Año 106 // 3ª etapa // 424 // Viernes 7 de agosto de 2015

El Peruano
DIARIO OFICIAL

LA MUERTE Y LA DONCELLA STONER INSTALACIÓN

ENTRE LA JUSTICIA SOBERBIA
SAGA DE
MIRADA AL
Y EL PERDÓN UN HOMBRE
MENSAJE DE
Trabajo escénico trae a debate el polémico COMÚN ODENBACH
tema de la violación sexual. Pág. 6 Pág. 3 Pág. 2

LOS 20 AÑOS DE SONIDOS DEL MUNDO

AL RITMO
DE MABELA
CON MAGISTRAL CADENCIA DIFUNDE
ARTISTAS Y GÉNEROS MUSICALES Págs. 4-5
2 CREACIÓN Viernes 7 de agosto de 2015. El Peruano Variedades

PROVOCACIONES
A
unque fue trabajada en la década de 1970,
una de las instalaciones de Odenbach
podría desatar la polémica incluso hoy:
tres televisores encendidos en simultáneo
dejan fluir sus imágenes desde pedestales
rodeados por bolsas negras repletas de basura,
en una convivencia y una proximidad que no
necesitan de mayores explicaciones. “El artista
provoca a la audiencia y le da unas pistas para la
interpretación”, comenta Solange Farkas.

las narrativas de la actualidad.

“Es un artista muy atento a su “Él amplía
tiempo y comprometido con su experiencia
la evolución de la experiencia
expresiva.”
hacia los luga-
Al afirmar que no en- res de la con-
cuentra diferencia entre el
videoarte y otros medios ar-
temporaneidad
tísticos, Odenbach traslada el porque es, so-
peso de la obra desde los ám- bre todo,
bitos del soporte hacia el men-
saje que contiene. Farkas está
un artista
de acuerdo. “En sus inicios, de contenido.”
Visión. Solange Farkas, curadora de la muestra de Odenbach, valora de este su compromiso con la evolución de la experiencia expresiva. hacía performance y después
migró hacia la escultura y el

OBRA Y
cinema –comenta la curado-
ra–. Él amplía su experiencia
hacia los lugares de la contem-
poraneidad porque es, sobre
todo, un artista de contenido,
Odenbach traslada la densi-
dad de la obra al mensaje, al
negarle un carácter didácti-
co, ¿no está colocando el peso

SIGNIFICADO
de búsqueda del lenguaje.”
Respecto al carácter de
la creación, Farkas recuerda
la cita de Odenbach en la que
sostiene que el arte puede sen-
sibilizar a las personas, pero
no debe ser didáctico. ¿Por
Memoria, presente y violencia son algunos de los elementos centrales qué no? “El arte es subjetivi-
dad por encima de todo; y en
en la obra de Marcel Odenbach. La curadora brasileña Solange esa subjetividad, cada uno de
nosotros tiene potencial y ca-
Farkas analiza el trabajo del llamado ‘padre del videoarte’. pacidad para desenvolverse;
y posee también inteligencia,
ESCRIBE CÉSAR CHAMAN dispositivos internos que le
permiten hacer lecturas es-
mayor de la interpretación en
la capacidad de lectura de un
público absolutamente diver-
so y disperso?
“En un universo tan rico
en imágenes, y considerando
el modo en que se construye
una narrativa, no hay que sub-
estimar el potencial sensible
de lectura de las audiencias. A
veces, es más difícil pero mu-
cho más rico que usted haga
un determinado tipo de lec-
tura sin tener las referencias
históricas que otra persona

D
icto un curso
de cine y video
en Alemania y,
gracias a Dios,
ninguno de mis
alumnos se dedica solo al
video –respondía con alivio
Marcel Odenbach, el llamado
‘padre del videoarte’, durante
la conferencia inaugural de su
muestra Movimientos Quietos
en Bogotá, en febrero de este
año–; hoy el arte tiene muchas
posibilidades de expresión.
“En mi época, uno era es-
cultor, o pintor, o músico, y así
por el estilo; pero ahora los
jóvenes pueden trabajar más
allá de los medios y los sopor-
tes”, explicaba también en esa
ocasión. Después de su estadía
en Colombia, la muestra de
Odenbach hizo una parada
en el Perú: la obra del artis-
ta alemán –en video, papel e
instalaciones– estuvo a dispo-
sición del público en el Museo
de Arte de Lima.
Nacido en 1953, Odenbach
elige una temática que se ex-
playa en un territorio amplio,
pero acotado. Memoria, pa-
sado, violencia, víctimas y
victimarios pueblan sin re-
paros trabajos que generan,
a la par, tensión y reflexión,
junto con referencias a la cul-
tura, la política y los excesos
de la intolerancia.
“El punto de partida de
los trabajos centrales de
Odenbach es su examen crí-
tico de la historia alemana.
Más allá de las experiencias
específicamente alemanas,
sin embargo, amplía el ho-
rizonte temático de su arte
para alcanzar una perspectiva
universal”, ha escrito sobre
él el crítico de arte Matthias
Mühling.
PRESENCIA ARTÍSTICA
En Lima, la curadora Solan-
ge Farkas, directora de la
Asociación Cultural Video-
brasil, expuso en el Instituto
Goethe sobre la presencia de
Odenbach en el contexto mun-
dial del arte y su influencia en
pecíficas de un trabajo.”
La curadora trata de ser
más específica para aclarar
el meollo. Y asegura: “Tú no
necesitas que te digan lo que
es una obra, lo que significa; tú
la entiendes y la interpretas.
Como artista, yo insinúo con
mi propuesta y tú tienes un
repertorio cultural, individual
y sensible, que te faculta para
hacer tu lectura.”
INTERPRETACIÓN
Si al equiparar el potencial
de los soportes artísticos
sí tiene”, argumenta Farkas.
Evidentemente, Odenbach
parte de un lugar propio, pero
habla también de cuestiones
universales. En apariencia es
hasta contradictorio para el
arte contemporáneo jugar
con la capacidad de adminis-
tración, el conocimiento y la
sensibilidad de quien lee, de
quien absorbe una obra; pero
ese es también su mérito. ¿Y
cada uno interpreta lo que
puede…? “Exacto, pero ahí
está la riqueza: tú interpretas
según tus referencias.”

