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La relevancia del trabajo con fuentes históricas y los conceptos de segundo orden
para la educación histórica
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LA HISTORIA ENSEÑADA A DISCUSIÓN.
Retos epistemológicos y perspectivas didácticas
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE QUERÉTARO
2015
Primera edición electrónica: 2015
Morelia, Michoacán, México
© D.R. Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo,
Instituto de Investigaciones Históricas.
Edificio C-1, Ciudad Universitaria,
58090 Morelia, Michoacán, México.
http://www.iih.umich.mx/
ISBN: 978-607-8116-51-5
Corrección de estilo y cuidado de la edición: Dení Trejo Barajas y Juana Martínez Villa
La formación inicial docente para educación primaria, cuenta con un plan de estudios
nacional, bajo la responsabilidad de la Secretaría de Educación Pública. Actualmente se
encuentra vigente el Plan 2012 para la Licenciatura en Educación Primaria, cuyos rasgos
significativos se refieren a la promoción del desarrollo de competencias y un enfoque centrado
en el aprendizaje. La reforma curricular que dio como resultado el Plan 2012, pretende
fortalecer desde los contenidos, estrategias de aprendizaje y recursos, la formación disciplinar
en las áreas de conocimiento que se imparten en educación básica; entre ellas la Historia.
El Plan 2012, para educación primaria, específicamente para Historia tiene como
propósito propiciar un acercamiento a la transformación y desarrollo actual de la historia,
de la historiografía y de la educación histórica cuya finalidad es fortalecer el pensamiento
histórico de los futuros docentes a través del trabajo con fuentes y aplicación de procesos de
indagación similares a los que aplican los historiadores. El contexto curricular de un total de
55 asignaturas divididas en 5 trayectos formativos, tres de los cursos son destinados para la
formación en la disciplina de Historia, los cuales son impartidos en los dos primeros años de
formación (DGESPE, 2012).
El modelo formativo para la educación histórica está conformado por un conjunto de
tres cursos se enfoca en el desarrollo del pensamiento histórico, el cual se considera como un
conjunto de habilidades y procesos complejos, como herramientas que permiten a los sujetos
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conocer, contrastar, comprender, analizar y reflexionar sobre situaciones sociales desde una
perspectiva histórica (Carretero y Castorina, 2010; Carretero 2007; Satiestebán, 2006). Como
principio para el desarrollo del pensamiento histórico es considerar que no es un acto natural
(Wineburg, 2001), por lo que debe favorecerse a través del trabajo con fuentes históricas y la
aplicación de procesos de indagación (Seixas, 1996; Seixas y Peck, 2004). Ambos elementos,
insumo básico de los historiadores. Estos dos elementos se retoman en el modelo formativo
de educación histórica en la educación normal; para el caso específico de los procesos de
indagación, éstos se denominan conceptos de segundo orden.1
Para Seixas, los conceptos de segundo orden, a través de su ejercicio constante y el uso
de fuentes históricas primarias permiten o facilitan el desarrollo del pensamiento histórico en
los alumnos y en consecuencia adquirir competencias para una alfabetización histórica.
Los conceptos de segundo orden mediante su aplicación, permiten a los estudiantes
abordar algunas cuestiones relevantes sobre el tema o acontecimiento histórico de estudio.
Los conceptos de segundo orden son 1) relevancia, 2) evidencia, 3) empatía, 4) tiempo histórico,
5) cambio/continuidad y 6) causalidad (Véase Tabla 1). Cada uno de estos conceptos, implica
un conjunto de preguntas que invita a los estudiantes a valorar la información de la fuente
histórica, el tema o acontecimiento de estudio. Este ejercicio posibilita a los estudiantes una
comprensión del tema o acontecimiento histórico de estudio; así como, la manera en cómo se
investiga desde la disciplina histórica, por lo tanto, aprenden a pensar históricamente (Osborne,
2006). Para Arteaga y Camargo (2012), los conceptos de segundo orden son “las herramientas
para pensar históricamente, pues permiten organizar la información en términos explicativos,
el empleo de estos conceptos implica que en las aulas los estudiantes trabajen con evidencias:
fuentes históricas primarias y secundarias” (p. 5).
