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NORMAS Y USOS
CORRECTOS EN EL
ESPAÑOL ACTUAL
2.ª Edición corregida y actualizada

Milagros Aleza Izquierdo (coordinadora)


Marta Albelda Marco
Adrián Cabedo Nebot
Eduardo España Palop
María Estellés Arguedas
María Estornell Pons
Adela García Valle
David Giménez Folqués
Virginia González García
Antonio Hidalgo Navarro
Marta Pilar Montañez Mesas
Esteban Tomás Montoro del Arco
Mercedes Quilis Merín
Amparo Ricós Vidal
Julia Sanmartín Sáez

Valencia, 2013
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Consejo editorial: Darío Villanueva, José Domínguez Caparrós,


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Manuel Jiménez Redondo, Sergio Sevilla, Carl Good
Consejo de redacción: Meri Torras, Tom Cohen, Andrejz Warminski,
Benita Parry, J. L. Falcó, M. Ángeles Hermosilla, Greg Stallings

Primera edición en la editorial Tirant lo Blanch: 2010


Primera edición corregida y actualizada en la editorial Tirant Humanidades: 2011
Segunda edición corregida y actualizada en la editorial Tirant Humanidades: 2013

© MILAGROS ALEZA IZQUIERDO y otros

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A los insustituibles
Antonio Viñas Almenar y Xavier Gómez Font,
«in memoriam»
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN.................................................................................... 19

BLOQUE PRIMERO
LA LENGUA ESPAÑOLA Y SUS VARIEDADES

Capítulo 1
EL ESPAÑOL: ORIGEN Y SITUACIÓN ACTUAL
Amparo Ricós Vidal

1. Para empezar… unos datos generales............................................... 27


1.1. La presencia del español en el mundo. ...................................... 28
1.2. El español en contacto con otras lenguas................................ 29
1.2.1. El fronterizo o portuñol............................................... 30
1.2.2. El español en contacto con el inglés. El spanglish. ..... 33
1.3. El español, una de las principales lenguas del mundo.............. 35
2. ¿Español o castellano? El nombre de la lengua............................... 35
3. Un poco de historia de la lengua....................................................... 37
3.1. Situación lingüística de la península anterior a la formación
de las lenguas romances. ........................................................... 37
3.2. El nacimiento del idioma. Los primeros balbuceos.................... 39
3.3. El idioma en la época alfonsí. La creación de la koiné castella-
na................................................................................................ 42
3.4. Del castellano al español. El español, lengua universal......... 44
3.5. El español moderno. La labor de la academia........................... 47
4. El español. Situación actual.............................................................. 49
4.1. La unidad del idioma................................................................... 50
4.2. El español como lengua internacional...................................... 51

Capítulo 2
LA UNIDAD DE LA LENGUA EN LA PLURALIDAD DE
NORMAS
Milagros Aleza Izquierdo

1. Del desvío a la norma. ....................................................................... 57


2. La lengua y sus variedades................................................................. 61
3. Variedad de normas............................................................................ 62
4. Algunos fenómenos diatópicos destacados. ....................................... 65
4.1. Nivel oral. ................................................................................. 65
4.1.1. Seseo y ceceo.................................................................. 65
10 Índice

4.1.2. Yeísmo............................................................................. 66
4.2. Niveles oral y escrito................................................................ 67
4.2.1. Formas de tratamiento en la segunda persona............... 67
4.2.2. Diferencias en el régimen verbal y en el uso de prepo-
siciones............................................................................ 69
4.2.3. Oposición y neutralización entre el pretérito perfecto
compuesto y el pretérito perfecto simple (indefinido):
he cantado / canté............................................................ 73
4.2.4. Cuestiones de acentuación.............................................. 73

BLOQUE SEGUNDO
GRAMÁTICA

Capítulo 3
PARTE PRIMERA
NORMAS, USOS GRAMATICALES Y ERRORES
FRECUENTES
Milagros Aleza Izquierdo

0. Introducción. ..................................................................................... 77
1. Usos anómalos frecuentes................................................................. 79
1.1. Concordancia.............................................................................. 79
1.1.1. Sujetos incrementados y sujetos de varios elementos
unidos por conjunción copulativa. .................................. 79
1.1.2. Nombre cuantificador de carácter partitivo.................. 81
1.1.3. Nombre cuantificador pseudopartitivo........................... 82
1.1.4. Inmovilización del pronombre le(s)................................ 83
1.1.5. Pluralización del pronombre lo..................................... 84
1.1.6. Adverbio de lugar seguido de posesivo........................... 85
1.1.7. Errores de concordancia relacionados con la función
oracional......................................................................... 86
1.2. Deber de + infinitivo y deber + infinitivo.................................. 90
1.3. Uso de los pronombres personales átonos................................ 91
1.3.1. Leísmo (laísmo y loísmo)................................................. 91
1.3.2. Leísmo de cortesía.......................................................... 94
1.3.3. Falsos leísmos: verbos de doble alternancia acusativo/
dativo (complemento directo/complemento indirecto)... 94
1.3.4. Construcción impersonal con el pronombre se.............. 98
1.4. Usos del gerundio...................................................................... 100
1.5. Infinitivo suelto......................................................................... 102
1.6. Queísmo y dequeísmo.................................................................. 103
1.6.1. Queísmo........................................................................... 103
1.6.2. Dequeísmo....................................................................... 105
Índice 11

1.7. Que relativo sin preposición y que galicado.............................. 107


1.7.1. Que relativo. .................................................................. 107
1.7.2. Que galicado................................................................... 107
1.8. Quesuismo................................................................................... 108
2. Formación del plural......................................................................... 109
3. Esquema con fenómenos de interés................................................... 113

PARTE SEGUNDA
EJERCICIOS DE GRAMÁTICA
Eduardo España Palop

Ejercicios de gramática. .......................................................................... 119

BLOQUE TERCERO
ORTOGRAFÍA Y ORTOLOGÍA

Capítulo 4
EJERCICIOS DE ORTOGRAFÍA (ACENTUACIÓN Y
CUESTIONES ORTOGRÁFICAS)
Adela García Valle

1. La acentuación en español. ................................................................ 129


2. Los signos de puntuación en español. ................................................ 135
3. Ejercicios de acentuación.................................................................. 143
3.1. Coloque la tilde siempre que corresponda a las siguientes pa-
labras agudas.............................................................................. 143
3.2. Coloque la tilde siempre que corresponda a las siguientes pa-
labras llanas.............................................................................. 143
3.3. Pronuncie adecuadamente las siguientes palabras, acentúelas
y explique la presencia o ausencia de tilde en ellas.................. 144
3.4. De las siguientes formas verbales, algunas presentan dipton-
gos, triptongos o hiatos y otras pronombres enclíticos. Señá-
lelos y justifique la presencia o ausencia de la tilde en ellas.. 144
3.5. Arcoiris, imbuido, freir, acuifero, oleicola, sexapil, roido, leal,
saez, elepe, admon. ¿Llevan tilde? Estas son algunas de las
palabras que se encuentran en los textos que aparecen a con-
tinuación y que hay de acentuar correctamente........................ 145
4. Ejercicios de puntuación.................................................................... 148
4.1. Coloque las comas que sean necesarias en las siguientes ora-
ciones y explique las razones de su presencia en ellas............. 148
4.2. Justifique la puntuación que presentan los siguientes textos.. 151
4.3. Puntúe correctamente los siguientes textos............................ 153
5. Esquema con fenómenos de interés................................................... 154
12 Índice

Capítulo 5
CUESTIONES DE ORTOLOGÍA Y DEL LENGUAJE ORAL
Marta Albelda Marco

0. Introducción. ..................................................................................... 157


1. Errores frecuentes en la pronunciación de vocales y consonantes 161
1.1. Fenómenos vulgares de adición o pérdida de sonidos................ 161
1.2. Problemas en la pronunciación de vocales en concurrencia..... 162
1.3. Problemas en la pronunciación de consonantes y grupos con-
sonánticos. ................................................................................. 163
2. Pronunciación de palabras problemáticas.......................................... 168
2.1. Palabras con acentuación incorrecta. ....................................... 169
2.2. Palabras con pronunciación incorrecta..................................... 170
2.3. Pronunciación de extranjerismos, latinismos, siglas y abrevia-
turas........................................................................................... 171
2.3.1. Extranjerismos............................................................... 171
2.3.2. Latinismos....................................................................... 173
2.3.3. Siglas, acrónimos y abreviaturas.................................... 175
3. Algunas pautas básicas sobre el buen dominio de la prosodia. Los
recursos suprasegmentales................................................................ 176
3.1. El acento.................................................................................... 176
3.2. Grupos fónicos, pausas y ritmo. ................................................. 178
3.3. La entonación............................................................................. 181
4. La oralización de lo escrito. ............................................................. 184
4.1. Lengua oral, lengua escrita y situación comunicativa............... 184
4.2. Consejos para la oralización de un escrito................................ 185
5. Conclusión. ........................................................................................ 189
6. Lecturas recomendadas...................................................................... 190
7. Anexo. ................................................................................................ 191
8. Ejercicios........................................................................................... 192

BLOQUE CUARTO
LÉXICO, DICCIONARIOS Y RECURSOS

Capítulo 6
NOVEDADES Y CREACIÓN LÉXICA
María Estornell Pons

0. Introducción. ..................................................................................... 197


1. Neologismos para novedades. ............................................................ 202
1.1. Uso del neologismo y marcación metadiscursiva. ...................... 208
2. Nuevas palabras para realidades no nuevas....................................... 211
2.1. Creaciones léxicas no ocasionales............................................. 211
Índice 13

2.2. Creaciones léxicas ocasionales.................................................. 215


3. Conclusiones...................................................................................... 217
4. Ejercicios........................................................................................... 219

Capítulo 7
INTRODUCCIÓN A LOS EXTRANJERISMOS DEL
DICCIONARIO PANHISPÁNICO DE DUDAS Y
CRITERIOS DE ADAPTACIÓN
David Giménez Folqués

0. Introducción. ..................................................................................... 221


1. Sobre la adaptación de extranjerismos.............................................. 222
2. Tipos de extranjerismos..................................................................... 224
3. Ejercicios........................................................................................... 225
3.1. Adaptaciones correctas.............................................................. 225
3.2. Plurales..................................................................................... 227
3.3. Extranjerismos en el texto. ...................................................... 230
3.4. Adaptaciones y formas originales en el texto........................... 231
3.5. Extranjerismos en los medios de comunicación......................... 232
4. Conclusión. ........................................................................................ 232

Capítulo 8
EL LÉXICO, LOS REGISTROS Y LA ADECUACIÓN
LINGÜÍSTICA
Julia Sanmartín Sáez

0. Introducción: la noción de registro y la adecuación lingüística....... 233


1. Lo coloquial en la conversación y en la prensa: de la espontaneidad
al recurso estilístico......................................................................... 238
2. De lo especializado: los textos médicos como muestra. .................... 245
3. El léxico en los géneros académicos................................................. 248
4. A modo de conclusión......................................................................... 249
5. Ejercicios........................................................................................... 249
6. Bibliografía recomendada y comentada. ............................................ 251

Capítulo 9
NORMA Y USO DE LAS COLOCACIONES LÉXICAS DEL
ESPAÑOL
Esteban Tomás Montoro del Arco

0. Introducción. ..................................................................................... 253


1. Características generales. ................................................................ 255
14 Índice

1.1. Coocurrencia.............................................................................. 255


1.2. Dimensión sintagmática.............................................................. 256
1.3. Características semánticas......................................................... 258
2. Colocaciones y variación.................................................................... 259
2.1. Variación diatópica..................................................................... 259
2.2. Variación diastrática.................................................................. 261
2.3. Variación diafásica. .................................................................... 262
2.4. Variación diatécnica................................................................... 262
3. Conclusión. ........................................................................................ 263
4. Ejercicios........................................................................................... 264

Capítulo 10
LÉXICO DE USO EN ESPAÑOL ACTUAL: EJERCICIOS
DE CORRECCIÓN Y AMPLIACIÓN
Marta Pilar Montañez Mesas

0. Introducción. ..................................................................................... 271


1. La corrección léxica.......................................................................... 272
2. Ejercicios........................................................................................... 272
2.1. Proformas verbales. .................................................................. 272
2.2. Uso del diccionario.................................................................... 278

Capítulo 11
OBRAS DE REFERENCIA PARA LAS NORMAS Y USOS
CORRECTOS DEL ESPAÑOL: INSTRUCCIONES DE USO
Virginia González García

0. Introducción. ..................................................................................... 293


1. Diccionarios generales...................................................................... 295
1.1. El Diccionario de la lengua española de la Real Academia Es-
pañola......................................................................................... 295
1.1.1. ¿Qué léxico recoge el drae?........................................... 295
1.1.2. Los artículos lexicográficos.......................................... 297
1.1.3. El drae en cd-rom........................................................... 302
1.1.4. El drae en línea (http://www.rae.es).............................. 307
1.2. El Diccionario de español actual. .............................................. 308
2. Diccionarios de dudas y dificultades. ................................................ 311
2.1. El Diccionario panhispánico de dudas de la rae. ........................ 312
2.1.1. El dpd en su versión impresa. ......................................... 312
2.1.2. El dpd en su versión en línea (http:www.rae.es)............ 316
3. Libros y manuales de estilo............................................................... 317
3.1. Libros o manuales de estilo para todos los públicos................. 317
Índice 15

3.1.1. Manual de estilo de la lengua española de José Martí-


nez de Sousa.................................................................... 317
3.1.2. Hablar y escribir correctamente de Leonardo Gómez
Torrego. ......................................................................... 318
3.1.3. Saber escribir y saber hablar.......................................... 318
3.2. Libros de estilo específicos para profesionales de los medios
de comunicación.......................................................................... 319
3.2.1. Libro de estilo de El País............................................... 320
3.2.2. Libro de estilo vocento................................................... 320
3.2.3. Libro de estilo de Abc..................................................... 321
3.2.4. Libro de estilo de Telemadrid. ....................................... 321
4. Nueva gramática de la lengua española (rae)...................................... 322
5. Obras de referencia en línea............................................................. 323
5.1. Fundéu (http://www.fundeu.es).................................................. 324
5.1.1. Vademécum. Diccionario de dudas del español................ 325
5.1.2. Manual de español urgente y Revista «Donde dice…»... 326
5.1.3. Dichos y refranes y Sobre el lenguaje............................ 327
5.1.4. Consultas y recomendaciones.......................................... 327
5.1.5. Wikilengua...................................................................... 328
5.1.6. Otras utilidades de Fundéu............................................ 338
5.2. La página del idioma español (http://www.elcastellano.org)...... 338
5.3. Otras páginas de interés............................................................ 339
6. Ejercicios........................................................................................... 340

BLOQUE QUINTO
ESTILÍSTICA Y LENGUAJE SOCIALMENTE
CORRECTO

Capítulo 12
ATENUACIÓN, EUFEMISMOS Y LENGUAJE
POLÍTICAMENTE CORRECTO
Marta Albelda Marco

0. Introducción. ..................................................................................... 345


1. ¿Qué se entiende por atenuación, eufemismo y lenguaje políticamen-
te correcto?....................................................................................... 347
2. Formación y tipología de la atenuación lingüística........................... 349
2.1. Procedimientos para atenuar palabras o ideas de connotación
más fuerte. ................................................................................. 351
2.2. Procedimientos para atenuar actos directivos. ......................... 351
2.3. Procedimientos para atenuar aserciones y opiniones................. 353
16 Índice

3. Eufemismo y lenguaje políticamente correcto. Formación y tipolo-


gía....................................................................................................... 357
3.1. Caracterización del eufemismo y del lenguaje políticamente
correcto (lpc)............................................................................. 357
3.2. Procedimientos lingüísticos para la formación de eufemismos y
lpc............................................................................................... 359
3.2.1. Nivel paralingüístico...................................................... 360
3.2.2. Nivel fonético. ............................................................... 360
3.2.3. Nivel morfológico.......................................................... 360
3.2.4. Nivel sintáctico. ............................................................. 361
3.2.5. Nivel léxico.................................................................... 361
3.2.6. Nivel semántico. ............................................................. 362
4. Consecuencias.................................................................................... 364
4.1. Claridad informativa.................................................................. 366
4.2. La impropiedad semántica y el desgaste del significado. ........... 368
4.3. Lenguaje no discriminatorio y lenguaje políticamente correc-
to................................................................................................ 369
4.4. Los libros de estilo en el periodismo........................................ 371
5. Conclusiones...................................................................................... 373
6. Lecturas recomendadas...................................................................... 374
7. Ejercicios de análisis y reflexión...................................................... 374

Capítulo 13
USOS Y NORMAS DE LAS FORMAS DEL GÉNERO
REFERIDO A PERSONAS EN ESPAÑOL
Mercedes Quilis Merín

1. El género de las palabras.................................................................. 379


2. El género gramatical y el sexo biológico......................................... 381
3. El género gramatical y el sexismo lingüístico.................................. 383
4. Clasificación de los nombres personales en relación con el géne-
ro........................................................................................................ 388
4.1. Sustantivos comunes en cuanto al género................................. 390
4.2. Sustantivos variables en cuanto al género............................... 396
4.3. Sustantivos heterónimos. .......................................................... 401
4.4. Sustantivos ortónimos............................................................... 402
4.5. Sustantivos epicenos.................................................................. 404
5. El género en el texto y en el discurso............................................. 406
5.1. El masculino genérico. .............................................................. 406
5.2. La concordancia. ........................................................................ 409
5.3. Las repeticiones......................................................................... 410
5.4. El comparativo en construcciones superlativas........................ 413
6. Nota sobre el sexismo en los medios de comunicación...................... 415
Índice 17

BLOQUE SEXTO
ESTILÍSTICA Y ORTOTIPOGRAFÍA

Capítulo 14
REDACCIÓN Y CORRECCIÓN DE ESTILO
Antonio Hidalgo Navarro

1. Escribir «correctamente»: una cuestión de imagen........................... 421


2. Para escribir correctamente: cuestiones previas anexas a la redac-
ción de textos..................................................................................... 423
2.1. Contextualización y coherencia................................................. 424
2.2. El proceso de planificación textual. ......................................... 426
2.3. Planificación y secuencias textuales......................................... 428
2.4. La (s)elección del léxico y el significado.................................. 431
3. Actividades relacionadas con la corrección de un texto: la revi-
sión..................................................................................................... 434
3.1. ¿Qué revisar?............................................................................. 435
3.2. Necesidad de facilitar la lectura.............................................. 436
3.3. Control sobre el uso de recursos retóricos o efectistas......... 437
3.4. La importancia de la presentación. ............................................ 437
3.5. La importancia del estilo........................................................... 438
3.5.1. Sintaxis........................................................................... 438
3.5.2. Aspectos léxicos. ............................................................ 439
3.6. El problema de la revisión informática..................................... 439
3.7. Fases de la corrección textual.................................................. 440
4. Conclusiones...................................................................................... 441

Capítulo 15
RECOMENDACIONES PARA LA REDACCIÓN Y
COMPOSICIÓN DE TEXTOS EN EL ÁMBITO DE LA
UNIVERSIDAD: POSIBILIDADES Y PREFERENCIAS
Maria Estellés Arguedas y Adrián Cabedo Nebot

1. La redacción en el ámbito académico................................................. 443


2. Nociones previas. ............................................................................... 444
3. La redacción....................................................................................... 445
3.1. Los tres pasos de la redacción................................................... 445
3.2. La redacción de textos libres. Respuestas a las preguntas de
examen........................................................................................ 446
3.2.1. Crear un borrador.......................................................... 447
3.2.2. Proceder a la redacción. ................................................ 452
3.2.3. Volver sobre lo escrito. ................................................ 453
3.3. Textos académicos pautados. El trabajo para una asignatura. .. 453
3.3.1. Crear un borrador.......................................................... 453
18 Índice

3.3.2. Proceder a la redacción. ................................................ 455


3.3.2.1. El resumen o abstract....................................... 456
3.3.2.2. La introducción................................................. 457
3.3.2.3. La metodología.................................................. 459
3.3.2.4. Resultados (y discusión).................................... 460
3.3.2.5. (Discusión y) conclusiones................................ 462
3.3.2.6. Bibliografía....................................................... 463
3.3.3. Volver sobre lo escrito. ................................................ 466
3.4. La forma de los textos en la universidad. Pautas de estilo para
una escritura académica adecuada.............................................. 467
4. Conclusiones...................................................................................... 470

BLOQUE SÉPTIMO
BIBLIOGRAFÍA Y NOTA SOBRE LOS AUTORES

Bibliografía. ............................................................................................ 473

Nota sobre los autores. .......................................................................... 501


INTRODUCCIÓN

El presente volumen aborda aspectos de la lengua espa-


ñola candentes en la actualidad, prestando especial atención
al desarrollo del español (oral y escrito) en los medios de co-
municación. Para analizar estos usos se incluye información
procedente del Diccionario panhispánico de dudas (2005) y de
la Nueva gramática de la lengua española (2009). También se
han incorporado las novedades de la Ortografía de la lengua
española (2010), obra académica que se publicó después de la
primera edición de este libro.
Sus capítulos, muchos de ellos basados en resultados de
investigaciones previas, se han configurado pensando en los
contenidos incluidos en algunas materias de los nuevos grados
de la Universitat de València: Norma y uso correcto del español
(asignatura de formación general en todos los grados filológi-
cos), Expresión oral y escrita para los medios de comunicación
I (asignatura obligatoria en el Grado de Periodismo), Retórica
(en el Grado de Historia), Expresión oral y escrita en el español
académico y profesional (optativa del Grado de Estudios His-
pánicos: La lengua española y sus literaturas), y Lengua Espa-
ñola de la Licenciatura de Humanidades. También pueden ser
útiles para materias del máster oficial del Dpto. de Filología
Española (Estudios Hispánicos: aplicaciones e investigación):
concretamente para varias asignaturas del itinerario de Len-
gua Española, como El español en los medios de comunica-
ción; Técnicas de elaboración y edición de trabajos académicos;
Instrumentos para el análisis avanzado de la lengua española.
De este modo, el libro se articula en torno a una serie de
contenidos relacionados con aspectos del español en su situa-
ción actual, la convivencia de normas en la variedad dialectal,
usos gramaticales y desviaciones frecuentes, cuestiones de or-
tología y de ortografía, aspectos relevantes de la lexicología
y la lexicografía, pautas de estilística y lenguaje socialmente
20 Milagros Aleza Izquierdo

correcto; y cuestiones relacionadas con la ortotipografía y la


redacción de textos académicos. Hay que tener en cuenta que
algunos de los contenidos son más prácticos que otros, por lo
que se han incluido capítulos compuestos especialmente por
ejercicios (4, 7, 10), junto a otros que combinan la teoría con
la práctica.
Aunque la mayoría de los capítulos de este volumen inclu-
yen ejercicios, algunos son meramente teóricos, como los que
introducen a conceptos básicos de la lengua española, que si-
túan al estudiante en el ámbito filológico y le proporcionan el
metalenguaje adecuado para la comprensión global del libro:
este es el caso de los dos primeros. Por otra parte, los dos
últimos, 14 y 15, junto con el capítulo 11, son instrumentales
y tienen como objetivo contribuir al desarrollo de las compe-
tencias relacionadas con el manejo de fuentes y la redacción
de trabajos académicos.
• El capítulo 1 está dedicado a la presencia del español
en el mundo, a su posición como lengua de proyección in-
ternacional, al tiempo que se explica brevemente el origen y
la historia del idioma. De este modo, se analizan los datos
recogidos sobre demografía lingüística, así como las variantes
existentes en el mundo, especialmente las debidas al contacto
con otras lenguas de índole internacional (inglés, portugués),
y se ofrece información sobre el creciente número de estu-
diantes de español. También se analizan algunas cuestiones
de actualidad relacionadas con la proyección universal del es-
pañol: su capacidad como lengua internacional y su extensión
real en algunos ámbitos.
• El capítulo 2 se centra en la variedad lingüística. Dado
que la lengua española, en su amplia arquitectura, abarca dis-
tintas posibilidades de manifestar un hecho lingüístico, igual-
mente legítimas, se abordan algunos fenómenos de relevancia
considerable, tanto desde el punto de vista histórico como por
su amplia extensión geográfica, que formarían parte de una
norma plural. Los hablantes, según su geografía, optarán por
una variante u otra, por lo que se han de tener en cuenta, en-
Introducción 21

tre otras, la variedades geográficas (diatópicas), para poder


así separar con precisión la variante lingüística aceptada del
desvío ajeno al uso culto.
• En el capítulo 3 se describen usos e irregularidades fre-
cuentes en el español actual, para, a partir de ellos, realizar un
estudio gramatical y seguir de cerca la evolución de la lengua.
Para ello se ha tenido en cuenta la información del Dicciona-
rio panhispánico de dudas y de la Nueva gramática de la lengua
española. Normalmente se trata de estructuras problemáticas
que se extienden en todos los niveles socioculturales, y se pro-
pagan, incluso, a través de los medios de comunicación. Se
incluyen ejercicios de gramática en la segunda parte del ca-
pítulo.
• En el capítulo 4 se abordan las normas ortográficas rela-
cionadas con la acentuación y con los signos de puntuación,
por la importancia de ambos aspectos en la redacción correc-
ta de textos. En cuanto a la acentuación, se revisan aquellos
aspectos en los que se necesita insistir más por razones de
dificultad, de novedad o de diferente consideración en el Dic-
cionario panhispánico de dudas. Por otra parte, tras presentar
los diferentes tipos de signos ortográficos, se señalan, a modo
de resumen, algunas indicaciones sobre los signos de puntua-
ción en concreto, insistiendo sobre todo en el uso adecuado
de la coma. Se incluyen ejercicios en los que se podrá poner
en práctica lo estudiado.
• En el capítulo 5 se presentan los aspectos básicos de la
ortología del español, atendiendo a una perspectiva normati-
va, descriptiva y prescriptiva. Junto a la correcta y adecuada
pronunciación de los sonidos, se alude al tratamiento de los
rasgos suprasegmentales (entonación, acento, etc.). Se inclu-
yen, asimismo, orientaciones sobre la oralización de textos y
discursos escritos. El capítulo finaliza con una serie de ejer-
cicios.
• El capítulo 6 se ocupa de la creación léxica motivada por
las novedades que surgen en la realidad, así como por otros
22 Milagros Aleza Izquierdo

fines discursivos. Se explica brevemente el concepto de neolo-


gía y neologismo, y se describen los distintos procedimientos
de creación de palabras. A partir de ejemplos extraídos de la
prensa escrita, se presentan neologismos surgidos para de-
nominar referentes o conceptos nuevos. También se comen-
tan nuevas voces que no nombran novedades. Por último, se
presentan ejercicios con el fin de aplicar los conocimientos
adquiridos sobre el tema.
• A través del capítulo 7 se trata la actualidad de los extran-
jerismos en el Diccionario panhispánico de dudas. Después de
introducir la adaptación de estos extranjerismos y de obser-
var los criterios que se han utilizado para dichas adaptacio-
nes, se pone en manos del usuario, mediante los ejercicios
que se incluyen, una serie de estrategias para dominar el uso
de los extranjerismos. Con esta actividad se pretende que el
usuario tenga un punto de vista crítico cuando perciba un ex-
tranjerismo en cualquier medio de comunicación audiovisual
o escrito.
• El capítulo 8 se ocupa de la elección léxica que se lleva a
cabo al redactar los distintos géneros discursivos. Se parte de
la consideración de que los géneros se encuentran asociados
a ámbitos comunicativos determinados, es decir, se sitúan en
unas coordenadas enunciativas singulares que condicionan
sus rasgos lingüísticos y determinan el registro correspondien-
te. El capítulo se ejemplifica a partir del léxico empleado en
una conversación (registro coloquial) y en una historia clínica
(registro especializado); y, además, se tienen presentes dos as-
pectos distintos y complementarios en el análisis: la adecua-
ción léxica al contexto y el empleo del léxico como estrategia
estilística (en textos periodísticos). Se incluyen ejercicios.
• El capítulo 9 trata sobre el fenómeno de las colocacio-
nes, esto es, combinaciones estables de dos palabras, las cua-
les coocurren con frecuencia en el discurso y a veces incluso
mantienen una relación de implicación semántica, de forma
que una de ellas exige a la otra para expresar de forma ade-
Introducción 23

cuada un determinado concepto. Su conocimiento garantiza


al hablante una mayor propiedad a la hora de expresarse. Tras
la definición y caracterización de estas unidades, se incluyen
ejemplos de sus diversos tipos y criterios básicos para identi-
ficarlas, así como ejercicios prácticos de ejercitación, basados
en contextos reales de uso.
• El capítulo 10 aborda diversos fenómenos relacionados
con la precisión y la ampliación léxicas: la relación de signi-
ficados (sinonimia, antonimia), la confusión de significados
(homonimia, parónimos, impropiedades y errores léxicos), la
disponibilidad de vocabulario (hiperonimia e hiponimia, sus-
titución de proformas léxicas), y otras cuestiones estilísticas
que repercuten en la exhaustividad y corrección de un discur-
so (redundancias, pleonasmos, disfemismos y eufemismos).
Todo ello se practica mediante ejercicios elaborados a partir
de ejemplos reales, extraídos de la prensa española actual y de
textos académicos de alumnos universitarios.
• El capítulo 11 realiza un recorrido bibliográfico por las
obras que se consideran indispensables para cualquier estu-
diante, profesor o profesional que maneje la lengua españo-
la. Se trata de herramientas a las que se puede acudir para
resolver dudas y mejorar las producciones escritas y orales.
La atención que se ha dedicado a cada uno de los trabajos
que aparecen en este capítulo es proporcional al grado de di-
ficultad que puede ofrecer su manejo, pues ha sido nuestro
objetivo principal acercar a los usuarios obras cuyo uso viene
siendo desaprovechado por el desconocimiento de su estruc-
tura y de las infinitas posibilidades que ofrecen. Todo ello es
acompañado de una serie de ejercicios.
• En el capítulo 12 se estudia la manipulación lingüística
del significado, a partir de sus tres mecanismos principales,
la atenuación, los eufemismos y el lenguaje políticamente co-
rrecto. Se ofrece una propuesta de caracterización y se seña-
lan las consecuencias que provocan en la comprensión de los
mensajes. Al final del capítulo se incluyen ejercicios
24 Milagros Aleza Izquierdo

• El capítulo 13 se ocupa de algunas cuestiones de género


gramatical y sexismo lingüístico. El problema se aborda desde
un punto de vista normativo y gramatical y, en este sentido, se
recogen las últimas propuestas para la resolución de dudas,
en el ámbito del léxico, relativas a la creación de nuevos feme-
ninos en los nombres personales referidos a las profesiones.
• En el capítulo 14 se determinan cuáles puedan ser los re-
quisitos principales (textuales, gramaticales, léxico…) que se
han de tener en cuenta en el proceso de redacción de un texto,
y se reflexiona sobre el quehacer lingüístico del corrector de
estilo.
• El capítulo 15 se dirige especialmente a los estudiantes
universitarios que empiezan a realizar trabajos de investiga-
ción en sus carreras. Se ofrece una breve guía en la que se
dan las directrices para crear textos correctos y adecuados al
ámbito universitario, tanto desde el punto de vista de la forma
como de la organización de las ideas.
• Al final del volumen consta la bibliografía utilizada.
Los autores (cuyos nombres figuran en los capítulos) son
profesores universitarios e investigadores de la Universitat de
València, de la Universidad Católica de Valencia y de la Uni-
versidad de Granada.

Milagros Aleza Izquierdo


BLOQUE PRIMERO:
LA LENGUA ESPAÑOLA Y SUS
VARIEDADES
Capítulo 1
EL ESPAÑOL: ORIGEN Y SITUACIÓN
ACTUAL

Amparo Ricós Vidal


Universitat de València

1. Para empezar… unos datos generales


El español o castellano es una de las lenguas románicas,
perteneciente al grupo ibérico, utilizada por una población
que la emplea como medio de expresión, tanto para la comu-
nicación cotidiana como para fines artísticos y literarios. Es
hoy la lengua materna de más de 400 millones de personas
en el mundo, además de ser empleada como segunda lengua
por un número de usuarios que oscila entre 60 y 100 millo-
nes, y, según datos del Instituto Cervantes, la segunda len-
gua en número de estudiantes1. Una lengua románica que,
como consecuencia de los avatares históricos, tiene el rango
de lengua oficial en España2, en la mayoría de los países de

1
Instituto Cervantes (2006-2007: 25-32)
2
La riqueza del español se encuentra en su diversidad, en las variedades
(diatópicas, diastráticas y diafásicas) que presenta. Las variedades dia-
tópicas del español se agrupan geográficamente en dos variantes prin-
cipales: el español de España y el español de América. Además, se habla
en otras zonas, como Filipinas y Guinea. En España se distinguen los
dialectos históricos (aragonés y leonés), que proceden, como se verá en
el tercer epígrafe, del latín y que no llegaron a alcanzar la categoría de
lengua, dado que las circunstancias sociopolíticas y culturales les impi-
dieron alcanzar un uso culto. Actualmente existen diversos intentos por
regular como lenguas estos dialectos históricos (la fabla, variante nor-
mativizada del aragonés, y el bable, norma del asturiano). Por otro lado,
se encuentran las variedades que no tienen su origen directamente en
el latín, sino en el castellano (castellano norteño, manchego, andaluz)
o son hablas de tránsito (extremeño, murciano, canario). Por último,
28 Amparo Ricós Vidal

América Central y América del Sur3, en Guinea Ecuatorial y


Cocobeach, en el continente africano, y en la Isla de Pascua,
en Oceanía. Hasta 1973 lo fue también en Filipinas.

1.1. La presencia del español en el mundo


Además de los países en que el español es lengua oficial,
existen comunidades extendidas por todo el mundo que ha-
blan y escriben español o que lo emplean por motivos his-
tóricos o económicos: son las grandes comunidades de emi-
grantes en América del Norte (Miami, Florida), en Canadá,
en Andorra y Gibraltar, en Marruecos, en el Sahara Occiden-
tal y entre los refugiados en Argelia4; países o zonas donde
el español fue lengua de colonización (Texas, Nuevo México,
California). Aún hoy, el español se emplea entre los judíos,
sobre todo en Israel, en su variante denominada ladino, como
comentan Moro y Shaul (2006-2007: 449)5:

el español convive con otras lenguas oficiales (gallego, catalán y vasco)


en situación de bilingüismo. En estas zonas el español presenta rasgos
particulares, dependiendo de si se trata de una lengua románica o no.
En el primer caso, la influencia es mayor (seseo, velarización de la –l, en
catalán, por ejemplo); en el segundo, dada la diferencia tipológica con
el vasco, su presencia es menor (probablemente se deba a influjo vasco
la entonación y cierta alteración en el orden de palabras). La variedad
del español de América es muy grande y merece estudio aparte, lo que
excedería los propósitos de este capítulo (Alvar, 2006; Moreno, 2009).
3
Bien como primera lengua oficial, bien coexistiendo con otras, bien
como lengua oficial de facto, tiene este carácter en: Argentina, Bolivia,
Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, Guatemala,
Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Puerto Rico,
República Dominicana, Uruguay, Venezuela.
4
Para más información sobre el tema, se pueden consultar los distintos
Anuarios del Instituto Cervantes, en especial, los correspondientes a los
años 1998 y 2006-2007. Para el español en los Estados Unidos, véase
López Morales (2011).
5
Sobre el ladino y su supervivencia en Israel, véase Moro-Shaul (2006-
2007: 449-451).
El español: origen y situación actual 29

Israel es el paiz onde se nota aktualmente la mas grande aktividad en


el kampo del ladino i su cultura, i esto es natural siendo ke aki vive la mas
grande comunidad en el mundo de sefaradís de avla djudeo-espanyola.
Aunke no tenemos una estatistika ofisiala sovre el numero de los ke forman
esta comunidad podemos dizir ke eya es ainda bastante grande para poder
EL ESPAÑOL:
tener aktividades ORIGEN
ke permeten Y SITUACIÓN
de mantener ACTUAL
esta lengua en vida. 29

Mapa de la presencia del español en el mundo.


Mapa de la presencia del español en el mundo.
Fuente: <http://images2.fanpop.com/images/photos/5600000/Espa-ol-en-el-
Fuente: <http://images2.fanpop.com/images/photos/5600000/Espa-ol-en-el-mundo-
mundo-espanol-5657776-800-392.jpg>
espanol-5657776-800-392.jpg>

1.2. El español en contacto con otras lenguas


1.2.Como
EL ESPAÑOL
resultado de la adopción
EN CONTACTO del español por las pobla-
CON OTRAS LENGUAS
ciones indígenas
Como dede
resultado América, podemos
la adopción encontrar
del español por las criollos,
poblaciones esto
es, hablas
indígenas deque se caracterizan
América, por lacriollos,
podemos encontrar simplificación o reestruc-
esto es, hablas que se
turación depor
caracterizan la lengua castellanao(oreestructuración
la simplificación de otra lenguadeeuropea)
la lenguaen
la comunicación
castellana cotidiana
(o de otra lengua de en
europea) lasla poblaciones alófonas.
comunicación cotidiana Tie-
de las
poblaciones
nen como base principal la adopción de un vocabulariounde
alófonas. Tienen como base principal la adopción de
vocabulario
base románica, de base románica,
difieren difieren
de esta en lade esta en la organización
organización gramatical.
6
gramatical. Así podemos hablar, por ejemplo,
Así podemos hablar, por ejemplo, del palenquero del palenquero
6 o el
, en Colom-
papiamento, oficial en 4 países: Aruba, Antillas Holandesas, Guam e
Islas Marianas del Norte.7 Otras variedades lingüísticas consecuencia del
contacto entre el español y las lenguas indígenas, pero con menor
repercusión
6
son elMontes
José Joaquín o media(1996:
motosoGiraldo castellano andino fuertemente
146-151).
lengua,
interferido por el quechua, o el guarañol, en Paraná, variedad debida a la
influencia del español sobre el guaraní.8
30 Amparo Ricós Vidal

bia, el papiamento, oficial en Curazao, Aruba y Bonaire (Anti-


llas Holandesas) y el chamorro, en las Islas Marianas7. Otras
variedades lingüísticas consecuencia del contacto entre el es-
pañol y las lenguas indígenas, pero con menor repercusión
son el motoso o media lengua, castellano andino fuertemente
interferido por el quechua, o el guarañol, en Paraná, variedad
debida a la influencia del español sobre el guaraní8.
Del contacto con otras lenguas se han creado lenguas mix-
tas que sirven de comunicación en poblaciones fronterizas o
entre emigrantes de primera y segunda generación (inglés y
portugués). Del primer caso son ejemplos el Tex-Mex y el por-
tuñol; del segundo, el spanglish.

1.2.1. El fronterizo o portuñol


El portuñol (portunhol o portanhol) se da entre los hablan-
tes de las regiones lingüísticas limítrofes entre el español y el
portugués.
Las tiras cómicas, que sirven de ejemplo, permiten obser-
var algunas características de esta lengua «mixta». Si bien la
base del texto es el español, se observan rasgos que remiten
al portugués o exageran cómicamente algunos de los «erro-
res» de los hablantes: las grafías portuguesas (esse, és, contra-
bândolo); la diptongación, por ultracorrección de cualquier
/o/ tónica (Alfuenso, tuedos); la confusión de sibilantes (gaces,
pobrezito); el artículo lo, por el portugués o; las terminaciones
nasales de la tercera persona plural de los verbos (podem) o
las formas verbales de tercera persona singular (quer, te); o,
por último, las interferencias léxicas con raíz portuguesa y
terminación española (amendoino).

7
Dan Munteanu (1996: 68-78).
8
Antonio Torres (2009), <http://www3.amherst.edu/~spanglish/Torres.
htm>.
Fuente:<http://www.nadaver.com/wpconte
Fuente:<http://www.nadaver.com/wpcontent/
nt/uploads/2007/10/portunhol.gif>
uploads/2007/10/portunhol.gif>
Fuente:<http://www.nadaver.com/wpconte
nt/uploads/2007/10/portunhol.gif>
El español: origenEL
y situación
ESPAÑOL:actual
EL ESPAÑOL: ORIGEN Y SITUACIÓN ACTUAL
ORIGEN Y SITUACIÓN ACTUAL

<http://3.bp.blogspot.com/_flT49WuXWY4/R03mHmJxM
Fuente:
31

<http://3.bp.blogspot.com/_flT49WuXWY4/R03mHmJxM
XI/AAAAAAAAACU/H0LiCmpZXU/S700/00009z53.gif>
Fuente:
<http://3.bp.blogspot.com/_flT49WuXWY4/R03mHmJxM
31

Fuente:
31
32 Amparo Ricós Vidal

Se pueden distinguir dos variantes: el portuñol americano y


el portuñol ibérico. El primero es la variedad empleada en las
fronteras de Brasil con Argentina, Colombia, Perú, Bolivia,
Paraguay, Venezuela y, en particular, la variante denominada
fronteiriço (también bayano o Portuñol riverense)9, en la fron-
tera con Uruguay. En esta última zona, el portuñol presenta
un gran arraigo debido a su antigüedad (250 años) y a su uso
por la mayoría de los habitantes de las ciudades norteñas. La
mezcla de idiomas se produce entre la variedad española uru-
guaya y la modalidad portuguesa de Rio Grande do Sul. José
Pedro Rona distingue dos fronterizos: uno de base portugue-
sa (sistema fonológico y lexicón principalmente portugueses)
y otro de base española, en el que nunca llegan a predominar
los rasgos del portugués.
Estos dos fronterizos se constituyen en cuatro variedades
diferentes: la de Artigas, la tacuaremboense, la melense y la
yaguarense10.
En cuanto al segundo, el portuñol ibérico, no tiene el vigor
del sudamericano; se da en casos aislados, salvo en la zona
portuguesa al este del Guadiana, fronteriza con Andalucía,
donde se usa un dialecto portugués fuertemente influido por
el dialecto andaluz: el barranqueño11.
El término portuñol se emplea también para la interlin-
gua12, fosilizada o no, de los inmigrantes de primera y segun-
da generación, o bien, entre estudiantes de las dos lenguas.

9
Técnicamente se le conoce como dpu (Dialectos portugueses del Uru-
guay).
10
El sistema fonológico del fronterizo no es uniforme y afecta al sistema
vocálico, especialmente a la presencia de vocales nasales en posición
final en español, la pérdida de un grado de abertura, y la confusión
del diptongo ão en õ; como al consonántico, que afecta a la articula-
ción de las bilabiales y a la sonoridad de las fricativas (López Morales,
1989:153-159).
11
Más información en Manuel Alvar (1996a: 259-262).
12
Interlingua: término que hace referencia a un sistema lingüístico in-
termedio que resulta de las estrategias de aprendizaje aplicadas por el
El español: origen y situación actual 33

1.2.2. El español en contacto con el inglés. El spanglish


Especial importancia presenta el contacto del español con
el inglés debido a que se trata de dos lenguas de uso mayo-
ritario y de proyección internacional. Al contacto lingüístico
se ha de añadir, además, en Estados Unidos, un proceso de
transculturación, esto es, un contacto entre dos culturas, la
hispánica y la anglosajona, que en algunas zonas persiste des-
de los tiempos de la colonización del continente americano,
mientras que en general es consecuencia de la inmigración
procedente de América Central o del Sur.
Es conveniente, en consecuencia, distinguir entre el espa-
ñol patrimonial, heredero del llevado por los españoles que se
establecieron en las antiguas colonias españolas en territorio
actualmente estadounidense (California, Texas, Nuevo México
y Luisiana)13, por un lado, y, por otro, el español que obedece a
un trasvase poblacional desde países de habla hispana. En esta
segunda variante, denominada spanglish (también espanglés,
slanglish, casteyanqui, ingleñol, pocho, español mixtureado), se
alude a una interlingua de hablantes de inglés, que aprenden
español, y de hispanohablantes que adquieren el inglés.
Si no hay acuerdo en cuanto al término que engloba este
fenómeno, tampoco lo hay respecto al concepto. Se puede de-
finir, sin embargo, como la fusión morfosintáctica y semánti-
ca del español con el inglés. Así, para algunos especialistas se
incluyen como spanglish los préstamos integrados del inglés
en el español, del tipo marqueta (< market) por mercado; los
calcos léxicos, como vacunar la carpeta (< vacuum the carpet)
por aspirar la alfombra, o léxico-semánticos, como Tuve un
buen tiempo, por I had a good time. Otros lingüistas identifi-
can el spanglish con la mezcla de códigos (code mixing) o la

estudiante de otra lengua, esto es, el conjunto de competencias en la


lengua de llegada que tiene el aprendiz en un momento determinado.
13
Una breve descripción de estas variedades del español se encuentra en
Alvar (1996b: 90-100).
34 Amparo Ricós Vidal

alternancia de códigos (code switching)14. El fenómeno tras-


ciende el mero uso cotidiano y llega hasta la literatura: hay es-
critores que solo escriben en esta variedad lingüística, como
las puertorriqueñas Giannina Braschi y Ana Lydia Vega.
Ejemplos de todos estos hechos lingüísticos pueden verse
en los siguientes ejemplos:
• Dale cuerda al mono para que baile.
• Tú crees que hay más de tres grandes poetas en una lengua en una cen-
turia. A ver: Vallejo, Neruda, Darío, Lorca, Jiménez, Machado. Very few.
• It depends what you are looking for.
• I’m looking for the creators. If you want to accept los maestros, then
you include: Huidobro, Cernuda, Alberti, Aleixandre, Salinas, Guillén. Sí,
son maestros, pero no creadores.
• Tú eres demasiado rígida.
• No, es que las puertas del Parnaso son muy estrechas. Aleixandre pue-
de ser mejor poeta que Lorca, pero no más grande. Lorca es común, pero
es un creador. Many masters are better poets than the creators, but they are
not greater. La grandeza no es mejor. A veces es peor. There are many singers
with a better voice than Maria Callas. But she sang great. Y la grandeza no se
puede definir. Porque está llena. Es como el sol. Algo lleno de luz y redondo.
No le hace falta nada. Y te llena. Te deja llena. Te colma. Es algo que instau-
ra. Y afirma su instauración. Se implanta. Se planta. Se queda ahí, como una
instalación, en un espacio. Es como la belleza.
- What a pity.
- El total, las partes no suman el total.
- Open the door o chingo la window15.

(Giannina Braschi, Yo-yoBoing!)

Anita: «Hola, good morning, cómo estás?»


Mark: «Well, y tú?»
Anita: «Todo bien. Pero tuve problemas parqueando mi carro this mor-
ning.»
Mark: «Sí, I know. Siempre hay problemas parqueando in el área at this
time».
Ejemplo de conversación en spanglish.
Fuente: <http://www.spanish-in-the-world.net/img/fumetto1.gif>

14
Torres (2009).
15
Una escena en la novela bilingüe de Giannina Braschi, «Yo-yo Boing!»
<http://es.wikipedia.org/wiki/Spanglish>.
El español: origen y situación actual 35

1.3. El español, una de las principales lenguas del mundo


De los apartados anteriores se concluye que la riqueza del
español se debe a su diversidad geográfica, social y de uso. A
la expansión geográfica por el mundo a lo largo de los siglos,
ha de unirse su desarrollo como lengua de cultura y medio
de expresión de grandes escritores universalmente conocidos,
como Miguel de Cervantes. La unidad del idioma viene mar-
cada por ese carácter universal y el deseo de sus hablantes
por mantener el vínculo común de una lengua, base de la His-
panidad. Esta unidad viene asegurada por la labor de varias
instituciones como las Academias de la Lengua, que cuidan
el patrimonio lingüístico y literario, o el trabajo del Instituto
Cervantes, que tiene como objetivo la difusión de la lengua y
la cultura entre hablantes no nativos de todo el mundo.
Por estas razones, el español es uno de los seis idiomas
oficiales de la onu, la cuarta lengua más hablada en el mundo
(López Morales, 2011: 59), y tras el chino mandarín, la de ma-
yor número de personas que la tienen como materna. Por ello,
ocupa un segundo lugar en el cuadro de las lenguas más im-
portantes del mundo. Además, el español es el segundo idio-
ma más estudiado, después del inglés, con unos 46 millones
de estudiantes distribuidos en 90 países. Por todo ello, ocupa
el rango de oficial en varias de las principales organizaciones
internacionales político-económicas16.

2. ¿Español o castellano? El nombre de la lengua


El castellano surgió como dialecto latino en el norte de la
península ibérica, en las zonas limítrofes entre Cantabria, Bur-
gos, Álava y La Rioja. Se convirtió en el idioma del Reino de
Castilla y de ahí su nombre original de «idioma castellano».

16
Datos obtenidos de los Anuarios del Instituto Cervantes y de las actas de
los Congresos de Hispanistas.
36 Amparo Ricós Vidal

El término «español» procede del latín medieval hispanio-


lus,derivado de la denominación latina de la península ibéri-
ca, Hispania, a través del provenzal espaignol17.
La extensión del castellano, como lengua franca por toda
la Península en convivencia con las otras lenguas vernáculas
y su posterior expansión a América, hizo que el castellano,
ahora ya propiamente «español», no solo por emplearse en
toda la antigua hispania, sino también por tratarse de una koi-
né, saltase las fronteras y se extendiera por todo el continente
americano y se convirtiera, en el siglo xvi, en lengua de cultu-
ra en las cortes europeas, en una lengua universal.
La controversia creada en torno al nombre del idioma es-
triba en cuál de las dos denominaciones resulta más apropia-
da para designar la lengua hablada en otras zonas hispanoha-
blantes y en las comunidades españolas en las que es lengua
cooficial con otras vernáculas (el catalán, el vasco o el gallego).
Se trata siempre de razones basadas en conflictos políticos o
ideológicos debidos a imposiciones políticas (colonialismo) o
lingüísticas (obligatoriedad del español durante la época del
franquismo).
Como señala la Academia de la Lengua Española, en el ar-
tículo sobre el «español» del dpd, la polémica está hoy supe-
rada, puesto que ambas denominaciones castellano y español
son sinónimas e igualmente válidas. No obstante, recomienda
el término español para referirse de modo unívoco a la lengua
hablada por cuatrocientos millones de personas y debido a
que es la que se emplea internacionalmente (Spanish, espag-
nol, Spanisch, spagnolo, etc.). Recomienda también reservar
el término de castellano para referirse al dialecto nacido en el

17
Menéndez Pidal es de la opinión de que el adjetivo clásico hispanus
o hispanicus tomó el sufijo gentilicio -one (como en bretón, sajón, la-
pón…) y de *hispanione se pasó al castellano antiguo españón, que por
disimilación de las nasales llegó a la forma español actual (Menéndez
Pidal, 1985: 181).
El español: origen y situación actual 37

Reino de Castilla durante la Edad Media, o a la variedad lin-


güística que se habla actualmente en Castilla. Es el preferido
también en España, como consta en la Constitución Españo-
la, cuando se alude a la lengua común del Estado en relación
con las otras lenguas cooficiales en sus respectivos territorios
autónomos, como el catalán, el gallego o el vasco, especial-
mente cuando se quiere introducir una distinción respecto a
estas lenguas, también «españolas».

3. Un poco de historia de la lengua


La historia del español es la de un dialecto romance que
desde un pequeño rincón en el norte peninsular fue adqui-
riendo categoría de lengua y se extendió primero por la Penín-
sula y más tarde por todo el mundo18.

3.1. Situación lingüística de la península anterior a la formación


de las lenguas romances

En la antigua Hispania se forjó un peculiar modo de ser


como resultado del contacto de lenguas y culturas muy diver-
sas. En el año 218 a.C., los romanos entraron en la Península
y comenzaron la conquista del territorio hispánico. Ello su-
puso la pronta romanización y latinización de la población
peninsular. El latín traído a la Península, un latín hablado,
vulgar, se superpuso a las lenguas prerromanas (celta, íbero)
hasta hacerlas desaparecer, a excepción del euskera, y se con-
virtió en lengua general de la población hispanorromana.

18
Para profundizar en el tema, se pueden consultar los manuales citados
en la bibliografía, en especial Cano (1998, 2004), Echenique-Martínez
(2005), Torrens (2007).
38 Amparo Ricós Vidal

A principios del siglo v, llegaron a la Península los pueblos


germánicos —suevos, vándalos y alanos—, expulsados poste-
riormente por los visigodos. Este pueblo era un grupo ger-
mánico que había tenido mayor contacto con la civilización
romana por lo que pronto adoptaron el latín y abandonaron
el uso de su lengua sin que dejara huella en el habla de la po-
blación hispanorromana, tan solo en el léxico de determina-
dos campos (lenguaje jurídico y militar: guerra, yelmo, bigote;
antropónimos: Fernando, Alfonso). Mayor importancia tuvo
para la evolución de la misma la consiguiente ruptura de las
comunicaciones con el resto del Imperio y el estancamiento
cultural que esto supuso.
En el año 711, los musulmanes, en su mayor parte berebe-
res, comenzaron la invasión de la Península, labor que rea-
lizaron con rapidez, lo que supuso un cambio radical en la
organización territorial, la política, la religión, la economía
y la sociedad hispanogodas. Durante los ocho siglos de do-
minación musulmana, las variedades lingüísticas del árabe
convivieron con las variedades romances peninsulares. Los
hispanogodos mantuvieron en el sur su lengua romance, el
llamado mozárabe (o romandalusí), que vivió en un entorno
islamizado y se perdió con la arabización de la sociedad, pro-
bablemente a finales del xii. Por otra parte, el árabe se roman-
ceó y llegó a crear una variante propia, una especie de koiné,
el hispanoárabe o andalusí, que era la lengua de comunica-
ción empleada por cristianos y musulmanes. El árabe clásico
se mantuvo como lengua de cultura, al igual que el latín, para
los cristianos, y el hebreo, para los judíos. De este período nos
han llegado las jarchas, poemas breves en romance que con-
formaban el cierre estrófico de una composición, compuesta
en árabe o en hebreo clásicos, llamada moaxaja, y los zéjeles.
La principal contribución del árabe al romance hispáni-
co se encuentra en el léxico, que se enriquece en este perío-
do con unos 4000 vocablos procedentes de distintos ámbitos
(construcción: atalaya, alcoba; guerra: alférez, zaga; comercio:
aduana, almacén, almoneda; oficios: albañil, alfarero; ciencias:
El español: origen y situación actual 39

algoritmo, cifra, álgebra), así como la incorporación al sustan-


tivo del artículo árabe al- o la presencia en la toponimia de
prefijos como gua ‘río’ (Guadiana, Guadalquivir) o Beni ‘hijo
de’ (Benimamet, Beniferri).
A las invasiones árabes se debió, también, el aislamiento
de los distintos núcleos cristianos, formados por los hispano-
godos que se habían refugiado en el norte, y que tuvo como
consecuencia la ruptura de la unidad lingüística anterior y la
posterior evolución de los dialectos romances pareja al proce-
so de Reconquista hacia el sur.

3.2. El nacimiento del idioma. los primeros balbuceos


Durante el proceso de la Reconquista fueron surgiendo nú-
cleos de población en el norte, pequeños estados cristianos
continuadores del reino visigodo. La lengua en esta franja, ya
diferenciada del latín, se caracterizaba por una cierta homo-
geneidad de la que se separó el castellano desde época tem-
prana.
En una primera etapa (siglos viii al xi) se formaron varios
puntos de defensa: el núcleo pirenaico, al este, formado por el
Reino de Navarra y los Condados de Aragón y Barcelona, con
mayor relación con el Mediodía francés y caracterizado por
una gran complejidad lingüística; el núcleo cantábrico, desde
Galicia hasta Álava, lideró la Reconquista y estableció la capi-
tal en León. En una segunda etapa, que abarca desde la muer-
te de Almanzor hasta el reinado de Alfonso X, se configuró
el mapa político y social de la Península y se establecieron
las bases de la división lingüística posterior. Es el período en
que León y Navarra entran en declive, absorbido el primero
por Castilla (1230), mientras que el segundo se mantuvo inde-
pendiente más tiempo. Se produjo también la independencia
del Condado Portucalense (1139) y del condado de Barcelona,
unido a Aragón desde 1137. A mediados del siglo xiii puede
decirse que había finalizado la Reconquista, tan solo perma-
neció el reino de Granada bajo dominio musulmán.
40 Amparo Ricós Vidal

En este lento proceso se fueron gestando las lenguas penin-


sulares. La mayor parte de los investigadores considera que
durante el período visigodo la lengua conservaba una consi-
derable unidad aunque con incipientes variedades internas,
es el denominado protorromance. Con la llegada de los mu-
sulmanes y la consecuente fragmentación política, se aceleró
el proceso de división y diferenciación lingüística en el norte
peninsular. Es la llamada época de orígenes, período que abar-
ca desde el siglo viii al xi y en el que se produce la división
dialectal que da lugar al catalán en el extremo oriental y al
gallego, en el extremo occidental. Entre estos dos dialectos se
encontraban el asturleonés, el castellano, el navarro, el arago-
nés y el riojano, dialectos que se fundieron pronto con el veci-
no, mientras que el leonés, el castellano y el navarro-aragonés
pervivieron durante más tiempo. El castellano se impuso so-
bre los otros dos si bien, como se indica en el primer epígrafe,
aún hoy el leonés y el aragonés mantienen parte de sus rasgos
dialectales.
En el período de orígenes se produjo asimismo el paso del
empleo oral de las nuevas variedades lingüísticas a su plas-
mación escrita. Es una etapa de vacilaciones pues cada centro
de escritura ensayaba fórmulas distintas para representar con
las grafías latinas heredadas los nuevos sonidos romances. De
hecho, como señalan algunos autores, los documentos de este
período muestran, más que la constitución de las nuevas len-
guas, el proceso de su normalización escrita19.
Entre los primeros testimonios escritos se encuentran las
Glosas Emilianenses20, del monasterio de San Millán de la Co-
golla (La Rioja) y las Glosas Silenses, de Santo Domingo de
Silos (Burgos), fechadas, según los últimos estudios, a media-
dos del siglo x. La irrupción del romance se observa también
en los documentos notariales y fueros.

19
Para una visión diferente de este proceso, léase Wright (1989).
20
Fuente de la ilustración:

<http://www.jdiezarnal.com/public/sanmillandelacogoyacodice.jpg>.
EL ESPAÑOL: ORIGEN Y SITUACIÓN ACTUAL 39

El español: origen
Entre los y situación
primeros actual escritos se encuentran las Glosas41
testimonios
Emilianenses,19 del monasterio de San Millán de la Cogolla (La Rioja) y
las AlGlosas
tiempoSilenses, de Santode
que el Condado
Domingo de Silos (Burgos),
Castilla, posteriormente eleva-
fechadas,
do segúniba
a reino, los imponiendo
últimos estudios,su
a mediados del siglo x. La irrupción
dominio político y territorial, el
del romance se observa también en
castellano
los documentossenotariales
fue convirtiendo
y fueros.
en lengua nacional y diferen-
Al tiempo
ciándose que otros
de los el Condado
romances de
Castilla, posteriormente
21 elevado
peninsulares . El primitivo dia- a
reino, iba imponiendo su dominio
lecto castellano, nacido en zona
político y territorial, el castellano
22
se
de
fue contacto
convirtiendocon enel vasconacional
lengua , e in-
fluido por la acción
y diferenciándose de de
loslos ele-
otros
23
mentos
romancesoccitanos y franceses
peninsulares. 20
El ,
se alejó dialecto
primitivo de la unidad
castellano,formada
nacido
en zona
por los de contacto
otros con el vasco,21 e
romances.
influido por la acción de los
En esta
elementos épocayven
occitanos la luz
franceses, 22 los
se
primeros
alejó de la textos
unidad literarios
formada porescri-
los
tos enromances.
otros romance. Son obras escritas en verso, salvo la Fazienda
de Ultramar, que plantean problemas a la hora de determi-
nar la variedad lingüística empleada (Auto de los Reyes Ma-
gos, Razón de amor, Disputa del alma y el cuerpo). También de

21
19ElFuente
castellano más primitivo tiene su origen en Cantabria, cuna de Cas-
de la ilustración:
tilla y conjunto de condados depen­dientes de León en un principio,
<http://www.jdiezarnal.com/public/sanmillandelacogoyacodice.jpg>.
20
sin olvidar las
El castellano mászonas colindan­
primitivo tiene su torigen
es delenárea de lengua
Cantabria, cuna devasca.
CastillaAy fines del
conjunto
siglo de ix condados
co­menzódependientes
la expan­sión de León en un por
castellana principio, sin olvidar
la meseta las zonas
de Burgos y se
colindantes
erigió comodel área de lengua
condado de vasca.
CastillaA con
finessu
delcentro
siglo IX comenzó
político la expansión
y social en esta
castellana
ciudad. por la meseta de Burgos y se erigió como condado de Castilla con su centro
político
22
En y social en esta ciudad.
21 los movimientos de repoblación jugó un papel relevante el elemento
En los movimientos de repoblación jugó un papel relevante el elemento vasco,
vasco, hasta el punto de que ciertos hechos fonológicos y sintácticos del
hasta el punto de que ciertos hechos fonológicos y sintácticos del castellano medieval
castellano
(la reducción delmedieval (la reducción
sistema vocálico del sistema
a cinco elementos, vocálicoy apérdida
la aspiración cinco deelemen-
la F-
inicial latina, el ensordecimiento de las sibilantes; el sistema deíctico de tres grados…)de
tos, la aspiración y pérdida de la F- inicial latina, el ensordecimiento
lasatribuido
se han sibilantes; el sistema
a influjo vasco. deíctico de tres grados…) se han atribuido a
influjo
22
Durantevasco.
el reinado de Alfonso VI (1070-1080) comenzó el predominio del
23
Durante
elemento francoel como
reinado de Alfonso
resultado VI (1070-1080)
de la influencia comenzó
que la clerecía el predominio
ultrapirenaica ejerció
tras del
las reformas
elemento cluniacense y cisterciense.
franco como resultadoLa influencia franca fue que
de la influencia importante en estos
la clerecía ul-
siglos tanto en textos
trapirenaica jurídicos
ejerció trascomo en literarios
las reformas (por ejemplo,
cluniacense la llamada apócope
y cisterciense. La in-
extrema, cort por
fluencia corte).fue importante en estos siglos tanto en textos jurídicos
franca
como en literarios (por ejemplo, la llamada apócope extrema, cort por
corte).
42 Amparo Ricós Vidal
40 AMPARO RICÓS VIDAL

esteEn período
esta época esven
unala deluz las
los obras
más
primerosimportantes de escritos
textos literarios la literatu-
ra medieval
en romance. Soncastellana:
obras escritaselenCantar
verso, salvo 24la Fazienda
de Mio Cid . Cercanas a 1250, de se
Ultramar, que plantean problemas
conserva también un grupo de
a la hora de determinar la variedad
obras pertenecientes al Mester de
lingüística empleada (Auto de los
Clerecía
Reyes Magos,(Libro de Apolonio,
Razón de amor, Libro
de Aleixandre,
Disputa del almaMilagros de Nuestra
y el cuerpo) .
Señora
También de o Vida de Santo
este período es unaDomingo
de
las Silos,
de obras más importantesaunque
de Berceo), de la nos
literatura medieval castellana:
han llegado en 23copias posterio- el
Cantar de Mio Cid. Cercanas a
res.
1250, se conserva también un
grupo de obras pertenecientes al
Mester de Clerecía (Libro de
Apolonio, Libro de Aleixandre, Milagros de Nuestra Señora o Vida de
Santo Domingo de Silos, de Berceo), aunque nos han llegado en copias
3.3. El idioma en la época alfonsí. La creación de la koiné caste-
posteriores.
llana

ElIDIOMA
3.3. EL proceso
EN de formación
LA ÉPOCA de
ALFONSÍ la CREACIÓN
. LA lengua general castellana
DE LA KOINÉ
está relacionado
CASTELLANA con el conflicto de normas de la época. A
la complejidad lingüística
El proceso de formación de la lengua de general
los siglos xii y está
castellana xiii hay que aña-
dir el hecho de que Alfonso X contase con
relacionado con el conflicto de normas de la época. A la complejidad colaboradores de
diversa procedencia, por lo que su corte se caracterizó por
lingüística de los siglos XII y XIII hay que añadir el hecho de que Alfonso
X el
contase con colaboradores
plurilingüismo. Pordeellodiversa procedencia,
el rey impulsó porlaloreforma
que su cortealfonsí,
se caracterizó por el plurilingüismo. Por ello el rey impulsó la reforma
debido a la necesidad de crear una lengua general normali-
alfonsí, debido a la necesidad de crear una lengua general normalizada.
zada.
Lapesa Lapesa
(1983) (1983)laha
ha señalado señalado
existencia la existencia
de dos de dos en
normas diferenciadas normas
el diferenciadas
castellano alfonsí:en el castellano
el castellano koiné, alfonsí:
en el que el castellano
habrían confluidokoiné,
la en
el que semítica
influencia habríany franca,
confluido la influencia
y el castellano drechosemítica y franca, y el
o koiné castellana,
quecastellano gusto deoBurgos,
respondía aldrecho koiné castellana,
con concesionesque respondía
a la al gusto de
lengua de Toledo
y de León. Esta se convirtió después
Burgos, con concesiones a la lengua de Toledo y de León.
koiné castellana en la lengua de Esta
toda la comunidad hispánica. A partir de la reforma alfonsí la grafía
koiné castellana se convirtió después en la lengua de toda la
quedó establecida y se mantuvo, a pesar de las transformaciones
comunidad
fonológicas y lashispánica. A partir de
propuestas ortográficas dellaperíodo
reforma alfonsí
clásico, hastala
la grafía
quedó
reforma de establecida
la Academia, laysintaxis
se mantuvo,
se hizo mása pesar
elaboradadey las transforma-
compleja, y
23
Fuente de la ilustración:
<http://www.xtec.cat/~mbelanch/BAT/cid.JPG>.
24
Fuente de la ilustración:

<http://www.xtec.cat/~mbelanch/BAT/cid.JPG>.
El español: origen y situación actual 43

ciones fonológicas y las propuestas ortográficas del período


clásico, hasta la reforma de la Academia, la sintaxis se hizo
más elaborada y compleja, y el léxico se vio incrementado por
vocabulario técnico procedente de las lenguas de cultura de la
época, el árabe y el latín.
Durante los reinados de Fernando III y Alfonso X, la escri-
tura jurídica empezó a hacerse en romance (por la necesidad
de que los contenidos fueran accesibles a todos). Y en la «Es-
cuela de Traductores» de Toledo, las traducciones del árabe
o del hebreo al castellano, que ocupaba un lugar intermedio
en el proceso de traducción, pasaron de ser orales a escritas.
Así pues, a partir de la primera mitad del siglo xiii surgen en
Castilla textos castellanos procedentes de la traducción ára-
be y hebrea en dos corrientes principales y didácticas (textos
de sentencias, aforismos y consejos morales y políticos, por
un lado, y colecciones de exempla, apólogos, por otro). Las
traducciones fueron también el medio de transmisión de la
cultura árabe y helénica. Todo ello se plasma en una serie de
obras relevantes como Estoria de Espanna, General Estoria,
Las Siete Partidas, Los libros del Saber de Astrología, El libro de
los Juegos o Libro de Açedrex, dados e tablas.
El siglo xiv, caracterizado por los conflictos políticos in-
ternos, supuso la aparición de personalidades destacadas en
la producción literaria y el inicio de algunos cambios lingüís-
ticos que se extendieron en la segunda mitad del xv, dando
lugar a las grandes transformaciones del período clásico25.

25
En este período se atestiguan ya algunos fenómenos como la desafrica-
ción de las dentales y el ensordecimiento de las alveolares; se reestruc-
tura el empleo de los posesivos y el articulo; cae la —d— en las formas
verbales de segunda persona de plural, disminuyen los perfectos fuertes
y decrece la forma en -ié del imperfecto, el verbo haber gana terreno a
ser para la formación de los tiempos compuestos. En cuanto al léxico,
los arabismos son reemplazados por palabras de origen latino (sastre
por alfayate) y comienza la entrada de latinismos.
44 Amparo Ricós Vidal

Entre los autores de la época destacan Don Juan Manuel


(Libro del Conde Lucanor), Sem Tob de Carrión (Proverbios
Morales), Pero López de Ayala (Rimado de Palacio) y Juan
Ruiz, Arcipreste de Hita (Libro de Buen Amor). Las inquie-
tudes intelectuales de los monarcas se centraron así en una
literatura didáctica y moralizante, con un marcado carácter
doctrinal y religioso, al tiempo que nacían también los rela-
tos caballerescos de inspiración artúrica (Amadís de Gaula) u
oriental (Libro del Caballero Zifar).

3.4. Del castellano al español. El español, lengua universal


Aunque los especialistas no se ponen de acuerdo en las limi-
taciones temporales, se puede hablar de un español preclásico
que abarcaría la segunda mitad del xv y el primer tercio del
xvi. Es en este período de transición, llamado también «Épo-
ca de los descubrimientos», cuando se producen los grandes
cambios sintácticos que caracterizan el español moderno y
se inicia la transformación fonológica. Coincide con el reina-
do de los Reyes Católicos y con unos hechos históricos que
marcarán el futuro de la lengua al favorecer su extensión: la
unidad territorial y política de España y el descubrimiento
y posterior conquista y colonización de América, es decir, es
la época en la que el castellano se configura internamente al
tiempo que se produce su expansión a otros territorios.
Se trata, por tanto, de un momento de transición en el que
apuntan transformaciones culturales que influirán en la etapa
siguiente. Junto con la influencia italiana en la producción
literaria (Marqués de Santillana) y la imitación de los usos
latinos en sintaxis y en el léxico (Juan de Mena, Laberinto de
Fortuna), se observa aún, en la lengua literaria, la presencia
de usos populares y de vacilaciones propias de la etapa me-
dieval (Arcipreste de Talavera, Corbacho; Fernando de Rojas,
La Celestina).
transformaciones culturales que influirán en la et
la influencia italiana en la producción literaria (M
la imitación de los usos latinos en sintaxis y en e
Laberinto de Fortuna), se observa aún, en la leng
de usos populares y de vacilaciones45 propias
El español: origen y situación actual
(Arcipreste de Talavera, Corbacho; Fernando de
Desde el punto de vista Desde e
de la codificación lingüís- codificació
tica y de la enseñanza del enseñanza d
idioma, a finales del xv em- XV empieza
piezan a publicarse trata- gramatical
dos gramaticales, ortográ- vocabulari
ficos y vocabularios sobre española, en
la lengua española, en los español a
que el castellano o español lengua cult
adquiere categoría de len- lenguas clá
gua culta y aparece junto a 1492 salió d
las lenguas clásicas y mo- tratado gra
dernas. En 1492 salió de la vulgar, la G
imprenta el primer tratado castellana
25
gramatical de una lengua Nebrija, co
vulgar, la Gramática de la «buen uso»
lengua castellana de Elio
25
Antonio de Nebrija26, con la finalidad delafijar
Fuente de el «buen uso»,
ilustración:
<http://4.bp.blogspot.com/_CH1_fy_A0sk/SQzSZSs4RKI/A
facilitar el aprendizaje del latín y enseñar el castellano o espa-
Cj-Ys/s400/gramatica2p.jpg>
ñol a los extranjeros, pues consideraba «la lengua como com-
pañera del imperio». En cuanto a la lexicografía, en 1490 se
publicó el Universal Vocabulario de Alonso de Palencia y dos
años más tarde se presentaba la obra lexicográfica española
de más éxito en los siglos xvi y xvii y que será la base de la ma-
yor parte de los diccionarios bilingües europeos del español:
el Diccionario latino-español, completado después con el Vo-
cabulario español-latino, de Nebrija. Se inicia así una etapa de
codificación gramatical, de establecimiento de unos criterios
normativos teóricos para el castellano.
El período que se conoce como el español clásico o los Si-
glos de Oro hace referencia a la lengua de los siglos xvi y xvii.
Desde el punto de vista lingüístico, coincide con la última gran
transformación del sistema fonológico y gramatical, ya que se

26
Fuente de la ilustración: <http://4.bp.blogspot.com/_CH1_fy_A0sk/
SQzSZSs4RKI/AAAAAAAAAJY/cH9mYbCj-Ys/s400/gramatica2p.jpg>.
46 Amparo Ricós Vidal

produjo de manera rápida una serie de cambios que acabaron


con la diferenciación de dos amplias normas, la castellana (o
septentrional) y la andaluza (o meridional, extendida a Cana-
rias y al continente americano). La norma castellana fue la
que se adoptó para el castellano estándar, cuya norma culta
apenas ha variado desde entonces27.
Los factores externos o culturales apuntan a una etapa de
la historia literaria, en la que se considera a los autores como
modelos de lengua, por lo que la Academia los tomara como
ejemplo. La nómina de autores se alarga con representantes
de todos los géneros literarios: Garcilaso de la Vega, Fernando
de Herrera, Fray Luis de León, los hermanos Valdés, el autor
anónimo de Lazarillo de Tormes, el universalmente conocido
Miguel de Cervantes, Francisco de Quevedo, Luis de Góngora,
Mateo Alemán, Lope de Vega, Calderón de la Barca...
Todos estos hechos, lingüísticos, culturales e históricos,
llevaron a la consolidación de la noción de español como len-
gua de prestigio en las cortes europeas, por lo que adquirió
valor universal. Y en este sentido es conocida la anécdota del
emperador Carlos V, quien, a pesar de su origen extranjero,
utilizó el español en sus relaciones con el Pontificado o con
el resto de cortes europeas, y del que se recuerda esa célebre
frase con la que ponía de manifiesto su hegemonía política y
el liderazgo de la Cristiandad:
No importa que no me entendáis. Que yo estoy hablando en mi lengua
española, que es tan bella y noble que debería ser conocida por toda la cris-
tiandad.

27
Se producen, entre otros fenómenos, la reestructuración del sistema
de sibilantes con la pérdida de la sonoridad, la interdentalización de
las dentales y la velarización de las fricativas; la aspiración y pérdida
de la F- inicial latina y la confusión de labiales. Distinta es la solución
meridional en la que el reajuste de sibilantes siguió otro proceso dando
lugar al seseo (o ceceo), la aspiración de las fricativas y de la F- inicial
latina, por ejemplo.
El español: origen y situación actual 47

Como consecuencia de la política de expansión hacia Eu-


ropa y América y del prestigio internacional que adquiere Es-
paña y el español, aumentó el interés por el aprendizaje de la
lengua y consecuentemente la necesidad de publicar tratados
destinados a la enseñanza a extranjeros. La labor iniciada por
Nebrija se complementó con obras como el Diálogo de la len-
gua (1535), de Juan de Valdés, la Gramática Castellana (1558),
de Cristóbal de Villalón, Instituciones de la gramática española
(1614), de Jiménez Patón o Arte Kastellana (1627), de Gonzalo
de Correas, entre otros. A la tradición lexicográfica iniciada
también por Nebrija, le siguió la publicación de numerosos
diccionarios bilingües no solo hispanolatinos sino del espa-
ñol con lenguas extranjeras, especialmente europeas. Destaca
entre los diccionarios monolingües del período el Tesoro de la
lengua castellana o española, de Sebastián de Covarrubias.
Este desarrollo literario y normativo se corresponde con
un proceso de estandarización y fijación de la lengua escrita,
de codificación lingüística, etapa en la que desarrollarán su
obra los autores que se van a convertir en modelos para el
establecimiento de la norma académica en el siglo xviii.

3.5. El español moderno. La labor de la academia


Aunque los grandes cambios lingüísticos se habían efec-
tuado hacia 1650, se suele dar como fecha del inicio de la fase
moderna el año 1713, año de la fundación de la Real Acade- EL ESPAÑOL: ORIGE
mia Española, que se convirtió en la institución símbolo del
comienzo de este período y referente normativo de Entre
la lengua
las preocupaciones de
desde entonces. necesidad de «limpiar» una leng
cometidos en e
Entre las preocupaciones de los ilustrados su período rena
la Real Academ
se encontraba la necesidad de «limpiar» una prioritarias de l
lengua corrompida por los desmanes come- sistema ortográ
tidos en el Barroco y darle el «esplendor» de se encontraba l
proceso evoluti
su período renacentista. Con esa finalidad, se su constitució
primera propue
Diccionario de
separado en 1741. El sistema el
presentaba concesiones etimologist
posteriores ediciones hasta fijarse e
más actuales atañen a aspectos pun
48 Amparo Ricós Vidal

fundó la Real Academia Española28. Una de las tareas prio-


ritarias de la Academia fue la elaboración de un sistema or-
tográfico que eliminara el caos en el que se encontraba la or-
tografía como consecuencia del proceso evolutivo que había
sufrido la lengua hasta su constitución como «español mo-
derno». La primera propuesta académica se publicó junto al
Diccionario de Autoridades en el año 1726 y por separado en
1741. El sistema elegido era de base fonética pero presenta-
ba concesiones etimologistas que fueron eliminándose en las
posteriores ediciones hasta fijarse en el año 181529, pues las
reformas más actuales atañen a aspectos puntuales carentes
de importancia. El Diccionario de Autoridades o Diccionario
de la Lengua Castellana (1726-1739) fue su primer trabajo lexi-
cográfico; por último, en el año 1771 se publicó la primera
Gramática académica, de finalidad pedagógica y normativa
y de carácter a la vez descriptivo y normativo, que conoció
sucesivas ediciones en las que se fue produciendo un giro la-
tinizante.
El carácter oficial de la institución y las circunstancias po-
líticas y sociales propiciaron el éxito y la implantación de las
propuestas académicas, que han ido cambiando paulatina-
mente a lo largo de los últimos siglos. Es también el período
en que el español se introdujo en las escuelas como materia
de estudio, sustituyendo al latín, y se extendió la alfabetiza-
ción de las clases medias y populares. En esta línea, la lengua
escrita se convierte en el referente culto y ello conllevará una
conciencia de lengua común, que favorecerá la estandariza-
ción lingüística.

28
Fuente de la ilustración:

<http://cms7.blogia.com/blogs/g/ga/gat/gatopardo/
upload/20051124105132-medalla.jpg>
29
A lo largo de las distintas ediciones de la Ortografía académica se van
eliminando las grafías que no se correspondían con oposiciones fonoló-
gicas (<-ss-/-s->), las grafías latinizantes (<ph, th>) o se distribuyen los
grafemas (<u> / <v>).
El español: origen y situación actual 49

No es de extrañar, pues, que en el momento de la indepen-


dencia de las colonias americanas en el xix, los países ameri-
canos decidieran mantener el empleo del español como len-
gua común y de enseñanza, a pesar de la tendencia, dirigida
por Domingo Faustino Sarmiento, hacia la constitución de un
«idioma nacional», propuesta en parte frenada por la postu-
ra favorable a la unidad del idioma de gramáticos relevantes
como Bello o Cuervo. La consideración de la lengua como
vehículo de cultura y de prestigio y el peligro de la fragmen-
tación ante la invasión lingüística de anglicismos abortaron
cualquier movimiento secesionista. La actitud purista y aca-
demicista de estos gramáticos facilitó que se eligiera como
modelo prestigiado la variante septentrional, es decir, la mi-
noritaria, frente a la meridional, con mayor número de hispa-
nohablantes, pero la propia de los autores españoles, conside-
rados modelos de buen hablar. Por este motivo, el habla culta
hispana presenta gran homogeneidad a pesar de las variantes
dialectales. En compensación, se incrementó también la rela-
ción con los países americanos creando Academias en todos
los países de habla hispana. La Asociación de las Academias
de la Lengua Española, compuesta por 22 Academias unidas
desde 1951, se encarga, como indica en sus Estatutos, de tra-
bajar en pro de la unidad, integridad y crecimiento del idioma
común, con una labor continua que ha dado lugar reciente-
mente a la publicación de varias obras entre las que destacan
el Diccionario panhispánico de dudas, la Nueva gramática de la
lengua española o la reciente Ortografía de la lengua española,
atentas todas ellas a la variedad lingüística del español.

4. El español. Situación actual


Respecto a la situación actual del español, cabe plantearse
dos cuestiones: el problema de la unidad de la lengua y la pro-
yección universal del idioma.
50 Amparo Ricós Vidal

4.1. La unidad del idioma


El español es un diasistema multilectal, en el que podemos
observar variaciones diatópicas, diastráticas y diafásicas. Ya
en el siglo pasado, Rufijo J. Cuervo pronosticó la desapari-
ción de la lengua española fragmentada en distintas lenguas
nacionales, al igual que había ocurrido con el latín. La rápida
respuesta de algunos gramáticos como Bello o de la propia
Academia Española se encaminó a difundir la norma culta,
a través de la enseñanza, necesaria para mantener la unidad
en tan vasto territorio. El peligro de la fragmentación vuelve
a ser tema común a lo largo del siglo xx, de ahí las constantes
acciones de los académicos a este respecto que se centran en
varios puntos como la necesidad de crear comisiones que ve-
len por la sistematización en la adopción y asimilación de los
neologismos y tecnicismos en todos los países, pues el proble-
ma no se halla en la ampliación del caudal léxico mediante es-
tos vocablos, necesarios en el desarrollo científico, sino en la
diversificación de las formas adaptadas que puede suponer un
germen de división. En este sentido, diversas organizaciones
exigen una rápida respuesta gubernamental que favorezca el
empleo del español en las ciencias, fomentando varias medi-
das conducentes a difundir la lengua española en la comuni-
dad científica. Los medios de comunicación y la sustitución
de los soportes escritos por los audiovisuales o electrónicos
facilita la interdialectalización a la par que favorece la «de-
cadencia lingüística» del idioma30. Se considera también ur-
gente resolver este problema, pero para ello se hace necesario

30
Entre las tendencias principales de la lengua española en la actualidad,
destacamos las siguientes: a nivel fonológico, el acento expresivo, el
acento de frase, el debilitamiento y pérdida de las vocales átonas y las
consonantes intervocálicas y finales, las relajaciones articulatorias, en
especial, la de la -s final, la repercusión fonológica de los extranjeris-
mos y siglas; a nivel morfosintáctico, las consecuencias morfológicas
de la introducción de extranjerismos léxico-semánticos, la alteración
del género del nombre, la aposición adjetivadora, la adverbialización
del adjetivo, la difusión del leísmo y laísmo, los cambios en los tiempos
El español: origen y situación actual 51

conocer cuál debe ser la norma culta ideal31 y el lenguaje de


los medios de comunicación así como el de los nuevos recur-
sos tecnológicos32.

4.2. El español como lengua internacional


Como se ha expuesto en este capítulo, a lo largo de su his-
toria el español ha demostrado ser una lengua viva que ha ido
desarrollándose al ritmo de las culturas a las que ha servido y
sigue sirviendo de medio de comunicación y símbolo de iden-
tidad. Por eso, la lengua española se ha convertido en uno de
los idiomas con mayor número de hablantes nativos y en la
expresión de una de las comunidades lingüísticas más diná-
micas, creativas y diversas que ha conocido la Humanidad.
Como lengua de proyección universal, el español ha evo-
lucionado hasta convertirse en uno de los pocos idiomas in-
ternacionales del planeta, no solo por su alto número de ha-
blantes —más de 450 millones (contando también a los que
lo estudian)— y por la ubicación geoestratégica de los países
en que es lengua oficial, sino por su extraordinaria tradición
cultural y literaria, su cohesión y complejidad lingüísticas, y
su utilidad como instrumento para la transmisión del conoci-
miento, la ciencia y la tecnología, tal como se concluyó en el IV

y modos verbales que afectan a la sintaxis oracional...; y la nueva crea-


ción de palabras, entre otros.
31
Existen diversos proyectos destinados al estudio de la norma común:
Proyecto de estudio coordinado de la norma lingüística culta de las prin-
cipales ciudades de Iberoamérica y España, iniciado en 1968 por José
Manuel Lope Blanch; Macro-corpus de la norma lingüística culta de
las principales ciudades del mundo hispánico (MC-NLCH), coordina-
do por José Antonio Samper Padilla. <http://listserv.rediris.es/cgi-bin/
wa?A2=ind9901&L=infoling&P=670>
32
Varios trabajos analizan el lenguaje en los medios de comunicación y
en los nuevos recursos tecnológicos, como Internet o el correo electró-
nico. Se pueden encontrar ejemplos de ello con algunas conclusiones
en López Morales (2006-2007).
52 Amparo Ricós Vidal

Congreso de la Lengua Española. Y esto es así, no solo porque,


como hemos señalado en el primer epígrafe, su importancia
demográfica (más de 400 millones de personas la tienen como
lengua materna) la asemeja a otras lenguas como el inglés o
el francés, el chino o el hindi, sino también debido a otros
factores, señalados por Moreno (1998), Marcos Marín (2004),
López Morales (2006-2007: 476-491) o Bravo (2008b), como
son: la homogeneidad dado que, a pesar de su expansión por
el mundo, las variantes entre los dialectos son pequeñas, por
lo que ofrece un riesgo débil o moderado de fragmentación33.
No obstante, como señalan López Morales (2006-2007) o Gri-
jelmo (2001), entre otros, la extensión del idioma a través de
los medios de comunicación puede tener como consecuencia,
no la fragmentación sino la existencia de lo que López Mora-
les llama «español neutro», variante simplificada de la lengua,
diferente del «español general» o culto34. Además, en los paí-
ses que la tienen como lengua oficial es lengua única o comple-
tamente mayoritaria, siendo cooficial con otras autónomas. Es
este punto el que la diferencia del inglés, del francés o del por-
tugués, por señalar lenguas empleadas en antiguas colonias.
A la homogeneidad se une la condición de que se trata de una
lengua que presenta también contigüidad geográfica, ya que el
grueso del español se habla en territorios físicamente conti-
guos y esta situación se mantiene desde hace quinientos años
en que todos estos países se encuentran inmersos en la esfera
cultural de la lengua española. Por último, se ha producido en
español una cultura de fuerza innegable que va de lo literario,
con premios Nobel como Gabriel García Márquez, a lo musi-
cal, la cinematografía, las artes plásticas y la economía.

33
Ello se debe, según Moreno (1998) «a la simplicidad del sistema vocá-
lico […], la amplitud del sistema consonántico compartido por todo el
mundo hispánico, la dimensión del léxico patrimonial compartido y la
comunidad de una sintaxis elemental».
34
Sobre este tema se tratará en otros capítulos del libro.
El español: origen y situación actual 53

De esta manera, y tal como se recoge en las Actas sobre la


lengua española35:
el idioma español se ha convertido en un poderoso activo económico, ge-
nerador de riqueza a través de las industrias culturales que lo utilizan como
materia prima en la producción de bienes y servicios.

Materia prima que cobra importancia asimismo en la pre-


sencia mayor del español en las nuevas industrias de la in-
formación y del entretenimiento en todo tipo de formatos y
plataformas.
La lengua española posee, pues, todos los requisitos que
la nueva revolución tecnológica y digital exige a un idioma
para afrontar con éxito los nuevos retos, pues es uno de los
pocos idiomas que crecen en número de hablantes al tiempo
que aumenta la demanda de la enseñanza de español en las
áreas de negocio y en los países con economías emergentes.
Tal como se ponía de manifiesto también en el IV Congreso
de la Lengua Española, el español se encuentra en uno de sus
mejores momentos para no limitarse a ser un idioma interna-
cional, ceñido a los países que lo tienen como lengua oficial, y
llegar a ser un referente mundial de comunicación, utilizado
en otros ámbitos en que, aún presente, se halla en un segundo
plano (la diplomacia, la ciencia y la tecnología)36, y de esta
forma servir para el intercambio cultural, político y económi-
co a escala global. Es lo que algunos economistas denominan
«el valor económico del español»37. Para lograr este objetivo,
la lengua española compite con otras potencias lingüísticas
que también intentan consolidar sus posiciones de poder.

35
<http://www.actaslengua.org/acta_lengua_espanola.asp?id=7>.
36
En el Congreso de la Lengua Española celebrado en Cartagena se hacía
referencia a la necesidad de incrementar el uso del español en estos
ámbitos en que predominan otras lenguas como el inglés, el francés y
el alemán (El uso del español en los organismos internacionales:

< http://congresodelalengua.es/cartagena/ponencias/seccion_2>)
37
José Luis García Delgado dirige el proyecto «El valor económico del
español. Una empresa multinacional».
54 Amparo Ricós Vidal

Ángel López García (2006-2007, 2007) analiza estas ideas


y muestra que los datos anteriores han de mirarse desde otra
perspectiva. Distingue este autor tres categorías conceptuales:
la hispanidad, que incluye la veintena de países en los que el
español es lengua materna que manifiesta la entidad étnica y
cultural de sus habitantes; la hispanofonía, con que se refiere
a los países en los que el español no es la lengua materna de la
mayor parte de los habitantes pero se mueven en español con
cierta fluidez, esto es, lo entienden y lo usan, pero «no piensan
el mundo en español». Se trata de lugares donde el español
goza de cierto prestigio institucional (zonas de Estados Uni-
dos); antiguas colonias españolas, como Guinea Ecuatorial,
donde el español funciona como una lengua de intercambio
entre hablantes de distintas lenguas africanas, o en Filipinas,
aún hoy lengua materna de parte de sus habitantes, aunque
en forma de criollo; o en países que se incluyen en la órbita
política y comercial de España (Andorra); por último, la his-
panoproclividad se refiere a los países en los que el español
no es lengua materna ni fue lengua colonial, pero en los que
se está aprendiendo como segunda lengua debido a motivos
prácticos, como puede ser Brasil tras la integración comercial
y cultural en los países del Cono Sur (Mercosur). Según este
autor, si se compara la situación del español con la de otras len-
guas europeas internacionales, resulta evidente que la hispani-
dad es más fuerte en español, pero no la hispanofonía (frente a
la francofonía o la anglofonía). Sin embargo, hay una tendencia
clara hacia el avance del español como segunda lengua (hispa-
noproclividad), que empieza a ser negativa para el inglés o el
francés, por lo que las tendencias favorables a nuestro idioma
pueden hacer que se extienda en los próximos años.
Los datos aportados recientemente por López Morales
(2011:59), en particular para el español en los Estados Uni-
dos, auguran un buen futuro para nuestra lengua. Acabamos
el capítulo reproduciendo sus palabras:
El español es hoy la cuarta lengua más hablada del planeta, pues la utili-
za el 5,7% de la población mundial. La situación va en aumento pues las pro-
El español: origen y situación actual 55

yecciones hechas por la Británica World Data (Chicago) para 2030 nos dicen
que seremos el 7,5% de los hablantes de todo el mundo (un total de 535
millones), muy por encima del ruso (2,2%), del francés (1,4%) y del alemán
(1,2%), lo que indica que para entonces solo el chino superará al español
como grupo de hablantes de lengua materna. Si no cambian los rumbos, es
muy posible que dentro de tres o cuatro generaciones el 10% de la población
mundial se entienda en español. ¡Esperemos que así sea!
Capítulo 2
LA UNIDAD DE LA LENGUA EN LA
PLURALIDAD DE NORMAS1

Milagros Aleza Izquierdo


Universitat de València

1. Del desvío a la norma


A lo largo del desarrollo de una lengua, los hablantes hacen
uso de estructuras gramaticales y realizaciones fonéticas que
se desvían de los esquemas normativos de la lengua. En oca-
siones estas anomalías se consolidan en el habla de los niveles
socioculturales medio y alto, hasta el extremo de desarrollar-
se en el lenguaje escrito y adquirir más o menos prestigio.
En este sentido, la difusión de estos fenómenos en los me-
dios de comunicación resulta relevante para su consagración.
Garrido (1997: 41) señala que los periodistas son, sin saberlo,
portavoces de las novedades lingüísticas que van desarrollán-
dose en una comunidad, novedades como el infinitivo «colga-
do», el condicional de rumor, la coordinación de participios
con un solo auxiliar (en los tiempos compuestos con haber),
el imperfecto de subjuntivo prometiera en lugar del pluscuam-
perfecto de indicativo…
Cuando estas desviaciones (objeto de estudio de gramáti-
cos y lingüistas) son aceptadas como válidas, entran a formar
parte de las normas gramaticales y fonéticas de la lengua es-
tándar que se usa como modelo de realización culta y buen
uso de la lengua. Así ha ocurrido con fenómenos como el yeís-

1
Este capítulo es el resultado de la actualización del texto correspon-
diente al capítulo 1 de Aleza (coord.ª) et alii (2006: 27-45), publicación
anterior a la Nueva gramática de la lengua española (ngle), 2009.
58 Milagros Aleza Izquierdo

mo, el seseo, la combinación de dos preposiciones a y por con


verbos de movimiento (voy a por pan / voy por pan), el leísmo
académico (le con referencia de persona masculino singular:
A él le/lo veo todos los días), el leísmo de cortesía, y un largo
etcétera.
Las obras académicas Diccionario panhispánico de dudas
(dpd), publicado en 2005, y Nueva gramática de la lengua es-
pañola (ngle), recientemente aparecida (cuyos contenidos es-
tán avalados por el acuerdo unánime y la autoría conjunta
de las veintidós Academias de la Lengua Española), vienen a
despejar muchas de las dudas más candentes, y contribuyen
a conocer mejor la norma entendida como «el conjunto de
preferencias lingüísticas vigentes en una comunidad de ha-
blantes, adoptadas por consenso implícito entre sus miem-
bros y convertidas en modelos de buen uso», con la finali-
dad de asegurar la existencia de un código compartido que
pueda preservar la eficacia de la lengua como instrumento
de comunicación (dpd: xiii). Ahora bien, esos modelos son la
manifestación de una norma policéntrica, plural, ya que la va-
loración social de algunas construcciones puede ser distinta
según zonas o áreas: lo que para una zona puede ser ejemplar
puedo no serlo en otros lugares, por lo que tan necesario es
señalar las opciones mayoritarias o generales, como las parti-
culares que proceden de una variante del español americano
o europeo: «Cuando estas opciones resultan comunes, y hasta
ejemplares, en áreas lingüísticas específicas, deben ser descri-
tas como tales» (ngle: vol. 1, prólogo, xlii). En este sentido, el
dpd se pronuncia más directamente sobre la norma, mientras
que la ngle se centra más en los factores pertinentes en la
descripción de la lengua, por lo que en esta segunda obra se
abordan muchas más cuestiones, desde una óptica más am-
plia. Por otra parte, el símbolo tipográfico de inaceptabilidad
que usa el diccionario no está presente en la gramática: ha
sido sustituido por juicios normativos diversos que matizan
mucho más las apreciaciones. En el prólogo de la Gramática
se declara que son muy escasas las construcciones en cuya va-
La unidad de la lengua en la pluralidad de normas 59

loración normativa se percibe alguna diferencia al comparar


esta con el dpd, pero son numerosas las que se estudian en la
Gramática de forma pormenorizada (xliii).
Atentas a los usos divergentes, ambas obras académicas
distinguen entre los que pertenecen al español estándar (len-
gua general culta) y los marcados geográfica o sociocultural-
mente. Reproducimos lo que se entiende por español estándar
en el (dpd: xiv), como base común (supranacional) homogénea
en el ámbito hispánico, por encima de las variaciones:
Es por ello la expresión culta formal la que constituye el español están-
dar: la lengua que todos empleamos, o aspiramos a emplear, cuando senti-
mos la necesidad de expresarnos con corrección; la lengua que se enseña
en las escuelas; la que, con mayor o menor acierto, utilizamos al hablar en
público o emplean los medios de comunicación; la lengua de los ensayos y
de los libros científicos y técnicos. Es, en definitiva, la que configura la nor-
ma, el código compartido que hace posible que hispanohablantes de muy
distintas procedencias se entiendan sin dificultad y se reconozcan miembros
de una misma comunidad lingüística.

Ambas obras, teniendo muy presente la realidad del cam-


bio lingüístico en todos los niveles, fundamentan sus juicios y
valoraciones en los resultados presentes en el español actual.
Con la ayuda de sus recursos técnicos (especialmente, su gran
banco de datos del español, integrado por textos de todas las
épocas y de todas las áreas lingüísticas del ámbito hispánico),
han podido analizar la pervivencia y extensión real de los usos
comentados y ofrecer, por tanto, soluciones y recomendacio-
nes fundadas en la realidad lingüística vigente. En el prólogo
de la ngle, se hace explícito que las recomendaciones sirven
tanto para conocer de forma objetiva las variables, teniendo
siempre en cuenta los tipos de discurso y los niveles de lengua
en los que se desarrollan, como para llamar la atención de los
hablantes sobre la lengua que usan y deben cuidar (ngle: vol.
1, xliii).
Que la lengua es un instrumento en continuo cambio se
observa claramente en los trabajos diacrónicos y en las gra-
máticas y estudios descriptivos. Si los primeros desglosan la
60 Milagros Aleza Izquierdo

evolución del sistema y su reflejo en la norma, a lo largo de


las etapas cronológicas del español, las obras descriptivas nos
informan de toda la realidad lingüística viva y del alcance de
muchas de las «desviaciones». Como resultado de la labor
descriptiva, se señalan los problemas más candentes que hay
que analizar y valorar, debido al desarrollo de las variedades
diatópicas (geográficas), diafásicas (registros del lenguaje:
formal, informal-coloquial…) y diastráticas (relacionadas con
la edad, sexo y nivel sociocultural).
Por ejemplo, sabemos que la concordancia del verbo ha-
ber impersonal con su complemento directo (*Habían mu-
chos alumnos en clase) es una alteración que producen los
hablantes de todos los niveles socioculturales de muchos paí-
ses de América latina y zonas de la geografía española (como
la zona mediterránea española). A pesar de su propagación,
sigue siendo censurada. Ese uso alcanza una geografía in-
mensa, como en su tiempo ocurrió con otros fenómenos que
hoy en día son considerados correctos, como el yeísmo, que
actualmente es un hecho normativo en la pronunciación de
los hispanohablantes de la mayoría de la geografía española y
de muchas zonas de América2.
El contacto entre el español y otras lenguas ha ocasionado
alteraciones. Algunas han alcanzado el habla de los monolin-
gües de español, como, por ejemplo, diversas construcciones
existentes en el español de América en zonas andinas y en
Paraguay, que gozan de más o menos aceptación entre los es-
pecialistas; otras, en cambio, son rechazadas como resultado
de un mal aprendizaje del español, y, por tanto, se asocian a la
falta de formación. Hay modos de expresión claramente des-

2
El yeísmo ha resultado ser un fenómeno generalmente urbano, ya que
en la actualidad la distinción entre los fonemas /λ/~/y/ solo sobrevive en
ciertos puntos rurales y en comunidades bilingües (como la zona de la
Comunidad Valenciana, o las zonas andinas y guaraníticas, por ejem-
plo, donde se produce la convivencia del castellano con otras lenguas).
La unidad de la lengua en la pluralidad de normas 61

prestigiados por considerarse propios del habla de personas


de escasa instrucción.
Así pues, es muy común entre hablantes bilingües espa-
ñol-quechua la falta de artículo: *Domingos no nos vemos. El
seseo de hablantes bilingües valencianos, catalanes, mallor-
quines, vascos y gallegos también es fruto de la interferencia.
En catalán se suele escribir -m ante la consonante -f: amfibi,
circumferència…, por tanto, es fácil que los bilingües vacilen
en el uso de la consonante y escriban *amfibio o *circumfe-
rencia, produciendo un error, ya que -n sería lo correcto (Gó-
mez Torrego, 2000b: 109), etc.

2. La lengua y sus variedades


Por otra parte, el sistema permite opciones que se usan
según estilos o situaciones pragmáticas (variantes diafásicas),
que tampoco hay que confundir con los errores. Estas varian-
tes pueden depender del modo de expresión (oral o escrito) y
de la situación comunicativa (formal o informal). Como seña-
la Garrido Medina (1997: 211-212):
En cada decisión de construcción de discurso, el hablante cuenta con
opciones, de léxico, de tratamiento, de sintaxis. Son los materiales de estilo,
la diferencia entre el tuteo y el tratamiento de usted, entre decir fallecer, mo-
rirse o palmarla, etc., entre preguntar con una interrogativa neutra en cuanto
a la información en cuestión (¿Ha venido Juan?) o con una que suponga
cierta información adicional al respecto (Juan ha venido, ¿no? o Juan no
ha venido, ¿verdad?), como hemos visto [...]. El estilo existe porque hay las
opciones, porque es inevitable decidir.

Estas variables se cruzan con las derivadas del nivel socio-


cultural de los hablantes y su origen geográfico. En palabras
de Briz (1996: 17):
Es obvio que el español coloquial de un andaluz presenta diferencias
fónicas en relación al de un valenciano y el de un hablante de nivel sociocul-
tural alto respecto al de otro de estrato bajo.
62 Milagros Aleza Izquierdo

Consecuentemente, el Diccionario panhispánico de dudas y


la Nueva gramática de la lengua española tienen en cuenta las
variaciones determinadas por el modo de expresión, la situa-
ción comunicativa y el nivel sociocultural de los hablantes. De
hecho, se indica el tipo o nivel de lengua al que pertenecen los
usos comentados, utilizando para ello distintas «etiquetas»
(dpd: xvi): lengua escrita, frente a lengua oral; lengua literaria,
frente a lengua o habla corriente (empleada en la expresión
común u ordinaria); lengua o habla formal o esmerada (ca-
racterística de usos oficiales o protocolarios y de situaciones
en las que el hablante debe expresarse con especial correc-
ción), frente a lengua o habla informal, coloquial o familiar
(específica de la expresión espontánea y de situaciones en las
que existe confianza o familiaridad entre los interlocutores);
lengua o habla culta (propia de los hablantes cultos), frente a
lengua o habla popular o vulgar (empleada por las personas de
bajo nivel cultural, y, por consiguiente, con un deficiente co-
nocimiento de las normas lingüísticas); y lengua o habla rural
(característica de los habitantes de las áreas rurales).
Al ser la norma lingüística plural, presenta varias opciones
debido a la propagación y desarrollo de la lengua en zonas
geográficas distintas. En este caso, estamos ante variantes
distintas de un mismo fenómeno, y no ante errores gramati-
cales. El desvío de la norma que constituye una alteración no
aceptada nada tiene que ver con la existencia de otras formas
de hablar correctamente el español: las variantes diatópicas
normativamente válidas según países.

3. Variedad de normas
Como hemos señalado, la lengua española, en su amplia
arquitectura, abarca distintas posibilidades de manifestar un
hecho lingüístico, igualmente legítimas. Los hablantes, según
su geografía, optarán por una forma u otra, por lo que debe-
La unidad de la lengua en la pluralidad de normas 63

remos tener en cuenta la variedad diatópica, geográfica, para


poder así discernir con precisión la variación del desvío no
aceptado. Como decía Coseriu (1990: 53):
El «hablar español» no realiza un solo modo de hablar, sino varios [...];
lo que hay que considerar es el valor actual de esos usos en los hablares a
que corresponden. Así, el voseo argentino es, ciertamente, la forma general y
normal de «tuteo» del argentino coloquial y, como tal, es marca de «argenti-
nidad» y de familiaridad argentina, también en el nivel de la norma culta.

La norma, entendida como conjunto de reglas, no se pue-


de establecer por imposición, sino que ha de ajustarse a «los
principios de generalización y aceptabilidad social» (Hernán-
dez, 2006: 33), y se ha de basar tanto en el español europeo
como en la lengua española desarrollada en el continente
americano (lo que requiere que la mirada sea panhispánica y
no específica de un solo modelo).
Precisamente, el concepto de pluralidad de normas en
español (normas entendidas como modelos de hablar culta-
mente el español) está muy presente en la actualidad. Por esta
razón, el dpd (xvi) y la ngle contemplan las divergencias entre
normas europeas y normas americanas, o entre la norma de
un determinado país o conjunto de países y la que rige en el
resto del ámbito hispánico; considerando en pie de igualdad y
plenamente legítimos los diferentes usos regionales, a condi-
ción de que estén generalizados entre los hablantes cultos de
su área y no supongan una ruptura del sistema de la lengua
que ponga en riesgo su unidad3.
En los juicios y recomendaciones sobre los fenómenos ana-
lizados en estas dos obras, se utilizan los criterios de vigencia,

3
Como excepción, se desaconsejan los particularismos dialectales que
pueden impedir la comprensión mutua, concretamente algunos casos
en que una estructura lingüística adquiere en un área concreta un valor
o significado diferente, e incluso opuesto, al que tiene en el español
general.
64 Milagros Aleza Izquierdo

de extensión y de frecuencia en el uso general culto4. Debido


a la naturaleza relativa y cambiante de la norma, se trata de
evitar, en la medida de lo posible, el uso de los calificativos
correcto o incorrecto, que tienden a ser interpretados de forma
categórica, aunque en algunas ocasiones sí se utilizan. Ge-
neralmente, se emplean expresiones matizadas como Se des-
aconseja por desusado...; No es normal hoy y debe evitarse...;
No es propio del habla culta...; Esta es la forma mayoritaria y
preferible, aunque también se usa..., etc. (dpd: xv):
Los juicios normativos admiten, pues, una amplia gradación, que va des-
de la censura de lo claramente incorrecto por ser fruto del error, del descuido
o del desconocimiento de las normas gramaticales, hasta la recomendación
de lo que es simplemente preferible por estar de acuerdo con el uso mayo-
ritario de los hablantes cultos de hoy, preferencia que pueden mantener, o
variar, los hablantes cultos de mañana (dpd: xv).

