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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2126/2012

QUEJOSO: GUSTAVO DÁVILA MARTÍNEZ

MINISTRA MARGARITA BEATRIZ LUNA RAMOS


SECRETARIO ALFREDO VILLEDA AYALA

Vo. Bo.
México, Distrito Federal. Acuerdo de la Segunda Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, correspondiente al día
veintiuno de noviembre de dos mil doce.
Cotejó:

V I S T O S; y, R E S U L T A N D O:

PRIMERO. Por escrito presentado el ocho de febrero de dos


mil doce, ante la Oficialía de Partes del Tribunal de lo
Contencioso Administrativo del Estado de Nuevo León, Gustavo
Dávila Martínez, por su propio derecho, promovió juicio de
amparo directo en contra de la resolución de dieciséis de
diciembre de dos mil once, dictada por la Segunda Sala
Ordinaria de dicho Tribunal en el juicio contencioso
administrativo número 506/2009 y su acumulado 600/2009.

SEGUNDO. El Presidente del Primer Tribunal Colegiado en


Materia Administrativa del Cuarto Circuito, mediante proveído de
dieciséis de marzo de dos mil doce, admitió la demanda, la
registró con el número 76/2012, y previos trámites de ley, dicho
órgano colegiado resolvió conceder el amparo al quejoso
conforme las consideraciones esenciales siguientes:

“NOVENO: Es infundado el concepto de violación


primero y, el segundo fundado.

Contrario con lo que alega la quejosa, en su


carácter de Delegado del Ministerio Público sí se
ubica dentro de los supuestos del artículo 123,
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apartado b), fracción XIII, segundo párrafo de la


Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, esto, en razón de que forma parte de la
institución del Ministerio Público.

En efecto, conforme lo dispone el artículo 21,


Constitucional, la investigación de los delitos
compete al Ministerio Público y a las policías, los
cuales actuarán bajo la ejecución y mando del (sic)
aquél en el ejercicio de esa función.

Por su parte, el artículo 25, de la Constitución


Política del Estado de Nuevo León, establece que la
investigación y persecución de los delitos
corresponde al Ministerio Público que se auxiliará
con una policía que estará bajo se (sic) autoridad.

Así, la Ley Orgánica de la Procuraduría General de


Justicia en el Estado de Nuevo León, prevé la
organización y funcionamiento de la citada
Procuraduría.

En este sentido, el artículo 26, párrafo primero de la


citada ley, dispone la competencia del Ministerio
Público, misma que se ejercerá a través de los
Agentes del Ministerio Público, a la vez precisa las
facultades de los Secretarios y Delegados del
Ministerio Público, las cuales coinciden con las del
primero en mención.

Al respecto los artículos 23, 25 y 26, de la Ley


Orgánica de la Procuraduría General de Justicia en
el Estado de Nuevo León, dicen:
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‘Artículo 23.’ (Se transcribe)


‘Artículo 25.’ (Se transcribe)
‘Artículo 26.’ (Se transcribe)

De lo anterior se advierte, que los Delegados del


Ministerio Público, además de formar parte de la
institución del Ministerio Público, tiene como
atribuciones la de recibir denuncias, acusaciones o
querellas sobre acciones u omisiones que puedan
constituir delitos, levantar actas sobre hechos
presumiblemente delictuosos, investigar los delitos
del orden común, practicar diligencias para la
integración de las averiguaciones previas, allegarse
de pruebas para la acreditación de algún delito y la
probable responsabilidad de quienes hubieran
intervenido, asegurar los bienes, instrumentos,
huellas, objetos, vestigios o productos
relacionados con los hechos delictuosos.

Además de llevar el registro de existencia,


distribución, control y trámite de los objetos que
constituyen el instrumento del delito y de los que
en general se recojan por la Policía Ministerial en el
transcurso de la investigación, bajo su más estricta
responsabilidad.

En razón de lo cual, sí le es aplicable lo dispuesto


por el artículo 123, apartado b), fracción XIII,
segundo párrafo de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, a efecto de no ser
reinstalado en el puesto que venía desempeñando
dentro de la Procuraduría General de Justicia en el
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Estado de Nuevo León, con el puesto de Delegado


del Ministerio Público que desempeñaba, toda vez
que, al tratarse de un elemento adscrito a la
institución del Ministerio Público, se ubica dentro
de los supuestos del citado numeral.

Dicho dispositivo prevé que si la autoridad


resolviere que la separación, remoción, baja, cese o
cualquier forma de terminación del servicio fue
injustificada, el Estado sólo está obligado a pagar
la indemnización y demás prestaciones a que
tengan derecho, sin que en ningún caso proceda su
reincorporación, cualquiera que sea el resultado del
juicio o medio de defensa que se hubiere
promovido.

Al respecto, el artículo 123, apartado b), fracción


XIII, segundo párrafo de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos, dice:

‘Artículo 123.’ (Se transcribe)

En tal virtud, como lo resolvió la responsable, no


procede la reincorporación del quejoso al servicio
público que desempeñaba como Delegado del
Ministerio Público, sino sólo el pago de su
indemnización, conforme al artículo 123, fracción
XXII, apartado A), de la Carta Magna, consistente en
tres meses de salario, así como el pago de las
demás prestaciones a que tenía derecho como
funcionario.

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Por otro lado, el concepto de violación segundo se


estima fundado.

Como se precisó, no está en duda que a los


miembros de la institución del Ministerio Público
les resulta aplicable un marco normativo
específico, del que se puede establecer que no
tienen derecho a la estabilidad en el empleo.

También es cierto que la Segunda Sala de nuestro


más Alto Tribunal, emitió la jurisprudencia
2ª./J.119/2011, de rubro: ‘SEGURIDAD PÚBLICA.
PARA DETERMINAR LOS CONCEPTOS QUE DEBEN
INTEGRAR LA INDEMNIZACIÓN ESTABLECIDA EN
EL ARTÍCULO 123, APARTADO B, FRACCIÓN XIII, DE
LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS
UNIDOS MEXICANOS, NO ES APLICABLE, NI AÚN
SUPLETORIAMENTE, LA LEY FEDERAL DEL
TRABAJO’ en la que estableció que con motivo de
que la relación entre el Estado y los policías,
peritos y agentes del Ministerio Público es de
naturaleza administrativa y no laboral, para
determinar los conceptos que deben integrar la
indemnización prevista en el citado precepto
constitucional, debe estarse a lo dispuesto en la
propia Constitución y, en su caso, a las leyes
administrativas correspondientes, sin que pueda
aplicarse, ni aun supletoriamente, la Ley Federal del
Trabajo, pues ello implicaría desconocer el régimen
especial al que están sujetos los referidos
servidores públicos, además de que supondría
conferir a dicha ley alcances que están fuera de su
ámbito material de validez.
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No obstante lo anterior, si se examina con


detenimiento todo el marco normativo a que se
refiere la inconforme, no existe la prohibición de
que a un trabajador de la naturaleza del quejoso se
le pague como indemnización tres meses de
salario, veinte días de salario por año laborado,
pago proporcional de vacaciones y aguinaldo, así
como cualquier otra prestación a que la parte
quejosa tuviera derecho, así como los salarios y
emolumentos que haya dejado de percibir desde la
fecha de su baja y hasta el momento en que se
pague la indemnización, cuando fue separado de su
empleo injustamente.

Así, no está a discusión la inaplicabilidad o


violación a una norma específica que regule las
relaciones entre el Estado y las instituciones del
Ministerio Público, por lo que, a pesar de la mera
referencia que se hizo en la sentencia reclamada al
marco normativo no sirve para resolver el derecho
(salarios caídos) que introdujo la responsable, pues
conforme a las reformas constitucionales
publicadas en el Diario Oficial de la Federación los
días seis y diez de junio de dos mil once, obliga a
los juzgadores a eliminar tecnicismos y
formalismos extremos en el juicio de amparo.

En efecto, de la exposición de motivos relativa a la


reforma constitucional de seis de junio de dos mil
once, se advierte que uno de los objetivos centrales
de esa iniciativa, era llevar a cabo una reforma
integral al juicio de amparo, como instrumento de
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control constitucional más importante que se tiene


en el ordenamiento jurídico mexicano, con el
propósito de fortalecerlo a partir de la eliminación
de tecnicismos y formalismos extremos que han
dificultado su accesibilidad y, en consecuencia, su
ámbito de protección; ampliar su marco de
protección a fin de que mediante el juicio de
amparo se protejan de manera directa, además de
las garantías que preveía nuestra Constitución, los
derechos contenidos en los instrumentos
internacionales que en materia de derechos
humanos ha ratificado el Estado mexicano;
configurando así un sistema completo y dinámico,
abierto a criterios internacionales, orientado a la
materialidad de la justicia social, ajeno a
formalismos, accesible a los grupos vulnerables,
que garantizará la actualización de las intenciones
del Constituyente originario que adelantándose a
su tiempo y de manera visionaria previó estos
contenidos esenciales que ahora conforman los
pilares fundamentales del Estado moderno.

Por otro lado, la reforma constitucional de diez de


junio de dos mil once, en materia de derechos
humanos, evidencia el reconocimiento de la
progresividad de los derechos humanos mediante
la expresión clara del principio pro persona como
rector de la interpretación y aplicación de las
normas jurídicas, que favorezcan y brinden mayor
protección a las personas.

Conforme con lo cual, se estima fundado el


concepto de violación de la quejosa, pues le asiste
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el derecho para que su indemnización se integre


con el importe de tres meses de salario, veinte días
de salario por año laborado, pago proporcional de
vacaciones y aguinaldo, así como cualquier otra
prestación a que la parte quejosa tuviera derecho,
así como los salarios y emolumentos que haya
dejado de percibir desde la fecha de su baja y hasta
el momento en que se pague la indemnización,
pues ello deriva de una mera omisión
desafortunada o se trata realmente de un derecho
que debe ser protegido sin cortapisas por las
propias autoridades demandadas en el juicio de
nulidad, pues la referencia a que el marco
normativo que rige las relaciones entre el Estado y
los miembros de las instituciones del Ministerio
Público no reconoce esos derechos obligan a este
Tribunal a hacer el pronunciamiento respectivo.

Más aún, porque las cuestiones concernientes al


pago de los salarios derivan del reconocimiento en
un derecho fundamentalmente que hizo la propia
Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos al reconocerlo como un derecho
humano.

En relación con el tema relativo al monto de la


indemnización a los miembros del Ministerio
Público, prevista en el artículo 123, Apartado B,
fracción XIII, de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, la Segunda Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, al resolver
el amparo directo en revisión 1051/2011, el

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veintidós de junio de dos mil once, estableció, en lo


conducente, que:

‘La separación, remoción o cese de un miembro de


alguna institución policial, considerado como
injustificado por resolución firme de una autoridad
jurisdiccional, no sólo representa un acto fuera de la
legalidad, sino también privativo de uno de los más
elementales derechos de los seres humanos: el de
ocupación como una forma de proveerse de recursos
económicos para la manutención personal y de la
familia.’

Por tanto, el caso versa sobre un derecho humano


del quejoso, consistente en la ocupación como una
forma de proveerse de recursos económicos para
la manutención personal y de la familia, respecto
del que el Estado debe garantizar una igualdad de
trato y evitar cualquier discriminación sobre el
particular.

En esos términos, si el derecho al pago de la


indemnización del quejoso, integrada por el importe
de tres meses de salario, veinte días de salario por
año laborado, pago proporcional de vacaciones y
aguinaldo, así como cualquier otra prestación a que
la parte quejosa tuviera derecho, así como los
salarios y emolumentos que haya dejado de
percibir desde la fecha de su baja y hasta el
momento en que se pague la indemnización, se
encuentra contenido en la Ley Federal del Trabajo
que no rige las relaciones entre el Estado y los
miembros del Ministerio Público, surge la
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interrogante si esa prestación debe ser extensiva


para éstos.

En efecto, dado que el marco normativo que regula


las relaciones entre el Estado y los miembros de la
institución del Ministerio Público, como el quejoso,
no reconoce como prestación a favor de éstos el
pago del importe de tres meses de salario, veinte
días de salario por año laborado, pago proporcional
de vacaciones y aguinaldo, así como cualquier otra
prestación a que la parte quejosa tuviera derecho,
así como los salarios y emolumentos que haya
dejado de percibir desde la fecha de su baja y hasta
el momento en que se pague la indemnización, en
caso de separación injustificada, lo que sí se hace
en la Ley Federal del Trabajo a favor de los
trabajadores que dicha legislación comprende, el
problema a dilucidar es simplemente reconocer o
no el pago de esas prestaciones en favor del
interesado.

