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La Biblia Como Único Escrito De Suficiencia Última para el Cristiano

José M. Luna

Introducción

Desde que la fe cristiana fue establecida por nuestro Señor Jesucristo por medio

de sus apóstoles, varios escritos han surgido clamando tener autoridad para el

cristiano. En medio de tantos escritos, además de los producidos por los padres

primeros de la iglesia primitiva y los que le sucedieron, nos vemos obligados a hacer la

pregunta, ¿es suficiente la Biblia hoy para vivir a plenitud la fe cristiana, para amar a

Dios perfectamente y para obedecerle como Él manda? Y siendo que la doctrina de la

suficiencia de la Escritura ha sido tan atacada, principalmente por nuestras propias

iglesias evangélicas, en forma de métodos mundanos para atraer a las multitudes,

revelaciones extrabíblicas, y algunas formas de consejos psicológicos que se basan

más en fuentes exteriores que en la Biblia; se hace más real la pregunta, ¿es

realmente la Biblia sola adecuada para vivir la vida cristiana en su máxima capacidad?

Es el objetivo de este ensayo demostrar que las Escrituras son suficientes para

el creyente en cuanto a amar a Dios perfectamente y a obedecerle de manera perfecta.

En cuanto a la suficiencia de las Escrituras, Grudem dice lo siguiente: “La suficiencia de

la Biblia quiere decir que la Biblia contenía todas las palabras que Dios quería que Su

pueblo tuviera en cada etapa de la historia de la redención, y que ahora contiene todo

lo que necesitamos que Dios nos diga para la salvación, para confiar perfectamente en

Él, y para obedecerle perfectamente.”

(Wayne Grudem, Introducción a la Teología Sistemática, Capítulo 8, pag.131)

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La Revelación de la Voluntad de Dios Para Su Pueblo

A Dios le plugo hablar al hombre personal e íntimamente. Debido a la corrupción

moral que existe en el hombre, Dios decidió soberanamente que el hombre no tan sólo

recitara su Palabra, sino que también las escribiera como un récord de lo que Dios

había comunicado fielmente al hombre. De esa forma, se evitaría que las palabras que

Dios había comunicado a la humanidad se corrompieran con el tiempo.

El primer hombre, Adán, disfrutaba de una perfecta comunión con Dios. Adán

desobedeció a Dios y fruto de esa desobediencia su relación con Dios fue afectada de

manera mortal. Por medio de la caída de Adán el pecado entró al mundo. (Génesis

capítulo 3). Dios, en su sabio juicio y su eterna misericordia, decidió salvar al hombre

de su pecado que lo llevaría a la muerte espiritual. Esta noticia fue anunciada por los

profetas a nuestros Padres muchas veces y de varias maneras y finalmente, en los

últimos días fue anunciada por medio de Su Hijo. (Hebreos 1:1). A este récord de todas

las palabras que Dios quería que su pueblo tuviera, le llamamos Escrituras.

Las Santas Escrituras como hoy la poseemos; es decir, todos los libros que

conforman nuestra Biblia no siempre estuvieron todos juntos ni mucho menos fueron

escritos todos por los mismos autores ni al mismo tiempo. Más bien, fueron escritos por

varios autores, unos conocidos y otros anónimos, en varias épocas durante el

transcurso de cientos de años. Cada uno de estos libros, oráculos o cartas tenía como

propósito instruir a la generación y a la gente que fue entregada originalmente. Pero

también quedaban escritas como un récord de las Palabras que Dios quería que Su

Pueblo tuviera. De esta maravillosa manera, las generaciones futuras las pondrían en

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práctica, es decir, obedecerían las palabras que heredaron de los padres para amar al

Señor su Dios y servirle como Él indicaba que se le amara y se le sirviera.