En definitiva, la labor desarrollada en estas dos obras aca-


démicas está subrayando que por encima de las diferencias
nacionales o regionales existe, con mucha vitalidad, un espa-
ñol estandarizado y supranacional, resultado de la convergen-
cia lingüística panhispánica, que vincula a toda la geografía
hispanohablante5.
Este es el español que sirve de instrumento de comunica-
ción común y válido para todos los usuarios de la lengua espa-
ñola, independientemente de la geografía y de las distancias
entre los hablantes6:
Y es precisamente en esta homogeneidad donde radica la trascendencia
de esta lengua para los intercambios internacionales, así como su extraordi-

4
Al respecto, véase el trabajo de Gómez Torrego, 2009a, en el que se
analizan los criterios que se han empleado actualmente en las obras
académicas para la fijación de la norma.
5
Sobre la contribución de las variedades americanas a la proyección in-
ternacional de la lengua española, véase Bravo, 2008a.
6
Para las denominaciones de español panhispánico, español general,
español global, español internacional o español neutro, véase Bravo
(2008b: 27-30).
La unidad de la lengua en la pluralidad de normas 65

nario rendimiento en los medios de comunicación de masas (Bravo, 2008b:


16).

Para el conocimiento de este lenguaje común, es nece-


sario tener presente el español en su variedad; es preciso,
pues, mantener esta perspectiva panhispánica, en la que se
siga atendiendo a la pluralidad en la unidad, tal como nos
lo muestran las dos obras académicas. Consecuentemente, la
denominación panhispánico, -a adquiere una relevancia espe-
cial en la lengua del presente y del futuro:
El español del futuro es, sin duda, panhispánico; es el que favorece la
unidad y cohesión de la lengua y garantizará su vitalidad a través del uso
social y mediático (Bravo 2008b: 88-89).

4. Algunos fenómenos diatópicos destacados


Son considerables los fenómenos que formarían parte de
una norma plural (como ya, en su momento, lo expuso Lope
Blanch, 1991). Señalamos algunos de relevancia considera-
ble, tanto desde el punto de vista histórico como de su amplia
extensión geográfica:

4.1. Nivel oral


4.1.1. Seseo y ceceo
En el plano oral y no escrito, es un hecho de raigambre
histórica la no distinción entre los sonidos /s/ y /θ/, que ha
dado lugar al seseo y al ceceo, fenómenos neutralizadores,
que conviven con la distinción entre ambos fonemas o soni-
dos, desde el siglo xv, como realizaciones ya consolidadas. El
Diccionario panhispánico de dudas (dpd: 598) describe el seseo
en los términos siguientes: «Consiste en pronunciar las letras
c (ante e, i) y z con el sonido que corresponde a la letra s».
66 Milagros Aleza Izquierdo

Existen dos tipos de seseo: el que procede de un reajuste


fonológico en la norma meridional española, desarrollado ya
en el siglo xv y trasladado a América, y el que surge del con-
tacto del español con otras lenguas, como ocurre en hablantes
de Cataluña, Baleares, Valencia, País Vasco y zonas rurales
de Galicia, cuando hablan castellano. De los dos, solamente
el primero tiene prestigio y está considerado normativo: «El
seseo meridional español (andaluz y canario) y el hispano-
americano gozan de total aceptación en la norma culta» (dpd:
598).
Si bien el seseo ha sido el resultado (de la no oposición en-
tre sibilante e interdental) más desarrollado, por el contrario,
el ceceo se ha visto más reducido geográficamente: zonas del
sur de España y puntos aislados de América. No ha gozado del
prestigio del seseo, incluso entre los mismos hablantes que lo
practican. No obstante, hay que tener en cuenta que ambas
opciones (seseo y ceceo) forman parte del mismo fenómeno
lingüístico, constituyen las dos caras de la misma moneda:
En este ámbito, la fonología del español ofrece dos soluciones: mantener
la distinción fonemática entre una /s/ alveolar y una /θ/ interdental (como se
hace en el español castellano) o incluir un solo elemento, vinculado al orden
de las dentales, bien sea de timbre ciceante (el ceceo […], como en Andalu-
cía rural, principalmente occidental), bien sea de timbre siseante (como el
seseo de la Andalucía urbana, del sur de Córdoba, de las islas Canarias y, en
términos generales, de América) (Moreno Fernández, 2004: 976).

4.1.2. Yeísmo
También en el plano oral, el yeísmo (no distinción entre la
palatal central y la lateral) se ha ido consolidando. Desde hace
siglos, en el ámbito fonético conviven la oposición entre pala-
tales y su neutralización yeísta. El dpd (682) lo describe así:
Consiste en pronunciar como /y/, en sus distintas variedades regiona-
les, el dígrafo ll [...] [kabáyo] por caballo, [yéno] por lleno. El yeísmo está
extendido en amplias zonas de España y de América y, aunque quedan aún
lugares en que pervive la distinción en la pronunciación de ll e y, es prácti-
camente general entre los jóvenes, incluso entre los de regiones tradicional-
La unidad de la lengua en la pluralidad de normas 67

mente distinguidoras. Su presencia en amplias zonas, así como su creciente


expansión, hacen del yeísmo un fenómeno aceptado en la norma culta.

Se registra su existencia desde el siglo xv. Ejemplos encon-


trados en documentos de este siglo muestran su presencia en
zonas de Castilla, Aragón, Toledo y Andalucía, por lo que lo
convierten en un fenómeno de origen bajomedieval, como el
anterior (Penny, 2004: 607)7.

4.2. Niveles oral y escrito


En los dos niveles, oral y escrito, se señalan los siguientes
fenómenos:

4.2.1. Formas de tratamiento en la segunda persona


a) El voseo. Entre las posibilidades que presentan (en el
mundo hispánico) las formas de tratamiento, se destaca el vo-
seo dialectal americano, que consiste en el empleo de formas
pronominales (voseo pronominal) o/y verbales (voseo verbal)
específicas para dirigirse a la segunda persona del singular,
como formas de acercamiento y familiaridad. En el voseo
pronominal, la forma que lo caracteriza es el pronombre vos,
que se usa en los contextos de los pronombres tú y ti de las zo-
nas tuteantes: vos amás, me acuerdo de vos, detrás de vos, sin
vos... El voseo verbal presenta desinencias tónicas propias,
generalmente coincidentes con las de la segunda persona del
plural o derivados: vos amás, vos comés, vos sentís; aunque
también existen formas diptongadas. Las variantes posibles
dependen de zonas, países y factores sociales.

7
Para los tipos de yeísmo que existen en la actualidad, véase la síntesis
que hace Moreno Fernández (2004: 984-990) de sus variantes: yeísmo
con fosilizaciones morfemáticas o con variación, yeísmo, y yeísmo con
soluciones rehilantes.
68 Milagros Aleza Izquierdo

El voseo que se ha denominado tradicionalmente proto-


típico es el voseo pronominal y verbal a la vez, aunque en la
realidad la situación es mucho más compleja, porque puede
ocurrir que solamente se produzca uno de ellos (pronominal
o verbal). De este modo, en América se encuentran modalida-
des con ambos voseos, variedades de voseo exclusivamente
pronominal o únicamente verbal, junto a modalidades plena-
mente tuteantes (dpd: 673, § 2.2).
b) Formas de tratamiento en la segunda persona del plu-
ral. Si la mayor parte de España utiliza dos formas para la
segunda persona del plural: vosotros y ustedes (la primera es
la forma de tratamiento informal, familiar o de solidaridad; y
la segunda, propia del registro formal y cortés), en Andalucía
occidental, Canarias y América, la forma ustedes es la única
forma de tratamiento para el plural. De modo que el esquema
de las formas de segunda persona sería el siguiente:
ESPAÑA:
Informal: tú (sg.), vosotros/ustedes (pl.).
Formal: usted (sg.), ustedes (pl.).

AMÉRICA:
Informal: tú/vos (sg.), ustedes (pl.).
Formal: usted (sg.), ustedes (pl.).

Como vemos, en un gran amplio espectro del ámbito his-


pánico la forma vosotros no existe:
en el uso más generalizado, usted implica cierto distanciamiento, corte-
sía y formalidad [...]. El mismo valor presenta la forma plural ustedes, frente
a vosotros (∅ vosotros), en la mayor parte de España [...]. En cambio, en
todo el territorio americano y, dentro de España, en Andalucía occidental y
Canarias, ustedes es la única forma empleada para referirse a varios interlo-
cutores, tanto en el tratamiento formal como en el informal… (dpd: 659).

c) Usted como forma de confianza. Es importante que nos


detengamos en la primera línea del texto del Diccionario, en la
que se indica que usted (que en su uso más generalizado im-
plica distanciamiento) en algunas zonas de América (como,
por ejemplo, en las centroamericanas, entre otras) se emplea
La unidad de la lengua en la pluralidad de normas 69

también como forma de familiaridad y confianza. Estos valo-


res se recogen igualmente en la Nueva gramática de la lengua
española (véase vol. 1, 1256, § 16.15t y 16.15u). Por lo que el
esquema en América se amplía en cuanto a sus formas:
AMÉRICA:
Informal: tú/vos/usted (sg.), ustedes (pl.).
Formal: usted (sg.), ustedes (pl.).

4.2.2. Diferencias en el régimen verbal y en el uso de preposicio-


nes
Algunos verbos presentan comportamientos sintácticos di-
ferentes, según zonas, sin que el significado se vea afectado,
como los que hemos seleccionado a modo de ejemplos. La
información siguiente está extraída del dpd, con algunas mati-
zaciones de la ngle (se indica en cada caso):
a) En zonas de América se da el empleo antiguo no pronominal del ver-
bo acordar, es decir, el empleo intransitivo no pronominal con el sentido de
‘caer en la cuenta, darse cuenta’: Cuando acordé, era ya muy tarde.
b) El verbo adherir(se), como no pronominal, es frecuente en Colombia
y países del Cono Sur: Yo adhiero a su idea de crear una organización mun-
dial.
c) El verbo afrentar(se), en algunos lugares de América, especialmente en
México, existe con el sentido de ‘avergonzarse’, y, en este caso, es seguido de
un complemento con la preposición de: ¿Te afrentas de tus raíces?
d) Agradecer, en América, con frecuencia se emplea como intransitivo,
seguido de un complemento con la preposición por: Le agradezco por la ayu-
da (Le agradezco su ayuda).
e) El verbo chocar(se) es transitivo en muchas zonas de América, y no
lleva, por tanto, la preposición contra: El carro chocó la camioneta.
f) El verbo clasificar(se) se usa como intransitivo no pronominal en mu-
chos países de América: Queremos clasificar en el próximo partido
g) Confrontar (se). En gran parte de América, con el sentido de ‘enfren-
tarse o hacer frente a alguien o algo’, es frecuente que se use como transitivo:
confrontar una situación complicada
h) En América el verbo desaparecer suele emplearse, con sentido cau-
sativo, en forma transitiva (‘hacer que algo o alguien desaparezca’): Lo des-
aparecieron.
i) Desistir(se). Si bien en el español general es intransitivo (disentir de
algo), en algunos países como Chile o México se puede emplear también
como pronominal: Se desiste de hacer declaraciones.
70 Milagros Aleza Izquierdo

j) En Perú, Ecuador y países del Río de la Plata, el verbo fugar(se) es


normalmente no pronominal: Fugó inmediatamente.
k) Jubilar(se) en Chile se usa igualmente en su forma no pronominal:
Jubiló este año (véase también ngle: vol. 2, 3110, § 41.14k).
l) En el español coloquial de los países antillanos y de Venezuela,
obstinar(se) se emplea como transitivo, con sentido de ‘hastiar’: ¿No te obs-
tina tanto mal?
m) Pelear(se). En España se prefiere la forma pronominal. En América se
usa como transitivo: Pelearon cada voto.
n) Resentir(se) se usa en América como transitivo: Resentía (‘sufría’, ‘sen-
tía las consecuencias de’) la indiferencia de sus compañeros.
o) El verbo robar, en América, se usa de forma pronominal: Se robó un
caballo.
p) Soñarse con: En el español coloquial americano y en ciertas áreas
dialectales del oeste español, soñar se registra también como pronominal
y acompañado de la preposición con: Yo me sueño con los goles que voy a
meter (dpd, 612).
q) En América perdura el empleo pronominal, que tenía el español me-
dieval y clásico, del verbo tardar(se): Me tardo en llegar.

En definitiva, es destacable la tendencia en todas las varie-


dades americanas a hacer pronominales muchos verbos que
en el español europeo no lo son: enfermarse, tardarse, desayu-
narse, amanecerse, etc.8. Sin embargo, en zonas noroccidenta-
les españolas aparecen como no pronominales verbos que en
español general lo son: El jarrón rompió; Ponemos la chaqueta
y marchamos ya... (ngle: vol. 2, 3110, § 41.14j).
A continuación exponemos un listado de formas verbales
que presentan diferencias geográficas (incluidas las anterio-
res) que son de interés gramatical:
abocar(se) (dpd: 7)
acordar(se) (dpd: 15)
acusar (dpd: 19, ngle: vol. 2, 2736, § 36.4s)
adherir(se) (dpd: 20)
advertir y avisar (dpd: 25 y 78, respectivamente. ngle: vol. 2, 3250-3252,
§ 43.6j y ss.)
afrentar(se) (dpd: 28)
agradecer (dpd: 29, ngle: vol. 2, 2727, § 36.3h)

8
Véanse los trabajos de Hidalgo, especialmente el de 1995.
La unidad de la lengua en la pluralidad de normas 71

aguardar (dpd: 32)


anexar(se) (dpd: 49)
aparecer(se) (dpd: 53)
aprovechar(se) (dpd: 60)
arraigar(se) (dpd: 63)
atender (dpd: 71)
casar(se) (dpd: 123; ngle: vol. 2, 3110, § 41.14j)
chocar(se) (dpd: 134)
clasificar(se) (dpd: 139)
confrontar(se) (dpd: 169)
contactar(se) (dpd: 174; ngle, vol. 2, 2629, § 34.7m)
conversar (dpd: 180)
convidar (dpd: 180)
creer(se) (dpd: 186; ngle: vol. 2, 2710, § 35.8m)
dar(se) abasto (dpd: 5, abasto; ngle: vol. 2, 3110, § 41.14l)
desaparecer(se) (dpd: 217)
desistir(se) (dpd: 223)
disminuir(se) (dpd: 233)
emparentar(se) (dpd: 254)
enfermar(se) (dpd: 258)
enflaquecer(se) (dpd: 258)
engrosar(se) (dpd: 259)
enloquecer(se) (dpd: 260)
entrar (dpd: 263)
entrenar (ngle: vol. 2, 3110, § 41.14i)
errar (dpd: 266)
esperar (dpd: 272; ngle: vol. 2, 2728, § 36.3l y 34.7j)
estrenar (ngle: vol. 2, 3110, § 41.14i)
fugar(se) (dpd: 306)
heredar (dpd: 338)
inaugurar (ngle: vol. 2, 3109, § 41.14g)
indagar (dpd: 357, § 3 y 4)
informar(se) (dpd: 363, ngle: vol. 2, 2727, § 36.3i)
iniciar (ngle: vol. 2, 3109, § 41.14h)
invitar (dpd: 374; ngle: vol. 2, 2726, § 36.3g)
jubilar(se) (dpd: 382)
jugar(se) (dpd: 382)
luchar (ngle: vol. 2, 2629, § 34.7l)
mandar (dpd: 414)
obsequiar (dpd: 467)
obstinar(se) (dpd: 468)
pagar (ngle: vol. 2, 2728, § 36.3l)
pelear(se) (ngle: vol. 2, 2629, § 34.7l)
presentar (dpd: 520; ngle: vol. 2, 2733, § 36.4k)
quejarse (dpd: 549, ngle: vol. 2, 2733, § 36.4k)
72 Milagros Aleza Izquierdo

rayar(se) (dpd: 558)


recordar(se) (dpd: 562; ngle: vol. 2, 2725, § 36.3d)
regresar(se) (dpd: 566; ngle: vol. 2, 2623, § 34.6h)
resentir(se) (dpd: 572)
robar (ngle: vol. 2, 2710, § 35.8n)
simpatizar (dpd: 606)
soñar (dpd: 612)
tardar(se) (dpd: 628)

Por otra parte, las preposiciones que se asocian con deter-


minados verbos presentan también diferencias, resultado de
las preferencias en el uso europeo y americano, como en los
casos siguientes, a modo de ejemplos:
a) Acusar. En México y parte de Centroamérica, se utiliza también la
preposición con (en alternancia con la preposición de uso general ante) para
introducir la persona o institución a la que se denuncia el delito (ngle: vol. 2,
2736, § 36.4s): Lo acusó con la gente (ante la gente).
b) Dar pena puede aparecer tanto con la preposición por (de uso general)
como con la preposición con (sobre todo en áreas mexicanas, centroameri-
canas y caribeñas): Me dio pena con él (por Me dio pena de él) (ngle: vol. 2,
2735, § 36.4p).
c) Los verbos entrar, integrarse, ingresar, meterse y penetrar en América
suelen ir acompañados de la preposición a, en vez de la preposición en, usa-
da en España (ngle: vol. 2, 2733, § 36.4l)9.
d) Internarse (‘penetrar o avanzar hacia dentro de un lugar’): internarse
en/ por. A veces en América se emplea también la preposición a (ngle: vol. 2,
2759-2760, § 36.9a).
e) Participar (‘intervenir, junto con otros, en algo’): participar en. En Amé-
rica se registra también la preposición de: participar de algo (dpd: 488, § 2a).
f) Presentar (‘dar a conocer a alguien a otra persona’): El complemen-
to indirecto es introducido por la preposición a: Presenté mi novio a mis
amigos. En algunos países de América, especialmente en México, puede ser
introducido por la preposición con (dpd: 520; ngle: vol. 2, 2733, § 36.4k):
Presenté a Luis con mis amigos.
g) Quejarse (‘manifestar disconformidad o disgusto con algo o alguien’).
La persona ante la que se manifiesta la queja es introducida por las prepo-
siciones a o ante: Se quejó a los periodistas, se quejó ante los periodistas. Sin

9
En España es más conocido el uso del verbo entrar con la preposición
a que el resto de los verbos, ya que se documenta en textos antiguos y
ha perdurado en el habla de algunas zonas, entre ellas, Asturias, ambas
Castillas y Andalucía.
La unidad de la lengua en la pluralidad de normas 73

embargo, en algunas áreas hispanoamericanas (véase ngle: vol. 2, 2733, §


36.4k), se usa la preposición con: Se quejó con los periodistas.
h) Las preposiciones en/de alternan en Quedar en/de hacer algo. La prefe-
rencia por una u otra depende de países y zonas. La segunda, por ejemplo,
es frecuente en el área caribeña continental, incluso en registros formales
(ngle: vol. 2, 2734, § 36.4n).
i) Recomendar (‘hablar a una persona a favor de otra para que la ayude’).
El esquema que sigue este verbo es el siguiente: recomendar una persona
(CD) a alguien (CI). El segundo complemento se introduce siempre median-
te la preposición a, salvo en México, donde puede aparecer la preposición
con: Recomendé a mi hermano con mi jefe (dpd: 561, § 2; ngle: vol. 2, 2733,
§ 36.4k).

4.2.3. Oposición y neutralización entre el pretérito perfecto com-


puesto y el pretérito perfecto simple (indefinido): he canta-
do / canté
En muchas zonas y países de América (al igual que en
zonas dialectales de España), ha desaparecido la oposición
funcional entre ambas formas del pasado: he cantado ∼ canté
(persistencia actual de los hechos pretéritos ∼ anterioridad).
En estas zonas, bien el pretérito perfecto simple sustituye al
otro: ¿Desayunaste esta mañana?; bien, al contrario, la opo-
sición desaparece en beneficio del compuesto: El año pasado
han venido unos turistas. Pueden usarse, por tanto, con inde-
pendencia del valor temporal-aspectual de la acción. Véase
ngle: vol. 1, 1721-1722, § 23.7b, 23.7c y 23.7d.

4.2.4. Cuestiones de acentuación


La normativa ortográfica permite acentuar o no determi-
nadas sílabas o palabras (→ capítulo 4):
De forma excepcional, existen algunas palabras que pre-
sentan diversas posibilidades de acentuación prosódica; por
lo que pueden llevar el acento en sílabas distintas. Como con-
secuencia de ello, se crean distintas variantes gráficas, como
ocurre en chófer/chofer, video/vídeo; fútbol/futbol; fríjol/frijol;
74 Milagros Aleza Izquierdo

etc. La preferencia por una u otra variante puede depender de


zonas geográficas. La Ortografía de la lengua española, recien-
temente publicada, destaca que cada una de estas variantes
gráficas acentuales es el reflejo de una acentuación prosódica
distinta (ole, 2010: 229)10.
Hasta aquí una pequeña muestra que sirva de ejemplo de la
diversidad en la unidad, de cómo la variación diatópica (geo-
gráfica) pone en evidencia posibilidades igualmente válidas,
según zonas y países, teniendo en cuenta que «las variedades
regionales tienen su ámbito propio de uso, pero resultan anó-
malas fuera de sus límites» (dpd: xv). El hablante debe cono-
cer estas opciones para poder apreciar, en su medida, el rico
mosaico lingüístico de una lengua, el español, que se desarro-
lla en más de veinte países.

10
Sin embargo, como novedad ortográfica, se considera que una serie de
palabras monosilábicas que hasta ese momento podían escribirse tan-
to con tilde como sin tilde, independientemente de que se pronuncien
como diptongos o como hiatos (dependiendo del origen geográfico o
social del hablante, el esmero en la pronunciación, etc.), únicamente
pueden considerarse diptongos a efectos de acentuación, por lo que
deben escribirse siempre sin tilde. De esta forma, solamente pueden
tener una representación gráfica acentual (sin tilde) las formas verbales
crie, crio, criais, crieis (de criar); fie, fio, fiais, fieis (de fiar); frio, friais (de
freír); frui, fruis (de fruir), guie, guio, guiais, guieis (de guiar); hui, huis
(de huir); lie, lio, liais, lieis (de liar); pie, pio, piais, pieis (de piar); rio, riais
(de reír); los sustantivos guion, ion, muon, pion, prion, ruan y truhan;
y los nombres propios Ruan y Sion. Por tanto, la acentuación gráfica
de estas palabras deja de depender de la pronunciación: monosilábica
(predominante en amplias zonas de Hispanoamérica, especialmente en
México y en el área centroamericana) o bisilábica (Argentina, Ecuador,
Colombia y Venezuela, España), lo que supone un gran cambio si lo
comparamos con el texto del dpd: 636-641.
BLOQUE SEGUNDO:
GRAMÁTICA
Capítulo 3
PARTE PRIMERA
NORMAS, USOS GRAMATICALES Y
ERRORES FRECUENTES

Milagros Aleza Izquierdo


Universitat de València

0. Introducción
En este capítulo abordamos algunas cuestiones gramati-
cales que suelen presentar problemas de uso. No se pretende
una descripción gramatical detallada o exhaustiva de estos
fenómenos, tampoco la reflexión sobre problemas lingüísti-
cos complejos, sino la presentación de ciertos usos, alejados
del estándar gramatical, candentes en la lengua viva actual
—tanto en el registro oral como en el escrito—, con especial
atención al castellano de la Comunidad Valenciana.
Los ejemplos utilizados proceden, en su mayoría, de un
corpus de desviaciones y usos problemáticos frecuentes en
los medios de comunicación, especialmente de la Comunidad
Valenciana (que se elaboró hace unos años), para, a partir de
ellos, señalar las cuestiones gramaticales que están en la base
de estos fenómenos que suscitan dudas en los hablantes.
También hemos consultado el corpus de referencia del es-
pañol actual crea (a través de <http://www.rae.es>), los mate-
riales de conversaciones coloquiales (Briz y Val.Es.Co.) y las
grabaciones orales del habla de Valencia, niveles alto y medio1.

1
Gómez Molina y otros (nivel alto: Marta Albelda, Antonio Hidalgo, Sal-
vador Pons, Julia Sanmartín y Marcial Terrádez. Nivel medio: Marta
Albelda, Elisa Benavent y Marcial Terrádez).
78 Milagros Aleza Izquierdo

En estos dos últimos casos, reproducimos los textos tal como


aparecen en la transcripción de las grabaciones, con indica-
ción de su exacta procedencia: la marca coloq. se antepone a
los ejemplos de los primeros (conversaciones coloquiales), y la
marca oral encabeza los ejemplos de los segundos (grabaciones
orales: niveles alto y medio).
El corpus escrito de la prensa (cuyas fuentes se omiten)
nos ha servido de guía para establecer cuáles son los usos más
frecuentes en las páginas de la prensa escrita. Por otra parte,
los textos orales de las grabaciones hechas en Valencia nos
han proporcionado ejemplos de interés para completar la vi-
sión gramatical.
De este modo, nos hemos encontrado fenómenos relacio-
nados con la concordancia (que afectan al sujeto y al verbo,
al sustantivo y sus modificadores, a ciertos pronombres, a al-
gunos adverbios de lugar, al verbo impersonal haber, etc.), la
elección de pronombres personales de tercera persona, cier-
tos usos del gerundio y del infinitivo, los fenómenos de de-
queísmo y queísmo, usos del que relativo sin preposición, el
denominado que galicado, otros fenómenos como el quesuis-
mo, etc.
Toda esta información se completa con la normativa sobre
el uso de los pronombres clíticos y la formación del plural en
el nombre, extraídas del Diccionario panhispánico de dudas
(2005) y de la Nueva gramática de la lengua española (2009).
En este capítulo, las construcciones agramaticales, no co-
rrectas o no adecuadas a la norma culta se encabezan me-
diante un mismo signo (*), siguiendo la tradición lingüística.
Normas, usos gramaticales y errores frecuentes 79

1. Usos anómalos frecuentes


1.1. Concordancia
1.1.1. Sujetos incrementados y sujetos de varios elementos uni-
dos por conjunción copulativa
a) En ocasiones, entre el sujeto y el verbo se insertan cier-
tos complementos o explicaciones que matizan el significado
del sujeto (unidos por junto con, junto a, además de, así como,
con, como). Para estos casos, el dpd (162, § 4.2.) establecía
que si todo el conjunto se antepone al verbo, este puede ir
en singular o plural, indistintamente. Por su parte, la Nueva
gramática de la lengua española (ngle: 2567, § 33.7k) matiza
que, aunque ambas concordancias se producen, la variante en
plural se considera menos recomendable.
De esta forma, la primera de las concordancias (de los si-
guientes usos extraídos de la prensa), concordancia en singu-
lar, sería la más adecuada (empleo mayoritario):
Sg.:
• El cantante, junto a otros artistas como Ojos de Brujo, Fermín Mugu-
ruza o Amparanoia, colabora en A Bush no le va a gustar.
Pl.:
• Esta operación, junto a la adjudicación de (…), permiten a la petro-
lera…
• Esta obra, junto con el libro de hierro (…), están ahora en entredi-
cho.

Según hace constar el dpd, si el conjunto se pospone al ver-


bo, uno de los elementos antecede al verbo y el otro se sitúa
después de este, o el elemento que no lleva el nexo aparece
inmediatamente antes del verbo, el verbo ha de ir en singular
(los grupos preposicionales y adverbiales no forman segmen-
to sintáctico con el sujeto):
• *Colaboran el cantante, junto a otros artistas, en A Bush no le va a
gustar.
• *El cantante colaboran, junto a otros artistas, en A Bush no le va a
gustar.
80 Milagros Aleza Izquierdo

b) En el caso de un sujeto constituido por varios elementos


en singular unidos por una conjunción copulativa (dpd: 161,
§ 4.1), si estas se refieren a entidades distintas, el verbo debe
ir en plural: Suponiendo que Aznar (y Rajoy) estuviesen equi-
vocados.
Si se conciben como parcialidades de una misma unidad,
el verbo puede ir también en singular:
• La realización y coordinación está a cargo de…
• La comida y bebida corre a cuenta de...

La ngle señala que la variante en singular se suele producir


«cuando las dos ideas que se asocian se identifican en la con-
ciencia lingüística del hablante como si designaran una sola
entidad compleja» (vol. 2, 2568, § 33.7m). Por el contrario, el
uso del plural respondería a la consideración por parte del
hablante de que los elementos coordinados corresponden a
entidades diferentes:
• La realización y la coordinación están a cargo de…
• La comida y la bebida corren a cuenta de...

Por tanto, ambas opciones, que dependen de la perspectiva


que el hablante adopte, son válidas.
En los grupos nominales construidos sin determinante,
como en Le faltaba/faltaban tiempo y paciencia, ambas con-
cordancias son posibles. Ahora bien, en el caso de estructuras
con un solo determinante o sin determinación, la concordan-
cia en singular es lo normal cuando el sujeto se coloca des-
pués del verbo y los elementos coordinados son abstractos y
no contables: Le faltaba tiempo y motivación.
En cambio, si el sujeto es preverbal, es decir, se sitúa antes
del verbo, la concordancia en singular es extraña, como en
Oro y plata de alta pureza se obtiene.... Véase ngle: vol. 2, 2568:
§ 33.7n.
c) Si los elementos coordinados son gramaticalmente neu-
tros (infinitivos, oraciones sustantivas, pronombres neutros),
Normas, usos gramaticales y errores frecuentes 81

la concordancia que predomina es la del singular. Matiza la


Gramática la información del dpd: 161, § 4.1b y c (según la
cual la concordancia era únicamente en singular) de la si-
guiente manera:
Los predicados que denotan grupos o conjuntos (como los
que se construyen con mismo, igual, diferente, complementarse,
equivaler, etc.) admiten ambas concordancias: Lo uno y lo otro
viene/vienen a ser lo mismo. Ahora bien, en las oraciones no
copulativas se prefiere normalmente el plural: Lo uno y lo otro
se complementan; Lo mágico y lo real confluyen en este texto; Se
mezclan lo clásico y lo moderno... (ngle: vol. 2, 2571, § 37.7v).
En el caso de las oraciones subordinadas sustantivas en
función de sujeto, generalmente la concordancia se establece
en singular (Me gusta leer y escuchar música), con excepción
de algunos usos en plural, sobre todo en oraciones con infini-
tivos coordinados, en los que se documentan ambas concor-
dancias (ngle: vol. 2, 2572, § 33.7x): Beber buen vino y comer
marisco resultan/resulta igual de caro.

1.1.2. Nombre cuantificador de carácter partitivo


Según las normas y recomendaciones del dpd (163: § 4.8),
cuando el núcleo de un SN es un nombre cuantificador de
carácter partitivo (como por ejemplo: una parte de, un tipo de,
la mayoría de, la mitad de, la totalidad de, el resto de, un grupo
de, una docena de…), y este núcleo va complementado por un
sustantivo en plural (regido por la preposición de), es correcto
tanto concordar en singular como en plural. De este modo, el
siguiente ejemplo procedente de la prensa, sería adecuado a
la norma:
• Una docena de mujeres valencianas acuden cada día a las oficinas de
atención a víctimas de delito.

Como también lo sería con el verbo en singular concor-


dando con el núcleo y no con el complemento del nombre
colectivo:
82 Milagros Aleza Izquierdo

• El conseller señaló que la mayoría de los casos llegó a estos centros


remitidos desde los juzgados.

Según los datos de la ngle (2577, § 33.9), muestran la doble


concordancia las siguientes construcciones partitivas forma-
das por sustantivos que denotan conjuntos (aunque general-
mente sea el singular):
a) Grupos formados por sustantivos numerales fracciona-
rios (mitad, tercio, etc.).
b) Grupos formados por nombres que designan todos los
elementos del conjunto que se considera (el total, la totali-
dad).
c) Grupos que denotan porcentajes (el cuatro por ciento...).
d) Grupos con sustantivos numerales que admiten como
complemento un nombre plural (par, centenar, millar, mi-
llón...).

1.1.3. Nombre cuantificador pseudopartitivo


Para los grupos pseudopartitivos (formados por sustantivos
o grupos nominales no definidos: cuantificador + de + grupo
nominal en plural), se establece la posibilidad de la doble con-
cordancia (singular/plural) cuando desempeñan función de
sujeto (ngle: 2573, 33.8)2. Constituyen estos grupos elementos
que son sustantivos cuantificadores como los siguientes, entre
otros: infinidad de...; multitud de...; un centenar de...; un grupo
de...; una serie de...; un ejército...; una manada de...También es-
tán incluidos los grupos nominales clasificativos (o de clase):

2
La concordancia en singular obedece a que el sustantivo se interpre-
ta como colectivo (Un ejército de hormigas invadió la cocina). Sin em-
bargo, también puede ser considerado como nombre cuantificativo de
grupo, lo que favorece la concordancia ad sensum (por el sentido): Un
ejército de albañiles trabajaron día y noche. Véase 2574, § 33.8c.
Normas, usos gramaticales y errores frecuentes 83

clase, especie, gama, género, suerte, tipo, variedad... No obstan-


te, se establecen las siguientes restricciones:
a) Para las palabras infinidad y multitud, si van sin deter-
minante, se prefiere la concordancia en plural: Infinidad de
personas han afirmado que lo vieron aquel día; Multitud de per-
sonas han visto el fenómeno.
EL dpd (163: § 4.8) establece que el uso sin determinan-
tes de sustantivos cuantificadores requiere necesariamente la
concordancia en plural: «pues en realidad, forman con la pre-
posición de una locución que determina al sustantivo plural,
que es el verdadero núcleo del sujeto»: Infinidad de católicos
se concentraron en Valencia para recibir al Papa. Por el contra-
rio, se acepta la doble concordancia si a estas voces antecede
un/una: Una infinidad de católicos se concentró/concentraron...
(ngle: vol. 2, 2575, 33.8f).
b) Para los acotadores o parceladores (montón, puñado,
saco...) se prefiere la variante en singular: Un puñado de suge-
rencias es la causa de este cambio. ngle: vol. 2, 2576, § 33.8h.
c) Los grupos nominales clasificativos: clase, especie, gama,
género, suerte, tipo, variedad..., seguidos de complementos en
plural, admiten ambas concordancias, pero la concordancia
en plural se asocia al habla informal, aunque es plenamente
aceptable cuando antecede todo (ngle: vol. 2, 2576, § 33.8i):
Todo tipo de pensamientos le vienen a la cabeza.

1.1.4. Inmovilización del pronombre le(s)


El pronombre le(s), como pronombre átono con moción
de número, debe flexionarse en el mismo número que tenga
su referente, de modo que resulta incorrecta la no concordan-
cia que se produce entre ellos, muy frecuente en el ámbito
oral (aunque se documenta también en el escrito), sobre todo,
cuando ambos elementos están alejados el uno del otro o el
pronombre precede al grupo preposicional al que se refiere.
84 Milagros Aleza Izquierdo

Sirvan como ejemplos los siguientes, extraídos del corpus


oral del Español hablado en Valencia. Materiales para su estu-
dio (niveles alto y medio). Reproducimos los textos tal como
aparecen en la transcripción de las grabaciones. Hay que te-
ner en cuenta que se trata de grabaciones orales, por tanto,
pertenecen a un registro más espontáneo que el escrito:
Oral:
• *… no- no atienden a nada/ de lo que le dices/// (hablante de nivel me-
dio, castellanohablante y bilingüe pasivo).
• *… hay unos pasteles buenísimos que se hacen coon// uunn- con plan-
cha de bizcocho/ como si fueran brazo de gitano22/ pero en lugar de ponerle-
el brazo de gitano es dulce/ pero en lugar de ponerle algo de dulce dentro/ se
le puede poner por ejemplo ahumados/ se le puede poner fiambree/ (hablan-
te de nivel alto, castellanohablante y bilingüe pasivo).
• *… hay algunos temas en que sí que se le ve pues con claridad la
dirección que llevan (hablante de nivel alto, castellanohablante y bilingüe
pasivo).

Puesto que las referencias del pronombre están en plural,


la forma adecuada es les.
En definitiva, esta discordancia, muy extendida entre ha-
blantes de todos los niveles socioculturales, tanto en España
como en América, es normativamente desestimada, a pesar
de su frecuencia (dpd: 529, § 6). La ngle (vol. 2, 2664, § 35.2k)
aconseja que en los registros formales se mantenga la concor-
dancia3.

1.1.5. Pluralización del pronombre lo


Con frecuencia se oye en la lengua oral la pluralización
del pronombre átono de complemento directo lo (= los) con
referente singular, cuando forma parte de una oración con se,

3
En el caso de locuciones verbales con sentido figurado, Gómez Torrego
considera que no se pluraliza: Hay que darle fuerte a las matemáticas
(Gómez Torrego, 2006: 817).
Normas, usos gramaticales y errores frecuentes 85

en función de complemento indirecto. Se produce si el pro-


nombre se tiene una referencia plural. Dada la imposibilidad
de flexionar en plural dicha forma se, se aplica indebidamente
la flexión de número a la forma del complemento directo en
singular lo > los:
• Les comuniqué este problema inmediatamente > *Se los comuniqué
inmediatamente (se = a ellos, *los = este problema).
[Les comuniqué este problema inmediatamente > Se lo comuniqué in-
mediatamente]

La ngle (vol. 2, 2663, 35.2h) reconoce que se trata de un


fenómeno frecuente en la lengua oral y coloquial de amplias
zonas de América, así como del español canario. En algunas
se extiende a los registros cultos (México y zonas del Caribe y
de las áreas centroamericana, rioplatense y andina).

1.1.6. Adverbio de lugar seguido de posesivo


Está muy extendido el uso de un adverbio de lugar segui-
do de adjetivo posesivo: cerca nuestro, detrás suyo, delante
nuestro, encima suyo, enfrente tuyo (en menor medida con los
adverbios lejos y debajo)4, en sustitución de la fórmula nor-
mativa «adverbio, preposición y pronombre personal tónico»:
cerca de nosotros, detrás de él, delante de nosotros, encima de
él, enfrente de ti...
El Diccionario panhispánico de dudas acompaña los ejem-
plos con el signo⊗, que precede a las formas consideradas in-
correctas o desaconsejables, y a los ejemplos que ilustran usos
no aceptados en la norma culta. Aunque no hemos encontra-
do ejemplos de esta desviación en nuestros periódicos, sí es

4
Constituye una excepción alrededor, adverbio de origen nominal, que
admite tanto el posesivo pospuesto como antepuesto: Mira alrededor
tuyo; Mira a tu alrededor. También puede ir acompañada de un posesivo
la locución adverbial en torno (‘alrededor’: Miró en torno suyo).
86 Milagros Aleza Izquierdo

frecuente en casi todo el ámbito hispánico (se trata de un uso


en expansión):
• *«Partir demasiado pronto dejaría detrás nuestro un Estado fracasa-
do que se convertiría inevitablemente en un santuario para los terroristas»,
advirtió (ápud CREA).
[Partir demasiado pronto dejaría detrás de nosotros…]
• *-Oye, gafas, tío —me dice Angelita o Susi— ¿qué coño haces detrás
mío? ¿Es que eres madero, tío? (ápud CREA).
[… ¿qué coño haces detrás de mí?.. ]
• *Es posible que tenga tres, cinco novelas detrás suyo (ápud CREA).
[… cinco novelas detrás de él]

La ngle (vol. 1, 1360, § 18.4n y 18.4ñ) considera que esta


construcción es propia de la lengua coloquial, aunque se haya
ido extendiendo a otros registros (en diferente medida según
zonas hispanohablantes), y no es recomendable en el habla
culta, tanto con posesivo en masculino genérico, como con-
cordado: *detrás tuyo, *detrás tuya (referido a una mujer).

1.1.7. Errores de concordancia relacionados con la función ora-


cional
Son frecuentes errores en la interpretación de algunas fun-
ciones sintácticas, con la consiguiente confusión de estruc-
turas oracionales, lo que da pie a diversas anomalías en la
concordancia:
a) Con frecuencia se interpreta el sujeto como complemen-
to directo, por lo que no se hace concordar con el verbo, y la
construcción resulta incorrecta, como en los siguientes textos
de nuestro corpus:
Prensa:
• *«Pero a mí me interesa mucho las investigaciones evolutivas de los
peces y los mamíferos en el Oceanográfico», señala.
[… me interesan mucho las investigaciones evolutivas…]
Normas, usos gramaticales y errores frecuentes 87

Oral:
• *me da igual las dos cosas (hablante de nivel alto, castellanohablante
y bilingüe pasivo).
[me dan igual las dos cosas]

b) Verbo impersonal haber. En muchas zonas de América y


España se documenta como fenómeno general la concordan-
cia del verbo impersonal haber con el complemento directo,
que es interpretado por muchos hablantes como sujeto. Es-
tudios sobre el habla culta así lo han puesto en evidencia en
el ámbito hispánico. Por lo que respecta a la Comunidad Va-
lenciana, se observa que, efectivamente, esta desviación gra-
matical está muy arraigada en el habla de todos los estratos
socioculturales (Llorente Maldonado, 1980: 31; Blas, 1993:
53), como podemos constatar en estos ejemplos extraídos de
grabaciones orales. La forma más pluralizada es la de la ter-
cera persona había > *habían:
Coloq.:
• *…y además ee habían dos// dos↑ señores de esos que van… (conver-
saciones coloquiales, interlocutor de estrato alto).
• *…ahí habían- en Zamora habían unoss- unas laderas… (conversacio-
nes coloquiales, interlocutor de estrato bajo).

Oral:
• *… quizás también hayan problemass/ dentro de cada una de las fami-
lias (hablante de nivel medio, bilingüe activo castellano-valenciano).
• *… allí habían otros chalés (hablante de nivel superior, castellanoha-
blante y bilingüe pasivo).
• *… allí no habían parciales/ todo eran examen orales (hablante de
nivel superior, bilingüe activo castellano-valenciano).

La concordancia afecta igualmente al verbo auxiliar en las


construcciones perifrásticas con el verbo haber como auxilia-
do. En estos casos, el auxiliar ha de permanecer invariable,
ya que es el auxiliado (haber), verbo nuclear —impersonal, en
este caso—, el que rige sintácticamente un sujeto cero (Gó-
mez Torrego, 1992: 30-31), por lo que, en ejemplos como el
88 Milagros Aleza Izquierdo

siguiente, el verbo auxiliar (poder en el ejemplo) ha de ir en


singular y no en plural:
Oral:
• *… digamos de por sí/ que puedan también- puedan haber opiniones/
al respectoo también defendibles (hablante de nivel alto, castellanohablante
y bilingüe pasivo).

c) Pasiva refleja e impersonal refleja. Es frecuente no identi-


ficar el sujeto de una pasiva refleja o el complemento directo
de una impersonal refleja al confundir la construcción pasi-
va refleja (Se buscan personas preparadas físicamente para la
competición) con la impersonal refleja (Se premió a los me-
jores). Generalmente se utiliza la construcción impersonal
cuando el verbo transitivo lleva un complemento de persona
determinado introducido por la preposición a (Se premió a
los mejores). En cambio, se prefiere la pasiva refleja cuando el
verbo transitivo lleva un complemento de cosa (Se imprimen
fotos en color) o de persona no determinado (por tanto, no
ha de llevar la preposición, como en el ejemplo Se buscan per-
sonas preparadas físicamente...).
Algunos verbos como nombrar, elegir, seleccionar, contra-
tar, etc., admiten ambas estructuras con sujeto de persona
determinado: Se elegirán los alcaldes (el sujeto de la pasiva es
alcaldes, por eso el verbo va en plural) y Se elegirá a los alcaldes
(el complemento directo de la impersonal es alcaldes, el verbo
ha de ir en singular). Con frecuencia se cruzan ambas estruc-
turas y el complemento directo de la impersonal se confunde
con el sujeto de la pasiva refleja y se produce una falsa concor-
dancia: *Se elegirán a los alcaldes. Véase dpd (591, § 2).
Son dos formas, por tanto, muy similares en la forma y en
el sentido. La diferencias semánticas entre ambas son ape-
nas perceptibles. En palabras de la Gramática (vol. 2, 3098,
§ 41.12ñ), la oración impersonal «pone el énfasis en el sujeto
tácito, por tanto en la persona que realiza la acción o experi-
menta el proceso [...], mientras que la pasiva refleja corres-
pondiente focaliza el paciente».
Normas, usos gramaticales y errores frecuentes 89

Los límites entre estas oraciones son imprecisos cuando


ambos verbos son transitivos y el complemento directo de la
impersonal es de cosa (al igual que el sujeto de la pasiva). En
este caso, alternan ambas construcciones: Se firmará/firmarán
los acuerdos en los últimos días; En verano es cuando se suele/
suelen recoger los tomates (ngle: vol. 2, 3095, § 41.12e), siem-
pre que el verbo anteceda al sujeto de la pasiva o complemen-
to de la impersonal, como en el ejemplo anterior.
Se observa, pues, que el orden de los elementos condiciona
el tipo de estructura: la impersonal refleja con complemento
directo de cosa no acepta la anteposición de este elemento:
Varias habitaciones *se alquilaba; Los tomates se *suele cose-
char en verano; así como suele rechazar el complemento di-
recto definido (*Se vende los pisos), cuando parece admitir los
complementos sin artículo o determinante (Se vende pisos).
La Gramática aconseja que en caso de duda se recurra a la
pasiva refleja, ya que está sujeta a menos restricciones sintác-
ticas que la otra estructura: Se venden pisos.
Las diferencias se mantienen en las agrupaciones verba-
les, teniendo en cuenta que únicamente la pasiva refleja es
compatible con las perífrasis verbales: Fechas que no deben
olvidarse (ngle: vol. 2, 3091, § 41.11n). En la perífrasis verbal
hay siempre un verbo auxiliar y un auxiliado que funcionan
como un bloque verbal: No deben olvidarse estas cosas (sería
incorrecto con el verbo en singular: *No debe olvidarse estas
cosas)5. No hay que confundir estos auxiliares con verbos ple-

5
La concordancia se mantiene en complejos perifrásticos (Se pueden te-
ner opiniones contrarias, favorables o desfavorables sobre la estatización
de la banca), que no hay que confundir con una mera agrupación de
dos verbos en la que ambos son independientes semántica y funcio-
nalmente (No se intente construir teorías del aprendizaje). En el primer
caso estamos ante una perífrasis verbal: el verbo en forma personal es
el verbo auxiliar, y el infinitivo corresponde al verbo auxiliado. Ambos
funcionan como un solo verbo y exigen la concordancia con su sujeto.
En el segundo ejemplo, teorías del aprendizaje no se vincula al verbo
intentar, sino al verbo construir, del que es complemento directo, por
90 Milagros Aleza Izquierdo

nos en combinación con otros que actúan como complemen-


tos: Se desea obtener éxitos inmediatos (= Se desea esto).

1.2. Deber de + infinitivo y deber + infinitivo


Es muy frecuente la confusión entre deber de (que indica
probabilidad, hipótesis) con deber + infinitivo (que indica
obligación). Tradicionalmente las gramáticas han censurado
el error que supone el cruce de ambas.
El dpd (207, § 2b) contempla el uso de deber seguido de infi-
nitivo con sentido de probabilidad, hasta el punto de afirmar
que la lengua culta admite este uso sin preposición, lo que
supone un cambio en la valoración de esta estructura desde
el punto de vista normativo, por lo que los ejemplos con de-
ber sin preposición, con sentido de probabilidad, pasan a ser
considerados admisibles, a partir de la publicación del dpd.
Esta frecuencia la hemos detectado en nuestros periódicos y
en grabaciones orales:
• Por ello, todo hace creer que debió tratarse de un robo por encargo.
La banda debía haber acordado previamente con algún empresario, posible-
mente de Europa del Este, las piezas y el modelo de la maquinaria. (Con el
sentido de ‘es probable que…’)
• Como la puerta metálica de acceso a la nave estaba cerrada, debieron
colarse en su interior por el hueco de la cinta transportadora. (Con el senti-
do de ‘es probable que se colaran’.)
• Debe haber más motivos para justificar el rotundo y primer no presi-
dencial. (Con el sentido de ‘es probable que haya más motivos’.)

tanto no existe lazo de concordancia entre intentar y teorías del aprendi-


zaje: «En realidad, la concordancia está justificada sólo cuando el verbo
conjugado es auxiliar de una perífrasis, por lo que cabría aplicar las
pruebas de detección de perífrasis: sustitución por categorías léxicas
o sintagmáticas distintas de la forma no finita (pronombres, oraciones
flexionadas, sintagmas nominales, etc.)» (Rodríguez Espiñeira, 2004:
43).
Normas, usos gramaticales y errores frecuentes 91

Oral:
• … porque quedan poblados mayaa/ tal cual// viven en palapas/ sí sí/no
tienen agua/ no tienen- no tien- no deben tener escuelas (hablante de nivel
alto, castellanohablante y bilingüe pasivo).
• … debía tener unos cinco años o seis (hablante de nivel alto, castella-
nohablante y bilingüe pasivo).

Lo contrario lo encontramos en los siguientes ejemplos,


donde aparece erróneamente la preposición de. El Dicciona-
rio panhispánico de dudas marca este tipo de ejemplos con
el signo que precede a las formas consideradas incorrectas o
desaconsejables, y a los ejemplos que ilustran usos no acepta-
dos en la norma culta:
• *Aunque el tema de la lengua es muy importante para los valencianos,
eso no debe de servir de cortina de humo para los políticos. (Con el sentido
de ‘no ha se servir’.)
[… eso no debe servir de cortina de humo]

Oral:
*… pienso que no debería de ser obligado/ eel- el hacer el servicio mili-
tar// (hablante de nivel alto, castellanohablante y bilingüe pasivo).
[… pienso que no debería ser obligado…]

Al respecto, la ngle afirma: «Por su gran extensión en el


mundo hispanohablante en todos los niveles de lengua, no
puede considerarse incorrecto el uso de deber + infinitivo con
el sentido de conjetura o probabilidad inferida. Para expresar
obligación se recomienda la variante sin preposición» (vol. 2,
2144, § 28.6k).

1.3. Uso de los pronombres personales átonos


1.3.1. Leísmo (laísmo y loísmo)
Otro de los aspectos interesantes, por ser problemático, es
el uso de los clíticos de complemento directo, ya que el leísmo
(uso de las formas le, les en lugar de los clíticos de comple-
92 Milagros Aleza Izquierdo

mento directo lo, la, los, las) de persona está muy extendido
en España.
Si bien únicamente se consideran correctos el empleo de le
para el complemento directo masculino singular de persona
(pronombre que convive normativamente con el etimológico lo)
y el denominado leísmo de cortesía, en estructuras de régimen
únicamente transitivo abundan los usos de leísmo de persona,
incluso entre hablantes distinguidores de caso6.
a) En el caso del complemento directo masculino singular
de persona, alternan lo y le en todo el ámbito panhispánico.
En nuestro corpus se observa una marcada preferencia por
el segundo pronombre (le) en todos los periódicos rastreados,
es decir, aparece continuamente el leísmo académico (mascu-
lino singular de persona):
• Al irse de este mundo sería acompañado por una copia exacta en terra-
cota de todos los que le rodearon en vida [al rey].
• El holandés dijo sentirse igual de respaldado por el actual presidente
de Barcelona que por el que le fichó.
• … las críticas que le señalaban como uno de los «culpables» de ciertos
goles.
• Uno de sus clientes (…) le acusa de dejar morir una demanda [al abo-
gado].

b) En el caso del plural de persona, alternan los y les, con


una fuerte tendencia al empleo leísta (no aceptado) en nues-
tro corpus, como se observa en los ejemplos seleccionados:
• *La Policía Local de Alicante ha arrestado a tres jóvenes por asaltar
una tienda (…) y herir a una agente que les persiguió.
[… a una agente que los persiguió]
• *A ambos les une la idea común de la lucha contra el terrorismo.
[A ambos los une…]
• *No se distinguirá entre los terroristas y aquellos que les acogen.
[… que los acogen]

6
La situación se complica en zonas de contactos de lenguas, a ambos
lados del océano, y en zonas norteñas españolas. Al respecto, véanse
ngle, vol.1, 1215, § 16.8j, y dpd, 395, § 5.
Normas, usos gramaticales y errores frecuentes 93

• *… por la escasez de guardias que les custodian [a los presos].


[… que los custodian]

La ngle reconoce que es frecuente en la lengua oral, y en


menor medida en la escrita (incluso en un mismo autor o
hablante se puede dar la circunstancia de que, en un mismo
texto, alternen el acusativo y el dativo con el mismo verbo);
pero, aún así, no se recomienda el empleo de les para el com-
plemento directo (vol. 1, 1216, § 16.8k).
c) El empleo leísta afecta también al femenino singular de
persona:
• *Le insultó y le tiró al suelo [a Emmanuelle].
[La insultó y la tiró…]
• *Le apuñaló en 15 ocasiones [a su madre].
[La apuñaló…]

Salvo en los casos de doble alternancia acusativo-dativo


(complemento directo-complemento indirecto) y leísmo de cor-
tesía, no se considera correcto el empleo de le/les para un com-
plemento directo con referente femenino (ngle: vol. 1, 1218, §
16.9e). El Diccionario panhispánico de dudas marca este tipo de
leísmo con el signo que precede a las formas consideradas in-
correctas o desaconsejables, no aceptadas en la norma culta.
d) De ninguna manera se considera correcto el leísmo de
cosa en construcciones transitivas (de un solo régimen, por
tanto): *El libro le he comprado esta mañana.
e) Por otra parte, el laísmo o empleo de la(s) en función
de complemento indirecto (*la dije que vendrías), muy común
en hablantes de todos los niveles socioculturales en zonas
centrales y noroccidentales castellanas, y el loísmo o empleo
de lo(s) en función de complemento indirecto (*los dije que
vendrías; fenómeno rural en España) no son aceptables en la
norma culta7.

7
En la bibliografía hispánica, sobre todo entre los estudiosos de la len-
gua española en América, se utiliza el término loísmo también con otro
94 Milagros Aleza Izquierdo

1.3.2. Leísmo de cortesía


Se acepta en la norma culta el uso de le/les cuando el refe-
rente (en función de complemento directo) es la segunda per-
sona del discurso, y se utilizan en un registro de tratamiento
formal: Les veo a ustedes muy bien. Su uso viene justificado
por la necesidad de deshacer la ambigüedad que los pronom-
bres lo(s), la(s) pueden producir, al ser posible que la refe-
rencia sea tanto de segunda persona (interlocutor) como de
tercera persona: Les ruego que los acompañen (a ellos), que yo
enseguida les busco (a ustedes).
Incluso en el caso de un interlocutor femenino, también se
considera aceptable su uso, especialmente en fórmulas fijas
de saludo y despedida. Véanse dpd (395) y ngle (vol. 1, 1213,
§ 16.8d).

1.3.3. Falsos leísmos: verbos de doble alternancia acusativo/dati-


vo (complemento directo/complemento indirecto)
La ngle no considera leístas determinadas construcciones
en las que la alternancia acusativo/dativo están muy exten-
dida en la lengua culta y hay razones sintácticas para creer
que el sistema gramatical admite la alternancia complemento
directo-complemento indirecto. Estos falsos leísmos están re-
gidos por verbos que permiten ambos tipos de régimen, inter-
pretación predominante en la actualidad:
a) Construcciones con los verbos acusar, ayudar, creer, es-
cuchar, obedecer. En España y Cuba, el verbo creer se interpre-

sentido diferente al general señalado. En zonas de contacto de lenguas


en América (español / lenguas indígenas), se producen neutralizaciones
de los complementos directos a favor del pronombre lo, sin distinción,
por tanto, de género ni número: *No lo conozco a sus hermanas… Al-
gunos lingüistas utilizan la etiqueta «loísmo» para referirse también a
este peculiar empleo, siempre especificando el alcance de la referencia
del término.
Normas, usos gramaticales y errores frecuentes 95

ta normalmente como un verbo transitivo: A tu hermana no


la creo, mientras que en gran parte de América recibe un tra-
tamiento diferente, se pronominaliza de forma intransitiva:
A tu hermana no le creo. Véase ngle: vol. 1, 1217, § 16.9a. En
España se documentan muchos casos de obedecer con dativo
(Sus hijos les obedecen), tanto en la lengua hablada como en
la escrita, con mayor frecuencia que en América (Sus hijas los
obedecen). Véase ngle: vol. 1, 1218, § 16.9c. De manera similar
se comportan los verbos acusar y ayudar, de los que apenas se
da información en la gramática (vol. 1, 1218, § 16.9d)8.
En cuanto al verbo escuchar, la gramática afirma que en
las áreas rioplatense, chilena y parte de la caribeña se percibe
una tendencia a interpretar el complemento como indirecto,
frente a las áreas andina y europea en las que la tendencia
es la contraria: el uso del complemento directo. Véase ngle,
vol.1, 1218, 16.9d.
b) Estructura constituida por el verbo llamar + predicativo:
se admiten ambas opciones Le/la llamaban loca. Este verbo
antiguamente se construía predominantemente con dativo
(que se extendió también a los nombres de cosas), aunque
igualmente se documentan casos con acusativo (ngle: vol.1,
1219, § 16.9g y 16.9h):
c) Verbos de afección psíquica: aburrir, agradar, cansar, di-
vertir, fascinar, impresionar, molestar, preocupar...9. Por lo ge-

8
Entre los verbos de régimen reinterpretado figuran ayudar, aconsejar,
obedecer: son verbos transitivos cuyo régimen habitual en latín o espa-
ñol antiguo era el dativo, y, en cambio, en el español moderno han ido
pronominalizando en acusativo. La permanencia o transformación del
régimen ha dependido del verbo y de las áreas geográficas. Si bien en
América está muy extendido el uso del complemento directo, en zonas
no leístas del norte de España, es habitual el uso del indirecto. En An-
dalucía y Canarias son frecuentes las vacilaciones entre ambos (dpd:
394, § 4e).
9
En relación con los verbos de afección psíquica (lexemas verbales de
proceso de experimentación anímica), Gutiérrez Ordóñez (1999: 1879)
establece dos tipos de estructuras posibles, la agentiva y la inacusativa:
96 Milagros Aleza Izquierdo

neral, el acusativo aparece cuando hay un agente externo (ge-


neralmente animado) que, mediante acción voluntaria, ejerce
un efecto sobre el paciente que recibe la acción (ngle: vol. 1,
1222, § 16.9n y 16.9ñ): ¿No sabes que la aburres cuando ha-
blas?; No voy a cansarlos ahora con mis problemas; Sus hijos
la divierten mucho; La enojan sus hijos; La impresionan los
periodistas con sus declaraciones; Siento molestarla; No quiero
preocuparlo/horrorizarlo/distraerlo.
Por el contrario, se tiende a usar el dativo cuando se consi-
dera la existencia de una causa externa. Esta opción se ve fa-
vorecida en las oraciones subordinadas sustantivas, al carecer
estas de valor agentivo: Les aburren estos temas; No le afecta
el frío; Les alegró que volviéramos por Navidad; Les distrae la
música; A mi amiga le horroriza esa idea; Les molesta que lle-
gues tarde; No les seduce el poder... Así sucede en el español
europeo. No obstante, en muchas zonas de América se emplea
también el acusativo: Esas cosas lo asustan; Tus palabras lo
enojan; Esa situación lo preocupaba... (ngle: vol. 1, 1222-1223,
§ 16.9n y 16.9ñ).
Añade la ngle (vol.1, § 16.9ñ) que hay cierta tendencia a
usar el caso acusativo cuando los sujetos se colocan antes del
verbo (Cualquier problema lo acobarda), y, por el contrario,
el dativo aparece en situación posverbal (Le angustiaba tener

A) Agentiva. Construcción transitiva en la que el sujeto asume el pa-


pel de agente, y el complemento directo se interpreta como ‘término’
o ‘tema paciente’. B) Inacusativa. Construcción en la que el sujeto es
inanimado y afecta a un ‘experimentante’ que se pronominaliza como
complemento indirecto. En definitiva, si el sujeto es animado y se conci-
be como agente de la acción, el complemento suele interpretarse como
directo. Por el contrario, si el sujeto es inanimado o es una oración, se
suele considerar indirecto. Por otra parte, con sujetos animados, que
el sujeto realice o no voluntariamente la acción implica un cambio de
rección: aparece el complemento directo asociado a la voluntariedad
del sujeto (los niños la molestan = causar molestias), y el complemento
indirecto, en caso contrario (los niños le molestan = desagradar, resultar
molestos).
Normas, usos gramaticales y errores frecuentes 97

que mentir), en consonancia con la actividad o causatividad


considerada en el proceso.
d) Los verbos de influencia (lexemas que solicitan o indu-
cen comportamientos en el destinatario) animar, autorizar,
convencer, forzar, incitar, invitar, obligar, etc., presentan una
considerable variación dialectal en cuanto al complemento se-
leccionado (que se aprecia considerablemente en estructuras
con infinitivo)10. En España, Las Antillas, México y parte de
Centroamérica se documenta la alternancia acusativo-dativo:
Lo/le invitaron a participar; Los/Les forzaron a hacer lo que no
querían. En el resto de las áreas predomina el acusativo (ngle:
vol. 1, 1223, §16.9o): Lo animaron a salir; Los forzó a tratar el
tema; La obligaron a marcharse.
e) Verbos hacer y dejar: cuando tienen el significado de ‘obli-
gar’ y ‘permitir’, respectivamente, también pronominalizan
mediante ambos casos: Los dejó discutir; No les dejó marchar;
El miedo la hizo vacilar; Le hizo desembocar en la avenida...
(ngle: vol. 1, 1224, § 16.9p)11.
f) Verbos atender y telefonear (ngle: vol. 1, 1224, § 16.9q):
Hay que atenderlos/les muy bien; Yo la/le telefoneo todos los
días...
g) Los verbos advertir, avisar e informar admiten ambas es-
tructuras según los esquemas siguientes:
1. Advertir, avisar, informar de algo (c. régimen) a alguien (cd): Los avisa-
ron (advirtieron/informaron) de los resultados.
2. Advertir, avisar, informar algo (cd) a alguien (ci): Les advirtieron (avi-
saron/informaron) que había mucha lluvia.

10
Frente a impedir, mandar, ordenar, prohibir..., que llevan un comple-
mento de cosa y un indirecto de persona. De este modo, en oraciones
de infinitivo pronominalizan el sujeto en dativo (Su padre le prohibió ir
al cine).
11
Al respecto el dpd señalaba que los verbos hacer y dejar, con sentido
causativo, tienden a construirse con complemento directo si el verbo
subordinado es intransitivo; en cambio, aparece el indirecto si el verbo
subordinado es intransitivo (dpd: 393, § 4b).
98 Milagros Aleza Izquierdo

Es importante destacar que la elección de una u otra de


las estructuras supone pronominalizaciones distintas en el
complemento de persona (a alguien). La ausencia de la prepo-
sición de va asociada al hecho de que el caso pronominaliza-
do de persona es el complemento indirecto: Les avisé/advertí/
informé que veníamos. Por el contrario, es el directo el que se
pronominaliza en la construcción con preposición: Los avisé/
advertí/informé de que veníamos.
La preferencia en el empleo de una u otra construcción
es distinta según zonas geográficas (véase ngle: vol. 2, 3250-
3252, § 43.6k y ss.). La situación sería, en resumen, la siguien-
te:
Verbo informar:
Informar de que (mayoritaria en España).
Informar que (mayoritaria en América).

Verbo advertir:
Advertir (‘informar’) de que (mayoritaria en España).
Advertir (‘informar’) que (mayoritaria en América).
Cuando este verbo significa ‘avisar con amenazas’, en España alternan
ambas estructuras: Han advertido (de) que tomarán medidas.
Cuando advertir significa ‘percibir’, en España conviven ambas cons-
trucciones. Aunque se ha tendido a construir este verbo sin preposición,
actualmente se va extendiendo su empleo con preposición: Se advierte (de)
que crece el nivel del agua en los pantanos, por lo que ambas estructuras son
aceptables.

Verbo avisar:
Avisar de que (España y área caribeña).
Avisar que (España y área caribeña. Mayoritaria en América, salvo en el
área caribeña).
Cuando el sentido del verbo implica la existencia de amenaza, en España
se prefiere la construcción sin preposición: Se avisa que si esto sigue suce-
diendo, se tomarán medidas.

1.3.4. Construcción impersonal con el pronombre se


Normas, usos gramaticales y errores frecuentes 99

Caso especial es el de la pronominalización de las cons-


trucciones impersonales con se + verbo transitivo y comple-
mento con a (Se ve a los niños desde aquí). La situación actual
evidencia las vacilaciones en el uso del pronombre, sobre todo
cuando el complemento es de persona, y los gramáticos no
se ponen de acuerdo sobre su función12. Entre los mismos
que identifican la función acusativa, algunos como Gili Gaya
(1961: 129), Porto Dapena (1986: 35) y Gómez Torrego (1992:
21, 2006: 377) parecen aceptar la aparición de le y les para
referentes masculinos de persona (junto con la y las para el
femenino), que contribuye a evitar la ambigüedad entre el
sentido impersonal, reflexivo y pasivo.
Aunque muchos de nuestros gramáticos españoles reco-
nocen la función del complemento directo, se hacen deter-
minadas concesiones al leísmo de persona, sobre todo en el
género masculino. El dpd [395, f], que trata esta construcción
en el apartado del leísmo, contempla como habitual el uso del
leísmo, sobre todo, si el referente es masculino, tanto singular
como plural. Se trata, pues, de un caso especial en el que se
emplean desde los orígenes las formas de dativo en función
de complemento directo. No obstante, muchos hablantes,
conscientes de que la función es la de complemento directo,
emplean en estos casos los pronombres de acusativo, uso ge-
neralizado en los países del cono Sur.
Por tanto, es general tanto el empleo del acusativo como
del dativo con referentes masculinos, según países y zonas.
El empleo de le y les está muy extendido, aunque en menor

12
Hay una gran diversidad de opiniones: por ejemplo, Gili Gaya (1961:
129), la rae (1982: 382-383), Fernández Ramírez (1987a: 120), Porto
Dapena (1986: 35), Hernanz y Brucart (1987: 65), Gómez Torrego (1992:
21), Seco (1994: 183), Alcina y Blecua (1994: 923), Marcos, Satorre y
Viejo (1998: 370) reconocen que el complemento que se pronominaliza
es el directo. Por otra parte, Álvarez Martínez (1989: 57), Alarcos Llo-
rach (1994: 209), en la misma línea que Cuervo y Bello (apud Santiago,
1975: 85-94), consideran claramente que el pronombre pronominaliza
un dativo y, por tanto, la construcción es intransitiva.
100 Milagros Aleza Izquierdo

medida con referentes femeninos. El uso del complemento


indirecto es común en las áreas mexicana, centroamericana,
antillana y en el español europeo (Se les ve bien). Por el con-
trario, se prefiere el acusativo (Se los/las ve bien) en la chilena
y en la rioplatense (véase ngle: vol. 1, 1220, § 16.9k-l).

1.4. Usos del gerundio


En relación con el uso del gerundio, las estructuras que
configura y las relaciones que establece, exponemos a conti-
nuación algunos aspectos señalados en la ngle, referimos a
diversos tipos de gerundio:
a) Gerundio externo (periférico, absoluto, temático o de
tópico). La oración del gerundio introduce una aclaración
que matiza el contenido de la oración principal. Constituye
una cláusula externa a la oración (ngle: vol. 2, § 27.1l). Gene-
ralmente aparece al comienzo del periodo y separado por un
pausa (Habiendo comprobado que esto es así, firmamos ya los
documentos), aunque puede aparecer en otras posiciones (La
comisión, observando las irregularidades, anuló el resultado;
Dejó el asunto, sabiendo que no podía hacer nada). Se incluyen
entre estos los llamados ilocutivos (o elocutivos), los cuales
actúan como ordenadores del discurso. Resumiendo...; Con-
cretando...; Cambiando de tema... (ngle: vol. 2, 2041-2042, §
27.1m-n). Este gerundio implica anterioridad, y, generalmen-
te, expresa una significación perfectiva (por lo que a menudo
es compuesto).
b) Gerundio predicativo. Expresa una atribución que se
predica de un grupo nominal o de una oración sustantiva a
través de un verbo no copulativo. Puede atribuirse a un su-
jeto (Llegó tambaleándose), a un complemento directo (Te vi
bailando un pasodoble; Te observé paseándote por la calle; Lo
recordé diciéndome adiós; Nos fotografiaron bailando un cha-
cha-chá; Te he descubierto mirando el ordenador; Hay una per-
sona esperándote) y a un complemento régimen (A veces pien-
Normas, usos gramaticales y errores frecuentes 101

so en él fumándose un enorme puro). Véase ngle: vol. 2, 2043,


§ 27.1p.
c) Gerundio circunstancial (adjunto). La oración del
gerundio se refiere a una circunstancia de la acción del verbo
principal. En este caso, el gerundio puede expresar el modo
como se realiza la acción del verbo principal (Se protegió de
la lluvia tapándose con un plástico), una acción simultánea13
a la del verbo principal (Me escribió contándome muchas co-
sas de su vida), ambas interpretaciones (la simultaneidad y
el sentido modal pueden expresarse conjuntamente: Entró
en el despacho gritando), o puede establecer una vinculación
semántica entre los dos verbos, al constituir la causa, con-
dición o motivación de lo expresado por el otro verbo (ngle:
vol. 2, 2042, § 27.1ñ y 27.5): Se entretiene haciendo crucigra-
mas (sentido modal); Aun sabiendo hacerlo bien, se equivocó;
Trabajando en varios sitios, sin embargo, no le llega el sueldo
(sentido concesivo); Esforzándote un poco más, te iría mejor
todo (interpretación condicional); Se rompió la pierna saltan-
do (sentido causal)14, etc.
El gerundio con valor de posterioridad (tradicionalmente
rechazado porque la acción del gerundio no podía ser pos-
terior a la del verbo principal, como en el siguiente ejemplo
*Nació en 1816, muriendo cuarenta años después), actual-
mente se acepta cuando «la posterioridad denotada es tan in-
mediata que se percibe casi como simultaneidad, y también
cuando cabe pensar en una relación inferencial de tipo cau-
sal, concesivo o consecutivo» entre ambas acciones (ngle: vol.
2, 2061-2062, § 27.4g y 27.4h), por lo que una oración como
la siguiente sería aceptable: Abrió muy rápido, quedándose la
llave en la cerradura.

13
O casi simultánea, inmediatamente posterior (véase ngle: vol. 2, 2061,
§ 27.4g).
14
Es muy frecuente que la idea de simultaneidad vaya asociada a un valor
causal, obtenida por inferencia natural a partir de dos sucesos consecu-
tivos.
102 Milagros Aleza Izquierdo

Sin embargo se considera incorrecto cuando introduce una


mera sucesión temporal: *Estudió en Santiago, yendo después
a Bogotá.
d) Gerundio ilativo o copulativo. Sirve para conectar dos
ideas que se suman o se oponen (ngle: vol. 2, 2062, § 27.4i):
Murió dejándole como herencia unos patines (Murió y le dejó
como herencia unos patines).
e) Se consideran anómalos los gerundios usados como mo-
dificadores restrictivos en el interior del grupo nominal (ngle:
vol. 2, 2078, § 27.7a). *El agua entrando en la pecera es la de
la fuente15. No es correcto, por tanto, el gerundio empleado
como complemento especificativo de un nombre, en lugar de
una oración de relativo: *Una botella conteniendo un líquido
sospechoso. Se recomienda, por tanto, evitar el uso del gerun-
dio como modificador restrictivo16.

1.5. Infinitivo suelto


a) Se denomina infinitivo «radiofónico» o «introductorio»
al infinitivo «subordinado» que aparece suelto, sin depender
de un verbo principal, usado, por tanto, como verbo pleno.
En todos los manuales de estilo se informa de su existencia,
sobre todo, en el lenguaje oral. La gramática recomienda evi-
tar este uso del infinitivo independiente con los verbos que

15
Son excepcionales los gerundios ardiendo, hirviendo y colgando (con
mayores restricciones este último), que se usan como adjetivos en for-
mas lexicalizadas. Estos gerundios pueden funcionar de forma similar
a los modificadores restrictivos o especificativos: Me dicen que se pue-
den lavar las heridas con vino hirviendo; Desde aquí se ve el campo con
algo ardiendo; Está lleno de ramas colgando del tejado. Este uso adjetival
resulta a veces difícil de distinguir del predicativo interno al grupo no-
minal (una niña llorando). Al respecto, véase ngle: vol. 2, 2045, § 27.2a
y 27.2b.
16
Uso frecuente en el español puertorriqueño, por influencia del inglés
(ngle: vol. 2, 2028, § 27.7k).
Normas, usos gramaticales y errores frecuentes 103

introducen una información dirigida a alguien (ngle: vol. 2,


2032, § 26.14e). Para ello hay que reponer los componentes
que faltan:
• *Por último, decirles a los políticos que sean consecuentes.
[…hay que decirles…]

b) Por otra parte, como calco del francés, se extiende el uso


de infinitivo después de sustantivo + preposición (asuntos a
tratar; tareas a realizar; aspectos a tener en cuenta).
En muchos casos su uso es superfluo. Si la preposición
admite su sustitución por las preposiciones por y para, o el
relativo que, sin que por ello se produzca un cambio de signifi-
cado y de estructura, debe evitarse esta construcción galicada
(dpd: 3, § 3).
Al respecto, la gramática afirma que a pesar de su frecuen-
cia (ya existía en la lengua clásica), esta estructura tiene es-
caso prestigio en el español actual, y ha de ser sustituida por
secuencias que contengan otras preposiciones o por oracio-
nes de relativo: cuestiones por resolver; asuntos para tratar;
asuntos que tratar... (ngle: vol. 2, 1989, § 26.6l).
En los ejemplos siguientes, por tanto, lo más apropiado se-
ría la sustitución por una oración de relativo:
• *Sin duda de que se trata de un grave e imperdonable error interno, a
imputar en el debe del gabinete jurídico).
[Sin duda de que se trata de un grave e imperdonable error interno, que
ha se ser imputado en el debe del gabinete jurídico]
• *Las juntas de usuarios del río valenciano y del alicantino no han con-
cretado la cantidad a trasvasar.
[… que se ha de trasvasar…]

1.6. Queísmo y dequeísmo


1.6.1. Queísmo
El queísmo se produce cuando se suprime una preposición
necesaria que debería acompañar a la conjunción que. Es un
104 Milagros Aleza Izquierdo

fenómeno que se produce tanto en España como en América,


pero no goza de prestigio, por lo que ha de ser evitado.
a) No debe suprimirse la preposición en los siguientes con-
textos (dpd: 548; ngle: vol. 2, § 43.6ñ y ss.):
Con verbos pronominales que rigen complemento de régimen:
acordarse de algo, arrepentirse de algo...
Con verbos no pronominales que rigen complemento de régimen:
convencer de algo, insistir en algo…
Con sustantivos que llevan complementos preposicionales: con la
condición de, tener ganas de, andar en deseos de…
Con adjetivos que llevan complementos preposicionales: estar se-
guro de, estar convencido de…
En locuciones preposicionales: a pesar de, a fin de, a condición
de…
En la construcción hasta el punto de que.
En locuciones verbales: no caber duda de algo, haber duda de algo,
caer en la cuenta de algo, darse cuenta de algo, dar la impresión de
algo, tomar conciencia de algo, dar la casualidad de algo, tener la se-
guridad de algo.

b) En ocasiones, el uso de la preposición depende de la


acepción de determinados verbos o del hecho de que deter-
minados verbos acepten dos estructuras distintas, como ya
se ha expuesto. Por ejemplo, advertir, avisar, cuidar, dudar e
informar presentan construcciones con preposición y sin ella
(véanse dpd: 549, § 2; Gómez Torrego, 2006: 380-382; ngle: vol.
2, 3250-3251, § 43.6j-43.6l).
c) Por otra parte, dar pena, vergüenza, miedo, risa, rabia…,
seguidas de una oración subordinada, que expresa la causa
del sentimiento, pueden ir con y sin preposición: Nos da ra-
bia (de) verte en ese estado; aunque, según el dpd, en la lengua
culta se prefiere el empleo sin preposición (dpd: 206, § 5). Para
la gramática, las dos opciones son válidas y están gramatical-
mente justificadas (vol. 2, 3253, § 43.6o).
d) El queísmo es una anomalía muy extendida en la Co-
munidad Valenciana (Gómez Molina y Gómez Devís, 1995;
Gómez Molina, 1996: 89), al igual que en otras zonas del ám-
Normas, usos gramaticales y errores frecuentes 105

bito hispánico. Exponemos algunos ejemplos (el primero es


de la prensa) en los que la ausencia de la preposición da como
resultado estructuras queístas:
• *Al margen quedaría la posibilidad que esa misma empresa u otra pu-
diera negociar.
[Al margen quedaría la posibilidad de que…]
• *No cabe la menor duda que este de la Valldigna es el más viable.
[No cabe la menor duda de que este de la Valldigna es el más viable]
Oral:
• *… pues te vas dando cuenta/ que se acuerdan de ti/ (hablante de nivel
alto, castellanohablante y bilingüe pasivo).
[… pues te vas dando cuenta de que…]
Coloq.:
• *… me he acordao que me tienes que dar los apuntees (coloquiales,
prototípicas, p. 82).
[… me he acordado de que me tienes que dar los apuntes]

1.6.2. Dequeísmo
El dequeísmo consiste en el uso indebido de la preposición
de en las subordinadas sustantivas en las que no está justifi-
cada gramaticalmente la presencia de la preposición. A pesar
de su extensión tanto en España como en América, se ha de
evitar su uso.
a) Se produce en los siguientes casos (dpd: 214, ngle: vol.
2, § 43.6):
Cuando introduce una oración subordinada en función de suje-
to: *Me alegra de que vengas (= me alegra esto). Salvo si el verbo es
pronominal y exige la preposición: Me alegro de que vengas (= me
alegro de ello).
Cuando introduce una oración subordinada en función de com-
plemento directo: *Me dijeron de que viajarían mañana (= me dijeron
esto).
Cuando introduce una oración subordinada en función de atri-
buto en oraciones copulativas con el verbo ser: *Mi intención es de
que participemos todos (= mi intención es esta).
106 Milagros Aleza Izquierdo

Si aparece la preposición en locuciones conjuntivas que no la lle-


van: *A no ser de que, *a medida de que, *una vez de que…
Cuando su presencia es resultado de una confusión de preposi-
ciones: *Me fijé de que llevaba corbata (por Me fijé en…).
En construcciones consecutivas del tipo *Hace tanto calor, de que
no se puede salir a la calle.
El verbo necesitar admite complementos directos simples (nece-
sito tu ayuda) y complementos de régimen nominal (necesito de tu
ayuda), pero no acepta las oraciones equivalentes a estos segundos
complementos, por lo que la aparición de la preposición origina es-
tructuras dequeístas: *Estas personas no necesitan de que les regalen
nada.

En los siguientes ejemplos orales sobra, por tanto, la pre-


posición de:
Oral:
• *… la economía de la sociedad/ ha hecho de que perviviera más tiempo
(hablante de nivel alto, castellanohablante y bilingüe pasivo).
[… ha hecho que perviviera más tiempo]
• *… si tú/ tienes en cuenta de que a lo mejor el cálculo integral dos/…
(hablante de nivel alto, castellanohablante y bilingüe pasivo).
[… tienes en cuenta que…]

El Diccionario panhispánico de dudas marca este tipo de


ejemplos con el signo que precede a las formas consideradas
incorrectas o desaconsejables, usos no aceptados en la norma
culta.
b) Como se ha mencionado previamente, el uso de la pre-
posición dependerá de la estructura que elijamos en relación
con determinados verbos: advertir, avisar, cuidar, dudar e in-
formar (véanse dpd: 215, § 2; ngle: vol. 2, 3250-3251, § 43.6j-
43.6l): A ellos les avisé que corrían peligro / A ellos los avisé de
que corrían peligro.
Normas, usos gramaticales y errores frecuentes 107

1.7. Que relativo sin preposición y que galicado


1.7.1. Que relativo
Si un relativo va acompañado de preposición, solamente
puede suprimirse la preposición cuando el relativo desempe-
ña funciones de complemento circunstancial de tiempo y el
antecedente no la necesite para desempeñar la misma fun-
ción: Llegó en ese mismo día ∼ Llegó ese mismo día (dpd: 542, §
1.4, ngle: vol. 2, § 39.3t).
Es muy común en el habla coloquial suprimir la preposi-
ción delante del relativo en esta y en otras circunstancias. No
obstante, ha de evitarse la ausencia de la preposición si no se
cumplen los requisitos anteriores.
En los ejemplos siguientes, extraídos de los corpus orales,
los antecedentes el colegio, un grupo, momentos, necesitan la
preposición cuando funcionan como complementos circuns-
tanciales (en el colegio, con un grupo, en los momentos), por
tanto, el relativo debería llevar la preposición:
• *… mucho trabajo recordar dónde estaba el horno// dónde estaba el
colegio que yo fui// [hablante de nivel medio, castellanohablante y bilingüe
pasivo].
[… dónde estaba el colegio al que (también donde) yo fui]
• *… tengo una amiga de un grupo que salimos de vez en cuando… (ha-
blante de nivel medio, castellanohablante y bilingüe pasivo).
[… una amiga de un grupo con el que salimos de vez en cuando…]
• *… hay momentos pues quee/ las cosas van mejor y momentos que las
cosas van peor (hablante de nivel medio, bilingüe activo castellano-valen-
ciano).
[… hay momentos pues en que (también cuando) las cosas van mejor y
momentos en que (también cuando) las cosas van peor]

1.7.2. Que galicado


Tanto en algunas zonas de España como en América, es
habitual la supresión de la preposición en las oraciones enfá-
ticas con el verbo ser, del mismo modo que ocurre en francés
(también en otras lenguas), razón por la cual los tratadistas
108 Milagros Aleza Izquierdo

han denominado que galicado a este fenómeno: es allí que…;


fue entonces que…; fue así que… Normalmente ocurre cuando
el foco está constituido por un adverbio de tiempo, lugar o
modo.
La ngle (vol. 2, 3031, § 40.12a) la define como «oraciones
copulativas enfáticas que se forman con el verbo ser, un seg-
mento focalizado y una oración encabezada por la partícula
que, como en Por eso fue que lo mataron». La Gramática inclu-
ye dos tipos:
a) Oraciones en las que el foco sigue inmediatamente a la
cópula, que son las más frecuentes: Fue así que ocurrió; Fue
allí que nos vimos; Fue entonces que alguien me avisó; Es por
eso que tú sólo en mis fotos estás...
b) Oraciones en las que el foco precede inmediatamente a
la cópula: Así fue que ocurrió; Allí fue que nos vimos; Entonces
fue que escuché el ruido; Por eso es que tú estás solo; ¿Cómo fue
que ocurrió?; ¿Cuándo fue que te pasó?; ¿En qué momento fue
que ocurrió?; ¿Dónde fue que lo dejaste?
Estas oraciones enfocan tanto a adverbios como a grupos
adverbiales y preposicionales.
En la lengua popular del español americano se registran
usos con focos nominales: *¿Quién es que llama?; *Ellos fue
que me mandaron. Estos casos no se consideran cultos, a dife-
rencia de los anteriores. Véase ngle: vol. 2, 3033, § 40.12e.

1.8. Quesuismo
Es muy frecuente en el lenguaje hablado y espontáneo la
presencia del denominado quesuismo. Este error gramatical
consiste en emplear el pronombre que seguido (inmediata-
mente o a cierta distancia) del posesivo su (-s) o del artículo
con valor posesivo, en lugar del relativo posesivo cuyo (Gó-
mez Torrego, 2006: 405-407).
• *Se enamoró de una mujer que su hijo es actor.
Normas, usos gramaticales y errores frecuentes 109

• *Esta poesía, que su autor es desconocido, se escribió a finales del


xix.
• *Tu amigo, que se le perdió su perro, viene a cenar.

Como el relativo cuyo es característico de registros forma-


les, entre sus sustitutos se encuentra esta anómala secuencia,
muy frecuente en la lengua conversacional (registrada ocasio-
nalmente en la escritura), que ha de ser evitada (ngle: vol. 1,
1589, § 22.5n; y vol. 2, 3358, § 44.9o).

2. Formación del plural


a) Los nombres acabados en vocal átona forman el plural
en -s: mapamundi > mapamundis; milenio > milenios; tribu >
tribus, etc. Generalmente las voces adaptadas, de origen ex-
tranjero, se adaptan a esta regla: atrezo > atrezos; disquete >
disquetes; tique > tiques; yanqui > yanquis; etc. Muchos ex-
tranjerismos que en la lengua de origen acababan en -y pre-
cedida de consonante se han castellanizado transformando
dicho sonido en una -i, por lo que el plural adopta la -s: dandi
> dandis; panti > pantis; jipi > jipis; etc.
b) Los acabados en -á, -é y -ó tónicas y las palabras agudas
acabadas en diptongo forman el plural en -s: bonsái > bonsáis;
buró > burós; cuplé > cuplés; té > tés; fe > fes; etc.
Excepciones: faralá > faralaes; albalá > albalaes; no > noes; yo >
yoes (se prefiere esta forma a yos, también correcta).

Generalmente las voces de origen extranjero se adaptan a


esta regla: bidé > bidés; cabaré > cabarés; carné > carnés; capó
> capós; etc.
c) Los acabados en -í pueden formar el plural en -es o -s:
esquí > esquíes o esquís; frenesí > frenesíes o fenesís; marroquí
> marroquíes o marroquís; etc.
110 Milagros Aleza Izquierdo

Excepciones:
Algunas palabras, en su mayoría coloquiales, hacen el plural aña-
diendo una -s: benjuí >benjuís; cañí >cañís; gachí >gachís; gilí >gilís;
pirulí >pirulís; popurrí >popurrís. Para ciertos casos peculiares, véase
ngle: vol. 1, 133, § 3.2g y § 3.2h.

d) Los acabados en -ú pueden formar el plural en -es o -s:


tabú > tabúes o tabús; zulú > zulúes o zulús; hindú > hindúes
o hindús; etc.
Excepciones:
Algunas voces, procedentes en su mayoría de otras lenguas, ad-
miten únicamente el plural con-s: champú > champús; interviú > in-
terviús; menú > menús; tutú > tutús; vermú > vermús. Aunque en
algunas áreas americanas alternan ambos plurales: -s/-es: menúes,
champúes (vol. 1, 134, § 3.2j).

e) Los nombres no esdrújulos terminados en -l, -n, -r, -d,


-z, si no van precedidas de otra consonante, hacen el plural
en -es: bol > boles; canon > cánones; revólver > revólveres; vid
> vides; pez > peces; etc. La z se convierte en c delante de -es:
pez > peces.
Se incluyen en este apartado las voces de origen extranje-
ro, aunque algunas no son de uso común en todas las áreas
hispanohablantes (ngle: vol. 1, 146, § 3.4g): barman > bárma-
nes; blíster > blísteres; búnker > búnkeres; chándal > chándales;
chárter > chárteres; cláxon > cláxones; dosier > dosieres; escáner
> escáneres; eslogan > eslóganes; esmoquin > esmóquines; es-
tárter > estárteres; gánster > gánsteres; láser > láseres, magacín
> magacines; magazín > magazines; máster > másteres; etc.
Aunque en la actualidad se registran plurales en -s en algu-
nas de las palabras extranjeras (búnkers, hamsters, másters...),
la ngle (vol. 1, 147, § 3.4i) recomienda que se empleen los plu-
rales en -es con el fin de regularizarlos en relación con otras
palabras castellanas.
Son una excepción los latinismos acabados en -r procedentes de
formas verbales, cuyo plural ha de ser invariable: los cónfer, los con-
fíteor, los imprimátur.
Normas, usos gramaticales y errores frecuentes 111

f) Las palabras esdrújulas acabadas en consonante per-


manecen invariables (los asíndeton; los polisíndeton...), salvo
hipérbaton (o hipérbato), cuyo plural para ambas formas es
hipérbatos. Esta pauta la siguen también las voces de origen
extranjero: el trávelin > los trávelin; etc.
g) Los nombres acabados en -s, o en -x, agudos o monosí-
labos, hacen el plural en -es: box > boxes; fax > faxes; kermés >
kermeses; plus > pluses; vals > valses...
Excepciones:
Permanecen invariables los siguientes: el dux > los dux; los com-
puestos que llevan el sustantivo pies: el ciempiés > los ciempiés; etc.
En cambio, son variables: rodapié > rodapiés; traspié > traspiés; gneis
> gneises (también gneis > gneises).
Son invariables los sustantivos terminados en -s (también en -ps)
que poseen al menos dos sílabas y no son agudos: la dosis > las dosis;
el oasis > los oasis; el lunes > los lunes; el bíceps > los bíceps; el agua-
fiestas > los aguafiestas...

h) Las voces de origen foráneo (también latinismos) acaba-


das en -s o -x no agudas permanecen invariables en el plural:
el télex > los télex; ángelus > los ángelus; campus > los campus;
etc. (como se ha hecho constar, los agudos o monosílabos, en
cambio, pluralizan en -es: fax > faxes).
i) Los nombres acabados en -y precedida de vocal (que no
sean de origen extranjero o están totalmente castellanizados)
forman el plural en -es: bocoy > bocoyes; carey > careyes; rey >
reyes; siboney > siboneyes; etc.
Excepciones:
En cambio, algunas palabras (en su mayoría extranjerismos) ha-
cen su plural en -s. La grafía y del singular pasa a ser i en plural: gay >
gais; jersey > jerséis; espray > espráis; paipái o paipay > paipáis; yoquey
> yoqueis… (vol. 1, 145-146, § 3.4f).
Unos pocos admiten ambos plurales: coy > coyes o cois; estay >
estayes o estáis; noray > norayes o noráis; guirigay > guirigayes o gui-
rigáis, con preferencia por los plurales en -s.
112 Milagros Aleza Izquierdo

j) Para los sustantivos acabados en -j, se prefieren los plu-


rales en -es: boj > bojes.
k) Es invariable el plural de los sustantivos acabados en -s
que posean al menos dos sílabas y no sean agudos: la dosis >
las dosis; el bíceps > los bíceps. Para algunos casos peculiares,
véase ngle: vol. 1, 136, § 3.2o.
l) Los nombres que acaban en una consonante distinta a
las mencionadas forman el plural en -s: clac > clacs; álef > ále-
fs; zigzag > zigzags; amok > amoks; tell > tells; begum > begums;
mamut > mamuts; etc. Los préstamos integrados al español
(entre ellos los latinismos) siguen la misma pauta: accésit >
accésits; airbag > airbags; anorak > anoraks; argot > argots;
bloc > blocs; blof > blofs; bluf > blufs; chef > chefs; chic > chics;
chip > chips; clip > clips; cómic > cómics; déficit > déficits; desi-
derátum > desiderátums; esnob > esnobs; web > webs; etc.
Excepciones: club > clubes o clubs (y sus compuestos); álbum >
álbumes; alacaluf > alacalufes; muslim > muslimes.

m) Los plurales de los préstamos que acaban en -ch son


invariables (con excepción de sándwich): el mach > los mach.
n) Los extranjerismos terminados en grupo consonántico
hacen su plural en -s: gong > gongs; iceberg > icebergs; punk >
punks; cuark > cuarks; rand > rands; récord> récords; wéstern
> wésterns.
Excepciones:
Permanecen invariables el test > los test; el compost > los compost;
el karst > los karst; el trust > los trust; el kibutz > los kibutz. Las pa-
labras lord y milord hacen sus plurales en –es perdiendo la grafía -d:
lores y milores.

o) Otros plurales. Las notas musicales realizan su plural


añadiendo una -s (dos, res, mis, fas, las, sis), salvo en el caso
de sol, cuyo plural es en -es (soles). Los numerales monosilábi-
cos, en su uso nominal, hacen el plural en -es (doses, treses...).
Véase ngle: vol. 1, 139, § 3.2.z. El adverbio sí hace su plural
en síes.
Normas, usos gramaticales y errores frecuentes 113

p) Los latinismos adaptados, como se ve en los ejemplos;


presentan el mismo comportamiento que cualquier otro prés-
tamo. Se ajustan a las reglas anteriores, por tanto, no deben
usarse los plurales en –a si no llevan resalte tipográfico. Se
preferirá usar la forma hispanizada de los latinismos y sus
plurales cuando la forma castellanizada exista: armonios, cu-
rrículos, podios.
q) Para el plural de los compuestos y de las locuciones, que
presentan una casuística compleja, véase el apartado 3.5 de la
ngle (vol. 1, 152-160). También hay información sobre el plu-
ral en los nombres propios (160-164, § 3.6), sobre el número
en las abreviaturas, siglas, acrónimos y acortamientos (164-
170, § 3.7), y sobre casos especiales de preferencia únicamen-
te por el singular o por el plural (170-179, § 3.8).

3. Esquema con fenómenos de interés


Para terminar, seleccionamos una serie de fenómenos de
interés, porque suelen constituir diversas incorrecciones y
anomalías. Indicamos dónde se puede acudir para el estudio
de estas cuestiones desde el punto de vista normativo (inclui-
mos los ya tratados):
1. Variantes morfológicas de una misma palabra
Gómez Torrego, 2006, vol. 2: 55-87

2. Flexión de género
Gómez Torrego, 2011: 77-89
dpd: 310-312
ngle: vol. 1: 81-123

3. Grados del adjetivo


Gómez Torrego, 2011: 111-115
dpd: 103-104, s. v. bueno -a y malo -a
ngle: vol. 1: 921-924, §13.2; vol. 2: 3365-3376, § 45.1, 45.2; 3432-
3440, § 45.13
114 Milagros Aleza Izquierdo

4. Concordancia de los reflexivos tónicos


Gómez Torrego, 2006, vol. 2: 345-347
dpd: 531, pronombres personales tónicos, § 3
ngle: vol. 2: 2560, § 33.6

5. Concordancia del verbo con sujetos simples


ngle: vol. 2: 2559-2572, § 33.6; 2564-2572, § 33.7

6. Formas de tratamiento
Gómez Torrego, 2006, vol. 2: 347
dpd: 659, s. v. usted; 672, s. v. voseo; 653, s. v. tú
ngle: vol. 1: 1250-1267, § 16.15

7. Cuestiones relacionadas con el uso de los pronombres perso-


nales átonos

a) Errores de concordancia (le, los)


Gómez Torrego, 2006, vol. 2: 817
dpd: 529, § 6a y 6b, s. v. pronombres personales átonos
ngle: vol. 2: 2664, § 35.2k (para le); vol. 2: 2663, § 35.2h (para los)

b) Leísmo, laísmo, loísmo, vacilaciones


Gómez Torrego, 2011: 133-139
dpd: 392-396, 389- 390, 403-404
ngle: vol. 1: 1212-1229, § 16.8-16.10

c) Duplicación del complemento con pronombres átonos


Gómez Torrego, 2006, vol. 2: 365-369
dpd: 528-529, § 5.
ngle: vol. 1: 1243-1249, § 16.14

d) El relativo que y su combinación con los pronombres perso-


nales átonos
Gómez Torrego, 2006, vol. 2: 408-409
dpd: 542, s.v. que, § 1.3
ngle: vol. 1: 1249, § 16.14; 3355-3358, § 44.9f-ñ

8. El relativo que y su combinación con otras formas

a) El relativo que y su combinación con las preposiciones


Gómez Torrego, 2006, vol. 2: 411-416
Normas, usos gramaticales y errores frecuentes 115

dpd: 542-543, s. v. que, § 1.4 y 1.5


ngle: vol. 1: 1580, § 22.4h; vol. 2: 3300-3310, § 44.2

b) El relativo que y los adverbios relativos


Gómez Torrego, 2006, vol. 2: 416-417
dpd: 543, § 1.5
ngle: vol. 2: 3031-3034, § 40.12

c) Quesuismo (relativo que + posesivo o artículo)


Gómez Torrego, 2011: 161-162
dpd: 543, § 1.7
ngle: vol. 2: 3358, § 44.9o

9. Verbos impersonales haber y hacer


Gómez Torrego, 2011: 148-149
dpd: 300-331, § 4; 332, § 2
ngle: vol. 2: 3063-3069, § 41.6

10. Incorrecciones en el uso del imperativo


Gómez Torrego, 2006, vol. 2: 491-497

11. Usos anómalos del infinitivo


Gómez Torrego, 2011: 152-157 y 165
ngle: vol. 2: 1989-1990, § 26.6l; 2032, § 26.14e; 3135, § 42.3q;
3151, § 42.5r
dpd: 3, § 3, s. v. a.

12. Usos agramaticales del gerundio


Gómez Torrego, 2011: 164-165
ngle: vol. 2: 2038-2082, § 27.1c-27.7l

13. Usos desviados de algunas formas verbales


Gómez Torrego, 2006, vol. 2: 435-452

14. Anomalías en la conjugación de los verbos irregulares


Gómez Torrego, 2006, vol. 2: 525-552
dpd: 701-724, apéndice segundo
116 Milagros Aleza Izquierdo

15. Adverbios de lugar


dpd: v. arriba, abajo, adelante, atrás, debajo, delante, detrás, enci-
ma, alrededor, torno (en torno)
ngle: vol. 2: 2307-2315, § 30.5

16. Anomalías en el uso de las preposiciones


Gómez Torrego, 2006, vol. 2: 680-753
dpd: v. a, entre, deber.
ngle: vol. 2: 2228-2276, § 29.2-29.8

17. Preposiciones y régimen de los verbos


ngle: vol. 2: 2715-2737, § 36.1-36.4
Gómez Torrego, 2011: 139-145

18. Verbos erróneamente pronominalizados


Gómez Torrego, 2006, vol. 2: 467-468

19. Dequeísmo
Gómez Torrego, 2011: 128-131
dpd: 214-215
ngle: vol. 2: 3248-3257, § 43.6

20. Queísmo
Gómez Torrego, 2006, vol. 2: 726-729
dpd: 548
ngle: vol. 2: 3248-3257, § 43.6

21. Locuciones preposicionales


Gómez Torrego, 2006, vol. 2: 753-761
ngle: vol. 2: 2276-2284, § 29.9

22. Errores en el uso de las conjunciones


Gómez Torrego, 2006, vol. 2: 642-666
ngle: vol. 2: 2395-2425, § 31.2-31.5

23. Confusiones entre porque, por que y porqué


dpd: 513-514, s. v. porque, porqué
ngle: vol. 2: 3455-3460, § 46.2
Gómez Torrego, 2009b: 74-76, § 16
Normas, usos gramaticales y errores frecuentes 117

24. Impersonal refleja ∼ pasiva refleja


Gómez Torrego, 2011: 149-150
dpd: 590, s. v. se, § 2
ngle: vol. 2: 3093-3098, § 41.12

25. Anacolutos frecuentes


Gómez Torrego, 2006, vol. 2: 837-855
PARTE SEGUNDA
EJERCICIOS DE GRAMÁTICA

Eduardo España Palop


Universitat de València

A) Concordancia. Sujetos incrementados y sujetos de varios


elementos unidos por conjunción copulativa / nombre cuan-
tificador de carácter partitivo / nombre de cuantificador pseu-
dopartitivo. Razone por qué son correctos o incorrectos los
siguientes enunciados. En el caso de que sean incorrectos,
corríjalos:
1. En la película aparece el amor y el desamor como dos caras de la
misma moneda.

2. En el intermedio, llegaron el cantante, junto con su familia, para sa-


ludar al público.

3. El quince por ciento de los españoles está a favor de la nueva ley que
regula el transporte urbano.

4. En las taquillas del estadio se agolpaban un montón de personas en


busca de las últimas entradas.

5. Un grupo de hinchas descontrolados provocaron incidentes violentos


en el último partido del Valencia.

6. Mi hermano, además de mi padre y mi tío, va al concierto de Serrat


en Valencia.

7. La compra y venta de coches cayó un diez por ciento el mes pasado.

8. Multitud de informes se amontonaban en la mesa del despacho del


nuevo director.

9. A la reunión acudió el representante del Gobierno y el Secretario Ge-


neral del principal sindicato.
120 Eduardo España Palop

B) Concordancia. Inmovilización del pronombre le / plura-


lización del pronombre lo / adverbio de lugar seguido de posesi-
vo / errores relacionados con la función oracional / deber de +
infinitivo y deber + infinitivo. Razone por qué son correctos o
incorrectos los siguientes enunciados. En el caso de que sean
incorrectos, corríjalos:
1. A él le interesa todos los problemas relacionados con el cambio cli-
mático.

2. En mi opinión, todas las posibles opciones para solucionar el proble-


ma se debe intentar.

3. No estoy seguro. Debían ser las cuatro de la tarde cuando ocurrió el


robo.

4. ¿Has visto quién estaba detrás nuestro en la cola del cine?

5. Parece que te da igual todas las cosas que te propongo.

6. De todas las posibilidades que habían, tenías que elegir la menos be-
neficiosa para nosotros.

7. Los hijos nunca le hacen caso a los padres.

8. Cuando el corredor llegó a la meta, la gente se agolpó alrededor suyo


para felicitarle.

9. Para la temporada que viene, el presidente prometió que se contratará


a muchos jugadores.

10. Muchos objetos se venderá el fin de semana en el mercadillo medie-


val.

C) Concordancia. Leísmo (laísmo y loísmo). Coloque el pro-


nombre personal más adecuado en cada contexto:
1. Cuando __________ vi, supe enseguida que era tu hermano.

2. No __________ voy a ayudar a tu hermana con el examen. No se lo


merece.

3. No te aconsejo que vayas a ver a María; __________ encontré muy des-


mejorada en mi última visita.
Ejercicios de gramática 121

4. No me gusta que __________ llamen tontos a mis hijos en clase.

5. A Juan y Mario, muchas veces, __________ han pillado eludiendo sus


obligaciones académicas.

6. No entiendo a mi hija; ya __________ advertí de que esto podía pasar y


no me ha hecho ningún caso.

7. Los actores saludaron desde el coche a sus seguidores, que __________


habían estado esperando durante toda la tarde.

8. A mi novia __________ dejé porque teníamos muchos problemas de


convivencia.

9. ¿Sabes cuándo llegó Laura ayer a casa? No __________ oí entrar.

10. He hablado con Juan y Andrés y están muy enfadados; la niebla


__________ ha hecho dar media vuelta con el coche y no podrán venir esta
noche.

D) Concordancia. Construcción impersonal con el pronom-


bre se y leísmo de cortesía. Diga cuáles de las siguientes estruc-
turas son correctas y explique el porqué:
1. A tu hermano siempre se le ha apreciado en esta casa.

2. A tu hermano siempre se lo ha apreciado en esta casa.

3. A tus hermanos siempre se los ha apreciado en esta casa.

4. A tus hermanos siempre se les ha apreciado en esta casa.

5. Desde que ya no sois novios, a María no se le ha vuelto a ver por el


centro social.

6. Desde que ya no sois novios, a María no se la ha vuelto a ver por el


centro social.

7. Les encuentro a ustedes muy cambiadas desde la última vez.

8. Adiós, madre. Dios le guarde.


122 Eduardo España Palop

E) Concordancia. Falsos leísmos: verbos de doble alternan-


cia acusativo/dativo (complemento directo/complemento indi-
recto). Sustituya los complementos personales de las siguien-
tes oraciones por los pronombres correspondientes:
1. La conferencia aburrió a todos los asistentes.

2. El profesor de matemáticas aburre constantemente a sus alumnos.

3. Las arañas siempre han asustado a los seres humanos.

4. Cuando entramos en la finca, el perro asustó a Juan. Por poco le da


un mordisco.

5. El padre propuso ir al teatro a sus hijos.

6. Ya advertí a María de que algo así podía suceder.

7. La Cruz Roja atendió a los heridos de una forma rápida y eficaz.

8. La radio ha informado a los conductores que las carreteras hacia Ma-


drid son peligrosas por culpa de la lluvia.

9. No sé muy bien qué hacer, pero creo que debemos ayudar a la gente
necesitada.

10. El Gobierno ha invitado a los sindicatos a que participen en las nego-


ciaciones con la patronal.

F) Usos del gerundio. Reescriba de forma correcta las ora-


ciones que lo necesiten:
1. El ladrón entró en el banco a las tres, huyendo poco después en un
coche robado que había aparcado en la puerta.

2. Ayer encontré a Juan tomándose un café con Eva.

3. Juan se cayó ayer por las escaleras, rompiéndose la pierna.

4. El atleta logró batir la anterior marca, convirtiéndose así en el hombre


más rápido del mundo.

5. Hoy he leído un informe anunciando la creación de una nueva plaza


de funcionario en el Ayuntamiento.
Ejercicios de gramática 123

G) Infinitivo suelto. Reescriba de forma correcta las si-


guientes oraciones:
1. Para finalizar, añadir que los últimos datos aportados por el INEM
apuntan a un ligero descenso de la cifra de parados.

2. ¿Cuál va a ser el tema a tratar en la siguiente reunión?

3. Antes que nada, recordarles que hoy es el último día para presentar
los trabajos obligatorios.

4. El partido a disputar en Mestalla la próxima semana se jugará el sá-


bado en vez del domingo.

5. Con sus publicaciones, nos está marcando el camino a seguir a los


nuevos licenciados.

H) Queísmo y dequeísmo. Localice los errores en las si-


guientes oraciones y corríjalos:
1. ¿Te acuerdas que mañana es el cumpleaños de Lorenzo? Deberíamos
regalarle alguna cosa.

2. Tengo ganas de que llegue la Navidad. Es mi época favorita del año.

3. A medida de que se hace mayor, se vuelve más introvertido.

4. Mi idea es que mañana salgamos pronto hacia Barcelona.

5. Juan está convencido que va a venir su padre a verlo actuar, pero yo


no lo tengo tan claro.

