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Adiós al robot que fue a Marte

para tres meses y resistió 15


años

ALBERTO GONZÁLEZ FAIRÉN


14 FEB 2019 - 12:49 CET

El rover Opportunity se construyó para durar 90 días y recorrer 600 metros,


aunque el equipo albergaba la secreta esperanza de cumplir un año sobre
Marte. Su aventura ha terminado 15 años después; ha sido testigo de la
jubilación de varios ingenieros de la NASA y ha visto cómo algunos de los
que han trabajado hasta hoy con él estaban en secundaria cuando el rover dejó
la Tierra. Igualmente, su odómetro sobrepasa ligeramente los 45 km, más que
una maratón. De hecho, es el vehículo que más larga distancia ha recorrido
hasta la fecha fuera de la Tierra, incluidos los rovers lunares. Ha explorado
terrenos muy antiguos en Marte, analizando sedimentos depositados en un
rango temporal superior a los mil millones de años. Y ha establecido el
estándar con el que todas las misiones deberán medirse a partir de ahora: la
NASA revisa sus misiones cada dos años y Opportunity pasaba el examen
cada vez con mejor nota, siempre superando a robots mucho más modernos y
jóvenes.

Hasta aquí las cifras y los datos sorprendentes, los récords.


Pero Opportunity no estaba pensado para establecer récords, sino para hacer
ciencia. Opportunity era la mitad del programa de los Rovers de Exploración
Marciana (MER, por sus siglas en inglés), junto con su gemelo Spirit. Los
MER salieron de la Tierra en 2003 equipados cada uno con una memoria de
256 megabits y cámaras de 1 megapíxel: suena anticuado porque lo es, pero
recordemos que eran calidades muy aceptables hace 15 años. Aterrizaron en
Marte en enero de 2004, en regiones ecuatoriales y antipodales del
planeta: Spirit en el cráter Gusev, posible lecho de un antiguo lago marciano;
y Opportunity en las planicies de Meridiani, donde datos de orbitadores habían
sugerido la posible presencia de agua en el pasado.

Los sorprendentes resultados científicos de la misión se sucedieron sin


descanso. Los MER fueron los primeros en mostrarnos que Marte no es rojo,
sino gris: los rovers iban equipados con unos pequeños rotores capaces de
quitar la capa de polvo rojo de encima de las rocas y debajo el material no era
rojo. Spiritencontró los restos de antiguos manantiales hidrotermales
y Opportunitydescubrió vastas planicies que se anegaban episódicamente con
lagunas de extensión variable hace más de 3.500 millones de años. El agua era
ácida y posiblemente salada, un entorno ideal para ciertos microorganismos de
la Tierra.

Los MER descubrieron meteoritos, hicieron perfiles térmicos de la atmósfera,


evaluaron la erosión eólica, validaron in situ los datos orbitales de varias
misiones y determinaron la composición y distribución de rocas, minerales y
suelos sobre la superficie de Marte. Y, sobre todo, demostraron que Marte fue
un mundo habitable hace miles de millones de años, con agua líquida estable
sobre su superficie.

Se construyó para durar tres meses y recorrer un


kilómetro, aunque el equipo albergaba la secreta
esperanza de cumplir un año sobre Marte. Su aventura
ha terminado 15 años después

Tristemente, Spirit quedó atrapado en un banco de arena en mayo de 2009,


con su odómetro marcando casi 8 km, y dejó de comunicarse con la Tierra en
marzo de 2010. Después de más de 1.300 órdenes enviadas sin respuesta, en
mayo de 2011 se dio por terminada su misión.

