis reacciones de miedo, más y
más intentaré controlarlo... y más y más me olvidaré de lo que
me preocupa".
Otro tipo de sugestiones se centraron en la proyección al
futuro. Las sugestiones centran la atención del cliente para que
experimente como si fuera real una situación futura. Por ejemplo,
en la consulta, la cliente puede imaginarse a sí misma feliz y
tranquila en el avión, haciendo los ejercicios de auto-hipnosis
para relajarse, leyendo y charlando tranquilamente, o verse
caminando y disfrutando de la ciudad que desea visitar, sin
agobiarse por la vuelta en el avión, etc. Este mismo ejercicio
puede realizarse no sólo en imaginación a partir de la práctica
guiada, sino con los ojos abiertos, como en un juego de roles,
donde la cliente "alucina" a través de la hipnosis que está en al
avión. Es fácil suponer que la sugestión debe incluir frases como:
"Ahora estás en el avión..., fíjate bien, si dejas que las cosas ocurran,
te sentirás exactamente igual a 'como si' estuvieras realmente en el
avión... podrás ver las butacas, la gente, los letreros indicadores, las
ventanillas, etc., permite a tu mente que actúe, y observa que te
sientes como si realmente estuvieras en el avión... Tú sabes que no
es real, pero recuerda lo que comentamos del reloj y el cine... si
dejas que tu mente actúe y no interfieres, te sentirás en el avión
y actuarás como si realmente estuvieras en él".
De lo anterior puede observarse que las sugestiones
seleccionadas para este caso eran fundamentalmente sensorio-
fisio-
76 Parte II: Protocolo de aplicación

lógicas y cognitivo-perceptivas. No obstante, para que este tipo


de sugestiones funcione con una mayor probabilidad, es
conveniente que el cliente practique otras que le vayan
convenciendo de las capacidades para el auto-control que tiene.
Ésta es la función fundamental de las sugestiones estándares, tal
y como se ha indicado. Estas sugestiones se dan en hipnosis y
se introducen como una forma de evaluar más respuestas
hipnóticas, y como modos de ir activando el cerebro, de hacer
más receptiva y eficaz la mente del cliente. La lógica final será la
de "Si has conseguido realizar esta sugestión, ¿por qué no podrás
realizar otras? Recuerda que a través de los principios de homo y
heteroacción [se explican si no se había hecho antes] cuanto más
practiques unas sugestiones más fácilmente lograrás realizar
otras similares o más difíciles".
Para este cometido son adecuadas las sugestiones típicas de las
escalas de evaluación de la susceptibilidad a la hipnosis: levitación
de la mano, caída del brazo, aproximación de las manos,
alucinaciones visuales y auditivas etc., si bien podemos diseñar
nosotros mismos las que nos parezcan más oportunas a nuestro
estilo y a las necesidades y estilo del usuario. Por ejemplo, al
cliente se le puede dar una sugestión por la cual una parte de su
cuerpo está muy, muy ligera, para sugerirle, a continuación, que
cuanto más ligera esté esa parte, más y más pesada estará la otra.
Los clientes se suelen sorprender al experimentar tales reacciones
y comienzan a desarrollar expectativas de respuestas y de
eficacia personal considerables.
Finalmente, existe otro tipo de sugestiones que ayudan a
concebir la hipnosis como una estrategia general de afrontamiento y
de auto-control. Estas estrategias, también más o menos estándar,
se exponen en el apartado siguiente, ya que se ligan a los métodos
de inducción de la hipnosis, especialmente al modelo de
intervención que se describe en este texto.

t
Capítulo 5: Objetivos 77

Preguntas de autoevaluación

I. Cuando se diseña un plan de intervención en el que se incluye la


hipnosis, lo primero es:
a) Programar el tratamiento tal y como se haría sin hipnosis, y
posteriormente seleccionar los procesos hipnóticos que se
deseen añadir □
ti) Seleccionar los procesos hipnóticos que se desean activar
y, posteriormente, elegir las técnicas no hipnóticas que se
podrían añadir □
c) Comprobar que la persona alcanza fácilmente estados de
disociación que le permitan entrar rápidamente en un pro
fundo trance □
d) Hipnotizar a la persona para saber si es susceptible o no D
e) Crear un contexto en el cual el terapeuta haga creer a la per
sona que gracias a sus poderes (del terapeuta) podrá eliminar
con mayor facilidad los problemas que aquejan al cliente. □

2. La experiencia indica que:


a) No conviene explicar trucos al cliente, pues dejará de creer
en el poder de la hipnosis □
ti) Explicar trucos al cliente es inadecuado, pues desconfiara del
terapeuta al pensar que la hipnosis es un puro truco D
c) No hay que usar trucos con los clientes, ya que son inútiles
en la intervención clínica □
d) Es difícil que un paciente mejore si no se le da una visión de
la hipnosis basada en el concepto de trance, ya que otros con
ceptos asustan o desencantan a los clientes D
e) Es conveniente usar y explicar los trucos a los pacientes, sobre
todo porque pueden usarse como instigadores de las res
puestas sugestivas a experimentar CU

3 Alguno de los objetivos de la presentación cognitivo-comporta-


mental de la hipnosis es
o) Hacer ver al paciente que bajo hipnosis las cosas ocurren de
forma involuntaria. D
78 Parte II: Protocolo de aplicación

b) Que el paciente comprenda que lo que ocurre en hipnosis


es similar a lo que ocurre en la vida cotidiana, y que la hipno
sis ayuda a incrementar el auto-control. D
c) Que el cliente comprenda que la hipnosis implica un cambio
cualitativo respecto de la vida cotidiana: los comportamien
tos hipnóticos se rigen por principios diferentes y sólo el tera
peuta sabe cómo utilizarlos. D
d) Que el paciente asuma que debe comunicarse fluidamente
con el terapeuta para que, si pierde el control, pueda ayudarle
inmediatamente. D
e) Que el usuario se convenza de que sus actos automáticos
dependen de su capacidad para interferir, ya que la interfe
rencia siempre es positiva. D

4. Algunas de las dimensiones que se evalúan con las pruebas clínicas


cognitivo-comportamentales de susceptibilidad hipnótica son:
a) Capacidad disociativa no patogénica del cliente. □
b) Debilidad neuronal e ideativa del usuario, para las que está
contraindicada la hipnosis. D
c) Susceptibilidad secundaria o cognitivo-desiderativa. D
d) La colaboración y confianza del cliente en el terapeuta y la
hipnosis. D
e) El efecto iatrogénico de las sugestiones directas. □

5. Con la evaluación clínica cognítivo-comportamental de la hipnosis se


transmite al cliente:
a) Que las sugestiones acaecen y que el cliente debe esperar
pasivamente a que ocurran. □
b) Que hay ejercicios difíciles en los que se fracasará, por lo que
hay que evitarlos en la intervención clínica. n
c) Que las sugestiones dependen en buena medida de su con
fianza y colaboración con el terapeuta, y que puede apren
derse a cómo experimentarlas. G
d) Que el terapeuta es el responsable del tratamiento y que la
hipnosis ayudará a que las resistencias hacia el terapeuta dis
minuyan, al ser un acceso directo al inconsciente. n
e) Que el terapeuta tiene capacidades especiales que le permi
ten controlar la voluntad del cliente para que abandone los
malos hábitos y cree unos mejores en su lugar D
Aplicación de la hipnosis

Una vez se han seleccionado las principales sugestiones


estándar y específicas que se pretenden aplicar, el terapeuta debe
seleccionar el tipo de método de inducción que desea utilizar. Esta
decisión depende esencialmente de las necesidades del cliente,
pero también de las preferencias del terapeuta. Es recomendable
familiarizarse con métodos activo-alerta y de hipnosis despierta, ya
que son muy útiles y eficientes en todos aquellos casos donde la
persona necesite estar activa, despejada o con los ojos abiertos.
No obstante, la mayoría de los terapeutas utilizan métodos por
relajación, ya que son los más conocidos por los clientes y son
fáciles y cómodos de aplicar por los terapeutas. Más aún, a pesar
de que se pierde velocidad en el intercambio de información entre
cliente y terapeuta, los terapeutas se sienten más seguros al dar las
sugestiones, pues son más fáciles de administrar mientras el cliente
está muy relajado y sin mirar al terapeuta. Por ello, se relatan a
continuación varios tipos de métodos de inducción para,
posteriormente, comentar varias formas de dar sugestiones
hipnóticas.

6.1. Métodos de inducción

Antes de inducir la hipnosis, y mientras la persona está


sentada cómodamente en un sillón, se le debe avisar de los
fenómenos esperables durante la inducción hipnótica. Si es una
induc-
80 Parte II: Protocolo de aplicación

ción por relajación, las reacciones son como las de la relajación:


mareo (agradable), hormigueo, somnolencia, pesadez, sensación
de flotación, etc. En este tipo de inducción, si la persona es
diabética, se le pide que haga lo que deba para evitar una caída
brusca de su nivel de glucosa. Si la persona es hipotensa, se le
recuerda que la relajación es hipotensora, y que si nota algo
similar a la lipotimia, debe avisar al terapeuta rápidamente. Es
frecuente que se establezcan señales para que el terapeuta sepa
que el cliente desea abandonar urgentemente el contexto
hipnótico. Por ejemplo, levantando una mano reiteradamente
(además de decirlo ver-balmente).
Si los métodos son por activación, también conviene explicar
qué es lo que cabe esperar de ellos, para que no se confundan las
instrucciones de activación con instrucciones ansiogénicas. Más
adelante se especifican formas concretas de abordar este
problema.
Así mismo, es conveniente que se indique cómo reducir los
pensamientos e imágenes interferentes y que dificultan que el
paciente se concentre. Una forma sencilla de hacerlo es
simplemente no tratar de combatirlos. Simplemente se deben dejar
pasar, incluso centrarse en ellos e intentar incrementarlos para
provocar el efecto paradójico descrito ya en otro apartado.
Todas estas precauciones pretenden fomentar que la
primera experiencia con la hipnosis sea agradable y con
sensación de seguridad. Se sabe que las personas que son
hipnotizadas relatan que la experiencia es muy agradable
(especialmente las que experimentan la hipnosis por
relajación). También es conocido que tras la primera
experiencia con la hipnosis las creencias de la persona sobre ella
son mucho más realistas. Por todo ello, aunque generalmente la
primera experiencia hipnótica en consulta se realiza a través de
una hetero-hipnosis por relajación, parece conveniente
comenzar con una auto-hipnosis. La razón es simple: si el
cliente se auto-hipnotiza (aunque sea siguiendo instrucciones
y sugestiones del terapeuta), la situación se rotula y define
como algo controlable por el usuario. Es él quien activará o
eliminará el contexto hipnótico. La experiencia indica
claramente que, si se inician estos momentos del proceso
terapéutico con una auto-hipnosis, es más probable que el
paciente se implique mucho más en las sugestiones. En caso de
fracaso, además, todavía queda el recurso de las sugestiones
del terapeuta,
Capítulo 6: Aplicación de la hipnosis II

que puede reforzar y fomentar el proceso hipnótico. Por ello, se


expone a continuación un método de auto-hipnosis agradable y
eficaz para promover respuestas sugestivas y que permite ya
desde el comienzo trabajar con hipnosis por relajación y con
hipnosis despierta.

6.1.1. El método de auto-hipnosis rápida

El método de auto-hipnosis rápida consta de tres pasos muy


estructurados (Capafons, 1998a, b). Todos ellos, especialmente los
dos primeros, están diseñados para que instiguen sensaciones de
relajación, pesadez e inmovilidad corporal. Todos los
movimientos que se realizan se explicitan como formas de
conseguir estas reacciones, de forma que el cliente no sólo no
"dude" de que se deben a "trucos", sino que, por el contrario,
sepa de forma clara y contundente que los ejercicios están
pensados como "trucos" para fomentar tales reacciones. Con este
planteamiento, tal y como ya se ha indicado, se busca la
colaboración del cliente, de modo que con su actitud fomente la
evocación de las sensaciones y se eviten las pugnas frecuentes
entre hipnotizador e hipnotizado acerca de la "veracidad" de las
reacciones. Así, el terapeuta deberá indicar que todos los
ejercicios buscan reacciones naturales y que, por lo tanto, son
nuestros aliados para conseguir que funcionen las sugestiones
terapéuticas.
La forma de enseñar y preparar al cliente adopta la lógica del
moldeamiento y encadenamiento dentro del análisis funcional de
conducta aplicado (incluidos el modelado e instrucciones
verbales, además de la instigación). Es decir, se entrenan los
pasos por separado y luego se encadenan, asumiendo que los
reforzadores son tanto sociales (los que da el terapeuta),
propioceptivos (el éxito en lograr las reacciones y sensaciones
como resultado de administrar las sugestiones terapéuticas) y
auto-refuerzos (el sentimiento de eficacia del paciente).
Finalmente, todo el procedimiento se asemeja a un proceso
de desvanecimiento y de generalización de estímulos. En este caso,
lo que se desvanece son las instrucciones del terapeuta, los
ejercicios instigadores y las reacciones de pesadez, si bien
pueden seguir usándose los dos últimos elementos como medida
de mantenimiento del hábito y para fomentar el
sobreaprendizaje.
82 Parte II: Protocolo de aplicación

Previo al aprendizaje de los pasos de la auto-hipnosis rápida,


debe explicarse al cliente la lógica del método. Para ello se le dice
más o menos lo siguiente: "Existen varias formas de inducir la
hipnosis de forma muy rápida, en cuestión de segundos. Nosotros
utilizaremos dos de ellas. Las he elegido porque son muy potentes
y, además, porque pueden utilizarse de modo que pasen
desapercibidas en tu vida cotidiana. Me refiero al apretón de
manos y a la caída hacia atrás. Cuando evalué tu susceptibilidad
a la hipnosis, realizamos un ejercicio en el que te sugerí que
caerías hacia atrás, y otro en el que tuviste que trenzar las manos
y notar una sensación de inmovilidad (no poder separarlas) ¿Lo
recuerdas? Bien, pues estos dos ejercicios se pueden reconvertir
en métodos rápidos de inducción hipnótica. Y eso es lo que
haremos a continuación, sólo que en formato de auto-hipnosis. No
te preocupes, pues los ejercicios que vamos a hacer están pensados
para que no debas caerte al suelo ni hacerte daño. Tampoco hará
falta que te sujete nadie ni notarás tus manos pegadas. Lo
importante es sólo tener la sensación de caída, aunque no caigas
realmente en ningún sitio, y de presión en las manos".
Explicado lo anterior, y tras preguntar al cliente si tiene
alguna cuestión preliminar que preguntar, se pasa a enseñar los
pasos de la técnica.

A) Apretón de manos

El terapeuta junta las manos, sin trenzar los dedos, sino


uniendo la una a la otra, y sin realizar presión alguna. "Ello es
útil [se le dice al paciente] para evitar hacerme daño en el caso
de que lleve anillos o sortijas. También es conveniente para
personas con problemas artríticos, reuma, etc." Sujetándose una
mano contra la otra, coloca los brazos en alto, en posición de
oración (como en el ejercicio de evaluación), flexionando
ligeramente los brazos por los codos. A continuación, el
terapeuta inspira aire profundamente y, mientras lo exhala
lentamente, aprieta ligeramente las manos. En este momento
dice al paciente: "Fíjese. Es muy importante apretar sólo un
poco mientras suelta el aire muy lentamente. No es adecuado ni
soltar el aire con brusquedad, ni apretar demasiado. No se trata
de tensar mucho. Sólo lo suficiente como para notar más
adelante sensación de pesadez en los bra-
Capítulo 6: Aplicación de la hipnosis 83

zos. Al fatigarlos ahora en este ejercicio, nos será más fácil


después notarlos pesados y hacer un ejercicio de inmovilidad del
brazo. La respiración lenta nos ayudará a notar pesadez general
y sensación de relajación. Recuerde que todo lo que nos pueda
ayudar a experimentar las sugestiones, hemos de utilizarlo. Aquí
no hay ni trampa ni cartón. Hemos de ayudarnos de todo lo
posible. Ahora repetiré el ejercicio dos veces más, sin aflojar
las manos en cada nueva inspiración. Por el contrario,
mantendré las manos tensas mientras inspiro, para seguir
tensándolas mientras exhalo (el terapeuta ejecuta los pasos, para
dejar caer los brazos bruscamente sobre las piernas al terminar
de soltar el aire por tercera vez). Como ves, cuando he terminado
de exhalar y de tensar por tercera vez, he soltado los brazos
bruscamente sobre mis piernas. Esto es muy importante, pues
ayuda a que me relaje y a que experimente ciertas reacciones
que luego me serán muy útiles (pesadez, hormigueo, etc.).
Ahora debes realizar tú mismo este ejercicio. Recuerda, no se
trata de que aprietes mucho, sino de notar las manos cada vez
más tensas a medida que repites la inspiración y la exhalación
(el cliente lo realiza, mientras el terapeuta le corrige y ayuda las
veces que sean necesarias)".
Conviene aclarar detenidamente al paciente que en cada
exhalación debe apretar ligeramente más las manos, llegando a la
tercera exhalación con un nivel de tensión moderado y suficiente
como para notar pesadez en las manos y en los brazos, al
dejarlos caer bruscamente sobre las piernas. No se trata, pues, de
tensar mucho las manos cada vez que se libera el aire, sino de
aumentar suavemente y de forma creciente la fuerza con la que las
manos se unen.
Por otro lado, algunas personas exhalan el aire con
demasiada brusquedad o velocidad. Si el cliente tiene dificultad
en exhalar lentamente, se le pide que imagine una vela colocada a
25 cm de distancia de su boca. Al soltar el aire, la llama debería
moverse, pero no apagarse. Ésa sería la intensidad de la
exhalación. Si el cliente no lo imagina o no suelta el aire con
lentitud, el terapeuta puede colocar una llama real (un mechero
es útil en estos casos), de modo que el paciente aprenda a no
apagarla, sino sólo a moverla. Una vez conseguido esto, se
continúa con el siguiente ejercicio, reforzando verbalmente el logro
del paciente: "Muy bien, está consiguiendo aprender muy deprisa.
Es una buena señal. Es muy probable que tenga éxito con este
método. Ahora pasaremos al siguiente paso, la caída hacia atrás".
84 Parte II: Protocolo de aplicación

B) Caída hacia atrás

El terapeuta comienza modelando el ejercicio, como en el paso


anterior, diciendo más o menos lo siguiente: "Ahora me reclino en
el sillón para adoptar una postura cómoda. Es la postura que
resultará cuando me deje caer hacia atrás. Por lo tanto, es muy
importante que me quede en una posición cómoda ¿De acuerdo?
A continuación me inclino hacia delante, separando mi espalda
unos 20 cm del respaldo, y me dejo caer bruscamente, como cuando
cambio de posición al estar sentado hacia delante y quiero
ponerme más cómodo [el terapeuta hace dos o tres veces el
movimiento, dejándose caer hacia atrás]. Cuando hago esto, noto
una cierta sensación de relajación muscular (al estar más cómodo)
y de inmovilidad momentánea. Esta inmovilidad ligera es una
reacción natural, presente en muchos animales cuando cambian
bruscamente a una posición en la que están más indefensos. Esta
reacción no es 'hipnótica', sino una respuesta biológica, que nos
ayudará a fomentar una reacción posterior, muy importante para
conseguir activar nuestra mente y lograr auto-hipnotizarnos, algo
que sólo los humanos podemos conseguir. Ahora repite tú mismo
este ejercicio. Verás que no es difícil ni molesto, pero debes
adquirir práctica para quedar en una posición cómoda, y para
poder hacerlo de forma disimulada, sin que nadie note nada [el
cliente lo repite varias veces, como en el ejercicio de apretón de
manos]. Muy bien, ahora vamos a unir ambos pasos. Después te
I
daré algunas sugestiones para notar reacciones de pesadez y de
inmovilidad corporal. Sabes que si no interfieres podrás notar las
reacciones que te propondré. También sabes que si no son de tu
agrado puedes interrumpirlas en cualquier momento y sin
dificultad, por lo que te ruego que colabores todo lo posible".