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Jefe de Diagramación: Julio Rivadeneyra Usurín | Editor de Fotografía: Jack Ramón Morales | Teléfono: 315-0400, anexo 2182 Correos: variedades@editoraperu.com.pe cchaman@editoraperu.com.pe
Variedades Viernes 7 de agosto de 2015. El Peruano
E UN HOMBRE
scribe y escribe.
Este ejercicio es
frustrante. El pa-
pel va tantas veces
al tacho. Y las ideas
también. Es como el boxeador
que se levanta cada vez que
besa la lona. Terco él, busca el
golpe vencedor. La inspiración
está en su esquina. Lo consi-
gue. Es su batalla. No aspira a
la fama. Solo se sabe vencedor.
Sus demonios yacen a sus pies.
Siempre había sido así. Luchó
y venció. Era su tercera pelea.
La mejor de todas y se comentó
favorablemente, pero por poco
tiempo.
Esta es la historia de una
novela que se publicó en 1965.
Llamada simplemente Stoner.
Elogiada en su momento y ol-
vidada pronto. Narra acerca
de la vida de un profesor uni-
versitario y sus experiencias.
Un hombre común, como
cualquier otro, que en el de-
sarrollo de la trama demues-
tra, ante las situaciones que se
le presentan, sus principios y
valores. El autor, John Edward
Williams, dedica esta novela a
sus amigos y antiguos colegas
del departamento de inglés
de la universidad de Misuri.
Advierte que es una obra de
ficción. La obra, que tiene 240
páginas, comienza relatando
que el personaje, William
Stoner, entra a estudiar a la
universidad de Misuri cuan-
do tenía 19 años. Era el año
1910. Es el punto de inicio de
una obra simple y sin ninguna
complicación narrativa.
¿QUIÉN ES WILLIAMS?
Es el autor de Stoner. Nació
en Clarksville, Texas, el 29 de
agosto de 1922. Los periódi-
cos y las emisoras saben de los
pasos del joven John Edward
y ocupan su tiempo. No es
sordo al llamado de su patria
y se enrola para ser parte de
la Segunda Guerra Mundial,
es destacado a la India y Bir-
mania. Unos años después de
terminado el conflicto, decide
estudiar en la universidad de
Denver, allí se recibe de bachi-
ller en 1949 y obtiene el máster
en 1950. La creación literaria
no queda rezagada, pues en
1948 publica su primera no-
vela, Nothing but the night. Su
poesía dice presente con The
broken landscape.
La universidad de Misuri
lo acoge en 1950 como do-
ORDINARIO
La literatura personal y simple del estadounidense John Edward
Williams trasciende fulgurante con Stoner, acaso su obra mejor lo-
grada, que cumple 50 años desde su primera aparición en 1965. Es
oportuno leer esta novela para reconocer la maestría de este escritor.
Redivivo. Olvidada inexplicablemente, no obstante tener gran solvencia narrativa, la obra de John Williams merece obligada lectura.
cente. Allí obtiene su maes-
tría en 1954. En 1960 publica
su segunda novela, Butcher’s
crossing; en 1963, una anto-
logía de poesía inglesa de la
que él escribe la introducción.
En 1965, Williams frisa los 43
años y es nombrado editor de
la revista literaria University
of Denver Quarterly, cargo que
desempeña hasta 1970. Y el sol
le sigue alumbrando: publica el
poemario Necessary lie y la que
es considerada su mejor obra,
ESCRIBE RUBÉN YARANGA MORÁN
Stoner, novela que tiene guiños
autobiográficos del profesor
C
universitario que fuera hijo
de agricultores. En 1973 gana
el National Award Books de
ficción por Augustus.
Tras retirarse de la univer-
sidad de Denver, se traslada
con su esposa al condado de
Fayetteville, Arkansas, allí la
muerte lo sorprenderá el 3 de
marzo de 1994, tenía a la sazón
71 años. Y dejaba una novela
inconclusa: Sleep of the reason.
RECONOCIMIENTO 3
RESCATE DE STONER
De la novela de Williams,
Stoner, se ha dicho que fue
publicada en 1965. La crítica
estadounidense no tuvo re-
paros en calificarla de obra
maestra. Se ignora el porqué
tan pronto pasó al olvido. Los
calendarios, igual que las ho-
jas de los árboles, sepultan la
memoria, y el olvido, cual si
fuera un manto, borra lo dicho
o lo hecho. Tres décadas pasa-
ron, en 2003 para ser preciso,
y ese manto se cayó: la New
York Review of Books volvió
a publicarla.
Hay escritores que comen-
tan sus lecturas y te las reco-
miendan. No me acuerdo quién
fue el que me recomendó esta
obra, pero sí sé que hurgué en
internet y encontré un artículo
que tenía la firma de Rodrigo
Fresán, escritor argentino que
siempre recomienda sus expe-
riencias de lector. El artículo se
titula “Todos a clase”, en el que
habla sobre la impresión que le
causó la lectura de Stoner y a la
que califica de obra maestra, y
sin dudar lo dice al comenzar
su texto.
El 18 de octubre de 2011,
Enrique Vila-Matas pone su
firma al artículo “Obra maes-
tra ignorada”, aparecido en El
País, en el que relata el encuen-
tro que tuvo en Turín con el
escritor Colum McCann, na-
cido en el mismo año en que
se publicó Stoner por primera
vez, quien le habló de una no-
vela que había regalado ya 100
veces. Esa novela era Stoner.
Hechos relacionados con la
novela y un artículo de Fresán
sobre Stoner acabaron con los
prejuicios de Vila-Matas, quien
investigó que la novela había
sido publicada por la editorial
