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La importancia

de la
comunicación

Redacción
jurídica
La importancia de la
comunicación
La palabra como medio de la
comunicación
Como dijimos en los módulos anteriores la lengua posibilita al hombre
simbolizar, representar, expresar su mundo interior (sentimientos,
pensamientos, experiencias), actuar eficazmente en los intercambios
sociales, organizar su entorno, conocer y reflexionar sobre el hombre y la
sociedad y desarrollar competencias para el uso formal del discurso verbal.
El lenguaje es un instrumento a través del cual se preserva, transmite y
transforma los saberes históricamente acumulados.

Según Carolina Alzate Cadavid (Directora del


Departamento de Humanidades y Literatura de la
Universidad de los Andes en Bogotá) “La clave de una lectura provechosa
es interrogar a cada instante el texto para descifrar los mensajes,
compararlos, diferenciarlos, e incluirlos en una red ordenada de relaciones
con la información que el lector ya posee”. (ALZATE CADAVID, Carolina. En
Revista Lenguaje y Textos, Sociedad Española de Lengua y Literatura, s/d.)

Tradicionalmente se consideraba que la comprensión consistía sólo


en extraer el significado transmitido por un texto, y donde el papel del
lector se reducía a buscar dicho significado. Desde otras perspectivas
actuales se sostiene que el significado resulta de la interacción entre el
contenido del texto y lo que el lector aporta en la lectura. Eso supone
que el lector construye nuevos significados a partir del texto y de sus
propias condiciones de comprensión y recepción. Estas condiciones
incorporan conocimientos previos,
estructuras cognoscitivas, competencias lingüísticas,
representaciones textuales, determinaciones psicológicas y
socioculturales del emisor y del receptor, su sistema de creencias, valores y
las intencionalidades del mismo.
El texto es parte del proceso creador, pero debe considerarse en relación con
las actividades del lector y las situaciones contextuales. Las
situaciones contextuales quedan registradas en el texto como condiciones
de producción, por lo tanto interesan la época, el autor, los movimientos y

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los géneros literarios en cuanto aportan elementos para la construcción del
sentido del texto, relacionándolas con conocimientos provenientes de las
ciencias y las artes.

El contexto es la condición de posibilidad para el encuadre del texto


dentro de una situación comunicativa determinada y para la asignación
de un sentido.

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Oralidad y escritura
Es un error considerar que las normas que regulan la lengua escrita son
iguales a las que regulan la oralidad. No se escribe como se habla.

En los intercambios orales las personas que se comunican están presentes


en un tiempo y/o espacio común; comparten una situación comunicativa;
usan el lenguaje y se expresan también a través de gestos, miradas,
entonación, tono de voz, pausas, énfasis, posiciones corporales de
comunicación muestran ideas, sentimientos, emociones que afirman,
niegan, enfatizan o ponen en duda lo que se dice. A su vez “hablan” de quien
lo dice y ponen en evidencia aspectos de su personalidad,
intencionalidades, deseos, necesidades. Estos códigos no verbales
no aparecen en la comunicación escrita, dado que no se comparte un
espacio y un tiempo común. En dicha comunicación la ausencia de
quienes se comunican concentra la significación en la lengua escrita.
También existen diferencias en relación a las condiciones de recepción.

En dicha situación el texto requiere ser comprendido en el momento de la


emisión para evitar que su sentido se distorsione; en cambio en la expresión
escrita el texto puede ser releído. Este proceso facilita diversas lecturas del
mismo.

Otro aspecto a considerar es la escritura y los tiempos de producción de


textos orales y escritos. La escritura permite borrar y reescribir pero no
ofrece la posibilidad de rectificar cuando el texto ya no pertenece al autor.
En cambio en la oralidad no se puede borrar pero sí rectificar, aclarar y
explicar aquello que se percibe como un obstáculo para la comunicación.

Por otra parte, si bien hay diferencias significativas en el uso de la lengua


oral y escrita, en ambas es de fundamental importancia la relación entre
ideas, intención y uso del lenguaje.

La oralidad y escritura comparten algunos principios básicos para el uso de


la lengua.

Principios básicos para la expresión oral y escrita


COHERENCIA: el texto refleja la relación entre ideas, intención y uso de la
lengua. Todas las ideas están vinculadas entre sí alrededor de un tema
principal que las abarca.

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COHESIÓN: uso correcto de recursos de cohesión y conectores de acuerdo
con la progresión temática y a las relaciones que se establecen entre si, las
ideas en las oraciones.
CORRECCIÓN: Uso correcto de las normas ortográficas y cuestiones
textuales, morfosintácticas y lexicales.
ADECUACIÓN: Uso de la lengua de acuerdo con la situación. Uso correcto
de variaciones lingüísticas y registros.