6. Rosa piensa de que lo mejor es que no vengas mañana.

7. Quiero que te des cuenta de que lo que dices no es verdad.

8. ¿Ya has informado que mañana no vas a ir a trabajar?

9. Ya te advertí de que no vinieras, pero nunca me haces caso.

10. No cabe duda que está muy mejorada desde la última vez que la
vimos.
124 Eduardo España Palop

I) Que relativo sin preposición, que galicado y quesuismo.


Reescriba las oraciones que lo necesiten con su forma correc-
ta:
1. Hay días que es mejor no levantarse de la cama.

2. Estos son los papeles que te hablé la última vez que nos vimos.

3. Estoy buscando el cuchillo que cortas la carne.

4. Ayer estuve en el bar que tú sueles ir habitualmente para ver los par-
tidos de fútbol.

5. Hasta que lo vi no me di cuenta. Fue entonces que descubrí la ver-


dad.

6. Que den un paso adelante los reclutas que sus destacamentos hayan
sido destinados a combate.

7. Hay períodos de la vida que las personas buscamos la soledad.

8. Me explicó que su teoría aún era imperfecta, pero que tenía esperan-
zas de mejorarla.

9. ¿Has leído el último informe que trata del rendimiento escolar de los
estudiantes que sus padres están divorciados?

10. ¿Cuándo te has enterado? Ayer fue que lo supe; me quedé muy sor-
prendido, no me lo esperaba.

J) Identifique cuáles de las siguientes oraciones contienen


alguna incorrección y reescríbalas con la forma aceptada en
cada caso:
1. Ayer vinieron infinidad de alumnos a la conferencia del prestigioso
escritor.

2. Cuando llegó el inspector, se percató de que habían numerosas pistas


en la escena del crimen.

3. Cuando les cogió la policía, los ladrones se quedaron muy sorpren-


didos.
Ejercicios de gramática 125

4. Finalmente, quitándose los zapatos, los periodistas obtuvieron el per-


miso para entrar en la mezquita.

5. El ejemplo de este uso en el texto nos ilustra una construcción a evitar


en la norma lingüística culta del español.

6. Aunque estés convencido que tienes la razón, no puedes hablar así a


tu hermano.

7. Es una pena que, habiendo estado tan unidos, ahora ni siquiera os


saludéis.

8. A las personas mayores les consuela que te preocupes por su salud y


hables un rato con ellas.

9. En la poesía de los Siglos de Oro españoles son muy frecuentes los


hipérbatones.

10. A Juan le gusta quedarse en casa con sus amigos a ver películas,
siempre que no sean wésterns.

K) Lea el siguiente texto, extraiga los errores (cualquiera


de los estudiados), corríjalos y explique cuál es la incorrec-
ción en cada caso:
Ayer estuve por primera vez en una manifestación. Habían muchas per-
sonas venidas de toda España. Se les veía contentas, animadas y se respi-
raba un aire de compañerismo. Al principio, tuvimos que hacer cola para
recoger unas pegatinas que se repartían en unas mesas montadas por la
organización. Cuando empezamos a marchar, vi que en primera fila estaban
el representante del sindicato, además de otras personalidades del mundo
político. Después de una media hora de marcha, me giré y vi que detrás
nuestro aún venía multitud de manifestantes. Me alegré de que la gente se
hubiera movilizado a pesar que los medios de comunicación no respaldaran
este acto. Finalmente llegamos al punto de destino, que casualmente era el
edificio que yo trabajo. En el parlamento de los representantes sindicales se
hizo hincapié en que ya se habían dado demasiados ultimátumes a las insti-
tuciones públicas sin obtener respuestas. Después de esto, nos fuimos unos
cuantos amigos a comer, volviéndonos a casa sobre las ocho de la tarde. Fue
un día muy interesante.
126 Eduardo España Palop

L) Escriba las posibles variantes aceptadas como normati-


vas de las siguientes oraciones:
1. La carga y descarga de productos del camión se realizó muy rápida-
mente.

2. Creemos que debió caerse al tropezar con una piedra, pero no estamos
seguros y él no se acuerda de nada.

3. Me encantaría guiarlas por esta ciudad, si aún no han contactado con


ningún otro guía.
Capítulo 4
EJERCICIOS DE ORTOGRAFÍA
(ACENTUACIÓN Y CUESTIONES
ORTOGRÁFICAS)

Adela García Valle


Universitat de València

1. La acentuación en español
Tras la aparición de la Ortografía de la lengua española (ole)
a finales de 2010, la normativa de la acentuación ha sufrido
una serie de cambios con respecto a lo establecido anterior-
mente en el Diccionario panhispánico de dudas (dpd) en el que
se recogían las novedades más destacadas introducidas a par-
tir de la Ortografía de la Academia de 1999.
Para conocer la nueva normativa a la que nos estamos re-
firiendo, relacionada con la representación gráfica del acen-
to, debe consultarse esta última Ortografía académica, en la
que la rae presenta las reglas generales de colocación de la
tilde, la acentuación de las palabras monosílabas, la de los
diptongos, triptongos e hiatos, la tilde diacrítica y la acentua-
ción de casos concretos como el del adverbio aún frente al
adverbio aun. Establece a la vez la eliminación definitiva de
la tilde en el adverbio solo, en los pronombres demostrativos
y en la conjunción disyuntiva o. Y trata seguidamente tanto la
acentuación gráfica de las formas complejas escritas en una
sola palabra (compuestos, adverbios terminados en –mente y
formas verbales con pronombres enclíticos), como la de las
expresiones complejas formadas por varias palabras bien uni-
das con guion, bien independientes. Igualmente, se dedica
atención a la acentuación gráfica de los extranjerismos, de
los latinismos, de las abreviaciones, de los símbolos y de las
mayúsculas (véase ole: 231-276).
130 Adela García Valle

A continuación, recogemos aquellos aspectos en los que se


ha de insistir por razones de dificultad, de novedad o por su
diferente consideración en esta nueva Ortografía de la Acade-
mia.
Hay que recordar que no se acentúan las palabras agudas
terminadas en más de una consonante: robots, tictacs, mini-
golf, confort, kibutz..., ni las que terminan en el dígrafo –ch:
maquech…, o en –y (por entender que en posición final la ye es
consonante a efectos de acentuación): virrey, convoy, guirigay,
paipay... Igualmente, por esta misma razón, se acentúan las
llanas acabadas en –y: yóquey, yérsey, póney…, además de las
llanas acabadas en el dígrafo –ch: crómlech, o en más de una
consonante: cíborg, wéstern, bíceps, tríceps, fórceps, cómics...
En cuanto a los diptongos y triptongos, que se acentúan si-
guiendo las reglas generales, la normativa académica estable-
ce que las secuencias vocálicas ui o iu deben tratarse siempre
como diptongos a efectos de colocación de la tilde, aunque se
pronuncien como hiatos, y la tilde, si corresponde, se pondrá
sobre la última vocal1: benjuí, interviú, acuífero, casuística, de-
miúrgico, destruir, fluir, incluido...
En el caso de los triptongos, hay una excepción que afecta
a las palabras agudas terminadas con –y, a saber, no deben
acentuarse en ningún caso: Paraguay, cacahuey...
A propósito de los hiatos, ha de tenerse en cuenta que, aun-
que en algunas palabras aparezca la h intercalada entre dos
vocales, esta no impide que el hiato lleve tilde si le correspon-
de: ahínco, vahído, búho, rehúso, prohíben, ahúman, vehícu-

1
La Academia justifica las convenciones que ha establecido para deter-
minar las secuencias vocálicas que deben considerarse siempre hiatos
o siempre diptongos o triptongos a efectos ortográficos, independien-
temente de la articulación real de los hablantes en cada caso, por la
necesidad de «evitar la dispersión gráfica a que conduciría que cada
hablante aplicara las reglas de acentuación de acuerdo con su modo
particular de pronunciar estas secuencias» (ole: 233).
Ejercicios de ortografía (acentuación y cuestiones ortográficas) 131

lo... Ahora bien, la h intercalada entre dos vocales no significa


que dichas vocales formen necesariamente un hiato: buhardi-
lla, ahumar, ahijado... (diptongos en todos los casos). Asimis-
mo, hay que atender a los hiatos formados por dos vocales
iguales para no caer en el error de colocar incorrectamente la
tilde por contagio. Así pues, chiita, diita, Rociito… no llevan
tilde dado que son llanas acabadas en vocal, frente a chií, día,
Rocío… con tilde, según las reglas generales (ole: 239).
La novedad que se introdujo en la Ortografía académica
de 1999 se impone ahora definitivamente como norma y sin
excepciones. Tiene que ver con las dos combinaciones vocá-
licas que deben considerarse siempre diptongo a efectos de
acentuación gráfica. Son las siguientes:
1. la combinación de dos vocales cerradas distintas (iu, ui),
a la que ya nos hemos referido, y
2. la combinación de vocal abierta (a, e, o) + vocal cerrada
(i, u), o viceversa, siempre que la cerrada no sea tónica.
Al seguir esta norma, algunas palabras que antes se consi-
deraban bisílabas pasan a verse como monosílabas y deben es-
cribirse sin tilde. «Se trata de formas verbales como crie, crio,
criais, crieis y las del voseo crias, cria (de criar), fie, fio, fiais,
fieis y las del voseo fias, fia (de fiar), flui, fluis (de fluir), frio,
friais (de freír), frui, fruis (de fruir), guie, guio, guiais, guieis y
las del voseo guias, guia (de guiar), hui, huis (de huir), lie, lio,
liais, lieis y las del voseo lias, lia (de liar), pie, pio, piais, pieis
y las del voseo pias, pia (de piar), rio, riais (de reír), de sustan-
tivos como guion, ion, muon, pion, prion, ruan y truhan, y de
ciertos nombres propios como Ruan y Sion» (ole: 235-236).
A estas formas, Gómez Torrego (2007: 38, 41) añade cie, cio,
ciais, cieis (de ciar).
Además, aunque la Academia permitía que estas palabras
se escribieran con tilde si las combinaciones vocálicas se pro-
nunciaban como hiatos, por ser así palabras bisílabas y agu-
das acabadas en vocal, –n o –s (pronunciación mayoritaria en
España: fié, huí, riáis, guión, truhán, etc.), a partir de la nueva
132 Adela García Valle

Ortografía académica se establece que se escriban obligatoria-


mente sin tilde «sin que resulten admisibles, como establecía
la Ortografía de 1999, las grafías con tilde» (ole: 235-236).
Por la misma razón, otras palabras como guiamos, cruel,
hiato, riel, acentuar… se escriben sin tilde siguiendo las reglas
generales (tal como ya se indicaba en el dpd: 636).
En cuanto a la tilde diacrítica, la Academia presenta todas
las precisiones necesarias para utilizarla con corrección, así
como la lista de las palabras monosílabas y bisílabas que la
llevan. Se trata de los monosílabos tónicos tú, él, mí, sí, té, dé
sé y más, y de las palabras qué, cuál/es, quién/es, cómo cuán,
cuánto/a/os/as, cuándo, dónde y adónde, algunas de ellas tam-
bién monosílabas2 (ole: 239-268). Algunos autores difieren de
la rae, como por ejemplo Gómez Torrego (2007: 25-28), para
quien el plural de té (‘planta’, ‘infusión’), debería escribirse sin
tilde, mientras que la Academia establece este plural con tilde,
tés (ole: 243).
Con respecto a la lista de palabras con tilde diacrítica pre-
sentada por la rae, conviene hacer algunas indicaciones a pro-
pósito de las palabras que se han eliminado de ella.
En primer lugar, desaparece definitivamente la posibilidad
de escribir con tilde el adverbio solo. Ya en el dpd (639) se
insistía en que solo, utilizado como adverbio, no debía llevar
tilde, aunque se permitía escribirlo con tilde en casos de am-
bigüedad con solo (adjetivo o sustantivo):
• Llegó un hombre solo (= ‘sin compañía’) vs. *Llegó un hombre sólo (=
‘solamente’).

2
La rae explica detalladamente tanto todos los casos en los que estas pa-
labras se escriben con tilde como todos aquellos en los que se escriben
sin tilde. Por poner un ejemplo, en algunas ocasiones una estructura in-
terrogativa o exclamativa directa escrita entre signos de interrogación
o de exclamación no va introducida por un interrogativo o exclamativo
tónico, sino por conjunciones o relativos átonos que, por lo tanto, se
escriben sin tilde: ¡Que tengáis un buen día! (ole: 248).
Ejercicios de ortografía (acentuación y cuestiones ortográficas) 133

A partir de la nueva Ortografía de la Academia, se establece


que se prescinda de la tilde en el adverbio solo, incluso en los
casos de ambigüedad, los cuales se considera que «son muy
poco frecuentes y fácilmente resueltos por el contexto» (ole:
241).
En segundo lugar, tampoco los demostrativos deben llevar
tilde en ningún caso: quiero este, dame esos, mira aquella....
por las mismas razones expuestas arriba, ni siquiera en casos
de posible ambigüedad3.
En tercer lugar, se considera incorrecto tildar la conjun-
ción disyuntiva o cuando aparece entre dos números, dado
que se trata de una palabra átona cuya tilde «se basaba en
razones meramente gráficas (evitar la confusión con el cero
en expresiones numéricas escritas con cifras), y que hoy no se
consideran suficientes» (ole: 241).
En cuarto lugar, el caso de aún / aun se considera al mar-
gen de los usos de la tilde diacrítica. Este adverbio «puede
pronunciarse en español como una palabra tónica con hiato:
[a.ún] (No la he visto aún); o como una palabra átona con dip-
tongo: [aun] (Aun cuando sea verdad no te creerán)» (ole: 271).
La primera debe escribirse con tilde y la segunda sin ella4.
En cuanto a la acentuación de las palabras compuestas,
hay que señalar, por un lado, con respecto a los compuestos
sintagmáticos, que si se unen con guion, ambos elementos
se escribirán con tilde si les corresponde, en cambio, si van
unidos sin guion, solo se tildará el segundo elemento del com-

3
En el dpd (639) se establecía como excepción que los pronombres de-
mostrativos pudieran escribirse con tilde en casos de ambigüedad ma-
nifiesta en cuanto al significado. De esta manera, se permitía la siguien-
te distinción gráfica: *Dice que vendrá ésta mañana vs. Dice que vendrá
esta mañana. A partir de la nueva Ortografía el primer ejemplo es inco-
rrecto al escribirse el pronombre demostrativo con tilde. En estos casos
la ambigüedad debe resolverla el contexto.
4
Los valores de aún y aun los recoge la Academia de forma muy detalla-
da (ole: 271-272).
134 Adela García Valle

puesto siguiendo las reglas generales5. Por otro lado, ya desde


la Ortografía académica de 1999, las formas verbales con pro-
nombres enclíticos deben acentuarse siguiendo las normas
generales: cayose, pidiole, estate, deles… (llanas terminadas en
vocal, o en –s), mírame, dámelo, habiéndosenos... (esdrújulas
o sobresdrújulas).
Asimismo, se mantiene la norma, establecida en la Orto-
grafía de 1999, de acentuar según las reglas generales, una vez
más, únicamente los extranjerismos castellanizados, incluso
los nombres propios. Así se escriben con tilde: buró, están-
dar, búnker, baipás, buldócer, buqué, bluyín (ingl. blue jeans),
cáterin, París, escúter, paspartú (fr. passe-partout), ambigú,
máster… También siguen las reglas generales los latinismos
adaptados al español: réquiem, cuórum, ídem, plácet, estatus,
currículum... y las abreviaturas, si la palabra no abreviada lle-
va tilde en la vocal: pág. (página), núm. (número)…, al igual
que las iniciales de los nombres propios deben conservarla
si corresponde: Á. (Ángel). Los acrónimos lexicalizados, con-
vertidos en nombres propios o comunes, siguen las reglas ge-
nerales de acentuación: Fundéu (acrónimo de Fundación del
Español Urgente)…
Por lo que respecta a las palabras con dos acentuaciones
posibles admitidas, en el dpd se suprimieron variantes como
eléctrodo, farrago, metéoro, orgia, pentágrama, rail, réptil, torti-
colis, utopia, alergeno, etc. Con anterioridad ya se habían eli-
minado variantes como acne, osmosis, parasito, etc. (drae).
Gómez Torrego ofreció una extensa lista de palabras admi-
tidas con dos acentuaciones (2007: 65-71)6.

5
La presencia o ausencia del guion en los compuestos sintagmáticos de-
pende del grado de fusión de sus elementos, según se establece en la
ngle (761-763).
6
Tan solo debería señalarse que en el caso de atmósfera y atmosfera, la
última, incorrecta en opinión de Gómez Torrego, no la ha eliminado la
Academia, aunque dice que está en desuso y debe evitarse (dpd: 72), ya
que esta palabra ha de pronunciarse como esdrújula. Del sufijo –sfera,
Ejercicios de ortografía (acentuación y cuestiones ortográficas) 135

2. Los signos de puntuación en español


Como ya explicó la rae (dpd: 604), los signos ortográficos,
cuyos usos se establecen por convención, son marcas gráficas
que ayudan a leer y a interpretar correctamente los textos.
Los signos ortográficos que señalaba el dpd eran los de pun-
tuación y los signos auxiliares, incluyendo en estos últimos la
diéresis y la tilde. Las normas de utilización se encuentran en
las diferentes entradas de cada signo.
La nueva Ortografía de la Academia introduce algunas pre-
cisiones. La primera consiste en establecer como signos orto-
gráficos, junto a los de puntuación y a los auxiliares, también
los diacríticos, a saber, la tilde y la diéresis, que dejan de tra-
tarse, por lo tanto, como signos auxiliares (ole: 279-280).
Los signos de puntuación son los siguientes: coma, comi-
llas, corchetes, dos puntos, signos de interrogación y de excla-
mación, paréntesis, punto, puntos suspensivos, punto y coma
y raya. Estos signos tienen como funciones
marcar las pausas y la entonación con que deben leerse los enunciados,
organizar el discurso y sus diferentes elementos para facilitar su compren-
sión, evitar posibles ambigüedades en textos que, sin su empleo, podrían
tener interpretaciones diferentes, y señalar el carácter especial de determi-
nados fragmentos de texto —citas, incisos, intervenciones de distintos inter-
locutores en un diálogo, etc.— (dpd: 604).

De la lista de signos auxiliares que recogía el dpd se ha eli-


minado en la nueva Ortografía de 2010, tal como ya hemos se-
ñalado, la diéresis y la tilde, que pasan a ocupar un apartado
propio, el de los signos diacríticos. Los otros signos auxiliares

se dice que en el español de América se prefiere la pronunciación es-


drújula de las palabras que lo llevan: atmósfera, biósfera, estratósfera,
hidrósfera, etc., a diferencia del español de España que prefiere la pro-
nunciación llana, excepto atmósfera. Así, biosfera, estratosfera, hidros-
fera, etc. (dpd: 599). Y, en el caso de pelícano, sustantivo, ‘ave acuática’,
y pelicano, adjetivo, ‘de pelo cano’, se trata de palabras diferentes, con
distintos significados, de ahí que Gómez Torrego no las recoja en su
lista.
136 Adela García Valle

que aparecen en el dpd son estos: apóstrofo, asterisco, barras,


guion, llave y párrafo7. Con respecto a algunos de estos sig-
nos auxiliares, la ole presenta varias precisiones y añade otros
signos nuevos. Por un lado, distingue el guion (-) del guion
bajo ( _ ), así como la barra (/) de la barra doble (//), de la
barra inversa (\) en informática, de la barra vertical o pleca
(|) y de la doble barra vertical o pleca doble (||); y prefiere la
denominación de ‘signo de párrafo’ a la de ‘párrafo’. Por otro
lado, añade la antilambda o diple (simple: >, <; o doble: < >),
la flecha (→, ←, ↑, ↓, ↔, ↕) y el calderón (¶).
Tras la publicación del dpd, fueron varios los manuales de-
dicados a matizar todas las indicaciones académicas, señalan-
do más ejemplos, explicaciones concretas sobre las diferentes
normas de puntuación y, en ocasiones, también ejercicios.
Ahora bien, tras la reciente aparición de la última Ortografía
académica, disponemos de toda la información precisa para
utilizar correctamente los signos ortográficos. A modo de re-
sumen de las consideraciones normativas que presentan tanto
la Ortografía de la rae como los trabajos que se han ocupado
del tema, señalamos algunas indicaciones de relevancia para
la correcta redacción de textos, insistiendo principalmente en
el uso adecuado de la coma.
Así pues, en ejemplos como los siguientes:
• Paella como todos los domingos vs. Paella, como todos los domingos

puede decirse que es correcta tanto la ausencia como la pre-


sencia de la coma. Es decir, si el complemento verbal se antici-
pa, anteponiéndose al verbo, y se presenta como tópico o tema
del que se va a dar una información, puede separarse con coma,
puesto que altera el orden oracional regular: sujeto + verbo +
complementos (cd, ci, cc). Ahora bien, la coma solo es obliga-
toria cuando hay que distinguir entre diferentes significados

7
Véanse, entre otros, Aleza (2006a: 148-199) y Gómez Torrego (2007: 77-
120).
Ejercicios de ortografía (acentuación y cuestiones ortográficas) 137

posibles. De esta manera, en el primer caso, el significado sería,


por ejemplo, ‘aquí se sirve paella igual que todos los domingos’,
y, en el segundo caso, como sería verbo y la oración significaría
‘yo como paella todos los domingos’; al adelantar el cd (paella)
al verbo y darse un caso de ambigüedad significativa, la coma
resultaría necesaria en este último caso.
La única precaución a la que habría que atender en el uso
de la coma sería la de no romper el orden oracional lineal, te-
niendo especial cuidado en no separar nunca sujeto de verbo
mediante una pausa:
• *Más adelante, el mismo autor, explicó la motivación que le impulsó a
presentar su obra.
[Más adelante, el mismo autor explicó la motivación que le impulsó a
presentar su obra].

En dos casos podría darse esta circunstancia, en primer


lugar, si entre el sujeto y el verbo hay un inciso:
• Más adelante, el mismo autor, en un intento de aclarar su estilo, expli-
có la motivación que le impulsó a presentar su obra,

y, en segundo lugar, si el verbo está elidido y así se separa el


sujeto de los complementos verbales:
• La primera parte de su obra se basa en sus vivencias personales, la
segunda, en las historias contadas por gente que conoció en sus viajes.

Sería incorrecto igualmente separar el verbo de sus com-


plementos (directo, indirecto, predicativo, régimen o agente),
excepto en el caso de que apareciera un inciso tras el verbo
aislado entre comas.
Por otro lado, la coma se utiliza para insertar incisos:
• Fueron a visitar a Juan, el hermano de María, al hospital,

oraciones adjetivas explicativas:8

8
En el caso de las oraciones de relativo explicativas, aisladas de la ora-
ción principal mediante comas, ha de evitarse separar el sujeto del
138 Adela García Valle

• Los chicos, que estaban en el sótano, pudieron acercarse rápidamen-


te;

aposiciones:
• Todos los participantes en la competición, exhaustos, se retiraron tem-
prano;

vocativos:
• Escuche, Presidente, la opinión de la gente;

interjecciones:
• No pude, ay de mí, llegar a tiempo

y todo tipo de expresiones accesorias:


• Se trataron temas conflictivos en la reunión, dime si esto te parece
oportuno, y nadie mostró reparos.

La coma también permite separar, en las oraciones com-


puestas, las subordinadas adverbiales, si van antepuestas a las
oraciones principales:
• Como no podía, no se presentó.

Asimismo, pueden separarse con coma, si se colocan al


principio de la oración, los tópicos, los adverbios…:
• Afortunadamente, los asistentes al acto se marcharon muy tranquilos;

las locuciones adverbiales:


• De buena fe, presentó su testimonio;

verbo: *La reunión que duró dos horas, se celebró en la Sala de Juntas
[La reunión, que duró dos horas, se celebró en la Sala de Juntas]. Estas
oraciones, como incisos que son, pueden separarse también mediante
las rayas o los paréntesis, aunque no es tan frecuente: La reunión —que
duró dos horas— se celebró en la Sala de Juntas; La reunión (que duró
dos horas) se celebró en la Sala de Juntas.
Ejercicios de ortografía (acentuación y cuestiones ortográficas) 139

y las construcciones preposicionales que, sin ser oraciones,


aportan valores circunstanciales de condición, causa, conce-
sión…:
• En tal caso, no se tomará ninguna decisión…;

así como los complementos circunstanciales:


• En la reunión de la semana pasada, se acordó solucionar los proble-
mas;

aunque, si estos últimos son cortos, la coma no resulta apenas


necesaria:
• En la reunión se acordó solucionar los problemas.

La coma está presente en las enumeraciones:


• Se escucharon aplausos, gritos, silbidos y risas entre los asistentes;

incluso de miembros gramaticalmente equivalentes:


• Estaba preocupado por su salud, por su trabajo, por su familia…;

en las correlaciones:
• Una vez expuestos los temas que van a tratarse, bien de historia, bien
de geografía, habrá un debate;

tras determinados enlaces explicativos, aditivos, adversativos,


concesivos, consecutivos, reformuladores, ejemplificativos,
rectificativos, recapitulativos, conclusivos, de ordenación, de
apoyo argumentativo o de digresión como esto es, es decir, a
saber, además, más aún, dicho de otro modo, en otras palabras,
ahora bien, al contrario, en cualquier caso, así pues, más bien,
mejor dicho, en conclusión, en definitiva, a continuación, por
último, dicho esto, pues bien, a propósito, por cierto, etc. Y, en
el caso de que haya intención de enfatizar, todos estos enlaces
podrían ir seguidos de punto y coma.
Por otro lado, la manifiesta incompatibilidad de la coma
con las conjunciones y, e, ni, o, u solo se cumple si este signo
ortográfico se utiliza para separar en una enumeración o en
140 Adela García Valle

una serie los elementos o miembros equivalentes sintáctica-


mente. Por lo tanto, puede colocarse una coma ante la con-
junción que introduce el último elemento de una enumera-
ción si este no pertenece a la misma serie o sirve para indicar
una conclusión o una consecuencia.
• Llegó hambriento, cansado, triste, y se acostó.

Hay que advertir que, en ocasiones, la coma puede antece-


der a una de estas conjunciones e incluso llegar a ser necesa-
ria si, por ejemplo, la conjunción y tiene un valor adversativo
o si inmediatamente antes de la conjunción hay un inciso.
Igualmente, puede colocarse una coma tras una de estas con-
junciones, si le sigue un inciso (ole: 324).
• Quería conseguirlo, y no lo intentó (y con valor adversativo); o
Se llevó el libro, que estaba encima de la mesa, y el resto de papeles; o
Podría subir a la montaña o, por el contrario, dirigirse al valle.

En cuanto a la abreviatura etc., es obligatorio colocar la


coma tras el punto si no se quiere cerrar el enunciado.
Los sobrenombres o seudónimos que pueden ir solos o an-
teponerse al nombre al que se refieren van entre comas:
• Simón Bolivar, el Libertador, es considerado…;

porque puede decirse también:


• El Libertador es considerado…, o
El Libertador, Simón Bolivar, es considerado…

En cambio, los sobrenombres que deben necesariamente ir


acompañados del nombre propio se unen a este sin coma:
• Alfonso II el Casto, Alfonso X el Sabio, Guzmán el Bueno…;

porque no puede decirse:


• *El Bueno…, o
*El Bueno, Guzmán,…

Tras los saludos que figuran como encabezamientos de las


cartas, ha de colocarse dos puntos, no coma, es decir,
Ejercicios de ortografía (acentuación y cuestiones ortográficas) 141

• Querida María:

En las expresiones numéricas, la coma separa la parte ente-


ra de la decimal y siempre se escribe abajo (arriba sería após-
trofo). En ole se explica que es preferible el punto a la coma
para unificar esta práctica entre los diferentes países, es decir:
• *166’386
[166.386 o 166,386].

En la expresión de las horas deben utilizarse los dos pun-


tos. Señala la Academia que fuera de textos técnicos, en el uso
común, puede colocarse también el punto, pero no la coma.
En ambos casos el signo de separación se escribe pegado a los
dígitos que lo preceden y lo siguen (ole: 690):
• *18’30 h
*18,30 h
[18:30 h, 18.30 h].

Ahora bien, en matemáticas, los dos puntos (‘división’) van


separados de los números por un espacio, 4 : 2.
Los números de teléfono pueden presentarse bien separa-
dos, sin ningún signo ortográfico, bien con guiones, aunque
la primera posibilidad es la preferida. En ningún caso ha de
utilizarse el punto:
•*96.399.24.54
[96 399 24 54 o 96-399-24-54].

Siempre hay que colocar el punto detrás del paréntesis, no


al revés:
• *(2010.)
[(2010).]

y en casos como:
• *¡Cuánto tiempo ha pasado!.

el punto no es correcto; solo sería correcto si se colocara de-


trás de un paréntesis:
• (¡Cuánto tiempo ha pasado!).
142 Adela García Valle

Mientras se dice correctamente punto y seguido y punto y


aparte, no es válido *punto y final, sino punto final. El nom-
bre punto y coma es invariable en plural, es decir, los punto y
coma.
Los puntos suspensivos pueden ir colocados correctamen-
te tras un punto de abreviatura:
• Sr….

La única excepción la constituye la abreviatura etc. No se


acepta que venga seguida de puntos suspensivos por redun-
dante e innecesario.
Sin embargo, tras los puntos suspensivos, no ha de ponerse
nunca un punto final:
• *No sería correcto….
[No sería correcto…].

Incluso puede ocurrir que se presenten cinco puntos se-


guidos, siempre que los puntos suspensivos vayan detrás del
punto de una abreviatura y se cierre la oración con el signo de
interrogación:
• ¿Viste a ese Sr….?

No se pone punto en las fechas de los años, ni en la nume-


ración de las páginas, ni en los códigos postales, etc.:
•*año 1.989; *página 3.422; *código postal 46.010…
[año 1989; página 3422; código postal 46010…]

Es correcto combinar los signos de interrogación y de ex-


clamación:
• ¡Cómo se ha atrevido? ¿Cómo se ha atrevido!;

aunque se prefiere utilizar los dos signos a la vez:


• ¡¿Cómo se ha atrevido?! ¿¡Cómo se ha atrevido!?
Ejercicios de ortografía (acentuación y cuestiones ortográficas) 143

3. Ejercicios de acentuación
3.1. Coloque la tilde siempre que corresponda a las siguientes
palabras agudas

abril Orleans ojala


ademas hotel jamas
amais periodicidad azahar
anis popurri habilidad
ataud preve tengais
atras razon Guadix
callo relax dean
carcaj tictac cruel
casual tictacs huid
casualidad salud esqui
coñac sinceridad esquis
sutil tahur despues
chale ruin debuts
da (verbo dar) de (verbo dar) di (verbo dar)

3.2. Coloque la tilde siempre que corresponda a las siguientes


palabras llanas

alferez previo revolver


angel Sanchez acentuas
deme cayeron ateismo
angustia triceps detente
diagrama volumen master
dictamen comic estate
cadaver comics arcaismo
gravamen habil canoa
retahila sintaxis desahucio
imbecil inmovil cohibido
cuenten movil supieseis
evacua pediatra seme
verosimil tesis vaho
amabais adecua examen
restaurante arbol record
estandar diciembre acrobacia
imagen intervalo cesped
eslogan Jimenez palpitante
cerumen dolmen super
climax estese torax
144 Adela García Valle

crisis Gonzalez Perez


huesped germen mastil

3.3. Pronuncie adecuadamente las siguientes palabras, acentúe-


las y explique la presencia o ausencia de tilde en ellas

acabose Rociito apoplejia


accesit futil rail
asimismo futiles railes
requiem garrulo ‘charlatán’ dalai-lama
cariz garrulo ‘torpe’ arduamente
causticamente guau agora
cenit heroicamente nausea
concluido farmaceutico atmosfera
constituido feucho solamente
chii idem solo
chiies impavido sutil
chiita inclito sutiles
livido incluido sutilmente
libido influido livor
vigesimoseptimo ascetico-mistico regimen
tedeum pag. regimenes
caterin miau caracter
quorum jesuita caracteres
disminuido Nobel idoneo
diurno novel ti
equivoco num. manager
especimen fluido rodapie
especimenes convoy placet
cantabro-astur procer eramos
ibamos vamonos dimelo

3.4. De las siguientes formas verbales, algunas presentan dip-


tongos, triptongos o hiatos y otras pronombres enclíticos.
Señálelos y justifique la presencia o ausencia de la tilde en
ellas

fui dividíos dijeseis


caíais comisteis comeréis
hui dijérase fue
huis dijerais dais
reíd dio creéis
Ejercicios de ortografía (acentuación y cuestiones ortográficas) 145

reíme liais ibais


reír fuisteis caéis
ríete vio sabéis
reís veíais cuídala
reíais oír leéis
reímos oís timáis
reíamos averiguábamos recluís
callaos averiguabais traigáis
poneos atestigüéis caísteis
atestiguáis seríais

3.5. Arcoiris, imbuido, freir, acuifero, oleicola, sexapil, roido,


leal, Saez, elepe, admon. ¿llevan tilde? Estas son algunas de
las palabras que se encuentran en los textos que aparecen a
continuación y que hay que acentuar correctamente9

1. La Isla de Chiloé fue el ultimo territorio americano en ser liberado


de España y hasta hoy mantiene un caracter distintivo de una gran fami-
lia; la retirada española fue firmada en el Fuerte de San Antonio de Ancud.
En realidad, quien llega a Puerto Montt y no visita Chiloé esta perdiendo
de conocer una de las zonas mas bellas de Chile, caracterizada por aguas
transparentes, variaciones de mareas (similares a las Rias de Galicia, Espa-
ña), verdes intensos, arcoiris multicolores, ademas de exquisitos mariscos
y acogedores habitantes (Lux, Gastón (1997), Descubramos Chile, Viña del
Mar, Gastón Lux).

2. Esta es, escuetamente descrita, la realidad Guevara. Vale decir, la de


un ideologo marxista que empuño las armas para imponer tal ideologia y,
como integrante del gobierno aposentado en Cuba, es responsable de in-
numerables ejecuciones de opositores, llevadas a cabo alli luego de seudo-
juicios realizados por tribunales populares. ¿Y cual es la otra realidad, la
encarnadura del mito que ha hecho del «Che» una figura emblematica, que
adorna remeras, posters y stickers, sin que quienes consumen tales produc-
tos tengan nociones demasiado precisas respecto de esa figura, competidora
de otras pertenecientes al mundo del rock, de los deportes o de los desfiles
de alta costura? Como suele suceder, la realidad del mito no se corresponde
exactamente con la del objeto mitificado. Pues aquella ha hecho de Guevara
un heroe romantico, imbuido de ideales solidarios, que ofrendo la vida en-

9
Los textos proceden de Real Academia Española: Banco de datos (CREA)
[en línea]. Corpus de referencia del español actual, <http://www.rae.es>
[consultado el 02/07/09].
146 Adela García Valle

rolado en una cruzada redentora. Pero, como punto final a estas reflexiones,
parece oportuno asentar un detalle significativo: aunque el mito del «Che»
tenga escasos puntos de contacto con la realidad Guevara, esta impregna a
aquel en alguna medida. En la medida suficiente para que sus cultores ob-
serven con benevolencia la ideologia que alento el idolo a quien veneran (La
Nueva Provincia, 06/10/1997: «La forja de un mito», Bahía Blanca).

3. Ya hemos comentado en alguna ocasion los beneficios que representa


para la salud, en comparacion con otras tecnicas culinarias, la fritura de
alimentos en baño de aceite. De forma resumida podriamos destacar: por
quedarse el aceite en la sarten y no ser consumido, por la moderada agresion
termica que sufre el alimento al crearse una «costra protectora» alrededor
del mismo, por el menos tiempo de actuacion de la grasa caliente sobre el
alimento y la no presencia de oxigeno en el proceso, y por el intercambio
beneficioso de grasa que se produce al freir alimentos como la carne (A tu
salud. Suplemento Salud de La Razón digital, 11-17/03/2004: «Frituras y re-
bozado», Madrid, Grupo Planeta).

4. El director general de Nestlé Waters aseguro durante el acto de la


firma del acuerdo que la empresa, que ya cuenta con otras tres plantas em-
botelladoras en España, ha invertido mucho tiempo en localizar un acuifero
que reuniera las condiciones exigidas. El agua de Herrera del Duque es,
segun Signoret, equilibrada, fina, y de gran calidad, ademas se localiza en
una zona estrategica para la expansion de la firma en la zona sur, oeste y
centro de la Peninsula (Aqua. Revista trimestral del Agua, nº 6, 07-09/2003:
«Agua e Industria», Mérida, Consejería de Obras Públicas y Turismo, Junta
de Extremadura).

5. Asistimos a una impresionante reivindicacion del aceite de oliva vir-


gen extra, un tesoro tan precioso como un buen vino («aceite y vino, balsamo
divino», decia el refran). Igual que con el vino, con el aceite puede hablarse
de buenas o malas cosechas, y de la existencia casi de una variedad ideal
para cada plato o uso, pues a tanto llega la riqueza oleicola nacional. No se
puede utilizar el mismo aceite, aunque sea virgen extra, para el pan, para
una ensalada de lechuga y tomate o para una ensalada que tenga trufa o
langostinos. Pero antes estuvo la aceituna. En la Edad Antigua, los egipcios,
grandes consumidores de aceitunas, atribuian a Isis el arte de la fabricacion
de aceite. Mientras, la tradicion griega señala que Palas hizo brotar el olivo
en la Acropolis de un lanzazo y enseño a los hombres su cultivo y su empleo.
Sea como fuere, el fruto del olivo procede del vocablo «aceite» que, a su vez,
viene del arabe «az-zait» o zumo de la oliva (A tu salud. Suplemento Salud
de La Razón digital, 11-17/03/2004: «Todas las variedades de aceite de…»,
Madrid, Grupo Planeta).
Ejercicios de ortografía (acentuación y cuestiones ortográficas) 147

6. Por supuesto, la Susi se organiza de un modo mas ludico y sensual, lo


que nos obliga a establecer, como si yo fuera la patronal y ella los sindicatos,
un acuerdo de minimos. El primero, sobre la hora mas adecuada para votar.
Segun la Susi, la hora debe estar en funcion de una de las reglas funda-
mentales del Plan Preysler, belleza de por vida: haber dormido mucho […].
Tambien hay que ir bien vestida, bien arreglada y sin la ordinariez esa de las
gafas oscuras, porque a la hora de votar hay que enseñar los ojos, aunque se
corra el riesgo de bizquear por culpa de algun interventor que combine con
la sabiduria justa la conciencia politica y el sexapil. Y quien dice interven-
tor dice interventora, faltaria mas, porque de eso, como de combinaciones
de conciencias politicas y sexapiles, hay para todos los gustos (El Mundo,
03/03/1996: «EDUARDO MENDICUTI. Hoy», Madrid, Unidad Editorial).

7. Precedido por el perro, se encamino hacia el bote desventrado en la


hierba. Debajo del costillar roido, la palida y taciturna Elmyr habia olvida-
do su caja de pinturas. Cuando se puso en cuclillas junto al bote, Mao ya
mordisqueaba el gran tubo de pegamil, machacado y espanzurrado. En su
interior, la pasta estaba reseca. Comprobo que el perro tambien habia traido
hasta alli una vieja brocha de afeitar y un cuenco para el jabon. Al desplazar-
se un poco hacia la derecha, girando sobre las puntas de los pies, la caja de
carton aparecio semiabierta, apoyada de canto en la tabla esponjosa (Marsé,
Juan (1978/1993): La muchacha de las bragas de oro, Barcelona, Planeta).

8. El presidente puso en la cabeza de la administracion publica a su fa-


milia, a sus amigos y a quienes le financiaron la campaña electoral. Este ne-
potismo y esta simonia le resultaron nefastos. Con excepciones, el gabinete
asi conformado le salio de mediocre a pesimo. Los ministros de Educacion
y Energia fueron una continua fuente de escandalo, corrupcion, violencia y
cinismo. El imprudente secretario administrativo le salio un leal quintaco-
lumnista; el ministro de Gobierno, inoperante; el procurador y el contralor,
personas de mala reputacion, obsecuentisimos servidores del presidente
(Vistazo, 06/02/1997: «Del triunfo a la agonía», Quito, Ecuanet).

9. La mire y ella me devolvio una mirada impavida, donde se escondia,


quizas, una chispa de ironia. Hice un rapido esfuerzo para acordarme del
nombre que me habian inventado y que acababa de repetirle a la dependien-
ta, y despues, para estar mas seguro, lo lei en la tablilla: Demetrio Aguilera
Saez. Ese soy yo, me dije. Mi padre se llamaba Demetrio, igual, o quizas
Jose Demetrio, y mi madre, Emelina, doña Emelina Saez, nacida en Talca la
Ilustre. Pague la fotografia con una sonrisa, casi con una risa desfachatada,
porque no es posible cuidarse las 24 horas del dia, pensamiento que tambien
suele acudirme a la mente cuando estoy en Berlin, en el otro lado, y empren-
di el regreso a mi hotelucho de la Plaza de Armas (Edwards, Jorge (1987): El
anfitrión, Barcelona, Plaza y Janés).
148 Adela García Valle

10. Las posibilidades formativas de la lengua. Junto con los prestamos,


se puede incrementar el lexico de una lengua creando palabras a partir de
las ya existentes por medio de procedimientos morfologicos particulares
[…]: la prefijacion, la sufijacion, la composicion, la parasintesis, la abrevia-
cion: siglas (ONU, MEC, algunas lexicalizadas: ovni, elepe, radar), abrevia-
turas (Sr., tel., admon.), acronimos (motel, informatica, cd, cobol, basic) y
acortamientos (bici, zoo, bus, cantautor, expoarte) (Pascual, J. A., Alcalde, L.,
Castro, L. (1997): Lengua castellana, Madrid, Santillana).

4. Ejercicios de puntuación
4.1. Coloque las comas que sean necesarias en las siguientes
oraciones y explique las razones de su presencia en ellas

1. A la reunión asistieron por lo menos veinte personas.

2. A su boda acudió toda la familia: padres hermanos abuelos primos


etc. para participar en la celebración acompañar a los novios y asistir al
convite.

3. Al parecer la policía no pudo detener al delincuente.

4. Alberto el mayor de sus hermanos es un abogado muy prestigioso.

5. Compraron muchos libros aunque algunos ya los habían leído.

6. Compró todo lo que pudo en la carnicería: cordero ternera pollo ham-


burguesas longanizas chorizos etc.

7. El entrenador emocionado y satisfecho felicitó a los jugadores.

8. En cuanto conoció los planteamientos de la parte contraria preparó


su defensa.

9. En la estación unos viajeros esperaban la llegada del tren otros pa-


seaban por el andén algunos aprovechaban el tiempo de espera para comer
para beber algo etc.

10. En verano por las tardes pasea por la playa por las noches por el
parque.
Ejercicios de ortografía (acentuación y cuestiones ortográficas) 149

11. Estaba cansado y se fue.

12. Explicó orgulloso que Daniel su hijo pequeño era comparado con sus
otros hijos el más creativo.

13. Ha conseguido ganar el campeonato sin embargo quiere seguir par-


ticipando.

14. Hay que prepararse bien ya que la competencia es dura.

15. He preparado todo lo necesario por lo tanto voy a descansar un


poco.

16. Hizo cuanto le dijeron es decir se cuidó para recuperarse totalmen-


te.

17. Iré a visitarte puesto que te empeñas tanto.

18. Juan viene de León Pablo de Salamanca.

19. La mesa que está al final de la clase está siempre ocupada.

20. Las comidas típicas de algunas regiones como la paella el cocido el


bacalao al pil-pil etc. se promocionan en las ferias gastronómicas.

21. Le encanta la lectura y lee todo lo que encuentra.

22. Le gustaría hacer un viaje alrededor del mundo pero no quiere ir


sola.

23. Leyó las instrucciones montó el aparato lo probó y se lo dio a su


hermano.

24. Los alumnos que son aplicados sacan buenas notas.

25. Los bomberos según informó la prensa llegaron antes que la poli-
cía.

26. Los productos valencianos como el arroz la horchata las naranjas el


embutido el vino etc. están de moda en el extranjero.

27. Luis el piloto salvó la situación.


150 Adela García Valle

28. Llegó a la reunión expuso sus planteamientos atendió las preguntas


y sin esperar más se marchó.

29. Llegó al colegio recogió a su hijo y volvieron juntos.

30. Oye María coge el paraguas.

31. Me iría de viaje ahora mismo si tuviera vacaciones.

32. No dices nada luego crees que es correcto actuar así.

33. No has estudiado por consiguiente no aprobarás el examen.

34. No le gusta la fruta madura sino verde.

35. No lo compró dado que no disponía de dinero en efectivo.

36. No me queda dinero así que me voy a casa.

37. No solo se compró un apartamento sino también un coche nuevo el


mismo año.

38. No tiene posibilidad de presentarse allí conque no podrá aceptar el


ofrecimiento.

39. No vayas Juan.

40. Para salir de la crisis hay que invertir más en investigación.

41. Puesto que nos interesa conocer su opinión pasaremos por su casa
para entrevistarlo.

42. Sé que no lo sabes pues me lo dirías si lo supieras.

43. Seco Manuel: Diccionario de dudas y dificultades de la lengua espa-


ñola.

44. Sí sí ya sé que pasáis el verano en la terraza comiendo cenando ju-


gando viendo la tele charlando en fin todo excepto dormir.

45. Siete por siete cuarenta y nueve.

46. Sorolla el pintor valenciano universal dejó parte de su obra en el


extranjero.
Ejercicios de ortografía (acentuación y cuestiones ortográficas) 151

47. Te ruego hija que no llegues tarde.

48. Tienes toda la razón desde luego es un gran problema.

49. Unos prefieren salir otros estudiar.

50. Valencia 17 de septiembre de 2009.

51. Viernes 25 de diciembre de 2009.

52. Ya hizo su declaración así pues no están dispuestos a retrasarlo


más.

4.2. Justifique la puntuación que presentan los siguientes tex-


tos

1. Vemos cuan distantes se encuentran, entonces, las instituciones de la


democracia directa en su versión contemporánea, dentro de las sociedades
de masas y grandes agrupamientos geo-político-económicos, gerenciados
por funcionarios elegidos y nombrados (Parlamento Europeo, Tribunal In-
ternacional de Justicia, etc.), que representan a millones de electores, en
relación con aquella visión del mundo donde: «Todo ciudadano era conside-
rado responsable y titular de las cosas de la ciudad y, precisamente porque lo
era, se sometía a votación las decisiones políticas, se elegían los magistrados
por votación o por sorteo entre ellos, el órgano de decisión se confundía con
la propia ciudad, igual que el ágora, centro de la vida política, coincidía con
el ágora, centro de la vida social (civil, mercantil, etc.)» (De Cabo de la Vega
16-17, 1994).
En América latina, a finales de la década de 1990, «trece países… regu-
laban a nivel nacional diferentes mecanismos de democracia directa en sus
respectivas constituciones… Sin embargo, a la fecha, sólo unos pocos países
han hecho uso de estos mecanismos, y en algunos casos de forma muy limi-
tada. Otros países que usaron más frecuentemente estos mecanismos de de-
mocracia directa, como Ecuador, lo hicieron bajo un marco constitucional
que ya no existe. En Uruguay, en cambio, los mecanismos preceden a esta
época y los actualmente vigentes datan de 1919…» (Rial 3, 2000).
Para el caso salvadoreño, hay que destacar que ninguno de estos meca-
nismos de la democracia directa está contemplado en la legislación vigente.
Tampoco ha sido una práctica política en nuestro país (Ulloa, Félix (2004),
El dinero y la democracia, <http: www.librosenred.com, Montevideo>).

2. La cocina daba la impresión de ser una catacumba, un lugar secreto


donde unos cristianos, los primeros, se han escondido para celebrar la Euca-
152 Adela García Valle

ristía. Al contemplar la congregación que le rodeaba abarrotando la cocina,


transformando la cocina en cripta, don Ubaldo sólo sintió un sudor frío. En
un instante pudo pensar: No tengo nada que decirles. ¿Qué puedo decirles
yo a todos éstos si les aborrezco y aborrezco ahora la situación en que me
encuentro por su culpa? Quisiera estar lejos de aquí, aislado, salvado, solo.
Pero ya no podía esperar más. Todos aguardaban sus palabras, así que dijo:
«Amadísimos hermanos: ahora que estamos todos aquí, vosotros y yo, yo
no tengo nada que decir que vosotros no hayáis dicho ya mucho mejor con
vuestro ejemplo. Os ruego que al oírme no me miréis a mí, ni tengáis en
cuenta mis pecados, pensad sólo en la fe de la Iglesia». Don Ubaldo dijo
todo esto de un tirón, y no hubiera sido capaz de repetirlo, ni siquiera en
resumen, de habérselo pedido alguien en ese momento. Había hablado sin
pensar, hilvanando ocurrencias piadosas, cristianas, ancestrales, instiladas
durante su educación cristiana. Cualquiera hubiera podido decir algo pa-
recido. Su efecto no dependía de quien lo decía, ¿de qué dependía? Ellos
estaban frente a él, todos aquellos rostros de hombres y mujeres, móviles
como las llamas de las velas, distribuidos en estratos sucesivos de claridad y
oscuridad, de comprensión e incomprensión. Y como no podía don Ubaldo
decir nada propio, y como tampoco podía callarse, tomó el misal y leyó en
voz alta: «Hermanos, demos alegremente gracias a Dios Padre, que nos ca-
pacitó para participar de la herencia de los santos en la luz, fortalecidos en
toda fortaleza…» (Pombo, Álvaro (2004), Una ventana al norte, Barcelona,
Anagrama).

3. Sara aferró la barandilla del porche con las dos manos, cerró los ojos
y se abandonó a la voluntad del viento que barre los suelos, que seca las sá-
banas, que limpia el aire, que airea la sangre estancada en el mohoso abrigo
de la humedad, esa tristeza pantanosa y sucia de los días más cortos. El
levante azotaba su cara, desflecaba su pelo, bailaba dentro de su cabeza e
inundaba sus pulmones con el ritmo necesario, regular, de una marea aérea
y torrencial que afilaba el sentido del verbo respirar. La pesadez del plomo,
la mecánica del óxido, el aterciopelado veneno del musgo huían en tropel,
con esa prisa torpe de los cobardes, ante el empuje de aquel viento formida-
ble, poderoso y paternal, como un dios clásico, y tan apasionadamente leal,
tan imprescindible aquella tarde que, mientras se dejaba atravesar por él,
Sara Gómez Morales sintió que también estaba soplando en la otra mitad
de su vida.
No estuvo fuera mucho tiempo, quizás cinco minutos, tal vez menos,
pero cuando volvió a entrar, entró en una casa diferente, nueva, limpia,
que retenía el espíritu del viento. Entonces recordó lo que decían todos en
el pueblo, y sonrió. Porque el levante se lo lleva todo (Grandes, Almudena
(2002): Los aires difíciles, Barcelona, Tusquets).

4. Porque en el campo no necesitabas estar luchando constantemente


para mantener tu identidad; en el campo sencillamente eras. Se era labrador
Ejercicios de ortografía (acentuación y cuestiones ortográficas) 153

o pastor o vaquero desde el nacimiento hasta la muerte; mientras que el


directivo tenía que conquistar su espacio y su sustancia cada día. Qué situa-
ción tan envidiable: levantarse al alba, atender el ganado, arar los campos,
talar un árbol, regresar a casa felizmente cansado hasta los huesos, comer
con apetito hogazas crujientes; dormir, en fin, el sueño sin sueños de los jus-
tos, el sueño fácil y profundo de aquellos que saben quiénes son. Y tener por
enemigos al hielo y al granizo, y no a tus compañeros de despacho.
O incluso: Por qué no una secta, la contemplación meditativa, el monas-
terio. Sin abandonar su ateísmo anticlerical y militante. César sentía ahora
envidia, sin embargo, de todos esos tipos que habían disuelto el yo en una
idea. Monjes católicos o budistas, células de un cuerpo colectivo que habían
resuelto así, en el amparo de depender de otros, los terrores de lo individual
[…]. Claro que quizá también se diese esa lucha de mutua dominación entre
los Krishna; a lo mejor también se encelaban los unos a los otros por ver
quién tocaba mejor los crótalos, quién bisbiseaba hare-hare con tono más
pesadamente monocorde o quién tenía la pelada cabeza más redonda. No
quedaban paraísos en la tierra (Montero, Rosa (1988): Amado Amo, Madrid,
Debate).

4.3. Puntúe correctamente los siguientes textos


1. Primeros auxilios el efecto del frío puede ocasionar hipotermia y
congelaciones Con tiempo despejado la deshidratación es un problema tan
importante en la alta montaña como en las zonas áridas como en estas los
elementos para reponer la salud deben viajar contigo La oftalmia provocada
por la nieve y la intoxicación por un refugio mal ventilado son otros peligros
[...]
Refugio y fuego debido al viento a las bajas temperaturas y a los agentes
meteorológicos pasar una noche al raso puede ser muy peligroso no obstante
la nieve posee la gran ventaja de permitir fabricar con ella refugios bastante
seguros Obtener fuego se hace muy difícil en zonas nevadas e imposible en
alta montaña si no llevas contigo el combustible y los medios de ignición Un
hornillo resulta vital para calentar un refugio comer caliente o fundir nieve
Agua aunque es posible encontrar agua de fusión o incluso ríos en zonas
nevadas sobre todo en altura el recurso principal lo constituye la nieve y el
hielo fundidos por calor Es imprescindible añadir electrolitos a esta agua
(VV. AA. (1993): Supervivencia deportiva (Manual práctico), Madrid, Acción
Divulgativa)

2. Los cambios en las palabras El conjunto de palabras de las que dispo-


nemos en una lengua es por lo que se ha visto aquí un sistema abierto que
con el paso del tiempo experimenta continuos cambios por eso las palabras
que usamos actualmente no son las mismas que las utilizadas en el caste-
154 Adela García Valle

llano primitivo del siglo xii o el del siglo xviii no se escriben igual puede que
no signifiquen lo mismo y quizá se empleen en situaciones distintas Los
cambios en las palabras pueden afectar a diferentes aspectos
- A la expresión o significante (cambio formal)
- Al significado (cambio semántico) modifica el contenido de una pa-
labra o se crean nuevos significados para expresiones ya existentes en la
lengua (Pascual, J. A., Alcalde, L., Castro, L. (1997): Lengua castellana, San-
tillana, Madrid)

3. No en vano lo decimos y entendemos que hay algo para tener siempre


presente en esas apreciaciones hay un implícito cuestionamiento a algunos
capitostes ultraliberales por ejemplo Alejandro Végh Villegas que todavía se
atreve a dar cátedra que tuvieron durante la dictadura una actuación que a
la luz de los «pichones» que hoy manejan la economía aparece como tibia
Los de ahora se lamentan de que toda la fuerza que pusieron los mili-
tares para reprimir a los sectores representativos de los intereses populares
no sirvió para que paralelamente se concretaran las reformas que eran el
motivo central de la estrategia del Departamento de Estado, imbuido en las
decisiones del Consenso de Washington que entendía que la aplicación del
modelo propuesto sólo era posible en el marco de una tiranía
Las reformas determinaban una rápida marginación de grandes sectores
de población que quedaban excluidos de la sociedad Kissinger el mentor de
la estrategia de los golpes de Estado a lo largo y ancho de América Latina
entendía que era necesario que se conculcaran las libertades y se reprimiera
a sangre y fuego a los pueblos pues de lo contrario no se obtendrían los efec-
tos buscados por los neoliberales
Por ello diseñó un papel específico para que los ejércitos munidos de la
Doctrina de la Seguridad Nacional ejercieran junto a civiles cómplices la
totalidad del poder Para Kissinger el estallido social se convertiría en una
alternativa correlativa a la aplicación de ese liberalismo económico (La Re-
pública, año VI, nº 2025, 28/03/2004: «La libertad, ¿un bien democrático?»,
Uruguay).

5. Esquema con fenómenos de interés


Señalamos, a continuación, una serie de cuestiones rela-
cionadas con la normativa ortográfica. Asimismo, indicamos
los autores y obras que las tratan con el objeto de facilitar su
estudio o consulta:
Ejercicios de ortografía (acentuación y cuestiones ortográficas) 155

1. Acentuación
ole: 212-276
dpd: 14 y 636-641
Gómez Torrego, 2007: 19-73
Aleza (coord.ª) et alii, 2006: 215-222

2. Acentuación de extranjerismos
ole: 602-603

3. Acentuación de latinismos
ole: 608-610

4. Acentuación de abreviaturas, siglas, acrónimos y símbolos


ole: 575-576. Abreviaturas
ole: 583-585. Siglas y acrónimos
ole: 589-591. Símbolos

5. Acentuación de Mayúsculas
ole: 448-449

6. Lista de palabras admitidas por la rae con dos acentuaciones


Gómez Torrego, 2007, I: 65-71

7. Abreviaturas, siglas y símbolos.


Abreviaturas (ole: 568-577; dpd: 8-10), siglas y acrónimos (ole: 577-586;
dpd: 603-604), símbolos (ole: 586-591; dpd: 605), Aleza (coord.ª) et alii, 2006:
137-148
Plural de abreviaturas, siglas, acrónimos y acortamientos (ngle: 164-
169)
Lista de abreviaturas
ole: 701-710

9. Lista de símbolos alfabetizables


ole: 711-718

10. Lista de símbolos o signos no alfabetizables


ole: 719-720

11. Signos ortográficos

a) Signos diacríticos: tilde (ole: 279) y diéresis (ole: 280)

b) Signos de puntuación: coma (ole: 302-348), comillas (ole: 380-386),


corchetes (ole: 370-372), dos puntos (ole: 354-363), signos de interrogación
y de exclamación (ole: 387-393), paréntesis (ole: 364-368), punto (ole: 292-
156 Adela García Valle

301), puntos suspensivos (ole: 394-398), punto y coma (ole: 349-354) y raya
(ole: 373-380)
c) Signos auxiliares: apóstrofo (ole: 433-434), asterisco (ole: 435-437),
barra (ole: 424-427), barra doble (ole: 428), barra inversa (ole: 428), barra
vertical o pleca (ole: 429), doble barra vertical o pleca doble (ole: 429), guion
(ole: 401-423), guion bajo (ole: 424), antilambda o diple (ole: 430), llave (ole:
431), signo de párrafo (ole: 439), flecha (ole: 437) y calderón (ole: 438)
Gómez Torrego, 2007: 77-120
Aleza (coord.ª) et alii, 2006: 137-199

12. Uso de las letras mayúsculas y minúsculas


ole: 442-519
dpd: 422-427
Gómez Torrego, 2007: 149-155

13. Ruptura de palabras al final del renglón


Gómez Torrego, 2007: 143-149
Aleza (coord.ª) et alii, 2006: 175-179

14. Ortografía de las expresiones numéricas


ole: 652-698
dpd: 460-463: Numerales (cardinales y ordinales)
Capítulo 5
CUESTIONES DE ORTOLOGÍA Y DEL
LENGUAJE ORAL

Marta Albelda Marco


Universitat de València

0. Introducción1
La raíz griega orto- significa ‘corrección’ y logos ‘palabra’.
La Ortología es una ciencia normativa, dedicada a la correcta
pronunciación y articulación de las palabras. Ortología es al
lenguaje oral lo que la ortografía es al escrito (Millán Chivite,
1996: 36).
El lenguaje oral, a diferencia del escrito, es instantáneo y
frecuentemente directo, lo que supone una menor retención
temporal; de ahí que sea más voluble a evoluciones y cambios
que puedan devenir por su empleo. De hecho, uno de los me-
canismos propulsores de la evolución formal de las palabras
en la historia ha sido, y es, la incidencia de la fonética. Los
fonemas no son unidades aisladas e independientes, sino que
son afectados por el contexto lingüístico en el que se encuen-
tran. Por ejemplo, los fonemas /b/, /d/, /g/ que se suelen carac-
terizar como oclusivos, y ese es su modo de pronunciación al
inicio de palabra, se fricatizan en algunas posiciones como la
intervocálica.
Hay otros elementos fónicos, como el acento, el ritmo y
la entonación, a los que se ha dedicado poca atención en la
normativa lingüística, y justamente por ser más efímeros en

1
Agradezco sinceramente a Mercedes Quilis la ayuda prestada para la
segunda edición de este capítulo.
158 Marta Albelda Marco

su uso necesitan de un mejor cultivo en su tratamiento. Un


ritmo muy monótono en un discurso puede provocar la des-
conexión en quien escucha; una entonación inadecuada de
una pregunta puede llevar a una respuesta fallida, si el oyente
no la ha interpretado como tal.
La menor estabilidad de lo fónico también ha sido causa de
errores ortológicos que se han ido difundiendo en el uso. Se
recomienda, por ello, la consulta de la Ortografía de la lengua
española (rae, 2010), del Diccionario panhispánico de dudas
(dpd, rae), o de cualquier otro servicio de corrección lingüís-
tica, para los casos concretos y, sobre todo, ante la duda. El
buen hábito de acudir a estas fuentes nos mostrará que no es
un ejercicio baldío sino prudente2.
Son muchas las palabras que, por contagio o por rutina,
pronunciamos de forma desviada y, en general, el principal
problema es que ni siquiera tenemos conciencia de que las
emitimos erróneamente. Al realizar estas consultas, quizás
nos asombrará saber que no se dice ‘preveer’ sino prever, o
que al referirnos al afamado premio Nobel debemos pronun-
ciarlo de forma aguda y no llana (*Nóbel)3. En otras ocasiones
comprobaremos la aceptación de la Academia de más de una
forma; así se aprecia, por ejemplo, en voces admitidas con dos
acentuaciones: período y periodo; médula y medula; olimpiada,
más frecuente en España, sin embargo, en América olimpía-
da; etc.
En este capítulo no solo se tratan cuestiones de norma y
corrección, sino también recomendaciones para el discur-

2
El dpd posee entre sus objetivos la resolución de dudas a nivel ortoló-
gico, pero también existen otras plataformas en línea que persiguen
fines similares, como, por ejemplo, Vademécum. Diccionario de dudas
del español (www.fundeu.es).
3
A lo largo de este capítulo se marcará con el asterisco (*) la pronuncia-
ción incorrecta o vulgar.
Cuestiones de ortología y del lenguaje oral 159

so oral. Se comienza por la unidad más básica, el sonido4, y


se destacan aquellos usos que plantean más errores o dudas
(apartado 1); a continuación se pasa al ámbito de la palabra y
se señalan voces de acentuación o pronunciación incorrectas;
también se advierte sobre la pronunciación de algunos tipos
de palabras como las siglas o los extranjerismos (apartado 2).
Después se atiende a cuestiones suprasegmentales, con espe-
cial atención a la entonación (apartado 3) y, por último, se
ofrecen algunas pautas para la buena oralización de discursos
a partir de textos escritos (apartado 4).
No se trabajan en este capítulo, por no ser su objetivo,
cuestiones de dialectología fonética. Hay que tener en cuenta,
no obstante, que se registran variantes en la pronunciación en
las distintas áreas geográficas del español. Entre los fenóme-
nos dialectales más frecuentes se encuentran el seseo ([tása]
para taza)5, el ceceo ([táθa]/[táza] para tasa) y el yeísmo ([ka-
báyo] para caballo) —existen diferentes tipos de yeísmo según
la zona dialectal. Otros fenómenos fonéticos dialectales son la
aspiración del fonema velar [x] /[j] (ej. [tɾáhe]/[tráhe] para tra-
je, en lugar de [tɾáxe]/[tráje]), monoptongaciones, aspiración
de s final de sílaba (puede provocar confusión con el singular
([lah ‘ehkínah] para las esquinas), igualaciones de los sonidos

4
Se habla de sonido y no de fonema, puesto que técnicamente el primero
alude a la pronunciación, a la materialización fónica, mientras que el
fonema es la abstracción ideal del sonido.
5
Es importante advertir de las convenciones adoptadas en las transcrip-
ciones fonéticas de este capítulo. Se emplean dos tipos, la del sistema
fonético internacional (afi) y la que sigue la Real Academia Española
tanto en el Diccionario panhispánico de dudas (dpd, 2006) como en la
Ortografía de la lengua española (2010). Cuando solo aparezca una op-
ción es porque ambos sistemas de transcripción coinciden; cuando se
ofrezcan dos realizaciones (separadas por una barra), la primera se-
guirá el modelo del afi y la segunda el de la Ortografía. Al final del ca-
pítulo se presentan dos cuadros con la caracterización de cada uno de
estos dos sistemas (anexo). Asimismo, para señalar la pronunciación se
emplean los corchetes rectangulares ([ ]), y para resaltar la grafía, los
corchetes angulares (< >).
160 Marta Albelda Marco

[ɾ]-[l] ([soɾ’δáo]/[sor’dáo] para soldado, etc.), la pérdida del ele-


mento oclusivo de [tʃ] / [ch] ([mu’ʃáʃo] para muchacho), etc.
Para todos ellos, véase el capítulo 2 de este mismo libro (Ale-
za Izquierdo), Vaquero de Ramírez (1996) y Aleza y Enguita
(coords.) et alii (2010).
El cuidado de la ortología debe ser empeño, en especial,
de los medios de comunicación, ya que actúan muchas veces
como referente de prestigio para los usuarios comunes de la
lengua. Asimismo, los programas de enseñanza de la lengua
materna también deberían dedicarle más atención. Particu-
larmente, se recomienda la vigilancia ortológica en situacio-
nes comunicativas más formales y en aquellas en que se habla
en público.
Una advertencia importante es la referida a los sistemas
de transcripción fonética adoptados. Junto al del Alfabeto
Fonético Internacional (afi), se ha decidido emplear también
el que sigue la Real Academia Española en la última edición
de la Ortografía (2010) y en el Diccionario panhispánico de
dudas (dpd). Aunque este modelo no se ajusta a los signos de
los alfabetos más extendidos para el ámbito hispánico (Alfa-
beto Fonético Internacional, afi; Revista de Filologia Espa-
ñola, rfe), se incluye esta transcripción con el único fin de
facilitar al usuario el contraste con estas obras académicas
de referencia. Las convenciones de transcripción propues-
tas por la Academia se justifican en los siguientes términos:
«La lingüística diferencia entre fonemas, elementos fónicos
abstractos, y sus realizaciones fonéticas concretas. Dado que
esta obra se dirige a lectores no necesariamente especializa-
dos, se ha preferido emplear el término general de sonidos
y, en consecuencia, se ha evitado deliberadamente el uso de
los sistemas tradicionales de transcripción empleados por
los lingüistas». Se trata de un sistema de transcripción en el
que se aportan «realizaciones fonéticas básicas».
Cuestiones de ortología y del lenguaje oral 161

Las indicaciones recogidas en este capítulo son conformes


a la normativa expuesta en la Ortografía de la lengua española
(rae, 2010)6.

1. Errores frecuentes en la pronunciación de vocales y


consonantes
En 1.1. se introducen algunos fenómenos fonéticos que ge-
neran vulgarismos; en el apartado 1.2. se alude a otros me-
canismos que provocan incorrección en el ámbito vocálico;
finalmente, en 1.3. se recogen casos particulares de consonan-
tes o de grupos consonánticos que suelen provocar duda o
error.
Préstese especial atención en este capítulo a las indicacio-
nes que se refieren a la corrección/incorrección en la pronun-
ciación (fonemas) o en la escritura (grafías), pues en ocasio-
nes solo atañen a una de ellas.

1.1. Fenómenos vulgares de adición o pérdida de sonidos


Se consideran vulgarismos los casos en que se añaden o se
eliminan sonidos o sílabas de una palabra. Algunos de ellos se
encuentran extendidos con mayor o menor suerte en el habla
corriente, pero, sobre todo, en niveles socioculturales bajos.
La adición incorrecta de sonidos puede tener lugar al ini-
cio de palabra (prótesis), en interior de palabra (epéntesis) o al
final (paragoge):
*amoto, por moto
*disglosia, por diglosia
*indiosincrasia, por idiosincrasia
*objección, por objeción

6
A partir de ahora se abreviará en Ortografía.
162 Marta Albelda Marco

*pedrestre, por pedestre


*traspiés, por traspié

La pérdida incorrecta de sonidos recibe diferentes deno-


minaciones, según el lugar de la palabra: al inicio (aféresis),
en interior (síncopa), al final (apócope):
*cera, por acera
*conciente, *inconciente, por consciente, inconsciente
*fraticida, por fratricida
*fustración, por frustración
*carie, por caries
*guardabarro, por guardabarros


1.2. Problemas en la pronunciación de vocales en concurrencia
Los errores más frecuentes en la pronunciación de las vo-
cales se producen en las secuencias donde concurren dos (o
tres) vocales, es decir, en los casos de diptongos, triptongos o
hiatos. El error se produce, por un lado, porque dos vocales
seguidas se reducen a una en la pronunciación7:
*florescente, por fluorescente
*inagurar, *inaguración, por inaugurar, inauguración
*fregaplatos, por friegaplatos
*trenta y tres, por treinta y tres
*ventidós, por veintidós8

o, por otro lado, porque una vocal se desdobla en dos:


*preveer, por prever
*altielocuencia por altilocuencia
*beneficiencia, por beneficencia

7
En algunos casos se acepta la monoptongación, por encontrarse exten-
dida en algunas áreas geográficas del español; así, aunque lo común es
estadounidense, es válida estadunidense, por ser la forma habitual en
México.
8
Los ejemplos señalados son todos diptongos. En algunos casos, no
es incorrecta la reducción de algunos de ellos a una sola vocal, si son
iguales (rembolso, antinflamatario, etc. Véase ole: 165-169) o la dipton-
gación cuando ambas vocales son átonas (es-pon-tá-neo, lí-nea).
Cuestiones de ortología y del lenguaje oral 163

*coopartícipe, por copartícipe


*cotidianiedad, por cotidianidad9

Conviene aludir a un grupo de palabras que suele producir


frecuentemente vacilación en los hablantes: se trata de algu-
nos tiempos verbales de las formas acabadas en –cuar (ade-
cuar, evacuar, licuar). Actualmente la Ortografía admite como
válidas la pronunciación como hiato y como diptongo: adecúo
(hiato) y adecuo (diptongo).
Una última advertencia sobre las vocales atañe al cuida-
do que se debe prestar a la pronunciación de aquellas que se
encuentran en posición átona. Estas presentan riesgo de pro-
nunciarse imprecisamente y, por tanto, son más permeables
a la sustitución por otra vocal de articulación cercana: es lo
que ocurre con *medecina por medicina, o con *tortículis por
tortícolis.

1.3. Problemas en la pronunciación de consonantes y grupos con-


sonánticos

Se señalan algunos usos erróneos en la pronunciación de


las consonantes, de acuerdo con las indicaciones que señala
la Ortografía. Se presentan los casos que más comúnmente
provocan vacilación o error. En primer lugar, veamos algunas
recomendaciones sobre consonantes particulares:
b/v: aunque son dos letras, constituyen un mismo sonido
[b]. La v no se pronuncia labiodental, como, por ejem-
plo, en algunos dialectos del catalán. Así, los fonemas
iniciales de las palabras Valencia y Barcelona se pro-
nuncian de igual modo.

9
Como señala Gómez Torrego (2006: 241), en algunos casos se aceptan
dos variantes; por ejemplo, cotidianidad y cotidianeidad, feminidad y
femineidad.
164 Marta Albelda Marco

d: en posición intervocálica, especialmente en la termi-


nación –ado (sobre todo, en participios, pero también
en algunos sustantivos), se recomienda suavizar su
pronunciación, pero sin eliminarse: apagado, pescado.
g: en las secuencias hua-, hue-, hui-: se suele pronunciar
un leve sonido consonántico cercano a la [γ]/[g]: hue-
lla, huelga, huida, deshuesar.
En la secuencia inicial de palabra con hie-: se puede
pronunciar como el sonido [ʝ]/[y]: hiena, hierro, hierá-
tico, hierba, hiedra10.
En algunos extranjerismos, entre los que se incluyen
nombres propios, o bien se pronuncia aspirada, o bien
con sonido cercano al de [x]/[j]: hobby, hámster, Hitler,
hitleriano, Hong Kong, hongkonés.
q: en español se acompaña de la vocal u (qu). En los la-
tinismos y en voces científicas provenientes del inglés
debe pronunciarse la u: statu quo [estátu kuó], quark
[kwáɾk]/[kuárk]11.
w: se pronuncia de dos modos distintos, según la proce-
dencia de la palabra:
Como [b]: en algunos nombres propios de origen vi-
sigodo (Witerico [biteɾíko]/[biteríko], Witiza [bitíθa]/
[bitíza]; en términos de origen alemán (Werner
[béɾneɾ]/[bérner], watt [bát], wolframio [bolfɾámjo]/
[bolfrámio]12); y en nombres de otras lenguas euro-
peas, como el neerlandés o polaco (Wojtyla [boi̯ tíla]).

10
De hecho, en estos dos últimos casos también está permitida la escritu-
ra yerba y yedra.
11
Esta última forma escrita en letra cursiva, aunque también se puede
utilizar el término adaptado (cuark), que en la escritura ha de ir en le-
tra redonda. Por otra parte, la Ortografía señala que la secuencia <qu>
cuando va seguida de <e, i>, no debe pronunciarse la <u>: quid [kíd].
12
Se acepta también, aunque no se considera lo corriente, la pronuncia-
ción igual que en alemán (labiodental fricativo): Wagner [vágner].
Cuestiones de ortología y del lenguaje oral 165

También se pronuncia [b] cuando va precedido o


seguido de la [u] para diferenciarse de esta (kuwaití
[kubai̯ tí])
Como [u] o [gu] (en este último caso, si forma dipton-
go con la siguiente vocal): en palabras de origen in-
glés o de lenguas orientales, semíticas o indígenas, in-
corporadas al español a través del inglés: Washintong
[gwásintoŋg]/[guásintong], newton [njúton]/[niúton],
Taiwán [tai̯ γwán]/[taiguán].
x: se pronuncia de distintos modos según su posición en
la palabra:
En posición inicial de palabra, como [s]: xenofobia
[senofóβja], xerografía [seroγɾafía]/[serografía].
En posición intervocálica o en final de palabra, como
[ks] o [γs], nunca como [s]: taxi [táksi]/[táγsi]/[tágsi],
exhalar [eksaláɾ], [eγsaláɾ]/[egsalár], fax [fáks], [fáγs]/
[fágs].
En posición final de sílaba seguida de consonante,
como [ks] o [gs]/ [γs], sobre todo en América (extraer
[ekstɾaéɾ], [egstɾaéɾ]); en España, también, aunque se
ha generalizado como [s] (sexto [sésto])13.
En algunos topónimos americanos o en antropónimos
se conserva la grafía medieval del español <x> (México,
Oaxaca, Texas, y sus derivados —mexicano—, Ximeno),
sin embargo deben pronunciarse como fricativa velar
sorda <g> o <j> ante e, i.
En segundo lugar, repasaremos la pronunciación de algu-
nos grupos consonánticos problemáticos. Por un lado, se
estudian las consonantes en posición implosiva (o trabada: la

13
Lo que quiere decir que en estos casos no está penalizada la pronun-
ciación como [s]. La Ortografía señala que en la pronunciación culta
enfática se pronuncia [ks]: [ekstɾaŋxéɾo]/[ekstranjéro].
166 Marta Albelda Marco

consonante se encuentra en posición final de sílaba, seguida


de otra consonante) y, por otro lado, se señalan algunos gru-
pos consonánticos que pueden divergir en su pronunciación
respecto a la escritura.
Las consonantes en posición implosiva suelen pronun-
ciarse de manera relajada, esto es, debilitando la oclusión,
pero nunca se eliminan o se sustituyen por otros sonidos.
Es muy común, pero incorrecta, la sustitución por [θ]/[z]
(*[aδoθtáɾ]/*[adoztár] para adoptar; *[ríθmo]/*[rízmo] para
ritmo. Veamos las distintas consonantes en esta posición:
b: abdicar, obtener, absurdo: especialmente se tiende a eli-
minar en la agrupación con s (bs: abstraer, obsesión,
subsanar). En algunos casos se ha asentado en la pro-
nunciación y en la escritura la reducción de —bs— a
—s—: obscuro, subscribir, substancia, substitución,
substraer y sus derivados.
c: acto, reacción, infectar.
d: ciudad, admirar, advertir, juventud, verdad: sobre todo
se relaja a final de palabra, pero nunca debe eliminarse
(*[beɾδá]/*[berdá]) ni sustituir por otro sonido, como
por ejemplo [θ]/[z] (*[beɾδáθ]/*[ berdáz]).
n: se suele relajar especialmente en el grupo ns + conso-
nante (conspirar, instinto, constante). Nunca se elimi-
na la <s>, excepto en conciencia14 y en algunas forma-
ciones con el prefijo latino trans-. En el caso de este
prefijo, pueden ocurrir tres circunstancias: 1) cuando
se une a palabras que comienzan por s, nunca se pue-
de reducir (transiberiano); 2) que admita las dos va-

14
No ocurre así con los adjetivos derivados de conciencia: consciente e
inconsciente. Téngase en cuenta, como señala la Ortografía, que cons-
ciencia y conciencia no son siempre variantes gráficas intercambiables
en todos los contextos. Solo la segunda forma significa ‘capacidad de
distinguir entre el bien y el mal’.
Cuestiones de ortología y del lenguaje oral 167

riantes (trans- y tras-: transatlántico, trasatlántico)15;


3) que admita solo la forma simplificada tras- (trastor-
no, traspapelar, trasquilar).
p: apto, opción, autopsia: en especial, se relaja en el gru-
po pt en interior de palabra (concepto, aceptar), pero
no se debe eliminar; solo está admitida su pérdida, op-
cional, en séptimo y septiembre ([sétimo], [setjémbre]/
[setiémbɾe])16.
t: atlas, etnología, atmósfera: solo en dos casos se admite,
incluso se recomienda, no pronunciar la t implosiva: en
istmo [ísmo] y en las palabras con el prefijo latino post-
(postmoderno y posmoderno; postoperatorio y posopera-
torio). También en la escritura se prefiere la variante
pos- (posdata, posmoderno, posoperatorio, etc.)17.
Conviene advertir sobre la pronunciación de algunos gru-
pos consonánticos que se pueden pronunciar de manera di-
vergente respecto a la escritura:
Los siguientes grupos iniciales de palabra se suelen pro-
nunciar de manera reducida: [mn] > [n]; [gn] > [n]; [ps] >

15
Las posibilidades que se tratan aquí afectan tan solo al caso de prefijo
trans- / tra- cuando tiene el significado de ‘al otro lado de’ o ‘a través
de’. No se aplica a los usos del prefijo tras- cuando significa ‘detrás de’
(como, por ejemplo, en trastienda), ya que en estos casos no podría
nunca conmutarse por trans-.
16
De hecho, se admite la escritura sétimo y setiembre. Asimismo, seña-
lan el dpd y la Ortografía que se exceptúan los participios de los verbos
pertenecientes a la familia de escribir. Se escriben preferiblemente sin
—p—: adscrito, descrito, inscrito, suscrito, transcrito, etc. En algunas zo-
nas de América (Argentina, Paraguay, Uruguay), se emplea la secuencia
—pt—.
17
Señala el dpd (en coherencia con lo recogido en la Ortografía) que «solo
en los casos en que este prefijo se une a palabras que comienzan por
s- se aconseja conservar la t, para evitar la confluencia de dos eses en
la escritura: postsocialismo, postsurrealismo». En definitiva, de acuerdo
con la Ortografía (2010: 187), aunque se recomienda la forma pos-, tam-
bién es válida post-.
168 Marta Albelda Marco

[s]; [pt] > [t]. Se trata habitualmente de cultismos de origen


griego: mnemotecnia > nemotecnia; gnomo > nomo; psicóloga
> sicóloga; pterodáctilo. Suele admitirse también su reducción
en la grafía (excepto en el grupo pt), aunque señala la Ortogra-
fía que el uso culto prefiere la grafía de grupo18.
En los prefijos ab- y sub- seguidos de <r>, esta última no
forma sílaba con la consonante precedente, por lo que se pro-
nuncia en sílabas separadas, y la r es vibrante múltiple [r]/[rr]:
ab-ro-gar; sub-rei-no19.

2. Pronunciación de palabras problemáticas


En este apartado se advierte sobre determinados aspectos
en el ámbito de la palabra que suelen provocar confusión en
los hablantes. Lo que particulariza este apartado respecto al
anterior es que el error se asocia a algunas palabras específi-
cas, aunque se explica por fenómenos generales propios del
dinamismo de la lengua. El hecho de que afecte a una palabra
y no a otra se debe a razones particulares de cada palabra.
También se trata en este apartado el modo de pronunciar las
siglas y los extranjerismos.
Conviene recordar en este lugar que aunque comúnmente
empleamos acento como sinónimo de tilde, el acento es un
fenómeno más amplio, de carácter oral, mientras que la tilde
es una convención gráfica que se coloca solo sobre algunas
vocales con acento, es decir, que se encuentran en sílaba tóni-
ca. Siempre que hay tilde (ortográfica) es porque hay acento
(prosódico, intensidad en la pronunciación), pero no al revés.

18
En el grupo ps, hay un caso en el que la Ortografía prefiere la forma
reducida <s>, los compuestos con pseudos- (seudónimo, seudópodo).
19
Contrástese la pronunciación de estos términos con: abrazar, subrepti-
cio.
Cuestiones de ortología y del lenguaje oral 169

2.1. Palabras con acentuación incorrecta


La lista de todos los términos que se han extendido en el
uso con una errónea identificación de la sílaba tónica resulta-
ría una tarea ingente. Se señalan solo algunas muestras de los
más comunes; aparece en negrita la sílaba que se pronuncia
tónica:
*aerodromo, por aeródromo
*áuriga, por auriga
*ávaro, por avaro
*carácteres, por caracteres
*cuádriga, por cuadriga
*especimen, por espécimen (sin embargo, el plural es especímenes)
*hectógramo, por hectogramo; *hectólitro, por hectolitro20
*hipocondria, por hipocondría
*intérvalo, por intervalo
*líbido, por libido
*nóbel, por nobel; *nóvel, por novel
*ójala, por ojalá
*rádar, por radar
*sútil, por sutil
*tactil, por táctil

Muchas de las acentuaciones erróneas anteriores, además


de encontrarse muy difundidas, también vienen provocadas
por el contagio de aquellos otros términos en los que la Real
Academia admite duplicidad de acentuaciones (reuma y reú-
ma; kárate y karate; frijol y fríjol; lauréola y laureola). Véanse
algunas de las palabras admitidas con dos acentuaciones en
el capítulo II, § 2.3.3. de la Ortografía.

20
A diferencia de estas palabras, se pronuncia hectómetro y no *hectome-
tro. Aplíquense estas mismas formaciones a las palabras compuestas a
partir de kilo- y mili-.
170 Marta Albelda Marco

2.2. Palabras con pronunciación incorrecta


La pronunciación incorrecta de algunas palabras se debe
a mecanismos propios del uso y evolución de la lengua: el
cambio de posición de dos sonidos de una misma palabra
(metátesis: en algunos casos se ha llegado a asentar: miraculu
> miraglo > milagro); la analogía con otras formas cercanas
(*vertir por verter: analogía con convertir); la extensión en el
uso de la confusión de dos vocales o consonantes cercanas
(*cónyugue por cónyuge, en la que también influyen palabras
próximas, en este caso por conyugal). Algunos ejemplos de
errores por metátesis son:
*dentrífico, por dentífrico
*enclencle, por enclenque
*metereólogo, por meteorólogo
*visicitudes, por vicisitudes

Los siguientes son casos en los que se cambia una conso-


nante por otra cercana desde el punto de vista articulatorio:
*anticualla, por antigualla
*barahúnta, por barahúnda
*cangrena, por gangrena
*zarpullido, por sarpullido21
*pergueñar, por pergeñar

Por último, veamos ejemplos de errores por cambios en


vocales:
*antidiluviano, por antediluviano22
*cuadrigésimo, por cuadragésimo
*destornillarse, por desternillarse
*diverger por divergir
*espúreo por espurio
*geráneo, por geranio

21
Existe la variante salpullido, empleada más frecuentemente en Améri-
ca.
22
El dpd explica que «este adjetivo está formado con el prefijo ante-, que
significa ‘anterior’; no es correcta la forma *antidiluviano, pues anti-
significa ‘contrario’».
Cuestiones de ortología y del lenguaje oral 171

*tortículis, por tortícolis

Al igual que en el caso de la acentuación, el error del usua-


rio también puede originarse en el desconcierto que supone
la existencia de palabras que admiten dos pronunciaciones
por parte de la Real Academia (amedrentar y amedrantar; apo-
teósico y apoteótico; gasoducto y gaseoducto; pudrir y podrir).
No vamos a recoger aquí estos casos; remitimos para ello a la
consulta particular en el dpd, o a los listados que recogen Gó-
mez Torrego (2006: 268-288) y Álvarez (2005: 122-124).

2.3. Pronunciación de extranjerismos, latinismos, siglas y abre-


viaturas

2.3.1. Extranjerismos23
Las voces extranjeras siguen, en general, dos caminos: o
bien no sufren ninguna modificación y se emplean conscien-
temente como palabras extranjeras; o bien se adaptan a nues-
tra lengua en la ortografía o en la pronunciación. Las reco-
mendaciones académicas han sugerido nuevas adaptaciones
con la llegada del dpd, por lo que no está de más consultar los
casos concretos. También se ofrecen soluciones a cuestiones
puntuales en el Vademécum: diccionario de dudas del español,
sitio actualizado en la página electrónica www.fundeu.es.
Los extranjerismos crudos (importados sin modificaciones
de la lengua extranjera) deben intentar pronunciarse como en
su lengua original. En los diccionarios académicos (drae y dpd)
se destacan en letra cursiva para que se identifiquen como pa-
labras no integradas en el patrimonio léxico del español. Así,
por ejemplo, se admite a cappella como extranjerismo crudo,

23
Para más detalles sobre el tratamiento de los extranjerismos y la rea-
lización de prácticas, se recomienda el capítulo 7 de este libro «Intro-
ducción a los extranjerismos del dpd y criterios de adaptación», de D.
Giménez.
172 Marta Albelda Marco

por lo que además de escribirse como en su lengua origen, el


italiano, también se respeta su pronunciación originaria. Se
pronunciarán como en su lengua propia todos aquellos que
recoja el dpd sin ofrecer adaptación (hardware, light, affaire,
flashback, amateur, etc.), aunque para la mayor parte de ellos
ofrezca voces alternativas en español.
En cuanto a los adaptados, bien se sacrifica su ortografía
original, bien su pronunciación. Conviene acudir al dpd para
la consulta. Algunos ejemplos de acomodación de la grafía
a su pronunciación originaria son: blus (> blues), vedete (>
vedette), fular (> foulard), baipás (> bypass), nocaut (> knock-
out), suajili (> swahili), parquin (> parking), paparazi (> pa-
parazzi), etc. Dentro de los adaptados gráficamente destaca
el grupo de aquellos que comienzan por s líquida (spaghetti,
snob, scooter, scanner, ski); al ser una pronunciación alejada
del sistema hispánico, se suele recomendar la adición de una
e epentética (espagueti, escúter, esnob, escáner, esquí).
El otro camino de adaptación es el que mantiene la grafía
original y propone acomodar la pronunciación a dicha gra-
fía. Algunos ejemplos son: airbag ([ai̯ɾβáγ]/[airbág]), alzhéimer
([alθéi̯meɾ]/[alzéimer]), gay ([gái̯]), nurse ([núɾse]/[núrse]),
punk, punki ([púŋk], [púnk]), surf ([súɾf]/[súrf]), etc.
En cuanto a los nombres propios extranjeros, se recomien-
da su escritura y pronunciación de acuerdo con la lengua ori-
ginaria, siempre y cuando no se encuentren hispanizados o,
dicho de otro modo, cuando no exista una forma tradicional
asentada en el español. Tanto las obras académicas (la Orto-
grafía, el dpd) como los manuales de estilo de los medios de
comunicación dedican especial atención a los topónimos, y
suelen incluir listados para que se puedan identificar aquellos
que poseen forma hispánica (Colonia –Köln, Cornualles –Cor-
nwall, Gotemburgo –Göterburg, Liubliana –Ljubljana, Kazajis-
tán –Kazajstán, Nueva Orleans –New Orleans, Pekín –Beijing,
Aquisgrán –Aachen, Ámsterdam –Amsterdam, etc.), y los que
mantienen la forma original, puesto que no poseen una forma
Cuestiones de ortología y del lenguaje oral 173

tradicional adaptada al español (Ottawa, Washington, Ghana,


Skopje, Pyongyang, Canterbury, etc.).
Para la escritura y pronunciación de nombres propios de
lenguas que utilizan alfabetos no latinos se recomienda la
adaptación a la ortografía española de su pronunciación. Así
por ejemplo, el Vademécum de Fundéu (www.fundeu.es) su-
giere la escritura Al Qaeda en lugar de Al Qaida por reflejar la
primera una mayor similitud a su fonética original.
Los nombres extranjeros de personas no se suelen tradu-
cir ni adaptar al sistema ortográfico y fonético español (no
se escribiría, por ejemplo, con tilde <Sylvéster Stallóne>, ni
se pronunciaría con el sonido correspondiente a la letra <ll>
[estaλóne]/[estallóne]), sino [estalóne]. Como señala la Orto-
grafía (§ 2.2.1., cap. VI), solo se hispanizan (adaptan o tradu-
cen) los antropónimos de nombres de papas (Juan Pablo II),
miembros de familias reales (Diana de Gales), de ciertos per-
sonajes históricos y de ficción castellanizados (Julio César), de
indios norteamericanos (Toro Sentado) y los nombres propios
motivados, como los apelativos o sobrenombres de persona-
jes históricos (Iván el Terrible).

2.3.2. Latinismos
En los trabajos sobre normativa se suele advertir sobre el
empleo correcto de los latinismos, puesto que con el paso del
tiempo algunos de ellos se han deformado y se han extendido
usos incorrectos y vacilaciones (véase, por ejemplo, Gómez
Torrego, 2006: 263; Álvarez, 2005: 123; Ortografía, (§ 2.2.3.,
cap. VI): motu proprio (*motu propio), contra naturam (*con-
tra natura), lato sensu (*latu sensu), etc. Además de estas pre-
cauciones sobre la corrección de la forma, conviene señalar
algunos aspectos más sobre su pronunciación.
El latín posee combinaciones de grafías que se pronuncian
de distinta forma en el español moderno. La posición actual
de la rae, reflejada en el tratamiento concreto de cada latinis-
174 Marta Albelda Marco

mo del dpd, admite en algunos casos dos pronunciaciones: la


del latín clásico y la del vulgar. Las secuencias de este tipo
más destacadas son:
<ae>: en latín clásico [ae], en latín vulgar [e]; lapsus lin-
guae, curriculum vitae.
<ce/ci>: pronunciación interdental [θ]/[z] y en algunos
casos también se admite [k]; sub voce, incipit, sub iudice.
<ge, gi>: pronunciación fricativa velar sorda [x]/[j], y no
[ʝ]/[y]; magister, sui generis.
<ll>: pronunciación como [l]; casus belli.
<que, qui>: la pronunciación latinizante es [kue], [kui],
aunque no hay un criterio unificado para todos los ca-
sos. Así, en ad quem el dpd recomienda [ad kuém]. Para
muchas secuencias con <qui>, la Ortografía indica que
no debe seguirse la pronunciación latinizante y, por lo
tanto, no se pronuncia la <u>: quídam [kídam]; quid
[kíd].
<th, ch>: pronunciación como [t], [k], respectivamente;
ex cáthedra: [eks káteδɾa] / [eks kátedra]; deus ex máchi-
na: [eks mákina].
No obstante lo dicho, es más prudente consultar para cada
latinismo el dpd24 u otra obra de referencia, ya que no en la
totalidad de los casos se cumplen con regularidad las indica-
ciones citadas25. Esta consulta, además, nos permitirá salir
de dudas también en el empleo correcto de la forma o en la
vacilación de la fonética. Obsérvese, por ejemplo, como el dpd

24
Téngase en cuenta que el dpd no ha actualizado todavía las nuevas mo-
dificaciones introducidas por la Ortografía (2010).
25
Aunque en ediciones anteriores del drae se recomendaba la pronuncia-
ción de la <v> como [u] en los latinismos, en la actualidad el dpd no se-
ñala esta fonética para los usos concretos, de lo que se infiere que debe
pronunciarse [b]: versus [béɾsus]/[bérsus]; vade retro [báδe]/[báde]. La
Ortografía y el dpd no incluyen ninguna información al respecto.
Cuestiones de ortología y del lenguaje oral 175

corrige una pronunciación extendida pero errónea de la locu-


ción latina statu quo: «pron. [estátu-kwó], no [estátu-kúo]»,
es decir, realizando quo como aguda26 (con la pronunciación
en cuatro sílabas y no en cinco).

2.3.3. Siglas, acrónimos y abreviaturas


Los trabajos que versan sobre estos fenómenos tratan la
pronunciación desde el punto de vista de sus recomendacio-
nes para la lectura, lo cual muestra la primacía del plano grá-
fico sobre el fónico.
Como señala la Ortografía (§ 3.3.2, cap. V), las siglas se leen
sin restablecer la expresión a la que reemplazan, empleando
uno de estos tres procedimientos, según lo exija su forma: lec-
tura silábica, deletreo o lectura mixta.
Las siglas que se leen como se escriben, silábicamente,
también se llaman acrónimos: iso, usa, uci, unesco, renfe, lá-
ser, radar. Cuando, en estos casos, la sigla solo está compuesta
por vocales, se pronuncia cada una de ellas con acento tónico:
oea (Organización de Estados Americanos) se pronuncia [ó-é-
á]; ue (Unión Europea) [ú-é]27.
Las siglas que se deletrean lo hacen porque es imposible
su lectura; se llaman también siglas consonánticas: fmi [éfe-
éme-í], dgt [dé-xé-té]/dé-gé-té], pvc [pé-úβe-θé]/[pé-úbe-zé],
isbn [í-ése-bé-éne], dni [dé-éne-í], ong [ó-éne-xé]/[ó-éne-gé],
etc.
La lectura mixta (combinación de lectura y deletreo) es
menos frecuente: cd-rom [θé-dé-rón]/[zé-dé-rrón]. Las siglas

26
Véase lo señalado en la Ortografía sobre la consideración de estas locu-
ciones como latinismos crudos (§ 2.2.2., § 2.2.3., cap. VI).
27
Téngase en cuenta que en el deletreo, dependiendo del área geográfica,
las letras se pueden pronunciar de manera diferente: TV, [té-bé] o [té-
úβe].
176 Marta Albelda Marco

que también incluyen cifras u otros signos, (I+D, MP4), suelen


oralizarse deletreando la parte alfabética y leyendo el número
o símbolo: [í-más-dé], [éme-pé-kwátɾo] / [éme-pé-kuátro].
El plural de las siglas solo se puede formar en la pronuncia-
ción, no en la escritura: tres cd, pero [tɾés-θeδés]/[trés-zedés].
Para la lectura de las abreviaturas, se restituyen todas las
letras eliminadas: mín. ([mínimo]), pág. ([páxina]/[página]);
puesto que «son un fenómeno de reducción meramente gráfi-
ca» (Ortografía, § 3.2.1., cap. V).

3. Algunas pautas básicas sobre el buen dominio de la pro-


sodia. Los recursos suprasegmentales
De acuerdo con Hidalgo (2006a), grosso modo, la prosodia
se puede identificar con la entonación. Esta última se entien-
de como «el efecto prosódico derivado de la colaboración si-
multánea de diversos componentes» (Hidalgo, 2006a: 15): el
acento, el ritmo y las pausas, el tono y la melodía.
Los recursos suprasegmentales aportan una información
imprescindible en el canal oral, sin la cual la comunicación
fallaría en numerosas ocasiones: «no son meros «aderezos»
de los enunciados que emitimos (…) tales rasgos juegan un
papel esencial en la organización de la sintaxis, del léxico y en
la interpretación semántica y pragmática de los enunciados»
(Hidalgo, 2006a: 11, 14).

3.1. El acento
En cuanto a los errores o vicios comunes relativos al acen-
to, conviene señalar la disimetría en la intensidad fónica: su-
cede cuando no se realizan los acentos fuertes (tónicos) espe-
rados en determinados momentos de la cadena de habla, o,
al contrario, cuando se acentúan prosódicamente unidades
átonas.
Cuestiones de ortología y del lenguaje oral 177

Las palabras que siempre deben pronunciarse de manera


átona, sin intensidad prosódica, en español, son, de acuerdo
con Hidalgo y Quilis (2004: 232-233) y con la Ortografía (§
2.3.1, cap. II):
El artículo determinado (el, la, los, las; no el indetermi-
nado).
Las preposiciones (excepto según).
Gran parte de las conjunciones (y, e, ni, o, que, pero,
sino, mas, aunque, pues, porque, como, puesto que, con
que, si, cuando, aun cuando).
Términos de tratamiento (don, doña).
Los pronombres personales átonos (me, te, le, nos, os,
les, se, lo, la, los, las).
Los adjetivos posesivos antepuestos al nombre (mi, tu,
su, nuestra, vuestra, etc.).
Los relativos (que, quien, donde, como, cuanto, etc.; no
sus correspondientes interrogativos y exclamativos), ex-
cepto cual/es, que es tónico y va precedido del artículo
(el/los).
Los adverbios tan, medio, y algunos usos de aun.
Obsérvense en el siguiente ejemplo los errores de acentua-
ción prosódica. Se subrayan las formas que deberían ser áto-
nas y, sin embargo, se pronuncian tónicas, y se marcan en
cursiva las que son átonas y deberían ser tónicas:
Pára el concierto se habilitarán servicios especiales de autobús désde
Valencia ý désde Cheste sín cobro de tasas. Solo en nuéstra Comunidad se
hán preparado mil plazas de párquin dónde se encuentra un gran bar y un
espacio pára los pequeños.

Las palabras que deberían ser tónicas y se pronuncian áto-


nas se apoyan en el acento de la palabra que le sigue: [míl
pláθas]/ [míl plázas], [gɾám báɾ]/ [grán bár].
178 Marta Albelda Marco

Paradójicamente este error es menos común en el discurso


relajado e informal y más frecuente en lo formal, sobre todo,
en el habla afectada de algunos locutores de radio y televisión.

3.2. Grupos fónicos, pausas y ritmo


Estos tres aspectos se encuentran relacionados en tanto
que influyen unos en otros. En la cadena de habla los sonidos
se producen agrupados en segmentos con una misma melo-
día y separados por pausas. El llamado grupo fónico «suele
depender de la necesidad que el hablante tiene de respirar y el
sentido e intencionalidad que quiere dar a la frase» (Álvarez,
2005: 125). En español normalmente puede abarcar entre una
y dieciséis sílabas, aunque el grupo fónico más común contie-
ne en torno a ocho y doce.
Hay que procurar que los grupos fónicos no se interrum-
pan con pausas arbitrarias que corten constituyentes sintácti-
cos unitarios y que, además, favorezcan subsiguientes grupos
fónicos que aúnen los componentes sintácticos cortados. De
los siguientes ejemplos, (1) y (2), ¿cuál de los dos respeta me-
jor la coherencia en la emisión de grupos fónicos?:
(1) Los hoteleros de la provincia de Valencia esperan a partir de hoy comenzar
//
a registrar la máxima ocupación //
en sus establecimientos //
y de este modo notar los beneficios //
del Gran Premio de Europa que//
se celebrará durante el próximo fin de semana//
en nuestra ciudad.

(2) Los hoteleros de la provincia de Valencia//


esperan a partir de hoy //
comenzar a registrar (//) la máxima ocupación en sus establecimientos //
y de este modo //
notar los beneficios del Gran Premio de Europa
que se celebrará (//) durante el próximo fin de semana en nuestra ciudad.
Cuestiones de ortología y del lenguaje oral 179

Hay algunas divisiones de constituyentes desaconsejables


que resultarían muy obvias: por ejemplo, la separación entre
un sustantivo y el adjetivo que lo determina o califica (la máxi-
ma // ocupación), o entre una preposición y su término (la pro-
vincia de // Valencia). Sin embargo, aunque las divisiones que
se observan en (1) pueden resultar menos bruscas a primera
vista que las que se acaban de citar, también las de (1) rom-
pen el hilo natural, sintáctico y de sentido, del enunciado. Es
brusca la separación del verbo auxiliar de una perífrasis del
resto del constituyente (comenzar a registrar). También supo-
ne un corte de sentido la pausa entre la máxima ocupación y
en sus establecimientos, pues, además de dejar aislado semán-
ticamente al segundo segmento (en sus establecimientos), este
último debería completar el significado del elemento anterior
(comenzar a registrar). Lo mismo ocurre en la última pausa (el
próximo fin de semana // en nuestra ciudad). Se separa tam-
bién un complemento del nombre de su núcleo (los beneficios
// del Gran Premio), y se realiza, por último, una desmembra-
ción entre el elemento introductor de un constituyente (que) y
dicho constituyente (se celebrará…).
Debe también prestarse atención a otro defecto del mal
empleo de las pausas que afecta al ritmo: la realización de nu-
merosas pausas o cortes fónicos puede producir un efecto de
monorritmia o de fragmentación del discurso. El número de
pausas en la elocución depende de las intenciones comunica-
tivas del hablante, y se regula, también, con un buen dominio
de la respiración.
El ritmo viene a coincidir, sin ser exactamente lo mismo,
con la velocidad elocutiva, con el tempo de habla. Posee un in-
grediente individual, pues cada persona dispone de un ritmo
natural de habla. Sin embargo, en función del tipo de discur-
so y de la formalidad/informalidad de la situación, el ritmo
debe controlarse y adecuarse:
(…) debe seleccionarse de acuerdo con el fin (tema) o la situación del
discurso. Así, cuando se describe, la velocidad de habla suele ser más lenta
que cuando, por ejemplo, se argumenta. El principio y el final de una expo-
180 Marta Albelda Marco

sición deben ser articulados con lentitud elocutiva, de forma que el público
entienda perfectamente lo que a continuación se va a explicar y lo que se
concluye de todo lo expuesto. Asimismo, parece que la lentitud expresiva
se adapta mejor a un auditorio numeroso que a un público constituido por
unos pocos (Briz et alii, 2008: 124).

En relación con el ritmo y la articulación de los grupos


fónicos están las sinalefas, uniones vocálicas entre palabras
seguidas en la lengua hablada. En Álvarez (2005: 125-129) se
detallan específicamente cada una de las situaciones en que
se recomiendan y se desaconsejan las sinalefas. En la mayo-
ría de los casos en que una palabra acaba en vocal y la si-
guiente también empieza con vocal, lo correcto y armonioso
es unirlas en la pronunciación; y si se trata de la misma vocal,
se alarga su pronunciación en lugar de emitir dos (lo realizó
óptimamente; banda ancha; escribe ensayos). Hay que estar
alerta, sin embargo, de algunos potenciales problemas.
En ocasiones, la sinalefa produce ambigüedad, como en
la secuencia [estáβlán̪do]/[estáblándo], puesto que la recupe-
ración de división de palabras por parte del oyente puede ser
errónea: está hablando o está blando. También es importante
marcar con el descenso de la velocidad elocutiva o con la pau-
sa la presencia de una conjunción de escaso cuerpo fónico,
como lo son y, e, o. A ello se le une, a veces, la creación de un
efecto sonoro molesto:
Leyó y oyó otros datos
Antonio e Isabel
Grita y aúlla en la noche28

28
Hay también un fenómeno ortológico vinculado al estilo que afecta a
la armonía auditiva de los grupos fónicos, las cacofonías. Es el efecto
demasiado sonoro que produce el encuentro de sílabas o fragmentos de
palabras iguales o semejantes en la pronunciación, y que suele ser desa-
gradable: Los disidentes del nuevo presidente han provocado un altercado
en los edificios adosados.
Cuestiones de ortología y del lenguaje oral 181

3.3. La entonación
Ya se ha dicho que la entonación supone el resultado de
la interacción de todos los aspectos anteriores, a los que fal-
taría por añadir el tono o melodía. Estos dos son fenómenos
muy cercanos: «la melodía corresponde a la mera sucesión de
tonos a lo largo de una emisión de voz» (Hidalgo, 2006a:15).
En relación con el tono, hay que destacar el tonema o in-
flexión melódica de la curva entonativa que se realiza a partir
de la última sílaba tónica del grupo fónico29. La dirección del
tonema en un grupo fónico o en un enunciado proporciona
una información comunicativa imprescindible, pues es jus-
tamente en esta parte final de grupo donde se producen las
variaciones de tono más significativas. En general, se habla de
cinco tipos de tonemas (Navarro Tomás, 1991):
1. cadencia o descendente (↓)
2. anticadencia o ascendente (↑)
3. suspendido o mantenido (→)
4. semicadencia
5. semianticadencia
La presencia de cada uno de estos tonemas en combina-
ción con los otros aspectos suprasegmentales (acento30, rit-
mo, pausas) permite reconocer patrones entonativos sistemá-
ticos, gracias a los cuales la entonación desempeña funciones
fundamentales en la construcción e interpretación de los
enunciados orales.
La entonación organiza y estructura la información oral
integrando las porciones de habla en los enunciados; da por

29
En principio, los límites del grupo fónico coinciden con los de la unidad
melódica.
30
Se toma aquí el concepto de acento en sentido amplio, puesto que en su
sentido más técnico, el acento en español incluye la duración, el tono y
la intensidad.
182 Marta Albelda Marco

ello coherencia y cohesión a los fragmentos de habla que se


van sucediendo en la construcción «sobre la marcha» del dis-
curso oral y que, sin entonación, resultarían piezas sin senti-
do concatenadas.
B: es que no me cuentas nada/ no me cuentas-/ te veo todo el rato↓ igual
estás superbién conmigo↑ ahí superbién↑ ¿no? y con todo el mundo↓ y de
repente te encierras↑ tío↑ yo no sé qué te pasa↑ si es que tienes algún pro-
blema en casa o algo↑ tío↑/ y de repente te encierras y ya no quieres hablar
(Briz y Valesco, 2002, ML. 84. A.1: 102-106)

Los tonemas del ejemplo anterior son los artífices de la


construcción del discurso, lo que permite que la información
progrese y se integre en el conjunto del mensaje.
Además de valores expresivo-afectivos (enfado, sorpresa,
ironía, satisfacción, etc.), la entonación cumple funciones lin-
güísticas. Por ejemplo, mediante una entonación ascendente
se unen las dos partes de una construcción subordinada y se
indica la intención del hablante por continuar su emisión (1).
También, el tonema de anticadencia marca el final de cada
constituyente de una enumeración y señala cuál es el penúlti-
mo de la lista para indicar que se dirige a concluirla (2):
Para evitar aglomeraciones en el concierto de Madonna↑ (1) el Ayunta-
miento ha dispuesto de una serie de medidas, como el fomento el transporte
público↑, la presencia de unidades policiales↑ (2) y la realización de activi-
dades lúdicas antes del concierto.

