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“Estrategias de autocuidado para

profesionales del área de salud mental”

¿Cómo influyen diferentes estrategias de autocuidado en la


práctica y resultados de los terapeutas?

Ps. María Inés Pesqueira y Lic Ps. Fernanda Figueroa

El presente artículo trata sobre una serie de evidencias, basadas en resultados de


investigación, que muestran estrategias de autocuidado para profesionales que integran
equipos de salud mental. Entenderemos autocuidado como el proceso en el cual el terapeuta
interviene en la promoción, prevención y tratamiento de su propia salud (Figley, 2002;
Hesse, 2002; Richardson, 2001).

Desde hace 15 años aproximadamente el tema del cuidado del terapeuta ha tenido
un mayor revuelo y atención, lo que ha sido un gran avance ya que los profesionales de la
salud no solían hacerlo. Uno de los datos más relevantes que ha mostrado la investigación,
es que los profesionales del área de la salud tienden, por diversas circunstancias (contexto
laboral, características personales, vocación e intereses), a presentar mayores dificultades
que otras profesiones frente al autocuidado. Es decir, a los terapeutas se les hace más
complejo poder mirarse a ellos mismos, sus necesidades y velar por su propio bienestar,
entre otros asuntos relacionados con el autocuidado. Esto resulta a su vez paradójico, ya
que ellos trabajan con las personas para promover cambios que generen mayor bienestar en
la vida y a su vez son los profesionales que más les cuesta poder ayudarse a sí mismos o
pedir ayuda cuando lo necesitan. Si bien, muchos de ellos buscan el autocuidado a través de
la realización de psicoterapia personal, y aunque esto aporta de manera significativa a la
experiencia del terapeuta, no es la única forma para hacerse cargo de este tema ni la más
efectiva. El propósito de este artículo es mostrar otras herramientas que la investigación a
descrito como poderosas para aportar al bienestar de los terapeutas: formación y
supervisión, capacidad de organización, y cultura de feedback.
En relación a lo anterior, es crucial tomar que al parecer vocación y capacitación no
son suficientes para asegurar buenos resultados, y esto podría afectar de manera negativa a
los pacientes. Según Wampold y Brown (2005) los pacientes atribuyen el éxito de su
terapia a la persona del terapeuta. Si los terapeutas no son capaces de responsabilizarse por
su autocuidado y no le dan la importancia que corresponde a este asunto, no están mirando
su propio bienestar ni lo que podrían hacer para mejorar su desempeño profesioanl. Es así
como Corvella y Botella (2004, Wampold, 2011) plantean que el bienestar emocional es
una constante en los terapeutas que obtienen mejores resultados en psicoterapia. Los
terapeutas al preocuparse por su autocuidado permiten cultivar y mejorar uno de los
recursos más importantes dentro de nuestro trabajo: nuestra persona.

Estrategias de Autocuidado y bienestar profesional

¿Cuáles podrían ser buenas estrategias de cuidado?

En primer lugar se propone la formación y supervisión, saber lo que estamos haciendo


y sentir que como profesionales estamos haciendo bien las cosas cuando desempeñamos la
labor que nos compete (o que estamos en proceso para lograrlo). Esto disminuye el estrés y
permite disfrutar nuestro trabajo (Hirsch 2012).

¿De qué manera podemos hacerlo? En este sentido lo principal es el “desarrollo


profesional”, ya que los logros en nuestro desempeño laboral fomentan nuestro bienestar.
Para esto es importante aprender a manejar en profundidad una técnica, las intervenciones
que se desprenden de ella y la aplicación clínica posible.

También, la permanente supervisión clinica, permite tomar distancia del proceso y


reevaluar lo que uno hace con los pacientes gracias a la experiencia, el feedback y la
orientación que nos puede brindar. Además, es un espacio que nos provee contención
emocional, lo que se hace fundamental por la exposición a relatos de sufrimiento y nos da
la posibilidad de sentir un trabajo equipo, donde existe apoyo y reduce el asilamiento
propio de nuestra profesión.
De esta forma nos acercamos a saber lo que estamos haciendo y obtener buenos
resultados.

Por otro lado, elegir un modelo teórico respetando el estilo personal que uno tiene
como terapeuta. Y uno de los puntos que no se pueden olvidar, es siempre mantenerse
actualizado en resultados de investigación en psicoterapia, que es efectivo y que no, es
nuestra responsabilidad conocerlo y nos permite innovar e integrar nuevas prácticas y
perspectivas a nuestro quehacer clínico. De este modo nos acercamos a crecer como
profesionales.

Por último en la práctica clínica, es necesario permitir equivocarse, ya que es la única


manera de ir aprendiendo y mejorando. Equivocarse permite aprender, y aprender permite
crecer. Este es un proceso continuo y circular, en el cual se sugiere estar dispuesto a revisar
constantemente nuestro trabajo y reflexionar en qué podemos mejorar.

De esta manera, podremos obtener mejores resultados, contribuyendo al avance y la


validación social de nuestra disciplina.

En segundo lugar, se propone desarrollar capacidad de organización. Aprender a


manejar en forma adecuada las distintas actividades que desempeñamos como psicólogos.
Entre ellas están: determinar el número de pacientes difíciles a los que podemos atender, ya
que de lo contrario podemos sobrepasarnos por la complejidad de los casos, si trabajamos
en equipo tratar de mantener un clima laboral positivo, contar con ciclos de descanso,
aprender a distribuir tanto las actividades laborales como las de esparcimiento y saber
discernir entre lo que es urgente de lo que es importante, ya que muchas veces creemos que
todo es una urgencia y actuamos conforme a eso.

La idea es promover calidad, efectividad y bienestar en nuestro ámbito laboral.


En tercer lugar, se propone una cultura de feedback (retroalimentación) que vamos
recibiendo de otros en base al trabajo que realizamos. Para poder recibirlo constantemente,
es necesario ir construyendo fuentes de feedback, en 3 direcciones: nuestros clientes, pares
y supervisores. Tradicionalmente ha sido bien reconocido lo mucho que aporta a nuestro
desempeño el feedback de un experto. Sin embargo, es más novedoso el planteamiento del
feedback de nuestros clientes. Sostenemos que nuestros clientes son los que mejor nos
enseñaran a hacer psicoterapia. De esta manera, no nos quedamos solo con las creencias y
preguntas acerca de cómo lo estaré haciendo, sino que obtendremos esta valiosa
informaciónse de las personas adecuadas.

Finalmente, parece importante concluir la influencia recíproca entre nuestra práctica


profesional y nuestro bienestar personal.

¿Qué haremos diferente ahora que sabemos la importancia que tiene el autocuidado?

Nos parece que este es el momento de ser responsables con nosotros mismos y con
nuestros clientes. Si se invierte en autocuidado, a través de las estrategias antes
mencionadas (formación y supervisión, capacidad de organización, y cultura de
feedback), estamos contribuyendo a nuestro bienestar personal y profesional, asi como a la
validación social de nuestra disciplina.

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