En concepto de este Tribunal Colegiado, debe


efectuarse el pago a la quejosa del importe de tres
meses de salario, veinte días de salario por año
laborado, pago proporcional de vacaciones y
aguinaldo, así como cualquier otra prestación a que
la parte quejosa tuviera derecho, así como los
salarios y emolumentos que haya dejado de
percibir desde la fecha de su baja y hasta el
momento en que se pague la indemnización, de
conformidad con la interpretación que corresponde
hacer en términos de lo que establecen los
artículos 1° y 133 de la Constitución Política de los
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Estados Unidos Mexicanos, así como la


determinación de la Suprema Corte de Justicia de
la Nación, en la ejecutoria de catorce de julio de
dos mil once, que emitió al resolver el expediente
Varios 912/2010.

El artículo 1° de la Constitución Política de los


Estados Unidos Mexicanos, establece:

‘Art. 1°.’ (Se transcribe)

De acuerdo con el precepto constitucional de


previa inserción, es obligación de todas las
autoridades, en el ámbito de sus respectivas
competencias, proteger y garantizar los derechos
humanos reconocidos en la propia Constitución
Federal así como en los tratados internacionales de
los que el Estado Mexicano sea parte.

Del mismo modo, corresponde interpretar las


normas relativas a los derechos humanos de
conformidad con la Carta Magna y con los tratados
internacionales de la materia, favoreciendo en todo
tiempo a las personas la protección más amplia.

Igualmente, queda prohibida toda discriminación,


cualquiera que sea su origen, que atente contra la
dignidad humana y tenga por objeto anular o
menoscabar los derechos y libertades de las
personas.

En relación con lo anterior, el Pleno de la Suprema


Corte de Justicia de la Nación, mediante ejecutoria
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de catorce de julio de dos mil once, que emitió al


resolver el expediente Varios 912/2010, estableció
lo que, en lo conducente, se reproduce enseguida:

‘23. SÉPTIMO.’ (Se transcribe)

De acuerdo con lo hasta aquí expuesto, en el


análisis de la cuestión planteada, corresponde a
este órgano jurisdiccional preferir los derechos
humanos contenidos en la Constitución Federal y
en los Tratados Internacionales de los que el
Estado mexicano sea parte, aun a pesar de las
disposiciones en contrario establecidas en
cualquier norma inferior. Esto es, ejercer el control
de convencionalidad previsto en los artículos 1° y
133 de la Carta Magna, cuyo parámetro de análisis
se integra por todos los derechos humanos
contenidos en la propia Constitución Federal, en la
jurisprudencia emitida por el Poder Judicial de la
Federación así como en los Tratados
Internacionales en los que el Estado mexicano sea
parte; en los criterios vinculantes de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos establecidos
en las sentencias en las que el Estado Mexicano
haya sido parte y criterios orientadores de la
jurisprudencia y precedentes de la citada Corte,
cuando el Estado Mexicano no haya sido parte,
favoreciendo en todo tiempo a las personas la
protección más amplia, para de esa manera
asegurar la primacía y aplicación efectiva de los
derechos humanos de referencia.

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Al quedar establecido el marco de análisis para


determinar el problema de si son o no aplicables
las reglas contenidas en la Ley Federal del Trabajo,
que regula las relaciones comprendidas en el
artículo 123, Apartado A, de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos, a los sujetos
comprendidos en el Apartado B, de dicho precepto
constitucional, procede realizar las
consideraciones interpretativas a las que este
Tribunal Colegiado se encuentra plenamente
facultado.

Sobre el particular, como ya se indicó, en el artículo


1° de la Carta Magna se prohíbe toda
discriminación que tenga por objeto anular o
menoscabar los derechos de las personas.

No se desatiende que el Pleno de la Suprema Corte


de Justicia de la Nación ya estableció que existe
desigualdad entre las relaciones que existen entre
los particulares y entre el Estado y los miembros de
las instituciones policiales.

En efecto, en la contradicción de tesis 11/94, el


Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación
estableció que la primera distinción radica en la
puerta de acceso a la relación jurídica; así, el
obrero entra a ella mediante un contrato que con
todas las peculiaridades que el derecho del trabajo
le señala como propias, es susceptible de permitir
la individualización de los derechos y obligaciones
de las partes; en cambio, el empleado público entra
a la relación jurídica por un acto unión o acto
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condición, que ha sido definido como una


manifestación de voluntad, en ejercicio de un poder
legal, que inviste a una persona de una situación
general, impersonal y objetiva, esto es, de un status
legal preexistente.

Otra distinción que destacó, es que la prestación de


un trabajo personal subordinado a otra persona
mediante el pago de un salario, produce el efecto
de un contrato laboral, de acuerdo con el artículo
20 de la Ley Federal del Trabajo, agregando el
artículo 21 del mismo ordenamiento que se
presume el contrato y la relación de trabajo entre el
que presta un servicio personal y el que lo recibe;
tal efecto y presunción no se admiten en la relación
Estado-empleado, pues los artículos 3o. y 12 de la
Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del
Estado, señalan que sólo puede ser trabajador de
este tipo el que tenga nombramiento expedido por
funcionario facultado para ello, o por estar incluido
en lista de raya, tratándose de trabajadores
temporales.

Por otra parte, destacó que las convenciones entre


patrón y obrero son válidas en la relación laboral,
mientras benefician a éste; en cambio, las
convenciones que puedan existir entre el titular de
la dependencia burocrática y el empleado, aunque
sean benéficas para el prestador del servicio, son
nulas si están al margen del status marcado por la
ley.

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Abundó, que el patrón no puede cambiar


unilateralmente las condiciones de trabajo del
obrero, sino sólo mediante resolución de la Junta
de Conciliación y Arbitraje, de acuerdo con los
artículos 57 y 426 de la Ley Federal del Trabajo. El
Estado, en contraste, sí puede hacerlo en ejercicio
de su soberanía, en los términos del artículo 73,
fracción XI, de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos; en el mismo sentido,
en lo esencial, se pronunció el Pleno al resolver el
veinticinco de abril de mil novecientos setenta y
dos, el amparo en revisión 8357/64 promovido por
trabajadores al servicio del gobierno del Estado de
Nuevo León que reclamaban una reforma legal a su
status (Informe de 1972, p. 319-320).

Señaló, que la circunstancia de que los empleados


públicos como titulares de órganos, estén sujetos
en su actuación a lo marcado por las normas
jurídicas, establece otra característica distinta
importante, pues el artículo 128 constitucional les
impone la obligación de rendir la protesta de
guardar la Constitución y las leyes que de ella
emanen, antes de tomar posesión del cargo,
obligación que no tienen los obreros.

También destacó que en la relación patrón-obrero


predomina el interés económico personal de las
partes, pues el trabajador persigue una retribución
salarial y el empresario la obtención de un lucro; en
cambio, en la relación Estado-empleado, priva el
interés del servicio, sin desconocer el que sobre las

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prestaciones económicas tenga el titular del


órgano.

Otra distinción relevante entre ambas relaciones, la


hizo consistir en que en la existente entre patrón y
obrero, el derecho tiende a lograr el equilibrio entre
capital y trabajo como factores de la producción; el
derecho de trabajo ha sido calificada como un
derecho de ‘clase’, porque se ha considerado
impuesto por la clase trabajadora a la clase
capitalista, o como un derecho de y para los
trabajadores, característica que no es posible
encontrar en la relación jurídica existente entre el
Estado y sus servidores, como ha resuelto esa
Suprema Corte en varias ejecutorias, entre las
cuales pueden citarse las consultables en el
Semanario Judicial de la Federación, Quinta Época,
Tomo XXV, p. 918 y Tomo LXXVII, p. 2126.

Indicó que la sinopsis de esta última en lo que


interesa, establece:

‘...aun cuando es cierto que, en términos generales,


existe una relación de trabajo entre el poder público y
sus servidores, también lo es que esta relación no tiene
las características de un verdadero contrato de trabajo,
supuesto que ésta tiende esencialmente a regular las
actividades del capital y del trabajo como factores de la
producción, o sea, en funciones económicas, lo que no
sucede tratándose del poder público y sus empleados,
atenta la organización política y social, porque las
funciones encomendadas al Estado no persiguen
ningún fin económico, sino más bien, un objetivo de
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control para la convivencia de los componentes de la


sociedad...’

Así, concluyó que ambas relaciones examinadas


son de derecho público, pero mientras en la
existente entre el patrón y el obrero se pone énfasis
en la finalidad protectora del trabajador, según se
infiere del artículo 123 constitucional, Apartado A,
fracción XXVII, en la relación Estado-empleado el
régimen de imperatividad, sin ser ajeno al
resguardo de los derechos de las personas que
fungen como titulares de los órganos, hace
hincapié en el objeto de la relación que es el
desempeño de las atribuciones del Estado.

Como corolario de las características acabadas de


mencionar, enfatizó, los trabajadores al servicio del
Estado se hallan sujetos a las responsabilidades
específicas que establecen los artículos 108 a 114
de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos y las leyes, entre ellas, la Ley Federal de
Responsabilidades de los Servidores Públicos;
asimismo, sólo ellos, como empleados públicos,
pueden ser responsables de ciertos delitos, como
los de ejercicio indebido de funciones, abuso de
autoridad, cohecho, peculado y concusión
(artículos 214, 215, 222, 223 y 218 del Código
Penal), responsabilidades y delitos inaplicables al
obrero en el desempeño de su trabajo o con motivo
de él.

En resumen, señaló que el examen de las


discrepancias o diferencias acabadas de señalar,
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revela que todas ellas provienen, en esencia, de


dos características básicas de la relación Estado-
empleado: en primer lugar, la naturaleza soberana
de aquél, uno de los sujetos de esa relación, cuya
voluntad orgánica se integra con la de los
empleados, en contraste con la relación existente
entre el patrón y el obrero, donde ambos sujetos
son particulares; y en segundo, la naturaleza del
servicio prestado, que es el desenvolvimiento y
ejecución de las atribuciones encomendadas al
Estado por el régimen jurídico, lo que no existe en
la relación laboral.

Así, la naturaleza de las funciones obliga a darles


un trato distinto que ya fue determinado por la
Suprema Corte de Justicia de la Nación en la
jurisprudencia: ‘POLICÍAS MUNICIPALES Y
JUDICIALES AL SERVICIO DEL GOBIERNO DEL
ESTADO DE MEXICO Y DE SUS MUNICIPIOS. SU
RELACIÓN JURÍDICA ES DE NATURALEZA
ADMINISTRATIVA.’

No obstante lo anterior, en cuanto al pago de la


indemnización en caso de separación injustificada,
debe resolverse si esa naturaleza distinta de
funciones los hace o no partícipes del beneficio
que tienen ya reconocidos unos y al respecto se
estima que como las prestaciones constituyen un
reconocimiento al desempeño, no debe existir en
ese sentido distingo.

De hacerlo, implicaría darle un trato distintivo y


discriminatorio a los trabajadores de las
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instituciones del Ministerio Público porque


habiendo desarrollado un esfuerzo y prestado su
trabajo para obtener el salario, no son
recompensados en la misma manera que los
trabajadores en general, peor aún, cuando en el
desempeño de este tipo de funciones se exigen
cualidades mayores que a un trabajador general,
pues de conformidad con el artículo 2°, párrafo
segundo, de la Ley de Seguridad Pública para el
Estado de Nuevo León, los elementos de las
instituciones del Ministerio Público se encuentran
obligados a desempeñarse con respeto a los
principios de legalidad, objetividad, eficiencia,
profesionalismo, honradez y respeto a los derechos
humanos, lo que necesariamente exige de cierto
grado de profesionalización.

En esas condiciones, no reconocer el trato


igualitario en ese sentido no solo implica
discriminarlos sino además desalentar la
participación de las personas que pudieran tener
interés y vocación por ese servicio porque después
de hacerlo no serían reconocidos con un mínimo de
derechos como con los que se reconoce a los
trabajadores en general.