En ocasiones, la entonación no solo realiza una función


lingüística, sino que, gracias a ella, el enunciado adquiere un
sentido. Si no fuera por el tonema ascendente, los siguientes
enunciados no tendrían siquiera gramaticalidad.
Aquí hace un frío↑ / *Aquí hace un frío↓
Estaba de contenta la alcadesa↑ / *Estaba de contenta la alcadesa↓

Asimismo, la entonación también construye los valores


modales de los enunciados: aseverativo, interrogativo, excla-
mativo e imperativo. Por ejemplo, los enunciados aseverati-
vos suelen corresponderse con tonemas descendentes (↓); las
interrogativas absolutas (sin pronombre interrogativo) termi-
Cuestiones de ortología y del lenguaje oral 183

nan con final ascendente (↑); las interrogativas relativas (con


pronombre) comienzan con un tono alto (representado por
el pronombre interrogativo), que desciende para luego volver
a ascender mínimamente hasta la última sílaba tónica, en la
que se realiza un tonema descendente (↓).
A pesar de que la entonación forma parte del patrimonio
natural de los hablantes, especialmente en situaciones de for-
malidad se producen malos usos de la entonación, por una pre-
tensión, desafortunada, de artificiosidad. Algunos defectos en
la entonación son el desentono, la monotonía y la afectación
(véase Telemadrid, 1993: 133; Briz et alii, 2008: 124-125).
El desentono supone la ausencia de correlación entre el
tono de la voz y el tono que exige la estructura del enunciado
que se realiza. Para evitar este error, el que habla debe rea-
lizar una buena comprensión del significado de lo que está
leyendo. Por ejemplo, al leer el contenido de un paréntesis
se cambia el tono, pero ello no supone que reduzca su inten-
sidad, es decir, no tiene que pronunciarse con un volumen
de voz bajo (Telemadrid, 1993: 133). También pueden produ-
cir desentonos los cortes arbitrarios de grupos fónicos, tal y
como se ha señalado en el apartado anterior.
La monotonía es un mantenimiento continuado de la mis-
ma modulación de la voz, sin considerar los matices de ento-
nación de las diferentes estructuras. La cualidad opuesta es la
flexibilidad melódica que enriquece los matices del mensaje y
contribuye a mantener la atención de los oyentes.
La afectación supone una modulación de la voz extrava-
gante, que normalmente se caracteriza por acabar los enun-
ciados (la mayor parte supuestamente aseverativos) en tono
ascendente. No es raro escucharla en locutores de medios de
comunicación, y puede producir una sensación auditiva de
presuntuosidad o, en ocasiones, de lectura infantil31.

31
El manual de estilo de Efe, lo recoge con estas palabras: «debe evitarse
el amaneramiento de la entonación de la mayor parte de los locutores,
184 Marta Albelda Marco

4. La oralización de lo escrito
Después de haber descrito los rasgos suprasegmentales, es
más fácil advertir las posibilidades de la lengua oral. Eviden-
temente, presenta sus diferencias, y también sus ventajas, res-
pecto a la escrita, que conviene conocer para poder dominar
mejor su uso.
Repasaremos brevemente las características de la lengua
oral y de la escrita y después apuntaremos algunos consejos
para una mejor elocución de un discurso (previamente escrito
o esquematizado).

4.1. Lengua oral, lengua escrita y situación comunicativa


El siguiente cuadro recoge las características diferenciales
más destacadas de la oralidad y de la escritura (Briz, 1998:
Cortés y Camacho, 2003, entre otros):

Características de la oralidad Características de la escritura

1. canal fónico 1. canal gráfico


2. inmediatez comunicativa 2. distancia comunicativa
3. espontaneidad 3. planificación
4. fugacidad 4. permanencia
5. dependencia respecto a un espacio, 5. no dependencia respecto a un es-
tiempo y contexto concretos pacio, tiempo y contexto concre-
6. repetición tos
7. interlocución en presencia 6. ausencia de repetición
7. interlocución habitualmente en
ausencia

que, al leer las noticias, no lo hacen como españoles, sino con una en-
tonación y unas pausas muy extrañas, con cierta influencia del inglés,
de tal forma que están creando una nueva forma de forma de hablar en
nuestra lengua totalmente ajena a las normas prosódicas españolas»
(Agencia Efe, 1990: 37).
Cuestiones de ortología y del lenguaje oral 185

Una breve reflexión sobre las características de cada tipo de


lengua nos debe hacer considerar los puntos fuertes de cada
una de ellas para aprovecharlos y suplir los puntos débiles. Así,
por ejemplo, la inmediatez comunicativa proporciona cerca-
nía entre los hablantes, capacidad de solventar ambigüedades
y anomalías discursivas sobre la marcha; la dependencia del
espacio y del contexto permite ahorrar ciertas explicaciones
y la interlocución en presencia aporta el ingrediente gestual,
rico complemento y, en ocasiones, sustituto del habla. Por su
parte, lo que podría verse como una desventaja, la fugacidad
en el tiempo, la no permanencia del mensaje, exigirá un ma-
yor cuidado en la locución, ya que no se puede volver atrás.
Los rasgos de lo oral y de lo escrito se combinan, a su vez,
con las características de cada género discursivo, de forma
que en cada uno de estos se permitirán determinadas licen-
cias o se exigirá más corrección dependiendo del grado de
formalidad. Piénsese en una conversación distendida con un
amigo, una entrevista de trabajo, la exposición de un proyecto
de investigación en ámbitos académicos, en un discurso social
como un brindis o un homenaje, o en una tertulia televisiva.
La mayor o menor privacidad de cada uno de estos géneros, la
necesidad o no de una preparación de lo que se va a decir, la
finalidad más transaccional o interpersonal del discurso, etc.
invitarán al empleo de un registro formal o informal.
En definitiva, según la situación comunicativa y el género
discursivo se deberá prestar más atención a los aspectos orto-
lógicos: a mayor formalidad, mayor cuidado de la ortología.

4.2. Consejos para la oralización de un escrito


Como señala el libro Saber hablar (Briz et alii, 2008), ante la
realización de un discurso oral caben tres alternativas: apren-
derlo y recitarlo de memoria, leerlo o desarrollar una técnica
mixta. Esta última, además de ser hoy en día la más habitual,
parece ser la propuesta más rentable en la relación coste-cali-
186 Marta Albelda Marco

dad. Nos limitaremos a señalar algunos consejos para la dic-


ción de discursos orales en situaciones formales públicas que
requieran un especial cuidado exigido por las características
del mensaje, del conferenciante, del público o de la situación.
Las recomendaciones que se señalan a continuación se
suelen recoger en los tratados de oratoria de forma más de-
sarrollada32. Atienden a diversos aspectos que van desde la
construcción del discurso (inventio y dispositio) hasta la pro-
pia puesta en escena (elocutio y actio). Para una mayor pro-
fundización en ellos, se puede consultar alguno de estos tra-
bajos: Morales (2001), Studer (2003), Briz et alii (2008):
1. Para empezar, hay que ser muy conscientes de que no se
redacta de la misma manera un texto para ser leído que para
ser dicho. Además de que en lo dicho intervienen los facto-
res extralingüísticos que rodean a la recepción del mensaje,
la construcción del discurso requiere otro tipo de elaboración
distinta a la que se escribe para ser leída.
Por ejemplo, el Libro de estilo de Telemadrid, refiriéndose a
la televisión, en contraste con el periódico, señala que el es-
fuerzo mental es distinto en cada uno de los canales. Por eso,
en lo oral, «las frases han de ser cortas: de 10 a 20 palabras
y sin oraciones subordinadas» (Telemadrid, 1993: 47); otros
autores, como Huertas y Perona (1999: 62), recomiendan una
longitud máxima entre 18 y 30 palabras.
Se debe simplificar la sintaxis, convertir algunas estructu-
ras subordinadas en coordinadas y sustituir, en algunos casos,
los conectores discursivos por la entonación. Paradójicamen-
te a esta simplificación se une también la necesidad de repetir
los elementos léxicos importantes en detrimento de algunos
anafóricos, puesto que la fugacidad de lo oral puede hacer

32
La oratoria es el arte de hablar con elocuencia, de deleitar y persuadir
por medio de la palabra.
Cuestiones de ortología y del lenguaje oral 187

olvidarlo. En este sentido, es recomendable resumir el con-


tenido de lo ya expuesto en algunos momentos del discurso.
En síntesis, «hay que escribir de modo tal que […] el encar-
gado de leer pueda leer como quien habla y no hablar como
quien lee […], la verosimilitud del texto oral como discurso
hablado es su primera condición» (Tubau, 1993: 57). Para que
se cree la sensación de que no se está leyendo es muy impor-
tante que quien habla haya interiorizado bien el texto, que a
la vez que se lee se esté prestando atención al significado de
lo que transmite.
2. Antes de la presentación del discurso es muy aconsejable
su ensayo, de manera que, a su vez, ello suponga una mínima
memorización para que en el momento de emitirlo el hablante
se pueda liberar un poco del papel. Los ensayos le permitirán,
además, reajustar el discurso hacia una mayor verosimilitud
oral e introducir algunos elementos más naturales. Asimismo,
en los ensayos se pueden practicar hábitos para una buena
vocalización y articulación de las palabras.
3. Veamos otras recomendaciones previas a la oralización.
El texto o guion de apoyo debe contar con una buena disposi-
ción espacial. Habrá que calcular la distancia a la que se pue-
de leer bien según la postura que el hablante vaya a adoptar
(sentado, de pie); se adecuará a ello el tamaño de la letra. Así
se tiene en cuenta, por ejemplo, al elaborar el teleprompter de
los telediarios.
Huertas y Perona (1999: 77-78) recomiendan escribir a
doble espacio, no cortar palabras al final de la línea, ni pá-
rrafos a final de página; las palabras de difícil pronunciación
se pueden escribir en mayúsculas y separar sus sílabas con
guiones.
4. Algunos consejos para el momento de la oralización del
discurso:
Levantar con asiduidad la mirada del papel y dirigirla al
público con constancia, repartiendo la mirada en todos
188 Marta Albelda Marco

y no solo en el mismo grupo de gente siempre. Es un


buen modo de captar su atención.
Emplear, aunque con armonía y moderación, recursos
gestuales de rostro y brazos (batutas, marcadores de
discurso, emblemas, etc.) para reforzar con más expre-
sividad lo dicho.
Utilizar el ritmo, el énfasis, las pausas, como instrumen-
tos de jerarquía para marcar ideas principales, desta-
cándolas sobre las secundarias.
Controlar la respiración, también mediante pausas más
largas (por ejemplo, para beber). Se recomienda la res-
piración diafragmática (para más detalle, Briz et alii,
2008: 122-123; Huertas y Perona, 1999: 94-95).
Ser moderado en el uso de los recursos técnicos. Los
que se empleen estarán justificados por el contenido y
fin del discurso y nunca por el afán de incorporar no-
vedades técnicas por el hecho de que todo el mundo lo
haga. En concreto, suele suceder que las presentaciones
orales se acompañan de un documento de PowerPoint©
que está repleto de diapositivas en las que está escrito lo
que el ponente dice, de tal forma que o bien el ponente o
bien el PowerPoint© se hacen prescindibles.
5. Por último se ofrecen unas indicaciones respecto al
modo de oralizar los signos de puntuación del texto escrito
(véase para más detalle Huertas y Perona, 1999: 73, 110; Álva-
rez, 2005: 143-150):
Coma: anticadencia (↑) o suspensión (→) y pequeña
pausa. La coma no supone concluir una idea, por lo que
no debe realizarse un tonema descendente.
Punto: pausa más perceptible y entonación descendente
absoluta (↓), para marcar que el enunciado ha finaliza-
do.
Cuestiones de ortología y del lenguaje oral 189

Punto y coma: pausa mayor que la de la coma y menor


que la del punto; su inflexión melódica es descendente
(↓), aunque menos que la del punto.
Puntos suspensivos: tonema suspendido, mantenido
(→). En ocasiones, cuando se deja inacabada una es-
tructura sintáctica subordinada, suele corresponder a
un tonema ascendente (↑): si no me ayudas…↑; como no
seáis puntuales…↑
Dos puntos: en el lugar en que aparezcan debe produ-
cirse una modificación de la curva entonativa para se-
ñalar que lo que sigue es una aclaración, explicación o
complemento de lo anterior. Generalmente el tonema es
suspendido (→).
Paréntesis: suponen una breve interrupción del hilo dis-
cursivo y, por tanto, de la melodía, por lo que suele en-
cuadrarse entre tonemas descendentes o, en ocasiones,
suspendidos (→).

5. Conclusión
En este capítulo se ha progresado desde el cuidado en la
articulación de la unidad mínima de la lengua oral, el sonido,
hasta las recomendaciones para una buena oralización de un
discurso. Todo es importante en la lengua, pues como vehí-
culo de nuestros mensajes, el habla informa sobre su usuario
y, desde luego, contribuye imprescindiblemente a la cabal y
adecuada comprensión de las estructuras lingüísticas.
Se ha apelado a la corrección normativa, pero también a la
recomendación estilística y a la adecuación discursiva y situa-
cional. Quizás porque la lengua oral es fugaz, y, por tanto, úni-
ca en la audición, la atención a sus realizaciones debe ser más
valorada. La calidad de los aspectos ortológicos contribuirá a
la mayor efectividad y aceptación de nuestros mensajes.
190 Marta Albelda Marco

6. Lecturas recomendadas
1. Para la consulta de cuestiones básicas fonético-fonoló-
gicas, se recomienda el siguiente manual, completo, pero a la
vez sintético y pedagógico:
Hidalgo Navarro, Antonio y Mercedes Quilis Merín (2004): Fonética y
fonología españolas, Valencia, Tirant lo Blanch, 2.ª ed. corregida y aumen-
tada.

2. Para una descripción detallada de los problemas ortoló-


gicos de cada sonido, acompañada de numerosos ejemplos y
de la explicación de los distintos fenómenos de incorrección
fonética, consúltese:
Gómez Torrego, Leonardo (2006): Hablar y escribir correctamente, Ma-
drid, Arco, tomo I, 221- 296.
Real Academia Española (2010): Ortografía de la lengua española, Madrid,
Espasa/Real Academia Española.

3. Para más detalles sobre la elaboración de discursos ora-


les y la oralización de textos, puede verse:
Briz Gómez, Antonio, coord. (2008): «La producción del discurso oral: la
claridad en la expresión», Saber hablar, Madrid, Aguilar, 103-130 (capítulo
4).
Briz Gómez, Antonio, coord. (2008): «Elementos externos a la produc-
ción oral», Saber hablar, Madrid, Aguilar, 131-165 (capítulo 5).

4. Para una descripción de las variantes fonéticas del espa-


ñol de América:
Aleza Izquierdo, Milagros y José María Enguita Urtrilla (coords.) et alii
(2010): La lengua española en América: normas y usos actuales, Valencia,
Universitat de València. Libro en línea (descarga gratuita):
< http://www.uv.es/aleza/esp.am.pdf>.
Vaquero de Ramírez, María (1996): El español de América I. Pronuncia-
ción, Madrid, Arco/Libros.
Cuestiones de ortología y del lenguaje oral 191

7. Anexo
Se presentan los dos sistemas de transcripción empleados.
El primero, contiene, de manera simplificada, los sonidos
consonánticos del español clasificados según el modo y lugar
de articulación, de acuerdo con el sistema de transcripción afi
(Alfabeto de Fonética Internacional). El segundo es el modelo
de transcripción propuesto por el Diccionario panhispánico de
dudas y por la Ortografía de la lengua española.
bilabial labiodental interdental dental alveolar prepalatal palatal velar
cuerdas vocales + ˗ + ˗ + ˗ + ˗ + ˗ + ˗ + ˗ + ˗
oclusivo b p d t Ɉ g k
africado ʤ ʧ
fricativo f θ̬ θ s̬ s ʝ x
aproximante β δ j ɣ
nasal m ɱ n̪ ˖ n̪ n nʲ ɲ ŋ
lateral l̪ ˖ l̪ l lʲ λ
vibrante ɾ
simple
vibrante r
múltiple

Cuadro 1. Sistema de transcripción del afi

grafía sonido grafía sonido


a /a/ n /n/
b /b/ ñ /ñ/
c + a, o, u /k/ o /o/
c + e, i /z/ (/s/ en zonas de seseo) p /p/
ch /ch/ q /k/
-r-
r tras b, c, d,
f, g, k, p, t
d /d/ /r/
y r final de
sílaba o de
palabra
r-, -rr-,
e /e/ /rr/
r tras n, l, s
f /f/ s /s/ (/z/ en zonas de ceceo)
g + a, o, u
/g/ t /t/
gu + e, i
g + e, i /j/ u /u/
192 Marta Albelda Marco

La letra h no representa
ningún sonido en el español
h estándar actual, salvo en ca- v /b/
sos de aspiración (véase más
abajo)
i /i/ w /b/, /u/
j /j/ x- /s/
/ks/ o /gs/ (en pron. general
americana y culta enfática de
x + conso-
k /k/ España)
nante
/s/ (en pron. general de Espa-
ña)
/ks/ o /gs/
(/j/ en algunos topónimos y
l /l/ -x-
antropónimos, como México,
Texas, Mexía, etc.)
ll /ll/ (/y/ en zonas de yeísmo) y /y/, /i/
m /m/ z /z/ (/s/ en zonas de seseo)

Cuadro 2. Sistema de transcripción del dpd y de la Ortografía

8. Ejercicios
1. Algunas de estas palabras son incorrectas en cuanto a su
escritura y, por tanto, en su pronunciación. Con la ayuda de
algún diccionario de dudas corríjalas:
a) guion
b) hipocondria
c) estadounidense
d) pudrir
e) especimen
f) tactil
g) indiosincrasia
h) nóbel
i) yedra
j) periodo

2. Con la ayuda de algún diccionario de dudas, seleccione


la forma correcta (una de ellas o las dos):
Cuestiones de ortología y del lenguaje oral 193

a) beneficiencia / beneficencia
b) olimpiada / olimpíada
c) sutil / sútil
d) radar / rádar
e) fútbol / futbol
f) antigualla / anticualla
g) atmósfera / atmosfera
h) metereológico / meteorológico
i) cónyuge / cónyugue
j) intervalo / intérvalo
k) policíaco / policiaco
l) ávaro/ avaro

3. Algunas de estas palabras no son correctas, explique por


qué y corríjalas:
a) cuádriga
b) ójala
c) ecléptico
d) desternillarse
e) cónyugue
f) florescente
g) hectogramo
h) evacuo
i) barahúnta
j) aficción
k) cuadragésimo

4. Pronuncie estas palabras; fíjese en los problemas de pro-


nunciación que presentan, de acuerdo con lo visto en el apar-
tado 1.3. de este capítulo:
1. expectación
2. gnoseología
3. gnomo
4. hierro
5. hierba
6. mnemotecnia
7. psicología, psicosis, psiquiatra
8. subrogar
9. abrogar
10. subrayar
11. istmo
194 Marta Albelda Marco

12. Valencia
13. Barcelona
14. transcribir
15. xenofobia
16. exfoliante
17. México, Oaxaca, Texas
18. wéstern

5. Señale los tonemas que deberían realizarse en cada frag-


mento marcado con XX. Las opciones son: ascendente (↑),
descendente (↓), suspendido (→).
Se trata de un entrenador de fútbol que está hablando so-
bre su equipo y sobre uno de sus jugadores en una entrevista
en televisión:
«Nosotros no tenemos otra forma de jugar más que esa XX. No obstante
XX, tenemos una variante XX, que no sé si tú conocerás XX, de jugar con
un delantero solo o con dos, ¿eh? XX. Nosotros lo que hacemos es conocer
al contrario XX, lo más que podemos XX, y después olvidarnos de él XX y
jugar como a nosotros nos interesa. Y ahí algún tropezón nos ha caído, pero
el contrario nos importa lo justo. Cuando tratamos de tapar sus virtudes XX
y tratamos de aprovecharnos de sus problemas XX, entonces podemos decir
que hemos hecho una buena jugada XX.
Respecto a lo segundo que me has preguntado XX, bueno pues XX,
vamos a ver XX, quiero hacer una aclaración XX. Los jugadores se seleccio-
nan solos XX. Y se caen de la selección solos XX».
BLOQUE CUARTO:
LÉXICO, DICCIONARIOS Y
RECURSOS
Capítulo 6
NOVEDADES Y CREACIÓN LÉXICA

María Estornell Pons


Universidad Católica de Valencia «San Vicente Mártir»

0. Introducción
La lengua, como principal medio de expresar el pensa-
miento y hacer referencia a la realidad, es un fiel reflejo de
los cambios y novedades que se van produciendo en esta, ma-
nifestados en nuevos modos de expresión. El cambio social
conlleva el cambio lingüístico, y este se muestra mayoritaria-
mente a través del léxico (Guilbert, 1975). La lengua de una
comunidad hablante que experimenta cambios e innovacio-
nes sociales no cesa de generar palabras y expresiones para
aludir a las nuevas circunstancias, de forma que su léxico se
encuentra en constante movimiento: surgen vocablos nue-
vos y desaparecen voces que dejan de prestar utilidad. De las
nuevas palabras, unas se instalan en la lengua y otras tienen
en ella una presencia pasajera, según si aquello que denotan
permanece en la sociedad o desaparece al cabo de un tiempo.
Estas nuevas unidades que se van produciendo se conocen
como neologismos, y se denomina neología léxica al proceso
de creación léxica inherente al sistema lingüístico y al desa-
rrollo de la sociedad (Guilbert, 1974).
La capacidad neológica de una lengua, esto es, la creación
de voces para denominar las nuevas realidades, permite me-
dir la vitalidad interna de tal sistema lingüístico (Cabré, 2000:
85-108), en tanto que demuestra la adaptación de una deter-
minada lengua a los cambios sociales, frente a la rigidez de un
sistema que no origine voces nuevas y se alimente de vocablos
de otros idiomas que se vayan apoderando de la lengua. La
198 María Estornell Pons

neología motivada por la necesidad de denominar las noveda-


des que surgen se conoce como neología referencial, frente a
otro tipo de neologismos, normalmente calificados como ex-
presivos o estilísticos (Cabré, 1993), que nombran realidades
que ya existían.
Dentro de la neología se distingue entre neología espontánea
y neología planificada (Boulanger, 1988), según el neologismo
se origine de manera espontánea e individual o se planifique
reflexivamente de una manera institucional, por parte de la
administración, de organismos que se ocupan de la planifica-
ción lingüística, de los medios de comunicación, de la escue-
la. Esta llamada neología planificada sirve a la norma lingüís-
tica, ya que se da para denominar las realidades nuevas, para
erradicar alguna denominación considerada poco adecuada o
para reducir la coexistencia de distintas variantes léxicas con
una misma denotación (Cabré, 2000: 85-108). Por otra parte,
se diferencia la neología general de la neología especializada o
neonimia, la primera relativa a las nuevas voces que son pro-
pias de la lengua común, y la segunda referida a los neologis-
mos pertenecientes al uso especializado, conocidos también
como neónimos (Rondeau, 1984). En el presente estudio no
se van a tener en cuenta las dos distinciones citadas de tipos
de neologismos, dada la dificultad de determinar, por un lado,
si el vocablo es fruto de un acto espontáneo o de una planifi-
cación, y, por otro lado, si es general o especializado, debido a
la frontera difusa que se da en ocasiones entre ambos tipos de
voces. Con respecto a este último aspecto, se observará cómo
algunos de los neologismos presentados se encuentran más
extendidos en el uso común, mientras que otros son más pro-
pios de determinados grupos de hablantes.
El fenómeno del neologismo se define comúnmente como
‘Vocablo, acepción o giro nuevo en una lengua. // 2. m. Uso
de estos vocablos o giros nuevos’, (drae 2001), o, en palabras
de Rey (1976), como «unidad nueva, de naturaleza léxica, en
un código lingüístico definido». No obstante, varios autores
(Rey, 1976, 1988; Alarcos, 1992; Guerrero Ramos, 1995; Al-
Novedades y creación léxica 199

var Ezquerra, 1999a; Solé, 2002, etc.) señalan la imprecisión


que encierra el concepto de neologismo y la dificultad de re-
conocer este tipo de voces. A este respecto, en las presentes
páginas se considera neologismo toda unidad léxica que ha
surgido recientemente (en un margen temporal no superior
a cinco años) y que circula en el uso, definición esta que se
apoya en unos determinados criterios fijados para reconocer
neologismos1.
Los neologismos se forman por medio de distintos pro-
cedimientos, como son los propios mecanismos del idioma
(recursos morfológicos, sintácticos y fonéticos), el cambio de
sentido de una palabra, los préstamos y procedimientos espe-
cíficos no incluidos en los anteriores2. El primer grupo abarca
los procesos de la prefijación, sufijación, composición, sintag-
mación, parasíntesis, acronimia, siglación y acortamiento. La
prefijación consiste en la adjunción de un prefijo a una pala-
bra ya existente para generar un vocablo nuevo (postrasvase)3,
mientras que con la sufijación se añade un sufijo a la palabra
base (padelista). En la composición se combinan dos o más
palabras existentes para hacer referencia a un concepto úni-
co, bien uniendo gráficamente los vocablos, lo que se cono-
ce como compuestos propios, léxicos u ortográficos (Val Álva-
ro, 1999: 4761) (pintacaras), bien enlazándolos mediante un
guión (crucero-patera), o bien sin unión gráfica (bono bebé),
y estos dos últimos tipos reciben el nombre de compuestos
impropios, imperfectos, posléxicos o pseudocompuestos. En
los compuestos incluyen algunos autores también las unida-
des formadas por la lexicalización de un sintagma (carné por

1
Para esta cuestión, véase Estornell (2009: capítulo 2).
2
Algunos autores, como Rondeau (1984) y Auger y Rousseau (1984),
distinguen entre neología de forma, neología de sentido y neología de
préstamo, frente a otras clasificaciones de tipos de neologismos según
su formación, dependiendo del punto de vista teórico que se adopte.
3
La gran mayoría de las palabras que se presentan como ejemplos se han
tomado del trabajo citado anteriormente (Estornell, 2009), en el que se
documentan y analizan estas voces.
200 María Estornell Pons

puntos), si bien otros estudios consideran estas voces como


un tipo diferente de creación léxica llamado sintagmación
(Observatori de Neologia, 2004), y este es el postulado que se
sigue en el presente capítulo. Igualmente, algunos estudios
tratan como compuestos cultos las palabras formadas con los
denominados prefijos cultos, elementos prefijales, prefijoides o
pseudoprefijos (Almela, 1999; Varela y Martín García, 1999;
Observatori de Neologia, 2004; Varela, 2005, etc.). En estas
páginas, de acuerdo con las observaciones de Vallés (2002:
115-120), se contemplan las formaciones con tales elementos
como prefijaciones, dado su comportamiento como prefijos,
en la medida en que un elemento no lexemático se añade a
una palabra para crear una nueva voz. El procedimiento de la
parasíntesis muestra la adjunción simultánea de un prefijo y
un sufijo a una palabra, o bien la combinación de prefijación y
composición para originar un vocablo (mileurista). La acroni-
mia, por otra parte, consiste en la fusión de una palabra com-
pleta y un segmento procedente del truncamiento de otra voz,
o bien de la unión de dos palabras truncadas (psicodanza).
Por siglación se entiende la creación de una nueva palabra a
través de la lexicalización de una sigla (spa). Y el acortamien-
to (también denominado abreviación) se refiere a la omisión
de un segmento de una voz, generalmente con fines expresi-
vos o estilísticos, de modo que esta se acorta (multi, a partir
de [empresa] multinacional).
El cambio de sentido como otro tipo de creación léxica se
denomina neología semántica, consistente en que un vocablo
adquiere un significado nuevo o diferente (Bastuji, 1974) a
través de distintos procedimientos semánticos4, generándose

4
Sánchez Manzanares (2009: 123-146) distingue procedimientos tró-
picos como son la metáfora, la metonimia, la sinécdoque y la elipsis
metonímica, y procedimientos comunes, en los que incluye la exten-
sión y la restricción de significado. Otros estudios también consideran
neología semántica la generalización en la lengua del uso de un nom-
bre propio como nombre común (Observatori de Neologia, 2004). Y
cabe señalar la clasificación que ofrece Díaz Hormigo (2007: 34) de la
Novedades y creación léxica 201

así una innovación léxica, si bien esta afecta solo al plano se-
mántico (verbo descargar5).
El mecanismo del préstamo alude a la incorporación de
una palabra perteneciente a otra lengua (bullying), palabra
que en numerosas ocasiones se instala en el idioma que la
adopta y se asimila a dicho sistema lingüístico (en el caso del
español, se castellaniza). Si el vocablo importado denomina
una realidad propia de la cultura extranjera, sin equivalente
léxico en la lengua receptora, recibe el nombre de xenismo
(Gómez Capuz, 2005).
Por último, hay que señalar la formación compleja que
presentan algunos neologismos, en los que concurren dos o
más de los mecanismos comentados (en trilerismo operan una
sufijación y un cambio de sentido), o bien no resulta claro el
procedimiento de formación (en murciglero no se reconoce
un procedimiento concreto), o es una creación ex nihilo, sin
partir de elementos preexistentes como en los casos anterio-
res, proceso este que se da con muy poca frecuencia.
De la mayoría de estos mecanismos de creación neológica
dan muestra las unidades que se presentan en los siguientes
apartados, dedicados a la creación y uso de innovaciones léxi-
cas a partir de ejemplos en la prensa escrita. La atención a la
prensa escrita como fuente de extracción y observación de la
creación léxica tiene una triple justificación. Por un lado, en
los medios de comunicación se hace referencia constante a
los cambios e innovaciones que se producen en la sociedad,

neología semántica, conjugando los diferentes procedimientos de este


tipo de neología apuntados por distintos autores: neología por conver-
sión (categorial o sintáctica) y por lexicalización de una forma flexiva,
neología por metáfora, metonimia, antonomasia y elipsis originada en
combinatoria léxica.
5
En el Diccionario de uso del español de María Moliner (2007) se incluye
la acepción ‘Transferir información procedente de Internet a un orde-
nador personal’, y este nuevo significado del verbo figura también en el
avance de la vigésima tercera edición del drae.
202 María Estornell Pons

de modo que en estos textos se utilizan las voces que nombran


tales novedades. Por otro lado, en los periódicos se transmiten
discursos de hablantes con trascendencia social, y en esos dis-
cursos se acuñan algunas denominaciones de las novedades,
que se difunden a través de la propia prensa. Asimismo, como
se comentará más adelante, los diarios incluyen textos de opi-
nión en los que se crean voces nuevas con determinados fines
discursivos. Por todo ello, la prensa escrita se constituye en
una fuente muy apta para el estudio de la innovación léxica.
En concreto, el corpus periodístico del que proceden los ejem-
plos que se comentarán consta mayoritariamente del diario
Levante-emv y El País (sección Comunidad Valenciana) y, en
casos aislados, de otros periódicos impresos y digitales6.

1. Neologismos para novedades


Como se ha comentado, en los textos periodísticos apare-
cen neologismos que denominan novedades en la realidad:
objetos, conceptos y situaciones fruto de las circunstancias
que se van generando. Se emplean voces denotativas de nove-
dades tecnológicas, sobre todo relacionadas con las posibili-
dades que ofrece Internet, como las siguientes7:

6
La compilación de este corpus se vincula al proyecto del Observatorio
de Neología, perteneciente a la Universitat Pompeu Fabra y dirigido
por la profesora M. T. Cabré, proyecto en el que los distintos grupos de
neología confeccionan un corpus de voces nuevas (Banco obneo: http://
obneo.iula.upf.edu/bobneo) a partir de la prensa editada en la comuni-
dad autónoma de pertenencia, en este caso, la Comunidad Valenciana.
7
Las unidades neológicas se han marcado en negrita, si bien en el con-
texto original no aparecen así. La difusión de estas voces en la lengua
se ha comprobado con consulta de los banco de datos crea (Corpus de
la Real Academia Española) y obneo (base de datos del Observatorio de
Neología), y también en textos de Internet en algunos casos.
Novedades y creación léxica 203

• grooming:
Por otra parte, en Canarias fueron detenidas también seis personas que
presuntamente habían contactado con menores a través de Internet con el
objetivo de mantener relaciones sexuales directas, o «cibersexo» a través de
la cámara web -técnica conocida como grooming (Levante, 07-04-2008).

• phising:
Ante la previsión de que internautas que realizan operaciones financie-
ras a través de la red puedan ser víctimas del phising, el engaño por el que
un remitente en nombre de un banco requiere confirmación de datos confi-
denciales (Levante, 04-04-2005).

• wikipédico:
El diseñador castellonense Higinio Mateu buscó la inspiración para su
trabajo, Hiyab, en tierras marroquíes, una inmersión más wikipédica que
conceptual (El País, 11-02-2009).

• malware:
Sin embargo, el último informe elaborado por Panda Security (compa-
ñía multinacional de seguridad informática), correspondiente al tercer tri-
mestre de este año, sitúa a España junto con EE.UU. como los países del
mundo con un porcentaje más alto de malware activo (códigos informáti-
cos maliciosos) (Levante, 13-10-2008).

• macroportal:
El holding español Filmax Entertainment ha decidido sumarse a las
tiendas de contenidos en internet y ha abierto el macroportal «yodecido»
(Levante, 04-02-2009).

• sms:
Más de un jugador, y en plan jocoso, envió un sms a su excompañero
(Levante, 05-05-2008).

También aparecen neologismos referidos al mundo del de-


porte, así cicloturismo (y su derivado cicloturístico/-ca), frees-
tyle, skibike, kitesurf:
• Rutas de senderismo y cicloturismo (El País, 02-11-2005).
• Benicàssim estudia la conexión de la vía verde con el entorno del Vora-
mar y la ruta cicloturística (Levante, 21-02-2009).
204 María Estornell Pons

• En la pista de 30 metros instalada por la organización se llevan a cabo


competiciones de estilo libre o freestyle en las modalidades de snowboard
y esquí (Levante, 10-11-2008).
• Si lo que busca es adrenalina, el skibike es una de las actividades más
atractivas (Levante, 01-02-2007).
• Gisela Pulido estrena tabla de kitesurf en esta nueva temporada con
un diseño vivo, lleno de motivos relacionados con la naturaleza y mucho
colorido (Levante, 07-04-2008).

Algunas unidades neológicas nombran innovaciones gas-


tronómicas, como sashimi:
• Por esta o por otras inculturas, lo cierto es que de la cocina de Japón
nos habían llegado tímidas referencias, que se concretaban en el pescado
crudo —sashimi— o en las distintas bolitas de arroz con algas y más de pro-
ducto marinero, logrando así que resultase muy exótico comer en japonés
(El País, 14-04-2008).

Son frecuentes los neologismos para denominar nociones


relacionadas con la política del momento8:
• zapaterismo:
Reprochó al presidente José Luis Rodríguez Zapatero haberse apropia-
do de la Constitución y la ha monopolizado hasta el punto, según afirmó, de
identificarse con la misma y haberla «contaminado de zapaterismo» (Le-
vante, 16-02-2005).

• campsismo, zaplanismo y ripollismo:


El ex alcalde de Teulada, José Ciscar, es el nuevo hombre fuerte del camp-
sismo en Alicante, un territorio en el que esa actualización del zaplanismo
llamada ripollismo no cede ni un ápice de terreno (Levante, 01-04-2009).

• ripollista:
Una edil ripollista del PP de Ibi denuncia anomalías urbanísticas de la
alcaldesa campsista (Levante, 04-02-2009).

8
Algunos de los neologismos que siguen son tratados en Sanmartín
(2009: 147), donde se ocupa de las nuevas voces relativas a realidades
propias de la Comunidad Valenciana.
Novedades y creación léxica 205

• rajoyista:
Primero eran fieles al antiguo régimen, después se convirtieron en los
más zaplanistas, los más campistas, los más aznaristas o los más rajoyistas
(Levante, 07-01-2009)

Y, junto a las voces relativas a los ámbitos señalados, se


emplean otras que nombran nuevos referentes pertenecientes
a las distintas parcelas de la realidad, como por ejemplo las
siguientes:
• maxisuéter, relativa a un tipo determinado de prenda de
vestir:
El tricot, como estrella de la colección bien en maxisuéters, bien en
ponchos de aires infantiloides (El País, 04-02-2009).

• bono-libro, representativa de una nueva medida adminis-


trativa para subvencionar la compra de libros escolares:
El sector de libro, que integra a editores, libreros y distribuidores, pidió
ayer a la Consejería de Educación que extreme el «control» sobre el «intru-
sismo» y la «competencia desleal» de las asociaciones de padres de alumnos
y colegios concertados que utilizan el sistema del bono-libro para comprar
y vender los libros de texto fuera de los canales de distribución de librerías
autorizadas (El País, 01-05-2009).

• pensionazo, que alude a una reforma del sistema de pen-


siones propuesta por el Gobierno:
La presión sindical y popular fuerza al Gobierno a matizar el «pensio-
nazo» (Abc, 02-02-2010).

• mileurista, para nombrar al colectivo de trabajadores que


recibe un salario de mil euros:
Claro que sí, los pobres jueces no tienen más remedio que ir huelga, en
su condición de oprimidos de la clase obrera, cuyos precarios puestos de
trabajo de mileuristas están en serio peligro (Levante, 11-02-2009).

• cienmileurista, creada por analogía con la anterior para


denominar a las personas que gozan de dicho tipo de sueldo:
206 María Estornell Pons

El presidente de la Diputación de Alicante, José Joaquín Ripoll, del PP,


ingresará en breve en el selecto club de altos cargos públicos cienmileuris-
tas (El País, 04-02-2008).

• networking, relacionada con el ámbito del mercado y la


empresa:
En la sede de Benidorm se prevé constituir un espacio de trabajo para
redes temáticas en sus campos de competencia (networking) y en Xàbia
se celebrará el Foro Europeo de Vecindad y se potenciará la formación y el
intercambio de juristas del Mediterráneo (El País, 05-05-2008).

Los distintos neologismos que se generan responden a di-


ferentes procedimientos de creación léxica, si bien, en el caso
de los presentados, la mayoría de ellos ilustran el mecanismo
del préstamo; así los vocablos grooming, phising, malware,
networking, sms, freestyle, skibike, kitesurf, procedentes del
inglés. Como ponen de manifiesto varios autores (Alvar Ez-
querra, 1998: 132; Lorenzo, 1999: 20), la abundancia de neo-
logismos originarios de la lengua inglesa señala este idioma
como principal exportador de palabras, de acuerdo con su
estatus de primera lengua mundial y con el hecho de que es
en ámbitos de habla inglesa donde se producen o promocio-
nan muchas de las innovaciones actuales, como las referidas
a la tecnología. Del idioma japonés, por otra parte, se importa
alguna palabra relativa a la gastronomía con la creciente in-
corporación de elementos de la cocina japonesa, como el caso
del sashimi.
Las palabras macroportal y maxisuéter obedecen al proceso
de la prefijación. En la primera, el elemento prefijal macro- se
antepone al sustantivo aportando el valor de tamaño o canti-
dad para aludir a un tipo de portal de Internet que abarca, a
su vez, varios portales9; y en maxisuéter, el prefijo se adjunta
al vocablo suéter como denominación de una nueva prenda de

9
El avance de la 23.ª edición del drae define la palabra portal como ‘Es-
pacio de una red informática que ofrece, de una forma sencilla e inte-
grada, acceso a recursos y servicios’.
Novedades y creación léxica 207

moda en la actualidad. Estos dos prefijos pertenecen a la lla-


mada prefijación intensiva, que añade valores connotativos al
significado de la palabra a la que se adjuntan (Martín García,
1998: 114).
Las unidades zapaterismo, campsismo, zaplanismo, ripo-
llismo, rajoyista, ripollista, wikipédico y pensionazo han sido
formadas por sufijación. Los cuatro primeros casos presentan
la adición a nombres propios del sufijo -ismo con el senti-
do de ‘sistema’, ‘corriente’, ‘movimiento’, ‘situación’, ‘actitud’,
‘colectividad’, según el contexto en que aparezca la voz. Las
palabras rajoyista y ripollista obedecen a la adjunción del afijo
-ista a otro nombre propio, con el significado de ‘partidario
de’, generando un tipo de formación recurrente en el español
actual (Guerrero Salazar, 2007: 365). En wikipédico, el sufijo
-ico se añade también a un nombre propio, el de una enci-
clopedia virtual, para generar el sentido de ‘relativo o perte-
neciente a’ esa enciclopedia. Y en el vocablo pensionazo, el
sufijo -azo se une al lexema pensión con un valor despectivo
por analogía a otras formaciones e imponiendo así el género
masculino de la unidad10, con el fin de referirse una nueva
medida administrativa.
En relación con los neologismos formados por prefijación
y sufijación, cabe señalar que muchos de ellos resultan trans-
parentes desde el punto de vista del significado, ya que este
es predecible a partir de la combinación de los elementos que
forman la palabra, lo que se conoce como composicionali-
dad semántica. Así las unidades de este tipo anteriormente
citadas, salvo las voces macroportal, maxisuéter y pensionazo,
que representan casos de afijación cuyo significado resultante
no es predecible obtenido directamente de la forma. En ma-
croportal, el referente denotado es un portal cibernético, sin
embargo, debido al carácter polisémico que ha adquirido el

10
Esta es análoga a la voz decretazo, surgida hace varios años para nom-
brar también una medida propuesta por el gobierno.
208 María Estornell Pons

sustantivo portal, el significado ‘portal muy grande’, deducido


solo de la forma, no refleja claramente el significado real de
la nueva voz. En el caso de maxisuéter, el vocablo podría de-
notar un suéter muy grande en cuanto a talla, mientras que
ha surgido para denominar un tipo concreto de suéter para
mujer que es más largo de lo habitual y que se combina con
unas prendas determinadas, de modo que la palabra se espe-
cializa semánticamente. Y en la unidad pensionazo, la falta
de composicionalidad se debe a que, por un lado, la palabra
pensión es polisémica, y en la nueva voz se toma la primera
acepción de esta (drae 2001); por otro lado, a que el sufijo -azo
también tiene varios valores, de los cuales se emplea el de sen-
tido despectivo (2.ª acepción de drae 2001). El significado de
la unidad no se obtiene, pues, directamente, sino que requiere
la selección y combinación de estos significados, si bien ello
no entraña necesariamente dificultad para el hablante ya que,
como se ha señalado, esta formación es análoga a otras utili-
zadas y difundidas en el uso común.
En cuanto al vocablo mileurista, representa el proceso de la
parasíntesis, ya que se combina el lexema mil con la adición
del sufijo -ista a la palabra euro, formando una sufijación y
composición a la vez para expresar el significado de ‘persona
que cobra un salario de mil euros’. Igualmente, en la palabra
cienmileurista, creada a partir de la anterior, se produce una
parasíntesis más compleja al combinarse la composición de
cien mil con la sufijación de -ista a euro, como en el caso pre-
cedente.
Por último, la palabra bono-libro está formada por compo-
sición, dado que se unen dos sustantivos mediante un guión
para denotar un concepto unitario.

1.1. Uso del neologismo y marcación metadiscursiva


Si bien los neologismos mencionados hasta ahora nom-
bran novedades de la realidad, pueden observarse algunas di-
Novedades y creación léxica 209

ferencias en cuanto a su uso y utilidad desde el punto de vista


denominativo. Por ejemplo, los vocablos grooming, phising,
malware, networking, skibike, kitesurf, sashimi, maxisuéter o
bono-libro responden a nuevos conceptos y la manera más
útil de referirse a ellos es con estas palabras, de modo que su
uso es necesario para evitar una larga paráfrasis explicativa.
Neologismos como zapaterismo, campsismo, zaplanismo, ripo-
llismo, rajoyista, ripollista, mileurista, freestyle o sms nombran
igualmente realidades recientes fruto de circunstancias socia-
les, políticas, económicas, tecnológicas…, pero las expresio-
nes equivalentes a estas voces no resultarían tan incómodas o
poco prácticas; así, podría decirse, por ejemplo, sistema o ré-
gimen de Zapatero, para zapaterismo; partidario de Rajoy, para
rajoyista; que tiene un salario de mil euros o de cien mil euros,
para mileurista y cienmileurista respectivamente; estilo libre,
para freestyle. En el caso de sms, esta voz convive en el uso con
su equivalente español mensaje de texto para referirse a los
mensajes enviados mediante los teléfonos móviles, por lo que
el empleo del préstamo ya no es necesario. Y la palabra pen-
sionazo podría considerarse también como poco útil desde el
punto de vista denominativo, ya que no resulta desafortunada
la referencia con la expresión reforma del sistema de pensiones,
si bien esta no encierra las connotaciones que posee la unidad
neológica. Según lo expuesto, la creación de tales voces pue-
de relacionarse con una intención más estilística y expresiva,
frente a la mayor necesidad que parece darse en el uso de los
primeros vocablos citados, dado que la expresión equivalente
para transmitir el mismo significado es más extensa o menos
directa, y hay que tener en cuenta la economía lingüística que
siempre aporta el uso de una forma corta en lugar de una pa-
ráfrasis a la hora de denotar un concepto o referente.
Algunos de los neologismos mencionados tienen necesa-
riamente una vigencia temporal en la lengua debido a que de-
nominan realidades pasajeras. Tal es el caso de zapaterismo,
campsismo, zaplanismo, ripollismo, rajoyista, ripollista, pen-
sionazo, bono-libro, voces nuevas relativas a figuras políticas
210 María Estornell Pons

o medidas administrativas del momento actual, por lo que de-


jarán de usarse cuando ya no se hable de esas circunstancias
políticas y sociales. De ahí que determinados autores denomi-
nan este tipo de unidades palabras al viento (Guiraud, 1967).
Con respecto a la presentación de unidades neológicas en
textos escritos, hay que notar que en ocasiones estas apare-
cen marcadas metadiscursivamente para señalar el carácter
novedoso de la voz. Dicha marcación se realiza a través de
distintas formas: con la escritura del neologismo entre co-
millas o en letra cursiva, con la presentación de una unidad
léxica equivalente entre paréntesis o integrada en el texto, o
bien con una definición o paráfrasis aclaratoria entre parén-
tesis o dentro del fragmento. La mayoría de los neologismos
citados no aparecen así marcados. La palabra pensionazo se
escribe entre comillas, para indicar su creación reciente a la
vez que cierto tono informal que parece presentar. Los voca-
blos grooming, freestyle y skibike se escriben entre comillas en
el primer caso y en letra cursiva en los otros dos, pero esta
presentación probablemente responda al hecho de que las vo-
ces extranjeras no asimiladas en la lengua deben marcarse
tipográficamente, y no tanto al carácter neológico de estas pa-
labras11. Cabe señalar al respecto que los otros neologismos
que son préstamos también deberían presentarse con marcas
tipográficas, siguiendo la norma mencionada. La unidad net-
working, como préstamo que es, requiere de dichas marcas,
pero, en cuanto a indicios metadiscursivos, hay que destacar
que, en el contexto de documentación, es esta voz, es decir, el
neologismo, lo que se menciona entre paréntesis como infor-
mación de que la explicación que lo precede es un concepto
que se expresa con una palabra específica:
• En la sede de Benidorm se prevé constituir un espacio de trabajo para
redes temáticas en sus campos de competencia (networking) y en Xàbia

11
Aleza (2005: 12-29 y 2006b: 281-319) se ocupa de la presencia de prés-
tamos y su variación gráfica en el ámbito de la prensa.
Novedades y creación léxica 211

se celebrará el Foro Europeo de Vecindad y se potenciará la formación y el


intercambio de juristas del Mediterráneo (El País, 05-05-2008).

Esta forma de presentar los neologismos se emplea en oca-


siones y resulta un modo eficaz de dar a conocer voces neo-
lógicas con su correspondiente significado. Así, para lograr
mayor eficacia en la comunicación, sería aconsejable marcar
metadiscursivamente aquellos neologismos cuyo uso no sea
tan común como el de otros por referirse a realidades de ám-
bitos más restringidos, ya que es posible que el receptor des-
conozca la nueva palabra o no esté seguro de su significado.
En este sentido, conviene acompañar al vocablo neológico de
una definición, aclaración o equivalente léxico más común,
bien en el interior del texto o bien en forma de inciso, o, al
menos, indicar tipográficamente la neologicidad del vocablo;
como afirma Romero Gualda (1999: 75), «El lector agradece-
ría ese señalamiento gráfico proporcionado por el periódico y
entendería que la voz está en esa fase de registro por parte de
la comunidad […]».

2. Nuevas palabras para realidades no nuevas


2.1. Creaciones léxicas no ocasionales
Frente a neologismos como los anteriores que denominan
novedades, en la lengua se crean y circulan otras muchas vo-
ces que denotan referentes, conceptos o situaciones que no
son nuevos sino que ya existían antes12. Así karaokista, macro-
puerto, megapuerto, murciglero, micropyme, skater, ERE…
El juego del karaoke hace tiempo que se practica y desde
entonces existen aficionados a esta práctica, para los que re-

12
Si bien somos conscientes de la dificultad de delimitar la mayor o me-
nor novedad de un concepto o referente en la realidad.
212 María Estornell Pons

cientemente se utiliza el nombre de karaokista mediante el


procedimiento de la sufijación, al servicio de la economía lin-
güística y con fines expresivos:
• Allí canta sus canciones también Maruja Soto, una veterana cancione-
ra de copla muy «echá pa`adelante» que lo hace francamente bien, dentro
de un gran nivel de karaokistas que concurren al local de Javi y Paco, como
Pepe Sandiego y su panda, que se cantan y se bailan de maravilla (Levante,
05-05-2008).

Hay que destacar que la voz karaokista aparece entre comi-


llas en el contexto original, con lo que el hablante señala que
realiza un uso léxico novedoso o poco difundido.
Los puertos de grandes dimensiones, instalaciones y ser-
vicios no son una novedad actual, si bien ahora se ha exten-
dido la alusión a ellos con las voces macropuerto o megapuer-
to, probablemente por el valor connotativo que aportan los
prefijos intensificadores macro- y mega-, para intensificar el
significado de magnitud:
• El lunes, técnicos de la Consejería de Infraestructuras explicaron el
proyecto a todos los portavoces de los grupos políticos del Ayuntamiento y
esta semana el alcalde, Eduardo Monfort, expuso en solitario los detalles del
macropuerto (El País, 05-05-2008).
• La empresa dice que el macropuerto creará un triángulo de lujo entre
Dénia, Mónaco y Balears (Levante, 26-10-2005).
• Es fundamental acometer las obras para convertir las instalaciones
portuarias de Valencia y Sagunto en un auténtico megapuerto en 2015 (Le-
vante, 26-01-2005).

Igualmente, en este otro contexto la palabra mega-colectivo


denota algo no nuevo como es una gran colectividad, pero lo
hace de forma eficaz gracias al prefijo intensificador mega-,
que da más énfasis a lo dicho:
• Dos desfiles mega-colectivos marcaron ayer el día (El País, 11-02-
2009).

También en la voz macroedificación se recurre al prefijo


macro- para intensificar la idea de tamaño de una edificación,
referente que tampoco es una novedad:
Novedades y creación léxica 213

• […] Estamos muy endeudados solo por figurar y hacer macroedifi-


caciones que no sirven para nada y no por preocuparse de las necesidades
reales del pueblo como educación, sanidad etc. (Levante, 11-02-2009).

Las empresas muy pequeñas, constituidas incluso por una


sola persona, ya existían antes, pero actualmente se denomi-
nan con el vocablo micropyme, en el que se adjunta el prefijo
micro- a la voz pyme, que es a su vez una sigla lexicalizada de
la construcción pequeña y mediana empresa. Como en el caso
anterior, un prefijo intensificador refuerza la idea de peque-
ñez y la palabra resulta muy expresiva.
• Las operaciones nuevas con el sector promotor cayeron un 70%, las
corporativas y sindicadas, un 80%, mientras que las dirigidas a las micro-
pymes bajaron un 6% y un 25% las de las pymes (El País, 11-02-2009).

Los asaltantes nocturnos de viviendas para robar en ellas


no constituyen una novedad de nuestro tiempo, y sin embar-
go hace poco que se emplea una palabra específica para de-
nominarlos:
• Un vecino alertó al 091 al creer que el narco era un murciglero tras
verlo entrar por una ventana (Levante, 11-02-2009).

Como ilustra el siguiente ejemplo, se ha tomado del inglés


la voz skater para nombrar de una forma más estilística y mo-
derna a los usuarios del monopatín, cuando no es nuevo el
patinaje con este medio:
• Ahora, una modificación de la ordenanza de circulación ha provocado
el enfado entre patinadores y skaters, que se arriesgan a multas de hasta
500 euros por desplazarse en aceras, plazas y calles peatonales (El País, 05-
05-2008).

La forma ERE es una sigla de la expresión expediente de re-


gulación de empleo, creada recientemente para sustituir eufe-
místicamente a la palabra despido, debido a la trascendencia
actual de este concepto a causa de la situación económica. A
partir de la construcción citada se ha formado la sigla, que
constituye, pues, un neologismo denotativo de algo no nove-
doso:
214 María Estornell Pons

• Los afectados por ERE podrán cobrar el paro completo si son despe-
didos (Abc, 16-01-2009).

La unidad ciudad-cáncer, creada por composición, tampo-


co denomina una novedad, pues se refiere a aquellas ciudades
en las que se dan circunstancias industriales y medioambien-
tales que favorecen enfermedades cancerígenas. No obstante,
este compuesto resulta muy expresivo a la hora de hacer refe-
rencia a una población con tales características.
• En la práctica lo que significa esto es el crecimiento de una ciudad-
cáncer insostenible, dentro del cuerpo de Alicante (Levante, 08-12-2008).

No es nuevo en la sociedad el tipo de persona al que hoy


se alude con la palabra compuesta perro-flauta debido a que
estos individuos van acompañados de dicho animal y tocan
en la calle melodías con tal instrumento:
• A los que salían del metro en Sol y tenían rastas, o mallas o pinta de
perro-flauta se les cacheaba y pedía documentación (El País, 07-01-2008).

Un determinado hablante creó en un discurso concreto la


palabra ojiplático a partir de la expresión fraseológica tener o
ponerse los ojos como platos, para expresar el significado de
admiración o sorpresa de un modo ocurrente y jocoso, uso
que otros hablantes han adoptado según muestra el número
de apariciones que presenta esta voz en Internet13. Esta uni-
dad léxica parece responder a la búsqueda de expresividad
y originalidad, ya que es equivalente a un adjetivo como bo-
quiabierto:
• A continuación, Eblé presentó una colección que dejó a más de uno
ojiplático (El País, 11-02-2009).

Así pues, neologismos como los comentados demuestran


que la creación léxica no está sujeta a las necesidades deno-
minativas de las nuevas realidades, sino que sirve también a
otros fines, a fines connotativos o expresivos, estilísticos, eu-

13
La búsqueda ha sido realizada a través del buscador Google en la web.
Novedades y creación léxica 215

femísticos y a la propia economía lingüística, para denominar


algo de manera breve y eficaz. Estas nuevas voces circulan en
la lengua, se usan en ella, independientemente de que presen-
ten diferente frecuencia de uso. Otras creaciones, en cambio,
no llegan a formar parte del uso común, sino que se usan oca-
sionalmente en un texto que no trascienden, como las que se
tratan en el siguiente epígrafe.

2.2. Creaciones léxicas ocasionales


Los usuarios de una lengua, conocedores de los recursos
del idioma para formar palabras, crean unidades léxicas libre-
mente para transmitir un significado concreto en un discurso
específico, en busca de una mayor eficacia comunicativa. Una
voz así originada puede trascender el discurso en el que nace
y ser usada por otros hablantes hasta difundirse en la lengua.
O bien es posible que el nuevo vocablo no rebase el contexto
para el que ha sido creado y quede como una voz ocasional
con un uso reducido a un discurso concreto, ya sea solo por
parte de su creador, ya también por parte de otros participan-
tes en el acto comunicativo, que no propagan la unidad en
la lengua. La primera posibilidad se da principalmente cuan-
do el usuario es una persona influyente en la sociedad cuyos
discursos o enunciados concretos suelen hacerse públicos a
través de los medios de comunicación. Así figuras políticas,
profesionales de los medios de masas, deportistas, artistas…,
si bien, aunque en menor medida, también se difunden voces
creadas por personas sin tal proyección social. Y el segundo
caso se manifiesta a menudo en el discurso de cualquier ha-
blante con una competencia lingüística suficiente para gene-
rar nuevas voces mediante los procedimientos de formación
de palabras.
Tales innovaciones léxicas se crean para denominar ob-
jetos o conceptos de una forma ocurrente, original, jocosa,
más estilística, más económica, más enfática o con más fuer-
za expresiva. En la prensa escrita, estas voces son habituales
216 María Estornell Pons

en los textos de corte subjetivo como pueden ser artículos de


opinión, editoriales, críticas o cartas al director, en los que la
libertad de expresión favorece la libertad de creación en bus-
ca del efecto en el interlocutor. Por ejemplo, en el siguiente
enunciado se genera la voz bandejero para referirse, de una
forma original y con una intención crítica, a un modo concre-
to de envasar los productos que se emplea en los supermer-
cados:
• Creo que Mercadona se está equivocando con esta política, por ejem-
plo con el café, han quitado las marcas buenas y ahora me toca ir por ahí a
buscarlo, además se comenta que van a quitar la pescadería y será tipo ban-
dejero, señores creo que no van bien por ese camino (Levante, 21-02-2009).

Y en el fragmento subsiguiente, el autor forma un nuevo


vocablo añadiendo el prefijo pseudo- a la palabra fallera, con
el fin de transmitir eficazmente un sentido que el lector inter-
preta con facilidad a partir de la forma de la voz y el contexto
en que se emplea:
• Lo triste, lo realmente triste es que a estos presuntos los ha votado
una mayoría pseudofallera y ramplona y que la mayoría del «pueblo va-
lenciano» no ha hecho absolutamente NADA por pararles los pies (Levante,
11-02-2009).

Estas creaciones ocasionales de palabras pueden conside-


rarse lícitas siempre y cuando no supongan incorrecciones
lingüísticas o no resulten redundantes o innecesarias porque
haya otras palabras con el mismo significado en la lengua.
Así, en el siguiente enunciado, la formación autoevidente se-
ría redundante, innecesaria, ya que bastaría con el uso de la
palabra evidente:
• Es fácil de ver porque la poesía es muy autoevidente, inmediatamente
detectas, cuando lees unos pocos poemas, si te puede interesar (El País, 04-
02-2008).

Igualmente, la creación de la unidad discapaz no tiene ra-


zón de ser puesto que existe la palabra discapacitado (drae
2001) para expresar tal sentido:
Novedades y creación léxica 217

• La Fiscalía protegerá a los discapaces sin incapacitarlos (El País, 14-


01-2009).

Desde el punto de vista de la norma lingüística, estas crea-


ciones léxicas superfluas indicarían faltas de competencia
léxica por parte del hablante, al desconocer, bien la existencia,
bien el uso, de otras voces de la lengua que denotan lo que se
pretende expresar. De ahí que es desaconsejable la formación
de tales variantes léxicas innecesarias.
Dado el carácter ocasional de las creaciones léxicas cita-
das en este apartado, no cabe considerarlas como neologis-
mos mientras no se encuentren difundidas en la lengua, de
acuerdo con el requisito de la difusión que debe cumplir un
neologismo. De modo que hay que separar dichas creaciones
léxicas ocasionales de las unidades neológicas, como las co-
mentadas en los puntos anteriores.

3. Conclusiones
En estas páginas se han presentado diversas voces neoló-
gicas del español formadas con diferentes procedimientos de
creación léxica y usadas en los medios de comunicación, en
concreto en la prensa escrita, fuente en la que aparecen con
frecuencia este tipo de palabras dada la función informativa
que ejerce el discurso periodístico. Algunos de los neologis-
mos denominan novedades en la realidad, relacionadas con
las distintas parcelas de la misma. En este sentido, se observa
que los ámbitos más productivos de neologismos son el de las
nuevas tecnologías y el de la política, si bien, como se ha vis-
to, nacen unidades neológicas pertenecientes al deporte, a la
moda, a la gastronomía, a medidas administrativas y a deter-
minados conceptos, situaciones u objetos surgidos hace poco.
Por tanto, en la medida en que las unidades neológicas deno-
minan novedades, este hecho lingüístico es representativo de
los cambios que se van produciendo en la sociedad, tales pa-
218 María Estornell Pons

labras se constituyen en testigos de las diversas innovaciones.


No obstante, se ha demostrado que también se crean voces
que no denominan novedades, sino que surgen para nombrar
algo que ya existía. En ocasiones, tales neologismos denotan
eficazmente un concepto que no era denotado por ninguna
unidad léxica específica, sino que se expresaba mediante
construcciones libres, por lo que el neologismo resulta útil o
eficaz. Otras veces, la nueva palabra denomina algo ya nom-
brado por otra, con lo que funciona como equivalente léxico
de la anterior introduciendo algún matiz semántico o estilísti-
co nuevo. En cualquier caso, hay que tener en cuenta este tipo
de creación neológica no denotativa de novedades, al servicio
del estilo, la originalidad, la fuerza expresiva, la economía lin-
güística…, frente a las voces neológicas que son muestra de
los diferentes cambios que se producen en la realidad.
Por otra parte, cabe separar la creación léxica productora
de neologismos, ya sean estos denominativos de realidades
nuevas o no nuevas, de la creación léxica originaria de voces
formadas ad hoc en un discurso concreto que no trascienden,
con un fin determinado como puede ser el énfasis, el humor,
la creatividad, el estilo, la economía en la expresión, etc. Estas
innovaciones léxicas se considerarían como creaciones léxicas
ocasionales, sin difusión en el uso, y, como se ha comentado,
son frecuentes en textos marcados por un carácter subjetivo.
La creación léxica es, por tanto, un mecanismo constante
del lenguaje, ya sea como recurso para lograr ciertos efectos
en la comunicación, ya para denominar, mediante las unida-
des neológicas, las novedades en la sociedad, y esta segunda
finalidad resulta especialmente interesante desde el punto de
vista de la relación entre la lengua y la realidad que la envuel-
ve.
Novedades y creación léxica 219

4. Ejercicios
1. Clasifique los siguientes neologismos según su procedi-
miento de formación: politono, blogger, bono-libro, ci-
berlavandería, egopublishing, webizar.

2. Comente el uso y presentación metadiscursiva de los


neologismos subrayados:
a) Durante esta semana, un total de 12.000 esquiadores y snowboarders
diarios están disfrutando de las pistas de Grandvalira (Levante, 11-01-
2006).
b) El macrobotellón de Halloween deja 40 multas y 500 kilos de basura en
la Alameda (Levante, 02-11-2006).
c) Jet Ready incorporará a su flota hasta 15 minijets antes de 2011, tiene
previsto comenzar a operar a mediados de este año y ha elegido Valencia
y Zaragoza como aeropuertos base (Levante, 25-01-2007).
d) A diferencia de las low cost, conecta rutas de baja y media densidad de
tráfico (Levante, 25-05-2005).

3. Caracterice como necesaria, útil o menos útil cada una


de estas creaciones léxicas:
bloguero, cibermaleducado, antispam, ranquear, bono bebé.

4. Invente una nueva realidad (objeto, concepto, situación)


y las palabras que se precisarían para denominar esa
novedad y lo relativo a ella, teniendo en cuenta los dis-
tintos procedimientos de creación léxica.
Capítulo 7
INTRODUCCIÓN A LOS
EXTRANJERISMOS DEL DICCIONARIO
PANHISPÁNICO DE DUDAS Y
CRITERIOS DE ADAPTACIÓN

David Giménez Folqués


Universitat de València

0. Introducción
La aparición del Diccionario panhispánico de dudas supu-
so un gran impacto en el terreno de los extranjerismos en el
español. Este fenómeno provocó la revisión de los mismos y
una serie de debates que conducían siempre a la misma pre-
gunta, ¿triunfarán estas adaptaciones entre los hablantes?
En este capítulo haremos una breve descripción del crite-
rio de adaptación que ha seguido el dpd en los extranjerismos,
hablaremos también de los tipos de extranjerismos con los
que nos podemos encontrar y finalmente de las consecuencias
que puede tener la aplicación de dichos criterios para la adap-
tación de los mismos.
Una vez llevada a cabo esta pequeña disertación sobre la
adaptación de los extranjerismos, daremos paso a una serie de
ejercicios cuyo objetivo no es otro que el de poner en práctica
la reestructuración que ha provocado este fenómeno en estas
nuevas voces. De esta forma los usuarios se podrán adiestrar
en la utilización de extranjerismos teniendo en cuenta las no-
vedades que aporta el dpd.
222 David Giménez Folqués

1. Sobre la adaptación de los extranjerismos


Los extranjerismos siempre han representado un campo de
batalla para los estudios léxicos. Con el Diccionario panhispá-
nico de dudas se realiza una revisión de los extranjerismos con
respecto a la aparición del último diccionario académico en el
2001. En el prólogo del dpd se indica que se ha respetado la in-
clusión de extranjerismos del anterior diccionario académico,
pero se han añadido algunas voces (dpd, 19, § Introducción):
Con el fin de recomendar soluciones que se ajusten a las pautas señala-
das, este diccionario comenta un grupo numeroso, aunque necesariamente
limitado, de voces extranjeras habitualmente empleadas por los hispanoha-
blantes. Concretamente, los extranjerismos crudos incluidos en la última
edición del Diccionario académico (2001), así como los extranjerismos adap-
tados que allí se registran cuando aún es frecuente encontrarlos escritos en
textos españoles con las grafías originarias. Además, se han añadido algunos
extranjerismos no recogidos por el Diccionario académico, pero que son hoy
de uso frecuente en el español de América o de España.

Varios son los factores del aumento de voces extranjeras,


uno de ellos el criterio que sigue el dpd de mantener la «esen-
cia» de la lengua, adaptar este grupo de nuevas voces a los
rasgos gráficos y morfológicos del español, es decir, que el re-
sultado final sea una palabra española. Para ello, y dicho de
una forma más sencilla, se ha castellanizado todo lo que era
adaptable al español dentro de las posibilidades y los límites
que ofrece la lengua.
Algunos ejemplos que causan cierto impacto al verlos se-
rían los casos de jacuzzi, piercing o blues que han sido adapta-
dos por yacusi, pirsin o blus. Muchas veces se crean voces que
resultan un tanto extrañas y que cuando son vistas por un ha-
blante de la lengua original ni siquiera las pueden reconocer.
Aunque las voces que hemos visto anteriormente son conoci-
das internacionalmente en su forma original, se ha decidido
adaptarlas igualmente.
La forma gráfica no es el único elemento que se tiene en
cuenta a la hora de adaptar una voz, la pronunciación tam-
bién se contempla. Un ejemplo claro sería la adaptación de cd,
Introducción a los extranjerismos del Diccionario panhispánico… 223

escrito originariamente con siglas y ahora adaptado a la for-


ma cedé. Si hubiéramos tenido en cuenta su pronunciación en
inglés, el resultado habría sido sidí, pero en español siempre
hemos pronunciado «cedé» y de ahí a su adaptación final.
Otro factor con el que contamos para la ampliación de vo-
ces extranjeras es la participación de América en el dpd. El he-
cho de que la Academia haya ampliado su campo de estudio
a América ha provocado que los extranjerismos que aparecen
allí sean contemplados por el Diccionario. La ampliación a
América se debe al hecho comentado anteriormente de querer
mantener la unidad de la lengua. Ante la posibilidad de que
los países hispanoamericanos y España se vayan distancian-
do más en lo que se refiere al uso de la lengua, la Academia ha
intentado paliar este hecho con la aparición del Diccionario
panhispánido de dudas (dpd, XVI, § Introducción):
Por la misma razón, se reconocen, cuando existen, las divergencias entre
la norma española y la norma americana, o entre la norma de un determina-
do país o conjunto de países y la que rige en el resto del ámbito hispánico,
considerando en pie de igualdad y plenamente legítimos los diferentes usos
regionales, a condición de que estén generalizados entre los hablantes cultos
de su área y no supongan una ruptura del sistema de la lengua que ponga
en riesgo su unidad. Solo se desaconsejan los particularismos dialectales
que pueden impedir la comprensión mutua, por ser fuente de posibles mal-
entendidos; nos referimos a los pocos casos en que una estructura lingüís-
tica adquiere en un área concreta un valor o significado diferente, e incluso
opuesto, al que tiene en el español general.

Llegados a este punto, cabe plantearse si es oportuno o no


utilizar los extranjerismos tal y como los presenta el dpd. Para
no parecer demasiado estricto, se toma la postura de no dictar
normas: según su prólogo nos deja ver que se limita a aconse-
jar o desaconsejar unos usos según sus criterios. El Dicciona-
rio lanza una propuesta a la espera de que los hablantes, que
en definitiva son los que usan la lengua y, por lo tanto, los que
producen los cambios en la misma, la acepten o la rechacen
(dpd, XV, § Introducción):
Debido a la naturaleza relativa y cambiante de la norma, el Diccionario
panhispánico de dudas evita conscientemente, en la mayoría de los casos, el
224 David Giménez Folqués

uso de los calificativos correcto o incorrecto, que tienden a ser interpretados


de forma categórica. Son más las veces en que se emplean expresiones ma-
tizadas, como Se desaconseja por desusado...; No es normal hoy y debe evitar-
se...; No es propio del habla culta...; Esta es la forma mayoritaria y preferible,
aunque también se usa..., etc.

A pesar de que muchas veces algunas adaptaciones parez-


can un tanto extrañas, el dpd ha realizado un amplio estudio
de los extranjerismos y ha resultado una buena fuente para la
consulta de los mismos. En su recopilación, tuvieron que li-
diar con el hecho de encontrarse con extranjerismos con usos
muy extendidos. Sin embargo, se han arriesgado a adaptarlos
dando paso a voces con una forma muy española. Ahora no
queda más que esperar a ver qué hacemos los hablantes his-
panos.

2. Tipos de extranjerismos
Para finalizar con esta introducción hablaremos muy bre-
vemente del tipo de extranjerismo con el que nos podemos
encontrar según la clasificación realizada por el Diccionario
panhispánico de dudas y los criterios que han utilizado.
En primer lugar, el dpd habla de «extranjerismos superfluos
o innecesarios»; se refiere a aquellos que tienen equivalente
en español, e incluye los ejemplos de consulting (en español
consultora o consultoría) o back-up (en español, copia de se-
guridad).
Por otro lado, menciona «extranjerismos necesarios o muy
extendidos»; evidentemente se refiere a aquellos extranjeris-
mos que no tienen equivalente en español o es muy complica-
do encontrarlo. En este último caso, aplican dos criterios, el
primero el de mantener la grafía y la pronunciación origina-
ria (como sería en el caso de software o ballet) y el segundo el
de adaptar al español la pronunciación o la grafía originaria
(como el caso de airbag o máster)
Introducción a los extranjerismos del Diccionario panhispánico… 225

3. Ejercicios
A continuación vamos a realizar los ejercicios prácticos
de los que hemos hablado en la introducción. En primer lu-
gar, incluiremos dos ejercicios cuyo objetivo será el de fami-
liarizarse con los criterios de adaptación que emplea el dpd.
Los ejercicios tratarán sobre la adaptación del extranjerismo
y sobre el uso de su plural (otra forma de adaptación). Con
su realización nos daremos cuenta de por qué el Diccionario
adapta unas voces y deja otras sin adaptar. Una vez nos haya-
mos mínimamente familiarizado con ellos, los pondremos en
práctica en los textos que incluiremos a continuación, donde
tendremos que reconocerlos y además comprobar si aparecen
o no en el diccionario; de esta forma pondremos también en
práctica el manejo del Diccionario panhispánico de dudas.

3.1. Adaptaciones correctas


Señale si las adaptaciones hechas a partir del extranjeris-
mo crudo han sido recogidas por el Diccionario panhispánico
de dudas o si, por el contrario, han sido inventadas. Comprue-
be sus respuestas en el dpd:
1. Windsurf → Tablavela
2. Zapping → Zapeo
3. Jazz → Yas
4. Ballet → Balé
5. Blues → Blus
6. Baby-sitter → Beibi síter
7. Piercing → Pirsin
8. Jacuzzi → Yacusi
9. Hacker → Jáquer
10. By-pass → Baipás
11. Paddle → Pádel
226 David Giménez Folqués

12. Zoom → Zum


13. Hall → Jol
14. Scooter → Escúter
15. Home run → Jonrón
16. Hobby → Jobi
17. Foie-gras → Fuagrás
18. cd → Cedé
19. Footing → Futin
20. Boomerang → Búmeran
21. (E-)mail → meil
22. Baguette → Baguete
23. Vodka → Vodca1
24. Hockey → Jóquey
25. Souvenir → Suvenir
26. Tour → Tur
27. Water → Váter
28. Team → Tim
29. Vedette → Vedete
30. Ticket → Tique

Conclusión
Una vez realizado el ejercicio, nos damos cuenta del crite-
rio de adaptación que ha seguido el Diccionario con respecto
a los extranjerismos. Se distinguen dos grupos, el de extranje-
rismos que no tienen un equivalente en español y el de extran-
jerismos que sí tienen un equivalente.

1
La Ortografía de la lengua española (2010) también considera la adapta-
ción «vodka».
Introducción a los extranjerismos del Diccionario panhispánico… 227

En el primer grupo, aunque admitido, se desaconseja el


uso del extranjerismo y se aconseja que se utilice la voz espa-
ñola. En este caso no es necesario adaptar el extranjerismo,
ya que existe un equivalente en español.
El segundo grupo de extranjerismos no tiene un equivalen-
te en español para representar esa realidad, en este caso, nor-
malmente se adapta la voz extranjera a una forma española,
entonces podremos utilizar el extranjerismo crudo, en cursi-
va, o su adaptación al español. En las respuestas del ejercicio
veremos cómo normalmente, salvo excepciones, se cumple
este requisito, las voces que tienen un equivalente en español
no realizan la adaptación de la voz extranjera porque no es
necesaria, sin embargo, cuando no se dispone del equivalente
en español, se lleva a cabo la adaptación.

3.2. Plurales
La utilización del plural en un extranjerismo siempre pue-
de provocar problemas. Primero, por intuición, intente descu-
brir cuál es el plural de cada extranjerismo, después comprue-
be su elección en el Diccionario panhispánico de dudas:
1. Baguete:
a. invariable
b. baguets
c. baguetes

2. Bufete:
a. invariable
b. bufets
c. bufetes

3. Punki:
a. invariable
b. punkis
c. punkies
228 David Giménez Folqués

4. Bungaló:
a. invariable
b. bungalós
c. bungaloes

5. Cadi:
a. invariable
b. cadis
c. cadies

6. Exprés:
a. invariable
b. expresos
c. expreses

7. Casete:
a. invariable
b. casets
c. casetes

8. Campus:
a. invariable
b. campues

9. Bumerán:
a. invariable
b. bumeranes

10. Mánager:
a. invariable
b. mánagers

11. Yóquey:
a. invariable
b. yoqueis
Introducción a los extranjerismos del Diccionario panhispánico… 229

12. Ranquin:
a. invariable
b. ránquines
c. ranquins

13. Lord:
a. invariable
b. lords
c. lores

14. Frac:
a. invariable
b. fracs
c. fraques

15. Kiwi:
a. invariable
b. kiwis
c. kiwies

16. Pin:
a. invariable
b. pines
c. pins

17. Zombi:
a. invariable
b. zombis
c. zombies

Conclusión
Una vez hemos adaptado el extranjerismo y dentro de esa
adaptación hemos utilizado su plural podemos afirmar que la
palabra está en un proceso de adaptación bastante avanzado.
El dpd intenta aplicar la normativa española en cuanto a plu-
rales se refiere, aun así, siempre resulta complicado adaptar
230 David Giménez Folqués

una voz foránea que probablemente tenga ya su plural en su


lengua de origen. En la realización de este ejercicio podemos
tomar nota de ello.

3.3. Extranjerismos en el texto


En el ámbito del fútbol, del espectáculo y del «ocio noctur-
no» se puede encontrar un buen número de extranjerismos.
En el siguiente artículo tenemos una muestra, localice los ex-
tranjerismos que aparecen en él y señálelos:
En la noche del sábado, durante el cumpleaños del jugador brasileño
Ronaldo, se encontraron varios jugadores del Real Madrid. En el chalé del
delantero aparecieron jugadores como Roberto Carlos, Guti y Seedorf. La
primicia del acto resultó todo un bum para la los paparazi que pudieron
hacerse eco de la noticia. El jugador madridista no escatimó en gastos para
la ocasión y creó una auténtica fiesta chic. Al lugar no sólo acudieron juga-
dores, también acudieron actores y gente del espectáculo como la famosa
stripper italiana Luciana. Algunos medios aseguran que pudieron filmar a
través de una de las ventanas del centro a un futbolista, del que no se ha que-
rido dar el nombre, con una de las chicas que asistieron al acto en el jacuzzi
de una de las habitaciones. La fiesta resultó todo un escándalo, sobre todo
cuando llegó a oídos del entrenador Fabio Capello. Se dice que el entrena-
dor y el delantero han ido perdiendo feeling a lo largo de la pretemporada,
pero sin duda alguna, después de este suceso no van a mejorar y parece que
Ronaldo va a ir perdiendo su status de estrella dentro del equipo. Ronaldo,
acostumbrado a ser un showman en este tipo de ocasiones parece enfadado
con la prensa por el bombo que se le ha dado a la noticia. Fabio Capello
parece decidido a frenar este tipo de actividades bajo el slogan de «trabajo,
trabajo y más trabajo».
Por otro lado, se acerca el derbi contra el Atlético de Madrid y el play-
off de los octavos de final de la Champions contra la Roma italiana. Parece
que estos partidos van a ser el último chance para el brasileño si quiere
reivindicarse después de todas las noticias surgidas alrededor de su vida
privada. El encuentro contra los colchoneros se le da muy bien al delantero,
la temporada pasada marcó todo un golazo al saque de un córner, después
realizar un espectacular dribbling al borde del área y rematar con su pierna
derecha al fondo de las mallas. Ante la Roma, el Real Madrid espera dar la
vuelta a la eliminatoria y acabar con un goal average positivo para pasar de
ronda después del 1-0 encajado en la ida. Esperemos que el delantero mues-
tre su lado bueno ante estos partidos y quede relegada en un segundo plano
su agitada vida privada.
Introducción a los extranjerismos del Diccionario panhispánico… 231

1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
10.
11.
12.
13.
14.
15.
16.

3.4. Adaptaciones y formas originales en el texto


Muchos de los extranjerismos que aparecían en el artículo
anterior han sido adaptados por el Diccionario panhispánico
de dudas a una forma española y otros continúan en su forma
original. De los extranjerismos crudos indique cuáles son sus
adaptaciones según el Diccionario, y de las formas ya adapta-
das incluya sus formas originales:
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
10.
11.
12.
13.
14.
15.
16.
232 David Giménez Folqués

Conclusión
Como hemos observado, los extranjerismos pueden ser
usados en su forma original o podemos también, como reco-
mienda la Academia, utilizar sus adaptaciones; lo único que
tenemos que recordar es su correcto empleo y si estamos uti-
lizando una forma «cruda», todavía sin adaptar al español, es
necesario el empleo de la forma cursiva, por el contrario, con
las adaptaciones, letra redonda.

3.5. Extranjerismos en los medios de comunicación


A continuación, recoja tres extranjerismos que haya reco-
nocido en algún medio de comunicación o anuncio publici-
tario y llévelo al aula. Una vez allí, compárelos con los de sus
compañeros y realicen una tarea de identificación de los mis-
mos:
1.
2.
3.

4. Conclusión
El objetivo de todos estos ejercicios responde a una espe-
ranza de concienciación por parte del hablante de cara al re-
conocimiento de extranjerismos. Lo que se espera de ellos en
este ejercicio es que sean capaces de diferenciar un extranje-
rismo en un medio de comunicación o anuncio publicitario y
además que tengan la suficiente competencia como para reco-
nocer su validez según las pautas marcadas en el dpd.
Capítulo 8
EL LÉXICO, LOS REGISTROS Y LA
ADECUACIÓN LINGÜÍSTICA1

Julia Sanmartín Sáez


Universitat de València

0. Introducción: la noción de registro y la adecuación lin-


güística
Todo discurso se halla asociado a un ámbito comunicati-
vo determinado, esto es, se encuentra situado en unas coor-
denadas enunciativas singulares que condicionan sus rasgos
lingüísticos —y el registro correspondiente—. Para establecer
cuáles son esas coordenadas, comentaremos dos párrafos de
la propuesta de Gregory y Carroll (1986: 23-26 y 107, respec-
tivamente), una propuesta que se ha utilizado en numerosas
ocasiones como referente:
Las tres dimensiones principales de tal variación se caracterizan contex-
tualmente como campo, modo y tono del discurso. En un sentido general
todos se relacionan con el papel que desempeña el hablante en el hecho de
la lengua. El campo del discurso es la consecuencia de los objetivos del ha-
blante, de «lo que se trata» su lengua, las experiencias que está verbalizando,
qué «sucede» a través del lenguaje. Esto incluye, desde luego, la materia y
el tema y refleja la afirmación de Gardiner (1932: 98) de que en los actos de
habla los participantes revelan «un objetivo inteligible». Algunos objetivos
no especializados, como «establecer un contacto personal» o la «comunión
fática» (cf. Malinowski, 1923; Firth, 1957), pueden tener diversos temas
como «el clima», «la salud», «planes para las vacaciones», «las noticias».
Los papeles especializados de hombre de ciencia, de técnico, de experto o
partidario o bien informado se relacionan con campos especializados y, por

1
El presente capítulo es una reelaboración de «El léxico: del recurso es-
tilístico a la lengua de especialidad», publicado en Aleza (coord.ª) et alii
(2006: 245-266).
234 Julia Sanmartín Sáez

lo general, se relacionan directamente con el campo del discurso. […] El


modo del discurso es el reflejo lingüístico de la relación entre el hablante
y el medio de transmisión. Inicialmente, esta relación puede considerarse
como la sencilla cuyo medio se está empleando: el habla o la escritura. […]
La relación que el hablante tiene con su público, a quien se dirige, es el
factor situacional implicado en el tono del discurso. Los tonos del discurso
resultan de las relaciones mutuas entre el lenguaje que se usa y las relacio-
nes entre los participantes de los hechos de lengua. Cuando la relación se
considera en el eje personal, son relevantes las variaciones que van desde
grados extremos de formalidad a través de las normas hasta grados extre-
mos de informalidad […].
La concurrencia de aparición de las categorías contextuales previamente
analizadas […] produce variaciones textuales que se llaman registros. Estas
variedades representan instancias de la lengua definidas en términos de los
puntos semejantes que ocupan en los continuos de campo, modo y los tonos
personal y funcional del discurso. […] Los textos lingüísticos que pueden
situarse en los mismos puntos dentro de las categorías contextuales perte-
necen al mismo registro. Por lo tanto, el registro es una abstracción útil que
liga las variaciones de la lengua con las variaciones del contexto social.

Interpretamos (y ampliamos) los elementos del texto ante-


rior de la siguiente forma: en toda situación existe
– un objetivo o una finalidad comunicativa concreta, ya
sea socializadora (hablar para mantener un contacto, contar
experiencias, etc.), ya sea transaccional (entrevista terapéuti-
ca, interacción didáctica, compra-venta, etc.);
– con sus correspondientes papeles comunicativos (ej. mero
conversador, o médico-paciente, respectivamente);
– y su espacio-tiempo adecuados (ej. hogar familiar o con-
sulta, en el caso de interacción cara a cara);
– además, en función del papel comunicativo y la formación
del sujeto que interviene en el discurso (meros conversadores
o médico/paciente) podemos encontrar temática o campos
que son abordados de un modo especializado: todos podemos
hablar de dolencias y enfermedades, pero solo será de espe-
cialidad si los que dominan las estructuras conceptuales y el
léxico de ese ámbito intervienen. De este modo, será necesaria
la presencia de dos especialistas para determinar un elevado
El léxico, los registros y la adecuación lingüística 235

grado de especialización. Si solo se encuentra un interlocutor


especialista, el discurso será más divulgativo (para el pacien-
te) o didáctico (para el estudiante de medicina) y los términos
serán menos abundantes o explicados mediante paráfrasis.
Como ejemplo de términos o unidades terminológicas men-
cionaremos esteatorrea o transcriptoma, que aparecerán en
textos posteriores;
– a partir de la relación existente o que se pretende crear,
de distancia o proximidad entre los interlocutores (con su je-
rarquía social y/o derivada de sus papeles funcionales o de su
conocimiento previo) podemos elegir un tono de mayor o me-
nor formalidad. En la consulta del médico, este puede optar
por una relación de mayor o menor distancia (a partir de la
elección de una mera fórmula de tratamiento, tú / usted);
– según el canal empleado nos encontraremos ante el
modo, que se articula desde una doble perspectiva: lo gráfi-
co (letra) o fónico (voz), como una dicotomía excluyente; lo
oral-hablado o escrito, como una graduación, en función de
la mayor o menor planificación sobre la marcha, con su con-
siguiente repercusión en la estructuración de la información
y en la sintaxis empleada. Así, una locutora en un telediario
reproducirá fónicamente un texto escrito (previamente plani-
ficado) o un actor representará con una actuación fónica un
guion escrito;
– y, finalmente, vinculados al parámetro anterior, se docu-
mentan tipos de discursos más frecuentes, ya sean interaccio-
nales con alternancia de turnos (dialógicos como la conver-
sación o la entrevista) en lo oral-hablado; ya sean discursos
monológicos, con un solo emisor (como el artículo periodísti-
co) en lo escrito-gráfico.
Estos parámetros quedarían sintetizados en el siguiente
esquema:
236 Julia Sanmartín Sáez

Función o finalidad
Función socializadora, sin papeles comunicativos asocia-
dos, tiempo y espacio no marcados, con proximidad comuni-
cativa: lo coloquial-informal.
Función transaccional con papeles comunicativos asocia-
dos, tiempo y espacio marcados, con distancia comunicativa:
lo formal.

Temática
Temática sin tratamiento especializado: lo cotidiano
Temática con tratamiento especializado: lo especializado

Planificación
Planificación sobre la marcha: lo hablado
Elaboración y planificación textual: lo escrito

Canal
Canal fónico: lo fónico
Canal gráfico: lo gráfico

Discurso
Con alternancia de turno: lo dialógico
Sin alternancia de turno: lo monológico
Todos estos parámetros se combinan entre sí para determi-
nar y encuadrar unos textos en unas situaciones comunicativas
—con unos rasgos lingüísticos concretos— y en unas abstrac-
ciones conceptuales que llamamos registros. Dichos paráme-
El léxico, los registros y la adecuación lingüística 237

tros se podrían considerar, por un lado, como dinámicos en


cuanto a su concreción en unas coordenadas discursivas, esto
es, las relaciones alumno-profesor o el tono empleado por un
locutor de un telediario cambian, sin duda, con el transcurso
del tiempo. En la actualidad, por ejemplo, los telediarios han
optado por un estilo discursivo más coloquial.
Por otro lado, una gran parte de los parámetros son gra-
duales, esto es, encontramos registros más o menos formales,
más o menos especializados y más o menos planificados. Solo
lo fónico/gráfico supone una dicotomía excluyente.
Por último, estos rasgos se suelen condicionar entre sí y
convergen en unos géneros comunicativos concretos, asocia-
dos generalmente a determinados ámbitos:
– la conversación es un género que se vincula a lo plani-
ficado sobre la marcha (oral), fónico, con una temática no
especializada, y con un tenor socializador y una proximidad
comunicativa entre los interlocutores, que deriva en lo consi-
derado como coloquial, lo cual no quiere decir que podamos
encontrar conversaciones gráficas (como el chat) o especia-
lizadas (una conversación entre médicos en un bar sobre el
problema de un paciente);
– la historia clínica es un género que se vincula a lo plani-
ficado (escrito), gráfico, con un tono formal, con un fin tran-
saccional (el hecho de informar objetivamente de una dolen-
cia a otro médico) y con un tratamiento especializado de la
información.
Los parámetros externos o contextuales suelen conllevar
la adopción de un lenguaje determinado —registro—. Ahora
bien, el usuario, como si de un traje se tratase, decide qué
ropa lingüística usar en determinadas situaciones y puede
adecuarse más o menos al contexto. Si en una ceremonia muy
formal, aparece el sacerdote vestido con zapatillas deportivas
y vaqueros raídos podría considerarse que no se ajusta a lo
esperado en tal situación. Lo mismo sucede con los usos lin-
güísticos. Tan poco adecuado sería emplear un tono formal
238 Julia Sanmartín Sáez

con unos amigos íntimos como usar un registro coloquial en


un examen de oposición.
En este sentido, nos parecen muy clarificadoras las pala-
bras de Reyes (2001: 56-57):
La adecuación es la relación apropiada entre una expresión y la situa-
ción en que se usa, que comprende los elementos indicados arriba: campo,
tenor y, modo. Lo que es adecuado a un contexto puede no ser adecuado
a otro, por mucho que sea perfectamente correcto desde el punto de vista
gramatical. La adecuación depende de unas elecciones a veces muy sutiles y
difíciles de hacer. [...] Las motivaciones fundamentales de toda elección es-
tilística son las siguientes: 1- deseo de facilitar la comunicación, 2- deseo de
expresarse, 3- deseo de presentar una imagen favorable de uno mismo, 4- de-
seo de influir en el interlocutor, ya sea para acercarlo, ya sea para alejarlo.

1. Lo coloquial en la conversación y en la prensa: de la es-


pontaneidad al recurso estilístico
Un ejemplo concreto de cómo se articulan los rasgos de un
registro se puede hallar en la propuesta del grupo Val.Es.Co.
(Briz y Grupo Val.Es.Co., 2002: 17-19), que esboza un sistema
de reconocimiento para identificar la manifestación más pro-
totípica de dicho registro, la conversación.
Texto 1
C: oye ¿los numeritos del viaje?
A: el cero cero tres ((salió))
C: ¿QUE cuál tenemos?// es que yo no los veo§
A: §el- doscientos- yo↑ el doscientos setenta y cinco/ [setenta y seis y
setenta y siete]
B: [¡ay sí! nosotros teníamos eel]
A: (RISAS)/ le ha salido a la mujer del presidente
B: ¡aayy! enchufe enchufe enchufe enchufe
(Briz y Grupo Val.Es.Co., 2002: 224)

En dicha propuesta se señala que el Texto 1 es un fragmento


de una conversación, ya que emplea un canal fónico originario
(aunque aquí solo hemos podido reproducir la transcripción
gráfica correspondiente de la versión fónica); es dialogal, con
El léxico, los registros y la adecuación lingüística 239

sucesión de intercambios entre los interlocutores representa-


dos por esa letra mayúscula; con retroalimentación y coope-
ración (preguntas que se responden y una cohesión temática),
dinamismo (no se reduce a un par adyacente de saludo-salu-
do) y alternancia de turnos no predeterminada (no existe un
moderador); inmediata, en las coordenadas espaciales aquí-
ahora-ante ti (apenas transcurre tiempo entre emisión, recep-
ción, emisión) y con planificación sobre la marcha, oral.
Además, se trata de una conversación coloquial, caracteri-
zada a su vez por los rasgos siguientes: una finalidad sociali-
zadora con un marco de interacción familiar (la casa particu-
lar de los interlocutores), una temática no especializada (una
rifa) y una relación de igualdad social y funcional (amigos y
familiares). Algunos de estos rasgos pueden aparecer en dife-
rente grado, lo cual explica la mayor o menor coloquialidad
de algunas conversaciones. Por ejemplo, en este caso A es la
señora de la limpieza, lo que supone, en principio, cierta des-
igualdad social entre los participantes.
Por supuesto, estos parámetros se reflejan en los textos con
unos rasgos lingüísticos concretos2. Así por ejemplo, en el ni-
vel léxico que nos ocupa —junto a los verba omnibus (eso, algo
o cosa) o la ausencia de tecnicismos y de voces consideradas
más formales (poseer) frente a las más neutras (tener)— son
frecuentes en cuanto a su aparición:
– las metáforas de la vida cotidiana que comparan reali-
dades muy dispares, con sus notas de humor y hacen del ser
humano el centro de expansión (desde los enchufados a las

2
Para profundizar en estas cuestiones, véase Briz y Grupo Val.Es.Co.
(2000). En este trabajo titulado, ¿Cómo se comenta un texto coloquial?,
se caracterizan y describen los diferentes niveles lingüísticos que arti-
culan este tipo de texto. De hecho, a nuestro juicio los parámetros exter-
nos que configuran un registro suelen afectar más a un nivel lingüístico
que a otro: la planificación sobre la marcha afecta fundamentalmente
a la sintaxis, a las estrategias de conexión, repetición o reelaboración,
por ejemplo.
240 Julia Sanmartín Sáez

marujas o domingueros) o los sufijos apreciativos que insisten


en el afecto y la emoción (cuando tenemos unos numeritos,
del ejemplo anterior, o cuando el niño se bebe el zumo de
piñita):
Texto 2
P: entoncees/ luego le dijo- dice ¿le traigo algún zumo de piñita o algo?/ y
le trajo/ zumo /pero el crío no lo quería
(Briz y Grupo Val.Es.Co., 2002: 196)

– los acortamientos léxicos que suponen una intensifica-


ción del tono informal (cuando sufrimos una depre después
del finde):
Texto 3
E: esto es como para- para la ansiedad y eso// mira cómo vienen/// pero
alucina las que me tomé↓ míralas↓ aquí están→// todas↓ te lo aseguro↓ es
tomarte unaa↑
L: ¡ay cuántas! ¿no?
E: aquíi me dice tres al día↓ me tomo unaa / y ciega
L: yo to(d)a la gente que se tomaa
G: ¡no fastidies!
E: sí tres al día↓ es que se pensó que yo tenía una drepee
(Briz y Grupo Val.Es.Co., 2002: 110)

– o cuando aparecen las voces con marcas claramente ar-


góticas al proceder de sociolectos de grupo específico (y nos
comemos o jalamos el bocata, eso sí atenuado estratégicamen-
te con un diminutivo):
Texto 4
C: ¡pobre de mí!/ si sólo he comido un bocatita de tres/ bacaladitos/ con
un poquitito de ajoaceite en el pan
(Briz y Grupo Val.Es.Co., 2002: 220)

Estas palabras3 contribuyen a acortar las distancias, y al


mismo tiempo, son posibles por la voluntad de proximidad

3
Muchas de estas voces acaban recogidas en diccionarios de argot (León,
1992; Sanmartín, 2006a, entre otros), en los cuales se incluyen estas pa-
labras más frecuentes de registros informales, y las voces peculiares de
los argots de grupo específico (delincuentes, drogadictos, camioneros,
El léxico, los registros y la adecuación lingüística 241

comunicativa entre los interlocutores, su igualdad social o


funcional. Además, se debe tener presente que sobre el regis-
tro se dibujan y trazan los rasgos lingüísticos dependientes
de las características sociolectales o dialectales de los interlo-
cutores: esto comprendería tanto el argot juvenil, cuando se
trata de jóvenes, como las voces peculiares de determinadas
zonas geográficas.
De hecho, estos rasgos léxicos no solo aparecen en la con-
versación coloquial, considerada como la manifestación pro-
totípica de este registro, sino también en otros discursos:
desde las novelas u obras teatrales que imitan estos aspectos
lingüísticos para caracterizar a sus personajes de ficción, has-
ta algunos de los discursos que aparecen en Internet (como
los chats, a los que consideraremos como una especie de con-
versación tecnológica), las revistas juveniles o incluso los titu-
lares de la prensa gratuita.
Hallamos textos periodísticos que buscan conscientemen-
te la proximidad con sus posibles lectores. Esto sucede, por
ejemplo, cuando se trata de periódicos destinados a un públi-
co juvenil como ocurre con Gaceta Universitaria. En este caso,
el empleo de voces consideradas como propias de registros
coloquiales se justifica porque es un modo de conectar con
ese público que suele presentar discursos caracterizados por
la búsqueda de solidaridad en el seno del grupo. Así, surge el
uso de apelativos constantes (como tío, tía), los acortamientos
que rebajan el tono (con sus profes y su uni), sus metáforas

homosexuales, jóvenes, etc.). También en los diccionarios generales se


recogen estas voces con sus marcas diafásicas correspondientes (infor-
mal, coloquial, familiar o popular son las más empleadas). Las marcas
del diccionario son indicaciones diversas del lexicógrafo o autor del
diccionario, entre las que destacan: a) marcas diafásicas sobre la si-
tuación más frecuente en que se utiliza una voz (informal, familiar o
coloquial); b) marcas diatécnicas que explican la expansión de una voz
desde un campo especializado a un ámbito más general (medicina, bio-
logía, etc.); c) marcas diastráticas que señalan la pertenencia de la voz
a un grupo social o nivel sociocultural determinado (culto).
242 Julia Sanmartín Sáez

intensificadoras (el profesor como hueso), sus intensificacio-


nes (el súper y el mogollón) y un largo etcétera de recursos.
En definitiva, en estos hablantes predomina el empleo de un
registro coloquial, teñido con las voces propias del argot de
grupo. Y esto también se reproduce en la Gaceta como estra-
tegia para sintonizar con el público al que va destinado, tal y
como se constata en los títulos de algunos artículos: junto a
esa apelación tan directa a un posible lector al que se tutea,
aparecen metáforas intensificadoras (fundir), expresiones fra-
seológicas (subirse al tren o montar el pollo) o préstamos del
caló, frecuentes en registros informales (currar):
Texto 5
14.440 minutos para fundirlos. Tienes 14.440 minutos sólo para ti. Súbe-
te al tren…y ¡no te pierdas la última de David Trueba! (Gaceta Universitaria
10-4-2006).
Curran más de ocho horas al día y no son trabajadores (Gaceta Univer-
sitaria 26-3-2001).
La gripe monta el pollo…y no estamos hablando de la aviar. Una ‘crisis’
que afecta a 3 millones de españoles (Gaceta Universitaria, 31-10-2005).

Un segundo uso del léxico como recurso estilístico se apre-


cia en el uso consciente de este tipo de voces (marcadas con
esa huella de coloquialidad) en los titulares, sobre todo, en
algunos diarios de prensa gratuita. Estas voces alternan con
el léxico más neutro que aparece ya en el interior de la noticia.
Analicemos algunas muestras:
Texto 6
Una web revela a los papás de 60 coles todo lo que hacen sus hijos. […]
Está implantado en 60 colegios públicos y privados de la Comunidad (20
minutos, 16-12-2005).
Un puente con «manifa» y atascos. Las manifestaciones coparán un día
del trabajador en el que también se concentrará la ultraderecha (20 minutos,
4-4-2006).
Ponen chips para que el bus siempre tenga el semáforo verde (20 minu-
tos, 18-1-2006).
114 institutos avisan por web de los niños que hacen novillos. [...] Los
estudiantes se cortan más de hacer pellas porque saben que están controla-
dos (20 minutos, 2-12-2005).
Sanidad impedirá que los extranjeros vengan a operarse por la cara. En-
gordan nuestras listas de espera, sobre todo en operaciones de cadera y de
El léxico, los registros y la adecuación lingüística 243

cardiología. Acuden, a veces en viajes organizados, del norte de Europa y de


Suramérica, donde esas operaciones no son gratis (20 minutos, 12-1-2006).
Reñirán al que no recoja la caca del perro. Sonrojar a todo aquel que
no recoja los excrementos de su perro en la vía pública (20 minutos, 31-4-
2006).
Los profesores valencianos llaman a los padres si los niños se hacen pis
encima (20 minutos, 7-12-2005).

De este modo, estas voces más propias del registro colo-


quial cuando aparecen en diccionarios llevan (o deberían lle-
var) su marca diafásica o diastrática4 correspondiente. Vea-
mos el tratamiento un tanto dispar del drae (2001): algunas
voces no aparecen como cole, manifa o por la cara; otras se
consideran como coloq. (coloquiales): caca o montar el / un
pollo, hacer pellas; y otras como infant. (infantil): pis.
El periodista es consciente de que se trata de un recurso es-
tilístico, desea establecer una conexión, acortar las distancias
y acercarse a su posible lector si bien en el cuerpo del artículo
ya abandona este recurso, reservado al titular, como se puede
comprobar en el cotexto de estos ejemplos. En cualquier caso,
cabe preguntarse si es un recurso coherente y adecuado. La
respuesta quizá se halla en la actuación de los diarios de ám-
bito nacional, en los cuales no se suele emplear este recurso
por no considerarlo apropiado. Ahora bien, en El País. Libro
de estilo (1990: 45) se apunta que el titular «debe mostrar in-
genio y a la vez transmitir información. Con estas dos carac-
terísticas, debe atraer al lector hacia el texto. Cuando el con-
tenido lo permita, el título contendrá alguna dosis de humor»
y como ejemplo cita: «Una evasión por la cara».
Este empleo de léxico coloquial o incluso de sociolectos
más marginales no es exclusivo del ámbito peninsular. Así, el
parlache o dialecto social (generacional) de Colombia, espe-
cialmente de Medellín, aparece en numerosas ocasiones en
ámbitos periodísticos: «En el proceso de difusión del parla-
che han cumplido labor destacada los medios masivos de co-

4
Véase nota anterior.
244 Julia Sanmartín Sáez

municación, así como la publicación de revistas y artículos,


en los cuales, utilizando muchas veces este lenguaje se habla
del Medellín de los últimos años» (Henao y Castañeda, 2001:
84). Esto también se ha constatado para el argot francés, por
ejemplo: « À travers les médias notamment, les parlers bran-
chés se répandent largement dans toute la population fran-
cophone, ce qui explique leur fort taux de renouvellement et
leur richesse synonymique » (François-Geiger, 1991: 7). Como
muestra en el ámbito hispánico, se puede revisar el trabajo de
Líbano (2006), titulado «Prensa y nuevas tecnologías como
medios de difusión del léxico juvenil».
En tercer lugar también pueden aparecer estas voces co-
loquiales en el texto, citadas por un enunciador distinto al
autor del artículo, el cual se limita a recoger textualmente sus
palabras, como sucede con la voz milonga:
Texto 7
Rafael Recuenco. Secretario general de la UGT del País Valenciano. […]
«El plan de empleo es una milonga, porque es la suma de lo que hacían las
autonomías» (El País. Comunidad Valenciana, 27-5-1998).

Un cuarto uso del léxico coloquial y/o marginal (en voces


como trincar, cojones, llevar muerto la tira, cara dura o mi-
longas), se constata en columnas de opinión como la sección
Patente de Corso, de A. Pérez Reverte:
Texto 8
[…], y con lo que se trinca donde algunos, y con las ayudas comunitarias
de los cojones, que sólo sirven para mantener en pie un cadáver que lleva
muerto la tira, asesinado por la codicia y por la falta de escrúpulos y la cara
dura de funcionarios y particulares, podría perfectamente buscársele em-
pleos en tierra a toda esa gente de una puta vez, y dejarse de milongas (El
Semanal, 28-7-2002).

o en la de C. Rigalt:
Los brasileños, en cuanto llevan una copa (o una liga) encima, te montan
un carnaval. […] Una pasada. En el Madrid los genios trabajan como genios
y van a su bola, esperando la inspiración. Joan Laporta un presidente que
nada tiene que envidiar al resto de presidentes de clubes. Es guaperas y figu-
rón, ambicioso y politiquero (El Mundo, 7-5-2006).
El léxico, los registros y la adecuación lingüística 245

En este caso, se trata claramente de un recurso estilístico,


más pertinente y adecuado al tratarse de un género de opi-
nión. Es una búsqueda consciente por parte del periodista,
un verdadero alarde verbal al emplear voces y expresiones de
este ámbito marginal junto a otro tipo de palabras más cultas
y formales.