tinerfeña Baile del Sol en 2010.
Y dice de Stoner: “Impresio-
na el modo de contar de John
Williams, su fuerza inusitada
para los dramas minúsculos
SEGUIR SU HUELLA y para el recuento cotidiano
de nuestras resignaciones y
on semejante recomendación, la búsqueda decepciones, y sorprende que
del libro fue un trabajo esforzado al que Stoner, siendo la obra maestra
me aboqué. Conseguirlo era el desafío. que es, haya podido ser igno-
Días más y días menos, finalmente lo obtuve rada durante tanto tiempo.
gracias a mi amigo Gabriel Ruiz Ortega. Lo dejé Quizá despistó a más de uno
descansar entre otros libros. Y llegó el día en por su aparente sencillez.”
que lo tomé y me volqué sobre sus páginas sin Esa cadena de favores es el
tregua, hasta llegar al fin de esta historia, la de transmitir de un lector a otro
ese alguien al que se le concedió la sabiduría y la recomendación de una obra
al cabo de los años encontró ignorancia. No lo que puede cansar a tus ojos,
digo yo, sino que me adhiero a lo manifestado pero que alumbrará tu alma.
por Fresán y Vila-Matas, de eso trata Stoner. Eso es Stoner.
4 SINFÓNICOS
S
i Mabela Martínez
fuese intérprete,
seguro que sería
pianista. De jazz, a
la manera de la cana-
diense Diana Krall o a lo mejor,
de la brasileña Eliane Elías.
Sus largos dedos, no obstante,
solo han tocado la música de
a oídas. Esa condición privile-
giada de oyente, de “endiabla-
damente melómana”, la llevó
desde joven a ser coleccionista
y luego a convertirse en una
gestora cultural, que la hace
única en el Perú y le otorga un
sonido para todos nosotros de
un valor entrañable. Sí, ese su
“Sonidos del mundo”.
Yo le contaba que antes que
fuese mi amiga, la escuchaba
en la radio y me la imaginaba
una catedrática severísima,
enérgica contumaz, de nariz
respingada y luego, cuando
debutó en la televisión, era
tan distinta y después, la vez
que trabajamos juntos en ese
inolvidable proyecto que fue la
colección ‘En son de salsa’, que
editamos en El Comercio en el
2000, fue tan diferente porque
definitivamente ella era un
ser, acaso el más sensible por
su amor a las músicas, en todo
caso, una dama de nota y una
amiga sin bemoles, sinfónica,
estruendosamente fraterna.
Entonces recordaba que
había llegado a este universo
musical cuando vivía en Van-
couver, Canadá, y conoció di-
rectamente a los músicos en el
Festival Internacional de Jazz,
donde hacía una suerte de pa-
santía y luego fue ascendiendo.
Y así conoció a músicos de la
talla de Dizzy Gillespie y Pat
Metheny, de quienes fue una
guía que incluso los acompa-
ñaba a cenar por la ciudad y
terminaba con Lyle Mays, el
pianista de Metheny, en un res-
taurante donde todo el mundo
le pedía autógrafos. Entonces,
sin duda, yo le digo que es el
jazz. Y ella asiente, que fue su
base, esa plataforma sólida
para conocer la música real y
sus compositores e intérpre-
tes. Y luego estudió ese soporte
más amplio, la world music,
que le posibilitó conocer bien
la música africana, francesa,
el flamenco.
DESDE CANADÁ
Mabela Martínez era una
muchacha bellísima de
colegio limeño de señoritas,
Variedades El Peruan
“De aquella
aparente
mezcla de
ritmos y voces
complejos, la
sabiduría de
la sacerdotisa
Mabela me
hizo ser menos
acartonado.”
pero que guardaba una
silenciosa rebeldía. Escuchaba
la música que su corazón
había comenzado a escoger.
Entonces se fue haciendo
de una colección personal,
fueron los sonidos de su
credo, que poco a poco se fue
convirtiendo en una religión.
Luego comenzó a trabajar en
una compañía de aviación y
comenzó a volar. Entonces
se hizo universal. En 1981
delinea su primer programa,
‘Super Jazz’, junto a Tito
Barreto. El jazz en el Perú no
era masivo, al contrario, era
lo menos comercial y lo más
difícil de escuchar. Ya en 1995,
cuando radicaba en Canadá,
nace ‘Sonidos del mundo’,
que lo comienza a grabar en
su departamento de West
Vancouver y lo mandaba por
correo digital a Lima.
De ese tiempo es mi admi-
ración, le digo. Cierto, Mabe-
la me presentó la música de
Youssou N’Dour, pero luego
me amistó con una más hu-
mana Yma Sumac y así pasa-
mos a la verdadera Chabuca
Granda, y luego pegamos
el salto a los grandes intér-
pretes como Cesária Évora,
a las agrupaciones de culto
como Ketama y su Nuevo
Flamenco, a las fusiones de
estilos africanos con músi-
MÚSICA MAESTRA
ca europea, jazz, reggae y
otros sonidos provenientes
de todo el planeta. Lo mío
fue más que un hallazgo, un
deslumbramiento. De aquella
aparente mezcla de ritmos y
voces complejos, la sabiduría
de la sacerdotisa Mabela me ‘Sonidos del Mundo’ cumple 20 años bajo la batuta de Mabela Martínez. Dura
hizo ser menos acartonado y
torpe. Mabela Martínez fue la este tiempo, ella ha difundido música de la buena, de todo género y ese propós
luz sonora, esa consonancia
sinfónica para que mi vida
ha generado una legión de seguidores cautivados por los ritmos entrañables.
tenga un fundamento acústi-
ESCRIBE ELOY JÁUREGUI
co y una sustancia melodiosa.
Pero el hallazgo no fue
no. Viernes 7 de agosto de 2015 SINFÓNICOS 5