C) Encadenamiento de los dos pasos

El terapeuta modela también este ejercicio, separándose del


respaldo 20 cm, uniendo sus manos e inspirando aire. Al soltar el
aire, aprieta ligeramente las manos y exhala el aire lentamente. A
continuación lo repite dos veces más, sin aflojar las manos en cada
nueva inspiración, tal y como hemos indicado. Cuando ya ha
terminado de apretar en la última exhalación, deja caer las
manos
Capitulo 6: Aplicación de la hipnosis 85

bruscamente sobre sus piernas y el tronco sobre el respaldo,


también de forma brusca, explicando lo que hace. A continuación,
pide al cliente que haga lo mismo, ayudándole y corrigiéndole de
forma amable y "motivadora", especificando las reacciones que
se provocan, aproximadamente de la siguiente forma: "Como
podrás observar, las manos están más pesadas, realmente todo tu
cuerpo está más pesado, y te notas bastante relajado. Bien, esto
nos permite fomentar las reacciones del siguiente paso". Algunas
personas se relajan realmente mucho en este paso, ante lo cual, el
terapeuta debe mostrar sorpresa y resaltar el buen pronóstico
que implica esta reacción.
Si el cliente indica que no nota nada de lo descrito, debemos
sospechar que está interfiriendo, ya que los ejercicios están
diseñados para que casi todo el mundo note pesadez y relajación,
según la investigación indica. Por lo tanto, si el paciente dice no
poder notar pesadez, el terapeuta debe interrumpir la sesión y
averiguar cuál es el problema (puede ser que los pasos se estén
realizando incorrectamente o que exista temor a la hipnosis,
incredulidad ante lo que observa, temor a hacerse daño, o
desencanto por creer que el método no es suficientemente potente
o "esotérico"). Hasta que tales dudas o temores queden
eliminados, no debe pasarse al siguiente paso. En otros pocos
casos, las personas experimentan sensación de ligereza en brazos
y manos. A ellas se les dirá que aún tenemos otros métodos que se
basan más en la sensación de ligereza, métodos que se mostrarán
en otro momento. No obstante, como es importante disponer de
varios métodos de auto-hipnosis (y especialmente necesitaremos
de la auto-hipnosis rápida si queremos trabajar con hipnosis
despierta), destinamos unos minutos a corregir las sensaciones,
tal y como se indican en el capítulo 7.
Finalmente, una vez el cliente domina la secuencia descrita, el
terapeuta prosigue con el siguiente paso: la inmovilidad corporal.

D) Inmovilidad corporal

"Ahora [indica el terapeuta] repetirás esta secuencia que


acabas de aprender, y cuando hayas 'caído hacia atrás', yo te
sugeriré ciertas reacciones en las cuales notarás las manos cada
vez más y más pegadas a las piernas. Cuando te sea muy difícil
poder separar las manos de las piernas o estés tan relajado y
pesado que te
86 Parte II: Protocolo de aplicación

genere demasiada pereza intentar separarlas, ya habrás activado


lo suficiente tu mente, tu cerebro, como para provocar reacciones
extraordinarias, enriquecedoras y útiles para tu problema.
Recuerda que en cualquier momento puedes interrumpir tales
reacciones. Pero lo que importa aquí es que puedas usarlas para
poder auto-administrarte las sugestiones terapéuticas con suma
eficacia, y en cualquier momento y lugar que desees ¿De
acuerdo?".
Una vez el cliente ha realizado, de nuevo, el apretón de manos
y la caída hacia atrás, el terapeuta inicia las sugestiones: "Ahora,
cierra los ojos sólo si lo deseas, pues no hace falta cerrarlos para
estar hipnotizado. Céntrate en tus manos. Una de ellas, o ambas,
estarán cada vez más y más pesadas, pegadas a las piernas... [en
tono lento y pausado] más y más pesadas, pegadas, pesadas y
pegadas, como si fueran sólidas a las piernas. Para ello, si lo crees
oportuno, puedes ayudarte de imágenes como que una cuerda
suave ata sus manos a las piernas, o que un pegamento o
cemento muy poderoso une tus piernas a las manos, o que un
objeto muy pesado impide que puedas levantar las manos. Si notas
esas reacciones, observarás dentro de un momento que te será
muy difícil levantar las manos, muy, muy difícil..., tanto que
intentarás hacerlo y no podrás. Sabes que, si lo deseas, puedes
levantar las manos en cualquier momento. Pero si permites que tu
mente actúe, que tu cerebro se active lo suficiente, observarás que
no puedes despegar las manos de las piernas. Más aún, cuanto
más y más lo intentes, más difícil te será levantarlas, incluso más y
más se pegarán a las piernas. Inténtalo y observarás lo difícil que
es separar las manos de las piernas [el cliente lo intenta y no
'puede']. Muy bien, estupendo, veo que has conseguido controlar
tu mente, de modo que ésta sigue tus instrucciones. Ahora, céntrate
en las manos. Cada vez estarán más y más ligeras, recobrando su
tacto habitual... eso es, ahora ya podrías separarlas. Cada vez están
más y más ligeras... eso es. Ahora contaré hasta tres. Cuando
lleguemos al tres ya estarás 'fuera' de auto-hipnosis, abrirás los
ojos (si el paciente los cerró) y te encontrarás despejado, activo,
con ganas de trabajar sobre tu problema, tranquilo y relajado.
Muy bien, uno..., dos... y tres. ¿Cómo te encuentras?".
En ocasiones, algunos pacientes muestran pesadez y
somnolencia a pesar de haber acabado con la situación "hipnótica",
especialmente si son pacientes hipotensos (presión arterial baja),
tal y como ya se ha indicado. En este caso, se les pide que no se
asus-
Capítulo 6: Aplicación de la hipnosis 87

ten, pues es una reacción relativamente frecuente y normal. Más


bien, se atribuyen esas reacciones a la buena capacidad de la
persona para manejar con éxito el método. A continuación,
simplemente se les pide que cierren los ojos y vuelvan a contar
hasta tres. Si presentan aún dificultad, se realizan ejercicios de
imaginación en los que el paciente debe correr para coger un
autobús o tren, o para beber un trago de agua cuando está
sediento en un día de verano, etc.
Una vez terminado este ejercicio motor de reto, se realiza una
breve entrevista para comprobar las reacciones que se han
provocado, cómo las ha experimentado el cliente (intensidad y
si han sido agradables), qué imaginó, si lo hizo, etc. Con esta
información se adaptarán los ejercicios a las características y
preferencias del paciente en las sucesivas sesiones. Téngase en
cuenta que es fundamental que el ejercicio de reto se haya
logrado, al menos parcialmente, pues al sorprender al paciente,
deviene en una "prueba" contundente de que se ha estado
hipnotizado. Si no lo logramos, debemos analizar por qué y
realizar ejercicios correctores, tal y como ya se ha indicado.
Por otra parte, se señalará al cliente que lo importante es que
practique todos los días el método tres veces seguidas, tres veces
al día (por la mañana, al mediodía y por la noche) durante una
semana al menos, hasta que consiga realizarlo con velocidad y con
los ojos abiertos. Además, se le aconseja que lo practique en varios
lugares diferentes, siguiendo con las pautas habituales sobre
generalización de estímulos. Posteriormente, se instruye al cliente
para que provoque una reacción que le sirva como "señal" para
poner en marcha sus habilidades sugestivas, introduciéndole, si no
se hizo ya antes, en el concepto de recuerdo sensorial (Kroger y
Fezler, 1976) más o menos, del siguiente modo: "Cuando ya
domines los pasos que has aprendido, podrás auto-hipnotizarte
en público de forma aún más disimulada y rápida, pues no
tendrás que apretar las manos ni caer hacia atrás. Sólo debes
centrarse en uno de tus brazos (el de la mano que más se
inmovilice de las dos), y empezar a notar cómo deviene cada vez
más pesado y pegado a tu cuerpo. En esos momentos estarás
activando tu recuerdo sensorial: es decir, tu capacidad para
reproducir emociones, sensaciones, sentimientos,
comportamientos, etc., que experimentaste en un momento de tu
vida y que han quedado almacenados en tu cerebro (piensa que
cuando oyes determinadas canciones que asociaste a algo,
Parte II: Protocolo de aplicación

tras mucho tiempo de no haberlas oído, te sobrevienen recuerdos


que creías olvidados, así como emociones y sensaciones que se
asociaron a ellos).
Sin embargo, la memoria no es una grabadora. Nuestros
recuerdos son interpretaciones selectivas y, al menos, simplificadas
de la realidad. Pero la memoria tiene un valor adaptativo
importante. Si conseguimos disciplinarla, nos ayudará a reconocer
fuentes de peligro o de seguridad. Nos ayuda a mantener las
habilidades que nos han servido para mejorar nuestra situación, o
que necesitamos para comunicarnos con nuestro entorno. Por lo
tanto, la memoria, aun no siendo una grabación fiel y exacta de lo
que nos ocurre, sí puede mantener aspectos relevantes y
necesarios de nuestras reacciones o de eventos del entorno que
nos permiten seguir recordando, por ejemplo, cuál es nuestro
nombre, el idioma con el que nos comunicamos, los números de
teléfono más familiares para nosotros, etc. Pero, a veces, nuestro
almacenamiento de la información se realiza de forma involuntaria,
sin que tengamos especial interés en conservar ciertas imágenes,
emociones o sentimientos. Esto suele ocurrir cuando asociamos,
por ejemplo, ciertos olores o canciones, tal como te he explicado,
a determinadas reacciones nuestras (emociones de ternura, amor,
etc.). A pesar del tiempo transcurrido, cuando oímos u olemos
ciertos estímulos, evocamos de forma automática las reacciones
que asociamos a ellos. Estas reacciones no son una copia exacta
de lo que experimentamos, pero sí muy parecida y, sobre todo,
valiosa. Si las reacciones activadas o evocadas son desagradables,
tenderemos a evitar tales estímulos, mientras que si son
satisfactorias, no evitaremos tales eventos, sino que,
probablemente, intentaremos mantenerlos. Para aprovecharnos de
nuestro recuerdo sensorial, debemos disciplinar y entrenar
nuestra mente para que pueda evocar, activar o reproducir
(aunque no sea de manera exacta) aquellas reacciones que nos
interesan en un momento dado (conductas, imágenes, sensaciones,
emociones, etc.) y que experimentamos tiempo atrás. Por ello,
no hará falta que repitas todos los pasos que te he enseñado.
Únicamente debes centrarte en el brazo. Si permites que el
recuerdo sensorial funcione, podrás reproducir las sensaciones que
creaste en los ejercicios anteriores y tu brazo devendrá pesado e
inmóvil. Tú sabes que puedes interrumpir estas sensaciones en
cualquier momento. Lo que nos importa es que, cuando te sea muy
costoso moverlo, ya habrás activado tu mente lo suficiente para
poder empezar a darte sugestio-
Capítulo 6: Aplicación de la hipnosis 89

nes. Podrás mantener los ojos abiertos, e incluso mantener una


conversación, mientras te relajas o te activas, te anestesias, etc.,
según lo que necesites ¿Comprendes lo que te quiero decir?".
La investigación experimental sobre la eficacia de estas
instrucciones, las experiencias clínicas y los estudios piloto que se
están realizando indican que esta reacción la consiguen
prácticamente todas las personas, por lo que, si el individuo fracasa,
hemos de averiguar las razones de tal fracaso y aplicar los
ejercicios correctores oportunos.
Cuando hayamos logrado la inmovilidad del brazo, se pueden
realizar varios ejercicios estándar para que el usuario se convenza
de que realmente está "auto-hipnotizado". Usando este último
eslabón (la disociación del brazo), estamos usando ya la hipnosis
despierta. Este tipo de hipnosis carece de inducción hipnótica
tradicional (relajación), mientras la persona se siente activada,
con los ojos abiertos, manteniendo una posición corporal
"natural" y una conversación fluida, con todas las ventajas que
ello supone para la generalización a la vida cotidiana de los
avances conseguidos en terapia. Una forma de hipnosis despierta
que se expondrá más adelante es la terapia de auto-regulación
emocional (Amigó, 1992; Capafons, 1999).
Sin embargo, los métodos más habituales de auto-hipnosis, en
general de hipnosis, son los métodos por relajación. Estos
métodos no son tan flexibles y polivalentes como el de auto-
hipnosis rápida, pero es aconsejable que el cliente los conozca
para prevenir el aburrimiento que genera el usar siempre el
mismo método y para que amplíe sus recursos de afrontamiento.
Uno de los métodos más conocidos y usados es el de inducción de
perfil hipnótico por enrollamiento ocular de Spiegel y Spiegel
(1978). Este método consta de tres pasos. El número de orden de
cada paso indica el número de acciones a realizar en él. En el
primer paso sólo hay que hacer una cosa: se pide al cliente que
enrolle los ojos tal y como lo hizo en el ejercicio tres de la
evaluación de la susceptibilidad hipnótica. En el segundo paso, se
pide al cliente que haga dos cosas: sin bajar los ojos, debe bajar los
párpados (como en el ejercicio de evaluación) e inspirar
profundamente. En el tercer paso, el usuario deberá realizar tres
acciones: soltar el aire con brusquedad, bajar los ojos e intentar
experimentar flotación. Si lo consigue, provocará una reacción
considerable de relajación y la persona ya se habrá auto-
hipnotizado.
90 Parte II: Protocolo de aplicación

Para facilitar la sensación de ingravidez se pueden relatar


imágenes como que la persona es un astronauta flotando en el
espacio o que está volando en un parapente o que flota en una
colchoneta plácidamente, etc. Una vez que suponemos que la
persona está hipnotizada, se le sugiere que su brazo es cada vez
más y más ligero para provocar una levitación de la mano.
Podemos acompañar nuestras sugestiones con imágenes como
que un chorro de agua potente, como las mangueras de los
bomberos, empuja la mano hacia arriba; o que unas poleas
levantan la mano a través de unas cuerdas suaves y agradables,
tal y como se relatan más adelante (epígrafe 6.1.2). En fin,
podemos sugerir cualquier cosa que ayude al paciente a levitar
la mano. Aquí, según los autores del método, debe
experimentarse flotación de nuevo (si bien la práctica indica
que no es necesario). Cuando lo ha conseguido, la persona ya
está auto-hipnotizada y puede darse las sugestiones que se
hayan seleccionado. Algunos clientes creen haber levantado
la mano, aunque no lo han hecho realmente (alucinación de
levitación). Si ése es el caso, se le hará saber al cliente,
indicando que lo importante es notar la sensación de ligereza y
de subida, aunque esta última no se haya producido realmente.
Para terminar con esta auto-hipnosis, el paciente sólo debe abrir
los ojos y mirar su mano, que caerá en ese instante. Si es necesario,
como con la anterior auto-hipnosis, se cuenta hasta tres y se usa la
imaginación para activar a la persona.
Cuando el paciente domina el procedimiento, se cambian
algunos de los movimientos para hacerlo más disimulado y así
poder practicarlo en situaciones públicas. Para ello, la persona debe
tener los párpados cerrados y subir los ojos en esa posición. Luego
toma aire, y se realizan los mismos pasos descritos más arriba.
Finalmente, la mano debe subir lentamente para acercarse a la
frente como si se tratara de apoyar la cabeza sobre ella.
La investigación realizada indica que este método presenta
algunas dificultades a los clientes. Algunos se quejan de que les
molesta tener que enrollar los ojos (algo que se detecta ya en el
ejercicio de evaluación). Otros son incapaces de experimentar la
levitación y muchos necesitan usar la imaginación. Sin embargo,
la dificultad más importante es el poder utilizarlo
disimuladamente en situaciones públicas y sin interferir con las
actividades cotidianas. En este sentido, estos ejercicios de auto-
hipnosis sue-
Capítulo 6: Aplicación de la hipnosis 91

len ser más un complemento de la auto-hipnosis rápida que su


sustituto, salvo en aquellos pacientes que muestren una clara
preferencia por ellos (aunque la investigación indica que la auto-
hipnosis rápida es percibida como más agradable que este
método de enrollamiento ocular).

