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UNIVERSIDAD DEL SALVADOR

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES

Escuela de Ciencia Política


Escuela de Relaciones Internacionales

ALUMNA/O: Juan Ignacio San Martín


CURSO: 4to
SEDE: Campus Pilar

TRABAJO PRÁCTICO Nº 1 DE POLÍTICA EXTERIOR ARGENTINA

Profesora: Mag. Sylvia Amalia Ruiz Moreno

El pensamiento de Juan Bautista Alberdi y la política exterior argentina

Fuentes:
ALBERDI, Juan Bautista (1852) Bases y puntos de partida para la organización política de la
República Argentina. http://cervantesvirtual.com/portal/BNA/ (Cap. XV: “De la
inmigración como medio de progreso y de cultura para la América del Sud. Medios de
fomentar la inmigración. Tratados extranjeros. La inmigración espontánea y no la
artificial. Tolerancia religiosa. Ferrocarriles. Franquicias. Libre navegación pluvial”.)
------------------------- (1870) El crimen de la guerra. Buenos Aires, 1934 (p.p. 37-45 y 241-253)

1) Según J. B. Alberdi, ¿cuál debe ser la prioridad en la formación de la política


exterior? ¿Hacia qué objetivo deben tender los intereses nacionales?

2) Según J. B. Alberdi en su obra El crimen de la guerra, ¿cuáles serían las


características de un “Orden Mundial Civilizado”? Relacione esta interpretación
de la política internacional con alguna teoría o aspecto del sistema internacional
actual.

1) El autor, plantea sobre las Bases y puntos de partida para la ordenación política de la
República Argentina (1852) plantea como fundamental promover la llegada e inserción
de inmigrantes a nuestro país explicando que estos inmigrantes europeos, en la praxis,
van a transferir hábitos de industria y civilización que según el autor los argentinos en
su criollidad desconocen. Así mismo se deja distinguir un ánimo expansionista a nivel
demográfico, y plantea como única y necesaria solución para el progreso de Argentina
empezar a replicar el modelo Norteamericano californiano de europeos en sus calles
generando influencia social, económica y laboral. Alberdi, considera esencial insertar
elementos europeos a la sociedad de nuestro país. Sin embargo, para que esa corriente
migratoria se dé de manera espontánea, será obligatorio cambiar el ordenamiento
interno. Por esta razón, propone la firma de tratados extranjeros prestandoles a los
mismos nuestros derechos civiles, sugiere tratados de amistad, de comercio y de
navegación con el extranjero bajo la imagen de que cuantas más garantías se le otorguen
al extranjero, mayores derechos tendremos asegurados los argentinos. Otro ordenanza a
cambiar y/o extender, es la tolerancia religiosa, dado que si solo se acogen a los
católicos, se limita el país a la admisión de pobladores morales no necesariamente
católicos. Es interesante como en este punto el autor plantea a la religión católica como
un dispositivo de dominación de la época colonial y como la misma sustentaba el
monopolio y el aislamiento. Adentro del ordenamiento interno, se plantea también la
implementación del ferrocarril como medio de conexión, unificación y comunicación,
junto con la libre navegación y el libre comercio. Siendo estos tres factores, decisiones
que competen al ámbito doméstico pero que influyen en las relaciones con los hegemes
de aquel entonces.

2) Sobre la causa consultada (El crimen de la guerra. Buenos Aires, 1934), las
características de un “Orden Mundial Civilizado” son varias que el autor enumera a lo
largo del texto o deja leer entre líneas. Tal como la repulsión, que él avala, contra el
derecho público romano. Entendiendo que el Orden Mundial Civilizado debe desear y
ejercitar la justicia, ya que es imparcial, no es combativo y ajeno al interés. Asimismo
debe caracterizarse por su cristiandad, siendo esta su naturaleza fundamental la que
reside toda en sus relaciones con la ley moral. Es trascendental recalcar que los cónsules
no tienen vinculación con la guerra, pero que a pesar de ello, sirven a los intereses
sociales del comercio, la navegación y la industria. Comprender al comercio como un
medio para hermanarnos, pensar el vapor como el brazo del cristianismo. Siendo que el
vapor hace de la tierra una sola y común mansión para la humanidad; y el cristianismo,
una familia. Otra característica, que se denota gran énfasis y relevancia, es la
imparcialidad, ya que la misma tiene el poder de convertir la guerra en la acción
coercitiva de la sociedad de las naciones que la ejercen los poderes delegatorios para
garantizar el orden universal contra el Estado al que se le otorga la culpa de la violación
de dicho orden. El derecho internacional, será considerado el derecho de gentes privado.
Será el juez de paz, la conciliación y los buenos oficios, pasos acertados que buscan la
paz del mundo. Por último, afirmo que según Alberdi la civilización dependía de la
subordinación del poder soberano de cada Nación a la soberanía suprema del género
humano. Para que se llegue a consolidar una vasta asociación será necesario que el
orden tienda a organizarse en grandes secciones unitarias, recordando que Civilizada, no
quiere decir asociada o ligada, más bien, entraron en juego muchos elementos que
delinean las divisiones geográficas (creencias religiosas, razas, etc.) La sumatoria de
estas características, deben ser esfuerzos orientados a la unificación.

En conclusión, se puede establecer un angosto vínculo con la teoría funcionalista dado


que promueve la cooperación internacional, la preservación del status quo mediante la
neutralidad, la moralidad y los recursos que le den autonomía al Estado para lograr
cooperar con otros. A mayor cooperación, mayor orden. Apuesta a las instituciones y a
una Sociedad Civil internacional. Es un discurso perteneciente a la retórica neoidealista
o institucionalista que acaba como empieza, en el discurso. Dado que en la praxis, estas
teorías con tintes constructivistas, que ponen a las ideas y al hombre de tipo ideal en el
centro, acaban por derrumbarse cara al Sistema Internacional que hoy observamos
donde la guerra está, y los intereses propios de cada Estado son los que configuran la
estructura del sistema, sí se quiere multipolar.

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