FIESTA INOLVIDABLE
P
ara celebrar los 20 años de ‘Sonidos del Mundo’
llega la cantante brasileña María Rita. Lo hará
con su gran orquesta y encandilará el jueves
27 de agosto a las 8 p. m. en el Gran Teatro Nacional.
El sábado 29 de agosto, en el mismo escenario
habrá un concierto de latin jazz con Alex Acuña,
Néstor Torres, Ramón y Óscar Stagnaro, además
del pianista venezolano Otmaro Ruiz. El 24 de
octubre en el Cocodrilo Verde se presentará Laura
Canoura, intérprete uruguaya que nos visitará por
primera vez. Finalmente, el 5 de noviembre, en el
Embarcadero 41, la banda chilena Chico Trujillo y
sus cumbias sicodélicas cerrarán la fiesta.

cuando le preguntan si los de teatro Jarana, hecha por

espacios alternativos son la
mejor opción para la buena
música, ella sentencia: “Quizá
el internet, los blogs y la indi-
vidualización de la identidad
de cada artista nos traigan
novedades. El hecho de que
no necesites de un medio de
comunicación masiva para
expresar tu arte, es un avan-
ce. Confío en que, quienes nos
sentimos como islas, vamos a
crear comunidades nuevas y
un movimiento importante”.
Mabela Martínez es así. Una
apasionada de su trabajo que
no tiene horarios y que, les
aseguro, ha comprometido a
toda su familia.
Casada con un reconocido
médico y con una hija, Sandri-
ta, Mabela sabe que su criterio
férreo sobre los controles de
calidad en la industria musi-
cal es fundamental para que
las grabaciones y los espacios
en medios sean rotundos en
temas como la identidad, la
expansión cultural y el futu-
ro de los acervos nacionales.
En el 2004 tuve la suerte de
colaborar con ella y con Su-
sana Roca Rey, una de las po-
cas productoras que conoce
muy bien la música criolla, en
la producción Guardia Vieja,
Guardia Nueva. Abordamos el
Susana Roca Rey. Escucha-
mos “jarana criolla” en tea-
tro y las funciones estuvieron
vendidas durante más de 30
días. Eso revela un cambio,
un ejemplo de que la música
criolla no está relegada. Todo
lo contrario, está totalmente
vigente. Si se pensó que que-
daría relegada por la incursión
de la chicha o la tecno cumbia,
ocurrió lo contrario: estas ver-
tientes ocasionaron que se le
dé más valor”.
En otro de los programas
de televisión, abordamos en
tres entregas un especial
dedicado al bolero, junto a
un gran conocedor como
es Agustín Pérez Aldave.
Fue una producción impre-
sionante donde el tema se
abordó con una investigación
profunda y con un trabajo
de inmersión periodística
ejemplar. Fueron semanas
de grabación en que Mabela
Martínez condujo ese barco
musical con sabiduría y des-
treza. Como lo hace hoy, dos
décadas después de vigencia
de ‘Sonidos del mundo’ y este
trasatlántico del ritmo busca
siempre nuevos puertos.
Así es Mabela Martínez,
mujer peruana, lúcida y ejem-
plar. Descubrió la magia de la