6.1.2. Un método heterohipnótico por fijación


de la mirada y relajación

Los métodos de inducción por relajación suelen presentar varias


características comunes:

a) Fatiga ocular. Se pide al cliente que mire a un punto fijo


(o que haga algún ejercicio que le canse los párpados, como
abrirlos y cerrarlos velozmente) y que no cierre definitiva
mente los ojos hasta que lo indique el terapeuta.
b) Conteo. Bien hacia atrás o bien hacia delante. Junto a este
conteo se da la sugestión de que el cliente estará más rela
jado e hipnotizado a medida que avancen los números
(o retrocedan).
c) Repaso mental de las zonas más importantes del cuerpo. Este
repaso se acompaña de sugestiones de relajación de cada
parte a la que se presta atención.
d) Caída y profundización. Generalmente se sugiere al pacien
te que está cayendo en una hipnosis profunda y se dan
sugestiones que indican descenso, abandono, dejarse lle
var, etc.

Teniendo en cuenta estos aspectos básicos, el terapeuta


puede diseñar sus propios métodos en función de sus
preferencias y de las del cliente. No obstante, hay que tener
cuidado con métodos de inducción como el de inducción doble
de la programación neurolingüística (en el que se utilizan dos
terapeutas para inducir la hipnosis), ya que contrariamente a los
que se defendían, no se muestra superior a los métodos
tradicionales por relajación y sí que provoca más abandono y
confusión entre los clientes.
Una vez aclaradas las dudas que el cliente pudiera aún
mostrar, se le pide que busque un punto en la pared o en el
techo (o se le da un objeto en el que pueda centrar la
atención, o se
92 Parte II: Protocolo de aplicación

coloca un punto de luz a la altura de sus ojos, etc.) y se le dice más


o menos lo siguiente: "Ahora, concéntrate en el punto. Observa
su aspecto, forma y rugosidades (si las tiene). Dentro de un
momento, notarás los ojos cansados. Te voy a pedir que no los
cierres hasta que yo te lo indique. Cuando yo te lo pida, cerrarás
los ojos. En ese momento ya estarás en hipnosis 'ligera', es decir,
ya habremos comenzado con el proceso de activar tu cerebro
para que funcione eficazmente. Ahora observa cómo se cansan los
ojos. Cada vez los notas más y más pesados..., pesados..., muy
pesados y cansados... Cada vez te cuesta más y más tener los
ojos abiertos... Cada vez apetece más el cerrarlos..., eso es..., nota
cómo se cierran los ojos, pero no bajes los párpados todavía...
[cuando hay signos evidentes de fatiga]. Ahora cierra los ojos (si
el cliente no lo hace, interrumpimos la sesión, pues está
interfiriendo con el proceso) y céntrate en mi voz; escúchame
con atención..., puedes escucharme y concentrarte en lo que te
digo. Sigue mis instrucciones y observarás cómo puedes realizar
unos ejercicios divertidos, interesantes y enriquecedores para ti.
Muy bien, relaja tus manos y brazos, eso es..., los hombros...,
relaja la cabeza y la cara..., cada vez más y más relajados...,
relaja el pecho, eso es..., el vientre..., las nalgas..., muy bien..., las
piernas y los pies..., cada vez estás más y más pesado...,
relajado..., somnoliento..., hipnotizado..., hipnotizado..., muy
bien..., estupendo... Ahora contaré de 20 a 0. A medida que me
acerque al 0, te notarás más y más pesado, relajado, hipnotizado...,
muy pesado, relajado e hipnotizado... [lentamente] 20,19,18,
relajado..., pesado..., hipnotizado..., 17, 16,15,14,13, cada vez
más y más hipnotizado, somnoliento, adormecido... hipnotizado,
12,11,10,9, 8, profundamente hipnotizado y somnoliento..., 7, 6,
5,4, pesado y relajado, muy relajado... 3, 2,1 y 0. Ahora trata de
imaginar lo que te vaya sugiriendo. Estás flotando tumbado en
una colchoneta encima del mar calmado de una tarde de
verano. Estás muy pesado pero flotando, pesado y flotando.
Ahora caes suavemente al agua, pero estás dentro de una
burbuja de aire. Comienzas a descender lentamente hacia el fondo
del mar..., es muy agradable..., vas cayendo y cayendo..., muy
despacio caes y caes..., puedes observar cómo suben las
burbujas de aire hacia la superficie, mientras tu sigues bajando y
bajando..., la superficie cada vez está más lejos..., a medida que caes,
estás más hipnotizado, relajado, y tu mente está activa y
receptiva, activa y receptiva..., sigues cayendo mientras observas
Capítulo 6: Aplicación de la hipnosis 93

cómo algunas algas y peces quedan por encima de ti, a medida


que desciendes, desciendes..., eso es. Ahora estás muy, muy
hipnotizado, relajado. Tu mente está muy receptiva. Sabes que
ahora funciona a gran velocidad y ante cualquier solicitud que
le hagas. Sabes que bajo hipnosis podemos conseguir
reacciones increíbles para ti, muy divertidas y enriquecedoras".
Una vez hemos terminado con la inducción preguntamos a la
persona si desea seguir con los ejercicios, quien puede mover una
mano para indicar su consentimiento. Si su respuesta es negativa,
terminaremos con la situación hipnótica y entrevistaremos al
cliente para averiguar las razones que le impiden continuar con la
hipnosis. Si, por el contrario, consiente en realizar los ejercicios,
proseguiremos con los que tuviéramos previstos para esa
sesión, comenzando con los más fáciles (motores) para terminar
con los más complicados (perceptivo-cognitivos y de reto). Por
ejemplo, podemos realizar una levitación del brazo, diciendo
aproximadamente lo siguiente: "Céntrate en tu brazo dominante,
y observarás que, si dejas que las cosas ocurran como lo has hecho
hasta ahora, lo notarás cada vez más y más ligero, liviano, como una
pluma..., eso es, observa cómo tiende a ascender, a levitar..., sólo
deja que las cosas ocurran, y ocurrirán... [el brazo comienza a
ascender], muy bien, sube y sube, cada vez más y más, eso es, sin
fatiga ni cansancio, sólo sube ligero, como si lo impulsara un
enorme chorro de aire... (en el caso de necesitar apoyo con
imaginación: tu brazo está como hueco..., relleno de un gas muy
ligero, gas helio, o como el que hace que los globos de los niños
se eleven..., o quizá unas poleas sujetan tu muñeca, estiran de
ella hacia arriba, subiendo tu brazo cada vez más y más..., eso
es..., observa cómo sube...)".
Es conveniente establecer una señal de reinducción rápida para
ahorrar tiempo en la siguiente hipnosis. Como se ha comentado en
capítulos anteriores, éste es un tipo de sugestión posthipnótica fácil
de realizar. Normalmente se le dice a la persona lo que sigue: "Ahora
escúchame con atención: cada vez que ponga mis manos sobre
cualquiera de tus hombros (o chasquee mis dedos -o cualquier otra
señal que parezca oportuna-), y siempre que lo desees, volverás a
estar tan hipnotizado como lo estás ahora [se repite varias veces
la instrucción]".
Finalizados los ejercicios, daremos las instrucciones para
abandonar la relación hipnótica, más o menos como lo hicimos
con la auto-hipnosis rápida: "Ahora contaré hasta 3. A medida
que nos
94 Parte II: Protocolo de aplicación

acerquemos al 3, estarás menos hipnotizado, somnoliento y


pesado. Cuando alcancemos el tres, te sentirás tranquilo, relajado,
pero activo, y motivado; con ganas de hacer cosas, despejado y
activado. Muy bien, 1, más activo y despejado; 2, relajado y
motivado..., despejado, saliendo de hipnosis; 3, estás totalmente
despejado y activado, fuera de hipnosis..., ya puedes abrir los
ojos ¿Cómo te encuentras?".
En ocasiones, tal y como puede ocurrir con la auto-hipnosis
rápida, la persona muestra todavía signos de estar muy relajada y
dice tener dificultades para "salir" de hipnosis. A veces son tan
agradables para el paciente las sensaciones que ha experimentado
que se resiste a abandonar la relajación "hipnótica". Si éste es el
caso, se le deja un minuto más y luego se repite el proceso
anterior. En el caso de que la persona no desee estar más tiempo
"relajado", sino que desea "deshacerse" de la pesadez o
somnolencia que pudiera experimentar todavía, se repite el
conteo para deshipnotizar, dando instrucciones de activación
biológica a través de las imágenes ya mencionadas, como que la
persona tiene sed y debe correr para beber agua o se da un
chapuzón en agua muy fría, etc. Esta reacción de extrema pesadez
y dificultad para salir de la relajación (hipnótica o no) es frecuente,
recuérdese, en personas hipo-tensas.
En ocasiones la persona puede quedar dormida. Si es ése el
caso, se le deja reposar durante un período de tiempo y luego se
le despierta sin sobresaltos (salvo que lo haga ella por sí misma).
Se le explica entonces que esa reacción es habitual en personas con
exceso de trabajo e insomnes (salvo trastornos específicos que
conviene descartar, como el síndrome de apnea del sueño o
narcolep-sia), por lo que se le recomienda que use la hipnosis
para descansar más profundamente.
En el momento en que la persona ya se sienta "fuera de
hipnosis", debemos realizar una entrevista en la que evaluemos
los aspectos siguientes: que sensaciones pudo experimentar, qué
imágenes le ayudaron a experimentarlas, que imágenes generó
por sí mismo, qué sugestiones le funcionaron y cuáles no, qué
ejercicios le resultaron agradables y cuáles molestos, y una
valoración de su ¡ experiencia subjetiva sobre la hipnosis. Es
decir, debemos preguntarle al sujeto si se sintió "hipnotizado" y a
partir de qué experiencias decidió si lo estuvo o no (esto mismo es
aplicable a la auto-hipnosis).
Capítulo 6: Aplicación de la hipnosis 95

En la siguiente sesión pondremos en marcha la señal de


reinducción rápida y, si funciona correctamente, se realizarán
varios ejercicios estándar para confirmar que la persona
responde a las sugestiones y así poder empezar a trabajar con las
sugestiones específicas.

6.1.3. Un método activo-alerta polivalente

El modelo de intervención terapéutica a través de la


hipnosis que se está describiendo se basa en la creación de unas
actitudes positivas hacia ella, así como en el fomento de la
responsabilidad e implicación del cliente en el proceso de
cambio. Todo ello, aunque dependiendo del cliente y su
problemática, pivota en torno a la auto-hipnosis. De este modo,
el cliente deberá realizar una serie de ejercicios para adquirir la
habilidad de auto-hipnotizarse casi bajo cualquier circunstancia
(ésa es la función de la auto-hipnosis rápida), lo que le capacitará
para ser el agente principal y responsable del tratamiento
psicológico que recibe. No obstante, el terapeuta puede (y
debe) ayudar a que el cliente active eficaz y eficientemente
sus recursos. Para ello se puede hipnotizar a la persona con la
intención de reforzar la eficacia de las auto-sugestiones que se
da el cliente a través de la auto-hipnosis, tal como se ha
indicado. Lógicamente, el terapeuta puede usar los métodos
por relajación (y lo hará siempre que el cliente así lo necesite).
No obstante, ya se ha indicado que la hipnosis por relajación y
focalización de la atención es sólo una parte de las posibles
formas de aplicar y entender la hipnosis. En numerosas
ocasiones es necesario que la persona se sienta activada más que
relajada, sobre todo si deseamos que transfiera más fácilmente lo
practicado en consulta a su vida cotidiana. Éstas y otras razones
impulsaron a ciertos investigadores a diseñar métodos por
activación, denominados activo-alerta. En otros casos, se
mantiene la relajación, pero las instrucciones de inducción no
son de caída y concentración, sino de expansión (por
ejemplo," tu mente se abre, se expande, puede ver las cosas con
claridad, ampliando su perspectiva, como cuando se despega en
un avión, viendo cada vez más y más cosas..., tu mente está cada
vez más atenta, abierta, alerta, mientras tú estás cada vez más y
más relajado...").
96 Parte II: Protocolo de aplicación

En este sentido, también se pueden usar métodos de hipnosis


despierta, que animen a la persona a mantener los ojos abiertos, una
apariencia normal de persona activada, incluso manteniendo
una amena conversación con el terapeuta (tal y como se hace con la
auto-hipnosis rápida). Uno de los objetivos de la hipnosis por
activación, especialmente si es hipnosis despierta, es reforzar los
avances que el cliente logra. Por ello, las sugestiones que el
terapeuta da incluyen aquellas que indican que el método de auto-
hipnosis rápida será eficaz para permitir la activación de los
recursos del cliente, que las reacciones que se pretendan evocar,
realmente se evocarán, etc. Es decir, el terapeuta no marca la pauta
de lo que ocurrirá, sino que reafirma que el cliente será eficaz para
modular, regular y provocar el cambio terapéutico. En otras palabras,
generalmente la auto-hipnosis rápida es el eje en torno al cual
girará la heterohipnosis, especialmente la hipnosis por activación
o la hipnosis despierta.
Existen diversos métodos de hipnosis alerta (Barabasz y Bara-
basz, 1996; Vingoe, 1968; Wark, 1996). En general, tales métodos
suelen incluir el cerrar de ojos y relajación, como se ha
comentado (ver cuadro 6.1).

Cuadro 6.1. Diferencias entre los distintos tipos de hipnosis


Ritual de Relajación Sugestiones Activación Ojos
Método inducción alerta física abiertos

Focalización-atención Sí Sí NO NO NO

Alerta Sí SÍ SÍ NO NO*

Activo/alerta NO NO Sí Sí NO*

Vigilia/alerta** SÍ NO SÍ SÍ SÍ

Auto-hipnosis rápida** SÍ S Í* * * SÍ NO SÍ

Sugestión despierta NO NO NO NO Sí

* A veces se sugiere abrir los ojos, pero se mantiene la mirada fija y perdida. **
Métodos de inducir hipnosis despierta. Son polivalentes a ia hora de activar-relajar ***
Sólo en la versión larga
Capítulo 6: Aplicación de la hipnosis 97

Bányai fue quien creó un método alerta que no incluía


sugestiones de relajación, sino que, por el contrario, se sugería a
la persona actividad. De hecho, este método exige que la persona
pedalee en una bicicleta ergonómica o que camine a buen paso en
una sala para que su cuerpo se active y se tense. Una vez
hipnotizada (y generalmente con los ojos cerrados) se dan las
sugestiones de prueba. Por ello se denominó "hipnosis activo-
alerta" (Bányai, Zse-ni y Túri, 1993), probablemente el más
investigado y conocido de todos los métodos de este tipo. Sin
embargo, como es fácil de suponer, este método plantea una serie
de problemas en la práctica clínica. Entre ellas cabe destacar la
necesidad de disponer de una bicicleta ergonómica o de una sala
grande donde los pacientes puedan caminar para activarse, y el
ejercicio físico que requiere, ya que puede ser incompatible con
aquellos pacientes que sufran problemas cardiovasculares, o con
las preferencias de ciertos pacientes a los que no les gusta realizar
ejercicio (sobre todo si implica sudar). Es por ello que se diseñó un
método activo-alerta que, además de activar a la persona, la
prepara para experimentar la hipnosis despierta (método vigilia-
alerta, también conocido como mano-alerta [Capafons, 1998b]).
En este sentido, es un método polivalente.
Este método de inducción exige que el cliente realice sólo un
ejercicio físico suave (mover la mano), enfatiza el mantener los
ojos abiertos, activación general, incluso caminar mientras se
permanece "hipnotizado". Es un método heterohipnótico
entroncado con la hipnosis despierta y en el que se evitan las
dificultades mencionadas del método de Bányai. De hecho,
investigaciones realizadas con este método muestran un
incremento del agrado de los participantes por la hipnosis, e incluso
de las respuestas a las sugestiones de prueba. En última instancia,
el método es preferido al activo-alerta de Bányai.
Para hipnotizar al cliente con el método vigilia-alerta, se
realizan primero unos breves ejercicios diseñados por Alarcón
(Carde-ña, Alarcón, Capafons y Bayot, 1998). La intención de estos
ejercicios es, como ya se ha indicado, que el cliente pueda
comprender las reacciones que experimentará y así evitar
reacciones de ansiedad o estrés. Por ejemplo, se pide al cliente, ya
sentado cómodamente en un sillón, que recuerde alguna ocasión
en la que esperaba alguna sorpresa agradable y cómo se le agitaba
la respiración y se le aceleraba el corazón, siendo todo ello
emocionante y divertido. O bien se le dice que recuerde algún paseo
refrescante en el que a medida que
98 Parte //: Protocolo de aplicación

caminaba se sentía más ligero y lleno de energía, disfrutando de una


conversación divertida, etc. Posteriormente, cuando se ha
comprobado que el cliente entiende que la experiencia será
agradable y no estresogénica, se le pide que haga más o menos lo
siguiente: "Ahora céntrate en tu mano derecha. Comienza a
moverla de arriba abajo por la muñeca, mientras mantienes
apoyado tu brazo en el repo-sabrazos. Eso es, mueve la mano sin
deternerla en ningún momento... Pronto notarás que el movimiento es
más y más automático, la mano se moverá sola, como si tú no la
impulsaras..., tus músculos no se fatigarán, sino que, al contrario, se
activarán más y más..., eso es, observa cómo el movimiento es cada
vez más automático, como si la mano tuviera vida propia..., cada vez se
activa más y más, más y más, y notas tu brazo también
agradablemente tenso y activado..., tu corazón debe bombear más
sangre para mover los músculos..., observa cómo tu corazón
comienza a latir más deprisa..., como cuando estamos impacientes o
ligeramente emocionados..., tu corazón late un poco más deprisa, y
tu respiración comienza a agitarse, cada vez más y más. Estás
respirando más deprisa, pero con ritmo..., es una respiración
rápida, agradablemente rápida..., y te vas notando cada vez más y
más hipnotizado, activado e hipnotizado, con tu mente
funcionando cada vez más y más deprisa, expandiéndose..., ahora
puedes parar la mano, mientras la respiración sigue rápida,
agitada..., y devienes cada vez más y más hipnotizado..., muy
hipnotizado. Todo tu cuerpo se activa cada vez más y más..., la
sangre que proviene de tu mano se irradia por todas las venas y
arterias de tu cuerpo, transportando una sensación de energía,
expansión, activación, como cuando estás alerta esperando algún
acontecimiento, un acontecimiento agradable..., y te sientes más
hipnotizado todavía. Las piernas están más activas, tienden a
moverse, tu tronco y cabeza también están más y más activos, con
deseos de moverse..., ahora notas la necesidad de levantarte del
sillón y caminar, tranquilo y sin prisas hasta la puerta de la
habitación (la persona se levanta y camina). A medida que
caminas te sientes más hipnotizado, alerta, con tu cerebro muy
activado y receptivo..., tu mente está preparada, activada, muy,
muy expandida, despejada..., cada vez más y más despejada y
expandida..., tu mente está hipnotizada y preparada para poder
trabajar deprisa y con eficacia".
Si la persona no se levanta, se le da más tiempo para que note
esa reacción. Si no desea caminar, se le pregunta si sintió la
necesidad de hacerlo. En caso afirmativo, le indicamos que eso
es lo
Capítulo 6: Aplicación de la hipnosis 99

