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Policía y violencia

Apuntes comparativos sobre el lugar de la fuerza física


en la definición del objeto de la “sociología de la policía”*

Augusto Montero
Universidad Nacional del Litoral

Introducción

¿Qué es lo que define a la policía como tal? 487-488). Esta opinión dio visibilidad a un
¿Cuáles son los elementos que la caracteri- debate que se había mantenido implícito en
zan? ¿Con qué herramientas teóricas elabo- las ciencias sociales, pero que paulatinamen-
rar un concepto para la policía? Desde hace te fue adquiriendo intensidad1 (Monjardet,
por lo menos treinta años han venido desa- 2003: 21). El sociólogo estadounidense Egon
rrollándose (fundamentalmente en Gran Bre- Bittner constituye una figura clave en estas
taña, Canadá, Estados Unidos y Francia) una discusiones: buena parte de las conceptuali-
serie de intercambios académicos dirigidos a zaciones que las componen toman como pun-
elaborar respuestas para éstas y otras pre- to de partida sus trabajos. Tanto para “fie-
guntas similares. En 1979, en un influyente les” como para “heréticos” constituye el “in-
análisis de la literatura sociológica sobre po- vestigador de referencia” (Brodeur, 1994: 460).
licía, Maureen Cain planteó la discusión en En la década de 1970 Bittner elaboró –en al-
torno al objeto de la sociología de la policía gunas publicaciones que seguramente se
de manera explícita: criticó a muchos autores encuentran entre las más citadas en este cam-
que no proveían una definición del objeto po– una definición de la policía en la que la
que analizaban. Argumentó que “parece que violencia ocupa un lugar central, constituti-
‘ya se sabe’ lo que la policía, como institu- vo. Sentó allí las bases para el despliegue de
ción, realmente es” (citado en Reiner, 2003: múltiples posiciones, tomadas por investiga-

*
Este trabajo se ha desarrollado en el marco del Pro- 1
Al parecer, todavía hoy la pregunta sobre qué debe
yecto PICT-REDES 2002 “Policía, violencia y esta- ser considerado una organización policial “incomo-
do de derecho” de la Agencia Nacional Científica y da” a los investigadores (Reiss, 2003: 69).
Tecnológica.
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dores de países diversos. En buena medida, las definiciones de los investigadores que
las diferencias entre estas perspectivas apun- las analizan en cada contexto específico. En
tan a la posibilidad y a la conveniencia de Argentina y América Latina, algunos de los
definir a la policía a partir de su relación con trabajos que componen la fragmentaria lite-
la violencia. ratura sociológica sobre la policía tienden
Ahora bien, es posible que reconstruir es- algunos “puentes”, haciendo referencias ex-
tos relatos resulte útil para observar de qué plícitas a distintos autores que tomaron po-
manera las policías son presentadas en la “in- siciones en los intercambios que se produje-
cipiente” literatura sociológica sobre este ron en otros escenarios.
tema que se está produciendo en Argentina Este trabajo está dividido en dos partes.
y Latinoamérica. Es preciso reconocer que En la primera, tomando como punto de parti-
las instituciones policiales y sus prácticas da los trabajos de Egon Bittner, llevaré ade-
no son homogéneas o invariables en el tiem- lante una reconstrucción esquemática de las
po o en el espacio: tienen genealogías nacio- principales posiciones teóricas sobre estos
nales que varían de acuerdo a cómo los pro- problemas que se han desarrollado en otros
cesos de formación de cada estado y de sus contextos, intentando observar y describir
policías se han desarrollado históricamente algunas de las herramientas conceptuales
y toman formas que están condicionadas por utilizadas. En la segunda parte, dirigiré una
las culturas políticas particulares de las que mirada exploratoria sobre las representacio-
forman parte, a las que a su vez condicionan nes de la policía en nuestro país y en Latino-
(Loader, 2002: 130-131; Manning, 2004: 137- américa, intentando destacar los “puentes”
138). Esta heterogeneidad puede reflejarse en y las peculiaridades de estas lecturas.

Definiendo al objeto de la sociología de la policía.


Los “diálogos” con Egon Bittner en Europa y América del Norte

Si bien no fue el primer autor en desarro- “teoría de la policía” se inscribe en el marco


llar estudios empíricos sobre policía,2 la obra de una teoría weberiana del estado3 y las
de Egon Bittner aparece a menudo en las principales influencias sobre su pensamien-
publicaciones sobre el tema como una cita to deben buscarse en la etnometodología y
casi imposible de eludir (Levy, 2001: 279). Su los estudios etnográficos4 (Bittner, 2003/

2
Los primeros parecen haber sido, para Estados (Reiner, 2003: 467 y ss., 2002: 466 y ss.; Palidda,
Unidos, William Westley, de la Universidad de Chi- 2000: 22; Bittner, 2003d/1982: 261).
3
cago, quien en 1951 presentó una tesis doctoral que Aunque casi no cita a Max Weber, considera meri-
ha ejercido una gran influencia sobre los primeros toria la obra de W. K. Muir, autor que construyó una
sociólogos de la policía (Brodeur, 1984: 11-12, 1994: teoría de la policía que apela explícitamente a Weber
461; Reiner, 2002: 463); y para Gran Bretaña, (Brodeur, 1994: 461).
4
Michael Banton, que en 1964 publicó un “estudio De hecho, una de las primeras publicaciones de
pionero” que representó el origen “claro y distinto” Bittner se realizó en una obra colectiva dirigida por
de la investigación académica en ese país, en lo que Garfinkel y se inspiró en el trabajo de Cicourel y de
fue el primer estudio comparativo de las prácticas Kitsuse sobre la criminalización de la desviación
policiales en Estados Unidos y el Reino Unido (Palidda, 2000: 22).
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1990: 13; Brodeur, 1994: 460-461; Palidda, unidad temática para toda la actividad poli-
2000: 23). Bittner produjo numerosas inves- cial”. Dado que el papel de la policía es en-
tigaciones, partiendo –sobre todo en su pri- frentar a todos los tipos de problemas huma-
mera época– de trabajos de campo con ob- nos en la medida en que sus soluciones im-
servación participante. En su búsqueda de pliquen la posibilidad de hacer uso de la fuerza
una definición para la policía, establece una en el momento en que están ocurriendo, ese
relación constitutiva entre el trabajo policial uso de la fuerza es lo que da un punto de
y las nociones de violencia y de coerción homogeneidad a las distintas líneas de tra-
(Brodeur, 1984: 12). Una de sus preocupa- bajo policial. Estas distintas líneas pueden
ciones principales es elaborar una “defini- incluir comportamientos tan diversos como
ción realista” del papel que la policía cumple “capturar a un delincuente, llevar al gober-
en la sociedad, es decir, que escape de las nador al aeropuerto, retirar a una persona
“formulaciones abstractas” de las concep- borracha del interior de un bar, dirigir el trán-
tualizaciones legales (Brodeur, 2001: 310). sito, controlar multitudinarias manifestacio-
Para Bittner la “función nuclear” en el papel nes públicas, cuidar a niños perdidos, admi-
de la policía es su “capacidad para el uso de nistrar socorros médicos e intervenir en pe-
la fuerza”.5 Define a la policía como “un me- leas familiares”. La posibilidad del uso de la
canismo de distribución, en la sociedad, de violencia brinda especificidad a las diferen-
la fuerza justificada por la situación”.6 Lo que tes áreas de actuación policial –ya sea el
caracteriza a toda intervención policial es mantenimiento de la paz, el mantenimiento
que proyecta el mensaje de que la fuerza del orden, la prestación de servicios o la apli-
puede ser usada (2003b/1970: 130, 132). Se- cación de la ley penal (2003b/1970: 134-136;
gún Bittner, el servicio que desempeñan los 2003d/1982: 263).
policías involucra “el ejercicio de una com- Por supuesto, estas perspectivas deben
petencia única, no compartida con nadie más ser observadas a la luz del contexto en el
en la sociedad”. Esta competencia específi- que emergieron. Bittner escribió en un mo-
ca de la policía está “totalmente contenida mento en el que se estaba “desmitificando”
en su capacidad de acción decisiva… El la idea acerca de que el papel de la policía se
policía, y solamente el policía, está equi- relaciona con tareas ligadas a la aplicación
pado, autorizado y es necesario para lidiar de la ley. Sus primeros trabajos aparecieron
con toda emergencia en que pueda ser usa- al mismo tiempo que otras investigaciones
da la fuerza” (2003c/1974: 236-240, cursivas basadas –como las suyas– en observacio-
en el original). nes detalladas principalmente del trabajo de
Para el autor estadounidense, la capacidad patrulla, que “descubrieron” que el trabajo
para el uso de la fuerza coercitiva brinda “una policial consiste básicamente en tareas “no

5
Los artículos más importantes de Bittner sobre bre las percepciones los policías en el ejercicio de la
este tema han sido reunidos en una sola obra, publi- fuerza. Agrega entonces que ser policía “significa
cada en 1990 con el título Aspects of Police Work. estar autorizado, y tener la exigencia, de actuar de
En 2003 apareció en portugués en la edición consul- modo coercitivo cuando la coerción fuera necesa-
tada para este trabajo. Adjunto a la referencia el año ria, según lo determinado por la evaluación del pro-
de publicación original. pio policía de las condiciones del lugar y del mo-
6
En algunos lugares incorpora consideraciones so- mento” (2003/1990: 20).
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policiales” para el mantenimiento del orden Estas conceptualizaciones de Bittner acer-


o de la paz7 (ver Gleizal et al., 1993: 26). Estas ca de la definición del objeto-policía han sido
múltiples tareas requieren un punto de co- adoptadas, en todo o en parte, en múltiples
nexión, un elemento que les brinde una “uni- trabajos sobre el tema, algunos de los cua-
dad tópica”: para Bittner ese elemento era la les son muy importantes y estructuran toda-
posibilidad última del uso de la fuerza. vía al campo de saber sobre la policía. Por
Esta idea de que es la posibilidad última otra parte, existen distintos intentos de “su-
del recurso a la fuerza y no el uso efectivo perar” al autor estadounidense que plantean
de ella lo que caracteriza al trabajo policial nuevos problemas y proponen marcos teó-
atraviesa toda la reflexión de Bittner. Aclara ricos alternativos. En muchos de estos tra-
en todo momento que no hay que llegar a la bajos, la reflexión (crítica o no) se focaliza
conclusión de que las rutinas ordinarias de sobre la posibilidad de caracterizar a las po-
la ocupación policial están constituidas por licías (como objeto de estudios) en base a
el ejercicio real de la capacidad del uso de la su vinculación con el uso de la violencia fí-
fuerza (Bittner, 2003b/1970: 133). El trabajo sica. A continuación, describiré algunas de
policial no consiste en el uso de la fuerza estas posiciones partiendo de las que se en-
para resolver problemas, sino “en lidiar con cuentran más próximas a las definiciones de
problemas en que la fuerza puede tener que Bittner, avanzando hacia las posturas más
ser utilizada”8 (Bittner, 2003c/1974: 240-241, críticas.
cursivas en el original). La mayoría de las Uno de los autores que es considerado un
habilidades y recursos usados en el trabajo “clásico” por adoptar de manera “ortodoxa”
policial se dedican a obtener buenos resul- la definición bittneriana es David Bayley
tados sin recurrir a la fuerza, pero los poli- (Brodeur, 1994: 457-458), quien afirma que la
cías también tienen que ser “hábiles” para palabra policía hace referencia a “personas
usar la fuerza sólo como último recurso. La autorizadas por un grupo para regular las
“máxima fundamental” del ejercicio metódi- relaciones interpersonales al interior del gru-
co de la coerción por la policía es que su po a través de la aplicación de la fuerza físi-
recurso debe ser restringido a un “mínimo ca” y agrega que su definición tiene tres
inevitable” (2003d/1982: 264; 2003b/1970: partes esenciales: “fuerza física, uso interno
200). y autorización colectiva”. La “competencia

