El capítulo nos enseña que dentro de la Psicoterapia existen una diversidad de enfoques que brindan a los pacientes distintos modelos de terapias que pueden reproducir. Esta es una situación extremadamente idéntica a la disciplina como la Psicología pues, a pesar de que contenga en su interior una pluralidad de teorías y técnicas, todas persiguen un objetivo en concreto: ayudar a la persona a solucionar sus problemas. En 1997, Mary Lee Smith y Gene Glass realizaron un estudio que estaría enfocado en recopilar una gran cantidad de datos para emplear una comparativa entre los diversos métodos psicoterapéuticos, para determinar la efectividad de las diferentes técnicas, empleando una metaanálisis. Para medir la efectividad, estudiaron en qué medida la autoestima se mejoraba, la ansiedad se reducía, el rendimiento en el trabajo incrementaba, etc. Obtuvieron varias conclusiones, entre ellas, que las personas que recibían terapia estaban mejor que los que no recibían. También observaron que las múltiples psicoterapias parecían demostrar solución a diversos problemas, demostrando una mínima diferencia en su efectividad, lo que provocó un impacto en aquellos que creían que su modelo sería mejor que otro, aumentando la disposición a formar parte de un enfoque eclético, donde combinan la metodología de diferentes métodos.
2. Crítica (201 palabras):
Como menciona en el texto, este estudio ayudó a eliminar gran parte de la tentación de los investigadores de probar la superioridad de un método terapéutico específico. Esto no nos enseña simplemente la realidad de la Psicoterapia, sino también la realidad de muchas otras disciplinas (como la Psicología) que se dividen y subdividen en diversas ramas para tratar de solucionar una misma problemática. Esta división muchas veces genera competencia entre los especialistas de la misma materia, incentivando hacia una creciente lucha que, a opinión personal, irá reemplazando el objetivo inicial. Es decir, provocará un desplazamiento del objetivo inicial hacia otro objetivo que será únicamente demostrar la superioridad de un enfoque por sobre otros, alentando un ambiente de competitividad que sólo buscará velar el interés egoísta. Podemos observarlo por ejemplo en la clásica lucha entre el Conductismo y la Psicología Cognitiva. Ambos enfoques tenían razón en ciertos aspectos, no obstante, son insuficientes por sí solos. En consecuencia, debemos partir por escuchar al otro, entender sus métodos, comprender las razones y llegar a una conclusión unitaria (es decir, buscar llegar a un enfoque eclético) que no sólo persiga una adición, sino una mezcla, una combinación que conduzca a una totalidad y no sumabilidad.