Ahora bien, el artículo 133 de la Constitución


Política de los Estados Unidos Mexicanos, dispone:

‘Artículo 133.’ (Se transcribe)

El precepto constitucional de previa inserción


establece un control de convencionalidad oficioso
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en un modelo de control difuso de


constitucionalidad, lo que obliga a considerar las
normas internacionales que rigen sobre el
particular.

En el caso, en el Convenio Relativo a la


Discriminación en Materia de Empleo y Ocupación,
del que el Estado mexicano forma parte, publicado
en el Diario Oficial de la Federación el once de
agosto de mil novecientos sesenta y dos, se
establece en lo conducente:

‘Artículo 1
1.- A los efectos de este Convenio, el término
discriminación comprende:

a).- Cualquier distinción, exclusión o preferencia


basada en motivos de raza, color, sexo, religión,
opinión política, ascendencia nacional u origen social,
que tenga por efecto anular o alterar la igualdad de
oportunidades o de trato en el empleo y la ocupación;

b).- Cualquier otra distinción, exlusión (sic) o


preferencia que tenga por efecto anular o alterar la
igualdad de oportunidades o de trato en el empleo u
ocupación, que podrá ser especificada por el miembro
interesado previa consulta con las organizaciones
representativas de empleadores y de trabajadores,
cuando dichas organizaciones existan, y con otros
organismos apropiados.

2.- Las distinciones, exclusiones o preferencias


basadas en las calificaciones exigidas para un empleo
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determinado no serán consideradas como


discriminación.

3.- A los efectos de este Convenio, los términos empleo


y ocupación incluyen tanto el acceso a los medios de
formación profesional y la admisión en el empleo y en
las diversas ocupaciones, como también las
condiciones de trabajo.’

‘Artículo 2
Todo miembro para el cual este Convenio se halle en
vigor se obliga a formular y llevar a cabo una política
nacional que promueva, por métodos adecuados a las
condiciones y a la práctica nacionales, la igualdad de
oportunidades y de trato en materia de empleo y
ocupación, con objeto de eliminar cualquier
discriminación a este respecto.
…’

De conformidad con las disposiciones transcritas,


el término discriminación comprende cualquier
distinción, exclusión o preferencia que tenga por
objeto anular o alterar la igualdad de trato en el
empleo u ocupación y el Estado mexicano se
encuentra obligado a garantizar la igualdad de trato
en materia de empleo y ocupación, con el propósito
de eliminar cualquier discriminación a este
respecto.

En el caso, el problema a dilucidar deriva de que el


artículo 123, Apartado B, fracción XIII, de la
Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos dispone que en caso de separación
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injustificada, entre otros, de los miembros de las


instituciones del Ministerio Público, como el ahora
quejoso, el Estado sólo estará obligado a pagar la
indemnización y demás prestaciones a que tenga
derecho, sin que en ningún caso proceda su
reincorporación al servicio, cualquiera que sea el
resultado del juicio o medio de defensa que se
hubiere promovido.

Corresponde a este Tribunal Colegiado determinar


cómo es que debe integrarse la indemnización que
le corresponde al quejoso, con motivo de que su
relación con el Estado es de naturaleza
administrativa y no laboral, esto es, con el importe
de tres meses de salario, veinte días de salario por
año laborado, pago proporcional de vacaciones,
aguinaldo, cualquier otra prestación a la que la
parte quejosa tuviera derecho, así como los
salarios y emolumentos que hubiera dejado de
percibir, desde la fecha de su baja y hasta el
momento en que se le pague la indemnización
aludida, tal como lo prevé la Ley Federal del
Trabajo; o bien, con el concepto de tres meses de
salario, conforme lo dispone el artículo 123,
Apartado A, fracción XXII, de la Constitución
Federal.

Para la resolución de la cuestión planteada, es


importante precisar que con motivo de que en el
artículo 123, Apartado B, fracción XIII, de la
Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos no se establece la manera en debe (sic)
calcularse la indemnización, en caso de separación
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injustificada, entre otros, de los miembros de las


instituciones del Ministerio Público, como el ahora
quejoso, dicho precepto constitucional ya ha sido
interpretado por la Suprema Corte de Justicia de la
Nación.

Más aún, como ya se indicó, la Segunda Sala de


nuestro más Alto Tribunal, emitió la jurisprudencia
2ª./J.119/2011, de rubro: ‘SEGURIDAD PÚBLICA.
PARA DETERMINAR LOS CONCEPTOS QUE DEBEN
INTEGRAR LA INDEMNIZACIÓN ESTABLECIDA EN
EL ARTÍCULO 123, APARTADO B, FRACCIÓN XIII, DE
LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS
UNIDOS MEXICANOS, NO ES APLICABLE, NI AÚN
SUPLETORIAMENTE, LA LEY FEDERAL DEL
TRABAJO’, en la que estableció que con motivo de
que la relación entre el Estado y los policías,
peritos y agentes del Ministerio Público es de
naturaleza administrativa y no laboral, para
determinar los conceptos que deben integrar la
indemnización prevista en el citado precepto
constitucional, debe estarse a lo dispuesto en la
propia Constitución y, en su caso, a las leyes
administrativas correspondientes, sin que pueda
aplicarse, ni aun supletoriamente, la Ley Federal del
Trabajo, pues ello implicaría desconocer el régimen
especial al que están sujetos los referidos
servidores públicos, además de que supondría
conferir a dicha ley alcances que están fuera de su
ámbito material de validez.

No obstante lo anterior, con fundamento en los


artículos 1° y 133, de la Constitución Política de los
23
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2126/2012

Estados Unidos Mexicanos, a fin de asegurar la


primacía y aplicación efectiva del derecho humano
del quejoso, consistente en la ocupación como una
forma de proveerse de recursos económicos para
la manutención personal y de la familia, reconocido
en el Convenio Relativo a la Discriminación en
Materia de Empleo y Ocupación, del que el Estado
Mexicano forma parte, publicado en el Diario Oficial
de la Federación el once de agosto de mil
novecientos sesenta y dos, que constriñe a hacer
efectiva una igualdad de trato en materia de empleo
y ocupación, con el objeto de eliminar cualquier
discriminación a este respecto, para garantizarle
una protección más amplia de la que se establece
en el artículo 123, Apartado B, fracción XIII, de la
Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, que prevé su derecho a que se le pague
una indemnización, procede desaplicar, en el caso
concreto, las diversas reglas que en la
interpretación de ese precepto constitucional ha
establecido la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, en el sentido de que para determinar los
conceptos que deben integrar la aludida
indemnización, debe estarse a lo dispuesto en la
propia Constitución y, en su caso, a las leyes
administrativas correspondientes, sin que pueda
aplicarse, ni aun supletoriamente, la Ley Federal del
Trabajo.

En efecto, una interpretación conforme en sentido


amplio de lo dispuesto por el artículo 123, Apartado
B, fracción XIII, de la Carta Magna, en relación con
los artículos 1° y 133, del propio ordenamiento
24
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2126/2012

Constitucional y con los Artículos Primero y


Segundo del Convenio Relativo a la Discriminación
en Materia de Empleo y Ocupación, del que el
Estado mexicano forma parte, publicado en el
Diario Oficial de la Federación, el once de agosto de
mil novecientos sesenta y dos, permite establecer
que debe prevalecer la protección más amplia para
la quejosa.

Así, la determinación a que llega este tribunal evita


una distinción entre los trabajadores comprendidos
en el apartado ‘A’ del artículo 123 de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos y los que
se comprenden en el apartado ‘B’, del citado
precepto constitucional, como el quejoso, a fin de
otorgar un trato igual en el derecho a la
indemnización, que comprenda los mismos
conceptos, en caso de separación injustificada de
su empleo.

De manera que, no obstante que en el artículo 123,


Apartado B, fracción XIII, de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos, no se establece
el monto de la indemnización que debe cubrirse a
los miembros de las instituciones del Ministerio
Público de la Federación, del Distrito Federal, de
los Estados o de los Municipios en caso de despido
injustificado; y que, sobre el particular, la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, ya ha establecido
que para determinar los conceptos que deben
integrar la indemnización prevista en el citado
precepto constitucional, debe estarse a lo
dispuesto en la propia Constitución y, en su caso, a
25
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2126/2012

las leyes administrativas correspondientes, sin que


pueda aplicarse, ni aun supletoriamente, la Ley
Federal del Trabajo; a fin de evitar un trato
discriminatorio que atente contra la igualdad de
trato en el empleo, corresponde hacer efectivo ese
derecho constitucional a favor de la quejosa, en
igualdad de circunstancias que tratándose de los
trabajadores comprendidos en el apartado ‘A’ del
citado precepto constitucional.

En esas condiciones, si las relaciones de trabajo


comprendidas en el artículo 123, Apartado A, de la
Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, se rigen por la Ley Federal del Trabajo y
conforme a este último ordenamiento legal la
indemnización en caso de despido injustificado se
integra por el importe de tres meses de salario,
veinte días de salario por año laborado, pago
proporcional de vacaciones, aguinaldo, cualquier
otra prestación a la que la parte quejosa tuviera
derecho, así como los salarios y emolumentos que
hubiera dejado de percibir, desde la fecha de su
baja y hasta el momento en que se le pague la
indemnización aludida; en el caso, corresponde se
calcule la indemnización del quejoso en esos
términos, en igualdad de trato.

Más aún, porque en términos del artículo 26 en


relación con el 23 y 25, todos de la Ley Orgánica de
la Procuraduría General de Justicia en el Estado de
Nuevo León, los delegados del Ministerio Público
tiene como obligaciones:

26
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2126/2012

‘Artículo 26.’(Se transcribe).


‘Artículo 23.’ (Se transcribe).
‘Artículo 25.’ (Se transcribe).

Así, las funciones que tienen encomendadas, los


elementos de las instituciones del Ministerio
Público como el impetrante de garantías, revelan
que su labor resulta de tal manera substancial para
el orden, la estabilidad y defensa de la Nación, en el
ámbito territorial al que pertenecen, lo que justifica
aún más que en caso de separación injustificada, la
indemnización a que se refiere el artículo 123,
apartado B, fracción XIII, de la Constitución Política
de los Estados Unidos se calcule con los mismos
conceptos que se integra la indemnización
tratándose de un empleado de los comprendidos en
el apartado A del citado precepto constitucional.

Por tanto, debe reconocerse el esfuerzo que


desarrollan con su actividad los elementos que
integran la institución del Ministerio Público, para
mantener en todo momento el orden y la paz social,
pues no se puede soslayar la labor de gran riesgo
que desempeñan a lo largo de su carrera.

En ese sentido, no puede desconocerse su labor


trascendental en la que, en todo momento, está
implícito el riesgo, no sólo su integridad física, sino
también el riesgo económico al que se ven
expuestas sus propias familias. De ahí que no deba
establecerse un trato discriminatorio, como ya
quedó plasmado en párrafos anteriores, en el tema

27
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2126/2012

de la indemnización por la separación de su cargo,


con relación a los trabajadores ordinarios.

Máxime que la Segunda Sala de la Suprema Corte


de Justicia de la Nación, al abordar el tema relativo
al monto de la indemnización a los miembros de los
cuerpos de seguridad pública, prevista en el
artículo 123, Apartado B, fracción XIII, de la
Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, en el amparo directo en revisión
1051/2011, estableció que ‘…si bien la reforma
constitucional privilegió el interés general de la
seguridad pública sobre el interés particular, pues a la
sociedad le interesa contar con instituciones policiales
honestas, profesionales, competentes, eficientes y
eficaces; la prosecución de ese fin constitucional no
debe estar secundado por violación a los derechos de
las personas, ni debe llevarse al extremo de permitir
que las entidades policiales cometan actos ilegales en
perjuicio de los derechos de los servidores públicos, sin
la correspondiente responsabilidad administrativa del
Estado’

Mas aún, la Segunda Sala de la Suprema Corte de


Justicia de la Nación, al resolver la contradicción
de tesis 489/2011, emitió la jurisprudencia 2a./J.
18/2012 (10a.), en donde asentó literalmente:

‘En ese sentido, esta Segunda Sala de la Suprema


Corte de Justicia de la Nación, en congruencia con el
criterio señalado, determina que deben pagarse al
servidor público, miembro de alguna institución policial,
que fue separado del servicio injustificadamente, las
28
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2126/2012

cantidades que por los referidos conceptos pudo


percibir desde el momento en que se concretó la
separación, cese, remoción o baja, y hasta que se
realice el pago de las demás prestaciones a que tenga
derecho, siempre y cuando haya una condena por
aquellos conceptos, pues sólo de esa manera el
Estado puede resarcirlo de manera integral, es decir,
puede indemnizarlo en todo aquello de lo que fue
privado con motivo de la separación.