Coherencia
Todas las partes de un texto deben estar relacionadas entre sí para que
tengan coherencia. Por ello, tanto en los textos orales como en los
escritos, el emisor elige un tema y lo expone de un modo organizado
y lógico para que el receptor lo interprete. A medida que el texto avanza, la
información que brinda sobre el tema aumenta, progresa. A esto se le llama
progresión temática y generalmente, en los textos escritos, estas nuevas
unidades de información coinciden con la división de párrafos.

Actividad. La importancia de la Coherencia.


Las frases siguientes forman el cuento” Música para una

vaca” de Mou Zi, autor chino del siglo II después de Cristo. Para
poder leerlo es necesario ordenarlas coherentemente (las
mayúsculas y la puntuación les servirán de ayuda):

y el mugido de los terneritos.


Se puso entonces a imitar en su quin el zumbido de las moscas
“No es que ella no la oiga, es mi música que no le interesa” el
célebre músico Gong Mingyi tocó música clásica anta la vaca se
acercó al músico para escuchar hasta el final la vaca paró la
oreja y, -se dijo el músico-. y ésta continuó pastando como si
nada. Un día, la música que, esta vez, tenía un significado para ella.
balanceando su cola,
Al instante,

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Cohesión
La cohesión es el conjunto de relaciones que existen entre las palabras de
un texto. Es la manera en que se relacionan estas ideas, por ejemplo,
a través de los conectores o de la formación de un campo semántico. Estas
relaciones pueden ser gramaticales o léxicas.

Veamos, en primer lugar, cuáles son los recursos de cohesión léxica que se
utilizan en los textos.

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Fuente: Libro “Aprendamos Lengua” – Miriam Delgado e Isabel Ferrero de Ellena.

Veamos ahora los recursos de cohesión gramatical que podemos


encontrar.

Fuente: Libro “Aprendamos Lengua” – Miriam Delgado e Isabel Ferrero de Ellena.

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Para reconocer la referencia como recurso de cohesión, se hace necesario
saber los pronombres.

El pronombre es una clase de palabra que se utiliza como recurso de


cohesión para sustituir a los sustantivos y evitar, de esta manera, la
repetición de palabras.

La palabra “pronombre” proviene del latín (pro: “en lugar de” y nomen:
“nombre”; es decir “en lugar del nombre”. Es una palabra que no tiene un
significado fijo, sino ocasional, pues depende de los cambios del hablante y
del modo en que se va desarrollando el discurso. No caracterizan al objeto
que designan. Por ejemplo:

Los niños comieron la merienda que les había traído la madre.

Si no existieran los pronombres, la oración sería:

Los niños comieron la merienda que la madre había traído a los


niños.

Los pronombres no tienen referente fijo, son palabras vacías que se van
llenando con el significado que les otorgan los vocablos que lo rodean.

Se clasifican en:

1) Pronombres personales

Nombran a las personas que intervienen en la comunicación (1º y 2º) y a


otras personas o cosas de las que se habla (3º persona).

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Algunos pronombres personales se unen a formas verbales: nombrarte,
mirarlo, sentarme. Son los pronombres enclíticos.

Cuando hablamos de
clases de palabras,
hacemos referencia a que
nuestra lengua es muy rica;
de hecho en un diccionario
común podemos encontrar
alrededor de cien mil
palabras. La gramática,
una herramienta necesaria,
nos permite clasificarlas en
ocho grupos básicos: 2) Pronombres posesivos.
artículos, sustantivos,
adjetivos, verbos, Indican pertenencia o posesión. Funcionan como sustantivos cuando
adverbios, preposiciones, aparecen solos y como adjetivos cuando acompañan al sustantivo.
pronombres, y
conjunciones.

Es muy importante su EJEMPLO:


reconocimiento para
descubrir las relaciones que Ése libro es mío (“mío” funciona como sustantivo).
establecen en la oración
(sintaxis), el significado Te traje mi libro (“mi” funciona como adjetivo).
que denotan (semántica) y
las variaciones en su forma
(morfología), para así
poder perfeccionar el arte
de escribir.

3) Pronombres demostrativos.

Señalan la cercanía o lejanía de los objetos respecto del emisor y del


receptor. Funcionan como sustantivos cuando aparecen solos y como
adjetivos cuando acompañan al sustantivo.

EJEMPLO:

Esta es mi casa (“esta” funciona como sustantivo).

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Esta casa está en venta (“esta” funciona como adjetivo).

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Referencias
DELGADO, Miriam e Isabel FERRERO DE ELLENA (2006), "Aprendamos Lengua", 2º
edición, Córdoba, editorial Comunic-arte.

ALZATE CADAVID, Carolina. En Revista Lenguaje y Textos, Sociedad Española de


Lengua y Literatura, s/d.

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