1
Conceptos de segundo orden es un término acuñado por el académico Peter Seixas para identificar los procesos para el
análisis de los acontecimientos históricos, tan importantes e indispensables como los contenidos históricos (conceptos
de primer orden) para el desarrollo del pensamiento histórico: evidencia, relevancia, continuidad y cambio, causalidad,
empatía y tiempo histórico
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Noción que permite conocer el pasado a partir de
las fuentes históricas. Se puede considerar como ¿Qué personajes, procesos,
el concepto de segundo orden básico a partir del eventos y contextos históricos
Evidencia cual el estudiante puede formular preguntas y podemos conocer? ¿Qué
plantear hipótesis; además, se pueden elaborar importancia tiene la fuente como
respuestas autónomas y realizar inferencias sobre registro del pasado?
lo que ocurrió del pasado.
Noción que permite visualizar y construir ¿Cuáles fueron los argumentos,
supuestos del contexto, vida cotidiana, económica, intereses y/o ideales que llevaron
política, cultural y social en que vivió la gente a estos grupos o personas a
Empatía
en el pasado. Ayuda a los estudiantes a tener actuar como lo hicieron? ¿Cuáles
aproximaciones al pasado para comprender son los factores que influyeron en
contextos distintos al suyo. su forma de pensar o de actuar?
Noción que permite establecer una relación entre
el espacio y el tiempo; son las coordenadas que ¿Qué aspectos se pueden
permiten a los estudiantes “situar” un proceso considerar que están asociados al
determinado en la historia. El trabajo con el progreso y cuales a la regresión
Tiempo histórico
tiempo histórico permite que el estudiante de la sociedad, comunidad o grupo
incorpore al estudio del tema, acontecimiento y/o asociado al tema, acontecimiento
personaje de estudio componentes simbólicos y o personaje de estudio?
socioculturales asociados al tiempo y espacio.
Cambio y Noción que permite identificar elementos de ¿Qué cambia? ¿Qué permanece?
continuidad cambio y continuidad en la vida cotidiana. ¿Los cambios son leves o
profundos?
Noción a través de la cual se establecen ¿Qué eventos y/o procesos
Causalidad parámetros de cambio identificados con procesos anteceden al hecho o información
que rompen con “la continuidad” de la vida que presenta la fuente histórica?
cotidiana.
Tomado de Arteaga y Camargo (2012) páginas 13-18.
Sin embargo, Seixas señala que el trabajo con estos procesos no debe tomarse como la
última palabra sobre el pensamiento histórico (2011). Esto para señalar la diferencia entre el
aprendizaje de la historia en niveles básicos y el ejercicio de investigación histórica realizada
por los historiadores. Aspecto señalado por Sánchez Quintanar (2002),
Es menester reiterar que los problemas que presenta la enseñanza de la historia no son los mismos que
plantea la investigación, ni pueden ser abordados de la misma manera, si bien tienen el mismo origen: el
acontecer histórico y su explicación (p. 67).
1285
de la adquisición de elementos teóricos relacionados con la epistemología de la Historia, sus
contenido y pedagogía específica de la disciplina.
Estos señalamientos que coinciden con otras investigaciones, que resaltan la
memorización y transmisión de conocimientos (Pagès, 1996) o proponen soluciones para la
formación de docentes como: aplicar y recuperar elementos propios de la disciplina (Florescano,
2000; López 1996; Sánchez Quintanar, 2001) e incorporar el trabajo con documentos y fuentes
históricas (López 1996).
En este modelo educativo, la participación del maestro cobra relevancia para propiciar
procesos de investigación e indagación que permita a los alumnos, más que desarrollar una
visión crítica, construir su propia realidad, sin tener que estancarse en sus representaciones
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sociales y al poner en juego herramientas conceptuales y metodológicas, supone para los
alumnos un encuentro con los enigmas, lo insólito o lo extraño para dar paso a los conflictos socio-
cognitivos. El docente crea situaciones problemas que propicien la manifestación y el análisis
de las representaciones sociales de los estudiantes, organizar la interacción social del grupo
en distintas formas (individual, pequeños grupos y plenaria), movilizar los materiales o fuentes
primarias y secundarias, para que los estudiantes sean capaces de cuestionar y confrontar
sus propias representaciones, así como destruir y reconstruir nuevas representaciones. Una
situación problema desde la perspectiva de la Historia según Dalongeville (2000, p. 12)
En el sentido que le confiere Karl Popper, caracterizada por puntos de vista, opiniones, intereses
contradictorios, divergentes, separados… en definitiva, por testigos que pueden esclarecer la situación del
problema histórico (perteneciente al pasado) y alimentar la situación pedagógica de trabajo (perteneciente
al presente) que se puede proponer a los alumnos.