7
Para Bittner, el mayor descubrimiento de las in- engloban “el tratamiento metódico de una variedad
vestigaciones en ciencias sociales sobre la policía extensísima de problemas humanos que frecuente-
consiste en el hecho de que “la mayoría preponde- mente son complejos y, casi invariablemente, muy
rante de la mano de obra, del tiempo y de los recur- serios” (2003e/1973: 300; Waddington, 1999: 31).
8
sos de la policía es (y debe ser) utilizada para activi- De hecho, Bittner es optimista al no descartar la
dades que nada o muy poco tienen que ver con el posibilidad de que en el futuro “los policías puedan
trabajo policial en el sentido estricto del término”. ser capaces de conseguir el resultado deseado para
Este conjunto de actividades –a las que se llama cualquier problema sin nunca recurrir al uso de la
comúnmente “de mantenimiento de la paz”– fuerza física” (Bittner, 2003b/1970: 195).
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única” de la policía es el uso de la fuerza la definición de Bittner y a la consideración


física9 (Bayley, 1990: 7). de la policía como “repositorio institucional”
Robert Reiner, por su parte, ha ido aproxi- del uso legítimo de la fuerza, cuya singulari-
mándose cada vez más a la definición de dad radica en “actuar como instrumento es-
Bittner con el transcurrir de sus trabajos. En pecializado para la monopolización de la fuer-
una de sus obras más importantes, pretende za legítima dentro de los confines de su te-
“completar” el marco de Bittner incorporán- rritorio” (Reiner, 2003: 488; 2002: 475). En uno
dole un componente “funcionalista” (1992: u otro caso coincide con Bittner en que esta
2). Estructura su definición de la policía con- concepción de la policía no implica que la
jugando las de Bittner y de Jerome Skolnik: policía use típicamente la coerción para lo-
“La policía civil es una organización social grar sus fines, sino que tiene la “capacidad”
creada y apoyada por procesos políticos de hacerlo si fuera necesario (1992: 2, 142-
para aplicar concepciones dominantes de 143; 2002: 475).
orden público” (tomada de Skolnik)10 “Su Dominiq Monjardet también se encuentra
papel específico en la aplicación de las le- muy próximo de la definición de Bittner, a la
yes y el mantenimiento del orden es la de que califica de “exacta”. Sin embargo, critica
especialistas en coerción” (citada de Bittner). que en ciertos lugares, aquél introduce ideas
Así, Reiner busca incorporar un componen- de legitimidad o de necesidad (especialmen-
te “político” más elocuente a la definición te cuando habla de que la fuerza “puede te-
bittneriana, considerada por algunos críti- ner que ser usada”). Esto aparta la defini-
cos como esencialmente “apolítica”. Sin em- ción de su costado “instrumental” y la acer-
bargo, en un escrito posterior vuelve sobre ca a los juicios en relación al “uso social
sus pasos, calificando a la posibilidad de esta hecho de ese instrumento”. El autor francés
“síntesis” como “discutible”. Reconoce las busca enfatizar el carácter instrumental de
dificultades planteadas por una definición las policías: “el rasgo esencial de toda poli-
de tipo funcional, debidas a la variedad y cía es su instrumentalidad”11 (2003: 207). La
heterogeneidad de las funciones que la poli- policía no tiene objetivos propios, sirve a
cía cumple (2002: 475). Regresa entonces a los objetivos de quien la maneja. Es un ins-

9
Bayley aclara que su definición es deliberadamente sideran “la variedad de tareas con las que la policía
inclusiva para que resulte más útil para un análisis de tiene que lidiar” (ver Reiner, 2003: 488). Monjardet
tipo comparativo entre distintas fuerzas policiales (2003: 22) lo representa gráficamente con su metá-
(Bayley, 1990: 11). fora del martillo: “Seguramente, no es la suma infi-
10
Además de Skolnik, quien en otro trabajo (1993: nita de las posibles utilidades de un martillo lo que
10) parece aproximarse a los conceptos de Bittner, puede definirlo, sino la dimensión común a todos sus
autores muy citados emplean definiciones “funcio- usos, que es aplicar una fuerza sobre un objeto”.
11
nalistas” –es decir, que buscan definir a la policía por En este punto existe una diferencia con Reiner,
lo que ésta hace–. Maureen Cain, por ejemplo: “La quien sostiene que la policía no es “un mero instru-
policía precisa, entonces, ser definida siguiendo su mento del Estado, encargado de obedecer las órde-
práctica principal. Ella es la encargada de la tarea de nes emitidas desde arriba”. Esta consideración des-
mantener el orden definido como apropiado por cuida para Reiner la importancia de la “discreciona-
aquellos que sostienen a la policía”. La principal lidad policial” (2002: 476).
crítica para este tipo de definiciones es que no con-
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trumento de aplicación de una fuerza sobre te coercitiva” (Waddington, 1999: 30, énfa-
el objeto que le es señalado por quien la co- sis en el original). Otros autores enfatizan –
manda. Para Monjardet, la policía “no po- junto a su relación con la violencia– el rol de
dría tener finalidad propia”, no trasciende la la policía en la construcción de algún tipo
coerción física (2003: 22). De manera que el de saber o información. Salvatore Palidda,
principio es que “la policía es una fuerza, y por ejemplo, desde el contexto italiano, sos-
no pasa de una fuerza”12 (2003: 207). Agre- tiene que además del uso de la fuerza resulta
gar algún otro tipo de consideración signifi- esencial para definir a la policía su capaci-
ca incorporar a la definición elementos aje- dad para construir un saber que le permita
nos a la policía en sí misma.13 realizar un trabajo “inteligente” de “cirugía
Por otro lado, yendo más lejos con rela- social”. Palidda formula una alusión explíci-
ción a Bittner, un conjunto de trabajos reco- ta al debate planteado en torno a las posi-
noce la importancia de la dimensión coerciti- ciones de Bittner, a cuyo marco denomina
va en la caracterización de las policías, pero “modelo coercitivo” y sostiene –frente a las
la considera insuficiente para establecer una críticas de Jean-Paul Brodeur al modelo
definición satisfactoria. De acuerdo con esta bittneriano, que tilda de “incomprensible-
perspectiva se han desarrollado diversos mente agresivas–- que “ninguno de los au-
intentos de “completar” la definición de tores que se ocupan de la policía niega la
Bittner agregándole un elemento que acom- validez de la dimensión coercitiva” (2000: 23).
pañe a la fuerza física en el núcleo del con- Pero esta dimensión resulta insuficiente para
cepto de la policía. En el caso de P.A.J. caracterizar a las policías modernas. Palidda
Waddington, ese componente es la “autori- rescata la correlación subrayada por
dad”, que “recubre” al uso de la fuerza y es Foucault14 entre la necesidad del disciplina-
sostenida por éste. Este autor señala que lo miento económico, social, político y cultural
que la policía efectivamente hace es ejercer y la concepción, la organización y la praxis
la autoridad. Opone este ejercicio efectivo a de la policía. La policía moderna nació como
lo que tiene el potencial para hacer, que es una institución “inteligente”, necesaria para
usar la fuerza física legítima. De todas mane- separar las “clases laboriosas” de las “cla-
ras, la autoridad que la policía ejerce se fun- ses peligrosas”. Para desarrollar esta tarea
da “indudablemente” sobre el monopolio de se construyó un saber práctico sobre la so-
la fuerza legítima, es decir, es “esencialmen- ciedad que le permitiera distinguir entre ene-

12
Cuando aporta su definición de la policía, dice que to represivo del estado, es reinventada “para con-
es “la institución encargada de poseer y movilizar vertirla en un aparato idóneo para la clase en el
los recursos de fuerza decisivos, con el objetivo de poder”. En definitiva, “el aparato policial es el ins-
garantizar al poder el dominio o la regulación del trumento de fuerza más poderoso con el que cuenta
empleo de la fuerza en las relaciones sociales inter- el poder”. La violencia policial es aplicada siempre
nas” (2003: 27). por mandato de una autoridad superior, “que en el
13
Sin participar de manera explícita en este debate, fondo acaba siendo siempre el Estado” (Recasens i
desde el contexto español Amadeu Recasens i Brunet Brunet, 1994: 62-64, 73-74).
14
propone un punto de partida en alguna medida aná- A quien considera el autor que ha brindado la con-
logo. Afirma la necesidad de construir un concepto tribución más importante a la conceptualización de
de policía que sea “definido e instrumental”. En cada la policía (2000: 25).
situación histórica, la policía, como parte del apara-
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migos sociales y trabajadores (2000: 30). De denadas, la paz y tranquilidad en los esce-
esta manera, Palidda sostiene que el “primer narios domésticos” y que somos capaces
elemento constitutivo de la policía” es la fa- de medir, por ejemplo, a través del número
cultad de usar la fuerza coercitiva.15 Pero esta de arrestos realizados). Estos enfoques tien-
facultad deviene estéril o contraproducente den a descuidar que la policía también re-
si no está acompañada por otro elemento produce órdenes simbólicos, en los que ope-
prioritario: la capacidad de producir un sa- ra a través de múltiples recursos que nada
ber práctico sobre la sociedad. La policía se tienen que ver con el uso de la violencia
define entonces no solamente como institu- (Ericson, 1998: 205-206). En este contexto,
ción principal legitimada para el uso de la propone (junto a Kevin Haggerty) analizar
fuerza, sino también como profesionalidad el trabajo de la policía en términos de un
que produce saber sobre la sociedad 16 “modelo de comunicación de riesgos”
(Palidda, 2000: 30). (Ericson y Haggerty, 1997: 3). Sostiene que
Un poco más alejado del “núcleo coerciti- si bien la policía tiene un considerable po-
vo” propio de la teoría de Bittner se encuen- der coercitivo para producir conocimiento
tra Richard Ericson, que sostiene que la po- sobre el riesgo, ese conocimiento es distri-
licía debe ser concebida como depositaria buido principalmente a través de sistemas
de un saber experto (citado en Brodeur, 1994: de comunicación de riesgos a otras institu-
458). En sus trabajos, si bien se reconoce la ciones que gobiernan a través de la confor-
presencia de la coerción en la configuración midad, sin recurrir a la fuerza física (1997:
del trabajo policial, ocupa un lugar más “la- 446). Así, el trabajo de la policía es efectua-
teral” o está equiparada o subordinada a do no solamente a través de la vigilancia te-
otros elementos que considera más adecua- rritorial sino también en el nivel extraterrito-
dos para caracterizar a la policía. Ericson rial del conocimiento abstracto del riesgo
destaca el papel de la policía en la reproduc- referido a las seguridades, carreras e identi-
ción de distintos órdenes simbólicos. Las dades (1997: 5). De esta manera, los policías
concepciones “convencionales” de la poli- son concebidos como “trabajadores del sa-
cía, que la visualizan en términos físicos y ber” (knowledge workers) que colaboran
materiales como el brazo coercitivo del esta- con otras instituciones con la convicción de
do –corporización del monopolio estatal del que el mundo puede ser hecho más seguro
uso legítimo de la fuerza– están atrapadas por medio de un conocimiento del riesgo
en una concepción del orden –que presen- cada vez más perfecto (1997: 8, 20). Aunque
tan como el objetivo del trabajo policial– en la aplicación de la ley penal, el mantenimien-
términos que son también físicos y materia- to del orden, o la provisión de servicios for-
les (como “algo que se supone que vemos o man para Ericson obviamente parte del tra-
experimentamos, por ejemplo, las calles or- bajo policial, no captan adecuadamente las