En 2013 Opportunity realizó su descubrimiento más importante desde la


identificación de las lagunas efímeras de Meridiani ocho años antes. Al
acercarse a explorar el borde un gran cráter de impacto, el rover descubrió los
materiales más antiguos que se han analizado hasta la fecha in situ sobre
Marte: sedimentos de cerca de 4.000 millones de años, excavados por el
cráter, y que contienen arcillas. Las arcillas se forman en entornos acuosos
donde el agua no es muy ácida ni muy salada, y por lo tanto representan un
ambiente totalmente distinto del de las lagunas ácidas y más recientes de la
superficie de Meridiani. Los orbitadores que tenemos en Marte han
descubierto muchos más depósitos de arcillas en Marte, e incluso el rover
Curiosity ha analizado algunas en el cráter Gale, pero las que
estudió Opportunity siguen siendo hoy las más antiguas nunca encontradas en
Marte.

Una de las últimas imágenes captadas por el 'rover' en Marte, en 2015. De


frente, el cráter 'Spirit of St. Louis' NASA

Por supuesto, toda esta formidable aventura no ha estado exenta de


complicaciones. No es trivial manejar un robot sobre la superficie de otro
mundo, a temperaturas de congelación y sin conocer el terreno de
antemano. Opportunity había sufrido ya varios achaques: su rueda delantera
derecha empezó a dar problemas en 2010 y por eso el rover se desplazaba
marcha atrás desde entonces, su brazo robótico acumulaba errores, varios de
sus instrumentos de análisis científico hacía tiempo que habían agotado su
vida útil y había perdido su memoria a largo plazo. Aún así, Opportunity ha
demostrado que podemos manejar un rover sobre la superficie de Marte
durante 15 años. El legado científico y tecnológico de los MER es inmenso.

El 10 de junio de 2018, la tormenta de polvo más


duradera y activa de las últimas décadas estaba
alcanzando su máxima amplitud. Ese día, el rover dejó
de responder a nuestras llamadas. Desde entonces hasta
hoy, le hemos preguntado cómo está más de 800 veces,
pero no hemos tenido respuesta

De todas estas complicaciones, la más grave a la que han tenido que


enfrentarse los rovers ha sido las tormentas de arena globales. Periódicamente,
en Marte se desencadenan tormentas que cubren el planeta entero con
pequeñas partículas que oscurecen el cielo, bloqueando la luz solar. Y los
MER se alimentaban de energía solar exclusivamente, a través de sus paneles
solares. La primera que tuvieron que sortear tuvo lugar en 2007 y ambos MER
superaron la prueba. Pero el 10 de junio de 2018, día 5111 de Opportunity en
Marte, la tormenta de polvo más duradera y activa de las últimas décadas
estaba alcanzando su máxima amplitud. Ese día, el rover dejó de responder a
nuestras llamadas. Desde entonces hasta hoy, le hemos preguntado cómo está
más de 800 veces, pero no hemos tenido respuesta.

Estos últimos tres meses parecían brindar una oportunidad final de


recuperación, porque estaba terminando el verano en la latitud donde se
encuentra Opportunity y los vientos eran prevalentes. Todos nos aferrábamos
a la remota posibilidad de que alguna ráfaga limpiara el polvo de los paneles
solares y Opportunity pudiera despertar. Ya sucedió en 2014, cuando el viento
limpió los paneles y la misión recobró energía. Pero esta vez no ha habido
suerte. Posiblemente ha pasado demasiado tiempo sin recibir energía solar y se
ha enfriado tanto que ya no puede despertar. Quedará para siempre varado en
el lecho seco de un antiguo arroyo, su último lugar de exploración antes de
congelarse.
El fin de Opportunity cierra uno de los capítulos más extraordinarios de la
exploración del espacio. Pero la aventura continúa en Marte con
nuevos rovers,como Curiosity, que trabaja en el cráter Gale desde 2012, y los
que tenemos a punto de enviar: Mars2020 de la NASA y ExoMars de la ESA.
Para estas nuevas misiones, el legado de Opportunity quedará por siempre
como ejemplo de cómo hacer las cosas en exploración espacial. Como nos
dijo hace unos pocos meses Steve Squyres, el Investigador Principal de los
MER, “si Opportunity se recupera, será un milagro; si muere, será una digna
muerte. No habrá muerto por un fallo de misión o por un mal diseño: solo
Marte pudo acabar con él”.

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