A
solo mío. En el Perú a miles
de personas le había suce-
dido lo mismo. Mis amigos
escritores la escuchaban en
sesiones secretas. Los artis-
tas plásticos la tenían para
reforzar sus trazos y policro-
ante mías y los propios músicos la
sito, seguían tras ese resplandor
que en cada programa Mabela
Martínez dictaba maestría.
La otra vez que la entrevisté
para mi programa de Andina
Televisión, me confesaba que
desde que apareció ‘Sonidos
del mundo’ en la radio como
en la tele de señal abierta y
de cable, el público de espa-
cios breves fue sumándose
a categorías geométricas y
ahora, aunque no es masivo,
es de todos. Cierto, es un pro-
grama de música popular y
universal de todos los ritmos,
de todos los confines, de Ana
Belén pasando por Sinatra y
Charlie Parker, hasta llegar a
Susana Baca. Cierto también,
con un solo credo. El respeto
por la calidad.
INTENSIDAD Y RITMO
Le estoy contando, ahora que
Mabela Martínez se ha ido con
su familia a pasar unos días
al mar de Colán, a recargar
sonidos, que le leí unas de-
claraciones para la Agencia
Andina donde a la pregunta:
¿Te consideras una mujer in-
tensa? Ella responde: Sí, de-
finitivamente. Todo lo hago
con pasión, y tengo varias
pasiones como la música, el
deporte y la cocina. No peco
de timidez. Para nada. Lo que
pasa es que en TV es muy di-
fícil ser explosivo, sobre todo
si hablas de música ante una
cámara. Por eso también vivo
cuestionándome. Y por qué
lo banal, vulgar y mediocre
brilla sobre lo talentoso y ge-
nial. No entiendo mucho por
qué los programas de mayor
rating son “chatarra”, aquí y en
el mundo. ¿Qué está pasando
con el gusto de la gente?”.
Con las nuevas platafor-
mas digitales, la oferta mu-
sical se ha diversificado. Y
tema de lo que se llama crio-
llismo, y no fue cosa sencilla.
JARANA INMORTAL
Aquello de que la música
criolla costeña peruana es
un género en extinción, no
está presente en su discurso.
Mabela Martínez sostiene que
en estos últimos años salie-
ron al mercado grabaciones
discográficas cuyo impacto
y rebote a escala local e inter-
nacional es muy valioso. “El
público local apreció la obra
música cuando en su casa se
escuchaba a Frank Sinatra, y
su madre ponía en la radiola
boleros y también la música
clásica que le encantaba a
su padre. La llevó siempre
consigo, cuando estudió en
el colegio de monjas Santa
Úrsula y cuando iba para eje-
cutiva administrativa en la
Universidad Católica, hasta
hoy, en que la fantasía musical
convierte hasta sus silencios
en los estruendos sustanciales
de su vida.
6 TEATRO Viernes 7 de agosto de 2015. El Peruano Variedades

P
aulina se sienta “La obra

HERIDAS
encima del doctor
Miranda y le apunta
original se
con el revólver en la sitúa en el Chile
cabeza. Él, atado de
manos y piernas, la mira con
de Pinochet, a
inicios de los

temor. Los gritos y el llanto
aparecen y desaparecen del
rostro de la mujer, que, deses-
perada, se dirige a una radio
y pone la canción con la que
el doctor Miranda, cuenta, la
violó.
La melodía rápida, triste y
angustiante de ‘La muerte y
la doncella’ de Schubert inva-
de la sala de la casa. Paulina
estalla en risas, mira a todos
lados y vuelve su mirada sobre
el cuerpo atado del doctor. Su
tristeza se convierte en deses-
peración y desconcierto. Una
sed de venganza y de justicia
recorre su mente. La mujer co-
rre hacia Miranda, apunta a los
testículos con el revólver, pero
no dispara. La música continúa
sonando.
VIVENCIA TRÁGICA
La muerte y la doncella de
Ariel Dorfman, estrenada en
Londres hace 24 años, vuelve
a Lima con la dirección de
Mikhail Page, en el Teatro
de Lucía, para volver a mirar
nuestras heridas desde la
vivencia de Paulina, una joven
secuestrada y violentada
sexualmente, quien escucha
que en la sala su esposo
conversa amablemente con
un hombre y reconoce por la
voz que este fue el que abusó
de ella hace 17 años.
Venganza, injusticia, dolor
y temor son sentimientos que
invaden a Paulina mientras
debate con su esposo -líder de
la Comisión que investigará
los crímenes cometidos en
el régimen anterior– qué ha-
cer con el hombre que nunca
del Estado, del terrorismo y de
todos los que dejaron huellas
ABIERTAS
90, pero podría
estar pasando
en muchos
países del
¿Podrías mirar a la cara a aquel sujeto que mundo”.
alguna vez te secuestró y violó? La muerte
y la doncella, pieza teatral de Ariel Dorf- Pero ¿cómo continuar?, ¿cómo
exigirle seguir a aquel que nun-
man, estrenada hace 24 años en Londres, se ca perdonó?, ¿cómo olvidar la
presenta en Lima hasta el 28 de setiembre, injusticia y el dolor?
Comenta Page, director de
para abordar este polémico tema. La jus- la obra: “La venganza no va a
quitarle a Paulina esos mo-
ticia, el perdón y el olvido ¿serán posibles? mentos de dolor, ni va a darle
un sentido para vivir, lo que le
dará un sentido de vida es se-
ESCRIBE MIGUEL ANGULO GIRALDO guir para adelante, sentir que
es afortunada de estar viva,
que sobrevivió, a comparación
de otras”. Obtener justicia por
sus manos solo mancharía su
alma, por eso también busca
la confesión de Miranda, busca
que enuncie lo que ocurrió, que
palpite en su boca el recuerdo
de lo que hizo, para grabarlo
todo y obtener justicia, no por
el Estado o la sociedad, sino por
ella misma.
Aunque Paulina no per-
dió la vida, los sucesos que la
marcaron la hicieron morir.
Renacer es un acto que to-
davíaconstruye, que trata de
sacar adelante invadida por
recuerdos y sufrimientos, una
búsqueda por seguir. Pero
¿cómo seguir?, ¿sentirá odio al
verlo sentado a su lado?, ¿que-
rrá pegarle cuando le ceda el
verdad que enuncia Paulina
está basada únicamente en el
GRAN DILEMA asiento en el carro?, ¿sentirá
que la persigue aun cuando