Lo anterior es así, pese a que las vacaciones, la prima


vacacional y el aguinaldo se generen atendiendo a
trabajo efectivamente realizado, pues en el caso se
está ante una obligación resarcitoria del Estado que
debe ser equivalente a aquello de lo que el servidor
público es privado durante su separación ilegal, no así
a lo efectivamente laborado.’

La jurisprudencia en comento, es del tenor literal


(sic) siguiente:

‘SEGURIDAD PÚBLICA. PROCEDE OTORGAR AL


MIEMBRO DE ALGUNA INSTITUCIÓN POLICIAL, LAS
CANTIDADES QUE POR CONCEPTO DE
VACACIONES, PRIMA VACACIONAL Y AGUINALDO
PUDO PERCIBIR DESDE EL MOMENTO EN QUE SE
CONCRETÓ SU SEPARACIÓN, CESE, REMOCIÓN O
BAJA INJUSTIFICADA Y HASTA AQUEL EN QUE SE
REALICE EL PAGO DE LAS DEMÁS PRESTACIONES
A QUE TENGA DERECHO, SIEMPRE QUE HAYA UNA
CONDENA POR TALES CONCEPTOS’. (Se
transcribe).

29
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2126/2012

Sobre el tema en particular este órgano colegiado,


en sesión plenaria de veinticinco de noviembre de
dos mil once, aprobó las siguientes tesis aisladas,
pendientes de publicación, mismas que se aplican
por analogía al tratarse sobre la Institución del
Ministerio Público, como autoridad persecutora de
los delitos conforme lo dispone el artículo 21,
Constitucional, que a su vez es auxiliada por los
elementos policiacos de que hablan los criterios
que enseguida se reproducen:

CLAVE: TC046001.10AD1

‘RUBRO: POLICÍAS. PARA EL PAGO DE SU


INDEMNIZACIÓN PROCEDE DESAPLICAR LAS
REGLAS QUE, EN LA INTERPRETACIÓN DEL
ARTÍCULO 123, APARTADO B, FRACCIÓN XIII, DE LA
CONSTITUCIÓN FEDERAL, HA ESTABLECIDO LA
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN.

TEXTO: En la jurisprudencia 24/95, de rubro POLICÍAS


MUNICIPALES Y JUDICIALES AL SERVICIO DEL
GOBIERNO DEL ESTADO DE MÉXICO Y DE SUS
MUNICIPIOS. SU RELACIÓN JURÍDICA ES DE
NATURALEZA ADMINISTRATIVA el Pleno de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación estableció que
tanto el artículo 123 de la Constitución Federal, como
las leyes secundarias, reconocen un trato desigual en
las relaciones laborales entre los particulares y para los
miembros de las instituciones policiales. Por su parte,
la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, emitió la jurisprudencia 119/2011, de rubro
SEGURIDAD PÚBLICA. PARA DETERMINAR LOS
30
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2126/2012

CONCEPTOS QUE DEBEN INTEGRAR LA


INDEMNIZACIÓN ESTABLECIDA EN EL ARTÍCULO
123, APARTADO B, FRACCIÓN XIII, DE LA
CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS
UNIDOS MEXICANOS, NO ES APLICABLE, NI AÚN
SUPLETORIAMENTE, LA LEY FEDERAL DEL
TRABAJO. Sin embargo, las reformas constitucionales
publicadas en el Diario Oficial de la Federación los días
seis y diez de junio del año en curso, obligan a los
juzgadores a eliminar tecnicismos y formalismos
extremos en el juicio de amparo y a ampliar su marco
de protección a fin de que mediante el juicio de amparo
se protejan de manera directa, además de las
garantías que preveía nuestra Constitución, los
derechos contenidos en los instrumentos
internacionales que en materia de derechos humanos
ha ratificado el Estado mexicano. En esos términos,
conforme a los artículos 1° y 133, de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos y a la
determinación de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, de catorce de julio de dos mil once, emitida en
el expediente Varios 912/2010; y a fin de asegurar la
primacía y aplicación efectiva del derecho humano
consistente en la ocupación, como una forma de
proveerse de recursos económicos para la
manutención personal y de la familia, reconocido en el
Convenio Relativo a la Discriminación en Materia de
Empleo y Ocupación, del que el Estado mexicano
forma parte, publicado en el Diario Oficial de la
Federación el once de agosto de mil novecientos
sesenta y dos, que constriñe a hacer efectiva la
igualdad en materia de empleo y ocupación y a eliminar
cualquier forma de discriminación; procede desaplicar
31
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2126/2012

las reglas de interpretación que ha establecido la


Suprema Corte de Justicia de la Nación, en el sentido
de que en relación con los policías o encargados de
seguridad pública, debe estarse solo a lo dispuesto en
el artículo 123, Apartado B, de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos y, en su caso, a las
leyes administrativas correspondientes. En efecto, si
las relaciones de trabajo comprendidas en el artículo
123, Apartado A, de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, se rigen por la Ley Federal
del Trabajo y conforme a este ordenamiento la
indemnización, en caso de despido injustificado, se
integra por el importe de tres meses de salario, veinte
días de salario por año laborado, pago proporcional de
vacaciones, aguinaldo, cualquier otra prestación a la
que la parte quejosa tuviera derecho, así como los
salarios y emolumentos que hubiera dejado de percibir,
desde la fecha de su baja y hasta el momento en que
se le pague la indemnización aludida, resulta
evidentemente discriminatorio que los miembros de las
instituciones policiales, que también resientan la
separación injustificada de su empleo, no reciban los
beneficios mínimos que, en ese supuesto, se
establecen para aquéllos, pues ello implica que
respecto de una misma situación jurídica no se logre el
trato igual al que constriñe el Convenio Relativo a la
Discriminación en Materia de Empleo y Ocupación, que
el Estado mexicano se encuentra obligado a respetar y
a hacer cumplir en sus leyes ordinarias. Por tanto, para
hacer efectiva la garantía de igualdad y para
garantizarles una protección equivalente a los
trabajadores en general; y, fundamentalmente, para
eliminar un trato discriminatorio a los miembros
32
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2126/2012

adscritos a los cuerpos de seguridad cuando resientan


la separación injustificada de su empleo, la
indemnización debe calcularse conforme se establece
en la Ley Federal del Trabajo, pues en dicho
ordenamiento se reconocen mejores prestaciones
laborales."
PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA
ADMINISTRATIVA DEL CUARTO CIRCUITO.

PRECEDENTE: Amparo en Revisión 557/2011. Director


de Policía y Director Administrativo, ambos de la
Secretaría de Seguridad Pública y Vialidad y Directora
de Recursos Humanos, todas del Municipio de General
Escobedo, Nuevo León. 14 de octubre de 2011.
Mayoría de votos. Relator de la mayoría: Magistrado
Sergio Eduardo Alvarado Puente. Secretaria: Elsa
Patricia Espinoza Salas.

CLAVE: TC046002.10AD1

"RUBRO: POLICÍAS. LA NATURALEZA DE SUS


FUNCIONES OBLIGA A QUE, ANTE LA SEPARACIÓN
INJUSTIFICADA DE SU EMPLEO, SU
INDEMNIZACIÓN SE CALCULE CON EL MÍNIMO DE
PRESTACIONES ESTABLECIDAS PARA LOS
TRABAJADORES EN GENERAL.

TEXTO: Conforme al artículo 155 de la Ley de


Seguridad Pública para el Estado de Nuevo León, los
integrantes de las instituciones policiales tienen el
deber de velar por la seguridad y protección de los
ciudadanos y de la integridad de sus bienes; proteger
a los menores, ancianos, enfermos, débiles o
33
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2126/2012

incapaces que se encuentran en situaciones de riesgo,


amenaza o peligro en su integridad física y corporal;
atender sin dilación ni objeción alguna las órdenes
emitidas por sus superiores jerárquicos; investigar y
perseguir a delincuentes, así como apoyar en
situaciones de grave riesgo, catástrofes o desastres.
Así, tales funciones son substanciales para el orden, la
estabilidad y la defensa de la sociedad a la que
pertenecen, lo que constriñe a ésta a reconocerles el
esfuerzo que desarrollan para mantener el orden social.
En esos términos, los miembros pertenecientes a los
cuerpos de seguridad que sufran la separación
injustificada de su empleo deben ser indemnizados, en
igualdad de trato, como los trabajadores en general
pues, de no hacerlo, no solo se desconoce su labor
trascendental en la que incluso está implícito el riesgo
a su integridad, sino que se genera un trato
evidentemente discriminatorio, al ni siquiera pagarles el
mínimo de prestaciones que tienen aquellos
trabajadores, y que prohíbe el Convenio Relativo a la
Discriminación en Materia de Empleo y Ocupación,
publicado en el Diario Oficial de la Federación el once
de agosto de mil novecientos sesenta y dos."

PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA


ADMINISTRATIVA DEL CUARTO CIRCUITO.

PRECEDENTE: Amparo en Revisión 557/2011. Director


de Policía y Director Administrativo, ambos de la
Secretaría de Seguridad Pública y Vialidad y Directora
de Recursos Humanos, todas del Municipio de General
Escobedo, Nuevo León. 14 de octubre de 2011.
Mayoría de votos. Relator de la mayoría: Magistrado
34
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2126/2012

Sergio Eduardo Alvarado Puente. Secretaria: Elsa


Patricia Espinoza Salas.

Sobre el tema, este Tribunal Colegiado ya se ha


pronunciado en términos similares al resolver por
unanimidad los amparos en revisión 557/2011,
593/2011, 600/2011, 618/2011 y 658/2011, en
sesiones de catorce de octubre y ocho de
diciembre de dos mil once y diecinueve de enero,
diez y dieciocho de febrero, de dos mil doce,
respectivamente.

Aprobándose los criterios que a la fecha


constituyen jurisprudencia por reiteración, mismos
que se aplican por analogía al tratarse sobre la
Institución del Ministerio Público, como autoridad
persecutora de los delitos conforme lo dispone el
artículo 21, Constitucional, que a su vez es
auxiliada por los elementos policiacos de que
hablan los criterios que enseguida se reproducen:

Tesis IV.1o.A.2 A(10a), visible en el Semanario


Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima
Época, Tomo libro IV, enero de 2012, tomo 5, página
4571, cuyo rubro y texto rezan:

‘POLICÍAS. PARA EL PAGO DE SU INDEMNIZACIÓN


PROCEDE DESAPLICAR LAS REGLAS QUE, EN LA
INTERPRETACIÓN DEL ARTÍCULO 123, APARTADO
B, FRACCIÓN XIII, DE LA CONSTITUCIÓN FEDERAL,
HA ESTABLECIDO LA SUPREMA CORTE DE
JUSTICIA DE LA NACIÓN. En la jurisprudencia 24/95,
de rubro POLICÍAS MUNICIPALES Y JUDICIALES AL
35
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2126/2012