F.F. Bruce dice en cuanto a los escritos que hemos recibido como legado los

padres de los primeros siglos: “algunos dicen que aceptan el canon tradicional como la

Palabra de Dios escrita porque le ha sido entregada de forma tal. Otros dicen que, si el

canon tradicional es en verdad la Palabra de Dios escrita, habrá el criterio reconocible

que lo denote como tal.” (F.F. Bruce, El Canon de las Escrituras, capítulo 22, pág. 499,

iBooks)

Los Distintos Tiempos de la Revelación Divina

En cada una de las etapas en las que Dios habló a Su Pueblo, Sus palabras

fueron suficientes para ese momento dado; suficientes en el sentido de que ellos no

necesitaban buscar en ninguna otra fuente, ni tampoco en ningún otro libro, ni a través

de experiencias ni cualquier otro tipo de revelaciones para amar a Dios y servirle

fielmente como Él le agradaba que se hiciera. En contraste, en ellas se encontraba

cada detalle que Dios quería ensenarles. Si algún mandato o norma no se encontraba

en las Leyes dadas por Dios, no se esperaba que el pueblo la obedeciera. Sin

embargo, el pueblo a quien se le dirigía estas palabras en varias ocasiones se tornó a

otras fuentes, a falsas religiones y a dioses ajenos a ellos.

¿Por qué razón el pueblo se tornaba a otras fuentes, a dioses falsos en vez de a las

Palabras del Dios Vivo, si la palabra dada por Dios era suficiente?

La razón por la que el pueblo se tornaba a otras fuentes en vez de al Dios verdadero es

la misma razón por la que en la actualidad, nosotros, los cristianos, nos apartamos de

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los santos mandamientos de Dios dados en Su Palabra para seguir nuestros propios

dioses falsos; nuestros malvados corazones inclinados al mal.

El que las Palabras de Dios sean suficientes no significa que a quienes éstas

sean dirigidas, personas totalmente depravadas, no traten de buscar otras fuentes

autoritativas para complementarlas. Este es el caso de la iglesia Católica Romana, y ha

sido el caso del pueblo judío de los tiempos de Jesús y anteriores. En el caso de los

judíos, Dios les dio la Ley y Los Profetas; todo lo que Dios quería que ellos tuvieran lo

tenían para que ellos pudieran amar y obedecer al Señor perfectamente. Sin embargo,

los judíos no se conformaban con sólo la palabra que habían recibido, sino que a ésta

añadían la tradición de los ancianos, y daban preferencia cuando les convenía a la

tradición de los ancianos por encima de la Ley de Dios.

En Mateo 15:1-9 vemos lo siguiente:

Entonces se acercaron a Jesús algunos escribas y fariseos de Jerusalén,

diciendo: ¿Por qué tus discípulos quebrantan la tradición de los ancianos? Pues no se

lavan las manos cuando comen pan. Y respondiendo El, les dijo: ¿Por qué también

vosotros quebrantáis el mandamiento de Dios a causa de vuestra tradición?

Porque Dios dijo: “HONRA A tu PADRE Y A tu MADRE,” y: “QUIEN HABLE MAL DE su PADRE O

DE su MADRE, QUE MUERA.” Pero vosotros decís: “Cualquiera que diga a su padre o

a su madre: ‘Es ofrenda a Dios todo lo mío con que pudieras ser ayudado’, no

necesitará más honrar a su padre o a su madre.”

Y así invalidasteis la palabra de Dios por causa de vuestra tradición. ¡Hipócritas! Bien

profetizó Isaías de vosotros cuando dijo:

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“ESTE PUEBLO CON LOS LABIOS ME HONRA,

PERO SU CORAZÓN ESTÁ MUY LEJOS DE MÍ.

“MAS EN VANO ME RINDEN CULTO,

ENSEÑANDO COMO DOCTRINAS PRECEPTOS DE HOMBRES.”

Vemos en estos versos que el corazón de los judíos, siendo nosotros muchas

veces iguales a ellos, estaba lejos de la intención por la cual Dios le había dado la Ley,

para que lo amaran y sirvieran perfectamente, e invalidaban la palabra de Dios por

causa de la tradición de ellos. Es importante notar el verbo en griego “ἠκυρώσατε”

que se traduce como invalidar. También se podría traducir como anular, cancelar o

hacer que no tenga ningún efecto. En otras palabras, los judíos hacían que la Ley de

Dios, la cual era perfectamente suficiente para que ellos amaran a Dios y le honraran,

no tuviera ningún efecto y la cambiaban por tradiciones y preceptos de hombres, los

cuales no eran necesarios para la salvación de ellos.