fue castigado por la justicia:
¿es correcto continuar espe-
rando la justicia?, ¿se puede
olvidar sin dolor ni rencor?,
¿qué se pierde al matar a un
violador?
La obra original de Dorf-
man está situada en Chile de
la posdictadura de Pinochet,
en los inicios de los años 90,
pero, según el propio autor,
“debe estar pasando en mu-
chos países del mundo”. Des-
de esta perspectiva, el drama
trasciende un territorio para
ser de todos: le pertenece a
aquellos que fueron víctimas
imborrables en la memoria de
muchos sujetos.
En la obra, Paulina es la víc-
tima que por causas del desti-
no encuentra al hombre que
nunca fue juzgado por abusar
de ella. Es imposible no com-
partir ese ahogamiento y ese
frío intenso recorriendo todo el
cuerpo de aquella mujer, fruto
del recuerdo de la voz libre y
sin culpa del victimario que
se pasea por su casa.
Cuando el esposo de Pauli-
na, Gerardo Escobar, descubre
que ella lo tiene atado porque
es quien la violó, no le cree. La
recuerdo de una voz que la per-
turba cada noche desde hace
17 años, pero es una verdad
no compartida, construida
con recuerdos, dolores y su-
frimientos propios.
Interrogado por el doctor
Miranda, Escobar admite que
una “curiosidad científica”
guiaba sus acciones más per-
versas, mientras se pregun-
taba: “¿aguantará más que la
otra?, ¿cómo tendrá el sexo?,
¿tendrá seco el sexo?, ¿será
capaz de tener un orgasmo
en estas condiciones?”. La re-
pugnancia se hace parte del
H
ernán Romero, el actor que da vida al todo ya está olvidado? La res-
doctor Miranda en la obra, sostiene que el puesta queda en los sujetos, el
acto de perdonar “necesita una grandeza Estado ya jugó sus monedas. El
de alma enorme”. Incluso él afirma que tras perdón, al fin, es un bien que se
la muerte de dos familiares en el atentado de sufre solo.
Tarata en Miraflores, ocurrido en 1992, y el Paulina sonríe. Su marido
posterior fallecimiento de su padre y madre está recibiendo los elogios por
por esa razón, el perdón se le hizo imposible. la instauración de la Comisión
“Siento que no he perdonado, más aún cuando de la Verdad. Lo agarra de la
las personas que fallecen no tienen que ver con mano. Las luces los alumbran.
ninguna culpa, son personas inocentes”. El bienestar y la felicidad están
de su lado. En la misma fila, en
escenario y un confundido Es- obtiene con la justicia y está la esquina contraria, el doctor
cobar no entiende cómo seguir. basada en la confesión libre; Miranda también sonríe. Sus
Para el esposo de Paulina, la por ello reniega de su mujer miradas se cruzan y un frío
confesión no se construye con y le exige pensar, le pide libe- recorre de nuevo el alma de
amenazas, para él la verdad se rarse del recuerdo y continuar. Paulina.
Variedades Viernes 7 de agosto de 2015. El Peruano
Exteriores. La película peruana Muerte en los Andes tuvo como escenario del rodaje el imponente bosque de piedras de Huayllay, lo que aportó dramatismo a la historia.
E
n la década de 1990,
André Ponce estu-
diaba en España
en los días en que
Alejandro Ame-
nábar rodaba Tesis, su ópera
prima, aquella que –no libre
de polémica– es una pieza de
referencia en el cine de corte
gore de habla hispana.
Años más tarde, el propio
Ponce persiste en el género
para llevar a la pantalla, des-
de setiembre próximo, Muerte
en los Andes, una ficción que
escarba en la interioridad y los
condicionantes que rodean a
los filmes de sangre, misterio
y suspenso.
“No es una película de san-
gre gratuita –aclara Ponce, di-
rector y guionista de Muerte en
los Andes–. La cinta no se recrea
en la violencia, sino que trata
de establecer el perfil psicoló-
gico de los personajes en torno
a una producción clandestina.”
Hay una película dentro de
otra, sugiere, para recordar
que el rodaje se planificó para
un mes y duró casi el triple.
“Íbamos a grabar en Marca-
huasi, pero al final decidimos
hacerlo en el bosque de piedras
de Huayllay, Pasco, un lugar
imponente que aporta al clima
de misterio y suspenso que ne-
cesitábamos para la historia.”
El director resume la tra-
ma: un productor ítalo-ameri-
PERFILES
EXTREMOS
Un cineasta gore, un músico psicópata, un co-
misario y un escenario ideal para el misterio
delimitan el terreno cinematográfico de Muerte
en los Andes, la nueva cinta de André Ponce.
ESCRIBE CÉSAR CHAMAN
cano retorna al Perú después
de muchos años para grabar
una película gore; recluta a un
psicópata que es el líder de una
banda de rock para el rodaje y a
varios expedicionarios, locales
y extranjeros. Ya juntos, via-