Agrega que esta pluralidad de puntos de vista conduce a los alumnos a la experiencia de
comparar y confrontar sus propias representaciones: su vida cotidiana, sus formas de pensar
y de actuar, entre otras.
La propuesta educativa
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el aprendizaje de la historia con estudiantes de educación primaria (novatos) que promueven
pensar históricamente.
Considerando lo anterior, se espera que el estudiante expertos (estudiantes normalistas)
realicen acercamientos y aproximaciones para el aprendizaje de la historia aplicando el modelo
de educación histórica que promueve el plan de estudios, donde el uso de fuentes históricas,
aplicación de conceptos de segundo orden y ejercicios de investigación son fundamentales para
favorecer el pensamiento histórico. Con respecto a los estudiantes novatos (estudiantes de
educación primaria) se infiere que pueden alcanzar una alfabetización histórica deben adquirir y
aplicar herramientas fundamentales para evaluar evidencias históricas, para establecer líneas
de razonamiento a la solución de problemas en el campo de la historia, y para la elaboración
de narrativas como una modalidad propia y universal del pensamiento, “las narrativas son una
poderosa herramienta cultural para la comprensión de la historia, si bien, como es sabido,
la estructura explicativa y lógica de carácter historiográfico necesita también elementos
deductivos e inductivos de gran complejidad…” (Carretero, 2011, p. 102).
Los estudiantes normalistas en formación, iniciaron en un primer momento realizando
ejercicios prácticos en escenarios y contextos socialmente asociados para el estudio de
la Historia, como: archivos históricos, museos, zonas arqueológicas, edificios históricos o
bibliotecas; cuya finalidad es encaminar a los estudiantes normalistas hacia la valoración de
diversas fuentes históricas como insumo esencial de la investigación histórica. Las tareas
comprenden la identificación de distintos tipos de fuentes, empezando por algunos testimonios
familiares (escritos, iconográficos, no escritos) hasta la interpretación y la escritura de las
correspondientes narrativas, a fin de propiciar un aprendizaje situado, donde el alumno utiliza
el contexto y su cultura (Díaz Barriga Arceo, 2006). Luego de repetidas experiencias con el
análisis de fuentes y ejercicios para la interpretación histórica a través de los cursos de la
línea curricular de historia, se espera que los estudiantes normalistas se apropien del modelo
de educación histórica; por lo que se espera que éstos realicen prácticas similares con los
estudiantes de educación primaria (novatos) para el aprendizaje de la historia, especialmente
trabajando y analizando fuentes históricas, aplicando conceptos de segundo orden y realizando
ejercicios de investigación histórica (alfabetización histórica).
La práctica docente para desarrollar una alfabetización histórica implica diseñar,
planear, aplicar y evaluar estrategias que tengan como eje de acción los conflictos cognitivos
que surgen de situaciones reales, de contrastación de versiones oficiales o cotidianas con
argumentación documentada, su aclaración o resolución exige de procesos y procedimientos de
construcción intelectual, a sabiendas de que los datos disponibles pueden ser contradictorios.
El trabajo áulico implica orientar didácticamente los análisis de distintas fuentes históricas a
través de tres heurísticos2: corroboración, documentación y contextualización, hasta culminar
2
El término heurístico se entiende como el proceso cognitivo que se utiliza para reducir la complejidad de un problema durante
el proceso de resolución. Wineburg (2001) detalla la aplicación y los resultados, tanto en estudiantes novatos como en los
expertos, afirma que las diferencias entre ambos grupos tienen que ver con el mayor y mejor uso por parte de los expertos,
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con la elaboración de sencillas narrativas que sirvan para desarrollar la comprensión cognitiva
de la historia como asignatura escolar.
Es importante mencionar que estas evidencias son reflejos de dos espacios formativos:
en las aulas de la Escuela Normal y en las escuelas primarias, universos de prácticas escolares
de las distintas generaciones de la Licenciatura de Educación primaria, desde el ciclo escolar
2012-2013 en que se empezó a trabajar con la Educación Histórica como enfoque pedagógico y
la alfabetización histórica como estrategia metodológica.