La iglesia Católica Romana tiene acceso a las mismísimas Palabras de Dios

completadas con la revelación del Hijo y canonizadas con la guía del Espíritu Santo por

medio de los padres de los primeros siglos. Sin embargo, ellos, aunque no dicen que la

Biblia no sea suficiente; dicen que la Biblia es parcialmente suficiente.

El Ministerio de Apologética e Investigación Cristiana (MIAPIC) lo declara de la manera

siguiente:

“La iglesia Católica Romana dice que la Biblia es materialmente suficiente pero no

formalmente suficiente. Materialmente suficiente significa que todo lo que el cristiano

necesita para creer es encontrado en las Escrituras. Formalmente suficiente significa

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que, para entender las Escrituras, la Iglesia Católica Romana tiene que interpretarlas.

El problema aquí es que esta posición sujeta a la Biblia a la interpretación católico-

romana y esencialmente hace a la sagrada tradición católica superior a las Escrituras;

al declarar que la Biblia no puede ser entendida excepto a través del magisterio de la

Iglesia Católica. Debido a que no encontramos doctrinas como la adoración a María,

oraciones a María, su inmaculada concepción, purgatorio, penitencia, etcétera, dentro

de las Sagradas Escrituras (materialmente suficientes), debemos naturalmente

preguntarnos si la visión católico-romana de suficiencia formal es correcta. ¡No lo es!”

(http://www.miapic.com/son-las-escrituras-suficientes)

Debido a los abusos cometidos por la Iglesia Católica Romana, que al igual que

los fariseos utilizaban sus preceptos de hombres para imponérselos a los feligreses y

para conseguir con ellos beneficios para ellos mismos, los reformadores como Martín

Lutero le hicieron oposición y levantaron esas maravillosas cinco Solas siendo una de

estas “Sola Scriptura”. Mas es importante destacar que, aunque la Biblia es suficiente y

aunque la “Escritura Solamente” es la única autoridad última, definitiva e infalible para

entender el plan o la revelación de Dios; no quiere decir que la iglesia no acepte otras

autoridades, credos y confesiones que la iglesia histórica ha dejado como legado a las

generaciones futuras.

La Revelación Divina Para la Salvación del Hombre

La iglesia universal de Cristo en la actualidad goza de una riqueza Bíblica

que otros cristianos de otras épocas no gozaron. Tenemos acceso a todos los escritos

que Dios durante cada etapa de la historia de la redención entregó a Su pueblo. Es por

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eso que, los hijos de Dios de esta época pueden tener una idea más rica y acabada del

plan redentor del Señor con Su pueblo durante todo el tiempo que Dios habló hasta la

culminación de la revelación en el Hijo. Así que, aunque afirmamos que en cada etapa

de la historia de la redención el pueblo tenía todo lo que necesitaba para amar y servir

a Dios perfectamente en ese momento, nosotros hoy en día tenemos una más amplia

comprensión de cuál era la intención y el propósito de Dios en sentido general y en

cada caso particular donde Dios habló. Es importante notar esto, ya que como dice el

Espíritu Santo en la epístola a los hebreos capítulo 2, versículo 3: ¿Cómo escaparemos

nosotros si descuidamos una salvación tan grande? No es que la salvación de nuestros

antepasados antes de la revelación del Hijo haya sido más pequeña o menos eficaz

que la nuestra, sino que a ellos sólo se les mostró de forma velada las cosas venideras;

mientras que, a nosotros, los escogidos de Dios, se nos ha mostrado el panorama

entero. Tenemos todas las piezas que componen el rompecabezas.

De esta forma, podemos decir que la Biblia es maravillosamente suficiente para

nosotros en el siglo XXI ya que en ellas encontramos todo lo que necesitamos hoy que

Dios nos diga para la salvación de nuestras almas, para poder amarle y servirle

perfectamente. Y no sólo eso, sino que también tenemos el pleno entendimiento del

plan revelado de Dios como un todo para la humanidad completa.

La Escritura Dice de Sí Misma que Es Suficiente

Si decimos que la Escritura es suficiente y buscamos en otra fuente distinta a la

Biblia para probar que ella es suficiente; contradecimos la primera premisa con la

segunda y nuestra declaración principal se anula. Por ello, es nuestra tarea utilizar la

“Sola Scriptura” para ver si en ellas verdaderamente se encuentra la doctrina de la

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Suficiencia de la Escritura. En la segunda epístola a Timoteo, capítulo 3, versos 16 al

17 dice: “Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para

corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, equipado

para toda buena obra.”