jan a Huayllay, donde sucederá
algo inesperado.
ERRORES, ACIERTOS
Así planteada la historia,
es inevitable aterrizar, por
asociación de ideas, en
películas sobre vacacionistas
SÉTIMO ARTE 7
despistados que caen en el
afilado alcance de psicópatas
de sierra eléctrica en mano.
¿Cómo impresionar a un
público habituado a difuntos
caminantes, a cintas de tres
muertos por minuto y a una
realidad mediática bastante
elocuente en términos de
violencia?
Ponce ensaya una res-
puesta. En ciertos momentos
incluso el cine, en su diversidad
de géneros, puede asumir un
papel distinto al del entrete-
nimiento. “Estudiar nuestros
errores como sociedad y en-
frentar nuestros conflictos
y miedos es una ayuda para
resolver los problemas.”
“La verosimilitud no me in-
teresa; es lo más fácil de hacer”,
le dijo una vez Alfred Hitchcock
–el maestro del suspenso– a
su colega francés Francois
HOMBRE CON OFICIO Truffaut. Alumno aplicado,
Ponce rescata la lección para
A
ndré Ponce dirigió el cortometraje ‘Ce- sustentar el cierre de Muerte
menterio Club’ en el 2005 y es un hombre en los Andes. “La película tiene
con recorrido cinematográfico. “En Es- varios giros al final y el cierre
paña, mi primera película fue ‘Caminos’. La hice es inesperado. No es habitual,
entre Barcelona y Andalucía. Allí nació también es un final con sorpresas.”
un guion, ‘Sobre mi cadáver’, que no grabamos, Seguro de que esta película
pero con el cual se montó una obra de teatro. tendrá buena acogida entre el
Ese es un proyecto que espero retomar pronto, público local, el director con-
cuando vuelva a España. Algunos actores se sidera que 300,000 especta-
quedaron con las ganas de hacer la película. Yo dores es una cifra aceptable e
regresé al Perú por un tema de financiamiento, interesante. “Pero eso depen-
pero hicimos ‘Caminos’, cinta que se puede ver derá mucho de las salas y del
en los centros culturales.” marketing”, admite.
“La película
tiene varios
giros antes de
finalizar. Se
trata de un cie-
rre inesperado,
poco habitual y
con sorpresas.”
Creo que el cine clásico
siempre funciona, a pesar de
todos los efectos especiales
disponibles en la actuali-
dad para seducir al público,
añade André. “La sucesión
de los planos para generar
una intriga, un suspenso, una
emoción intensa, es siempre
la misma.”
“De hecho, tenemos un
buen efectista y gran director
de arte Amílcar Zapata, quien
aporta la experiencia de haber
trabajado en producciones en
que se hacen incisiones, cortes
profundos y en que la sangre
mana a borbotones; pero no
nos entretenemos en sacar un
ojo haciéndolo explotar.”
JUSTA MEDIDA
Muerte en los Andes se apoya en
la contundencia de los planos,
en el ritmo de la narración y
en la fuerza de la historia.
“Tenemos efectos, sí, pero en
la justa medida”.
¿Qué espera Ponce de la
crítica? Él sabe que en tiempo
de redes las opiniones suelen
ser descarnadas y corrosivas.
“Confío en mi lenguaje cine-
matográfico –dice–, tenemos
un guion contundente y bien
secuencializado. Los planos, en
una escala proporcional, están
bien dados y no hay los saltos ni
los huecos que se ven, a veces,
en el cine peruano.”
Esta es la primera película
basada en el cine gore y gra-
bada a más de 4,000 metros
de altitud, acota el director.
“Fue un rodaje extremo, pero
satisfactorio por el paisaje y
el entorno”.
“La interpretación tam-
bién está bien lograda, con
rostros nuevos, actores jóve-
nes de otros países y el apoyo
de varios renombrados”. En
ese grupo figura Juan Manuel
Ochoa, el ‘Jaguar’ de La ciudad y
los perros y esta vez comisario
de Huayllay. La palabra final la
tendrá el público. Por cierto,
desde el 10 de setiembre.
8 Viernes 7 de agosto de 2015
Revelación. El grupo es reconocido en el exterior por la solidez armónica y creatividad de su música, especialmente la de su segundo trabajo, ‘Quema, Quema, Quema’.
P
oco tiene que ver el
glamour que suelen
buscar los músicos
de rock con un pla-
to de sopa de fideos
instantánea. Sin embargo,
la banda Kanaku y El Tigre
deben a ese potaje parte del
reconocimiento del que aho-
ra son objeto. Una parte no
más, pues hablamos de esa
porción de celebridad –aún
minoritaria y circunscrita
más que nada al circuito
‘hipster’ local– de la que go-
zan aquí y que contrasta con
la que se da en otros países del
mundo, en los que el grupo es
saludado con efusividad por
la creatividad de su música;
especialmente aquella ence-
rrada en su segunda y más
reciente producción.
“Es bien paja aparecer en
un documental de Taylor Ste-
ele (el videasta surf por exce-