2. De lo especializado: los textos médicos como muestra


Si el léxico más característico del registro coloquial sirve al
mismo tiempo para acentuar la proximidad de relación entre
los interlocutores y el tono informal, en el caso del lenguaje
técnico-científico, el léxico viene determinado en general por
la necesidad de nombrar con precisión un concepto concreto.
De este modo, surgen denominaciones en el ámbito de los
discursos de especialidad cuya característica más destacada
es su pretensión de univocidad5 —no siempre conseguida— y,
sobre todo, el conocimiento y uso restringido por los conside-
rados como especialistas en la materia (Cabré, 1993). En re-
lación con la búsqueda de univocidad, basta con recordar las
diversas denominaciones o sinónimos que surgen en el propio
ámbito lingüístico para nombrar un mismo concepto (lexema /
morfema), la dificultad incluso de determinar qué es realmen-
te un morfema según los propios especialistas6 o la polisemia
que presenta este mismo término (morfema como equivalente

5
De este modo, las propiedades que cita Martín Camacho (2004: 27-33)
son, como él mismo reconoce, una mera aspiración: monosemia, au-
sencia de sinonimia, neutralidad y no ambigüedad.
6
Al respecto remitimos al análisis de Pena (1995), en el que se enumera
una serie de rasgos o requisitos que puede cumplir en distinto grado
una unidad para ser considerada como morfema: a) ser constituyente
mórfico de la palabra, b) tener función distintiva, c) asociarse a un de-
terminado significado, d) presentar correspondencia biunívoca entre
significante y significado.
246 Julia Sanmartín Sáez

de un tipo de morfema, el gramatical o como unidad genéri-


ca, un hiperónimo, sinónimo de monema); por no mencionar
las connotaciones e ideología que subyacen a las terminolo-
gías médicas (Díaz Rojo, 1995), ejemplificadas en voces como
preembrión, estrés o mamífero, por citar una muestra.
El conocimiento y uso —y creación— del vocabulario de
especialidad por parte de unos usuarios concretos, aproxima
o iguala estos léxicos de especialidad a los considerados como
sociolectos o variedades diastráticas, ya que suponen unos
rasgos lingüísticos asociados a unos usuarios concretos7.
En cualquier caso, estos léxicos de especialidad se asocian
a registros comunicativos enmarcados en los parámetros an-
teriormente ya citados:
– El campo o materia es especializado, ya que tanto los
términos como los conceptos (y sus estructuras conceptuales
y ontologías correspondientes) son de conocimiento restringi-
do y limitado a unos usuarios.
– En el modo constatamos tanto el empleo de un canal
gráfico como fónico en función del tipo de género discursi-
vo y del lenguaje de especialidad de que se trate. En el caso,
por ejemplo, de la lingüística como ámbito de especialidad se
pueden apreciar discursos con un soporte gráfico (artículos o
libros de investigación) o fónico (debates o discusiones entre
especialistas en un congreso), si bien quizá sean predominan-
tes los primeros y en el caso de la transmisión fónica se pueda
hablar incluso de cierta planificación o elaboración más pro-
pia de los textos escritos (los conferenciantes oralizan el texto
escrito).

7
Por ello, Martín Camacho apunta (2004: 24): «Estos lenguajes pueden
caracterizarse, en sentido amplio, como subcódigos o variedades dias-
tráticas de la lengua general, dado que corresponden a modalidades de
comunicación utilizadas por grupos sociales específicos».
El léxico, los registros y la adecuación lingüística 247

– La relación funcional entre los participantes se encuentra


determinada por una finalidad transaccional concreta vincu-
lada a papeles comunicativos y con el propósito de «informar
o transmitir la información de un modo objetivo», muy dis-
tante del tenor socializador predominante del registro colo-
quial.
– El tono del discurso es, pues, formal, ya que los interlo-
cutores suelen asumir unos papeles funcionales en ámbitos
de interacción marcados (ej. hospital, sala de conferencias),
con la consiguiente distancia que, además, parece favorecer
la objetividad, también buscada en la transmisión técnico-
científica. En este sentido, Martín Camacho (2004: 31) señala:
«El rigor y la precisión perseguidos por el vocabulario cientí-
fico excluye, por necesidad, cualquier tipo de connotación o
de valor afectivo».
En suma, nos encontramos con unos discursos de espe-
cialidad ubicados en registros formales y cuya característica
más destacada es su temática marcada (densidad y compleji-
dad léxica, estructuración conceptual) y su empleo por parte
de usuarios especializados. Además, como ya se ha insistido,
desde el punto de vista lingüístico su mayor singularidad re-
side en la creación y el empleo de un vocabulario de especia-
lidad. Veamos, como muestra, un texto concreto, enmarcado
en el género de las denominadas historias clínicas:
Texto 9
Historia clínica
Paciente de 24 años de edad que acude a consulta presentando la si-
guiente historia clínica:
Antecedentes personales: sin interés […]
Sintomatología actual: el paciente relata notar hace unos días, y de modo
repentino anorexia, malestar, nauseas, vómitos, fiebre, artralgias y molestias
leves en hipocondrio.
Tras ocho días con esta sintomatología, le aparece de forma súbita icteri-
cia, seguida de acolia y coluria; también hay astenia, prurito, hepatomegalia
dolorosa y esplenomegalia.
Exploración: En sangre hay aumento de transaminasas, got, gpt: 1200 U.
e hiperbilirrubinemia.
248 Julia Sanmartín Sáez

En heces se observa disminución de pigmentos biliares, causante de la


acolia, y esteatorrea.
Tratamiento: Llevar una dieta equilibrada, hiperproteica, rica en hidra-
tos de carbono y pobre en grasa.

3. El léxico en los géneros académicos


En los géneros discursivos ubicados en el ámbito acadé-
mico (exámenes, trabajos de curso o de investigación, tesis
doctorales…), el léxico empleado también debe ajustarse a
la situación comunicativa. Por ello, se optará por unas voces
acordes con la formalidad y la distancia que requiere el géne-
ro:
– se utilizará un léxico neutro o formal (realizar por hacer,
expresar por decir, es decir por o sea, etc.);
– se prescindirá de los verba omnibus (aspectos por cosas)
y se recurrirá a las palabras precisas;
– se evitarán todas las voces consideradas como más pro-
pias de registros coloquiales (depre, cole, currar, mogollón, sú-
per, bueno u o sea, etc.);
– se buscarán sinónimos variados para enriquecer el texto
(decir, expresar, comunicar, afirmar, etc.).
Desde la perspectiva del léxico especializado, se usarán es-
tas voces con precisión y con la ayuda de los diversos diccio-
narios de especialidad que existen para evitar la ambigüedad
y el uso inadecuado de estos términos, tal y como en tantas
ocasiones ha denunciado Lázaro Carreter (1997) en relación
con los medios de comunicación y el «dardo» en la palabra.
Véase como muestra en el mencionado libro, las entradas de
argumentos (1997: 618), connotaciones (1997: 615) y grafólogo
(1997: 617).
El léxico, los registros y la adecuación lingüística 249

4. A modo de conclusión
Las lenguas son instrumentos de transmisión de informa-
ción, pero también son modos de posicionarse ante el inter-
locutor. En este sentido, reconocemos, por un lado, que las
situaciones comunicativas, el ámbito de interacción, condi-
cionan nuestra actuación discursiva; por otro, el propio len-
guaje contribuye, sin duda, a la creación del registro y al es-
tablecimiento de unas distancias comunicativas, por ejemplo.
Dicho en otras palabras, el hablante parte de un tipo de ámbi-
to y situación que determina el tono y los rasgos lingüísticos
empleados, como el tipo de léxico. Cuando se aleja de este
ideal, responde generalmente a un recurso estilístico, un jue-
go de registros.
De la adecuación entre lenguaje y situación discursiva a la
libertad estilística como recurso o a la cripticidad termino-
lógica impuesta por la temática especializada, las lenguas se
muestran, afortunadamente, como unos instrumentos flexi-
bles de comunicación. Ahora bien, nacemos con una capaci-
dad lingüística y solo el tiempo y la práctica van configurando
el manual de instrucciones y su uso.

5. Ejercicios
1. Grabe un telediario de la Sexta y de la Primera y deter-
mine el campo, modo, finalidad y tono. Atiéndase fun-
damentalmente a cómo los telediarios van adquiriendo
un tono coloquial.

2. Sustituya las voces comentadas en los textos 1, 2, 3 y 4


por otras consideradas como más propias de un registro
neutro o formal. En algunos casos, se deberá recurrir a
una paráfrasis léxica.
250 Julia Sanmartín Sáez

3. Busque las palabras consideradas como más coloquia-


les en los textos 5, 6, y 7 y sustitúyalas por otras más
formales.

4. En el texto 9 podemos señalar tres tipos de voces en fun-


ción de su presencia en diccionarios generales (aquellos
destinados a un hablante medio culto), en concreto, en
el Diccionario de la Lengua Española, de la rae (2001).

5. Indique las unidades terminológicas del siguiente artí-


culo periodístico titulado Genética. Análisis de adn. El
genoma humano induce a replantear el concepto de gen,
publicado en El País (16-11-2205):
En cualquier caso los genes son alrededor de un 1,5% del genoma, y el
resto suele llamarse adn chatarra o adn basura. […]
Tom Gingeras, de la empresa Affimetrix, expuso en el congreso de Ma-
drid uno de los más llamativos. «La lista que tenemos hoy de adn que se
transcribe en arn, el transcriptoma, no está completa. Hay mucho adn que
se transcribe en arn que no codifica para proteínas.» […]
Pero ahora sabemos que una porción del genoma puede dar lugar a pro-
teínas muy distintas. ¿Son entonces genes distintos? Y, si lo hacen, ¿multi-
plicamos el número de genes por el número de versiones de cada uno? Pero
tal vez el átomo del genoma, lo que determina el fenotipo, no es el gen, lo
que se transcribe. […]
Los genes en el genoma no tienen una estructura clara, una secuencia de
bases que empieza y termina y ya está; generalmente las partes del gen que
se traducen, los exones están interrumpidas por bases que no se leen —los
intrones—.

6. En relación con la precisión lingüística, véase:


– la sección «Morderse la lengua», del Centro Virtual
Cervantes: <http://cvc.cervantes.es/actcult/morder-
se_lengua/default.htm>;
– la entrada alérgico / alergénico, de la Wikilengua del
español de la Fundéu: <http://www.wikilengua.org/
index.php/Portada>;
– el término Copa del América en Vademécum Dicciona-
rio de dudas del español urgente de la Fundéu: <http://
www.fundeu.es/esurgente/lenguaes/>;
El léxico, los registros y la adecuación lingüística 251

– sobre el uso inadecuado de la palabra virtual en


«La página del idioma español. El castellano.org.»:
<http://www.elcastellano.org/artic/virtual.htm>, en la
sección de artículos;
– y las diferencias entre esfinge y efigie, esotérico y exo-
térico en el Diccionario panhispánico de dudas de la
Real Academia Española: <http://rae.es/rae.html>.

6. Bibliografía recomendada y comentada


Alcoba, Santiago (1998): Léxico periodístico español, Bar-
celona, Ariel.
En este texto se proponen numerosos ejercicios y activi-
dades prácticas para mejorar la riqueza léxica del hablante y
familiarizarnos con el uso del diccionario. En concreto, estos
ejercicios se distribuyen en cuatro modelos: identificación de
cotexto, identificación de la definición lexicográfica, sinóni-
mos, y sinónimos y antónimos.
Gómez Torrego, Leonardo (1995): El léxico en el español
actual: Uso y norma, Madrid, Arco Libros.
Se remite al capítulo dedicado al léxico, en especial, a los
comentarios que analizan algunas de las impropiedades léxi-
cas más habituales.
Lázaro Carreter, Fernando (1997): El dardo en la palabra,
Barcelona, Galaxia Gutenberg/Círculo de lectores.
En este libro se recogen artículos periodísticos elaborados
por Lázaro Carreter desde 1975 hasta 1996. Dichos artícu-
los se centran en el comentario de voces o términos, consi-
derados casi como agresiones o «dardos» lanzados contra el
idioma (nominar, a nivel (de), asequible, doméstico, en pelotas,
etc.); por ello, su lectura resulta aconsejable para el mejor co-
nocimiento de estas cuestiones, así como por la explicación
ofrecida por su autor.
252 Julia Sanmartín Sáez

Lázaro Carreter, Fernado (2003): El nuevo dardo en la pa-


labra, Madrid, Santillana/Aguilar.
En esta nueva edición se recogen los artículos comprendi-
dos desde 1999 hasta 2003 (reforma, retrato de familia, pro-
vocaciones, etc.).
Capítulo 9
NORMA Y USO DE LAS COLOCACIONES
LÉXICAS DEL ESPAÑOL

Esteban Tomás Montoro del Arco


Universidad de Granada

0. Introducción
En todas las lenguas naturales existen combinaciones de
palabras habituales a las que los hablantes suelen recurrir
para expresar conceptos complejos. Por ejemplo, las acciones
más frecuentes que llevamos a cabo diariamente son verbali-
zadas de forma muy precisa a través de combinaciones usua-
les de este tipo: así nos lavamos los dientes, hacemos la cama,
tomamos café, ponemos la mesa o cogemos el autobús (aunque
en Hispanoamérica lo agarran).
Otras veces se observa que la combinación presenta cier-
tas restricciones, y determinadas palabras parecen exigir la
presencia de otras: las reuniones de trabajo, curiosamente, se
celebran, aunque no sean necesariamente una fiesta; en ellas,
los participantes pueden tener posturas muy divergentes e in-
cluso diametralmente opuestas; a veces incluso se profesan un
gran odio, que puede llegar a ser mortal; y cuando van bien las
cosas, se llega a determinadas conclusiones y se adoptan o se
toman algunos acuerdos. Cada una de estas secuencias implica
la selección de unos componentes frente a otros que podrían
haber cumplido perfectamente el mismo papel. Constituyen
ejemplos, pues, de lo que conocemos como «colocaciones»1.

1
El término fue tomado del inglés «collocation». A pesar de ser un con-
cepto relativamente reciente, estas unidades han sido objeto de estudio
de diversas escuelas y en el seno de diferentes tradiciones lingüísticas.
254 Esteban Tomás Montoro del Arco

Al estar acostumbrados a utilizarlas, a veces no repara-


mos en su singularidad. Sin embargo, basta comparar estas
combinaciones con sus correspondencias en otras lenguas
para descubrir un marcado carácter idiosincrásico: por ejem-
plo, en inglés sería inadecuado traducir palabra por palabra
la anterior colocación celebrar una reunión (*to celebrate a
meeting); lo mismo ocurre en otras muchas como to come to
an agreement (*venir a un acuerdo). Pero no solo diferencian
a unas lenguas de otras, sino que las colocaciones han sido
definidas como hechos de norma: encontramos usos distin-
tos según las distintas variedades de una lengua (diatópicas,
diastráticas, diafásicas, diatécnicas). Su dominio constituye
un índice muy significativo de la competencia comunicativa
que tiene un hablante, de la mayor o menor amplitud de sus
habilidades expresivas. De ahí la importancia creciente que
está adquiriendo su enseñanza tanto a nativos como a extran-
jeros (Higueras, 2006).

Normalmente se agrupan en dos grupos: a) la escuela neofirtheana o


sistémico-funcional (tradición anglosajona), que se inclina más por el
estudio estadístico de la frecuencia de coaparición de lexemas; b) el
estructuralismo continental (o tradición alemana), que atiende más
a la relación semántica que mantienen esos lexemas (Almela, 2002).
Como consecuencia de ello, no existe consenso absoluto acerca de qué
es y qué no es una colocación, pues esta parece ser una categoría con
límites difusos (Bosque, 2001; Penadés, 2001). En este trabajo, por una
razón puramente pedagógica, no pretendemos entrar en disquisiciones
teóricas y tratamos de utilizar los conceptos y términos más extendi-
dos. No obstante, puede obtenerse una información más detallada en
Alonso Ramos (1993; 1994-5), Castillo Carballo (1998), Corpas Pastor
(2001) o Koike (2001).
Norma y uso de las colocaciones léxicas del español 255

1. Características generales
1.1. Coocurrencia
Las colocaciones suelen estar formadas por dos elemen-
tos léxicos2 o «colocados» que coocurren frecuentemente en
el discurso3. Llamamos «base» (o «colocador») al elemento
de la colocación que determina la elección del otro elemen-
to, el cual recibe el nombre de «colocativo». La base no tiene
por qué coincidir con el núcleo sintáctico: así el sustantivo
polémica —que cumpliría una función de objeto respecto del
verbo zanjar (zanjar una polémica)—, es sin embargo la base
de la colocación, en tanto que es el elemento estable de dicha
combinación: en lugar de zanjar podríamos haber recurrido
a verbos similares como acabar, terminar o finalizar, pero hu-
biesen sido más imprecisos y hubieran «chirriado», si se me
permite la expresión.
Los colocados pueden aparecer juntos, manteniendo una
relación de contigüidad, pero también a cierta distancia: de
hecho, se ha comprobado que pueden incluirse hasta cuatro
o cinco palabras entre uno y otro colocado, aspecto que se
conoce como «distancia colocacional» y que comprobamos
en el siguiente ejemplo:
• Si contemplamos el desarrollo de la técnica en su conjunto a lo largo
de la historia, podemos llegar fácilmente a las siguientes conclusiones […]

2
Hausmann (1979) distinguió entre colocaciones léxicas y colocaciones
gramaticales. Estas últimas serían las combinaciones de determinados
verbos con preposiciones, como la de arrepentirse de o arremeter con-
tra. Dado que estas son bien estudiadas por parte de la gramática (por
ejemplo a partir de la noción de régimen), solemos aplicar de forma
general el concepto de colocación a las combinaciones de palabras léxi-
cas, o mejor dicho, de lexemas. Tampoco serían colocaciones, por tan-
to, a tope, al contrario, en definitiva, etc., que constituyen locuciones.
3
La frecuencia de coaparición no es simplemente fruto de la impresión
o de la competencia del analista, sino que se calcula estadísticamente a
partir de corpus textuales amplios y representativos.
256 Esteban Tomás Montoro del Arco

(España, Miguel Ángel Quintanilla y José Manuel Sánchez Ron, Ciencia, tec-
nología y sociedad, Madrid, Santillana, 1997. Ápud crea).

Una misma palabra puede formar colocación con varias


palabras distintas. Así, hay un conjunto de verbos que se aso-
cia con el sustantivo contrato, según las diferentes acciones
que tienen que ver con este concepto: firmar, ampliar, rescin-
dir, etc. Asimismo, una deuda se puede contraer, saldar, con-
donar, perdonar, etc. En suma, el conjunto de lexemas suscep-
tibles de ser combinados con una base constituiría su «radio
colocacional» (Írsula Peña, 1994).

1.2. Dimensión sintagmática


La distancia colocacional es una prueba palpable de la regu-
laridad de las colocaciones desde el punto de vista sintáctico.
Así, frente a otras unidades pluriverbales más fijadas (como
las locuciones4), soportan todo tipo de cambios estructurales:
por ejemplo, la transformación a pasiva, la modificación ad-
jetival o incluso la relativización, que comprobamos respecti-
vamente en tres ejemplos de uso de la colocación asestar un
golpe:
• En el ínterin, el apoyo crecía, dentro y fuera de Perú. ¡Esa paciencia
milenaria del viejo Oriente! Y el golpe se asestó en el momento preciso, ni
antes ni después (Guatemala, Siglo Veintiuno, 11-05-1997. Ápud crea).
• La Policía asestó ayer su primer golpe contra la corrupción en el fútbol
inglés. Una operación meticulosamente planeada culminó a primera hora
de la tarde con la detención de tres jugadores de Primera División sospecho-
sos de amañar partidos en complicidad con corredores de apuestas (España,
El Mundo, 15-03-1995. Ápud crea).

4
Las locuciones son unidades pluriverbales estables e idiomáticas que
presentan anomalías estructurales, como consecuencia del alto grado
de fijación de sus componentes. Así, resultan incorrectas las transfor-
maciones siguientes de las locuciones tomar el pelo, empinar el codo,
pagar el pato y dorar la píldora: *el pelo que se le tomó, *empinó los dos
codos, *pagó un gran pato, *la píldora le fue dorada (véase Montoro del
Arco, 2006).
Norma y uso de las colocaciones léxicas del español 257

• Está por ver que la indudable sangría del pce beneficie a los socialistas.
«L’Espresso» les da un 16,5 por 100, dos puntos más que en las generales de
1987 y cinco más que en 1984. Un buen salto adelante, pero no el golpe defi-
nitivo que Craxi quiere asestar (España, Abc, 15-06-1989. Ápud crea).

Por otro lado, entre los colocados suele existir una relación
sintáctica de determinación, es decir: constan de un elemento
nuclear y un elemento adyacente que complementa a ese nú-
cleo (n ← a): conciliar (n) el sueño (a), desear (n) ardientemente
(a), visiblemente (a) afectado (n). Así, en virtud de la índole
de los lexemas combinados, establecemos distintos esquemas
formales de colocación, que vehiculan diversas relaciones
funcionales:

declararse un incendio, desatarse una polémica, es-


sustantivo (suj.)+verbo
tallar una guerra, amainar el temporal

amasar una fortuna, declarar la guerra, albergar es-


verbo+sustantivo (obj.)
peranzas, infundir respeto, tomar medidas

soltero empedernido, miedo cerval, error garrafal, ci-


sustantivo+adjetivo
fra astronómica, carrera meteórica

bombona de butano, gajo de limón, rebanada de pan,


sustantivo+de+sustantivo
arranque de rabia, ciclo de conferencias

llorar amargamente, rechazar categóricamente, guar-


verbo+adverbio
dar celosamente, cumplir escrupulosamente

diametralmente opuesto, perdidamente enamorado,


adverbio+adjetivo materialmente imposible, terminantemente prohibi-
do

salir malparado, resultar ileso, andar liado, quedarse


verbo+adjetivo
tranquilo

Mención aparte merecen las llamadas «colocaciones com-


plejas» (Koike, 2001, 2005; García-Page, 2005). En ellas al
menos uno de los colocados es una locución, en lugar de una
palabra o lexema: defender ← a capa y espada (loc.), reírse ← a
carcajadas (loc.), luchar ← contra viento y marea (loc.), dormir
← como un tronco (loc.), llorar ← a moco tendido (loc.). Las
258 Esteban Tomás Montoro del Arco

locuciones suelen ejercer como colocativos y presentan una


fuerte restricción combinatoria, de modo que no es frecuente
asociarlas a otras bases.

1.3. Características semánticas


Como señala Koike (2001: 28), las colocaciones se caracte-
rizan por la «relación típica» que existe entre los colocados:
un sustantivo como guitarra mantendrá una posible relación
típica con verbos que tengan que ver con la actividad musical
(tocar, rasguear, tañer, soplar), pero no con verbos con los que,
en principio, no guarda relación semántica específica (limpiar,
guardar, etc.)5. De las posibilidades antes mencionadas, guita-
rra selecciona tocar, mientras que otros instrumentos como
arpa o campana, se combinan específicamente con tañer, si
bien soportan también la asociación con tocar. El grado de
restricción, como vemos, puede ser variable, y una base puede
seleccionar un solo colocativo o varios. Y viceversa: un colo-
cativo puede estar restringido a una sola base o combinarse
con dos o más bases diferentes. Diametralmente parece unirse
exclusivamente a opuesto u oponerse. Algo similar sucede con
el adjetivo garrafal, que tiene poco uso fuera de la combina-
ción con error o fallo.
Cuestión distinta es el tipo de relación semántica que se
establece entre los colocados. A Igor Mel’čuk se debe la intro-
ducción del concepto de «función léxica» (dentro de la Teoría
Sentido-Texto) (cfr. Alonso Ramos, 1994-5). Constituye una
especie de sistema de búsqueda de colocativos a partir de de-
terminadas bases. Si tomamos algunos ejemplos de coloca-
ciones sustantivo+adjetivo, podemos comprobar que ciertos

5
Combinaciones como guardar o limpiar la guitarra son perfectamente
posibles, pero son libres y se conforman ocasionalmente en función de
unas necesidades comunicativas concretas. No residen, por tanto, en
el lexicón mental de los hablantes, como secuencias recurrentes que
puedan ser actualizadas en cualquier momento.
Norma y uso de las colocaciones léxicas del español 259

colocativos tienden a intensificar o magnificar el contenido de


las bases a las que acompañan: así, en una escala de intensifi-
cación, podríamos decir que un error es leve, grave o garrafal,
o que dos personas están «enamoradas», «muy enamoradas»
o locamente enamoradas. Esta relación, se puede representar
por medio de la ecuación [f (x) = y], donde f es la función
léxica, x sería la base e y el colocativo. La función de inten-
sificación es representada por medio de la abreviatura Magn
(‘intensificación’):
Magn (fallo) = garrafal
Magn (enamorado) = locamente, perdidamente
Magn (prohibido) = terminantemente

Con este simple esquema Mel’čuk nos ofrece una amplia


gama de funciones léxicas que nos ayuda a interpretar todo
tipo de relaciones entre colocados. A continuación presenta-
mos algunas de ellas (cfr. Alonso Ramos, 1993):
Mult (‘conjunto/grupo/colección de’)
Mult (abeja) = enjambre (enjambre de abejas)

Sing (‘una porción/unidad de’, ‘un componente de’, ‘un poco de’)
Sing (naranja) = gajo

Real1 (‘hacer mediante un artefacto o instrumento’)
Real1 (camión) = conducir (España)/manejar (Hispanoamérica)

Bon (‘estimación positiva del referente de la base’)


Bon (envidia) = sana (envidia sana)

2. Colocaciones y variación
2.1. Variación diatópica
Las colocaciones tienen un valor idiosincrásico y, como su-
cede en general con el léxico, pueden variar de unas comuni-
dades hablantes a otras. Hay, pues, diferentes normas geográ-
ficas en el uso de las colocaciones del español. El Diccionario
260 Esteban Tomás Montoro del Arco

panhispánico de dudas (2005) es una fuente de ayuda también


en este sentido, pues en sus artículos se encuentra a veces
información muy valiosa. Encontramos un ejemplo bajo la
entrada absolver:
absolver. 1. Verbo irregular: se conjuga como mover (→ apéndice 1, n.º
41). Su participio es también irregular: absuelto.
2. Cuando significa ‘declarar [a alguien] libre de culpa’, se construye a
menudo con un complemento introducido por de, que expresa la culpa: «La
conciencia mundial no lo absolvió de la comisión de esos delitos» (DPrensa
[Arg.] 4.5.92).
3. En países como Colombia, el Ecuador, el Perú y Bolivia significa tam-
bién ‘resolver [una duda]’, uso desconocido hoy en el resto del ámbito his-
pánico: «Los aficionados al fútbol han podido absolver sus dudas» (Tiempo
[Col.] 13.9.96).
4. No debe confundirse con absorber (‘atraer y retener en el interior’; →
absorber).

A modo de ejemplo, relacionamos a continuación algunas


diferencias entre el español de Chile y de España, extraídas
de Koike (2001: 199-202): quitarse los zapatos (España)/sacar-
se los zapatos (Chile); encender la luz (España)/prender la luz
(Chile); darse prisa (España)/tomarse prisa (Venezuela); fletar
una bofetada (Chile, Perú)/dar, soltar, largar, pegar una bofe-
tada (España); entregar una opinión (Chile)/dar una opinión
(España); entregar una declaración (Chile)/hacer una declara-
ción (España); entregar solución (Chile)/dar solución (Espa-
ña); entregar apoyo (Chile)/prestar, dar apoyo (España); sacarse
la lotería (Chile)/tocarle la lotería (a alguien) (España); armar
una conversación (Chile)/mantener, sostener una conversación
(España); hacer clases (Chile)/dar clases (España); picar el ojo
(Puerto Rico, Colombia)/guiñar el ojo (España, Chile); hablar
mentiras (Guatemala)/decir, contar mentiras (España); rendir
el examen, la prueba (Argentina, Bolivia, Chile)/dar el examen,
la prueba (Perú, Colombia)/presentarse a examen, la prueba
(España).
Sobra decir que se debe cuidar especialmente el uso de co-
locaciones en las que entran en juego verbos de referencia
escatológica, como el controvertido coger, tabú en gran parte
Norma y uso de las colocaciones léxicas del español 261

de Hispanoamérica. En estos casos, colocaciones como coger


el autobús o coger un resfriado presentan la variante agarrar.

2.2. Variación diastrática


Determinadas colocaciones como esfuerzo ímprobo, deno-
dado esfuerzo o franquear la puerta pueden sin duda clasificar-
se como cultas. Conforme descendemos de nivel sociocultu-
ral, resulta menos probable encontrar el uso de colocaciones
de este tipo, con un grado alto de especialización semántica.
Los hablantes utilizan de forma recurrente palabras comodín
o proformas (hacer, dar), que denotan cierta pobreza léxica.
Dictar o pronunciar una conferencia son expresiones de nivel
culto, frente a dar una conferencia, que tiene una marcación
más neutra en virtud del uso de un verbo soporte como dar,
que es común a muchas otras construcciones.
Si en estos casos se trata de un uso deficitario, también
hay veces en que se peca por hipercorrección y se atribuye
un colocativo a una base que no le corresponde. Es lo que
ocurre, por ejemplo, con palabras que contienen referencias
culturales muy específicas, como es el caso de pírrico. Este
adjetivo se combina con victoria (y en menor medida, triunfo)
y alude a los logros que se consiguen por un margen pequeño
y después de un gran esfuerzo6. Se confunde, por tanto, quien
lo utiliza para caracterizar un estado físico, como sinónimo
de ‘deteriorado’ o ‘lamentable’:
• Al margen de ese imprevisto, el controversial técnico no podrá recurrir,
por capricho, a figuras que como Juan Manuel Funes y Claudio Ariel Rojas
son desde ya propiedad del plantel y que en otro orden de ideas, pudieron
constituir no sólo un fuerte imán de taquilla sino incluso un espaldarazo
—pese a su pírrico estado físico— al conjunto que desde la fecha, será some-

6
El adjetivo deriva de Pirros, nombre del rey de una región de la antigua
Grecia que consiguió dos victorias en sendas batallas en las que su ejér-
cito sufrió graves pérdidas.
262 Esteban Tomás Montoro del Arco

tido a intensa presión, precisamente por actuar en calidad de local (Guate-


mala, La Hora, 14-07-1997. Ápud crea)

2.3. Variación diafásica


Existen unidades cuyo uso parece restringido a situaciones
comunicativas informales. Es el caso, por ejemplo, de comer-
se un marrón (‘cargar con una culpa ajena o de la que no se es
único responsable’), que en el siguiente texto es utilizado en
el marco de una conversación ficticia pero pretendidamente
espontánea, entre interlocutores con una relación simétrica
en el eje de la familiaridad:
• - La madre que lo parió.
- Un encanto, desde luego —me apoyó Chamorro.
- También tú podías haber metido más baza. Me he tenido que comer el
marrón yo solo —la reprendí.
- No lo pagues conmigo —protestó—. Creí que querías llevarlo tú.
(España, Lorenzo Silva, El alquimista impaciente, Barcelona, Ediciones
Destino, 2000. Ápud crea)

La inmediatez propia del discurso coloquial y el poco con-


trol en la redacción pueden generar también fallos de atribu-
ción de colocativos a determinadas bases en hablantes cultos.
Es lo que ocurre en el siguiente texto, donde se utiliza la lo-
cución a capa y espada (que se combina preferentemente con
defender), para intensificar el significado de mantener:
• Josep Benet, en su tiempo de senador, mantuvo a capa y espada que
en la Constitución constara que el Senado es la cámara de representación
territorial (España, La Vanguardia, 30-09-1994. Ápud crea).

2.4. Variación diatécnica


Por último, es conveniente señalar que el uso de las colo-
caciones deja de ser una costumbre o una mera opción esti-
lística en las lenguas de especialidad, donde incluso puede
llegar a ser un requisito indispensable. Éstas requieren una
terminología precisa e inequívoca, que evite posibles malen-
Norma y uso de las colocaciones léxicas del español 263

tendidos y facilite la comunicación entre expertos. El ámbito


jurídico, por ejemplo, es fuente inagotable de combinaciones
de este tipo, pues la precisión terminológica es una cuestión
capital dentro de este ámbito profesional.
Ejemplos de colocaciones pertenecientes al registro jurídi-
co son interponer, cursar, presentar un recurso; presentar una
demanda; dictar, pronunciar, fallar, sobreseer, revocar una sen-
tencia; promulgar una disposición; incoar un expediente, un
sumario; instruir una causa; tramitar un proceso, etc.
Sin embargo, el usuario no versado en Derecho que se ve
obligado a socializar puntualmente con este ámbito comete
múltiples errores. También en los medios de comunicación se
producen estos cruces:
• Jenny Richardson, una ex gimnasta australiana de 24 años, ha decidi-
do interponer una demanda contra su antiguo entrenador, a quien considera
culpable de la anorexia nerviosa que padece a causa de los métodos de entre-
namiento del técnico (España, La Vanguardia, 16-05-1995. Ápud crea)

3. Conclusión
La reflexión acerca de las colocaciones, el propio conoci-
miento de su existencia, es ya un gran paso. Nos mantiene
alertas y nos brinda la oportunidad de enriquecer nuestra ex-
presión. No obstante, es seguro que nos hará también dudar
más a la hora de combinar unas palabras con otras, y por eso
es importante saber dónde y cómo buscar soluciones.
En primer lugar, disponemos ya de magníficos diccionarios
combinatorios: Redes. Diccionario combinatorio del español
contemporáneo (2004) y el Diccionario combinatorio práctico
del español contemporáneo (2006), ambos dirigidos por Igna-
cio Bosque. En segundo lugar, contamos con un diccionario
en línea de colocaciones, el Diccionario de colocaciones del
español (dice), dirigido por Margarita Alonso Ramos (2005).
Por último, podemos comprobar la combinabilidad de dos
264 Esteban Tomás Montoro del Arco

lexemas a través de búsquedas orientadas en los corpus de la


Academia, especialmente en el crea7.

4. Ejercicios
1. Rellena los huecos con los siguientes verbos para formar
colocaciones adecuadas: imponer, formular, interponer,
elevar, urdir, emitir, rescindir.
a) Como consecuencia de la colisión, se rompió la luna del coche, según
consta en la denuncia __________ por uno de los ocupantes.
b) Han anunciado que, si no obtienen un fallo justo, __________ una queja
ante la Oficina de Control Interno del Poder Judicial.
c) Se debe esperar la notificación de la denuncia antes de __________ cual-
quier reclamación.
d) El jugador llegó ayer a un acuerdo con el Español para __________ su
contrato y fichará por el Real Madrid.
e) Sabían que tenían la culpa de lo sucedido y por ello __________ un plan
maquiavélico para tratar de ocultarlo.
f) Los técnicos del Departamento de Antigüedades van a estudiar el terreno y
más adelante __________ un dictamen sobre la posible existencia en el lugar
de tumbas judías.
g) Los conductores de ciclomotor a los que se les __________ una sanción de
tráfico podrán optar entre pagar la multa o asistir a un cursillo de seguridad
vial.

2. ¿Cuál es el significado del adjetivo empedernido? ¿Con


qué bases se puede combinar? ¿Lo utilizarías para ha-
blar de ti mismo? Ensaya una definición a partir de los
ejemplos siguientes:

7
La distancia colocacional entre los dos lexemas puede salvarse fácil-
mente a través de las herramientas que la propia página nos proporcio-
na. Así, si quisiera comprobar la combinabilidad del superlativo acérri-
mo con una palabra distinta a enemigo (que considero a priori como
su base prototípica), por ejemplo defensor, podría lanzar la búsqueda
a partir de la clave «defensor dist/4 acérrimo», de forma que puedo
obtener todos los casos en los que distan entre ellos no más de cuatro
palabras.
Norma y uso de las colocaciones léxicas del español 265

a) La muerte de Miguel Mihura afectó profundamente a Tono. La carta


que escribió a su amigo muerto fue su último artículo que se publicó. «En
estos dos años —comentó Fernando Vizcaíno— escribía algunos artículos
para Semana y se dedicaba a su hobby preferido, los inventos. Tono era un
inventor empedernido. Montaba y desmontaba extraños artefactos que no
servían para nada, pero que eran divertidos. En el homenaje que le hicieron
en abril de 1976, Forges le dijo al regalarle un reloj: “Se lo damos para que
haga con él una lavadora”» (España, El País, 05-01-1978. Ápud crea).
b) Sus teorías influyeron en la arquitectura y la tipografía de los años
20, atrayendo a multitud de artistas que, como Marinetti, Pevsner, Gabo,
Gropius o Schwitters acudían a visitarle, curiosos por conocer a este creador
ascético, solterón empedernido y gran aficionado a la música de jazz (Espa-
ña, El Mundo, 30-01-1994. Ápud crea).
c) Como he ido comprobando a lo largo de estos últimos meses, el Dazi-
bao ha ido adquiriendo personajes, no por nuevos menos imaginativos, pero
dado que uno es un nostálgico empedernido, añoro viejos personajes que ya
no son tan asiduos, o que tal vez aparezcan camuflados bajo otros nom-
bres, ¿quién sabe? De esos viejos personajes, me encantaría obtener alguna
respuesta, aunque sea somera de alguno de ellos que cautivaron con citas
firmadas por ellos mi entusiasmo, aunque dejaran entrever que mi estilo
literario, no superará la vulgaridad o, como mucho, alcanzará una cierta
mediocridad. Dos de estos personajes son «The last frontier» y «Annabel
Lee» (España, El Mundo, 04-05-1994. Ápud crea).
d) El mundo del cine perdió a Robert Mitchum, nacido bajo el nombre
de Robert Charles F. Duran Mitchum y uno de los actores más grandes de
Hollywood durante las últimas décadas. Fumador empedernido, afectado de
cáncer de pulmón y enfisema, la muerte le llegó mientras dormía en su resi-
dencia de Santa Barbara (California), a los 79 años, sólo un mes antes de su
80 cumpleaños (Perú, Expreso, 02-07-1997. Ápud crea).
e) mañana, 3 de febrero, cumple noventa y cuatro años Manuel Álvarez
Bravo, patriarca de la fotografía mexicana, hombre modesto y misterioso,
autodidacta, lector empedernido, amante de la música, autor de una obra de
visión espontánea, expresada en un lenguaje sencillo y poético, lejos de es-
cuelas y de compromisos ideológicos, por más que algunas de sus imágenes
hayan servido de arquetipos surrealistas y del realismo social (España, Abc
Cultural, 02-02-1996. Ápud crea).

3. A continuación se ofrecen algunas funciones léxicas, se-


gún el modelo de I. Mel’čuk. Señala los colocativos co-
rrespondientes a las bases que se indican:
266 Esteban Tomás Montoro del Arco

A) Mult (‘conjunto/grupo/colección de’)

Función léxica Colocativo Colocación


Mult (ajo) =
Mult (cerdo) =
Mult (conferencia) =
Mult (negociación) =
Mult (oveja) =
Mult (perro) =
Mult (pez) =
Mult (polvo) =
Mult (tontería) =

B) Sing (‘una porción/unidad de’, ‘un componente de’, ‘un


poco de’)

Función léxica Colocativo Colocación


Sing (ajo) =
Sing (azúcar) =
Sing (chocolate) =
Sing (jabón) =
Sing (nieve) =
Sing (pan) =
Sing (polvo) =
Sing (queso) =

C) Magn (intensificación)

Función léxica Colocativo Colocación


Magn (afirmar) =
Magn (beneficio) =
Magn (deseo) =
Magn (dormido) =
Magn (grupo) =
Magn (ligado) =
Magn (lluvia) =
Magn (rechazar) =
Norma y uso de las colocaciones léxicas del español 267

D) AntiMagn (‘poco’, ‘poco intenso’)

Función léxica Colocativo Colocación


AntiMagn (castigo) =
AntiMagn (error) =
AntiMagn (precio) =
AntiMagn (recuerdo) =
AntiMagn (sueño) =

E) Caus (‘causar’)

Función léxica Colocativo Colocación


Caus (comentario) =
Caus (curiosidad) =
Caus (incendio) =
Caus (interés) =
Caus (vergüenza) =

F) Incep (‘comienzo, comenzar’)

Función léxica Colocativo Colocación


Incep (ganas) =
Incep (guerra) =
Incep (incendio) =
Incep (polémica) =
Incep (proceso judicial) =

G) Real1 (‘realizar, llevar a cabo’)

Función léxica Colocativo Colocación


Real1 (cargo) =
Real1 (abogacía) =
Real1 (error) =
Real1 (crimen) =
268 Esteban Tomás Montoro del Arco

4. Resuelve el crucigrama a partir de las pistas que se in-


cluyen a continuación:
Horizontales
1. ¿No te acuerdas de lo que sucedió? No te preocupes, voy a [...] la
memoria.
4. Nunca se casará. Es un soltero [...]
6. Te ruego [...] que vengas a la reunión del martes, es muy importan-
te.
9. Este viernes se [...] homenaje a un gran actor.
12. Se alejó de él por miedo a que le [...] un puñetazo en la cara.
16. En estos años Bill Gates ha [...] una gran fortuna.
17. Cuando llegamos, reinaba un silencio [...]
19. Le [...] el ojo para mostrale mi complicidad.
20. La revuelta fue [...] gracias a la intervención de la policía.
21. Granada es una ciudad acogedora, te [...] con los brazos abiertos.
22. Lo hicimos gracias a la ayuda que nos [...] tus amigos.

Verticales
2. Finalmente, el presidente [...] la cuestión del paro.
3. Esa posibilidad no la habíamos [...] aún.
4. Desde hace tiempo, los dos líderes políticos mantienen una lucha
[...] por el poder.
5. Cuando le comunicaron que había aprobado, [...] un salto de ale-
gría
6. El delantero aprovechó un fracaso [...] del defensa para marcar el gol
de la victoria.
7. Se llevan muy bien y mantienen una […] amistad.
8. Es muy obstinado, seguro que no [...] en su empeño.
10. Se ha cometido un grave error en este asunto y aún no sabemos de
quién es la culpa. Es necesario [...] responsabilidades.
11. Es una idea que me viene [...] desde hace tiempo por la cabeza.
13. Desde hace años [...] la idea de formar mi propio equipo de trabajo.
14. Te agradezco la confianza que has [...] en mí.
15. El certamen no ha sabido [...] la distancia cultural existente entre los
estudiosos del cine y los meros espectadores.
18. El cantaor se [...] por bulerías.
Norma yNORMA
uso de Ylas colocaciones
USO léxicas del LÉXICAS
DE LAS COLOCACIONES español DEL ESPAÑOL 269
231
Capítulo 10
LÉXICO DE USO EN ESPAÑOL ACTUAL:
EJERCICIOS DE CORRECCIÓN Y
AMPLIACIÓN

Marta Pilar Montañez Mesas


Universitat de València. Grupo Val.Es.Co.

0. Introducción
El léxico con que se elabora un discurso muestra, quizá
más que otro nivel lingüístico, el registro del texto, dicho de
otro modo, es el aspecto que de forma más evidente indica la
adecuación o inadecuación del lenguaje empleado en un texto
al registro esperable o preferido para cada género discursi-
vo. En este sentido, la elección de un léxico preciso y diverso
—según el contenido—, el usuario al que se dirige el texto y el
propósito comunicativo condicionarán en gran medida que el
texto se adecue al registro requerido.
Por todo ello, en este capítulo practicaremos la búsqueda
y empleo de un léxico correcto, que sea diverso para evitar
repeticiones innecesarias, y preciso, de modo que exprese de
forma lo más ajustada y exhaustiva posible el significado de
uso pertinente en cada contexto comunicativo1. Para lograrlo,
es necesario dominar el manejo de los diccionarios, intensifi-
car la lectura y alternar las voces que utilizamos habitualmen-
te con el uso de expresiones sinonímicas o equivalentes, no

1
No se tratan en este capítulo otras cuestiones léxicas, como aquellas
referidas a la creación léxica o al uso y valor de los neologismos (cap.
6), ni a los extranjerismos (cap. 7), ni a las variaciones de registro (cap.
8), que también se han practicado en trabajos anteriores (Aleza et alii,
2006, Bloque III).
272 Marta Pilar Montañez Mesas

solo como estrategia estilística (como precepto de la variatio


de la retórica clásica), sino como una marca de corrección y
ampliación léxicas que demuestren el dominio de los géneros
discursivos y de los diversos registros lingüísticos.

1. La corrección léxica
El interés de este capítulo es, por tanto, proponer una serie
de actividades que favorezcan el dominio del léxico en las dis-
tintas variedades y ámbitos del español desde el punto de vista
sincrónico. Para resolver cada actividad le será de gran ayuda
la consulta del dpd, del drae, de otros diccionarios (de sinóni-
mos y antónimos, de uso, como el de María Moliner, por citar
algunos), así como de obras especializadas que se indican en
el apartado bibliográfico. Con ello mejorará la redacción de
sus textos en dos sentidos: con la búsqueda de un léxico más
preciso que exprese de modo exhaustivo el valor o sentido de
cada enunciado, por una parte; y, con ello, la ampliación de su
caudal léxico para dominar y poder seleccionar la forma más
adecuada y ajustada a cada contexto comunicativo (tanto oral
como escrito), por otra.
Para favorecer la autonomía del lector, le proporcionamos,
asimismo, las soluciones o alternativas más adecuadas o co-
rrectas, según el caso, para que sirvan de autoevaluación y
autoaprendizaje, como comprobación del uso de las herra-
mientas de consulta señaladas.

2. Ejercicios
2.1. Proformas verbales
Ciertos verbos como pedir, decir, hacer o tener se utilizan
con tanta frecuencia que se convierten en proformas verba-
Léxico de uso en español actual: ejercicios de corrección y ampliación 273

les que no siempre denotan un significado preciso. También


existen otras proformas no verbales: cosa, persona, el mismo,
la misma… que no suelen aportar contenido léxico. Para fa-
vorecer la variación en el texto y evitar imprecisiones, susti-
tuya las proformas (verbales y no verbales) en los ejemplos
propuestos por voces o estructuras equivalentes contextuales
que se ajusten mejor al sentido de los textos. Recuerde que
en el caso de los verbos deben escribirse en la forma verbal
correspondiente2:
Decir
1. Corbacho anuncia la vuelta del diálogo social. El ministro de Trabajo
dice «hay conversaciones avanzadas» con sindicatos y ceoe (El País, 10-1-
10).
2. Alberto Toldrá, representante de S. C., ha asegurado en un comu-
nicado que su representado es «víctima de acusaciones falsas» y ha dicho
que pretende «atraer una atención mediática en el proceso judicial que está
abierto contra terceros».
3. «Necesitamos otro modelo productivo, no una reforma laboral», dijo
Zapatero en mayo (El Mundo, 26-1-10, p. 31).
4. Los empresarios, de momento, no pueden calcular las posibles con-
secuencias que tendrá el recorte presupuestario de los monumentos falle-
ros. «Sin duda, no es una noticia beneficiosa, pero es compresible ante la
situación por la que estamos atravesando todas las empresas valencianas»,
dijeron desde el sector hostelero y justo en la semana del Turismo (Las Pro-
vincias, Valencia, 22-1-10).

Ver
1. Obviamente, en tiempos de crisis muchos ven en la botella un posible
escape (El País, 11-11-08).

2
El corpus que ha servido de base a este trabajo se nutre de dos fuen-
tes principales: prensa española actual (perteneciente al periodo 2007-
2010, excepto un ejemplo de 2004) y textos de alumnos universitarios.
En cada ejemplo de los utilizados en este capítulo se indica la proce-
dencia del fragmento extraído. Aquellas muestras que no presentan in-
dicaciones pertenecen a ejercicios académicos y periodísticos de alum-
nos de primer curso de Comunicación Audiovisual de la Universitat
de València (curso 2008-2009, en la materia «Lengua española escrita
para los medios de comunicación»), a quienes desde aquí agradezco su
generosa contribución y el apoyo y cariño que desde entonces me han
brindado.
274 Marta Pilar Montañez Mesas

2. El Consejo de Ministros verá —y muy probablemente aprobará— en


su reunión de hoy el recurso de inconstitucionalidad contra el decreto ley
del Consell que desprotege el barrio de El Cabanyal (El País, 29-1-10).
3. Los expertos concluyen que la Torre Pelli no afecta al patrimonio
mundial. La comisión estima legal el proyecto, pero ve un impacto negativo
en el paisaje (El País, 29-1-10).
4. El gurú que predijo la crisis ve a España como «un riesgo de desastre
para la eurozona». Roubini cree que España es una «amenaza inminente»
mayor que Grecia (El Mundo, 27-1-10).

Hacer
1. Los Bomberos denuncian el impago de las horas extras que hicieron
los días de lluvia (Diario Información de Alicante, 4-11-07).
2. Las pruebas del ave Madrid-Valencia se harán en verano. Por el mo-
mento se está avanzando en las pruebas con trenes laboratorios propiedad
de Adif (Levante, 22-1-10).
3. En plena crisis, cambiar de motor supondría dejar el coche en la cu-
neta. Por supuesto, Gallardón lo sabe y por eso quiere hacer lo que hace y
deshacer lo que deshace (El Mundo, 2-12-08).
4. El Racing de Santander quiere quedarse con él, pero el fichaje de Mar-
celino García Toral, ex del conjunto cántabro, por el Zaragoza, abre también
la vía de los aragoneses, que jugarán el próximo año en Segunda División y
que han hecho público su deseo de fichar a cuatro futbolistas de banda. Si el
Zaragoza fuese a por Pablo Álvarez, la negociación por Lafita podría dar un
giro significativo (La Voz de Galicia. La Voz A Coruña,1-6-08).

Pedir
1. El Ayuntamiento de Benidorm pedirá al Consell el «10% del apro-
vechamiento del suelo urbanizable» del Plan Especial Director de Usos e
Infraestructuras (pedui) de Terra Mítica (La Verdad, 21-1-10).
2. Carmelo González, el padre que hizo una huelga de hambre para que
su hija pudiera estudiar en castellano en Cataluña, pidió ayer que se lleve a
cabo una «gran manifestación» en Madrid para reivindicar que el castellano,
idioma común de los españoles, no sea discriminado en algunas partes del
país. En declaración a Servimedia, pidió que se celebre esta marcha al valo-
rar el manifiesto en favor del castellano que han difundido el pensador vasco
Fernando Savater y otros intelectuales (El Mundo, 26-6-08).
3. Facua ha pedido en varias ocasiones al Ayuntamiento de Sevilla que
regule el servicio. El concejal de Movilidad, Francisco Fernández, advirtió
ayer, según informó Efe, que los taxistas son trabajadores autónomos y su
afiliación a las emisoras es «voluntaria» (El País, 2-2-10).
4. Las nuevas normas recibieron críticas ayer mismo: por demasiado
blandas y por demasiado duras. Miguel Fernández Prada, vicerrector de
Estudios y Convergencia Europea, pidió que se observaran en su conjunto
teniendo en cuenta los objetivos que persiguen (El País, 30-1-10).
Léxico de uso en español actual: ejercicios de corrección y ampliación 275

Tener
1. El mediapunta ha tenido un papel clave tras recuperarse de su lesión
tanto en la eliminatoria de Copa como ante el Xerez (Abc, 12-1-09).
2. El Deportivo por aquel entonces no tenía categorías inferiores, sólo
seleccionaba a los chavales para el Torneo de Brunete (El País, 6-2-10).
3. En ese contexto, el de una provincia donde no tiene apenas influencia,
Feijóo intenta captar a personas afines a Baltar para su causa (El País, 25-
1-10).
4. El supervisor también aprovechará la remisión de estas cuentas para
poner en evidencia a muchas cajas de ahorros que tienen problemas latentes
y que tratan de evitar a toda costa verse inmersas en un proceso de fusión
que les permite mejorar su nivel de solvencia (El Mundo, 26-1-10).

Dar
1. Hoy, domingo, vence el ultimátum de 20 días que la rama magrebí de
Al Qaeda (aqmi) dio a los gobiernos de Francia y de Malí para que liberasen a
cuatro presuntos terroristas en prisión preventiva en el penal de Kati, cerca
de Bamako (El País, 31-1-10).
2. La reacción de Unió fue fulminante: la portavoz Joana Ortega aseguró
que tienen el derecho, con los acuerdos en la mano, de batallar por Pelegrí
aunque han desistido de hacerlo. Ortega rescató viejos agravios al recordar
que Unió ha dado apoyo total a Artur Mas como candidato, cuando cdc no
dispensó, dijo, el mismo trato en las últimas generales a Josep Antoni Duran
Lleida (El País, 31-1-10).
3. El centrocampista azulgrana dio su versión sobre lo sucedido en El
Molinón: «En el gol de Pedro no hubo fuera de juego y cometieron un penal-
ti sobre Ibrahimovic en la segunda parte del que no se habla. Lo que pasa es
que el Madrid va cinco puntos por detrás del Barça y eso no se digiere en la
capital» (La Razón, 1-2-10).
4. Los Grupos de Atención al Ciudadano (ggac) son un «invento» im-
portado de Barcelona y Valencia. El jefe superior de Policía de Madrid, Car-
los Rubio, estuvo antes en esos dos destinos, y al llegar a la capital decidió
implantar esta nueva manera de patrullar. En Valencia y Barcelona dieron
buenos resultados y bajó la delincuencia, y aquí por ahora está siendo igual
(El Mundo, 2-2-10).

Haber
1. Un joven de 27 años falleció la noche del lunes en La Línea de la
Concepción (Cádiz) como consecuencia de un apuñalamiento. Vecinos de
la zona informaron de que el incidente se produjo sobre las 23.00 horas,
cuando varias personas de la zona alertaron de que había un hombre herido
en las inmediaciones de la calle Sócrates (El País, 3-2-10).
2. Teniendo en cuenta el perfil de invitados anteriores, personalidades
procedentes de tradiciones políticas, religiosas y culturales diferentes pero
fuertemente vinculadas a los valores del diálogo y la integración, Zapatero
276 Marta Pilar Montañez Mesas

podría abordar sus ideas sobre la tolerancia y cohabitación entre diversas


creencias —en el auditorio habrá representantes de las diferentes corrientes
religiosas—, defender la cooperación al desarrollo con los países más nece-
sitados o reivindicar la igualdad de género (El Mundo, 3-2-10).
3. Arístegui celebra que Rajoy diga que «hay que moverse» porque había
inmovilismo (Público, 20-5-08).
4. La reacción del sector no es desmesurada si se tiene en cuenta que, ac-
tualmente, el consumo de cine en lengua catalana es del 3 por ciento porque
no hay mayor demanda, sostiene el Gremio de Empresarios de Cine. […] El
consejero de Cultura, Joan Manuel Tresserras, y la Generalitat en pleno de-
berían entender que hay caminos para defender el uso de la lengua catalana
que no pasan por la imposición y la sanción (La Razón, 1-2-10).

Estar
1. La A-70 estuvo 12 horas cerrada al tráfico, a la altura de Villafran-
queza, y hubo que desviar a miles de conductores durante todo el día (La
Verdad, 21-1-10).
2. Como consecuencia, precisó asistencia hospitalaria, y estuvo 10 días
impeditivos. También le quedaron varias cicatrices que le suponían «un per-
juicio estético moderado» (El Mundo, 3-2-10).
3. El concejal de Cultura, Adrià Carrillo, animó ayer a visitar esta mues-
tra, que estará en el espacio de arte «Heliodoro Guillén Piedemonti» (Diario
Información de Alicante, 3-2-10).
4. Blanco no se atrevió, sin embargo, a dar una fecha concreta de llegada
del ave a Castellón, sólo aseguró que los tramos estarán en obras este año
(El País, 3-2-10).

Mostrar
1. Andalucía informará a los usuarios de hospitales del coste de su aten-
ción. El objetivo es doble: mostrar a los usuarios que sus impuestos se apli-
can bien y concienciarles del coste (El País, 28-1-10)
2. Medio centenar de modelos de los inventos de Leonardo Da Vinci, así
como 18 reproducciones de sus obras pictóricas tan influyentes como «La
Gioconda», integran una exposición «excepcional» que se muestra en León
por primera vez en España y que revela el ingenio de un hombre adelantado
a su tiempo (El Mundo, 3-3-08).
3. La rapidez del iPhone 3G en un anuncio era un engaño. Obligan a
Apple a modificar un anuncio de televisión que mostraba una velocidad de
conexión muy alejada de la realidad. El anuncio televisivo, que señalaba que
la conexión a Internet en el teléfono era «realmente rápida», mostraba un
primer plano del producto buscando un página de noticias por Internet, ma-
pas de Google y descargando un archivo, con tiempos de espera de apenas
una fracción de segundo (Público, 27-11-08).
4. En cada nuevo modelo, aligeraba el peso (hasta llegar al actual de 24
kilos, para el traje completo y 15 para la mitad inferior) y lo hacía más efi-
Léxico de uso en español actual: ejercicios de corrección y ampliación 277

ciente. El traje se mostraba al público por primera vez en junio de 2005 en


la Exposición Mundial de Aich (Japón) (El País, 11-4-08).

Salir
1. El Banco de España sale de su letargo (Público, 23-10-09).
2. Montserrat Caballé y «El Cigala» grabarán juntos un disco y saldrán
de gira (Público, 5-2-10).
3. Los bajos tipos de interés ayudarán a países como Grecia, España y
Portugal a salir de la recesión pero pueden crear presiones inflacionistas en
aquellos que ya han iniciado la recuperación como Alemania y Francia (La
Razón, 5-1-10).
4. Una vez salió de este domicilio, pensó que la culpa de todos sus males
era de su primo, Ramón, con el que mantenía amistad, por lo que decidió
irse al corral de éste, en el que guardaba gasolina para una máquina de la-
branza, llenó dos botellas de este inflamable y se fue a la vivienda de su tía,
en la misma localidad (El Mundo, 1-12-09).

Ser
1. La «dualidad» es la convivencia de contratos fijos y temporales (El
Mundo, 26-1-10).
2. Llorens asegura que el sobrecoste de las obras es por las demandas de
los vecinos (La Verdad, 21-1-10).
3. El Consejo de Estado confirma que la ley de cajas gallegas es incons-
titucional (La Razón, 5-1-10).
4. En el primer semestre de 2010, el de la Innovación europea con pre-
sidencia española, Valencia tiene la oportunidad de avanzar sólidamente en
los «city rankings» con el inicio de la ejecución del pcv, el cual podría ser el
parque más ecológico y socialmente rentable de España (Levante, 3-2-10).

Poner
1. La dimisión del primer edil por la presión urbanística de la Junta ha
puesto en la picota de los medios de comunicación a Carratraca, una pobla-
ción que pocas veces sale en la prensa (La Verdad, 21-1-10).
2. La jugada de Guti es el mejor representante de lo que digo, jugada
trenzada y genialidad, sólo al alcance de jugadores especiales, para demos-
trar que la plantilla está dispuesta a poner en el terreno de juego todo lo
necesario para dar alcance al Barcelona y para utilizar como argumento la
técnica y la capacidad de sacrificio que hacen grandes a los equipos (Marca,
5-2-10).
3. El Ayuntamiento de Benissa ha puesto en marcha la primera fase del
proyecto para el aprovechamiento de las aguas residuales depuradas que la
edar Benissa-Senija vierte en el barranco de Quisi (El Mundo, 28-1-10).
4. Canales pone la guinda. Marca el último tanto de la goleada a Osasuna
y el Racing se clasifica para las semifinales (El Mundo, 28-1-10).
278 Marta Pilar Montañez Mesas

Otras proformas no verbales: cosa, el mismo, la misma…


1. El fabricante inglés de automóviles Aston Martin (que motoriza al
espía James Bond) dio ayer la alternativa al Rapide, su nuevo modelo, en
el Mercado Central de Valencia. Lo fabricará por encargo y costará hasta
250.000 euros: dependerá, entre otras cosas, del tono que el comprador elija
para el cuero de los asientos (El País, 3-2-10).
2. En términos similares se expresó la presidenta del Parlamento, la tam-
bién popular Arantza Quiroga, al señalar que una cosa es la legalidad y otra
«la moral» (El País, 3-2-10).

Texto
Por último, le proponemos el siguiente texto, en el que apa-
recen varias proformas para que las localice y sustituya por
otras de significado más específico:
Cobo ha hecho estas declaraciones tras la reunión semanal del Gobierno
municipal de Madrid después de que ayer recibiera del citado comité la co-
municación de su sanción por las acusaciones a Aguirre —en plena batalla
por el control de Caja Madrid—, con las que, según ha opinado hoy, estaba
defendiendo a su partido. Preguntado si volvería a formular esas críticas,
ha contestado que es su «deseo» y le «encantaría», y cree que será así, que
«nunca se vuelvan a dar las circunstancias que se estaban produciendo los
días previos a esa entrevista», en el diario El País, en la que dijo que «es de
vómito» lo que «personas cercanas, hoy, a Esperanza Aguirre» están hacien-
do para evitar que Rato sea presidente de Caja Madrid. A pesar de ello, el
número dos de Alberto Ruiz-Gallardón ha dicho estar «triste» porque para él
es «muy importante» ser militante del pp, se encuentra «a disgusto» no sién-
dolo y «nunca» estará «satisfecho» si «un sólo día» no es militante. Aunque
ha admitido que le gustaría que la sanción fuera menor a ese año propuesto,
y por ello alegará contra los cargos que se han hecho —sin revelar en qué
términos—, ha reiterado que aceptará la sanción que se le imponga. «Por
quien me la tiene que imponer, —ha matizado— no por otras personas a las
que no corresponde» (Diario Jaén, 28-1-10).

2.2. Uso del diccionario


La corrección en el uso del vocabulario se adquiere por su
aplicación en un contexto concreto, pero para ello es preciso
conocer primero la noción básica que expresa cada término.
En este sentido, es imprescindible el uso del diccionario como
Léxico de uso en español actual: ejercicios de corrección y ampliación 279

herramienta indispensable al acometer la lectura de un dis-


curso con voces nuevas para nosotros. Con los ejercicios si-
guientes conocerá algunas palabras y sus definiciones:
A) Asocie la siguiente lista cerrada de palabras a las defi-
niciones que propone el drae (no siempre hemos tomado la
primera acepción de la palabra, como indica el número que
precede a las definiciones). Le indicamos, además, la catego-
ría gramatical para que pueda conocer las particularidades de
su construcción:

Fluctuación, envilecer, autóctono, vernácula, flanquear, palmario, verbigracia,


ácrata, desmán, acicate, suscitar

a) 3. f. Irresolución, indeterminación o duda con que alguien vacila, sin acertar


a resolverse.
b) 2. tr. Hacer que descienda el valor de una moneda, un producto, una acción
de bolsa, etc. U. t. c. prnl.
c) 1. adj. Claro, patente, manifiesto.
d) 1. m. Exceso, desorden, tropelía.
e) 3. m. incentivo.
f) 1. adj. Dicho especialmente del idioma o lengua: Doméstico, nativo, de nues-
tra casa o país.
g) 1. m. ejemplo (hecho, texto o cláusula que se cita para autorizar un aser-
to).
h) 1. adj. Partidario de la supresión de toda autoridad. U. t. c. s.
i) 1. tr. Levantar, promover.
j) 1. tr. Estar colocado al flanco o lado de algo.
k) 1. adj. Se dice de los pueblos o gentes originarios del mismo país en que
viven. Apl. a pers., u.t.c.s.

B) Asocie estas dos listas para practicar la sinonimia de las


palabras subrayadas:
Se obtuvieron pingües beneficios 1) padece, sufre
En detrimento de su bienestar 2) acerca de
Fue error o desmán 3) en perjuicio
Estamos a nivel de Europa en salud 4) abundantes
Polémica en torno a la fiesta taurina 5) a la altura
Adolece de falta de vigor 6) exceso, desgracia
280 Marta Pilar Montañez Mesas

C) Los parónimos son vocablos que, por su semejanza


formal, suelen confundirse en el discurso. Por ello, le propo-
nemos este ejercicio de selección múltiple con el que intente
deslindar los significados de estos «falsos amigos». Para com-
pletar la actividad e incrementar el caudal léxico, sería reco-
mendable que buscase en el diccionario el significado de las
demás opciones con tal de solventar cualquier duda de uso y
aplicación al contexto de cada uno:
1. Llega por fin Windows 7, más fácil y _________ que Vista. El sistema
operativo estará disponible el 22 de octubre (El País, 23-9-09). (accesible /
asequible / factible / posible)
2. Se trata de resarcir al Consistorio marbellí de un ____________ patri-
monial cifrado en un total de 257 millones de euros —por gastos sin
justificar debidamente— correspondiente a la etapa 1991-1999. (El Mundo,
5-2-10). (prejuicio / perjuicio)
3. El desmantelamiento de la guerra contra el terror no sólo exige de
Obama renunciar a sus instrumentos más ____________, como está hacien-
do, sino también lidiar con la larga estela de sus consecuencias jurídicas. (El
País, 21-4-09). (inocuo / inicuo)
4. La Policía Nacional había restringido sobremanera el acceso a la zona,
convirtiendo el casco histórico de Salamanca en un laberinto ____________
para cualquiera que quisiera acercarse al lugar de los hechos. (El Mundo,
19-1-06). (inexpugnable / inextricable)
5. Según el sindicato, el trabajador no estaba ____________ de las medi-
das de seguridad reglamentarias y no llevaba puesto arnés ni otro tipo de
protección. (El País, 25-11-09). (provisto / previsto)

D) Complete con esta lista cerrada de palabras los siguien-


tes enunciados como práctica de ampliación léxica:

Adular, anacrónico, atisbo, coadyuvar, contumaz, diáspora, eximir, idiosincrasia,


ímprobo, incólume, inefable, óbice, petulancia, pléyade, reconvenir, sibarita

1. El mal tiempo, con precipitaciones intermitentes, no fue


para que miles de pequeños se echarán a la calle para ver el paso de los mul-
ticolores desfiles y, de paso, hacerse con algunos de los regalos que lanzaban
los participantes (El País, 6-1-10).
2. Para que un país avance, aseguró, necesita «la verdad». «Gobernar no
es a la ciudadanía; por eso intenté decir la verdad, llamar
a la unidad y ser consecuente» (El País, 17-4-09).
Léxico de uso en español actual: ejercicios de corrección y ampliación 281

3. Otra de las enmiendas aprobadas a la oposición fue la que permite


a los municipios del pago de las publicaciones en el Boletín Ofi-
cial de Canarias cuando estas publicaciones sean de oficio (Abc, 23-12-09).
4. Shane Gray (Joe Jonas) integra el aclamado trío Connect 3 junto a sus
dos hermanos. Estos, hartos de la y chulería de Shane, le
cargan con la responsabilidad de impartir clases de baile en «Camp Rock»
(El Mundo, 9-12-09).
5. Las duchas del velódromo de Roubaix son especiales para los ciclistas.
Paredes de granito, estrechas, de aspecto . Nada que ver
con las de las habitaciones de los hoteles, o las de los lujosos autobuses de
los equipos (El Mundo, 8-2-10).
6. A cada paso, [se encuentra] un monumento eclesiástico o civil con el
que gozar del paso del tiempo y las modificacio-
nes que eso ha supuesto para el arte (El País, 23-9-09).
7. A partir de ese sorprendente inicio la trama sigue el curso usual de la
ciencia ficción (sin olvidar del todo la estética verité: cámara en mano, voces
de reporteros, etc.), incurriendo incluso en un «momento transformer» en el
clímax final que aúna de forma lo sublime y lo
ridículo (Abc, 11-9-09).
8. La misión de los zoos del siglo xxi se articula en tres objetivos funda-
mentales: a la educación del visitante, constituir un lu-
gar de esparcimiento y colaborar en la conservación de las especies y de sus
hábitats (Público, 13-11-07).
9. Estados Unidos recuperó el trono olímpico que ganó por última vez en
Sydney 2000 y que le arrebató Argentina, bronce en la capital china, cuatro
años más tarde, mientras que España repitió la plata de ensueño que se ganó
en Los Ángeles’84 frente a otra de estrellas de la nba, en-
tre ellos un tal Michael Jordan, Pat Ewing o Chris Mullin (Diario Ya, 24-8-
09).
10. El «paddock» del circuito es tan viejo que cuesta creer que la
Fórmula 1 pare en sus dependencias (Abc, 19-10-09).
11. Nuestras sociedades occidentales, con una larga historia de moral de
la culpabilidad, han tendido a señalar acusadoramente todo comportamien-
to y actitud de consumo que se saliese del marco de la necesidad, condenan-
do todo de derroche (Cinco Días, 16-1-10).
12. Los inculpados, de forma , se han negado a decir
qué destino dieron al cuerpo, llegando incluso a ofrecer distintas versiones
todas ellas erráticas a sabiendas de que de esta forma los familiares de Mar-
ta no podrían dar sepultura a su cuerpo (Público, 29-1-10).
13. La India es una de las mayores del mundo, con
unos 30 millones de personas de origen indio diseminados por los cinco
continentes (El Mundo, 8-1-10).
14. La del rcra es en este caso un valor añadido que resalta los
rasgos que han propiciado que sea un símbolo del alicantinismo y un repre-
sentante social de primer orden (Diario Información de Alicante, 20-1-10).
282 Marta Pilar Montañez Mesas

15. En Moncloa conocen bien la obsesión de Espinosa por su privacidad


y la de su familia, y se han hecho esfuerzos para que los me-
dios de comunicación actúen con exquisita prudencia tanto con ella como,
sobre todo, con sus hijas (El Mundo, 26-1-10).

E) Practique su disponibilidad léxica. Añada al menos tres


formas posibles que puedan rellenar los huecos y construir
un texto coherente y cohesionado. Pueden ser sinónimos o
expresiones sinonímicas (no de lengua, sino en el referente),
u otras formas como los deícticos:
Ej. Miguel de Cervantes, autor de El Quijote, fue un gran luchador. El
escritor/novelista/autor pasó largos años en la guerra luchando/pugnando/
combatiendo (gerundio) por su país, aunque no sabemos si era muy patrio-
ta, sí fue un gran defensor de su patria/nación/país/estado.

1. El detonante ________, sin embargo, es la normativa autonómica so-


bre Educación para la Ciudadanía en inglés, de la que piden su retirada y
reclaman _________ «autonomía» docente, de cátedra y de organización de
cada centro para impartir la asignatura en igualdad de condiciones con el
resto de materias.
2. Cierta opinión sostiene, respecto a la nobleza, que, en la democracia,
no caben diferenciaciones por herencia y, por tanto, si persistieran ________,
hay que motejarlas de anacrónicas (Abc, 20-1-10).
3. La experiencia ha demostrado, en América Latina y en todo el sur
del mundo, que los expertos___________ internacionales son tan útiles
___________ como los dictadores militares, quizá más, y resultan mucho más
presentables, porque matan ___________ para ayudar a sus víctimas (El País
Semanal, 7-2-10).

F) Cada enunciado de los siguientes presenta repeticiones


léxicas innecesarias. Añada un sinónimo a una de las palabras
subrayadas para evitarlo:
1. Es por ello que se procede «a dejar sin efectos el mencionado artículo
para proceder a una revisión que evite interpretaciones incorrectas». Por lo
que respecta a esta revisión del artículo 20, Luque anunció que los procedi-
mientos de análisis «están abiertos» y que se va a proceder a su revisión «con
carácter inmediato» (Abc, 26-1-10).
2. El Barcelona remontaba así la remontada de Osasuna y terminaba
conquistando un Reyno que quedó dañado por el huracán argentino (Marca,
11-1-09).
Léxico de uso en español actual: ejercicios de corrección y ampliación 283

3. Para Rajoy, los factores económicos han podido ser decisivos en la


decisión de los estadounidenses para apoyar masivamente a Obama, ha afir-
mado en declaraciones a la Cadena Ser (El País, 5-11-08).
4. La ciudad [que] Guy Ritchie ha querido reflejar es un lugar en el que
tienen lugar cambios repentinos (Gaceta Universitaria, 9-12-08).
5. Los jóvenes españoles cada vez comienzan antes a vivir como adultos.
[...] La clave es que cada vez dejan de estudiar y se ponen a trabajar antes
[...]. Que cada vez tengan más recursos no significa que sean suficientes. [...]
Con una situación económica que cada vez es peor (Qué!, 10-12-08).
6. Antonio Serrano dijo que pedía el amparo de la Diputación Provincial
«para que no se ningunee ni al alcalde de Almansa, ni a ningún otro de la
provincia. Quien ningunea al alcalde, democráticamente elegido, ningunea
al pueblo» (<www.lacerca.com>, 6-12-08)
7. De hecho, su relación con la izquierda abertzale de la Universidad es
confusa, ya que una parte del profesorado radical le ha brindado su apo-
yo público, mientras que ayer —un día antes de la jornada de reflexión de
hoy— la izquierda abertzale hizo público un comunicado negando su apoyo
tanto a Goirizelaia como a la candidata del cambio, Marisol Esteban (Abc,
3-12-08).
8. Estas marcas «tenían comprometidas unas fabricaciones con las fá-
bricas», que se han convertido en stock en los concesionarios, por lo que
«tenemos que sacarlo vía kilómetro cero y gerencia» (adn, 5-12-08).
9. Además, desde el club se considera que la semana en la que el jugador
estará inactivo —no jugará ante el Villarreal, el miércoles ante el Racing y
el domingo 18 ante el Athletic— vendrá bien para que el lateral lisboeta, el
jugador de campo que más minutos lleva disputados, guarde reposo y se
recupere de las molestias en el costado que arrastra en las últimas semanas
(Levante, 10-1-09).

G) Corrija los errores léxicos (o léxico-semánticos) que lo-


calice en los siguientes enunciados reales:
1. El psoe cosecha dos nuevas derrotas en el Congreso por tercer Pleno
consecutivo (elEconomista.es, 11-2-10).
2. Aldaia dona ayudas de 95 000 euros a las oenegés (Las Provincias,
26-12-08, titular).
3. Alarde de buenismo (Abc, 21-10-08, titular).
4. Nos van a quitar poco a poco la funesta manía de divertirnos y van a
volver a las andanas con que aquí venimos a sufrir (Abc, 18-11-08).
5. La leyenda negra que siempre ha acompañado a la familia Borgia fue
uno de los obstáculos principales que hubo que saltear a la hora de hacer la
película (adn, 9-1-08).
6. Fernando Gómez está haciendo auténticos malabares para reforzar el
equipo durante el mes de enero (Marca, 24-12-08).
284 Marta Pilar Montañez Mesas

7. La policía baraja que el fuego de la plaza de toros se inició por unos


petardos (Las Provincias, 19-12-08).
8. En la nave que recae a la calle Micer Mascó se han derribado muros
transversales de carga para excavar el suelo y construir un sótano en el que
se ubicará el archivo (Metro, 9-1-09).
9. La zona norte de Zacatecas sufre desabasto de gas licuado de petróleo
(lp), debido a secuestros exprés y extorsiones de personal gerencial de las
empresas distribuidoras (<www.ElUniversal.com.mx>, 15-1-09).
10. Félix Sabroso se muestra tajante con la nueva cinta que firma junto a
Dunia Ayaso, Los años desnudos. Clasificada S, que el viernes llega a las car-
teleras patrias. «Queríamos contar una historia sobre los hombres y mujeres
que fueron nuestros padres, nuestros tíos y tías, y sobre cómo se relaciona-
ban entre sí». Y para hacerlo utilizan el cine patrio de finales de los setenta:
el cine del destape (Metro, 21-10-08).

H) Asocie cada palabra a sus antónimos:

disuadir, estéril, tácito, vetar, díscolo, inútil, optar, embriagado, elegir, implícito,
yermo, orate, ebrio, desanimar, inexperto, rechazar

persuadir _______________ ducho _______________


votar _______________ descartar _______________
sobrio _______________ explícito _______________
cuerdo _______________ fértil _______________

I) Sustituya las palabras sobredimensionadas3 por sus


equivalentes simples:
— problemática >
— climatología >
— inicializar >
— nominalizar >
— rumorología >
— concienciamiento >
— agilizamiento >
— posicionamiento >
— objetivizar >

3
Se consideran sobredimensionadas las palabras que alargan su número
de sílabas por la preferencia del hablante hacia los vocablos polisílabos
o archisílabos, como los ha denominado también A. Arteta (<www.fun-
deu.es>).
Léxico de uso en español actual: ejercicios de corrección y ampliación 285

J) Enlace cada palabra de la columna de la izquierda con


los sinónimos de la lista de la derecha:
proclive pariente, familiar
talento cumplimiento
grey concejal
escrutinio avergonzado
azuzar propenso
observancia ingenio
vergonzante incitar, estimular
edil recuento, cómputo
allegado estirpe, raza

K) Detecte y corrija las impropiedades léxicas4, redundan-


cias5 o pleonasmos de los siguientes textos:
1. Hoy el paisaje se ha transformado radicalmente y las formas de
consumo han dado un giro de 360 grados. El cd parece vivir su recta
final mientras Internet y los soportes inmateriales han supuesto un
tsunami en los hábitos musicales (El País, 17-8-09).
2. La franja de edad más habitual es de los 15 a los 19 años (43,7%),
una cifra que va descendiendo a medida que el público se hace más mayor
(Levante, 8-12-08).
3. Sancho el Sabio premia sendos trabajos sobre el arte y los movimien-
tos sociales (Gara, 11-11-08, edición digital).
4. Los comercios del centro anuncian unas rebajas muy espectaculares
(Qué!, 7-1-09).
5. [Texto sobre ordenadores] Según los expertos, es muy complicado que
los padres eduquen a sus hijos sobre un utensilio que ellos desconocen, y a
la brecha generacional se suma muchas veces una digital.
6. Escapa vivo de un coche en llamas en el que le encerraron (Qué!, 29-
10-08).
7. En cuanto a los tratamientos, el responsable de esta asociación desta-
có que se incorporan nuevos tratamientos y destacó la técnica diagnóstica
con isótopos radiactivos para detectar si los ganglios de la axila están no

4
Entendemos como impropiedades léxicas los usos inadecuados de cier-
tas expresiones al no ajustarse a la definición que ofrece el diccionario
o al confundirse su significado con el de otra palabra o expresión.
5
La redundancia se produce cuando se emplean dos términos juntos con
idéntico significado, por lo que la expresión resulta redundante: subir
arriba. Son casos de pleonasmo voces como *autosuicidio, porque no
se puede «suicidar» a otro, eso sería homicidio (al respecto, v. Fundéu:
<www.fundeu.es>).
286 Marta Pilar Montañez Mesas

afectados lo que reduce el número de casos en los que es necesario extir-


parlo y evita los problemas asociados a ello (linfedema) (Diario de Teruel,
17-10-08).
8. Las medidas dejan de ser un enunciado de principios y objetivan crite-
rios que pasarán a tener validez en pocos años, traerán consecuencias inédi-
tas no solo para los inmigrantes irregulares, que serán expulsados, sino tam-
bién para la relación de política externa de Europa con el resto del mundo.
9. «Lo que estamos montando es el primer parque de energía maremo-
triz del mundo», explica Antonio Sa da Costa, de Enersis, «y esto no está
exento de riesgos» (El Mundo, 2-10-07).
10 Descartada la ex cantante de La Oreja de Van Gogh, no tardaron en
‘endiñarle’ al futbolista del Real Madrid otra supuesta novia, esta vez Amaia
Salamanca (Las Provincias, 11-1-10).

L) En el siguiente texto hay palabras mal empleadas por-


que se han confundido con homónimos6 o parónimos. Descú-
bralas.
1. La leyenda también habla del Priorato de Sión. Su existencia sí es
cierta y constatable. Lo que ya forma parte del acerbo es que fueran los cus-
todios de esa copa, o más que del objeto, de la sangre real; de la estirpe del
mismo Jesús de Nazaret y su posible descendencia (El Mundo, 5-1-09).
2. No hemos mantenido ningún contacto con Rouco Varela ni con la
iglesia. De hecho, la Iglesia no sabe nada a cerca del proyecto (<www.dia-
rioya.com>, 7-1-09).
3. Sobretodo, el hecho que se le imputa es el lanzamiento de la silla, no
ha podido acreditarse en ningún lugar (El País, 3-12-08).

6
Son homónimas dos o más personas o cosas que llevan un mismo nom-
bre. Como categoría lingüística se subdivide en homófonos —palabras
con igual sonido y diferente significado: tubo y tuvo— y homógrafos
—con similar escritura y distinto significado: haya, ‘árbol’ y forma ver-
bal haber—.

Los parónimos son vocablos parecidos por su forma o sonido; pero con
diferente significado, como azar y azahar.

Como hiperónimo se conoce a la palabra cuyo significado incluye el de
otra u otras: pájaro con respecto a zunzún y gorrión; ropa, respecto a ca-
misa y blusa. A su vez zunzún y gorrión, y camisa y blusa son hipónimos
—palabras cuyo significado está incluido en el de otra (<www.fundeu.
es>, M.ª L. García Moreno, «Del idioma: para componer palabras…»,
última consulta, 31-1-10).
Léxico de uso en español actual: ejercicios de corrección y ampliación 287

4. En esa propina, con los elementos justos, el Cajasol se reveló contra


todo en un ataque de testosterona que recordó al de hace dos temporadas en
el mismo escenario, aunque éste tuviera más mérito si cabe (Abc, 27-10-08).
5. El 2 de junio a D’Zhana se le transplantó un primer corazón (El Mun-
do, 21-11-08).
6. Pero más complicado es decidir qué hacer con los más de 100 presos
que, según el propio Gobierno norteamericano, deberían de ser liberados
por falta de pruebas (El País, 21-12-08).

M) Piense un hiperónimo para cada grupo de palabras pro-


puestas como hipónimos7:
a) Hurto, sisa, mengua, sangrado, sustracción:
b) Interrogar, inquirir, investigar:
c) Instigar, incitar, inducir:
d) Ignorar, desobedecer, desatender, pasar:
e) antiguo, obsoleto, anacrónico, demodé, caduco:
f) ensalzar, encomiar, laudar, loar, elogiar:

N) Cambie los marcadores del discurso inexactos o repe-


tidos en los siguientes textos por otros más precisos. Puede
consultar el dpd y también el dpde (Diccionario de partículas
discursivas del español, disponible en la dirección <www.
dpde.es>):
1. Hemos oído a observadores occidentales, a médicos, a enfermeros
venidos de todo el mundo expresar su cólera porque los heridos mueren
mientras son trasladados porque las carreteras están cortadas (La Vanguar-
dia, 10-1-2008).
2. Actualmente se siguen dando clases tanto en la Facultad de Filología
como en el Aulari 5, así que lo único que se ha conseguido es liberar de
clases prácticas a unas instalaciones adaptadas y no conformadas para tales
talleres.
3. Al parecer, algunas voces comentan que, aunque nunca había sucedi-
do algo de semejante magnitud, ya que se podría decir que el hecho de que
la agresora fuera una mujer herida y maltratada agrava la situación, sí se
habían producido otras agresiones, aunque de menor grado.
4. Según Gabilondo, se analizarán las propuestas de todas las comuni-
dades autónomas con el mismo interés y cuidado para buscar un texto base
para el consenso (Abc, 20-1-10).

7
Para la definición de hiperónimo e hipónimo, véase nota anterior.
288 Marta Pilar Montañez Mesas

5. Pero a pesar de que las organizaciones que se encargan de salvaguar-


dar la vida del planeta no paran de avisar, la sociedad sigue haciendo oídos
sordos. Y es que el cambio climático es un hecho que ya se está empezado a
percibir en el ambiente. Cada vez los inviernos son más suaves.
6. Como consecuencia del incendio, la madre, asustada, cubrió al bebé
con varias mantas, se asomó a la ventana y lo mantuvo allí hasta que se le
resbaló y cayó desde el quinto piso. Sin embargo, al caer al suelo, falleció,
según indicaron las mismas fuentes (Las Provincias, 10-1-09).
7. Una joven resulta herida muy grave tras caer por un sexto piso (El
Periódico de Extremadura, 6-1-04).
8. La solución al conflicto vendrá desde el diálogo (Diario Vasco, 9-1-
09).
9. Esta edad ha subido a los 31, debido a los problemas para conciliar
trabajo y familia y a la crisis económica. Cada año que se retrasa la decisión
sobre la maternidad hace que sea más complicado tener un bebé, debido a
que empeora la fertilidad (Qué!, 15-1-09, portada).
10. Pumpido confió en que en una semana, pasadas las fiestas navideñas,
se puedan cubrir los juzgados de apoyo de Nules, a medida de que las plazas
vacantes recuperen a sus titulares y los sustitutos puedan ser enviados a las
que todavía no han empezado ni a ponerse en marcha (Levante, 3-1-09).
11. Por centros, el que más consultas ha recibido ha sido el General de
Alicante, con 60 323 atenciones prestadas; por contra, los que menos consul-
tas han atendido han sido los hospitales de Denia (17 000), Alcoy y Orihuela
(El Periódico Ciudad de Alcoy, 6-1-09).

O) La selección léxica de los textos obedece, en ocasiones,


a fines estilísticos. En los siguientes enunciados aparece un
error estilístico común (el efecto de la rima en un discurso en
prosa) que se evita, simplemente, empleando un sinónimo o
expresión sinonímica. A partir de ello, mejore el estilo de los
siguientes textos.
1. Las puertas de Europa seguirán abiertas para los «calificados», pero
los ilegales serán perseguidos como criminales.
2. El partido republicano reconoció ayer que parte del dinero de sus
donantes ha ido a parar a comprar el vestuario de la gobernadora de Alaska
y de su familia (adn, 23-10-08).
3. La castración química, que fue pensada inicialmente como tratamien-
to contra el cáncer de próstata, es una alternativa a la castración que no pro-
duce dolor en el paciente y que reduce significativamente las consecuencias
psicológicas.
4. Fernando Alonso —fichaje rutilante, llamado a restaurar la época de
éxitos— descendió de un helicóptero, como todos los pilotos anteriores,
Léxico de uso en español actual: ejercicios de corrección y ampliación 289

para saludar a la concurrencia en las jornadas de convivencia de Ferrari


(Abc, 12-1-10).
5. Cuenta Loren en una reciente entrevista a una revista alemana que
se ha quedado alucinada y hasta «preocupada» por lo poco que comen las
estrellas jóvenes (Las Provincias, 11-1-10).

P) La selección léxica, en tanto búsqueda del término más


adecuado y que coadyuve a la intención comunicativa del
texto, constituye el punto central para perfilar el estilo de un
discurso. Así, el léxico deberá elegirse según el efecto que se
pretenda causar en el lector/oyente y siempre estará al servi-
cio del propósito de nuestro texto. Muchas veces se emplean
voces disfemísticas8, metafóricas, expresiones con contenido
ideológico o voces propias de otro registro que configuran un
estilo determinado, que no siempre se adecua al contexto.
Son frecuentes en los artículos de opinión, pero deben evi-
tarse en textos informativos, académicos o científicos. En los
siguientes fragmentos se han empleado voces que añaden un
matiz metafórico para llamar la atención del receptor. Debe
sustituirlas por un término más neutro, con el que, sin embar-
go, se atenuará ese matiz ideológico:
1. El senado tumba los presupuestos de Zapatero por tercera vez al pros-
perar el veto de ERC (El Mundo, 10-12-08).
2. A 500 crías de menos de 15 años les iba a visitar la adolescencia y lo
que se les apareció fue la madurez de las decisiones imposibles (El Mundo,
3-12-08).
3. Demasiado gordo para adoptar (Abc, 13-1-09).
4. Millones de madres de adolescentes europeos tienen razón cuando
repiten la salmodia de te vas a quedar sordo al ver a su criatura con los cascos
puestos (Metro, 14-10-08).
5. Tal vez porque estos días la atención ha estado excesivamente centra-
da en la elección del nuevo presidente americano, apenas se ha comentado
un suceso tan horrible como ha sido la ejecución por lapidación de una
niñita de 13 ó 14 años en Somalia, un asesinato perpetrado con el ritual del
integrismo más cruel, y con la presencia de una multitud que se complacía

8
Un disfemismo es el «modo de decir que consiste en nombrar una rea-
lidad con una expresión peyorativa o con intención de rebajarla de ca-
tegoría, en oposición a eufemismo» (drae, s. v. disfemismo). Sobre eufe-
mismos y disfemismos, véase el capítulo 12 de este volumen.
290 Marta Pilar Montañez Mesas

con la visión de un espectáculo tan espeluznante, que todavía perdura en


algunos países (El Mundo, 10-11-08).
6. Otros indicios apuntan a que EE. UU., el único país con capacidad
para dar un tirón de orejas a Israel, busca también el fin de la agresión a
Gaza, aunque su presión política tampoco sea excesiva (El País, 14-1-09).
7. Me consta que Mijatovic, Bucero y Portugal se han trillado todos los
mercados (Marca, 10-1-09).
8. Las pymes catalanas ligan por primera vez inmigración y aumento de
inseguridad (Abc, 20-1-10).
9. La táctica le salió bien a David frente a Goliat, pues Bakari falló más
que una escopeta de feria (Abc, 12-1-09).
10. (El ibex) Reconquistó los 12 000 (Abc, 20-1-10).

Q) En otros casos, el contenido léxico se transmite median-


te el uso de expresiones latinas de uso común en la prensa y
en otros textos no periodísticos, como los documentos cientí-
ficos y los humanísticos y, sobre todo, en los jurídicos. Te pro-
ponemos que parafrasees las formas latinas9 de los siguientes
fragmentos con otras estructuras equivalentes en español:
1. Los romanos habían oído decir que el Limia era un río del olvido,
como el Leteo del Hades, que quien lo cruzaba se quedaba in albis, incapaz
de recordar nada, ni el número de sandalia que calzaba (El País, El Viajero,
24-10-09).
2. Así pues, no debe descartarse que en Afganistán se repita, mu-
tatis mutandis, lo que sucedió en Vietnam e Irán (El País, 19-8-09).
3. La 33.ª Copa del América costará 7,8 millones de euros, según aprobó
ayer el Consorcio —integrado por las tres administraciones: local, autonó-
mica y central—. Esos 7.858.000 euros se ingresarán a través de acuerdos de
patrocinio, según la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, que ejerce la presi-
dencia de este organismo creado ad hoc para la organización de esta compe-
tición náutica, que ya se celebró en la ciudad en 2007 (El País, 26-1-10).
4. Manuel Moix no ve delito a priori en que Granados encargue informes
(El Mundo, 19-1-09).
5. Cuatro días después, el 18, la Audiencia Provincial de Madrid
emitía un auto que negaba a posteriori al coni el derecho a acceder a
esa bolsa y analizarla repitiendo los argumentos pronunciados nue-
ve meses antes por el Juzgado número 31 de Madrid (El País, 5-2-10).
6. El PP presionó «in extremis» a Génova para evitar la expulsión de
Costa (El Mundo, 28-1-10).

9
Te recordamos que estas expresiones deben escribirse en cursiva o en-
tre comillas al tratarse de formas procedentes de otra lengua.
Léxico de uso en español actual: ejercicios de corrección y ampliación 291

7. Todos ellos nadaban en océanos de dinero, y, grosso modo, Es-


paña estaba en sus manos (y en sus cartillas del banco) (Magazine,
6-12-09).
8. El presidente interrumpe por sorpresa una rueda de prensa en la Casa
Blanca y le roba la palabra a su portavoz para anunciar motu proprio la
retirada del juez del Supremo David Soulter (Público, 2-5-09).
9. La dirección de las dos entidades debía reunirse hoy con los represen-
tantes de los trabajadores para alcanzar un acuerdo laboral y suscribir la
fusión mañana en sus consejos de administración. Ambas citas se aplazaron
el sábado sine die (El País, 29-12-09).
Capítulo 11
OBRAS DE REFERENCIA PARA LAS
NORMAS Y USOS CORRECTOS DEL
ESPAÑOL: INSTRUCCIONES DE USO

Virginia González García


Universitat de València

0. Introducción
En la etapa preuniversitaria, por norma general, los es-
tudiantes han tenido contacto con dos tipos de diccionario:
el diccionario bilingüe y el monolingüe de castellano. Como
docentes, a todos nos consta que el criterio para seleccionar
dichas obras de consulta suele venir condicionado por la co-
modidad. Los estudiantes reconocen acudir al diccionario
que «había en casa» y son minoría los que se acercan a la
biblioteca para consultar diccionarios o cualquier otra obra
de referencia.
Por otro lado, en las últimas décadas ha aumentado con-
siderablemente el número de obras lingüísticas de referencia
a las que se puede acceder a través de Internet. Una consulta
del grupo «diccionarios de español en Internet» en Google, el
motor de búsqueda más utilizado en España, arroja tal canti-
dad de resultados que cualquier usuario puede sentirse clara-
mente desorientado y acudir, de nuevo, al primer enlace que
aparezca, o al que resulte más atractivo visualmente.
Del mismo modo, al llegar a la Universidad, los estudiantes
pueden sentirse abrumados por la profusión de diccionarios
(de los más variados tipos) que invaden las estanterías de las
bibliotecas universitarias.
294 Virginia González García

Con respecto a los diccionarios, además, muchos usuarios


parten de una concepción errónea o simplista de estas obras,
pues suponen que solo sirven para saber el significado de una
palabra, e ignoran que en ellos se hallan muchas orientacio-
nes para el uso correcto de las palabras y que no existe solo
un tipo de obra lexicográfica, sino muchas otras que pueden
resolver nuestras dudas como hablantes o escritores preocu-
pados por el uso correcto de la lengua.
Asimismo, se conocen poco las obras no lexicográficas que
pueden servir de referencia a los usuarios de la lengua. Por lo
general, los estudiantes de primer curso de Filología, Perio-
dismo, Humanidades, Traducción e Historia no han tenido
una Gramática entre sus manos y desconocen qué es un libro
de estilo o los recursos de que disponen en la web 2.0.
Ante este panorama, parece conveniente guiar a nuestros
estudiantes en la selva de obras de referencia que invaden las
estanterías de las bibliotecas y las páginas de Internet, ofre-
cerles una selección de las obras más útiles para mejorar la
calidad de sus escritos e intervenciones y perseguir la correc-
ción según las normas del español, sin olvidar invitarles a que
se sumerjan en ellas y encuentren los recursos que más con-
vienen a sus intereses y objetivos.
Las líneas que siguen pretenden servir de guía de manejo
de las obras principales de referencia que se centran en las
normas y usos correctos de la lengua española. Los lectores
observarán la especial atención que se ha prestado a los recur-
sos que nos proporcionan las tecnologías de la información y
la comunicación, por su fácil accesibilidad para los usuarios
y por haber mejorado su calidad considerablemente durante
la última década.
Obras de referencia para las normas y usos correctos del español 295

1. Diccionarios generales
1.1. El Diccionario de la lengua española de la Real Academia
Española
1.1.1. ¿Qué léxico recoge el drae?
¿Si una palabra no está en el diccionario, no existe?

En las «Advertencias para el uso de este diccionario», la


rae (2001: xxxiii) afirma que el diccionario «pretende reco-
ger el léxico general de lengua hablada en España y en los
países hispánicos». Se insiste, además, en el hecho de que,
ante la imposibilidad de recoger todo el léxico, en el caso de
los dialectalismos, tecnicismos, vulgarismos, coloquialismos,
arcaísmos, etc., se ha procedido a realizar una selección que
se centra en recoger aquellos usos más «extendidos o caracte-
rísticos» (rae, 2001: xxxiii)1.
Siempre gobernado por el criterio de frecuencia de uso,
además de los tipos de palabras que todos tenemos en mente,
el drae recoge también siglas y acrónimos: cd-rom, tac, dvd;
marcas registradas que se utilizan como sustantivos comu-
nes: celo, rímel; prefijos y sufijos con capacidad productiva:
-ería, ante-.
Con respecto a los derivados y compuestos, la Academia ha
introducido en el diccionario aquellos que han sido consen-
suados en sus plenos, por lo tanto no aparecen todas las po-
sibilidades de creación morfológica de una palabra. Los au-
mentativos y diminutos se incluyen cuando poseen un valor
semántico diferente al de su término primitivo: pañuelo, ga-
tillo, cejilla, etc. Cuando esto no sucede, se incluyen aquellos

1
Para tomar decisiones al respecto, los lexicógrafos académicos cuentan
con el filtro que ejerce el Banco de datos de la rae, formado por dos
grandes corpus: corde (Corpus Diacrónico del Español) y crea (Corpus
de Referencia del Español Actual), que en total suman más de 400 mi-
llones de formas.
296 Virginia González García

que modifican la raíz para formarse o siguen procesos que se


apartan de la norma habitual: guapetón, bonachón. Este cri-
terio se aplica también en el tratamiento de los superlativos:
acérrimo, paupérrimo, etc.
Tampoco aparecen en el diccionario los participios de pa-
sado, a no ser que hayan adquirido significados diferentes o
tengan una formación irregular. Cuando se recoge un partici-
pio, no se señalan las acepciones que corresponden a las del
verbo del que deriva. Sí aparecen, sin embargo, las acepciones
que tienen un uso sustantivo.
No se encuentran, por lo tanto, en el diccionario académi-
co, elementos más propios de una enciclopedia, como nom-
bres propios de países, personalidades ni términos muy espe-
cializados o extranjerismos cuyo uso no viene avalado por la
tradición.
En este punto conviene traer a colación las ideas de Ga-
rriga y Martínez (2005: 59), quienes consideran que «hay
un aspecto en el que el diccionario sigue teniendo un poder
casi mágico: el reconocimiento de una palabra como parte
del léxico de una lengua». No sorprende, por tanto, que los
estudiantes acudan al diccionario para confirmar si el uso
que hacen de determinado término es correcto o si «existe»
tal o cual palabra. Hay que tener en cuenta las limitaciones
del diccionario y entender, como los académicos anuncian en
sus primeras páginas que, en los ámbitos más alejados de la
lengua general, el diccionario actúa mediante una selección.
Así, por ejemplo, no encontramos los italianismos divisi o
da capo, términos técnicos del lenguaje musical que muchos
hispanohablantes usan cotidianamente. Tampoco encontra-
remos acrónimos como ERE, de uso reciente y muy vigente
en los medios. ¿Significa esto que no existen estas voces? De
ninguna manera, significa que no están en el diccionario, bien
porque se consideran muy especializadas, bien porque son de
reciente creación y la Academia no las incorporará hasta con-
siderarlas suficientemente instaladas en el uso.
Obras de referencia para las normas y usos correctos del español 297

Esta reflexión nos lleva a determinar el carácter, normativo


o descriptivo, del drae. Si bien hasta hace poco el diccionario
académico poseía un carácter normativo, que rechazaba las
formas contrarias a la norma preceptiva, en los últimos años
se ha producido un cambio de carácter aperturista, de mane-
ra que, como se ha indicado arriba, se introducen también
formas alejadas del estándar que vienen aprobadas por el uso.
Este cambio ha llevado a Haensch y Omeñaca (20042: 62) a
afirmar que el carácter del drae es mixto «es decir, normativo
con ciertos rasgos descriptivos, pero con claro predominio del
criterio normativo».

1.1.2. Los artículos lexicográficos


Un artículo lexicográfico está conformado por todos
aquellos elementos que acompañan a la palabra que se ha
buscado en el diccionario, incluyendo su definición; también
podemos referirnos a este elemento con el nombre de entra-
da. A continuación presentamos el artículo perteneciente a la
voz duende tal como aparece en el drae, y una disección de la
misma entrada en la que se señalan sus partes.
duende. (De duen de casa, dueño de la casa). m. Espíritu fantástico del
que se dice que habita en algunas casas y que travesea, causando en ellas
trastorno y estruendo. Aparece con figura de viejo o de niño en las narracio-
nes tradicionales. ║2. m. restaño1. ║ 3. m. pl. And. Cardos secos y espinosos
que se ponen en las albardillas de las tapias para dificultar el escalo. ║ 4. m.
pl. And. Encanto misterioso e inefable. Los duendes del cante flamenco. ║ an-
dar alguien como un ~, o parecer un ~. frs. coloqs. Aparecer en los lugares
donde no se le esperaba. ║ tener alguien ~. fr. coloq. Traer en la imaginación
algo que le inquieta. ║ 2. Tener encanto, atractivo, etc.
imaginación algo que le inquieta. _ 2. Tener encanto,
atractivo, etc.
298 Virginia González García

Figura1.1.Esquema
Figura Esquema de de
artículo lexicográfico
artículo DRAE.
lexicográfico drae

Aunque
Aunque veremos
veremos algúnalgún elemento
elemento más, esmás,
muy es muy frecuente
frecuente que en un
que en un artículo lexicográfico del drae aparezcan los ele-
artículo lexicográfico del DRAE aparezcan los elementos que se presentan
enmentos
la figuraque se presentan en la figura anterior.
anterior.
El El
lemalema aparece
aparece siempre
siempre marcadomarcado en negrita
en negrita y está consti-
y está constituido por la
tuidoléxica
unidad por laque
unidad léxica
se busca en que se busca en
el diccionario. el diccionario.
Esta unidad puedeEsta
estar
unidad puede estar conformada por una sola palabra,
conformada por una sola palabra, como duende, o por varias: ex aequo, como
duende,
deus o por varias: ex aequo, deus ex máchina.
ex máchina.
ConCon respecto
respecto a la aforma,
la forma, el lema
el lema suele suele aparecer
aparecer en redonda
en redonda y negrita,
como en el ejemplo anterior, pero también puede presentarse en puede
y negrita, como en el ejemplo anterior, pero también cursiva
presentarse
negrita, cuandoen secursiva
trata denegrita, cuandono
extranjerismos se adaptados
trata de extranjeris-
a las reglas
mos nodel
generales adaptados a las reglas
español: carpaccio, ferry,generales
ertzaintza.del español: carpac-
cio, ferry, ertzaintza.
Las palabras que tienen flexión de género, esto es, formas distintas
para Las palabras que
el masculino y eltienen flexiónaparecen
femenino, de género, esto es, formas
desdobladas en su
distintas
lematización: para
2 el masculino y el femenino, aparecen desdobla-
das en su lematización2:
2
Con respecto a la presentación de estos artículos, se informa en la introducción del DRAE
(2001: XXIX): «Para respetar la economía de medios exigible en una obra como esta, se ha seguido
2
Con respecto a la presentación de estos artículos, se informa en la intro-
ducción del drae (2001: xxix): «Para respetar la economía de medios exi-
gible en una obra como esta, se ha seguido recurriendo —como hacen
todos los diccionarios— a los usos gramaticales de nuestra tradición.
Obras de referencia para las normas y usos correctos del español 299

desconfiado, da
corsario, ria
directivo, va

Es posible encontrar, con frecuencia, un número superín-


dice acompañando al lema y, seguidamente, la misma for-
ma con otro número superíndice. Esta distribución indica
que nos hallamos ante palabras homónimas, esto es, pala-
bras que han confluido en una misma forma pero cuyo origen
etimológico es diferente, como se observa en las entradas de
chorizo. En el primer caso la voz tiene su origen en el latín,
mientras que en el segundo caso, se trata de un derivado de
chori, voz del caló.
chorizo1. (Del lat. salsicĭum). m. Pedazo corto de tripa lleno de
carne, regularmente de puerco, picada y adobada, el cual se cura al
humo.
chorizo2, za. (De chori). m. y f. vulg. Ratero, descuidero, ladron-
zuelo.

El superíndice también se utiliza para diferenciar los infi-


nitivos de las formas sustantivadas que derivan de ellos, como
por ejemplo ser1 y ser2.
ser1. (De seer). verbo sust. U. para afirmar del sujeto lo que sig-
nifica el atributo.
ser2. m. Esencia o naturaleza.

Tras el lema, entre paréntesis, aparece la etimología de la


voz escrita en caracteres latinos cursivos, con excepción de las
etimologías griegas, que aparecen escritas con su alfabeto grie-
go. En aquellos casos en los que la etimología de la voz se de-
duce claramente por tratarse de un derivado, esta no aparece.
En el ejemplo de duende que nos ha servido de punto de
partida, aparecen abreviaturas: m., frs. coloqs., And. que res-

Así, las definiciones, especialmente las que utilizan el procedimiento de


la remisión […] a un lema como moción de género, se han redactado
en masculino, respetando el principio de género inclusivo existente en
español».
300 Virginia González García

ponden a diferentes tipos de información. En este caso se re-


fieren a la categoría gramatical y al área dialectal en que la
voz es vigente, pero las marcas, como se llama a estas abre-
viaturas, pueden aportar otros datos de importancia para co-
nocer el uso de la voz que hemos buscado. Normalmente, se
presentan con el mismo orden en el que aparecen explicadas
a continuación.
Como se ha visto, tras la etimología, aparece siempre la
marca gramatical, que abarca desde los sencillos m. (nom-
bre masculino) o adj. (adjetivo), hasta algunas marcas como
com. (nombre común en cuanto al género).
Las marcas de intención del hablante o de valoración
de su mensaje se refieren a elementos como despect. (despec-
tivo), malson. (malsonante), eufem. (eufemístico), etc.
Las marcas de niveles de uso o registro de habla aluden
a elementos como cult., (culto), vulg. (vulgar), infant. (infan-
til), coloq. (coloquial), etc.
Las voces técnicas vienen señaladas, igualmente, mediante
las marcas técnicas correspondientes al campo del saber al
que pertenecen: Quím. (química), Arq. (arquitectura), Heráld.
(heráldica), etc.
Como se ha visto en el caso de duende, los dialectalismos
españoles y las voces y acepciones de América y Filipinas apa-
recen precedidas por una marca geográfica: Col. (Colombia),
Á. Guar. (Área Guaranítica), Val. (Valencia), etc.
El diccionario académico recoge un gran número de pa-
labras con carácter anticuado, con el objeto de facilitar la
comprensión de textos antiguos. La «edad» de estas voces se
señala mediante marcas cronológicas que las clasifican en
cuatro grupos:
— Ant. (anticuado o antiguo): acepciones cuya última documentación
no es posterior a 1500.
— Desus. (desusado): acepciones cuya última documentación es poste-
rior a 1500 pero anterior a 1900.
Obras de referencia para las normas y usos correctos del español 301

— P. us. (poco usado): responde a un criterio de frecuencia más que


cronológico y se aplica a acepciones que se emplean después de 1900, pero
presentan un uso actual difícil o imposible de documentar.
— Germ. (germanía): con esta marca señalan las voces de germanía, jer-
ga de ladrones y rufianes empleada durante el Siglo de Oro.