Al analizar las palabras claves de estos versos en griego nos damos cuenta de

lo siguiente:

a. La palabra que se utiliza como inspirada en español es la palabra griega

θεόπνευστος (theópneustos) que significa literalmente respiradas o exhaladas

por Dios. Es decir, que todas las Escrituras que los agentes humanos

escribieron con sus propias manos fueron, en un sentido, respiradas por Dios

Mismo. Por lo tanto, podemos decir con certeza que Las Escrituras son

perfectas y sin error ya que fueran exhaladas por Dios.

b. Vemos en la siguiente parte del versículo 16 que la Escritura es útil, que también

se podría traducir como beneficiosa o provechosa, para enseñar, para

reprender, para corregir, para instruir en justicia. La palabra que se traduce

como corregir es la palabra griega ἐπανόρθωσις (epanorthósis) que también se

podría traducir como corrección, reforma o restauración a un estado recto de

nuevo.

c. En el versículo 17 Pablo concluye diciendo: “a fin de que el hombre de Dios sea

perfecto, equipado para toda buena obra. La palabra que se traduce como

perfecto en griego es "ἄρτιος"(artios) cuyo significado también podría ser

completo, listo o equipado y se relaciona con la palabra que se traduce como

equipado, en griego ἐξαρτίζω (exartizó) el cual es un derivado de artios y

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también se podría traducir como completar, terminar, amueblar perfectamente,

finalizar, cumplir (como si fuera, completar los días).

(Thayer's Greek Lexicon, https://www.bibletools.org)

Entonces, se puede concluir que la Escritura es suficiente según ella misma para

enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia. En otras palabras, la

Biblia es suficiente para toda buena obra. Por su puesto, toda buena obra incluye la

enseñanza de la sana doctrina ya que con la enseñanza de la sana doctrina se puede

reprender, corregir e instruir en justicia. Por lo tanto, se puede confiadamente decir que

no necesitamos de tradiciones pasadas, ni de preceptos extrabíblicos para llevar a

cabo toda buena obra ya que las Sagradas Escrituras son suficientes para ello.

Es de mucha importancia destacar asimismo que las Sagradas Escrituras son

provechosas para corregir, y se dijo que esta palabra también se podría traducir como

corrección, reforma o restauración a un estado recto de nuevo. ¿Qué es lo que se

pretende corregir, restaurar o reformar? Ni los profetas, ni los apóstoles ni el mismo

Jesús mencionaron que las Escrituras habían errado en algo, al contrario, el hombre

caído es quien toma la Santa Palabra de Dios y la tuerce, para su propia perdición

como lo dijo el apóstol Pedro en 2 Pedro 3:16. Debido a que las Escrituras son

suficientes para reformar lo que se había torcido y restaurar lo que se había dañado, no

necesitamos de la tradición humana para llevar esa tarea a cabo; se puede corregir el

error tan sólo con la Palabra. Por lo tanto, el cristiano puede acudir confiadamente a la

Palabra de Dios como el estándar absoluto de la verdad y con ella exponer el error.

Lo que la Suficiencia de las Escrituras no Significa

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Las Sagradas Escrituras no claman que tienen todo el conocimiento que hay que

tener en cada área del saber que existe en la humanidad, pero si tiene una respuesta

de cómo deben conducirse las otras áreas del saber y establece la base de lo que es

verdadero y de lo que es falso. Entonces, las Escrituras no son suficientes para

aprender todo lo que se debe saber sobre la anatomía humana, pero sí establece que

el ser humana fue creado por Dios y no es producto de la evolución de un microbio. En

el caso anterior, la Escritura es suficiente para sentar la base de lo que es correcto y lo

que es incorrecto. Las Escrituras tampoco son suficientes como manual de conducir

para un conductor de automóvil, pero sí le da los principios a ese conductor de cómo

debería conducirse en la carretera, que debe someterse a las leyes del país, que debe

mostrar amor y respeto al prójimo cuando esté manejando, etcétera.