lencia), en un comercial hecho
en Rumania o hasta en Asu-
mare”, dice Nico Saba, el 50%
creativo de esta agrupación
(la otra mitad corresponde a
Bruno Bellatín). “Pero acá lo
que más llegada ha tenido es
ese comercial que sí, en algún
momento, nos conflictuó”.
El tema era ‘Bicicletas’,
y pintaba de cuerpo entero
el sonido de la banda en el
momento en el que edita-
EN LA RUTA DE
PAUL SIMON
Saludado por su originalidad, el segundo
disco de Kanaku y El Tigre tiene todos los
elementos necesarios para que la banda obten-
ga acá el reconocimiento que en el extranjero
no se le ha mezquinado.
ESCRIBE FIDEL GUTIÉRREZ
ron su primer disco, titula-
do Caracoles (2010): música
L
apegada al indie folk de ori-
gen anglosajón, pero a la vez
dueña de una poderosa per-
sonalidad, que mucho debe a
la performance vocal de Nico
(El Tigre) –siempre asenta-
da en un punto medio en el
que armonizan emotividad
y disfuerzo– y al acabado
sonoro que le da a cada can-
ción Bellatín (Kanaku; nom-
bre derivado del estudio de
grabación que maneja). Las
sólidas composiciones de su
segundo trabajo –‘Quema,
Quema, Quema’, aparecido
este año– son terreno fértil
para que los poderes de am-
bos obren milagros, y también
sustentan la opinión de quie-
nes creemos estar ante uno de
los mejores discos hechos en
el país en 2015.
“Nos ha costado un mon-
tón llegar a un punto en el que
pudimos componer honesta-
mente nuestras canciones”,
señala Saba, refiriéndose al
origen de esta producción.
“No caer en pretensiones es
algo difícil cuando quieres
evolucionar, y mantenernos
bien firmes en ese punto fue
difícil al componer un disco
que queríamos que fuera di-
ferente al anterior”, añade el
cantante, tratando de no en-
LEJOS DEL INFIERNO redarse en sus explicaciones.
“Se entiende, ¿no?”, pregunta,
as críticas a ‘Quema, Quema, Quema’ han por si acaso.
sido entusiastas en todos aquellos medios
del extranjero que reseñaron el disco, sea INFLUENCIA
en inglés o en español. La distribución que Lo concreto es que en
realiza en Europa la disquera inglesa Strut ‘Quema, Quema, Quema’, el
Records, y en Latinoamérica el sello Terrícolas sonido de Kanaku y El Tigre
Imbéciles (regentado por Meme Del Real, gana exuberancia y se aleja un
integrante de Café Tacvba), parece tener mucho poco de la etiqueta del wan-
que ver con tan auspiciosa respuesta, y la banda dering folk (folk errático) que
ya lo presentó en Argentina y planea similares ellos mismos se endilgaron
periplos en Colombia y México. para autodefinirse. Desde el
El Peruano
primer tema –aquel que da tí-
tulo a esta producción– queda
claro el afán de distanciarse
de lo hecho anteriormente. La
rítmica está más acentuada y
los acompañamientos vocales
parecen haber sido sometidos
al mismo tratamiento que los
instrumentos, divorciándolos
de lo convencional y orien-
tándolos hacia los caminos
de la fusión. “De hecho, lo que
nos sirvió para ponernos de
acuerdo cuando Bruno y yo
comenzamos a trabajar este
disco, fue acercarnos nue-
vamente al disco Graceland,
de Paul Simon”, refiere Saba,
dando así una clave muy sig-
nificativa para entender por
dónde van los afanes creati-
vos del grupo.
Los paralelismos son fáci-
les de trazar. Cantautor folk
por antonomasia, y durante
varios años –todo hay que de-
cirlo– usurpador de la autoría
de ‘El cóndor pasa’, el esta-
dounidense Simon encontró
en la música sudafricana una
salida creativa que en 1986
volvió a poner su carrera so-
lista en oídos y boca de todo el
mundo. La influencia de esta
obra musical ayuda a enten-
der mejor el espíritu afro del
que están impregnadas las
guitarras y los arreglos rítmi-
cos y vocales de temas como
‘Pulpos’ o la emotiva ‘Si te
mueres mañana’, incluidos en
el último trabajo de Kanaku
y El Tigre. Tales detalles se
conjugan armónicamente con
el folk acústico y directo con
el que el grupo se hizo de un
nombre y que subsiste aún en
la segunda mitad de su nue-
vo disco, en canciones como
’10 Años’ o ‘Fin’; esta última
cantada a dos voces junto con
Pamela Rodríguez; amiga del
grupo y otra de esas artistas
peruanas cuyo trabajo tiene
una mayor respuesta mediá-
tica y de público en el extran-
jero que aquí.
“No sé si ese sea nuestro
caso”, responde Saba cuando
incluimos a su grupo en ese
rubro. “De hecho que afuera
nos dan más bola, pero acá te-
nemos un público que, siendo
chiquito, nos quiere mucho, y
queremos que crezca”. Es de
esperar que ello ocurra, y ya
no a partir de un comercial de
sopa ramen, sino por los mé-
ritos intrínsecos de la música
de este grupo.