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Prepárate para Volar

Basaremos nuestra enseñanza en el pasaje bíblico de Jueces capítulos 4 y 5.-


Esta es una historia para mujeres que el Señor ha llamado a servir y que para ello requieren de valentía. El pasaje se desarrolla en el
norte de Israel (en el entorno de Galilea), en el contexto de la conquista israelita, en el momento en que Sísara, general del rey
cananeo de Jasor contaba con carros de guerra que dominaban el territorio. Entonces aparece ella: Debora
¿Quién era DEBORA?. Su nombre significa una abeja. Esto quiere decir que era una mujer laboriosa, sagaz y de gran utilidad para su
pueblo, dulce para sus amigos y dolorosa para sus enemigos.
Vivió durante el periodo de los jueces de 1050 – 1000 AC en el monte de Efraín, entre Rama y Betel. Ella era una profetisa y
gobernante, esposa de Lapidot (antorchas). La palabra hebrea para profeta es nebiah, que significa «un vocero o transmisor de la
Palabra de Dios a otros».
Ella fue la quinta juez de Israel. Se llama a sí misma madre “Hasta que yo Débora me levanté, Me levanté como madre en Israel.”
Jueces 5:7; Fue una poetisa y daba sus sentencias bajo una palmera de Efrain. Tal vez esta palmera se consideraba especial, ya que la
palmera normalmente no crece en la región montañosa de Efraín (sobre esta región).
En los tiempos de la cultura de Débora la mujer era útil solamente para las funciones del hogar y no desarrollaba funciones de
liderazgo, porque Dios había instituido en la ley que el hombre era el llamado a desarrollar este trabajo, como hoy en día el hombre
es el llamado a desarrollar el liderazgo tanto en su casa como en la iglesia; pero careciendo el hombre de la autoridad, de la guianza
y de la unción para desarrollarlo, Dios tiene que levantar mujeres como Débora para hacer tal papel. Tales mujeres tienen que tener
cualidades para llegar a ser usadas por Dios, cualidades que las hagan Déboras para enfrentar los enemigos que ella enfrentó.
Pero Débora paso por siete realidades teniendo una Experiencia con Dios, a través de esta enseñanza miraremos cada una de ellas,
así:
1.- La Obra de Dios.- Israel pecó «ante los ojos de Jehová». Nuestros pecados nos dañan tanto a nosotros como a otros, pero todo
pecado va finalmente en contra de Dios porque hacemos caso omiso de sus mandamientos y su autoridad sobre nuestras vidas, esto
es lo que pasaba con Israel, luego de la muerte de Josué, Dios uso a unas personas llamadas jueces para que guiaran al pueblo tanto
en los tiempos de paz como de guerra, pero cada vez que moría un juez, el pueblo regresaba a hacer lo malo, a dividirse y a
desobedecer a Dios. (Jueces 4:1).
Luego de esto, y cuando se veían en serios problemas, entonces a gemir y a suplicar a Dios para que los sacará de los
problemas (Jueces 4:3). Algo parecido nos sucede a muchas de nosotras, pero Israel y nosotras contamos con un Dios de
Misericordia que siempre esta presto su oído para atender nuestro llamado.
Después de veinte años de circunstancias insoportables, los israelitas finalmente clamaron a Dios por ayuda. Pero Dios debería
ser el primero que buscamos cuando nos enfrentamos a problemas o dilemas. Los israelitas decidieron hacer las cosas a su manera y
se metieron en problemas. A menudo nosotros hacemos lo mismo. Tratar de controlar nuestras propias vidas sin la ayuda de Dios
nos lleva a dificultades y confusión. Por el contrario, cuando estamos en contacto diario con Dios estamos menos propensos a
crearnos situaciones dolorosas. Esta es una lección que los israelitas nunca aprendieron completamente. Cuando llegan los
problemas, Dios quiere que recurramos a El en primer lugar, buscando su fortaleza y guía.
2.- Relación de Amor.- Luego de la muerte del juez zurdo Aod, Dios llama a Débora a guiar a su pueblo (Jueces 4:4-6). Dios la guió
toda su vida y depositó en ella cualidades:
Era una mujer valiente, decidida, de carácter fuerte, de temple, íntegra, de fe, servicial y madura porque Dios la usaba para
juzgar a Israel.
Tenía comunión íntima con Dios pues era profetiza. Es decir le hablaba al pueblo de parte de Dios, no les llevaba chismes ni
comentarios que no les era de edificación. Era mujer de Lapidot «antorcha o luces» Quiere decir que era una mujer iluminada por
Dios, por la palabra y por el Espíritu Santo. Habitaba en el monte de Efraín entre Rama y Bethel, quiere decir que era una mujer
llena de los frutos del Espíritu Santo. «Efraín: doble fructífero». «Rama quiere decir altura», o sea, vivía en las alturas de Dios y
«Bethel» significa «casa de Dios, es decir que siempre se congregaba».