realmente importante y se prosigue con los ejercicios. Si el cliente


dice que no notó nada, se averigua el porqué, se deshipnotiza a la
persona, tal como se indica en las líneas de abajo y se realizan
ejercicios correctores.
Acabada esta inducción, se realizan algunos ejercicios como
el descrito en el punto anterior de levitación del brazo, u otros que
nos puedan interesar, para "demostrar" a la persona lo que su
mente es capaz de realizar cuando se la activa
convenientemente. A diferencia de los métodos de relajación,
tales ejercicios se realizan con los ojos abiertos, con la persona
caminando (si lo desea) y manteniendo una conversación normal
y fluida. Es decir, se pueden realizar los ejercicios en hipnosis
despierta.
Finalizados los ejercicios, se "deshipnotiza" a la persona, más
o menos del siguiente modo: "Ahora céntrate en mi voz, eso es...,
tu corazón empieza a latir más despacio, tu respiración es más y
más lenta..., a medida que tu corazón y tu respiración se ralenti-
zan, vas sintiéndote menos hipnotizado, físicamente menos
activado y mentalmente menos expandido. Dentro de un
momento contaré hasta [o de 3 a 0, según nuestras preferencias].
Cuando lleguemos a 3, estarás fuera de hipnosis, te sentirás
tranquilo, con los músculos relajados, tu mente activa..., te notarás
con ganas de hacer cosas, pero sereno y relajado. 1, menos
activado muscularmente y con la respiración ralentizándose; 2,
saliendo de hipnosis, con tu mente activa pero menos
expandida...; 3, ya estás fuera de hipnosis, pero activo y relajado a
la vez, con ganas de hacer cosas. Eso es, muy bien ¿Cómo te
encuentras?".
Igual que con el método por relajación anterior, tras acabar
con la sesión de inducción debemos realizar una entrevista, con el
objeto de obtener la información sobre los puntos que ya hemos
especificado. Con esta información podemos ajustar nuestras
sugestiones a las preferencias del paciente para las siguientes
sesiones. En este método podemos utilizar también una señal de
reinducción rápida de hipnosis.
Finalmente, tanto los métodos de inducción por relajación como
los de activación provocan el mismo grado de respuesta a las
sugestiones hipnóticas, por lo que el uso de uno u otro tipo
dependerá de las necesidades y preferencias del cliente. En
ocasiones es tremendamente útil aplicar ambos tipos de métodos
para utilizar la sugestión diferencialmente, según los aspectos a
tratar del problema del paciente.
100 Parte II: Protocolo de aplicación

Recordemos que, en el modelo de intervención que se relata,


generalmente las sugestiones terapéuticas se encaminan a
reforzar la eficacia del cliente y de la auto-hipnosis rápida para
promover cambio terapéutico. En otras ocasiones, no obstante, los
clientes muestran un interés marcado en recibir del terapeuta
las sugestiones. En este caso, se respeta su preferencia, para
gradualmente delegar de nuevo el "control" en el propio cliente.

6.2. Tipos de sugestiones hipnóticas

Ya se ha comentado que existen varios ejes clasificatorios para


ubicar y clasificar las sugestiones hipnóticas. A continuación se
exponen tres más.

A) Sugestiones directas contra indirectas

Las sugestiones directas son aquellas en las que el terapeuta


solicita claramente a la persona que experimente algo. Es decir, el
cliente sabe con certeza qué es lo que el terapeuta le pide que haga,
ya que éste usa su autoridad para inducirle a experimentar algo.
Las ilustraciones de sugestiones que se han expuesto hasta ahora
son ejemplos de sugestiones directas (que en ocasiones son
reiterativas y monótonas, cuando se repiten varias veces
seguidas).
Las sugestiones indirectas son aquellas en las que no se pide
tan claramente al cliente que experimente tal o cual reacción. Son
más ambiguas, menos coercitivas, y se supone que permiten que el
cliente manifieste sus potenciales y experiencias únicas, sorteando
su análisis crítico consciente (Erickson y Rossi, 1979). Por
ejemplo, para sugerir indirectamente que las manos del cliente se
acercan la una hacia la otra, se puede decir lo siguiente: "Me
pregunto si estarás experimentando alguna sensación en las
manos, como unas ligeras sacudidas inconscientes. Quizá tu
mente consciente no presta atención a las sensaciones, ya que tu
mente inconsciente realiza los ajustes necesarios para que
experimentes algo. Antes o después tus manos se tocarán. No sé
cuál de las dos tocará a la otra primero, si la derecha o la
izquierda. No sé si se tocarán ahora o después. Lo que sí se es que
disfrutarás con ello. Todo el mundo tiene la experiencia de notar el
cosquilleo que hace una mosca
Capítulo 6: Aplicación de la hipnosis IOI

posada en la mano o de una hormiga caminando por ella.


Rascarse para eliminar esa sensación es muy agradable. Cuanto
mayor sea la sensación de que algo te corre por las manos, mayor
será el placer de rascarse.Tú mismo te puedes preguntar si las manos
se moverán rápida o lentamente. Tu mente consciente no sabe si
tu mente inconsciente moverá antes la mano derecha o la
izquierda, o si se juntarán en el centro ¿Qué ocurrirá primero?
¿El sentimiento de satisfacción de que las manos se toquen o el
placer de averiguar qué mano se moverá antes? El cosquilleo de
las moscas puede ser muy molesto, y en un momento puede
aumentar rápidamente, o, a veces, lo hace lentamente. Tu mente
consciente no necesita darse cuenta del deseo de que las manos se
junten hasta que la mente inconsciente ya lo haya hecho. O tu
inconsciente puede conocer tus deseos, mientras el consciente hace
la respuesta'7 (la voz del terapeuta debe enfatizar las palabras en
cursiva [adaptado de Erick-son y Rossi, 1979]).

B) Sugestiones autoritarias contra permisivas

Generalmente, se asume que las sugestiones directas suelen


ser autoritarias, mientras que las indirectas son permisivas. Sin
embargo, siendo las sugestiones indirectas por definición
permisivas, no todas las permisivas son indirectas, como no todas
las directas son autoritarias. Por ejemplo, si le decimos al cliente:
"Tus ojos se pegan, se pegan cada vez más y más, más y más,
¡Nota cómo se pegan! Están tan pegados tus párpados, que no
podrás separarlos ¡Intenta separarlos y no podrás!" (cursivas con
tono de voz duro y elevado), estamos usando sugestiones directas
y autoritarias que, generalmente, son poco o nada recomendables
para la mayoría de las personas que acuden a consulta, si bien
hay evidencia de que para ciertas sugestiones de reto funcionan
mejor, cuando se ha convencido al cliente de que la hipnosis es un
trance en el que el terapeuta tiene el control sobre el paciente.
Sin embargo, podemos usar una sugestión directa y permisiva
como la siguiente: "Dentro de un momento notarás cómo tus ojos
se van cerrando y tus párpados se pegan..., se pegan. Deja que las
cosas ocurran y ocurrirán. Si lo deseas, puedes experimentar que
tus párpados se pegan y se pegan, cada vez más y mas, más y más.
Se pegan tanto que dentro de un momento intentarás abrirlos, y
102 Parte II: Protocolo de aplicación

observarás que no puedes, o que te resulta realmente difícil


abrirlos. Si permites que tu mente funcione, observarás que cuanto
más intentes abrir los ojos, más y más te costará. Para ayudarte a
experimentar esta reacción contaré hasta 5. A medida que me
acerque a 5, notarás tus párpados más y más pegados. 1, se pegan...,
2, están ya muy pegados..., 3, te costaría mucho separarlos..., 4,
están ya completamente pegados, sellados, 5, intenta separarlos y
observa que no puedes..., incluso cuanto más lo intentas más y más se
pegan... \Eso es, muy bien\ Ahora contaré de 4 a 0. A medida que
me acerque a 0, notarás que los párpados se van liberando, y que
puedes abrirlos sin esfuerzo..., 4, se van liberando, 3, más
despegados, 2, ya podrías abrirlos, 1, los párpados están
completamente despegados, 0, abre los ojos, por favor ¿Qué tall"
(se enfatizan las palabras en cursiva).
Como puede observarse, las sugestiones son directas, pues se
dice al cliente exactamente lo que se espera que experimente. Sin
embargo, la actitud del terapeuta no es autoritaria o imperativa,
ya que más bien solicita colaboración del paciente y le presta
ayuda para que se cumpla la sugestión. Frases como "si permites
que las cosas ocurran" o "si deseas que..." y similares, otorgan el
control de lo que ocurre a la persona que está siendo hipnotizada.
Frases como "muy bien", "estupendo", "¿cómo estás? etc.,
transmiten la sensación al paciente de que el terapeuta sólo esta
dando instrucciones y que el mérito de llevarlas a cabo es del
propio cliente. De este modo es muy difícil que la persona
muestre resistencias debidas a miedos o rechazos hacia el
terapeuta.
Finalmente, podemos hablar de sugestiones fundamentalmente
permisivas, que estarían en un punto intermedio entre las directas
y las indirectas. Por ejemplo, para generar pesadez e inmovilidad
de la mano, podemos decir lo siguiente: "Tu mano puede que
acabe por estar pegada a la pierna, puede que levite y flote, o
puede que no experimente nada. Puede que levite
rápidamente, o puede que suba lentamente. O quizá puede que
experimente una pesadez agradable que te genere mucha pereza
cuando intentes separar la mano de la pierna. Quizá la mano decida
por ella misma qué reacción prefiere, si separarse o quedarse
inmóvil y agradablemente relajada" (se enfatizan las palabras que
están en cursiva).
La investigación indica claramente que las sugestiones
directas y las indirectas funcionan prácticamente igual a la hora de
promover las respuestas a las sugestiones, con una ligera ventaja
para
Capítulo 6: Aplicación de la hipnosis 103

las directas, contrariamente a lo que opinan autores ericksonianos.


Incluso parece que las directas generan un mayor sentimiento de
no volición y automatismo, mientras que, en ocasiones, las
sugestiones indirectas han generado desconfianza y recelo en
algunas personas que se han sentido manipuladas. Estos resultados
son contrarios frontalmente a las hipótesis ericksonianas y no
deben olvidarse a la hora de planificar el modo de dar las
sugestiones terapéuticas. En general, a la hora de aplicar las
sugestiones hipnóticas usaremos ambos tipos de sugestiones, con
una clara preponderancia de las directas y permisivas, evitando
sistemáticamente las directas y autoritarias. Sólo en casos
excepcionales (esencialmente con personas poco colaboradoras)
parece aconsejable explorar el uso de las sugestiones indirectas
como única estrategia.

C) Imágenes y metáforas

Otro modo de usar las sugestiones hipnóticas se asemeja mucho


a la práctica guiada y, en general, al uso de la imaginación en los
tratamientos cognitivo-comportamentales: tales modos son las
metáforas y la narración de cuentos. En principio, el objetivo de la
narración es facilitar al cliente la comprensión de contenidos
complejos. El mensaje se entiende mejor por el medio que se utiliza.
Se asume que la comprensión de ese mensaje fomentará un
cambio de actitud y la aceptación de nuevas formas de entender la
realidad. Las terapias ericksonianas, y otras derivadas de ellas,
utilizan profusamente las metáforas (Hawkins, 1998). Existe
investigación que indica el éxito de estos acercamientos a la hora
de facilitar el aprendizaje de conceptos y promover cambio de
actitud. No obstante, las metáforas, fuera del contexto
ericksoniano, pueden considerarse, también como modos de
fomentar distintas reacciones de afronta-miento ante situaciones
difíciles. De hecho, el entrenamiento en relajación aplicada usó
imágenes e historias no conectadas directamente con la
problemática del cliente para mejorar sus reacciones ante el estrés
(Suinn). Por lo tanto, las metáforas, dentro del contexto hipnótico,
son elementos multifuncionales, pues nos permiten ayudar al
cambio de actitud, a la formación de nuevos conceptos y a la creación
de nuevas habilidades para enfrentarse a situaciones difíciles. Ésa
es la razón por la que se creó, desde una perspectiva cognitivo-
comportamental no ericksoniana, una metáfora didáctica que cum-
104 Parte II: Protocolo de aplicación

pliera con tales funciones. Esta metáfora se narra una vez la


persona conoce la auto-hipnosis y antes de aplicar las sugestiones
terapéuticas. Es decir, una vez la persona ya sabe cómo auto-
hipnotizarse, y antes de comenzar con el programa de intervención
como tal, se le pedirá al cliente que se auto-hipnotice para que el
terapeuta le pueda narrar una historia que ayudará a ambos a
comunicarse mejor, a clarificar ciertos conceptos sobre la hipnosis
y la intervención psicológica, así como a evaluar otros modos de
responder a las sugestiones por parte del usuario. Para ello, se dice
al cliente más o menos lo siguiente: "Ahora te voy a pedir que te
auto-hipnotices. Cuando lo hayas logrado, te voy a relatar una
historia que te ayudará a comprender mejor cuál es la función de
la hipnosis, y te ayudará también a reducir tus temores respecto a
ella y el problema para el que me has pedido ayuda. Por favor, pon
en marcha los pasos que hemos practicado y cuando notes la
inmovilidad del brazo, indícamelo moviendo ligeramente el pie
derecho [el paciente se auto-hipnotiza]. ¡Muy bien! Ahora
imagínate que estás conduciendo un vehículo todo terreno por la
jungla sudamericana. Circulas por una pista forestal, entre árboles
gigantescos, cerca de un río ecuatorial. Te diriges a un pueblo
donde te esperan tus compañeros de expedición. En automóvil no
dista más de una hora, pero caminando te llevaría casi cinco. De
repente, tu automóvil se detiene. Bajas sorprendido y compruebas
que se acabó la gasolina. El sol está en el ocaso y anochecerá en
poco tiempo. Esto te asusta, pues no tienes víveres ni agua.
Tampoco puedes hacer fuego. La jungla está llena de insectos
peligrosos, de alimañas letales, y no tienes nada con qué
defenderte de ellas. Buscas en el portamaletas gasolina, pero
observas desesperado que no hay ningún bidón. Intentas poner en
marcha el todo terreno, pero su motor sigue enmudecido. Notas el
nerviosismo [se describen las reacciones de ansiedad del paciente].
Estás cada vez más y más preocupado. Sabes que puede ser muy
peligroso intentar caminar hasta el pueblo, y decididamente mortal
permanecer cerca del vehículo. Tenso y desorientado, buscas
desesperadamente algo que te pueda sacar del atolladero. De
repente, encuentras un machete enorme. Esto te asusta. El
machete es un arma afilada y, aparentemente, peligrosa. Pero no
tienes otra opción. Nervioso, coges el machete. Te da miedo, pero
sabes que es lo único que tienes para salvar tu vida. Tratas de pensar
qué es lo que puedes hacer. El miedo y la inseguridad te impiden
razonar con claridad. Sin embargo, te das cuenta de que el río está
cerca de la pista
Capítulo 6: Aplicación de la hipnosis 105

forestal donde te encuentras. Recuerdas que el pueblo está al otro


lado del río. Si consiguieras cruzarlo, estarías pronto en lugar
seguro. Entonces, te decides a intentarlo. Comienzas a caminar en
dirección al río, cortando lianas, arbustos y maleza que te impiden el
paso, usando con fuerza el machete. El cansancio es cada vez
mayor. La mano y el brazo con los que usas el machete se fatigan más
y comienzan a dolerte. Los pies y las piernas parecen desfallecer.
Estás cada vez más y más cansado, tienes sed y hambre, pero
sigues desbrozando la jungla sin desaliento. Súbitamente, de entre
los árboles, salta una serpiente gigantesca con las fauces abiertas. Te
asustas muchísimo y la esquivas con dificultad. Sabes que la
serpiente pretende devorarte. Se acerca velozmente. Tanto que
puedes oler su aliento fétido. Pero, en ese momento, la decapitas
con un golpe certero del machete. Un tremendo asco te invade al
ver la cabeza seccionada y separada del cuerpo, aún en
movimiento, y la sangre que mana de él. Sin embargo, no
desfalleces. Sabes que tienes el machete para poder seguir
luchando por alcanzar tu objetivo. Con decisión, sigues avanzando
hacia el río, abriéndote paso a través de la jungla. Por fin alcanzas la
orilla, pero observas con sorpresa y desaliento que el río es enorme
y turbulento. Recuerdas, además, que está lleno de pirañas que no
tardarían más de unos minutos en devorarte. La ansiedad, el
miedo, la desorientación y el desaliento te invaden de nuevo. Estás
muy cansado y la noche comienza a caer. Sin embargo, recuerdas
que el machete sigue en tu poder. Prestamente, comienzas a talar
algunos árboles pequeños y lianas. Con ellos, a pesar del dolor de
tus manos y la fatiga que te inunda, construyes una balsa. Con ella
podrás vadear el río sin peligro y arribar al puerto del pueblo donde
te esperan y en el que estarás a salvo. Construida la balsa, y
provisto de una percha, te adentras en el río. Las turbulencias son
enormes, y la balsa inestable. Esto te asusta de nuevo, pero sabes que
estás cerca de tu objetivo. Puedes ver las luces del pueblo, incluso oír
algunas voces lejanas. Piensas en el recibimiento cuando consigas
llegar a puerto. Te sentirás satisfecho de ti mismo, seguro de tu
fortaleza y capacidad. Tus compañeros, asombrados, te acogerán
con admiración. Y, sobre todo, habrás logrado resolver tu problema
con tu propio esfuerzo y valentía. Perchas y perchas con fuerza, a
pesar de las aguas rápidas del río y los salientes de las rocas que
pueden destrozar la balsa. Finalmente, llegas al puerto. Varias
personas te están esperando con exclamaciones de asombro y
admiración. Te sientes satisfecho, contento, seguro de ti mismo. Ya
no tienes temor.
106 Parte II: Protocolo de aplicación