15 16
La acción de la policía “implica necesariamente el “Institución especializada en la recolección y el
recurso a la fuerza” cuando algunos actores sociales tratamiento de información sobre la sociedad, la
no quieren o no pueden compartir las reglas de com- policía puede ejercitar el rol de garante de la seguri-
portamiento de los miembros de la sociedad (Palidda, dad no solamente porque dispone de la fuerza coer-
2000: 241). citiva, sino sobre todo porque sabe cómo, dónde,
cuándo y contra quién usarla” (Palidda, 2000: 33).
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formas en las que la policía contribuye real- ganizaciones, y se compone de “acciones


mente a la regulación, al gobierno y a la se- específicas que producen un resultado de-
guridad. Esa contribución se da en términos seado”. En el caso de la policía se trata de
de sistemas interinstitucionales de comuni- “la producción y el procesamiento de infor-
cación de riesgos (1997: 11-12). maciones”. Reiss asegura que ese núcleo
De manera similar, autores como Peter tecnológico no debe ser confundido con la
Manning y Albert Reiss Jr. ponen en cues- observación de que la cualidad distintiva de
tión la definición de la policía por el uso de la policía es que ella tiene el poder de usar
la violencia, considerando que la “tecnolo- medios coercitivos, por la amenaza o por el
gía de base” de las organizaciones policia- real uso de la fuerza, siempre que sea legal.
les es el tratamiento y la producción de in- Pero es en torno al núcleo tecnológico que
formación (ver Brodeur, 1994: 458). Ambos se estructura la tarea fundamental de una
autores mantienen que un rasgo caracterís- organización policial: “administrar y respon-
tico de las instituciones policiales es su le- der a las solicitudes externas de las perso-
gitimación para el uso de la fuerza. Pero agre- nas y de otras organizaciones”. Cada vez
gan a la definición la noción de “tecnología” más, son las tecnologías de análisis menos
o “núcleo tecnológico”. La tecnología es invasivas (y por lo tanto, más alejadas del
concebida como “el instrumento o medio por núcleo coercitivo) tales como los análisis de
el cual se realiza un trabajo”. Puede manifes- riesgos, las que se tornan métodos caracte-
tarse de manera material, lógica o social. En rísticos de la administración “racional tec-
el caso de la policía, la tecnología central es nocrática” de los departamentos de policía
“la toma de decisiones”. Aquí, el principal (Reiss, 2003: 99).
“insumo” y base de acción del trabajo poli- Por otra parte, existe un conjunto de tra-
cial está representado por la información. La bajos en los que se sostiene que la defini-
información es un aspecto crítico de las so- ción de Bittner debe ser superada por una
ciedades modernas y es el aspecto esencial razón histórica. El marco que se construye a
y central del trabajo policial. En la tecnolo- partir del concepto “clásico”, afirman, resul-
gía de la policía, el tema principal es el uso, ta demasiado estrecho para comprender a
el procesamiento y la aplicación de la infor- las diversas formas de producción de segu-
mación y de los significados atribuidos a ella ridad que no corresponden a la policía esta-
(Manning, 2003: 377-378, 384). Para Manning, tal. Por lo tanto, proponen como objeto de la
la policía depende de la información: recoge sociología de la policía un concepto más
diversos tipos de información y los usa para comprensivo, que incluya a las actividades
fines diferentes. De todas maneras, mantie- de la policía pública, caracterizada por el uso
ne –citando a Bittner- que “la médula de la de la violencia, pero que no se limite a ella.
tecnología de la policía es la toma de deci- En el momento en el que Bittner publicó
siones localizadas, con potencial para el uso sus obras más importantes en referencia al
de la fuerza” (2003: 380). Reiss, en tanto, cri- objeto de los estudios sobre policía, la ma-
tica a Bittner porque éste no logra separar el yor parte de las tareas de mantenimiento del
“núcleo tecnológico” de las organizaciones orden y de producción de seguridad eran de-
policiales de la legitimación del derecho de sarrolladas por la policía pública. El policing
sus integrantes para usar la fuerza. Ese “nú- y la policía se encontraban más próximos, o
cleo tecnológico” es propio de todas las or- por lo menos así lo percibían los trabajos
Policía y Violencia. Apuntes comparativos sobre el lugar de la fuerza física en... 67

académicos sobre estos temas. Pero a partir tales”17 (Bayley y Shearing, 1996: 586). Así,
de ese momento, principalmente por la emer- para Shearing, la función de policing puede
gencia y la veloz difusión de las distintas ser principalmente asignada a un cuerpo es-
actividades de carácter privado dirigidas a pecialista (una policía o una fuerza de seguri-
la producción de seguridad, el policing y la dad), o puede ser cumplida por no especia-
policía comenzaron a distanciarse y el domi- listas como parte de otros trabajos (Stenning
nio del policing estatal pasó a ser percibido y Shearing, 1991: 126; Shearing, 1996: 291).
como una fase histórica. A partir de esta pers- Shearing propone una conceptualización que
pectiva, se elaboraron una serie de críticas a rescate la conexión entre policing y combate
la estructura teórica de Bittner, considerada del delito, que es reconocido cuando se lo
como demasiado centrada en el estado para equipara a la policía pública, pero que no re-
permitir la comprensión de estas transfor- sulte constreñida por los límites institucio-
maciones en el gobierno de la seguridad nales de esta definición. El policing es, en-
(Bayley y Shearing, 1996: 586; Marenin, 1996: tonces, una “red de mecanismos de regula-
309; Shearing, 2003: 433 y ss.; Stenning y ción que se intersectan” (Shearing, 2003:
Shearing, 1991: 127). 428-429; Brogden y Shearing, 1993: 10, 175).
Uno de los autores centrales en esta pers- En esta concepción, el variado conjunto de
pectiva es Clifford Shearing. Shearing acep- recursos empleados en el policing incluyen,
ta que el rol de la policía puede ser concebi- pero no se limitan, a la coerción (Shearing,
do en términos de la aplicación de la fuerza 1996: 294-295; para el “policing a través de la
física no negociable, asumiendo la “posición violencia” en el contexto sudafricano,
weberiana clásica… de que el Estado debe Brogden y Shearing, 1993: 17). Para Shearing
monopolizar la coerción física” (Shearing, y Stenning, la privatización que se hizo cada
1996: 299). Sin embargo, considera que la vio- vez más fuerte desde la posguerra señaló un
lencia no ocupará ya un lugar central para el cambio fundamental en la responsabilidad por
gobierno de la seguridad (mimeo: 1). De acuer- el policing –de manos del estado a manos de
do con estas ideas, en sus distintos trabajos las corporaciones– que está desafiando el
Shearing elude referir el término policing ex- poder del estado y redefiniendo las relacio-
clusivamente a “la policía”, es decir, a perso- nes entre éste y las corporaciones. Se está
nas en uniforme que son contratadas, paga- produciendo un cambio en la localización del
das y dirigidas por el gobierno, sino a “todos poder. Para esta postura, y esto resulta esen-
los esfuerzos explícitos para crear agentes cial, la privatización involucra más que una
visibles de control del delito, sea por institu- simple mudanza en la localización de un “ser-
ciones gubernamentales o no gubernamen- vicio” de un grupo de agentes para otros. “El

17
En uno de sus trabajos, Robert Reiner emplea una técnicas, de las que la idea moderna de policía es sólo
es casi idéntica a la de Shearing. Plantea la necesidad una”. Los procesos de policing/actividad policial
de distinguir a “la policía” del policing/actividad comprenden “la creación de sistemas de vigilancia,
policial: “la primera se refiere a un tipo especial de acompañados de la posibilidad de imponer sancio-
institución social, en tanto que la segunda denota un nes, para toda forma de desviación que se perciba…
conjunto de procesos con funciones sociales especí- El sistema mejor conocido es, desde luego, el que
ficas” (2002: 471). Las actividades policiales “se denota el sentido moderno da la policía” (2002:
llevan a cabo mediante diversos tipos de personas y 472-473).
68 Augusto Montero

propio policing cambió cuando su localiza- tralidad de la policía en el mantenimiento o


ción cambió”18 (Shearing, 2003: 451). Y una la reproducción del orden, sino en su fabri-
de las transformaciones centrales de este cación”; en el corazón de esa fabricación se
policing pluralista, corporativo y descentra- encuentran el trabajo y la naturaleza de la
lizado está vinculada con la pérdida de prio- pobreza (2000: 5, cursivas en el original). Para
ridad de la violencia en como dispositivo de Neocleous, la policía fue reconceptualizada
gobierno (mimeo: 8). durante el liberalismo como una fuerza más
De manera similar, Mark Neocleous sugie- limitada, con poderes más específicos y fo-
re recuperar el concepto de policía desde los calizada sobre la prevención del delito y la
“estudios sobre policía”, en los que se lo seguridad interna (2000: 32), pero la razón
confina a los límites de las miradas crimino- de ser de la función policial permaneció. Sin
lógicas y resituarlo “dentro de la corriente embargo, conceptualizaciones como la ela-
principal de la teoría social y política”.19 De borada por Bittner, a quien menciona expre-
manera muy próxima a la perspectiva des- samente, permiten captar solamente este
cripta en el párrafo anterior, considera que la período histórico, y de manera limitada. Este
policía y el policing no deben ser identifica- autor propone en cambio un concepto ex-
dos con la policía:20 “el policing es desarro- pandido de policía, que permita reflejar el
llado en parte por la policía pública unifor- conjunto expansivo de instituciones y me-
mada”. Pero a diferencia de Shearing, sitúa canismos estatales a través de las cuales el
principalmente a las otras agencias de policing tiene lugar. La mejor manera de en-
policing “a lo largo del estado”. En este tender a la policía es como una actividad,
contexto, la policía debe ser entendida como más que como una institución, una función
una actividad más que como una institución, más que una entidad. Uno puede ver el pro-
ejercida desde el feudalismo, con “una co- ceso de consolidación de la policía como
herencia que reside no solamente en la cen- institución como parte de una reducción de