Entendía el orden porque mandó a llamar un hombre como «Barac para que fuera cabeza del ejército, no tomó la autoridad y el
mando». Entendió en todo momento que ella era instrumento, más no la cabeza, se ajustó perfectamente al principio de la sujeción,
mujeres de hoy, ¿Entendemos este principio?.
Se sentaba o habitaba bajo una palmera. Tenía raíces profundas, agarrada de la roca que es Cristo, no la quebraba los problemas,
solo la doblaba y esto la llevaba a buscar de Dios, Tenía altura espiritual. Tenía fruto que era de bendición para otros, como lo que
tipifica el «Coco»

Ahora bien, que tipifica en este pasaje el coco.-


El agua de coco es dilatante, provoca el parto «evangelismo, dar a luz hijos espirituales, discipular».
El agua es diurética- hidrata «los que se acercan a estas personas tienen agua para beber del Espíritu, palabra, alabanza, adoración,
presencia de Dios».
El agua de coco limpia los riñones. «Ministra su casa y a todos los que a ella se acercan con problemas y rechaza el chisme y toda la
suciedad que contamine su alma y la de los demás».
La carnaza del coco produce aceite «unción», y es de color blanca que tipifica «la santidad».

3.-Invitación.- (Jueces 4:6).- Dios mismo instruye a Débora para que esta de las estrategias de guerra a Barac para liberar a
Israel. Barac se convirtió en el líder que se suponía que debía ser, gracias en gran parte al rol que Débora jugó. Muchas veces cuando
un hombre se convierte en la clase de líder que Dios quiere que sea, hay una “Débora” cercana a él, quizás fuera de la luz pública,
pero muy cercana, detrás de él, alentándolo y fortaleciendo su fe en Dios. Muchos de los grandes testimonios dados por hombres
encuentran sus raíces en las acciones piadosas y oraciones de una mujer – una esposa, madre, hija, hermana en la fe.
4.-Dios Habla.- Débora le dio a Barac la palabra de ir a la guerra (Jueces 4:14), pero solamente estaba repitiendo lo que ya
había dicho (Jueces 4:6-7). Barac debió haber visto que era tiempo de pelear el solo, basado en la palabra que Dios ya había dado.
Débora jugó un papel crucial en esta batalla. Operó detrás de bastidores lo más que pudo. El hecho de que una mujer tomara la
gloria es visto como una reprimenda divina, no un halago
5.-Crisis de Fe.- Barac es retratado como un hombre de debilidades, cuya fe fortaleció Dios. Débora si fue líder, pero dentro de
ciertos límites. Ella guió pero en una manera que promovió el liderazgo masculino y de esta forma mantenerse ella en un rol
subordinado. Débora no buscó tener un rol de liderazgo prominente, de hecho, ella activamente lo evitó. Dejó en claro que Dios
había designado a Barac como el líder y que Dios lo estaba comandando a él a liderar. (Jueces 4:8) Barac le respondió: Si tú fueres
conmigo, yo iré; pero si no fueres conmigo, no iré. El quería que Débora fuera con él. El requerimiento de Barac muestra que su
corazón confiaba más en la fuerza humana que en las promesas de Dios. Una persona con una fe real marcha a las órdenes de Dios,
aun cuando tenga que hacerlo sola.
6.- Ajustes.-La promesa de Dios fue Yo los libraré. ¿Alguien habría escuchado? Ciertamente Débora escuchó. Ella le mencionó