SERVICIO DEL GOBIERNO DEL ESTADO DE


MÉXICO Y DE SUS MUNICIPIOS. SU RELACIÓN
JURÍDICA ES DE NATURALEZA ADMINISTRATIVA el
Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación
estableció que tanto el artículo 123 de la Constitución
Federal, como las leyes secundarias, reconocen un
trato desigual en las relaciones laborales entre los
particulares y para los miembros de las instituciones
policiales. Por su parte, la Segunda Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, emitió la
jurisprudencia 119/2011, de rubro SEGURIDAD
PÚBLICA. PARA DETERMINAR LOS CONCEPTOS
QUE DEBEN INTEGRAR LA INDEMNIZACIÓN
ESTABLECIDA EN EL ARTÍCULO 123, APARTADO B,
FRACCIÓN XIII, DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE
LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS, NO ES
APLICABLE, NI AÚN SUPLETORIAMENTE, LA LEY
FEDERAL DEL TRABAJO. Sin embargo, las reformas
constitucionales publicadas en el Diario Oficial de la
Federación los días seis y diez de junio del año en
curso, obligan a los juzgadores a eliminar tecnicismos y
formalismos extremos en el juicio de amparo y a
ampliar su marco de protección a fin de que mediante
el juicio de amparo se protejan de manera directa,
además de las garantías que preveía nuestra
Constitución, los derechos contenidos en los
instrumentos internacionales que en materia de
derechos humanos ha ratificado el Estado mexicano.
En esos términos, conforme a los artículos 1° y 133, de
la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos y a la determinación de la Suprema Corte
de Justicia de la Nación, de catorce de julio de dos mil
once, emitida en el expediente Varios 912/2010; y a fin
36
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2126/2012

de asegurar la primacía y aplicación efectiva del


derecho humano consistente en la ocupación, como
una forma de proveerse de recursos económicos para
la manutención personal y de la familia, reconocido en
el Convenio Relativo a la Discriminación en Materia de
Empleo y Ocupación, del que el Estado mexicano
forma parte, publicado en el Diario Oficial de la
Federación el once de agosto de mil novecientos
sesenta y dos, que constriñe a hacer efectiva la
igualdad en materia de empleo y ocupación y a eliminar
cualquier forma de discriminación; procede desaplicar
las reglas de interpretación que ha establecido la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, en el sentido
de que en relación con los policías o encargados de
seguridad pública, debe estarse solo a lo dispuesto en
el artículo 123, Apartado B, de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos y, en su caso, a las
leyes administrativas correspondientes. En efecto, si
las relaciones de trabajo comprendidas en el artículo
123, Apartado A, de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, se rigen por la Ley Federal
del Trabajo y conforme a este ordenamiento la
indemnización, en caso de despido injustificado, se
integra por el importe de tres meses de salario, veinte
días de salario por año laborado, pago proporcional de
vacaciones, aguinaldo, cualquier otra prestación a la
que la parte quejosa tuviera derecho, así como los
salarios y emolumentos que hubiera dejado de percibir,
desde la fecha de su baja y hasta el momento en que
se le pague la indemnización aludida, resulta
evidentemente discriminatorio que los miembros de las
instituciones policiales, que también resientan la
separación injustificada de su empleo, no reciban los
37
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2126/2012

beneficios mínimos que, en ese supuesto, se


establecen para aquéllos, pues ello implica que
respecto de una misma situación jurídica no se logre el
trato igual al que constriñe el Convenio Relativo a la
Discriminación en Materia de Empleo y Ocupación, que
el Estado mexicano se encuentra obligado a respetar y
a hacer cumplir en sus leyes ordinarias. Por tanto, para
hacer efectiva la garantía de igualdad y para
garantizarles una protección equivalente a los
trabajadores en general; y, fundamentalmente, para
eliminar un trato discriminatorio a los miembros
adscritos a los cuerpos de seguridad cuando resientan
la separación injustificada de su empleo, la
indemnización debe calcularse conforme se establece
en la Ley Federal del Trabajo, pues en dicho
ordenamiento se reconocen mejores prestaciones
laborales.’

Décima Época, Registro: 2000120, Instancia:


Tribunales Colegiados de Circuito, Tesis Aislada,
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, Libro IV, Enero de 2012, Tomo 5, Materia(s):
Constitucional, Tesis: IV.1o.A.2 A (10a.), Página: 4571.

‘RUBRO: POLICÍAS. LA NATURALEZA DE SUS


FUNCIONES OBLIGA A QUE, ANTE LA SEPARACIÓN
INJUSTIFICADA DE SU EMPLEO, SU
INDEMNIZACIÓN SE CALCULE CON EL MÍNIMO DE
PRESTACIONES ESTABLECIDAS PARA LOS
TRABAJADORES EN GENERAL. Conforme al artículo
155 de la Ley de Seguridad Pública para el Estado de
Nuevo León, los integrantes de las instituciones
policiales tienen el deber de velar por la seguridad y
38
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2126/2012

protección de los ciudadanos y de la integridad de sus


bienes; proteger a los menores, ancianos, enfermos,
débiles o incapaces que se encuentran en situaciones
de riesgo, amenaza o peligro en su integridad física y
corporal; atender sin dilación ni objeción alguna las
órdenes emitidas por sus superiores jerárquicos;
investigar y perseguir a delincuentes, así como apoyar
en situaciones de grave riesgo, catástrofes o desastres.
Así, tales funciones son substanciales para el orden, la
estabilidad y la defensa de la sociedad a la que
pertenecen, lo que constriñe a ésta a reconocerles el
esfuerzo que desarrollan para mantener el orden social.
En esos términos, los miembros pertenecientes a los
cuerpos de seguridad que sufran la separación
injustificada de su empleo deben ser indemnizados, en
igualdad de trato, como los trabajadores en general
pues, de no hacerlo, no solo se desconoce su labor
trascendental en la que incluso está implícito el riesgo
a su integridad, sino que se genera un trato
evidentemente discriminatorio, al ni siquiera pagarles el
mínimo de prestaciones que tienen aquellos
trabajadores, y que prohíbe el Convenio Relativo a la
Discriminación en Materia de Empleo y Ocupación,
publicado en el Diario Oficial de la Federación el once
de agosto de mil novecientos sesenta y dos.’

En consecuencia, al resultar fundado el concepto


de violación segundo, lo procedente es conceder el
amparo y protección de la Justicia Federal
solicitada, para el efecto de que la sala responsable
deje insubsistente la sentencia reclamada y, emita
una nueva en la que, precise los conceptos que
deberá pagarse a la parte actora del juicio
39
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2126/2012

contencioso administrativo siguiendo los


lineamientos de la presente ejecutoria.”

TERCERO. Inconforme con el fallo anterior, el quejoso


Gustavo Dávila Martínez, interpuso recurso de revisión, el cual fue
remitido a esta Suprema Corte de Justicia de la Nación para su
substanciación.

CUARTO. Por auto de once de julio de dos mil doce, el


Presidente de este Alto Tribunal ordenó formar y registrar el toca
de revisión número 2126/2012, relativo al juicio de amparo
promovido por el quejoso y admitió a trámite dicho recurso de
revisión, con reserva del estudio de importancia y trascendencia
que se realizara; asimismo, ordenó hacerlo del conocimiento de la
Procuradora General de la República, para que formulara el
pedimento que estimara conveniente y turnó el asunto para su
estudio a la señora Ministra Margarita Beatriz Luna Ramos,
solicitando su radicación a la Sala de su adscripción.

El Agente del Ministerio Público Federal de la adscripción se


abstuvo de formular pedimento.

Mediante acuerdo de seis de agosto de dos mil doce, el


Presidente de esta Segunda Sala se avocó al conocimiento del
asunto, y ordenó devolverlo a la Ministra Ponente para la
elaboración del proyecto respectivo.

C O N S I D E R A N D O:

PRIMERO. Competencia. Esta Segunda Sala de la Suprema


Corte de Justicia de la Nación, es competente para conocer y
resolver el presente recurso de revisión, de conformidad con lo
dispuesto en los artículos 107, fracción IX, de la Constitución
40
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2126/2012

Política de los Estados Unidos Mexicanos; 11, fracción V y 21,


fracción XI, de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación;
83, fracción V, y 84, fracción II, de la Ley de Amparo; en relación
con los Puntos Primero, fracción I, inciso a) y Segundo, fracción IV
del Acuerdo General Plenario 5/1999, así como el punto Cuarto del
diverso Acuerdo General Plenario 5/2001, publicados en el Diario
Oficial de la Federación, respectivamente, el veintidós de junio de
mil novecientos noventa y nueve, y veintinueve de junio de dos mil
uno; toda vez que se promueve en contra de una resolución
dictada por un Tribunal Colegiado de Circuito, en la cual se realizó
una interpretación del artículo 123, apartado B), fracción XIII,
segundo párrafo, de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, y resulta innecesaria la intervención del Tribunal Pleno.

SEGUNDO. Oportunidad y legitimación. El recurso de


revisión fue interpuesto oportunamente de conformidad con lo
dispuesto en el artículo 86 de la Ley de Amparo, en atención a lo
siguiente:

a) La sentencia se le notificó al quejoso por medio de lista el


miércoles treinta de mayo de dos mil doce (foja 116 del
expediente de amparo);

b) La notificación surtió efectos el día hábil siguiente, esto es, el


jueves treinta y uno de mayo de dos mil doce;

c) El plazo de diez días para impugnar la resolución recurrida,


previsto en el artículo 86 de la Ley de Amparo, transcurrió del
viernes uno al jueves catorce del mes de junio de dos mil
doce;

41
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2126/2012

d) De dicho plazo hay que descontar los días dos, tres, nueve y
diez de junio de dos mil doce, por haber sido sábados y
domingos, respectivamente, de conformidad con lo
establecido en los artículos 23 de la Ley de Amparo y 163 de
la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación;

e) El escrito de agravios se presentó en la Oficina de


Correspondencia Común de los Tribunales Colegiados en
Materia Administrativa del Cuarto Circuito, el miércoles trece
de junio de dos mil doce; consecuentemente, debe
declararse oportuna su presentación, conforme se aprecia
del siguiente calendario:

Mayo 2012

Domingo Lunes Martes Miércoles Jueves Viernes Sábado

1 2 3 4 5

6 7 8 9 10 11 12

13 14 15 16 17 18 19

20 21 22 23 24 25 26

27 28 29 30 31

Junio 2012

Domingo Lunes Martes Miércoles Jueves Viernes Sábado

1 2

3 4 5 6 7 8 9

10 11 12 13 14 15 16

17 18 19 20 21 22 23

24 25 26 27 28 29 30

El promovente del recurso de revisión fue Gustavo Dávila


Martínez, quejoso en el juicio de amparo 76/2012, del que deriva
este recurso de revisión, por tanto está legitimado para

42
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2126/2012

interponerlo, en términos del artículo 5º, fracción I,1 de la Ley de


Amparo.

TERCERO. Antecedentes. Para una mejor comprensión del


asunto conviene relatar los siguientes antecedentes:

23 abril El Visitador General de la Procuraduría General de Justicia


2009 del Estado de Nuevo León, en el expediente VM-073/2009,
resolvió que existía responsabilidad administrativa a cargo
de los servidores públicos Gustavo Dávila Martínez
(quejoso) Gustavo Guadalupe Leal González y Manuel
Rafael Domínguez Luis.
Por tanto, la sanción administrativa correspondiente
consistió en su destitución e inhabilitación temporal para
desempeñar empleos cargos o comisiones de cualquier
naturaleza en el servicio público por un periodo de seis
años.

7 mayo Gustavo Dávila Martínez, interpuso recurso de revocación


2009 en contra de la resolución anterior.

27 mayo El Visitador General de la Procuraduría General de Justicia


2009 del Estado de Nuevo León, confirmó la resolución de 23 de
abril de 2009, que se dictó en el expediente VM-73/2009.

8 junio Gustavo Dávila Martínez, interpuso demanda de nulidad


2009 ante el Tribunal de lo Contencioso Administrativo del
Estado de Nuevo León.

10 julio Previo requerimiento, la Magistrada de la Segunda Sala


2009 Ordinaria del Tribunal de lo Contencioso Administrativo del
Estado de Nuevo León, admitió la demanda suscrita por
Gustavo Dávila Martínez, al cual le correspondió el número
506/2009.

16 julio Gustavo Dávila Martínez, interpuso diversa demanda de


2009 nulidad ante el Tribunal de lo Contencioso Administrativo
del Estado de Nuevo León.

11 agosto Previo requerimiento, la Magistrada de la Primera Sala


1
“Artículo 5o.- Son partes en el juicio de amparo:---I.- El agraviado o agraviados.”

43
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2126/2012

2009 Ordinaria del Tribunal de lo Contencioso Administrativo del


Estado de Nuevo León, admitió la demanda registrándola
con el número 600/2009.

28 La Magistrada de la Segunda Sala Ordinaria del Tribunal


septiembre de lo Contencioso Administrativo del Estado de Nuevo
2009 León, declaró la procedencia de acumulación del juicio
600/2009 del índice de la Primera Sala Ordinaria de dicho
Tribunal, al 506/2009 de su índice.