18
De todas maneras, como aclara Brodeur, estas presenta a la policía en términos similares a los de
críticas se dirigen menos a Bittner que a toda socio- Bittner: “La última verdad de la policía es que trata
logía que pretenda, en este período de dispersión del con la violencia y dispensa violencia en la protec-
control social, hacer una teoría de la policía que no ción de los intereses del estado” (Neocleous, 2000:
alcance a su componente privado (1994: 474). 118). En otro lugar, también emplea –sin citarlo–
19
Se coloca también a una “distancia crítica” de los una estructura de razonamiento similar a la de
estudios de los “foucaultianos” –menciona a Jaques Bittner: “La aplicación de la ley deviene parte del
Donzelot, Graham Burchell, Colin Gordon, Peter trabajo policial en la misma medida en que cualquier
Miller, Andrew Barry, Thomas Osborne, Nicolás cosa en la que el ejercicio de la fuerza para el mante-
Rose, Mitchell Dean y Neil Websdale–, que usan el nimiento del orden pueda tener que ser usado, y
concepto de policía tan abstractamente que parece solamente en esa medida” (Neocleous, 2000: 112).
ser sinónimo de poder, disciplina o gubernamentali- Bittner había escrito: “El trabajo de la policía vin-
dad, casi sin mencionar a la institución policial en sí culado con la ley penal es apenas parte incidental y
misma, “al punto en que uno llega a pensar en que el derivada del trabajo policial… se torna parte del
policing y la policía no tienen ningún punto de co- trabajo policial exactamente en la misma medida de
nexión” (2000: x). todo aquello en que pueda ser utilizada la fuerza, y
20
Neocleous no se desprende en absoluto de la vio- solamente en esa medida” (Bittner, 2003c/1974:
lencia en la definición de la policía estatal del perío- 247; ver también 241).
do liberal. Incluso en varios tramos de su trabajo
Policía y Violencia. Apuntes comparativos sobre el lugar de la fuerza física en... 69

la función de la policía hacia una preocupa- policías a nivel, por ejemplo, de su seguri-
ción con el delito y el derecho o puede, más dad. Aquí Brodeur detecta una de “las difi-
que caer en esta relectura liberal de la poli- cultades más profundas del bittnerismo”, que
cía, considerar que otros “servicios” y “de- define a la policía por su uso de la fuerza sin
partamentos” que se hicieron cargo de ta- precisar los fines perseguidos.21 En segun-
reas que anteriormente desarrollaba la poli- do lugar, la conceptualización de Bittner, que
cía son parte de una diferenciación funcional Brodeur denomina “clásica”, también plan-
del proyecto de la policía, dentro del cual la tea límites “operacionales”. La represión de
naturaleza expansiva de la función policial ciertos delitos (económicos, por ejemplo)
permanece, llevada adelante por servicios e rara vez implica un recurso a la fuerza física
instituciones que fueron adoptando nombres y por esto, según esta definición, no intere-
diferentes. En muchos casos, este nombre san a la policía. Su teoría permanece también
fue “seguridad social” (Neocleous, 2000: 91). relativamente indiferente a las tareas de la
Finalmente, la crítica más completa a la policía judicial. Además, se dirige esencial-
definición bittneriana de la policía proviene mente a la acción de simples agentes y per-
de la obra de Jean Paul Brodeur, quien lleva manece muda sobre quienes los comandan22
adelante en una serie de artículos un ataque (Brodeur, 1994: 466).
exhaustivo a la mayor parte de las opciones A diferencia de algunos de los otros auto-
teóricas de Bittner. Entre ellas se destaca la res, Brodeur propone sus críticas en una re-
opinión de que la definición bittneriana de flexión constante sobre las posibilidades y
la policía es “reduccionista”. En primer lu- los límites de la “sociología de la policía”.
gar, porque impone límites “sociales y terri- En este marco, señala entre sus “considera-
toriales” a la acción policial. Al definir a la ciones formales de orden epistemológico”
policía usando el recurso a la fuerza concen- los problemas generados en el trabajo de
tra la acción policial en los barrios degrada- Bittner a causa de su caracterización de su
dos, ya que –afirma Brodeur citando a objeto de estudio por el recurso a la fuerza,
Bittner– es raro que una decisión de un po- dado que en realidad el uso de la fuerza por
licía afecte a integrantes de las clases altas o parte de funcionarios policiales es “raro”.
medias. Y si bien es efectivamente raro, dice Bittner caracteriza a la policía por un uso más
Brodeur, que los miembros de esas clases virtual que efectivo de la fuerza. Este uso
sean arrestados o víctimas de medidas coer- virtual resulta “por definición, inobserva-
citivas, esto no significa que no obtengan ble”. El campo de la virtualidad escapa por
algún beneficio de su interacción con las principio a toda prueba empírica23 y esto se

21
Esto es para Brodeur como si definiéramos a los Un trabajo referido a esta cuestión es el de Reiner
bomberos por la distribución de chorros de agua sin (ver 2003: 517; 2002: 489).
23
señalar que el objetivo de esa operación es apagar Más adelante, Fabien Jobard (2001: 327; 2002:
incendios (Brodeur, 1994: 470). 276-277) recuperó las posiciones bittnerianas a partir
22
Este punto es, para Monjardet, una de las zonas de la construcción de un marco teórico basado en la
grises más importantes de las investigaciones sobre obra de Carl Schmitt, que a su juicio permite recon-
policía: los escalones superiores de las jerarquías ciliar la potencia y el acto, la excepción y la esencia
policiales “prácticamente no fueron estudiados”; se y así “recuperar” a la violencia como elemento
ignora casi todo sobre los mecanismos de toma de caracterizador de las policías.
decisión en las cúpulas policiales (2003: 209-210).
70 Augusto Montero

presenta como una dificultad para la cons- departamentos policiales (las patrullas uni-
trucción de una “sociología” de la policía formadas) ha producido una circunscripción
(Brodeur, 1994: 469; 1984: 28; 2001: 310). del objeto policía a un grupo relativamente
Otros problemas para la teorización de homogéneo.25 Esto alienta la creencia “en la
Bittner son acarreados por el hecho de que posibilidad de producir una teoría integra-
privilegió el trabajo de los policías de patru- da de la policía”, reflejándose la homogenei-
lla. Esto le impide, por una parte, captar lo dad del objeto en la unidad de la teoría. Pero
que Brodeur llama una “desterritorialización” Brodeur duda acerca de la posibilidad de que
del objeto de las investigaciones empíricas la sociología de la policía se pueda “produ-
sobre la policía, que se desarrolló a partir de cir bajo la forma de una teoría general que dé
la década de 1970. Esto ha implicado la apa- cuenta unilateral de todas las manifestacio-
rición de “nuevos objetos” en el campo: las nes de la realidad policial”26 (1984: 14, 17).
brigadas de investigaciones, los servicios Además el trabajo etnográfico de Bittner, “re-
políticos de seguridad del estado, los “in- lativamente extraño a una perspectiva estruc-
formadores regulares” y otros “auxiliares tural”, le permite “hacer la teoría de lo que
subterráneos” de la policía24 y los agentes hacen los policías en uniforme”. Sin embar-
de seguridad privada, que son piezas del dis- go, nos muestra “pocas cosas sobre la poli-
positivo policial y deben ser tenidas en cuen- cía considerada como una organización irre-
ta. En definitiva, para Brodeur el paradigma ductible a la suma de los gestos de sus miem-
bittneriano no puede concernir más que a bros y que mantiene relaciones complejas
una sola parte –que no es la más grande ni la con otros aparatos” (Brodeur, 1994: 461).
más importante– de las acciones de la poli- Las manifestaciones de la realidad policial
cía (Brodeur, 1984: 15; 1990: 18-19; 1994: se presentan para Brodeur en tres niveles:
475). un nivel más abstracto, constituido por la
Por otra parte, Brodeur considera que las noción misma o el concepto de policía y su
elecciones metodológicas realizadas por bue- campo de referencia (1984: 17); un segundo
na parte de los autores que coinciden en lo nivel, el del predicado, el calificativo de poli-
que llama la “caracterización clásica” –la bitt- cial, menos general; y, finalmente, el tercer
neriana– influyen de manera importante en nivel de realidad, constituido por la existen-
sus definiciones sobre las instituciones po- cia concreta de cuerpos policiales. La reali-
liciales. El hecho de que la mayoría de los dad policial integral está “constituida por la
estudios sobre policía se haya concentrado suma de estos tres niveles” (1984: 18-19). Las
en las actividades de este segmento de los herramientas teóricas que se construyan de-

24
El grupo más secreto, formado agentes infiltrados bros de la policía “son refinamientos especiales del
o informantes remunerados sobre una base regular trabajo policial de patrullaje y son mejor entendidos
(1990: 20). como derivados del mandato de patrulla” (2003c/
25
Bittner justifica la elección del trabajo de la patru- 1974: 226).
26
lla uniformada fundándose no sólo en la preponde- Posteriormente, y frente a estas críticas de
rancia del número de los policías que hacen ese tipo Brodeur, Fabien Jobard (2001: 325-326) rescata a
de trabajo, sino también porque a su juicio los poli- las ideas de Bittner y a la posibilidad de construir una
cías uniformados representan “la presencia policial teoría unitaria de la policía basada en el uso de la
en la sociedad”. Considera que todos los otros miem- fuerza.
Policía y Violencia. Apuntes comparativos sobre el lugar de la fuerza física en... 71

ben ser capaces de dar cuenta de todos es- es necesario encontrar un elemento que ca-
tos diversos niveles de la realidad policial. racterice a la policía.27 Tal vez la manera de
Además, la complejidad de los planos en los solucionar los problemas que se presentan
que la realidad policial se manifiesta señala a la hora de definir a las policías sea consa-
“la necesidad de concebir a la sociología de grar la existencia de estos problemas. Las
la policía como una empresa abierta y pluridi- manifestaciones del crimen y del desorden
mensional” (Brodeur, 1984: 18). Es necesario son tan heterogéneas que complican toda
formular proposiciones que sean de una tentativa por encontrarles un denominador
“esencial apertura”: que tomen la figura de común fuera de la prohibición legal. Lo mis-
enunciados generales, que no constituyan mo podría decirse de la policía: sus tareas
más que indicaciones sobre las investigacio- son demasiado diversas como para encon-
nes a llevar adelante sobre un objeto del que trar una trama común. Brodeur sostiene que
se reconoce su carácter “abigarrado”. podríamos también estar tentados de carac-
Brodeur sugiere además tener en cuenta terizar a la policía por el contraste entre la
explícitamente una propiedad de este obje- generalidad de sus tareas y la especificidad
to: la policía no es un conjunto de cosas que de las de los otros aparatos del estado y de
se exhiben sino un grupo de personas que la sociedad civil. “Lo que define al hombre
actúa. Resulta capital entonces reconocer que hace de todo es precisamente que es el
que en la medida en que la práctica humana único que hace de todo” (Brodeur, 1994: 481-
está orientada por fines se encarna en la for- 482). Brodeur considera que es un gran mé-
ma de una estrategia, para la cual la ambi- rito de Bittner mostrar los límites de una teo-
güedad y la opacidad constituyen una di- ría legalista de la policía, que la concibe
mensión deliberadamente buscada y mante- como una “autómata del derecho”, que tie-
nida; esta dimensión se resiste de manera ne como función aplicar de manera mecáni-
irreductible a una objetivación teórica com- ca las leyes penales bajo la vigilancia de los
pleta (la transparencia es la negación misma tribunales. De la misma manera que Bittner
de la estrategia). Es un profundo error, para no expulsa totalmente (porque es imposible)
el autor francés, obstinarse en fijar sobre un esa función de la misión policial, Brodeur
esquema racionalizante una actividad que propone no expulsar a la fuerza del campo
concibe su incertidumbre como uno de sus de nociones fundacionales de una sociolo-
triunfos decisivos (1984: 25). gía de la policía, sino intentar proceder a su
Para concluir, Brodeur se pregunta por qué descentramiento28 (Brodeur, 1994: 458).

27 28
Y aquí su crítica se extiende también a Ericson, En una presentación general de las tesis sobre la
Manning y Reiss Jr, cuyas posiciones “no proponen policía que provienen del marco teórico de Max
nada que sea específico” de la policía: todos los apa- Weber –en la que se cita expresamente a Bittner–,
ratos del Estado y los grandes establecimientos co- Ian Loader y Neil Walker afirman que “el poder
merciales privados acumulan una masa de informa- coercitivo puede no ser suficiente para explicar la
ción sobre sus “objetivos” y sus clientes. Hace falta diversidad de la práctica policial contemporánea,
demostrar en qué la información con la que trabaja pero continúa siendo un elemento necesario para
la policía es irreductiblemente diferente a la que ali- esa explicación” (2001: 14).
menta los otros bancos de datos (1994: 481).
72 Augusto Montero

Las definiciones de la policía en Argentina y América Latina. Una presentación.