Por lo tanto, la suficiencia de La Escritura no significa que no se debe estudiar

otras fuentes del saber. No significa que la Biblia es un manual exhaustivo para

cualquier ciencia o carrera universitaria. Ya vimos que la Biblia no es suficiente para

aprender todo lo que se debe saber sobre anatomía, ni para saber cómo se debe

conducir un automóvil, etcétera. Para ponerlo más simple, como dijo John Frame: “la

suficiencia en el contexto presente no es suficiencia de una información específica, sino

suficiencia de palabras divinas. Las Escrituras contienen palabras divinas suficientes

para toda la vida.” (John Frame, Doctrinas de la Palabra de Dios, 221)

Los que Rechazan la Suficiencia de la Escritura

Existen hoy en día varias sectas, religiones y aun denominaciones dentro de la

fe cristiana que rechazan la suficiencia de La Escritura. Sectas tales como el

mormonismo, religiones con un masivo número de adherentes tales la religión falsa del

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islam, e incluso denominaciones dentro de la sombrilla del cristianismo, tales como el

pentecostalismo tradicional y el evangelio de la prosperidad quienes hacen uso de

nuevas revelaciones para suplementar la Santa Revelación dada por Dios.

Los Mormones

Al analizar algunas de sus dogmas, se puede notar el rechazo a la doctrina de la

suficiencia de la Biblia en sus premisas. En el Artículo de Fe del Mormón se distingue lo

siguiente:

a. Creemos que la Biblia es la Palabra de Dios en la medida en que se traduce

correctamente; también creemos que el Libro de Mormón es la Palabra de Dios.

b. Creemos todo lo que Dios ha revelado, todo lo que ahora revela, y creemos que

aún revelará muchas cosas importantes relacionadas con el Reino de Dios.

(Los Artículos de Fe, Art. 8-9, https://www.mormon.org)

Nótese que se comienza diciendo que creen que la Biblia es la palabra de Dios,

pero sutilmente dicen que en la medida que se traduzca correctamente. Ahora, ¿quién

tiene la última palabra en cuanto a la correcta traducción de la Biblia se refiere? El

cuerpo de lideres de los mormones es quien dicta si la traducción de la Biblia es

correcta o no. En su segunda premisa dictan que creen que el Libro de Mormón es la

palabra de Dios. Por lo tanto, el Libro de Mormón tiene la misma autoridad que la

Biblia, ya que éste también es la Palabra de Dios. Se ve aquí que la Biblia solamente

no es suficiente para el mormón, sino que esta tiene que estar acompañada del Libro

de Mormón para su propia claridad y entendimiento. El presidente, Russel L. Nelson,

del Quórum de los Doce Apóstoles lo pone de manera más elegante: “Como

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compañero de la Biblia, el Libro de Mormón es un testigo de la divinidad de Jesucristo y

de Su función como el Salvador del mundo. El Libro de Mormón restaura verdades

claras y preciosas que se han perdido de la Biblia. Cuando estudiamos el Libro de

Mormón, se esclarece nuestro entendimiento de las doctrinas de la Biblia.”

(Russel M. Nelson, El Libro de Mormón y la Biblia, Introducción, https://www.lds.org)

Al analizar el pasaje de 2 Timoteo 3:16-17, nos damos cuenta de que la Biblia no

necesita textos complementarios exteriores a ella para esclarecerla y, por lo tanto, nos

vemos obligados a rechazar el Libro de Mormón. Por lo tanto, concluimos que estas

enseñanzas mormónicas son falsas.

Los Musulmanes

La religión musulmana hace las siguientes declaraciones en cuanto a la Biblia:

a. “Le dimos a Moisés el Libro (la Torá) y mandamos mensajeros después de él.”

(Corán 2:87)

b. “Te hemos hecho una revelación, como hicimos una revelación a Noé y a los

Mensajeros que lo siguieron. Hicimos una revelación a Abraham, Ismael, Isaac,

Jacob, así como a las Tribus, a Jesús, Job, Jonás, Aarón y Salomón, y a David

le dimos los Salmos,” (Corán 4:163).

c. “Es Él quien te ha mandado a ti (paso a paso), el Libro, en verdad, confirmando

lo que era antes que éste, y Él mandó la Ley (de Moisés) y el Evangelio (de

Jesús) antes de esto, como dirección para los hombres, y ha revelado el Criterio

(de juicio entre lo correcto y lo equivocado).” (Corán 3:3-4).