Has conseguido alcanzar tu objetivo a través de tu esfuerzo,


perseverancia y de tu razonamiento, que te han permitido
sobreponerte a la desesperanza, al miedo, a la confusión. Sabes que
con el machete has podido desenmarañar y eliminar los obstáculos
que te acercaban a su objetivo. Has podido desprenderte de los
ataques de tus enemigos interiores (el miedo, la inseguridad...). Te
has podido deshacer de lo que te impedía acercarte a tu meta, a tu
objetivo. Sin embargo, también sabes que esto no ha sido suficiente.
No basta desprenderse y eliminar los obstáculos con decisión y
firmeza. Has tenido que arriesgarte: crear y construir algo nuevo
para poder alcanzar tu meta. Has construido la balsa, una nueva
forma de desplazarse. Y todo ello lo has conseguido gracias a la
ayuda del machete. Un instrumento que infunde temor, pero que
cuando se le conoce y se usa con decisión puede constituirse en un
instrumento inestimable para avanzar en el sentido que nos hemos
propuesto. Ello es como la vida. Tenemos que luchar, esforzarnos y
perseverar para lograr lo que nos proponemos (reducir nuestros
miedos, mejorar ciertos hábitos, etc.), eliminando obstáculos y
barreras, pero creando nuevas formas de vida, de relación;
abriendo nuevas posibilidades, arriesgándonos a cambiar de vida, o
la forma en que la enfocamos. El machete es como la hipnosis. Parece
peligroso y nos asusta. Pero si lo utilizamos con astucia,
inteligencia, valentía y destreza deviene en un instrumento que nos
ayuda enormemente a conseguir nuestras metas y objetivos. El
machete es la auto-hipnosis. Puedes manejarlo a voluntad, cuando
lo desees. Pero recuerda, es la ayuda para superar tus problemas.
Sin tu afán, constancia, esfuerzo, valentía y creatividad no es útil
absolutamente para nada. Recuérdalo bien: cada vez que aparezca el
desaliento, el temor, la confusión, puedes decirte la palabra
"machete" y centrarte en la disociación de brazo. En ese momento
podrás controlar la ansiedad, dándote las sugestiones terapéutica, y,
de este modo, buscar las mejores soluciones para resolver el
problema que se te haya planteado. Ahora cuenta hasta tres y
deshipnotízate ¿Cómo te encuentras?".
Como en cada hipnosis, se realiza en este momento una
pequeña entrevista para averiguar qué pudo imaginar, cómo lo
experimentó, lo que el paciente mismo elaboró
independientemente del terapeuta, etc., para conocer los estilos del
paciente y adaptar la forma de dar las sugestiones en las sucesivas
sesiones. Finalmente, se comenta la intención del relato acerca del
rol de la hipnosis y de la actitud del paciente hacia la intervención
comportamental que reci-
Capítulo 6: Aplicación de la hipnosis 107

birá a partir de ella. En definitiva, se trata de motivar al paciente


al uso de la auto-hipnosis, promoviendo una actitud de actividad y
esfuerzo dentro del contexto terapéutico. Al mismo tiempo, se le
ilustra sobre el tipo de ayuda que cabe esperar de la hipnosis, que
es precisamente hacer más fácil soportar el esfuerzo provocado por
el intento de cambio, incluso el reducirlo. Por lo tanto, se trata de
aminorar el nivel requerido de auto-control, en el sentido estricto
del término (esfuerzo, sacrificio), mejorando el nivel de auto-
manejo y auto-regulación del usuario.
Como puede verse, la intención de la metáfora que
proponemos es múltiple: por un lado, intenta ayudar a entender el
significado de la hipnosis y la auto-hipnosis, en el sentido de que
parecen peligrosas, pero, por el contrario, son beneficiosas. Por
otro lado, procura facilitar la creencia de que la hipnosis es sólo un
medio para que el esfuerzo del paciente sea menor y más eficaz,
pero sin eliminarlo. Así se rompe con el mito de que la hipnosis
lo consigue todo sin que el paciente tenga que esforzarse e
involucrarse activamente en solucionar su problema. Al mismo
tiempo, a través de la metáfora se realiza una exposición en
imaginación que intenta motivar a la persona a otro tipo de
exposiciones in vivo, con significado real para el paciente. En ese
sentido, supone una ayuda para experimentar reacciones intensas
que convenzan al paciente de que la hipnosis es una herramienta
que le habilita para controlar mejor su mente a través de los
ejercicios y sugestiones. De hecho, el cliente ha activado y
desactivado en auto-hipnosis emociones (miedo, seguridad en sí
mismo), sensaciones (sudor, cansancio, dolor muscular) y
percepciones (la visualización de la jungla, serpiente, río, etc.) que
pueden experimentarse como muy reales.
Finalmente, la metáfora fomenta una concepción de la
hipnosis menos esotérica, más científica y natural, basada en
procesos habituales y muy conocidos para las personas, lo que
ayuda al paciente a entender la no discontinuidad entre los
comportamientos hipnóticos y los "normales".
Investigaciones recientes han mostrado que esta metáfora
didáctica promueve el cambio de actitud (en dirección positiva)
sobre la hipnosis y no genera rechazos. Por el contrario, es
aceptada y evaluada como divertida por ambos sexos (Capafons,
Alar-cón y Hemmings, 1999).
Todas estas funciones de la metáfora colaboran a hacer más
probable la adherencia al tratamiento por parte del cliente, lo que
108 Parte II: Protocolo de aplicación

concuerda con la utilización de la hipnosis como adjunto a los


tratamientos psicológicos, más que como una terapia en sí misma
(hip-noterapia).
Finalmente, las sugestiones, sean del tipo que sean, deben ver-
balizarse con un tono de voz apropiado a cada mensaje: enfatizar
las palabras clave, hablar con ritmo, estableciendo pausas
adecuadas e imprimiendo una velocidad adecuada a cada
cliente, modular el tono de voz según el momento del mensaje,
mostrar seguridad y fluidez en lo que se dice, acompañado de una
adecuada expresión y lenguaje no verbal, son aspectos que
determinan en numerosas ocasiones el éxito o no de una
sugestión.
En general, a pesar de que las sugestiones ericksonianas
pueden ser muy largas, las sugestiones deben ser cortas o
fraccionarse en frases cortas. Su contenido debe manifestarse en
positivo. Por ejemplo, es preferible decir: "es diferente" en lugar
de "no es lo mismo"; "estás contento" a "no estás triste"; "el
tabaco es indiferente para ti" a "ya no te apetece el tabaco";
"permanecerá quieto el [miembro que se desee]" a "no se moverá
[el miembro mencionado]". También es oportuno implicar
cuantos más sentidos mejor para sentir las reacciones: si le
pedimos al cliente que se imagine que está en un jardín, le
relataremos los colores que puede ver, los sonidos que puede
escuchar, los olores de las flores, plantas, etc.
A veces es muy difícil evitar la palabra "no". Por ejemplo,
sugerir amnesias, suele implicar un reto en el cual se dice:
"Intentarás recordar las imágenes que te agobian pero no podrás.
Inténtalo y observarás cómo no puedes". No obstante, se puede
reverbalizar esta frase diciendo lo siguiente: "Cuanto más intentes
recordar las imágenes que te agobian, más y más se alejarán de tu
mente, y menos podrás recordarlas; cuanto más lo intentes, más lo
olvidarás".
Con las alucinaciones negativas ocurre algo similar: "Dentro
de un momento, a medida que te vayas fijando en tu cara,
observarás que en el espejo no se reflejan tus gafas... cuando
mires tu cara en el espejo, no verás tus gafas". Sin embargo,
podemos ver-balizar lo siguiente. "Dentro de un momento, cuanto
mires tu cara en el espejo, observarás que falta algo..., observarás
que faltan tus gafas..., cuando mires tu cara en el espejo, podrás
verlo todo excepto tus gafas".
Por otro lado, las sugestiones posthipnóticas funcionarán más
fácilmente si se verbalizan con un límite de tiempo corto y deter-
Capítulo 6: Aplicación de la hipnosis 109

minado: "Dentro de un momento, cuando salgas de hipnosis, y


durante la próxima media hora, observarás que desaparecen la
fatiga y el cansancio..., y te notarás despejado y activo..., durante
media hora, te notarás despejado y activo...". Poco a poco se puede
ampliar el período, hasta que la propia actividad del cliente (y el
programa cognitivo-comportamental que se aplica) vayan
consolidando el cambio. Con las auto-sugestiones del propio
usuario, a través de la auto-hipnosis, las sugestiones
posthipnóticas se retroalimentan y la duración del efecto puede
ampliarse ostensiblemente.
Finalmente, teniendo en cuenta que lo anterior también se
aplica a las auto-sugestiones, conviene explicar al usuario tales
principios, incluyendo aquellos que rigen también las auto-
instrucciones:

a) Las auto-sugestiones deben ser creíbles para el usuario: es


diferente decir: "A partir de hoy disfrutaré enormemente
de la espeleología [en el caso de un claustrofobia)]", a decir:
"A medida que vaya enfrentándome a las situaciones que
temo, éstas dejarán de molestarme. Cuanto más me enfren
te a mi problema, más y más lo controlaré y menos esfuer
zo me supondrá" (lo cual es casi perogrullesco, pero difícil
de aceptar por buena parte de los clientes).
b) Deben diseñarse varias auto-sugestiones para lograr un
efecto determinado, de modo que el cliente disponga de
varias verbalizaciones, y no se aburra o se habitúe a una de
ellas. A la larga, la sugestión perderá efecto.
c) Las auto-sugestiones deben verbalizarse con fuerza, segu
ridad y contundencia. Incluso a veces es oportuno aplicár
selas con un tono que denote una intensa implicación emo
cional. Por lo tanto, deben evitarse verbalizaciones mecánica
y anodinamente repetidas.

A pesar todas estas consideraciones, cabe esperar dificultades


a la hora de activar las sugestiones y de integrarlas en el proceso
terapéutico, para lo que conviene estar preparado.
I 10 Parte II: Protocolo de aplicación

Preguntas de autoevaluación

I Los métodos de inducción hipnótica deben incluir necesariamente:


a) Fijación de la mirada y restricción de la atención para favo
recer la fatiga ocular ü
b) Instrucciones de relajación y conteo para fomentar la aten
ción y el trance D
c) Sugestiones de caída o descenso para profundizar en el tran
ce hipnótico. G
d) Sugestiones de somnolencia y pasividad para evitar las con-
trasugestiones □
e) Aquellos ejercicios y sugestiones que mejor se adapten al clien
te, el terapeuta y el problema que se trate, pues la gama de
posibilidades es muy amplia (alerta, activos, vigilia, relajación) D

2. Normalmente, cuando se indique la hipnosis por primera vez para


una aplicación clínica, se establece1
a) Una sugestión de amnesia parcial, para que la persona olvide
los momentos desagradables que toda hipnosis implica D
b) Una sugestión de levrtación de la mano, confirmatoria de trance D
c) Una sugestión posthipnótica de remducción rápida □
d) Una sugestión de reto sensorio-fisiológica para comprobar la
flexibilidad psicobiológica del cliente. □
e) Una sugestión alerta-restnctiva para sorprender al cliente. CU

3. En general, parece conveniente explicar los trucos en la auto -hipno-


sis rápida, indicando cuál es su función como instigadores pues 1
a) La pregunta está mal formulada, no conviene explicar los tru
cos cuando se utiliza la auto-hipnosis rápida. □
b) Ayu d a a q u e el cli ent e a nali ce y dis c uta c on el t era p e ut a la
veracidad de las reacciones hipnóticas que experimenta. ü
c) F omenta una reacción d e pasividad para qu e el usuario deje
que las cosas ocurran. G
d) Se transmite información subliminal al inconsciente, de modo
que la persona es más prona a seguir instrucciones. ü
e) Se dificultan las discusiones entre el cliente y terapeuta sobre
la "veracidad" de las reacciones hipnóticas. D
Capítulo 6: Aplicación de la hipnosis II

4 En ocasiones, las personas hipnotizadas se duermen debido al


cansancio acumulado, estrés o ciertos trastornos. Si ello ocurriera,
parece importante1
a) Despertar enseguida a la persona, por si se queda atrapada
en un sueño hipnótico D
b) Despertar rápidamente a la persona, pues pierde el tiempo
en la sesión □
c) Dejarla dormir para que descanse e indicarle posteriormen
te que utilice la hipnosis para mejorar la calidad de su sueño
o remitirla a un especialista en trastornos del sueño □
d) Dejarla dormir para evitar un shock disociativo. □
ej Dejarla dormir para que luego pueda recordar sus sueños y
así poder interpretarlos durante el tratamiento □

5. En general, las sugestiones deben verbalizarse1


a) A través de frases cortas, formuladas en positivo y de forma
permisiva, con un período de funcionamiento establecido y
con implicación emocional □
b) De forma indirecta, ya que ha mostrado ser más potente para
promover las respuestas a las sugestiones, D
c) Con frases largas y metafóricas, ya que se accede mejor al
inconsciente y éste permite experimentar más vividamente
la sugestión □
d) De forma directa e imperativa, pues esas sugestiones han mos
trado ser muy potentes. D
e) Con poca implicación emocional, más bien mecánicamente,
para que el cliente experimente un efecto paradójico. D

6 ¿Qué tipo de sugestión es la siguiente?:"Dentro de un momento


notarás cómo tu brazo es muy pesado y cae sobre el reposabrazos.
Deja que las cosas ocurran y ocurrirán Si lo deseas, puedes
experimentar que tu brazo cae y cae, cada vez más y mas, más y más
Pesa tanto que te es imposible mantenerlo estirado delante de ti. Si
permites que tu mente funcione, observarás que cuanto más intentes
mantenerlo levantado, más y más te costará. Para ayudarte a
experimentar esta reacción contaré hasta 5 A medida que me
acerque a 5, notarás el brazo más y más pesado 1, 2, muy pesado..,
3,4, su peso es insoportable.., 5, cae. no puedes mantenerlo en el
aire.., incluso cuanto más lo intentas más y más cae sobre el
reposabrazos... ¡Eso es, muy bien1 Ahora
112 Parte II: Protocolo de aplicación

contaré de 4 a 0. A medida que me acerque a 0, notarás que el brazo


recobra su tacto habitual y que puedes levantarlo sin esfuerzo. , 4, 3,
más liviano, 2, ya podrías levantarlo.., I, el brazo recobre su peso
habitual, 0, abre los ojos, por favor ¿Qué tal?".
a) Indirecta D
ti) Indirecta e imperativa. D
c) Directa e imperativa. D
d) Permisiva e indirecta. □
e) Directa y permisiva. □
Dificultades con
la hipnosis y
cómo superarlas

Las más frecuentes son las relacionadas con el rechazo (o


extrema credulidad) hacia la hipnosis. Es importante clarificar los
mitos, tal y como se indicó en el capítulo 2. Si las creencias
erróneas son muy fuertes y están muy arraigadas, puede ser
complicado eliminarlas. Por lo tanto, en estos casos se debe
valorar la oportunidad o no de perder varias sesiones en refutar
las creencias falsas sobre la hipnosis. En ocasiones, ése es el
objetivo de la terapia (recuérdese el síndrome de los falsos
recuerdos), pero, generalmente, es preferible dejar la hipnosis a
un lado y utilizar otros procedimientos basados en la imaginación
o la propia sugestión (práctica guiada, terapia de auto-regulación
emocional, etc.) si es que se consideran oportunos (como puede
ser cuando se intenta tratar el dolor).
Otro conjunto de dificultades son los fracasos en
experimentar las sugestiones que se proponen. Descartadas las
interferencias producidas por los miedos, es frecuente que la
persona crea que no es capaz de realizar tal o cual sugestión. En
este caso se debe insistir en que esa incredulidad es en sí misma
una interferencia y que confíe en sus posibilidades, indicándole
que, en caso de fracaso, se ha averiguado algo más sobre las
habilidades del paciente, pero no se han acabado todas las
posibilidades. Es decir, se argumenta al cliente que un fracaso es
sólo un indicador de qué sugestiones funcionan y cuáles no. En
absoluto un fracaso es un elemento definitivo para considerar que
la persona no está hipnotizada o que otras sugestiones
terapéuticas no funcionarán, o que no se pue-
I 14 Parte II: Protocolo de aplicación

de hacer nada para conseguir experimentar la sugestión. Un


fracaso es sólo un momento dentro del proceso en la terapia del
que se aprende mucho y que se puede corregir.
A veces no es la incredulidad la que determina el fracaso, sino
la excesiva impaciencia en experimentar la sugestión, las prisas, los
deseos desmesurados o la creencia de que la persona no tiene que
hacer nada, sino esperar pasivamente a que las cosas ocurran. La
presentación cognitivo-comportamental relatada en el apartado
5.2 ayuda a disminuir estas interferencias. No obstante,
puntualmente pueden aparecer, y el terapeuta debe hacer notar al
cliente que su colaboración es necesaria, pero que esta
colaboración debe basarse en un esfuerzo calmado y sosegado
por experimentar las sugestiones, recordando de nuevo la ley del
efecto inverso.
En general, ante un fracaso (el cliente puede recordar lo que
se le sugirió que olvidara, o sus manos no se aproximan, o no
observa reducción de su dolor), el terapeuta debe reaccionar con
seguridad, aplomo y tranquilidad (sin olvidar expresarlo tanto
verbal-mente como no verbalmente). Es importante en ese
momento preguntar por lo que el cliente está experimentando, y
aprovecharlo para reconducir la sugestión, o corregir los posibles
defectos. Si estamos aplicando hipnosis por relajación, es más
difícil la comunicación con el cliente, pero le podemos decir que
podrá hablar fluidamente, y que el mero hecho de hablar le
mantendrá hipnotizado y relajado. Si trabajamos con hipnosis
activo-alerta también se puede solucionar la posible dificultad en
hablar del mismo modo, mientras que con hipnosis despierta, la
dificultad la tiene el terapeuta, pues el cliente le estará mirando y
esperando una respuesta satisfactoria inmediata.
Las respuestas de los clientes cuando se les dice "Dime qué
estas experimentando, qué piensas o qué imaginas" son muy
variadas. En ocasiones dicen que la palabra que se usa no les gusta
o no les convence; (cliente): "No quiero sentir relajación... no me
llena esa palabra"; (terapeuta): "¿Serenidad mejor?"; (cliente): "¡Sí!
¡Perfecto!".
En otras ocasiones no se ven exactamente en la situación que
el terapeuta le relata; (cliente): "Lo siento, pero no puedo sentir
que estoy en el lado derecho del avión, no me cuadra";
(terapeuta): "¿Qué tal el izquierdo?, obsérvese en el lado
izquierdo del avión"; (cliente): "Ahora sí. No sé por qué, pero
ahora sí que viven-cio que estoy en el avión".
Capítulo 7: Dificultades con la hipnosis y cómo superarlas I 15