La información que aportan todas estas marcas puede ver-


se completada por notas situadas tras la definición, del tipo
U. t. c. s. m. (usado también como sustantivo masculino), Apl.
a pers. u. t. c. s. (aplicado a personas usado también como
sustantivo).
Separadas del resto por una doble barra de mayor grosor,
aparecen las formas complejas, divididas a su vez en dos blo-
ques, en el primero aparecen las combinaciones estables del
lema con elementos que desempeñan una función adjetiva:
boca del estómago, boca de riego, etc.; en el segundo bloque
aparecen locuciones, expresiones, frases, etc.: boca a boca, de-
cir lo primero que a alguien le viene a la boca. Con respecto a la
presentación tipológica de estas formas complejas, conviene
volver a la voz que nos ha servido de ejemplo al principio de
este apartado. En el caso de duende, se observa la siguiente
forma compleja: andar alguien como un ~, o parecer un ~. El
símbolo ~ se conoce como virgulilla y se usa en el drae para
sustituir al lema en los casos de formas de complejas, con el
objeto de economizar espacio.
Otro símbolo que encontramos en el diccionario académi-
co es el cuadro, □, que aparece junto a la abreviatura V. en los
envíos. Se trata de un sistema de remisión interna que nos di-
rige a otro lema bajo el que podemos ampliar la información
que buscamos.
Al final de la acepción, si se considera necesaria, puede
aparecer información acerca de la ortografía, o de la morfo-
logía de la voz (conjugación, por ejemplo), precedida de su
abreviatura en versalitas:
cneoráceo, a. (De cneorum, nombre de un género de plantas).adj. Bot.
Se dice de las plantas angiospermas dicotiledóneas afines a las Cigofiláceas;
302 Virginia González García

p. ej., el olivillo. U. t. c. s. f. ║2. f. pl. Bot. Familia de estas plantas. Ortogr.


Escr. con may. inicial.

En el caso de cneoráceo entendemos que únicamente se es-


cribe en mayúsculas la segunda acepción del término. Cuan-
do las normas ortográficas o morfológicas afectan a todas las
acepciones, estas van antecedidas de un calderón (¶):
colorir. tr. defect. colorear (║ dar alguna razón aparente). ║ 2. tr. defect.
p. us. Dar color. ║ 3. intr. defect. p. us. Dicho de una cosa: Tener o tomar
color naturalmente. ¶ Morf. U. solo las formas cuya desinencia empieza
por -i.

Es posible que el lector interesado tenga que acudir, en más


de una ocasión, a la lista de abreviaturas y signos empleados
que aparece al final de la introducción, pues resulta fundamen-
tal, si se pretende sacar el máximo provecho de la obra, enten-
der todo aquello que no aparece en la definición. Se debe evitar
realizar una lectura a saltos, en la que se obvian los símbolos
y abreviaturas. No vamos a negar aquí que leer únicamente la
definición resulte informativo, pero desaprovechar los recursos
que la obra ofrece podría compararse con la lectura de un pe-
riódico centrada únicamente en los titulares. Evidentemente,
se trata de una consulta fácil, pero incompleta, un hábito que
se debe abandonar en los niveles universitarios.

1.1.3. El drae en cd-rom


La versión en cd-rom de la vigésima segunda edición del
diccionario presenta el mismo contenido lexicográfico que su
versión impresa correspondiente, presentada en las líneas an-
teriores. Sin embargo, con respecto al diccionario tradicional,
incorpora algunas novedades de gran utilidad, que solo son
posibles en un entorno electrónico y que pasamos a indicar3.

3
El lector encontrará una descripción pormenorizada de las caracterís-
ticas del drae en su formato de CD y en línea: características técnicas,
interfaz, etc., en Águila (2009: 39-49).
Obras de referencia para las normas y usos correctos del español 303

Mientras que el diccionario impreso únicamente permite


262 realizar una búsqueda VIRGINIA GONZÁLEZ GARCÍA
alfabética de la voz que se desea co-
nocer, estas posibilidades aumentan y se ven mejoradas con-
 
siderablemente en su versión electrónica, de manera que el
usuario se encuentra, desde el principio, con la posibilidad de
con la posibilidad de realizar dos tipos de consulta: una básica y otra
realizar dos tipos de consulta: una básica y otra avanzada.
avanzada.
La consulta básica permite la tradicional búsqueda alfabé-
La consulta
tica, básicaademás,
pero posee, permitelalaopción
tradicional búsqueda
de buscar en elalfabética,
dicciona-pero
posee,
rioademás,
inverso,lade
opción
gran de buscarpara
utilidad diccionario
en elestudios inverso, de
morfológicos del gran
utilidad
español o, por qué no, para escritos creativos de tipo literario, para
para estudios morfológicos del español o, por qué no,
escritos
pues,creativos
como sudenombre
tipo literario,
indica,pues, como
invierte su nombre
el proceso de indica,
búsquedainvierte
el proceso de búsqueda
para pasar a buscarpara
las pasar a buscar
palabras las de
a partir palabras a partir
la letra últimadeque
la letra
última
lasque las compone,
compone, como como se observa
se observa en la en la siguiente
siguiente imagen.
imagen.

Imagen 1: Función de búsqueda de diccionario inverso del DRAE en CD-ROM.


Imagen 1: Función de búsqueda de diccionario inverso del drae en cd-rom
Asimismo, esta versión del diccionario permite realizar búsqueda en
el lemaAsimismo,
de las formas
estacomplejas en diccionario
versión del las que aparece: al introducir
permite realizaren el
campo de búsqueda
búsqueda en eldeterminada
lema de lasvoz, la máquina
formas ofreceen
complejas todos aquellos
las que
artículos en las que ésta forma parte de unidades pluriverbales complejas.
La respuesta a esta consulta aparece, como se observará en la siguiente
figura, situada bajo el cuadro de búsqueda. A la derecha, como siempre,
se despliega el sentido del primer artículo encontrado. Puede observarse,
304 Virginia González García

aparece: al introducir en el campo de búsqueda determinada


voz, la máquina ofrece todos aquellos artículos en las que esta
forma parte de unidades pluriverbales complejas. La respues-
ta a esta consulta aparece, como se observará en la siguiente
figura, situada bajo el cuadro de búsqueda.  A la derecha, como
siempre, se despliega el sentido del primer artículo encontra-
do. Puede O observarse, por ejemplo,
BRAS DE REFERENCIA USOS …
en el Ycaso
PARA LAS NORMAS de color, que263
la voz se combina en unidades complejas con las siguientes
  entradas del diccionario: degradación, escalera y lápiz.

Imagen 2. Búsqueda en el lema de formas complejas del DRAE en CD-ROM


Imagen 2. Búsqueda en el lema de formas complejas del drae en cd-rom

El índice de lema permite ver en qué artículos aparece la palabra


El índice
buscada, no sólode lema
como permite
lema, ver en
sino como qué
parte artículosdeaparece
integrante la entrada
la palabra por
lexicográfica, buscada, noensolo
ejemplo, como lema,
la definición. Unasino como
función parte in-
semejante tiene
tegrante de la entrada lexicográfica, por ejemplo, en
el índice de formas, pero en este caso, se pueden hacer búsquedas de la la de-
finición.
palabra Una función
flexionada, semejante
como por ostrasel(eníndice
ejemplo: tiene plural),decontinúan
formas,(en
pero enetc.
presente), este caso, se pueden hacer búsquedas de la palabra
flexionada, como por ejemplo: ostras (en plural), continúan
La búsqueda
(en presente),enetc.el índice de abreviaturas y marcas resulta utilísima
pues presenta todas las marcas que se utilizan el diccionario y permite el
accesoLaabúsqueda
todas las en el índice
formas en lasdequeabreviaturas
aparece caday marcas resul-Por
una de ellas.
ta utilísima pues presenta todas las marcas que
ejemplo, veremos cómo una marca como poét. (poético) aparece se utilizan en
el diccionario y permite
calificando a 237 lemas. el acceso a todas las formas en las que
aparece cada una de ellas. Por ejemplo, veremos cómo una
Los árboles
marca como poét.de consulta
(poético) agrupan jerárquicamente
aparece calificando a 237las distintas
lemas.
marcas, de manera que se puede buscar directamente por lenguas, ámbito
Los árboles
geográfico, de consulta
etc. Esta función agrupan
es muy jerárquicamente
útil para realizarlastrabajos
dis-
tintas marcas, de manera que se puede buscar
universitarios sobre aspectos lexicológicos y semánticos, o directamente
investigaciones de mayor calibre, pues permite extraer, fácilmente, por
ejemplo, todas las palabras que aparecen en el diccionario y que han sido
marcadas como procedentes de determinada lengua, o aquellas marcadas
Obras de referencia para las normas y usos correctos del español 305

por lenguas, ámbito geográfico, etc. Esta función es muy útil


para realizar trabajos universitarios sobre aspectos lexicoló-
gicos y semánticos, o investigaciones de mayor calibre, pues
permite extraer, fácilmente, por ejemplo, todas las palabras
que aparecen en el diccionario y que han sido marcadas como
procedentes de determinada lengua, o aquellas marcadas con
el término figurado o cualquier otra marca semántica, para
proceder a estudios sobre el grupo obtenido.
Cuando el artículo lexicográfico que estamos consultando
es muy extenso, podemos recurrir a la función de búsqueda
en la entrada, que localiza elementos en el interior de un artí-
culo lexicográfico.
La consulta avanzada realiza búsquedas de mayor com-
plejidad a través de un formulario en el que el usuario puede
ir seleccionando los aspectos que quiere que aparezcan en las
voces encontradas.
Además de todas estas funciones de búsqueda, que amplían
las posibilidades didácticas y de uso del diccionario, existen
otras aplicaciones que no son posibles en el diccionario im-
preso. Su configuración como hipertexto permite al usuario
pulsar sobre cualquier palabra que aparezca en una defini-
ción y obtener su entrada lexicográfica correspondiente. Otra
utilidad importante para llevar a cabo trabajos sobre el léxico
permite crear notas personalizadas que quedan almacenadas
en el programa. Para ejemplificar ese uso, he añadido una
nota a la entrada lexicográfica de niscome: «buscar en crea».
configuración como hipertexto permite al usuario pulsar sobre cualquier
palabra que aparezca en una definición y obtener su entrada lexicográfica
correspondiente. Otra utilidad importante para llevar a cabo trabajos
sobre el léxico permite crear notas personalizadas que quedan
almacenadas
306 en el programa. Para ejemplificar ese uso, González
Virginia he añadido una
García
nota a la entrada lexicográfica de niscome: «buscar en CREA».

Imagen 3. Uso de las notas en DRAE en CD-ROM.


Imagen 3. Uso de las notas en drae en cd-rom
Por otro lado, esta aplicación permite copiar las entradas
lexicográficas para pegarlas en Word o cualquier otro procesador de
Poresotro
textos; lado,a esta
posible, aplicación
su vez, permite
exportar los copiar
artículos las entradas
en formato HTML e
lexicográficas para pegarlas en
imprimir las entradas que se desee. Word o cualquier otro proce-
sador de textos; es posible, a su vez, exportar los artículos en
formato html e imprimir las entradas que se desee.
Otro elemento destacable dentro de las funciones de esta
versión electrónica del diccionario académico es la posibili-
dad de acceso a la conjugación de los lemas verbales, median-
te un icono situado a la izquierda de estos.
Para terminar con la versión en cd-rom, esta presenta otra
utilidad ausente en la edición impresa, la posibilidad de ac-
tualizar sus contenidos a través del sitio de la Real Academia
Española (http://www.rae.es). La versión impresa, como sabe-
mos, solo se verá actualizada cuando aparezca la 23.ª edición
en las librerías.
Obras de referencia para las normas y usos correctos del español 307

1.1.4. El drae en línea (<http://www.rae.es>)


La versión en línea del diccionario académico reduce sus
utilidades con respecto a la versión en cd y nos lleva de nue-
vo a la búsqueda alfabética de contenidos, aunque permite
realizar una búsqueda por aproximación, de manera que si la
palabra objeto de nuestra pesquisa no está en el diccionario,
este nos lleva a aquella cuya forma sea más cercana. Esta sim-
plificación se ve compensada, sin embargo, con otras caracte-
rísticas exclusivas de la versión en línea.
En primer lugar, es posible añadir un enlace del dicciona-
rio en nuestro navegador de Internet, cualquiera que sea el
que utilicemos (Explorer, Mozilla, Google Chrome…), de forma
que no es necesario cargar la página de la rae para acceder al
diccionario, sino que podemos hacer la búsqueda que desee-
mos directamente desde la barra de marcadores.
Al igual que la versión electrónica comentada anteriormen-
te, el drae en línea ofrece la conjugación de cada forma verbal.
El diccionario posibilita, asimismo, mediante un sistema de
hipervínculos, acudir a la definición de ciertas formas com-
plejas sin necesidad de realizar una nueva búsqueda.
La novedad más notoria de esta versión del drae está cons-
tituida por el acceso que se ofrece, desde octubre de 2007,
a las enmiendas y modificaciones que sobre el diccionario
se van haciendo en su recorrido hacia la 23.ª edición. Este
proceso se ve reflejado mediante tres tipos de cambios en el
inventario del diccionario: adición de artículos o acepciones
nuevos, supresión de artículos o acepciones y enmienda total
o parcial de artículos.
El usuario, al realizar una búsqueda, accede, en primer lu-
gar, al artículo perteneciente a la 22.ª edición, y en el caso de
que este ya haya sido enmendado, aparecerá un aviso en rojo
a la derecha del lema. Tras pulsar sobre este hipervínculo, se
muestran las enmiendas correspondientes al artículo, que
aparecen con una marca de agua en la que se indica: redac-
artículo
sido perteneciente
enmendado, a la 22.ª
aparecerá edición,
un aviso en yrojo
en el caso
a la de quedeleste
derecha ya haya
lema. Tras
sido enmendado, aparecerá un aviso en rojo a la derecha
pulsar sobre este hipervínculo, se muestran las enmiendas del lema. Tras
pulsar sobre este
correspondientes hipervínculo,
al artículo, se con
que aparecen muestran
una marca lasde enmiendas
agua en la
que se indica: redacción propuesta. Veamos un ejemplo de de
correspondientes al artículo, que aparecen con una marca agua en
lo dicho en la
el
que se
308 indica: redacción propuesta.
artículo correspondiente a perorata. Veamos un ejemplo de lo dicho
Virginia González en
García el
artículo correspondiente a perorata.
ción propuesta. Veamos un ejemplo de lo dicho en el artículo
correspondiente a perorata.

Imagen 4: Artículo lexicográfico del DRAE, correspondiente a la voz perorata, con indicación
Imagen
de 4: 4:
Artículo
enmienda.
Imagen lexicográfico
Artículo del DRAE
lexicográfico del, correspondiente a la voz perorata,
drae, correspondiente a la voz con indicación
perorata,
de enmienda. con indicación de enmienda

Imagen
Imagen5: Artículo lexicográfico
5: Artículo del DRAE
lexicográfico , correspondiente
del a la voz perorata,
drae, correspondiente a la vozenmendado.
perorata,
Imagen 5: Artículo lexicográfico del DRAE, correspondiente a la voz perorata, enmendado.
enmendado
De esta manera, el DRAE se presenta a los usuarios como obra viva,
queDe esta
trata
De de manera,
reflejar
esta yelrecoger
manera, DRAE se
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el drae cambios aque
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se presenta usuarios
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lengua obra viva,
se producen.
usuarios como
queobra
trataviva,
de reflejar y recoger
que trata los cambios
de reflejar que en
y recoger loslacambios
lengua seque
producen.
en la
lengua se producen.

1.2. El Diccionario de español actual


Frente al nuevo carácter mixto, pero con mayor tendencia
a lo normativo, que se ha señalado en el diccionario académi-
co, el Diccionario de español actual de Seco, Andrés y Ramos
(1999) es un claro paradigma de diccionario descriptivo. La
diferencia entre este y el académico reside, principalmente,
en la selección del léxico que los conforma, y es que a partir
de una base documental de publicaciones que abarcan desde
Obras de referencia para las normas y usos correctos del español 309

1955 a 1993, su objetivo es «inventariar el léxico que se usa, no


solo el que se debe usar» (Seco, Andrés y Ramos, 1999: xiii).
Tras una invitación al lector a que identifique todas las
abreviaturas que se usan en el Diccionario de español actual
(en adelante dea), sus autores se refieren al caudal léxico reco-
gido con las siguientes palabras (Seco, Andrés y Ramos, 1999:
xv):

…tienen aquí normal cabida voces regionales, voces extranjeras, inclu-


so de adopción reciente; las coloquiales, las de nivel popular, las llamadas
malsonantes, las del mundo marginal; y, por el otro extremo, las voces lite-
rarias, cultas, y las propias de distintas esferas del saber y de la actividad
humana […] También recogemos usos de cierta difusión que, al menos por
el momento, son rechazados como incorrectos o impropios por las personas
cultas; los señalamos con la nota semiculto. Y damos igualmente entrada a
las siglas usuales que funcionan como palabras comunes.

En general, el lema está formado por una sola palabra, de la


que dependen las unidades léxicas compuestas o locuciones,
con la única excepción de las locuciones de lengua extranjera,
que se constituyen en lema de las entradas lexicográficas y
aparecen en el lugar alfabético correspondiente a partir de la
inicial de la primera palabra que las compone. Para observar
este diccionario tomaremos de nuevo, como ejemplo, la en-
trada correspondiente a duende.
duende m 1 Espíritu que la gente cree que habita en determinados lu-
gares, causando ruidos, trastornos o haciendo travesuras.│Cuevas Finca
130: Perico, el mandadero, volvía del pueblo… traía una nueva noticia: -Ayer
hubo duendes en casa de don Manuel. Laforet Mujer 33: Todos los campe-
sinos creen en los duendes, con la niebla que hay. b) ~ de imprenta. (hu-
moríst) Ser imaginario a quien se atribuye la responsabilidad de las erratas
o errores tipográficos. │Lázaro Crónica 75: Luego, al imprimir, saldría a la
izquierda, pero es inútil luchar contra los duendes de las imprentas.
2 Personaje propio de los cuentos infantiles, en forma de hombrecillo
viejo o de niño, que con sus travesuras altera, para bien o para mal, la vida
de los hombres. Frec en la forma duendecillo. │Olmo Golfos 15: Igual que si
un duende amigo.. crease un surtidor despidiendo hacia arriba perros con
latas sujetas al rabo. Rof Abc 6.11.70, 3: Sin el maligno duendecillo, sin el
“espíritu gafe”, uno de ellos pudo ser Walter Benjamin.
3 (col) Gracia o encanto especial. │A. Moncayo HLM 26.10.70, 40: Rocío
Jurado salió con la canción “Un clavel”, de Rafael de León y Solano, llena de
310 Virginia González García

garbo, que la joven estrella dijo con pasión y duende. DPlaja El español 111:
Para Sevilla, lo mismo es Madrid, que Bilbao, que Barcelona, ciudades sin
“duende” ni gracia. Delibes Año 52: No me gustan [los toros]. Comprendo
que deben tener su duende, pero yo no acierto a hacerme con él o él con-
migo.

Como se observa, al lema, que aparece en negrita, le sigue


la información sobre su categoría gramatical con las abrevia-
turas tradicionales al uso, a las que pueden preceder, entre
paréntesis y en cursiva, indicaciones de muy variado tipo,
destinadas a facilitar el uso de la voz que se va a definir. Una
pequeña cala aleatoria en el diccionario arroja los siguientes
ejemplos: (Pol), (raro), (Taur), (col), (semiculto), (reg)… Se tra-
ta de indicaciones acerca de su vigencia de uso, el campo técni-
co al que pertenece, el registro y el nivel de lengua, su carácter
regular o irregular dentro de la conjugación verbal, etc.
Una de las indicaciones más interesantes y útiles que los
usuarios pueden obtener en el dea está constituida por las
orientaciones que se aportan, en las palabras de origen ex-
tranjero, acerca de su correcta pronunciación en español:
duty-free (ing; pronunc corriente, /diúti-frí/; frec con la grafía duty free;
pl normal, invar)
crêperie (fr; pronunc corriente, /kreperí/)
condottiero (it; pronunc corriente /kondotiéro/)

Si echamos otro vistazo a la entrada de duende en el dea,


observaremos el elemento más destacado de esta obra lexi-
cográfica: tras la definición y separada con la barra vertical,
aparecen las citas que ilustran al usuario sobre la definición
y el uso de la voz buscada. La cita viene siempre antecedida
por indicaciones sobre su procedencia, mediante un méto-
do abreviado que se puede descifrar fácilmente acudiendo al
apéndice de textos citados que aparece al final de la obra.
Nos encontramos, en suma, con una obra lexicográfica que
cambia el criterio normativo y de aceptación por unos pará-
metros centrados en el uso y documentación de las voces que
recoge. El dea muestra el léxico, además, en plena vitalidad
Obras de referencia para las normas y usos correctos del español 311

en su contexto, y guía al usuario de una forma clara y sencilla


para el manejo más adecuado de las formas consultadas.

2. Diccionarios de dudas y dificultades


Los diccionarios generales resuelven, claro está, muchas
de las dificultades con las que nos enfrentamos los usuarios
del español. Para empezar, en el lema podemos ver cómo se
escribe determinada voz y se nos orienta desde el principio,
por consiguiente, sobre su ortografía. Asimismo, estas obras
nos ofrecen aclaraciones sobre el sentido de determinadas vo-
ces, su categoría gramatical, y algunas otras cuestiones, como
su mayor o menor carácter especializado, etc.
No obstante, hay preguntas cuya respuesta no se encuentra
en estas obras. Por ejemplo, un redactor periodístico desea
saber si presidente se escribe con mayúscula o con minús-
cula, y si la presidenta es una forma usada o no. En el drae
nada aparece sobre esta información que necesita, de hecho,
al acudir a esta fuente observa que la forma presidenta no se
contempla.
Resolver este tipo de cuestiones no es cometido de los dic-
cionarios generales sino de otro tipo de obras lexicográficas,
los diccionarios de dudas y dificultades, que recogen como
lema de sus artículos aquellos elementos que pueden presen-
tar vacilaciones o usos conflictivos.
No se puede hablar de diccionarios de dudas sin hacer re-
ferencia a la obra que durante años ha guiado a generaciones
de estudiantes y profesores en el uso correcto de la lengua, y
ha constituido un claro referente para obras posteriores que
poseen una orientación normativa: el Diccionario de dudas y
dificultades de la lengua española, de Manuel Seco.
En esta obra se perfilan ya muchos de los rasgos que confi-
guran el actual diccionario de dudas de la Academia: presen-
312 Virginia González García

cia de ejemplos para censurar o confirmar usos, elaborado


sistema de remisiones internas y presencia de apéndices fina-
les. En el caso de la obra de Seco, entre los apéndices finales
destaca la presencia de un vocabulario ortográfico que se cen-
tra en palabras complejas en cuanto a su escritura.
A continuación pasaremos a centrarnos en el Diccionario
panhispánico de dudas (dpd) de la rae, claro heredero de la
obra de Manuel Seco, que nos servirá para analizar en más
profundidad las características generales de un diccionario
de dudas.

2.1. El Diccionario panhispánico de dudas de la rae


2.1.1. El dpd en su versión impresa
Volviendo al caso que nos ha interesado arriba, el uso de
presidente, encontraremos mayores indicaciones acerca de
esta voz si acudimos a una obra como el Diccionario Panhis-
pánico de Dudas:
presidente. ‘Persona que preside algo’ y, en una república, ‘jefe del Esta-
do’. Por su terminación, puede funcionar como común en cuanto al género
(el/la presidente; → género2, 1a y 3c): «La designación de la presidente interina
logró aplacar la tensión» (Clarín [Arg.] 10.2.97); pero el uso mayoritario ha
consolidado el femenino específico presidenta: «Tatiana, la presidenta del Co-
mité, no le dejaba el menor espacio» (ÁlvzGil Naufragios [Cuba 2002]). Sobre
su escritura con mayúscula o minúscula inicial, → mayúsculas, 4.31 y 6.9.

En primer lugar, esta entrada nos informa acerca de la con-


solidación de la forma flexionada presidenta y, con respecto
a la cuestión de las mayúsculas, nos reenvía al apartado de
mayúsculas y señala los epígrafes en los que aparece la infor-
mación que resuelve nuestra duda:
4.31. Los títulos, cargos y nombres de dignidad, como rey, papa, duque,
presidente, ministro, etc., que normalmente se escriben con minúscula (→
6.9), pueden aparecer en determinados casos escritos con mayúscula. Así,
es frecuente, aunque no obligatorio, que estas palabras se escriban con ma-
yúscula cuando se emplean referidas a una persona concreta, sin mención
Obras de referencia para las normas y usos correctos del español 313

expresa de su nombre propio: El Rey inaugurará la nueva biblioteca; El Papa


visitará la India en su próximo viaje. Por otra parte, por razones de respeto,
los títulos de los miembros de la familia reinante en España suelen escribir-
se con mayúscula, aunque vayan seguidos del nombre propio de la persona
que los posee, al igual que los tratamientos de don y doña a ellos referidos:
el Rey Don Juan Carlos, el Príncipe Felipe, la Infanta Doña Cristina. También
es costumbre particular de las leyes, decretos y documentos oficiales, por
razones de solemnidad, escribir con mayúsculas las palabras de este tipo: el
Rey de España, el Jefe del Estado, el Presidente del Gobierno, el Secretario de
Estado de Comercio. Por último, es muy frecuente que los cargos de cierta
categoría se escriban con mayúscula en el encabezamiento de las cartas di-
rigidas a las personas que los ocupan.
6.9. Los títulos, cargos y nombres de dignidad como rey, papa, duque,
presidente, ministro, etc., se escriben con minúscula cuando aparecen acom-
pañados del nombre propio de la persona que los posee, o del lugar o ámbito
al que corresponden (el rey Felipe IV, el papa Juan Pablo II, el presidente de
Nicaragua, el ministro de Trabajo), o cuando están usados en sentido genéri-
co (El papa, el rey, el duque están sujetos a morir, como lo está cualquier otro
hombre). Existen casos, sin embargo, en que estas palabras pueden escribir-
se con mayúsculas.

Se puede observar que existen claras diferencias entre los


elementos que se encuentran en un diccionario general y en
un diccionario de dudas. Veamos, pues, cuál es la idiosincra-
sia de este tipo de obras.
En el dpd no encontramos, como se ha dicho anteriormen-
te, todo el léxico que se considera general de la lengua. No
aparecen, por ejemplo, las palabras botella, camiseta, pensar,
pero, aunque, finalidad, etc. Sí que aparecen las voces suscep-
tibles de presentar dificultades o aquellas en las que se sospe-
cha que los usuarios de la lengua puedan tener vacilaciones
como errores de ortografía, acentuación, conjugación, rección
verbal, etc. Por este motivo, a diferencia del drae, en el dpd
los usuarios encontrarán un número considerable de extran-
jerismos o de nombres propios: idéntikit o identikit, mailing,
Florida, Malasia.
En las primeras páginas de este diccionario de declara su
carácter normativo, basado en «el conjunto de preferencias
lingüísticas vigentes en una comunidad de hablantes, adopta-
314 Virginia González García

das por consenso implícito entre sus miembros y convertidas


en modelos de buen uso» (dpd: 2005, xiii).
Los autores del diccionario reconocen el carácter cambian-
te y heterogéneo de la lengua, que se encuentra en evolución
continua y cuyos usos determinados responden a diferentes
factores, como puede ser el nivel y los registros de lengua, o
el contacto con otras lenguas. Por ello, matizan su función
normativa con las siguientes palabras (dpd: 2005, xv):
Los juicios normativos admiten, pues, una amplia gradación, que va des-
de la censura de lo claramente incorrecto por ser fruto del error, del descuido
o del desconocimiento de las normas gramaticales, hasta la recomendación
de los que es simplemente preferible por estar de acuerdo con el uso mayo-
ritario de los hablantes cultos de hoy, preferencia que pueden mantener, o
variar, los hablantes cultos de mañana.

Otro aspecto de especial interés es el carácter panhispáni-


co de la obra, fruto del consenso de las veintidós Academias y
de su preocupación por reflejar las posibles diferencias entre
la norma española y la americana, conscientes de que es im-
posible una norma única en una lengua hablada por cuatro-
cientos millones de personas.
El dpd presenta dos tipos de artículos lexicográficos, te-
máticos y no temáticos. En los artículos temáticos el lema
aparece en letra versalita negrita y en ellos se trata en profun-
didad de categorías gramaticales o fenómenos que necesitan
ser estudiados en su conjunto debido a su complejidad. Así
pues, son muy variadas las palabras que podemos encontrar
como lema de estos artículos: diptongo, plural, español, raya,
etc.
Los artículos no temáticos, que aparecen en negrita re-
donda o en negrita cursiva en el caso de los extranjerismos,
se centran en formas concretas de las que se presentan acla-
raciones particulares, como por ejemplo: dúplex, e-mail,
hender(se), hazmerreír. El lema de estos artículos también
puede estar formado por dos palabras unidas por la conjun-
ción o (termósfera o termosfera, electrolito o electrólito) cuando
Obras de referencia para las normas y usos correctos del español 315

las dos variantes de una palabra se consideran aceptables. En


este último caso, se suele colocar en primer lugar la forma
cuyo uso se prefiere.
En la mayoría de las ocasiones, el dpd se sirve de citas, ex-
traídas muchas de ellas del corde y el crea4, para ejemplificar
los usos que se presentan. Los ejemplos, en cursiva, se presen-
tan entre comillas angulares y van precedidos de la indicación
de la fuente, abreviada, entre paréntesis. Es muy interesante,
a este respecto, la aparición, junto con el nombre del autor,
del país de procedencia de este, enmarcado entre corchetes.
El uso del paréntesis en el diccionario responde también a
un método abreviado para señalar que dos variantes son posi-
bles, como sucede con los verbos pronominales: trasponer(se);
o con otras secuencias: Pondré (a) varios jugadores en el centro
del campo.
Para terminar con la descripción de las entradas lexico-
gráficas, conviene referirse a algunos símbolos cuya función
es primordial en el dpd. El símbolo ⊗ se utiliza para señalar
aquellos ejemplos que se consideran inadecuados para la nor-
ma culta, por ejemplo: ⊗ contrimás, ⊗ coadyudar. Por otro
lado, el uso del asterisco * marca aquellas secuencias o for-
mas que se consideran agramaticales: *mi hija fue escrita por
mí. Finalmente, la flecha (→) se utiliza como signo de remi-
sión a otra forma que aparece en el diccionario.
El Panhispánico presenta en su cuerpo, además, cinco
apéndices de gran utilidad que completan la información que
se halla entre sus artículos y que se centran en los siguientes
aspectos: modelos de conjugación verbal, lista de abreviatu-
ras, lista de símbolos alfabetizables, lista de símbolos o signos
no alfabetizables, lista de países y capitales, con sus gentili-
cios.

4
Véase nota 1.
316 Virginia González García

Por último, destaca la inserción de un glosario de térmi-


nos lingüísticos que hace accesibles a los usuarios no ver-
sados en la materia algunos contenidos que aparecen en la
obra.
274 VIRGINIA GONZÁLEZ GARCÍA

 
2.1.2. El dpd en su versión en línea (<http://www.rae.es>)
2.1.2. El DPD en su versión en línea (<http:www.rae.es>)
La página web de la Real Academia Española ofrece tam-
bién la posibilidad
La página web de ladeRealconsultar el Diccionario
Academia Española ofrecepanhispánico
también la
posibilidad de consultar el Diccionario panhispánico de dudasversión
de dudas en línea. La versión digital coincide con la en línea.
Laimpresa
versión endigital
todoscoincide con la versión
sus contenidos, impresa
no obstante, en todos de
se beneficia sus
contenidos, no obstante,
la posibilidad que la se
redbeneficia
ofrece dede trabajar
la posibilidad que la red ofrece
con hipervínculos,
dede
trabajar con hipervínculos,
tal forma que, cuando de tal forma
se trata que,
de las cuando se trata
abundantes de las
remisio-
abundantes remisiones de las que consta la obra, basta con
nes de las que consta la obra, basta con hacer un clic sobre la hacer un clic
sobre la palabra
palabra a laseque
a la que nosse nos remite
remite para desplazarnos
para desplazarnos a su su artículo
artículo
correspondiente.
correspondiente.

Imagen 6. Artículos temáticos del DPD en su versión en línea.


Imagen 6. Artículos temáticos del dpd en su versión en línea
Otra diferencia que la obra presenta frente a su versión en papel, como
se observa en la imagen 3, es la presentación de los artículos temáticos en
Otra diferencia
una sección de la
aparte, de obra frente
manera que se a su versión
facilita laenvisualización
papel, comode
se observa
contenidos en la que
mientras imagen
en la 6, es la impresa,
versión presentación de los
en algunas artículos
ocasiones, hay
que adivinar bajo que lema se encuentran determinadas explicaciones.la
temáticos en una sección aparte, de manera que se facilita
visualización de contenidos mientras que en la versión impre-
sa, en algunas ocasiones, hay que adivinar bajo qué lema se
encuentran determinadas explicaciones.
3. Libros y manuales de estilo
3.1. LIBROS O MANUALES DE ESTILO PARA TODOS LOS PÚBLICOS
3.1.1. Manual de estilo de la lengua española de José Martínez de Sousa
Obras de referencia para las normas y usos correctos del español 317

3. Libros y manuales de estilo


3.1. Libros o manuales de estilo para todos los públicos
3.1.1. Manual de estilo de la lengua española de José Martínez
de Sousa
Escrito por uno de los mayores expertos en edición y redac-
ción en la lengua española (Martínez, 20073:29), este manual
tiene el objeto de «resultar útil tanto a los científicos como a
los técnicos y literatos».
Esta obra divide su extenso contenido en dos partes, la
primera está constituida por un manual de estilo en el que
aparece una introducción que contiene indicaciones sobre
normalización, estilo y edición científica, así como sobre la
norma y uso del español. Finaliza con una valiosa recopila-
ción bibliográfica de obras de referencia útiles para escritores
y traductores. Tras la introducción, el autor se centra en todos
los aspectos y fases del trabajo intelectual, desde las fuentes
que hay que consultar para llevarlo a cabo, hasta las formas
de cita, la corrección de errores de redacción y expresión, la
ortotipografía y la organización externa de la obra entre otros
elementos, tratados con la mayor rigurosidad.
La segunda parte aparece envuelta en la apariencia de
una obra lexicográfica en la que, alfabéticamente, se van pre-
sentando una serie de materias e indicaciones de escritura y
presentación sobre ellas. La heterogeneidad de esta segunda
parte justifica por completo que el autor abandone la forma
de manual y adopte el orden alfabético, pues, de otra mane-
ra, sería imposible enlazar asuntos tan dispares. Para que el
lector se haga una idea de la variedad a la que nos referimos,
citaremos algunos de los lemas que constituyen las entradas
lexicográficas de esta obra: tebeos, entrada en la que se nos
informa, entre otros aspectos, de que los nombres de tebeos
se escriben con cursiva; onomatopeyas españolas; epónimos
(«adjetivos que dan nombre a un pueblo, una ciudad o una
época cuando se derivan del nombre de una persona»), etc.
318 Virginia González García

Este completo manual de estilo resulta, pues, imprescin-


dible para los usuarios de la lengua que tengan especial inte-
rés en el cuidado de la expresión y en la presentación de sus
trabajos; constituye una obra que analiza en profundidad las
dificultades más frecuentes, así como los escollos con los que
todo escritor se topa alguna vez en el ejercicio de su profe-
sión.

3.1.2. Hablar y escribir correctamente de Leonardo Gómez To-


rrego
Resulta obligatorio, al hablar de obras fundamentales sobre
la norma y uso del español, reseñar una obra que se considera
imprescindible dentro del ámbito de la gramática normativa
y de las cuestiones de estilo: Hablar y escribir correctamente,
de Gómez Torrego (2006). Esta obra supone la actualización
de los anteriores Manual de español correcto y Nuevo manual
de español correcto.
Además de la valiosa información que proporciona, hay
que agradecer su carácter divulgativo «por ir dirigida a sec-
tores muy heterogéneos de la sociedad» (2006:7), hecho que
favorece su didactismo y la claridad con la que se exponen los
diversos contenidos, por ello destaca, frente al resto de obras
que reseñamos en este capítulo, por la inclusión de ejercicios
en la mayoría de apartados.

3.1.3. Saber escribir y Saber hablar


En el ámbito de obras de uso y estilo destinadas a un am-
plio grupo de usuarios, destacan dos aportaciones recientes,
de la mano del Instituto Cervantes, centradas en el desarrollo
del discurso escrito y del discurso oral.
La obra Saber escribir (Sánchez Lobato: 2006) se concibe
como una guía que acompaña al lector para resolver sus du-
das en todas las fases de la escritura, desde la preparación del
Obras de referencia para las normas y usos correctos del español 319

escrito hasta la depuración de la versión final. Se centra en la


redacción de textos académicos, profesionales y de opinión,
por lo que resulta de utilidad para un público que posea va-
riados intereses y, en especial, para estudiantes universitarios,
pues no solo los orienta en las etapas académicas sino en sus
posteriores contribuciones profesionales. Además de estas
pautas, destaca un apartado en el que se presentan los errores
habituales en ortografía e instrucciones sobre las normas y
usos correctos del español.
En la misma línea, Saber leer (Briz: 2008), al igual que su
antecesor, analiza las diferentes fases de elaboración y pro-
ducción de un discurso, pero en este caso se centra en los dis-
cursos orales. Su objeto es aportar instrucciones claras para
la elaboración de intervenciones orales, que clasifica en dife-
rentes géneros según su ámbito de uso: el ámbito científico-
académico y profesional, y el ámbito social. Analiza todos los
elementos que participan en la producción oral y tiene varios
apartados de especial interés dedicados a la ortología5, a la
corrección léxica y gramatical y a la claridad de expresión.

3.2. Libros de estilo específicos para profesionales de los medios


de comunicación

En su quehacer cotidiano, los profesionales de los medios


de comunicación, conscientes de su influencia en los usos lin-
güísticos de lectores, oyentes y espectadores, se han visto en
la necesidad de unificar criterios de presentación y de dispo-
ner de normas que los guíen en su ejercicio profesional. Con
esta finalidad surgen los manuales de estilo, que son definidos
por Juan Luis Cebrián con las siguientes palabras en el Libro
de estilo de El País:

5
Ortología. (Del gr. ὀρθολογία). f. Arte de pronunciar correctamente y, en
sentido más general, de hablar con propiedad (drae, 2001).
320 Virginia González García

Un libro de estilo no es una gramática ni un diccionario al uso. Es sim-


plemente un código interno de una Redacción de cualquier medio infor-
mativo, que trata de unificar sistemas y formas expresivas con el fin de dar
personalidad al propio medio y facilitar la tarea del lector en el caso de los
periódicos.
(El País, 2002:9)

Aunque todos los libros de estilo coinciden en su estruc-


tura general y en la atención que dedican a determinadas di-
ficultades lingüísticas, conviene presentar aquí brevemente
estas obras fundamentales para estudiantes de Periodismo y
Comunicación Audiovisual.

3.2.1. Libro de estilo de El País


La primera parte de este Libro de estilo está constituida
por un manual en el que se dan instrucciones acerca de la re-
dacción periodística y de las normas gramaticales que deben
tenerse en cuenta en todo proceso que tenga la lengua como
herramienta básica.
La segunda parte constituye un diccionario con una sen-
cilla microestructura6 y presentación que, basado en las nor-
mas de la rae, resuelve dudas y dificultades de escritura. A
continuación presentamos dos ejemplos de entrada:
alterne. Palabra admitida por la Academia. Se escribe en redonda.
Heavy metal. Estas dos palabras, que significan literalmente ‘metal pe-
sado’ y definen un tipo de música rock, se escriben en cursiva.

3.2.2. Libro de estilo Vocento


Este libro de estilo, dirigido también a profesionales de los
medios de comunicación, reparte su autoría entre José Martí-
nez de Sousa y el grupo Vocento.

6
Entendemos por microestructura la distribución y estructuración de la
información en el interior de un artículo lexicográfico.
Obras de referencia para las normas y usos correctos del español 321

Corresponde al grupo Vocento la redacción de la primera


parte, centrada en el estilo y los principios deontológicos del
periodismo.
Mayor interés tienen, para el tema que nos ocupa, la segun-
da, tercera y cuarta parte, compuestas por José Martínez de
Sousa. La segunda y tercera parte se centran en cuestiones de
ortografía, ortotipografía y léxico. Toda esta información se
ve completada por una serie de anexos que recogen antropó-
nimos, topónimos, medidas, tratamientos, etc.

3.2.3. Libro de estilo de Abc


Encomendado a Ana M.ª Vigara (20012), se estructura tam-
bién en dos partes: libro de estilo y diccionario, este último
recibe el nombre de léxico.
El libro de estilo está formado por dos partes generales so-
bre ortografía, estilo y cuestiones gramaticales. Más adelante
se presentan las normas de estilo y redacción de Abc. Destaca
su sistema de remisiones internas, muy útil y claro.
Además del léxico, que constituye un básico diccionario de
dudas, y de los imprescindibles apartados de topónimos, si-
glas y acrónimos, destaca la presencia de tres pequeños voca-
bularios que se centran en terminología forense, económica y
médica respectivamente.

3.2.4. Libro de estilo de Telemadrid


Este libro de estilo posee algunos rasgos distintivos frente
a los anteriores, pues se centra en un medio audiovisual en el
que intervienen elementos paralingüísticos y extralingüísticos
como la voz y el gesto.
La primera parte se ocupa de normas profesionales y de
ciertas estrategias de estilo para mantener la atención o con-
trolar el lenguaje gestual.
322 Virginia González García

La segunda parte es un compendio de normas de estilo en-


tre las que destaca, por no hallarse presente en otros manua-
les, la presencia de un amplio apartado dedicado a la lengua
oral y a la ortología. Esta parte se ve completada por un pe-
queño diccionario de dudas de la lengua oral.
Por último, aunque la obra consta de más elementos que
no se tratarán aquí, cabe destacar la presencia de un diccio-
nario de términos técnicos de la televisión.

4. Nueva gramática de la lengua española (rae)7


Dentro del elenco de obras académicas, la aparición re-
ciente de la Nueva gramática de la lengua española merece un
examen, aunque sea incompleto para una obra de tal enverga-
dura, de sus características generales.
Surge esta obra con el reconocimiento del carácter poli-
céntrico de la norma española (rae, 2009: xlii), de modo que
se ha optado por «describir pormenorizadamente las nume-
rosas estructuras que son compartidas por la mayor parte de
los hipanohablantes, precisando su forma, su significado y su
estimación social, y mostrar separadas las opciones particu-
lares que pueden proceder de alguna variante, sea del español
americano o del europeo». Dicho esto, los autores afirman ha-
ber tenido en cuenta, en la medida de lo posible, la variación
lingüística del español. Especial atención se ha dedicado a la
variación geográfica; los comentarios que a este respecto se
hacen suelen aparecer divididos en las siguientes zonas lin-
güísticas: Chile, Río de la Plata, área andina, Caribe conti-
nental, México y Centroamérica, Antillas, Estados Unidos y
Filipinas, y España.

7
Véase también el capítulo 2 de este libro.
Obras de referencia para las normas y usos correctos del español 323

Para la ejemplificación de sus afirmaciones, los autores de


esta obra han recurrido al uso de ejemplos procedentes de
textos y a ejemplos creados por ellos mismos. Para los ejem-
plos procedentes de textos, en muchos casos se han extraído
de los bancos de datos de la rae8.
En suma, disponemos en este momento de los dos prime-
ros volúmenes recién publicados. El primero de ellos reco-
ge aspectos de Morfología y Sintaxis y el segundo se centra
únicamente en Sintaxis. Citamos, a continuación, uno de los
párrafos, seleccionados al azar, para que los usuarios vayan
familiarizándose con esta nueva gramática:
6.12z Algo más reducido es el paradigma de los sustantivos temporales
derivados mediante sufijos vocálicos, como los que nombran las épocas en
las que se realizan ciertas tareas agrícolas: cosecha, poda, siega, trilla, etc.
No obstante, la mayor parte de los nombres eventivos resultan apropiados
en los contextos característicos de los sustantivos temporales, como en du-
rante {la siega ~ la marcha ~ la compra}. Son más propiamente nombres
temporales recreo, veraneo, prórroga o alargue, que equivale a ‘prórroga de
un partido’ en el español chileno, andino y rioplatense: El alargue terminó
sin goles (Galeano, Fútbol).

5. Obras de referencia en línea


Es indudable el valor de las obras que han ocupado los tres
epígrafes anteriores y su contribución al uso correcto de la
lengua. Sin embargo, aquellos que utilizan la lengua con fines
profesionales necesitan de otras obras que informen acerca
del uso de las palabras y estructuras, de los textos, en fin, que
manejan y producen en sus tareas. Así, por ejemplo, si nos
planteamos, por ejemplo, qué genero tiene la palabra wiki o
wikilengua, la Academia no resuelve esta duda ni otras de tipo

8
Además del corde y el crea, se ha recurrido también al cdh (Corpus del
Diccionario Histórico) y el corpes (Corpus del Español del Siglo xxi) y
al fichero académico de papel.
324 Virginia González García

similar. Para resolver mi duda he tenido que acudir a Wikilen-


gua, recurso que se presentará más abajo, que utiliza el tér-
mino wiki en masculino «un wiki», pero señala su extendido
uso en femenino.
Las obras en línea que veremos a continuación cuentan
con una clara ventaja con respecto a las obras impresas: su
posibilidad de actualización constante las convierte en un re-
flejo de la lengua viva y en ellas se toman decisiones sobre el
uso de elementos emergentes del español que necesitan ser
regulados con la mayor inmediatez posible.

5.1. Fundéu (<http://www.fundeu.es>)


Fundéu es una institución dedicada a velar por el buen uso
del idioma español, que surgió como evolución del antiguo
Departamento de Español Urgente de la Agencia EFE. En su
consejo asesor se encuentran Valentín García Yebra, Leonar-
do Gómez Torrego, José Luis Martín Albertos, Gregorio Sal-
vador Caja y Humberto López Morales.
La complejidad y amplitud de recursos que ofrece el por-
tal de Fundéu responde a varios objetivos enumerados por
esta institución en su sitio de Internet: «ser un referente no
sólo de los medios de comunicación españoles, sino también
de aquellos otros del resto de los países hispanohablantes y
de los Estados Unidos de América» y «proporcionar criterios
uniformes del uso del español y ofrecer respuestas rápidas a
las consultas que se les formulen desde cualquier medio de
comunicación, para contribuir a evitar la dispersión lingüísti-
ca o la invasión indiscriminada de neologismos»9.

9
<http://www.fundeu.es/QuienesSomos.aspx?frmOpcion=QUIENES_
SOMOS&frmFontSize=2> [20-01-2010].
Obras de referencia para las normas y usos correctos del español 325

Con esta ambiciosa finalidad no es de extrañar, por lo tan-


282
to, la amplia gama de secciones que aparecen en este portal y
VIRGINIA GONZÁLEZ GARCÍA
que pasamos a presentar a continuación.
 

5.1.1. 5.1.1. Vademécum.


Vademécum. Diccionario
Diccionario de dudasde
deldudas del español
español
«Pádoc»de
«Pádoc» es la hispanización es «paddock»
la hispanización de «paddock»

Imagen 7. Vademécum de Fundéu.


Imagen 7. Vademécum de Fundéu
Al igual que el DPD, el Vademécum tiene la finalidad de orientar a los
usuarios Al
frente a las
igual quedificultades
el dpd, el que ofrece la tiene
Vademécum lengualaespañola.
finalidadSinde
embargo, al comparar
orientar ambas frente
a los usuarios obras, aencontramos clarasque
las dificultades diferencias
ofrece la
determinadas,
lengua española. Sin embargo, al comparar ambasseobras,
probablemente, por el hecho de que esta última dirigeen-
a
profesionales de los medios de comunicación, por ello
contramos claras diferencias determinadas, probablemente, se trata de un
diccionario
por elnutrido
hechode deelementos a los que
que esta última seno se dedica
dirige atención especial
a profesionales de los
en otras obras de referencia.
medios de comunicación, por ello se trata de un diccionario
El nutrido
usuario de elementos
puede a los
hallar en estaque no se
obra dedicade
consejos atención
uso acercaespecial
de
en otras obras de referencia.
nombres propios y gentilicios. Así Fundéu propone, por ejemplo, que el
gentilicioEl Tel Avivpuede
deusuario en español seaen
hallar telaviví y su plural
esta obra telavivíes.
consejos de uso acerca
de nombres propios y gentilicios. Así Fundéu
Aparecen entradas reservadas únicamente para sintagmas propone,
y unidadespor
fraseológicas que puedan prestarse a vacilaciones o usos incorrectos,
como película biográfica, sintagma recomendado en lugar de biopic, y
jugar un papel, o dar luz verde/dar vía libre, expresiones de las que se
recomienda no abusar.
326 Virginia González García

ejemplo, que el gentilicio de Tel Aviv en español sea telaviví y


su plural telavivíes.
Aparecen entradas reservadas únicamente para sintagmas
y unidades fraseológicas que puedan prestarse a vacilaciones
o usos incorrectos, como película biográfica, sintagma reco-
mendado en lugar de biopic, y jugar un papel, o dar luz verde/
dar vía libre, expresiones de las que se recomienda no abusar.
El carácter funcional de este diccionario determina su es-
tructura simple, que aboga por la claridad, de manera que
contraviene intencionadamente la tradición lexicográfica de
lematización de entradas. De esta manera, se encuentran en
el Vademécum expresiones lematizadas por la inicial de la pri-
mera palabra que las compone y hay que acudir a la letra a,
por ejemplo, para encontrar la expresión a expensas de, o a la
letra c para consultar con arreglo a.
Sorprende, igualmente, encontrar en el diccionario pares
o grupos de palabras asociadas mediante una barra como en-
trada lexicográfica: judo/yudo, condena/fallo/sentencia/veredic-
to… Con esta estrategia se avisa al usuario, desde el primer
momento, de la problemática que surge al contrastar estas
voces entre ellas. Igualmente, la palabra guía puede consistir,
simplemente, en un grupo vocálico, por ejemplo, ee, cuyo artí-
culo recomienda mantener las dos vocales cuando surge este
grupo de la unión del sufijo pre- y otra palabra.
En realidad, el Vademécum está formado, más que por un
diccionario de términos dificultosos, por tres diccionarios: el
que hemos descrito arriba, un diccionario de siglas y un dic-
cionario de abreviaturas. Estos dos últimos conforman una
valiosa fuente debido al extenso caudal de elementos recogi-
dos.

5.1.2. Manual de español urgente y Revista «Donde dice…»


Entre sus valiosos enlaces, se ofrece al visitante de la pá-
gina de Fundéu la posibilidad de consultar, en formato pdf,
Obras de referencia para las normas y usos correctos del español 327

algunos capítulos del Manual de español urgente, en su 18.ª


edición publicada por Cátedra, que constituye ya un clásico
entre los libros de estilo recomendados para periodistas y pro-
fesionales de los medios.
Esta política de poner al alcance de sus usuarios una serie
de contenidos impresos de forma gratuita se aplica también
a la decisión de «colgar» en la red los números de la revista
«Donde dice…», boletín trimestral de la Fundación de Espa-
ñol Urgente en los que colaboran especialistas reconocidos de
la lengua española.

5.1.3. Dichos y refranes y Sobre el lenguaje


Los amantes de la lengua y sus tradiciones encontrarán en
este enlace 120 refranes españoles con explicaciones acerca
de su origen y sentido.
En la misma línea, el enlace Sobre el lenguaje remite, en
primer lugar, a la sección Parentescos insólitos del lenguaje,
en la que a través de pequeños estudios etimológicos se nos
desvela la relación existente entre términos tan dispares como
chándal y alioli, por citar solo alguno de sus interesantes ar-
tículos. La segunda sección de esta página tiene también un
carácter histórico y en ella se presentan una serie de nombres
comunes derivados de nombres propios.

5.1.4. Consultas y Recomendaciones


Estas dos secciones muestran el lado interactivo de Fun-
déu. En la primera sección se permite a cualquier usuario en-
viar sus consultas, cuyas respuestas son publicadas para que
todos los navegantes puedan beneficiarse de ellas. La sección
Recomendaciones permite que los visitantes de la página se
subscriban a un servicio que envía diariamente al buzón del
usuario indicaciones sobre el uso correcto del español. Co-
piamos un fragmento de la recomendación enviada hoy a los
328 Virginia González García

usuarios de este servicio: «La Fundación del Español Urgen-


te señala que, así como los últimos coletazos es una locución
apropiada en español, no lo es los primeros coletazos, referida
a las primeras manifestaciones o repercusiones de algo».

5.1.5. Wikilengua
Con este nombre, que aparece en primer lugar entre las
secciones de Fundéu, se ofrece un recurso fundamental de
esta institución, con la que se adapta de manera innovadora a
las cualidades de la web 2.0 como recurso interactivo. Como
su nombre indica, aquí el usuario no se encuentra ante una
página simple de consulta, sino ante un wiki dedicado a di-
versos aspectos de la lengua española. Un wiki es un sitio web
compartido, que permite la elaboración de una misma página
por múltiples usuarios, de manera que cualquier persona re-
gistrada que lo desee puede aportar información sobre diver-
sos aspectos. En el caso que nos ocupa, Wikilengua permite
«compartir información práctica sobre la norma, el uso y el
estilo del español» y tiene como objetivo, además, «reflejar la
diversidad de una lengua hablada por cientos de millones de
personas»10.
Wikilengua permite dos tipos de accesos según el usuario.
Los usuarios no registrados pueden consultar la información
que aparece en este recurso, mientras que es necesario regis-
trarse para introducir comentarios en los diversos portales y
categorías que ofrece el sitio. Al principio de la página, nos
encontramos con diferentes portales: Toponimia, Terminolo-
gía, Gramática, Ortografía y personalidades.

10
<http://www.wikilengua.org/index.php/Portada> [20-01-2010].
 

OBRAS DE REFERENCIA PARA LAS NORMAS Y USOS … 285

 
Obras de referencia para las normas y usos correctos del español 329
principio de la página, el usuario se encuentra con diferentes portales:
Toponimia,
A) PortalTerminología,
de Toponimia Gramática, Ortografía y personalidades.
A) Portal de Toponimia ¿Me voy a esquiar a Pirineos o a Los Pirineos?

Los usuarios de este portal ¿Me voypueden


a esquiarencontrar
a Pirineos ouna
a Losextensa
Pirineos?
lista
Los de topónimos
usuarios de estepor países
portal que encontrar
pueden van desdeuna losextensa
nombres listadede
grandes capitales a los nombres de pueblos de reducido
topónimos por países que van desde los nombres de grandes capitales a tama-
losño, comode
nombres espueblos
el casodedereducido
Ademuz, en Valencia.
tamaño, como es elLacasofilosofía del
de Ademuz,
wiki, que lo diferencia de una página web tradicional,
en Valencia. La filosofía del wiki, que lo diferencia de una página web con-
siste en que
tradicional, el usuario
consiste tiene
en que el la posibilidad
usuario de añadir
tiene la posibilidad datosdatos
de añadir al
al cuadro, así,un
cuadro, así, unhabitante
habitante dede Albalat
Albalat dels
dels Tarongers,
Tarongers, podría
podría in-
introducir
troducir su gentilicio siguiendo unos sencillos pasos a
su gentilicio siguiendo unos sencillos pasos a través de un editor de textotravés
webdeque
un se
editor
activadeal texto
pulsarweb
en elque se que
enlace activa al pulsar
señalamos enimagen:
en la el enlace
que señalamos en la imagen:

Imagen 8. Topónimos en Wikilengua.


Imagen 8. Topónimos en Wikilengua
El portal de Toponimia no se limita a recopilar topónimos y
gentilicios, sino que además aporta información sobre el uso correcto e
El una
inserta portal de de
lista Toponimia
topónimosnoque
se limita
puedena presentar
recopilardificultades
topónimosal
hablante, con aclaraciones al respecto. Es lo que sucede consobre
y gentilicios, sino que además aporta información el
el artículo
uso correcto e inserta una lista de topónimos que pueden pre-
sentar dificultades al hablante, con aclaraciones al respecto.
330 Virginia González García

Es lo que sucede con el artículo que dedica, por ejemplo, al


topónimo Pirineos11, en el que tras una explicación de los di-
ferentes usos de la voz, con y sin artículo, termina recomen-
dando «no omitir el artículo (escribir o decir, por ejemplo, a
Pirineos en lugar de a los Pirineos) ni emplear la forma sin-
gular (el Pirineo) cuando queramos referirnos a la cordillera
(los Pirineos)».

B) Portal de Terminología
¿Sabías que «wiki» viene del hawaiano «wiki wiki», que quiere decir
‘deprisa’?

El segundo portal con el que se encuentra el usuario de


Wikilengua se centra en el campo de la Terminología. En este
portal el usuario puede encontrar un valioso recurso, la Ter-
minoteca, a través de la que se accede a Terminesp, banco de
datos terminológico promovido por la Asociación Española
de Terminología, desarrollado en colaboración con Fundéu.
Esta base de datos terminológica trabaja con datos de la
Asociación Española de Normalización y Certificación (ae-
nor), entidad dedicada al desarrollo de la normalización y la
certificación. Su objetivo es «proporcionar las definiciones
dadas en las normas españolas une de varias decenas de miles
de términos, con equivalencias en otras lenguas, cuando las
hay, tal como aparecen en ellas, sin entrar en su posible co-
rrección o incorrección técnica»12. El concepto de norma, en
este caso, responde a un documento de aplicación voluntaria
que contiene especificaciones técnicas basadas en los resulta-
dos de la experiencia y del desarrollo tecnológico. Las normas
une (Una Norma Española) son normas en español de cuya
elaboración se encarga aenor.

11
<http://www.wikilengua.org/index.php/Pirineos> [17-01-2010].
12
<http://www.wikilengua.org/index.php/Wikilengua:Terminesp>
[20/01/2010].
Obras de referencia para las normas y usos correctos del español 331

Para que los usuarios puedan aportar información de otro


tipo o disponer de ella, junto al término español, Terminesp
presenta un enlace que permite crear una página en Wikilen-
gua con el mismo título y añadir la información que se de-
see.
A estas alturas el lector se preguntará qué relación tienen
este tipo de normas con el uso de la lengua. Las bases de datos
terminológicas del español se nutren  de diversos documentos
entre los que se encuentran este tipo de normas, pues de ellas
OBRAS DE REFERENCIA PARA LAS NORMAS Y USOS … 287
se pueden obtener términos técnicos y científicos que facilitan
  la tarea de un gran número de usuarios entre los que destaca
especialmente el gremio de traductores. Será este grupo de
usuarios, pues,
usuarios, el que
pues, mayor
el que interésinterés
mayor pueda encontrar en las consultas
pueda encontrar en las a
Terminesp.
consultas a Terminesp.
Aunque
Aunque Terminesp
Terminesp ofrece
ofrece cierta
cierta complejidad
complejidad en suen uso,
su uso, lo
lo más
más sencillo
sencillo es acudires directamente
acudir directamente
al enlace al
«Verenlace
lista «Ver lista dede
de entradas
Terminesp»
entradas dey Terminesp»
buscar el término queeldesea
y buscar términoencontrar.
que deseaVeamos,
encon-por
ejemplo el resultado
trar. Veamos, porde una búsqueda
ejemplo del término
el resultado de una «red conexa»,del
búsqueda que
comentaremos
término «red a continuación:
conexa», que comentaremos a continuación:

Imagen 9. Terminesp en Wikipedia.


Imagen 9. Terminesp en Wikipedia
La búsqueda de «red conexa» ofrece como resultado un cuadro en el
que se encuentra la norma UNE de la que se ha obtenido el término y sus
correspondientes términos en alemán, inglés y francés seguidos de una
definición. Estos son los idiomas que encontramos en este término, pero
en otros casos aparece también la correspondencia en latín, italiano e
332 Virginia González García

La búsqueda de «red conexa» ofrece como resultado un


cuadro en el que se encuentra la norma une de la que se ha
obtenido el término y sus correspondientes términos en ale-
mán, inglés y francés seguidos de una definición. Estos son
los idiomas que encontramos en este término, pero en otros
casos aparece también la correspondencia en latín, italiano e
incluso en sueco.
Además de este valioso recurso para traductores, técnicos y
científicos, el portal de Terminología se completa con dos pá-
ginas centradas, respectivamente, en el Léxico científico y en
el Léxico informático. Los usuarios de estas páginas pueden
encontrar artículos referidos al uso adecuado de términos tan
dispares como desertización o código genético, en los que se
informa sobre su uso y escritura. Así, por ejemplo, se reco-
mienda escribir web en minúscula y en redonda13.

C) Portal de Gramática
¿Por qué puedo decir «a pesar mío» pero no «a mí pesar»?

El tercer portal de importancia de Wikilengua es el extensí-


simo Portal de Gramática. En él podemos encontrar diferen-
tes secciones: «¿Cómo expresar?», dedicada a elementos de la
gramática funcional; «Categorías gramaticales»; «Partes de la
oración», «Categorías sintácticas» y «Casos concretos», en los
que se analizan dificultades como el «dequeísmo» o «plurales
dudosos».
Los más curiosos pueden encontrar, además, un sinfín de
artículos que tratan variados elementos gramaticales en el en-
lace Gramática, al que pueden acceder a través del índice en el
que el usuario encontrará desde recomendaciones para evitar
el leísmo, hasta una página dedicada al lenguaje no sexista.

13
<http://www.wikilengua.org/index.php/web> [20-01-2010].
Obras de referencia para las normas y usos correctos del español 333

D) Portal de Ortografía
¿Disminuye la «líbido» o la «libido»?

El portal de Ortografía es, junto con el de Gramática, uno


de los más desarrollados de Wikilengua. Además de las nece-
sarias páginas de puntuación y acentuación, es interesante la
página dedicada a ortotipografía: «Conjunto de usos y conven-
ciones particulares por las que se rige en cada lengua la escri-
tura mediante signos tipográficos»14. En esta sección, agrupa-
das por áreas temáticas (Arte, Derecho, Historia, Medicina,
etc.) se aporta una serie de normas dedicadas a la escritura
correcta de diversos elementos como, por ejemplo, la escritu-
ra de las enfermedades o de los tiempos de marcas deportivas.
Aunque cualquier usuario puede beneficiarse de esta sección,
resulta especialmente útil para redactores periodísticos, tra-
ductores, correctores y editores.
Por último, en este portal destaca la inclusión de un apar-
tado dedicado a los problemas de ortografía que afectan a los
hablantes seseantes.

E) Portal de personalidades
El portal Personalidades posee un carácter principalmente
enciclopédico y se centra en la aportación de datos acerca de
autores cuyas aportaciones se consideran fundamentales en
el ámbito de la Lingüística de todos los tiempos: Nebrija, Lá-
zaro Carreter, Chomsky, etc.

F) Categorías
Además de estos cinco portales descritos arriba, el usuario
interesado y, principalmente, los profesionales de los medios
de comunicación, disponen de otros apartados de interés a los
que se puede acceder a través del índice general.

14
drae, s.v. ortotipografía.
Lingüística de todos los tiempos: Nebrija, Lázaro Carreter, Chomsky, etc.
F) Categorías
Además de estos cinco portales descritos arriba, el usuario interesado
y, principalmente, los profesionales de los medios de comunicación,
disponen de otros apartados de interés a los que se
334 puede González
Virginia acceder aGarcía
través
del índice general.

Imagen 10. Índice general de Fundéu.


Imagen 10. Índice general de Fundéu
Las categorías de gramática y ortografía incluyen y completan los
contenidos que se pueden encontrar en los portales especializados que se
hanLas categorías
descrito de gramática
anteriormente. y ortografía
En la categoría Nombresincluyen
propios, elyusuario
com-
pletan los contenidos que se pueden encontrar en los portales
encontrará, además de un sinfín de topónimos y de indicaciones sobre
uso, una lista deque
especializados los se
gobernantes
han descritodel mundo y la adaptación
anteriormente. En lade sus
cate-
nombres
goría en español,
Nombres precedida,
propios, en algunos
el usuario casos, del nombre
encontrará, además en de
lengua
un
vernácula
sinfín de ytopónimos
de la transcripción de su pronunciación.
y de indicaciones sobre uso, una lista de
los
290 gobernantes del mundo y GONZÁLEZ
VIRGINIA la adaptación
GARCÍA de sus nombres
en español, seguida, en algunos casos, del nombre en lengua
 
vernácula y de la transcripción de su pronunciación.

Imagen 11. Ejemplo de listas de gobernantes en Wikipedia.


Imagen 11. Ejemplo de listas de gobernantes en Wikipedia

También desde el índice, nos encontramos con la categoría Léxico, de


gran complejidad por la variedad de sus contenidos. En ella aparecen
indicaciones para evitar falsos amigos (sobre todo entre el español y el
Obras de referencia para las normas y usos correctos del español 335

También desde el índice, nos encontramos con la categoría


Léxico, de gran complejidad por la variedad de sus conteni-
dos. En ella aparecen indicaciones para evitar falsos amigos
(sobre todo entre el español y el francés o el inglés); glosarios
de diversos asuntos, tales como extranjerismos o acortamien-
tos; un listado de palabras comodín de las que no se debe
abusar, y un sinfín de artículos con recomendaciones para el
uso correcto de las palabras. El usuario puede encontrar, por
lo tanto, información que abarca desde el uso de nombres de
animales como calificativos atribuidos a los humanos, clasifi-
cados por países (lechuzo, zángano, sanguijuela, etc.) hasta el
nombre que reciben los seguidores de determinado equipo de
fútbol (chés, bermellones, colchoneros, etc.).
La categoría de Diseño, estrechamente ligada a la ortotipo-
grafía, ofrece especial interés para estudiantes, editores, tra-
ductores, periodistas, en fin, para todo aquel que tenga que
presentar sus ideas o el resultado de su trabajo de forma escri-
ta. En ella aparecen recomendaciones sobre la forma de citar
las referencias bibliográficas, los diversos tipos de párrafo y
cuándo evitar los saltos de línea, entre otras.
La categoría Mundo de la lengua constituye una de las más
innovadoras de Wikilengua, pues en ella se incluye un Atlas
de la lengua oral, que tiene como objetivo registrar las formas
de habla del mundo hispanohablante a partir de las contribu-
ciones de los usuarios que, voluntariamente, graban su forma
de hablar. Estas variedades de habla aparecen geolocalizadas
en un mapa:
 

OBRAS DE REFERENCIA PARA LAS NORMAS Y USOS … 291


336 Virginia González García
 

Imagen 12. Atlas de la lengua oral.


Imagen 12. Atlas de la lengua oral
Por otro lado, los creadores del atlas lingüístico, invitan a sus usuarios
a participar, sea cual sea su nivel sociolingüístico, aunque piensen que su
Por otro lado, los creadores del atlas lingüístico invitan a
habla no
suspertenece
usuariosal nivel estándar:
a participar, sea cual sea su nivel sociolingüístico,
aunque
…no dejespiensen que su
de añadir habla no solo
tu grabación pertenece
porquealpiensas
nivel estándar:
que hablas mal,
o porque solo hablan así en la población donde estás, por
…no dejes de añadir tu grabación solo porque piensas que hablas pequeña
mal, que
sea, o porque mezclas acentos (por ejemplo, naciste en un sitio y vives
o porque solo hablan así en la población donde estás, por pequeña que sea, en
o porque mezclas acentos (por ejemplo, naciste en un sitio y
otro, o tus padres tienen diferentes orígenes), o porque formas parte de vives en otro, o un
tus padres tienen
15 diferentes orígenes), o porque formas parte de un colectivo
colectivo concreto.
concreto15.
Para reflejar de manera más fidedigna el modo oral de la lengua, se
Para reflejar de manera más fidedigna el modo oral de la
permitelengua,
y se sugiere a los usuarios que inserten grabaciones de tipo
se permite y se sugiere a los usuarios que inserten gra-
conversacional
bacionesendelas que
tipo intervengan dos
conversacional en olas
más
quepersonas, o quedos
intervengan reflejen
o
situaciones de habla concretas (saludos, invitaciones, etc.) que
más personas, o que reflejen situaciones de habla concretas consideren
peculiares de su zona.
Esta magnífica iniciativa promete ser, con el tiempo, una valiosa
fuente 15de información para estudios lingüísticos centrados en los más
<http://www.wikilengua.org/index.php/Categor%C3%ADa:Atlas_oral>
diversos aspectos: dialectológicos, de la modalidad oral, del español
[20-01-2010].
coloquial, etc. Por otro lado, son indudables las aplicaciones que esta
                                                            
15
<http://www.wikilengua.org/index.php/Categor%C3%ADa:Atlas_oral> [20-01-2010].
Obras de referencia para las normas y usos correctos del español 337

(saludos, invitaciones, etc.) que consideren peculiares de su


zona.
Esta magnífica iniciativa promete ser, con el tiempo, una
valiosa fuente de información para estudios lingüísticos cen-
trados en los más diversos aspectos: dialectológicos, de la
modalidad oral, del español coloquial, etc. Por otro lado, son
indudables las aplicaciones que esta plataforma tiene para la
enseñanza de la entonación y de la pronunciación a estudian-
tes de ele (Español Lengua Extranjera).

G) Otras utilidades de Wikilengua


Los múltiples artículos por los que hemos navegado en las
páginas anteriores son, además, sazonados y completados
con un gran número de enlaces externos a los que el usuario
puede acudir para obtener información de primera mano o
para ampliarla.
En cada página, el usuario encontrará, igualmente, una
serie de artículos propuestos, invitaciones a que su paso con
Wikilengua no se quede en la mera consulta de contenidos
sino que sirva para nutrir con sus conocimientos esta extensa
plataforma. Así, por ejemplo, se invita al usuario a insertar
información sobre la persona de Lázaro Carreter, el número
gramatical o sobre sufijos toponímicos.
El carácter colaborativo de este wiki no se reduce al uso
individual que cualquier persona pueda hacer de él, sino que
va más allá del ordenador doméstico o de nuestro puesto de
trabajo y llega hasta las aulas, con interesantes propuestas
para que los docentes de todos los niveles educativos dispon-
gan de actividades didácticas a partir de la explotación de esta
herramienta16.

16
Además de las recomendaciones que aparecen en la propia Wikilen-
gua, los usuarios interesados pueden profundizar en sus aplicaciones
docentes, con la lectura del artículo «Wikilengua: una nueva propuesta
338 Virginia González García

5.1.6. Otras utilidades de Fundéu


La lista de correo Apuntes, moderada por Fundéu, consti-
tuye un foro de discusión para todos aquellos que manejan
la lengua en sus quehaceres profesionales o para cualquier
persona que tenga inquietudes o dudas lingüísticas. Los sus-
critos a esta lista envían sus preguntas o sus comentarios e
intercambian información entre ellos. Por poner un ejemplo,
hoy se han enviado varios correos de la lista, en uno de ellos
se preguntaba si «en profundidad» es un anglicismo; en otro
se preguntaba sobre la forma correcta: «¿soledad de compa-
ñía o soledad en compañía?»
Para terminar con la descripción de este portal, Fundéu
remite también a los más variados enlaces externos centrados
en la lengua española y su uso, como la página que centra el
siguiente apartado.

5.2. La página del idioma español (http://www.elcastellano.org)


Esta página que comenzó a publicarse en 1996 está consti-
tuida por una revista digital cuyo núcleo principal es el uso de
la lengua española en Internet y sigue gozando de la misma
vitalidad con la que surgió en sus orígenes, hecho que hay que
agradecerle a su editor, Ricardo Soca.
Más que ante una página, nos encontramos, como en el
caso anterior, ante un portal plagado de enlaces de lo más he-
terogéneo que nos llevan a recopilaciones de diccionarios en
línea, artículos sobre aspectos gramaticales dificultosos, un
directorio que recoge los principales periódicos en español,
un diccionario botánico, etc. El navegante que decida sumer-
girse en las aguas de esta página puede estar seguro de que

para renovar las prácticas educativas», que aparece en el portal de edu-


cación de Argentina, Educar: <http://portal.educ.ar/debates/eid/lengua/
para-trabajar-clase/wikilengua-una-nueva-propuesta.php>.
Obras de referencia para las normas y usos correctos del español 339

encontrará motivos más que suficientes para no abandonar


la travesía.
La aportación más interesante, por su originalidad y por
su impecable carácter divulgativo, es, sin duda, «La Palabra
del día»; en esta sección los usuarios pueden inscribirse para
recibir, diariamente, un breve artículo cuya protagonista es la
historia de una palabra española. Las últimas palabras envia-
das, por ejemplo, son Haití, carpetovetónico, catarata y abra-
cadabra. Se trata de textos extraídos de las obras de Ricardo
Soca, La fascinante historia de las palabras y Nuevas fascinan-
tes historias de las palabras. Los usuarios suscritos a este ser-
vicio reciben periódicamente, también, un resumen de prensa
que enlaza con diversos artículos de interés y que lleva como
rótulo: Noticias del castellano.

5.3. Otras páginas de interés


Son innumerables las páginas dedicadas al uso de la len-
gua española que deberían tener cabida en estas líneas. Sin
embargo, este capítulo debe cerrarse con una invitación a
navegar en ellas y descubrir las posibilidades ilimitadas de
nuestra lengua y de las obras que giran en torno a ella. Nos li-
mitaremos, por lo tanto, a presentar una selección de las pági-
nas más interesantes que, en el hilo de las que hemos visto en
los dos epígrafes anteriores, diseccionan, analizan, estudian y,
por qué no, esculpen la lengua.
• Página de José Antonio Millán, con apartados muy inte-
resantes sobre la lengua y la edición en Internet:
<http://jamillan.com/>.
• Página de Xose Castro, traductor e interprete de inglés.
<http://xcastro.com/index_es.htm>.
• Página de José Ramón Morala, completo repertorio de
diccionarios de español.
<http://www3.unileon.es/dp/dfh/jmr/index.htm>.
340 Virginia González García

6. Ejercicios
A) Consulte el drae, en cualquiera de sus versiones, y expli-
que por qué aparecen en entradas diferentes las siguien-
tes voces:
isabelino1, na.
isabelino2, na.
isabelino3, na.
intercalar1
intercalar2
cardenal1
cardenal2

B) ¿Qué significan las siguientes abreviaturas del drae?


Acuda a la obra para consultarla, si tiene dudas.
1. En México, u. c. rur.
2. En Nicaragua, u. solo en part.
3. era u.
4. Era u. t. c. amb.
5. Estad.
6. E Ven.
7. Man.
8. t.

C) Busque en el drae cinco palabras que tengan marcas téc-


nicas y otras cinco que posean marcas de nivel de uso o
registro de habla.

D) Busque una palabra en el drae y en el dea y escriba un


pequeño comentario acerca de las semejanzas y diferen-
cias entre las dos entradas lexicográficas.

E) Consulte el Vademécum de la página web de Fundéu


(http://www.fundeu.es/esurgente/lenguaes/) y señale a
qué corresponden las siguientes abreviaturas:
1. s.v.
2. s.e.u.o.
3. cónfer.
4. v. gr.
5. óp. cit.
Obras de referencia para las normas y usos correctos del español 341

F) Consulte el Vademécum de la página web de Fundéu


(http://www.fundeu.es/esurgente/lenguaes/) y señale a
qué corresponden las siguientes siglas:
1. aena
2. opa
3. uefa
4. csic
5. ele

G) Consulte Wikilengua (http://www.wikilengua.org) y en-


cuentre, en el portal de gramática, cinco ejemplos de
pleonasmo. Defina el fenómeno de pleonasmo a partir de
los comentarios de este portal.

H) Señale algún fenómeno que aparezca en la Nueva gra-


mática de la lengua española que esté marcado geográfi-
camente. Haga lo mismo con el dpd.
BLOQUE QUINTO:
ESTILÍSTICA Y LENGUAJE
SOCIALMENTE CORRECTO
Capítulo 12
ATENUACIÓN, EUFEMISMOS Y
LENGUAJE POLÍTICAMENTE CORRECTO

Marta Albelda Marco


Universitat de València

0. Introducción1
En este capítulo se tratan fenómenos de manipulación lin-
güística del significado, tales como la atenuación verbal, los
eufemismos y el denominado lenguaje políticamente correcto.
En primer lugar, se definen y se caracterizan; en segundo lu-
gar, se presentan los mecanismos lingüísticos mediante los
que se construyen; y finalmente, se señalan los problemas o
consecuencias que provocan en la corrección y comprensión.
Intuitivamente asociamos estos tres fenómenos a estrate-
gias lingüísticas de suavización, camuflaje o encubrimiento.
Tales potencialidades en la comunicación dan cuenta del po-
der del eufemismo, lo que ha despertado interés en nume-
rosas disciplinas como la sociolingüística, la pragmática (en
especial, desde el análisis del discurso), la retórica o la semán-
tica.
El tema que nos ocupa se enmarca en la esfera de inter-
sección entre la lengua y la realidad social: el lenguaje no es
solo un instrumento para transmitir conocimientos e infor-
maciones, también es uno de los mayores cauces para la so-
cialización y la negociación de intereses. A través de nuestras
palabras reforzamos o debilitamos nuestros lazos sociales y

1
Agradezco sinceramente a Julia Sanmartín y a María Estellés los co-
mentarios realizados a una versión anterior de este capítulo. Los erro-
res que se pudieran encontrar son solo míos.
346 Marta Albelda Marco

conseguimos cosas de los demás. Desde el punto de vista so-


cial, dos son los principales fines de estos fenómenos lingüís-
ticos: cuidar la relación social con nuestros interlocutores y
servirse del poder estratégico del lenguaje.
Relacionado con lo anterior se encuentra la noción de ima-
gen personal, trabajada en el campo de la Antropología y de
la Sociología (Goffmann, 1967) y que da cuenta del deseo que
tenemos las personas de ser respetadas y valoradas por nues-
tros interlocutores. Los seres humanos hemos desarrollado
mecanismos de comportamiento, también a nivel comunica-
tivo, para evitar las acciones que pueden llevar a perder ima-
gen (total o parcialmente), bien como hablantes, bien como
oyentes. Ejemplos de estos mecanismos son, por ejemplo,
atenuar el rechazo a conceder lo que nos piden o suavizar
una crítica. Asimismo, somos conscientes de que a través del
lenguaje también realizamos acciones que mejoran nuestra
imagen y la de los demás: felicitar, saludar, agradecer, alabar,
hacer un cumplido, etc.
También a nivel ideológico, especialmente desde la co-
rriente del Análisis crítico del discurso (Dijk, 1985, 2003, por
ejemplo), se estudia cómo el lenguaje transmite una deter-
minada percepción del mundo, a veces más abiertamente y
otras menos. Piénsese, por ejemplo en las ideas implícitas en
enunciados como Era pobre pero honrado, o en Trabaja como
un negro. No solo el contenido sino también el modo de ex-
presarnos transmite quiénes somos, qué pensamos y cómo
valoramos a los otros.
En último lugar, hay que señalar la atención que han re-
clamado estos fenómenos lingüísticos por parte de la Semán-
tica. La elección de determinadas formulaciones lingüísticas
puede producir la manipulación de la propiedad significativa
de las palabras y es motor de cambios semánticos (Del Teso,
1988; Roldán, 1998, 2003).
Atenuación, eufemismos y lenguaje políticamente correcto 347

1. ¿Qué se entiende por atenuación, eufemismo y lenguaje


políticamente correcto?
La atenuación es un fenómeno más general y amplio que
el eufemismo y el lenguaje políticamente correcto, aunque en
un sentido laxo puedan identificarse. Atañe a la suavización
de cualquier mensaje lingüístico con el fin de no herir la ima-
gen del receptor, bien porque supone una intromisión en su
territorio personal (por ejemplo, una petición o una prohibi-
ción), bien porque lo dicho atenta a su estima o prestigio pú-
blico (por ejemplo, un reproche o una acusación) (Briz, 2007;
Albelda, 2009).
La atenuación reduce la fuerza impositiva de los actos de
habla. Así, se puede suavizar, por ejemplo, la fuerza de un
acto directivo (de acuerdo con la terminología de Searle,
1969), como una orden, una petición o una recriminación.
Un enunciado como Dame fuego se atenuaría mediante su for-
mulación en modalidad interrogativa y empleando un verbo
modal, ¿Puedes darme fuego? También se puede minimizar la
aserción del hablante restringiendo la expresión de las afir-
maciones al ámbito de las creencias, de la posibilidad o de la
perspectiva personal. Así, por ejemplo, una opinión sobre la
que se está claramente convencido se puede expresar atenua-
da introduciendo me parece: Me parece que ese aparato de aire
acondicionado es el perfecto para nuestra casa.
Por su parte, el eufemismo afecta sobre todo al léxico
(como se da por sentado en muchos de los trabajos sobre el
tema: Gómez, 2005; Guitart, 2005; Martínez, 2006)2. De hecho,
su función principal es la sustitución: el eufemismo reempla-
za a otro término de referencia directa y que posee unas con-
notaciones que se desea aliviar, como la ofensa al buen gusto,
la elusión de un tabú o la dureza de la realidad. Mientras que
la atenuación es un mecanismo del que puede participar cual-

2
De ahí la utilidad de los diccionarios de eufemismos; véase, por ejem-
plo, Lechado (2000).
348 Marta Albelda Marco

quier unidad lingüística en todos los niveles (entonativo, mor-


fológico, sintáctico, etc.), el eufemismo es el resultado con-
creto de un proceso de sustitución léxica. Es más, las áreas
de aplicación del fenómeno eufemístico son determinadas: se
reducen a aquellos campos semánticos que revisten o reflejan,
a ojos de una determinada cultura, una realidad considera-
da dura o tabuizada (enfermedades, muerte, defectos físicos,
edad, supersticiones, sexualidad, etc.3: devolver por vomitar,
desaparecer o faltar por morir, grueso o grande por gordo).
El lenguaje políticamente correcto constituye una parce-
la del eufemismo, aquella que atañe a los aspectos de carácter
social al servicio de una filosofía política: «lo tradicionalmente
eufemístico se redefine con frecuencia, en la actualidad, con lo
políticamente correcto» (Guitart, 2005: 47; véase también Rol-
dán, 2003: 102-106). El lenguaje políticamente correcto nace
en ee. uu. para reivindicar a partir de la lengua una igualdad
en determinados grupos minoritarios. Su origen norteameri-
cano persigue la denominada «discriminación positiva», que
se propone reforzar las «minorías oprimidas» como mujeres,
inmigrantes, discapacitados, etc. Para los defensores de este
fenómeno, el lenguaje actúa como corrector de mentalidades
discriminatorias: «mediante determinadas elecciones eufe-
místicas o políticamente correctas, lo que se persigue en el
discurso político es llevar a cabo una reinterpretación de la
realidad, bien transformándola o corrigiéndola, bien creán-
dola de nuevo» (Guitart, 2005: 48). Alcanzar logros en el len-
guaje supondría alcanzarlos también en el terreno político o
social: los cambios en el uso del lenguaje comportarían cam-
bios en la realidad. En suma, el lenguaje políticamente co-

3
La contrapartida del eufemismo es el disfemismo, proceso por el que se
recurre a sustitutos para reforzar el concepto interdicto (Casas, 1986:
85-86): cualquier insulto constituiría un disfemismo, como por ejem-
plo, las expresiones peyorativas referidas a personas, como sudaca para
sudamericano.
Atenuación, eufemismos y lenguaje políticamente correcto 349

rrecto es una actitud, una reivindicación sociopolítica que se


sirve frecuentemente del eufemismo para obtener sus fines.
Los sectores sociales más afectados por el lenguaje polí-
ticamente correcto son los relativos a la economía (pobreza,
esclavitud, hambre), a la guerra y al terrorismo, a la emigra-
ción, al nacionalismo, a la raza, al género y opción sexual, a
la edad, a las discapacidades4. Son cada vez más abundantes
las nuevas denominaciones en este terreno, que se van convir-
tiendo en cliché; un ejemplo clásico es la expresión países en
vías de desarrollo para ‘países pobres’.
Aunque resulta obvio, conviene subrayar que los tres pro-
cedimientos actúan en un terreno exclusivamente lingüísti-
co. El referente de la realidad no se modifica por el hecho de
atenuar lingüísticamente sus características; sin embargo, la
percepción de esa realidad por parte de los hablantes sí se
muestra modificada.

2. Formación y tipología de la atenuación lingüística


La atenuación constituye una estrategia verbal dirigida a
que nuestro mensaje sea mejor aceptado por el receptor, pues-
to que la forma de decir las cosas afecta al modo de recibirlas.
Con la atenuación el hablante protege tanto la imagen del in-
terlocutor como la suya propia, y en consecuencia, también se
asegura que el mensaje transmitido sea más eficaz.
Se recurrirá a los mecanismos de atenuación, sobre todo,
cuando el mensaje suponga un coste para el receptor por con-

4
Se suele integrar dentro del lenguaje políticamente correcto el lenguaje
no sexista; en este caso, los mecanismos implicados van más allá del
eufemismo y atienden a otros fenómenos no solo léxicos, sino también
morfológicos y sintácticos. Véase, para más detalle, el capítulo 13 de
este libro.
350 Marta Albelda Marco

tener una carga negativa o porque puede dejar en entredicho


la imagen del que habla. Así, por ejemplo, se tenderá a atenuar
una petición que requiera un esfuerzo para la otra persona,
una corrección, el desacuerdo, los juicios negativos hacia la
conducta de los demás, la negación de un permiso, la aserción
de opiniones que puedan resultar tajantes, etc.
A diferencia de los eufemismos que, como se ha dicho, efec-
túan sustituciones terminológicas, los mecanismos de atenua-
ción se dedican a reducir el grado de intensidad significativa
expresado por las palabras y a rebajar la fuerza ilocutiva del
enunciado en general, en ocasiones desfocalizando la referen-
cia temporal o personal. En suma, la atenuación minimiza los
inconvenientes de lo dicho, difumina la carga semántica de
un término peyorativo.
El recurso a la atenuación no es algo que se pueda esta-
blecer sistemáticamente, pues en última instancia dependerá
de factores situacionales como la relación de mayor o menor
familiaridad entre los interlocutores, la existencia o no de po-
der jerárquico entre estos, los objetivos comunicativos de la
interacción, el género discursivo del que se trate, etc. No obs-
tante, se pueden determinar los procedimientos lingüísticos
que permiten atenuar.
Desde un acercamiento amplio, los procedimientos de ate-
nuación inciden en tres ámbitos lingüísticos: a) sobre pala-
bras o ideas de connotación más fuerte; b) en actos de habla
directivos, en tanto que suponen algún tipo de movilización
de nuestro interlocutor; y c) en actos de habla asertivos, en
especial los que expresan opiniones o juicios de valor, con el
objeto de que el hablante no se muestre demasiado categórico
(véase Briz, [coord.], 2008: 167-204). Conviene utilizarlos mo-
deradamente y sin perjuicio de la claridad del mensaje.
Atenuación, eufemismos y lenguaje políticamente correcto 351

2.1. Procedimientos para atenuar palabras o ideas de connotación


más fuerte

1. Modificación mediante cuantificadores minimizadores


(un poco, algo, algo así, solo, no mucho, simplemente, sola-
mente), diminutivos o partículas que difuminan el significado
pleno del término al que acompañan (como, o así, más o me-
nos, aproximadamente):
Solo te robaré unos minutitos para que me eches una mano
Estáis un poco alterados hoy; vamos a intentar algo más de silencio
No sé mucho sobre ese asunto (en lugar de No sé sobre ese asunto)
Hoy estás como alterado, ¿qué te ha pasado el fin de semana?
Estoy más o menos de acuerdo con usted; mi única objeción es…
Han fallecido aproximadamente doscientas personas en el ataque

2. Lítotes: rodeos o expresión de las ideas a través de la


negación de su contrario:
Ya no sois jóvenes para estos trotes, en lugar de sois viejos
No estoy plenamente satisfecho con tu trabajo, en lugar de estoy decepcio-
nado con tu trabajo
Los datos que me han pasado no son ciertos, en lugar de son falsos
No digo que lo resultados sean malos, pero sí algo perjudiciales para nues-
tra empresa

Uno de los usos más frecuentes de la lítote es el caso en que


se tiene que expresar la negación o el rechazo. La palabra no
es una de las más evitadas cuando se pretende ser atenuado:
A: ¿Estás de acuerdo con nuestras sugerencias? B: No del todo/ no exac-
tamente/ no plenamente/ no lo veo muy del todo claro/ sí, pero…
A: ¿Me podrías recoger con el coche cuando pases por mi casa? B: Me
gustaría, pero no creo que hoy tenga suficiente tiempo, pero otro día seguro

2.2. Procedimientos para atenuar actos directivos


Se trata de evitar cualquier fórmula directa de imposición
en peticiones, ruegos, órdenes, preguntas directas, favores,
instrucciones, prohibiciones, consejos, advertencias, reco-
mendaciones.
352 Marta Albelda Marco

3. Conjugación de los verbos en tiempos condicionales o


imperfectos, en lugar del presente o del imperativo:
Sería conveniente que escuchaseis con atención al conferenciante
Interesaría estudiar el tema con más profundidad
Yo que usted me pasaría dentro de dos semanas para ver en qué estado
se encuentra
Solo quería hacerle una corrección al último punto de su exposición
Venía a pedirle si puede cambiarme el examen de fecha

4. Empleo de verbos y adverbios modales en las peticio-


nes, sugerencias, advertencias: poder (en lugar de deber o tener
que), querer, permitir, ¿te/le importaría?, ¿sería posible?, ¿ca-
bría la posibilidad?, quizás, tal vez.
En ocasiones, estos mecanismos de atenuación se combi-
nan con conjugaciones verbales en condicional, imperfecto o
futuro:
Quisiera/ querría/ quería preguntarle dónde puedo inscribirme para el
curso
¿Tendría un cigarrillo?/ ¿Tendrá, tal vez, un cigarrillo?
¿Serías tan amable de apagar el cigarrillo?
Quizás puedas ayudarme con este ejercicio
Tal vez no es el momento adecuado, pero te quería recordar que nos ha
pedido el director que lo recojamos en el aeropuerto
¿Me deja/ me permite que le haga una pregunta?
¿Puedo pedirles un fuerte aplauso para la conferenciante?

5. Formulación de una petición mediante pregunta negati-


va o suponiendo la negación de lo solicitado:
¿No tendrá un cigarrillo?/ Supongo que no tendrá un cigarrillo
Me imagino que no podrás llegar un poco antes para preparar la sala
¿No podría prestarme un bolígrafo?
¿Tú no tendrás un teléfono móvil a mano, verdad?

En este mismo sentido, otra forma de atenuar es incluir


en la petición el potencial rechazo del interlocutor o expresar
la improbabilidad de que se obtenga lo solicitado: por casua-
lidad, acaso, en el caso de que puedas,¿sería muy difícil conse-
guir…?, ¿es imposible realizar...?, etc.:
Atenuación, eufemismos y lenguaje políticamente correcto 353

En el caso de que te sobren unos minutos, dime y te haré unas preguntas


Disculpa, por casualidad, ¿no tendrás fuego?
¿Sería posible que lleguemos todos puntuales?
¿Sería muy difícil cambiar la hora de salida para que llegue con tiempo?
¿Cabría alguna posibilidad de que nos preparen una sala más grande
para la exposición?
Entenderé que no sea posible, pero ¿podría volver a pensar en mi oferta?

6. Acompañar con una disculpa las peticiones, desacuer-


dos, prohibiciones, reconvenciones y, en general, cualquier
acción que pueda resultar molesta al interlocutor:
Perdona que te moleste/ perdona que te interrumpa un momento/ permí-
tame que le pregunte/ disculpe si le distraigo/ perdone mi atrevimiento, pero
¿podría/s prestarme un poco de aceite?

7. Restricción de la petición mediante construcciones sin-


tácticas condicionales o estructuras temporales, ofreciendo
una mayor libertad de acción al interlocutor:
Si no es mucha molestia/ si no es mucho problema/ si no te importa/ si no
es mucho pedir
Si se me permite/ si no es mucha indiscreción
Si le parece bien/ si está de acuerdo/ si está al alcance de su mano/ si fuera
tan amable
Cuando pueda/ cuando (le) sea posible/ cuando tenga un momento
En el caso de que le venga bien/ en el caso de que le surja la oportunidad
Señores, si les parece oportuno, empezamos ya la reunión
Si no te importa, ¿me vuelves a repetir tu número de nif?

2.3. Procedimientos para atenuar aserciones y opiniones


En estos casos se busca eludir la responsabilidad del ha-
blante respecto a lo que dice: apreciaciones o juicios sobre la
persona o actuación del interlocutor, correcciones, desacuer-
dos, opiniones que puedan resultar radicales o divergentes
con la mayoría, etc.
8. Expresión de las aserciones mediante estructuras de
duda o de probabilidad como suponer, creer, pensar, parecer,
imaginar, a lo mejor, tal vez, quizás, casi, seguramente, proba-
blemente, no sé, no sé cómo decirle:
354 Marta Albelda Marco

Creo que la presencia de estudiantes en estas reuniones no es muy ele-


vada. Tal vez valdría la pena darles facilidades para que puedan asistir, no
sé, digo yo
La situación económica no es muy boyante, probablemente no subirán
los sueldos este año
Me parece que eran diez y no ocho las personas que iban a venir, ¿no?

9. El empleo del verbo en tiempo futuro, en ocasiones, tam-


bién puede transmitir la idea de probabilidad, suposición o
conjetura, lo que suaviza la fuerza asertiva:
Usted tendrá unos cuarenta años
Imagino que estarán esperando a que llegue el profesor de esta aula, ¿es
así?

10. Limitación de la aserción a un ámbito concreto, evitan-


do la generalización a unas coordenadas espacio-temporales,
a una determinada perspectiva de estudio, al ámbito de una
opinión puramente personal (en mi opinión, a mi parecer, a
mi juicio, a mi modo de ver, para mí, digo yo, dentro de lo que
cabe):
Dentro de lo que cabe, ha sido un año bueno para el Madrid
A mi juicio es mejor poner cuatro conferencias cada día del congreso en
vez de cinco
El menú de este restaurante es mejor que el de aquel; al menos para mí
Van a ser las peores lluvias del invierno, de acuerdo con las previsiones
meteorológicas

11. Restricción de la aserción mediante estructuras condi-


cionales que reducen la responsabilidad hacia la verdad de lo
dicho:
Si no recuerdo mal/ si no me equivoco/ si no me falla la memoria/ si estoy
en lo cierto/ si he entendido correctamente
Son sesenta euros lo que me debes, si no me fallan los cálculos
Hoy acababa el plazo de matrícula, si no recuerdo mal

12. También se puede restringir la fuerza asertiva de los


juicios mediante estructuras de contraste de significado con-
cesivo (sí/no…, pero)
Sí que tienes razón, pero no en todo lo que dices
Atenuación, eufemismos y lenguaje políticamente correcto 355

No estoy seguro, pero creo que esa no es la mejor solución


No está mal lo que dices, pero plantéalo ahora desde esta otra perspec-
tiva…

13. Justificación de una opinión, de un desacuerdo o de


una conducta desfavorable o molesta mediante conectores
de causa (es que, porque, puesto que, como). De este modo se
atribuyen las causas de lo hecho o dicho a motivos externos
al que habla y que, con frecuencia, tendrán mayor apariencia
de objetividad:
Siento interrumpiros, pero es que nos van a cerrar el edificio
Tenemos que terminar, pues ya es la hora/ puesto que ya es la hora
No les puedo ayudar porque no tengo suficiente personal
Como no me avisasteis del número exacto de gente, no he preparado
copias suficientes

14. Evitar la referencia directa al propio hablante como


origen de una opinión o de un juicio (este mismo recurso se
puede emplear también para atenuar mandatos o instruccio-
nes). Se pueden emplear diversos procedimientos:
a) Impersonalización mediante el recurso a la segunda per-
sona del singular o a la primera del plural, empleo de formas
verbales impersonales, apelación a una institución o entidad
que se representa o que se cita, uso de la forma se, del indefi-
nido uno, etc.:
Habría que fotocopiar los apuntes a doble cara/ Daría un buen resultado
fotocopiar los apuntes a doble cara/ Quizás sea conveniente fotocopiar los
apuntes a doble cara
Seamos precavidos con la información que damos en la prensa
Se ha de llegar puntual a clase
Me dicen en mi Departamento que no firmarán el acuerdo si no se con-
trata a más personal

b) Introducción de un aserto mediante estructuras verbales


que desplazan el origen de la enunciación a una causa externa
y que indican que el hablante no es el responsable de lo dicho
sino un mero transmisor (me temo que, me piden que les trans-
mita, siento informarles de que, etc.):
356 Marta Albelda Marco

Me ha tocado comunicarles el veredicto del tribunal


Me temo que habrá que ir acabando la reunión, se cierra ya la sala
Me parece que tenemos que marcharnos ya
Siento tener que informarles de estas tristes noticias
Se ha cumplido ya el tiempo del que disponía para su presentación

c) Apelación al juicio de la mayoría, a lo que se suele decir


o se da por hecho en el sentir común de una sociedad, a per-
sonas o fuentes de autoridad: según dicen, por lo que cuentan,
dicen que, se dice, se comenta, la gente dice, por lo visto, al
parecer, etc.
Por lo visto, los estudiantes se han quejado del plan de estudios
Por lo que he oído, le han contratado en una prometedora multinacio-
nal
Han retirado su confianza en nosotros, según me informan
Me dicen que le interesa conocer mejor nuestras ofertas
Al parecer, somos los primeros en ventas

15. Empleo de partículas discursivas que inciden en la fran-


queza de lo dicho, apelan a una verdad objetiva y destacan que
es algo normalmente compartido por los demás: la verdad, a
decir verdad, sinceramente, en realidad, lo cierto es que:
No estoy haciendo propaganda de nuestros productos, la verdad, pero sí
debo destacar sus prestaciones
Valencia cuenta con grandes ventajas para acoger America’s Cup, lo cier-
to es que tiene bastantes posibilidades
No me sorprende que quieran reformar esa Ley, la verdad sea dicha, pues
no contempla los problemas de bilingüismo de nuestra zona

16. Empleo de partículas discursivas del tipo bueno, va-


mos, hombre para atenuar la disconformidad con lo dicho por
el otro interlocutor.
A: No he encontrado esa colonia en las perfumerías, como me dijiste
B: Bueno, sí que las hay, pero están en los grandes almacenes
Lo que apunta, vamos, no es exactamente el mismo caso que le estoy
diciendo, pero bueno
A: Se está empezando a notar la reducción de la crisis financiera
B: Hombre, yo no lo afirmaría con tanta seguridad
Atenuación, eufemismos y lenguaje políticamente correcto 357

3. Eufemismo y lenguaje políticamente correcto. Forma-


ción y tipología
Trabajaremos bajo un mismo epígrafe los fenómenos del
eufemismo y del lenguaje políticamente correcto puesto que,
como se ha señalado en el apartado 1, consideramos este últi-
mo como una determinada parcela del primero.

3.1. Caracterización del eufemismo y del lenguaje políticamente


correcto (lpc)

El eufemismo lingüístico constituye un proceso de susti-


tución léxica de un término interdicto mediante mecanismos
asociativos semánticos o formales. El resultado es una pala-
bra que, en principio, posee la misma denotación pero distinta
connotación: se evita la concreción del término de referencia
directa ofreciendo una voz o expresión alternativa de alcance
más general, más vago o ambiguo. Dicho sustituto bien puede
ser de nueva creación, bien puede ser un término o expresión
ya existente en la lengua. Así, una palabra de nueva creación
sería ¡diantre! por ¡demonio!, mientras que el empleo de bajas
por muertos constituiría la sustitución de una palabra que se
desea evitar por otra ya existente en la lengua.
Veamos con un poco más de detalle algunos aspectos de la
definición anterior:
Sustituto léxico o eufemístico: hablando con propiedad, la palabra eufe-
mismo designa el proceso lingüístico de sustitución, mientras que el resul-
tado de dicho proceso se denomina sustituto eufemístico (Casas, 1986; Gó-
mez, 2005). Disponemos de numerosos sustitutos eufemísticos lexicalizados
(tercera edad por anciano, sanción pecuniaria por multa, incursión aérea por
bombardeo), sin embargo, también se crean esporádicamente sustitutos que
son válidos para un contexto determinado en el que desempeñan su función
aliviante o suavizadora. A estos últimos, los llamaremos, de acuerdo con
Casas (1986), usos eufemísticos. En este sentido, el eufemismo es conside-
rado un fenómeno del discurso, pues es en cada contexto concreto donde
ejerce dicha función. Piénsese, por ejemplo, en el término desaparecidos que,
sin tratarse en sí de un sustituto eufemístico, podría funcionar como tal
aplicado a los asesinados en una dictadura. También constituyen usos eu-
358 Marta Albelda Marco

femísticos las expresiones canalización e interconexión temporal de cuencas


híbridas, recientemente empleadas para el trasvase del río Ebro.
Término interdicto: en la lingüística francesa se denomina así a lo que,
grosso modo, constituye un tabú lingüístico. La interdicción es el fenómeno
por el que se evitan palabras que por diversas razones se considera mejor no
emitir (por presión social o psicológica, supersticiones, corrección política,
etc.). Los aspectos o contenidos tabú y los términos interdictos dependen
en gran medida de las diversas culturas, de las épocas, de las modas, de
las personas. En este sentido, el lenguaje políticamente correcto constituye
un flujo de expresiones sustitutivas en determinadas áreas de interdicción
sociopolítica.
Mecanismos asociativos: la elección del sustituto eufemístico viene de-
terminada por una asociación formal o semántica entre el término interdic-
to y el sustituto: si la asociación es formal, las sustituciones se realizarán
por palabras semejantes (ya existentes o novedosas) en algún aspecto fónico,
morfológico o sintáctico; si la asociación es semántica, se realizarán aso-
ciaciones de identidad (procesos metafóricos) o de contigüidad (procesos
metonímicos) (Del Teso, 1988). Estas asociaciones se originan en los rasgos
comunes que ambos elementos comparados poseen, de manera que se anu-
lan las diferencias entre ellos y se da relevancia a lo coincidente. El término
o expresión sustituta adquiere nuevos valores sin perder su valor originario,
lo que también explica el valor contextual y discursivo del eufemismo, pues-
to que permanece parte de su significado primario.

Para caracterizar el lenguaje políticamente correcto


(lpc), basta con someterlo a las reglas del eufemismo y asig-
narle su valor de herramienta al servicio del poder político
(Guitart, 2005: 48). Dicho con otras palabras, el lpc no es más
que una de las distintas funciones estratégicas que desempe-
ña el eufemismo: trata de ejercer una tarea de corrección y
mejora de la percepción de ciertas realidades en ámbitos de
interés sociopolítico. Se proponen y se difunden ciertas for-
mas del lenguaje en sustitución de otras más agresivas, ofen-
sivas o, al menos, no prestigiosas, que, sin constituir acciones
de corrección lingüística, lo son de corrección política5.

5
Para una distinción entre corrección académica y corrección política
en la lengua, véase Martínez (2006: 3-4).
Atenuación, eufemismos y lenguaje políticamente correcto 359

En especial, y por herencia norteamericana, como se ha


visto en el apartado 1, los sectores sobre los que se aplica con
mayor resolución el lpc son ciertos ámbitos de la vida social,
económica y política. Uno de los retos de esta corriente es
corregir actitudes, sobre todo, en lo que afecta a la referencia
a las personas. Así, por ejemplo, en relación con las denomi-
naciones de raza o de procedencia geográfica, se ha ido im-
poniendo el término afroamericano para las personas de raza
negra en ee. uu.; de esta manera se desfocaliza la atención a la
raza para ponerla en el origen geográfico. Del mismo modo,
se recomienda asiático en lugar de oriental, para eliminar la
visión occidental como centro de denominaciones. También
son numerosas las muestras de lpc para neutralizar anomalías
en ámbitos de problemática social o educativa, en la alusión a
deficiencias físicas o minusvalías: se emplea desfavorecidos o
sin techo para referirse a pobres y vagabundos, diversificación
curricular para educación de niños con retraso en el aprendi-
zaje, insuficiencia acústica para sordera, o se alude a enfer-
medades por su nombre técnico y no por otros calificativos
más directos: síndrome de Down o alteración cromosómica en
lugar de deficiente.
No podemos olvidar, por último, que el eufemismo, y con
este, el lpc, es un recurso retórico, una estrategia lingüística
que dirige el proceso de interpretación del receptor.