La descripción hecha en el apartado ante- dad de expresar un concepto teórico en refe-


rior de las diversas posiciones teóricas des- rencia a la policía o a las características del
plegadas en relación a la definición del obje- trabajo policial o de componer una reflexión
to de la sociología de la policía tiene como sobre “teoría de la policía” o algo similar
finalidad principal mostrar, al menos en par- (como suele suceder también en otros con-
te, las herramientas y construcciones analíti- textos, ver Brodeur, 1994: 457). No obstante,
cas empleadas en los trabajos sociológicos reforzando por esto el carácter de ejercicio
producidos en otros contextos culturales para de los últimos tramos de este trabajo, parece
“presentar” a las instituciones policiales. En posible intentar reconstruir los marcos teóri-
esta segunda parte del trabajo propongo re- cos utilizados y plantear la pregunta acerca
correr algunas de las publicaciones académi- de la definición del objeto de los estudios
cas sobre policía, referidas a los contextos sobre policía.
argentino y latinoamericano, observando las En primer lugar, es necesario señalar que
definiciones o caracterizaciones de las insti- en los trabajos analizados, si bien existen
tuciones policiales que de alguna manera citas y adopciones de algunos de los mar-
constituyen su objeto de estudios. En esta cos teóricos elaborados en otros contextos
lectura, pondré atención en las posibles “in- y presentados en la primera parte, no suele
tersecciones” o “puentes” entre las produc- haber referencias específicas a los debates e
ciones teóricas latinoamericanas y las pre- intercambios en torno a la definición de la
sentadas en la primera parte y también en las policía como objeto de estudios. Sin embar-
posibles singularidades de las definiciones go, muchos de los autores que han publica-
propuestas en nuestros contextos. do textos académicos referidos a las institu-
En este caso, hablar de una “teoría” o una ciones policiales ensayan distintas “defini-
“sociología” de la policía parece un poco ciones” o caracterizaciones de su objeto de
apresurado. Los estudios sociológicos so- estudios. Algunas de esas conceptualizacio-
bre la institución policial se encuentran “en nes presentan ciertas afinidades, ya sea en
su infancia” (Sozzo, 2005: 9-10; Kalma- los puntos de referencia teóricos que utili-
nowiecki, 1995: 4). Sin embargo, desde hace zan o en las perspectivas que construyen;
unos años se ha venido desarrollando un de acuerdo con estas afinidades parece po-
número importante de trabajos en Argentina sible presentarlos agrupados.
y en América Latina dirigidos de diversas Un primer grupo está compuesto por los
maneras a interpretar diferentes expresiones trabajos en los que aparecen definiciones
de la realidad policial. Estas investigaciones de la policía como institución en las que la
se han desarrollado en torno a tres ejes: el violencia legítima o, al menos, no esencial-
funcionamiento de los mecanismos de con- mente ilegítima, ocupa un lugar central. En-
trol interno de la actividad policial; las refor- tre estos, a su vez, hay autores que se refie-
mas policiales y las experiencias de “seguri- ren explícitamente a la definición elaborada
dad comunitaria”; y finalmente, al problema por Bittner, tendiendo así un “puente” hacia
de los usos de la fuerza policial (Sozzo, 2005: las conceptualizaciones “clásicas”. Esto de-
10). En estos análisis a menudo se hace refe- muestra la gran influencia de estas últimas
rencia a instituciones policiales determina- en este campo –y también quizás, como dice
das y concretas y no se presenta la necesi- Monjardet, su “economía” y su “rigor”.
Policía y Violencia. Apuntes comparativos sobre el lugar de la fuerza física en... 73

Estos “puentes” aparecen, por ejemplo, en en el drama político de las democracias libe-
la obra de Gabaldón y Birkbeck, quienes, en rales: el balance entre violencia y orden
la introducción a un libro que contiene estu- (1995: 10-11).
dios comparativos, argumentan que la defi- Dentro de este primer conjunto, aparecen
nición de Bittner “fundamenta los trabajos” también autores que recurren a la violencia
incluidos en el volumen (2003: 73). Estos in- legítima como elemento clave en la defini-
vestigadores definen explícitamente a la po- ción de las instituciones policiales, pero no
licía como “una institución de carácter esta- citan expresamente a Bittner –ni a otras de
tal, dotada de poder coactivo inmediato, en- las publicaciones que componen el debate
cargada primordialmente de individualizar, descripto en la primera parte–. En general,
detectar al autor, restringir y/o prevenir con- estos trabajos se mueven dentro de la órbita
ductas consideradas como jurídicamente in- conceptual elaborada por Max Weber. Po-
aceptables” (2003: 9; ver Gabaldón, 1993: dría decirse, entonces, que caracterizan a las
193). Gabaldón agrega que existen tres ras- policías en términos weberianos sin pasar
gos que definen a la policía y al trabajo poli- por el aparato teórico del sociólogo estado-
cial dentro del Estado moderno: en primer unidense. Entre estos se encuentra Norbert
lugar, su poder coactivo, que incluye el uso Lösing, quien sostiene que la policía “es la
de la fuerza armada para respaldar las deci- personificación –o por lo menos una de las
siones; en segundo lugar, el soporte estatal, instituciones ejecutoras– del monopolio de
que define los límites de la intervención. Aún la fuerza que el Estado reserva para sí”
la llamada “policía privada” se encuentra (Lösing, 1996: 381). Carlos Hügel, de manera
sometida a formas de control estatal, en la similar, alude a la clásica definición weberia-
forma de requisitos de operación y supervi- na de estado y presenta a la policía como “la
sión; en tercer lugar, el marco legal que defi- institución central que ejerce el monopolio
ne las reglas de operación, aún en los regí- estatal de la violencia legítima en el interior
menes autoritarios. Esto implica que el uso de la sociedad” y que constituye “el núcleo
de la fuerza, aunque es reconocido como sobre el que se realiza cada actividad esta-
potestad policial, se encuentra sometido a tal”. La policía aparece aquí como la corpo-
ciertas reglas (1993: 194-195). Por otra parte, ración que tiene la única legitimidad para ejer-
en el contexto argentino, Sozzo cita expresa- cer la monopolización de la violencia por
mente la conceptualización de Bittner, y sos- parte del Estado, típica de las sociedades
tiene que “la posibilidad del uso o el uso modernas (1995: 67, 69). Hügel afirma ade-
efectivo de la violencia aparece como el ele- más que el establecimiento de la “legítima
mento fundamental que define modernamen- presencia” de la policía en la trama social se
te a la policía misma” (2005: 12-13). Chevigny, debe a la “instrumentalización del monopo-
en su estudio comparativo, también hace una lio estatal de la violencia en el interior del
referencia específica a las definiciones “clá- Estado”. La perspectiva final entre las dis-
sicas”. Citando a Bittner, considera que no tintas tareas policiales es la “reproducción
importa cuál sea el aspecto del rol de la poli- del orden social como histórico, estructural
cía que sea enfatizado, su trabajo siempre y socialmente específico” (1995: 72). Igna-
implica la posibilidad de amenazar con hacer cio Cano, en el contexto brasileño, también
uso de la fuerza y de respaldar la amenaza adopta una perspectiva weberiana, definien-
con acción si es necesario. La policía es, para do al Estado moderno como el depositario
este último autor, un protagonista principal del monopolio de la violencia legítima. Los
74 Augusto Montero

“agentes armados del estado” son los “re- carácter de “instrumento del estado” de los
presentantes directos de esa violencia legí- funcionarios policiales modernos (2000: 213).
tima”. Entre ellos se encuentran los milita- No otorga aquí un espacio preponderante a
res, que ejercen un papel disuasivo frente a la violencia en la definición de las policías.
las amenazas provenientes de otros estados Se trata de una definición en la que la “fun-
y combaten si esas amenazas se concretan, ción” resulta esencial, pese a que la misma
y los “encargados de la seguridad pública”, autora señala las limitaciones de las defini-
entre los que se encuentra la policía, que ciones funcionales de la policía (1995: 12).
actúan para regular la convivencia ciudada- Sin embargo, en otro lugar define a las poli-
na a través de la prevención de la criminali- cías como “organizaciones especializadas
dad y la puesta a disposición del poder judi- autorizadas por el estado para conducir la
cial de los sospechosos de cometer delitos vigilancia y detención de los civiles, para
(1999: 4). Desde una perspectiva análoga, coaccionar y enviar a los civiles a las insti-
Marcelo Sain sostiene que el grupo especí- tuciones judiciales” (1995: 19, 320). En este
fico que ejerce la función policial –que con- caso, afirma que las acciones de la policía
sidera un atributo exclusivo del estado– en representan la naturaleza coercitiva del es-
las sociedades modernas “con el fin de pre- tado. Finalmente, en otra de las definiciones
venir y reprimir, en nombre de la colectivi- que elabora adhiere más abiertamente al
dad, la violación de ciertas reglas que rigen “modelo coercitivo”. Vuelve a citar a Emsley
la vida social” puede hacer uso de la fuerza para señalar que lo que diferencia a los poli-
“cuando ello fuera necesario”. Para Sain esto cías es que su poder coercitivo es, de he-
no significa que la función policial se reduz- cho, una característica central en sus vidas.
ca solamente al empleo de la fuerza, sino que Uno de los atributos del policía es que es el
“la posibilidad última de la utilización del único oficial del estado con autoridad para
recurso a la coacción física es donde se ma- usar la fuerza en su trato diario con los ciu-
nifiesta la especificidad de la función poli- dadanos (1998: 17).
cial dentro del espectro de labores institu- Este primer grupo se caracteriza entonces
cionales inscriptas en el control social”. Por porque la violencia que está presente en las
otra parte, califica la “especificidad de la in- definiciones no es considerada, en princi-
tervención protectora del estado por vía de pio, ilegítima. En el caso de los autores que
la policía” de acuerdo a la finalidad: “se orien- citan a Bittner, Gabaldón y Birkbeck alegan
ta fundamentalmente al mantenimiento de la expresamente a favor del rescate de la legiti-
seguridad pública y a la prevención y/o re- midad de ciertas violencias policiales, mien-
presión de delitos, siempre dentro del con- tras que Sozzo y Chevigny, por su parte,
junto de derechos que debe proteger” (Sain, enfatizan la presencia del uso de la fuerza
2002: 21-22, énfasis en el original). sin formular en sus definiciones considera-
Laura Kalmanowiecki, por su parte, inte- ciones sobre su legitimidad. Algo similar
gra también este primer grupo, pero se en- ocurre en los conceptos de Kalmanowiecki.
cuentra en una posición un tanto peculiar. En las conceptualizaciones de los autores
En uno de sus trabajos, citando a Clive que utilizan el marco teórico de Weber existe
Emsley, define a la policía como “los cuer- una presencia mayor de la idea de legitimi-
pos burocráticos y jerárquicos empleados dad acompañando a la violencia.
por el estado para mantener el orden y para Un segundo conjunto de publicaciones
prevenir y detectar delitos”, enfatizando el señala a la violencia como elemento consti-
Policía y Violencia. Apuntes comparativos sobre el lugar de la fuerza física en... 75