las palabras a Barac, y podemos imaginárnosla repitiendo esas palabras a cualquiera que se acercaba: ¡El plan de Dios es liberarnos!
¡Aún hay esperanza! ¡Sean valientes! ¡Sigan adelante! La mayor esperanza de Débora en esos momentos debe haber sido que la
gente escucharía y le seguiría. ¡La esperanza de Débora se convirtió en la esperanza del pueblo de Israel porque ella creyó en la
palabra de Dios! .
Aunque no seas una juez, ni una profetiza, ni líder de una nación, si realmente crees la palabra de Dios, puedes influenciar
grandemente los corazones y las mentes de los que te rodean. ¡Tu esperanza inquebrantable puede inspirar a otras a levantarse,
llenarse de valor, y seguir adelante en Fe!.
7.-Obediencia y Experiencia- Jueces 4:15 Y Jehová quebrantó a Sísara, a todos sus carros y a todo su ejército, a filo de espada
delante de Barac; y Sísara descendió del carro, y huyó a pie.
El Señor confundió y perturbó a Sísara y a su ejército estorbando la movilidad de los carros de guerra por medio del
desbordamiento del río Cisón. A medida en que Débora y Barac fueron obedientes Dios fue haciendo su obra de rescatar a su pueblo
del sometimiento.
A través del ministerio de Débora, tanto los líderes como los seguidores emergieron y la batalla fue peleada y ganada. Hoy en
día, existe muy poca diferencia con los días de Débora. Hay una gran comisión que cumplir que nos fue encomendada por nuestro
Señor Jesucristo.
Hay discipulados que impartir, nuevos creyentes que discipular, almas perdidas que evangelizar y la lista sigue y sigue. Y aún
así, hay muy pocos dispuestos a dar un paso al frente y asumir las posiciones de liderazgo y existen aún mas pocos que están
dispuestos a seguirlos.
En nuestra iglesia, como en la gran mayoría, hay trabajo que necesita ser hecho y no hay suficientes personas dispuestas a
hacerlo. ¿ A qué te ha llamado Dios hacer? ¿Te ha llamado a servir? Entonces ofrécete y sé un seguidor confiable; ¡haz lo que
necesita ser hecho! ¿Estás llamado a liderar? Entonces hazlo, confiando en que Dios trabajará a través de tu debilidad para hacerte
fuerte.
Sísara que significa «orden de batalla». Habitaba en Jaroset Goim que significa «trabajo de hombre». Hoy en día el enemigo
nos muestra una gran mentira y es creer que las batallas solo las pelea el hombre por lo de la fuerza; pero la realidad es que la mujer
cristiana de hoy en día debe pelear las batallas igualmente de rodillas como el varón.
Débora tenía unidad con otras mujeres (Jael – Jueces 4:21). Para que las mujeres venzan a sus enemigos tienen que unirse a
través de la oración y búsqueda de Dios, ya que solo unidas vencerán.
Para concluir, la mujer de hoy para ganarse una posición de reconocimiento en su casa, en la Iglesia y en la sociedad tiene que
ser una mujer que como Débora este llena de Dios, sea trabajadora, sagaz, grande para el reino de los cielos. Solo en plena
comunión con el Espíritu Santo podrá la mujer vencer a sus adversarios, llevándola Dios ser bienaventurada.
Dios se mostró a Débora como : Jehová-Niss, El Señor es mi bandera, mi estandarte.- Jehová-Nakeh, El Señor que golpea,
Jehova-Tsebaoth, Jehová de los ejércitos, Jehova-Tsideqenu, Justicia nuestra

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