3.2. Procedimientos lingüísticos para la formación de eufemis-


mos y lpc

Los procedimientos que se presentan a continuación se ba-


san, en gran parte, en los propuestos por Casas (1986)6.

6
También se han tenido en cuenta los trabajos de Lechado (2000) Grije-
lmo (2001), Núñez Cabezas (2002) y Guitart (2005).
360 Marta Albelda Marco

3.2.1. Nivel paralingüístico


La entonación y los gestos que acompañan a un térmi-
no o expresión con valor ofensivo o hiriente hacia el emisor
pueden suavizarlo. Pensemos, por ejemplo, en un insulto
(imbécil, cabrón) emitido en un tono cariñoso; o en el mismo
insulto esbozado con una sonrisa o acompañado de un mo-
vimiento continuado de la cabeza en señal de resignación o
condescendencia.

3.2.2. Nivel fonético


En el nivel fonético disponemos de diversos mecanismos
para crear eufemismos. Entre los más habituales se encuen-
tra la modificación en algún fonema de la palabra que se de-
sea evitar: jolín por joder; ¡miércoles! por ¡mierda!; diantre por
demonio; leñe por leche; gilipuertas7 por gilipollas.
Otros procedimientos fonéticos para el eufemismo son la
reducción del término o expresión (ridi –ridículo; narco –nar-
cotraficante; hacer un simpa –sin pagar) y la sustitución pa-
ronímica, esto es, de la palabra origen por otra fonéticamente
afín que la suaviza: joroba por joder; ¡contra! por ¡coño!

3.2.3. Nivel morfológico


Los mismos recursos que se emplean para la llamada for-
mación de palabras, pueden servir de base al eufemismo: la
derivación mediante sufijos o prefijos (taponcete –persona
bajita; cabroncete; reajuste de precios, desaceleración económi-
ca, desempleado) y la composición (Tercermundo como alter-
nativa a países pobres). También, como señala Casas (1986),

7
Este eufemismo, además, como otros muchos, está registrado en el
drae y marcado como tal: «adjetivo coloquial eufemístico de gilí».
Atenuación, eufemismos y lenguaje políticamente correcto 361

en ocasiones, el cambio de género flexivo puede suavizar las


expresiones (ir de coña; ser una pájara).

3.2.4. Nivel sintáctico


A nivel sintáctico, Casas recoge mecanismos como la omi-
sión de parte de la palabra o expresión interdictiva (irse a la
m –irse a la mierda) y la elipsis o elusión contextual de parte
de la expresión considerada ofensiva.
También disponemos de fórmulas eufemísticas, aposicio-
nes ritualizadas que reparan una expresión más fuerte; con
perdón es la más frecuente: es un cagón, con perdón. Por últi-
mo, está la agrupación sintagmática de palabras, donde «el
vocablo interdicto es acompañado por otras palabras que pre-
tenden alejar a este de su significado impuro» (Casas, 1986:
158); Casas recoge el sintagma amiga de turno, para prostitu-
ta; piénsese también en expresiones como guerra humanitaria,
bombas inteligentes, ataques selectivos, mentira piadosa, etc.

3.2.5. Nivel léxico


Es en los niveles léxico y semántico donde se crea el mayor
número de eufemismos. El procedimiento léxico consiste en
la sustitución de unos vocablos por otros que, de alguna ma-
nera, velan su valor significativo o representan mayor pres-
tigio social: invidente para ciego, desestimar para rechazar,
correctivo para castigo, defección para traición, regiones depri-
midas por pobres. Dichas sustituciones pueden ser de varios
tipos; los más recurrentes son:
a) el empleo de extranjerismos, como baby-sitter (niñera);
mobbing (acoso laboral); outlet (saldos); doping (consu-
mo de drogas)
b) el uso de cultismos, como beodo (borracho); servicio,
inodoro (váter); alopecia (calvicie); recluso (preso); uni-
362 Marta Albelda Marco

dad castrense (prisión militar); ablación (mutilación);


eutanasia (suicidio asistido)
c) tecnicismos y jergalismos, especialmente en los nom-
bres de profesiones: administrativo (secretario); comer-
cial (vendedor); constructor (albañil); funcionario de
prisiones (carcelero); geriátrico (asilo de ancianos); casa
hogar (orfanato); centro penitenciario (cárcel); caballo
(heroína); congelar salarios (fijarlos, paralizarlos); con-
travención (delito).

3.2.6. Nivel semántico


En la creación de eufemismos se puede recurrir a diversas
relaciones de significado vinculadas a fenómenos retóricos.
Gran fuente de eufemismos es la recurrencia a la metáfora
(pérdida o descanso para muerte; servicio de inteligencia para
espionaje; capital humano para trabajadores; limpieza étni-
ca para genocidio; tercera edad para vejez; bloquear la justi-
cia para hacer trampa)8 y a la metonimia y la sinécdoque
(canas por persona mayor; grises por policías; brote en lugar
de epidemia; daños colaterales por víctimas civiles; bajas por
muertos; grupo armado por banda terrorista: estar ciego por
borracho; salir a la calle por manifestarse o protestar). En la
sinécdoque se toma una parte por el todo: en el empleo de
brote por epidemia, se destaca solo una de las fases de una
epidemia, la más incipiente y menor en cuanto extensión, lo
que puede lograr silenciar el alarmismo.

8
Obsérvese la riqueza de la metáfora en los eufemismos a partir de al-
gunas de las creaciones metafóricas que Casas (1986: 220-232) recoge
para prostituta: mujer de vida alegre, moza de rumbos, estrella errante,
columpiadora del bolso, cantonera, mujer barata, raposa, golondrina,
destajera de Venus, sacerdotisa de Venus, azafata, trotera, profesional de
la calle, universitaria, etc.
Atenuación, eufemismos y lenguaje políticamente correcto 363

La metáfora y la metonimia están en la base de otros mu-


chos procedimientos eufemísticos, como la antonomasia o
personificación y la antífrasis. En la antonomasia se recurre
a la cualidad de una entidad para referirse a toda ella; sue-
le ser frecuente el empleo de un nombre propio al que se le
atribuye en grado sumo la característica que se quiere evitar
expresar: ser un pequeño Hitler para aludir a un tirano. Por su
parte, la antífrasis supone el uso de una expresión para signi-
ficar lo contrario: muchas veces se trata de la combinación de
dos vocablos que se contraponen, como guerra humanitaria o
ejército de pacificación.
Otro recurso semántico eufemístico son las lítotes, fórmu-
las negativas que evitan la palabra afirmativa de carga peyora-
tiva: no apto para suspenso; sin papeles o los sin derecho para
inmigrantes indocumentados; desempleo para paro; faltar a la
verdad para mentir.
Las perífrasis y circunloquios constituyen un mecanismo
eufemístico de alta productividad: se esquiva la expresión di-
recta acudiendo a un rodeo que alude a alguna de sus carac-
terísticas. Algunos ejemplos son: asentamientos de vivienda
precaria (chabolas); persona de movilidad reducida (tullido);
residuos sólidos urbanos (basura); apoyo aéreo (bombardeo);
conflicto armado o acción militar (guerra); país en vías de de-
sarrollo (país pobre); tráfico de influencias (soborno); etc.9.
Por último, son también muy recurrentes entre los eufe-
mismos los términos genéricos, que evitan la concreción.
En la actualidad española son abundantes todos aquellos
relacionados con el ámbito de la inmigración, de los que se
hacen abundante eco los medios de comunicación: en lugar
de hablar de acciones específicas como ‘legalizar’ se dice re-
gularizar; se emplea el término extranjero cuando en realidad

9
En las perífrasis y circunloquios se une al mecanismo semántico, otro
de tipo formal, puesto que la unidad de origen se sustituye por otra más
compleja sintácticamente.
364 Marta Albelda Marco

se refieren al específico ‘inmigrante’. Dentro de los términos


genéricos se incluyen las palabras comodín —términos recu-
rrentes, vacíos de contenido preciso— y las expresiones deíc-
ticas que se pueden aplicar a infinidad de referentes (eso, ello,
cosa, hecho, asunto, temática, conflicto, entorno, espacio), que
poseen una amplia intensión significativa: piénsese en el em-
pleo del término acción para referirse a ‘ataque’, ‘bombardeo’,
‘guerra’, ‘batalla’.

4. Consecuencias
Llegados a este punto, resultaría innecesario preguntarse
si es lo mismo decir ‘despido’ o reajuste de plantilla, ‘países
depauperados’ o economía emergente. Las denuncias al eufe-
mismo como escamoteo y camuflaje de la realidad, hipocresía
social o cosmética verbal constituyen ya un tema clásico no
solo entre lingüistas sino también entre periodistas, sociólo-
gos o, sin ir más lejos, entre cualquier usuario de la lengua,
que por algo es patrimonio de todos.
A decir verdad, si el eufemismo es cínico, no es esta una
consecuencia accidental e involuntaria de dicho mecanismo
lingüístico, sino precisamente en muchos contextos su objeti-
vo principal, su razón de ser.
Más inquietante resulta la denuncia cuando lo que se des-
taca es el papel manipulador del eufemismo: ¿verdaderamen-
te hay manipulación?, ¿dónde se encuentra? Sin adentrarnos
profundamente en este punto, sobre el que ya se ha hablado
en otros trabajos cumplidamente y que más tiene que ver con
la ética, recogeremos solo unas citas de autoridad que lo evi-
dencian:
Los sustitutos eufemísticos conllevan una percepción concreta de la rea-
lidad que puede influir en la percepción del receptor y, por tanto, filtrar su
pensamiento (Guitart, 2005: 271).
Atenuación, eufemismos y lenguaje políticamente correcto 365

«Estas expresiones del lenguaje políticamente correcto ya no son popu-


lares ni tienen un fin terapéutico: se urden, diseñan y preparan en gabinetes
y centros de información y propaganda, para facturarlos luego a los medios
de difusión a través de las agencias de prensa» (Martínez, 2006: 3).

«Los problemas sociales se arreglan en parte con soluciones lingüísti-


cas» (Morant, 2007: 101).

«Quien logra dar nombre a una idea, empieza ya a dominarla. Es éste


un principio que conocen bien los grupos económicos, jurídicos, sociales o
políticos. […] El lenguaje de los medios de comunicación está repleto ya de
nociones adulteradas que tienden a edulcorar la realidad y a favorecer los
más diversos intereses» (Grijelmo, 2008: 528-529).

El eufemismo sirve para limar las asperezas de la lengua, con todo, son
como las tijeras. Su bondad depende del uso que se les dé: «si los usas de for-
ma inmoral, en lugar de facilitar la comunicación aumentas la confusión»
(José Antonio Pascual, ápud Rodríguez Marcos, 2008).

La filtración del pensamiento, la influencia de los medios


de comunicación a través del uso del lenguaje o el deseo de
cambiar la realidad mediante las palabras son consecuencias
perseguidas cuando se emplea el eufemismo, pero también,
desde luego, forman parte del poder que en sí posee el lengua-
je como instrumento de comunicación. Conviene, no obstan-
te, ser conscientes de que el poder manipulador del lenguaje
se puede ver suspendido por el peso que ejerce la rutina en el
empleo de algunas expresiones, de modo que se perdería la
conciencia crítica sobre su valor eufemístico.
A continuación, repasaremos qué consecuencias deja el
eufemismo en el terreno comunicativo (puede oscurecer la
claridad informativa), en el terreno lingüístico (impropiedad
semántica y neología) y en el terreno social (¿coincide con el
lenguaje no discriminatorio?). Por último, aludiremos a algu-
nas recomendaciones que señalan los libros de estilo de los
medios de comunicación respecto a su uso.
366 Marta Albelda Marco

4.1. Claridad informativa


Desde una óptica comunicativa, el principal problema del
eufemismo es la potencial reducción de claridad expresiva y,
por tanto, la incomprensión por parte del receptor. El emisor
pretende que el sustituto eufemístico ejerza como sinónimo,
pero no siempre tiene garantizada su interpretación por el
que lo recibe.
El margen de interpretación de los eufemismos suele ser
muy amplio debido a sus propias características de creación:
bien por la generalización o vaguedad, bien por el oscureci-
miento del significado que suponen las palabras elegidas o
bien por el empleo de mecanismos de indirección que dis-
traen la atención de la realidad a que el término real apunta.
En este sentido, señala Del Teso (1988: 199) que mediante esta
indeterminación semántica, «el emisor designa la experiencia
vitanda repartiendo su responsabilidad con el receptor».
Las autoridades académicas no señalan recomendaciones
específicas sobre el uso del eufemismo; si bien, los libros de
estilo de los medios de comunicación y otras muchas autori-
dades lingüísticas advierten de que puede suponer un vicio de
estilo y constituir un obstáculo en la comunicación. Se con-
sidera un buen valor comunicativo la simplicidad en la ex-
presión, que lleva aparejada la claridad expositiva y sencillez
discursiva: que las palabras transparenten la realidad.
M.ª Elena Gómez (2005: 322-323), como experta del eufe-
mismo en los medios de comunicación, clasifica en seis niveles
la dificultad comprensiva que puede comportar el eufemismo.
Estos criterios se establecen con respecto al texto informati-
vo periodístico, pero pueden aplicarse a la comprensión del
eufemismo en general. Su graduación, de menos a más, se
relaciona con el mayor distanciamiento formal:
1. Perífrasis y circunloquios: rodeos que atenúan levemen-
te la realidad designada (residencia de la tercera edad por
asilo; persona de color por negro).
Atenuación, eufemismos y lenguaje políticamente correcto 367

2. Lítotes: negación del término de significado contrario al


que se quiere expresar (no cierto para falso; definir algo
de poco inteligente, cuando en realidad se considera me-
diocre).
3. Eufemismos lexicalizados: aquellos que se han fosili-
zado como tales y que, en general, todo el mundo ha
asumido su significado (dar a luz para parir; interrup-
ción voluntaria del embarazo para aborto). Señala, sin
embargo, Gómez, que su uso frecuente puede facilitar
la interpretación, incluso su desgaste en el uso podría
convertirlos en nuevos términos de interdicción, es de-
cir, designarían de forma directa la realidad que en un
principio pretendían evitar.
4. Términos marcados tipográficamente en la escritura
(comillas o cursiva, por ejemplo); en la oralidad, me-
diante recursos paralingüísticos o gestuales. La marca
advierte del uso eufemístico al receptor (o al menos del
uso no literal), pero al mismo tiempo se descarga la in-
terpretación en el receptor.
5. Casos en que la distancia del eufemismo respecto a la rea-
lidad es grande y el receptor debe acudir al contexto para
desentrañar su sentido: hostilidades para bombardeos, ex-
tranjeros desplazados para hablar de inmigrantes.
6. Omisión del término interdicto o dificultad en la co-
nexión de ideas entre la realidad designada y la expre-
sada debido al alto grado de vaguedad del término em-
pleado o distanciamiento entre ellas. Es el caso de los
golpes de estado en el siglo xix español denominados
simplemente como pronunciamientos. Véase otro ejem-
plo en el contexto del terrorismo cuando se habla de
normalización política, para referirse a acabar con los
atentados.
Hay que tener en cuenta que también se recurre al eufemis-
mo con frecuencia como sinónimo referencial, esto es, para
proporcionar variedad léxica y estilística al discurso y no re-
368 Marta Albelda Marco

petir otras expresiones (Gómez, 2005: 32). Siendo esta ahora


la finalidad primordial del uso del eufemismo, no se puede
obviar que mientras sea un eufemismo no expresará una rea-
lidad idéntica a la del término sustituido, sino una realidad
rebajada o suavizada, pues justamente por ello se acude a un
eufemismo y no a cualquier otro sinónimo «neutro».
Lo mismo puede decirse del eufemismo motivado por deseo
de creatividad e innovación en un discurso, aquel que busca
la expresividad o pretende llamar la atención: también puede
disminuir la claridad informativa. Se emplea en estos casos
para desautomatizar y designar realidades de forma distinta a
la que habitualmente estamos acostumbrados. En consecuen-
cia, se destaca solo un ángulo del todo al que refieren y no se
designa la realidad completa.

4.2. La impropiedad semántica y el desgaste del significado


El eufemismo y el lpc propugnan la sustitución de lo pre-
suntamente ofensivo o de lo políticamente incorrecto por de-
nominaciones inéditas y neológicas, tanto formales como se-
mánticas. La neología implica la creación de nuevos lexemas,
pero también de nuevos significados para lexemas ya existen-
tes. Siendo la dinamicidad y el cambio propiedades inheren-
tes a la lengua, esto no exime de la prudencia y responsabili-
dad que exige el uso de neologismos.
La novedad semántica que provoca el eufemismo implica,
a su vez, la llamada impropiedad semántica, un «sutil desli-
zamiento de la referencia habitual del signo hacia la designa-
ción de nuevas realidades» (Del Teso, 1988: 197). Lingüistas
y filósofos del lenguaje explican esta impropiedad como una
manipulación del significado y de la verdad (en el sentido lin-
güístico) que ocasiona desviaciones del código lingüístico y
puede destruir la comunicación (Roldán, 1998: 427-428).
El eufemismo modifica el significado del término sustitui-
do, y cuando se acumulan usos semánticamente impropios se
Atenuación, eufemismos y lenguaje políticamente correcto 369

produce un cambio semántico. Como apunta Del Teso (1988:


203), el «eufemismo es ocasión próxima del cambio semán-
tico». Se entiende así que se llegue a su desgaste semántico
o expresivo: la frecuencia de uso, su extensión u oficialidad
deteriorará, entonces, la función balsámica del eufemismo y
este acabará «perdiendo (total o parcialmente) su valor encu-
bridor o atenuador» (Gómez, 2005: 314). El término retrete,
que designaba en su momento un lugar retirado de la casa,
se empezó a utilizar como eufemismo. Sin embargo, con el
tiempo, el desgaste semántico y la pérdida del valor eufemís-
tico han supuesto su nuevo reemplazamiento por otros eu-
femismos como servicio o baño. También la expresión estar
en coma, en principio alude figuradamente (y, por tanto, in-
directamente) al estado de parálisis temporal de funciones
cerebrales, pero su ya asentado uso refleja ahora claramente
la realidad a la que designa; habría que acudir, pues, a otras
expresiones para proceder de nuevo al eufemismo (estado ve-
getativo, por ejemplo).
Lo dicho anteriormente muestra cómo la lengua se en-
cuentra en constante actividad eufemística, las palabras se
van sustituyendo unas a otras al decolorarse expresivamente:
aquellas que aludían de manera indirecta o vaga a una reali-
dad, por el desgaste pueden transparentar el aspecto negati-
vo que se pretendía encubrir y, por tanto, se echará mano de
otras alusiones que de nuevo enmascaren la realidad. Como
señala Casado Velarde (1992: 23), «el ‘logos objetivo’ de la rea-
lidad termina imponiéndose, o sea, haciéndose patente, a la
percepción de los hablantes».

4.3. Lenguaje no discriminatorio y Lenguaje políticamente co-


rrecto

A partir de la siguiente reflexión de Morant (2007) sobre el


lpc,vamos matizar este fenómeno sociolingüístico para dis-
tinguirlo del lenguaje no discriminatorio:
370 Marta Albelda Marco

Esta corriente [el lpc], entre cuyos seguidores se encuentran las femi-
nistas, los ecologistas, los políticos, los defensores de minorías y los medios
de comunicación, es valorada de distinta manera. Para unos, es positiva en
tanto que elimina una serie de expresiones y vocablos ofensivos y realiza una
renovación lingüística con el fin de conseguir la igualdad social de ciertos
colectivos tradicionalmente estigmatizados. Otros, en cambio, rechazan lo
que para ellos es una imposición del lenguaje no discriminatorio, al menos
por dos razones. Primero, porque consideran que la eliminación de cier-
tos términos y la redenominación no solucionan las desigualdades sociales,
como indica Eco (2004): «Si se decide llamar a las personas que van en silla
de ruedas ya no minusválidos, sino discapaces o “capaces de otra forma”,
pero después no se les construye rampas de acceso a los lugares públicos,
evidentemente, se obvia hipócritamente la palabra, pero no el problema».
En segundo lugar, porque creen que es una especie de censura lingüística
(Morant, 2007: 102-103).

Sin pretender conciliar las dos posturas, a favor y en contra


de la justa función del lpc, podemos distinguir dos tipos de
expresiones en este fenómeno del eufemismo y del lpc. Por
un lado, están aquellas que han ido cargándose de una con-
notación peyorativa en una determinada cultura lingüística
y que se sustituyen por otras que no transmiten dicha marca
discriminatoria (véase abajo, ejemplos de 1) y, por otro lado,
existen otras que se ligan a intereses políticos y sociales, en
los que el término origen (el sustituido) no contiene un matiz
discriminatorio, sino que desvía la atención de la realidad,
orientando hacia otra interpretación (ejemplos de 2). Propo-
nemos, entonces, considerar al primer tipo lenguaje no discri-
minatorio y al segundo lenguaje políticamente correcto:
(1) enfermo de tuberculosis (en lugar de tuberculoso), discapacitado (por
minusválido o deficiente), impedido o paralítico (en lugar de tullido), gay (en
lugar de maricón), persona de color (por negro/a, negrito/a). Asimismo, se ha
extendido en el uso una serie de expresiones que, aunque están automati-
zadas en la lengua, contienen una carga peyorativa: estar hecho un gitano,
hacer una judiada, engañar como a un chino, hacer el indio, ser mujer de mala
vida, terrorismo islamista (por movimiento terrorista), clase baja (que denota
una visión de la sociedad en clases, desde la perspectiva del que se encuentra
en una posición superior), etc.
(2) violencia callejera, terrorismo de baja intensidad, impuesto revolu-
cionario (por extorsión), tregua (en eta), reajuste de precios (por subida de
precios), solución bélica, solución de fuerza o solución militar (para guerra,
Atenuación, eufemismos y lenguaje políticamente correcto 371

Gómez 2006: 719), limpieza étnica (por genocidio), incursiones aéreas (por
bombardeos), crecimiento cero, que como señala Grijelmo (2008: 533) es una
contradicción de términos, «¿cómo puede algo crecer y al mismo tiempo no
crecer?, ¿cómo se puede crecer cero?».

El lenguaje no discriminatorio atenderá a la corrección o


paliación de todas aquellas connotaciones peyorativas de la
realidad expresada (racistas, xenófobas, ofensivas a la digni-
dad personal, etc.), dependiendo del entorno cultural y del
significado asentado en una cultura. Las expresiones discri-
minatorias se sustituyen por otras más neutras, puesto que
proyectan un visión negativa (y en términos sociales, injusta)
de una realidad10. Por su parte, se considerará lenguaje políti-
camente correcto a aquel reivindicado desde determinados co-
lectivos y apoyado por movimientos políticos y sociales como
herramienta para respaldar sus fines y proyectar una visión
de la realidad.

4.4. Los libros de estilo en el periodismo


Conviene mostrar qué postura toman los libros de estilo
al respecto, puesto que son los medios de comunicación los
principales usuarios y difusores del eufemismo.
¿Son los periodistas los creadores de los eufemismos? Se-
gún el presidente de la agencia Efe, Álex Grijelmo (2008: 528-
529), no; los periodistas trasladan «al pie de la letra el len-
guaje de los políticos, los economistas, los sindicalistas, los
terroristas […]. Los periodistas han sucumbido, han perdido
el poder de dar nombre a las cosas y han entrado en el juegos
de quienes pretendieron edulcorar la realidad para ajustarla
mejor a sus intereses». Son, en definitiva, agentes mediáticos,
que se encuentran en una situación comprometida: están ven-
didos, se deben a sus fuentes y a sus lectores (Gómez, 2005).

10
Véanse, también, en este sentido las recomendaciones sugeridas por
Guerrero (2008: 286-287).
372 Marta Albelda Marco

A pesar de la patente presencia de eufemismos en los me-


dios de comunicación, los libros de estilo denuncian su em-
pleo y lo condenan para sus productos. Así, por ejemplo, el
Libro de estilo de Abc señala en el apartado dedicado a la pre-
cisión: «evítense eufemismos innecesarios» (2001: 163). Tam-
bién su homólogo de El País (2002):
§2.3. Los periodistas deben cuidar de llamar a las cosas por su nom-
bre, sin caer en los eufemismos impuestos por determinados colectivos. Así,
por ejemplo, el «impuesto revolucionario» debe ser denominado extorsión
económica, al «reajuste de precios» deberá llamársele subida, y nunca una
policía «tuvo que» utilizar medios antidisturbios, sino que, simplemente,
«los utilizó».

Las cadenas televisivas también desaconsejan su empleo:


La jerga y la palabrería constituyen la principal causa de una escritura
poco económica. La jerga son los tecnicismos vinculados a una profesión
que se emplean aun cuando no sea pertinente. En Canal 22 se debe evitar el
uso de tecnicismos televisivos cuando no sean necesarios. La jerga también
se refiere a la sustitución de una frase familiar con un eufemismo, por ejem-
plo: la sensación de escasez monetaria, en lugar de pobreza. Frente al empleo
de eufemismos, en Canal 22 preferiremos el uso de términos directos (Ma-
nual de estilo canal 22).

Obsérvense, finalmente, a través de algunas recomendacio-


nes concretas del Manual del español urgente (Agencia Efe,
1990), cómo los libros de estilo detectan los concretos eufe-
mismos y los reprueban:
Acción armada: evítese este eufemismo cuando se está hablando de un
atentado terrorista.
Centro penitenciario: evítese este eufemismo cuando nos referimos a la
cárcel.
Interno: evítese este eufemismo cuando nos referimos a aquellas perso-
nas que están en la cárcel. Digamos en este caso preso o recluso.
Negro: evítense eufemismos tales como persona de color, de piel oscura,
moreno.
Atenuación, eufemismos y lenguaje políticamente correcto 373

5. Conclusiones
No podemos acabar este capítulo sino de forma positiva.
El origen del eufemismo es optimista: eu-, prefijo griego que
significa ‘bien’, pheme, ‘hablar bien’. Este mecanismo se origi-
na por una funcionalidad comunicativa, la de aliviar las con-
notaciones de un término directo (Roldán, 2003). La atenua-
ción, el eufemismo y el lpc son mecanismos lingüísticos que
muestran la potencialidad del lenguaje. En consecuencia, en
este capítulo no solo se ha pretendido describir cómo funcio-
nan y en qué consiste su valor estratégico, sino que también
se ha querido mostrar la necesidad de aprovechar las posibi-
lidades que la lengua ofrece para relacionarnos con el mundo
y con los demás.
De los tres procedimientos lingüísticos estudiados, la ate-
nuación es, sin duda, el de mayor alcance en el ámbito de los
mensajes. Así como el eufemismo y el lpc se ciñen a una par-
te del contenido proposicional, aminorándola, la atenuación
puede afectar a la carga intencional de todo un enunciado
o mensaje lingüístico, puesto que incide sobre la fuerza ilo-
cutiva del acto de habla: lo que era una aserción rotunda se
convierte en una opinión suavizada, lo que era un imperativo
se expresa como sugerencia o consejo, o lo que se esperaba
como compromiso del hablante con lo dicho se formula como
ajeno a la responsabilidad del que lo expresa.
En cuanto al eufemismo y al lpc, su incidencia se ejerce
primariamente a nivel semántico, con el fin de orientar ha-
cia una determinada percepción del referente designado. Las
actitudes de denuncia hacia estos dos mecanismos, a las que
estamos acostumbrados, son válidas siempre y cuando se ten-
ga en cuenta que el problema está en cómo se hace uso de
ellos y no en la propia capacidad de permitir tal rendimiento
de las palabras. Mientras se asegure la claridad informativa,
se respete la propiedad semántica y, sobre todo, sirva para
evitar un lenguaje discriminatorio, parece que el eufemismo
puede cumplir una buena función. En especial, conviene ser
374 Marta Albelda Marco

prudentes en su uso cuando la comunicación tiene lugar en


ámbitos de mayor impacto público como la política, los me-
dios de comunicación o la Administración.

6. Lecturas recomendadas
1. Desde una aproximación más lingüístico-periodística:
Gómez Sánchez, María Elena (2005): «Los sustitutos eufemísticos y la cla-
ridad del texto informativo», en Estudios sobre el mensaje periodístico, 11,
309-327.
Grijelmo, Álex (2008 [1997]): «Los eufemismos», El estilo del periodista. Ma-
drid, Taurus, 16ª ed., 528-544.

2. Desde una aproximación más lingüístico-semántica:


Teso, Enrique del (1988): «Cambio semántico, impropiedad y eufemismo»,
Verba, 15, 183-204.

3. Desde una aproximación más lingüístico-pragmática:


Briz Gómez, Antonio (2007): «Para un análisis semántico, pragmático y so-
ciopragmático de la cortesía atenuadora en España y América», Lingüística
Española Actual, 29/1, 5-40.

4. Desde una aproximación más retórica:


Briz Gómez, Antonio (2008) (coord.): «Imagen personal y cortesía al hablar.
Las relaciones con los interlocutores», Saber hablar, Madrid, Aguilar, 197-
204 (capítulo 6).

7. Ejercicios de análisis y reflexión


A) Identifique los distintos mecanismos atenuantes de es-
tos enunciados de acuerdo con los procedimientos de
formación descritos en el apartado 2 y señale sobre cuál
de los tres ámbitos de actuación incide:
I. sobre palabras o ideas de connotación más fuerte
Atenuación, eufemismos y lenguaje políticamente correcto 375

II. sobre actos de habla directivos, reduciendo la peti-


ción, prohibición o imposición hacia el interlocutor
III. en actos de habla asertivos, al expresar opiniones o
valoraciones en las que se evita ser tajante o categórico
1. Un padre a sus hijas:
Limpiad un poco esas migas que habéis dejado

2. Una testigo declarando (delante de los acusados):


Parece que los ladrones andaban como un poco drogados

3. En una entrevista a una ciudadana venezolana:


A: ¿y por qué la gente está tan descontenta?
B: yo creo que lo que principalmente está afectando a todos los venezolanos
en general es que acá nadie quiere tomar una decisión.

4. En una conversación entre amigos:


A: han puesto en el edificio un sistema de electricidad para mejor el ahorro
de energía.
B: sí, eso se ve que va muy bien para el aire acondicionado y la calefac-
ción

5. En una agencia de viajes:


Me quería ir a Turquía de vacaciones, con la familia, y era por ver si podía
saber qué posibilidades hay de fechas y de precios.

6. Un amigo a otro en una tienda de ropa:


A lo mejor te quedaría más encajado si cogieras una talla más.

7. En una conversación entre vecinas:


Y lotería, ¿qué? ¿me vais a querer comprar o qué?

8. Una profesora a un estudiante en una clase de Medici-


na:
A: ¿Quién podría explicar por qué ha sucedido esta reacción alérgica?
B: (…)
A: Es una buena respuesta, pero todavía se podría apuntalar más hacia el
núcleo de la causa.

B) Identifique el término o expresión eufemística en cada


uno de estos enunciados y proponga una alternativa de
referencia directa:
1. En los centros geriátricos de nuestra Comunidad son cada vez más numero-
sos los casos de enfermedades neurodegenerativas en la tercera edad.
376 Marta Albelda Marco

2. El empleo de armas químicas en la última ofensiva de los aliados del Norte


ha causado alrededor de quinientas bajas en la población civil.
3. El presupuesto dedicado a coberturas de desempleo ha evolucionado llama-
tivamente en los últimos meses debido a las racionalizaciones económicas
efectuadas por las empresas del país.
4. En la reunión de los líderes de Valencia, Murcia y Aragón se ha tratado sobre
las actuaciones de emergencia para la conexión de redes de las cuencas del
Ebro.

C) A partir del siguiente artículo periodístico, discútase o


preséntense argumentos a favor de si se trata de una
propuesta políticamente correcta o una manifestación de
lenguaje no discriminatorio, tal y como se ha distingui-
do en el apartado 4.3.
Demencia, un término a olvidar del léxico médico

NEUROLOGÍA. El Mundo (17 de mayo de 2008)


Términos como loco, idiota, lunático o mongolo ya no se utilizan en psi-
quiatría. Esta disciplina ha ido desembarazándose de las palabras política y
médicamente incorrectas utilizando vocablos específicos para designar los
distintos trastornos mentales sin mancillar ni degradar a sus afectados. Así,
actualmente nadie osaría utilizar la expresión mongolismo para referirse al
síndrome de Down. Pero el término demencia sigue empleándose con pro-
fusión en muchas consultas para referirse a un amplio grupo de síntomas
comunes a varios trastornos neurológicos. Y, desgraciadamente, para el ciu-
dadano de a pie este diagnóstico puede tener un alto potencial destructivo.
Esto es lo que opinan los autores de un peculiar artículo, publicado esta
semana en Archives of Neurology, en el que el cuidador de una paciente afec-
tada y un neurólogo repasan el impacto social y personal de lo que conside-
ran «uno de los peores epítetos»: que a uno le tilden de demente.
«El uso vulgar de este término [...] puede fácilmente robar a los pacien-
tes su humanidad a los ojos de otros y de los suyos mismos. Puede estig-
matizar y aislar, hacer a los demás reacios, si no abiertamente temerosos,
a tener trato con esas personas. [...] Es una palabra sin esperanza y ésta es
una herramienta crucial cuando hay que enfrentarse con una enfermedad
devastadora», justifican.

Sustitutos
Tal es el efecto nocivo que atribuyen al vocablo que proponen abierta-
mente erradicarlo del léxico diagnóstico, al igual que ha ocurrido con la
palabra loco para referirse a los trastornos psiquiátricos o el término mon-
golo, cuya desaparición fue fruto de la intensa labor educativa y de lobby de
Atenuación, eufemismos y lenguaje políticamente correcto 377

varios grupos de apoyo. «Es hora de demostrar la misma sensibilidad hacia


las alteraciones cognitivas y de memoria», defienden.
Así, invitan a reemplazarlo por enfermedad. Por ejemplo, la demencia
frontotemporal pasaría a ser enfermedad frontotemporal y la demencia con
cuerpos de Lewy, enfermedad con cuerpos de Lewy. No son los únicos que
apoyan esta tesis. José Manuel Martínez-Lage, profesor honorario de Neu-
rología de la Universidad de Navarra, coincide en que «el término demencia
debería ser sustituido por uno menos marginante». Él ha propuesto, aunque
reconoce que «sin éxito», hablar de «dismencia».
En Japón, país donde la corrección léxica es una exigencia, ya se ha cam-
biado oficialmente la palabra chichou (demencia), considerada peyorativa,
por ninchishou, que significa déficit de funciones cognitivas. Hay quien va
más lejos. El neurólogo estadounidense Peter Whitehouse postula desterrar
la etiqueta de enfermedad de Alzheimer y sustituirla por envejecimiento ce-
rebral patológico.
José Luis Molinuevo, coordinador de la Unidad de Alzheimer del Hospi-
tal Clínic de Barcelona, opina que las palabras tienen el significado que uno
les quiere atribuir: «Si hay una explicación certera de lo que es la demencia
se van muchos de los prejuicios». Cree que a la gente «le paraliza más el
térmimo Alzheimer que demencia».
La cuestión de la corrección lingüística cobra cada vez más importancia
en el ámbito de la salud. La Confederación Española de Familiares de En-
fermos de Alzheimer y otras Demencias (Ceafa) trabaja desde hace meses
en este punto. Como explica su director ejecutivo, Jesús Rodrigo, «hemos
eliminado conceptos peyorativos en nuestras comunicaciones. Ya no habla-
mos de enfermo de Alzheimer, sino de persona que sufre la enfermedad.
Hay que dignificar al afectado y a su familia». Rodrigo no es partidario de
ser «quisquilloso» con el lenguaje, pero sí correcto. «No me parece mal que
se suprima el término demencia», dice. ¿Tendrán que cambiar el nombre
de la confederación? «De hecho, ya lo estamos debatiendo para eliminar la
palabra enfermo». Tal vez borren las demencias.»

D) Lea la siguiente cita de Pedro Salinas (2002 [1944]: 326-


327) del discurso «Defensa del lenguaje» y relaciónela
con el poder del lenguaje, idea trabajada en este capítu-
lo. ¿Qué relación presentan la atenuación, los eufemis-
mos y el lpc con la libertad de expresión (y de compren-
sión) y el dominio del lenguaje?
Persona que habla a medias, piensa a medias, a medias existe. Adiestrar-
le en el uso de los recursos de comunicación intelectual y social latentes en
el fondo de un idioma es capacitarle para que cumpla íntegramente su des-
tino de hombre. […] Entre las libertades esenciales consignadas en las cons-
378 Marta Albelda Marco

tituciones democráticas está la libertad de palabra o libertad de expresión.


¡Qué triste resulta el reconocimiento de un derecho que no se puede ejercer
más que por unos pocos, porque la mayoría, al no haber sido educada para
el dominio de su lengua, carece de la posibilidad de su uso pleno!
Capítulo 13
USOS Y NORMAS DE LAS FORMAS DEL
GÉNERO REFERIDO A PERSONAS EN
ESPAÑOL1

Mercedes Quilis Merín


Universitat de València

1. El género de las palabras


Cuando buscamos en un diccionario información grama-
tical sobre una palabra encontramos marcas específicas m.
(masculino), f. (femenino), var. (variable), m. y f., com. (co-
mún), amb. (ambiguo), que deberían, en principio, resolver
las dudas que se plantean a los hablantes sobre el género de
cualquier término y sus posibles variantes: apocalipsis, doblez,
atenuante, pijama, aula, tanga, maratón, calor, azúcar, mar o
terminal (referido, por ejemplo a un ordenador)2. Lo cierto
es que son pocas las veces que necesitamos realizar una con-

1
Una primera versión de este trabajo apareció en Aleza (coord.ª) et alii
(2006: 103-133).
2
Según la marcación gramatical del Diccionario de la Lengua Española
de la RAE, (drae), las voces anteriores quedarían descritas en cuanto a
su género como sigue: apocalipsis (m.); doblez, (m.) cuando se refiere a
la parte que se dobla y (amb.) cuando se trata de la ‘astucia o malicia en
la forma de obrar’; atenuante y aula (f.); pijama y tanga (m.) en España,
pero en algunos lugares de América se usan también como femenino
(u. t. c. f.); maratón (m.) y calor (m. / u. t. c. f.); azúcar y mar (amb.); ter-
minal (m.) en electricidad, (f.) como extremo de una línea de transporte
público y ambos géneros cuando se refiere al dispositivo conectado a
un ordenador central o simplemente al ‘extremo en que termina algo’.
De otro lado, son muy escasos los sustantivos ambiguos referidos a se-
res sexuados, como ánade.
380 Mercedes Quilis Merín

sulta por esta razón3, ya que en español más del 80 % de los


sustantivos no presenta variación genérica; esto es, muro es
masculino y pared femenino sin que exista ninguna razón ló-
gica o algún fenómeno extralingüístico que obligue a ello sino
que, simplemente, los sustantivos poseen en nuestra lengua
este rasgo inherente que permite realizar en la oración la con-
cordancia obligatoria en español con todo el grupo nominal:
El género es una propiedad de los nombres y de los pronombres que
tiene carácter inherente y produce efectos en la concordancia con los de-
terminantes, los cuantificadores, los adjetivos y a veces con otras clases de
palabras (ngle, I: 81, § 2.1a).

El género, pues, es adquirido por otras clases de palabras


por concordancia, pero es inherente en sustantivos y pronom-
bres por lo que constituye un criterio de clasificación grama-
tical y morfosintáctica. La clasificación de los sustantivos en
masculino y femenino es algo que nos parece tan evidente que
nos extraña saber que no todas las lenguas han desarrollado
una expresión formal para la distinción del género, como el
chino que la relega al léxico, o que en las que sí existe, tal dis-
tinción está limitada a los pronombres, como el inglés, o que
no en todas hay el mismo número de géneros o de clasificacio-
nes gramaticales o que, en definitiva, una palabra en otra len-
gua tiene distinto género que en la nuestra. A ello cabe añadir
que no existe en español el denominado género neutro en los
sustantivos (a diferencia de lo que ocurría en latín y ocurre en
otros idiomas). Como señala la ngle (I: 82, § 2.1c) solo pueden

3
En un número muy pequeño de los sustantivos no condicionados con
referente inanimado es donde pueden producirse algunas dudas que,
de otro lado, están bien sistematizadas en las gramáticas, en los dic-
cionarios, en los manuales de estilo y en las obras destinadas a resolver
las dificultades lingüísticas. Especial atención les ha otorgado la Nueva
Gramática de la Lengua Española (ngle) I: 81-136, esp. § 2.10. «El gé-
nero de los sustantivos que designan seres inanimados». En el presente
trabajo nos centramos exclusivamente en los seres animados y en es-
pecial en los sustantivos de personas, profesiones, actividades y oficios
respecto del sexo del referente.
Usos y normas de las formas del género referido a personas … 381

ser neutros en nuestra lengua «los demostrativos (esto, eso,


aquello), los cuantificadores (tanto, cuanto, mucho, poco), los
artículos (lo) y los pronombres personales (ello, lo)», de ma-
nera que estas formas se consideran exponentes de clases gra-
maticales de palabras que designan ciertas formas abstractas,
más que muestras de un tercer género gramatical en español.

2. El género gramatical y el sexo biológico


Otro asunto más complejo relativo al género es el que se
presenta cuando es necesario nombrar seres animados en los
que sí hay que tener en cuenta el sexo del referente, ya que en
estos casos, además de la información gramatical se aporta
información semántica. Precisamente es en este punto donde
se produce la vinculación entre género masculino y género fe-
menino, como categoría gramatical, y sexo (macho o hembra
aplicado a animales, y varón o mujer, en las personas) como
categoría biológica. A este panorama terminológico se incor-
pora la nueva acepción de género como categoría sociocultu-
ral.
El problema para la correcta asignación del género mascu-
lino o femenino se centra en los casos en los que el referente
de los sustantivos es un ser animado sexuado y, aún así, no
siempre, ya que entre los seres animados algunos que desig-
nan animales y algunas plantas pueden ser nombres epicenos:
el género gramatical asignado será masculino o femenino por
razones arbitrarias (mosca, foca, sardina, rata, araña, lince,
gusano, erizo, tiburón) se aplicará a todos sus miembros y
condicionará la concordancia gramatical independientemen-
te del sexo que presenten los individuos a los que nombra (y
piénsese que esto se aplica incluso en el caso excepcional de
los hermafroditas caracoles y lombrices); sólo en el caso de
desear una especificación mayor podrán ir acompañados de
«macho» o «hembra» (la ballena macho, el lince hembra, el al-
382 Mercedes Quilis Merín

garrobo macho o hembra). Podríamos señalar que hasta aquí


la función del género es puramente sintáctica, de concordan-
cia y sin vinculaciones referenciales, ya que necesariamente
la orca macho es agresiva mientras que el tiburón hembra es
agresivo.
Queda así, si atendemos a su proporcionalidad, aproxima-
damente un 16 % de los sustantivos, un pequeño grupo de
voces, que designan seres sexuados, que adquieren una forma
distinta cuando se refieren a varones o animales macho o si lo
hacen a mujeres o animales hembra. La variación de género
presenta, o puede presentar en estos casos, procedimientos
formales de distinta índole. En algunos casos cambia el ra-
dical, son los denominados sustantivos heterónimos: macho
y hembra, padre y madre, yerno y nuera, patriarca y matriarca.
Pero en muchos otros casos la variación se establece a par-
tir de la adición a la raíz de una serie de marcas formales
explícitas para el masculino y para el femenino; esto es, de
una alternancia flexiva que permite la diferenciación del sexo
del referente. Son los sustantivos denominados variables en
cuanto al género, o sustantivos con «marca de género» (ngle,
I: 89 § 2.3): niño y niña, héroe y heroína, alcalde y alcaldesa,
sacerdote y sacerdotisa, poeta y poetisa, actor y actriz, etc. Los
que presentan formas distintas de -a como -isa, -ina, -esa, etc.,
para el femenino son de escasa productividad en la forma-
ción de neologismos y en estos sustantivos la oposición de la
terminación -o para masculino y -a para el femenino, la más
común, puede propiciar usos analógicos que en ocasiones
contravienen las reglas de la gramática.
Otros sustantivos, finalmente, no presentan estos signos
externos de variación formal sino que la diferencia de género
gramatical se muestra mediante su concordancia con adjeti-
vos y artículos o determinantes. Son los que se denominan
sustantivos comunes en cuanto al género: el/ la documenta-
lista, el/la periodista, etc. También es posible encontrar algu-
nos nombres epicenos referidos a personas del tipo criatura,
monarca, bebé, gente, personaje, etc., en principio, sin reper-
Usos y normas de las formas del género referido a personas … 383

cusión en la concordancia4. Únicamente, los sustantivos que


se refieren a personas son los que van a generar problemas en
los distintos procedimientos de marcación de género y rea-
lidad biológica. No obstante, la clasificación de los nombres
personales según su género gramatical y el sexo del referente
presenta algunas interesantes alternativas al modelo tradicio-
nal y tiene en cuenta la realidad de la designación y el uso: es
la propuesta de Calero, Lliteras y Sastre (2003) en la que se
reclasifican los nombres personales intrasex (niño/a, con mar-
ca de género), extrasex (el/la periodista, comunes), heterosex
(mujer/varón, heterónimos), ortosex (monja/cura, designan
únicamente a un sexo) y unisex (víctima, sustantivo personal
abstracto, epicenos o gente, sustantivo personal colectivo).
Ciertos asuntos que se tratarán aquí muestran algunas posi-
bilidades de esta clasificación.

3. El género gramatical y el sexismo lingüístico


De la polisemia actual del término género se ocupó la Real
Academia Española en su «Informe de la Real Academia Es-
pañola sobre la expresión violencia de género», elaborado en
mayo de 2004 con motivo de la presentación del Proyecto de
Ley integral contra la violencia de género, denominación esta
que la Academia rechazó por razones lingüísticas y para la

4
En estos casos, el sexo se especifica mediante los términos masculino
y femenino, o varón y mujer si fuera necesario: el personaje femenino
de la obra. A este elenco añade la Academia la referencia a los nom-
bres de persona cuyo género gramatical no se corresponde con el sexo
del individuo, como por ejemplo marimacho, palabra de género mas-
culino para designar a una mujer (aunque se atestigua marimacha y
una marimacho); también se señalan estas faltas de correspondencia
en nombres colectivos (la comisión / el comité; el mujerío; la torada) o
en las fórmulas de tratamiento majestad, santidad, excelencia, con doble
concordancia según hagan referencia a varones o mujeres (Cf. ngle, I:
83-85).
384 Mercedes Quilis Merín

que propuso violencia doméstica. Esta última expresión no fue


la utilizada finalmente en la legislación pero hizo surgir un
debate que quedó ampliamente recogido en los medios de co-
municación. Asimismo, también por las confusiones a las que
da lugar la identificación entre género y sexo en el ámbito lin-
güístico, las Academias de la Lengua Española han elaborado
un largo artículo explicativo en el Diccionario panhispánico de
dudas (dpd) en la voz género donde se afirma: «…las palabras
tienen género (y no sexo), mientras que los seres vivos tienen
sexo (y no género)». La presencia de la denominación género
fuera de la designación propiamente gramatical obliga a una
aclaración más extensa en el mismo artículo:
No obstante, en los años setenta del siglo xx, con el auge de los estudios
feministas, se comenzó a utilizar en el mundo anglosajón el término género
(ingl. gender) con un sentido técnico específico, que se ha extendido a otras
lenguas, entre ellas el español. Así pues, en la teoría feminista, mientras con
la voz sexo se designa una categoría meramente orgánica, biológica, con el
término género se alude a una categoría sociocultural que implica diferen-
cias o desigualdades de índole social, económica, política, laboral, etc. Es en
este sentido en el que cabe interpretar expresiones como estudios de género,
discriminación de género, violencia de género, etc. Dentro del ámbito específi-
co de los estudios sociológicos, esta distinción puede resultar útil e, incluso,
necesaria. Es inadmisible, sin embargo, el empleo de la palabra género sin
este sentido técnico preciso, como mero sinónimo de sexo.

Es cierto que el desarrollo de los estudios feministas ha


contribuido a dar un nuevo enfoque a los hechos lingüísticos
que muestran, desde esta perspectiva, la desigualdad histórica
y social entre los dos sexos reflejada en distintos usos lingüís-
ticos (García Moutón, 1999). Pero han sido el propio desarro-
llo social y las nuevas circunstancias de integración y acceso
de las mujeres a cargos, profesiones y oficios tradicionalmen-
te reservados a los varones, los factores que están propiciando
cambios lingüísticos, en ocasiones polémicos, que atañen a la
creación de «nuevos» femeninos a cada paso y para cada nue-
vo avance social que implica la incorporación de las mujeres.
Se entiende así, desde esta perspectiva que los cambios que se
están produciendo en la sociedad exigen una adecuación de
la lengua para liberarla de «estereotipos discriminatorios» o
Usos y normas de las formas del género referido a personas … 385

una adecuación que implique revisar «expresiones que perpe-


túan a través de la lengua actitudes desfasadas», formulado
de un modo poco radical; expresiones que ineludiblemente
afectan a toda la sociedad y que se vinculan con una visión
androcéntrica del mundo «donde se identifica varón con ser
humano universal», esto es, donde se ha considerado que el
lenguaje de los varones es el lenguaje de todos, situación con
la que no todos (y todas) están de acuerdo.
La cuestión del sexismo social no puede desvincularse, así,
del sexismo lingüístico. Según la definición que realizó García
Meseguer (1994: 24) de este término:
Se incurre en sexismo lingüístico cuando se emplean vocablos (sexismo
léxico) o se construyen oraciones (sexismo sintáctico) que, debido a la forma
de expresión escogida por el hablante y no a otra razón, resultan discrimi-
natorias por razón de sexo.

Actualmente existe un campo abierto al debate (combativo


en ocasiones) en el que parece difícil poner siempre de acuer-
do la gramática con la necesidad social que se manifiesta de
«feminizar el lenguaje» o, al menos, de no hacer un uso sexis-
ta de la lengua. Un amplio conjunto de factores intervienen
en este debate: la valoración de este sexismo lingüístico y el
grado de implicación de una ideología sexista y de una de-
terminada mentalidad social; el poder de la norma gramati-
cal y de los usos establecidos («no hay sexismo en la lengua
sino en el habla»); la limitación de este sexismo lingüístico a
casos concretos del lenguaje; la valoración lingüística de las
propuestas, actuaciones y reformas que deben ejercerse desde
las instituciones, las administraciones y los estamentos edu-
cativos para propiciar el reflejo del cambio social en el len-
guaje (al que no es ajena la extensión de lo «lingüísticamente
correcto»); y, por último, el alcance más o menos radical que
deben tener estos cambios.
En consecuencia con lo anterior, durante las últimas déca-
das se han venido proponiendo una serie de recomendacio-
nes que pretenden ofrecer fórmulas, esquemas y estructuras
386 Mercedes Quilis Merín

lingüísticas alternativas e igualitarias en el uso del lenguaje


en todos los ámbitos de la sociedad que han sido difundidas
y editadas por organismos e instituciones oficiales de ámbito
nacional y autonómico dentro de los planes generales para
la igualdad de oportunidades de las mujeres. Dentro de estas
políticas de amplio alcance social, una parcela se concentra,
precisamente, en los usos lingüísticos para «nombrar el mun-
do en femenino» a través de guías de estilo, folletos, manua-
les, etc. (Lliteras (coord.ª) et alii, 2003: 42)5, de otro lado, bien
conocidos.
Estas recomendaciones, con una larga trayectoria desde
los años 80 hasta la actualidad, han gozado de una aplicación
evidente en los estamentos políticos que han ido adoptando
los cambios propuestos por razones evidentes, pero también
han repercutido en la sociedad y especialmente en los medios
de comunicación (Fernández y Pedrero, 2007). Como señala
Guerrero Salazar (2002: 235): «cada vez más, locutores y pe-
riodistas recurren también a multitud de estrategias lingüísti-
cas con las que paliar el sexismo».

5
El conjunto de recomendaciones es muy amplio y está concentrado en
una serie de trabajos aparecidos desde 1986, cuando la Comisión de
Terminología del Comité para la igualdad de sexos del Consejo de Eu-
ropa publicó el trabajo Igualdad de sexos en el lenguaje «recomendado
a los países miembros una actuación directa sobre sus respectivas len-
guas» (Lliteras (coord.ª) et alii, 2003: 42). El conjunto de publicaciones
emanadas de aquella primera pueden encontrarse en Andrés (1999:
265) o Bengoechea (1999: 267) entre otras. Brevemente son: 1986:
«Igualdad de sexos en el lenguaje», Comisión de Terminología en el Co-
mité para la igualdad entre hombres y mujeres del Consejo de Europa;
1988: «Recomendaciones para un uso no sexista de la lengua» Minis-
terio de Educación y Ciencia; 1989: «Propuestas para evitar el sexismo
en el lenguaje». Instituto de la Mujer, Ministerio de Asuntos sociales;
1990: «Uso no sexista del lenguaje administrativo», Instituto de la Mu-
jer, Ministerio de Administraciones Públicas y las correspondientes en
las Comunidades Autónomas y organismos locales. Puede consultarse
la actual página del Ministerio de Igualdad para más bibliografía sobre
el tema (<http://www.inmujer.migualdad.es>).
Usos y normas de las formas del género referido a personas … 387

Las actuaciones sobre el uso de la lengua para evitar el sexis-


mo lingüístico también han provocado incomprensión y recha-
zo por otra parte de la sociedad, de lo que es buena muestra la
discusión que suscita en cualquier ámbito la mención de estos
temas y la disparidad de opiniones de personas que no son es-
pecialistas en asuntos lingüísticos a favor y en contra de estas
medidas, opiniones estrechamente asociadas a posturas socia-
les y políticas. Desde esta perspectiva, se acusa al conjunto de
estas propuestas de intentar «modificar la lengua a golpe de
decreto-ley», de «atentar contra la economía lingüística» y de
intentar «destruir el sistema de género en castellano», repro-
ches que, efectivamente, se producen constantemente, como
recuerda Bengoechea. A estas opiniones se unen las de voces
autorizadas, ahora sí, desde un punto de vista estrictamente
lingüístico que aportan la reflexión sobre la norma y el funcio-
namiento de la lengua que hablamos varones y mujeres.
Del conjunto de estas medidas hablaremos más adelante,
pero en los puntos siguientes vamos a centrarnos en una cues-
tión específica: la relativa precisamente a la denominación de
profesiones ejercidas por mujeres dentro de una clasificación
gramatical de los nombres en relación con el género, porque
sigue siendo este uno de los puntos que mejor refleja los cam-
bios que se están produciendo ante nuestros ojos, y también
uno de los que ofrece un conjunto mayor de publicaciones
especializadas y recomendaciones en los manuales de estilo
y guías de escritura para los usuarios en general, y especiales
para los profesionales de los medios de comunicación. Tra-
taremos de observar las normas que propone la Academia y
las realidades de uso en ámbitos especializados o no, en dos
apartados: en el primero tomaremos en consideración la cla-
sificación de los nombres personales referidos a profesiones,
cargos, títulos, etc., y la creación de las correspondientes for-
mas femeninas y en el segundo, los usos en textos o discursos
en los que se nombra a varones y mujeres conjuntamente y,
en especial, los problemas relacionados con el masculino ge-
neralizador.
388 Mercedes Quilis Merín

4. Clasificación de los nombres personales en relación con


el género
El modo de marcar el femenino en los sustantivos referidos
a los cargos, títulos o actividades humanas presenta algunas
dificultades a las que se une una tendencia regularizadora por
la que se produce la identificación de la forma en -a para for-
mar el femenino de los correspondientes sustantivos mascu-
linos, debida a la enorme frecuencia con la que se refieren a
mujeres los sustantivos con esta terminación.
En el registro coloquial, generalmente, se crean estos «nue-
vos» femeninos por analogía a partir de los modelos que ofre-
ce el propio sistema lingüístico: son palabras como cancillera,
concejala u obispa. Para formar estos femeninos confluyen,
de un lado, las reglas gramaticales no siempre bien conocidas
y, de otro, las condiciones históricas y sociales. Lo cierto es
que muchos de estos nuevos femeninos proceden del desdo-
blamiento de los sustantivos que eran en origen comunes en
cuanto al género, como abogada, árbitra, música, catedrática o
ministra o bien venían acompañados del sustantivo «mujer»,
como mujer torero, mujer presidente, etc.
La facilidad para formar estos nuevos femeninos no im-
pide que surjan dudas acerca de su corrección. Si de nuevo
acudimos a los diccionarios, como hicimos al principio, para
solventar las dudas sobre el género de estos nombres perso-
nales, observaremos en primer lugar que no todos los sustan-
tivos de este grupo pueden referirse sin problemas a varones
y mujeres (al margen de otros problemas semánticos en la
definición de muchas voces, cf. Lledó et alii 2004). Algunas
de estas palabras presentan exclusivamente la marcación gra-
matical de género m. (masculino) lo que todavía hace más
complicada la situación6. En muchas ocasiones, este hecho se
produce porque históricamente no era concebible que tuvie-

6
Véase por ejemplo la palabra monarca, común en cuanto al género (el/
la monarca) en su uso actual y «válido» como señala el dpd, pero que
Usos y normas de las formas del género referido a personas … 389

ra lugar una situación («extralingüística») en la que la mujer


ocupara este cargo o profesión. Gómez Torrego (2000a: 22-23)
ya señalaba las razones de la dificultad del desdoblamiento, si
este se producía, y de que quedara reflejado en los repertorios
lexicográficos:
A pesar del loable esfuerzo de la RAE por desdoblar en masculinos y
femeninos muchas voces referidas a oficios o profesiones […] que antes eran
comunes en cuanto al género, no es tarea fácil extender este desdoblamiento
a otras voces por las siguientes razones: en primer lugar, muchos femeninos
de este tipo existían pero con valor peyorativo: socia, individua, bachillera…
En segundo lugar, muchos de estos femeninos designaban con frecuencia
burlescamente a las esposas de ciertos profesionales: boticaria, coronela, ge-
nerala… Y en tercer lugar, los femeninos en -a de este tipo suelen ser recha-
zados por mujeres que desempeñan los cargos correspondientes por cree
ellas que son menos prestigiosos.

Una interesante reflexión al respecto la proporciona el plan-


tear la cuestión desde el punto de vista diametralmente opues-
to y pensar cómo nombrar las profesiones tradicionalmente fe-
meninas ejercidas en la actualidad, como de hecho ocurre, por
los varones. Serían oficios como niñera, ama de casa, matrona
o empleada del hogar. A este respecto, Andrés (2002) presenta
varias posibilidades: bien masculinizar el femenino preexisten-
te: el amo de casa, el niñero, el matrón, el empleado del hogar;
bien que se presenten comunes en cuanto al género: el niñera,
el ama de casa y el matrona; o bien, la tercera posibilidad, la de
mantener el femenino para designar al varón que ejerce una
profesión de las mencionadas: Juan es niñera por horas, Juan
es ama de casa, Juan es empleada de hogar, Juan es la matrona
que me atendió7, posibilidad que encuentra un fuerte rechazo

aparece en el drae, s. v., con la marca de masculino «m. Príncipe sobe-


rano de un Estado».
7
Según observa la ngle (I: 107), son escasos los masculinos en –o forma-
dos a partir de sustantivos femeninos en –a, como azafato (de vuelo, de
viaje) usado ocasionalmente en España, México y parte del área cari-
beña; también se señala que «se emplea a veces con intención irónica
la locución nominal amo de casa, formada sobre la correspondiente
variante femenina, si bien se documenta asimismo usada sin dicha con-
390 Mercedes Quilis Merín

social, según la autora. La creación de estos masculinos a par-


tir de formas comunes, en cuanto al género, terminadas en -a
(modisto, por ejemplo) lleva a algunos detractores de estos pro-
cesos de feminización del lenguaje a proponer y reivindicar de
modo provocativo usos simétricos como *poetos, *astronautos,
*juristos, *personos, *víctimos, etc.
Tratamos a continuación algunas de estas cuestiones, en re-
lación con la norma y uso actual en los nombres personales,
atendiendo a su variación formal como sustantivos comunes,
variables y heterónimos, o a su forma invariable como sustan-
tivos epicenos y ortónimos. En esta última denominación, la
de ortónimos, seguimos la clasificación establecida por Lliteras
(coord.ª) et alii (2004), quienes consideran que los ortónimos
constituyen un grupo diferenciable por sus rasgos (los ortosex),
ya que no pueden tratarse desvinculados de la realidad sexual
de los designados y, por tanto, no admiten variación como fraile
o pitonisa (*fraila, *la fraile; *pitoniso, *el pitonisa).

4.1. Sustantivos comunes en cuanto al género


Los sustantivos personales comunes en cuanto al género
presentan una única forma válida para designar a uno u otro

notación». El español dispone ya de palabras correspondientes a esta


profesión generales en la lengua y con variación de género como partera
y partero, comadrona y comadrón (sobre el que se ha creado el matrón
que se propone como correlato de matrona). En el artículo mencio-
nado, Andrés describe una situación de empleo del nombre matrona
por parte de un varón: «el pasado 8 de marzo de 1998 en televisión, en
Antena 3, hacia las 20.45, pudimos oír y ver cómo un varón de mediana
edad afirmaba que él prefería ser llamado con el femenino matrona,
pues su profesión, de la que se siente muy satisfecho, corresponde al
mundo femenino; parece ser que se trata de uno de los primeros varo-
nes alumnos de la antigua escuela de matronas de Madrid; no tengo la
certeza de que se trate de la misma persona a la que se referían en TV1
el lunes 25 de noviembre de 1996 (aproximadamente a las 20.20) con la
frase “Es toda una matrona y se llama Juanjo”».
Usos y normas de las formas del género referido a personas … 391

sexo. En estos casos, cuando se utilizan presentan una combi-


natoria específica mediante los artículos o determinantes y los
adjetivos con variación de género que marcan así la concor-
dancia: varias colegas o muchos colegas, alguna agente munici-
pal o algún agente municipal, la auténtica periodista deportiva
o el auténtico periodista deportivo, el/ la pívot, el/la cabeza de
familia, etc. A veces son voces con restricciones geográficas:
por ejemplo en España un/una hortera, un /una pasota.
En este grupo, los sustantivos que no suelen presentar nin-
guna duda son los acabados en -ista, que son invariables: la
pianista polaca o el pianista polaco (como electricista, ebanis-
ta, oficinista, documentalista, taxista, protagonista, etc.). Las
obras especializadas destacan la palabra modisto para el mas-
culino, presente en el drae, creada a partir del término común
la modista o el modista. De modisto, que es una palabra muy
extendida en el uso, se dice que «violenta» la morfología del
sufijo regular.
También son comunes los nombres de personas acabados
en -nte: es un grupo productivo como nombres comunes en
cuanto al género: la agente, la gerente, la donante, la paciente,
la traficante, etc. Este grupo ha quedado sin continuidad en
la generación de formas variables en la actualidad (Lliteras
(coord.ª) et alii, 2003: 9), lo que sí ocurrió en otros momen-
tos históricos: son los nombres en -ante que han desarrollado
ciertas formas en -anta (y -ente /-enta), entre las cuales, algu-
nas presentan distintos grados de extensión geográfica y so-
cial, como puede comprobarse en el/la cliente y la clienta, el/la
presidente y la presidenta, el/la dependiente y la dependienta (cf.
ngle y dpd). Gómez Torrego (2000a: 15) proponía que fueran
admitidas por la Academia denominaciones como estudianta
(coloquial), negocianta (usual aunque con cierto tono despec-
tivo), ayudanta (normal en los oficios manuales) dibujanta y
pacienta, desdoblándolas en el diccionario: de estas, solo apa-
recen en la 22.ª edición de 2001 negocianta, sin marcas con-
notativas, y ayudanta, ‘mujer que realiza trabajos subalternos’
de la que el dpd dice que «no es normal en la lengua culta» y la
392 Mercedes Quilis Merín

ngle que su uso «se siente hoy como anticuado». Lliteras et alii
(2004: 22) afirman que fuera de voces como presidenta, infan-
ta y unas pocas más, la resistencia a esta formación acabada
en -a se produce por estar estigmatizadas socialmente y hacer
referencia a oficios subordinados (sirvienta, ayudanta), o bien
por mantener en los diccionarios la acepción de «esposa de»
(regenta) o, por último, por ser muy inestables o coloquiales
(parienta, comunicanta, pretendienta, farsanta).
Las Academias, en el dpd s.v. género2, señalan la proceden-
cia etimológica de estas palabras de los participios de presen-
te latinos, que funcionan como comunes en cuanto al género,
en consonancia con la forma única de los adjetivos de esas
mismas terminaciones (complaciente, inteligente, pedante —y
obsérvese el sintagma, hoy casi inconcebible, la joven partu-
riente—). También es posible advertir la diferencia semántica
y los matices significativos que adquieren estos sustantivos,
—que serían, pues, ortónimos si se sigue la denominación de
Lliteras et alii—, según sean comunes o no: la gobernante (de
un país) y la gobernanta (de una casa, hotel o institución, solo
aplicable a mujeres). Y así podemos verlo en determinadas
restricciones de tipo social como la que recoge Manuel Seco
en la voz asistenta, en su acepción segunda: «la mujer que tra-
baja en la asistencia social no suele llamarse asistenta social
(aunque es denominación perfectamente legítima y aparece
en textos oficiales) sino asistente social».
Las voces tenienta y sargenta en este grupo nos permiten
dar una ojeada a uno de los ámbitos sociales marcadamente
masculinos hasta hace algunos años, el ejército. Aunque algu-
nos lingüistas como Gómez Torrego proponían la inclusión
en el diccionario académico de los femeninos sargenta, capita-
na, coronela, generala, con significados precisos ‘con el grado
militar de’ y no con los valores familiares o despectivos que
habían venido teniendo hasta el momento (sentidos estos que
intuía ya en retroceso en el año 2000), ha sido otro el criterio
adoptado y hoy plenamente extendido sin reservas para nom-
brar a las mujeres que se incorporan a la vida militar en el es-
Usos y normas de las formas del género referido a personas … 393

pañol de España. Normativamente, son comunes en cuanto al


género los nombres que designan grados de la escala militar:
la soldado, la cabo, la sargento, la alférez, la teniente, la capitán,
la comandante, la coronel, la general, y recientemente ha sido
nombrada la primera teniente coronel de las Fuerzas Armadas
españolas (EFE, 27/11/2009). Sin embargo, es innegable que
los valores humorísticos o simplemente despectivos o peyora-
tivos siguen prevaleciendo en ciertas circunstancias8, aunque
también lo es su retroceso, como se manifiesta en la ngle (I:
105, § 2.6b):
Han desaparecido casi por completo los sustantivos que designaban an-
tiguamente a la esposa del que ejercía ciertos cargos […] y se han impuesto
los significados en los que estos nombres se refieren a la mujer que pasa a
ejercerlos. Frente a estos nuevos usos, reflejo evidente del cambio de cos-
tumbres en las sociedades modernas y del progreso en la situación laboral y
profesional de la mujer, se percibe todavía, en algunos sustantivos femeni-
nos, cierta carga depreciativa o minusvalorativa que arrastran como reflejo
de la cultura y de la sociedad en las que se han creado.

Con el mismo grado de aceptación se encuentran en la len-


gua actual los sustantivos comunes en cuanto al género que

8
Según el drae, en su segunda acepción sargenta es ‘mujer corpulenta,
hombruna y de dura condición’ y en la cuarta, aunque coloquialmente y
poco usado, ‘mujer del sargento’. En el caso de tenienta es propiamente
‘mujer con grado de teniente’ en su primera acepción, aunque también
equivale a ‘mujer del teniente’. En cuanto a generala, se señala en su
tercera acepción que coloquialmente aunque poco usado se refiere a
la ‘mujer del general’. En febrero de 2006, en un discurso público, el
entonces ministro de Defensa, Sr. Bono, manifestó que «si la mitad de
los generales que tienen actualmente las fuerzas armadas fueran muje-
res, irían mucho mejor los ejércitos» utilizando literalmente la palabra
generales y no generalas. Sin embargo, esta fue la forma que apareció
abundantemente en titulares y debates radiofónicos, quizá por lo no-
vedoso de la denominación general aplicado a militares españolas (que
no de otros países, como puede verse en el titular «Degradada a coronel
la general de EE. UU. encargada de la cárcel de Abu Ghraib», El País,
6/05/2005). En algunos de los usos de estas «generalas» en prensa tam-
bién pudo percibirse el valor humorístico, o en ocasiones despectivo o
peyorativo, que presentaba en ciertos contextos.
394 Mercedes Quilis Merín

designan a la persona que toca un instrumento (el/la batería,


el/la contrabajo, el/la trompeta) por metonimia del nombre del
instrumento (la batería, el contrabajo, la trompeta); los sustan-
tivos compuestos que designan persona (la sobrecargo9, esa
sabelotodo, una guardameta), así como los préstamos de otras
lenguas que hacen referencia a profesiones u otras circunstan-
cias (la broker, la sheriff, la sin papeles, etc.). También los que
terminan en -i o en -u, como la maniquí, la quinqui, la pelotari,
la ceutí, la gurú, la bantú, la zulú. Y frente a la forma histórica
en -ina, rey/ reina, los que terminan en -y también son actual-
mente comunes en cuanto al género, como la yóquey.
Un grupo aparte lo constituyen las palabras tránsfuga, es-
tratega, políglota (o poliglota) y autodidacta10 y otras comu-
nes de diversas terminaciones con un comportamiento más
o menos estable. Entre estas formas, las acabadas en -a son
en su mayoría comunes (acróbata, atleta, ertzaina, granuja, ci-
bernauta, suicida). Pese a esto, el caso de poeta es bien cono-
cido: ante una terminación culta etimológica que permite la
distinción de género del tipo papisa, profetisa, el valor semán-

9
Según la ngle (I: 109) el hecho de que no existan o sean poco usados o
de escasa difusión ciertos nombres femeninos de profesiones acabados
en -a es debido a la confluencia con otra voz existente homónima con
connotaciones peyorativas: «Así, cabe pensar que se emplea como co-
mún en cuanto al género el sustantivo sobrecargo (el sobrecargo / la so-
brecargo) que designa a la persona que ejerce ciertas labores de supervi-
sión, porque hay un sustantivo femenino, sobrecarga, que como explica
el drae, significa ‘exceso de peso’ además de ‘molestia’ entro otros sen-
tidos». No obstante, que los criterios siguen siendo resbaladizos lo de-
muestra que se afirme un poco antes (107) que: «También se considera
correcto el femenino perita (Ya es perita mercantil), pese a que coincide
con el diminutivo de pera», antes rechazable por esta homofonía.
10
El dpd señala en polígloto -ta y autodidacto -ta que sigue vigente su uso
como adjetivos de dos terminaciones, aunque es más normal usar la
forma -a también para el masculino en ambos casos: el políglota, el au-
todidacta. Para estratega y tránsfuga, el drae en la 22.ª edición mantiene
vigentes dos entradas, una como comunes en cuanto al género (tránsfu-
go, estratego) y otra especifica en masculino, que el dpd desaconseja por
rara en el uso.
Usos y normas de las formas del género referido a personas … 395

tico añadido dado a la forma femenina motiva su rechazo:


algunas poetisas prefieren la denominación la poeta11 por la
contaminación peyorativa, de cursilería, incapacidad o afec-
tación que ha adquirido. En el caso de guardia, Seco señala
en su Diccionario de dudas: «es masculino y femenino cuando
designa respectivamente al hombre o a la mujer perteneciente
a una guardia. Para el femenino, en este caso, y con objeto de
evitar anfibologías, se dice a veces mujer guardia».
El grupo de sustantivos que terminan en -e también tendría
un comportamiento bastante predecible por su semejanza con
los adjetivos de esta misma terminación (pobre, alegre); esto
es, serían comunes en cuanto al género la forense, la interpre-
te, la pinche. Sin embargo, en algunos casos sí se ha duplicado
la forma: sastra, alcahueta, cacica o jefa. Sobre esta última
forma hay que advertir que está registrada en el drae desde
1837; sin embargo, como han destacado Lliteras (coord.ª) et
alii (2003: 67), la forma jefe con la terminación -e del mascu-
lino frente a jefa se utiliza para designar al superior o cabeza
de una corporación, mientras que en el resto de sus usos son
comunes. Se debería emplear, por consiguiente: la jefe de esta-
do, la jefe de gobierno, de administración, de negociado.
Como los acabados en -e pueden presentar femeninos cul-
tos etimológicos algunos de ellos han generado situaciones
especiales por las nuevas circunstancias sociales. El caso de
sacerdotisa, ‘mujer que ejerce el sacerdocio’, y la preferencia
por la sacerdote (en las Iglesias cristianas que sí permiten a las
mujeres ejercer esta profesión) no necesita más comentarios
que los que se extraen de contraponer la forma marcada con
el morfema -isa a la común: la sacerdotisa anglicana / la sacer-
dote anglicana.

11
Su marcación común está ya en el drae, que presenta dos entradas:
poeta con género común y el femenino poetisa, en entrada aparte, aun-
que el Diccionario del Español Actual los registra bajo un mismo lema.
En Andrés (2003) hay variada documentación y testimonio de su uso
histórico y actual, así como de su reflejo en obras lexicográficas.
396 Mercedes Quilis Merín

4.2. Sustantivos variables en cuanto al género


Acabamos de ver que los casos de nombres comunes en
cuanto al género presentan excepciones o complicaciones y
que bien se decantan de manera excepcional por una duplici-
dad en las formas (modista-modisto), bien por una reducción
seleccionada por razones semánticas (poeta, sacerdote), o bien
por el mantenimiento de formas dobles con sentidos distintos
(la sargenta, el/la sargento).
El grupo de nombres variables en cuanto al género sí mues-
tra mediante marcas formales una correlación entre el género
gramatical y el sexo. Estas marcas son -o para el masculino
y -a para el femenino correspondiente y las encontramos en
voces tan comunes como maestra / maestro, académica / aca-
démico, filóloga / filólogo, abogada / abogado, médica / médico,
etc.12, que no presentan ningún problema para los hablantes
ya que corresponden a personas de los dos sexos que ejercen
las mismas actividades. Pero esta correlación no se produce
de un modo tan sencillo en la lengua actual y aún presenta
ciertas reticencias para la designación de determinadas pro-
fesiones o actividades en las que la forma femenina coincide
con el nombre de la ciencia. En estos casos señala la ngle (I:
107, § 2.6g):
El hecho de que los sustantivos femeninos de persona que coinciden
con nombres de ciencias, artes o disciplinas puedan dar lugar a dos inter-
pretaciones no es óbice para que se recomiende su uso: física, informática,
matemática, música, política, práctica (de un puerto), química, técnica. Se ha
observado que algunos de estos sustantivos encuentran mayor resistencia
que otros en su empleo como nombres de persona (Es música de profesión;
Era una política de pura cepa) mientras que otros muchos (informática, ma-
temática) se han impuesto sin dificultad pese a la ambigüedad a la que se
alude.

12
Funcionan como comunes en cuanto al género algunos términos que
designan profesiones cuando presentan un acortamiento: la fisio (fisio-
terapeuta), la otorrino (otorrinolaringóloga), la gine (ginecóloga), etc.
Usos y normas de las formas del género referido a personas … 397

El fenómeno de la resistencia de las propias mujeres a de-


nominar sus oficios, títulos y profesiones en femenino, el lla-
mado «machismo femenino», que las lleva a seguir utilizando
abogado, técnico, médico, secretario, etc.13, se debe a que a tra-
vés de los nombres en masculino las mujeres «ven reflejado su
acceso a una situación profesional que antes estaba reservada
a los hombres», tal como apuntaba García Moutón en el año
1999. Aludía entonces a que no faltaban razones históricas
que se podían rastrear en gramáticas y en diccionarios don-
de el femenino de algunos nombres o títulos como médica,
embajadora, abogada servía para designar a las mujeres ca-
sadas con los que realmente los tenían en propiedad, de ma-
nera que se prefería el término masculino, empleado como
común, para evitar la ambigüedad que pudiera producirse:
«la mujer del embajador» es la embajadora, pero la de carrera
es la «embajador del Perú», revistiéndose de este modo de un
prestigio social añadido. Si bien esta fue la forma preferida en
un primer momento, actualmente se abre paso la presencia
de femeninos regulares cada vez más frecuentes en el uso,
fenómeno propiciado también por la regularización oficial de
títulos universitarios en femenino. Pese a ello, el proceso de
regularización es lento, confuso y difícil, y en muchas oca-
siones se alude a razones no solo gramaticales sino también
estéticas cuando no de otra índole.
Entre las formas acabadas en -o también existen excepcio-
nes y las gramáticas citan piloto, testigo y modelo, que fun-
cionan como comunes14. Sin embargo, en junio de 2005 la

13
En el Diccionario de dudas y dificultades de la lengua española, Manuel
Seco señala s.v. abogado: «El femenino de este nombre es abogada […].
No hay razón que justifique decir la abogado o la mujer abogado aunque
sea esta la denominación que prefieren muchas profesionales».
14
Es imposible no mencionar el uso coloquial de testiga en boca de la
actriz Chus Lampreave en la película dirigida por Almodóvar, Mujeres
al borde de un ataque de nervios: «Como soy testiga de Jehová, no puedo
mentir». Otra de las palabras es reo que según dpd «no debe conside-
rarse una excepción el sustantivo reo, cuyo femenino etimológico y aún
398 Mercedes Quilis Merín

Fundación para el español urgente (Fundéu)15 recibió una con-


sulta sobre el término pilota provocada por la duda acerca de
la designación de una mujer que iba a probar un fórmula uno
en el circuito de Indianápolis. La respuesta respondía al uso
sancionado por la Academia, la piloto («en masculino» sic).
La razón de la pregunta y la de la respuesta apuntan una vez
más hacia la identificación en la mente de los hablantes de la
terminación en -o con la forma del masculino y en -a con la
del femenino, lo que provoca la necesidad de crear un corre-
lato de la palabra correspondiente en -a cuando no existe. La
respuesta de la Fundéu concluía: «… hay algunos casos que
de momento deben conservarse en su forma masculina, como
es este caso, porque todavía no existen muchas mujeres piloto
y decir la pilota en este caso suena francamente mal. Quizá
con el tiempo». Al margen de cómo pueda sonar, el dpd señala
que femenino pilota, se ha usado alguna vez, aunque no sea
lo normal.
Los nombres variables pueden presentar algunas otras for-
mas para la construcción del femenino con incremento mor-
fológico que conviven con la más frecuente en -a: los termi-
nados en -n y -s lo hacen en -a generalmente, pero también
en -esa (guardiana, diosa pero baronesa). Los terminados en
-e lo hacen con formas específicas de sufijos -esa, -isa, o -ina
(alcaldesa, lideresa, sacerdotisa, papisa, heroína). También son
variables los acabados en -or, de manera regular (escritora,
doctora) o con terminación culta -triz (actriz). Hay algunos de
los acabados en -ar, -er, -ir o -ur que, pese a ser comunes (la
auxiliar o el auxiliar), pueden presentar formas en -a (bachille-
ra, choferesa, lideresa)16.

vigente en el uso es rea, aunque funcione asimismo como común: la


reo».
15
<http://www.fundeu.es>. Última consulta, 15/02/2010.
16
Camilo José Cela denominaba choferesa a la conductora del automóvil
en el que viajaba en un conocido anuncio televisivo. Lideresa se emplea
en algunos países de América y el dpd aporta un ejemplo de México,
aunque hoy también se aplica a algunas políticas en España (como to-
Usos y normas de las formas del género referido a personas … 399

Esta posibilidad no se ha tenido en cuenta con la femini-


zación de canciller por parte de la Academia cuando emitió
una noticia para su uso correcto como común, la canciller,
dictamen que mantiene en el dpd para rechazar la forma fe-
menina la cancillera (ahora sí con ‘bolaspa’, signo que sig-
nifica inaceptabilidad). Todo ello porque una mujer, Angela
Merkel, por primera vez en la historia asumió la Cancillería o
Gobierno de la República Federal Alemana y de inmediato se
suscitó la polémica si debía ser llamada la canciller alemana o
la cancillera alemana. El uso de cancillera en algunos países de
América para denominar a las ministras de asuntos exterio-
res, como puede verse en la prensa de estos países, tampoco
pareció tener ningún peso en la discusión, dado que no eran
cargos equivalentes al de «canciller» en Alemania. Y todo esto,
teniendo en cuenta que el dpd manifiesta que mantendrá los
usos dialectales sustentados por la escritura17. Hubo artículos
específicos en prensa como el de Lluis Bassets, «Cancillera»
(El País, 13/12/2005), para recomendar o no la utilización del

dos reconocerán). Recordemos aquí el escaso poder productivo de estas


variantes en la creación de nuevas voces. El dibujante Quino, creador
de Mafalda, recurre con humor a esta terminación específica del feme-
nino en una viñeta en la que el personaje de Susanita, en el reparto de
papeles en el juego de policías y ladrones (gansters), solicita ser ganste-
resa, a lo que sus desconcertados amigos responden «Ganster ¿¡qué!?».
17
Existen Ministras de Asuntos Exteriores denominadas específicamente
Cancilleras (femenino que convive con la forma común en cuanto al gé-
nero) en El Salvador, Colombia, Guatemala. Se documenta el término
cancillera para Condolezza Rice en la prensa de Venezuela, y en Nicara-
gua encontramos vicecancilleras. No es término aceptado en Argentina.
Sobre las variantes femeninas en América, no tenemos constancia de
la existencia de estudios de conjunto. Señala Aleza (Aleza y Enguita,
2002: 132-133) que Kany en 1976 ya resaltaba «la tendencia general en
América a las diferenciaciones genéricas en función del sexo: animala,
tipa, bromisto, intelectuala. El prestigio o rechazo social que estas for-
mas populares adquieren es distinto en cada caso» y que existen lexías
con género distinto del que tienen en español europeo. Por otra parte,
la propia Ángela Merkel tomó la decisión de utilizar un neologismo
en todos los documentos públicos y oficiales: Känzlerin, la cancillera,
como una de las primeras medidas de su gobierno.
400 Mercedes Quilis Merín

femenino, que recurrían como argumento de «autoridad» a su


presencia en internet y al número de apariciones en Google,
esto es, a su uso real, junto con otros argumentos propiamen-
te gramaticales. También las agencias de prensa tomaron en
cuenta este dato de internet y la Fundéu recomendó con este
criterio el femenino. Algunas «Cartas al director» de diversos
medios recogían en aquellos días su protesta por la censura
de un término que no suscitaba extrañeza ni rechazo en los
hablantes (como había ocurrido en su momento con jueza,
por ejemplo) y se preguntaban el porqué de esa resistencia a
aceptar el femenino. La ngle, hoy, aduce una razón «estricta-
mente morfológica» por la que «se prefiere canciller a cancille-
ra porque los sustantivos acabados en -er (bachiller, sumiller,
ujier, etc.) son comunes en cuanto al género» (I: 109, § 2.6l).
Pero no es este el único caso de discusión acerca de un tér-
mino que presenta un femenino en -a no habitual. Los cono-
cidos casos de palabras terminadas en -l (zagala, fiscala, edila)
o -z (jueza) tienden a funcionar como comunes por su com-
portamiento similar a los adjetivos (feliz, dócil). El dpd señala:
«No obstante, algunos de estos sustantivos han desarrollado
con cierto éxito un femenino en -a como es el caso de juez/
jueza, aprendiz/aprendiza, concejal/concejala o bedel/bedela», a
los que se puede añadir consulesa, utilizada también en sen-
tido propio en algunos países de América. Por tanto, en es-
tos casos se puede emplear para el femenino tanto la forma
marcada, como la no marcada, la jueza y la juez, forma esta
última que parece ser la preferida en un lenguaje formal y la
avalada por la Academia. La forma no marcada, la juez, es
la que aparece en los diccionarios, así como en los libros de
estilo y en la propia práctica periodística, como revela un es-
tudio reciente de Velando y Vellón (2006). Pese a esto, cabría
realizar una valoración de la solidez de los argumentos a los
que se apela en los libros de estilo para estas selecciones tales
como que «no están asentadas», «suenan mal a los usuarios»,
o mucho más peregrinos como la del Libro de estilo de El País
de los estudiantes, donde se proscribe el uso de jueza pese a lo
Usos y normas de las formas del género referido a personas … 401

que aparece en el diccionario académico y se prefiere la juez


«porque no hay juezo/a», argumento, de otro lado, también
exhibido por Grijelmo (1997: 495). El exhaustivo análisis de
Vigara (2009) sobre el término jueza resulta actualmente es-
clarecedor al examinar la disputa desde el plano lingüístico,
discursivo, social y presentar la realidad del uso en los medios
de información con un método que podría aplicarse a muchos
otros términos.

4.3. Sustantivos heterónimos


En los heterónimos el masculino y el femenino exigen le-
mas diferentes y, además, designan a un varón mediante una
palabra del género masculino y a una mujer mediante una del
género femenino. La última condición es que además «ambos
referentes personales se asocian cultural y socialmente en pa-
rejas únicas desde la perspectiva del hablante»: el padre y la
madre, el padrino y la madrina, el compadre y la comadre. Es
el único grupo donde el masculino plural se puede considerar
dual (los padres, los padrinos, los compadres, los tíos, los abue-
los, los príncipes, los reyes). También en este caso, los cambios
sociales que se han producido en nuestro país con la modi-
ficación del Código Civil para permitir que las personas del
mismo sexo puedan contraer matrimonio y adoptar menores
de manera conjunta han tenido repercusiones lingüísticas in-
sospechadas. El texto de la ley cambia los heterónimos el pa-
dre y la madre por los progenitores y de paso nuestro concepto
de este término, pues a partir de ese momento habrá padres
(padre y madre), padres (padre y padre) y madres (madre y
madre)18.

18
La Academia considera en el Esbozo (1973: 177) que el plural masculino
en estos casos «es en realidad un nombre epiceno»; en la ngle habla de
sustantivos en plural que «pueden abarcar en su designación a los dos
miembros de una pareja de varón y mujer» (I: 89, § 2.2l). Para «madres»
puede contrastarse el artículo «Tener mamá y mamá. El día a día de las
402 Mercedes Quilis Merín

4.4. Sustantivos ortónimos


Adoptamos aquí la distinción propuesta por Lliteras
(coord.ª) et alii (2004), para esta clase. Los nombres
personales ortónimos son aquellos que no pueden representar
la alternancia de la identidad sexual del referente y en este
sentido son invariables. El acierto de esta denominación
radica en la separación de un grupo de nombres personales
que designan clases del mismo sexo, sean varones o mujeres,
y que se comportan con total autonomía con respecto al
contexto comunicativo. La persona designada mediante
un nombre ortónimo (nodriza, amazona, imán, capellán,
chamán, deán, donjuán) resulta identificada por su propio
sexo de forma relevante. Es un fenómeno especial en cuanto
al género y, desde otra perspectiva, así lo ha notado también la
ngle (I: 86, § 2.2e) al tratar del valor abarcador del masculino
genérico para algunos plurales de sustantivos masculinos de
persona (monjes, brujos) cuando afirma que «muy raramente
comprenden a las mujeres, sea cual sea el contexto en que se
usen».
Si se observa el par obispo/obispa se percibe que obispo se
ajustaría perfectamente a esta clasificación como ortónimo,
ya que presenta una marcación en masculino y el drae señala
que se trata de un oficio propio de varones: «m. Prelado su-
perior de una diócesis», o en la subacepción obispo sufragá-
neo, «m. El de una diócesis que con otra u otras compone la
provincia del metropolitano». Distintos medios de comunica-
ción se hicieron eco recientemente de que la Iglesia anglicana
de Inglaterra planeaba ordenar a la primera obispa antes de
2012. También en este caso a la Fundéu llegaba la consulta
sobre la corrección de la obispa, la obispo, la mujer obispo o

madres lesbianas con sus hijos» (El País Semanal, nº 1456, 14/06/2006).
También puede apreciarse en la página web del colectivo «Unidos por
la custodia compartida» el valor excluyente otorgado al término padres
por algunas asociaciones integrantes.
Usos y normas de las formas del género referido a personas … 403

la obispesa (?)19. La Fundéu apoyaba y recomendaba el uso de


obispa, avalado por el lingüista Martínez de Sousa, quien la
consideraba en principio correcta aunque fuera del ámbito de
la iglesia católica. El Diccionario del español actual ya lo había
recogido así en 1999 bajo una misma entrada (obispo -pa), se-
ñalando la diferencia entre la acepción primera, solo mascu-
lina y referida a la religión católica: «(Rel catol) Hombre que
ha recibido las órdenes sagradas en su grado máximo» y en su
segunda acepción marcando la dualidad «m y f (Rel crist) Per-
sona que gobierna una diócesis o a un grupo de sacerdotes»
y señalaba, además, que en esta acepción a veces se usaba la
forma obispa referida a mujer.
Mediante este tipo de distinciones en las obras lexicográfi-
cas se evitarían, quizá, algunas de las confusiones y polémicas
que suscitan los femeninos, ya que efectivamente la denomi-
nación de obispo como nombre personal en un contexto cul-
tural católico no tiene en la actualidad (ni parece que vaya en
cambiar en poco tiempo) más forma que la masculina. Esto
no impide que consideremos obispo variable en cuanto al gé-
nero y que se emplee con una designación precisa, obispa,
cuando lo sean mujeres. Algunos de los duales aparentes se
resolverían en dos clasificaciones: ortónimos y variables. Y, de
otro lado, esta categoría de ortónimos también resolvería los
casos en los que no se está ofreciendo una simetría semántica
perfecta de un mismo nombre entre masculino y femenino,
como ya señaló la Academia en su Esbozo (1973: 176) para
asistente y asistenta cuando asistenta designa a la ‘sirvienta ex-
terna que trabaja por horas’ y nunca al varón asistente. Tam-
bién son muestra de duales aparentes otras expresiones bien
estudiadas por sus valores peyorativos parejas del tipo hom-
bre público y mujer pública, entre otras (Calero Fernández,
1992).

19
<http://www.fundeu.es>. Última consulta, 15/02/2010.
404 Mercedes Quilis Merín

4.5. Sustantivos epicenos


El último de los grupos tratados, los epicenos, no deter-
mina la identidad sexual del referente ya que esta no queda
marcada gramaticalmente de ningún modo. Generalmente se
refieren a animales pero también a seres humanos y no tienen
repercusiones en la concordancia ya que son masculinos (el
ser humano, el bebé, el vástago) o femeninos (la visita, la cria-
tura, la persona). Los colectivos en singular que recogen gru-
pos mixtos de personas pueden considerarse epicenos: prole,
público, ciudadanía, electorado, equipo.
El nacimiento de la infanta Leonor, en 2005, provocó en su
momento una avalancha informativa. Aunque algunos titula-
res en la red proclamaban «La infanta Leonor, un bebé “pre-
cioso” y “muy bueno”»20, el término suscitó dudas en cuanto
a la utilización de la palabra bebé para referirse a la niña, qui-
zá porque, aunque en español peninsular bebé es epiceno (y
agudo: el bebé), en la mayoría de los países de América, desde
México hasta Chile, como señala el dpd s.v. tanto la aguda bebé
como la llana bebe son comunes en cuanto al género (el bebé,
el bebe, la bebé, la bebe). Solo en los países del Río de la Plata
la forma llana adquiere el femenino beba (el bebe, la beba).
Sus diminutivos la bebita y el bebito con marcación de género
en -ita, -ito, tampoco son desconocidos por los hablantes es-
pañoles. Con el nacimiento de la infanta Sofía, en 2007, pode-
mos seguir leyendo en nuestro país «la infanta Sofía, un bebé
precioso y muy despierto»21, pero cualquier consulta Google
de páginas de España muestra el avance en el uso como sus-
tantivo común frente al epiceno.
Los medios de comunicación, la televisión, los informati-
vos, permiten cada día el conocimiento de otras realidades

20
<http://actualidad.terra.es/articulo/html/av2581405>.htm. Última con-
sulta, 15/02/2010.
21
<http://www.hola.com/casasreales/2007/07/15/bautizo-real-sofia/>. Últi-
ma consulta, 15/02/2010.
Usos y normas de las formas del género referido a personas … 405

y variedades de español que sin duda van influyendo en los


hablantes y que pueden propiciar modelos de regularización.
La influencia del español de América también se produce en
el caso del epiceno ídolo. Así, la ngle informa de que se extien-
de ídola en la lengua juvenil de Chile y el Río de la Plata «y a
veces también en la conversacional (una cantante nueva que
es ídola de todos los jóvenes). Este uso no ha pasado tampoco
a los registros más formales» (I: 122, § 2.9h). Según la infor-
mación que proporciona la Wikilengua22, la palabra ídola no
figura, efectivamente, en los principales diccionarios (drae,
dea, due, Pequeño Larousse, Clave) en los que se indica que
es palabra masculina, sin embargo «está extendido el uso de
las formas femeninas la ídolo y la ídola con preferencia por la
segunda en Google (páginas en español, 2008/07/22): la ídolo
10.400; la ídola 25.200», tendencia que no parece afianzarse
en búsquedas más recientes pero que sí muestra una notable
presencia en el uso.
Por último, también cabe mencionar que en la 22.ª edición
del drae de 2001 el sustantivo miembro, en su acepción 7.ª
pasó de masculino a común: «com. Individuo que forma parte
de un conjunto, comunidad o cuerpo moral». Las dos opcio-
nes en alternancia que la ngle considera «correctas» son: Ella
es {el~la} miembro más notable del equipo, no así el documen-
tado miembra «que no se recomienda» (I: 121, §2.9f). Esta úl-
tima denominación suscitó una revuelo lingüístico, pero tam-
bién político y social, cuando en julio de 2008 la pronunció la
ministra de Igualdad, Bibiana Aído23. Ana M.ª Vigara, en su
artículo «Miembras» (2008), analiza la posibilidad de que esté
ocurriendo con este término el mismo proceso gramatical que
ha seguido, entre otros, juez: el paso de un género exclusiva-

22
<http://www.wikilengua.org/index.php/%C3%ADdola>. Última consul-
ta, 15/02/2010.
23
Incluso se creo una web, «Miembras. Usos lingüísticos, políticos y so-
ciales», que promueve el empleo del término miembras como un «ex-
perimento lingüístico». http://miembras.blogspot.com/2008/06/nace-el-
blog-miembras-psalo.html. Última consulta, 15/02/2010.
406 Mercedes Quilis Merín

mente masculino a uno común (el / la juez) que finalmente se


puede llegar a desdoblar en dos sustantivos, uno masculino
(el juez) y otro femenino (la jueza), proceso lingüístico «lógi-
co» y adaptado al proceso de evolución social:
Y nuestra ministra de Igualdad, Bibiana Aído, habría, simplemente, anti-
cipado el final del proceso, en una intervención que seguramente no merecía
por este motivo (por la aparición del término miembra) la atención inusitada
que ha recibido, los apasionados juicios de valor que ha suscitado y el efecto
social que ha provocado dividiendo el mundo entre oponentes y partidarios,
irritados y complacidos… Y ni lo dicho por ella, pues, ni el hecho mismo de
decirlo (o pensarlo) podría considerarse, en rigor, incorrección, ni estupidez,
ni sandez ni feminismo salvaje (nada menos que «salvaje»), como se acusaba
al principio del reportaje de El País.

5. El género en el texto y en el discurso


Aunque las cuestiones relativas a la construcción de nue-
vos femeninos y su aceptación y arraigo en la sociedad son
aspectos que preocupan en la mayoría de manuales de dudas
y guías de estilo (que se ocupan tanto de los ámbitos periodís-
ticos como de responder a un público de cultura media), no es
tanto el espacio que prestan a otras dificultades que se produ-
cen a la hora de utilizar estas formas en el discurso, bien solas
o coordinadas con otras en oraciones o construcciones, bien
en usos plurales o genéricos, bien por su concordancia o repe-
tición, esto es, del uso del género en el texto y en el discurso.

5.1. El masculino genérico


En el discurso feminista a favor de los usos no sexistas en
el lenguaje y, en especial, en contra del sexismo sintáctico,
se lleva la peor parte el denominado masculino genérico por-
que se le acusa de suplantar al femenino y de ocultar la pre-
sencia de las mujeres y su derecho de ser nombradas. Esta
es la razón por la que, desde las posiciones más extremas,
Usos y normas de las formas del género referido a personas … 407

se recomienda su completa supresión en cualquier contexto


que pueda suponer error o malentendido. En su defensa, la
gramática siempre ha descrito el empleo del masculino, gé-
nero no marcado, frente al femenino, género marcado, en
los que en «en la designación de seres animados, los sustan-
tivos de género masculino no solo se emplean para referirse
a los individuos de ese sexo, sino también —en los contextos
apropiados—, para designar la clase que corresponde a to-
dos los individuos de la especie» (ngle, I: 85, § 2.2a); así, el
uso genérico del masculino plural es la consecuencia de su
carácter no marcado y es habitual en las lenguas románicas
para mencionar a un grupo, sean varones o mujeres (o a un
colectivo mixto en el que haya un único varón entre muje-
res). El dpd en la voz género2 es más explícito al recordar que
el masculino singular designa a la clase: El hombre es el úni-
co animal racional; El gato es un buen animal de compañía
y que, en consecuencia, los masculinos genéricos en plural
incluyen ambos sexos: «Los hombres prehistóricos se vestían
con pieles de animales; En mi barrio hay muchos gatos (de la
referencia no quedan excluidas ni las mujeres prehistóricas
ni las gatas)» y continúa:
A pesar de ello, en los últimos tiempos, por razones de corrección polí-
tica, que no de corrección lingüística, se está extendiendo la costumbre de
hacer explícita en estos casos la alusión a ambos sexos: Decidió luchar ella,
y ayudar a sus compañeros y compañeras (Excélsior [Méx.] 5.9.96). Se olvida
que en la lengua está prevista la posibilidad de referirse a colectivos mixtos a
través del género gramatical masculino, posibilidad en la que no debe verse
intención discriminatoria alguna, sino la aplicación de la ley lingüística de la
economía expresiva; así pues, en el ejemplo citado pudo —y debió— decirse,
simplemente, ayudar a sus compañeros. Solo cuando la oposición de sexos
es un factor relevante en el contexto, es necesaria la presencia explícita de
ambos géneros.

Al mismo tiempo se siente como un atentando al idioma el


hecho de que «por presión feminista se está haciendo frecuen-
te el empleo de las dos formas, masculina y femenina, contra
la tradición de la lengua» (Marcos et alii, 1998: 109). Por su
parte, escritores como el académico Javier Marías o lingüistas
408 Mercedes Quilis Merín

como Martínez de Sousa24 defienden algo más intensamente


el uso genérico y sintético de hombre como una mera conven-
ción lingüística y descalifican determinadas prácticas correc-
toras para evitarlo.
No hay que olvidar que en ocasiones son las informaciones
externas al mensaje y algunas condiciones contextuales o te-
máticas las que ayudan a dilucidar si las mujeres están inclui-
das en estos usos genéricos del masculino (ngle, I: 86-87). Una
pequeña muestra de la identificación del masculino genérico
(abarcador de los dos sexos, en principio, y no marcado) y
el masculino no genérico (referido a varones exclusivamente)
en el discurso es el siguiente ejemplo que mediante el humor
activa espontáneamente esta identificación: Me gusta reservar
el sábado para mis amigos. Por eso me molesta que vengan sus
novias. Es lo que se define como salto semántico por el que
en el sustantivo genérico masculino plural, amigos, se desve-
la de inmediato que no tenían cabida las mujeres. También
se ha argumentado que, desde la perspectiva de las mujeres,
nunca se sabe si esos masculinos genéricos las incluyen o no
(y lo que no se nombra no existe), dudas que jamás se pre-
sentarían entre los varones que los emplean. Bengoechea y
Calero (2003) observan, finalmente, la ausencia de valor del
hiperónimo hombre, pretendidamente genérico con los si-
guientes ejemplos: El hombre es mortal, Juan es un hombre
mortal, *María es un hombre mortal, bien distinto de: María
/ Juan es una persona mortal, María / Juan es un ser humano
mortal (epicenos en este caso que no activan las referencias
sexuales).
De nuevo, en el trabajo de Lliteras (coord.ª) et alii (2004)
se ofrecen algunas reflexiones sobre los usos no sexistas del
masculino genérico que intentan ajustar desde una perspecti-
va lingüística los factores sociales. El empleo de estos genéri-

24
Ápud Andrés (1999: 260) y Bengoechea (1999: 269), aunque este es un
debate que se activa en todos los foros y en el que participa cualquier
hablante no especializado atendiendo a su competencia lingüística.
Usos y normas de las formas del género referido a personas … 409

cos sí que estaría justificado en expresiones fijas, rótulos para


designar asociaciones, colectivos, lugares (Médicos sin fron-
teras, Defensor del Menor, Cheque al portador, Unión General
de Trabajadores UGT). Estaría también justificado cuando el
enunciado se refiere a personas identificadas por su nombre
que forman grupos mixtos (Pedro García y Susana Hernández,
organizadores del evento, se reunirán mañana por la tarde con
el comisario de la exposición). La justificación de estos mas-
culinos genéricos se aplica también en las referencias a una
o varias personas indeterminadas (precisamente por la indi-
ferencia en cuanto a su identidad), en oraciones con formas
verbales en futuro y, si los hay también, con adjetivos como
futuro, nuevo, próximo, etc. (El nuevo doctor atenderá a parte
de los pacientes del actual titular de la localidad). Los mascu-
linos genéricos se justifican en la referencia a la cuantifica-
ción de una o varias personas determinadas por la clase o el
número, pero de sexo irrelevante, construidas en estructuras
partitivas, proporcionales y distributivas (Nace un chino cada
dos segundos). Por último, este masculino genérico se presen-
taría sin valor sexista en las referencias a una o varias perso-
nas prototípicas con los marcadores cada, un, cualquier, todo,
etc. (Confíe en un auténtico experto). En todos estos casos, el
discurso sí sería sexista por exceso de información o por de-
fecto y generaría usos desafortunados como puede compro-
barse en Médicos y médicas sin fronteras; Pedro García y Susa-
na Hernández, personas organizadoras del evento, se reunirán
mañana por la tarde con el comisario de la exposición; El nuevo
doctor o la nueva doctora atenderán a parte de los pacientes del
actual titular de la localidad; Nace una persona china cada dos
segundos; Confíe en una persona experta).

5.2. La concordancia
Desde un punto de vista puramente gramatical, la norma
indica que cuando el nombre de una profesión o de un cargo
está formado por un sustantivo y un adjetivo, los dos elemen-
410 Mercedes Quilis Merín

tos deben ir concordados en masculino o en femenino en re-


lación con el sexo del referente. Si esto se advierte es porque
dicha concordancia no presenta una claridad meridiana en
los usos contrastados. Gómez Torrego (2000a: 22) señala la
corrección de la primera ministra y advierte que «conviene
evitar» formas como *la primer ministro, *la primer ministra
o *la primera ministro, sintagma prohibido en el dpd. Vemos
que estas prevenciones son necesarias cuando es posible leer
en la misma obra pocas páginas más adelante respecto de
guarda con género común, cierta incongruencia con los plan-
teamientos expuestos por el mismo autor: «De todas formas,
se hace duro hablar de una guarda jurada como femenino de
un guarda jurado, aunque, según los diccionarios, es forma
correcta». Las razones no lingüísticas (se hace duro hablar de)
pesan incluso en un contexto de recomendaciones normativas
gramaticales.
La concordancia de dos nombres de distinto género coor-
dinados con un adjetivo se hará en masculino: Las niñas y
los niños quedaron encantados con la fiesta. Para coordinar
dos sujetos de distinto género coordinados, lo normativo es la
presencia de cada sustantivo con su correspondiente determi-
nante: Las niñas y los niños (*los niños y niñas / *las niñas y
niños) quedaron encantados con la fiesta.