30 julio La Magistrada de la Segunda Sala Ordinaria declaró la


2010 nulidad lisa y llana de la resolución de 23 de abril de 2009,
en que se fincó responsabilidad administrativa a la parte
actora del juicio de nulidad, así como de la resolución
impugnada de 27 de mayo de 2009, en que se confirmó la
resolución mencionada en primer lugar.

Inconformes con la sentencia definitiva, el Visitador


General de la Procuraduría General de Justicia, el
Consejero Jurídico del Gobernador, el Procurador General
de Justicia del Estado de Nuevo León y la parte actora
Gustavo Dávila Martínez, promovieron recursos de
revisión.

16 de Al resolverse los recursos de revisión el Tribunal de lo


diciembre Contencioso Administrativo del Estado de Nuevo León
2011 declaró infundado lo alegado por la parte actora del juicio
de nulidad y determinó que no procedía que fuera
reinstalado en el puesto de delegado del Ministerio Público.
Asimismo, consideró que las funciones que desempeñaba
el actor como delegado del Ministerio Público, son
atinentes a la institución del Ministerio Público, en términos
de los artículos 23, 25 y 26, de la Ley Orgánica de la
Procuraduría General de Justicia en el Estado de Nuevo
León, por lo que, concluyó, dicha función es susceptible de
pérdida de la confianza.

15 de Inconforme con la anterior resolución, Gustavo Dávila


marzo de Martínez promovió juicio de amparo directo del que tocó
2012 conocer al Primer Tribunal Colegiado en Materia
Administrativa del Cuarto Circuito.

16 marzo El Presidente del Primer Tribunal Colegiado en Materia


44
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2126/2012

2012 Administrativa del Cuarto Circuito admitió el juicio de


amparo y lo registró con el número 76/2012.

24 mayo El Tribunal Colegiado del conocimiento determinó lo


2012 siguiente:
 Consideró infundados los conceptos de violación en
los que el quejoso aducía que debía reinstalársele
en el puesto que venía ocupando antes de su
destitución.
 Por ser contrarios a los artículos 1° y 2° del
Convenio Relativo a la Discriminación en Materia de
Empleo y Ocupación, publicado en el Diario Oficial
de la Federación el 11 de agosto de 1962, declaró
inaplicable la jurisprudencia 119/2011, de rubro
“SEGURIDAD PÚBLICA. PARA DETERMINAR
LOS CONCEPTOS QUE DEBEN INTEGRAR LA
INDEMNIZACIÓN ESTABLECIDA EN EL
ARTÍCULO 123, APARTADO B, FRACCIÓN XIII,
DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS
ESTADOS UNIDOS MEXICANOS, NO ES
APLICABLE, NI AÚN SUPLETORIAMENTE, LA
LEY FEDERAL DEL TRABAJO.”
 Estimó fundados los conceptos de violación en el
sentido de que en caso de separación injustificada
de los elementos de las instituciones del Ministerio
Público, la indemnización a que se refiere el artículo
123, apartado B, fracción XIII, de la Constitución
Política de los Estados Unidos se debe calcular con
los mismos conceptos que se integra la
indemnización tratándose de un empleado de los
comprendidos en el apartado A del citado precepto
constitucional.
 Concedió el amparo al quejoso para el efecto de que
la Sala responsable deje insubsistente la sentencia
reclamada y, emita una nueva en la que, precise los
conceptos que deberá pagarse a la parte actora del
juicio contencioso administrativo siguiendo los
lineamientos de la presente ejecutoria.

45
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2126/2012

CUARTO. Agravios. En el pliego de agravios el quejoso


expuso lo siguiente:

“ÚNICO. Me causa agravio la incorrecta


interpretación que se efectúa en la resolución que
se recurre, del artículo 123, apartado b), fracción
XIII, segundo párrafo de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos, al establecer que
me ubico dentro de los supuestos contenidos en
dicho precepto, en razón de que en el carácter de
delegado del Ministerio Público del Estado de
Nuevo León que venía desempeñando, formaba
parte de la aludida institución, y por tanto, no
procede ordenar mi reinstalación en el citado
puesto aún y que se resolvió mi separación del
mismo fue injustificada.

Lo anterior se estima así, atendiendo a que en el


citado artículo de la Carta Magna no se establece
expresamente la prohibición de reinstalar a los
delegados del Ministerio Público, ni se hace
extensiva tal prohibición a todos los servidores
públicos que formen parte de dicha institución,
sino que, por lo que respecta a la misma, sólo se
hace referencia a los Agentes, pues tal disposición
es limitativa y no enunciativa.

En tales consideraciones, es dable concluir, que en


la resolución recurrida se interpretó
incorrectamente en perjuicio del suscrito, la
disposición constitucional señalada con antelación,
siendo procedente la reinstalación o
reincorporación en el cargo de delegado del
Ministerio Público que venía desempeñando, como
consecuencia de la declaración de nulidad del acto
46
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2126/2012

de autoridad por el que fui separado de dicho


cargo.

Ahora bien, a efecto de dar cumplimiento a lo


dispuesto en el artículo 88 segundo párrafo de la
Ley de Amparo, enseguida se transcribe la parte de
la sentencia recurrida que establece la
interpretación directa del artículo 123, apartado b),
fracción XIII, segundo párrafo de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos.

‘…sí le es aplicable lo dispuesto por el artículo 123,


apartado b), fracción XIII, segundo párrafo de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos,
a efecto de no ser reinstalado en el puesto que venía
desempeñando dentro de la Procuraduría General de
Justicia en el Estado de Nuevo León, con el puesto de
delegado del Ministerio Público que desempeñaba,
toda vez que, al tratarse de un elemento adscrito a la
institución del Ministerio Público, se ubica dentro de los
supuestos del citado numeral.

Dicho dispositivo prevé que si la autoridad resolviere


que la separación, remoción, baja, cese o cualquier
forma de terminación del servicio fue injustificada, el
Estado sólo está obligado a pagar la indemnización y
demás prestaciones a que tengan derecho, sin que en
ningún caso proceda su reincorporación, cualquiera
que sea el resultado del juicio o medio de defensa que
se hubiere promovido.’

Por lo anteriormente expuesto solicito:

Se declare que en la resolución recurrida se


interpretó incorrectamente en mi perjuicio el
artículo 123, apartado B), fracción XIII, segundo

47
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2126/2012

párrafo de la Constitución Política de los Estados


Unidos Mexicanos, y en consecuencia, se ordene
mi reincorporación al servicio público en el puesto
de delegado del Ministerio Público del Estado de
Nuevo León que venía desempeñando.”

QUINTO. Materia de la revisión. El Tribunal Colegiado del


conocimiento consideró que tratándose de la separación
injustificada de los elementos de las instituciones del Ministerio
Público ─como es el caso del quejoso─ la indemnización a que se
refiere el artículo 123, apartado B, fracción XIII, de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos se debe calcular con los
mismos conceptos con los que se integra la de un empleado de los
comprendidos en el apartado A del citado precepto constitucional,
por lo que concedió el amparo para el efecto de que la Sala
responsable emitiera una nueva resolución en la que precisara los
conceptos que deberán pagarse a la parte actora del juicio
contencioso administrativo, siguiendo los lineamientos de la
resolución recurrida.

En cambio, dicho Tribunal Colegiado declaró infundados los


conceptos de violación en los que el quejoso aducía que debía de
reinstalársele en el puesto que venía ocupando antes de su
destitución, único aspecto que ahora controvierte en sus agravios.

Consecuentemente, por no haberse impugnado por la parte


tercero perjudicada a quien pudo causar perjuicio la concesión del
amparo, la materia de la revisión exclusivamente se circunscribirá
a examinar, en su caso, si conforme al artículo 123, apartado B,
fracción XIII, de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, los destinatarios de este precepto constitucional tienen
o no derecho a la reinstalación en el puesto en que se
desempeñaban antes de la separación, remoción, baja, cese o
cualquier otra forma de terminación del servicio.

48
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2126/2012

Conviene puntualizar que no obstante lo dispuesto en el


artículo 192 de la Ley de Amparo, el cual prevé que “La
jurisprudencia que establezca la Suprema Corte de Justicia,
funcionando en Pleno o en Salas, es obligatoria para éstas en
tratándose de la que decrete el Pleno, y además para los
Tribunales Unitarios y Colegiados de Circuito, los juzgados de
Distrito, los tribunales militares y judiciales del orden común
de los Estados y del Distrito Federal, y tribunales
administrativos y del trabajo, locales o federales.”; el Tribunal
Colegiado del conocimiento para poder conceder el amparo al
quejoso desaplicó la jurisprudencia 2a./J. 119/2011 de esta
Segunda Sala, porque en su concepto el criterio interpretativo que
contiene viola los artículos 1° y 2° del Convenio Relativo a la
Discriminación en Materia de Empleo y Ocupación, publicado en el
Diario Oficial de la Federación el once de agosto de mil
novecientos sesenta y dos; empero, como esa inaplicación no es
susceptible de examinarse sin agravio de parte interesada, no es el
caso de emitir pronunciamiento alguno sobre tal cuestión, a pesar
de la inobservancia de dicha disposición de la Ley de Amparo.

Al margen de lo anterior, no está por demás señalar que esta


práctica de desaplicar la jurisprudencia emitida por la Suprema
Corte de Justicia de la Nación no está autorizada en ninguna
disposición legal.

Además, la seguridad jurídica que proporcionan esos criterios


vinculantes no puede desconocerse so pretexto de su posible
contradicción con alguna norma convencional, pues tampoco
existe precepto jurídico alguno que permita a los Tribunales
Colegiados objetar tales criterios, ni siquiera porque en su
concepto infrinjan tratados en materia de derechos humanos.

En efecto, el artículo 1° de la Constitución Federal al disponer


que las normas relativas a los derechos humanos se interpretarán
de conformidad con ella y con los tratados internacionales de la
49
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2126/2012

materia favoreciendo en todo tiempo a las personas la protección


más amplia, solamente instituyó un método hermenéutico para la
solución de conflictos en los que esté bajo examen el alcance de
los derechos humanos, el cual permite acudir a una interpretación
extensiva para reconocer esos derechos, o bien estricta,
tratándose de restricciones a los mismos, pero siempre teniendo
como límite, en uno y otro caso, el texto constitucional y las leyes
coincidentes con ella.

Consecuentemente, si existe jurisprudencia del Máximo


Tribunal exactamente aplicable al caso, los órganos
jurisdiccionales obligados a cumplir con la jurisprudencia emitida
por este Alto Tribunal carecen de atribuciones para reinterpretar su
contenido, pues uno de los derechos fundamentales que ante todo
debe observar el juzgador es precisamente la seguridad jurídica
que tutelan los artículos 14 y 16 constitucionales, la cual se haría
nugatoria si la obligatoriedad de la jurisprudencia dependiera de lo
que en cada caso determinaran los órganos jurisdiccionales que
por disposición legal tienen el deber de acatarla.

También debe tomarse en cuenta que existe un mecanismo


previsto expresamente en el artículo 197 de la Ley de Amparo para
que los Tribunales Colegiados soliciten la modificación de la
jurisprudencia de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación,
cuando fundada y motivadamente cuestionen su eficacia.

Por tanto, resulta inaceptable que cada uno de esos órganos


jurisdiccionales, en lugar de preservar la unidad de la
interpretación de las normas que conforman el orden jurídico
nacional mediante la observancia de la jurisprudencia,
desconozcan su contenido como si a ellos les correspondiera
interrumpir, corregir o desaplicar los criterios que contenga.

Por lógica, esa labor sólo compete al órgano que la aprobó, y


tan es así que el párrafo octavo del artículo 94 de la propia Norma
Fundamental, reformado por decreto publicado el seis de junio de
50
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2126/2012

dos mil once, faculta al Tribunal Pleno para expedir acuerdos


generales a fin de remitir a los Tribunales Colegiados de Circuito,
para mayor prontitud en el despacho de los asuntos, aquéllos en
los que hubiera establecido jurisprudencia, lo cual significa que a
esos Tribunales exclusivamente les toca resolver con base en ella
y nunca en su contra.