Una razón habitual radica en el descuido del terapeuta a la hora


de evaluar las preferencias del usuario. El terapeuta puede
suponer que estar tumbado encima de una colchoneta, flotando
en un mar tranquilo que acaricia la orilla de una playa, en una
tarde de verano hacia el ocaso, es una experiencia agradable para
el cliente, y tal suposición puede llevarle a un fracaso estrepitoso.
Por ejemplo, una cliente tras oír el relato de la playa, comenzó a
llorar desconsoladamente: su marido había muerto de infarto en
una playa, un verano antes.
Aunque la investigación indica que las personas muy
susceptibles no prestan atención a las imágenes que propone el
terapeuta que no les ayudan, creando unas propias, deben
extremarse las precauciones y preguntar antes al cliente por el tipo
de sucesos que pueden molestarle. Otro tanto ocurre con la
velocidad que se imprime a las sugestiones. Algunos clientes son
muy lentos, y necesitan elaborar despacio la sugestión. Si no se
observa reacción tras una sugestión, no hay que dar por supuesto
que se ha fracasado, sino que, insistimos, hay que preguntar qué
es lo que está ocurriendo. El paciente puede decir simplemente
que necesita más tiempo. Cuando se trabaja con hipnosis
despierta esto es más sencillo, ya que el paciente mantiene una
conversación fluida con el terapeuta. Sin embargo, tal como se ha
indicado, con hipnosis tradicionales por relajación, tales
conversaciones ralentizan el proceso y son más difíciles de
mantener.
Otro tipo de dificultades son los efectos paradójicos a la
relajación. Si utilizamos hipnosis por relajación nos
encontraremos con los mismos problemas que con otros métodos de
relajación: algunos pacientes notan palpitaciones, inquietud y
sensaciones de ahogo. A veces es sólo el temor a la nueva
experiencia, pero, en ocasiones, sus causas no están tan definidas.
Una fácil solución, en el caso de la hipnosis (siempre que no se
necesite de la relajación como estrategia terapéutica), es cambiar a
métodos activo-alerta o a hipnosis despierta. Estos métodos
dificultan los efectos paradójicos, pero debe tenerse cuidado con
los activo-alerta (y su vertiente en hipnosis despierta) a la hora de
aplicarlos, ya que se debe explicar detenidamente qué es lo que se
pretende y qué reacciones cabe esperar de ellos. Hacer ejercicios

I preparatorios, como se expone en el apartado 6.1, es una forma


eficaz de prevenir tales efectos no deseados.
Finalmente, uno de los problemas más frecuentes con la
hipnosis es que la persona carezca de la habilidad necesaria para
res-
I 16 Parte II: Protocolo de aplicación

ponder a una sugestión o conjunto de sugestiones en particular


(frecuente sobre todo en personas bajas o medio-bajas en
susceptibilidad hacia la hipnosis). Este problema tiene solución,
ya que, aunque la susceptibilidad a la hipnosis se muestra
altamente estable en el tiempo, es cierto también que existen
métodos bien investigados para incrementarla. Nos referimos a los
métodos compor-tamentales por instigación de Sach y Anderson
(1968) y al programa de entrenamiento en habilidades de Carleton
de Gorassini y Spa-nos (1999).
En el primer caso, la forma de proceder ante un fracaso es la
de instigar la respuesta que se pretende activar a través de la
sugestión. Posteriormente se pide a la persona que intente
reproducir esa sensación, fijándose en cualquier avance por
mínimo que sea, reforzándolo y apoyándolo con cualquier recurso
que sea útil para el paciente. Si bien no es genuino de esta
aproximación, sí es muy útil apelar al recuerdo sensorial para
que el cliente entienda que uno de los recursos que pueden
apoyar sus avances en reproducir las sensaciones instigadas es la
asociación entre respuestas y ciertas claves que las activen. Así, la
forma concreta de proceder sería la siguiente:

Paso 1. Se instiga la respuesta que posteriormente se pretende


experimentar a través de la sugestión. Para ello se usa cualquier
estímulo que la active, ejercicio o "truco" de los que hemos
comentado. A continuación se pide a la persona que observe la
respuesta detenidamente, para que sepa exactamente qué es lo
que debe sentir después. Ejemplo: se pretende que la persona levite
la mano. Para ello activamos ¿[fenómeno Kohnstamm,
sujetando fuertemente el brazo de la persona, mientras se le pide
que intente levantarlo. Cuando lo ha hecho durante unos 30
segundos, se suelta súbitamente el brazo, que subirá rápidamente,
salvo que la persona lo detenga. Si es ése el caso, se explica que
no debe interferir con el movimiento, y se repite de nuevo el
ejercicio para que la persona observe y experimente cómo el
brazo sube de forma totalmente automática.
Paso 2. Se vuelve a instigar la respuesta y se pide a la persona
que la memorice bien, y que la asocie a una clave que puede ser
una palabra (propia o del terapeuta), imagen, gesto, o todo a la vez.
Se le dice a la persona que la intención de la asociación es la de
activar la respuesta a través de tal clave, lo que ya sería una suges-
Capítulo 7: Dificultades con la hipnosis y cómo superarlas I 17

tión. Una vez la persona indica que ya lo tiene, se elimina


completamente cualquier resto de la respuesta instigada. Siguiendo
con el ejemplo anterior, se activa de nuevo el fenómeno
Kohnstamm, y cuando el brazo sube se le pide a la persona que lo
asocie a la clave (por ejemplo, a las palabras ligero, pluma, sube,
etc., o a una imagen de un globo subiendo, o que se saca la mano
por la ventanilla de un coche circulando a alta velocidad y el
viento la empuja hacia arriba, etc.).
Paso 3. Se pide a la persona que reproduzca la respuesta,
activando la clave a la que la asoció, y que sin interferir, dejando
que las cosas ocurran, reproduzca la reacción anterior. Para
reproducir la levitación, la persona debería pensar en la imagen o
decirse la palabra o frase a la que asoció el movimiento
ascendente de su brazo.
Paso 4. Se refuerza cualquier reacción que la persona
experimente (aunque sea, como a veces ocurre, la de presión sobre
el brazo, ya que, en efecto, sintió tal presión antes de que se liberara
completamente, puesto que el terapeuta le presionó el brazo para
que no subiera), y se anima a repetir la experiencia varias veces.
Habi-tualmente, con uno dos intentos, la mayoría de gente que no
experimentaba ligereza ni levitaba la mano o el brazo puede
levitarlos cuando se le da la sugestión.

El programa de entrenamiento de Carleton se basa más en el


uso de la imaginación. Aclaradas las dudas de la persona, se le
indica que experimentar una sugestión es una cuestión de
colaboración, y se le anima a que activamente construya la
experiencia sugestiva, involucrándose en una situación en la que
debe creer como si fuera verdad: la persona debe ser parte de esa
situación que ha creado. A continuación, se le explica la táctica
para activar una sugestión en concreto. En el caso de levitación
de la mano, se pide al cliente que imagine que su brazo es un
globo que sube, y que realmente suba el brazo como si su brazo
fuera un globo lleno de helio. Si se absorbe la persona en ese
pensamiento, experimentará el acto voluntario de subir el brazo
como si fuera automático. A continuación, se pasa un vídeo en el
que un terapeuta da la sugestión de levitación de la mano,
describiendo la imagen en la que se apoyará el cliente, quien
muestra una levitación de la mano. En el vídeo, terapeuta y cliente
discuten los pormenores de la experiencia de levitación,
reforzando el terapeuta al cliente, mientras éste mués-
II8 Parte II: Protocolo de
aplicación

tra satisfacción e indica que responder a la sugestión a través de


imágenes es como aprender a resolver otro tipo de problemas que
exigen habilidades (nadar, matemáticas, etc.).
Posteriormente, se indica al cliente que toda sugestión tiene
una parte mental y otra física. La parte física la tiene que
realizar el cliente, nadie lo hará por él, pero la experimentará
como algo que ocurre por sí solo si se centra e involucra en
una imagen mental que es consistente con el acto físico que se
requiere. El involucrarse e imaginar detenidamente lo necesario
para que el brazo levite implica que las verbalizaciones
encubiertas de la persona durante la imaginación deben ser
consistentes con lo imaginado (la mano está ligera mientras se
imagina que el brazo es como un globo de helio). Así, la imagen
refuerza el acto físico de subir el brazo y el acto físico refuerza la
imagen de ligereza. Finalmente se da la sugestión de levitación y el
terapeuta refuerza cualquier intento y avance del cliente por
experimentar la levitación de la mano.
Existen variaciones breves de este procedimiento que se basan
fundamentalmente en el uso de la imaginación también muy
eficaces. En general, el terapeuta debe disponer de muchas y
variadas imágenes que puedan apoyar cada tipo de sugestión, y
ver-balizarlas al estilo de las instrucciones de "pensar en" (think
with) e instrucciones "motivacionales hacia la tarea" de T. X.
Barber (Barber y Calverley, 1963). Las instrucciones
motivacionales hacia la tarea indican a la persona que su
capacidad para responder a las sugestiones se basa
completamente en su "deseo" de intentar imaginar y visualizar
las cosas que se piden al cliente que imagine. Las instrucciones
de "pensar en" se basan en tres aspectos fundamentales: 1. Se
dice a las personas que pueden evitar experimentar una
sugestión diciéndose cosas negativas (no puedo experimentar
lo que se sugiere) o esperando pasivamente a que ocurra. 2. Se
asegura al usuario que puede experimentar la sugestión si se
permite pensar e imaginar en los temas de la sugestión. 3. El
terapeuta modela lo que debe hacerse, verbalizando en voz alta
las cosas que imagina y piensa para experimentar la reacción
sugerida.
Por lo tanto, el programa de Carleton se basa esencialmente
en las instrucciones motivacionales y de "pensar en". Aunque se
sabe que la imaginación no es necesaria (salvo para un pequeño
grupo de personas) a la hora de activar una sugestión, es cierto
Capítulo 7: Dificultades con la hipnosis y cómo superarlas I 19

que la mayoría de las personas la consideran como un medio


eficaz de lograrlo. Desde esta perspectiva, el usar instrucciones
de imaginar y "pensar en", ayuda a generar expectativas de
respuesta, ya que la persona creerá con mayor fuerza que la
respuesta sugerida ocurrirá.
Las formas indicadas de mejorar las respuestas a las
sugestiones que se han expuesto pueden utilizarse en conjunto.
Así la persona aprende a instigar reacciones, a imaginar y apoyar
con su pensamiento lo que se hace, y sobre todo entiende que la
experiencia hipnótica no es algo que dependa del terapeuta, sino
de él mismo y de su interés en notar las reacciones que se
sugieren. Todo ello ayuda a corregir y evitar fracasos a la hora
de experimentar las sugestiones y autosugestiones hipnóticas.
En otro orden de cosas, es cierto que algunos clientes
muestran un rechazo casi insuperable hacia la hipnosis y/o
presentan niveles de sugestibilidad iniciales extremadamente
bajos. En estos casos, no tenemos por qué rehusar la sugestión
como un adjunto a la intervención psicológica. Amigó (1992)
propuso un conjunto de procedimientos para usar la sugestión sin
rotularla como hipnosis, a los que denominó "terapia de auto-
regulación". De ellos, el más investigado es la terapia de auto-
regulación emocional. Basándose en las ideas de Wells (1924),
en el concepto de recuerdo sensorial ya mencionado de Kroger y
Fezler (1976), en el paradigma de trabajo para el incremento de
la susceptibilidad a la hipnosis de Sach y Anderson y en las ideas
básicas de psicología del marketing, Amigó creó la técnica
citada. La situación no es rotulada, en este caso, como hipnosis.
Por el contrario, se apela al recuerdo sensorial como el
mecanismo responsable de la puesta en marcha de las
sugestiones. Así, la labor del terapeuta es ayudar al cliente a
aprender cómo controlar el recuerdo sensorial: a través de
varios ejercicios, el cliente aprende a asociar reacciones a
ciertas claves (auto o heterogeneradas), para luego
reproducirlas en ausencia de esas claves. El objetivo último de
estos ejercicios es activar el cerebro para que pueda reproducir
las respuestas que se sugieren, sin necesidad de establecer
nuevas asociaciones. Sólo en caso de fracaso, se recurrirá a
instigadores, como se apuntó anteriormente, que activen la
respuesta, para luego desvanecerlos y sustituirlos por las auto o
hétero-suges-tiones. En concreto, la terapia de auto-regulación
emocional consta de tres fases.

'■■i i
120 Parte II: Protocolo de aplicación

A) Persuasiva -instigativa

En esta primera fase se explica al cliente el concepto de


recuerdo sensorial, poniéndole ejemplos de la vida cotidiana.
Cuando el cliente ha comprendido a qué proceso nos referimos,
se le propone realizar ejercicios que le permitan controlar y
desarrollar el recuerdo sensorial. En este momento se le
explica el concepto de interferencia: al igual que en la
presentación cog-nitivo-comportamental de la hipnosis
descrita, se hace ver al paciente que el distanciamiento,
incredulidad, impaciencia o la falta de motivación pueden
interferir con el proceso de reproducción. Una vez entendido
esto por el cliente, se le presentan varios estímulos que
instigan las respuestas que debe asociar a claves.
Posteriormente se eliminan los instigadores y la persona debe
evocar tales respuestas sólo activando las claves (tal y como se
comentó en el apartado anterior). Por ejemplo, se pide al cliente
que introduzca una mano en un balde con agua fría. Las
reacciones que provoca serán de frío, entumecimiento,
hormigueo, etc. Una vez las ha observado detenidamente, se
pide que vuelva a introducir la mano en el balde y que asocie las
reacciones a una clave auto-generada. A continuación la
persona debe poner en marcha la clave seleccionada y observar
las reacciones que se activan. Generalmente las personas se
sorprenden tras comprobar comportamentalmente que,
efectivamente, pueden reproducir sensaciones y conductas. En
este momento se le indica que está aprendiendo a controlar
voluntariamente respuestas automáticas (rigidez de la mano,
frialdad, etc.), lo que le llevará a poder reproducir
voluntariamente emociones, sentimientos, reacciones biológicas,
etc., cuando las necesite. Este esquema de instigación-
asociación-reproducción se lleva a cabo con tres ejercicios más
(pesadez del brazo, olor y sabor, para lo que se usan un libro
encima de la mano con el brazo estirado, cenizas de tabaco y
zumo de limón, respectivamente).
Esta primera fase puede destinarse también a evaluar la
capacidad de la persona para reproducir sensaciones, de modo
que los ejercicios indicados configurarán, junto a una serie de
preguntas y observaciones del terapeuta, la escala de auto-
regulación emocional. Una vez el paciente ya puede reproducir
varias sensaciones, se prosigue con la segunda fase.
Capítulo 7: Dificultades con la hipnosis y cómo superarlas 121

B) Desvanecimiento y pregeneralización

El segundo paso es el de reproducir reacciones sin necesitar


estímulos físicos. Las personas establecen asociaciones con otros
objetos que al principio tienen una relación topográfica con la
respuesta original (por ejemplo, pueden reproducir rigidez tocando
un lápiz y después sólo con mirarlo). Así, los índices físicos se van
desvaneciendo y son reemplazados paulatinamente por estímulos
simbólicos. De este modo los usuarios aprenden que pueden
reproducir las respuestas experimentadas previamente con sólo
activar las claves con las que fueron asociadas. No todos los
clientes avanzan con la misma velocidad (lo cual es también
aplicable a la hipnosis), por lo que debe usarse refuerzo diferencial
de cada logro, retroalimenta-ción y auto-observación detenida de
los avances y éxitos. Los fracasos se reatribuyen a la falta de
práctica, instigándose cada reacción que se pretende alcanzar si
fuera necesario (tal como se comentó previamente para corregir
errores con la hipnosis). Así el siguiente paso deviene obvio.