5.3. Las repeticiones


Una de las críticas más frecuentes se produce en contra de
las soluciones propuestas para los casos de duplicación o co-
ordinación de la forma femenina y masculina para designar
a un colectivo, del tipo Los alumnos y las alumnas, los coor-
dinadores y las coordinadoras, los escritores y las escritoras. El
dpd las califica como «engorrosas repeticiones a que da lugar
la reciente e innecesaria costumbre de hacer siempre explícita
la alusión a los dos sexos» y censura la utilización de un signo
gráfico que no lingüístico, la arroba (@), como recurso lingüís-
tico para integrar en una sola forma gráfica -o y -a fusionadas:
Usos y normas de las formas del género referido a personas … 411

l@s niñ@s. Este signo, que suele aparecer en publicidad, en


textos «alternativos», en la correspondencia entre los jóvenes,
en mensajes rápidos, etc., presenta la desventaja de su lectura
y transmisión oral, pero llama la atención de forma inmediata
sobre el género «de ahí las críticas recibidas sobre su sensa-
cionalismo», como indican Bengoechea y Calero (2003: 104).
Según estas autoras, el signo puede ser utilizado en circuns-
tancias en las que no sea necesaria la oralización:
Para evitar la excesiva longitud en frases e impresos, documentos y car-
tas se pueden usar las formas masculina y femenina, abreviadas mediante
barra o guión (a/o, o-a). Este recurso, necesario en un principio para llamar
la atención hacia la discriminación lingüística de la mujer, ha dejado de ser
considerado un signo ridículo para pasar a ser ampliamente aceptado y uti-
lizado en nuestra sociedad. Sin embargo, la mayoría de obras consultadas
indican la conveniencia de reservarlo para en impresos, formularios, contra-
tos, cartas y documentos oficiales. Donde sea posible, es preferible usar los
sustantivos colectivos, los abstractos o las formas enteras masculinas y fe-
meninas una junto a la otra: A las/os alumnas/os del Centro. Al alumnado del
Centro, A los alumnos y alumnas del centro. A los alumnos y a las alumnas del
Centro. Tampoco es gramaticalmente correcta la utilización de coordinacio-
nes que resultan artificiosas por agramaticales del tipo las y los ciudadanos.

Lo expuesto no trae como consecuencia ningún impedi-


mento para la duplicación cuando esta tiene una función
pragmática o de coherencia interna del enunciado. Para Llite-
ras (coord.ª) et alii (2004):
La coordinación de los dos géneros gramaticales tiene sentido cuando
existe una pertinencia en la comunicación […] Es cierto que en determi-
nadas ocasiones la coordinación incluso puede producir anomalías en el
discurso y entorpecer la comprensión marcando la separación de los dos
sexos.

Estas ambigüedades o efectos no deseados de la duplica-


ción pueden observarse en ejemplos como Recibe flores de un
admirador o admiradora secreta / Recibe flores de un admirador
secreto. Evidentemente, no es lo mismo, y según la ngle «ex-
ceptuados esos usos, el circunloquio es innecesario cuando el
empleo del género no marcado es suficientemente explícito
para abarcar a los individuos de uno y otro sexo, lo que suce-
412 Mercedes Quilis Merín

de en gran número de ocasiones: Los alumnos de esta clase se


examinarán el jueves» (I: 87, § 2.2f).
Además, en el uso periodístico (Guerrero y Núñez, 2002:
237) se señala como un uso sexista del lenguaje la mención
expresa a ambos géneros en la que el masculino preceda al fe-
menino, ya que para ello no hay más razón que la regla que ha
impuesto el uso para el establecimiento de una jerarquía en
la prelación: «el discurso mediático que se esfuerza por no ser
sexista, alterna el orden cada vez con más frecuencia». Es una
de las recomendaciones para evitar la discriminación de las
mujeres en todos los ámbitos del lenguaje: políticos, escolares,
administrativos, periodísticos. Con todo lo dicho, en Lliteras
(coord.ª) et alii (2004: 71-77) se señala que son pertinentes
los tipos de coordinación cortés, comparativa, convencional o
aquellos que quedan justificados por otras causas. En primer
lugar, en la coordinación cortés, el uso de dos apelativos, uno
para cada sexo, se produce en situaciones dialógicas en pre-
sencia de los interlocutores. Son las fórmulas de salutación,
apelativas, vocativas, encabezamientos, etc., del tipo damas y
caballeros, señoras y señores que a nadie sorprenden, pero que
pueden no tener el mismo efecto con otras palabras no este-
reotipadas en el caso de compañeras y compañeros, amigas y
amigos, señoras diputadas y señores diputados, etc.
En segundo lugar, el desdoblamiento por comparación de
la actividad de que se habla también es pertinente: El núme-
ro de licenciadas en Ciencias de la Información supera al de
licenciados, pero son desafortunados los usos con sobreiden-
tificación del tipo: Las estadísticas del INEM muestran que un
alto número de licenciados, en especial de chicas, encuentran
su primer empleo antes de seis meses.
En tercer lugar, para expresar en un único enunciado cate-
gorías distintas para varones y mujeres se emplea la coordi-
nación convencional: Se han convocado los premios literarios
de novela para escritores y escritoras. Y, por último, también es
necesario utilizar este tipo de coordinación cuando se debe
Usos y normas de las formas del género referido a personas … 413

distinguir en enunciados en los que el uso del masculino no


permite diferenciar si los referentes son los varones o un gru-
po mixto. El ejemplo aportado por los autores es claro: Los
solicitantes del permiso de maternidad deben presentar un jus-
tificante que demuestre que su pareja no disfrutará de él, cuya
propuesta de corrección desdobla en Los solicitantes y las so-
licitantes del permiso de maternidad deben presentar un justifi-
cante que demuestre que su pareja no disfrutará de él.

5.4. El comparativo en construcciones superlativas


Otra de las circunstancias que supone una novedad en
cuanto al uso de los femeninos es la de aquellas ocasiones en
las que es necesario establecer una comparación en grado de
excelencia en la que el sujeto es una mujer y se compara con
un grupo de varones y mujeres. Son oraciones del tipo Rosa
Torres es el mejor pianista actual que, utilizadas con el térmi-
no de la comparación en femenino (Rosa Torres es la mejor
pianista actual), y ya que el femenino es la forma marcada,
establece una selección indeseada con criterio sexual dentro
del grupo mixto. Así se reconoce en la ngle (2010, I: 89, §
2.2k), señalando el carácter excepcional de la discordancia de
género en estas construcciones partitivas:
Para decir de una mujer que destaca entre un conjunto de alumnos y
alumnas, se registran a veces oraciones como Usted es una de los alumnos
más brillantes de que goza la Facultad (Bain, Dolor), pero la falta de con-
cordancia entre una (femenino) y los (masculino) hace que la construcción
resulte muy forzada.

Si bien la RAE no ofrece en este caso alternativa alguna


para evitar lo forzado de la oración, sí que se ha propues-
to desde otros lugares alternativas en las que no se oculta
la presencia de las mujeres. Bengoechea y Calero (2003: 39)
proponen la solución del tipo Rosa Torres es la mejor de los
y las pianistas actuales y recordemos que el uso de los y las
coordinados con un sustantivo común en cuanto al género
no se encontraría entre los desaconsejados por el dpd cuando
414 Mercedes Quilis Merín

se tenga que realizar una mención a los dos géneros. Lliteras


(coord.ª) et alii (2003: 81-85), por su parte, sugieren varias so-
luciones a estos enunciados que denominan «construcciones
de comparativo femenino de singularización»: estas construc-
ciones pueden presentar un atributo comparativo con más se-
guido de un atributo que admite masculino o femenino de
tipo Arancha Sánchez es la más galardonada de todos los te-
nistas españoles y también otras construcciones con mayor,
menor, mejor, peor, como Marta Villas es la peor de todos los
escritores de su generación, e incluir, además, aquellas en las
que se indica una cuantificación, Nuria Merín es una de los
cuatro mejores abogados de su promoción. En todos los casos,
afirman, la primera parte exige la concordancia del atributo
en femenino, mientras que la segunda parte reclama el género
masculino porque la comparación se establece con un grupo
mixto: todos los tenistas, escritores o abogados, varones y mu-
jeres. Obsérvese la imposibilidad de construcciones con valor
comparativo de femenino con un grupo mixto en: *Arantxa
Sánchez es el más galardonado de todos los tenistas españoles
o *Arantxa Sánchez es la más galardonada de todas las tenistas
españolas. Los estudios en el ámbito periodístico de Catalá
y García (1993, 1995, ápud Guerrero, 2002: 239) denuncian
las disimetrías que se pueden producir con el uso sistemá-
tico del femenino referido a la mujer precisamente por esta
restricción semántica; estas autoras afirman que: «En estas
ocasiones la no aplicación del género gramatical masculino
a las mujeres las priva de las funciones semánticas neutras
que este adquiere en su valor no marcado. Así sucede en la
noticia: Kahlo es la artista latinoamericana más cotizada del
momento, cuando lo que realmente se quiere decir es Kahlo
es el artista latinoamericano más cotizado del momento»; con
estos usos, concluyen, se generan textos incorrectos desde el
punto de vista gramatical, semántico y pragmático.
Usos y normas de las formas del género referido a personas … 415

6. Nota sobre el sexismo en los medios de comunicación


Existen algunas de las recomendaciones o propuestas para
evitar el sexismo en el lenguaje que exigirían una atención
especial en el ámbito periodístico. Las que referimos aquí
corresponden en su mayor parte (también en muchos de los
ejemplos) a la guía Sexismo y redacción periodística de Be-
noechea y Calero (2003).
Se recomienda evitar el masculino genérico hombre con
sentido universal y sustituirlo por persona o personas, ser
humano o seres humanos, humanidad, hombres y mujeres o
mujeres y hombres, varones y mujeres o mujeres y varones. Se
recomienda evitarlo también cuando se hable de pueblos, ca-
tegorías, grupos sustituyéndolo por perífrasis, formas gené-
ricas o sustantivos no marcados: el pueblo español o los espa-
ñoles y españolas por los españoles; la infancia, el colectivo, el
vecindario, las personas mayores, el profesorado, la clase polí-
tica, el personal médico, etc.; o bien, simplemente, omitiendo
el artículo (Los) trabajadores del metal se reunieron ayer en Va-
lencia. También en los casos en los que se cita a las mujeres
como categoría aparte, después de utilizar el masculino plu-
ral, de manera que en la noticia se presentan como apéndices
de los hombres: Cuando son legalizados, los inmigrantes inten-
tan traer a sus mujeres se expresaría mejor en una oración de
cómo Una vez legalizadas, las personas inmigrantes intentan
traer a sus cónyuges.
En cuanto al tratamiento de las mujeres en los medios de
comunicación, las recomendaciones se dirigen hacia su pre-
sentación «como son» y no en relación con los varones. De
este modo, se debería evitar el uso de señora y señorita que
corresponden a la mujer casada y soltera respecto de señor
para los varones (en los que señor es indiferente a su estado
civil, no hay señoritos en este sentido). Tampoco es pertinente
hacer mención a la relación de parentesco o amorosa de las
mujeres si no hay una conexión clara con la noticia (Cristina
Fernández, presidenta de Argentina y esposa del anterior man-
416 Mercedes Quilis Merín

datario, Néstor Kirchner, mantendrá un encuentro bilateral con


Barack Obama en Washington).
Se debe evitar, asimismo, el artículo que acompaña al
nombre o al apellido de las mujeres y no al de los varones
(La Merkel y Zapatero, la Pantoja, la Barberá). Asimismo, se
debe evitar utilizar el nombre de pila de manera asimétrica
(Esperanza y Ruiz Gallardón) y en contextos formales se debe
anteponer el cargo, la profesión, etc., al apellido de la mujer.
La hipercaracterización mujer en designaciones del tipo
*las mujeres científicas, o junto al término profesional mascu-
lino *los científicos mujeres resulta completamente innecesa-
ria, así como es improcedente la asimetría en las categorías al
nombrar a mujeres y varones (En el accidente perecieron dos
franceses y una mujer).
Las sugerencias de estas guías y recomendaciones instan
a la promoción de representaciones equitativas de mutua co-
laboración entre los sexos: Hipotecas que solo son asequibles
para hombres cuyas esposas también trabajen / Hipotecas que
solo son asequibles para familias con más de una renta; censu-
ran aquellas que intentan identificar sistemáticamente oficios
para un sexo: Médicos, enfermeras y limpiadoras del hospital,
en huelga; las que se refieren a su aspecto físico o a su edad: La
atractiva vicepresidenta segunda de la Empresa dará hoy una
conferencia / Kim Bassinger sigue levantando el ánimo; o las
que insultan en femenino mediante sinécdoque (designan al
todo —las mujeres— por una parte), infravaloran o minimi-
zan su valor: Un novelista se ha sentido ofendido y ha reaccio-
nado como una folclórica (acaloradamente) / Más faldas en el
senado (más senadoras).
La lista de recomendaciones podría alargarse más y parecer
exagerada o innecesaria. No obstante, queremos concluir pre-
sentando aquí algunos de los datos que recogen Bengoechea
y Calero extraídos de diversos estudios europeos sobre la pre-
sencia de mujeres en los medios de comunicación. Los datos
muestran lo siguiente: las mujeres solo representan un 10 %
Usos y normas de las formas del género referido a personas … 417

de las personas mencionadas en periódicos de información


general; un 30 % de mujeres no se identifica en las noticias;
un 13,8 % son citadas exclusivamente por su nombre de pila,
lo que no ocurre prácticamente nunca con los hombres; el
18,3 % son noticia en la prensa y el 12,6 % en informativos ra-
diofónicos por sus relaciones de parentesco con los varones;
se menciona el estado civil del 64 % de mujeres noticiables,
frente al 12 % de varones en noticias equivalentes.
En definitiva, sirva esto de mera constatación de una asi-
metría que va más allá de las polémicas lingüísticas sobre el
género gramatical de los sustantivos que designan varones y
mujeres, y sus profesiones y actividades.
BLOQUE SEXTO:
ESTILÍSTICA Y ORTOTIPOGRAFÍA
Capítulo 14
REDACCIÓN Y CORRECCIÓN DE
ESTILO1

Antonio Hidalgo Navarro


Universitat de València

1. Escribir «correctamente»: una cuestión de imagen


La comunicación escrita domina gran parte de la actividad
social y económica de nuestras vidas y a ello obedece que un
texto «bien» escrito sea, las más de las veces, la mejor tarjeta
de presentación, tanto para un particular como para el más
laureado de los literatos.
Efectivamente, escribir es mostrar una parte de nuestra
esencia personal; cada vez que elaboramos un escrito, inde-
pendientemente de su naturaleza o función, de sus objetivos
o razones, estamos transfiriendo nuestro saber, nuestro cono-
cimiento del idioma en que escribimos y, sobre todo, nuestra
imagen personal y de usuarios de la lengua.
Escribir correctamente no es, pues, tarea vana, sino esfuer-
zo necesario que todo aquel que aspire a progresar socialmen-
te deberá considerar seriamente. Y es que, como decíamos
antes, la sociedad actual está dominada por la escritura.
Nuestra actividad se halla continuamente envuelta por
textos escritos de muy diversa índole, desde cuadernos y ma-
nuales escolares hasta prospectos de medicinas, pasando por
facturas de bancos, la declaración de la renta, prensa escrita,
etc. Es más, la era de la información (a través de la informá-

1
Una primera versión fue publicada en el capítulo 13 de Aleza (coord.ª)
et alii, 2006: 435-452.
422 Antonio Hidalgo Navarro

tica) ha incrementado más (si cabe) el peso e importancia de


la escritura en nuestros días, hasta el punto de que sobre el
teclado de un ordenador podemos reproducir en determina-
das circunstancias (al «chatear», por ejemplo) el lenguaje oral
mismo, completándose así el eje gradual articulado (con múl-
tiples términos intermedios) entre lo oral y lo escrito.
En este estado de cosas, los textos académicos ocupan una
posición fundamental; deben reflejar conocimientos adquiri-
dos, de acuerdo con la capacidad de su autor para seleccionar
información relevante, para argumentar, demostrar, refutar,
verificar hipótesis, etc. En definitiva, un buen o mal dominio
de la escritura pueden condicionar decisivamente el éxito o
fracaso de nuestra actividad personal o profesional.
Por otra parte, la multiplicidad de textos escritos se refleja
en un amplio arco de posibilidades que, por su empleo habi-
tual, podemos ejemplificar en los textos «expositivos» (mono-
grafías, informes, proyectos, etc.), en las cartas profesionales,
comerciales y/o privadas, en los textos periodísticos o en los
textos literarios. Con todo ello, podría decirse que las posibi-
lidades o campos de actuación de un corrector de estilo son,
cuando menos, no escasas.
La cuestión es: ¿cómo asumir la necesidad de redactar co-
rrectamente?, ¿cómo alcanzar un estilo correcto en la elabo-
ración de nuestros textos? No importa que se trate de textos
breves o amplios, personales o de divulgación, el hecho es que
todos ellos son susceptibles en mayor o menor medida de «co-
rrección»; las empresas que editan los diarios, los periódicos
y las revistas, así como todas las editoriales de libros cuentan
con personas dedicadas a corregir los textos escritos: son los
correctores de estilo, profesionales encargados de leer y releer
cada párrafo para corregir errores, que no solo deben con-
trolar las faltas de ortografía (erratas), sino también la sin-
taxis y la semántica de cada oración, es decir, asegurar que la
idea que se quiere transmitir esté correctamente construida
y que se entienda. Ahora bien, aunque nuestra intención no
sea dedicarnos profesionalmente a la corrección de estilo, sí
Redacción y corrección del estilo 423

debemos aspirar, por las razones ya aducidas, a mejorar en


lo posible nuestra expresión escrita tratando de alcanzar un
«estilo correcto». Nuestro mejor aliado en este sentido será
desde el principio el diccionario.
Hemos de comportarnos en definitiva como verdaderos co-
rrectores de estilo, de nuestro propio estilo, asumiendo que la
corrección es un oficio histórico, que surgió con la aparición
de la imprenta. Es también un trabajo humano irreemplaza-
ble, porque aunque hoy los ordenadores tienen programas que
corrigen la ortografía, ninguna máquina es capaz (todavía) de
controlar el estilo y el ajuste de significado de un texto.
Por lo demás, nuestra labor de «correctores» no se limita
al producto final, el texto escrito, sino que se extiende a lo lar-
go de todo el proceso de su elaboración, esto es, asumiendo
los pasos intermedios de planificación, elaboración y revisión
final del texto. Expliquemos, pues, este proceso y conozcamos
la imbricación de tales pasos en la obtención final de una re-
dacción y estilo correctos.

2. Para escribir correctamente: cuestiones previas anexas


a la redacción de textos
Cuando hablamos de texto «correcto» somos conscientes
de la diversidad tipológica de los textos y de que, en conse-
cuencia, la corrección no supone lo mismo en todos ellos. No
obstante, por el carácter general de este capítulo me permitiré
cierta extrapolación y entenderé por texto correcto aquel que
se corresponde con un uso contextual del idioma adecuado a
los distintos casos y ámbitos de interés particulares. En este
sentido, creo entender que existe un denominador común a
todos ellos: el uso correcto del idioma es el que atañe al nivel
culto (del español en nuestro caso), independientemente de
la especialidad del texto (humanidades, ciencias empíricas,
artes, etc.).
424 Antonio Hidalgo Navarro

Veamos al respecto cuáles puedan ser los requisitos princi-


pales en el proceso de redacción de un texto.

2.1. Contextualización y coherencia


Un primer aspecto que debe tenerse en cuenta a la hora
de escribir es la necesidad de que el texto producido posea
contextualización y coherencia (Reyes, 2001: 121-158). Efecti-
vamente, para que un texto funcione debe conectarse con los
marcos de referencia que posee su potencial lector: sus datos
deben ser compartidos al menos parcialmente por autor y lec-
tor, y, evidentemente, el responsable de que esto se cumpla es
en gran medida el autor, el que escribe el texto.
Cuando se habla de contextualización se hace referencia a
la conexión de los significados textuales con los datos extra-
textuales: es un proceso con dos aspectos complementarios
(Reyes, 2001: 123).
En primer lugar el texto debe adecuarse al entorno comuni-
cativo en que va a insertarse; en segundo lugar, hay que crear,
a través del propio texto, un conjunto de datos que permita a
los lectores potenciales interpretar lo que el autor dice o es-
cribe. Así pues, el contexto es en parte preexistente al texto y
en parte va siendo creado dinámicamente. De hecho, cuando
hablamos o escribimos decimos poco, pero sabemos y enten-
demos mucho más de lo dicho o escrito, y este es un factor de
estilo que no debemos olvidar.
Por lo que respecta a la coherencia del texto, este debe estar
organizado lógicamente. Un texto será coherente si su estruc-
tura significativa tiene organización lógica, armonía sintácti-
ca, semántica y pragmática entre sus partes y si su significado
es interpretable porque ayude al lector a hacer las inferencias
necesarias. Este último aspecto, el proceso de interpretación
del texto, resulta fundamental si queremos desarrollar un
estilo «correcto»: por un lado descodificamos los signos lin-
güísticos atribuyéndoles significados, por otro lado inferimos
Redacción y corrección del estilo 425

todo lo que no está dicho. La coherencia surgirá, pues, de la


interacción entre la estructura del texto y la interpretación del
lector. Para ello deben cumplirse las llamadas «condiciones
de coherencia» (Reyes, 2001: 131):
– El texto debe ser relevante.
– El texto debe presuponer correctamente la información
conocida.
– El texto debe tener un tema central.
– El texto debe argumentar de manera adecuada.
– El texto debe emplear los mecanismos de cohesión nece-
sarios.
Si no se cumplen estas premisas con regularidad corremos
el riesgo de escribir o redactar de forma «incorrecta». Así, si
la trabazón lógica de las partes de un texto no funciona, el
texto resultará incoherente: el proceso de argumentación, en
su caso, debe ser en la medida de lo posible escrupuloso y
preciso. Por otra parte, la cohesión entre las partes del texto a
través de mecanismos lingüísticos resulta ineludible; para ello
se deben emplear los recursos apropiados, entre los que se
hallan los conectores textuales, los elementos deícticos y ana-
fóricos, el recurso a la repetición sinonímica, a la elipsis, etc.
A ello se añaden otras herramientas capaces de crear cohe-
rencia, como, por ejemplo, el orden de palabras. No siempre
estructura semántica y estructura informativa van de la mano;
en este sentido el orden de palabras en español es flexible,
pero no se elige un orden al azar, sino según las necesidades
comunicativas (la información conocida o tema va primero y
la nueva o rema va al final de la oración). Cada palabra debe
ocupar en la oración el lugar donde se vea más claramente a
qué otra u otras palabras se refiere. Ello supone que lo que
sepamos o no en cada momento dependerá de cada texto par-
ticular: así, por ejemplo, en la conversación los hablantes van
calculando rápidamente lo conocido y lo nuevo y, en su caso,
van corrigiendo o reponiendo cuando resulta oportuno; en
426 Antonio Hidalgo Navarro

cambio, la información conocida de un texto escrito es un


cálculo que debe hacer el propio autor que, si falla por exceso
o por defecto, acabará produciendo un texto incoherente.
Algunos recursos usuales para el realce de la nueva infor-
mación son la anteposición con refuerzo, las denominadas es-
tructuras ecuacionales (por ejemplo, en fue Juan quien mató al
fugitivo), los intensificadores (algunos marcadores discursivos
son habitualmente intensificadores: también, lo que es peor,
además, etc.).

2.2. El proceso de planificación textual


Un segundo aspecto no menos importante que la contex-
tualización y la coherencia es el de la planificación del texto
(«precomposición» en términos de Reyes, 2001: 192-216). La
planificación, obviamente, es el proceso de reflexión previo
a la escritura, y hay que otorgarle la importancia que tiene;
antes de lanzarse a escribir hay que detenerse a pensar en las
circunstancias que rodean al texto, esto es, debemos hacernos
ciertas preguntas previas:
– ¿Para qué se escribe el texto?
– ¿A quién va dirigido el texto?
– ¿Qué lector estamos seleccionando?
– ¿Qué imagen pretende transmitir el autor al lector?
– ¿Qué debe decir el texto exactamente y cómo debe orga-
nizar dicha información?
– ¿A qué género se adscribe tipológicamente el texto?
– ¿Qué secuencias textuales (argumentación, exposición,
descripción, narración) se emplean o van a emplear en
el texto?
Los textos escritos se elaboran habitualmente para trans-
mitir información: suele tener, pues, en su mayor parte, valor
Redacción y corrección del estilo 427

informativo. Algunos textos, como los científicos, añaden a


este propósito informativo el deseo de convencer: tienen ini-
cialmente un carácter expositivo, pero pueden ser también
argumentativos; intentan convencer al lector de las teorías y
puntos de vista que defiende su autor.
En cualquier caso, las características de estilo y estructu-
ra de un texto vienen determinados por sus objetivos. Una
cosa es clara, en general, es positivo que cualquier texto sea
de agradable lectura, pero su amenidad puede ser más o me-
nos necesaria en función de la «aridez» del tema, del mismo
modo que prescindir de la exposición de datos, por farragosos
que estos resulten, puede constituir un fraude en el caso de un
texto científico.
Como paso previo, en el proceso de planificación es nece-
saria la selección del destinatario: el conocimiento del lector
ayuda a crear un texto lo más adecuado posible. Antes de es-
cribir un texto es conveniente, pues, recopilar todos los datos
disponibles acerca de sus posibles lectores (conocimientos,
edad, intereses, ideología, extracción sociocultural, etc.). El
escritor experto debería escribir textos a medida del lector se-
leccionado, y sin duda la forma y estilo en que lo haga exigen
esfuerzo.
En este sentido, en relación con la información que se
transmita al lector, hay que hacer algunas consideraciones:
un texto que contenga información obvia resultará tan abu-
rrido como incomprensible el que incorpore conocimientos
inalcanzables para su destinatario.
Por otro lado, tan importante o más que la selección del
lector es la imagen del autor. Así, para que el texto alcance
sus objetivos es indispensable que el autor manifieste conoci-
mientos sobrados sobre el tema así como plena certeza sobre
el interés intrínseco del tema que está desarrollando.
Otro aspecto esencial en la planificación textual es el de
la producción y organización de ideas. En el texto deben figu-
rar las ideas estrictamente pertinentes. El primer paso, pues,
428 Antonio Hidalgo Navarro

es conseguir la información suficiente en relación con tales


ideas; a este proceso se le denomina fase de documentación.
Esta fase es compleja, ya que hay que reunir toda la infor-
mación posible, pero con ello no basta, después habrá que
relacionar entre sí todas las informaciones. Finalmente, la la-
bor original del autor será la de valorarlas, discriminarlas y
aplicar su sentido crítico.
El autor debe llevar a cabo, pues, una tarea de selección: la
tarea de selección suprema es, precisamente, la capacidad de
someter todo un texto a una idea central, esto es, de otorgar
un título que lo resuma completamente al texto. Progresiva-
mente deberá reordenar la información y organizarla en sub-
temas, para lo cual será especialmente adecuado que los sitúe
en el marco de un esquema claro, en partes bien definidas.

2.3. Planificación y secuencias textuales


Muchos de los textos escritos posibles comparten caracte-
rísticas de estilo, comenzando por el hecho de que en su ma-
yor parte se construyen atendiendo a las mismas secuencias
textuales: descripción, narración, exposición, argumentación y
diálogo.
Pues bien, ¿qué características deben cumplir todos estos
tipos textuales para estar «correctamente» escritos? Ante todo
las de precisión, claridad y objetividad (esta última fundamen-
tal si se trata de un texto académico). La claridad es resul-
tado del empleo de un léxico idóneo y de una planificación
escrupulosa: no cabe la improvisación en el texto «correcto».
Cada tipo de secuencia textual lleva aparejado, además, un
modo distinto de organizar, una estructura específica y unas
convenciones propias. Veamos esto último tratando con más
detalle cada una de las secuencias textuales mencionadas:
Redacción y corrección del estilo 429

a) Descripción
La descripción representa (o trata de representar) la rea-
lidad circundante. La información debe aparecer ordenada-
mente en el texto descriptivo, según partes bien definidas, de
lo externo a lo interno, de izquierda a derecha, etc. Por su-
puesto, de acuerdo con el tipo de texto descriptivo los rasgos
de estilo vienen establecidos por el predominio de ciertas ca-
tegorías gramaticales (por ejemplo, en los textos científicos,
mediante el uso de sustantivos referidos a terminología cien-
tífica, de verbos en presente, de enumeraciones, etc.).
Otra estrategia habitual en textos descriptivos complejos es
la analogía (comparar lo que se describe con alguna otra cosa
que el lector entienda fácilmente).

b) Exposición
Su objetivo principal es transmitir la experiencia y saber de
una comunidad. Toda secuencia expositiva consta al menos
de dos movimientos: señalar cuál es el problema y desarrollar
su solución.
Así pues, la secuencia expositiva debe seguir un esquema
claro y pormenorizado, sin saltos en el vacío. Por lo demás, lo
importante de esta estructura es mostrar el orden lógico del
razonamiento. A tal efecto son fundamentales ciertas estrate-
gias discursivas del texto expositivo:
– Reformulación (paráfrasis).
– Inserción de ejemplos.
– Citas de autoridad.
– Clasificación: ordenación y sistematización de la infor-
mación.
Conviene, además, una presentación jerárquica de la in-
formación: hay informaciones primarias y secundarias que el
autor debe ofrecer al lector con claridad.
430 Antonio Hidalgo Navarro

c) Argumentación
Argumentar es intentar convencer a otro (o a otros) de una
afirmación u opinión propias. Los textos escritos están reple-
tos de secuencias argumentativas.
Una secuencia argumentativa se construye como respuesta
a una (o varias) opiniones contrarias. Así pues, el autor debe
necesariamente presuponer la existencia de dos o más interlo-
cutores (el autor y el otro u otros), de modo que toda secuen-
cia argumentativa debe incluir dos tipos de informaciones: la
tesis y los argumentos que sustentan la tesis.
El autor debe formular explícitamente la tesis, que deberá
apoyarse en argumentos racionales convenientemente ensam-
blados según recursos lingüísticos apropiados. Así pues, en-
tre los recursos de ensamblaje argumentativo más destacados
están los conectores, procedimientos gramaticales o textuales
que se utilizan para engarzar entre sí las oraciones que forman
parágrafo, o bien para engarzar distintos parágrafos entre sí.
Los conectores atienden adecuadamente a las relaciones lógi-
co-semánticas existentes entre dos o más oraciones o entre dos
o más parágrafos, actuando así a modo de «señales de tráfico».
Advierten de las características, de la importancia, relevancia
o irrelevancia de la información que relacionan, al tiempo que
son imprescindibles en el proceso de construcción textual: el
texto poseerá mayor articulación interna, mayor cohesión, ma-
yor claridad en la medida en que utilice más adecuadamente
las expresiones conectivas. Ahora bien, las expresiones conec-
tivas no deben introducirse gratuitamente, a la búsqueda de
falsos efectismos estilísticos. En caso de dudas lo preferible es,
obviamente, el uso del diccionario.
Otros elementos del razonamiento argumentativo a los que
debemos prestar mucha atención en el proceso de redacción
son:
– La regla general: creencia o supuesto más o menos acep-
tado por la comunidad que puede permitir ciertos saltos
en una argumentación.
Redacción y corrección del estilo 431

– La fuente: fundamento de la información ofrecida que


garantiza las reglas generales o la verdad de los datos
que agrupan la tesis; aparece generalmente como cita de
autoridad.
– La reserva: el propio autor puede albergar alguna reser-
va sobre las posibles consecuencias que se deriven de
sus argumentos.
Hay, pues, múltiples recursos argumentativos para el autor,
desde las citas de autoridad, la ejemplificación, la analogía o
la exposición de causas y consecuencias, hasta el apoyo en da-
tos objetivos, la discusión o la desestimación de posibles ob-
jeciones a la tesis de partida (contraargumentación). De todos
ellos es especialmente interesante la contraargumentación,
que consta de tres fases: presentación del contraargumento,
desarrollo de la refutación y refuerzo de la tesis principal.

2.4. La (s)elección del léxico y el significado


Uno de los principales problemas en la composición de un
texto es encontrar las palabras justas para expresar lo que se
quiere. Debe haber adecuación al género y al tema; por su-
puesto, el registro también desempeña un papel decisivo en el
proceso de (s) elección léxica.
Sin duda, un buen sistema para adquirir vocabulario es
la lectura de buenos textos, pero no disponemos en nuestro
conocimiento de todas las palabras ni de las más justas: no
conocemos todo el vocabulario de nuestra propia lengua. Por
lo demás, es imprescindible un vocabulario abundante para
escribir, pero eso no implica aprender todas las palabras del
idioma. En todo caso, la ausencia de vocabulario producirá
textos vagos y/o repetitivos. Si, finalmente, tenemos dificul-
tades para hallar la/s palabra/s necesaria/s deberemos acudir
al diccionario. En tal sentido, son sin duda importantes los
grandes diccionarios, es decir, aquellos que poseen gran can-
432 Antonio Hidalgo Navarro

tidad de información; también son muy necesarios los diccio-


narios ideológicos2.
En el ámbito del léxico merece especial atención el uso de
neologismos (algunos de los cuales son simples barbarismos
innecesarios). Por neologismo se entiende toda palabra re-
ciente que se refiera a cosas o hechos nuevos, o que se aplique
a denominaciones nuevas. Actualmente la mayoría de barba-
rismos procede del inglés. Es difícil que un diccionario ge-
neral recoja rápidamente un neologismo, pero hay también
diccionarios modernos que recopilan muchas de las palabras
que circulan, sin descartar los neologismos.
En otro sentido, hay que saber discriminar los préstamos
y los calcos. Los primeros pueden ser necesarios, pero los se-
gundos son construcciones ajenas que copian exactamente
del original, violentando así los patrones sintácticos o semán-
ticos del español. Los préstamos son particularmente útiles
en el lenguaje científico, necesitado de términos técnicos, pre-
cisos, unívocos, etc. Hay que conocer, pues, estos términos,
a la hora de traducir o bien, al revisar el estilo de un texto
científico. Los calcos en cambio deben ser siempre rechaza-
dos. En cualquier caso, no se puede escribir correctamente
si no se escribe en «buen español»: un español rico, flexible,
matizado, etc. Los anglicismos u otros extranjerismos usados
innecesariamente empobrecen el caudal léxico.
En el ámbito de los significados, al margen de los explí-
citos, existen significados de palabras y expresiones que no
están en los diccionarios, y que tampoco son siempre signifi-
cados previsibles. Se trata de los significados posibles de una
palabra, exceptuando los denotativos, y se llega a ellos por
inferencia; hay varios tipos, los más frecuentes son los conno-
tativos, vinculados a los contextos habituales donde aparecen
ciertas palabras asociadas a contenidos o valores semánticos

2
Una de las más recientes muestras corresponde al Diccionario Redes
coordinado por Ignacio Bosque.
Redacción y corrección del estilo 433

fuertemente mediatizados por algún tipo de valoración so-


cial y/o cultural en torno al referente; así, la palabra niño está
asociada a la inocencia; la palabra doncella a la fragilidad,
etc.; otro tipo de significados son los contextuales, cuyas im-
plicaciones son inferidas a partir del contexto: no significa lo
mismo el adjetivo verde cuando acompaña al sustantivo prado
que cuando se vincula al sustantivo viejo formando el sintag-
ma viejo verde.
En cualquier caso, al margen de los problemas anteriores,
vinculados a la necesidad de seleccionar bien el vocabulario
cuando redactamos, hay muchas otras cuestiones que debe-
mos asumir como problemas en potencia.
Tal es el caso de la necesaria precisión en el uso del voca-
bulario; hay que evitar, por ejemplo, verbos comodines (tener,
haber, poner, dar, decir, romper, cambiar). Otras veces es un
problema de distinción de significados, como ocurre en el caso
de significados distintos que se vinculan a diferentes deriva-
dos adjetivos a partir de un mismo sustantivo como en celeste/
celestial, cárnico/carnal…
No son infrecuentes los problemas relativos a la valoración
del léxico: a menudo las palabras acarrean una valoración so-
bre la idea que expresan: los vocablos no siempre son asépti-
cos ni objetivos. Muchos términos traen consigo una toma de
postura, una opinión ante lo expresado por el hablante (be-
bedor tenaz no es lo mismo que bebedor empedernido; esposo
tenaz no es lo mismo que esposo fiel).
La impericia del que escribe le enfrenta muchas veces a
situaciones de elección léxica dudosa derivada de la similitud
aparente entre términos parónimos, es decir, entre palabras
que se asemejan en cuanto a la forma, pero expresan signifi-
cados diferentes (inerme/inerte, preeminente/prominente, sima/
cima).
Habituales son los casos en que la tendencia a redimensio-
nar las palabras, esto es, a utilizar palabras de muchas letras,
en lugar de los términos correctos, nos lleva al uso de cultis-
434 Antonio Hidalgo Navarro

mos inadecuados. Grijelmo (1997) habla en este sentido de


«archisílabos» (climatología por clima, utilización por uso). Y
en relación con esto hay que entender la atracción ocasional
por palabras o expresiones nuevas que llegan a nosotros como
creaciones más o menos recientes o, a veces, muy expresivas;
o simplemente por ser palabras con resonancias cultas, con
acentuación esdrújula, etc. (plúmbeo, hermenéutica, atrabilia-
rio), todas ellas perfectamente prescindibles y sustituibles por
otras más claras y precisas.

3. Actividades relacionadas con la corrección de un texto:


la revisión
Cuando el texto está acabado hemos completado en rea-
lidad solo la fase inicial del proceso de redacción. Se hace
necesario ahora asegurar la calidad de la redacción y pulir las
inadecuaciones de diversa índole que puedan hallarse en él.
Entramos en la fase de revisión y corrección del texto.
Esta fase está condicionada por factores muy diversos, que
pueden ir desde la ineptitud del autor para la redacción has-
ta la tendencia de este a resultar excesivamente «florido» en
su expresión. Se hace necesario, pues, asumir una serie de
consideraciones preliminares sobre la base de las cuales debe
operar el corrector de estilo, sea este el propio autor o un pro-
fesional de la corrección.
Pero al margen de todas las consideraciones no debemos
perder de vista ciertas ideas fundamentales:
a) Un buen corrector cambia de perspectiva, dependiendo
del texto: no es lo mismo enfrentarse a un texto publicitario,
que a uno jurídico o literario. El corrector debe poseer olfato
e intuición para conservar la voz del autor y, al mismo tiempo,
aumentar su brillantez y claridad.
Redacción y corrección del estilo 435

b) Hay que buscar la perspectiva, lo que significa moldear


unos criterios propios. Para esto, es necesario conocer las di-
ferentes herramientas de que se dispone: diccionarios, gramá-
ticas, textos de referencia y programas informáticos.

3.1. ¿Qué revisar?


Hay cierta tendencia a pensar que solo deben corregirse los
errores ortográficos y/o gramaticales. Pero también es muy
importante la revisión del contenido. El corrector, pues, no
solo ha de ajustarse a la prescripción de la gramática nor-
mativa: hay que cuidar de que el texto sea comprensible y no
contenga pasajes de difícil interpretación. Solo debe incluirse
información relevante para el desarrollo textual, huyendo en
lo posible de valoraciones subjetivas o excesivamente perso-
nales (sobre todo si el texto es de carácter formal o académi-
co).
En general, la unidad de sentido preserva la inteligibilidad
del texto. Deben quedar bien explicitadas las relaciones entre
las distintas partes del texto, no basta con que las ideas estén
bien conectadas en la mente del autor. Una buena forma de
conseguir esa unidad de sentido es cambiar de tema lo menos
posible a lo largo de un párrafo y evitar introducir sin necesi-
dad las digresiones superfluas.
Otro elemento eliminable del texto es la ambigüedad. El
texto debe poseer una única interpretación correcta, y el uso
adecuado de la sintaxis puede ayudar a clarificar al máximo
dicha interpretación. También las redundancias informativas
afectan negativamente a la coherencia del texto. Las infor-
maciones redundantes no suelen ser pertinentes (por eso son
redundantes). Hay que evitarlas.
Otra cuestión fundamental es la adecuación del contenido
a la situación comunicativa; así, en un texto formal no ca-
ben coloquialismos excesivos; del mismo modo que en una
436 Antonio Hidalgo Navarro

situación informal es inadecuado, por pedante, el recurso a


términos cultos.

3.2. Necesidad de facilitar la lectura


Cuando el texto se lee con dificultad es porque el tema es
difícil en sí mismo, o bien porque el lector no se halla sufi-
cientemente interesado por dicho tema. O bien simplemente
el texto está mal escrito; el autor debe hacer lo posible para
facilitar la lectura, debe ser claro, ordenado, calcular bien los
conocimientos del lector destinatario del texto.
Existen además estrategias de captación del lector que pue-
den considerarse en el proceso de corrección, introduciéndo-
las, si fuera necesario, como recurso de mejora del texto:
a) Es conveniente guiar al lector en la lectura: hay que ha-
cer recapitulaciones, resúmenes de lo dicho hasta el momen-
to, etc.
b) El lenguaje debe ser simple, sin demasiadas repeticiones
innecesarias, sin vocabulario rebuscado, etc. La oscuridad ex-
positiva no incrementa la calidad del texto, más bien eviden-
cia que el autor no domina el contenido que transmite o ha
olvidado que escribe para un lector determinado.
c) Hay que cuidar el aspecto formal del texto, evitar erra-
tas, descuidos tipográficos, etc. Evítese crear la impresión de
ser un autor «dejado».
d) La extensión del párrafo no debe ser larga. Por ejemplo,
no son aconsejables los párrafos de página entera, ni tampoco
los párrafos telegráficos de un par de líneas. Debe haber un
equilibrio.
e) Es fundamental la revisión de la estructura textual: hay
que comprobar que el texto sujeto a corrección presenta or-
denadamente la información y que su distribución es la con-
veniente al objetivo del autor. No solo es una cuestión del
orden, sino que es necesario que la extensión dedicada a la
Redacción y corrección del estilo 437

exposición de cada idea sea equilibrada. Por otro lado, la dis-


tribución de la información en el texto depende del tipo de
texto elaborado: por ejemplo, si es expositivo, la información
deberá avanzar de lo conocido a lo nuevo, de forma progresi-
va, para que el lector vaya adquiriendo las claves necesarias
para la comprensión del texto, mientras que si el texto es ar-
gumentativo o contraargumentativo será imprescindible que
se formule la tesis explícitamente, sin lugar a dudas.

3.3. Control sobre el uso de recursos retóricos o efectistas


Es correcto el uso de recursos retóricos como la metáfora,
que a veces hacen más claro y comprensible un texto. Pero
ciertos recursos deben ser empleados con cautela, como en
el caso de la ironía. En cualquier caso, hay que evitar a toda
costa el riesgo de ambigüedades o faltas de entendimiento por
parte del lector.

3.4. La importancia de la presentación


Entre los defectos de presentación más usuales a que se
debe enfrentar el corrector de un texto están:
– Textos sin márgenes o con márgenes escasos.
– Abundancia de errores tipográficos.
– Incoherencia en el empleo de convenciones de subra-
yado de títulos, representación de palabras extranjeras,
mayúsculas, comillas, citas, referencias bibliográficas,
etc.
– Número excesivo de páginas.
– Mala puntuación, por exceso o por defecto.
– Desorganización.
– Lenguaje «infiltrado» (Reyes, 2001: 269): términos y ex-
presiones que proceden de la burocracia, los medios de
438 Antonio Hidalgo Navarro

comunicación, ciertos textos académicos, etc. Son en


general expresiones «rimbombantes» innecesarias, fá-
cilmente simplificables e incluso eliminables.

3.5. La importancia del estilo


Por supuesto la revisión afecta a la puntuación, a las dispo-
siciones de la gramática normativa, al vocabulario, al estilo.
Para conseguir un texto con buen estilo resulta fundamental
prestar atención a cuestiones de léxico y sintácticas. Hay que
atender así a la longitud de las oraciones y evitar alargarlas
innecesariamente.
En general tres son los principios del estilo correcto: cla-
ridad, naturalidad y propiedad. La claridad en la expresión se
alcanza según la elección de palabras apropiadas y exactas.
De las palabras comunes han de utilizarse las más sencillas y
breves, de las técnicas y cultas las inteligibles. La naturalidad
de estilo se alcanza escribiendo sobre cosas sobre las que se
tenga conocimiento y que interesen al lector; hay que preve-
nirse en este sentido contra la tentación de querer singulari-
zarse, por lo que debe analizarse con cuidado toda expresión
antes de emplearla. La propiedad se alcanza siempre que se
utilicen palabras que no expresen una idea distinta de la que
se quiere comunicar, evitando en lo posible los términos gené-
ricos y tratando de que las palabras no presenten las ideas de
forma más compleja de lo que son en realidad.

3.5.1. Sintaxis
La armonía del período depende, por una parte, de las cons-
trucciones, de la coordinación y la distribución de todos los
miembros en el período y, por otra, de la cadencia final. En este
sentido es fundamental atender a la longitud de las frases.
No hay prescripciones claras sobre cuál deba ser la exten-
sión apropiada de una frase en un texto. Depende en gran
Redacción y corrección del estilo 439

medida del estilo de cada autor. Así por ejemplo, desde la se-
gunda mitad del siglo xx se viene observando cierta inclina-
ción hacia la frase breve, sobre todo en los textos científicos y
técnicos. Pero no por ello una frase larga es necesariamente
equivocada: todo depende de la habilidad del escritor para
conseguir que no se pierda el hilo discursivo.
Lo cierto es que cuanto más larga sea una frase más posibi-
lidades habrá de que se incurra en anacolutos o inconsecuen-
cias sintácticas, sin que eso suponga que las frases deban ser
telegráficas.
La extensión de las frases, pues, constituye una marca de
estilo: por ejemplo, las frases largas, con abundancia de sub-
ordinación, paráfrasis, complementos circunstanciales, re-
ferencias espaciales y temporales, etc. desarrollan un tempo
lento, apropiado para textos de tono serio, grave, como los
jurídicos.
Un aspecto sintáctico más: los incisos no deben interrum-
pir caprichosamente una oración. Es preferible su colocación
al final de la frase, que así podrá leerse de un tirón, sin incó-
modas interrupciones.

3.5.2. Aspectos léxicos


Cuestión importante desde el punto de vista léxico es el
cuidado por la combinatoria de palabras: no todas las combi-
naciones de palabras son posibles. Deben evitarse asimismo
las repeticiones léxicas, y el recurso a la sinonimia en casos no
estrictamente necesarios.

3.6. El problema de la revisión informática


Con los correctores informáticos no se ha resuelto el pro-
blema de la corrección de textos. Los ordenadores han su-
puesto la aparición de errores nuevos que hay que tener en
440 Antonio Hidalgo Navarro

cuenta. Así, los correctores ortográficos y gramaticales son de


gran ayuda, sí, pero también plantean problemas. No siempre
discriminan categorías gramaticales, ya que corrigen siste-
máticamente siguiendo un criterio por defecto, lo que hace
que cometan frecuentemente errores (por ejemplo, cuando
encabezando una interrogación aparecerá siempre corregido
como «cuándo», aunque la pregunta en cuestión no sea pro-
nominal, como en una secuencia de frases como: ¿Cuando
venga Juan iremos al cine? Pues vaya…).

3.7. Fases de la corrección textual


La corrección de un texto, en fin, sigue distintas fases o
momentos:

– Corrección tipográfica
El corrector debe desarrollar un control integral de la ca-
lidad de la composición: detectar y corregir las erratas y los
errores tipográficos y la partición incorrecta de palabras, así
como las líneas sueltas al final y al principio de página (viu-
das y huérfanas), los espacios mal colocados, los guiones en
hilera...
Los correctores reflejan su trabajo en signos de corrección
universales y anotaciones claras y concisas que facilitan la
mejora de la obra y la revisión del proceso de edición. Todas
las correcciones y enmiendas se anotan sobre la primera gale-
rada, que simultáneamente se coteja con el manuscrito origi-
nal con el fin de comprobar que no se ha perdido o trastoca-
do ningún fragmento del texto original durante el proceso de
volcado. Todo el proceso de corrección debe apoyarse en las
normas que dicta la rae, en sus distintas publicaciones, y una
vasta literatura de apoyo.
Redacción y corrección del estilo 441

– Corrección gramatical
Se tratan los problemas de ortografía y/o morfología. Hay
que saber distinguir entre error gramatical y error de estilo. La
ortografía, la gramática y la puntuación de los textos deben
ser en todo momento las correctas, de acuerdo con un ade-
cuado uso del lenguaje; ello incluye la comprobación de que
no se produzcan errores tipográficos. La corrección ortográ-
fica consiste en la minuciosa revisión del texto con el fin de
comprobar que se adecua a las normas ortográficas.

– Corrección de estilo
La corrección de estilo consiste en una revisión general de
todos los elementos que componen la obra: el estilo, la correc-
ta elección de los términos empleados, la corrección o la ade-
cuación de localismos, extranjerismos y modismos, la aplica-
ción de las normas establecidas en los manuales de estilo...
Con todo ello se conseguirá no solo pulir la calidad general
de la publicación, sino también darle una coherencia global.
Si el corrector no es el autor, es muy aconsejable el recurso
a los manuales de estilo, lo que permitirá definir un método
de trabajo: revisión y corrección atendiendo a los criterios de
coherencia y cohesión. La corrección de estilo buscará siem-
pre la palabra exacta, evitando reiteraciones innecesarias y
atendiendo constantemente a la finalidad, precisión y buen
sentido del texto.

4. Conclusiones
El presente capítulo ha tratado de demostrar de forma con-
vincente la importancia que tiene en el mundo de hoy saber
redactar correctamente, de acuerdo con normas ortotipográ-
ficas, gramaticales, léxicas y semánticas ajustadas al uso culto
del español.
442 Antonio Hidalgo Navarro

La tarea de dominar la técnica de escritura no es tarea fá-


cil, ni se alcanza con una receta, ni siquiera con varias; es
más bien un trabajo de tiempo, de preparación, de reflexión
y de vuelta continua sobre lo escrito, con objeto de corregir
aquello que no resulte coherente, evitando las ambigüedades,
las impropiedades léxicas, los errores de construcción grama-
tical, los clichés o «tics» estilísticos manidos (expresiones que
se usan en exceso, palabras proforma, etc.). El que escribe
correctamente debe ser capaz de reconocer en su propio pro-
ducto (y por supuesto también en el de otros) el error, rectifi-
cándolo en su caso y sustituyéndolo por la palabra, expresión,
etc., adecuadas al contexto de empleo.
Escribir correctamente, en fin, es una herramienta apta
para el progreso personal, tanto a nivel intelectual como pro-
fesional, una forma de promoción que puede abrirnos mu-
chas puertas siempre que sepamos emplear adecuadamente
las llaves disponibles.
Capítulo 15
RECOMENDACIONES PARA LA
REDACCIÓN Y COMPOSICIÓN
DE TEXTOS EN EL ÁMBITO DE LA
UNIVERSIDAD: POSIBILIDADES Y
PREFERENCIAS

Maria Estellés Arguedas


Adrián Cabedo Nebot
Universitat de València

1. La redacción en el ámbito académico


La imagen de un escrito es la carta de presentación de cada
autor ante quienes han de leerlo. Por tanto, es de capital im-
portancia saber redactar correctamente y ser capaces de ex-
poner los documentos con claridad y limpieza.
Este hecho, aplicable a todos los casos, es más verdadero
—si cabe— cuando nuestro escrito debe ser valorado por un
examinador o un tribunal. En ese momento, debemos des-
plegar todas las armas para lograr los mejores resultados: no
solo se trata de incluir contenidos correctos, fruto del traba-
jo (requisito, por supuesto, indispensable), sino de estructu-
rarlos de la manera más ordenada, utilizar la expresión más
transparente y hacerlos visualmente atractivos. No debemos
olvidar que una buena estructura externa denota una buena
organización del pensamiento.
Este capítulo se dirige especialmente a los estudiantes uni-
versitarios que empiezan a realizar trabajos de investigación
en sus carreras. En las siguientes páginas, ofreceremos una
brevísima pero básica guía en la que se darán las directrices
para crear textos correctos y adecuados al ámbito universi-
444 Maria Estellés Arguedas - Adrián Cabedo Nebot

tario, tanto desde el punto de vista de la forma como de la


organización de las ideas. En el apartado 1 se enumerarán al-
gunas nociones previas que es necesario tener en cuenta antes
de enfrentarse a cualquier trabajo académico. En el apartado
2 se abordará el proceso de redacción, la composición de la
macroestructura de los textos académicos. El apartado 3 se
ocupará de la microestructura de los textos, de la forma, el
estilo adecuado en este tipo de textos. Finalmente, el apartado
4 se dedicará a resumir los aspectos más relevantes.

2. Nociones previas
Elaborar textos escritos en la Universidad comporta ade-
cuarse a las circunstancias académicas y acostumbrarse a
producir textos adultos, honestos y fruto de un trabajo previo.
Durante el tiempo de formación en una universidad, esta ins-
titución es nuestro ámbito laboral particular, y tenemos que
ceñirnos al código deontológico de esta, del mismo modo que
lo haríamos en cualquier otro trabajo. En este sentido, hay
tres nociones previas que resulta imprescindible considerar
antes de emprender un proceso de redacción:

a. Se trata de un trabajo original. El plagio es un delito


No es incorrecto acudir a otras fuentes, ni supone ningu-
na muestra de debilidad o incapacidad. De hecho, cuando
estamos empezando, citar fragmentos de otros textos denota
madurez y trabajo previo, ya que tomarse el tiempo de bus-
car y resumir las opiniones de expertos en la materia supone
esfuerzo y, por tanto, denota interés. Lo que sí constituye una
falta grave es copiar textos sin citar quién los escribió, ya que
eso equivale a hacer pasar por propias las ideas de otros.
Recomendaciones para la redacción y composición de textos… 445

b. No es un trabajo de la escuela
Cuando se escribe un texto para el ámbito universitario, se
está realizando una investigación en toda regla, aunque a pe-
queña escala. Hay que huir de los trabajos de resolución fácil,
para salir del paso. La universidad exige más, precisamente
porque ya no prepara alumnos de instituto, sino seres com-
petentes para el mundo laboral del futuro. Además, muchas
veces —especialmente si continuamos en la investigación tras
licenciarnos— esos trabajos aparentemente intrascendentes
se convierten en el germen de futuras tesis, libros o artículos
en revistas especializadas.

c. Como tal, debe ajustarse a las características del género y al


lenguaje de la disciplina
Es un texto científico; esto es, su finalidad es transmitir a
los demás el conocimiento que ha generado una investigación
o demostrar el éxito de un proceso de aprendizaje personal.
No es necesario que esa investigación desemboque en ningu-
na teoría, puede tratarse simplemente de la descripción de un
estado de la cuestión, puesto que la labor de recopilación ya
es, en sí, el resultado de un proceso de reflexión.

3. La redacción
3.1. Los tres pasos de la redacción
La variedad de textos que se puede encontrar es muy gran-
de, y las necesidades da cada tipo de texto son distintas, pero
en todas ellas existe un denominador común: la planificación.
Seguramente, alguna vez hemos escuchado que para elaborar
buenos escritos conviene seguir tres pasos. Estas fases, grosso
modo, podríamos denominarlas borrador, redacción y revisión
446 Maria Estellés Arguedas - Adrián Cabedo Nebot

(véanse, entre otros, Cassany, 1995; Montolío [coord.ª], 2000;


Nicolau, Cuenca et alii, 2007; Serafín, 2007).
No obstante, como hemos apuntado un poco más arriba,
tratar de aportar un patrón estructural para un texto acadé-
mico sería una labor tan inabarcable como la de resumir en
diez pasos cómo se hace un traje: hay pantalones, faldas, abri-
gos; hay ropa de invierno y de verano, de hombre y de mujer…
Del mismo modo, existen diversos géneros de texto académico,
desde el examen a la tesis doctoral y, además, cada disciplina
tiene unas necesidades estructurales dependiendo de la natura-
leza del objeto de estudio (Historia, Medicina, Psicología…).
Así pues, al ofrecer solo dos modelos prototípicos de texto
académico estamos incurriendo en varios males necesarios:
en primer lugar, nos centramos en una sola disciplina y des-
cartamos las demás; en segundo lugar, se parte de la estructu-
ra de dos tipologías textuales y se dejan a un lado otras.
Para minimizar el impacto negativo, se han seleccionado
la disciplina de la Lingüística (humanística, pero con un com-
ponente experimental) y el formato de dos textos: la respues-
ta a una pregunta de examen, como ejemplo de texto de es-
tructura relativamente libre, y el trabajo para una asignatura,
que podría equipararse a la estructura del artículo científico,
como muestra de texto con una estructura más fija y conven-
cionalizada.

3.2. La redacción de textos libres. Respuestas a las preguntas de


examen

No existe un único modelo para responder correctamente


a una pregunta de examen. Obviamente, es de suma impor-
tancia conocer la respuesta a la pregunta, pero la manera en
que plasmamos el contenido puede, si no determinar el éxito
o el fracaso del examen, al menos sí contribuir decisivamente
a uno u otro. Vemos, a continuación, un esquema en tres fases
que ilustra los pasos de redacción de un examen.
Recomendaciones para la redacción y composición de textos… 447

3.2.1. Crear un borrador


Con la planificación como lema, el primer paso antes de re-
dactar un examen es el borrador. Para ello, es muy útil llevar
a cabo una lluvia o tormenta de ideas. Esta técnica, utilizada
para recopilar ideas creativas —por ejemplo, en el campo de
la publicidad—, es también un procedimiento muy aconseja-
ble en trabajos académicos. La lluvia de ideas consiste en vol-
car en un papel en blanco todas las palabras, frases o incluso
dibujos que asociamos a un concepto o tema dado. Cuando
hemos leído, estudiado o pensado bastante sobre un tema, a
menudo no sabemos bien por dónde comenzar, y es un peli-
gro lanzarse a escribir sin pensar y encontrar, a medio cami-
no, que hemos olvidado mencionar un concepto importante
que estaba relacionado con un tema ya tratado. Cuando eso
ocurre, nos vemos obligados a poner asteriscos y notas al mar-
gen, que ofrecen una imagen deficiente de la manera en que
las ideas se estructuran en nuestra cabeza. Por consiguien-
te, es una práctica excelente escribir previamente palabras o
pequeñas frases-resumen en un folio, sin preocuparnos por
su orden, ortografía o grado de trascendencia. Ocupa apenas
diez o quince minutos y ahorra mucho más tiempo en reescri-
turas desesperadas.
Por ejemplo, si en un examen se nos pidiera hacer un co-
mentario de texto a partir de un artículo sobre los llamados
perros peligrosos, nuestro borrador inicial, tras la lluvia de
ideas, tendría un aspecto similar a este:
448 Maria Estellés
RECOMENDACIONES PARA LA REDACCIÓN Arguedas - Adrián
Y COMPOSICIÓN Cabedo
DE TEXTOS ... Nebot
385

Figura
Figura1 1

La lluvia de ideas se prolongará hasta que no se nos ocurra


nada más que escribir. En ese momento, podremos pasar a
La lluvia de ideas se prolongará hasta que no se nos ocurra nada más
una segunda fase, todavía previa a la redacción, en la que or-
que escribir. En ese momento, podremos pasar a una segunda fase,
denaremos todo el material que se ha volcado en el borrador.
todavía previa a la redacción, en la que ordenaremos todo el material que
Por ejemplo, en el caso de los perros peligrosos, podríamos
se ha volcado en el borrador. Por ejemplo, en el caso de los perros
clasificar los resultados en positivos, negativos y neutros, de
peligrosos, podríamos clasificar los resultados en positivos, negativos y
manera parecida a como se ilustra en la Figura 2:
neutros, de manera parecida a como se ilustra en la Figura 2:
Recomendaciones para
386 la redacción
MARÍA ESTELLÉSyARGUEDAS
composición de textos…
Y ADRIÁN CABEDO NEBOT 449

Figura
Figura 2 2

De esa manera, nos quedarían bien diferenciados tres blo-


De esa
ques en manera,
los quenosse quedarían
tendríanbien diferenciados
en cuenta, tres bloques en los
respectivamente, los
que se tendrían en cuenta, respectivamente, los aspectos positivos
aspectos positivos de los perros, los negativos y, por último, de los
perros, los negativos
un conjunto y, por
de ideas queúltimo, un conjunto
tendrían más que de ver
ideas
conquenociones
tendrían
más que ver con nociones técnicas y legales: la normativa vigente que
técnicas y legales: la normativa vigente que regula su tenencia
regula su tenencia y cuidados, la opinión de la ciencia sobre las razas
y cuidados, la opinión de la ciencia sobre las razas denomina-
denominadas peligrosas, etc. Esta triple división, por tanto, encontraría
undas perfectoetc.
peligrosas,
reflejo Esta
en un triple
texto quedivisión,
tuviera unpor tanto,tripartito:
esquema encontraría
tres
capítulos (si el trabajo es muy largo) o tres párrafos (si se tratara tripar-
un reflejo perfecto en un texto que tuviera un esquema solo de
untito: tres capítulos
pequeño (si el trabajo
texto argumentativo es muy largo)
o un comentario o tres párrafos
de texto):
(si se tratara solo de un pequeño texto argumentativo o un
comentario de texto):
1. Aspectos neutros del tema [marco legal vigente]
a. Rottweiler, Dobermann, perro, caniche [perros y razas]
b. Legislación, vacuna, veterinario [normativa sobre razas peligrosas]
c. Ladrido
d. Correr sobran
e. Evitar
2. Aspectos positivos
a. Afición, admiración, amigo, fidelidad [aspectos emocionales]
b. Seguridad, proteger, confianza [aspectos prácticos]
3. Aspectos negativos
a. Miedo, inseguridad, peligro [aspectos psicológicos]
b. Mordisco, agresividad, ataque [peligro físico]
450 Maria Estellés Arguedas - Adrián Cabedo Nebot

1. Aspectos neutros del tema [marco legal vigente]


a. Rottweiler, Dobermann, perro, caniche [perros y razas]
b. Legislación, vacuna, veterinario [normativa sobre razas peligrosas]
c. Ladrido
d. Correr sobran
e. Evitar

2. Aspectos positivos
a. Afición, admiración, amigo, fidelidad [aspectos emocionales]
b. Seguridad, proteger, confianza [aspectos prácticos]

3. Aspectos negativos
a. Miedo, inseguridad, peligro [aspectos psicológicos]
b. Mordisco, agresividad, ataque [peligro físico]
Figura 3

Cuando contamos con un esbozo de esquema como el ante-


rior, podemos proceder a enriquecerlo con ideas más concre-
tas y, seguidamente, a redactar el contenido. Evidentemente,
el desarrollo del texto es personal y depende de las opiniones
del escritor, así como de la intención final del texto.
Imaginemos que, tratándose de un comentario de texto, se
nos solicitara una opinión personal surgida a partir de la re-
flexión sobre el tema; ante esta petición, podríamos plasmar
nuestro punto de vista particular de varias maneras: por ejem-
plo, podemos optar por mantener nuestra idea —o tesis— a lo
largo del texto (tema constante) compaginando argumentos
a favor o en contra; también podemos explicitar nuestra opi-
nión al principio y apoyarla después con argumentos (estruc-
tura deductiva o analítica); o exponer primero los argumentos
y llegar tras ellos a nuestra conclusión (estructura inductiva
o sintética); o bien, optar por enunciar brevemente nuestra
postura al principio, desarrollar los argumentos a continua-
ción y retomar la postura más desarrollada al final (estructura
encuadrada).
En el ejemplo que hemos imaginado, el esquema final, pre-
vio a la redacción, quedaría más o menos como sigue. Supon-
gamos, por ejemplo, que el autor defendiera la opinión de que
Recomendaciones para la redacción y composición de textos… 451

los perros no son intrínsecamente peligrosos, sino que su peli-


grosidad depende de la educación que reciben de sus amos.
Título: Perros peligrosos, dueños peligrosos
1. Marco legal y antecedentes
a. Razas de perros
i. Peligrosos/no peligrosos
ii. Características físicas
iii. Características genéticas y pedigrí
iv. Ejemplos de razas peligrosas (Dobermann, Rottweiler…)
b. Normativa
i. Normativa legal para todos los perros
1. Vacunación y vigilancia veterinaria
2. Seguridad en la calle
ii. Normativa específica para perros peligrosos
2. Aspectos negativos
a. Peligros reales
i. Ataques, mordiscos…
ii. ¿Agresividad de raza?
b. Peligros psicológicos
i. Miedo, inseguridad…
ii. Papel del dueño
iii. Papel de los medios de comunicación
3. Aspectos positivos
a. Aspectos prácticos
i. Defensa de las viviendas
ii. Protección personal
b. Aspectos emocionales
i. Perros = amigos
ii. Educación emocional (para niños, disminuidos…)
4. Opinión personal.
a. No hay perros peligrosos, sino dueños peligrosos
b. Perro = diversión/compañero, pero también = responsabilidad.
Figura 4

En este ejemplo, el título ya da cuenta brevemente de la


postura que va a adoptar el autor, y que retoma en el apartado
4. Huelga decir que, por supuesto, esta es una simple pro-
puesta: existen tantas soluciones como autores, y todas ellas
son válidas, siempre que cumplan una serie de condiciones
como las que veremos a continuación —específicas para la
452 Maria Estellés Arguedas - Adrián Cabedo Nebot

redacción de exámenes— y las que se ofrecerán en el punto 3


—válidas para los textos académicos en general—.

3.2.2. Proceder a la redacción


Al haber realizado un trabajo previo como el que se ha
detallado antes, la redacción resulta bastante fácil, puesto
que nuestra tarea prácticamente se reduce a rellenar huecos
en una plantilla y desarrollar un poco más los conceptos ya
apuntados en el esquema.
No obstante, y al margen de las cuestiones del contenido,
hay dos indicaciones sobre la redacción específica de exáme-
nes que todo alumno debe tener en cuenta, y que se comple-
tan con instrucciones de carácter general, como las que se
ofrecerán en el apartado 3:
a. No divagar: más no es mejor, así que si alguien cree
que los exámenes se evalúan a peso o sale satisfecho de
un examen en el que ha ocupado cinco folios sin decir
nada, posiblemente esa persona no haya aprobado el
examen.
b. Se debe ser sistemático y coherente, y ajustarse al volu-
men de texto que se nos solicita exige dos aspectos: no
extenderse en las preguntas cortas (solo responder de
manera clara y precisa, pero sin digresiones) y no ser
excesivamente breve en preguntas largas: si se pide re-
flexión sobre algún aspecto, ello implica que no podrá
resolverse en un solo párrafo o en dos; ahora bien, esa
extensión debe ser significativa, porque si no estaríamos
llenando hueco con palabras vacías.
c. No contestar aquello que no se sepa: una cosa es que no
estemos totalmente seguros de lo que decimos; otra
muy distinta es no tener ni idea. Podemos intentar una
respuesta si creemos que podemos tener algo de razón,
aunque eso ya depende del juicio valorativo del exami-
nando.
Recomendaciones para la redacción y composición de textos… 453

3.2.3. Volver sobre lo escrito


Con el texto ya escrito, es conveniente pasar al estadio de
la revisión. A menudo, aunque la jerarquización de las ideas
sea correcta, incurrimos en pequeños descuidos (tildes que
no aparecen, bailes de letras) o incluso en anacolutos (frases
incompletas) de las que no somos conscientes al escribir. Una
lectura exhaustiva, preferentemente en voz alta, puede paliar
algunos de estos defectos. Hacer un esfuerzo de autocrítica
y revisión es la solución más rápida y económica. Pensemos
que, en determinadas facultades, un exceso de faltas de orto-
grafía o gramática puede comportar un suspenso.

3.3. Textos académicos pautados. El trabajo para una asignatura


El segundo de los modelos que hemos elegido como mues-
tra tiene una estructura mucho más establecida que el mos-
trado en 3.2. Hemos tomado como guía el trabajo para una
asignatura, una tarea de investigación −personal o en grupo−
que desarrolla en profundidad un aspecto del programa de
una asignatura, trabaja un tema planteado por el profesorado
o trata de resolver un problema mediante una investigación.
En cualquiera de sus variedades, un trabajo de clase res-
ponde, a pequeña escala, a la misma estructura que un ar-
tículo de investigación, y utilizar este último como plantilla
puede ser un recurso recomendable para tomar como base y
adaptarlo a las características de nuestra disciplina y de los
contenidos que vamos a tratar.

3.3.1. Crear un borrador


Una de las principales diferencias entre la elaboración de
un trabajo y la redacción de la respuesta a un examen radica,
obviamente, en el tiempo del que disponemos para entregar
el producto final. Los exámenes demandan una demostración
de conocimientos adquiridos previamente y, por esa razón, la
454 Maria Estellés Arguedas - Adrián Cabedo Nebot

lluvia de ideas debe dirigirse a ordenar el baile de contenidos


que tenemos en la cabeza: si las ideas están ordenadas, nos
resulta más fácil vincularlas con otras ideas relacionadas, de
modo que evitamos en gran medida olvidar cosas importan-
tes. En cambio, la lluvia de ideas en un trabajo de investi-
gación, aunque parte del mismo mecanismo, debe necesaria-
390
mente servir a otro MARÍA
fin. ESTELLÉS ARGUEDAS Y ADRIÁN CABEDO NEBOT
Normalmente, se nos da un lapso de tiempo importante
Normalmente, se nos da un lapso de tiempo importante para entregar
para entregar un trabajo. De acuerdo con esto, la lluvia de
un trabajo. De acuerdo con esto, la lluvia de ideas debe servirnos como
ideas debe
base para servirnos
saber en qué como
sentidobase para investigar,
debemos saber en qué
qué sentido de-
libros debemos
bemos investigar, qué libros debemos buscar, qué datos
buscar, qué datos debemos obtener… Por ejemplo, si quisiéramos debe-
mos obtener…
realizar Por ejemplo,
un trabajo si quisiéramos
sobre lenguaje realizar
no sexista en losun medios
trabajo de
sobre lenguajepodríamos
comunicación, no sexistallevar
en losa medios
cabo unadelluvia
comunicación, po- la
de ideas como
dríamos
siguiente: llevar a cabo una lluvia de ideas como la siguiente:
Preocupación social Estudios sobre el tema ¿?

Libros de estilo prensa y lenguaje Manual lenguaje no sexista


sexista
Sexismo lingüístico + m. de
comunicación

¿Estadísticas? Ejemplos de prensa

Figura 5
Figura 5

ElEl siguientepaso
siguiente pasosería
seríadesarrollar
desarrollar cada
cada uno
uno de
de estos
estos pun-
puntos y
plantear
tos cómo podrían
y plantear relacionarse
cómo podrían y completarse
relacionarse para resultar
y completarse paraen un
trabajo. Así, la siguiente fase quedaría así:
resultar en un trabajo. Así, la siguiente fase quedaría así:

Preocupación social Manual lenguaje Libros de estilo prensa y lenguajeEjemplos de prensa


no sexista sexista ¿cumplen las normas?
¿es igual en todos los
periódicos?
¿qué periódicos escojo?

Estudios sobre el tema ¿?


Mendizábal (2002)

¿Estadísticas?
¿Qué método utilizo? ¿Hay
programas o pruebas específicos?
Figura 5

El siguiente paso sería desarrollar cada uno de estos puntos y


plantear cómo podrían
Recomendaciones relacionarse
para la redacción y completarse
y composición para resultar en455
de textos… un
trabajo. Así, la siguiente fase quedaría así:

Preocupación social Manual lenguaje Libros de estilo prensa y lenguajeEjemplos de prensa


no sexista sexista

¿cumplen las normas?


¿es igual en todos los
periódicos?
Estudios sobre el tema ¿? ¿qué periódicos escojo?
Mendizábal (2002)

¿Estadísticas?
¿Qué método utilizo? ¿Hay
programas o pruebas específicos?

Figura 6

Partiendo de esa base, deberíamos


Figura 6 investigar para tratar
de responder a las interrogantes que se han planteado: habría
que ver qué se ha escrito sobre el tema previamente; qué di-
cen Partiendo
los librosde de
esa estilo de los periódicos;
base, deberíamos hasta
investigar para qué
tratar de punto losa
responder
periódicos cumplen
las interrogantes que selas
handirectrices de susque
planteado: habría libros de se
ver qué estilo, me-
ha escrito
diante la recopilación de datos reales (para lo cual habría que
decidir en qué publicaciones buscar los datos) y, finalmente,
valorar en qué medida se cumplen esas directrices aplicando
las técnicas pertinentes, que hay que elegir. Una vez tenemos
esas interrogantes respondidas, procederíamos a darle estruc-
tura a la masa de datos.

3.3.2. Proceder a la redacción


Para ordenar y jerarquizar los datos, a diferencia de los
textos que —como la respuesta a un examen— tienen una es-
tructura más libre, los trabajos de investigación ofrecen un
esqueleto bastante establecido ya (aunque puede variar de-
pendiendo de las disciplinas y la naturaleza de la investiga-
ción y los datos). De ese modo, el autor ve aligerada la tarea
de tener que jerarquizar las ideas, porque simplemente debe
insertarlas en cada uno de los apartados convencionalizados.
456 Maria Estellés Arguedas - Adrián Cabedo Nebot

El modelo más extendido para estructurar los artículos


científicos es el conocido como IMRD (Introducción, Méto-
do, Resultados y Discusión; véase, por ejemplo, Martínez de
Sousa, 2007). Estas siglas dan cuenta de las partes principales
del artículo científico, que se divide normalmente en:
a) [Resumen o abstract]
b) Introducción
c) Metodología
d) Resultados/(Discusión)
e) (Discusión)/Conclusión
f) Bibliografía
Sin embargo, como hemos apuntado unas líneas más arri-
ba, no siempre se dan todas las partes; cada género concre-
to (tesis, exámenes, trabajos, etc.) exige una selección y cada
área exige una estructura propia. Así, por ejemplo, en un artí-
culo que no esté basado en un experimento es absurdo incluir
un apartado entero destinado a la metodología.
En los siguientes apartados desglosaremos cada una de es-
tas secciones y las ilustraremos con fragmentos de un artícu-
lo científico inventado, creado ad hoc a partir de la lluvia de
ideas anterior.

3.3.2.1. El resumen o abstract


El abstract o resumen es un texto breve1 que se sitúa al
comienzo de la publicación y en el que se suelen contener, a
grandes rasgos, todas las secciones del artículo, en su orden
correspondiente. Suele estar traducido al inglés para hacer el

1
Por ejemplo, la American Psychological Association (ver apartado
3.3.2.6.) recomienda que la extensión del abstract sea de entre 150 y
250 palabras.
Recomendaciones para la redacción y composición de textos… 457

contenido accesible a los hablantes de otras lenguas, e incor-


pora palabras clave también traducidas. Esta parte suele estar
presente en las publicaciones en revistas científicas, pero nor-
malmente no se incluye en trabajos para clase.
Los abstracts suelen presentar (Posteguillo, 2002) una es-
tructura de problema-solución o de novedad-descripción. En
este caso, presentamos un resumen del primer tipo basándo-
nos en nuestra lluvia de ideas:

[1] La creciente preocupación por el uso no sexista del


lenguaje obliga a observar el comportamiento lingüístico
de los medios de comunicación en este sentido. [2] Estu-
dios previos (Mendizábal 2002) se han centrado en el tra-
Introducción (infor- tamiento en la prensa escrita. [3] Sin embargo, se impone
mación general) [1] la necesidad de trasladar la investigación a las normas por
las que esta se rige y estudiar las directrices planteadas en
Problema previo [2] las normas de estilo. [4] Para ello, y tomando como base
un corpus de prensa escrita, este trabajo analiza dos de los
Solución [3] principales libros de estilo de prensa escrita en España, El
País y ABC. El análisis de libros de estilo y prensa permite
Resumen del artículo revelar el tratamiento lingüístico de las profesiones ejerci-
[4] das por mujeres y el impacto real que las normativas de
estilo tienen sobre el papel. Los resultados muestran que,
en más del 70 % de los casos, los periodistas ignoran las
directrices de sus manuales.

3.3.2.2. La introducción
La introducción es la primera parte del cuerpo del artículo.
En él, se explicitan las razones que nos han llevado a realizar
el trabajo y se presenta el estudio. No obstante, normalmente
(Swales, 1990; Piqué-Angordans, 2002) va más allá de la expli-
citación de los objetivos, y supone una toma de contacto, un
nexo que entre los lectores y la investigación y, al tiempo, una
definición de la comunidad a la que se dirige la obra.
Así, aunque también puede incluirse en un apartado dis-
tinto, también suele dedicarse en la introducción un espacio
al denominado estado de la cuestión, que puede consistir en
458 Maria Estellés Arguedas - Adrián Cabedo Nebot

unas líneas generales sobre el tema o puede aportar referen-


cias más concretas de extensión variable. Tras esta parte, se
presenta propiamente el trabajo: para qué se ha concebido,
cuáles son en líneas generales los resultados y cuál es la dispo-
sitio de los contenidos, es decir, cuál va a ser la estructura de
los apartados que siguen. Vemos esta estructura ejemplificada
en el siguiente ejemplo de nuestro artículo ficticio:
[1] El tratamiento de la mujer a través del lenguaje
es un tema de máxima actualidad y muy contro-
vertido al que, sin embargo, se ha rodeado de un
halo de sensacionalismo en uno y otro sentido que
ha impedido, muchas veces, obtener resultados
empíricos y concluyentes sobre la realidad del uso.
[2] Actualmente, el tema se ha abordado desde la
perspectiva psicológica, antropológica, publicitaria
y sociológica (Mendoza 2006a, Sorribes 2007), y es
clave, desde el punto de vista lingüístico, el trabajo
de Pastrana et al. (2005); [3] sin embargo, es ne-
Justificación del trabajo [1] cesaria una investigación en profundidad del ver-
dadero impacto de las políticas lingüísticas en los
Estado de la cuestión [2] medios audiovisuales.

Problemas en el área [3] [4] Este trabajo pretende paliar, en la medida de


lo posible, la falta de datos fiables. A través de una
Presentación del trabajo [4] comparación entre dos diarios nacionales y sus res-
pectivos manuales de estilo, se ha elaborado una
Estructura del artículo [5] estadística de seguimiento de la norma; los datos
demuestran que, en más de un 60 % de las oca-
siones, los redactores ignoran las indicaciones so-
bre sexismo en el lenguaje, tanto para exagerar las
diferencias como para aminorarlas. [5] En las si-
guientes secciones, se presentará la metodología de
trabajo (2); a continuación, se ofrecerán las tablas
estadísticas con los resultados (3), que se analiza-
rán inmediatamente después (4). Seguidamente, se
recogerán las conclusiones más importantes y las
vías abiertas que deja esta investigación (5).
Recomendaciones para la redacción y composición de textos… 459

3.3.2.3. La metodología
Esta parte expone el modo en que se ha llevado a cabo el
experimento: cuáles son los materiales que se han empleado
y cómo se ha diseñado la prueba; cuáles eran las hipótesis de
partida y, por último, qué datos ha arrojado la prueba y cómo
se han analizado (véase especialmente Coll, págs. 84-120).
El apartado de la metodología es el menos común entre las
disciplinas humanísticas, al menos con este grado de exhaus-
tividad. Todas las investigaciones siguen un método, pero en
muchas ocasiones, y dependiendo de la disciplina, este se pue-
de resumir en apenas unas líneas. Por ejemplo, en una inves-
tigación literaria podrían aparecer en esta sección las obras
que se han consultado o los aspectos concretos de cada obra
que se han tenido en cuenta y los criterios para identificarlos
en el texto.
En el caso del artículo imaginario con el que estamos tra-
bajando, la estructura resultaría de esta manera:
[1] Como se avanzaba más arriba, el propósito del tra-
bajo es el de averiguar cuáles son los datos reales de se-
guimiento de las indicaciones lingüísticas por parte de
Metodología y objetivos la prensa escrita española; concretamente, se ha estu-
[1] diado el impacto de las reglamentaciones sobre lenguaje
no sexista en el uso de sustantivos referidos a profesio-
Materiales [2] nes cuando se aplican a mujeres.
[2] Para llevar a cabo este estudio se ha partido de dos
Diseño del experimento fuentes: por un lado, de una muestra representativa
[3] constituida por un corpus de más de 250.000 palabras,
extraídas de las secciones de sociedad y local de dos pe-
Hipótesis [4] riódicos de tirada nacional: el diario ABC y El País. Por
otro, se han consultado las directrices que marcan al
Recogida de datos [5] respecto sus respectivos libros de estilo.
Los datos de prensa se han sometido a un proceso de eti-
Análisis de datos [6] quetado y desglose por medio del programa ESTADEX,
desarrollado por la Universidad de Santiago de Compos-
tela, que procede al vaciado de textos por medio de un
etiquetado previo.
460 Maria Estellés Arguedas - Adrián Cabedo Nebot

[3] El equipo técnico encargado del experimento diseñó


una stop list formada por los lexemas de todas las profe-
siones recogidas en el Diccionario de la Real Academia.
El programa ESTADEX detecta los lexemas y marca las
selecciones morfemáticas, las procesa y elabora tablas
estadísticas con las distintas opciones. De esta manera,
se obtiene una fuente fiable tanto de selección de ítems
como de tratamiento posterior; sin duda alguna, como
todo elemento informático existe un margen de error
(por debajo del 5 %) que afecta especialmente a hete-
rónimos y otros sustantivos y adjetivos cuya base léxica
varía de forma importante con el género.
[4] La hipótesis de partida era que, en principio, no de-
berían corresponderse las indicaciones de los manuales
con la realidad impresa. [5] La recogida de datos, lleva-
da a cabo entre los meses de enero y octubre de 2007,
arrojó unos primeros datos falsos, debidos a un fallo en
el programa, incidencia que se solventó en pocos días.
[6] Los datos se han calculado porcentualmente y, ade-
más, se les ha aplicado una prueba ANOVA (Analysis of
Variants) mediante el paquete estadístico SPSS 15, para
averiguar la intravariación y la intervariación.

3.3.2.4. Resultados (y discusión)


Si la sección anterior se ocupaba de explicar de qué ma-
nera se habían obtenido y analizado los datos, la sección de
Resultados se encarga de valorarlos y justificar la metodología
empleada como la más adecuada para los propósitos inicia-
les. Esta parte es quizá la más importante del artículo, puesto
que se presentan los datos obtenidos en el experimento.
Como apunta el encabezado de este epígrafe, a menudo las
secciones de Resultados y Discusión aparecen fusionadas en
el artículo (normalmente con el primer nombre), ya que am-
bos están directamente relacionados con los resultados de la
investigación, solo que los contemplan desde dos perspectivas
diferentes. También a menudo la discusión se hace coincidir
con el apartado de Conclusiones (ver Coll y Palmer, 2002; sec-
ción 3.3.2.5. más abajo). La Discusión se destina a comentar y
Recomendaciones para la redacción y composición de textos… 461

valorar en más profundidad los resultados, y además subraya


el alcance y la relevancia de estos para su campo de estudio;
se suele establecer una comparación de estos resultados con
los frutos de otras investigaciones realizadas previamente.
Conviene, asimismo, poner de manifiesto las limitaciones que
presenta el estudio y las posibles mejoras que se podrían in-
troducir en el futuro.
Para el artículo sobre lenguaje sexista que presentamos,
hemos amalgamado las dos secciones en una, de modo que
quedaría como sigue:
[1] La elección del método ESTADEX y el recurso a las bases
de datos de prensa escrita, en comparación con sus manua-
les de estilo, presenta unas ventajas innegables. Para em-
pezar, como mencionábamos antes, constituye una fuente
Justificación de la fiable, tanto a la hora de escoger los elementos estudiados
metodología em- como al clasificarlos, una vez procesados; por otro lado, este
pleada [1] protocolo minimiza el elemento humano, factor que puede
propiciar resultados tendenciosos o parciales ante temas tan
Presentación de re- delicados. Así, solo intervinieron profesionales en la crea-
sultados[2] ción de la stop list, de manera que se ha eliminado la mayor
parte del riesgo de juicios previos.
Relevancia de los [2] Los datos arrojados por ESTADEX demuestran que, en
resultados [3] un 61,34 % de los casos, los periodistas no siguen las pautas
fijadas en el libro de estilo de su publicación. Esta ignoran-
Contraste con estu- cia de la norma se da en ambos sentidos, tanto en el que pre-
dios previos [4] senta una exagerada tendencia a la distinción genérica o a la
creación de falsos géneros, como el que opta por un mascu-
Limitaciones de los lino genérico allá donde la lengua normativa y los manuales
resultados [5] de estilo contemplan una posibilidad integradora.
Adicionalmente, se ha comprobado una tendencia de los pe-
riodistas de El País a caer en la primera transgresión (un 98
% de sus transgresiones corresponden a este caso), mientras
que ABC muestra la tendencia contraria (un 70 % de sus
transgresiones son del segundo tipo).
462 Maria Estellés Arguedas - Adrián Cabedo Nebot

[3]-[4] Los resultados que ESTADEX ha permitido extraer


son, en definitiva, doblemente significativos: por un lado
aportan nuevos datos al grado de seguimiento de los libros
de estilo por parte de los periodistas y, por otro, ponen de
manifiesto que la naturaleza de la transgresión de la norma
difiere. Los estudios realizados hasta ahora en este senti-
do (Viver y Fraula 2007, Viver 2008a, Cerverola 2009 entre
otros) no han tenido en cuenta ni la frecuencia estadística
de las transgresiones ni su tipología. [5] No obstante, y a
pesar de que sería atractiva —y relativamente razonable—
postular una relación entre la tendencia ideológica de la
publicación y el tipo de incorrección normativa (por exceso
o por defecto de celo), el presente estudio impide extraer
valoraciones globales concluyentes, dado el escaso número
de diarios analizados (solo dos).

En el apartado que incluya los resultados de la investiga-


ción, son recomendables los apoyos visuales como tablas, grá-
ficos o ilustraciones (Palmer, 2002), que permiten presentar de
una forma directa y gráfica lo que se verbaliza en el cuerpo del
texto. No obstante, no conviene abusar de estas ayudas ni uti-
lizarlas hasta el punto de que sustituyan al texto mismo, sino
que deben concebirse como su complemento. Hemos de tener
en cuenta (Fortanet et alii, 1999) que, en ocasiones, menos es
más: una presentación sencilla, sin efectos tridimensionales
ni colores estridentes, puede resultar mucho más efectiva que
diseños más sofisticados, puesto que estos últimos pierden
sentido cuando se imprimen en escala de grises.

3.3.2.5. (Discusión y) Conclusiones


El epígrafe dedicado a las conclusiones constituye el cierre
del artículo y debe, por tanto, ofrecer de forma sintética los
aspectos más importantes de la obra (aunque se haya hecho
ya en secciones anteriores) y dar cuenta de su alcance. En
este sentido, se aproxima a la sección de Discusión y, por ello,
como se señalaba antes, suelen aparecer fusionadas.
Recomendaciones para la redacción y composición de textos… 463

Además de enumerar y valorar las ideas principales del ar-


tículo, un perfecto colofón de un trabajo —a la vez que una
muestra de madurez académica— se consigue hablando de
las vías de investigación que quedan abiertas, tanto si tene-
mos previsto realizarlas en un futuro como si invitamos a
otros a emprenderlas.
Así, con unas mínimas variaciones (marcadas en cursiva)
que incluyeran una mención de los resultados, un ejemplo
ilustrativo de la sección de Conclusiones podría ser el de los
puntos [3]-[5] de la figura anterior:
El experimento parece demostrar que, en un 61,34 % de los
casos, los periodistas no siguen las pautas sobre lenguaje no
sexista de sus libros de estilo. Además, se observa que los pe-
riodistas de El País tienden a incurrir en un lenguaje excesi-
vamente no sexista (un 98 % de sus transgresiones), mientras
que en ABC se muestra la tendencia contraria (un 70 % de
sus errores).
[3]-[4] Los resultados que ESTADEX ha permitido extraer
Relevancia de los re-
son, en definitiva, doblemente significativos: por un lado
sultados [3]
aportan nuevos datos al grado de seguimiento de los libros
de estilo por parte de los periodistas y, por otro, ponen de
Contraste con estu-
manifiesto que la naturaleza de la transgresión de la norma
dios previos [4]
difiere. Los estudios realizados hasta ahora en este senti-
do (Viver y Fraula 2007, Viver 2008a, Cerverola 2009 entre
Limitaciones de los
otros) no han tenido en cuenta ni la frecuencia estadística
resultados [5]
de las transgresiones ni su tipología. [5] No obstante, y a
pesar de que sería atractiva —y relativamente razonable—
postular una relación entre la tendencia ideológica de la
publicación y el tipo de incorrección normativa (por exceso
o por defecto de celo), el presente estudio impide extraer
valoraciones globales concluyentes, dado el escaso número
de diarios analizados (solo dos).

3.3.2.6. Bibliografía
Existen diversos modelos de citación de la bibliografía, y la
preferencia por uno u otro varía según las disciplinas. Algu-
nos de los más conocidos son los siguientes:
464 Maria Estellés Arguedas - Adrián Cabedo Nebot

a. Modelo Vancouver
Fue establecido en 1978, en una reunión que acogió en Van-
couver (Canadá) a diversos editores de revistas biomédicas
que buscaban uniformizar el formato de los artículos. Como
puede verse en el ejemplo, el modelo Vancouver es alfabético:
se numeran todas las referencias bibliográficas finales y se re-
produce el número inicial en el cuerpo del texto:
Lorem ipsum dolor sit amet, consectetuer [1] Albentosa V. Breves notas so-
adipiscing elit. Nam ac tortor vitae leo bre estadística. Madrid: Ediciones
tempor sagittis. Nullam ac est. Quisque Nexo, 2004.
eleifend, neque sit amet hendrerit, diam 3 [2] Bernal E. Léxico y arquitectu-
libero imperdiet erat, at lacinia enim lec- ra de la mente. Barcelona: Batlle,
tus ac ipsum. Nunc convallis mi at ipsum. 2007.
Nullam dignissim, nisi non dignissim pe- [3] Ferreras MG. La agonía de las
llentesque, libero est imperdiet arcu, non palabras. Burgos: Cilindro, 1998.
sagittis dolor ipsum eget mi. Cum sociis [4] Grueber W. On hedging. Chi-
natoque penatibus et magnis dis parturient cago: Brass Press, 1990.
montes, nascetur ridiculus mus. …

b. Modelo APA
Este modelo de citación bibliográfica recibe su nombre de
la American Psychological Association (APA). Se usa general-
mente para citar en las ciencias sociales, aunque a menudo de
emplea también en las humanidades. Actualmente, el manual
de la APA va ya por la sexta edición, y puede consultarse en la
red a través de la página <http://owl.english.purdue.edu/owl/
resource/560/01/>.
Lorem ipsum dolor sit amet, consectetuer Badia, H. (2002). La incidencia
adipiscing elit. Nam ac tortor vitae leo tem- del analfabetismo en comuni-
por sagittis. Nullam ac est. Quisque eleif- dades brasileñas marginales. El
end, neque sit amet hendrerit, diam (Ba- caso de Pernambuco. Society and
dia, 2002, p. 130) libero imperdiet erat, at Societies, 41, 123-132.
lacinia enim lectus ac ipsum. Nunc conval-
lis mi at ipsum. Nullam dignissim (Derrick Derrick, J. y Abrahams, G.K.
y Abrahams, 1995), nisi non dignissim (1995). Deconstructing colonia-
pellentesque, libero est imperdiet arcu, non lism. En D. Grass (Ed.), Brazil.
sagittis dolor ipsum eget mi. Cum sociis Present and Future Perspectives
natoque penatibus et magnis dis parturient (pp. 23-45). Liverpool: Harris and
montes, nascetur ridiculus mus. Reuben.
Recomendaciones para la redacción y composición de textos… 465

c. Norma ISO 690-1987


ISO 690 son las siglas correspondientes a International
Standarization Organization; esta estableció sus reglas de ci-
tación bibliográfica en el año 1987. Sus normas de citación
bibliográfica pueden encontrarse en <http://www.iso.org>.
Lorem ipsum dolor sit amet, consectetuer 8. Appard, JE. Cómo desintonizar
adipiscing elit. Nam ac tortor vitae leo tem- los electrodos arteriales. In Medi-
por sagittis. Nullam ac est. Quisque elei- cal society of high quality, Nov. 3,
fend, neque sit amet hendrerit, diam libero 1965. Cambridge, Mass.: M. I. T.
imperdiet erat, at lacinia enim lectus ac ip- Press, p. 415.
sum. Nunc convallis mi at ipsum. Nullam
dignissim, nisi non dignissim pellentesque 9. Parker, TJ. and Haswell, WD. A
[Appard, 1965], libero est imperdiet arcu, Text-book of zoology. 5th ed., vol
non sagittis dolor ipsum eget mi. Cum sociis 1. revised by WD. Lang. London:
natoque penatibus et magnis dis parturient Macmillan 1930. Section 12, Phy-
montes, nascetur ridiculus mus. llum Mollusca, p. 663-782.

d. Modelo de Chicago
El Manual de estilo de Chicago presenta dos sistemas de ci-
tación: el estilo humanistic (notas y bibliografía) y el sistema
autor-fecha. La elección de uno u otro depende del objetivo
temático del texto redactado. Puede consultarse una amplia
descripción en el siguiente enlace: <http://www.chicagoma-
nualofstyle.org>.
Lorem ipsum dolor sit amet, consectetuer Alcántara, Daniel. Marcando dis-
adipiscing elit. Nam ac tortor vitae leo tem- tancias. Barcelona: Universidad
por sagittis. Nullam ac est. Quisque eleifend, de Barcelona, 1999.
neque sit amet (Alcántara 1999) hendrerit,
diam libero imperdiet erat, at lacinia enim McLovin, Guy y Estrella Castro.
lectus ac ipsum. Nunc convallis mi at ip- 2000. Conversación entre pri-
sum. Nullam dignissim, nisi non dignissim mates: un rugido distintivo. Alm-
pellentesque (McLovin y Castro 2003), li- ería: Universidad de Almería.
bero est imperdiet arcu, non sagittis dolor
ipsum eget mi. Cum sociis natoque penati-
bus et magnis dis parturient montes, nasce-
tur ridiculus mus.
466 Maria Estellés Arguedas - Adrián Cabedo Nebot

e. Otros modelos y recomendaciones


Además de los mencionados, son muchos los estilos de
citación bibliográfica que pueden encontrarse: el sistema de
Harvard2, el sistema de la MLA (Modern Language Associa-
tion3, el sistema de la Universidad de Tennessee4...
En general, todos los sistemas de citación tienen como fi-
nalidad la correcta disposición de las referencias bibliográfi-
cas, así como su homogeneidad. La intención principal que
se pretende alcanzar es que el sistema de citación permita dar
coherencia tanto a las referencias internas como al listado fi-
nal de estas. El establecimiento y la aplicación de un modelo
de citación, así pues, permite al autor hilvanar correctamente
los nombres, los títulos y los años de su bibliografía.
Este uso no es únicamente beneficioso para el autor, sino
que también facilita el acercamiento al texto del lector, dado
que este recibe información adicional de las obras menciona-
das y, además, puede conocer inmediatamente la fecha o el
número de página de la publicación.
Por ello, cabe insistir en la importancia de que, para redac-
tar un buen trabajo científico, debe utilizarse un sistema de
referencia bibliográfica, y mantenerlo de forma coherente a lo
largo de todo el texto.

3.3.3. Volver sobre lo escrito


De nuevo, es importante revisar el texto una vez escrito. En
este tipo de trabajos, además, ofrecen la ventaja de no tener
que ser entregados inmediatamente, de modo que podemos
dejarlos reposar o darlos a leer a otra persona, que puede se-
ñalarnos los fallos o indicar qué zonas son más difíciles de

2
< http://libweb.anglia.ac.uk/referencing/harvard.htm>.
3
<http://owl.english.purdue.edu/owl/section/2/11/>.
4
<http://www.tennessee.edu/identity/docs/editorial-guide.pdf>.
Recomendaciones para la redacción y composición de textos… 467

comprender. En todo caso, tanto para estos textos pautados


como para los más libres, de los que nos ocupábamos en 2.1.,
hay unas directrices generales sobre la forma del texto que no
deben olvidarse y que se resumen en 2.4.

3.4. La forma de los textos en la universidad. Pautas de estilo


para una escritura académica adecuada.

Todo ejercicio de escritura realizado por un alumno en el


contexto de la universidad se inscribe en la categoría de texto
académico, bien sea su finalidad última la de transmitir co-
nocimientos o hallazgos científicos (como en el caso de las
tesis, artículos o trabajos de investigación), bien sea la de de-
mostrar que se han adquirido correctamente ciertos conoci-
mientos (exámenes, pruebas de oposición, etc.) (Figueras y
Santiago, 2000:39).
Como producción académica, el escrito debe ajustarse a las
convenciones de los textos académicos. No se trata de esnobis-
mo ni de una simple cuestión de forma, sino que las normas
de escritura de textos académicos están pensadas para lograr
el máximo aprovechamiento del texto. Figueras y Santiago
(2000: 40) resumen estas características en precisión, claridad
y objetividad. En la práctica, estos rasgos se traducen en:
a) Debe respetarse escrupulosamente un orden y mante-
nerse siempre la coherencia. Las decisiones que tomemos de-
ben mantenerse a lo largo de todo el texto, no podemos ir
variando a la hora de poner negritas en los epígrafes, acabar
algunas enumeraciones con punto y otras no…
b) El texto debe ser un mapa bien señalizado (Montolío,
2001). Todo en él debe marcarnos de manera diáfana en qué
punto nos encontramos. Ello se logra con un formato bien
diferenciado para las secciones, subsecciones y el texto en ge-
neral; con tablas y figuras que ilustren de manera gráfica lo
que se expresa verbalmente en el texto y, sobre todo, con el
uso de marcas lingüísticas que marquen la relación de cada
468 Maria Estellés Arguedas - Adrián Cabedo Nebot

idea con las demás y su posición en el desarrollo del discurso


(marcadores del discurso).
c) El texto debe huir de consideraciones subjetivas (Mon-
tolío y Santiago, 2000: 153 y ss.). Todo argumento no demos-
trable empíricamente no es válido y debe eliminarse, a no ser
que marquemos claramente que el fragmento no comprobable
constituye una opinión personal. La persecución de la objeti-
vidad trae consigo una serie de características lingüísticas:

– Lenguaje objetivo:
Debe ser lo más impersonal posible. Este efecto se pue-
de conseguir con verbos impersonales, construcciones con se
impersonal o, si resultaran cargantes, oraciones en las que
el propio texto es el sujeto (del tipo: la sección X resume el
concepto de…). Especialmente hay que evitar las segundas
personas, que aportan un matiz marcadamente coloquial:
# Hay quien piensa que si te dejas llevar por la angustia no serás capaz de
resolver los problemas
Hay quien piensa que dejarse llevar por la angustia impide resolver los
problemas.

Más en la línea de la tradición hispánica, puede optarse por


la primera persona del plural o plural de modestia o, en caso
de querer comprometernos fuertemente con lo escrito, pode-
mos revelarnos como autores a través de la primera persona
del singular. Esta última opción, no obstante, es poco utiliza-
da en textos hispánicos, al menos en el área humanística.
Consideramos muy acertada la afirmación de Saussure (1983) cuando ad-
vierte…
A la luz de los datos, considero importante destacar que, a partir del año
1935, la población…

– Atenuación académica
La historia de la ciencia ha demostrado que no hay verdades
absolutas y que, en la mayoría de los casos, solo puede hablar-
Recomendaciones para la redacción y composición de textos… 469

se de tendencias más o menos fuertes. Debemos pensar que,


por un lado, en cualquier momento puede surgir un autor que
rebata una de nuestras afirmaciones y, por otro, al escribir un
texto nos estamos dirigiendo a un alguien que puede sentirse
atacado o molesto ante un lenguaje excesivamente taxativo. Así,
deberemos tratar de evitar afirmaciones demasiado vehemen-
tes y procuraremos dejar un cierto margen al error; asimismo,
conviene desechar expresiones que den por supuestos determi-
nados conocimientos previos, ya que —quizás— nuestro lector
carezca de ellos y se pueda sentir ofendido:
# Como demuestra el gráfico, existe un claro predominio de la opción B en
los segmentos de edad comprendidos entre los 7 y los 14 años
Los datos del gráfico parecen indicar un predominio de la opción B…
#La teoría creacionista, obviamente superada por la obra de Darwin,…
La teoría creacionista, superada por la obra de Darwin,…

– Atención prioritaria al lector:


En este tipo de discurso, como en todos en general, debe-
mos tener siempre presente que las palabras que escribimos
tienen consecuencias, es decir, que alguien las lee, las juzga
y debe ser capaz de entenderlas. Para ello, no se debe perder
de vista a qué tipo de público nos dirigimos. Así, debemos
conseguir un equilibrio —a veces difícil— entre dos extremos:
por un lado, la oscuridad a la que podría conducir el hecho de
exponer conceptos abstractos; por otro, el excesivo didactis-
mo, que resulta poco formal y, en ocasiones, ofensivo para un
lector muy versado en la materia.
Para facilitar la lectura al receptor, conviene ser claro, pero
hablar con propiedad y precisión. Conviene hacer pequeños
gestos como desarrollar las siglas que introduzcamos por
primera vez, emplear un lenguaje sencillo que evite las con-
cesiones literarias (no debe llamarnos la atención la forma,
sino que esta debe desvanecerse totalmente para transmitir el
contenido):
# El corpus empleado para el trabajo ha sido el CREA, que cuenta con un
total de registros superior a…
470 Maria Estellés Arguedas - Adrián Cabedo Nebot

El corpus empleado para el trabajo ha sido el CREA (Corpus de Referencia


del Español Actual), que cuenta con un total de registros superior a…
#Sin menoscabar a otros de índole más abigarrada, el estilo renacentista…
Sin desestimar otros estilos más recargados, el renacentista…

Asimismo, conviene adoptar un orden sintáctico natural


(Sujeto-Verbo-Objeto) y evitar el uso excesivo de la voz pasi-
va, que puede sustituirse por pasivas reflejas (con se) o por la
construcción activa correspondiente:
Al ser definitivamente abierto al público el museo de arte contemporáneo,
hace tres años, las cifras experimentaron un alza en el número de visitantes.
Las cifras de visitantes experimentaron un alza cuando el museo de arte
contemporáneo se abrió definitivamente al público, hace tres años.

4. Conclusiones
Por todo lo visto hasta ahora, cabe insistir en diferentes
puntos que consideramos relevantes. En primer lugar, cada
texto necesita de una forma concreta. Así mismo, es básico
mantener la coherencia en la estructura temática del texto.
Ello puede conseguirse mediante el uso de reflexiones inicia-
les (para conocer las ideas o conceptos que pueden abordarse
en la redacción) y de recursos formales adecuados (marcado-
res del discurso, por ejemplo).
Sobre todo, es importante la constante reflexión y valora-
ción de lo escrito por parte de quien redacta. La escritura per-
fecta no surge en el primer intento, sino que es fruto de una
revisión continuada. Es en esta donde deben intentar amol-
darse las nociones de estructura y de coherencia formal.
Por último, el escritor dispone de un conjunto de herra-
mientas que agilizan las tareas de redacción de trabajos am-
plios (tesis, libros, artículos de investigación extensos…),
como, por ejemplo, la creación de índices automáticos con
procesadores de textos o la sistematización de la bibliografía
utilizada, con programas específicos para gestionar títulos.
BLOQUE SÉPTIMO:
BIBLIOGRAFÍA Y NOTA SOBRE
LOS AUTORES
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NOTA SOBRE LOS AUTORES

Milagros Aleza Izquierdo. Catedrática de Universidad. Dpto. de Filología


Española. Facultad de Filología, Traducción y Comunicación. Univer-
sitat de València.
Marta Albelda Marco. Titular de Universidad. Dpto. de Filología Española.
Facultad de Filología, Traducción y Comunicación. Universitat de Va-
lència.
Adrián Cabedo Nebot. Profesor Asociado. Dpto. de Filología Española. Fa-
cultad de Filología, Traducción y Comunicación. Universitat de Valèn-
cia.
Eduardo España Palop. Profesor Asociado. Dpto. de Didáctica de la Lengua
y la Literatura. Escuela de Magisterio Ausias March. Universitat de Va-
lència.
María Estellés Arguedas. Ayudante Doctora. Dpto. de Filología Española.
Facultad de Filología, Traducción y Comunicación. Universitat de Va-
lència.
María Estornell Pons. Contratada Doctora. Dpto. de Filología. Facultad de
Ciencias de la Educación y del Deporte. Universidad Católica de Valen-
cia «San Vicente Mártir».
Adela García Valle. Titular de Universidad. Dpto. de Filología Española.
Facultad de Filología, Traducción y Comunicación. Universitat de Va-
lència.
David Giménez Folqués. Profesor Asociado. Dpto. de Filología Española.
Facultad de Filología, Traducción y Comunicación. Universitat de Va-
lència.
Virginia González García. Contratada Doctora. Dpto. de Filología Españo-
la. Facultad de Filología, Traducción y Comunicación. Universitat de
València.
Antonio Hidalgo Navarro. Catedrático de Universidad. Dpto. de Filología
Española. Facultad de Filología, Traducción y Comunicación. Univer-
sitat de València.
Marta Pilar Montañez Mesas. Grupo investigador Va.Les.Co. Dpto. de Fi-
lología Española. Facultad de Filología, Traducción y Comunicación.
Universitat de València.
502 Nota sobre los autores

Esteban Tomás Montoro del Arco. Titular de Universidad. Dpto. de Lengua


Española. Facultad de Filosofía y Letras. Universidad de Granada.
Mercedes Quilis Merín. Titular de Universidad. Dpto. de Filología Españo-
la. Facultad de Filología, Traducción y Comunicación. Universitat de
València.
Amparo Ricós Vidal. Titular de Universidad. Dpto. de Filología Española.
Facultad de Filología, Traducción y Comunicación. Universitat de Va-
lència.
Julia Sanmartín Sáez. Titular de Universidad. Dpto. de Filología Española.
Facultad de Filología, Traducción y Comunicación. Universitat de Va-
lència.

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