tutivo de las policías pero desplaza expresa- y cuál es el sentido del orden social. Así, lo
mente de la definición las consideraciones policial es un puro evento político: es la po-
sobre legitimidad. Juan Félix Marteau se en- lítica policial la que determina qué es lo que
cuentra en un lugar intermedio entre los tra- debe hacer la policía” (Marteau, 2002: 103).
bajos del primer grupo y estos. Por un lado, Por esto, en un orden democrático, el go-
cita expresamente las definiciones de Bittner29 bierno utiliza un conjunto de principios “para
(2002: 78). Sin embargo, tiende otro “puen- dar legitimidad a la policía” (2002: 77). Si es-
te” hacia la obra de Dominiq Monjardet con tos principios no están presentes, la fuerza
el propósito de acentuar el carácter “instru- policial se transforma en ilegítima.
mental” de la policía, que resulta en que ésta Desde una perspectiva análoga, aunque
no puede tener una finalidad específica. Para con un énfasis algo más marcado sobre la
Marteau, en un sentido estricto “lo policial ilegitimidad de la violencia que acompaña a
no existe”, es “pura fuerza”, en todo caso, la función policial, Gabriel Ganón sostiene
“nada dice respecto al modo y contenido” que la policía es un “engranaje”, o una parte
en que se presenta en la realidad, lo que de- del “más específico sistema del monopolio
penderá “de una decisión de tipo político”. estatal del ejercicio de la violencia” (1999:
Este enfoque traslada el análisis del proble- 67). Sostiene que la policía argentina, “como
ma de la legitimidad al plano de la “política todas las policías del mundo, ha sido desa-
policial” como un conjunto de saberes y prác- rrollada para intentar mantener el orden pú-
ticas generados por los estados modernos, blico utilizando la fuerza (legítima o no)”.
definida como el “arte de gobierno específi- Aquí se observa también una acentuación
co destinada a organizar, controlar e incluso del costado instrumental: para Ganón la po-
problematizar la actividad policial en un mo- licía, como aparato del estado, ejecuta la
mento y lugar determinados”. Si un gobier- política de control que ese estado ha dise-
no renuncia a definir una política policial y ñado. En este sentido, “no está, ni ha estado
declina su capacidad de marcar la pauta acer- jamás, fuera del control político” (Ganón,
ca de la distribución de la violencia legítima 1999: 73). Las modalidades que ha asumido
en la sociedad, “lo policial se transforma en el ejercicio de la violencia policial a lo largo
un objeto oscuro y la institución policial se de la historia argentina han impactado sobre
cierra sobre sí misma y corre el riesgo de las policías, que han perdido casi completa-
perder todo su sentido. Sin política policial, mente su legitimidad.
lo policial se convierte en una pura práctica Sofía Tiscornia también afirma que la vio-
de fuerza ilegítima” (Marteau, 2002: 78-79). lencia y los abusos “fundan a las policías
La policía es un instrumento del Estado: “son como tales” en nuestras regiones. Según esta
los gobiernos los que deciden de qué mane- autora, la institución policial en Latinoamé-
ra y con qué instrumentos debe reivindicar- rica, “la nominación policía”, no puede ser
se el uso monopólico de la violencia legítima sustraída, excepto en la voluntad normativa

29
Aunque Bittner no incluyó de manera explícita a va es instituir una policía” (2003b/1970: 128). De
la legitimidad en muchas de sus definiciones, se des- todas maneras, la formulación de sus conceptos es
prende de otros lugares de su obra que pensaba en lo suficientemente amplia como para permitir lec-
una violencia de carácter legítimo. Como dice en turas –como la que hace Marteau, tomada de
uno de sus estudios de corte histórico: uno de los Monjardet– que enfaticen más o menos el costado
modos “de tornar legítimo el uso de la fuerza reacti- “instrumental” de las policías.
76 Augusto Montero

de las leyes, de un ejercicio del poder vio- nitaria) (Font, 1999: 93). Esta conceptualiza-
lento y abusivo. Es necesario, más allá del ción busca –de manera análoga a Shearing–
análisis de modelos particulares de policía incluir a la policía estatal –y a sus usos de la
que se presenta en ocasión de los debates violencia– pero no agotarse en ella, para no
sobre “reformas policiales”, discutir a las reducir la cuestión de la seguridad “a un pro-
policías como tales: “La policía per se”. Por blema cuya definición, recorte y abordaje re-
esto, “definir a las policías como institucio- sulta de propiedad exclusiva y excluyente de
nes protectoras de derechos y libertades es la policía o del sistema penal” (1999: 94). Este
pensar, lisa y llanamente, en otra institución” enfoque permitiría, por ejemplo, desde un
(Tiscornia, 2000: 14-16). punto de vista genealógico, “hacer la histo-
Algunas producciones teóricas en el con- ria no de la policía institución (o del sistema
texto brasileño presentan enfoques pareci- penal) sino de las prácticas de producción
dos. Lourdes Bandeira y Mireya Suárez, por de seguridad: mostrar de qué modo determi-
ejemplo, parten de considerar que las insti- nadas maneras de hacer han podido ser acep-
tuciones policiales, a quienes se delega una tadas en un momento dado, convirtiendo a la
parte del monopolio estatal de la violencia, policía estatal como uno de los segmentos
mantienen el orden público mediante un uso fundamentales del sistema penal” (1999: 96).
ilegítimo de esa violencia (2001: 130), que se De manera similar, Huggins, refiriéndose a
configura como una forma de discriminación Brasil, argumenta que un estudio referido al
de pobres y no-blancos (2001: 142). De ma- sistema de control social “oficial” sería limi-
nera similar, Grossi Porto señala el “frágil li- tado. Es indispensable comprender no sola-
mite” en las prácticas policiales entre el mo- mente a este sistema formal sino también a la
nopolio legítimo de la fuerza y “aquello que privatización y descentralización del control
puede ser definido como el predomino de la social (2000: 115). Para esta autora, no existe
violencia difusa, que carece de legitimidad” una división neta sino un continuum entre
(Grossi Porto, 2001: 45). el trabajo “formal” de la policía pública y el
Un tercer agrupamiento está constituido por vigilantismo “informal” de los ciudadanos,
los “puentes” hacia el marco teórico de pasando por la industria de la seguridad pri-
Clifford Shearing, que pretende “superar” el vada. En este caso las ideas de Shearing
planteo de Bittner. Enrique Font (1999) y sobre la descentralización y la pluralización
Martha K. Huggins (2000) recurren al concep- del policing resultan útiles para compren-
to más comprensivo de policing para mejorar der los procesos de difusión del uso de la
el repertorio de herramientas de análisis. violencia “no oficial” como mecanismo de
Font propone, problematizando el concep- control social (Huggins, 2000: 126, 129).
to de seguridad, adoptar un marco que supe- Es decir que el recurso al marco teórico de
re la “tradicional reducción de la producción Shearing es ensayado por estos dos auto-
de seguridad a una actividad excluyente del res de maneras diferentes. El concepto de
Estado” y que permita reconocer teóricamen- policing es empleado por Font para ampliar
te la evidencia de que “ni la policía, ni el Esta- el alcance del análisis fundamentalmente
do, son los únicos entes con capacidad y desde la policía pública hacia otras formas
voluntad de funcionar como garantes” del de gobierno de la seguridad, no estatales y
orden, incorporando fundamentalmente a no violentas. En el caso de Huggins, la idea
otros entes no estatales (como en el caso de es comprender a formas de gobierno de la
la seguridad privada y de la seguridad comu- seguridad violentas y no estatales.
Policía y Violencia. Apuntes comparativos sobre el lugar de la fuerza física en... 77

Finalmente, más allá de estas caracteriza- averiguación de identidad, en reglas de pro-


ciones explícitas de las policías como insti- cedimiento judicial inquisitoriales (Tiscornia,
tuciones, aparece una serie de reflexiones 2004: 6). Esta acción administrativa se enlaza
sobre el “concepto” o la idea de “policía” para la autora “con el antiguo concepto de la
que también constituyen de alguna manera ciencia de la policía” como una técnica de
una “intersección” con los planteos elabo- gobierno propia del Estado, destinada –y aquí
rados en otros contextos. cita explícitamente a Foucault- a “velar por
El marco elaborado por Michel Foucault las relaciones sociales” (Tiscornia, 2004a: 26-
(empleado explícitamente por Salvatore 27). El poder de policía configurado a través
Palidda para definir a la policía y que está de las contravenciones impone formas capi-
presente de maneras diversas en los traba- lares del ejercicio del poder al tiempo que
jos de Neocleous, Shearing, Ericson, entre establece formas de sujeción doméstica. Para
otros) es rescatado en Argentina, por ejem- Tiscornia, siguiendo a Foucault, el poder de
plo, por Sofía Tiscornia y por Máximo Sozzo. policía tiene dos caras: es una técnica de
En ambos casos, los registros teóricos gobierno que produce conductas pero que
foucaultianos están dirigidos –de maneras no se ha desprendido de los procedimientos
diferentes- a interpretar los usos de la vio- del soberano que reina en el viejo edificio de
lencia por parte de la policía. Esto está expli- la soberanía, y que desde allí coacciona, re-
citado en el caso de Sozzo, quien acude al prime, encierra y ejerce potestad sobre la vida
rescate de la “ciencia de la policía” para com- y la muerte (2004a: 30).
poner su “nota genealógica” en la que bus- A esta altura, parece posible empezar un
ca reconstruir la metamorfosis desde una ensayo de mirada comparativa entre los tra-
“vieja” hacia una “nueva” policía producida bajos elaborados en otros contextos cultu-
en buena parte por la influencia del liberalis- rales y en Argentina y Latinoamérica.
mo como racionalidad gubernamental. Este En primer lugar, en lo que hace a las inter-
análisis busca develar lo que ha quedado secciones, la comparación revela que la ma-
oculto tras esa metamorfosis que tornó “fa- yoría de las superposiciones entre ambos
miliar” la imagen de la institución policial conjuntos de conceptos y herramientas teó-
como el “aparato del Estado” que detenta el ricas se detectan en los esquemas de análisis
“monopolio de la coacción física legítima”. que incluyen a la violencia. Las referencias
En esta “dialéctica de lo igual y lo diferente” más difundidas se dirigen a las ideas de
se encuentra uno de los escenarios funda- Bittner y Monjardet, dos exponentes del clá-
mentales en los que se deben rastrear los sico “modelo coercitivo”, y los autores que
rasgos centrales de los usos de la violencia no se sitúan en el contexto de estos debates
como constitutivos, en el pasado y en el pre- sociológicos aluden por lo general a las he-
sente, de lo que la institución policial fue y rramientas teóricas más generales de Max
es (Sozzo, 2005a: 164 y ss.). Weber, en las que la violencia ocupa un lugar
En el caso de Tiscornia, alude al “poder de importante.
policía” como un complejo de dispositivos – Esto implica que los elementos concep-
que exceden a la dimensión institucional, tuales (complementarios o alternativos) de-
centrada en la violencia- para el ejercicio de sarrollados en otros contextos para “com-
la dominación. Este “inmenso poder de poli- pletar” la definición de la policía incorpo-
cía”, es un poder administrativo, que se des- rando un componente, ya sea la producción
pliega en los edictos, en las detenciones por de saber, la autoridad, el manejo de informa-
78 Augusto Montero