C) Generalización

Los clientes ya han experimentado que pueden reproducir


sensaciones y respuestas en general que previamente fueron eli-
citadas por estímulos reales sin necesidad de exponerse a esos
estímulos. Más aún, experimentaron cómo pueden generar
nuevas asociaciones con objetos que son muy diferentes de los
estímulos reales y que pueden activar reacciones apelando
simplemente a las claves elegidas (generalmente las
sugestiones propuestas por el terapeuta). Por lo tanto, el usuario
puede entender, ya que las palabras son estímulos que
funcionan como claves para activar el recuerdo sensorial. Lo más
importante es dejar simplemente que las cosas ocurran. En otras
palabras, el cliente puede recibir o darse sugestiones sabiendo
que las palabras activarán el recuerdo sensorial (siempre que no
lo interfiera) de las reacciones sugeridas, al igual que las señales
tangibles o simbólicas lo hicieron en la fase anterior.
Una vez se ha alcanzado esta tercera fase, se pueden usar
sugestiones directas, mientras que el cliente se encuentra activo,
con los ojos abiertos, etc. (hipnosis despierta). De este modo, junto
con el
122 Parte II: Protocolo de aplicación

conocimiento adquirido sobre cómo activar y desactivar el


recuerdo sensorial, el cliente alcanza una elevada sensación de
control sobre sus comportamientos. Por lo tanto, el terapeuta
comprueba inmediatamente si las sugestiones funcionan y las adapta
a las características y preferencias del cliente. El fracaso se
reatribuye fácilmente como una cuestión de encontrar la clave y el
instigador adecuados para el usuario concreto que nos ocupa.
Es cuestión de práctica y creatividad.
Finalmente, una vez el cliente ya ha aprendido cómo
responder a las sugestiones, no hace falta repetir las tres fases
para sentirse activado y preparado: en las siguientes sesiones sólo
debe concentrarse en una de las reacciones que sean fáciles de
reproducir. Una vez evocada la respuesta seleccionada, el
terapeuta indica al cliente que su cerebro está preparado y activo
para poner en marcha otras respuestas, es decir, las respuestas
que el terapeuta o él mismo sugieran.
La investigación (Capafons, 1999) indica que la terapia de auto-
regulación emocional promueve respuestas a las sugestiones como
la hipnosis por relajación. Así mismo, sus aplicaciones como
adjunto a intervenciones cognitivo-comportamentales son muy
variadas y prometedoras: se ha usado con éxito en el tratamiento
del tabaquismo, obesidad, dismenorrea primaria, adicción a
ciertas sustancias y fobia a volar.
De tales investigaciones, al igual que ocurre con los métodos
de hipnosis despierta descritos en las páginas anteriores, se
desprende que la terapia de auto-regulación emocional se
percibe como un procedimiento agradable y ameno. Las
observaciones clínicas suelen ser convergentes: las personas
muestran generalización de respuesta. Es decir, tras observar
cómo pueden activar sus reacciones (por ejemplo, sensación de
saciedad ante una comida que no conviene ingerir) para
solucionar el problema que les llevó a solicitar los servicios del
terapeuta, tienden a usar las mismas estrategias para otros
problemas de su vida cotidiana (falta de concentración, ansiedad,
etc.).
Capítulo 7: Dificultades con la hipnosis y cómo superarlas 123

Preguntas de autoevaluaáón

1. Dentro de un contexto cognitivo-comportamental, un fracaso en


experimentar una sugestión se interpreta como que:
a) Sólo hay que buscar otras formas de aprender a experimen
tarla. □
tí) La persona no está suficientemente hipnotizada y el trance no
es profundo. □
c) El paciente no podrá experimentar otras sugestiones más difí
ciles o de ese estilo, por lo que habrá que evitarlas en la apli
cación clínica de la hipnosis. D
d) La persona necesariamente está interfiriendo conscientemente
con la sugestión. □
e) El cliente carece de los mitos oportunos para ser lo suficien
temente crédulo para experimentar la sugestión. □

2. Las instrucciones de "pensar en" y las instrucciones motivacionales


son la base de:
a) Los métodos ericksonianos permisivo-indirectos. G
tí) El programa de entrenamiento en habilidades de Carleton. D
c) La terapia de auto-regulación emocional. D
d) El entrenamiento en instigación de Sach y Anderson □
e) La inducción doble de la programación neurolingüística. □

3. Una forma de corregir fracasos en experimentar sugestiones es la de


instigar la respuesta a experimentar, asociarla a una clave y activar esa
clave para reproducir la respuesta. Generalmente estos ejercicios se
aplican explicando el concepto de:
a) Trance o estado alterado de conciencia. D
tí) Disociación cognitiva. D
c) Recuerdo sensorial. □
d) Inconsciente y activación cortical izquierda. □
e) Sonambulismo artificial. □

4. El procedimiento sugestivo que se basa en el recuerdo sensorial, y


que se presenta como un entrenamiento en el control de tal recuer
do, es:

fililí .. ¡
124 Parte II: Protocolo de aplicación

a) La sofrología. D
b) El entrenamiento en el manejo de la ansiedad.
c) La hipnosis activo-alerta. □
d) La terapia de auto-regulación emocional.
e) La inducción doble (con dos terapeutas). D

D
Miedo a volar en avión:
cómo usar la hipnosis
junto a la exposición
8

En apartados anteriores se han expuesto las principales


características de una paciente con problemas para viajar en
avión, así como los principales tipos de fenómenos sugestivos
que se pretendían activar. A continuación se relata sesión por
sesión el modo concreto de proceder en la aplicación de la
hipnosis.
Tras la primera sesión de evaluación, se citó a la paciente
cinco días después. En esta segunda sesión se comentaron los
resultados de los cuestionarios y se procedió a clarificar las
creencias erróneas sobre el avión. En el caso de esta cliente el
pensamiento problemático de base era confundir posible con
probable (McMu-Uin y Giles, 1981). Así pues, se le explicó que
era totalmente cierto que el avión puede caer (de hecho, caen
esporádicamente), y que poder significa en este caso que existe
la posibilidad. Como existe la posibilidad de matarse en la bañera
o bajando unas escaleras o simplemente comiendo fruta. Se le
preguntó qué otras formas de morir accidentalmente eran
posibles para que ella misma confirmara que estas posibilidades
(autobús, tren) no implicaban altas probabilidades. Lo altamente
probable se define por la ratio entre intentos y resultados. Desde
esta perspectiva, es sencillo comprender que durante un año son
cientos de miles los vuelos que circulan por el espacio aéreo
mundial, mientras que los accidentes son mínimos. Finalmente se
presentó la siguiente idea.
Terapeuta: La muerte es el hecho humano más probable. Es
tan probable que, ciertamente, es algo seguro. Como decía Miguel
26 Parte II: Protocolo de aplicación

Hernández: "De la muerte nadie ha de hacerme dudar...".


Realmente es cierto que existe la posibilidad de morir en
cualquier momento, bajo cualquier circunstancia. Ahora mismo,
esperemos que no, puedo morir. Es cierto. Vaya o no en avión,
esté o no ante una situación peligrosa. Ante este hecho, se tienen
dos alternativas: una, evitar todo tipo de situaciones que entrañen
posibles riesgos, estar pendiente de cualquier alteración
biológica de nuestro cuerpo. ¿Cómo crees que nos afectaría
adoptar esta actitud?
Cliente: Pues encerrándonos en casa para siempre, no
haciendo nada divertido, volviéndonos hipocondríacos, etc. ¿no?
Terapeuta: ¡Exacto! La segunda, aceptar el hecho de que la
muerte esta ahí, demorarla todo lo que esté en nuestras
posibilidades procurando tener sentido común y, mientras tanto,
disfrutar cada momento como si fuera el último en nuestra vida
¿Cómo crees que actuaría una persona con esta actitud?
Cliente: No sé exactamente, pero supongo que valorando que
se vive, evitando riesgos inútiles, pero procurando aferrarse a lo
positivo de la vida.
Terapeuta: Algunas personas que han estado cerca de la
muerte, dicen haber experimentado el "cambio de orilla". Al ver tan
cerca la muerte, deciden no perder el tiempo en miedos inútiles,
enfados estúpidos o en alcanzar metas que no les enriquezcan.
¿Crees que viajar en avión es realmente una actividad altamente
peligrosa, o carente de sentido?
Cliente: No, pero aún así creo que me pondré muy nerviosa.
He intentado pensar como me dices, pero no puedo. Aunque
nunca lo había enfocado en términos de probabilidad, ni
tampoco había pensado que, incluso aunque fuera cierto que
puedo morir ahora, eso debe ser un acicate para disfrutar más de
la vida. Me gusta esa idea.
Terapeuta: ¡Estupendo! La hipnosis te puede ayudar a que esa
idea, ese pensamiento adecuado, pueda servirte para superar tu
miedo al avión. ¿Quieres intentarlo?
Cliente: ¡Claro!, por eso estoy aquí.
A partir de ese momento en el que se procuró una
reestructuración cognitiva rápida, se presentó la hipnosis tal como
se ha indicado en los apartados anteriores. La cliente pudo
mover el reloj fácilmente, mostrando sorpresa y satisfacción (no
mover nada el péndulo hubiera sido indicador de interferencias y
una muy baja susceptibilidad a la hipnosis). A continuación se le
enseñó la auto-
Capítulo 8: Miedo a volar en avión: cómo usar la hipnosis... 127

hipnosis rápida y se le pidió que la practicara en casa durante el


resto del día. Se citó a la paciente para el día siguiente.
En la tercera sesión, la cliente dijo haber practicado la auto-
hipnosis dos veces antes de dormir, y por la mañana, después de
salir de casa. Mostró sorpresa, pues había dormido muy bien, algo
poco frecuente en ella (comienzo de generalización de respuestas:
se usa auto-hipnosis rápida para mejorar la calidad del sueño).
Tras valorar muy positivamente esta actitud, se le relató la
metáfora didáctica expuesta en otro apartado. A continuación se
entrevistó a la cliente para conocer sus reacciones a las imágenes y
a los mensajes sobre la hipnosis. La usuaria comentó que había
experimentado las siguientes reacciones: mucho miedo por no
poder pensar y estar sola; rabia por el descuido de la gasolina; la
serpiente le había repelido ostensiblemente; cansancio físico al
avanzar por la jungla; dudas sobre su capacidad para cruzar el río y
de poder pensar en una solución nueva; creyó que la balsa era una
buena idea; no se sintió contenta por superar las dificultades, ni
le resultaron muy potentes las sugestiones de fortalecimiento del
ego, ni las de alegría. Textualmente, la paciente se dijo que era
una "gilipollas" por meterse en esa situación, y se contó en parte
una historia paralela en la que miraba al cielo a ver si le enviaba
ayuda.
La explicación sobre las funciones de la hipnosis la entendió
perfectamente. Por lo tanto, el terapeuta extrajo varias
conclusiones: 1. La cliente visualiza bien, y las imágenes pueden
generar reacciones negativas. 2. La colaboración es elevada. 3. Se
deben trabajar más las sugestiones que incluyan seguridad, alegría y
bienestar, ya que se quieren incluir dentro de las reacciones a
experimentar en el avión.
Acabada la explicación de la metáfora, se citó a la cliente para
una semana más tarde, pidiéndole que practicase la auto-hipnosis
todo lo posible. Asimismo, se le solicitó que trajera una lista de las
situaciones que disparaban su miedo a volar en avión y cómo se
sentía antes, durante y después de volar en avión (esto último se
ha expuesto en el capítulo 4).
En la cuarta sesión, la cliente indica que, tras dos años de
dolores de espalda, ya no le duele, que puede bailar (aunque su
marido no quiera, lo cual le impedía hacerlo), que siente que se
está concentrando y que puede salir de las situaciones difíciles.
Además relata que ahora puede trabajar mucho sin molestias en la
espalda y que las palpitaciones han desaparecido. Cree que su cuerpo
funciona bien, "con fluidez". La mente la nota muy activada, como si
su cabeza fue-
128 Parte II: Protocolo de aplicación

ra a su aire. No chilla a sus hijos desde la última sesión. Cree que está
tomando conciencia definitivamente de algo sobre sí misma: su
marido es muy estresante para ella, e ilustra este estrés diciendo
que el marido se rió de ella cuando practicó la auto-hipnosis en la
cama, antes de dormir. Sin embargo, cree que la auto-hipnosis la
está ayudando ostensiblemente: pudo controlar su agobio en una
discoteca donde fue a bailar, y en el autobús para relajarse
muscularmente. Cuando piensa en el avión y se altera, intenta
contrarrestarlo pensando que tiene ya un arma para combatir tal
temor (la auto-hipnosis). Finalmente relata algo que le llamó la
atención: tras practicar la auto-hipnosis en el coche (recuérdese que
estamos aplicando hipnosis despierta), lloró y se desahogó
completamente. No lloró de rabia, indica, sólo lloró y se sintió muy
a gusto. Esta reacción la interpretó como que estaba avanzando en
su control personal.
Tras felicitar efusivamente a la usuaria por su actitud tan activa
y emprendedora en el tratamiento, se le propuso trabajar ya con
sugestiones concretas. Para ello la cliente se auto-hipnotizó, y
cuando indicó que se sentía dispuesta se aplicaron una serie de
sugestiones confirmatorias de reto, para que comprobara el control
que sobre sus reacciones estaba alcanzando. Las sugestiones fueron:
una sugestión de catalepsia ocular (no poder abrir los ojos), una de
alucinación de sed, seguida de otra de temperatura (frío en la
garganta), inhibición verbal (no poder hablar) y, finalmente, otra de
catalepsia rígida del brazo (no poder doblar el brazo). Recuérdese
que el contexto en que se usa la hipnosis, los ejercicios de reto se
ligan a la presentación cognitivo-comportamental. El cliente sabe que
puede romper el efecto de la sugestión, por lo que cumplir con el reto
no es caer bajo el control del terapeuta, sino sólo dejar que el
cerebro funcione para que genere la reacción hasta que la
persona la interfiera. Activar y desactivar esas reacciones son la
prueba del alto grado de control mental que el paciente está
alcanzando.
Una vez la cliente comprobó con las sugestiones anteriores que
su mente funcionaba eficientemente y con rapidez (que estaba auto-
hipnotizada), se prosiguió con el segundo tipo de sugestiones:
sugestiones para el control de las emociones. Estas sugestiones
(directas y permisivas) comienzan por generar estados de
bienestar y satisfacción. Poco a poco se lleva al cliente a distintas
emociones relacionadas topográficamente, para luego ir
desvaneciéndolas y transformándolas en su opuesto, terminando
siempre con una emoción positiva. Así, se pasa de satisfacción a
alegría y risa. Posteriormente
Capítulo 8: Miedo a volar en avión: cómo usar la hipnosis... 129

se sugieren emociones de ternura, cariño y deseo. A continuación se


sugiere serenidad, seguridad, indiferencia y distancia. El siguiente
grupo de sugestiones son de tono aversivo: ansiedad, inseguridad,
confusión, asco y náuseas. De nuevo se sugiere indiferencia,
seguridad y calma, para volver a las emociones positivas, con las
que se acaba la serie de sugestiones emocionales.
El objetivo es que el paciente descubra que puede generar y
modificar a bastante velocidad distintos estados de ánimo y
emocionales. Ciertamente esto se hace en un contexto de
seguridad (en la consulta del terapeuta y sin ningún estímulo
desencadenante real). La idea es entrenar al cliente en las
habilidades básicas, para paulatinamente, a través de
aproximaciones sucesivas, introducir estímulos relacionados
con el problema del paciente, antes los cuales éste puede evocar
las emociones adecuadas usando la hipnosis.
La paciente mostró bastante facilidad para activar sus
emociones y experimentarlas muy vividamente. La que más le
costó evocar fue la de deseo. No obstante, ella misma se imaginó
que viajaba con su marido por el país que iba a visitar, viendo el
paisaje y sintiéndose cariñosa con él. La palabra "ilusión" fue la
que eligió para activar el deseo de ir de viaje.
A continuación se revisaron las situaciones que elicitaban su
miedo a volar. La ordenación resultante fue la siguiente (miedo
ascendente):

1. Avión cerrado en pista.


2. Leer en inglés: Uve vest under your seat (chaleco salvavidas
debajo de su asiento).
3. La azafata dando instrucciones y explicando las normas
internacionales de aviación civil.
4. Luz en el techo indicativa de no fumar y cinturones abro
chados.
5. Notar la aceleración en la pista.
6. Oír cómo se repliega el tren de aterrizaje.
7. El avión toma altura y se inclina para coger el rumbo.
8. Turbulencias.

La paciente indicaba que oír el tren de aterrizaje le


provocaba temor sólo en el despegue, ya que en el aterrizaje le
confirmaba que estaba fuera de peligro.
130 Parte II: Protocolo de aplicación

En vista de que las situaciones se circunscribían esencialmente


al contexto estimular del avión y de forma lineal, se decidió aplicar
un entrenamiento en relajación aplicada, con práctica guiada y
reatribución del significado de los signos de ansiedad. Si la
persona pierde el miedo al viaje como tal, es esperable una
generalización de estímulos previos y posteriores a esa situación,
como así ocurrió.
Tal y como indica Suinn, los signos de ansiedad son estímulos
discriminativos de respuestas de escape y evitación. Cuando se
utiliza la relajación desde una perspectiva de afrontamiento, los
signos de ansiedad son reetiquetados como estímulos
discriminativos de activación de las respuestas de afrontamiento.
Desde esta perspectiva se entrena al paciente para que desarrolle
una habilidad para el auto-control e incremente su competencia
aprendida. En el caso que se está exponiendo, la forma de inducir
la relajación (y otras emociones relacionadas, como calma,
indiferencia, alegría, bienestar, etc.) era la auto-hipnosis rápida.
Por lo tanto, los signos de ansiedad devenían en estímulos
discriminativos para activar la auto-hipnosis rápida. Ello era
posible porque se usaba desde una perspectiva de hipnosis
despierta: la cliente podría auto-hipnotizarse caminado,
hablando, etc.
Cuando se le propuso esta forma de intervención, la paciente
la aceptó enseguida, ya que en el fondo era como repetir la
metáfora didáctica, pero introduciendo estímulos relacionados
con su miedo (la metáfora ya había funcionado como una forma
de exposición en imaginación y de desarrollo de las habilidades
necesarias para soportarla y potenciarla). Por lo tanto, se pidió a la
cliente que practicara en casa la auto-hipnosis, pues al día
siguiente se iba a proceder con el entrenamiento en
afrontamiento.
Posteriormente se le aplicó una inducción heterohipnótica a
través del método vigilia-alerta. La única sugestión que se aplicó
fue que la auto-hipnosis sería potente para hipnotizarla, y que
cuanto más practicara el método y más sugestiones se diera a sí
misma, mejor le funcionarían y más efectos observaría. La idea
de esta sugestión, como se ha indicado anteriormente, es la de
reforzar las expectativas de eficacia de la persona y fomentar su
independencia de las sugestiones del terapeuta. De esta forma se
espera, de forma paradójica, que la persona pueda desvanecer las
instrucciones del terapeuta y generalizar más fácilmente los
resultados a su vida cotidiana.
Capítulo 8: Miedo a volar en avión: cómo usar la hipnosis... 131