Así, es claro que la confianza con la que el más Alto Tribunal


les delega a los Tribunales Colegiados su competencia originaria,
sólo implica que agilizarán la impartición de justicia conforme sus
criterios jurisprudenciales vinculantes, pero no que pondrán en
duda el apego de estos últimos a la Constitución, las leyes o
tratados, suscitando contradicciones de tesis con el Máximo
Tribunal.

Incluso deben tomar en cuenta que este tipo de


contradicciones de tesis son en principio previsiblemente
irresolubles dentro del sistema legalmente previsto para ello,
primero, porque no existe algún mecanismo legal para dirimir
oposición de criterios entre órganos jurisdiccionales de distinta
jerarquía, como es el caso de la Suprema Corte y los Tribunales
Colegiados; y segundo, porque si algún Tribunal Colegiado
resolviera acatando la jurisprudencia que el Tribunal Colegiado del
conocimiento desobedeció, tampoco habría la posibilidad de
entablar válidamente una contradicción de tesis, por lo absurdo
que sería pretender que el más Alto Tribunal resolviera si debe o
no prevalecer su criterio, frente al de otro órgano jurisdiccional que
estando vinculado a su observancia no actuó en consecuencia.

Sirve de apoyo a esta última anterior conclusión la


jurisprudencia 2a./J. 18/2010 de esta Segunda Sala, cuyo texto es
el siguiente:

Época: Novena Época


Registro: 165305
Instancia: SEGUNDA SALA
Tipo Tesis: Jurisprudencia
51
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2126/2012

Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su


Gaceta
Localización: Tomo XXXI, Febrero de 2010
Materia(s): Común
Tesis: 2a./J. 18/2010
Pag. 130

[J]; 9a. Época; 2a. Sala; S.J.F. y su Gaceta; Tomo


XXXI, Febrero de 2010; Pág. 130

CONTRADICCIÓN DE TESIS ENTRE TRIBUNALES


COLEGIADOS DE CIRCUITO. ES IMPROCEDENTE
CUANDO UNO DE LOS CRITERIOS CONSTITUYE
ÚNICAMENTE LA APLICACIÓN DE UNA
JURISPRUDENCIA DE LA SUPREMA CORTE DE
JUSTICIA DE LA NACIÓN. Conforme al artículo 197-
A de la Ley de Amparo, uno de los requisitos de
procedencia de la contradicción de tesis es que los
criterios divergentes sean sustentados por
Tribunales Colegiados de Circuito; sin embargo,
cuando uno de esos órganos jurisdiccionales se
limita a aplicar una jurisprudencia de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, señalando que con
ésta se resuelven los argumentos esgrimidos por la
parte interesada, sin agregar mayores
razonamientos, no puede afirmarse que exista un
criterio contradictorio con el del órgano
jurisdiccional que sostiene otra opinión. En tales
condiciones, al plantearse en realidad la oposición
entre la tesis de un Tribunal Colegiado de Circuito y
una jurisprudencia de la Suprema Corte, debe
declararse improcedente la contradicción
denunciada.”

Cabe destacar que la jurisprudencia 119/2011 que desaplicó


el Tribunal Colegiado del conocimiento derivó de la

52
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2126/2012

contradicción de tesis 61/2011, resuelta por esta Segunda Sala


el veintidós de junio de dos mil once, esto es, bajo la vigencia
del Decreto que reformó la Constitución Federal en materia de
derechos humanos, publicado en el Diario Oficial de la
Federación el día diez del mismo mes y año.

En este contexto, tampoco hay motivo para pretender que


esa resolución pudo estar superada por dicha reforma
constitucional, o que la Segunda Sala indebidamente soslayó lo
dispuesto en los artículos 1° y 2° del Convenio Relativo a la
Discriminación en Materia de Empleo y Ocupación, publicado en
el Diario Oficial de la Federación el once de agosto de mil
novecientos sesenta y dos.

Por esta suma de razones, con fundamento en el artículo 3


del Título Cuarto del Acuerdo 5/2003 del Tribunal Pleno de esta
Suprema Corte de Justicia de la Nación, el cual dispone que
“Cuando la Coordinación detecte que una tesis aislada o de
jurisprudencia emitida por un Tribunal Colegiado de
Circuito, en las materias propias de su competencia,
sostiene un criterio distinto al contenido en una tesis de
jurisprudencia o aislada de la Suprema Corte, deberá
informarlo a aquel Tribunal a efecto de que éste determine
sobre su publicación.”; y con el objeto de evitar la inseguridad
jurídica que derivaría de inaplicación reiterada ─y como se ha
visto, totalmente injustificada─ de la jurisprudencia 119/2011 de
esta Segunda Sala, aunado a la circunstancia de que en la
sentencia recurrida se da cuenta de la existencia de cinco
precedentes más en los que se ha desobedecido dicho criterio
(amparos en revisión 557/2011, 593/2011, 600/2011, 618/2011 y
658/2011) procede ordenar a la Dirección General de la
Coordinación General de Compilación y Sistematización de
Tesis la supresión de la publicación de las siguientes tesis en el
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta:

53
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2126/2012

Época: Décima Época


Registro: 2000120
Instancia: PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN
MATERIA ADMINISTRATIVA DEL CUARTO
CIRCUITO
TipoTesis: Tesis Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta
Localización: Libro IV, Enero de 2012, Tomo 5
Materia(s): Constitucional
Tesis: IV.1o.A.2 A (10a.)
Pag. 4571

[TA]; 10a. Época; T.C.C.; S.J.F. y su Gaceta; Libro IV,


Enero de 2012, Tomo 5; Pág. 4571

POLICÍAS. LA NATURALEZA DE SUS FUNCIONES


OBLIGA A QUE, ANTE LA SEPARACIÓN
INJUSTIFICADA DE SU EMPLEO, SU
INDEMNIZACIÓN SE CALCULE CON EL MÍNIMO DE
PRESTACIONES ESTABLECIDAS PARA LOS
TRABAJADORES EN GENERAL. Conforme al
artículo 155 de la Ley de Seguridad Pública para el
Estado de Nuevo León, los integrantes de las
instituciones policiales tienen el deber de velar por
la seguridad y protección de los ciudadanos y de la
integridad de sus bienes; proteger a los menores,
ancianos, enfermos, débiles o incapaces que se
encuentran en situaciones de riesgo, amenaza o
peligro en su integridad física y corporal; atender
sin dilación ni objeción alguna las órdenes emitidas
por sus superiores jerárquicos; investigar y
perseguir a delincuentes, así como apoyar en
situaciones de grave riesgo, catástrofes o
desastres. Así, tales funciones son sustanciales
para el orden, la estabilidad y la defensa de la
sociedad a la que pertenecen, lo que constriñe a
54
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2126/2012

ésta a reconocerles el esfuerzo que desarrollan


para mantener el orden social. En esos términos,
los miembros pertenecientes a los cuerpos de
seguridad que sufran la separación injustificada de
su empleo deben ser indemnizados, en igualdad de
trato, como los trabajadores en general pues, de no
hacerlo, no sólo se desconoce su labor
trascendental en la que incluso está implícito el
riesgo a su integridad, sino que se genera un trato
evidentemente discriminatorio, al ni siquiera
pagarles el mínimo de prestaciones que tienen
aquellos trabajadores, y que prohíbe el Convenio
relativo a la Discriminación en Materia de Empleo y
Ocupación, publicado en el Diario Oficial de la
Federación el once de agosto de mil novecientos
sesenta y dos.

PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA


ADMINISTRATIVA DEL CUARTO CIRCUITO

Amparo en revisión 557/2011. Director de Policía y


Director Administrativo, ambos de la Secretaría de
Seguridad Pública y Vialidad y Directora de
Recursos Humanos, todos del Municipio de General
Escobedo, Nuevo León. 14 de octubre de 2011.
Mayoría de votos. Disidente y Ponente: Eduardo
López Pérez. Encargado del engrose: Sergio
Eduardo Alvarado Puente. Secretaria: Elsa Patricia
Espinoza Salas.”

“Época: Décima Época


Registro: 2000121
Instancia: PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN
MATERIA ADMINISTRATIVA DEL CUARTO
CIRCUITO
TipoTesis: Tesis Aislada
55
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2126/2012

Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su


Gaceta
Localización: Libro IV, Enero de 2012, Tomo 5
Materia(s): Constitucional
Tesis: IV.1o.A.1 A (10a.)
Pag. 4572

[TA]; 10a. Época; T.C.C.; S.J.F. y su Gaceta; Libro IV,


Enero de 2012, Tomo 5; Pág. 4572

POLICÍAS. PARA EL PAGO DE SU INDEMNIZACIÓN


PROCEDE DESAPLICAR LAS REGLAS QUE, EN LA
INTERPRETACIÓN DEL ARTÍCULO 123, APARTADO
B, FRACCIÓN XIII, DE LA CONSTITUCIÓN
FEDERAL, HA ESTABLECIDO LA SUPREMA CORTE
DE JUSTICIA DE LA NACIÓN. En la jurisprudencia
24/95, de rubro: "POLICÍAS MUNICIPALES Y
JUDICIALES AL SERVICIO DEL GOBIERNO DEL
ESTADO DE MÉXICO Y DE SUS MUNICIPIOS. SU
RELACIÓN JURÍDICA ES DE NATURALEZA
ADMINISTRATIVA.", el Pleno de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación estableció que tanto el
artículo 123 de la Constitución Federal, como las
leyes secundarias, reconocen un trato desigual en
las relaciones laborales entre los particulares y
para los miembros de las instituciones policiales.
Por su parte, la Segunda Sala de la Suprema Corte
de Justicia de la Nación, emitió la jurisprudencia
119/2011, de rubro: "SEGURIDAD PÚBLICA. PARA
DETERMINAR LOS CONCEPTOS QUE DEBEN
INTEGRAR LA INDEMNIZACIÓN ESTABLECIDA EN
EL ARTÍCULO 123, APARTADO B, FRACCIÓN XIII, DE
LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS
UNIDOS MEXICANOS, NO ES APLICABLE, NI AUN
SUPLETORIAMENTE, LA LEY FEDERAL DEL
TRABAJO.". Sin embargo, las reformas
56
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2126/2012

constitucionales publicadas en el Diario Oficial de


la Federación los días seis y diez de junio de dos
mil once, obligan a los juzgadores a eliminar
tecnicismos y formalismos extremos en el juicio de
amparo y a ampliar su marco de protección a fin de
que mediante el juicio de amparo se protejan de
manera directa, además de las garantías que
preveía nuestra Constitución, los derechos
contenidos en los instrumentos internacionales que
en materia de derechos humanos ha ratificado el
Estado Mexicano. En esos términos, conforme a los
artículos 1o. y 133 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos y a la determinación de
la Suprema Corte de Justicia de la Nación, de
catorce de julio de dos mil once, emitida en el
expediente varios 912/2010; y a fin de asegurar la
primacía y aplicación efectiva del derecho humano
consistente en la ocupación, como una forma de
proveerse de recursos económicos para la
manutención personal y de la familia, reconocido
en el Convenio relativo a la Discriminación en
Materia de Empleo y Ocupación, del que el Estado
Mexicano forma parte, publicado en el Diario Oficial
de la Federación el once de agosto de mil
novecientos sesenta y dos, que constriñe a hacer
efectiva la igualdad en materia de empleo y
ocupación y a eliminar cualquier forma de
discriminación; procede desaplicar las reglas de
interpretación que ha establecido la Suprema Corte
de Justicia de la Nación, en el sentido de que en
relación con los policías o encargados de la
seguridad pública, debe estarse sólo a lo dispuesto
en el artículo 123, apartado B, de la Constitución
57
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2126/2012

Política de los Estados Unidos Mexicanos y, en su


caso, a las leyes administrativas correspondientes.
En efecto, si las relaciones de trabajo
comprendidas en el artículo 123, apartado A, de la
Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, se rigen por la Ley Federal del Trabajo y
conforme a este ordenamiento la indemnización, en
caso de despido injustificado, se integra por el
importe de tres meses de salario, veinte días de
salario por año laborado, pago proporcional de
vacaciones, aguinaldo, cualquier otra prestación a
la que la parte quejosa tuviera derecho, así como
los salarios y emolumentos que hubiera dejado de
percibir, desde la fecha de su baja y hasta el
momento en que se le pague la indemnización
aludida, resulta evidentemente discriminatorio que
los miembros de las instituciones policiales, que
también resientan la separación injustificada de su
empleo, no reciban los beneficios mínimos que, en
ese supuesto, se establecen para aquéllos, pues
ello implica que respecto de una misma situación
jurídica no se logre el trato igual al que constriñe el
Convenio relativo a la Discriminación en Materia de
Empleo y Ocupación, que el Estado Mexicano se
encuentra obligado a respetar y a hacer cumplir en
sus leyes ordinarias. Por tanto, para hacer efectiva
la garantía de igualdad y para garantizarles una
protección equivalente a los trabajadores en
general y, fundamentalmente, para eliminar un trato
discriminatorio a los miembros adscritos a los
cuerpos de seguridad cuando resientan la
separación injustificada de su empleo, la
indemnización debe calcularse conforme se
58
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2126/2012

establece en la Ley Federal del Trabajo, pues en


dicho ordenamiento se reconocen mejores
prestaciones laborales.

PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA


ADMINISTRATIVA DEL CUARTO CIRCUITO

Amparo en revisión 557/2011. Director de Policía y


Director Administrativo, ambos de la Secretaría de
Seguridad Pública y Vialidad y Directora de
Recursos Humanos, todos del Municipio de General
Escobedo, Nuevo León. 14 de octubre de 2011.
Mayoría de votos. Disidente y Ponente: Eduardo
López Pérez. Encargado del engrose: Sergio
Eduardo Alvarado Puente. Secretaria: Elsa Patricia
Espinoza Salas.

Nota: Las tesis P./J. 24/95 y 2a./J. 119/2011 citadas,


aparecen publicadas en el Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo II,
septiembre de 1995, página 43 y Tomo XXXIV,
agosto de 2011, página 412, respectivamente.

La ejecutoria relativa al expediente varios 912/2010


citada, aparece publicada en el Semanario Judicial
de la Federación y su Gaceta, Décima Época, Libro
I, Tomo 1, octubre de 2011, página 313.”

SEXTO. Estudio. En virtud de que la procedencia del


recurso de revisión es un presupuesto procesal que debe
examinarse de oficio, es indispensable analizar si el asunto reviste
los requisitos de importancia y trascendencia a que hace alusión el
artículo 107, fracción IX, de la Constitución Federal y el punto
primero del Acuerdo General Plenario 5/1999, que aparece
publicado el veintidós de junio de ese año.

59
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2126/2012

Para tal objetivo, hay que considerar que este Alto Tribunal al
atender al contenido de los artículos 94, séptimo párrafo, 107,
fracción IX, de la Constitución Federal, 83, fracción V, 86 y 93 de la
Ley de Amparo, y 10, fracción III, y 21, fracción III, inciso a), de la
Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, precisó cuáles
son los requisitos básicos que condicionan su procedencia contra
las sentencias dictadas en amparo directo, en la jurisprudencia
2a./J. 149/2007 que lleva por rubro y texto los siguientes:

“REVISIÓN EN AMPARO DIRECTO. REQUISITOS


PARA SU PROCEDENCIA. Del artículo 107,
fracción IX, de la Constitución Federal, y del
Acuerdo 5/1999, emitido por el Pleno de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación en
ejercicio de la facultad conferida por el artículo
94, séptimo párrafo, constitucional, así como de
los artículos 10, fracción III, y 21, fracción III,
inciso a), de la Ley Orgánica del Poder Judicial
de la Federación, se advierte que al analizarse la
procedencia del recurso de revisión en amparo
directo debe verificarse, en principio: 1) la
existencia de la firma en el escrito u oficio de
expresión de agravios; 2) la oportunidad del
recurso; 3) la legitimación procesal del
promovente; 4) si existió en la sentencia un
pronunciamiento sobre la constitucionalidad de
una ley o la interpretación directa de un precepto
de la Constitución, o bien, si en dicha sentencia
se omitió el estudio de las cuestiones
mencionadas, cuando se hubieren planteado en
la demanda de amparo; y, 5) si conforme al
Acuerdo referido se reúne el requisito de
importancia y trascendencia. Así, conforme a la
60
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2126/2012

técnica del amparo basta que no se reúna uno de


ellos para que sea improcedente, en cuyo
supuesto será innecesario estudiar si se
cumplen los restantes.” (Registro: 171,625.
Novena Época. Instancia: Segunda Sala. Fuente:
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta.
Tomo: XXVI. Agosto de 2007. Tesis: 2a./J. 149/2007.
Página: 615).

De la lectura a dicha jurisprudencia se evidencia que es


indispensable que concurran requisitos mínimos para que sea
procedente el recurso de revisión contra sentencias pronunciadas
en amparo directo, a precisar:

1. La existencia de la firma en el escrito de expresión de


agravios.

2. La presentación oportuna del recurso.

3. La legitimación procesal del promovente.

4. La existencia en la sentencia de un pronunciamiento sobre


la constitucionalidad de una ley o la interpretación directa de un
precepto de la Constitución, o bien, si en dicha sentencia se omitió
el estudio de las cuestiones mencionadas, cuando se hubieren
planteado en la demanda de amparo

5. Que se reúna el requisito de importancia y trascendencia


conforme al Acuerdo 5/1999, el cual no se cumple cuando exista
jurisprudencia que defina el problema de constitucionalidad
planteado en la demanda de garantías, o en el recurso de revisión
no se hayan expresado agravios o éstos se estimen ineficaces,
inoperantes, inatendibles, insuficientes, entre otras
61
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2126/2012

denominaciones análogas, cuando no se actualice ninguno de los


supuestos que para suplir la deficiencia de la queja prevé el
artículo 76 bis de la Ley de Amparo.

En la especie se colman los requisitos señalados del número


1 a 4, toda vez que el escrito de expresión de agravios está
firmado, el recurso fue presentado oportunamente y por parte
legitimada para hacerlo, según se advierte del considerando
segundo de la presente resolución, y en la sentencia dictada en el
juicio amparo directo 76/2012, del que deriva el presente asunto,
hubo por parte del Tribunal Colegiado un pronunciamiento sobre la
interpretación directa del artículo 123, apartado B, fracción XIII de
la Constitución Federal.

Sin embargo, por lo que hace al quinto requisito, esta


Segunda Sala estima que el presente asunto no colma los
elementos de importancia y trascendencia, toda vez que este Alto
Tribunal no puede emprender el estudio de fondo del asunto ni
emitir un criterio que impacte sobre la interpretación o aplicación
del orden jurídico constitucional cuya finalidad persigue el artículo
107, fracción IX, de la Constitución Federal debido a que los
agravios planteados por la parte recurrente resultan inoperantes
como se demostrará a continuación.

El recurrente en sus agravios sostiene, esencialmente, que


en la resolución recurrida el Tribunal Colegiado interpretó
incorrectamente el artículo 123, apartado B), fracción XIII, segundo
párrafo de la Constitución Federal, pues considera que en este no
se establece la prohibición de reinstalar a los delegados del
Ministerio Público, ni se hace extensiva tal prohibición a todos los
servidores públicos que formen parte de dicha institución, ya que
sólo se hace referencia a los Agentes del Ministerio Público, por lo
que solicita su reinstalación en el cargo que venía desempeñando.
62
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2126/2012

Dichos agravios resultan inoperantes, pues el tema de


clasificación de su plaza entre “agente de ministerio público” o
“delegado del ministerio público” para su reinstalación en el
cargo constituye un aspecto de legalidad, ajeno a lo que es
materia de litis en este recurso, el cual se limita única y
exclusivamente al análisis de las cuestiones de
constitucionalidad. Resulta aplicable al caso la jurisprudencia de
esta Segunda Sala 2a./J. 53/98, de rubro y texto siguientes:

“REVISIÓN EN AMPARO DIRECTO. LOS


AGRAVIOS DE LEGALIDAD SON INOPERANTES.
Conforme a los artículos 107, fracción IX,
constitucional y 83, fracción V, de la Ley de
Amparo, que regulan el recurso de revisión en
amparo directo, la Suprema Corte de Justicia de
la Nación en esta instancia deberá examinar las
cuestiones propiamente constitucionales; por
consiguiente, si en el recurso se plantean, al lado
de agravios sobre constitucionalidad de normas
generales o de interpretación directa de un
precepto de la Constitución, argumentos de mera
legalidad, éstos deben desestimarse por
inoperantes.” (No. Registro: 900,454.
Jurisprudencia. Materia(s): Constitucional. Novena
Época. Instancia: Segunda Sala. Fuente: Apéndice
2000 Tomo I, Const., Jurisprudencia SCJN. Tesis:
454. Página: 523. Genealogía: Semanario Judicial de
la Federación y su Gaceta. Tomo VIII. Agosto de
1998. Página 326. Segunda Sala. Tesis 2a./J. 53/98.)

63
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2126/2012

Consecuentemente, procede desechar el recurso de revisión


interpuesto por carecer de los requisitos de importancia y
trascendencia necesarios para abordar el análisis de los agravios
planteados.

Por último, atento a lo expuesto en el considerando anterior,


con fundamento en los artículos 131, fracciones III y XI 2 de la Ley
Orgánica del Poder Judicial de la Federación y 8°, fracción XIV 3 de
la Ley Federal de Responsabilidades Administrativas de los
Servidores Públicos, esta Segunda Sala estima procedente dar
vista al Consejo de la Judicatura Federal con el contenido de la
presente ejecutoria, para el efecto de que si considera que en el
caso pudiera configurarse alguna causa de responsabilidad
administrativa, resuelva lo que conforme a derecho corresponda.

Por lo expuesto y fundado, se resuelve:

PRIMERO. Se desecha el recurso de revisión.

SEGUNDO. Infórmese a la Dirección General de la


Coordinación General de Compilación y Sistematización de Tesis lo
señalado en el Considerando Quinto de esta resolución.

TERCERO. Dése vista al Consejo de la Judicatura Federal.


Notifíquese; con testimonio de esta resolución, vuelvan los
autos a su lugar de origen y, en su oportunidad archívese el toca
como asunto concluido.
2
“Artículo131. Serán causas de responsabilidad para los servidores públicos del
Poder Judicial de la Federación:[…] III. Tener una notoria ineptitud o descuido en el
desempeño de las funciones o labores que deban realizar;[…] XI. Las previstas en el
artículo 8 de la Ley Federal de Responsabilidades Administrativas de los Servidores
Públicos, siempre que no fueren contrarias a la naturaleza de la función
jurisdiccional.”
3
“Artículo 8.- Todo servidor público tendrá las siguientes obligaciones:[…] XXIV.-
Abstenerse de cualquier acto u omisión que implique incumplimiento de cualquier
disposición legal, reglamentaria o administrativa relacionada con el servicio público.”
64
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2126/2012

Así, lo resolvió la Segunda Sala de la Suprema Corte de


Justicia de la Nación, por unanimidad de cuatro votos de los
señores Ministros Margarita Beatriz Luna Ramos, José Fernando
Franco González Salas, Luis María Aguilar Morales y Ministro
Presidente en funciones Sergio Salvador Aguirre Anguiano. El
Ministro Presidente Sergio A. Valls Hernández estuvo ausente.

Firman el Ministro Presidente en funciones y la Ministra


Ponente, con el Secretario de Acuerdos de la Segunda Sala, que
autoriza y da fe.

PRESIDENTE EN FUNCIONES:

_____________________________________________
MINISTRO SERGIO SALVADOR AGUIRRE ANGUIANO.

PONENTE:

_________________________________________
MINISTRA MARGARITA BEATRIZ LUNA RAMOS.

EL SECRETARIO DE ACUERDOS

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2126/2012

_________________________________________
LIC. MARIO EDUARDO PLATA ÁLVAREZ.

Esta hoja corresponde al amparo directo en revisión 2126/2012. Quejoso:


Gustavo Dávila Martínez. Fallado en sesión de veintiuno de noviembre de dos
mil doce, en el sentido siguiente: “PRIMERO. Se desecha el recurso de
revisión.---SEGUNDO. Infórmese a la Dirección General de la
Coordinación General de Compilación y Sistematización de Tesis lo
señalado en el Considerando Quinto de esta resolución.---TERCERO.
Dése vista al Consejo de la Judicatura Federal.” Conste.

AVA/liss

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