ción u otras tecnologías de trabajo policial, tentos por comprender el ejercicio y las mo-
casi no aparecen en las publicaciones con- dalidades en que opera la violencia policial.
sultadas. No ha existido un intento difundi- Por otra parte, se observan ciertos mati-
do y sostenido de superación de las “carac- ces que radican fundamentalmente en las
terizaciones clásicas” o del “modelo coerci- características de la violencia que suele
tivo” recurriendo a esquemas teóricos como acompañar a las policías en la definición.
el de Ericson, Reiss Jr., Manning, ni tampo- En primer lugar, la violencia que acompaña
co definiciones que “descentren” a la vio- a las instituciones policiales en las publica-
lencia como elemento constitutivo. Tampo- ciones en Argentina y Latinoamérica deja a
co existen referencias críticas, al estilo de menudo de ser una posibilidad y pasa a ser
las de Brodeur, a la utilización de la violencia una violencia real. Una ilustración interesan-
para conceptualizar a las policías, ni reflexio- te de esta diferencia surge de la comparación
nes acerca de los problemas teóricos que entre dos de las definiciones más influyen-
esa conceptualización podría tener que en- tes producidas en cada uno de los escena-
frentar. Hay una excepción importante en el rios. Egon Bittner afirma que existe una rela-
trabajo de Enrique Font y en su empleo del ción constitutiva entre el trabajo policial y
marco teórico de Clifford Shearing. Esta si- las nociones de violencia y coerción; por su
tuación se encuentra algo matizada en el caso parte, Sofía Tiscornia sostiene que la violen-
de Martha Huggins ya que, si bien opera cia es “constitutiva de las instituciones poli-
también en el marco propuesto por Shearing, ciales en la región” (2000: 9). El “punto
lo utiliza para incluir a las manifestaciones nodal”, dice Tiscornia, que constituye a las
privadas de la violencia. La violencia conti- policías latinoamericanas es la violencia
núa siendo entonces el núcleo del análisis. (Tiscornia, 2000: 16); la “función nuclear” de
Esto representa un empleo peculiar de esas la policía para Bittner está representada por
herramientas analíticas, ya que Shearing vin- el uso de la fuerza física. Los términos se su-
cula la expansión del policing a un “des- perponen, pero existen contrastes significa-
centramiento” de la violencia para la produc- tivos: todos los autores que –como Bittner–
ción de orden y seguridad (Shearing, 2003: apelan a la violencia en otros contextos, ocu-
455). En ese caso, la violencia pasa a ser con- pe un lugar central o no dentro de su defini-
siderada como un medio entre otros en el ción o de su concepción acerca del campo de
gobierno de la seguridad, perdiendo su sta- estudios sobre policía, hablan de una violen-
tus privilegiado en ese campo (Shearing, cia “virtual”, “potencial”, “representada”,
mimeo: 15). En el trabajo de Huggins, la vio- “simbólica”, una violencia que es en definiti-
lencia es lo que se extiende y requiere que va “una posibilidad” (por ejemplo, Bittner,
sea analizado su uso por parte de agentes 2003b/1970: 133; Waddington, 1999: 30;
no estatales. También es relevante el recur- Reiner, 1992: 2, 142-143; Brodeur, 1984: 27-28;
so a los conceptos de Michel Foucault para Manning, 2003: 380; Monjardet, 2003: 27). En
ampliar el marco analítico. Sin embargo, esto cambio, la violencia que constituye, que dis-
no es intentado como un medio para “supe- tingue a las policías en muchos de los traba-
rar” o “completar” el “modelo coercitivo”: jos referidos al contexto latinoamericano es
los dos autores citados que recurren a una violencia efectiva, real. Una violencia
Foucault definen a las policías por su uso de “en ejercicio” caracterizada por un lado por
la violencia y emplean las estructuras analí- ser “permanente, poco espectacular”
ticas del autor francés en sus diversos in- (Tiscornia et al., 2004: 120-121), por estar
Policía y Violencia. Apuntes comparativos sobre el lugar de la fuerza física en... 79

compuesta por “prácticas de menor intensi- Esta situación impacta en algunas de las
dad represiva”, pero que, por otro lado, tam- elaboraciones conceptuales formuladas para
bién produce niveles altos de daños en los interpretar a las policías en Argentina y Lati-
ciudadanos y que en muchos casos resulta noamérica. Un conjunto de trabajos empíri-
en violaciones a los derechos fundamenta- cos sobre violencia policial presentan la pe-
les (Pita, 2004: 435-436). En todo caso, una culiaridad de que –por momentos– el costa-
violencia que presenta un “carácter estruc- do “violencia” adquiere mayor importancia
tural” (es decir, que no puede ser interpreta- que la referencia a la institución policial en
da como una “anormalidad”), y que configu- sí misma. O en todo caso, se construye una
ra el “patrón o modalidad propia de las for- perspectiva amplia de lo “policial”, que ex-
mas de acción y desempeño de las fuerzas de cede al marco institucional de las policías,
seguridad” (Pita, 2004: 448). Como dice estableciendo una continuidad entre la poli-
Ganón, lo que caracteriza y diferencia a esta cía y otras agencias armadas del estado a
policía con relación a las “de los países cen- través del hilo conductor del ejercicio de la
trales” es su naturaleza “ferozmente represi- violencia. El empleo de la fuerza por parte de
va” como consecuencia de su constante uti- miembros de la institución policial es anali-
lización gubernamental para resolver violen- zado en conjunto con otros tipos de violen-
tamente los conflictos sociales (Ganón, 1999: cia producida por otros agentes armados del
73). Esta percepción acerca de la presencia estado. Es decir que el objeto de estos estu-
de la violencia en la historia de las policías dios es la violencia policial en tanto violen-
produce un desplazamiento del punto de par- cia estatal. La violencia policial es concebi-
tida para los análisis. El concepto mismo de da como una modalidad particular de la “vio-
policía pasa a configurarse en algunos traba- lencia institucional”.30 Las manifestaciones
jos en torno a un uso efectivo de la fuerza. violentas por parte de funcionarios policia-

30
Este abordaje de la policía en su faceta de ejecutora las “transformaciones en las fuerzas de seguridad”
de la mayor parte de la violencia estatal se encuentra (CELS-HRW, 1998: 11-13). Si bien el trabajo se fo-
en la mayoría de los estudios de tipo cuantitativo. En caliza en los organismos policiales, refiriéndose a la
una presentación de Sofía Tiscornia de los trabajos “brutalidad policial” y a “reformas policiales”, abar-
del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), el ca también a las demás fuerzas mencionadas y agrega
análisis de los “casos de violencia policial que resul- a la Policía Aeronáutica (1998: 20, 30, 46). En otros
tan en violaciones del derecho a la vida” y la “denun- trabajos, el CELS se dedicó exclusivamente a funcio-
cia de los abusos policiales” se realiza en el marco de narios policiales (por ejemplo, 2002). En las distin-
“la violencia abusiva de las agencias armadas del Es- tas producciones de corte cuantitativo sobre “violen-
tado sobre personas o grupos indefensos” (Tiscornia, cia policial” cuyas matrices de datos son las mismas o
1999: 31). El CELS desarrolló un “programa destina- similares a las empleadas por el CELS, se contabilizan
do a la investigación de la violencia policial” también hechos de violencia de las demás fuerzas de
(Tiscornia, 1999: 32), en el que las agencias actuan- seguridad (Gendarmería y Prefectura, en el caso de
tes podían ser policías –esencialmente Policía Fede- Sozzo et al. –2005: Capítulo I–). Los trabajos de
ral y Bonaerense–, pero también las Fuerzas Arma- Rosa del Olmo sobre Venezuela, incluyen también
das, la Prefectura Naval Argentina, la Gendarmería bajo el paraguas de la violencia policial a los civiles
Nacional y el Servicio Penitenciario Federal (1999: muertos y heridos por parte de los distintos “cuerpos
38-42). El informe del CELS y Human Right Watch armados”: la Policía Metropolitana, la Dirección de
titulado significativamente “La inseguridad policial. Servicios de Inteligencia y Prevención, el Cuerpo
Violencia de las fuerzas de seguridad en la Argentina” Técnico de Policía Judicial, la Policía Metropolitana,
aborda el problema de las “violaciones a los derechos la Guardia Nacional, los Vigilantes Privados y miem-
humanos cometidas por funcionarios policiales” y de bros de las Fuerzas Armadas (del Olmo, 1990: 223).
80 Augusto Montero

les son interpretadas en el marco de una re- rístico de las policías, se reconoce obligado
flexión sobre la “violencia institucional pu- a construir un marco teórico que le permita
nitiva” en paralelo con la “trama burocráti- captar la “excepcionalidad” de las manifes-
ca” que la configura (Tiscornia, 2004: 5). En taciones concretas de la fuerza policial con-
estos trabajos el problema de investigación servando a la violencia como elemento es-
gira entonces en torno a la “violencia ejerci- tructurante. En cambio, buena parte de los
da por el estado”, de la que la violencia poli- estudios producidos en nuestros contextos
cial constituye una parte principal (Pita, 2004: se basan, precisamente, en el estudio empí-
437, 447). rico de las manifestaciones violentas por
Una indicación interesante de esta dife- parte de las policías. Se pueden mencionar,
rencia en el contenido del concepto de vio- como ejemplos, las diversas publicaciones
lencia se observa en los problemas, señala- dirigidas por Gabaldón y del Olmo para Ve-
dos entre otros por Jean-Paul Brodeur, que nezuela, las de Ignacio Cano y las compila-
se presentan a quienes trabajan en torno a la das por de Oliveira et al. en el año 2001 para
definición de Bittner en otros contextos cul- Brasil, las del CELS y las de Sozzo et al. para
turales para obtener pruebas empíricas que Argentina, los estudios comparativos de
permitan justificar el lugar central otorgado Chevigny.31 La “rareza” de las manifestacio-
a la violencia. Estas dificultades se deben a nes empíricas de la violencia policial deja de
la “rareza” de las manifestaciones violentas ser un obstáculo para la construcción de
por parte de la policía. Como dice Fabien saber sobre las policías en el contexto lati-
Jobard, la escasez efectiva de las violencias noamericano.
policiales invita a una “sobreinvestigación” En segundo lugar, la violencia que acom-
teórica acompañada por un “abandono em- paña a los trabajos producidos en nuestros
pírico” (2002: 17). Esta distancia entre el es- contextos es una violencia que tiende en una
tatus esencial conferido a la violencia en las mayor medida a ser definida como ilegítima.
definiciones de la policía y la rareza de sus En buena parte de las producciones teóricas
manifestaciones concretas tiende a provo- presentadas en la primera mitad de este tra-
car, dice Jobard, el “desvanecimiento” del bajo la violencia que integra el concepto de
objeto empírico. Estos problemas llegan has- policía es una violencia legítima (Bittner,
ta las bases mismas de la teoría de la policía: Reiner, Ericson, Waddington, Manning,
“negando a su objeto (la policía, o la fuerza) Reiss). En Latinoamérica, la fuerza de la ca-
la prueba de las interacciones violentas, la racterización de Bittner y el difundido enfo-
sociología de la policía no pone a prueba que weberiano influye para que en muchos
jamás a su propio objeto” (2002: 18). Aún casos se conserve en la definición a la vio-
Jobard (2001: 327), entonces, que pretende lencia legítima. Pero también aparece con fre-
conservar a la violencia como rasgo caracte- cuencia la idea de que la violencia que ca-