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Según el Corán, Allah (Dios) reveló la Torá, los Salmos y el Evangelio. De los otros

libros de la Biblia no se habla. Los eruditos musulmanes en la actualidad dicen que

estos libros fueron dados por el mismo Dios, pero que con el tiempo se corrompieron.

Debido a la corrupción de la Palabra de Dios por tanto judíos y cristianos, Allah, por

medio del Ángel Gabriel, le reveló al profeta Mahoma el Corán en un transcurso de 23

años. Esta última revelación anula las revelaciones anteriores. Por lo tanto, para el

musulmán no tan sólo la Biblia no es suficiente, sino que ya tampoco tiene validez; ha

caducado. (Brannon M. Wheeler (18 June 2002). Prophets in the Quran: An

Introduction to the Quran and Muslim Exegesis. A&C Black. p. 2.)

Cuando se hace una comparación de la Biblia con el Corán, se puede apreciar

que una contradice a la otra. Según, Dr. Zakir Naik, erudito del islam, la Biblia fue dada

por Dios, pero en los meros primeros siglos fue corrompida por algunos de los

discípulos de Jesús. Este dice que Pablo, por ejemplo, corrompió las enseñanzas de

Jesús ya que lo que Pablo dice de Jesús, no fueron las palabras textuales que Jesús

dijo de Sí Mismo. Jesús, de acuerdo con Dr. Sakir Naik, nunca clamó ser Dios, sino que

al declararse a sí mismo inferior al Padre según Juan 14:28, daba a entender que este

simplemente era un profeta y no Dios Mismo pues, ¿cómo puede ser Dios mayor que

Dios? (Zakir Naik, Q&A, https://zakirnaikqa.wordpress.com)

Según FF Bruce, los musulmanes reconocen la Biblia hebrea (la tawrat) y el

Nuevo Testamento (el injil) como las revelaciones primitivas de Dios, pero éstos se

complementan con la revelación entregada al Profeta, el Qu’rán (recitado), el libro por

excelencia. (El Canon de las Escrituras, p.19) Claramente, el musulmán está negado a

aceptar la suficiencia de la Escritura. Sin embargo, en el Corán se dice que los

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Evangelios, la Torá y los Salmos fueron inspirados por Dios. El problema aquí está

cuando los mismo Evangelios que el Corán clama hayan sido inspirados por Dios,

contradice lo que el falso profeta Mahoma enseñó. Entonces, para ellos ser

consistentes con su teología, es decir, para hacer que el Corán tenga sentido para

ellos, se ven obligados a decir que la Biblia fue corrompida.

El equipo de Answering Islam (respondiendo al islam) lo pone de esta forma:

La única conclusión posible de nuestro estudio del Corán es que las copias de la

verdadera Torá y el verdadero Evangelio estaban presentes en La Meca y en Medina

en el tiempo de Mahoma. Además, dado que ningún musulmán ha sacado de una de

las grandes bibliotecas islámicas un antiguo manuscrito de una Torá diferente o un

Evangelio diferente, y como ningún descubrimiento arqueológico ha mostrado citas

talladas que difieran de la Torá y del Evangelio presentes con nosotros ahora. Hay

suficiente evidencia para estar firmemente convencido de que los libros que estaban

disponibles en La Meca durante la vida de Mahoma eran idénticos a la Torá y al

Evangelio que hoy poseemos. (Campbell, https://answering-islam.org)

Por lo tanto, debido a que la Biblia clama ser suficiente, como claramente se ve

en 2 Timoteo 3:16-17, el cristiano naturalmente debe rechazar cualquier nueva

revelación, especialmente si ésta contradice las Sagradas Escrituras, como es el caso

de la falsa aclamación de la fe musulmana.