La paciente mostró satisfacción por la heterohipnosis, y sintió


que las sugestiones le ayudarían a tener más éxito con la auto-
hipnosis rápida. Se la citó para el día siguiente.
En la quinta sesión, la paciente indicó que seguía durmiendo
profundamente (algo infrecuente antes de la intervención) y
notaba que su cuerpo le responde, lo que le hace sentir muy bien.
Tras felicitarla por los avances, se le recuerda la intención de la
práctica guiada, comparándola de nuevo con la metáfora
didáctica: su miedo a volar en avión es la jungla y conseguir volar
y disfrutar del avión y del viaje con su marido es el objetivo (como
llegar al puerto en la metáfora). La auto-hipnosis rápida es el
machete que le permite poner en marcha distintas soluciones (las
emociones positivas entrenadas el día antes).
Entendido lo anterior, se le fue relatando una secuencia de
imágenes en las que iba viendo los distintos elementos fobogéni-
cos: para cada uno se activaban las emociones de ansiedad, miedo
e inseguridad, con sus correspondientes signos fisiológicos
(taquicardia, palpitaciones y sudoración) y cognitivos (pensar en el
accidente, sus hijos huérfanos, etc.), para recordarle
inmediatamente que tenía la palabra clave (machete). Entonces
se le recordó que esta palabra le permitía un control intenso de
las emociones y se le sugirieron las de seguridad, indiferencia,
distancia, calma, satisfacción y alegría. Una vez conseguía la
paciente experimentar las emociones positivas manteniendo la
imagen fobogénica, se pasaba a relatar la siguiente. Acabados
todos los elementos ansiogéni-cos, se sugirió una proyección al
futuro para que la persona viviera el éxito de ir en avión
disfrutando del viaje mientras leía y charlaba tranquilamente
con su marido, mientras de vez en cuando miraba por la
ventanilla. A continuación se sugería que podía visitar el país,
con ilusión, y sin pensar en lo horrible que sería el viaje de
vuelta, ya que había superado su miedo al avión.
Acabada la práctica guiada, se entrevistó a la paciente, quien
indicó que le había costado experimentar miedo, y que una vez
activado, le había costado reducirlo. Las sugestiones de sentir paz,
ternura e indiferencia le fueron más útiles y las experimentó con
fuerza. Para experimentar mejor la relajación, la paciente se había
centrado en pensamientos como "mi cuerpo no está enfermo, no
me va a dar un infarto a pesar de la taquicardia", y se daba
instrucciones para relajarse recordando la práctica en casa y lo
útil que le era para otras cosas también. Finalmente añadió que le
había
132 Parte II: Protocolo de aplicación

costado sentir ansiedad porque los signos del avión que le


generaban temor ya los había percibido con gran indiferencia
antes de que se le sugiriera (quizá como efecto de la metáfora
didáctica).
Como la persona partía de viaje antes de poder mantener otra
sesión, se dedicó un parte de esta sesión a la prevención de recaídas.
Así, se le explicó que es normal sentirse desbordado a veces por un
miedo que se creía superado y que ello no quería decir que había
vuelto a desarrollar la fobia. También se le dijo que a veces, las
reacciones fisiológicas que provocaba el mismo viaje podían ser
confundidas puntualmente con signos de ansiedad. Por último se le
aseguró que incluso algunos viajes con muy malas condiciones
climatológicas alteran y asustan a personas experimentadas. Todo
lo anterior, se le razonó, indica sólo que esporádicamente podemos
sentir miedos que no se cronifican. Todo depende de cómo lo
interpretemos. Si se interpreta como una oportunidad para volver a
practicar la auto-hipnosis y mejorar el auto-control, es muy difícil
que el miedo vuelva a cronificarse. Para ilustrar todo ello se pidió a la
cliente que se auto-hipnotizara, y se le relató una secuencia en la
que, debido a las turbulencias, sentía una gran ansiedad y miedo. Se
recordó que podría utilizar la auto-hipnosis, y que con ella podía
conseguir que su mente experimentara esa situación como algo que
pasa muy rápido (distorsión del tiempo, aceleración temporal), por
lo que pasaría muy pronto. Más aún, podría usar la auto-hipnosis
para controlarse y relajarse como lo había hecho en la consulta.
Acabado el ensayo imaginado, la paciente indicó que se había
dado cuenta definitivamente de que con la auto-hipnosis tenía un
"arma" versátil, que le ayudaría a afrontar las situaciones nuevas
que pudieran asustarla. Tras reforzar esta creencia, se le pidió que
una vez terminado el viaje comunicara cuál había sido el resultado.
Un mes más tarde la cliente informó de que el viaje había sido
un éxito. Según sus palabras: "Cuando llegué al aeropuerto pensé
que la auto-hipnosis no me funcionaría. Entonces disocié el brazo
y traté de oír tu voz dándome sugestiones. Enseguida te oí
claramente ["alucinación" positiva auditiva] y las sugestiones me
funcionaron perfectamente. Ha sido un viaje sin miedo, divertido.
Me he sentido muy segura con la auto-hipnosis".
Dos años después, un breve contacto reafirmó estas ganancias,
así como el mantenimiento de la mejora en su calidad de vida que
se había provocado como consecuencia de la práctica con auto-
hipnosis rápida (generalización de respuestas).
Capítulo 8: Miedo a volar en avión: cómo usar la hipnosis... 133

Preguntas de autoevaluaáón

1. Una vez la persona está hipnotizada, se sugieren distintas emociones


para que:
a) La persona descubra que puede generar y modificar a bas
tante velocidad distintos estados de ánimo y emocionales. □
ti) Se provoque una abreacción catártica. ü
c) Se profundice en el estado de trance, al provocar una regre
sión funcionalmente adecuada. □
d) Se active el ello, y entre en conflicto con el super ego. Así se
puede encontrar material reprimido más fácilmente. □
e) Sea más sencilla una comunicación con el cerebro afectivo
no racional de la persona. D

2. Una de las conclusiones que se puede extraer de la aplicación de la


auto-hipnosis rápida junto con exposición en imaginación es que:
a) No provoca generalización de respuestas. □
ti) Sí provoca generalización de respuestas. d
c) Activa muchas resistencias y contracontrol. □
d) Los cambios terapéuticos son poco perdurables. D
e) Los cambios terapéuticos se producen muy lentamente. D

3. Parece que el hecho de relatar la metáfora didáctica:


a) No ayuda a entender el sentido de la exposición en imagi
nación. □
ti) Genera más respuestas de escape y de evitación cuando se
realiza la exposición en imaginación. □
c) Provoca efectos de sensibilización ante estímulos fobogénicos. □
d) Dificulta la evocación de respuestas de relajación. □
e) Ayuda a entender el sentido de la exposición en imaginación
y facilita la práctica guiada. D

4. Al utilizar la hipnosis en las intervenciones clínicas:


a) No se acompaña de las estrategias de prevención de recaí
das, los efectos son siempre duraderos. □
b) Sise acompaña de las estrategias de prevención de recaídas. □
c) Es importante no plantear posibles recaídas para que la per
sona no se sugestione y recaiga. D
134 Parte II: Protocolo de aplicación

d) No deben usarse estrategias de reestructuración cognitiva,


pues no añaden nada al efecto de la hipnosis. □
e) Las sugestiones terapéuticas deben darse a través de la he-
terohipnosis, ya que la auto-hipnosis es sólo un apoyo a la
heterohipnosis. D
Clave de respuestas

Capítulo I Capítulo 2

a b c d e
1, Pregunta: D M D D O 1, Pregunta: D D H' D D
2, Pregunta: M D D O D 2, Pregunta: D D D B* D
3, Pregunta: D D M D D 3, Pregunta: S? D D D D
4 - Pregunta: D D D 5? D 4-Pregunta: D S¿T D D D
5 - Pregunta: D D D D M

Capítulo 3 Capítulo 4

a b c d e
I. Pregunta- M D D D D I, Pregunta:^ D D D D
2-Pregunta D D B* D D 2-Pregunta. D E' D D D
3, Pregunta D D D M D 3.- Pregunta: D D D \g D
4-Pregunta- D D D D 5? 4-Pregunta: D D D D M
5 - Pregunta: D D D D E'
136 Hipnosis

■ Capítulo 5 Capítulo 6

a b c d e ab c d e
1, Pregunta:» D D D D I, Pregunta- 0 0 0 0»
2, Pregunta: D D D D » 2-Pregunta: D D » D D
3.- Pregunta: D 5f D D D 3, Pregunta- D D D D »
4, Pregunta: D D D » D 4.- Pregunta: D D » D D
5, Pregunta: D D »D D 5, Pregunta: E' D D D D
6.- Pregunta: 0 0 0 0»

Capítulo 7 i-J¿ Capítulo 8


a b c d e a b c d e
I.-Pregunta:» D D D D I-Pregunta:» D D D D
2.- Pregunta: D & D D D 2.- Pregunta: D » D D D
3.- Pregunta: D D M D D 3, Pregunta: D D D D »
4, Pregunta: D D D W D 4 - Pregunta: D » D D D
Lecturas recomendadas
y bibliografía

Lecturas recomendadas

Anales de Psicología (1999). Psicología e hipnosis [monográfico], 15,1.


Uno de los pocos volúmenes en castellano que trata el tema de
la hipnosis desde una perspectiva científica que da una visión seria y
general del estado del campo en la actualidad.

Barber,T. X. (1988). Los procedimientos hipnosugestivos como


catalizadores de las psicoterapias. En S. J. Lynn y J. P. Garske (Eds.),
Psicoterapias contemporáneas. Modelos y Métodos (cap. 10). Bilbao: D.
D. B.
Imprescindible para entender las aplicaciones cognitivo-com-
portamentales de la hipnosis.

Bayot, A. I., Capafons, A. y Amigó, S. (1995). Tratamiento del hábito de


fumar. Tabaco y terapia de auto-regulación: un programa
estructurado para dejar de fumar. Valencia: Promolibro.
Proporciona un tratamiento estructurado que aporta sugestiones
y procedimientos aplicables con hipnosis despierta, sea con o sin la
terapia de auto-regulación emocional.

Brown, D. P. y Fromm, E. (1987). Hypnosis and behavioral medicine. Hils-


dale, NJ: Erlbaum.
Manual clásico de aplicaciones de la hipnosis a la medicina. Algo
desfasado en la actualización, pero lleno de esquemas y ejemplos para
tratar distintos trastornos.
138 Hipnosis

Brown, D. Scheflin, A. W. y Hammond, D. C. (1998). Memory, trauma &


the law. Nueva York: W. W. Norton.
Libro esencial para entender la relación entre hipnosis, memoria
y aplicaciones forenses y clínicas de los recuerdos recuperados bajo
hipnosis.

Casas, C. y Capafons, A. (1996). Tratamiento del sobrepeso y exceso de


grasa. Terapia de auto-regulación emocional para la reducción de la
grasa corporal: un programa estructurado. Valencia: Promolibro
Proporciona un tratamiento estructurado que aporta sugestiones
y procedimientos aplicables con hipnosis despierta, sea con o sin la
terapia de auto-regulación emocional.

Clarke, J. C. y Jackson, J. A. (1983). Hypnosis and behavior therapy.


Nueva York: Springer Publisher CO.
Volumen práctico y aplicado. Algo anticuado en la teoría, pero
muy oportuno para el aprendizaje de técnicas hipno-comportamen-
tales para reducir la ansiedad.

Hilgard, E. R. y Hilgard, J. R. (1975/90). La hipnosis en el alivio del dolor.


México D. E: Fondo de Cultura Económica.
Libro clásico y sugerente para aprender técnicas de control del
dolor. Imprescindible en la biblioteca.

Lynn, S. J. Kirsch, I. y Rhue, J. W. (Eds.) (1996). Casebook of Clinical


Hypnosis. Washington D. C: American Psychological Association.
Libro muy aplicado, en el que se exponen estudios de caso por-
menorizadamente, sin descuidar las bases teóricas de cada
aproximación descrita. Muy útil para la práctica clínica.

Lynn S. J. y Rhue J. W. (Eds.) (1991). Theories of hypnosis. Current models


and perspectives. Nueva York: The Guildford Press.
Probablemente el mejor y más completo libro sobre las bases
teóricas y experimentales de la hipnosis. De imprescindible lectura.

Orne, M. T. (1962/67). La conducta antisocial y la hipnosis. En G. H. Esta-


brooks (Eds.), Problemas actuales de la hipnosis (pp. 125-170).
México: Fondo de Cultura Económica.
Capítulo imprescindible a la hora de entender la relación entre
hipnosis y conducta antisocial desde una perspectiva desmitifica-
dora.
Lecturas recomendadas y bibliógrafo 139

Pérez-Álvarez, M. (1996). Tratamientos psicológicos (Cap. 5: la hipnosis).


Madrid: Editorial Universitas.
Capítulo que proporciona una visión lúcida e inteligente de la
hipnosis, desde la teoría dramatúrgica.

Yapko, M. D. (1999). Lo esencial de la hipnosis. Barcelona: Paidós.


Libro aplicado y sencillo de leer, si bien algunos conceptos teóricos
y formas de proceder quedan algo anticuados.

Bibliografía

American Psychological Association, División of Psychological Hypnosis


(1993). Hypnosis. Psychological Hypnosis, 2,3.
Amigó, S. (1992). Manual de terapia de auto-regulación. Valencia: Pro-
molibro.
Bányai, E. I., Zseni, A. y Túry, F. (1993). Active-alert hypnosis in psycho-
therapy. En J. W. Rhue, S. J. Lynn y I. Kirsch (Eds.), Handbook ofcli-
nical hypnosis (pp. 271-290). Washington, D. C: American
Psychological Association.
Barabasz, A. y Barabasz, M. (1996). Neurotherapy and alert hypnosis in
the treatment of attention déficit hyperactivity disorder. En S. J. Lynn;
I. Kirsch y J.W. Rhue (Eds.), Casebook ofclinical hypnosis (pp. 271-
291). Washington, D. C: American Psychological Association.
Barber,T. X. y Calverley, D. S. (1963). The relative effectiveness of task
motivating instructions and trance induction procedure in the pro-
duction of "hypnotic-like" behaviors. Journal ofNervous Mental Disor-
ders, 137,107-116.
Barber, T. X., y Wilson, S. C. (1977). Hypnosis, suggestions, and altered
states of consciousness: Experimental evaluation of the new cogniti-
ve-behavioral theory and the traditional trance state theory of
"hypnosis". Annals of the New York Academy of Sciences, 296, 34-74.
Capafons, A. (1998a). Hipnosis clínica: una visión cognitivo-comporta-
mental. Papeles del Psicólogo, 69, 71-88.
Capafons, A. (1998b). Rapid self-hypnosis: A suggestion method for self-
control. Psicothema, 10, 571-581.
Capafons, A. (1999). Applications of emotional self-regulation therapy.
En I. Kirsch, A. Capafons; E. Cárdena y S. Amigó (Eds.), Clinical
hypnosis and self-regulation: Cognitive-behavioral perspectives
(pp. 331-349). Washington, D. C: American Psychological
Association.
140 Hipnosis

Capafons, A. y Amigó, S. (1993). Hipnosis y terapia de auto-regulación. En


F. J. Labrador, J. A. Cruzado y M. Muñoz (Eds.), Manual de técnicas de
modificación y terapia de conducta (pp. 457-476). Madrid: Pirámide.
Capafons, A., Alarcón, A. y Hemmings, M. (1999). A metaphor for
hypnosis. Australian Journal of Clinical and Experimental Hypno-
sis, 27,158-172.
Cárdena, E., Alarcón, A., Capafons, A. y Bayot, A. (1998). Effects on sug-
gestibility of a new method of active-alert hypnosis: Alert hand.
International Journal of Clinical and Experimental Hypnosis, 45, 280-
294.
Erickson, M. H. y Rossi, E. (1979). Hypnotherapy: An exploratory case-
book. New York: Irvington.
Gorassini, D. R. y Spanos, N. P. (1999). The Carleton skill training program
for modifying hypnotic susceptibility: Original versión and variations.
En I. Kirsch, A.Capafons, E. Cárdena y S. Amigó (Eds.) (1999).
Clinical hypnosis and self-regulation: Cognitive-behavioral perspectives
(pp. 141-177). Washington, D. C: American Psychological Association.
Hammond, D. C. (1990). Handbook of hypnotic suggestions and meta-
phors. Nueva York: W. W. Norton.
Hawkins, P. J. (1998). Introducción a la hipnosis clínica: Una perspectiva
humanista. Valencia: Promolibro.
Hilgard, E. R. (1991). A neodissociation interpretation of hypnosis.. En
S. J. Lynn y J. W. Rhue (Eds.), Theories of hypnosis. Current models
and perspectives (pp. 83-104). Nueva York: The Guildford Press.
International Journal of Clinical and Experimental Hypnosis (2000). The
status of hypnosis as an empirically validated clinical intervention
[monográfico] 48, 2.
Kroger, W. S. y Fezler, W. D. (1976). Hypnosis and behavior modification:
Imagery conditioning. Filadelfia: Lippincot.
McMullin, R. y Gilíes,T. R. (1981). Cognitive-behavior therapy.A res-
tructuring approach. New York: Gruñe & Straton.
Sachs, L. B. y Anderson, W. L. (1967). Modification of hypnotic
susceptibility. International Journal of Clinical and Experimental
Hypnosis, 15,172-180.
Spanos, N. P. (1996). Múltiple identities andfalse memories. Washington,
D. C: American Psychological Association.
Spiegel, H. y Spiegel, D. (1978). Trance and treatment: Clinical uses of
hypnosis. Nueva York: Basic Books.
Suinn, R. M. (1993). Entrenamiento en el manejo de la ansiedad. Bilbao:
Desclée de Brouwer. (Trabajo original publicado en 1990).
Vingoe, F. J. (1968). The development of a group alert-trance scale.
International Journal of Clinical and Experimental Hypnosis, 16, 120-
132.
Lecturas recomendadas y bibliografía 141

Wark, D. M. (1996).Teaching college students better learning skills using


self-hypnosis. American Journal of Clinical Hypnosis, 38, 277-287.
Weitzenhoffer, A. M. (1989). The practice of hypnotism. Volunte 1: Tra-
ditional, and semitraditional techniques and phenomenology. Nueva
York: John Wiley & Sons. Wells, W. (1924). Experiments in waking
hypnosis for instructional pur-
poses. Journal of Abnormal and Social Psychology, 18, 389-404.

Vous aimerez peut-être aussi