31
Por otra parte, cuando la violencia ingresa en las “interferencias de menor gravedad”, mientras que
agendas académicas como problema de investiga- en América Latina, en cambio, los análisis de los
ción, es tratada de manera diferente en los distintos usos de la violencia suelen centrarse sobre los “ho-
escenarios. Así por ejemplo, en países como Canadá micidios policiales”, esto es, “la muerte de ciudada-
y el Reino Unido los estudios empíricos existentes nos a manos de la policía” (Gabaldón y Birkbeck,
se centran sobre el “maltrato policial”, es decir en 2003: 28).
Policía y Violencia. Apuntes comparativos sobre el lugar de la fuerza física en... 81

racteriza a las instituciones policiales está Bittner, no se ha indagado sobre la posibili-


marcada por la ilegitimidad. La violencia de dad de delimitar los usos justificados y no
las policías, entonces, además de real es ile- justificados de la fuerza. Esto sucede tam-
gítima. En general, estas lecturas centran sus bién “en el medio anglosajón”, donde la dis-
análisis en los rasgos de ilegitimidad que han tinción entre uso de la fuerza justificada o
tenido (y tienen) los regímenes políticos es- injustificada no ha suscitados dudas o pre-
tatales en los que las instituciones policia- guntas –pero, en ese caso, porque se supo-
les se han configurado (y se configuran). En ne que el uso de la fuerza está justificado. La
esos contextos, el uso de la fuerza física por “literatura norteamericana” sobre violencia
parte de las policías no puede ser concep- policial, por ejemplo, tiende a considerar el
tualizado como legítimo. El proceso mismo uso de la fuerza como “un aspecto más del
de conformación del estado argentino, por ejercicio de las funciones policiales coacti-
ejemplo, ha configurado para Tiscornia ins- vas, no problematizando su uso en sí mis-
tituciones de represión que han ejercido el mo”. En cambio, en el contexto latinoameri-
poder a través del “exterminio, la violencia cano este uso tampoco es problematizado,
descubierta, el encierro que supone el olvi- pero porque se da por sentado que “la fuer-
do” (Tiscornia, 2004: 6). Además, las poli- za que utiliza la policía es ordinariamente ile-
cías han sido “representantes civiles” de las gítima”. Todas las formas de uso de la fuerza
fuerzas militares en la larga historia de dicta- policial que ingresan a las agendas de in-
duras y estados terroristas y han asumido, vestigación son calificadas de ilegítimas.
junto a las fuerzas militares, la responsabili- Esta situación hace que la cuestión de la fuer-
dad de la violencia del Estado sobre los cuer- za justificada y de sus niveles de utilización
pos indefensos del pueblo o de la ciudada- se desvanezca de la agenda de investiga-
nía (Tiscornia, 2000: 9). En términos simila- ción (Gabaldón y Birkbeck, 1995: 94, 113;
res, Gabriel Ganón sostiene que la policía ha 2003: 10; Gabaldón, 1993: 195). Pese a estas
perdido legitimidad en buena medida por el observaciones generales, existen trabajos
empleo de la “violencia sistemática a lo lar- producidos en otros contextos sobre vio-
go de la historia” que las ha convertido en lencia excesiva que tienden a reflexionar so-
“enemigos de un sector de la población” bre los límites del uso de la violencia legíti-
(Ganón, 1999: 74). En el contexto brasileño ma, es decir “cuánta fuerza está justificada
se percibe un proceso análogo: el uso dis- en qué situaciones”. Skolnick y Fyfe seña-
criminatorio de la violencia por parte de la lan expresamente que algunas veces la fuer-
policía hace que “la legitimidad de la institu- za es apropiada: “la policía no debería ser
ción policial y, por lo tanto, del monopolio etiquetada como ‘brutal’ simplemente por-
de la violencia gubernamental” resulte “se- que emplea la fuerza” (Skolnick y Fyfe, 1993:
veramente comprometida” (Bandeira y 10). Según Gabaldón, estos matices no tie-
Suárez, 2001: 142). nen lugar en Latinoamérica, donde está ins-
Esta perspectiva ha influido también en la talada la tendencia a denunciar cualquier tipo
configuración del campo de investigaciones de uso de la fuerza por parte de la policía
empíricas. Esto es observado críticamente (Gabaldón, 1993: 194-195). Más allá de estas
por Gabaldón: las investigaciones en Lati- discusiones, es evidente que existe un es-
noamérica, dice, tienen a focalizarse sobre el pacio en Argentina y Latinoamérica para la
uso injustificado de la fuerza. Sostiene que definición de las policías y de sus usos de la
más allá de la aceptación de la definición de violencia como esencialmente ilegítimos.
82 Augusto Montero

Conclusión

La intención central de este trabajo no es, como ha sucedido a menudo en América La-
por supuesto, presentar definiciones que tina en tiempos más o menos recientes. In-
sean más o menos “correctas”, “adecuadas” cluso es posible afirmar –de acuerdo a cómo
o “exactas”. En definitiva se puede recono- lo policial sea definido– todavía hoy que exis-
cer, como David Bayley, que las definicio- ten otros organismos (como la Gendarmería
nes son más o menos apropiadas de acuer- Nacional, la Policía Aeronáutica y la Prefec-
do al uso que se haga de ellas (Bayley, 1990: tura Naval) que cumplen, aunque sea de ma-
8). Sin embargo, observar estos debates –y nera muy limitada, la función policial (Maier,
las maneras en las que los diversos contex- et al, 1996: 163). Una situación análoga ocu-
tos impactan en ellos– me parece interesan- rre si se pretende captar la aparición de los
te por varias razones. múltiples centros de producción de seguri-
En primer lugar, la definición de las policías dad no estatales vinculados con la fragmen-
que se adopte influye en el alcance de los tación y “pluralización” del escenario y la
trabajos de investigación empírica. En los aparición y el crecimiento de la seguridad
análisis de tipo comparativo entre policías privada (Font, 1999: 108).
de países diferentes, por ejemplo, suelen pre- Por otra parte, de manera más general, el
sentarse dificultades por el hecho de que “la énfasis en los conceptos puede resultar im-
categoría ‘policía’ es ambigua” (Bayley, 2003: portante debido a que, como afirman de ma-
548). La necesidad de “definir con nitidez los nera sugestiva Shearing y Stenning, el saber
límites” de lo que se entiende por policía tam- sobre la policía es, como todo saber, consti-
bién resulta importante en los estudios empí- tutivo del mundo que describe. Los investi-
ricos de corte histórico, en los que es nece- gadores, en consecuencia, deben tener en
sario generar marcos teóricos que permitan cuenta “las implicaciones constitutivas de
interpretar y comprender el hecho de que en sus concepciones, y seleccionar cuidadosa-
determinadas circunstancias históricas la mente implicaciones que puedan ser defen-
“función policial” excede a las instituciones didas sobre bases teóricas”. Estos autores
policiales.32 Este problema requiere precisión critican a quienes aceptan, desde una pers-
conceptual independientemente de cuál sea pectiva “liberal”, como punto de partida la
el objeto puntual de estudio –la policía, la afirmación de que el policing dentro de las
seguridad, el orden público, etc.–. Puede pre- sociedades liberales democráticas es una
sentarse en las investigaciones focalizadas actividad desarrollada por el estado para
en escenarios en los que los estamentos mi- “preservar la paz”. Al hacerlo, contribuyen a
litares han asumido un papel preponderante la legitimación del estado y de sus activida-
en la gestión de la seguridad interior, intervi- des para el mantenimiento del orden
niendo activamente en su producción con- (Stenning y Shearing, 1991: 125; sobre el “ca-
juntamente con las instituciones policiales, rácter legitimante” que pueden tener las defi-

32
Evitando, por supuesto, “universalizar” la idea de
policía y situarla así fuera de la historia (Recasens,
1994: 55 y ss.)
Policía y Violencia. Apuntes comparativos sobre el lugar de la fuerza física en... 83

niciones, ver Recasens y Brunet, 1994: 61; cos sociales” (Bittner, 2003e/1973: 294,
Recasens y Brunet y Domínguez, 1996: 28). Reiner, 2002: 463-464; 2003: 465-466;
Finalmente, resulta interesante observar la Waddington, 1999: 30; Manning, 2004: 149-
manera en la que los datos del contexto mo- 150). En Canadá, las investigaciones sobre la
delan las conceptualizaciones que estructu- policía también se inscriben en una “muta-
ran los campos de investigación. Jean Paul ción de la sociedad global”, que dio forma a
Brodeur (1994: 460) sostiene que la policía una acentuación de la violencia política y en
francesa es uno de los aparatos más centrali- una disminución de la satisfacción del públi-
zados del mundo occidental, su ligazón al co con relación a la policía (Gleizal et al., 1993:
Estado es inmediata y su lugar en el manteni- 27). Seguramente, la emergencia del “modelo
miento de un orden definido por el Estado coercitivo” encuentra parte de su explicación
constituye su tradición más estable. Por esto en las características de los escenarios en
las tesis de Bittner, que se sitúan en la órbita los que surgió. Sin embargo, en estos casos,
de una teoría weberiana del estado, encuen- pese al contexto de polémica y debate, los
tran un terreno fértil en Francia. Seguramen- usos de la violencia por parte de la policía no
te, las características de las policías en Ar- llegaron a influir en el campo académico como
gentina y Latinoamérica sean un elemento para producir un desplazamiento de las defi-
importante para determinar los marcos teóri- niciones hacia una violencia más real y me-
cos que son más útiles para observarlas; el nos legítima. En Argentina y en Latinoaméri-
escaso desarrollo de alternativas al “modelo ca, las peculiares modalidades de ejercicio
coercitivo” puede interpretarse quizás en este de la violencia empleadas por las policías y
sentido.33 Egon Bittner y Robert Reiner, en- los contextos políticos en los que ese ejerci-
tre otros, expresan que la emergencia y difu- cio fue desplegado produjeron un espacio
sión de las investigaciones académicas so- para definiciones en las que el uso de la fuer-
bre la policía en la década de 1960 en Estados za policial es –además de real– visualizado
Unidos y en Inglaterra estuvo relacionada como esencialmente ilegítimo.
en buena medida con el grado de “visibili- Además, es indispensable para el desa-
dad” que alcanzó el trabajo policial en una rrollo de investigaciones de ciencias socia-
época en que cobraron fuerza los movimien- les que las instituciones policiales resuel-
tos por los derechos civiles; con este plano van una apertura, como ocurrió en Francia a
de fondo, “la policía se tornó un tópico de principios de la década de 1980 (Monjardet,
grandes combates en el debate público. Y en 2003: 11). En este sentido, “en el dominio de
este cuadro de acusación y defensa, la nece- las investigaciones sobre la policía, la acti-
sidad de informaciones y de claridad se tor- tud de la institución es determinante. La po-
nó obvia y fue descubierta por los científi- licía no puede ser objeto de un enfoque pu-

33
Aunque, por supuesto, el contexto no es determi- que es característico encontrar en Argentina y Lati-
nante en el empleo de determinados marcos teóri- noamérica: “lo que la Policía de Sudáfrica comparte
cos. Brogden y Shearing ensayan una lectura desde con las demás policías estatales es su acceso a, y el
un concepto “amplio” y “abierto” de policing de un uso de, la coerción”, pero lo que las diferencia es el
contexto altamente violento como el sudafricano. uso sistemático de formas “extremas y bizarras” de
Eso para nada impide una presentación de la policía violencia para promover la conformidad a través de
estatal sudafricana en términos muy similares a los la intimidación (Brogden y Shearing, 1993: 25).
84 Augusto Montero

ramente exterior” (Gleizal et al., 1993: 32). En lencia, ya que el acceso a la investigación
nuestros contextos, las policías han sido de otros recursos empleados por la policía
puestas en la escena pública por la confluen- en su trabajo cotidiano resulta imposible,
cia de varios procesos, entre los cuales ocu- porque requiere de esa apertura.
pa un lugar importante el trabajo político de Es necesario entonces seguir trabajando
los investigadores y militantes de organiza- para lograr que las policías mismas y sus
ciones de derechos humanos. Pero el grado operadores acepten la necesidad de ser un
de apertura hasta el momento ha sido míni- objeto cada vez menos opaco, cada vez más
mo: continúan siendo esencialmente insti- permeable a las investigaciones empíricas.
tuciones opacas (Sozzo, 2005: 7). Quizás hoy Si esto ocurriera, debemos estar preparados,
el uso de la fuerza por parte de las policías como dice Reiner, para sostener el compro-
argentinas y latinoamericanas sea acompa- miso teórico intelectual para construir un
ñado por otros recursos cuyo estudio per- esquema conceptual básico para el análisis
mitiera caracterizar más acabadamente el tra- de las policías y de su trabajo como “uno de
bajo policial (Birkbeck y Gabaldón, 2003a: los procesos políticos y sociales fundamen-
125), pero la sociología de la policía que se tales”, situando a los trabajos empíricos so-
produce (esencialmente desde fuera de las bre las instituciones policiales en el contex-
policías) en esas regiones no parece refle- to más amplio de las peculiares transforma-
jarlo. Tal vez pueda encontrarse aquí otra ciones sociales, políticas y económicas que
explicación para el hecho de que el foco de han afectado y afectan a nuestros escena-
las investigaciones esté puesto sobre la vio- rios (Reiner, 2003: 521).

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