La Suficiencia de la Biblia en la Vida del Creyente

La suficiencia de la Escritura en la vida del creyente significa que ya éste no

necesita ninguna otra revelación aparte de las Santas Escrituras para la salvación de

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su alma, para amar y obedecer a Dios perfectamente; y para equiparlo para la vida y el

servicio cristiano. Pablo, como ya se ha demostrado, en 2 Timoteo 3:15-17 se refiere a

la suficiencia de la Escritura cuando dice: “Desde tu niñez conoces las Sagradas

Escrituras, que pueden darte la sabiduría necesaria para la salvación mediante la fe en

Cristo Jesús. Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para

reprender, para corregir y para instruir en la justicia, a fin de que el siervo de Dios esté

enteramente capacitado para toda buena obra.”

En la Vida Espiritual

Así que el creyente tiene todo lo que necesita en la Biblia para vivir una vida

plena y agradable a Dios en la tierra, y para conseguir la sabiduría necesaria para la

salvación mediante la fe en Jesús. ¿Por qué la doctrina de la suficiencia de la Escritura

es importante para el creyente? Debido a la tendencia del hombre, y el creyente no es

diferente, de buscar y confiar en otras soluciones a los problemas de la vida, es de vital

importancia entender que las Sagradas Escrituras son suficientes para dar esas

respuestas a esos problemas. David, en Salmos 19:7-9, con gran elocuencia dice de la

suficiencia de la Escritura: “La ley de Jehová es perfecta, que restaura el alma; el

testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo. Los mandamientos de Jehová

son rectos, que alegran el corazón; El precepto de Jehová es puro, que alumbra los

ojos. El temor de Jehová es limpio, que permanece para siempre; Los juicios de Jehová

son verdad, todos justos".

Aquí se puede notar que el creyente encuentra en la Escritura restauración para su

alma quebrantada, sabiduría que educa al inexperimentado, alegría para el corazón

deprimido, alumbramiento por si está en tinieblas, y una confianza en la seguridad

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eterna de su Palabra. En todos estos casos, la Escritura es suficiente para el creyente;

por tal razón, el cristiano debe venir confiado a la Palabra de Dios sabiendo que en ella

encontrará todo lo que necesita conocer en cuanto a la salvación, y todo lo que

necesita tener en cuanto a su equipamiento ministerial.

En las Decisiones Cotidianas

Finalmente, es importante notar otro aspecto de la suficiencia de la Escritura, la

afirmación de que los caminos de Dios son superiores a los nuestros. El profeta Isaías

en el capítulo 55, verso 9 nos lo señala más claramente: "Como son más altos los

cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis

pensamientos más que vuestros pensamientos". Lo que para el hombre puede parecer

la respuesta más lógica desde una perspectiva meramente humana, puede que no

refleje los principios encontrados en la Sagradas Escrituras. Este fue el caso del profeta

Samuel cuando fue a escoger un rey que reemplazara al rey Saúl. “Pero YHVH dijo a

Samuel: No mires su aspecto, ni lo grande de su estatura, porque lo he rechazado,

porque Yo no miro como mira el hombre, porque el hombre mira lo que hay ante sus

ojos, pero YHVH mira el corazón.” (I Samuel 16:7, BTX)

Conclusión

Aunque no se debe restarles importancia a las grandes obras de los pensadores

cristianos de todos los tiempos, es importante concluir que la Biblia es suficiente para el

pleno conocimiento de Dios aparte de cualquier obra literaria cristiana, para establecer

los principios de organización y servicios en la iglesia, y como la regla última de la ética

y el comportamiento cristiano; sin ésta necesitar nada de ninguna otra obra literaria.

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BIBLIOGRAFIA

La Biblia de Latinoamérica (LBLA)

La Biblia Textual (BTX)

El Corán (Traducido por Julio Cortés)

Wayne Grudem, Introducción a la Teología Sistemática

F.F. Bruce, El Canon de las Escrituras

John Frame, Doctrinas de la Palabra de Dios

Russel M. Nelson, El Libro de Mormón y la Biblia

Brannon M. Wheeler, Prophets in the Quran: An Introduction to the Quran and Muslim

Exegesis

Thayer's Greek Lexicon

http://www.miapic.com/son-las-escrituras-suficientes

https://www.mormon.org

https://www.lds.org

Zakir Naik, Q&A, https://zakirnaikqa.wordpress.com

Campbell, https://answering-islam.org

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