Algunas de estas evidencias se refieren a distintas expresiones y producciones
individuales en pequeños colectivos o a nivel de grupo, ejemplos:
Expresiones de aprendizaje
a. Confrontar al alumno con sus propias representaciones sociales, con las del maestro
y con las del profesor a través de la interacción con fuentes históricas, sobre todo
fuentes primarias.
b. Conocer versiones e interpretaciones distintas de los hechos, procesos y
acontecimientos, distintas y contradictorias a las oficiales o colectivas.
c. Desarrollar la capacidad de análisis crítico a través del manejo de conceptos y
categorías desde distintas perspectivas.
d. Reconocer la importancia de la argumentación sustentada en diversidad de
testimonios.
e. Desarrollar el concepto de tiempo histórico como una construcción social y no como
una categoría natural.
f. Comprender que el tiempo histórico está formado por una serie de relaciones
conceptuales entre la cronología, la duración, los cambios y continuidades, las
causas y las consecuencias.
g. La construcción de argumentos autónomos como consecuencia de facilitar el
protagonismo de los alumnos en las distintas fases del proceso de investigación
didáctica.
h. Replantear la enseñanza de la historia como un método que ayude a una comprensión
crítica del pasado-presente y futuro de los distintos contextos sociales.
por tanto recomienda que los tres heurísticos en mención sean aprovechados por los alumnos en formación.
1289
Producciones individuales y colectivas
Conclusiones
1290
Ambos elementos considerados por los académicos indispensables para el aprendizaje
de la historia y el desarrollo del pensamiento histórico.
En los estudiantes normalistas que participaron en la experiencia se observó que
lograron conocer otra forma de visualizar el aprendizaje de la historia, identificar no solo sus
propias dificultades y problemáticas para enseñanza del conocimiento histórico en las aulas de
educación primaria, sino también las dificultades y/o problemáticas de los niños para aprender
historia.
Los estudiantes logran modificar sus representaciones sociales acerca de la historia
como asignatura, su trabajo en las aulas de educación primaria no se reduce a los programas
escolares y a la acumulación de contenidos oficiales, así mismo, les queda clara la importancia
de sustentar la práctica docente en una estructura conceptual interdisciplinaria.
Referencias
Arteaga, B. y Camargo, S. (2012). Educación histórica, una propuesta para el desarrollo del
pensamiento histórico en los estudiantes de la Licenciatura en Educación Preescolar y Primaria
México: SEP.
Arteaga Castillo, B. y Camargo, S. (2012). ¿Cómo se enseña y estudia historia hoy en las
escuelas normales públicas de México? Una aproximación desde las miradas de los estudiantes.
Enseñanza de las Ciencias Sociales(11), 99-112.
Díaz Barriga Arceo, F. (2006). Enseñanza situada: vínculo entre la escuela y la vida. México:
McGraww Hill.
Florescano, E. (2000). Para qué estudiar y enseñar la historia. México: Instituto de Estudios
Educativos y Sindicales de América.
1291
López , O. (1996). Los retos de una nueva didáctica de la historia y la importancia de
enseñar a investigar. Básica. Revista de la Escuela y del Maestro, 13, 28-35.
Pagès, J. (1996). Las representaciones de los estudiantes de maestro sobre las Ciencias
Sociales: ¿cuáles son?, ¿cómo aprovecharlas? Investigación en la Escuela(28), 103-114.
Seixas, P. y Peck, C. (2004). Teaching historical thinking. En A. Sears & I. Wright (Eds.).
Challenges and Prospects for Canadian Social Studies (pp. 109-117). Vancouver: Pacific Educational
Press.
Wineburg, S. (2001). Historical thinking and other unnatural acts: charting the future of
teaching the past. . Philadelphia: Temple University Press.
1292
La historia enseñada a discusión.
Retos epistemológicos y perspectivas didácticas,
se terminó de editar por la Coordinación de Publicaciones
del Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad
Michoacana de San Nicolás de Hidalgo y la Editorial
Morevalladolid en noviembre de 2015.
La edición y su cuidado estuvieron a cargo
de Dení Trejo Barajas y Juana Martínez Villa,
Formato: pdf
Peso: 89.7 mb
Se imprimieron 500 cedés
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